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i LEWIS A. COSER
·Traducción de J
BERTHA BAss, RuBY BETANOOURT y FÉLIX !BARRA 1
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revisada por 'j
MANUEL SÁNCHES SARTO
•,
i LAS FUNCIONES
j del
'
.CONFLICTO SOCIAL

o
FONDO DE CULTURA ECONóMICA
1 MÉXICO - BUENOS AIRES

1
' 1
é

1
¡ PREFACIO
Primera edición en inglés. 1956
Primera edición en espafi.ol, 1g61

EsTA obra es un esfuerzo tendiente a aclarar el concepto


de conflicto social y, a la vez, a examinar el uso de este
concepto en la investigación sociológica empírica.
·.\<r Los conceptos pueden imaginarse como no siendo ni
verdaderos ni falsos; son adecuados o inadecuados, cla-
ros o confusos, eficaces o ineficaces. Son instrumentos
destinados a captar aspectos sobresalientes de la realidad
y, por consiguiente, "constituyen definiciones (o prescrip-
Ji ciones) de lo que se observa".1
Antes de que los "hechos" puedan hablar, es necesa-
. rio ordenados de acuerdo con algún esquema concep-
tual. El divorcio entre la investigación, concebida como
una búsqueda de "hechos", y las teorías, que con dema-
siada frecuencia se remontan más allá del alcance de los
hechos, es la causa de muchas de las fallas de la sociolo-
gía. En nuestra opinión, el análisis conceptual periódico
sirve para mitigar estos dos géneros de deficiencia.
Este estudio trata de aclarar y consolidar los esque-
mas conceptuales pertinentes a los datos del conflicto
social. No ofrece los resultados de una investigación nue-
va, sino que espera estimular ese tipo de investigaciones.
Pretende impulsar la formulación de nuevas encuestas, a
partir de las contribuciones del pasado.
Aunque el concepto de conflicto social es de primor-
La edición original de esta obra fue registrada
dial importancia para la comprensión de grandes áreas
por The Free Press, Glencoe, Ill., con el titulo de las relaciones sociales, ha permanecido casi totalmente
T/lc Functions of Social Conflict. desatendido por los sociólogos en los últimos años. En
otra ocasión 2 el autor intentó buscar las razones de esta
Derechos reservados confonne a la ley
negligencia con respecto a los cambios, ocurridos en los
© 1961 Fondo de Cultura Económica
Av. de la Universidad 975 - México u, D. F. últimos cincuenta años poco más o menos, que han su-
frido las imágenes, socialmente modeladas, que los soció-
Impreso y hecho en México logos norteamericanos han tenido sobre sí mismos, y de
Pn'nted and made in Mexico 1
! los cambios acaecidos en su público potencial o efectivo.
7
,..,

<"

8 PREFACIO

.El primer capítulo de esta obra resumirá alguno de esos ij:


··.1
hallazgos. Al lector que se interese en ellos se le reco-
miendan estudios más profundos. t-
Este libro se ocupa principalmente de diversas afir-
maciones básicas extraídas de las teorías sobre el conflicto Sostengo que quienes cavílan acerca de la disensión
social, en especial de las teorías de Georg Simmel. Tales entre patricios y plebeyos lo hacen sobre las mismas
afirmaciones, a su vez, se . amplían al relacionarlas con causas que en mi opinión contribuyen mayormente
otros descubrimientos de naturaleza teórica o empírica. a la libertad [de Roma]; porque aun cuando las ta-
Se ha definido de diversas maneras el conflicto social. chan de ser el origen de la confusión y del tumulto,
Para los fines de este estudio en particular, se supondrá no consideran los efectos saludables que producen;
al parecer olvidan, o nunca han sabido, que en toda
provisionalmente que significa una lucha con respecto a
comunidad los puntos de vista y las inclinaciones de
valores y derechos sobre estados, oderes recursos es- nobles y comunes deben ser necesariamente muy dis-
§05, hl a en a cual el ropósit es neutralizar, dr tintos, cuando no absolutamente diferentes, y que
o eliminar a sus rivales. Esta e inición, considerada como todas las leyes que favorecen la libertad se han de-
instrumento de trabajo, sirve sólo como punto de partida. bido a esa diferencia.
Nuestrobjetivo principal lon las funciones más que · NICOLÁs MAQUIAVELO: Discursos políticos. Lib. 1,
las disfunciones del conflicto social, es decir, aquellas cap. rv.
consecuencias del conflicto social que incrementan más 1 _....

bien que disminuyen la adaptación o ajuste de deterrñi-


nadas relacwnes o grupos sociales. En vez de ser sólo El choque de doctrinas no es un desastre, sino una
un factor "negativo" que "disocia", el conflicto social ""' oportunidad.
puede realizar muchas funciones específicas, en los gru- ALFRED NORTH WHITEHEAD: La ciencia y el mun-
pos y en otras relaciones interpersonales; por ejemplo, do moderno.
puede contribuir al mantenimiento de las fronteras de ' .
grupo, y evitar que los miembros de un grupo se sepa-
ren de él. Si nos aferramos al punto de vista de que el \'
·:!l-
El lado malo es el que produce el movimiento que
haée la historia, al generar una lucha.
conflicto social es necesariamente destructor de las rela-
ciones en cuyo seno ocurre, ello conduce, como más ade- CARLOS MARX: La miseria de la filosofía.
1
lante veremos, a interpretaciones muy deficientes. Si nos
concentramos en los aspectos funcionales del conflicto
social, esto no implica negar que ciertas formas de con-
flicto son realmente destructoras de la unidad del u o,
o provocan a esmtegraoon e estr e uras sociales es-
pecíficas. Sin embargo, cuando nos concentramos en
ellos, podemos restituir el equilibrio del análisis que se
ha inclinado en otra dirección.8 ·
TESTIMONIO DE GRATITUD

EsTJ!estudio no hubiera podido ser escrito sin las ense-


ñanzas, la crítica sagaz y los consejos y consultas amisto-
sas del profesor Robert K. Merton. Mi gratitud hacia él
es tal, que apenas puede expresarse adecuadamente por
A RosA medio de una simple nota de agradecimiento.
Con mi esposa, Rose L. Coser, del Wellesley College,
he compartido durante muchos años un compañerismo
de traba jo basado en la fe común y llevado a la perfec-
ción por el matrimonio. En estricto derecho esta obra
deberla publicarse bajo la firma de ambos, puesto que
amplias porciones de ella deben mucho a su habilidad
analítica. Su constante estímulo y su crítica constructiva
han sido de valor incalculable.
Mis amigos Gertrude McPherson, que perteneció al
Wellesley College y James MacPherson, antes en el Smith
College, fueron de gran ayuda al editarse una primera
versión de este estudio. Les estoy profundamente agra-
decido.
Los profesores Richard Hofstadter, Seymour M. Lip-
set, Robert S. Lynd y David B. Truman, de la Colum-
bia University, leyeron una primera versión de este
libro e hicieron numerosos comentarios críticos de gran
·valor.
Varios de mis colegas de la Brandeis University, espe-
cialmente los profesores Frank Manuel y Bernard Rosen-
berg (ahora en el Harpur College), leyeron el manuscrito
e hicieron de él valiosas observaciones.
Debo especial agradecimiento a Amber Harrington
que ayudó mucho en la compilación del índice y en la
lectura de las pruebas de imprenta.
Finalmente, me complazco en reconocer que siempre
estaré en deuda con mis amigos Jeremiah Kaplan y Ned
11
TESTIMONIO DE GRATITUD
"
Polsky de la Free Press. A no ser por su interés y coope-
ración, es posible que este estudio no se hubiera pu-
l. INTRODUCCióN
blicado.
LEwrs A. CosER U NA DE las primeras sesiones (1907) de la American So-
Waltham, Mass., ciological Society, que acababa de fundarse, tuvo como
febrero de 1956 tema central de discusión el conflicto social. La. princi-
pal conferencia fue leída por el sociólogo darwinista
Thomas N. Carver. Dijo Carver: "Puede haber mu-
chos casos en que haya una completa armonía de intere-
ses, pero esto no origina problemas y por consiguiente
no necesitamos ocuparnos de ello." 1 Carver pensaba que
sólo cuando impera la desarmonía y el antagonismo
puede decirse que existe un problema moral y científico.
Es importante subrayar que en la discusión subsi-
guiente, en la cual participaron los sociólogos más des-
tacados de la época -Giddings, Ross, Ward, Hayes, entre
otros-, casi nadie dudó de la importancia que Carver
había asignado al estudio del conflicto. Las únicas obje-
ciones que se hicieron fueron las relativas a su rígida
interpretación económica.
En la vigesimasexta sesión anual de la American So-
ciological Society efectuada en 1930, el conflicto social
fue nuevamente el tema principal de la discusión. En-
tonces Howard W. Odum afirmó en su discurso presi-
dencial,' citando a otro sociólogo: "El conflicto social
es sociológicamente un terreno inexplorado. . . La socio-
logía del conflicto todavía está por escribirse." Pero esa
reunión hizo poco para llenar ese vacío, y en las sesiones
se dio la impresión clara de que los miembros de la So-
ciedad ya no éonsideraban como una preocupación cen-
tral el estudio del conflicto social.
Una generación más tarde, J essie Bernard, en la
American ]ournal of Sociology,• preguntó una vez más:
"¿Dónde está la moderna sociología del conflicto?", y
continuó diciendo que "desde la época de los primeros
precursores como Small, Park y Ross, poco es lo que se ha
13
lNTRODUCCJóN INTRODUCCióN •5
'4
progresado. Los sociólogos norteamericanos de los años profundamente arraigados, reclamaron por sus vigorosas
recientes se han contentado con mantener el estudio implicaciones el estudio sistemático, racional y empírico
científico del conflicto en el punto en que Simmel lo de la sociedad y el control de un mundo corrompido.•
dejó." El predominio de los "problemas" y, por tanto, del
Inclusive un rápido examen del trabajo contemporá- punto de vista reformador sobre la preocupación pura-
neo de .esos sociólogos indica claramente que, en reali- mente teórica con respecto a la sociología se evidencia
dad, el conflicto se ha descuidado mucho como campo con claridad en los estatutos de los primeros departamen-
de investigación. A juicio nuestro, aun cuando aquí no tos de sociología. Aunque a principios del siglo los so-
podamos detenernos a aportar una demostración cabal, ciólogos trataron de elevarse a un nivel de respetabilidad
este descuido con relación al conflicto se debe, cuando r académica, subrayando los aspectos científicos y teóricos
menos en parte, a los cambios ocurridos en los círculos de su obra, el celo reformista no se extinguió. Para un
de oyentes, actividades e imágenes de sí mismos de los sociólogo moderno, que advierte la separación casi total,
sociólogos norteamericanos. Puede decirse que estos cam- cuando no la diametral oposición, hoy existente entre
bios han contribuido a desplazar el centro de la atención la ciencia social y el reformismo, la repetición de frases
desde el conflicto hacia otras áreas de la investigación reformistas, en los escritos de los padres de la sociología
sociológica, tales como el "consenso", la "orientación del moderna, puede significar simplemente que se las em-
valor común", y otros semejantes. [· plea en forma rutinaria. Ahora bien, esa interpretación
,sólo es posible si uno deja de trasponerlos al esquema de

I
!··' los V<tlores imperantes a fines del siglo XIX y principios
del xx.• Como afirmaron Albion Small y George E. Vin-
Al parecer los sociólogos norteamericanos de la primera cent en el primer libro de texto norteamericano de
generación se consideraban a sí mismos como reforma- sociología: "La Sociología nació del ardor moderno por
dores, y se dirigían a un público de reformadores. Esas mejorar la sociedad." •
imágenes de sí mismos y de su público indujeron fl diri- No todos los sociólogos estaban de acuerdo con res-
gir la atención hacia las situaciones de conflicto, y a pecto a la naturaleza de la reforma necesaria. De las
ello se debió la preocupación del sociólogo por esos pro- pt'incipales figuras de la época, Ward, Small, Ross, Ve-
blemas. Además, en lugar de considerarlo simplemente bien y Cooley, puede decirse que eran "reformadores
como un fenómeno negativo, el conflicto social era esti- estructurales", porque abogaban por cambios sociales tan
mado como realizador de funciones decididamente posi- profundos, que justificaban la afirmación según la cual,
tivas. En particular, el conflicto proporcionaba a esos si se adoptaran, darían por resultado un cambio en la
sociólogos la principal categoría explicatoria del análisis estructura total de la sociedad, y harían surgir un nuevo
del cambio social y del "progreso". sistema social, con diferentes características estructura-
La ética reformista canalizó de tal manera el interés les. Por otra parte, Sumner y Giddings pueden deno-
de la primera generación de sociólogos, que vino a cons- minarse "reformadores detallistas", porque proponían
tituir un elemento importante en el creciente cultivo medidas que harían necesario realizar ciertos ajustes en
de la sociología. Los intereses reformistas de la época, el orden institucional, pero sin propiciar modificaciones
•• INTRODUCCióN INTRODUCCióN '7

básicas ni abarcar las características estructurales sobre- incluyera el interés por el fenómeno del conflicto les
salientes del sistema. parecía sumamente deficiente. Tomemos el siguente tex-
Si ahora nos trasladamos de la imagen de sí mismos. to de Cooley: "Mientras más se piensa en ello, más cla-
de los sociólogos como reformadores, al público de los. ramente se observa que el confliCto y la cooperación no
primeros sociólogos, notamos que era, sobre todo, un pueden separarse uno de otra, sino que son fases de un
"público reformador". La expresión "público reforma- mismo proceso que siempre incluye algo de ambos"; 7 o
dor" la usamos aquí más bien en un sentido amplio. In- este otro: "El orden social se puede resolver en un gran
tenta abarcar todos los movimientos y personalidades. número de conjuntos cooperativos de diversa índole, cada
que criticaron algunos aspectos centrales del statu quo uno de los cuales incluye en sí elementos de conflicto, a
y propusieron soluciones. Aun cuando hay vastas dife- los que se superpone una especie de armonía, que puede
rencias entre el movimiento social evangelizador y el entrar en conflicto con otros conjuntos"; • o lo escrito
socialismo marxista organizado, aunque los devotos de por Small cuando afirma: "En la forma, el proceso social
Hull House y los de Eugene Debs chocaron con frecuen- es una incesante reacción de personas movidas por inte-
cia, parece justificable, para nuestro objeto, una agru- reses, que en parte están en conflicto con los de sus com-
pación conjunta de todos esos movimientos, pues consti- pañeros, y en parte conllevan sus intereses con los de
tuían un público bastante homogéneo, por cuanto los otros"; • o la. afirmación de Ross: "En cierto modo, la
agrupaba su insatisfacción por el statu qua. oposición abierta protege y mantiene la sociedad... ;
Los sociólogos a quienes hemos llamado "reforma- en cualquier asociación voluntaria si se eliminan las
dores estructurales" fueron igualmente los que encon- protestas y la oposición del resto..., por parte del ele-
traron un copioso público, no académico, principalmente mento dominante, es muy probable que ello conduz-
entre la izquierda radical de la época. Esta izquierda ca a la dispersión del grupo. . . La oposición entre
constituyó el público de Ward, Veblen, Ross, Small y los grupos endurece y vigoriza a quienes pueden so-
probablemente Cooley. portar el esfuerzo"; 10 o la posición de Sumner, ex-
Por otra parte, el público de Giddings y Sumner, o presada en la siguiente frase: "La relación de camara-
sea, de los sociólogos que sólo se interesaban en una re- dería y de paz en los grupos nosotros, y la hostilidad y
forma parcial, estaba constituido por hombres poderosos la guerra hacia los grupos ellos son correlativos entre
y de pensamiento recto, los cuales, aun siendo vigorosos sí"; 11 para todos estos sociólogos, el conflicto representa
partidarios del statu qua, reconocían la necesidad de una categoría central.
reformas específicas, por ejemplo, en la administración Cuando observaban que ciertos tipos de conflicto so-
municipal o la política arancelaria. cial contenían rasgos negativos, destructores de la matriz
Si examinamos ahora los escritos de los primeros so- social, subrayaban la necesidad de hacer reformas es-
ciólogos norteamericanos, observaremos que el conflicto, tructurales, más que de "a juste" a las características
en realidad, es una categoría central en sus sistemas, y estructurales existentes.
más aún, que lo consideran como parte fundamental La primera generación de sociólogos se dirigía a un
y constructiva de la organización social. Una visión de público que se sentía implicado por distintos tipos de
la sociedad, y especialmente del cambio social, que no actividades conflictivas, a los cuales se adscribían, tenién-
18 INTRODUCCióN 1 INTRODUCCióN 19

dolas, además, en alta estima. El grupo de referencia Introduction to the Science of Society, 12 de Park y Bur­
tuvo, para los pensadores sociológicos representativos de gess, que esbozaba la orientación de los programas del
la época, una acogida y un reconocimiento positivos, Departamento de Sociología de Chicago, no menos de se-
con lo que se reforzó y afianzó la imagen que los sociólo- tenta páginas están dedicadas al análisis del conflicto. El
gos tenían de sí mismos. Como este público concedía conflicto se alinea entre las pocas formas básicas de la
un valor altamente positivo a las actividades conflicti- interacción humana. Es más, Park estimaba que: "Sólo
vas, los sociólogos de esa generación no sólo concentraron donde existe un conflicto, puede decirse que el cCimpor-
su atención sobre el fenómeno del conflicto, sino que tamiento es consciente y autoconsciente: sólo entonces
también tendieron a asignarle un valor positivo. El con- se reúnen las condiciones para la conducta racional.",.
flicto fue considerado como algo inherente a la estructura Según Park, el conflicto no sólo era el mecanismo me-
social, y aquellos tipos especiales de conflicto que se eva- diante el cual se lograba la autoconsciencia, sino que en
luaban negativamente sólo podían eliminarse mediante realidad era un elemento constitutivo de cualquier so-
un cambio estructural. De esa manera, hasta la valora- ciedad organizada: "El conflicto -escribe Park-tiende
ción negativa de ciertos tipos de conflicto hacía patente a provocar una integración, y una superordenación y
la necesidad de la reforma estructural. subordinación de los grupos en conflicto." 14
La generación de sociólogos que siguió a la de los
fundadores, especialmente la Escuela de Chicago, con-
frontaba una situación un tanto diferente. El ambiente II
y la orientación de Roben E. Park, por ejemplo, no pa- En contraste con las figuras hasta ahora analizadas, la
recen ser esencialmente distintos de los que caracteriza· mayoría de los sociólogos que dominan la sociología con-
han a la generación anterior; pero en los años siguientes temporánea, en vez de considerarse como reformadores,
a la segunda Guerra Mundial, el público ya se había que se dirigen a un público de reformadores, han tratado
modificado bastante. A medida que la investigación uni- de hallar oyentes entre quienes tienen la misión de adop-
versitaria iba orientándose de acuerdo con las demandas tar decisiones en las burocracias públicas o privadas.
de organismos exteriores, el público de los sociólogos Concentran su atención principalmente en los pro-
tendió a desplazarse. Los escritos de Park, para no citar blemas de ajuste, más que en el conflicto; sobre la estática
sino un ejemplo, al penetrar más allá de la comunidad social, más que sobre la dinámica. Para ellos ha sido un
académica, fueron de vital interés para las reformas ur- problema de importancia primordial el mantenimiento
banas y las juntas de mejoras, y asimismo para las agen- de las estructuras existentes, y las formas y medios de
cias de relaciones raciales; en cambio. parecen haber te- asegurar su fácil funcionamiento. Se han concentrado
nido muy pequeña influencia sobre el público radical y en el estudio de los desajustes y tensiones que interfieren
reformista. Sin embargo, el traba jo teórico de Park to- con la coincidencia de opiniones (consenso). En tanto
davía cabe dentro del molde de las primeras contribu- que la antigua generación discutía acerca de la necesidad
ciones. No sólo empleó el "conflicto" como uno de sus de cambios estructurales, la nueva generación se ocu-
conceptos centrales y fundamentales, sino que, además, pa·del ajuste de los individuos a las estructuras vigentes.
subrayó repetidas veces sus funciones positivas. En la La tendencia dominante de la sociología norteamericana
20 INTRODUCCióN. INTRODUCCióN 21

contemporánea estriba en considerar que lo psicológico por el pensamiento de Weber, en este aspecto su obra
implica lo estructural, y, por consiguiente, el mal fun- parece más bien estar relacionada con la búsqueda dur-
cionamiento individual implica el conflicto social." kheimiana de una cohesión social frente a una amena-
Mientras la primera generación podría estar, en tér- zadora anomía, que con la insistencia weberiana de que
minos generales, de acuerdo con la afirmación de Charles "el conflicto no puede excluirse de la vida social. . . 'La
H. Cooley: "El conflicto, en cierto modo, es la vida de la paz' no es sino una modificación en la forma del con-
sociedad, y el progreso emerge de una lucha en la que flicto, de los antagonistas, de los objetos del conflicto o,
el individuo, clase o institución trata de realizar su pro- finalmente, dé las posibilidades de selección."26
pia idea del bien", 16 la generación actual ha mostrado La obra sociológica de Parsons surgió de su interés
la tendencia a reemplazar el análisis del conflicto por el
estudio de las utensiones"' ''esfuerzos" y funcionamien­
tos psicológicos defectuosos.
J por los elementos irracionales existentes en el comporta-
miento económico. Lo que a Parsons le parecía proble-
mático no eran los conflictos racionales de intereses, que
El análisis siguiente tratará de la obra de Talcott preocupaban a los economistas políticos clásicos, sino
Parsons, y en menor grado de la de otros sociólogos con- más bien los elementos irracionales, no contractuales, del
temporáneos. En su minucioso estudio el autor se ocupa contrato, que habían escapado a la atención de aquéllos.
en forma completa de esas otras figuras representativas; Al concentrarse en las estructuras normativas, que man-
el lector interesado en el tema puede acudir a ese es- tienen y garantizan el orden social, Parsons se vio indu-
tudio." cido a observar que el conflicto tiene consecuencias
En la mayoría de los escritos de Talcott Parsons apa- primordialmente destructoras, desintegradoras y antifun-
rece un tema tenazmente reiterado: la preocupación por cionales. Considera al conflicto sobre todo como una
aquellos elementos de las estructuras sociales que ase- "enfermedad", y estima, como Shakespeare, que "cuando
guran su conservación. Aunque se nota ocasionalmente el grado se trastorna... la empresa está enferma".2'
un cierto interés por el proceso de los cambios sociales, . En un artículo sobre "Las diferencias raciales y reli-
ese interés es evidentemente marginal. Puede decirse giosas como factores de la tensión en un grupo",22 Par-
que toda su obra, empezando con The Structure of sons nos proporciona ciertas pistas para comprender su
Social Action,18 es un extenso comentario a la pregunta \ pensamiento. Después de subrayar que los hombres mo-
hobbesiana: ¿Cómo es posible el orden social? 1l dernos han empezado a abordar los problemas de la or-
Para la generación anterior de sociólogos norteame- -i ganización social, insolubles a juicio de las generaciones
ricanos las "leyes" del cambio social, la variabilidad es· precedentes, el autor compara esos problemas con una
tructural y el análisis de lo que más tarde los teóricos enfermedad física. Así como hemos logrado grandes ade-
llamaron "alternativas funcionales" 19 eran de un inte- lantos, afirma, en el control de las enfermedades, tam-
rés primordial, mientras que en la obra de Parsons esas bién podemos tratar terapéuticamente los factores impor-
mismas cuestiones, aunque no quedan totalmente sosla- tantes del antagonismo de grupo, aunque subsiste un
yadas, sólo tienen una importancia subsidiaria. Aun "último residuo de trágico conflicto entre el valor y la
cuando es uno de los principales miembros de la escuela impotencia humana". Como ese ensayo trata sobre todo
weberiana en este país y ha sido influido profundamente del antagonismo racial y religioso, la importancia que da

