Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Está claro que el tango, como arte popular, no circulaba por la misma esfera
cultural en que transitaban los teóricos y militantes de la Reforma y que la Reforma
no parece haber influenciado en modo alguno el devenir del género, pero también
es cierto que ambos círculos tuvieron una existencia paralela y que por lo menos se
intersectaban en los momentos de distensión y juerga de la vida estudiantil, y
eventualmente también en la vida cotidiana.
1
Natalia Bustelo: Todo lo que necesitás saber sobre la Reforma Universitaria (Buenos Aires: Paidós,
2
Bustelo: Todo lo que necesitás saber…,p. 68.
1
Por otra parte en 1911 el tango ingresa en los salones aristocráticos de París3
y pese a que se suele indicar esa circunstancia como detonante para la difusión y
aceptación del tango en Buenos Aires, el género, como parte de la cultura del
espectáculo, circulaba fluidamente por toda la escala social, y mucho antes de que
el Barón De Marchi decidiera presentarlo en el Palais de Glace y atribuirse con ello la
paternidad de su consagración, aunque incidiera en la aceptación explícita del tango
por parte de la aristocracia. De todos modos ese éxito parisino y consagración local
no eran necesarios para el progreso del género, que se desarrollaba por sus propios
medios a pasos agigantados dado el tremendo impulso popular que suscitó la
incorporación del bandoneón en los conjuntos que lo interpretaban. Además, como
bien destaca Ema Cibotti,
“Quienes creen que la circulación del tango fue el resultado de su éxito
europeo, no han entendido que lo que lo legitimó, lo que le dio anclaje y
pertenencia a la creación tanguera, fue la voluntad de asimilación, de
4
“argentinización”, que culturalmente se llamó “criollismo”.
La primera grabación de una orquesta típica criolla -integrada por
bandoneón, guitarra, violín y flauta- fue la del tango Rosendo realizada por Vicente
Greco en 1910. Luego de este registro inaugural, se multiplicaron las grabaciones de
las típicas criollas desplazando por completo a las rondallas, estudiantinas y bandas
de bronces. Desde ese momento y hasta 1917 el crecimiento del tango fue
vertiginoso. Un puñado de músicos, una docena de directores, no más de setenta
individuos contabilizados por Horacio Ferrer5, son los que llevaron el tango desde
ese incipiente Rosendo hasta un primer punto de madurez en las grabaciones de
Eduardo Arolas de 1917. Año clave en el que también graba Gardel Mi noche triste e
inaugura una nueva manera de cantar el tango.
3
Jorge Novati / Inés Cuello: “El tango como especie constituida” en: Jorge Novati (coordinador)
Antología del Tango Rioplatense Vol. 1 Desde los orígenes hasta 1920 (Buenos Aires: Instituto
Nacional de Musicología “Carlos Vega”, 1980).
4
Ema Cibotti: “El tango argentino como genuina expresión de las clases medias” en Teresita Lencina
(Comp.): Escritos sobre tango, Volumen 2: Cultura rioplatense, patrimonio de la humanidad. (Buenos
Aires: Centro’feca, 2011), pp. 91-107.
5
Horacio Ferrer: El tango, su historia y evolución (Buenos Aires: Peña Lillo, 1960).
