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1. Ubicación
[De la autora: temporalidad, procedencia intelectual e itinerario académico]
Judith Butler nació el viernes 24 de febrero de 1956, es profesora Maxine Elliot en los
departamentos de retórica y literatura comparada de la Universidad de California de
Berkeley. Recibió su Ph.D en Filosofía de la Universidad de Yale en 1984. Es la autora,
entre otros textos de: SUJETOS DE DESEO: REFLEXIONES HEGELIANAS EN EL SIGLO XXI
(Columbia University Press, 1987); EL GÉNERO EN DISPUTA: FEMINISMO Y LA SUBVERSIÓN DE
LA IDENTIDAD (Routledge, 1990); CUERPOS QUE IMPORTAN: EN LOS LÍMITES DISCURSIVOS DEL
“SEXO” (Routledge, 1993); LA VIDA PSÍQUICA DEL PODER: TEORÍAS DE LA SUJECIÓN (Stanford
University Press, 1997); DISCURSO EXCITABLE (Routledge, 1997); LOS RECLAMOS DE
ANTÍGONA: PARENTESCO ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (Columbia University Press, 2000);
HEGEMONÍA, CONTINGENCIA, UNIVERSALIDAD, CON ERNESTO LACLAU Y SLAVOK ZIZEK (Verso
Press, 2000).
En 2004, publicó una colección de escritos sobre el impacto de la guerra en el lenguaje, los
cuales fueron titulados: VIDA PRECARIA: LOS PODERES DE LA VIOLENCIA Y EL DUELO (Verso
Press). Ese mismo año, apareció el LECTOR DE JUDITH BUTLER, editado por Sara Salih
(Blackwell Publishers). Otra colección de sus ensayos sobre género y sexualidad, EL
GÉNERO DESECHO, apareció bajo el sello de Routledge in 2004. Su último libro: DANDO
CUENTA DE UNO MISMO, lo publicó Fordham University Press (2005) y en él Butler discurre
sobre la parcial opacidad del sujeto, y la relación entre crítica y reflexión ética.
Actualmente ella trabaja en ensayos sobre la filosofía judía, enfocándose en críticas pre-
sionistas de al violencia de estado. Sus temas de interés son la teoría cultural y literaria, la
filosofía, el psicoanálisis, el feminismo y la política sexual.1
1
Vid. http://rhetoric.berkeley.edu/faculty_bios/judith_butler.html traducción del reseñador, visitado en
24/05/2008 4:56 AM.
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 2 de 10
2. Identificación
[De los objetivos del texto]
3. Argumento principal
GENDER TROUBLE [valga anotar que leí la copia en inglés disponible en el Fondo de
documentación Ofelia Uribe de Acosta de la Escuela de Estudios de Género de la
Universidad Nacional, N. del R. AGB] apareció en 1990 y vendió ese año más de cien mil
copias internacionalmente en diferentes lenguajes. Su título alude a una película similar del
director de cine John Waters (nacido en abril 22 de 1946)3 llamada EL PROBLEMA FEMENINO,
cuyo protagonista era el drag queen, Divina, quien tenía como nombre de pila Harris Glenn
Milstead (octubre 19, 1945 – marzo 7, 1988).4 GENDER TROUBLE o EL GÉNERO EN DISPUTA,
como se llamó la traducción española, discute críticamente pensamientos y obras, entre
otros de Simone de Beauvoir (enero 9, 1908–abril 14, 1986),5 Sigmund Freud (mayo 6,
1856–septiembre 23, 1939),6 Julia Kristeva (junio 24 de 1941),7 Jacques Lacan (abril 13,
2
Cf. http://www.colorado.edu/English/courses/ENGL2012Klages/butler.html, visitado en 24/05/2008 4:05
AM.
3
http://en.wikipedia.org/wiki/John_Waters_%28filmmaker%29, visitado en 24/05/2008 4:49 AM.