L
22 INTRODUCCióN INTRODUCCióN 23

a los elementos disociativos del conflicto puede deberse, considerar al conflicto como disfuncional y desintegra-
en parte, a las particulares situaciones de conflicto a que dar y a pasar por alto sus funciones positivas. El conflicto
se refiere; sin embargo, la analogía entre enfermedad le parece una forma de enfermedad del cuerpo social,
y conflicto reaparece en otros de sus trabajos. que en parte es eludible, en parte inevitable y "endémi-
Con frecuencia la terminología permite atisbar la ca". Al parecer el interés mostrado por Parsons en los
orientación seguida. Parsons prefiere hablar de "tensio- últimos años, con respecto a la salud mental; se explica,
nes" y "violencias", en los casos en que los teóricos ante- hasta cierto punto, por su interés en los mecanismos de
riores hubieran usado el término "conflicto", y no pare- control social que reducen el conflicto al mínimo, y por
ce que su elección sea fortuita. Tanto la "tensión" como su convicción de que los psicoanalistas y otros especialis-
la "violencia" denotan daño originado por presión exce- ! tas en salud mental pueden desempeñar un importante
siva, exceso de trabajo o extenuación, implicando cierta 1 papel en la reducción de las desviaciones.'•
forma de "enfermedad" del sistema. Así preparados, En tanto que la inmensa mayoría de los hombres de
examinemos los índices alfabéticos de los recientes vo- la generación anterior se preocupaban por el cambio
lúmenes de Parsons. Los Essais 20 contienen dieciséis refe- progresivo del orden social, Parsons se interesa principal-
rencias bajo el término "violencia" y veinte bajo el de mente en la conservación de las estructuras existentes.
"tensión"; en cambio sólo hay nueve bajo la expresión Aun cuando ha hecho importantes contribuciones a la
- "conflicto social", aunque hay otras referencias adicio- teoría del control social, y a la comprensión de las vio-
nales bajo "conflicto de valor" y "conflicto emocional". lencias y tensiones peculiares de los diversos sistemas so-
En su más reciente escrito, The Social System,24 ha ciales, no pudo, dada su orientación inicial, hacer avan-
desaparecido completamente la referencia "conflicto so- zar la teoría del conflicto social, o captar siquiera su im-
cial"; pero hay diecisiete referencias a la "violencia". portancia teórica general.
En su único ensayo específicamente referido al con- Que la orientación de Parsons al respecto no es en
flicto de clases,"' Parsons usa de nuevo la analogía médi- modo alguno excepcional en la presente generación de
ca: "Creo -dice-que el conflicto de clases es endémico sociólogos se compru_eba si 'comparamos su obra con la
en nuestro moderno tipo industrial de sociedad..." Para de un escritor que, en la mayoría de sus aspectos, difie-
Parsons el conflicto de clases es "endémico", como una re de él radicalmente en cuanto a orientación teórica:
enfermedad. La analogía médica es llevada aún más lejos George A. Lundberg. En la principal obra teórica de
en un ensayo, "Propaganda y control social", en el que Lundberg, The Foundations of Sociology,27 sólo diez
intenta establecer un paralelo entre un médico que trata páginas, de más de quinientas, se dedican a un subcapí-
a un enfermo, y un especialista en propaganda, que se tulo que trata sumariamente de la cooperación, la com-
enfrenta a una sociedad enferma. Aunque en este ensayo petencia y el conflicto; además, el conflicto se considera
no se analiza específicamente el conflicto, del texto se como algo básicamente disociativo, puesto que se carac-
deduce claramente que el autor equipara los conflictos
con el comportamiento descarriado, considerado como
una enfermedad que requiere atención.
¡ teriza por "una suspensión de la comunicación entre las
partes contrapuestas". Para Lundberg la comunicación
es la esencia del proceso social, y puesto que la "absti-
1
La orientación general de Parsons lo ha llevado a nencia de comunicación es la esencia de las situaciones
1
24 lNTRODUCCiúN lNTRODUCCiúN •5
de conflicto", el conflicto debe ser un fenómeno pura- Se obtienen conclusiones similares si se examina el
mente antifuncional. Todo el sistema de Lundberg se trato que Lloyd Warner da al conflicto social. De nuevo
l
orienta hacia el ajuste. Define la sociología explícita- nos sorprenden las connotaciones abrumadoramente ne-
mente como una disciplina que se ocupa de "las técnicas gativas de dicho conflicto. Aunque estima que la com-
de ajuste comunicables, que los grupos humanos han petencia individual constituye en realidad la urdimbre
desarrollado". Por "ajuste", Lundberg comprende la misma de la estructura democrática norteamericana (cuya
situación en la cual las actividades de un organismo lle- trama es el sistema de clases sociales);• considera al con-
gan a permanecer en equilibrio, y a su vez el equilibrio flicto social -especialmente el conflicto de clases-como
es considerado como "normal" en cualquier situación destructor de la estabilidad y como un peligro para la
social. Dadas estas premisas de definición, es evidente estructura de la sociedad. Es cierto que Lloyd Warner
que Lundberg sólo puede ver en el conflicto un fenó- difiere de Elton Mayo porque ha tratado en detalle una
meno negativo y disociador. forma del conflicto social,"" pero coincide totalmente con
Si centramos ahora nuestra atención en otro sociólo- la orientación de Mayo en la apreciación del conflicto
go notable, hallamos que evitar el conflicto (definido social como un fenómeno exclusivamente disociativo,
como una "enfermedad social") y promover el "equili- corrosivo y destructor.
brio" o un "estado de colaboración" (definido como Dado el sesgo antropológico de la obra de Warner
"salud social") constituyen la orientación programática hacia la estabilidad, la armonía y la integración de la
principal de Elton Mayo, y su escuela de sociología in- estructura, el conflicto se convierte en un fenómeno ex-
dustrial. Como uno de los miembros más prominentes clusivamente disociativo y destructor. El "análisis de
de esa escuela, F. J. Roethlisberger, plantea el problema clase", según lo practican Warner y sus asociados, consiste
siguiente: "¿Cómo puede mantenerse un equilibrio ope- en la identificación dentro de la comunidad de diversos
rante, confortable, entre los diversos grupos sociales de estratos de personas que tienen posiciones y categorías so-
una empresa industrial, de modo que ningún grupo de la ciales similares y se asocian íntimamente. Ignórase casi por
organización se separe y entre en pugna con los res- completo la dimensión de las diferencias de poder, las
tantes?" 28 diferencias de oportunidades para la vida, y los diferentes
En todos los escritos de Mayo es evidente su adqui- intereses .entre los miembros de la comunidad y, por con-
rida incapacidad para comprender los conflictos de in- siguiente, no se insiste en las cuestiones relativas al conflic­
tereses. to o a la posibilidad de conflicto, sino en las cuestiones
. ' relativas a la adscripción a un grupo. Si llega a tratar
Las investigaciones de Mayo se realizaron con la co-
laboración y la anuencia de los gerentes de empresa. Se el conflicto, lo hace como una condición patológica, que
realizaron con ánimo de ayudarles a resolver sus proble- altera el estado normal de equilibrio de la comunidad.
mas. Para Mayo la administración encarnaba los propó- El último escritor que estudiaremos, Kurt Lewin,
sitos centrales de la sociedad, y debido_ a esa orientación tiene una orientación algo más compleja. Como concen-
inicial nunca consideró la posibilidad de que un sistema tra su interés en el análisis de los procesos vitales de los
industrial pudiera contener intereses en conflicto, distin- grupos pequeños, K urt Lewin parece haber desarrollado
tivos de diferentes actitudes o "lógicas". una actitud extrañamente contradictoria con respecto al
26 INTRODUCCióN INTRODUCCióN '7
conflicto de grupo. Por una parte, cuando analiza la si- yos han subrayado los aspectos antifuncionales de la con-
tuación de grupos minoritarios CO!l).O los judíos, Lewin ducta conflictiva, mucho más de lo que él lo hizo alguna
proclama la necesidad de una .afirmación militante de la vez. En realidad, evitar el conflicto es el contenido prin-
identidad de grupo, como único medio de lograr la su- cipal de lo que ahora se designa con el ambiguo término
pervivencia y rechazar el ataque del mundo circundante. de "capacidades de grupo". La orientación general del
Con relación a los judíos, como todos los grupos subpri- grupo de antiguos discípulos de Lewin, que ahora tra-
vilegiados, Lewin considera que "sólo los esfuerzos del baja en el Research Center for Group Dynamics del
grupo mismo lograrán la emancipación del grupo".31 En Bethel Workshop, considera el conflicto como un fenó-
este caso Lewin es partidario de una posición militante, meno social antifuncional. Dada esta orientación gene-
y subraya la necesidad de emprender resueltamente acti- ral, los investigadores captan con sensibilidad los factores
vidades de conflicto, con objeto de mantener y asegurar -'r emocionales que obstruyen la comprensión y la comuni-
la existencia del grupo. cación, y tienden a desentenderse de los conflictos realis-
Por otra parte, sólo unos cuantos años después de. tas que pueden estar subyacentes bajo la "comprensión
haber escrito estos artículos agresivos, se nota un esfuerzo J bloqueada". ·
completamente diferente en la obra de Lewin. Todavía t'
se ocupa de los conflictos, pero más bien para evitarlos
í
que para participar activamente .en ellos. Conforme a t1 . III
tal supuesto, los conflictos sociales son antifuncionales
y destructores, y el científico social debe ocuparse de su ¡ N uestro análisis de varios sociólogos representativos de
la generación presente ha mostrado que estos hombres
se preocupan aún menos que los padres de la sociología
reducción. "Cualquiera que sea la unidad de vida de
grupo en que fijemos nuestra atención ---admite Le- f norteamericana por el análisis sociológico del conflicto.
win-, ya sea que pensemos en políticas nacionales o Notamos que, si existe esa preocupación, se dirige prin-
internacionales, en la vida económica... , en los grupos cipalmente hacia la reducción del conflicto. En vez de
raciales o religiosos... , en la fábrica y en las relaciones considerar el conflicto como una parte posiblemente ne-
entre los altos funcionarios de una empresa y los traba- cesaria y positiva de todas las relaciones sociales, estos
jadores... , encontramos una complicada red de... inte-· sociólogos tienden a verlo tan sólo como un fenómeno
reses en conflicto." 32 Sin embargo, ahora, esos conflictos destructor. La tendencia prevaleciente de los pensadores
se analizan exclusivamente para hallar la manera. de a los que hemos pasado rápida revista, es hallar "cauces
evitarlos por medio de la "administración social". "La de onciliación" y ajuste mutuo, mediante la reduc·
investigación que se necesita en la práctica social puede ción del conflicto.
más bien caracterizarse como la investigación para la En otra parte hemos estudiado en detalle algunas de
administración social o ingeniería social." 38 las razones para ese desplazamiento del centro de aten-
Para nuestro conocimiento, existe la circunstancia im­ ción y en la evaluación del área del problema que nos
portante de que la inicial insistencia de Lewin en las ocupa. Aquí sólo enumeraremos unos cuantos de los
funciones positivas del conflicto no ha sido compartida factores que parecen importantes, sin que podamos adu-
por sus discípulos; al contrario, estos colaboradores su- ;
cir las pruebas necesarias para nuestra aseveración.
J:
28 INTRODUCCióN

Tal vez el factor más importante es el cambio que


l INTRODUCCióN

Merton y Lerner, al "mantenimiento de las estructuras


29

ha tenido lugar, durante las últimas décadas, en la posi- institucionales existentes"."


ción del sociólogo. El surgimiento de las ciencias sociales Quienes adoptan las decisiones se preocupan por con-
aplicadas, ocurrido en este periodo, y la consiguiente servar y, de ser posible, fortalecer las estructuras de or-
apertura de oportunidades para que los sociólogos se ganización, a través de las cuales, y en las cuales, ejercen
adscriban a organizaciones extracadémicas, ocupa el pri- poder o influencia. Cualquiera que sea el conflicto que
mer lugar a este respecto. En tanto que en la primera ocurra en el interior de estas estructuras, a ellos les pare-
etapa la sociología era casi completamente una disciplina cerá antifuncional. Firmemente vinculados al orden exis-
!
académica, las últimas décadas han presenciado el surgi- tente por interés y sentimiento, quienes adoptan las de-
miento de la sociología aplicada y la utilización de los cisiones tienden a considerar que una desviación de este
hallazgos provenientes de la investigación y del personal
investigador de la sociología en las diversas unidades bu- l
i'
orden es el resultado de un mal funcionamiento psico-
lógico, y explican la conducta conflictiva como la conse-
rocráticas públicas y privadas. Esto se efectuaba a me- cuencia de esos factores psicológicos. Por consiguiente, lo
dida que los sociólogos se trasladaban cada vez más de la 1 más factible es que se ocupen de las "tensiones", "esfuer-
investigación académica "pura", en la cual formulaban zos" o "violencias", y no de aquellos aspectos del com-
usualmente sus propios problemas, a investigaciones apli-
cadas a la administración pública y privada, sacrificando t
!
portamiento conflictivo que podrían indicar una presión
tendiente a modificar los acuerdos básicos instituciona·
en gran parte la libertad de elegir sus propios proble- les. Además, quienes adoptan las decisiones propenden
mas, al sustituir por los problemas de sus clientes aque- más a estimar que los efectos antifuncionales del con-
llos otros que pudieran haberles interesado desde un
punto de vista puramente teórico.
t flicto afectarán a toda la estructura, sin prestar atención
a los desarrollos del conflicto en determinados grupos o
Según sea la proporción en que el sociólogo trabaje 1 estratos de aquélla.
en el ambiente de una empresa o en el del Gobierno, así Hemos tenido ocasión de encontrar tendencias simi-
será el cambio ocurrido en su público, y en las relaciones lares en otros sociólogos como Mayo. No aseguramos
entre el sociólogo y sus oyentes. Es indudable que el que estos hombres adopten simplemente los puntos de
anterior auditorio influía en la idea que los sociólogos vista de quienes toman las decisiones, y bajo cuyos aus-
tenían de sí mismos; acaso procurara un mercado para sus picios realizan sus estudios: pero esperamos haber de-
libros, pero no podía influir directamente en la elección mostrado qué aceptan la selección de los problemas hecha
de sus problemas; por el contrario, el nuevo público con por quienes deciden, y que comparten sus perspectivas
frecuencia no sólo hace todo eso, sino que además los acerca del fenómeno del conflicto.
emplea. Sin embargo, esto no es suficiente para explicar por
De esto se derivan dos consecuencias: I) es de espe- qué la mayoría de los sociólogos del presente, que no es-
rar que el sociólogo, afiliado a una burocracia públi- tán traba jando en temas aplicados, han dejado de prestar
ca o privada, se ocupe de los problemas que le plantee atención al conflicto. Carecemos de espacio para un aná-
quien adopta las decisiones, y 2 ), es probable que esos lisis completo; por eso sólo mencionaremos ahora la
problemas se refieran principalmente, como han aducido \
desaparición, en las últimas décadas, de un público autó-
"'
!
!

'
30 INTRODUCCióN INTRODUCCióN 31
nomo y reformador que caracterizó al anterior periodo, la trativas, han contribuido a este cambio advertido en los
influencia de la investigación patrocinada por institutos, grupos de oyentes. Acompañando a ese desplazamiento,
los cuales se muestran renuentes a patrocinar investi- ha cambiado la imagen que de sí- mismos tenían muchos
gaciones que puedan ser sospechosas de fomentar acti- de los sociólogos, para convertirse ya no en defensores
vidades reformistas, lo que a grandes rasgos puede personalísimos de la reforma, sino en "cazadores de difi-
denominarse la atmósfera política general en un periodo cultades" y expertos en relaciones humanas.
de Guerra Fría, así como el temor a un conflicto social Los sociólogos contemporáneos han tendido a con-
y la invocación a la unidad, que parece llenar la mayo- , centrar su atención en ciertos aspectos del comportamien-
ría de las tendencias intelectuales corrientes. to social, a la vez que descuidan otros que pueden tener
El desdén por el estudio del conflicto social, y más una importancia teórica equivalente. Los capítulos si-
específicamente, por el estudio de sus desarrollos o fun- guientes se ocupan de uno de esos aspectos desdeñados
ciones, diferenciados de sus antifunciones, puede atri- de la teoría sociológica, pues concentran la atención so-
buirse, en gran parte, a los distintos papeles que han bre una serie de temas concernientes a las funciones del
desempeñado los sociólogos norteamericanos en las últi- conflicto social.
mas décadas. Al desplazarse de un público con mentali-
dad reformadora a grupos de oyentes de mente preocu-
pada por la estabilidad, y formada por administradores IV
y burócratas; al cambiar muchos sociólogos sus papeles Un posible procedimiento para establecer la teoría del
académicos y científicos por otros extraacadémicos y téc- conflicto social sería aislar algunos de los conceptos cen-
nicos, notamos un entusiasmo cada vez más tibio por la trales tomados de la literatura sociológica "clásica" y
teoría del conflicto, y una tendencia a reemplazar el aná- usarlos como punto de partida para mayores esclareci-
lisis del conflicto por el estudio de las "tensiones" y "vio- mientos, ligándolos con los hallazgos resultantes de la
lencias", y el de la disfusión psicológica. investigación y el material teórico más relevante. Este
En tanto que los antiguos sociólogos norteamericanos procedimiento tiene la ventaja de que obliga a prestar
se dirigían principalmente a un uditorio formado por una más inmediata atención a las realizaciones teóricas
grupos interesados por los estudios relativos al conflicto de una anterior generación de sociólogos, y a requerir, al
-abogados, reformadores radicales, políticos-, los so- mismo tiempo, el estudio cuidadoso de los escritos sub-
ciólogos posteriores han hallado sobre todo sus oyentes secuentes, en un esfuerzo por lograr que sean remode-
entre los grupos y profesionales interesados en fortalecer ladas más adecuadamente las proposiciones iniciales.
los valores comunes y en reducir al mínimo el conflicto Sin embargo, éste no fue el procedimiento adoptado:
de grupo: trabajadores sociales, expertos en salud men- en lugar de ello se decidió derivar tan sólo las proposi-
tal, jefes religiosos, educadores, así como administrado- ciones siguientes de la obra clásica de Georg Simmel, ·
res públicos y privados. La relativa debilidad de los Conflict."
movimientos reformistas en el último periodo, y el sur- La razón para limitar de tal suerte nuestra fuente
gimiento de estructuras burocráticas que requieren los primaria es en parte puramente pragmática. Con propó-
servicios de científicos sociales para las tareas adminis- sitos de exposición, pareció más conveniente seguir a un
82 lNTRODUCC!úN lNTRODUCClóN 38
determinado autor, con una orientación general homo- como si mi herencia fuera distribuida, en efectivo, entre
génea, en vez de oscilar entre varios escritores con orien- muchos herederos, cada uno de los cuales dará a su parte
taciones tal vez divergentes; pero una razón más impor- el uso que esté más de acuerdo con su propia naturale-
tante es que el ensayo de Simmel sobre el conflicto es za; un uso que ya no revelará la parte que debe a esta
la más fructífera de las discusiones generales relativas al herencia." 36
conflicto social, por tener sus ralees en su dedicación La propensión de Simmel a relacionar ideas antes
general al análisis del fenómeno social, en términos de desconectadas pero perceptibles ha sido notada con fre-
procesos interdependientes. cuencia. José Ortega y Gasset caracterizó muy bien esa
Por supuesto que el hecho de que nuestro estudio esté peculiaridad del pensamiento de Simmel al escribir acer-
ligado de esa manera al trabajo de Simmel no implica ca de él: "Esa mente aguda -una especie de ardilla filo-
ciertamente que consideremos que todas sus contribu- sófica- nunca consideraba a su tema como un problema
ciones constituyan la frontera actual de la especulación en sí mismo, sino como una plataforma sobre la cual
y el pensamiento sobre el conflicto. En el desarrollo de ejecutaba sus maravillosos ejercicios anallticos." 37 Las
nuestro análisis se hará evidente que algunas de sus for- ideas de Simmel no se derivan de una estructura teórica
mulaciones se hallan relativamente poco elaboradas, si general, como las de Freud o Marx. En consecuencia,
se las compara con trabajos ulteriores, tanto teóricos como aunque in nuce en la obra de Simmel puede hallarse una
empíricos. En muchos casos, la frontera del conocimien- teoría, ésta puede exponerse de manera más efectiva si
to acerca del conflicto se ha movido más allá del punto se le incorporan las ideas centrales de otros sociól'>gos.
alcanzado por Simmel. Al examinar las proposiciones derivadas de Simmel,
Para nuestro objeto no es necesario considerar todas las confrontaremos con las ideas sobresalientes de otros
las sinuosidades del pensamiento de Simmel; las propo· teóricos sociales y con las pruebas que contribuyen a
siciones que se analizarán, ni siquiera agotan el contenido ilustrarlas, modificarlas o invalidarlas. Nos ocuparemos
de su trabajo sobre el conflicto. Más bien sólo intentamos de aclarar esas proposiciones, y de examinar la conforma-
identificar, en la extensa aportación de Simmel, aquellas ción interna de cada una, así como la interrelación lógica
proposiciones que parecen más relevantes para una teo- de todas. No nos preocuparemos mayormente de su
ría contemporánea de las funciones del conflicto social. verificación; ello sólo sería posible si se probara la teo-
Ésta no es una historia de las ideas; no estamos interesa- ría por medio de una investigación empírica siste-
dos, aquí, en el análisis de la sociología del pasado, sino mática.
en los usos que pueden darse a ese legado histórico. La El ensayo de Simmel, al cual nos dedicaremos ahora,
teorización sociológica debe acudir continuamente a esas se desarrolla en torno a la tesis central de que el "conflic-
contribuciones del pasado, que suministran guías para to es una forma de socialización". Ello significa, en
una mayor ampliación del conocimiento, y sólo con tal esencia, que, parafraseando las páginas iniciales del ensa-
propósito es posible utilizar ciertas partes de la obra de yo de Simmel, ningún grupo puede ser enteramente
los teóricos clásicos. Eso lo sabía muy bien el mismo armonioso, pues entonces no podríamos hallar, respecto
Simmel, cuando escribió en su diario; "Sé que moriré sin a él, proceso y estructura. Los grupos requieren de la
herederos intelectuales -y así es como debe ser. Será desarmonía lo mismo que de la armonía, de la disocia-
34 INTRODUCCióN

crón como de la asociación; los conflictos que ocurran


en su interior no son, en modo alguno, sólo factores
II.. EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS
destructivos. La formación de los grupos es el resultado
DEL GRUPO
de ambos tipos de procesos. La creencia de que un pro-
ceso derrumba lo que el otro construye, de manera que PROPOSICIÓN 1: Funciones conectivas del grupo, desarro-
lo que resta al final es el resultado de sustraer uno de lladas por el conflicto.
otro, está basada en una concepción errónea. Por el con-
trario, ambos factores, los "positivos" y los "negativos" Una cierta cantidad de discordia, de divergencia ínter·
construyen las relaciones de grupo. Tanto el conflicto na y controversia externa, se halla orgánicamente vincu
como la cooperación tienen funciones sociales. Un cierto lada con los mismos elementos que, en última instancia,
grado de conflicto está muy lejos de ser necesariamente mantienen unido al grupo. .. El papel positivo e integrador
antifuncional; es un elemento esencial de la formación que desempeña el antagonismo se muestra en las estruc­
del grupo y de la persistencia de la vida del grupo. turas que sobresalen por la fina precisión y la pureza
Las siguientes proposiciones se derivan de este punto cuidadosamente mantenida de sus divisiones y gradaciones
. sociales. Tal es el caso del sistema social hindú que ·descan­
de vista básico, acerca de las funciones del conflicto social.
sa no sólo sobre la jerarquía, sino también directamente
en la mutua repulsión de las castas. Las discrepancias ma
nifiestas no sólo evitan que las fronteras entre grupos va·
yan desapareciendo gradualmente. .. sino que con frecuen
cia proporcionan a las clases, y a los individuos, posiciones
recíprocas que no ocuparían. .. si las causas de hostilidad
no fueran acompañadas por sentimientos y manifestaciones
de hostilidad.'

SE HACE necesaria una aclaración. Simmel oscila .\'I!tr_<!


afirmaciones socio!§gkas y p.!óicológicas, como cuando
pasa de la discusión de la autoñomfa personal a la de la
autonomía de grupo, oscureciéndose el hecho de que
aunque la personalidad y el sistema social pueden ser en
parte homogéneos, y aun cuando se hallen entretejidos,
de ninguna manera son idénticos.• La psicología gené-
tica 3 y el psicoanálisis han reunido suficientes testimonios
como para sugerir que el conflicto es un agenm
portante BªL¡¡_e tablecJ:r la plena !<;!entidad _y autono-. _
mía d l_ego, p sea, para la difc:rell<oiac_i<)g_p_k!l'!- <i J'ª----
1-:p-ersoña1ida(fcon respectOíil mundo exterior., Sin em-
- .. bargo, no nos ocuparemos de esa cuestión·eh el presente
35 (':,.
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36 EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS DEL GRUPO
EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS DEL GRUPO 37
estudio, principalmente orientado a considerar el com- entre ellos y el medio ambiente, para mantener constan-
portamiento de los individuos y de los grupos. Por esta te su patrón, no menciona el conflicto en este respecto.'
razón, "los sentimientos de hostilidad y repulsión" sólo Esta función del conflicto, en el sentido de establecer
se analizarán cuando sean parte de un patrón social, es y mantener la identidad del grupo, ha ocupado cierto
decir, cuando pueda observarse su regular acaecimiento. lugar en la obra de teóricos como Georg Sorel y Karl
La conducta individual que simplemente refleja una Marx. Sorel sostiene que la "violencia" debe interpre-
idiosincrasia no ocupa un lugar en el análisis de siste- tarse totalmente a la luz del conocimiento de las estre-
mas sociales estructurados. chas relaciones existentes entre el conflicto y la cohesión
Si consideramos el contenido sociológico de esta pro- del grupo.• Opina que la clase obrera ha de estar en lu-
posición, notaremos que Si.trata dos fenómenos cha constante con la clase media, pues sólo así puede
relacionados entre sí, aunque distintos. Primero aJir¡p.a . proteger sus características distintivas. Sólo mediante la
que el conflicto fija las fronteras entre los grupos internos acción y con- la acción pueden sus miembros adquirir
de un sistema ocia!, robusteciendo la conciencia de gru- conciencia y conocimiento de su identidad de clase. En
po y el sentido de la distinción, con lo que se establece la base de su insistente opinión según la cual los socia-
la identidad de los grupos dentro del sistema.. En segun- listas, con quienes él se identifica, deben oponerse a los
do lugar dice que la "repulsión" recíproca man_ti !! L movimientos humanitarios provenientes de las clases go-
sistema social total, pues ·crea un equilibrio en_trLs.us_ bernantes, se halla el aforismo sociológico de que esas
diversos grupos. Por ejemplo, los conflictos entre las medidas traerían consigo una disminución de los conflic-
castas de hil:nmá' pueden establecer la separación y dis- tos de clase y, en consecuencia, debilitarían la identidad
tinción de las distintas castas, pero también pueden ga- de clase. También para Marx las clases sólo se consti-
rantizar la estabilidad de la estructura social hindú en su ;tuyen mecli llte _¡:l_ Q.nfl ct_o, Los individuos debefite:
integridad, al provocar el equilibrio entre las reclama- ñer posiciones comunes objetivas en la sociedad; sólo
ciones diversas de las castas rivales. En otra parte, Sim- adquieren conocimiento de la comunidad de sus intereses
mel ha acentuado aún con más vigor el carácter conec- en el conflicto, con el conflicto y por el conflicto. "Los
tivo que con respecto al grupo desempeña el conflicto.• individuos aislados forman una clase sólo en la medida
Por supuesto que esta idea no es nueva. Podríamos en que han de emprender una batalla común contra otra
citar afirmaciones similares de teóricos sociales desde la clase: en otra forma están en términos .hostiles entre sí,
Antigüedad. William Graham Sumner, que escribió en como competidores." ' ·
la misma época que Simmel, expresó en esencia la misma Parece que es generalmente aceptado por los soció-
idea en su estudio de las relaciones externas e internas logos que la distinción entre "nosotros, nuestro grupo
del grupo.' o el grupo intrínseco, y todos los demás, los otros gru-
1
Por familiar que sea esta intuición, no se halla nece- -pos·c.··g,.upos externos" 10 se establece en el conflicto
sariamente incorporada a toda la teoría sociológica con- . ypor el conflicto. ,Esta afirmación no se limita al con-
temporánea. Así, en su obra más reciente," Parsons aun -flicto de- clases, aunque a muchos observadores les ha
cuando subraya que los sistemas sociales son del tipo que parecido que el conflicto de clases es el ejemplo más
"mantiene fronteras", o sea, que reclaman delimitaciones idóneo. Los conflictos de nacionalidades y los de carác-
;\
1
1

38 EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS DEL GRUPO f EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS DEL GRUPO 39

ter étnico, los conflictos políticos o los conflictos entre Sin embargo, los miembros de los estratos inferiores
varios estratos de las estructuras burocráticas suministran imitan con frecuencia a los superiores, y desean perte-
ejemplos igualmente notables. necer a estratos más elevados. Por ello, las asociaciones
Simmel continúa diciendo que laslenemistades y los voluntarias de Yankee City 14 se esforzaron por canalizar
antagonismos recíprocos también protegen al sistema to- los antagonismos recíprocos de diversas "clases", pero al
ar
. tal, establecer un equilibrio entre sus partes compo-. mismo tiempo funcionaron como "organizadores y re-
guladores de la movilidad en sentido ascendente". En
nentes., Esto ocurre, según Simmel, porque los miembro-
del mismo estrato o casta se unen en una solidaridad que las sociedades en las que la movilidad de tipo ascendente
resulta de su enemistad común o su repudio de_ Jos_ 1 es una institución, en las que domina la condición so-
miembros de otros estratos o castas., De esta manera, se
í cial adquirida, más bien que la conferida, la hostilidad
mantiene una jerarquía de posiciones debido a la avér- entre los diversos estratos va mezclada con una fuerte
sión que existe entre los diversos miembros de los sub- atracción positiva hacia los que ocupan una posición más
grupos que constituyen el conjunto de la sociedad. 1 elevada en la jerarquía social, la cual proporciona ciertos
Este punto de vista requiere ciertas precisiones. Como J modelos de conducta. Si no hubiera antagonismos, los
se ha señalado,11Jos grupos externos, en vez de ser nece· grupos establecidos terminarían por disolverse, puesto
sariamente blanco ae 1a hostilidad, pueden también ser, . que desaparecerían las fronteras entre ellos y el mundo
bajo ciertas condiciones, puntos positivos de referencia exterior; pero estas fronteras se mantienen vivas por el
para un grripo interno. El grupo externo puede ser a la mismo hecho de que la movilidad social ascendente es
vez objeto de emulación y de resentimiento. La emula- el ideal cultural de esas sociedades.
ción es mínima sólo en ciertas condiciones; tal ocurre, Por esta razón, los sentimientos de hostilidad entre
por ejemplo, en un riguroso sistema- de castas como el las clases, típicos de un sistema de clases abiertas, se re-
de la India, en el que no tiene importancia la movilidad suelven con frecuencia en resentimientos, a diferencia
social y en donde la posición de la casta está legitimada de lo que ocurre en el sistema de castas." No implican
por las creencias religiosas.'-' Aun cuando las castas bajas un repudio genuino de los valores o grupos contra los
consideren a las castas elevadas como superiores jerár- cuales se dirigen esos sentimientos negativos, sino más
quicos suyos, no es probable que se interesen por supe· bien una actitud del "están verdes las uvas"; aquello que
rar su propia situación de casta baja, o que imiten la se condena se anhela en secreto.
conducta de la casta superior."' Hay que notar que Simmel no distingue explícita-
La situación es fundamentalmente diferente en un mente entre los sentimientos de hostilidad y la acción
sistema de clases que procure o permita un grado consi- real que surge de esos sentimientos. Hay una diferencia
derable de movilidad social. Es cierto que los grupos evidente entre el sistema de castas de la India, en el que
establecidos dentro del sistema norteamericano frecuen- los sentimientos de antagonismo no provocan un con-
temente se miran entre sí con envidia o sentimientos flicto abierto, y el sistema de clases norteamericano, en
hostiles, y también es verdad que la estructura del siste- el que el conflicto (por ejemplo, entre la empresa y los
ma se mantiene en parte por esos antagonismos recípro- trabajadores) es un acontecimiento frecuente y espera-
cos, que perpetúan las gradaciones de condición social. do. La desigual distribución de los privilegios y derechos

