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Mi estimado amigo:
Espero poder enviarle, antes de mucho tiempo, documentos y artículos sobre la educación
en el jardín de infantes, ya que pienso que todo este tema ha sido descubierto de nuevo
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por el genio de Froebel, y si usted puede introducir su uso en su país, mejorará la sociedad
desde sus cimientos hacia arriba.
Suele reconocerse como antecedente del jardín de infantes la propuesta planteada por el
presidente de la República, Bernardino Rivadavia quien, por intermedio de María Sánchez
de Mendeville llevó a cabo la apertura de una casa dedicada a los niños más pequeños.
En sus viajes a Europa, Rivadavia se sintió atraído por las instituciones creadas para los
niños/as pequeños apoyadas en los postulados de Robert Owen y, por esta razón, le
solicitó a Sánchez de Mendeville hacerse cargo de este proyecto desde su lugar en la
Sociedad de Beneficencia. Este antecedente supo ser reconocido por Juana Manso en la
revista Anales de la Educación, creada por Sarmiento.
Entre estas ideas que remiten a lo asistencial y al juego, con su ligazón a la escuela
primaria, se sitúa el origen de la constitución de los jardines de infantes. Hoy estas ideas
se transparentan en cada uno de los debates que surgen en torno a la identidad del jardín
de infantes como institución educativa" (Pieri, C. y Quiroz, A., 2011).
Les proponemos iniciar una bitácora (un cuaderno de notas dedicado solo a la
escritura referida a este módulo) que nos permitirá atesorar el recorrido que
realizaremos por el Marco histórico político pedagógico de la educación para
niños/as de 45 días a 3 años.
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Luego en 1896 se crea, a partir de la promoción estatal, la Escuela especial de
Profesorado en Kindergarten en la Ciudad de Buenos Aires, dicha institución comenzó a
funcionar en 1897 y también estuvo bajo la dirección de S. Eccleston.
En 1905, Leopoldo Lugones cerró los profesorados de jardín en el contexto de
cuestionamientos acerca del valor de la educación de la primera infancia. Estas
instituciones volvieron a abrirse recién en 1935. Mientras tanto, las maestras normales
se hicieron cargo de la educación inicial. Fue una época sin un rumbo pedagógico definido,
donde a los jardines de infantes se sumaron guarderías, salas cuna, jardines maternales
y escuelas infantiles (hasta ese momento la educación inicial no empezaba antes de los
4 o 5 años) como respuesta a la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar.
La intención inicial, tanto de Sarmiento en su momento como de los legisladores que
crearon los primeros jardines en la década del 20 en Buenos Aires, era que estuvieran
destinados a los hijos de familias obreras, ya que las clases medias y altas disponían de
recursos para criar a sus hijos en casa hasta entrar a la escuela primaria; pero esto no
fue lo que pasó. Muy rápido, las niñas y los niños de los sectores populares quedaron
relegados.
Las instituciones dedicadas a los niños/as pequeños han seguido dos caminos paralelos:
por un lado, se encuentran las instituciones de claro tono asistencial, destinadas a la
infancia desprotegida y, por otro lado, instituciones definitivamente educativas a las que
concurren los niños/as de sectores económicos más acomodados.
A principios del siglo XX una tendencia se venía configurando y se vio acentuada con la
sanción en 1919 de la ley de Patronato de Menores: una gran diferencia, dos circuitos de
atención a la infancia los considerados niños, que eran quienes concurrían al jardín de
infantes(hijo-alumno), y los que eran considerados menores, la niñez que provenía de los
sectores populares que quedaba por fuera y que consolidaba el circuito encierro tutelaje.
En este sentido el concepto “menor” implicaba a un niño sin ningún derecho.