2
inmigrante y pobre de la nueva música. 6 Ese contacto de los estudiantes, si
realmente fue limitado, se produciría inevitablemente, y por lo menos, en los
carnavales, donde el género estuvo presente desde principios de siglo.7 El tango
también estaba mucho más socializado de lo que habitualmente se afirma, como
dan cuenta la profusa edición de partituras para piano y la creciente proliferación de
tangos en rollos de pianola y su presencia en salones de colectividades durante todo
el año. 8 Con respecto al “origen inmigrante de la nueva música”, entiendo que
posiblemente la autora se refiera a los intérpretes más notorios del tango en la
primera década del siglo, cuando observamos que las grabaciones estaban en manos
de bandas militares y rondallas, seguramente con gran cantidad de instrumentistas
extranjeros en sus filas, y arreglos que eran una orquestación de la partitura para
piano, que podía sonar muy parecida ya fuera realizada para la Banda Municipal de
la Ciudad de Buenos Aires o para la Banda de la Guardia Republicana de Paris. Y tal
vez con acentos más españoles como en la interpretación de Gran Hotel Victoria por
la Estudiantina del Centenario. Por otra parte, la gran cantidad de inmigrantes que
poblaba la ciudad había adoptado el tango como un medio para procesar el
desarraigo y la nueva identidad en la tierra extraña.9
Pero es cierto que el primer vínculo estrecho entre los estudiantes y el tango
se formalizó con la generación de músicos que integraba las orquestas típicas criollas
en las que campeaba el bandoneón. En Buenos Aires, la relación más nítida del tango
con la vida estudiantil de los años previos a la Reforma estuvo signada por el espíritu
de los bailes del internado. Recordemos que el internado era un cargo al que se
accedía mediante un estricto concurso entre estudiantes de medicina que ya
llevaban cinco años de prácticas de menor complejidad.
6
Bustelo: Todo lo que necesitás saber…, p. 66.
7
Jorge Novati e Inés Cuello: “El tango como especie constituida” en Antología del tango rioplatense.
Desde sus orígenes hasta 1920 (Buenos Aires: Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”, 1980).
8
Ema Cibotti: “Del encanto al desencanto de una élite en clave de tango” en Teresita Lencina, Ricardo
Salton y Omar García Brunelli (comp..) Escritos sobre Tango. En el Río de la Plata y en la diáspora
(Buenos Aires: Centro feca Ediciones, 2009).
9
Pablo Vila: “El tango y las identidades étnicas en Buenos Aires” en Ramón Pelinski (compilador) El
tango nómade. Ensayos sobre la diáspora del tango (Buenos Aires, Corregidor: 2000).
3
El primer baile de los estudiantes se celebró el día de la primavera de 191410
en el Palais de Glace, y los organizadores recurrieron a dos orquestas: la de Francisco
Canaro, que esa noche estrenó los tangos El alacrán y Matasano, este último
dedicado a los internos del Hospital Durand; y la orquesta de Roberto Firpo, que les
dedicó el tango El apronte a los internos del hospital San Roque. En 1915 Canaro
estrenó el tango El internado, cuya carátula en la partitura para piano, ilustrada por
el dibujante Arturo Lanteri, pasó a ser luego símbolo de estos bailes. En años
posteriores algunos de los encuentros se realizaron en el Pabellón de las Rosas,
ubicado en Avenida Alvear y Tagle, y se repitieron a partir de entonces
consecutivamente cada año hasta el último de 1924.
4
tango, no trasladó a su obra en el género sus simpatías por la Reforma ni su
militancia política.
Además no fue solo en Buenos Aires donde el tango era parte de la ecología
nocturna. En la ciudad de Córdoba se registran varias locaciones célebres como el
bar Victoria llamado “la capital del tango” y principalmente la confitería de Ciriaco
Ortiz, padre del bandoneonista de gran trayectoria en Buenos Aires en las décadas
del 20 y 30. En 1916 actuó en Córdoba el dúo Gardel-Razzano, con buena
repercusión en los medios gráficos, y en 1918, al editarse en disco Mi noche triste
por Gardel, habría sido muy escuchado en los gramófonos de esa ciudad.13 Una
década más tarde el tango seguía asociado, en Córdoba, a los estudiantes. Belén
Disandro14 analiza el tango Barra universitaria de Avelino Molina15, compuesto en
1927 y grabado por la Orquesta Típica Víctor ese mismo año.16
13
Carlos Agina: “Reforma Universitaria. La Córdoba de 1918. A los 80 años de la Reforma
Universitaria”. Consulta: 10/6/2018 en: http://escribanos.org.ar/rnotarial/wp-
content/uploads/2015/07/RNCba-75-1998-07-Historia.pdf
14
Belén Disandro: “Hacia la definición de un estilo musical en Córdoba. Análisis musical de Barra
Universitaria (Avelino Molina) y Provinciano (José Felipe Pérez Roselli / Eduardo Braña)“. Ponencia
presentada en …
15
El compositor además dedicó otras dos piezas al mismo colectivo: Corazón de estudiante y Canción
del estudiante, pero no estaban dirigidos al personaje combativo y politizado de la Reforma del 18,
sino a aquél que retrataban en aventuras juveniles, fiestas, amoríos, mateadas, paseos e incluso la
periódica falta de dinero. Disandro: Ibídem.