;]
40 EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS DEL GRUPO { EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS DEL GRUPO 41

puede provocar sentimientos de hostilidad, pero no con- en las instituciones económicas (por ejemplo, de la agri-
,·;': duce necesariamente al conflicto. Por eso es esencial la cultura a la industria, y la concomitante apertura de
.:disti!l<:ión en1:re el conflicto y los sentimientos dehosti: oportunidades de movilidad) han servido de instrumen-
lidad. A diferencia de las actitudes o sentimientos de tos para inducir a los grupos negativamente privilegia-
hostilidad, el conflicto siempre se realiza por la inter- dos a cambiar las definiciones que tenían de sí mismos
acción entre dos o más personas. Las actitudes hostiles y de otros.
son predisposiciones a desplegar formas conflictivas (fe Para nuestro objeto bastará notar que, cuando una
conducta; por el contrario, el conflicto es siempre una estructura social deja de considerarse como legítima, los
t:rans-acción.16 , individuos con posiciones objetivamente similares llega-
El hecho de que los sentimientos de hostilidad con- rán, por medio del conflicto, a constituir grupos auto-
duzcan a una conducta conflictiva depende en parte de conscientes, con intereses comunes.18 Este proceso de for-
si la desigual distribución de derechos es o no conside- mación de grupos será objeto de nuestra atención más
rada como una situación legítima. En el clásico sistema adelante, cuando examinemos ciertas proposiciones.
de castas de la India, el conflicto entre las castas era raro, Las estructuras sociales difieren en cuanto al grado
porque tanto las castas elevadas como las bajas aceptaban de conflicto que toleran. Como se verá en la siguiente
las distinciones de castas.17 La legitimidad es una de las proposición, Simmel sugiere que, cuando la estructura
variables ·concomitantes, una variable decisiva, sin la inhibe la expresión y el despliegue de los sentimientos
cual es imposible predecir si los sentimientos de hostili- hostiles, es de esperar que existan mecanismos sustituti-
dad que resultan de una desigual distribución de los de- vos para la liberación de esos sentimientos.
rechos y privilegios conducirán realmente a una situa-
ción de conflicto. Ahora podemos volver a formular la proposición de
Para que pueda ocurrir un conflicto social entre los Simmel:i]g conflicto sirve para e tablecer y conservar
grupos positiva y negativamente privilegiados, para que la identidadyTas líneas fTOnterizas de las sociedades y los
las actividades hostiles se conviertan en acción social, los grupos.
grupos negativamente privilegiados han de adquirir pri- 1 conflicto con otros grupos contribuye a establecer
mero la conciencia de que, en realidad, son negativamen- y reáñrmar la "identiclad-der grüpo propio, y mantiene·
te privilegiados. Deben adquirir la convicción de que ·sús fronteras con relación al mundo social que lo rodea.
les son negados ciertos derechos que les corresponden. Las enemistades consagradas y los antagonismos recí-
Han de rechazar cualquier justificación que se dé a la procos conservan las divisiones sociales y los sistemas de
distribución tradicional de derechos y privilegios. Las estratificación. Esos antagonismos tradicionales impiden
modalidades en el grado de aceptación que tenga una la desaparición gradual de las fronteras entre los sub-
determinada distribución de poder, riqueza o posición grupos de un sistema social, y determinan la posición de
social están estrechamente relacionadas con las modali- los diversos subsistemas dentro de un sistema total.
dades en la selección de los grupos que sirven de refe- ,. En las estructuras sociales que procuran un amplio
rencia, en las diversas situaciones sociales. En el caso de ¡!
margen de movilidad, es muy probable que exista atrac-
la India, antes citado, parece que los cambios registrados ción de los estratos elevados sobre los inferiores, así como

'
4• EL CONFLICTO Y LAS FRONTERAS DEL GRUPO

una .hostilidad mutua entre los estratos. En este caso es


frecuente que1os sentimiéntoshostiles de los estratos in- ¡ III. LA HOSTILIDAD Y LAS TENSIONES EN LAS
feriores tomen la forma de resentimiento, en el que la
hostilidad va mezclada con la atracción. Esas estructuras
tenderán a suministrar muchas oportunidades conflicti·
¡
t:
RELACIONES DE CONFLICTO

PROPOSICIÓN 2: Funciones del conflicto en la protección


vas, puesto que, como se verá más adelante, la frecuencia
de las posibilidades de conflicto varía directamente de ¡
¡
del grupo, y significado de las instituciones que actúan
como válvulas de seguridad.
acuerdo con la intimidad de las relaciones. '
Conviene hacer una distinción entre el conflicto y ... La oposición de un miembro hacia un consorcio no es
las actitudes de hostilidad o antagonismo. ,El conflicto un factor social puramente negativo, aunque sólo sea
social siempre denota una interacción socia(en-tañio- porque, con frecuencia, es la única manera de hacer posi­
qmnas actitúdes o señtiíñíeritos-son predisposicionesa-- 1 ble, al menos, la convivencia con personas realmente inso­
portables. Si no tuviéramos, cuando menos, la posibilidad
entrar en acción. Esas predisp6Siciones no conducen
necesariamente al conflicto; el grado y género de legiti- y el derecho de rebelarnos contra la tiranía, la arbitrarie­
midad que posean el poder y los sistemas establecidos dad, la extravagancia, la falta de tacto, no podríamos so­
portar las relaciones con personas que por su carácter nos
son variables decisivas que afectan al acrecimiento del
hacen sufrir de ese modo. Nos sentiríamos obligados a
conflicto. adoptar medidas desesperadas, y en efecto, éstas harían que
las relaciones terminaran, pero quizás no constituirían un
"conflicto". No sólo se debe al hecho de que... general-
mente la opresión aumenta si se la sufre con calma y sin
protesta, sino también porque la oposición nos satisface,
nos distrae y nos procura un íntimo alivio... Nuestra opa
sición nos hace sentir que no somos por completo v ctimas
de las drcunstancias.l

EN ESTA ocasión Simmel asegura que la expresión de la


hostilidad en el conflicto realiza funciones positivas, por-
que permite el mantenimiento de las relaciones en con-
diciones de violencia, impidiendo así la disolución del
grupo, mediante la retirada de los participantes hostiles.
Considerado desde ese ángulo, el conflicto realiza
1
¡ funciones mantenedoras del grupo, puesto que regula los
sistemas de relaciones. "Despeja el ambiente", es decir,
elimina la acumulación de disposiciones hostiles obs-
truidas y frustradas, al permitir su libre expresión en la
conducta. Simmel repite lo dicho por el Rey Juan de

l
43
-
HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 45
44 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO

Shakespeare: "Un cielo tan perverso no se aclara sin posibilidades de que, en caso de levantar obstáculos a
tormenta.'' la conducta conflictiva contra el objeto primordial,
A primera vista parecería que Simmel contradice su I) !os sentimientos hostiles pueden derivar hacia objetos
tendencia general, y sólo considera el efecto del conflicto sustitutivos, y 2) puede obtenerse satisfacción alternativa
en una parte -el agraviadO- sin considerar el efecto mediante una simple liberación de la tensión. En ambos
recíproco; pero en realidad su examen de las funciones casos puede facilitarse la continuidad de las relaciones
"liberadoras" del conflicto para los individuos o grupos tradicionales.
agraviados sólo le interesa porque esa "liberación" per- Con objeto de examinar la presente Proposición es
mite el mantenimiento de las relaciones, o sea, del patrón necesario, por tanto, mantener la primera distinción en·
interactivo. Sin embargo, la falla de Simmel, como ya tre los sentimientos de hostilidad y sus manifestaciones
advertimos, al no distinguir entre la conducta conflictiva en la conducta. Además, las principales expresiones en
y los sentimientos hostiles, provoca nuevas dificultades. conducta, respecto a estos sentimientos, pueden ser, cuan-
En tanto que el conflicto modifica necesariamente los do menos, de tres clases: I) expresión directa de la hosti-
términos tradicionales de las relaciones entre los partid- . lidad contra la persona o grupo que es causa de la frus-
pautes, la simple hostilidad no produce necesariamente tración; 2) desplazamiento de esa conducta hostil hacia
esos efectos, y puede mantener intactos los términos de objetos sustitutivos, y 3) actividad liberadora de la ten-
·la relación. sión, que proporciona satisfacción por sí misma sin nece-
Volviendo al significado de la liberación individual, sidad del objeto o del sustituto.
notamos que Simmel no captó un problema que fue des- Puede decirse que Simmel anticipa una "teoría de
cubierto por ciertas teorías psicológicas ulteriores. Las válvula de seguridad" para el conflicto. El conflicto sirve
disposiciones hostiles o agresivas, acumuladas, pueden des- como un escape para la liberación de hostilidades que,
cargar no sólo sobre el objeto primordial de la hostili- de no contar con ese arbitrio, vendría a romper las rela-
dad, sino también sobre objetos sustitutivos. Parece que ciones entre los antagonistas.
Simme!sólo consideraba el conflicto directo con las fuen- El etnólogo alemán Heinrich Schurtz 2 ideó la pala-
tes primarias de oposición. Tampoco se ocupó de la po- bra Ventilsitten para designar aquellas costumbres e ins-
sibilidad de que algunas otras formas de conducta, aparte tituciones de las sociedades primitivas que proporcionan
del conflicto, pudieran realizar funciones, cuando menos escapes institucionales para las hostilidades e impulsos
en parte, similares a las conflictivas. ordinariamente suprimidos por el grupo. Las fiestas or-
Al escribir en Berlín a principios de siglo, Simmel giásticas en las que podían infringirse sin peligro las
todavía no conocía los revolucionarios acontecimientos reglas habituales de la conducta y de la prohibición sexua-
que casi en la misma época acaecieron en el campo psico- les ofrecen·un ejemplo adecuado. Esos escapes, como ha
lógico, en Viena. Si hubiera estado familiarizado con la señalado el sociólogo alemán Vierkandt, sirven de cauce
entonces nueva teoría del psicoanálisis, se hubiera abste- a los impulsos reprimidos, y protegen el resto de la vida
nido de suponer que los sentimientos de hostilidad sólo social contra ese impacto destructor.•
pueden desahogarse mediante una conducta conflictiva No obstante, el concepto de "válvula de seguridad"
contra la causa misma de la hostilidad. No concibió las es ambiguo, si se toman en consideración las distinciones
46 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RliLACIONES DE CONFLICTO 47

que acabamos de hacer. También puede decirse que que este último. . . lance un cierto número de lanzas o
desempeña funciones de válvula de seguridad el ataque bumerangs contra el primero, y en algunos casos hasta le
contra objetos sustitutivos, o la catarsis o purga de las permiten alancearlo en el muslo. Después de habérsele
energías hostiles en otros tipos de actividades. Al igual dado esa satisfacción, no debe albergar por más tiempo
que Simmel, tanto Schurtz como Vierkandt fracasan a la malos sentimientos contra el ofensor. .. En muchas socie­
hora de distinguir entre el Ventilsitten, que provoca un dades ágrafas, la muerte de un individuo da derecho al gru·
marco socialmente sancionado, para incoar el conflicto po a que pertenecía a obtener satisfacción con la muerte del
ofensor o de algún miembro de su grupo. En la venganza
sin provocar consecuencias que destruyan las relaciones reglamentada, el grupo ofensor debe someterse a ello como
internas del grupo, y aquellas instituciones de válvula de un acto de justicia, y no debe intentar más represalias.
seguridad que sirven para desviar las hostilidades hacia Quienes han recibido tal satisfacción se supone que ya no
objetos sustitutivos o que funcionan como canales para tendrán razón alguna para abrigar malos sentimientos,4
una liberación catártica.
Los ejemplos pertinentes son más accesibles en las En ambos casos, a los sentimientos hostiles se les per-
sociedades ágrafas, posiblemente porque los antropólogos mite una expresión, socialmente sancionada, contra el
se han ocupado de este problema más sistemáticamente adversario. Consideremos ahora, por otra parte, ciertas
que los estudiosos de la sociedad occidental, aunque esta instituciones como la brujería. Muchos observadores han
última nos ha proporcionado algunos datos interesantes. señalado que aunque en realidad la brujería se utiliza
La institución del duelo, tanto en Europa como en las con frecuencia como un medio para vengarse de un ob-
sociedades ágrafas, suministra un ejemplo de las costum- jeto de hostilidad, la voluminosa literatura acerca de la
bres de válvula de seguridad, que proporcionan un es- brujería abunda en que los acusados de ella, en forma
cape tolerado, a las hostilidades contra el objeto original. alguna habían perjudicado a los acusadores o provocado
El duelo sitúa bajo el control social una autoayuda la hostilidad, sino que se les señalaba como un medio de
agresiva que es potencialmente destructora, y constituye liberar la hostilidad que no podía expresarse, sin riesgo,
un escape directo a las hostilidades entre los miembros contra el objeto original.
de la sociedad. El conflicto socialmente controlado "des- Clyde Kluckhohn, en su estudio sobre la brujería de
peja el ambiente" entre los participantes, y permite que los nava jos, la describe como una institución que no sólo
reanuden sus relaciones. Si uno de los participantes mue- autoriza la agresión directa, sino además el desplazamien-
re, se espera que sus parientes y sus amistades no man- to de la hostilidad hacia objetos sustitutivos. "Una fun-
tendrán la situación de hostilidad contra su adversario: ción latente que el código de la brujería ofrece a los
el asunto está "socialmente terminado", y las relaciones individuos es la de proporcionar un cauce socialmente
pueden reanudarse. reconocido, para la expresión de lo que no se halla cul-
Caben dentro de la misma categoría los actos de ven- turalmente aprobado." "Las creencias y prácticas de
ganza socialmente aprobados, controlados y limitados. hechicería permiten la expresión del antagonismo directo
y desplazado." "Si los mitos y los rituales proporcionan
En una tribu australiana, cuando un hombre ha come­ los principales medios para sublimar las tendencias anti-
tido una ofensa contra otro, la opinión pública perlnite sociales del nava jo como individuo, la brujería suminis-
q

48 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO •19

tra los principales medios socialmente admitidos, para El teatro y otras formas de diversión pueden sumi-
expresarlas." "La brujería encauza el desplazamiento de nistrar similares medios desplazados para expresar la opo-
la agresión, facilitando el ajuste emocional con un míni- sición contra la fuente originaria de la hostilidad. En
mo de alteración en las relaciones sociales." ' Bali,8 donde la estructura social es muy estratificada y
Hay ocasiones en que la hostilidad se manifiesta efec- rígida, y se da gran atención a la etiqueta del rango y la
tivamente en contra del objeto primordial, pero puede posición sociales, el teatro se especializa en parodias rela-
expresarse en forma indirecta y aun inocente, sin mali- tivas a ese tema. Estas "burlas referidas a la posición"
cia. El análisis de Freud acerca de la función del chiste consisten, por ejemplo, en danzas en las que los actores
como instrumento de la agresión ejemplifica ese matiz. se paran de cabeza, los pies hacen las veces de manos, y se
"Ciertos chistes nos permiten emplear contra nuestro ene- colocan máscaras sobre el pubis. "Esa libertad otorgada
migo el arma del ridículo, a cuyo empleo directo se a la caricatura teatral. .. se concentra en los puntos de
oponen obstáculos insuperables." Los chistes se usan "con tensión del sistema, y proporciona una continua libera-
especialísima preferencia para hacer viable la agresión ción mediante la risa." Se sugiere que el teatro balinés
o la crítica contra superiores provistos de autoridad. En- drena las hostilidades latentes que se incuban en esta
tonces los chistes son como una forma de resistencia6 sociedad rígidamente estratificada, y así permite que con-
contra esa autoridad y como un escape de sus presiones". tinúe funcionando, aunque los autores no presentan
Freud habla en tales casos de un "desplazamiento de los pruebas suficientes para demostrarlo.
medios" para expresar la hostilidad. Establece claramen- En este caso y otros similares, notamos que aunque
te que la función positiva, con respecto a los individuos, la hostilidad se manifiesta, las relaciones como tales per-
que Simmel atribuye al conflicto, puede lograrse también manecen inalterables. Mientras que el conflicto modifica
por medios indirectos, una de cuyas formas, pero no la los términos de la interacción, la simple expresión de los
única, es el chiste.7 sentimientos hostiles no lo hace. Esta expresión, a dife-
Aunque los medios tortuosos, lo mismo que los chis- rencia del conflicto, puede ser bien recibida por los que
tes, acaso no logren alterar las relaciones entre una per- están en el poder. La distinción que presentamos entre
sona y otra, especialmente si el blanco del chiste agresivo el desplazamiento de los medios y el del objeto tiene
no percibe el origen y la intención de esas agudas formas gran significado sociológico, porque en el caso del des-
de humorismo, pueden permitir expresarse al miembro plazamiento de los medios (como ocurre con los chistes,
más débil, sin cambiar los términos de las relaciones. Esa el teatro, etc.) el conflicto no llega a producirse. Sin
oposición con frecuencia se resuelve en un simple placer embargo, en el caso de la agresión contra objetos susti-
sustitutivo, que es el equivalente funcional de la mera tutivos (como en la hechicería o en la designación de
liberación de la tensión. La cosecha de chistes políticos un chivo expiatorio), aunque se protegen las relaciones
en los países totalitarios da un testimonio de ello, así tradicionales, derivando la agresión lejos de dichas rela-
como también la declaración, atribuida a Goebbels, acer· ciones, se crea una nueva situación de conflicto, esta vez
ca de que el régimen nazi recibía con verdadero beneplá- con el objeto sustitutivo. Este segundo tipo de relaciones
cito los chistes políticos, puesto que proporcionaban un implica condiciones de conflicto "irreal", que analiza-
escape inofensivo a enemistades bien hondas. remos en la siguiente Proposición.
'

so HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 51

Por supuesto, las instituciones que canalizan la ex- aspectos relativos al mecanismo del "chivo expiatorio" se
presión de los sentimientos hostiles no quedan limitadas estudiarán en la siguiente Proposición y, además, en
a las sociedades preágrafas. Estimulados por la hipótesis otra parte posterior de esta obra. Por ahora bastará decir
freudiana acerca de "una hostilidad primaria de los hom- que los estudios sobre el prejuicio han concentrado la
bres entre sí"," muchos observadores han señalado la atención casi exclusivamente sobre la personalidad del
función de la cultura de las masas como un medio general que lo sufre -posiblemente porque los modernos méto-
de liberar "sin riesgos" los impulsos agresivos que en otros dos de investigación se prestan mejor para ella--, menos-
contextos sociales son tabú.10 La gran popularidad de que preciándose en cambio las funciones sociales del pre-
gozan los encuentros de box y lucha en la televisión pue- juicio. Los prejuicios raciales y religiosos, al canalizar las
de deberse en parte a la participación sustitutiva que logra hostilidades hacia metas indefensas, pueden contribuir
el espectador en el conflicto, al identificarse con su héroe, a la estabilidad de las estructuras sociales existentes, como
que "golpea al contrincante en el hocico". La cultura de lo hacen las instituciones de válvula de seguridad, antes
masas contemporánea sirve como un medio de liberación analizadas.14 ·

de las frustraciones, y permite la expresión supletoria de Todo esto plantea un problema, ya aludido, de im-
impulsos hostiles fuertemente reprobados. Como advierte portancia central para la teoría del conflicto, una insti-
Herta Herzog en su estudio de las "recompensas psico- tución que sirve para canalizar la hostilidad e impedir
lógicas en la radioaudición diaria", "algunos oyentes que se libere sobre el objeto originario, y que se propone
parecen disfrutar de las series simplemente como medio mantener la estructura del sistema social, también puede
de liberar emociones. Les agrada la 'oportunidad de llo- desencadenar serias antifunciones, ya sea para el sistema
rar', que las series ofrecen... La oportunidad de expresar social, para el actor, o para ambos. Como hace notar
la agresividad también es una fuente de satisfacción." 11 Clyde Kluckhohn: "La brujería cuesta lo suyo al indivi-
Algunos de estos ejemplos sugieren la hipótesis de duo y al grupo.""
que la necesidad de instituciones que sirvan como vál- El hecho de disponer de instituciones de válvula de
vula de seguridad aumenta con la rigidez de la estruc- seguridad 16 provoca un desplazamiento de la meta por
tura social, o sea, según la proporción en que el sistema parte del actor: ya no necesita aspirar a resolver una si-
social desaprueba la expresión de las reclamaciones anta- tuación insatisfactoria, sino simplemente a liberar la ten-.
gónicas, cuando ocurren.12 Importa mucho tomar en con- sión que de ella surge. De esta manera la situación insa-
sideración las diversas variables que se presentan, como tisfactoria permanecerá inalterada, o se intensificará. La
la orientación de los valores generales, el nivel de segu- siguiente Proposición intentará demostrar que, resul-
ridad, etc. Ese tema se tratará con mayor amplitud en te desplazada o no la meta, ello representa una variable
las siguientes proposiciones. importante en la teoría del conflicto.
El bien conocido mecanismo operante del "chivo ex- Los psicólogos han demostrado experimentalmente
piatorio", en el conflicto de grupo, es de importancia a que la agresión manifiesta, ostensible, es más satisfacto-
este respecto. No podemos detenernos, ahora, a examinar ria que la agresión encubierta; 17 análogamente, existe
la vasta literatura que ha aparecido en los últimos años cuando menos la presunción de que (!l conflicto directa-
acerca de este y otros aspectos del prejuicio.13 Algunos mente asestado contra el objeto puede generar menos
52 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 53

disfunciones para el sistema social que la canalización mente aliviadas, en vez de permitir el ajuste a las condi-
de la agresividad, lograda mediante instituciones de vál- ciones cambiantes, conduce a la rigidez de la estructura
vula de seguridad. y crea posibilidades de una explosión catastrófica.
Las instituciones que ofrecen canales sustitutivos para Es más, un psicoanalista contemporáneo tiene esto
la liberación de .)a agresividad pueden ser disfuncionales que decir acerca del "saludable efecto" de la simple li-
para el sistema social, del mismo modo que los síntomas beración de la tensión:
neuróticos son disfuncionales para el sistema de la per- Anteriormente se consideraba que la "abreacción" (ca­
sonalidad. Los síntomas neuróticos son un resultado de tarsis) era un factor terapéutico decisivo. En verdad que se
la represión, y al mismo tiempo procuran una satisfac- logra la liberación de las emociones hasta entonces obs­
ción parcial de los impulsos reprimidos. Los impulsos truidas. . . Sin embargo, de esta manera no se puede lograr
reprimidos "hallan otras salidas del inconsciente. . . Lo una verdadera y permanente desintegración· de la lucha
resultante es un síntoma y, por consiguiente, en esencia, defensiva... No sólo deben quedar en libertad, por un
una satisfacción sustitutiva. .. El síntoma no puede esca- solo actolas energías previamente Cf\cadenadas, sino que las
par enteramente a la fuerza represiva del ego, y por tanto nuevas tensiones instintivas que se generan han de poder
debe someterse a modificaciones y desplazamientos... descargarse también de modo permanente.'21
Esos síntomas son formas transaccionales entre los instin-
tos reprimidos y el ego represor. .. ; representan la reali- Si, como sugiere Simmel, "el conflicto despeja el am-
zación simultánea deseada para ambos participantes en biente", las instituciones que sólo sirven para descargar
el conflicto, pero una realización que es incompleta para los sentimientos de hostilidad, y dejan sin modificar los
ambos"." "En el inconsciente la idea reprimida sigue términos de la relación, pueden operar como pararrayos,
siendo capaz de actuar, y por consiguiente debe haber pero no pueden impedir una periódica acumulación de
retenido su cathexis." 19 nubes, es decir, una nueva acumulación de tensiones.
Quizá pueda ser útil aplicar aquí el método de Freud Sin embargo, entre los miembros del grupo, las rela-
para definir el síntoma neurótico y sus funciones: I) Su¿ ciones pueden ser tan tenues que no soporten el impacto
principio heurístico de la interacción entre el yo quiero del conflicto, y requieren de sustitutos con objeto de que
que desea satisfacción y el ego que intenta reprimir ese esas relaciones perduren. Este tema se estudiará más
deseo puede aplicarse a la interacción entre la persona tarde.
que busca su satisfacción y las instituciones creadas para
obstruirla. Podemos parafrasear la observación de Freud Con base en el análisis anterior, podemos ahora for-
y decir que las instituciones de válvula de seguridad son mular de nuevo la actual Proposición:
funcionalmente positivas, tanto para el individuo como I) El conflicto no siempre es disfuncional para las
para la estructura social, pero incompletamente funcio- relaciones dentro de las cuales acontece; con frecuencia
nales para ambos.20 2) Como la liberación es incompleta el conflicto es necesario para mantener esas relaciones. Si
para el individuo, la idea parcial o totalmente reprimida no cuentan con medios para evacuar la hostilidad de unos
"sigue siendo capaz de aduar". a otros, y para expresar su disentimiento, los miembros
El acumular las tensiones no aliviadas, o sólo parcial- del grupo pueden sentirse completamente abrumados y
54 HOSTILIDAD Y TENSlONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSlONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 55

reaccionar con la separación o apartamiento. El conflicto parte, cuando se halla exclusivamente determinado por
sentimientos subjetivos, cuando hay energías internas que
sirve para mantener las relaciones, al dejar libres los sen-
sólo pueden satisfacerse por medio de la lucha, es imposible
timientos de hostilidad aprisionados.
sustituirlo por otras medidas; es su propio objetivo y con­
2) Los sistemas sociales suministran instituciones es- tenido.. .22
pecíficas que sirven para dar salida a los sentimientos
hostiles y agresivos. Estas instituciones de válvula de Simmel afirma que los conflictos ocasionados por el cho-
seguridad ayudan a conservar el sistema, pues evitan los que de intereses o de personalidades contienen un ele-
'X
conflictos que de otro modo serían probables, o reducen mento limitativo, por cuanto la lucha es sólo un medio
'
sus efectos destructores. Proporcionan objetivos sucedá- ,.; para un fin; si el resultado deseado puede obtenerse de
'ii
neos sobre los cuales desplazan los sentimientos hostiles, ¡- igual o mejor modo por otros medios, pueden emplearse
así como medios de "abreacción". Por medio de estas 1 esos otros medios. En tales casos el conflicto sólo es una
válvulas de seguridad, se impide que la hostilidad se di- 1 de las diversas alternativas funcionales.
rija contra su objeto original; pero esos desplazamientos 1 No obstante, hay casos en que el conflicto surge ex-
clusivamente de los impulsos agresivos que buscan cómo
también implican un costo, tanto para el sistema social
como para el individuo: se reduce la presión ejercida con ;¡ expresarse, sin importar cuál sea el objeto; son conflictos
ánimo de modificar el sistema y afrontar las condiciones en que la elección del objeto es puramente accidental. En
cambiantes, y además acumula tensión en el individuo, y j esos casos, no existen dichas limitaciones, puesto que no
crea posibilidades de una explosión catastrófica. l se trata de obtener un resultado, sino más bien de dar
salida a energías agresivas, y ello provoca la ruptura.
La liberación de los sentimientos hostiles sobre un
objetivo sucedáneo (a diferencia de la simple expresión j En esta diferenciación entre el conflicto como un
medio y el conflicto como un fin en sí mismo, se halla
simbólica) crea una nueva situación de conflicto con ese
objeto. La distinción entre ese "conflicto irreal" y el implícito un criterio que permite distinguir el conflicto
"conflicto real" se presentará en la Proposición siguiente: real del irreal> Los conflictos que surgen de la frustra-
ción de demandas específicas dentro del marco de rela-
PROPOSICIÓN 3: El conflicto real y el irreal. ciones, y de la estimación sobre las ganancias que los
participantes pueden lograr, y que benefician al presunto
Si el conflicto es causado por un objeto, por el deseo objeto frustrador, pueden llamarse conflictos reales, en
de poseer o controlar algo, por ira o por venganza. .. se cuanto son medios para lograr un resultado específico.
caracteriza por la circunstancia de que, en principio, todos Por otra parte, los conflictos irreales, aunque también
los fines pueden obtenerse por más .de un medio. El deseo
implican la interacción entre dos o más personas, no son
de posesión o subyugación, inclusive el de aniquilamien·
to del enemigo, puede satisfacerse mediante combinaciones
ocasionados por los fines rivales de los antagonistas, sino
y sucesos distintos a la lucha. Cuando el conflicto es sim· por la necesidad de liberar cuando menos la tensión de
plemente un medio determinado por un propósito más uno de ellos. En este caso la elección de antagonistas
elevado, no hay razón para restringirlo o inclusive evitar· depende de determinantes que no están directamente re-
lo, siempre que pueda ser reemplazado por otras medidas lacionadas con el asunto en disputa, y no está orientada
que ofrezcan las mismas pobilidades de éxito. Por otra hacia el logro de resultados específicos.

