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Si es mayor de 2 años, debe consumir de 100 a 200 cc de SRO por cada evacuación
líquida.
Deshidratación grave
Gastritis.
Existe 100% de concordancia entre la infección por H. pylori y el desarrollo de
gastritis, así mismo la ingestión de H. pylori en humanos voluntarios con histología
gástrica normal induce un cuadro característico de gastritis. Histológicamente, éste
se asocia con la presencia de células inflamatorias agudas y crónicas y el desarrollo
de agregados linfoides en la mucosa gástrica, ya que el estómago está desprovisto
de tejido linfoide, la presencia de agregados linfoides en la mucosa gástrica es
virtualmente patognomónica de infección por H. pylori.
En las gastritis no erosivas o no especificas, la causa más prevalente es por
infecciones relacionadas al Helicobacter pylori, y en mucho menor prevalencia están
la gastritis de tipo autoinmune, biliar, linfocitico y las no específicas. La Gastritis
antral no atrófica, que es asociada con H.pylori, suele ser una gastritis superficial,
sin atrofia, conocida también como gastritis tipo B. La Gastritis atrófica multifocal
antral y corporal, asociada principalmente a factores externos dentro de los que el
más importante en su iniciación es el H. pylori, postulándose que las células
foveolares tienen receptores para estas bacterias, las cuales tienen una proteasa
que destruye las glicoproteinas del moco, exponiendo de esta manera a las células
a la acción destructiva del jugo gástrico.
Úlceras Duodenales (UD).
En esta patología se encuentran alteraciones como la secreción ácida media basal
y nocturna lo cual parece estar incrementada en los pacientes con úlceras
duodenales. La razón de la alteración de este proceso secretor no está clara,
aunque la infección por H. pylori podría contribuir en este hallazgo. En algunos
pacientes con UD se ha encontrado un aceleramiento del vaciamiento gástrico de
líquidos, aunque no se trata de un hallazgo constante; en todo caso, su papel en la
formación de la UD no está claro. La secreción de bicarbonato está
significativamente reducida en el bulbo duodenal de los pacientes con una UD
activa. Una infección por H. pylori podría también tener importancia en este proceso.
Úlceras Gástricas (UG).
Las UG suelen atribuirse en su mayoría a infección por H. pylori. Las UG que
aparecen en el área prepilórica o las del cuerpo asociadas con úlcera duodenal o
una cicatriz duodenal las cuales tienen una patogenia similar a estas. La secreción
de ácido gástrico (basal y estimulado) tiende a ser normal o a estar disminuida en
pacientes con úlcera gástrica. Cuando ésta se desarrolla en presencia de niveles
mínimos de ácido, existe una alteración de los factores de defensa de la mucosa.
Las alteraciones en la presión del esfínter pilórico en reposo y estimulada, con el
consiguiente incremento del reflujo gástrico duodenal, podrían estar implicadas en
algunos pacientes con úlcera gástrica. Aunque las sales biliares, la lisolecitina y las
enzimas pancreáticas podrían lesionar la mucosa gástrica, todavía no se ha
establecido un papel definitivo de estos factores en la patogenia de la UG. En
algunos de estos pacientes se ha descrito retraso del vaciamiento gástrico de los
contenidos sólidos, aunque no es un hallazgo constante.
Adenocarcinoma Gástrico.
El cáncer gástrico (CG) es la segunda causa de muerte por cáncer. Más del 90%
de los CG son adenocarcinomas y el principal agente etiológico es H. pylori y
aunque este es necesario, no es suficiente ya que solo 1-2% de los infectados
desarrolla CG. Su origen es multifactorial, e involucra factores genéticos del
individuo, factores medioambientales y la infección por H. pylori.
La infección por H. pylori ha sido vinculada a la forma intestinal del adenocarcinoma
gástrico a través de una cadena de eventos que comienza con la inducción de
gastritis aguda y progresa a gastritis crónica, metaplasma intestinal, displasia y
eventualmente, a la formación de cáncer. Otros factores, los cuales pueden incluir
predilección genética e ingestión de antioxidantes, grasa y sal, pueden influenciar
este proceso y actuar ya sea para incrementar o disminuir la probabilidad del
pronóstico maligno.
Las evidencias para una asociación entre H. Pylori y cáncer gástrico pueden
resumirse brevemente así: H. pylori se ha aislado del estómago de pacientes con
cáncer gástrico, el porcentaje de infección por H. pylori va en paralelo con el de
cáncer gástrico en diferentes países; el riesgo de cáncer gástrico es mayor en
pacientes infectados por H. pylori y la infección con éste se presenta mucho antes
del desarrollo del cáncer. Todavía no se ha establecido si la erradicación de H. pylori
a una población dada conlleva una disminución en la incidencia de cáncer gástrico.
Tiene la actividad antidopaminergica. Afecta las zonas más bien cuidadas del tronco
del encéfalo. Tiene el efecto antivomitivo para náusea y vómitos debido a varios
desórdenes gastrointestinales: una disminución en el tono del estómago e
intestinos, eructo, flatulencia, gastritis, disquinesia de la extensión biliar, etc. Regula
la motilidad de la extensión gastrointestinal, levanta el tono e intensifica peristalsis.