4
Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Divine_%28Glen_Milstead%29 traducción del reseñador, visitado en
24/05/2008 4:40 AM.
5
http://en.wikipedia.org/wiki/Simone_de_Beauvoir visitado en 24/05/2008 4:40 AM.
6
http://en.wikipedia.org/wiki/Sigmund_Freud visitado en 24/05/2008 5:40 AM
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 3 de 10
De esta suerte, el binarismo de toda índole sale cuestionado del texto de Butler, no solo el
biológico, sino aquel que presupone el cuerpo como una página en blanco sobre la que la
historia inscribe a su antojo. En consecuencia el cuerpo sexuado es narrado por el discurso
histórico y regulativo.
Señala Butler en su obra: «Dentro de lo metafórico de esta noción de valores culturales está
la figura de la historia como un incansable elemento de escritura, y el cuerpo como el
cuerpo que debe ser destruido y transfigurado para que la “cultura” emerja».15
Butler piensa que sin una crítica del sexo como producido por el discurso, la distinción
sexo-género como estrategia feminista para responder a construcciones de asimetrías de
género binarias y una heterosexualidad compulsiva dominante resulta inefectiva. El gran
eje sobre el que se asienta el discurso de Butler es la noción de la performatividad del
género: tal noción se extiende más allá del género hasta abarcar una completa teoría de la
subjetividad con notables repercusiones políticas. Las fuentes indagadas reportan que si
bien en sus últimos libros sobre sionismo y otros temas Butler se ha apartado del tema del
género, la noción de performatividad continúa siendo teoréticamente central en su
argumentación.16
7
http://en.wikipedia.org/wiki/Julia_Kristeva visitado en 24/05/2008 5:42 AM
8
http://en.wikipedia.org/wiki/Jacques_Lacan visitado en 24/05/2008 5:44 AM
9
http://en.wikipedia.org/wiki/Luce_Irigaray visitado en 24/05/2008 5:46 AM
10
http://en.wikipedia.org/wiki/Monique_Wittig visitado en 24/05/2008 5:48 AM
11
http://en.wikipedia.org/wiki/Jacques_Derrida visitado en 24/05/2008 5:51 AM
12
http://en.wikipedia.org/wiki/Michel_Foucault visitado en 24/05/2008 5:53 AM
13
Vid. http://www.colorado.edu/English/courses/ENGL2012Klages/butler.html, visitado en 24/05/2008 4:05
AM.
14
En metafórica alusión acaso a aquella “actividad manual que se manifiesta en obras de carpintería,
fontanería, electricidad, etc., realizadas en la propia vivienda sin acudir a profesionales”, tal cual la define la
Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2004. © 1993-2003 Microsoft Corporation.
15
Butler, Judith. GENDER TROUBLE: FEMINISM AND THE SUBVERSION OF IDENTITY. Thinking gender. página 130
16
Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Gender_performativity visitado en 24/05/2008 6:20 AM.
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 4 de 10
Tal como señalé de antemano, Judith Butler presenta el género como efecto de una repetido
actuar que nos produce la ilusión de un algo estático o normal, mientras simultáneamente
obscurece la contradicción e inestabilidad de nuestros actos genéricos individuales. Así
surge un efecto de una narrativa de género avalada como “verdadera”, y la cual se sostiene
mediante el “tácito acuerdo colectivo para desempeñar [performar, N de. R, AGB],
producir y sostener géneros discretos y polares como ficciones culturales obscurecidas por
la credibilidad de aquellas producciones —y por los castigos que ocasiona el no acordar en
creer en ellas”.17
4. Motivos
[De estudio de la autora y los escenarios y actores individuales y colectivos mediante una
aproximación capítulo a capítulo del libro reseñado]
4.1 Capítulo 1
Sujetos de sexo/género/deseo.