¡
¡;G HOSTILIDAD Y TENS{ONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSlONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 57

Else Frenkel-Brunswick, al analizar "la personalidad U na distinción basada en las precedentes observacio-
etnocéntrica", presenta ese punto de vista en la siguiente nes ayudará a evitar la falacia de cualquier intento de
frase: "Incluso su odio es móvil, y puede dirigirse de uno explicar totalmente el fenómeno social del conflicto real,
a otro objeto." 23 A este tipo de conflictos irreales se en términos de "liberación de la tensión". Por ejemplo,
aplica el siguiente aforismo de John Dewey: "Los hom- un obrero comprometido en actividades huelguísticas
bres no disparan porque existan los blancos, sino que para lograr una mejora de salario, de posición o de po-
colocan los blancos con objeto de que los tiros y disparos derío para su sindicato, y otro obrero que libera su agre-
sean más efectivos e importantes." 24 sividad hacia el patrono porque Jo percibe como una
Así el antisemitismo, excepto cuando es causado por figura edipiana, son tipos sociales distintos. El odio ha-
conflictos de intereses o valores entre los judíos y otros cia el padre, derivado a otro objeto, puede adscribirse a
grupos o individuos, se denominará irreal, porque es cualquier ente adecuado: patrón, policía o sargento. Por
principalmente una respuesta a frustraciones en las que otra parte, la lucha económica de los obreros contra el
el objeto parece adecuado para una liberación de la agre- patrono está basada en las particulares posiciones y fun-
sividad. Que el objeto sean los judíos, los negros u otro ciones que desempeñan en el sistema económico y polí-
grupo, es de importancia secundaria para el agresor."' tico. Pueden decidir dar por terminado el conflicto y
El conflicto irreal, ocasionado por la necesidad de procurar un arreglo si les parece oportuno hacerlo; tam-
liberar la tensión agresiva en una o más de las personas bién pueden elegir otros medios distintos de la huelga,
que interactúan, es menos " stable" que el conflicto real. como los convenios colectivos, los regateos, el "tortu-
La agresividad subyacente puede derivarse con mayor guismo", etcétera.
facilidad por otros canales, precisamente porque no está La acción antagónica por parte de los trabajadores
ligada directamente al objeto, convertido en blanco por y en contra de la gerencia, o viceversa, puede decirse que
una "situación accidental". Es probable que se mani- es real puesto que es un medio para obtener resultados
fieste de diversas maneras, si el objeto particular deja de (posición más elevada, mayor poder, ingresos económicos
estar disponible. más altos); si lo que pretenden los trabajadores o la ge-
Por otra parte, el conflicto real cesará si el actor pue- rencia es lograr esos resultados, y no la simple expresión
de hallar una manera alternativa, igualmente satisfacto- de hostilidades difusas, es menos probable que ocurra
ria, para alcanzar sus fines?' En el conflicto real existen ese conflicto, siempre que los medios, entre los cuales se
alternativas funcionales con respecto a los medios. Los puede optar, sirvan para alcanzar la meta.
otros medios distintos del conflicto siempre están poten- Esa distinción puede ser de utilidad al analizar el con-
cialmente a disposición de los participantes, dependien- trol social y el desvío social. Un desviado social no ne-
do de la eficacia que se les atribuya. Además, hay que cesita ser un "irracional", hallarse carente de una orien-
notar que en los conflictos reales también hay posibili- tación realista, como muchos teóricos han supuesto
dad de elegir entre varias formas de disputa: a su vez esa tácitamente. La conducta desviada que Merton analiza
elección depende de la idoneidad instrumental que se { en "Social Structure and Anomie" 27 constituiría una de
les asigne. Por otra parte, en el conflicto irreal sólo ii
las variantes de la lucha efectiva, por cuanto represen-
existen alternativas funcionales con r¡¡specto al objeto. ta los esfuerzos para alcanzar metas culturalmente pres-
sB HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 59

critas, a través de medios culturalmente prohibidos. Si cios, en tanto que sólo considera incidental la meta del
el tipo de desviados que comprende este caso tuvieran a impulso agresivo, pero en el estudio de una situación
su disposición medios legítimos para alcanzar la misma conflictiva en la que la interacción es de gran importan-
meta, sería menos probable que se decidieran por formas cia, el sociólogo debe investigar la relación de conflicto
de conducta desviadas. En este caso, la desviación se y los valores excluyentes o intereses divergentes que los
refiere más bien al instrumento que a la expresión. Sin enemigos persiguen."" No se justifica el considerar a prio-
embargo, otros tipos de desviación pueden servir para ri las reclamaciones que se hacen en una situación de
liberar la tensión acumulada durante el proceso de so- conflicto, como equivalentes al asunto de que "el centro
cialización, y mediante la frustración y la privación in- de la tierra está hecho de mermelada"." Por ello, aunque
herentes al papel de adultos. En estos casos el desviado es conveniente que un estudio sociológico de las políticas
evalúa por sí misma la conducta agresiva; el objeto al internacionales se interese por las tensiones que se origi-
cual se dirige la acción es de imp rtancia secundaria. La nan en las diversas frustraciones acaecidas en el interior
satisfacción de la necesidad tensional es lo principal y, de los sistemas sociales nacionales, no cumplirá su obje-
por tanto, la acción no sirve como un medio para obtener tivo principal si no analiza los conflictos reales sobre el
un resultado específico. En esos casos, es menos probable poder escaso, en torno al cual se forman los proyectos
hacer una ponderación entre medios pacíficos y medios de las alianzas y los antagonismos.
agresivos, puesto que es justo en los medios agresivos, y De modo similar, los estudios sobre la sociología in-
no en el resultado, donde se busca la satisfacción.•• dustrial, inspirados por Elton Mayo, no reconocen la
La incapacidad de hacer la distinción propuesta en- existencia de los conflictos reales o de sus funciones.
gendra, en muchos casos, la confusión reinante en la in- La conducta resultante de una situación de conflicto se
vestigación actual, entre las ''tensiones" y la "agresión". 29 trata casi exclusivamente como una conducta carente de
El conocimiento logrado mediante el estudio irreal se realismo. Contrapone una lógica factual, "la lógica del
ha aplicado al terreno de las relaciones internacionales, costo y la lógica de la eficiencia" (es decir, "hechos" que
pero se pasa por alto el hecho de que los conflictos en este intentan lograr resultados beneficiosos para la gerencia),
campo son principalmente conflictos reales de poder, de a "la lógica de los sentimientos", privando así de su base
intereses o de valores, y que los elementos irreales que real a las reclamaciones de los trabajadores. "La implica-
pueden hallarse mezclados en la lucha son aleatorios, y ción resultante, sea o no intencional, es que los gerentes
cuando más refuerzan los demás elementos." Como ha se guían por la lógica de la razón, en tanto que los obre-
dicho Alvin Johnson, "se supone comúnmente que las ros son, en gran parte, seres con sentimientos y emo-
antipatías de tipo personal... han desempeñado un papel ciones." 84 La importancia que se da a los "sentimien-
importante entre las causas de la guerra. La historia no tos" oscurece la existencia de un conflicto real. En
ofrece sino muy escasas pruebas sobre las cuales basar esa realidad, estos estudios muestran una falta peculiar de
afirmación. . . Esas antipatías parecen ser más bien re- sensibilidad respecto a las luchas por el poder o a las ven-
sultado de la guerra, y no causa de eiia." 81 El psicólogo tajas pecuniarias, que surgen en la fábrica.
que estudia los mecanismos de desplazamiento hace bien Desechada la posibilidad de conflictos reales, los so-
en ocuparse primordialmente del individuo con prejui- ' ciólogos de la empresa Ilegan naturalmente a "pregun-

\
6o HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENS{ONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 61

tarse qué clase de hombre será el que puede tener esa lidad social concreta suele encontrarse una mezcla de
idea en la cabeza", y en vez de dirigir su atención a in- ambos tipos "puros". Talcott Parsons expresó esta si-
vestigar la situación del conflicto, se ponen a buscar "me- tuación correctamente, al describir el mecanismo del
didas terapéuticas". Como sustentan el punto de vista "chivo expiatorio": "Como sería peligroso e injusto ex-
de que la fuente del conflicto debe hallarse en los senti- presar libre y abiertamente el antagonismo hacia los otros
mientos que perturban las relaciones, más que en la na- miembros del mismo grupo, es a menudo más fácil psi-
turaleza de éstas, ven en todo conflicto una "enfermedad cológicamente, 'desplazar' el efecto hacia otro grupo,
social".35 El objeto de su análisis no es ni el origen de respecto al cual ya existe •• una cierta base de antagonis-
la frustración ni el asunto que se discute, sino el efecto mo. De esa manera, la tendencia a buscar un 'chivo
de la frustración sobre el individuo. Para expresarlo con expiatorio' rara vez aparece desprovista de una base ra-
las palabras de Dale Carnegie, se intenta "hacer que otra zonable •• de antagonismo, en la que existe un conflicto
persona se satisfaga con la sugerencia que ofrecemos" di- real de ideas o intereses." 41 O bien, una de las fuentes de
rigiendo los sentimientos de hostilidad hacia canales que ingredientes irreales entreverados con los conflictos reales
no implican "riesgo" alguno.•• Así, Roethlisberger y se halla en instituciones que consideran la libre expre-
Dickson se expresan con admirable franqueza acerca del sión del antagonismo como "peligrosa e injusta".
sistema consultivo, en la siguiente forma: "Esta clase de El término "conflicto real" no implica necesariamen-
unidad administrativa, carente de autoridad, sirve para te que los medios adoptados sean realmente idóneos para
controlar y dirigir aquellos procesos humanos que den- alcanzar el fin que se persigue; los medios pueden pare-
tro de la estructura industrial no están adecuadamente cer adecuados solamente a los participantes, aunque sólo
controlados por otras unidades administrativas." 37 sea por razón de su nivel cultural. Los trabajadores que
van a la huelga para lograr, por la violencia, que sean
La distinción entre conflicto real y conflicto irreal excluidos del taller sus camaradas de raza negra, con
implica una abstracción conceptual de la realidad con- objeto de poder mantener de este modo sus tasas de sala-
creta, en la que pueden combinarse realmente los dos rios, se encuentran implicados en un conflicto real. Si
tipos. Sin embargo, como ha señalado Max Weber, "la la situación (y ésta es la esencia de la proposición de Sim-
estructura de una línea de acción puramente racional. .. mel) cambia de tal manera que otros medios se revelan
sirve como prototipo a los sociólogos... Por vía de com- como más idóneos para mantener las tasas de salarios, los
paración es posible comprender las formas en que la trabajadores probablemente tenderán a abstenerse de
acción está influida por factores irracionales de toda es- toda acción discriminatoria. Ahora bien, si insisten en la
pecie... con lo cual explican la desviación de la línea de práctica discriminatoria, aunque dispongan de medios
conducta que sería de esperar, de acuerdo con la hipó- más eficaces para alcanzar el mismo fin, provisionalmente
tesis de que la acción era simplemente racional".38 cabe suponer que ciertos elementos ficticios, como el
Las situaciones de conflicto real pueden estar acom- "prejuicio", encuentran expresión en el conflicto.42
pañadas, especialmente cuando n5> existen condiciones Quizá hemos ahondado ya bastante, con,nuestro in-
adecuadas para la lucha, por sentimientos ficticios que tento de esclarecer las razones distintivas entre los tipos
en su origen representan sendas desviaciones. En la rea- real e irreal de conflicto.
62 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 63

Cada sistema social registra causas de conflicto real atribuir al impulso antagónico, esta autonomía no es sufi­
en la medida en que la gente presenta demandas anta- ciente para explicar todo el fenómeno comprendido en la
gónicas para mejorar su posición, poder y recursos, y se hostilidad. .. Amor y odio. .. parecen necesitar cierta es­
adhiere a valores conflictivos. La imputación de rango, tructura atractiva de los objetivos, con cuya indispensable
poder y recursos, aunque se su jete a normas y sistemas, cooperación se produzca el fenómeno total que las respec­
continuará siendo objeto de cierta forma de controver- tivas denominaciones implican. . . Me parece probable
sia. Los conflictos reales surgen cuando los hombres que... el impulso hostil solamente viene como a reforzar...
chocan con ocasión del reclamo de derechos basados en las controversias provocadas por causas concretas. . . Es
oportuno odiar al adversario con quien se lucha, de la mis­
la frustración de sus pretensiones y expectativas de ga-
ma manera que resulta adecuado amar a la persona a quien
nancias. se está unido.43
Los conflictos ficticios proceden de la privación y
de la frustración derivadas del proceso socializante y de En esta Proposición, Simmel hace resaltar dos puntos:
las obligaciones que corresponden al adulto, que, como I) Los sentimientos de hostilidad surgen de la acción
hemos visto en la Proposición anterior, son el resultado recíproca entre el "impulso de hostilidad" y un objeto
de la transformación de un antagonismo, real en sus orí- antagónico.
genes, que no encontró forma de expresarse. Consideran- 2) El análisis de las situaciones de conflicto no se
do que el primer tipo de conflicto se suscita con referen- agota con referencia a las motivaciones psíquicas; éstas
cia a agentes frustradores, en espera de lograr resultados pueden reforzar los argumentos reales.
específicos, el segundo tipo representa el relajamiento de Simmel afirma que existe un "impulso de hostili-
la tensión mediante una acción agresiva dirigida hacia dad", pero hace la salvedad importante de que este im-
objetivos cambiantes. El primer tipo de conflicto es pulso, en sí, mismo, no provoca el conflicto. De acuerdo
considerado por los participantes como un medio para el con su orientación general, subraya la acción recíproca
logro de fines reales, medio que podría ser abandonado como el centro del análisis sociológico y sociopsicológi-
si surgieran otros aparentemente más efectivos para al- co. Una "hostilidad primaria de los hombres entre sí" 44
canzar el fin perseguido. El segundo tipo no deja tal no explica, por sí sola, el conflicto social. En lugar de
alternativa, porque la satisfacción deriva del acto agre- valerse de los instintos, impulsos o predisposiciones do-
sivo, en sí mismo. minantes como explicativos del fenómeno social, Simmel
Los conflictos reales, acompañados de sentimientos aclara que la conducta está relacionada con un campo
emocionalmente deformados·volverán a ser tratados en social, y que el conflicto, como fenómeno social, sola-
la siguiente Proposición. mente puede ser comprendido dentro de un cuadro de
acción recíproca.
PRoPOSICIÓN 4: El conflicto y los impulsos hostiles. Los sociólogos generalmente-están de acuerdo en que,
tratándose de problemas sociales, la atención debe cen-
Adrl!itimos que existe realmente un impulso formal de trarse en la interacción de los individuos, y no en sus
de hostilidad, como compensación a la necesidad de sim­ "impulsos" o exigencias, o en otras propiedádes aislada-
patía... No importa cuánta autonomía psicológica $C desee mente atribuidas a dichos individuos. Vale la pena hacer
64 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 65

notar que la investigación psicoanalítica moderna ha de- cual la incidencia de una conducta agresiva está relacio-
mostrado ampliamente que las exigencias humanas se . nada con la estructura de las relaciones recíprocas. Así,
desanollan a través de la respuesta que el niño recibe en un estudio sobre la agresión, John P. French introduce
respecto a sus demandas sociales." Aun "las actividades deliberadamente una variable estructural: el grado de
autoeróticas están ausentes cuando no existen relaciones cohesión del grupo. Compara la reacción a la frustración,
objetivas".46 El estudio de niños en régimen de comple- entre los miembros de grupos organizados (equipos de
to aislamiento muestra que no son capaces de albergar basketbol y fútbol, en Harvard), con la reacción en los
sentimientos de amor ni de odio si se ven privados de sus grupos no organizados (estudiantes de las clases de in-
relaciones con un objetivo amoroso." troducción al psicoanálisis, en Harvard). Además, intro-
En vista de los frecuentes intentos de "explicar" to- duce una variable cultural incluyendo en el esquema
dos los conflictos en términos de exigencias agresivas o experimental un grupo organizado con distinto ambiente
de la necesidad de liberar la tensión, parece apropiado étnico y socioeconómico (clubes del barrio italiano en
comentar brevemente algunas opiniones de la teoría psico- el este de Bastan).
analítica sobre la agresión. Dicho estudio mostró que la agresión franca, en el
La mayor parte de la investigación psicoanalítica seno de un grupo, variaba positivamente con el grado
contemporánea se desarrolla sobre la base de la teoría de la de su organización." "No llegó a realizarse una agresión
interacción. Basta comparar la primitiva literatura directa en grupos no organizados ['agresión directa' se
psicoanalítica sobre la guena y la agresión 48 con las obras refiere, aquí, a una agresión manifestada hacia los miem-
de hombres como Otto Fenichel, Erich Fromm, Abram bros del grupo J; en cambio se registraron 61 casos de
Kardiner, Heinz Hartmann, Harry Stack Sullivan, etc., agresión directa en el grupo organizado." 52 Además, el
para ver el cambio que se ha operado en el pensamiento mayor grado de agresión ocurrió en el grupo eón ante-
psicoanalítico. Estos últimos investigadores hacen suyo cedentes étnicos italianos, descubrimiento que señala la
el concepto que Malinowski, con una frase feliz, ha lla- influencia de las normas culturales en la expresión de
mado "el control de la agresión por la cultura".46 Lejos la agresividad.53
de explicar el conflicto social solamente en términos de El punto .de vista de que la conducta agresiva está
los atributos inherentes a los· seres humanos como tales moldeada por la acción recíproca parece contradecir nues-
seres humanos, consideran que las variables de posición tra primera distinción entre el conflicto real y el conflicto
social y normas culturales ayudarán a explicar el fenó- irreal o ficticio, en la cual se sugirió que el conflicto fic-
meno social de la agresión y de la guena. Merton 56 ha ticio, lejos de suscitarse únicamente en las relaciones
demostrado, con lujo de detalles, que las ciencias de la entre un individuo y el objeto de su animadversión, de-
conducta objetiva han sido incapaces de tratar sistemá- bería entenderse como provocado por un relajamiento
ticamente estas tres variables, y que una cuarta variable, de la tensión contra cualquier objeto idóneo. Ahora
la de la estructura social, ha quedado particularmente bien, la contradicción es sólo aparente. La agresión, en
relegada al olvido. el conflicto ineal o ficticio, no tiene que ser explicada
La psicología social experimental nos ha proporcio- por la urgencia o premura derivada de un impulso ins-
nado algunas valiosas pruebas de la hipótesis según la tintivo. Cabe pensar que se acumuló en la acción red-
66 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 67

proca entre el su jeto y otros agentes de frustración -los mutuos sentimientos hostiles, a pesar de lo cual dichos
padres u otros agentes- durante el proceso de socializa- individuos entran en conflicto cuando actúan como re-
ción, y el esfuerzo del individuo por capacitarse respecto presentantes de sus respectivos grupos.
a sus obligaciones posteriores. En el conflicto ficticio, las Con todo, como sugiere Simmel, todavía pueden exis-
energías agresivas se han acumulado en la interacción tir ciertos casos en que "es conveniente odiar al anta-
entre el su jeto y otras personas, con anterioridad al rela- gonista". Cuando menos, este punto se encuentra en el
jamiento de la tensión. trasfondo de gran parte de los propósitos moralizadores
de la propaganda, antigua o moderna. Si se puede agre-
Resulta evidente, dice Simmel, que las motivaciones gar energía afectiva a la motivación real para la lucha, lo
psíquicas no son suficientes para explicar la conducta más probable es que se robustezcan las partes en conflic-
conflictiva. El conflicto real entre individuos o grupos to. He aquí una de las razones de la superioridad r1e los
respecto a los anhelos de lograr una mejor posición, más ejércitos de conscriptos sobre los ejércitos de mercenarios.
poder o riqueza, o la lealtad o adscripción a sistemas de Esto nos lleva a contar con una mayor probabilidad
valores competitivos, puede, en el curso de la acción, mo- de mezcla de elementos ficticios de conflicto en los gru-
vilizar energías afectivas, una compleja acción mutua de pos cuyos miembros participan con toda su personalidad,
sentimientos y emociones; pero esto no es necesariamente que en aquellos otros en que los miembros participan
un corolario de la hostilidad real. La agresividad puede sólo parcialmente. Esta hipótesis será considerada en el
ser definida como una serie de predisposiciones a realizar capítulo IV.
actos de agresión. El conflicto, por otra parte, siempre La distinción entre razones objetivas y reales para
denota una interacción entre dos o más personas. Sin participar en un conflicto, por una parte, y las energías
duda, la agresión puede considerarse como un índice del emocionales que pueden ser movilizadas durante el con-
conflicto, pero esto no implica que todo conflicto deba flicto, por la otra, arroja alguna luz sobre la función del
ir acompañado de agresividad. mediador en el conflicto. Como Simmel ha subrayado,
Durante la última guerra, "el odio al enemigo [es "el mediador puede lograr la reconciliación. . . única-
decir, la agresividad], personal e impersonal, no era un mente si cada partido considera que la situación objetiva
elemento clave en la motivación al combate".04 Dicha justifica dicha reconciliación, y hace ventajosa la paz".
motivación era la resultante de muchos elementos, entre El mediador muestra "a cada partido los argumentos y
los cuales la lealtad primaria al grupo de "camaradas" demandas del otro, con lo cual quedan despojados del
figuraba aparentemente como el más importante, y en tono que les imprime la pasión subjetiva"." Ayuda a
la que el odio al enemigo jugaba un papel secundario." i eliminar del conflicto los excesos irracionales y agresi-
Igualmente, existen conflictos de interés, por ejem- vos. Aun así, esto por sí solo no hará que las partes de-
plo, entre el trabajador y el gerente, en los cuales los pongan su conducta antagónica puesto que, aunque el
contrincantes no parecen albergar sentimientos persona- conflicto quede reducido a los "simples hechos", las de-
les de odio mutuo. Se conocen frecu.entes casos de diri- mandas en pugna quedan por considerar. La función
gentes obreros y gerentes que mantienen relaciones en la del mediador es fundamentalmente eliminar la tensión
vida social, sin que en forma ostensible se manifiesten que sólo trata de liberarse, de tal manera que las dispu-
68 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 1 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 6g