En el año 1921 la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires propone la creación de
cinco jardines de Infantes para niños de familias obreras. En dicha sanción, al año
siguiente, se entiende que la educación se iniciará a los 18 meses y se egresa a los 6
años, para el ingreso tendrán prioridad los hijos de las madres trabajadoras y los niños
huérfanos. Consolidando la concepción higienista de estas instituciones, las mismas
dependían de la Asistencia Pública. Podemos pensar de qué modo, entonces, se fue
instalando la tensión entre función asistencial y educativa del Jardín de infantes,
A partir del año 1930, se pusieron en marcha algunos proyectos de corte asistencial y
social, formación de una Junta de ayuda al niño, la implementación del seguro de
Maternidad, la fundación de la Dirección de Maternidad y Familia, la Ley de protección a
los niños en edad escolar, la creación de escuelas hogares. Varios de estos proyectos
fueron impulsados por el diputado socialista Alfredo Palacios.
En 1938 se aprueba en la Ciudad de Buenos Aires la creación de un Profesorado de Jardín
de Infantes y de un Jardín de Infantes Modelo (Jardín de Infantes Mitre) Aquí se sostuvo
una política educativa y social.
La diferenciación entre los conceptos de niño y menor, sufre un cambio fundamental en
el primer gobierno peronista (1945/1955), etapa en la cual la infancia cobra otra
significación; existe un resurgimiento, valoración y consolidación de los jardines de
infantes y maternales, la promoción y el cuidado de la salud de los chicos/as, y el
afianzamiento de la formación de maestras. Hasta ese momento los niños no eran objeto
de inclusión social ni de interpelación política. Entra en escena la construcción de una
infancia diferente.
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En el año 1946 se sanciona en la Provincia de Buenos Aires una Ley ( N°5096) presentada
por el diputado Simini que establece que la educación pre escolar se implementará en
establecimientos comunes, para niños de ambos sexos y desde los 3 hasta los 5 años
inclusive, siendo obligatoria y gratuita.
Jardín de infantes, Ciudad de los Niños en la Plata, Prov.
De Buenos Aires, 1950
En relación con el Jardín Maternal, si bien recién en el año 1973 se sanciona la Ley de
creación del Instituto Nacional de Jardines Maternales Zonales, es importante recordar
las primeras Leyes de protección a la infancia y a la maternidad, (Leyes Palacios).
El Instituto Nacional de Jardines Maternales zonales tendría como función el cuidado
físico, moral e intelectual de los niños hasta 12 años de edad, sobre todo considerando
aquellos cuyos padres no puedan darles la atención adecuada. Tendría además la tarea
de crear Jardines maternales en la Ciudad de Buenos Aires y en las Provincias cuyas
condiciones sociales lo requieran.
El Instituto estaría regido por autoridades en representación del Ministerio de Educación
y del Ministerio de Bienestar Social.
Recapitulando sobre algunos hitos de particular importancia, en 1884 se promulga la Ley
1420 de Educación común, gratuita y obligatoria. En el artículo 11 de esta ley se define
al jardín de infantes como una escuela especial, perteneciente al nivel primario, y se
señala que la apertura de los jardines se concretará en las ciudades donde se los pueda
dotar suficientemente de recursos. Esta instancia legal es la que da forma y determina la
conformación del Nivel Inicial en su origen. Podemos inferir, entonces, que la dependencia
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del nivel primario es clara y directa. La organización gradual de la Escuela Primaria,
planteada en el artículo 9, será el organizador de la escolaridad para los más
pequeños/as.
El Nivel Inicial toma un aspecto que lo define con respecto a la idea de “dotar
suficientemente” a los jardines porque se remite a los materiales de la época, diseñados
especialmente para desarrollar las tareas de enseñanza en el jardín de infantes. Los dones
froebelianos, materiales que Froebel consideraba que ayudaban a los niños a realizar un
desarrollo manual que tenía relación con el desarrollo cognitivo, constituirían la condición
mínima para la apertura de los jardines. En ese momento, no se está pensando en el
nivel inicial aún, sino en el jardín de infantes.