16
Seguramente por influjo de Ciriaco Ortiz hijo que ya estaba en Buenos Aires como integrante de esa
orquesta.
17
Blas Matamoro: La ciudad del tango (Buenos Aires: Galerna, 1969), p. 98.
18
Bustelo: Ibíd., p. 69.
5
José Monner Sans, el líder del Ateneo de Estudiantes Universitarios,
decepcionado de los porteños con los que hacía años intentaba tramar una
sociabilidad político–cultural, sostenía a fines de 1918
Sin embargo, el contexto tanguero podía dar ocasión para la militancia. Una
de las plataformas más influyentes de los reformistas fue la Federación de
Asociaciones Culturales, que entre mediados del 1918 y comienzos del 1921 reunió
bibliotecas y centros culturales, en su mayoría socialistas. Uno de sus miembros, el
escritor Conrado Nalé Roxlo recuerda en su Borrador de memorias que junto a otros
entusiastas integrantes hizo propaganda en lugares infrecuentes y entre público
poco interesado, y precisa: “Hasta en los intervalos en los bailes de los centros
recreativos de lejanos barrios levantamos tribunas; entre tango y tango, ideas”.
En cuanto al vínculo del tango con la vanguardia, fue dispar. Los grupos de
Florida y de Boedo florecieron en el ambiente de modernización en el que
participaba la reforma universitaria y en ellos vemos una consideración opuesta del
tango, negativa en Boedo y positiva en Florida. Isabel Stratta nos informa que en la
revista Martín Fierro, Sergio Piñero trata de modo celebratorio al tango en 1925. Lo
llama “Nieto de gaucho e hijo del compadre”, y lo considera un producto “genuino,
sintético y lógico de nuestra idiosincrasia nativa”, en contraste con los juicios de
escritores de la generación anterior que lo habían llamado “feo y antiartístico”,
“repugnante”, “guarango” (Gálvez) y “reptil de lupanar” (Lugones).20 En tanto, en la
revista Claridad, ligada a Boedo, Juan Coq lo caracteriza en 1927 como “Degenerada
versión de la lúbrica habanera, baile de negros en celo, emanación de tierras
húmedas y calientes, especie de hongo venenoso y letal que aparta a la juventud de
pensar en cosa más noble”.21
6
Fresedo, sensiblemente modernizado, y la creación, por Gardel, del tango cantado.
De Caro y Fresedo representaban un nuevo tipo de músico de tango, proveniente de
clase media, con estudios formales y conocimientos técnicos musicales y una vida
despegada de las circunstancias más oscuras del mundo nocturno del tango.
7
cantados de modo dramático, como por ejemplo Te fuiste, ja ja (Abad Reyes y G.
Matos Rodríguez) en el que el protagonista se alegra de que lo hayan dejado pero al
final la voz se le quiebra en un sollozo. En fin, a Borges no solo le molestan los
motivos sino también la alta carga de expresividad puesta en juego por la
interpretación de Gardel.