tas reales puedan ser zanjadas aparte. Además, el me- Hemos visto que el conflicto real no implica necesa-
diador puede sugerir varias fermas de resolver el con- 1 riamente hostilidad o agresividad. A continuación ten-
flicto, señalando las ventajas respectivas y el costo de dremos que examinar una afirmación de Simmel apa-
cada una. rentemente contradictoria, de acuerdo con la cual la
La incapacidad de percibir que el conflicto puede hostilidad es un elemento intrínseco de las relaciones
ser motivado por dos factores distintos pero entremez- sociales.*
clados -una verdadera situación antagónica y su adita-
mento afectivo-explica la debilidad de ciertos supuestos PROPOSICIÓN 5: La hostilidad en las relaciones sociales
subyacentes en la "investigación de la acción", tal como
entiende este término la escuela de Lewin." "La inves- ) de carácter íntimo.
En tanto que el antagonismo por sí mismo no conduce
tigación de la acción" puede, por supuesto, ser sumamente
útil en la tarea de diferenciar los orígenes del conflicto l a la asociación, es un elemento sociológico casi nunca
ausente en ella. . . Ésta es quizás la situación con respecto
real, con respecto a las energías emocionales que a él se
a la llamada mezcla de corrientes convergentes y divergen­
agregan, pero sólo contribuye a desbrozar el camino para tes dentro de un grupo. Es decir, la estructura puede ser
lograr un mejor entendimiento de las bases de la disputa. suD generis. . . y sólo con objeto de describirla y entender­
la, la presentamos, post factum 1 en su conjunto, partiendo
Podemos ahora reformular la proposición de Simmel, de dos tehdencias, monista una, antagónica la otra. Las
en la siguiente forma: relaciones eróticas nos ofrecen los casos demostrativos más
Los "impulsos" agresivos u hostiles no bastan para frecuentes. Cuán a menudo no aparecen a nuestra consi­
explicar el conflicto social. El odio, lo mismo que el deración como entremezcladas de amor y respeto, o falta
amor, requiere un objeto. El conflicto sólo puede sur- de respeto. .. de amor y anhelo de dominar o ser domi­
gir en la acción recíproca entre objeto y sujeto; siempre nados. Ahora bien, lo que el observador o el participante
supone una relación. divide en dos tendencias entremezcladas puede, en reali­
El conflicto real no va necesariamente acompañado dad, ser una sola.58
de hostilidad o agresividad. Las "tensiones" en el sentido
psicológico no siempre están asociadas con una conducta En esta Proposición Simmel afirma que las relaciones so-
antagónica. Aun así, puede ser "conveniente" odiar al ciales tal vez implican tanto motivaciones convergentes
contrario. El propagandista confía en que tal odio refor- como divergentes -"amor y odio", a un tiempo- que
zará la participación emocional en el conflicto y, por lo generalmente están unidas en forma muy estrecha. Con
tanto, fortalecerá la disposición de llevarlo hasta sus úl- frecuencia se odia a la persona que se ama; por tanto, a
timas consecuencias. menudo no es válido separar los dos elementos en la
A la inversa, la principal función del mediador con- realidad concreta. Es una concepción errónea pensar
siste en despojar a: las situaciones antagónicas de todos que un factor construye lo que otro destruye.
los elementos ficticios de agresividad, de manera que. los Se impone, sin pérdida de tiempo, una aclaración
contendientes puedan discutir, con apego a la realidad, para evitar que el referido aserto contradiga las proposi-
las demandas divergentes que se manifiestan en la disputa. • Por lo tanto, el término conflicto se aplicará solamente al conflicto real.
HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 71
70 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO
milias se unen por un matrimonio, cada una de ellas se
ciones anteriores. Si el odio realmente formara parte considera mejor y más distinguida que la otra. Dos ciu·
de toda relación, no podría existir ningún conflicto real dades vecinas serán siempre rivales y el más insignificante
sin participación de tal sentimiento. Sin embargo, parece cantón mirará con desprecio a los cantones limítrofes...
que Simmel, aunque no lo aclara suficientemente, se Cuando la hostilidad se dirige contra personas amadas,
refiere en realidad a las relaciones estrechas e íntimas, decimos que se trata de una ambivalencia afectiva, y nos
más bien que a las relaciones sociales en general; su refe- explicamos el caso, probablemente de un modo demasiado
rencia a las relaciones eróticas, como ejemplo clave, pa- racionalista, por los numerosos pretextos que las relacio·
rece indicarlo así. nes muy íntimas ofrecen para el nacimiento de conflictos
Simmel sugiere que en las relaciones en que los hom- de intereses.c1
bres intervienen hondamente, en las que participan con
N otamos que, al igual que Simmel, la ambivalencia
todos sus atributos personales y no sólo con una parte
de sentimientos la hace derivar Freud de la intimidad de
de ellos, probablemente afloraráil. sentimientos de amor
la relación dentro de la cual aparece. La simultaneidad
y odio, de atracción y hostilidad.
de sentimientos de amor y odio puede rastrearse en las
Ésta es una reminiscencia del concepto freudiano de
numerosas ocasiones de conflicto a que dan nacimiento
la ambivalencia,'" que se ha convertido en un concepto
las relaciones estrechas.
fundamental del psicoanálisis. La ambivalencia, según
Esto significaría que existen mayores oportunidades
Freud la define, es "la existencia, en una misma persona,
para la aparición de sentimientos hostiles en los grupos
de sentimientos opuestos, amistosos y hostiles, con rela-
primarios que en los secundarios, porque a medida que
ción a otra",-6° Ésta es, en esencia, la situación precisa que
la relación está basada en la participación total de la
Simmel tiene presente. Ahora bien, en realidad Freud
personalidad -como algo distinto de la participación
describe la fuente psicológica del fenómeno que Simmel
fragmentaria-hay mayor probabilidad de generar tanto
sólo observa. Este concepto psicoanalítico ayudará, por
amor como odio.""
tanto, a esclarecer y complementar la proposición de
Cuanto más estrechas son las relaciones, más grande
Simmel. resulta la par-ticipación efectiva y, también, mayor es la
Freud desarrolla su análisis de la ambivalencia en las tendencia a reprimir, en vez de expresar, los sentimientos
relaciones sociales, en La psicología de las masas y análisis hostiles. En tanto que en las relaciones secundarias,
del yo, con estas pal.,bras: como las que se establecen entre socios, los sentimientos
Casi todas las relaciones afectivas íntimas, de alguna de hostilidad pueden ser expresados con relativa liber-
duración, entre dos personas -el matrimonio, la amistad, tad, no siempre sucede esto en las relaciones primarias
el amor paterno y el filial- dejan un depósito de senti- cuando la participación íntegra de los participantes pue-
mientos hostiles, que precisa, para desaparecer, del proceso de convertir la exteriorización de tales sentimientos en
de la represión. Este fenómeno se nos muestra más clara­ un peligro para las relaciones. En tales casos los senti-
mente cuando vemos a dos asociados pelearse de continuo mientos de hostilidad tienden a acumularse y, por tanto,
y al subordinado murmurar sin cesar contra su superior. a intensificarse.
El mismo hecho se produce cuando los hombres se reúnen
La "intimidad" o la "estrechez" continúan siendo
para formar conjuntos más amplios. Siempre que dos fa-
1
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72 HOSTILIDAD Y TENSlONES EN LAS RELAClONES DE CONFLICTO 1 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO 73
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términos sin analizar hasta ahora. Siguiendo la teoría 1: Malinowski está de acuerdo con Simmel y Freud en
de Homans" de que en las relaciones existe una corre- que el antagonismo es una parte fundamental de las rela-
lación entre el incremento de la acción recíproca de los ciones sociales íntimas, un "producto accesorio" de la
partenarios y el incremento de sus sentimientos mutuos cooperación. Pero en tanto que Simmel, Freud y Ho-
de aprecio, podemos decir que la acción recíproca inten- mans lo refieren a los sentimientos, Malinowski asegura
sa -que caracteriza los grupos primarios y las relaciones que la conducta "hostil" también ocurre más fácilmente
que se aproximan a este tipo- tiende a absorber la to- en las relaciones sociales estrechas. La siguiente Propo-
talidad de la personalidad y a fortalecer la intimidad de ¡ sición discutirá este problema, conexo y disímbolo a la vez.
los sentimientos. Pero Homans pasó por alto el hecho ,¡¡ Todavía·queda por indicar que en ciertos casos exis-
de que es precisamente esa intimidad la que también :j ten canales institucionales para la manifestación de la
genera la acumulación de sentimientos hostiles, porque l ambivalencia. La llamada "relación ridiculizadora" en-
proporciona frecuentes ocasiones de conflicto que, a me- tre los clanes y entre parientes por afinidad, en la forma
nudo, deben ser reprimidos para bien de los sentimientos como ha sido descrita por los antropólogos, implica
afectivos." Desgraciadamente la falta de interés de Ho- la conjunción de elementos de amistad y ayuda mutua
mans por el carácter ambivalente de las relaciones socia- con los de hotilidad. Radcliffe-Brown 69 describe la es-
les íntimas, le impide advertir que un incremento de la tructura de las relaciones de amistad entre dos clanes en
acción social recíproca, probablemente acarreará un in- la forma siguiente:
cremento de la hostilidad, lo mismo que del aprecio.65
Además del psicoanálisis y la sociología, la antropo- El individuo es miembro de un cierto grupo definido. ..
logía también ha contribuido al esclarecimiento de este dentro del cual sus relaciones con los demás están fijadas
problema. Bronislaw Malinowski escribe: 00 "La agre- por una serie compleja de derechos y deberes. . . Pero más
sión, como la caridad, empieza en casa. Todos [los ejem- allá del campo dentro del cual se establecen relaciones so­
plos citados J suponen un contacto directo y, después, la cia,les de esta naturaleza, existen otros grupos entre los
exasperación sobre problemas inmediatos que surgen... cuales. .. la relación implica una hostilidad posible o real.
o se imagina que surgen. A decir verdad, cuanto más En cualesquiera relaciones establecidas entre los miembros
de estos dos grupos, debe reconocerse el extrañamiento de
reducido es el grupo incluido en la cooperación, cuanto
más unido se halla por ciertos intereses comunes y por
r ellos. Es precisamente esta separación la que se pone de re­
lieve cuando se establece una relación ridiculizadora. La
la convivencia cotidiana, es más fácil que los miembros
expresión de hostilidad, la falta perpetua de respeto, es
se irriten y encolericen mutuamente." 07 La agresión es una demostración continua de tal dislocación, parte esen­
un producto accesorio de la cooperación... Tratemos de cia·} de toda la estructura, pero sobre la cual, sin destruirse
entender el lugar que ocupa la agresividad dentro de una ni siquiera debilitarse, se establece la unión de amistad y
institución. No hay ninguna duda de que dentro de estas de ayuda mutua. .. las relaciones de amistad que estable­
formas cooperativas de radio corto y dentro de unidades cen una alianza entre clanes o tribus, y· entre parientes
espaciadamente condensadas de la organización humana, políticos, son formas de organizar un sistema definitivo
surgirá más fácil y con mayor amplitud que en cualquier y estable de conducta social en las que los componentes
otro sitio una genuina agresividad." 68 :¡ integradores y desintegradores. .. se mantienen y combinan.
"
74 HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELACIONES DE CONFLICTO '
1
En este caso la combinación de ambos elementos hace
posible la relación y permite su existencia. La relación l¡ IV. LOS CONFLICTOS INTERNOS Y LA
ridiculizadora puede contribuir a la conexión del grupo,
únicamente a condición de que permita al mismo tiempo ¡, ESTRUCTURA DE GRUPO
la mutua expresión de la hostilidad.70
f PROPOSICIÓN 6: A mayor intimidad de la relación, mayor
Como algo distinto de los casos anteriormente trat;t-
dos, la ambivalencia no resulta de la intimidad de las r intensidad del conflicto.
relaciones, pero pueden crearse relaciones más estrechas l La hostilidad excitará más profunda y violentamente
únicamente si se proporcionan medios institucionales la conciencia, cuanto mayor sea la afinidad de los parte·
específicos para la expresión concomitante de hostilidad 1 narios con relación a los antecedentes que provocan la hos­
tilidad. .. ; las personas con numerosas características en
y atracción. En otras palabras, el lazo de unión entre los
partenarios o los grupos no es íntimo en sus orígenes y,
no obstante, esos individuos o grupos juzgan deseable
(r común, tienen a menudo un concepto más equivocado unas
de otras, que las que difieren totalmente... Nos enfrentamos
objetivamente, con los extraños con quienes no tenemos
una relación más estrecha. En tales casos, los canales esta-
blecidos para la expresión de los sentimientos de "amor
' características ni grandes intereses en común... Sin em­
bargo, lcuanto mayor es nuestra comunidad con otras per­
con odio" facilitan el establecimiento de las relaciones,
de igual manera que la institución tipo válvula de segu-
f sonas, como personas ensu mtegiiaad;-rñás fácilmente nos
veremos comp-rometidos, en forma total, en cada una de
ridad facilita su mantenimiento. esas relaciones. . . for lo tanto, si surge una diferencia en­
Reformulando la presente Proposición, podemos de- tié quienes mantieñerlllña' relación tan estrecha, a menudo
cir que el antagonismo generalmente está considerado ésta adquiere aspectos apasionadamente expansivos. ..
1
como un elemento de las relaciones íntimas. Las moti- El segundo aspecto que aquí nos interesa. .. es el caso
vaciones convergentes y divergentes pueden estar tan ,!
i de la hostilidad cuya intensificación está basada en un sen­
entremezcladas en las relaciones reales, que sólo pueden timiento colectivo de adscripción o pertenencia... [ello
1
ser separadas con fines analiticos y de clasificación, mien- 1 revela] el fenómeno peculiar del odio social. Este odio está
tras que las relaciones reales tienen un·carácter unitario dirigido contra un miembro del grupo, no por motivos
sui generis. 1 personales, sino porque tal miembro significa un peligro para
Puede afirmarse que las relaciones sociales de natu- la conservación del grupo... Los dos sujetos en con­ flicto se
odian mutuamente no sólo por·ra -e:a.lis3. coJ:¡cret.l --
raleza Intima, caracterizadas por una frecuente acción que motivó el antagonismo, sino también en un aspecto
recíproca y por la plena participación de los participan- sociológico, el del Ódio hacia el enemigo del grupo.. . Tí-
tes, incluyen en su estructura de motivaciones una am- pico de este caso es la forma en que el renegado odi'a y es
bivalencia esencial por el hecho de que contienen odiado. La revocación del previo acuerdo provoca un im­
aspectos positivos y negativos inextricablemente entre- pacto tan fuerte, que el nuevo contraste es infinitamente
mezclados. más brusco y enconado que si no hubiese existido ningím
Procederemos ahora a considerar el corolario de esta vinculo en el pasado. .. "el respeto para el enemigo" se
Proposición: la intensidad del conflicto está relacionada ignora por completo cuando la hostilidad se ha suscitado
con la intimidad de la relación. sobre la base de una solidaridad anterior. Por otra parte
75

l
76 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 77
cuando existen suficientes afinidades con la posibilidad de
confusiones y delimitaciones borrosas, los· puntos de dis­
t tivamente neutrales, los conflictos tienden a revestir me-
1_nos_ br quedad y violencia-que ena:<iúellosotros ci:íyas--.
crepancia adquieren una virulencia no justificada por el
caso, sino tan sólo por ese peligro de confusión.l
gás internas on d!_f':ls. afectivas, y comprometen la
l.Personahdadtotal de sus miembros., En efecto, esto nos
t_!.A AFIRMACIÓN de Simmel,_ según la cual los nexos ínti- éxpiic-;;.·c¡ue.Too éonhiétos surgidos en g¡upos tales como
mos y una g¡arí ·mipilcacrón o adscripción intensifican los Clubes Rotarios, o las Cámaras de Comercio serán
el conflicto, cuando éste ocurre a la postre, es un coro- menos violentos que los que se suscitan en las sectas reli-
lario de los resuitados descdtos en los capítulos anterio- giosas o en los partidos radicales de tipo comunista. Las
res. Se afirmó que la ambivalencia habitualmente pre- ,orga nizaciones últim":.clase tiencien a absorber
. seiíte en las relaciones· íntimas se. .deriva de la represión
1la personahdail entera, por lo que la unión entre los
de sentimientos hostÍles. (los que, a su vez, provienen ¿e· Lmiembros es mucho más fuerte que en aquellas donde
las frecuentes oportunidades de conflictos que surgen en preválecen reláciones de tipo fragmentario. Si se com·
dichas relaciones) cuya exteriorización la evitan los par- proó:1ete 'totalmente la personalidad, es más probable que
ticipantes por temor a sus efectos destructores. Si el "ob- los elementos ficticios se sumen a las situaciones de anta·
jeto de amor" es al mismo tiempo el "objeto de odio", se gonismo real. Por tanto, estos g¡upos tenderán a repri-
comprende que el conflicto removerá todo el afecto de la . mir el antagonismo, pero si, no obstante, éste aparece, será
personalidad, y que la relación puede ser destruida por intenso y apasionado. Esto, como veremos más tarde,
el intenso antagonismo que provoca; de aquí la tenden- explica las frecuentes divisiones y desintegraciones que
cia a la represión. ocurren en tales g¡upos.
Debe recordarse que los comentarios precedentes Los individuos que participan intensamente en la
acerca del efecto reforzante causado por los elementos vida de_ esos g¡upos están interesados en su supervivencia.
ficticios, en las situaciones de conflicto real, condujo a Si advierten el alejamiento de alguien con quien han
formular la hipótesis de que la intensidad del conflicto compartido inquietudes y responsabilidades en la vida
probablemente aumentará a través de tales mezclas. Así, del g¡upo, probablemente reaccionarán en una forma
es de esperar una mayor intensificación del conflicto en más. violenta contra tales miembros "desleales" que con·
aquellas relaciones en que los participantes se han visto tra quienes se muestran más tibios en sus convicciones.
obligados a suprimir los sentimientos hostiles. De tal :¡<:sto nos lleva al segundo punto de Simmel:¡_!_a apostasía
manera,l temor a un conflicto intenso puede cq'!!:\ucir onsiderada'por un g¡upo cerrado como una amenaza
\ala repreJ ón de los sen m entosliostiles;y a su veLl_:l a su-umaacr.·--
1 ácumulacwn de tales sentimientos probablemente provo- 1 -.. Exiú:ñinareirro·más tarde cómo los g¡upos, cuando se
cará ilna hueva intensificación del conflicto, tan pronto vernii:nenazados por ll'tros grupos, íméden verse forzados a
1 como éste surja. "ag¡uparse".,Notamos ahora que una reacción similar
En los g¡upos que únicamente ponen en juego una ocurre en la defensa del g¡upo cerrado contra el pelig¡o
parte periférica de la personalidad de sus miembros o,
\
interno. En verdad, como sugiere Simmel, Ja_reacción
para usar la terminología de Parsons,2 ,en lo _l!p.J)Ll:..n . ,_puede §er más fuerte en estas condiciones porque el "ene-
que las relaciones sonespe JJiJ:amente fung()]1_;tles_ y afee- !.
' migo" de dentro, el renegado o hereje, no solamente
'---· ..

1
78 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 79
pone en entredicho los valores e intereses del grupo, sino El hereje plantea al grupo un problema algo dife.
que amenaza la misma unidad. La a,postasía ,significa y rente del que plantea el apóstata. A veces la reacción
simboliza una deserción de aquellas normas que el grupo del grupo contra el hereje es más violenta que contra el
considera vitales para su bienestar, cuando no para su apóstata. Mientras que este último deserta del grupo
existencia real misma.• para pasarse al ·enemigo, el primero presenta un peligro
Sostuvimos con anterioridad el punto de vista de que más insidioso: defendiendo los valores y objetivos fun·
el conflicto con un grupo externo hace más precisas las damentales del grupo, amenaza con dividirlo en fraccio·
fronteras··del grupo. Al revés, la. apostasía amel;laza de- nes que diferirán en cuanto a los medios de alcanzar la
rribar las fronteras ya establecidas del grupo._ Por lo meta. Al contrario del apóstata, el hereje proclama que
Tá"il.to;· el grupo debe combatir al renegado con toda su sostiene los valores e intereses del grupo, si bien propone
fuerza, porque amenaza simbólicamente, cuando no en medios diferentes para alcanzar la meta, o interpreta·
realidad, su existencia como empresa en marcha. En la dones diferentes del credo oficial. "Herejía" deriva .de
espera religiosa, verbigracia, la apostasía afecta a la vida un verbo griego que significa "escoger" o "decidir por sí
misma de la Iglesia; de aquí la violenéia con que se de- -propio". El hereje propone alternativas allí donde el
nuncia al apóstata en las proclamas de los primeros Pa· grupo no quiere que exista ninguna.' Como escribió Ro·
dres de la Iglesia, o en las declaraciones de los rabinos bert Michels, "el odio del partido no se dirige en primer
desde la época de los Macabeos en adelante.• lugar contra los antagonistas de su propio punto de vista
El renegado contribuye a la fortaleza del grupo opues· en escala mundial, sino contra los temidos enemigos en el
to_al que transfiere su lealtad no -soló porque -eomo - campo político, contra quienes están compitiendo por
Simmel señala-'1 incapaz de_!!gregr.._su fidelidad hªda el mismo fin".8 A este respecto, al hereje le está reservada
el nuevo grupo serámásñrme que la de aquellos ya afi· una mayor hostilidad, porque al compartir los objetivos,
liados con anterioridad, sino también porque le confiere tiene mucho en común con sus antiguos camaradas.
la convicción de la rectitud de su causa. Esto en sí lo hace Es menos peligroso para un grupo si quien se separa
más peligroso a los ojos de sus antigus consocios que se pasa al enemigo que si, como hace el hereje, forma su
cualquier otro miembro del grupo ajeno. Además, el propio grupo rival (de aquí el intento de acusar como
renegado no solamente subrayará su lealtad al nuevo gru· "agentes del eriemigo" a los antiguos miembros del gru·
po comprometiéndose en su defensa y convirtiéndose en po que disintieron y lo abandonaron). El hereje conti·
un cruzado de sus valores, sino también porque, como núa luchando por la fidelidad de los miembros de su
Max Scheler ha señalado, considerará como su meta antiguo grupo, aun después de haberlo abandonado. El
principal "comprometerse en una cadena continua de renegado los combatirá, el hereje hará labor de proseli-
actos de vindicación de su pasado espiritual".6 Así, su tismo. Además, profesando compartir los valores de gru·
ataque contra los valores del antiguo grupo no terminará po, el hereje crea confusión y, por "tanto, sus acciones se
con su salida, sino que continuará mucho después de la consideran como un intento de derribar las fronteras.
ruptura. ¡Para el grupo que abandonó, aparece com_Q !ln Ésta es una de las causas de por qué a Stalin le pareció
sím_])_o]_o del pe!lgro en que este se ·eñcuentra fren_t e_.a un peligro más serio Trotsky que el Gral. Vlassov, y tam·
t1Í1 ataque potencial del enemigo. -- · - bién por qué el lenguaje más denunciatorio de Len in no
So CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 81

se dirigió contra un capitalista sino que lo reservó para En la última Proposición afirmamos que los senti-
Karl Kautsky. mientos hostiles probablemente surjan en las relaciones
Sin embargo, el resultado de tales luchas no es for- más íntimas y que si se suscita un conflicto en estas rela-
zosamente un debilitamiento del grupo. Por el contra- ciones tal vez será intenso. Esto no indica necesariamen-
rio, la percepción del "peligro" interno por el resto de te la probabilidad de conflictos más frecuentes en las
sus miembros les induce a "cerrar sus filas", a empaparse relaciones más íntimas que en las que no lo son. Ya he-
más a fondo de los problemas en discusión, y a participar mos tropezado con situaciones en las que la hostilidad
en mayor escala en la vida del grupo; en resumen, las acumulada no se halla presente en una conducta antagó-
señales de peligro movilizan las defensas del grupo.' nica. En la siguiente Proposición estudiaremos nueva-
Exactamente porque la lucha concentra las energías del mente este problema.
grupo para la autodefensa, une más estrechamente a los
miembros entre sí, y estimula la integración del grupo. PROPOSICIÓN 7: Impacto y función del conflict_<J II_f! !_ll!_
La Iglesia Católica debe mucho de su vigor doctrinario estructuras de grup_Q.
y organizador a sus luchás contra las herejías agnósticas y
maniqueístas, y a sus conflictos posteriores con los refor- La contradicción y el conflicto no solamente preceden
madores protestantes. a la unidad sino que operan en ella, en todos los momen­
tos de su existencia. .. Probablemente no existe una unidad
Parafraseando la proposición de Simmel, podemos
social en que las corrientes convergentes y divergentes en­
decir que un conflicto es más apasionado y radical cuan- tre sus miembros no estén inextricablemente entretejidas. ..
do surge de relaciones más íntimas. La coexistencia de El conflicto está destinado a resolver dualismos diver­
unión y oposición en tales relaciones contribuye a la acri- gentes; es un modo de lograr una cierta clase de unidad. ..
monia peculiar del conflicto. La enemistad pone de ma- Viene a ser algo aproximadamente paralelo al hecho de
nifiesto reacciones n1ás hondas y violentas, a medida que que es el síntoma más agudo de una enfermedad lo que
es mayor la participación de los socios entre quienes se materializa el esfuerzo del organismo por liberarse de los
suscita. trastornos y perjuicios que aquéllos le causan. .. El con­
En los conflictos dentro de un grupo cerrado, un sec- flicto, de por sí, resuelve la tensión entre los contrastes.n
tor odia al otro más intensamente en la medida que
considera mayor la amenaza a la unidad e identidad del En las dos proposiciones anteriores examinamos algunas
grupo.10 de las relaciones entre los sentimientos hostiles, el con-
Una mayor participación en la vida del grnpo y flicto y la estructura de la relación dentro de la cual acae-
una contribución más completa de la personalidad de ce. Hemos afirmado que cuanto más íntima es la rela-
los miembros proporcionarán una mayor oportunidad ción, y mayor la participación de los individuos, más
para comprometerse en una conducta intensamente con- numerosas suelen ser las ocasiones de que surja un con-
tradictoria y, por tanto, provocarán reacciones más vio- flicto. Cuanto más frecuente sea la acción recíproca, ma-
lentas en contra de la deslealtad. En este sentido la in- yores oportunidades de que surja una acción recíproca
tensidad del conflicto y la lealtad de grnpo son dos hostil.
facetas de la misma relación. Empero, las frecuentes oportunidades de que surja
82 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 1 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 83

un conflicto no se traducen, por necesidad, en conflictos nen un impacto diferente, sobre la relación, que aquellos
frecuentes. Es precisamente la intimidad de la relación otros susceptibles de poner en entredicho el consenso
y la fortaleza de los mutuos nexos afectivos entre los fundamental. Así, en la relación matrimonial, un con-
participantes, lo que puede inducirles a evitar el conflic- flicto sobre si la procreación es o no deseable, tiene sus
to. Tal supresión puede dar luego lugar a que el con- implicaciones el acuerdo básico consensual acerca de los
flicto se intensifique en cuanto estalla. propósitos mismos de la relación aludida. Se puede
La intimidad y, consecuentemente, un grado relati- esperar que este tipo de conflicto tenga un impacto más
vamente alto de participación de la personalidad hacen profundo sobre la relación que un conflicto relativo a
posible que el conflicto alcance mayor intensidad. Co- proyectos particulares de vacaciones, o a la distribución
mentando la situación de los judíos después de su eman- del presupuesto familiar.
cipación, KurtLewin, en completo acuerdo con Simmel, Tal distinción, entre conflictos sobre asuntos de prin-
indica que, en la medida en que el grupo judío se integra cipio y conflictos sobre problemas que presuponen la
más en la comunidad, el conflicto gana en intensidad adhesión al mismo principio básico, se llevó a cabo hace
como resultado de una mayor acción recíproca." mucho tiempo en la teoría política, aunque ha sido rela-
La relación entre la estructura de grupo y el conflic- tivamente olvidada en el estudio de otras esferas de la
to puede dar lugar a nuevos comentarios. El argumento acción recíproca humana. Así, José Ortega y Gasset, co-
de Simmel en la Proposición anterior, como en gran par- mentando De Republica, de Cicerón, escribe:
te de su ensayo, radica en la afirmación de que el con- Lejos de representarse la vida pública como una exis­
flicto es un componente de todas las relaciones sociales, y tencia hechas sólo de dulzores y ternezas, Cicerón ve en las
llena funciones positivas en la medida en que conduce "disensiones civiles" la condición misma en que se funda
l
al restablecimiento de la unidad y del equilibrio en el ,j y de que emerge la salud del Estado... Las luchas civiles
grupo. 1 -había leído Cicerón en Aristóteles- se producen por­
Pero el conflicto ¿restablece siempre la unidad, o úni- i que los miembros de una sociedad disienten, to es, porque
camente cuando concurre un cierto número de circuns- 1 tienen opiniones divergentes sobre los asuntos públicos. La
tancias? Nos vemos obligados a preguntar: ¿si el conflicto ¡ cosa resulta bastante perogrullesca. Pero hemos visto que
une, qué es Jo que separa? Ello plantea una pregunta co-
: esta disensión es, a la vez, supuesto de todo perfecciona­
nexa ¿podemos dar por sentado que los conflictos sobre
dije1·entes tipos de problemas, tienen probablemente el
j
1
miento y desarrollo político. Por otra parte, es evidente
que una sociedad existe gracias al consenso, a la coinciden­
cia de sus miembros en ciertas opiniones últimas. Este
mismo impacto sobre una relación específica, y que todos 1
consenso o unanimidad en el modo de pensar es lo que
los tipos de estructura se benefician igualmente con el
conflicto?
i Ciceróllama "concordia" y que, con plena noción de
ello, define como "el mejor y más apretado vínculo de todo
Podía suponerse que Simmel no ha sido capaz de Estado". ¿Cómo se compagina lo uno con lo otro? Muy
establecer una distinción entre los conflictos que afectan fácilmente, si imaginamos el cuerpo de las opiniones que
las bases mismas de la relación y aquellos otros que afec- alimentan la vida de un pueblo constituido por una serie
tan aspectos menos fundamentales. Los conflictos que de estratos. Divergencias de opinión en los estratos super­
surgen dentro del marco consensual mismo, tal vez tie- ficiales o intermedios producen disensiones benéficas, por-