La sanción de la Ley Federal de Educación, en el año 1993, supuso un cambio en la
estructura de los distintos niveles educativos que afectó principalmente a lo que se
conocía como escuela primaria y escuela secundaria. Esta legislación reorganizó el
sistema de la Educación General Básica (que comprendía nueve años) y el Nivel Polimodal
(de tres años). Este cambio produjo una gran fragmentación del sistema educativo en
todo el país como consecuencia de los distintos grados de aplicación de la ley.
En la Ley Federal de Educación 24.195, de 1993, se define el Nivel Inicial como el primer
eslabón del sistema educativo y se establece la obligatoriedad de la sala de 5 años. En el
artículo 10 de esta ley se señala que este nivel está constituido por el jardín de infantes,
que atiende a niños de 3 a 5 años, y se sostiene que el jardín maternal se limita a la
demanda de las jurisdicciones. En esta definición, a este nivel no se lo reconoce
explícitamente como una unidad pedagógica que comprende una determinada franja de
edad con propósitos claramente educativos.
En el año 2006 se sanciona una nueva ley que reorganiza el sistema educativo de nuestro
país, la Ley de Educación Nacional 26.206. En esta ley se contempla un capítulo destinado
especialmente a la Educación Inicial. En el artículo 18 de esta legislación se señala que
el Nivel Inicial “(…) constituye una unidad pedagógica y comprende a los/as niños/as
desde los cuarenta y cinco (45) días hasta los cinco (5) años de edad, inclusive, siendo
obligatorio el último año”.
A partir de la sanción de la Ley de Educación Nacional se habilita la posibilidad de pensar
y gestionar modelos organizacionales que superen, de alguna forma, las condiciones
determinantes que el dispositivo escolar moderno supo imponer. En este sentido, se
puede pensar en la organización de una institución que responda a una diversidad de
criterios que trasciendan la variable edad, cantidad de horas de clase, turnos, actores que
participan en la constitución de la institución, entre otros. Se rescata la idea de que los
formatos institucionales no se dan de manera rígida, aislada, sino que pueden adoptar
formas flexibles y abiertas que permiten las adaptaciones necesarias de acuerdo con las
demandas y los acontecimientos, ya sean políticos, históricos, sociales o culturales.
Esta ley intenta reorganizar el sistema apoyándose en la convivencia de modelos (salas
multiedad, salas de juego, jardines vespertinos, articulaciones con la población de
pueblos originarios, con organismos gubernamentales y no gubernamentales, gremios,
sindicatos y cooperativas, entre otros), sin reducirlos a una única posibilidad: la
homogeneización no implica necesariamente la definición de una única estructura.
Se reconoce la necesidad de generar nuevos modos de intervención que permitan abordar
problemas desde distintas miradas y utilizando diversas herramientas consideradas
apropiadas a los nuevos desafíos, con los propósitos de lograr una educación inclusiva y
de calidad, conformar un sistema educativo federal y seguir ampliando derechos.
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Un ejemplo de estas experiencias se encuentra en La sala multiedad en la
educación inicial: una propuesta de lecturas múltiples, experiencias de
escuelas rurales que se pueden compartir en el siguiente enlace:
http://www.me.gov.ar/curriform/publica/multiedad.pdf
Otro ejemplo de estas nuevas experiencias se dio cuando se organizó una oferta de
jardines de infantes vespertinos que empezaron a atender a los hijos de las familias que
tuvieron que dedicarse al cartoneo desde la llamada “crisis del 2001”. Estas instituciones
no pudieron replicar el ritmo de los jardines de los turnos mañana y tarde, sino que
tuvieron que articular otra propuesta que atendiera a niños que, posiblemente, ya habrían
transcurrido su escolaridad durante el día. Al mismo tiempo, la hora del descanso, del
cierre del día, se imponía, por lo cual esa propuesta debió tomar formas que atendieran
esa circunstancia.