Para Butler, el género no es ningún sustantivo, sino un punto relativo de convergencia entre
conjuntos de relaciones culturalmente e históricamente determinados. La distinción entre
sexo y género (siendo el sexo lo prediscursivo y el género lo culturalmente construido) es
una idea básica que resulta sumamente controvertida dentro de la crítica que hace Butler del
género y la identidad. Ello por cuanto, para Butler tal distinción fractura el sujeto del
feminismo y en primer lugar resulta falsa, toda vez que los cuerpos sexuados no pueden ser
‘significados’ (cargados de significación) sin el apoyo del género; es más, la supuesta
apariencia de un sexo previo al discurso y a la imposición cultural es apenas un efecto del
17
Butler, Judith. Op. cit, página 140.
18
Ibídem, prefacio página vii.
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 5 de 10
Butler se detiene en analizar algunos puntos de los trabajos de Simone de Beauvoir y más
adelanta de Luce Irigaray para sondear las relaciones que hay entre el poder y las categorías
de sexo y género. De acuerdo a Beauvoir, las mujeres son la carencia fundamental ante las
cuales los hombres instituyen su identidad; para Irigaray tal dialéctica hace parte de una
“economía significante” que excluye la representación de las mujeres como colectivo al
servirse del lenguaje falogocéntrico (el discurso ordenado según la valoración masculina
del mundo). De lo dicho tanto por Irigaray como por Beauvoir, Butler establece entre ellas
un aparente acuerdo al asumir ambas que existe un ser femenino “auto-idéntico” que
intenta ser representado, lo cual impide la posibilidad de ser o de llegar a ser un género
cabal.
Butler nos advierte contra las explicaciones totalizantes que prohíben o invisibilizan una
marginalidad que siempre resulta problemática. Me resultó fascinante la idea según la cual
en lo que a feminismo respecta: «La insistencia de antemano en una “unidad” de coalición
como meta, asume que la solidaridad, cualquiera sea su precio, es un prerrequisito para la
acción política. Pero ¿qué clase de política demanda comprar el avance de esa manera sobre
la base de la unidad? Quizás una coalición necesita reconocer sus contradicciones y tomar
acción con tales contradicciones intactas».19
En este apartado, Butler introduce la idea fundacional del GÉNERO EN DISPUTA al argüir que
el género es preformativo y que, en realidad, ninguna identidad existe tras aquellos actos
que supuestamente “expresan” el género; pues los actos constituyen, más que expresar, la
ilusión de una identidad de género estable. La apariencia de ser un “género” es pues,
culturalmente marcada por actos de desempeño del mismo; por ende, es inexistente
cualquier género universal: éste sólo se constituye a través de la práctica de la
performatividad o desempeño; a resultas de ello, ser “mujer”, y ser “hombre” es siempre
una eventualidad abierta a interpretación y resignificación diversas.
4.2 Capítulo 2
Prohibición, psicoanálisis y la producción de la matriz heterosexual.
19
Ibídem, página 14.
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 6 de 10
En este apartado, Butler da cuenta de una idea que resultó muy conveniente para las
ferministas, a saber: la prístina transformación del sexo en género por medio del tabú del
incesto. Aquí Butler aborda la problemática desde una triple y muy popular perspectiva. En
primera instancia, apela al estructuralismo antropológico de Claude Lévi-Strauss
(noviembre 28 de 1908).20 Para Lévi-Strauss, el tabú del incesto presupone una estructura
de parentesco cuyo rasgo preponderante es el intercambio de mujeres.
En segundo lugar, Butler introduce la noción psicoanalítica, brindada por Joan Riviere
(1833-1962),21 conforme a esta autora la condición de mujer es una mascarada {el ensayo
original se titula “womanliness as a masquerade”, y fue publicado en principio en The
International Journal of Psychoanalysis (IJPA), vol. 10 (1929)} y en él Riviere plantea que
tras el tabú del incesto que esconde una identificación masculina se oculta asimismo el
deseo por otra mujer; una última noción es la explicación psicoanalítica que da Sigmund
Freud en virtud de la cual, merced al luto u a la melancolía, la pérdida del ser amado hace
que el ego incorpore atributos de dicha persona perdida, así la catéxis (o investidura) se
convierte en propiciadora de identificación.