Sus tipos
Típicamente podemos dividir los síntomas extrapiramidales en cuatro grupos, todos
ellos teniendo en común que afectan a la conducta motora del individuo. Los
síntomas extrapiramidales más característicos son la acatisia, distonía,
pseudoparkinsonismo y discinesia.
1. Acatisia
Tal vez el síntoma extrapiramidal más frecuente sea la acatisia. Se puede entender
como una forma de inquietud motora imposible de detener. Los pacientes dicen no
poder estarse del todo quietos, de forma que tampoco pueden dormir bien y su
atención deja mucho que desear. Parece que estén nerviosos todo el rato, no dejan
de balancearse, caminar a un lado y a otro, mover los pies y las manos, torsiones
del cuello, etcétera.
Se trata de un síntoma muy incómodo y agotador para quien lo padece y puede ser
violento para aquellos que rodean al paciente y desconocen el porqué de la
inquietud, estigmatizando al paciente y aislándolo aún más.
2. Distonía
Los síntomas extrapiramidales incluyen también contracciones involuntarias de los
músculos del cuello, tronco superior y de las extremidades. Casi como si se tratase
de los tics característicos del Síndrome de Gilles de la Tourette o sus ecopraxias.
La mayoría de distonías ocurren en la parte superior del cuerpo, sobre todo en la
cara.
Los pacientes hacen muecas extravagantes que acentúan aún más el
comportamiento extraño causado por el resto de síntomas extrapiramidales. Las
complicaciones de este síntoma llegan a causar problemas musculares como
tortícolis o contracciones musculares crónicas.
3. Pseudoparkinsonismo
Este síntoma extrapiramidal simula los síntomas de la enfermedad de Parkinson,
pero su aparición repentina deja clara cuál es su causa. Hablamos de temblores en
los dedos, debilidad de la voz, desaparición del balanceo de los brazos al caminar
debido a una gran rigidez muscular, etcétera.
4. Discinesia tardía
Se trata de movimientos involuntarios de la musculatura, casi siempre facial. Al
contrario que las distonías, las discinesias no ocurren por contracciones. Son
movimientos relativamente complejos y estereotipados, como sacar o doblar la
lengua, fruncir el ceño, hacer movimientos de succión, etcétera. Recibe el nombre
de tardía ya que puede tardar meses o años en aparecer.
Tratamiento
La mayoría de los síntomas extrapiramidales desaparecen con la interrupción de los
antipsicóticos típicos o sustituyéndolos por antipsicóticos atípicos. En la mayoría de
los casos, la reducción de la dosis puede generar un alivio de los síntomas, excepto
para la discinesia tardía, que no se puede predecir.
Beneficios:
1. La TRO puede utilizarse como la única medida para rehidratar exitosamente entre
el 90 y 95% de pacientes deshidratados por diarrea aguda, los cuales
anteriormente habrían sido tratados con terapia intravenosa (IV). Además, en los
pacientes con deshidratación grave, cuyo déficit inicial se corrige con líquidos
intravenosos (IV), puede utilizarse la TRO, después que se ha corregido el déficit
inicial.
2. La TRO puede reducir entre el 40 y el 50% las tasas de letalidad intrahospitalaria
por diarrea. Se supone que este hecho se debe a la disminución del uso de la
terapia IV (a menudo asociada con sepsis y sobrehidratación) y a las mejoras en
el cuidado general del paciente que van asociadas con el uso de TRO, ya que se
requiere la participación activa de la madre del niño y del trabajador de salud.
3. La TRO puede reducir en un 50 a 60% las tasas de admisión hospitalaria por
enfermedades diarreicas. De esta forma se evita que la madre y el niño sufran el
traumatismo de la hospitalización y se reduce hasta en un 80% los costos del
tratamiento de los pacientes hospitalizados por diarrea.
4. Mediante el empleo temprano de la TRO a nivel del hogar, para prevenir la
deshidratación en los estados iniciales del episodio diarreico, puede reducirse
sustancialmente el número de visitas a las instituciones de salud, así como la
mortalidad total por diarrea.
5. Cuando, conjuntamente con el reemplazo oral de los líquidos, se alimenta al niño
adecuadamente durante y después de la diarrea siguiendo los lineamientos
establecidos, puede limitarse la pérdida de peso que sufre el niño con la diarrea;
de esta manera puede disminuirse o evitarse el agravamiento del estado
nutricional.
6. La TRO es una de las intervenciones más baratas en salud. El costo del
tratamiento de un caso de diarrea con la TRO es de alrededor de un dólar
estadounidense y el costo de prevenir una muerte por diarrea con TRO oscila
entre 200 y 300 dólares.
7. Finalmente, la TRO es un procedimiento simple y puede ser administrado
fácilmente por las madres y otros miembros de la familia. De esta manera,
constituye un punto de entrada muy útil para la introducción de otras importantes
intervenciones de atención primaria de salud.
14. Justifique la importancia de la Rehidratación con sales de
Rehidratación oral, tomando en cuenta bases bioquímicas, fisiológicas y
farmacológicas.
La base fisiológica del uso de sales de
rehidratación oral se fundamenta en el
transporte acoplado de sodio y
nutrientes (glucosa, galactosa,
aminoácidos, dipéptidos y tripéptidos) a
través de la membrana del borde en
cepillo del enterocito, por una proteína
cotransportadora.