Hacia fines de los años 20 desaparecen las referencias a la vida licenciosa de
los estudiantes que frecuentaban los cabarets. El estudiante solo queda asociado a
las penas de amor y a la vida bohemia descrita y cuestionada en El mal metafísico de
Manuel Gálvez de 1916. 27 Las letras de tango y el cine sonoro reforzaron la
asociación del estudiante con la vida nocturna y las penas amorosas que los arielistas
y luego la Reforma buscaron reemplazar por una función social del estudiante.28
Los Artistas del Pueblo retrataron algunos aspectos del tango, ubicándolo en
el centro de Buenos Aires, conectado con la vida nocturna, la prostitución y la
imagen de multitudes urbanas.31 Podemos ver este tipo de descripción en “Calle
Corrientes” (1933), de Facio Hebequer, en el que se observa, una mujer desnuda
bailando sobre el fondo de una calle céntrica. El mismo artista denominó “El tango”
a una de sus litografías de la serie “La mala vida” (1933).
27
Bustelo: Todo lo que necesitás saber…, p. 69,
28
Bustelo: Ibídem, p. 72,
29
Más tarde, Borges se desdijo de ese mote al bandoneón.
30
Muñoz, Miguel Angel “Los artistas del pueblo 1920-1930” (Buenos Aires, OSDE, 2008), p. 7.
31
Frank, Patrick, Los artistas del pueblo. Prints and Workers’ Culture in Buenos Aires, 1917-1935,
Albuquerque, University of New Mexico Press, 2006, pp. 170-171.
8
Pettoruti tiene por lo menos tres pinturas famosas que se relacionan con el
género: “Quinteto” (1927), “El cantor” (1934) y “Bailarines” (1926). Las tres exhiben
una atmósfera seria inducida por el uso de una paleta oscura, las sombras sobre los
rostros y un diseño casi estático, a pesar de su planteo cubista.
El tango era visto en esa época, desde laliteratura, con una pátina negativa.
Por ejemplo, Máximo Sáenz, en la introducción al libro de relatos titulado Tangos, de
Enrique González Tuñón (1926)32 lo menciona de esta forma:
En esta cita vemos que se destaca el carácter sombrío sensual y amargo del
tango, y que se menciona su doble pertenencia a los suburbios y el centro.
Estas dos citas son representativas de la forma en que se veía el tango en esa
época; otros ejemplos se pueden encontrar en obras canónicas de la literatura
argentina. Roberto Arlt también suele mencionar al tango en sus novelas en una
forma sombría.35
9
“optar por la relación explícita con el jazz o el tango fue una decisión [de los
compositores adscriptos al neoclasicismo] que sintonizaba claramente con
la modernidad, a contramano de los consensos musicales expresados por
numerosos sectores en revistas de la época”
Es que el tango fue una fuente para todos lo que han querido verlo como lo
que era: una de las creaciones más vigorosas de Argentina, capaz de brindar una
36
Omar Corrado: Música y modernidad en Buenos Aires 1920-1940 (Buenos Aires: Gourmet musical,
2010), p. 57.
37
Plesch, Melanie. “La lógica sonora de la generación del 80: una aproximación a la retórica del
Nacionalismo Musical Argentino”, en: Los caminos de la música-Europa y Argentina (Jujuy, Argentina:
Universidad Nacional de Jujuy, 2008), 55-107.
38
Garcia Brunelli, Omar. “El tango en la obra de Juan José Castro” Revista del Instituto de
Investigación Musicológica “Carlos Vega”, Año XXV, Nº25, 2011.
39
Cibotti: ““El tango argentino…”.
10
herramienta de identidad a los inmigrantes o un material moderno a la vanguardia;
un formidable medio de expresión popular que se mantuvo fiel a sí mismo
proveyendo la materia para que sobre él se innovara, como cuando Gardel cantó Mi
noche triste en 1917, De Caro arregló su tango Tierra Querida en 1927, Pugliese
compuso Negracha en 1948, Piazzolla Melancólico Buenos Aires en 1957, Gotán
Project el collage de Lunático hace pocos años y la Orquesta Típica Fernández Fierro
recuperó en síntesis original el espíritu de Pugliese.
11