i
1
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'1
que las luchas que provocan se mueven sobre la tierra
firme de la concordia subsistente en los estratos más pro 1 sobre la base de la unidad, sobrevendrá un conflicto co-
munal; cuando establecen su unidad sobre estas diferen-
fundos. La discrepancia en lo somero no hace sino con­ cias, sobrevendrá un conflicto no comunal." 15
firmar y consolidar el acuerdo en la base de la convivencia. j No obstante, la distinción que hacen Ortega y Gas-
Esas contiendas ponen en cuestión ciertas cosas, pero no
set, Mil! y Simpson nos servirá de muy poco a menos que
ponen en cuestión todo. Supongamos que, por el contra­
podamos indicar bajo qué condiciones se presume que los
rio, la disensión llega a afectar a los estratos básicos de las
opiniones que sustentan últimamente la solidaridad del 1 conflictos asumirán el carácter extremo que esos autores
cuerpo social: quedará éste tajado de parte a parte.1a subrayan.
La misma interdependencia de grupos e individuos
Un punto de vista similar anima el pensamiento po- en la sociedad moderna reprime en cierta medida la ten-
lítico moderno. John Stuart Mill afirma que es posible dencia a escisiones fundamentales. Lo que Durkheim
superar tiempos turbulentos, sin un debilitamiento per- dijo del individuo en una sociedad de solidaridad orgá-
manente de la estructura política, únicamente si "por muy nica, se aplica igualmente a los grupos: de la misma ma-
importantes que sean los intereses acerca de los cuales nera que el individuo "depende de la sociedad, porque
luchan los hombres, el conflicto no afecta los principios depende de las partes que la componen'',16 también los
fundamentales del sistema de unión social"." grupos, debido a su interdependencia, ayudan a mante-
La distinción entre los conflictos que afectan las ba- ner el sistema social dentro del cual funcionan. En gene-
ses del consenso y aquellos otros que se desarrollan den- ral, la división del trabajo crea la interdependencia y, por
tro del consenso mismo abarca parte del terreno común a tanto, ejerce presión contra escisiones radicales respecto
la ciencia política desde Aristóteles hasta la teoría po- al sistema.
lítica moderna. Aunque, como se ha dicho, otras ciencias Como ha señalado Wilbert Moore,17 la mayoría de
sociales no han captado tan claramente esta distinción, los sindicatos norteamericanos reconocen depender de la
varios sociólogos la han reconocido. George Simpson, en permanente supervivencia de los negocios. Un recono-
una de las pocas discusiones contemporáneas recaídas cimiento similar de la dependencia, dice, sustenta todas
sobre las funciones positivas e integradoras del conflic- las relaciones antagónicas, verbigracia, entre la Iglesia
to, distingue entre lo que, siguiendo a Robert .Maclver, y el Estado, la familia y la escuela, cuyas funciones son
llama conflictos comunales y no comunales: "El conflicto separadas e interdependientes.
no comunal se suscita cuando no hay unidad de objeti- Ahora bien, la interdependencia, aunque es un freno
vos, entre los partidos, en relación al conflicto, o cuando a la tendencia hacia un rompimiento radical con el sis-
estos partidos creen que no se pueden descubrir objetivos tema, no es un obstáculo a las diferencias de intereses
comunes de ningún género, de manera que se pueda lle- que conducen al conflicto; al contrario, a mayor interde-
gar a un compromiso." "El conflicto no comunal se con- pendencia, mayor centralización de la atención en las
sidera como destructor y divisionista. El conflicto comu- cuestiones de ventaja relativa. Como ha dicho E. T.
nal, verbigracia, el basado en una aceptación común de Hiller: la cooperación conduce a la dependencia, y el
los objetivos fundamentales, es, por el contrario, inte- abandono de la cooperación proporciona a cada partido
grador." "Cuando los hombres saldan sus diferencias los medios de coerción y mutuo antagonismo."
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Así, la interdependencia es al mismo tiempo un freno que una sociedad que se encuentre dividida sólo en un
al rompimiento del acuerdo consensual, y una base para sentido. En efecto, cada fisura contribuye a estrechar las
cierto tipo de conducta conflictiva que no propende a rupturas transversales, así que podemos decir que la socie­
tener consecuencias desintegradoras.. dad se agrupa a través de sus conflictos intemos.19
La interdependencia frena las escisiones fundamenta- Esta idea merece ulterior comentario, porque parece
les. De esto no se concluye que la intimidad proporcione implicar un discernimiento que amplía la afirmación de
represiones similares, porque la interdependencia funcio- Simmel, según la cual el conflicto realiza funciones posi-
nal no está asociada con la intimidad de las relaciones. tivas. La estabilidad dentro de una sociedad con una
Parecería que la verdad está en el punto opuesto. Si las estructura no muy coherente, que a menudo se identifica
relaciones son íntimas, como ya advertimos, existe una erróneamente con la ausencia de conflicto, se puede con-
tendencia hacia el conflicto y, siempre que éste estalla, siderar parcialmente como el producto de la continua
será particularmente intenso. Podemos ·ahora agregar incidencia de diversos conflictos entrelazados. La estabi-
que tales conflictos intensos, lo más probable es que lidad, verbigracia, de las estructuras burocráticas, puede
afecten el acuerdo consensual básico. En verdad, esto ser explicada en parte por el hecho de que la multiplici-
parece ser a menudo el caso en los grupos cerrados. ¿No dad de conflictos (entre los distintos departamentos y
podemos esperar,. entonces, que los grupos con nexos de oficinas, lo mismo que entre los diversos jefes de éstos
organización no muy firmes, aquellos en que los miem- en sus diferentes ramas) impide la formación de un frente
bros participan en forma fragmentaria, no con toda su único (por ejemplo, entre los diferentes grados de la je-
personalidad, estén menos abocados a experimentar con- rarquía) . Si, por otra parte, un conflicto escinde un gru-
flictos intensos que conduzcan a la desorganización? Su- po, dividiendo sus miembros en dos campos antagónicos
puesta una participación fragmentaria, la misma multi- -y eso es más probable que ocurra entre grupos cerra-
plicidad de conflictos tiende a evitar la ruptura del dos-, una sola ruptura probablemente pondrá en entre·
consenso. Edward Alsworth Ross ha sugerido, por ejem- dicho el acuerdo consensual· básico, amenazando, de esta
plo, que: manera, la existencia del grupo?'
Acaso una de las razones de la ausencia relativa de
Toda clase de conflicto social interfiere alternativamen te "lucha de clases" en los Estados Unidos sea el hecho
en la sociedad con los de otra especie. .. a menos que sus de que el trabajador norteamericano, en lugar de res-
lineas de ruptura coincidan; en este caso se refuerzan tringir su lealtad a los grupos y asociaciones que propug-
entre sí. .. Estos diferentes antagonismos en la sociedad
nan la lucha de clases, se adhiere a varias asociaciones y
son como series de ondas en las márgenes Opuestas de un
lago, que se neutralizan mutuamente si la cresta de una
grupos que lo representan en conflictos diversos con di-
coincide con el seno de la opuesta, pero se fortalecen una a ferentes grupos religiosos, étnicos, políticos y de posición
otra si las crestas coinciden entre si, y los senos también. .. sociaL Como las líneas de conflictos entre todos estos
Por tanto, una sociedad sometida a influencia ·de una do­ grupos no son convergentes, las escisiones, de acuerdo
cena de puntos de ':'ista contradictorios, sobre líneas que con los intereses de clase, no atraen el total de las .ener-
se desplazan en todas direcciones, puede verse en menor gías ni implican, por tanto, la fidelidad del trabajador a
peligro de ser desgarrada por la violencia, o desintegrarse una sola área de conflicto. La rélativa estabilidad de la
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estructura de clases en los Estados Unidos (en compara- las funciones conflictivas han sido consideradas primor-
ción con las estructuras europeas) y el fracaso de los in- dialmente, cuando no en forma casi exclusiva, como una
tentos del marxismo -o del sidicalismo sorelista- para fuente de conflictos psíquicos para los individuos que,
hacer que el trabajador norteamericano rompa su lealtad según se dice, están desgarrados en lealtades incompa"
a asociaciones de tipo no clasista, parece confirmar esta tibies. Tales conflictos internos, como los que surgen de
observación. la afiliación a una Iglesia y a una comunidad de hom-
Asimismo, más de una sociedad profesional parece bres de negocios, de la afiliación a los grupos primarios
que debe parte de la estabilidad de su estructura al hecho y a las organizaciones burocráticas, han sido examinados
de que, aunque llegue a incluir diversos puntos de vista detalladamente. Sin embargo, el análisis sociológico
que difieren enormemente, éstos se "anulan" entre sí, (como algo distinto del sociopsicológico) no debe inte-
porque no se acumulan en torno a un problema central. resarse principalmente en la aparición de tensiones inter-
¡Si los genetistas norteamericanos se dividieran en parti- nas entre los afiliados en lo individual, sino, sobre todo,
darios de Mende! y Weismann por un lado y de Lysenko en la significación de los conflictos de grupo y de ads-
por otro, ello no auguraría nada bueno para la estabili- cripción a grupos, respecto a la estructura en general.
dad de su organización profesional! Este modelo de afiliaciones múltiples de grupo, con inte-
En los Estados Unidos uno de los argumentos tradi- reses y valores contradictorios, puede ser examinado
cionales de los protestantes, en contra de los católicos lo provechosamente en términos de su significado funcional
mismo que en contra de los comunistas, es precisamente para la estructura de la sociedad. Si rastreamos las pistas
que estas organizaciones tratan de captar toda la lealtad proporcionadas por Simmel y Ross, llegamos a la conclu-
de sus miembros, aislándolos de los conflictos habitual- sión de que las afiliaciones múltiples de grupo, de los
mente entremezclados en la sociedad norteamericana.21 individuos, conducen a la multiplicidad de conflictos,
La idea fundamental de Ross puede ser ahora escJa. entremezclados en la sociedad. Tal participación frac-
recicla nuevamente. Se acepta que los individuos se afi- cionaria puede dar por resultado, entonces, cierta clase
lian a muchos grupos en una sociedad donde, afirma de mecanismo equilibrador, que impide la aparición de
Ross, la inextricabilidad del conflicto tiene funciones es- ,. profundas fisuras sobre un solo eje. La interdependen-
tabilizadoras. Pero la sola afiliación múltiple no daría ' cia de los grupos antagónicos y la multiplicidad de los
por resultado las consecuencias que Ross señala. Si los conflictos no acumulables proporcionan un impedimen-
miembros de una sociedad tuvieran intereses que se for- to -aunque, par supuesto, no el único-, contra la rup-
taleciesen mutuamente, las afiliaciones múltiples, en lu- tura consensual básica de una sociedad abierta.
gar de entremezclarse entre sí, a la postre se consolidarían Los sistemas rígidos, tales como las sociedades tota-
en escisiones fundamentales. únicamente si existen nu- litarias contemporáneas, pueden tener éxito, como antes
merosos intereses antagónicos, pero diversificados, se evi- indicamos, al canalizar parcialmente los sentimientos hos-
tará probablemente la consolidación de un manojo de tiles a través de instituciones que sirven como válvula
afiliaciones, y se mantendrá fragmentada la participación. de escape, tales como el antisemitismo y la xenofobia. Sin
Esto plantea un problema que casi ha sido olvidado embargo, la carencia de mecanismos de reajuste, para las
en la teoría sociológica actual. La afiliación múltiple y condiciones cambiantes, permite la acumulación de posi-
¡;
90 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 9'

bilidades de conflicto y, por tanto, de antagonismos que tos múltiples y multifortnes que surgen con los grupos
a la postre pueden amenazar directamente el acuerdo en los que las personalidades de los miembros participan
consensual. sólo fragmentariamente.
Por el contrario, los sistemas flexibles, que permiten Ahora podemos decir que los sentimientos de ene-
la exteriorización del conflicto, hacen más remoto el pe- mistad no siempre necesitan ser desviados o dan por re-
ligro del rompimiento del convenio consensual. Si tal sultado la ambivalencia si el grupo o la sociedad ha de
es el caso, la expresión y exteriorización de los sentimien- mantenerse. Lejos de trastornar la relación fundamen-
tos hostiles, por medio del conflicto, conducen a un aco- tal, la expresión directa de los sentimientos de enemistad
modo mutuo y unilateral, y a ajustes entre las partes in- puede convertirse en una fuente de integración, si la par-
tegrantes. ticipación de los individuos es fragmentaria y no total. La
Los canales institucionales para llevar hasta sus úl- ambivalencia o el desplazamiento ocurrirán mucho más a
timas consecuencias tales conflictos, parecen constituir menudo cuando la relación sea íntima y los participan- tes
un importante "mecanismo equilibrador" en una so- teman que cualquier ataque amenace inmediatamente las
ciedad. Las variables relaciones de fuerza que se revelan bases mismas del consenso. El descontento que se
en los conflictos y a través de ellos, entre distintos gru- expresa donde y cuando surge, que no se deja acumular
pos, pueden ser regulados mediante continuos ajustes, de y ser canalizado hacia una ruptura importante, ayuda a
tal manera que continúen siendo lo bastante flexibles mantener la sociedad o grupo.
para resistir las tensiones internas. Consecuentemente,
en tales sistemas flexibles el peligro de conflictos que La proposición de Simmel puede ser ahora refortnu-
alteren el consenso general se reduce a un mínimo. lada de la manera siguiente:
Nuestras conclusiones con respecto a las funciones El conflicto puede servir para eliminar los elementos
del conflicto en las sociedades y en las relaciones menos divisionistas y restablecer la unidad. En la medida en
complejas son similares en lo fundamental. Las relacio- que el conflicto significa el relajamiento de la tensión
nes íntimas, aunque proporcionan frecuentes oportuni- entre los antagonistas, llena funciones estabilizadoras y
dades para que surjan conflictos, manifiestan tendencias •\' se convierte en un componente integrador de la relación.
hacia la represión de ellos. Si los conflictos aparecen a ' Mas no todos los conflictos son positivamente funcionales
pesar de la represión, tienden a desorganizar las relacio- para la relación, sino solamente aquellos que conciernen
nes, porque probablemente asumirán una intensidad '¡ a las metas, valores o intereses que no contradicen los
peculiar, como resultado de la participación integral de supuestos básicos sobre los cuales se establece la relación.
la personalidad, y de la acumulación de la hostilidad re- Los grupos con una estructura no muy coherente y las
primida. Asimismo, las sociedades que exigen la parti- sociedades abiertas, al permitir los conflictos, establecen
cipación total de sus miembros temen y reprimen el con- salvaguardas contra el tipo de conflicto susceptible de
flicto, pero se ven amenazadas por el peligro de brotes poner en peligro el consenso fundamental y, por tanto,

lJ
catastróficos. Sin embargo, las sociedades pluralistas es- disminuirá el peligro de divergencias que afecten los va-
tablecidas sobre la base de una afiliación múltiple de lores esenciales. La interdependencia de los grupos anta-
grupo, tienden a "integrarse" en virtud de los conflic- gónicos y la inextricabilidad de los conflictos en tales

'

"'-
92 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 93

sociedades, que contribuyen a "dar cohesión al sistema expresarse si los participantes tienen conciencia de su
social", por eliminación recíproca de los conflictos, im- estabilidad, porque en este caso tenderán a expresar li-
pedirán la desintegración a lo largo de una línea primor- bremente sus sentimientos. Sin embargo, si la relación
dial de ruptura. está establecida de tal manera que los participantes teman
la ruptura del vínculo si ocurre un conflicto, tenderán a
La siguiente Proposición tratará una vez más la re- reprimir o a desplazar los sentimientos hostiles.
lación entre el conflicto y la estructura del grupo, pero La suposición más generalizada en la afirmación
introducirá un factor adicional, a saber, la estabilidad de de Simmel toca un punto central en el método sociológico.
la relación. Simmel pretende que es necesario indagar en lo más pro-
fundo de las manifestaciones de la conducta, para descu-
PROPOSICIÓN 8: El conflicto como índice de la estabilidad brir todo el alcance de la t·ealidad social. De este modo, de
de una relación. acuerdo con Simmel, la ausencia de conflicto en una re-
El hecho de que nunca se dé oportunidad para que lación no puede tomarse como síntoma de que la rela-
surjan conflictos, de ninguna manera es síntoma de un ción es estable y segura, o que se encuentra libre de ten-
afecto profundo y verdadero. . . Por el contrario, esta con siones destructoras en potencia. Debemos interesarnos
ducta a menudo caracteriza aquellas actitudes que no imM en los elementos latentes y manifiestos dentro de una
plican una devoción fundamental e incondicional. . . La relación, para descubrir analiticamente todo su signi-
inseguridad con respecto a la base de tales relaciones mue­ ficado.23
ve, a menudo, a quienes desean mantener la relación a Si estamos interesados en saber si una relación es es-
cualquier precio, a actuar con un desprendimiento exage­ table, Simmel sugiere que no es suficiente investigar si
rado, al aseguramiento casi mecánico de la relación sosla­ los elementos del conflicto son ostensibles, porque la au-
yando los principios y evitando todo posible conflicto. En sencia misma de manifestaciones de conducta conflictiva
cambio, cuando estamos ciertos de lo irrevocable y franco
no puede servir como índice de la ausencia de tensión y
de nuestros sentimientos, esa paz a ultranza no es necesa­
ria. Sabemos muy bien que ninguna crisis puede abrirse
sentimientos hostiles.
paso hasta la bases mismas de la relación.22 Tomemos un ejemplo concreto: sería imprudente
concluir, de la ausencia de conflicto en las relaciones ra-
El argumento de Simmel, en esta Proposición, está fin- ciales, que existe un ajuste interracial. La ausencia de
cado en la afirmación de que la ausencia de conflicto no ! conflicto entre negros y blancos en el Sur de los Estados
es índice de estabilidad fundamental. No se afirma en ese Unidos, en contraste con los frecuentes conflictos en mu-
postulado que la presencia del conflicto forzosamente chas ciudades del Norte, ha sido tomada como índice de
revela una inestabilidad básica, sino solamente que, dada que las relaciones entre negros y blancos son más estables
la presencia de sentimientos hostiles en una relación, es- en el Sur. Tal conclusión parece injustificada. La ausen-
tos sentimientos es más probable que se expresen en un cia de conflicto no indica la ausencia de sentimientos de
conflicto si esa relación es estable. 1 hostilidad y de antagonismo y, por tanto, de elementos
Así, Simmel sugiere que los sentimientos hostiles ge- de tensión y de mala integración.
nerados dentro de las relaciones están más abocados a Con todo, Simmel no se limita a efectuar esa distin-
l
l-
94 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 95
ción entre la apariencia y la realidad social. Nos propor- timientos, a la cual nos referimos en la Proposición 5, ni
ciona una pista útil para deducir las condiciones sub- la intensidad discutida en la Proposición 6.
yacentes de la conducta. Contrariamente a lo que el sen- La idea de Simmel puede ilustrarse haciendo refe-
tido común podría indicar, Simmel asegura que en las rencia a investigaciones comúnmente realizadas en el
relaciones íntimas donde, como hemos visto, probable- campo de las relaciones familiares. El análisis de la pre-
mente se hacen presentes los sentimientos hostiles, la dicción en el matrimonio contemporáneo se basa funda-
ausencia misma de conflicto podría ser tomada como ín- mentalmente en la incidencia de conflictos (según infor-
dice de la existencia de elementos de tensión subyacen- mación de la pareja o de observadores extraños) como
tes. Afirma Simmel que si los participantes en una rela- criterio para predecir el éxito o el fracaso del matrimo-
ción íntima la consideran débil, si sienten que los nexos nio?' En estudios de este tipo se llega generalmente a
de unión no pueden resistir la expresión de sus senti- la conclusión de que un matrimonio acosado por nume-
mientos de hostilidad, y temen que la relación se resque- rosos conflictos es menos probable que perdure, que
braje, procurarán evitar la expresión de sentimientos aquel otro respecto al cual no se tiene noticia de conflicto
hostiles. alguno. Siguiendo las líneas directrices expuestas por
Las proposiciones anteriores han señalado el hecho Simmel, debemos suscitar dos dudas principales concer-
de que en el caso de relaciones intimas es probable que nientes a dichos estudios: I) ¿Podemos suponer que la
surjan muchas oportunidades de conflicto. Llegamos ausencia de conflictos está forzosamente relacionada con
entonces a la conclusión de que la causa de que sean re- la ausencia de sentimientos hostiles, y que, por tanto, in-
lativamente raros conflictos reales en este tipo de relacio- dica un ajuste estable de la pareja? 2) El acaecimiento
nes, parece ser debida al hecho de que los participantes, de conflictos maritales, en determinadas circunstancias,
temiendo la intensidad del conflicto como resultado de dada la probabilidad de que se produzcan sentimientos
la intimidad de su convivencia, tienden a evitar su acae- hostiles en las relaciones íntimas del matrimonio ¿podría
cimiento. indicar 1¡¡ firmeza, y no la debilidad, de las relaciones en-
Podemos ahora considerar la probabilidad del acae- tre los interesados? En otras palabras, ¿no sería aceptable
cimiento de conflictos, en este tipo de relaciones, como esperar mayor integración y estabilidad de las relaciones
índice de su estabilidad. Si las relaciones son estables, y maritales cuando ocurran algunos conflictos? La exis-
si, en otros términos, los participantes no consideran que tencia de conflictos puede indicar que los participantes
el conflicto las haga peligrar, es probable que éste surja no eluden la expresión de sus sentimientos hostiles, y no
entre ellos. temen que semejante conducta debilite la estabilidad de
La peculiar intensidad de los conflictos cuando las sus relaciones.25
relaciones son íntimas, resulta, según se dijo, de la acu- Refiriéndonos ahora a relaciones de tipo secundario,
mulación de hostilidad. Podemos agregar ahora que si, advertimos que cuanto se ha afirmado respecto a los gru-
siendo íntimas las relaciones, cada ocasión de conflicto pos primarios, se aplica a fortiori en este otro caso. En
conduce a manifestaciones inmediatas de hostilidad, y no las relaciones secundarias se produce el conflicto, pero
a la supresión de ella, no se producirá la acumulación, y como éste tiende a contener únicamente segmentos de la
las relaciones no patentizarán la ambivalencia de los sen- personalidad de los p"rticipantes, tiende a ser menos in-
g6 CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO CONFLICTOS INTERNOS Y ESTRUCTURA DE GRUPO 97
tenso y no llega a poner en peligro el acuerdo consen- concurren a las reuniones, sino que siendo, además, los
sual básico entre ellos. Ya se dijo que las sociedades que mantienen un lazo estable con la organización, tien-
integradas por grupos múltiples se benefician con los den a ser los que más probablemente provoquen conflic-
conflictos inextricables que surgen entre ellos. Si acep- tos con la dirección del grupo."'
tamos esta afirmación, se deduce que, en tales sociedades, Los conflictos frecuentes en asociaciones de esa natu-
el conflicto, lejos de constituir un índice de desequili- raleza, lejos de indicar necesariamente su inestabilidad,
brio, es en sí, un índice de que funciona un mecanismo pueden significar, por el contrario, que una proporción
equilibrador. relativamente elevada de asociados, se interesan real-
Por vía de ilustración consideremos el caso de con- mente en la vida del grupo.
flictos entre grupos raciales. Tales conflictos pueden ser
tomados, en ciertas condiciones, como índice de una me­ La proposición de Simmel puede ser reformulada
jor integración por parte del grupo minoritario, dentro como sigue:
de la comunidad en su conjunto. Un grupo minoritario La ausencia de conflictos no debe tomarse como ín-
que, aunque ligado al grupo mayoritario, sienta que el dice de la firmeza y estabilidad de las relaciones. Las
nexo de unión es inestable, carecerá de la firmeza nece- relaciones estables pueden estar caracterizadas por una
saria para provocar hostilidad en un conflicto. En vez conducta conflictiva. La intimidad da origen a frecuen-
de esto, tenderá a suscitar, con respecto al grupo mayo- tes ocasiones de conflicto, pero siempre que sus relaciones
ritario, sentimientos ambivalentes, en los cuales se mez- sean tenues, los participantes lo evitarán, temerosos de
clan sentimientos positivos de admiración y respeto, con poner en peligro la continuidad de las relaciones. Cuan-
otros de animadversión y odio." En la medida en que los do las relaciones íntimas están caracterizadas por frecuen-
miembros del grupo minoritario susciten conflictos con tes conflictos más bien que por la acumulación de senti-
el grupo mayoritario, podemos inferir que lo hacen por- mientos hostiles y ambivalentes, podemos hallar una
que se sienten suficientemente seguros, en sus relaciones justificación con tal de que dichos conflictos no afecten
con dicho grupo, para aceptar cierto riesgo, y que juz- al consenso básico, considerando estos frecuentes conflic-
gan el nexo consensual que les une, suficientemente fuer- tos como índice de la estabilidad de las relaciones.
te para contrarrestar el antagonismo.27 En cuanto a las relaciones secundarias, donde por lo
Un estudio de las actitudes de los negros en el ejér- pronto podríamos esperar razonablemente que los con-
cito, durante la última guerra, revela que mostraban una flictos sean, relativamente, menos intensos, debido a la
actitud más positiva hacia el conflicto bélico, y una me- participación fraccionada de los interesados, la presencia
jor disposición a entrar voluntariamente en combate, del conflicto. puede juzgarse como índice del funciona-
aquellos que mostraban tendencia más militante en el miento del mecanismo equilibrador. Las siguientes pro-
ámbito de las relaciones raciales?' posiciones se referirán principalmente a la relación fun-
Para citar otro ejemplo, ciertos estudios relativos a cional interna ante el conflicto con otros grupos, pero
asociaciones voluntarias nos revelan que los miembros todavía tendremos ocasión de analizar ciertos problemas
más preocupados por el logro de las metas y propósitos relativos al conflicto dentro del grupo mismo.
de grupo, no sólo son los que con mayor probabilidad
LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA!iWS 99

V. LOS CONFLICTOS CON GRU OS EXTRAROS


Y LA ESTRUCTURA DE GRUPO
l Creemos necesario plantear ahora un problema que
Simmel ignoró en su ensayo. Tiende este autor a despla-
zarse, sin razón suficiente, de los conflictos que no abar-
can el uso de la violencia, a las luchas cuya forma de ex-
presión es la guerra. Aunque es legítimo descubrir las
PROPOSICIÓN 9: Los conflictos con grupos extraños au- similitudes que presentan todas las formas de conflictos,
mentan la cohesión interna. sin embargo, como más adelante veremos, la mezcla in-
En tiempo de paz, el grupo puede permitir que miem.
discriminada de la guerra con otras formas de conflicto
bros antagónicos convivan en él, en una situación indecisa,
conducirá, en ciertos casos, a conclusiones insostenibles.
ya que cada uno puede seguir su propio camino y evitar Aunque aquí Simmel considera la guerra como ejem-
colisiones. Ello no obstante, un estado de conflicto inten­ plo ilustrativo del conflicto, vamos a estudiar en primer
sifica de tal modo la cohesión entre los miembros y los término el efecto de la guerra sobre la organización so-
somete a impulsos tan uniformes, que forzosamente tienen cial de las naciones modernas.
que ajustarse entre sí o repelerse de plano. He ahí la razón La función de la guerra durante el nacimiento del
de que la guerra con el exterior constituya, en ocasiones, la Estado centralizado moderno ha sido descrita frecuente-
última oportunidad para que un Estado supere antago­ mente y examinada con tal detalle, que extendernos en
nismos internos, que lo corroen, o bien para sucumbir de­ esta materia parece superfluo. Las teorías de Ludwig
finitivamente a ellos. Gumplowicz,' Gustav Ratzenhofer 3 y Franz Oppenhei·
El combatiente debe "acoplarse sin reservas al conjun­ mer 4 acerca del papel central de la conquista por la fuer-
to". Esto es, todas sus energías deben hallarse concentradas
en un punto, de tal manera que puedan emplearse en cual
za, y de la guerra, en la génesis del Estado, o las afirma-'
quier momento y en cualquier dirección. ciones algo más cautas de Sumner relativas a que "la
La bien conocida relación recíproca entre una orien guerra intensifica la organización societaria",' o la inter-
tación despótica y las tendencias belicosas de un grupo, des dependencia de la centralización y la guerra, súgerida por
cansa en esta base informal: la. guerra necesita vigorizar Simmel, no han sido puestas en duda.
el sentido centralista del grupo, y esto se garantiza mejor La mayoría de los sociólogos modernos podrían obje-
mediante el despotismo.! tar la distinción esquemática de Herbert Spencer, entre
tipos de sociedad militar e industria!,• aun cuando pocos
EsTA Proposición y las siguientes intentan llevar a cabo llegarían a dudar de su sorprendente y moderna afirma-
un examen más pormenorizado del impacto del conflicto ción de que "el esfuerzo de todos, al ser utilizado directa
con el exterior, sobre la estructura del grupo. ¡¡ o indirectamente para la guerra, será más, efectivo cuan-
Anteriormente sugeríamos que las fronteras del gru- 1
do los miembros estén mejor combinados; además de la
po quedan establecidas gracias a los conflictos con el ex- unión entre los combatientes, debe existir unidad con
terior, de tal suerte que un grupo se define a sí mismo
por su lucha con otros grupos. Simmel llega a sugerir l los no combatientes, si se quiere contar fácilmente con su
ayuda, de manera rápida y completa". A fin de satisfacer
que el ·conflicto con el exterior reforzará la cohesión in- estas exigencias, la vida, la acción y la propiedad de cada
J
terna del grupo e intensificará la centralización. individuo deben ser puestas al servicio de la sociedad!
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100 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAI<OS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA!<OS 101