Ahora bien, tanto Freud como Riviere hacen de la historia de Edipo —y del célebre
complejo con ella vinculado— un típico ejemplo del tabú del incesto. En cada caso, sin
embargo Butler, encuentra trazas de la performatividad, como ella designa al aspecto
productivo del género en la actuación, primero en Lévi-Strauss, al dictaminar este que el
incesto es una “omnipresente fantasía cultural” y que es la presencia del tabú mismo la que
ocasiona tales deseos; con Riviere, Butler puntualiza que la imitación y la mascarada
forman la hipotética “esencia” del género; por último, y a partir de Freud, Butler, asevera
que “la identificación de género es una especie de melancolía en la cual el sexo del objeto
prohibido es internalizado como prohibición. Dicha prohibición sanciona y regula discretas
identidades de género y la ley del deseo heterosexual”.22
Por tal motivo, la identificación con el mismo género, como en el caso del niño con el
género masculino gravita sobre una catéxis (o, en términos psicoanalíticos, “investidura”23)
con el padre, más que con la madre, del mito edípico. Comenta Butler que “la melancolía
heterosexual es culturalmente instituida y mantenida como el precio por identidades de
género estables a través de deseos oposicionales”.24 La estabilidad de la heterosexualidad
descansa, además, sobre una homosexualidad latente que se mantiene vedada pero siempre
a mano para ofrecer contrastes dentro de los linderos de la cultura. Como a lo largo de toda
su obra Butler hace énfasis en el aspecto productivo del tabú del incesto cuyos ecos
jurídicos generan, y simultáneamente regulan, el que la heterosexualidad sea válida y la
homosexualidad subversiva, cuando las dos condiciones jamás existieron antes del
advenimiento de la ley.
20
http://en.wikipedia.org/wiki/L%C3%A9vi-Strauss visitado en 24/05/2008 7:35 AM
21
http://www.psychoanalysis.org.uk/P02/XP02A.htm visitado en 24/05/2008 7:45 AM
22
Butler, Judith. Op. cit, página 63.
23
http://en.wikipedia.org/wiki/Cathexis visitado en 24/05/2008 7:55 AM
24
Butler, Judith. Op. cit, página 70 (como todas las notas es traducción mía, AGB, del original en inglés).
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 7 de 10
4.3 Capítulo 3.
Actos corporales subversivos.
Este apartado, el más extenso de todos, incluye las siguientes sub-partes, a saber:
Aquí recoge Butler los postulados de la feminista búlgaro-francesa Julia Kristeva, quien
responde a la línea argumental de Jacques Lacan señalando que, frente al orden simbólico,
represivo y paternal que suprime lo femenino en el lenguaje y la cultura, hay posibilidades
narrativas (dentro de eso que Kristeva llama lo “semiótico”, cuya dimensión está dada por
los acentos y ritmos poéticos que evocan la relación con la madre); de eso semiótico apenas
subsisten trazas en el lenguaje poético (que adquiere suma peligrosidad cuando es
empleado por la mujer).
Para Kristeva, comenta Butler, las únicas posibilidades que tienen las mujeres de retornar al
cuerpo maternal que las portó son la escritura poética y la maternidad. Dice además, Butler
que para Kristeva la homosexualidad femenina es una imposibilidad que linda con la
psicosis. Aquí advierte Butler que la insistencia de Kristeva en lo maternal, que de alguna
manera estaba antes de la cultura, y en su postulación de la poesía como retorno al cuerpo
maternal se esconde una trampa esencialista: “Kristeva entiende el deseo de dar nacimiento
como una especie de deseo que es parte de una colectivo y arcaico impulso libidinal
femenino que constituye una realidad metafísica que siempre retorna”.25Más adelante,
añade Butler que “Kristeva conceptualiza este instinto maternal como dueño de un estatus
ontológico anterior a la ley paternal, pero falla en considerar la forma en la cual esa ley bien
podría ser la causa del propio deseo que dice reprimir”.26
Butler refiere que la noción de maternidad como un edén perdido para las mujeres es una
construcción social, y para ello recurre a lo que estipuló Michel Foucault en la HISTORIA DE
LA SEXUALIDAD; de acuerdo al pensador francés, nacido en Poitiers, la noción según la cual
la maternidad antecede o define la condición de mujer es un simple producto del discurso.