En algunas provincias que cuentan con población de los pueblos originarios, la tarea
docente fue pensada como un trabajo colaborativo entre la maestra de Nivel Inicial y un
representante de la comunidad con el propósito de que este compartiera –en algunos
casos– criterios para la planificación, la selección de contenidos, las propuestas de
actividades y que no se limitara solo a la traducción de la lengua española a la lengua
materna.
Las escuelas secundarias que reciben a adolescentes madres ofrecen educación inicial
con un formato que pueda atender esta situación particular. El horario del jardín y su
ubicación se encuentran íntimamente ligados a la escolaridad transitada por la madre y,
algunas veces, por el padre. Se cruzan dos intereses diferentes: sostener la escolaridad
de los adolescentes y no renunciar a una oferta de calidad y al mismo tiempo específico
para los niños/as más pequeños.
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prácticas pedagógicas universales y uniformes, la creación de la oferta y la demanda de
los servicios educativos son algunos de los atributos que nos permiten pensar cómo, en
el presente, se constituye, se condiciona y se da forma al Nivel Inicial y, en particular, al
Jardín Maternal.
Nos iremos adentrando cada vez más en la realidad del Jardín Maternal en la actualidad,
recorriendo un camino de construcciones, luchas, conciliaciones, desacuerdos y acuerdos
recordando que la historia no se detiene y en ella nos involucra a todos los que de algún
modo estamos en relación directa con la infancia.
Esperamos que esta primera clase haya consolidado y profundizado los conocimientos
sobre la temática. Nos seguimos leyendo en la próxima clase.
Actividades
1. Revisar las notas que tomaron en sus bitácoras referidas a los hitos que
marcaron el origen y el desarrollo del Nivel Inicial y, particularmente, el
Jardín Maternal en nuestro país.
2. Leer
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Bibliografía de lectura obligatoria
Ponce, Rosana (2006): “Los debates en la de la educación inicial en la Argentina.
Persistencias, transformaciones y resignificaciones a lo largo de la historia.”
EnMalajovich, Ana (comp): Experiencias y reflexiones sobre la educación inicial.
Una mirada latinoamericana. Bs. As. Siglo XXI.
Ley de Educación Nacional N° 26.206 (2006), Buenos Aires, Congreso de la
Nación.
Bibliografía de referencia
Baquero, Ricardo y otros (2007): Las formas de lo escolar, Buenos Aires, Del
Estante.
Coppa, G. y Saguier, A. (2007). La sala multiedad en la educación inicial: una
propuesta de lecturas múltiples. Cuadernos para el docente. Buenos Aires:
Ministerio de Educación, Presidencia de la Nación.
Kaufmann, Verónica (2004): “Otra forma de ser maestros: una experiencia de
inclusión de docentes en jardines infantiles comunitarios de la ciudad de Buenos
Aires”, Dirección General de Planeamiento, Secretaría de Educación, Buenos Aires,
Gobierno de la Ciudad.
Ley de Educación Común Nº 1420 (1884), Buenos Aires, Congreso de la Nación.
Ley de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes N° 26.061, Buenos Aires,
Congreso de la Nación.
Morgade, Graciela. (1993) “¿Quiénes fueron las Primeras Maestras?” Revista Del
Instituto De Ciencias De La Educación II, N°. 2: 52-61.
Pieri, C. y Quiroz, A. (2011). Modelos organizacionales en la Educación Inicial.
Temas de la educación Inicial. Buenos Aires: Ministerio de Educación, Presidencia
de la Nación.
Instituto Nacional de Formación Docente (2017). Clase 1: Historia del Nivel Inicial y
del Jardín Maternal: de la práctica pedagógica al derecho educativo. Módulo: Marco
histórico político pedagógico de la educación para niños/as de 45 días a 3 años.
Especialización docente de Nivel Superior en Educación Maternal. Buenos Aires:
Ministerio de Educación de la Nación.
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