Lo que Alexis de Tocqueville llamó "el primer axio- no aparece de modo necesario como la cauda o estela de
ma de la ciencia", esto es, que "la guerra no abandona la guerra. Que el despotismo resulte de las diversas situa-
siempre a los pueblos al gobierno militar; pero no puede ciones que en ella se originan depende, en mucho, del
dejar de aumentar inmediatamente las atribuciones del grado de cohesión del sistema social. Pero la relación
gobierno civil, centralizando casi por la fuerza en sus que aquí analizamos, parece ser la inversa de aquella a la
manos la dirección de todos los pueblos y el uso de todas cual se refiere Simmel: no es cuando se refuerza la cohe-
las cosas",8 es considerado por la mayor parte de los soció- sión social, sino más bien en situaciones en que la co-
logos, como un principio de aplicación más extensa en hesión es débil, cuando existe poca "aceptación volunta-
nuestros días que en los de Tocqueville. 1 ria de la autoridad" como consecuencia de ser débil la so-
Existe una completa convergencia en este punto, en-
tre los conceptos de Max \.Veber y los de sus contempo-
! lidaridad interna, por lo que "el despotismo" podría ser
un prerrequisito para resolver la situación de guerra. El
ráneos, como Simmel. Weber sostiene que "la disciplina despotismo parece variar no en proporción directa, sino
del ejército da nacimiento a todas las disciplinas",• y que inversa a la cohesión interna. Todos los regímenes auto-
la burocracia, a su vez, es "el resultado más racional" 19 ritarios de la Europa moderna fueron instituidos al so-
de la disciplina. Todo el análisis de Weber relativo al brevenir un serio debilitamiento de la cohesión interna,
Estado moderno, con.su sistema de centralización buro- cercana a la anarquía. El orden institucional establecido

l
crática, se desarrolla, en buena parte, al examinar la cues- se había desintegrado ampliamente; las rutinas, las es-
tión rélativa al cambio en la disponibilidad de medios peranzas y los deberes habituales, habían sufrido un
para la violencia militar, que ocurre al derrumbarse gra- colapso.
dualmente el feudalismo, y al surgir y desenvolverse la Por otra parte, si la estructura social básica es esta-
guerra en el Estado nacional burocrático moderno." ble, si los valores fundamentales no se ponen en tela de
U na consideración más detallada del impacto de la juicio, entonces generalmente la cohesión se refuerza me-
guerra sobre la estructura de la sociedad plantea el pro- diante la guerra, invocando y revitalizando valores y
blema de si la centralización, la cohesión y el despotis- metas anteriormente aceptados.
mo, que Simmel parece considerar como partes de un ¡ Confirmación interesante de lo anterior, la encontra-
mismo proceso, son en verdad inseparables o se modifi- mos en un sociólogo qui s'ignore, Winston Churchill, al
can, independientemente una de otra. Por supuesto, Sim- \ comentar la primera Guerra Mundial y sus consecuen-
mel sería el primero en reconocer que estos fenómenos cias: "La anterior estructura de la sociedad de tiempo de
podrían ser afectados también, entre otras cosas, por la paz, ha sido. . . superada, y la vida ha alcanzado una ex-
relación de fuerzas y la estructura general de los valores traña intensidad por el hechizo bélico. Bajo esta miste-
de la sociedad. Una tradición democrática, por ejemplo, riosa influencia hombres y mujeres se han sublimizado
puede limitar, hasta cierto punto, el proceso de la cen- a ojos vistas, por encima de la muerte, el dolor y la fatiga.
tralización. La unidad y la camaradería han sido posibles entre hom-
Contrariamente a las implicaciones expresadas por bres, clases y naciones, y se han fortalecido mientras sub-
Simmel, el despotismo -que a su juicio significa, osten- sistían la presión hostil y la meta común.12
siblemente, control absoluto, responsable y autocrático- Reanudando el examen más general de la influencia
LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA OS W3
LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAJ'IOS
'"'
del conflicto sobre la estructura de los grupos, dijimos secuencia de un conflicto exterior, no conduce necesa-
que el conflicto hace que los miembros del grupo se den riamente al control centralizado. A propósito de este
más perfecta cuenta de los nexos del mismo, y refuerza punto, abrigamos la primitiva duda, respecto a la impor-
su tendencia a participar en él. Los conflictos con el ex- tancia concedida por Simmel a la guerra, en comparación
terior tienen el mismo efecto: también movilizan las
defensas del grupo, entre las cuales se cuentan la re-
afirmación interna de valores en contra del enemigo
j con otras formas de conflicto. Aun cuando, en grupos
diferenciados, cada tipo de conflicto, ya sea pacífico o
bélico, probablemente conducirá' a la diferenciación y
también a la centralización, no es posible afirmar lo mis-
exterior.
Aquí resultará muy valioso el concepto de "grupo mo tratándose de grupos menos diferenciados. "La subor-
negativo, de referencia", introducido por Newcomb, per- dinación implica cohesión, pero no a la inversa." 10 En
feccionando el concepto de Summer _relativo al "grupo verdad, una secta que se halle en igual conflicto con el
externo''.13 mundo de los "condenados" que la.rodea, debe mostrar
La conducta será influida tanto por grupos de referen- una cohesión lo suficientemente íntima para que cada
cia positivos (aquellos grupos que incitan a la emulación miembro del grupo participe en el ejercicio de las tareas
o imitación), como por grupos de referencia negativos de control, y no haya necesidad de centralizar esas tareas
(aquellos que suscitan motivos de antagonismo) . Discu- en manos de unos pocos. La situación es diferente, sin
timos ya en la primera Proposición cuántos grupos de embargo, tan pronto como la secta se enfrenta a una
referencia, negativos, operan en la creación e integración guerra con el exterior. Como ampliamente lo comprue-
de grupos nuevos, como, por ejemplo, las clases. Lo que ba la historia del puritanismo inglés, antes y durante la
Simmel afirma aquí es simplemente un corolario de )a Guerra Civil, tan pronto como los "elegidos" .luchan
primitiva Proposición: grupos de referencia, negativos, realmente contra los extrañados, recurriendo a la fuerza
que conducen, suscitando antagonismos, a la formación de las armas, desarrollan estructuras diferenciadas, exi-
de grupos nuevos, conducen también, a través del con- gidas por las necesidades de la guerra, y, a su vez, esta
flicto, a una más estrecha integración. diferenciación impone un cierto grado de centralización
Charles H. Cooley hizo un claro resumen de este pro- en las tareas de control.
ceso cuando escribió lo siguiente: "El orden social puede Si definimos la secta como un cuerpo de "elegidos"
traducirse en un gran número de metas cooperativas de que, en virtud de un conflicto, se sitúan al margen del
diversa índole, cada una de las cuales incluye, dentro grupo religioso mayoritario, cabe esperar que dicha se-
de sí misma, elementos de conflicto a los que imprime paración suscite, desde el principio, un alto grado de
una especie de armonía, que les capacita para entrar en cohesión interna. Ello quiere decir que mientras la Igle-
conflicto con otras metas." 14 Freud hizo una observación sia es inclusiva, la secta es exclusiva. La exclusión se
similar: "El odio contra una persona o institución, en logra a través del conflicto con el grupo heterodoxo, y
particular, puede operar precisamente en el mismo senti- el mantenimiento de esta posición exclusiva exige que la
do unificador y puede provocar la misma clase de nexos secta sea un grupo conflictivo, internamente coherente.17
emocionales que el afecto positivo." 15 Sin embargo, no podemos asimilar esta cohesión interna
Sin embargo, una fuerte cohesión del grupo, a con- con la centralización. Un gran número de sectas, inclu-

1
t
104 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAt\l"OS ·}. LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA OS 10.5

yendo la mayor parte de las protestantes, se caracterizan ;¡ go, está inversamente relacionada con la fuerza de la
por una centralización menor que la organización reli- • cohesión interna; el despotismo aparecerá cuando la cohe-
giosa mayoritaria de la cual se seccionaron. La centrali- sión sea insuficiente al iniciarse el conflicto, y cuando
zación y la cohesión interna varían independientemente la situación resultante no logre suscitar la cohesión ne-
una de otra.18 cesaria para concertar la acción.
Entre las sectas y grupos similares que no requieren Sin embargo, los conflictos entre grupos y naciones
gran diferenciación de funciones (cuando la división del han conducido a menudo a la anomia, más que al robus-
trabajo alcanza sólo niveles rudimentarios), la solidaridad 1 tecimiento de la cohesión interna. Esta secuencia alter-
interna puede llenar, en buena parte, las funciones de nativa a la cual alude Simmel necesita ser incorporada
integración que, en grupos más diferenciados, son desem- a la discusión que estamos efectuando.
peñadas por estructuras autoritarias más desarrolladas.'• El grado de consenso del grupo, anterior a la inicia-
Por supuesto cuando una secta se lanza a la guerra, ción del conflicto, parece ser el factor más importante
tenderá ciertamente a centralizar su organización. Mien- entre los que afectan la cohesión. Si un grupo carece
tras que en otros tipos de conflicto todos los miembros de consenso básico, los peligros del exterior no lo lleva-
del grupo pueden participar por igual, las técnicas de rán a fortalecer su cohesión, sino a la apatía general y,
la guerra moderna exigen diferenciación de funciones por tanto, el grupo se hallará consiguientemente expuesto
y la emergencia de una estructura centralizada.'" Un al peligro de desintegración. Las investigaciones relati-
grupo que se enfrenta a la guerra bajo las condiciones vas al impacto de una depresión sobre la vida familiar
modernas necesita un Estado mayor. Esto distingue más muestran, por ejemplo, que las familias caracterizadas
las sectas religiosas con respecto del partido bolchevique, por una débil solidaridad interna desde antes de la de-
aunque, como hemos visto, en otros muchos aspectos son presión, responden apáticamente, y muy pronto se desin-
similares. La secta belicosa, activamente enfrascada en tegran, mientras que las que se caracterizaban por su
una guerra civil o en la preparación de la misma, debe solidaridad se consolidan.22
diferenciar sus tareas a fin de lograr una mayor eficien- La falta de consenso o de solidaridad no es sinónima
cia en la lucha, y, si la guerra se prolonga, sentirá la de divergencias y conflictos dentro del grupo. Si el gru-
necesidad de una mayor diferenciación y, por lo tanto, de po reacciona al peligro del exterior con divergencias
una centralización mayor. La historia del partido bol- internas respecto a la manera de conducir el conflicto,
chevique, desde su iniciación hasta que alcanzó la es- ello será indicio de que el problema en cuestión es lo
tructura de partido, finalmente lograda después de la ' suficientemente importante como para que los miembros
guerra civil, ejemplifica este proceso. del grupo luchen entre sí. Lo anterior se diferencia con
Los conflictos con el exterior unifican al grupo y ele- toda claridad de aquella otra situación en la cual los
van su moral, pero que esto lleve a una mayor centrali- miembros simplemente se desentienden de lo sucedido,
zación depende de la estructura del grupo, así como de y permanecen indiferentes a las amenazas del exterior.
la naturaleza del conflicto.21 La cohesión interna proba- Encontramos aquí una distinción introducida por
blemente se reforzará en grupos orillados a conflictos Robín Williams, la que, al parecer, nos será muy valiosa:
con el exterior. La aparición del despotismo, sin embar-
JI
lOÓ LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAf¡OS

Dado un grupo social con "solidez institucional" la


l
'
LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAf¡OS

únicamente en el primer caso puede decirse que el con-


107

amenaza exterior, al grupo en su conjunto, reforzará su ( flicto interno es funcional para la relación. Podemos
cohesión interna. .. Sin embargo [este pricipio general], ' ahora analizar el mismo punto, en lo concerniente al
únicamente es valedero en condiciones muy específicas: efecto del conflicto exterior sobre la estructura interna:
a) el grupo debe tener una "solidez institucional", esto durante la segunda Guerra Mundial, fracasaron los in-
es, contar con un mínimo de consenso entre los individuos
que lo integran, respecto al hecho de que el agregado es
tentos de centralización del Gobierno francés, y no logró
un grupo, y que su prese,rvación institucional es valiosa;
éste acabar con las escisiones, como remedio contra el
b) debpercatarse de la existencia de un peligro exterior debilitamiento de la solidaridad social. La única alter-
que amenaza al grupo en su conjunto, y no tan sólo a una nativa a la desintegración fue el "despotismo" del régi-
parte del mismo.2a men de Pétain.
En la medida en que el peligro exterior es percibido
La relación entre el conflicto exterior y la presión t
como algo que afecta al grupo (o sociedad), en su con-
interna no existe cuando la cohesión interna, anterior junto, los conflictos internos no inducen a concentrar la
a la iniciación del conflicto, es tan baja, que los miem- acción en contra del enemigo exterior. Las relaciones
bros del grupo han dejado de considerar que sea útil la entre blancos y negros en los Estados Unidos ejemplifi-
supervivencia del mismo, o cuando estiman .que el pe- can esa situación. El hecho de que la minoría negra, a
ligro externo amenaza a "ellos" y no a "nosotros". En pesar de su exclusión para el ejercicio de·los derechos
tales casos un conflicto con el exterior traerá consigo la y privilegios más importantes de la sociedad norteame-
desintegración del grupo en lugar del robustecimiento ricana, no se mostrara propensa, durante la segunda
de la cohesión. Guerra Mundial a aceptar la propaganda japonesa en
Los efectos, bien diferentes, de la última guerra so- favor de la "solidaridad entre las razas negra y amarilla",
bre las estructuras sociales francesa y británica, nos pro- indica que, en conjunto, el grupo negro continuaba sin-
curan un magnífico ejemplo.. El ataque nazi reforzó la tiéndose identificado con los valores norteamericanos. El
cohesión interna del sistema social británico, reduciendo resultado de la guerra parece haber sido, así, el fortale-
temporalmente las diversas escisiones políticas; sociales cimiento de la solidaridad del negro y del blanco. El
y económicas existentes en dicha sociedad. En Francia, conflicto externo tuvo un efecto más bien integrativo
sin embargo, esas discusiones se ampliaron hasta el punto que disruptivo. Por otra, parte, los ataques enemigos
de arruinar el consenso aun en lo concerniente a la cues- contra las colonias británicas y holandesas en Asia Me-
1
tión más importante de todas: si Francia habría de conti- ridional y Oriental dieron como resultado la desintegra-
nuar siendo una comunidad nacional independiente. ción de la estructura social; una mayoría de los miem-
Al comentar la proposición de Simmel, relativa a bros de esas sociedades percibieron que la amenaza
que el conflicto interno puede considerarse como un estaba dirigida contra "ellos", esto es, contra los magna-
índice de la estabilidad de la relación, debemos distin- tes británicos y holandeses, más bien que contra "nos-
guir entre conflictos que acaecen en la estructura misma otros", los nativos. Al no considerar la situación como
del consenso, y aquellos otros en los que no existe tal peligrosa para ellos mismos, no respondieron a los es-
acuerdo. Llegábamos, entonces, a la conclusión de que fuerzos para rechazar la amenaza.
l
r
w8 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAl'lOS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAl'lOS 109

Podemos ahora reformular del siguiente modo la PROPOSICIÓN 10: El conflicto con otros grupos define la
\
proposición de Siminel: ¡' estructura del gmpo y la reacción consecuente al
El conflicto con otros grupos conduce a la moviliza- conflicto interno.
ción de energías, entre los miembros del grupo propio, y En toda situación bélica los grupos son intolerantes.
por tanto al robustecimiento de la cohesión del mismo. No puedfn permitir desviaciones individuales contra la
Que la tendencia a la centralización acompañe a un ro- unidad del principio coordinador, más allá de ciertos lí­
bustecimiento de la cohesión, depende tanto del carácter mites estrictamente definidos.
del conflicto como del tipo de grupo. La centralización La técnica que se aplica en estos casos resulta, en oca­
aparecerá con mayor probabilidad en el caso de un con- siones, la de una aparente tolerancia. . . La Iglesia Cató­
flicto bélico y en estructuras diferenciadas que requieren lica logró presentar el frente strechamente unido que ne­
una marcada división de traba jo. cesitaba... tratando a los disidentes, en la medida de lo
El despotismo parece guardar relación con una falta posible, como miembros de su comunidad, pero en cuanto
de coherencia; se requiere para llevar adelante las hosti- tal conducta resultó insostenible, los expulsó con incom.
lidades donde la solidaridad de grupo es insuficiente pá.rable energía. Para las estructuras de grupos de este
para movilizar las energías de sus miembros. tipo, una cierta elasticidad formal es de la mayor impar·
tanda...
En grupos empeñados en la lucha contra un enemigo
Un grupo combatiente relativamente pequeño, en el
exterior, el surgimiento tanto de la centralización como
caso de conflicto agudo, puede beneficiarse con la reduc·
del despotismo, depende del sistema de valores comu- ción del número de sus miembros, en cuanto dicha dismi­
nes y de la estructura de grupo, con anterioridad a la nución lo purifica de elementos con tendencias a la media­
iniciación del conflicto. ción y al compromiso. El grupo mayoritario no necesita
Los sistemas sociales carentes de solidaridad social insistir en el carácter decisivo del pro o el cántra; los
probablemente se desintegrarán en presencia de un con- miembros vacilantes y condicionales son menos peligrosos,
flicto exterior, aun cuando pueda lograrse cierta unidad debido a que. .. su elevado número puede resistir estos fe.
recurriendo a medios despóticos. nómenos periféricos sin afectar al núcleo del grupo. Pero
i cuando, como ocurre en el caso de pequeños grupos, la
l
Recordando la Proposición de que, a una relación periferia está muy cercana al centro. cada incertidumbre
más íntima corresponde un conflicto más intenso, nos de Ün miembro hace peligrar la médula y. por tanto. la
cohesión del grupo en su conjunto. La reducida distancia
preguntamos ahora si un conflicto exterior, suponiendo ¡ entre los elementos se explica por la falta de elasticidad de
que estimula la cohesión del grupo, no aumenta, como grupo, que en estos casos es la condición para la tole­
consecuencia, la posibili<;lad de que surjan sentimientos rancia.24
hostiles dentro del grupo combatiente, y si no afecta, por
tanto, la manera como este grupo resuelva su conflicto En esta ocasión Simmel pone en claro lo que ya seña-
interno. · lábamos anteriormente, a saber: que la violencia de la
Esta relación se analizará en seguida. reacción de un grupo hacia las escisiones internas de-
pende tanto de ciertos aspectos de la estructura del grupo
como de la intensidad del conflicto.
J
uo LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA:f'iOS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAí'!OS

Aunque los grupos que están resistiendo el ataque


del exterior no pueden ser "tolerantes" 25 a la escisión
interna, la resolverán de varias maneras. Dentro de la
l miembros. Por tanto, debemos distinguir dos aspectos
en la estructura del grupo: I) la magnitud numérica del
mismo, y 2) el grado de solidaridad de los miembros,
'"

diversidad de métodos, no puede elegirse libremente. La


reacción del grupo a las escisiones internas guarda rela-
ción con ciertos aspectos de su estructura.
f aun cuando generalmente cabe esperar que se produz-
ca una variación simultánea de ambos factores.
Siguiendo la línea de Simmel, permítasenos examinar
U na analogía aclarará estas diferencias estructurales: 1 de qué manera están directamente relacionados con el
¡
hay dos medios mediante los cuales una embarcación •! conflicto externo la magnitud y la solidaridad.
puede resistir la presión del agua que la rodea: haciendo ¡ Un ejemplo histórico ayudará a explicar la relación
rígido e inelástico el casco para que resista grandes pre-
siones, o construyéndolo flexible de tal manera que pue-
da soportar una determinada presión sin romperse. Sim-
mel sugiere que las grandes organizaciones, tales como
r entre los dos aspectos mencionados de la estructura del
grupo y el conflicto exterior, real o previsto.
En 1903 el cisma entre mencheviques y bolcheviques,
que había de tener repercusiones trascendentales en la
la Iglesia Católica o los principales partidos políticos, historia moderna, se refería a cuestiones que parecían ba-
pueden adoptar el segundo método, mientras que los pe-
queños núcleos religiosos, tales como las sectas y las
minorías políticas de partido, pueden adoptar el prime-
1 ladíes para los estatutos del partido. Los delegados te-
nían ante sí dos proyectos. El de Lenin, que dice lo
siguiente: "El miembro del partido obrero socialdemó-
ro. Cada uno de estos modos de confrontar una amenaza ,,
¡ crata ruso es un individuo que acepta su programa, apo-
exterior implica riesgos específicos: una excesiva rigidez ya al partido con medios materiales, y participa personal-
dará lugar a escisiones y renuncias; una flexibilidad exce- ' mente en alguna de sus organizaciones." La proposición
siva llevará a hacer borrosos los límites y a la disolución opuesta, formulada por Martov, líder de los menchevi-
en el medio ambiente. f ques, modificó la última parte de la proposición de Le-
Aun cuando pueda ser acertada la observación de nin, en esta forma: coopera personal y regularmente
Simmel concerniente a la magnitud del grupo, de todos bajo la égida de una de sus organizaciones.
modos es importante hacer notar que la magnitud no es
una variable independiente. Simmel tiende a equiparar
¡' Con el tiempo, lo que parecía ser insignificante se
convirtió, en realidad, en una concepción totalmente
en importancia la magnitud del grupo con el grado de
t diferente de la estructura del partido.26
\
solidaridad de sus miembros. Aun cuando sea razonable ·1 La concepción de Lenin se remonta al año de 1900,
pensar que cuanto menor es el grupo, mayor será la soli- en que escribía: "Debemos adiestrar gente que sea devota
daridad, ya que la acción recíproca entre miembros esca- al partido, y no únicamente dispuesta a ceder sus horas
sos tiende a ser más intensa que la acción recíproca entre libres, sino a dedicarle la totalidad de su vida." 27 Dos
muchos, no podemos pretender que esa relación se man- años después precisó aún más su punto de vista: lo que
tenga invariable. La Cámara de Comercio de una pobla- la organización necesitaba sobre todas las cosas era un
ción pequeña puede estar integrada por pocos miembros abnegado grupo de revolucionarios profesionales: "En
y, sin embargo, asemejarse a una gran Cámara de Co- un país con un gobierno despótico, cuanto más restrin-
mercio, en cuanto a la solidaridad segmentaria de sus jamos la adhesión a esta organización de personas que
l[
112 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAt'l'OS
i LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAIWS ll3

como profesionales están comprometidas en la revolu-


ción, más difícil será capturar a la organización... Nunca
podremos dar a una organización de masas el grado de
l
tl
"'.
El concepto menchevique de organización también
confirma el punto de vista según el cual el número y la
participación de los miembros están relacionados con
secreto que nos es esencial. . . Lo que necesitamos es una la situación conflictiva a que se encara o espera encarar-
organización de militantes..." 28 se el grupo. El partido menchevique o, cuando menos,
La organización política preconizada por Lenin es muchos de sus representantes más destacados, no espera-
similar a la de una secta religiosa. La secta es "una aso- ban que el conflicto con el zarismo adquiriera cada vez
ciación religiosamente calificada, y no como la Iglesia, mayor gravedad, sino más bien que se suavizara gracias
una asociación coercitiva para administrar gracia, que
derrama su luz sobre lo justo y lo injusto, e intenta preci-
samente situar al pecador bajo la disciplina de la Ley Di-
vina. La secta representa el ideal de la 'Ecclesia pura', la
l a la gradual liberalización del régimen. Si el zarismo po-
día llegar a ser una réplica modificada de los regímenes
democráticos de Occidente, entonces seguramente habría
menos necesidad de un partido de élite. De acuerdo con
comunidad visible de los santos, de cuyo rebaño ha sidp esta expectativa, la organización debería atraer, por tan-
expulsada la oveja negra, para que no ofenda los ojos to, el mayor número posible de personas con objeto de
de Dios". "La comunidad [de la secta] constituye un ganar los votos de la ciudadanía, a la hora de la contien-
mecanismo de selección que separa lo calificado de lo da electoral.
que no lo es..." 29 En otras palabras, los mencheviqnes, en espera de un
La teoría de la organización según Lenin y la carac- aminoramiento de los conflictos externos, planeaban
terización de la secta de Weber subrayan la integración una organización de masas, una "iglesia", una organiza-
de cuerpos exclusivos, el establecimiento de la élite reli- ción elástica, tolerante a las tendencias divergentes, y
giosa o política. No aspira a incluir en ella a las masas cuyos disidentes no se verían forzados a incorporarse a las
humanas, sino que se restringe a sí misma para atraer filas de los herejes o renegados. Además, una organización
una clase especial de "realizadores".30 de esta especie podía admitir a hombres que, si perma-
Lenin justificó la necesidad de un partido de élite, en necieran fuera de la organización, podrían convertirse en
términos del acerbo conflicto a que se enfrentaba la or- rivales y competidores. Su fuerza radicaría en la captación
ganización revolucionaria en su lucha contra el zarismo de los elementos disidentes, no en su exclusión."'
autocrático. Como grnpo de lucha renunciaba a la ven- Los partidos social-demócratas, lo mismo en Rusia
taja del gran número (por supuesto, Lenin no negó la que en el resto de Europa, eran organizaciones cohesivas,
ventaja del gran número) a fin de mantener la pureza caracterizadas por una vigorosa solidaridad interna. La
esencial que exigió la lucha. Consideraciones muy simi- gran cantidad de afiliados a estos partidos hizo posible
lares influyeron, durante los tiempos primitivos, en las y, de hecho, necesaria la coexistencia de diferentes fac-
sectas protestantes. También ellas estaban enfrascadas ciones y alineamientos dentro de la organización. En esto$
en una dura lucha con credos antagónicos, que perse- grupos (como advertimos en un capítulo anterior, al
guían la destrucción de la herejía, por lo que el mante- referirnos a las sociedades totalitarias), la inextricabi-
nimiento de la "pureza" de los miembros fue de impor- lidad de los conflictos internos, lejos de relajar las rela-
tancia capital.81 ciones básicas, contribuía a fortalecerlas.
"4 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAROS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAROS "5