En consecuencia, la represión ocasiona el mismo objeto que pretende negar y, por lo
mismo, la ley paternal de lo simbólico concibe una noción de lo femenino para poder
reprimirla.
4.3.2.
Foucault y Herculina
[La política de la discontinuidad sexual]
El apartado empieza con el análisis que hace Butler de la introducción crítica, hecho a su
turno por Foucault, de los diarios biográficos del-la hermafrodita Herculine Barbin (Saint-
Jean-d'Angely, 1838-París, 1868), 27 quien se definió al nacer como mujer pero se suicidó
25
Ibídem, página 90.
26
Ibídem, página 90.
27
http://es.wikipedia.org/wiki/Herculine_Barbin visitado en 24/05/2008 8:35 AM
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 8 de 10
tras ser obligado (él/la) por las autoridades, a vivir como hombre. Comenta Butler que
Foucault presenta los días iniciales de Herculine como imbuidos de una forma de vivir el
género o el “sexo” como en un feliz limbo de no identidad.28 La impugnación que hace
Butler a Foucault se debe a que para ella, cuando Foucault proclama en tan románticos
términos la vida de Herculine antes de su inscripción cultural, el pensador francés
contradice lo que había dejado consignado en HISTORIA DE LA SEXUALIDAD, obra en la cual
había él dejado sentado que toda idea de una identidad sexual real, verdadera u original es
ilusoria. En otras palabras, la comprensión de la noción de sexo no es algo que preexista al
sistema de poder represivo sino que, más bien, es constituyente del sistema mismo.
Para Butler, Barbin (o Alejandrina) no estaba en un “limbo feliz”, sino que participaba en
un amplio recorrido, en todo momento fiscalizado por redes de control social. Para ella, ese
desvío, o sesgo interpretativo de Foucault pede explicarse como generado por la
vindicación o “momento confesional” de la propia homosexualidad del filósofo (capítulo de
su vida sobre el cual Foucault sólo se permitió ser entrevistado una vez... “Todo lo que
puedo hacer al respecto es explotar con risas”).29
La teoría del lesbianismo de Wittig sobre el sujeto lesbiano como ultimo recurso para salvar
la noción construida de sexo es expuesta aquí por Butler con sus altos y sus bajos. Para
Wittig, la noción de sexo siempre ha sido codificada y marcada como femenina para
enfatizar en la presencia del hombre desde la ausencia del mismo. Por tal motivo, la mujer
en tanto sexo no puede escapar del llevar la noción de sexo como una carga. Eso hace que
se eroticen en forma monopolística algunas partes del cuerpo femenino generado una
‘compartimentalización’ opresiva, una fragmentación de lo que alguna vez fue un todo, la
cual únicamente puede ser superada mediante la construcción absoluta de un sujeto que no
es mujer. El uso persistente del lenguaje, según Wittig, “produce efectos de realidad que
eventualmente percibimos erróneamente como hechos”.30
Con el ánimo de evitar tal constricción, «la más insidiosa y efectiva estrategia es una total
apropiación y ‘redespliegue’ (sic) de las categorías de identidad mismas, no sólo para
responder al “sexo”, sino para articular la convergencia de múltiples discursos sexuales en
el sitio de la “identidad” para tornar, esa categoría en cualquier forma, permanentemente
problemática”.31
Me fascinó la forma en que Butler va más allá del género y el sexo para objetar la noción
del “cuerpo” como una entidad natural que no admite genealogía (en el sentido
28
Cf. Butler, Judith. Op. cit, página 94.
29
Cf. Ibídem, página 102, donde Butler cita “Sexual choice, sexual act: Foucault y Homosexualidad”
originalmente impreso en Salmagunsdi Vols. 58-59,
30
Ibídem, página 115.
31
Ibídem, página 128.
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 9 de 10
foucaultiano del término). ¿Por qué damos por sentado que el cuerpo es el fondo o la
superficie sobre la cual se inscribe la significación de género? ¿es acaso el cuerpo una mera
facticidad vacía de valor? ¿Acaso no es el cuerpo mismo formado por fuerzas políticas con
intereses estratégicos de mantener ese cuerpo atado y constituido por los marcadores del
sexo?32
Como durante todo su texto Butler nos pregunta y nos pregunta, con estos y otros muchos
interrogantes, sobre nuestros dualismos y nuestras preconcepciones. Asimismo, y a partir
de la teorías de la antropóloga británica Mary Douglas (marzo 25 de 1921–mayo 16 de
2007),33 tal cual aparecen en la obra “Pureza y peligro” que los límites del cuerpo han sido
determinados para establecer algunos tabúes sobre los límites y posibilidades de
intercambios. De esta suerte, presión hegemónica y homofóbica de los medios en relación a
la polución que el Sida trae al cuerpo se corresponde con la polución de la actividad
homosexual que siempre se ha visto al cruzar limites corporales y orificios peligrosos como
paradójicamente “poco civilizada y poco natural” al mismo tiempo. Según Butler, “el
cuerpo mismo es consecuencia de una serie de tabúes que lo demarcan en virtud de sus
límites estables”.34 En otro apartado agrega Butler a partir de Kristeva que «La
construcción del “no-yo” como lo abyecto establece los límites del cuerpo que son también
los primeros contornos del sujeto”.35
Por último Butler propone la práctica del drag como una forma de desestabilizar el
binarismo entre lo exterior y lo interior. De esta suerte se ridiculiza el asunto de que pueda
haber un género original y se demuestra juguetonamente a la audiencia que mediante la
exageración todo género puede ser hecho mediante un guión, un ensayo y una actuación en
la cual alternan el sexo, el género y el desempeño.36
Butler cierra su obra abogando por la construcción de un feminismo con cabal sentido
político en el cual los pronombres generizados han sido desterrados o cuando menos no se
presumen como categorías naturales. Incluso la cantinela de hablar de “nosotras”, las
“mujeres” como quienes deben ser sujetos en lugar de objetos es una división artificial y
hegemónica. Ello por cuanto, el sujeto es construido mediante la repetición de una práctica
de significación que siempre puede variar.
32
Cf. Ibídem, página 129.
33
http://en.wikipedia.org/wiki/Mary_Douglas visitado en 24/05/2008 8:40 AM
34
Cf. Butler, Judith. Op. cit, página 133.
35
Ibídem, página 133.
36
Cf, Ibídem, página 137.
El Género en disputa por Judith Butler (reseña) por Alfredo Gutiérrez Borrero 10 de 10
Butler piensa que una política de la transformación puede emerger: ello, “por cuanto la
deconstrucción de la identidad no es la deconstrucción de la política”.37
6. Coherencia y crítica
Bibliografía
BUTLER, J. (1990). Gender trouble: feminism and the subversion of identity. Thinking
gender. New York, Routledge.
37
Cf, Ibídem, página 147.
38
http://en.wikipedia.org/wiki/Judith_Butler#Critical_response visitado en 24/05/2008
39
http://en.wikipedia.org/wiki/Catharine_MacKinnon visitado en 24/05/2008 9:20 AM.
40
http://en.wikipedia.org/wiki/Nancy_Chodorow visitado en 24/05/2008 9:28 AM
41
http://en.wikipedia.org/wiki/Andrea_Dworkin visitado en 24/05/2008 9:33 AM