La situación es completamente diferente, sin embar- En una Proposición anterior discutimos el hecho de que
go, en los pequeños grupos orientados hacia un conflicto el hereje concita sobre sí una violenta hostilidad de sus
continuo y enconado con el exterior. En estos grupos, antiguos asociados, no sólo por la intensidad de previas
toda escisión interna parece poner en peligro la movili- identificaciones afectivas, sino también porque al menos
zación con junta de todas las energías para enfrentarse simbólicamente, cuando no en la realidad, amenaza a la
al conflicto externo. Tales grupos no son tan indulgentes existencia misma de su antiguo grupo. Mencionamos
con sus miembros como los grupos más numerosos. En entonces, de modo incidental, que la reacción contra la
la medida en que tales grupos de élite, relativamente re- herejía probablemente varía con el grado del conflicto
ducidos, requieren la total participación de sus miem- externo y, en consecuencia, tiende a ser particularmente
bros, se les aplica lo que dijimos acerca del efecto violenta en los grupos comprometidos en un conflicto
fortalecedor derivado de la participación afectiva en si- agudo con el exterior. Ahora podemos ya ir más lejos:
tuaciones de conflicto: en aquellos grupos cuyos miem- un grupo que, desde su nacimiento, está concebido como
bros participan íntegramente, es más fácil que el conflicto grupo militante, se encuentra especialmente maduro para
interno aparezca imbuido de elementos ficticios. Pos- emprender una rabiosa cacería de herejes.; sus miembros
teriormente el conflicto interno se ahondará en tal forma están obligados a participar continuamente en la selec-
que afectará de modo directo las bases consensuales de ción y reselección de los miembros "dignos", es decir, de
la estructura del grupo. Por consiguiente, no puede to- aquellos que no dudan o disienten, precisamente porque
lerarse ninguna desavenencia, y se procede a la exclusión su existencia misma está basada en la "pureza" de su
del disidente. Como Simmel aseguró en otra parte: si adscripción. Tales grupos deben empeñarse continua-
las relaciones no dejan lugar alguno a la afirmación de mente en campañas de autopurificación y, por tanto, de-
actitudes antagónicas, la exclusión es la única salida. El ben dar pábulo, sin descanso, a la herejía y al cisma.
partido de Lenin se vio continuamente desgarrado por Incesantemente comprometidos en una lucha contra
las luchas faccionales que condujeron a repetidas divi- el exterior, al tiempo que suprimen el ci:mflicto interno,
siones y exclusiones; no obstante, Lenin, lejos de deplo- estos grupos reaccionarán violentamente no sólo contra
rar los hechos, insistió en que de ello la organización sal- 1 el hereje, sino también contra cualquier forma de disen-
dría robustecida, fortaleciéndose la cohesión entre el resto sión, considerándola como un ataque hacia las mismas
de los miembros.
En tanto que el grupo tipo "eclesiástico" fortalece su
j bases de la existencia del grupo. El disidente, a diferen-
cia del hereje o el renegado, no abandona el grupo para
cohesión interna permitiendo la existencia de tendencias 1 pasarse al enemigo o para fundar su propio grupo rival.
contradictorias en sus filas, la secta política o religiosa 1 En tanto que el grupo tipo "eclesiástico" le permite la
! libre expresión, dentro de su estructura, la secta sólo ve
debe expulsar uno tras otro a los disidentes, para mantener
o incrementar la cohesión entre los miembros "dignos". en él a un "renegado" potencial.
Tan pronto como el grupo define su estructura de Anteriormente tuvimos ocasión de señalar la diferen-
acuerdo con las perspectivas de conflicto externo, su res- cia entre hereje y renegado. Afirmábamos entonces que
puesta a la escisión interna deja de ser cuestión de alter- el hereje suele crear mayor confusión en el grupo que el
nativa, y queda determinada por su J?ropia definición. renegado, porque, en su conflicto con el grupo, sigue
·j
116 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAI<OS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA:t'iOS 117

manteniendo los valores básicos de éste, y amenaza, por mente divergentes dentro de una estructura social muy
tanto, con borrar sus fronteras. Ahora podemos agregar reducida. El radicalismo ideológico no depende, en modo
que el disidente crea aún mayor confusión que el here- alguno, de todo esto.tHi
je que se ha separado del grupo, porque, aquél, insiste
en su participación. En los grupos pequeños, militantes Procederemos, ahora, a ocuparnos de la relación re-
y cerrados, el disidente que todavía defiende su adscrip- cíproca entre la estructura del grupo y el conflicto ex-
ción, a¡;nenaza con romper el grupo desde dentro, porque terno. Simmel opina que en este caso la estructura del
no representa el peligro definido del hereje o d apósta- grupo ayuda a definir la intensidad, actual o prevista,
ta, contra los cuales el grupo encuentra más fácil actuar del conflicto con el exterior y, como acabamos de ver, esta
concertadamente. El disidente actúa de modo inespera- intensidad presente o futura del conflicto externo ejer-
do, y crea confusión: ¿Se pasará al enemigo? ¿Intentará ce presión, a su vez, por razón de lo reducido del grupo y
establecer un grupo rival? ¿Intentará desafiar el curso de de la intensa devoción de los afiliados. El pequeño
acción del grupo? Sus camaradas únicamente pueden es- grupo militante, con una gran participación de sus miem-
tar seguros de que está "urdiendo algo". Al atacar la bros, tenderá a mantener rígidamente su pureza ideoló-
unanimidad .de sentimientos del grupo, introduce un gica. En los grupos relativamente más numerosos, más
elemento de preferencia personal en una estructura que liberales, con una menor participación de los miembros,
se caracteriza por la unanimidad de sus decisiones. se permite que el contenido ideológico varíe de acuerdo
El grupo pequeño, cerrado y militante, reaccionará con las tendencias internas, divergentes y contradictorias.
de modo instantáneo en contra del disidente. La conti- Un grupo numeroso que permite dentro de sus filas
nuidad del grupo parece factible gracias a la exclusión la expresión de las desavenencias y, por tanto, el conflic-
voluntaria o forzada del elemento contradictor."" to, debe su fortaleza y cohesión a su flexibilidad. La
U na vez que el grupo se convierte en una institución cohesión, lejos de sufrir menoscabo, se fortalece con el
en marcha, su propia estructura le ayuda a definir su desarrollo del conflicto interno. Por otra parte, el grupo
relación con el conflicto. Simmel lo ha definido con
sobria precisión en otras partes, subrayando que el "ra-
dicalismo" derivado de la estructura puede ser indepen-
¡ pequeño, cerrado, militante, no permite el conflicto in-
terno y, en consecuencia, sanciona al disidente con la
expulsión. Así, el grupo cerrado, como sociedad que su·
diente del radicalismo ideológico: 84 j prime el conflicto real del grupo, tiende a provocar reac-
En general, los grupos pequeños son más radicales que ' ciones del tipo "chivo expiatorio". Tal grupo no sólo
los grandes, ya que las ideas mismas que sirven de base considera cualquier disensión como "actividad enemi-
a estos últimos establecen límites a su radicalismo. El ra­ ga", sino que, además, tiende a "inventar" enemigos
dicalismo, en este caso, es sociológico por su misma natu­ 1 interiores y exteriores para fortalecer su solidaridad in-
raleza. Resulta impuesto por la devoción incondicional terna. Semejante grupo anda siempre a caza de enemi-
del individuo al racionalismo del grupo, frente a otros gos, puesto que de ellos depende su cohesión y existen·
grupos contiguos (se requiere una delimitación tajante para cía. Continuaremos desarrollando este punto en la
que la supervivencia del grupo quede asegurada), y por la Proposición siguiente.
imposibilidad de vigilar las tendencias y las ideas amplia-
.En los anteriores comentarios identificamos dos as-
,
u8 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA!lOS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA!lOS "9

pectos de la estructura de grupo que Simmel olvida sepa- vueltos en una lucha externa continua, tienden a no exi-
rar: I) la magnitud relativa; 2) e!grado de participación gir la participación total de sus miembros y, al no esta-
de los miembros. Pusimos en claro que estas condiciones blecer un criterio rígido para éstos, muestran mayor
deben ser consideradas en relación con un tercer aspecto, predisposición a ser numerosos. Semejantes grupos pue-
el de la situación: los grupos que luchan esporádicamente den resistir con éxito las presiones externas, por la elas-
y los que luchan sin tregna. Encontramos que estos dos ticidad misma de su estructura, que les permite una zona
aspectos se suceden por conjuntos; en otras palabras, los de "conflicto tolerable" en el interior.
grupos que se forman con la perspectiva de un conflicto
exterior intenso tienden a ser relativamente poco nume- PROPOSICIÓN 11: La búsqueda de enemigos.
rosos, y exigen la participación total de sus miembros, a
Los grupos, especialmente las minorías, que viven en
diferencia de lo que sucede con los grupos numerosos.
un ambiente de conflicto y persecución, rechazan a meM
Aun cuando no hemos examinado las ocho combinacio-
nudo el acercamiento o la tolerancia de los antagonistas. La
nes posibles a base de la magnitud, intensidad del naturaleza cerrada de su antagonismo sin la cual no pue.
conflicto externo y grado de participación de los miem- den luchar o se verían confundidos. . . Por tal razón, la
bros, podemos cuando menos asegurar que existe una victoria aplastante de un grupo sobre sus e!lemigos no
tendencia a conjugar esos aspectos, lo cual da origen a siempre representa la solución más afortunada. . . La vic­
la aparición de los dos tipos opuestos de la estructura de toria debilita la energía que estaba garantizando la unidad
grupo que estudiamos. del grupo; las fuerzas disolventes, siempre en actividad,
ganan terreno. .. Dentro de ciertos grupos, puede aun con­
Tomando en consideración esas dos distinciones, po- siderarse como prueba de habilidad política el procurar que
demos reformular la Proposición de Simmel del siguien- existan ciertos enemigos para mantener la unidad de los
te modo: miembros, y para que el grupo continúe consciente de que
Los grupos consagrados a una lucha continua con el esa unidad constituye su máximo interés vital.86
exterior tienden a ser intolerantes en el interior. No
permiten sino desviaciones limitadas de sus miembros. Llevando hasta sus últimas consecuencias la idea de que
Tales grupos tienden a adquirir un carácter sectario, se- el conflicto externo aumenta la cohesión del grupo, Sim-
leccionan a sus miembros en razón de características espe- mel sostiene en la presente Proposición, que los grupos
ciales, tienden a ser muy limitados en número y reclaman militantes pueden de hecho "atraer" enemigos con el
la participación total de sus miembros. Su cohesión social propósito de mantener y aumentar la cohesión del grupo.
depende de la participación íntegra de los afiliados, en Siendo el conflicto permanente una condición de la su-
todos los aspectos de la vida del grupo, y se ve reforzada pervivencia de los grupomilitantes, perpetuamente tie-
por la afirmación de la unidad de éste en su lucha contra nen que provocarlo.
el disidente. La forma única de resolver los problemas Además, admite por modo implícito que el conflicto
que crea la disensión es la de la exclusión voluntaria o exterior no necesita ni siquiera ser real para fortalecer
forzada del disidente. la cohesión del grupo; todo lo que se necesita es que los
Los grupos del tipo "eclesiástico", que no se ven en- miembros perciban o se muestren dispuestos a percibir
120 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAI<OS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAI<OS 121

una amenaza exterior, para que "mantengan su cohe- populista y progresivo, en los Estados Unidos, muestran
sión"."' Las amenazas pueden o no pueden existir obje- muchos ejemplos en que las organizaciones de agriculto.
tivamente, pero el grupo debe vibrar como si existieran. res originariamente establecidas para luchar contra los
La percepción social de una amenaza externa puede ser intereses ferrocarrileros o de los elevadores de granos, se
deformada, pero su efecto en el interior del grupo puede apresuraron, una vez ganada esta batalla, a presentar nue-
ser el mismo que el de la percepción genuina de una vas demandas y atacar a otros antagonistas en la esfera
amenaza objetiva. política. En su estudio relativo a la Federación de la Co-
La búsqueda de nuevos enemigos por un grupo mi- munidad Canadiense en Saskatchewan, Seymour Lipset
litante se asemeja al proceso que Gordon W. Allport ha subraya que la victoria de los agricultores sobre un ene-
denominado "la autonomía funcional de los motivos".'8 migo concreto, !ejos de conducir a la desaparición de la
Allport afirma que los motivos que originalmente sur- organización militante, la llevó a extender su campo de
gieron en la persecución de una meta específica pueden acción en contra de otros enemigos." La historia del mo-
continuar operando aunque la meta original deje de exis- vimiento obrero también proporciona muchos ejemplos
tir. Robert K. Merton utiliza un cuadro conceptual similares.
similar para explicar el ritual burocrático, con su carac- La desaparición del enemigo inicial conduce a la
terístico desplazamiento de metas, por medio del cual "un búsqueda de nuevos enemigos para que el grupo pueda
valor de naturaleza instrumental se convierte en un fin"." continuar empeñado en el conflicto, y de esta manera
De igual manera, el conflicto en que el grupo se empeñó mantenga una estructura que estaría en peligro de des-
originariamente para lograr un fin determinado se con- integrarse por falta de enemigo.'"
vierte en un fin en sí mismo. Conviene subrayar ahora que "el nuevo enemigo" que
• Esto recuerda nuestros anteriores comentarios sobre estos grupos realmente suscitan, cuya amenaza exageran,
el conflicto irreal o ficticio. Así como dicho conflicto realmente existe, a diferencia del enemigo "inventado"
está gobernado no por el deseo de obtener resultados, del cual nos ocuparemos más adelante. Además, el provo-
sino por la necesidad de liberar la tensión para mantener car al enemigo, poniendo de manifiesto sus "peligrosas
la estructura de la personalidad, así la búsqueda .de ene- i intenciones" puede tener el efecto de una "profecía que
migos por el grupo no tiende a lograr resultados por lo se cumple por sí misma": el "enemigo responderá" y en
que a sus miembros respecta, sino únicamente a mante­ esta forma se volverá tan peligroso para el grupo como
ner su estructura como una organización en marcha. al principio se le acusó de serlo.
Aun después de cesar la situación inicial de conflicto ' Valdría la pena estudiar la evolución de los grupos de
que les dio vida, los grupos militantes continúan actuando lucha desde este punto de vista. La atención debería
apegados a la "norma o consigna con que originariamente concentrarse sobre los grupos que han logrado su obje-
empezaron a operar". Como dice Chester Bernard: "Una tivo inicial, ya sea a través de la propia victoria o porque
organización que no logra su propósito debe desinte- los cambios sociales les han permitido alcanzar, sin su
grarse. También se destruye si lo logra." 40 En conse- intervención, el objetivo por el que inicialmente lucha-
cuencia, deben encontrarse nuevos objetivos para evitar ban. La tarea será descubrir por qué algunos de estos
la disolución. La historia de los movimientos agrarios grupos desaparecieron, en tanto que otros tuvieron éxito

LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA¡;jOS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRA¡;jOS
"' 123

al localizar otros "objetos de odio" para seguir viviendo. forma, restablecen su solidaridad. A los miembros leales
Dicha "búsqueda del enemigo externo" (o la exagera· se les tranquiliza asegurándoles que el grupo en su con·
ción del peligro que representa un enemigo real) no junto no ha fracasado, sino únicamente algunos "traído·
solamente sirve para mantener la estructura del grupo, res"; además, ahora pueden reafirmar su rectitud unifi·
sino también para fortalecer su cohesión, cuando se ve cando su acción contra los "traidores". En los grupos
amenazada por el relajamiento de sus energías o por la militantes opera el mismo mecanismo en las campañas
disensión interna. La violencia del conflicto externo avi· perennes de purificación, especialmente en la de "cerrar
va la vigilancia de los miembros, y aun reconcilia las las filas" contra la "amenaza" interna.
tendencias divergentes o conduce a una acción polarizada El enemigo interno al cual se busca, como el enemigo
del grupo, en contra del disidente. externo que es evocado, pueden existir: puede ser un
El corolario de la "búsqueda de un enemigo externo" disidente que se ha opuesto a ciertos aspectos de la vida
es la búsqueda del enemigo interno, cuando estas estruc· o de la acción del grupo, y a quien se considera como
turas rígidas se enfrentan a la derrota o a un peligro ex· renegado o hereje potencial. Pero el enemigo interno
terno inesperadamente agudizado. también puede ser "encontrado", puede ser simplemente
Los grupos tienden a negar que los reveses en los inventado con objeto de crear, concitando contra él la
conflictos con otros grupos pueden atribuirse a la fortale- hostilidad general, la solidaridad social de que tan nece·
za del adversario, porque esto sería tanto como admitir sitado se halla el grupo.
su debilidad. En consecuencia, buscan en sus propias Este mecanismo también puede operar en la búsqueda
filas al "disidente" que entorpeció la unidad y la acción de un enemigo externo, inventado para lograr la solida·
concertada en contra del enemigo. (Nótese la reacción ridad social. El teorema de W. l. Thomas: "Si los hom-
contra los mencheviques, los trotskystas y los bujarinistas bres definen sus situaciones como reales, son reales en
en el partido bolchevique.) Así en aquellas sociedades sus consecuencias", se aplicará aún más directamente a
cuya rigidez de estructura impide el conflicto real, existe la invención de enemigos que a la búsqueda de un ene-
una tendencia perenne a atribuir la derrota en la guerra migo real. Si los hombres definen como real una ame·
a la "traición" interna. El mito de la "puñalada trapera" naza, aunque poco o nada, en la realidad, justifique
fue difundido por los nacionalistas alemanes después de esta creencia, la amenaza es real en sus consecuencias,
la primera Guerra Mundial, y apareció nuevamente en '
. y entre éstas se encuentra el robustecimiento de la unidad
las explicaciones de Vichy sobre la derrota de Francia del grupo.
en la segunda Guerra Mudial. Ésta es una variante Ahora bien el aspecto del mecanismo del tipo "chivo
del mecanismo del "chivo expiatorio": aunque la derrota expiatorio", que nos interesa en particular a este respecto,
se debió a los extranjeros, la violencia de la reacción pro· es el tipo de la amenaza imaginaria que el chivo expiato·
vacada busca un objeto de odio entre los nacionales. rio representa. El antisemita justifica su persecución de
Los afiliados al grupo que deben cargar con el sambenito los judíos en términos del poderío, la agresión y el espÍ·
de verse convertidos en chivos expiatorios, con su sacrifi· ritu vengativo de los judíos mismos. "Ve en el judío
cio purifican de sus propios pecados al grupo y, en esta todo cuanto le acarrea desgracia -no solamente su opre·
.
LOS CONFLICTOS CO;>; GRUPOS EXTRAI')OS 125
124 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAI')OS
miembros de su propio grupo, se le castiga por carecer de
sor social, sino también sus instintos inconscientes." 43 El
ellos." 46 "La discriminación se sostiene no solamente por
temor y el miedo al judío entremezclados, constituyen uno
las ventajas directas que obtienen quienes discriminan,
de los elementos clave del síndrome del complejo anti-
sino también por las normas culturales que legalizan la
semita. Esa amenaza imaginaria conduce al "reagrupa- discriminación." 47 Hay atisbos de que el grado de rigidez
miento" de los antisemitas, como en Alemania, en una de la estructura social puede ayudar a determinar el
comunidad de hombres con ideas análogas, o a su unión, grado en que se institucionaliza la expresión del prejui-
como en América, en una seudocomunidad imaginaria cio (conducta discriminatoria), contra los enemigos in-
de individuos amenazados en forma parecida. De ahí ternos. Unos cuantos ejemplos esclarecerán este punto.
nace una especie de colectividad ilusoria de todos aque- Escribiendo precisamente antes de la primera Guerra
llos que se ven "amenazados" de igual manera por el Mundial, Thomas P. Bailey, profesor de Mississippi, se
\
judío, y que han perdido todo menos el sentimiento de expresó así respecto del nexo creado por el temor al negro
"peligro" común frente a las acciones agresivas que de los y al sistema de status social en el sur de Norteamérica:
judíos esperan.
1-
Algunos tipos de antisemitismo, lo mismo que otras. La mismísima esclavitud del espíritu se encuentra en
1 la ansiedad tan profundamente arraigada del Sur. Los
formas de prejuicio, llenan importantes funciones res- f
pecto a quienes sufren de "inadaptación", esto es, de una surianos temen por la seguridad de sus esposas, de sus
hijas, de sus hermanas; los padres surianos temen por la
pérdida de cohesión con respecto a la sociedad de la que
pureza de sus muchachos; los publicistas surianos temen
forman parte. El antisemitismo proporciona "un medio el advenimiento de una época en que un gran número de
de seudoorientación en un mundo alienado".44 "La ani- negros traten de votar y, en esta forma, precipiten la lucha
madversión hacia los judíos parece suministrar la fórmu- racial. . . Los hombres de negocios del Sur temen que la
la más idónea para afrontar el problema de la aliena- agitación del problema negro interfiera con los negocios
ción respecto de una sociedad." 4 ' El hombre inadaptado o desmoralice el mercado de trabajo. Los funcionarios del
al enfocar su difusa hostilidad hacia un objetivo específi- Sur temen los disturbios raciales, los linchamientos, las
co y al atribuir después a ese grupo su sensación de ame- atrocidades salvajes, provocadas no solamente por la mal
naza, intenta aferrarse a un punto sólido de reparación en dad de los negros sino también por la ansiedad suscitada
por el temor de lo que puede ocurrir.4B
un mundo que, de otra manera, carece de sentido para él.
El "enemigo interno" puede ser suministrado por el J>.
sistema social en la medida en que el objetivo escogido Investigadores más recientes han confirmado este pri-
mer diaguóstico. Frank Tannenbaum escribe: "El Sur
es un grupo afianzado e institucionalizado. El "prejui-
da señales de temer al negro. No quiero decir miedo
cio -eomo señala Talcott ParsonS- no sólo lo canalizan
físico. No es un asunto de cobardía o bravura; es algo
los individuos contra los grupos que sirven de 'chivo más profundo y más fundamental. Es el temor a perder
expiatorio', sino que fácilmente puede convertirse en el control sobre el-mundo." ••
un fenómeno de la actitud del grupo, esto es: deviene Entre muchos surianos este temor general, frente a la
en algo en cierto modo institucionalizado. Entonces en violencia agresiva de los negros, desempeña una función
lugar de merecer, por sus prejuicios, la condena por los
J
126 LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAJilOS LOS CONFLICTOS CON GRUPOS EXTRAI'IOS 117

importante en el mantenimiento del inflexible sistema otros grupos religiosos minoritarios. Al parecer el anti-
suriano. Si el negro es peligroso, si es una amenaza pe- semitismo refuerza ordinariamente la solidaridad interna
renne para las cosas más preciadas, a juicio del blanco del grupo judío, pero también puede ser que la solida-
suriano, es de importancia decisiva "mantenerlo a raya"; ridad social se fortalezca con la insistencia constante sobre
en otras palabras, mantener la posición y la cohesión del los peligros del antisemitismo, ya sea éste un fenómeno
grupo blanco dominante. Si el negro es peligroso enton- realmente presente o no, o amenace objetivamente en
ces todos los blancos que intentan atraerse al negro pue- una época determinada.
den considerarse efectivamente como "renegados" que
ponen en peligro la existencia misma del grupo blanco. De acuerdo con la presente discusión podemos re-
Con respecto al temor al matrimonio y a la mezcla de formular ahora la Proposición de Simmel como sigue:
las razas negra y blanca, M yrdalsubraya: Los grupos militantes rígidamente estructurados pue-
' den buscar enemigos reales con el propósito deliberado
Lo que los blancos realmente desean es mantener a o el resultado inconsciente de mantener la unidad y la
los negros en un estado de inferioridad. Repugna el matri· 1
cohesión interna del grupo. Tales grupos pueden real-
monio entre individuos blancos y de color porque sería
la señal suprema de una "igualdad social"; a la inversa.
1 mente percibir una amenaza externa, aunque ésta no
¡ sea ostensible. En ciertas condiciones que todavía nece-
razonan en el sentido de que se oponen a la "igualdad
social" porque podría propiciar los matrimonios entre las sitan ser exploradas, las amenazas imaginarias cumplen la
dos razas. 50 misma función integradora del grupo, que las reales.
La evocación de un enemigo externo, o la invención
El temor al negro, lejos de derivarse de la conducta de un tal enemigo, fortalece la cohesión social que se
real del negro, es un medio de mantener intacto el actual ve amenazada desde dentro del grupo. De igual manera,
estado de cosas, o de agrupar a todos los miembros del la búsqueda o la invención de un disidente interno puede
grupo blanco alrededor de esos módulos o patrones." servir para mantener una estructura que se ve amenazada
Que sepamos, lo que hemos dicho acerca de la rela- desde el exterior. Tales mecanismos del tipo "chivo ex-
ción entre la rigidez de la estructura y la búsqueda del piatorio" aparecerán particularmente en aquellos grupos
enemigo está todavía por comprobar, excepto en lo que cuya estructura impide el brote del conflicto real dentro
atañe a la investigación del grupo poco numeroso." Pero del grupo. Existen matices cambiantes entre la exagera-
J..>arece una hipótesis que bien vale la pena verificar. \ ción de un peligro real, la atracción de un enemigo real
Así, un estudio del partido comunista trataría de de-
terminar en qué medida las amenazas externas al grupo
' y la completa invención de un agente amenazador.
Los siguientes capítulos, partiendo de la relación en-
son objetivamente reales, y en qué otra, por el contrario, tre el conflicto y la estructura de grupo, se consagrarán
los miembros deben "crear" perpetuamente amenazas al estudio de la relación entre los antagonistas. Ello
externas (o "chivos expiatorios", en el orden interno), supone, primero, el estudio de la relación entre la inten-
con objeto de mantener su lealtad al grupo. sidad del conflicto y su contenido y, después, un examen
De igual manera, valdría la pena estudiar desde este de las distintas formas de "unificación", cuando surge
punto de vista la cohesión interna de los judíos y de 1 el conflicto entre los contendientes.

IDEOLOG!A Y CONFLICTO "9

La intención de Simmel está dirigida hacia dos dis-


VI. IDEOLOGíA Y CONFLICTO tintas consecuencias de la objetivización del conflicto:
I) La meta colectiva, que trascendiendo los intereses per-
PROPOSICIÓN 12: Ideología y conflicto. sonales hará la lucha más intensa; :2) Entre las partes
La conciencia, entre los partenarios, de actuar sólo en contendientes existe un elemento unificador en la obser-
razón de exigencias supraindividuales, de luchar no para vancia de la norma común de abstenerse de ataques per-
sí sino por una causa, puede dar al conflicto un radicalismo sonales. En otras palabras, la presente Proposición afecta:
e inmisericordia que corren parejas con la conducta ge I) Al impacto de la objetivización sobre la intensidad
neral de ciertas personas muy altruistas e inclinadas al del conflicto, y :2) Al efecto de la objetivización sobre
idealismo ... Tal conflicto a cuyo servicio se ponen todos las relaciones entre los contendientes.
los atributos de la personalidad, puesto que la victoria
sólo beneficia a la causa, tiene un carácter noble. .. Sobre
Simmel sostiene que las luchas objetivizadas, que tras-
la base de este mutuo consentimiento de ambas partes, cienden lo personal, probablemente son más radicales y
cada una defiende únicamente sus demandas y su causa, despiadadas que los conflictos directamente personales.
renunciando a toda clase de consideraciones personales o La convicción de que se habla en nombre de un "dere-
egoístas, el conflicto prosigue con sin igual virulencia, si­ cho" supraindividual o de un sistema de valores fortalece
guiendo su propia lógica intrínseca, sin intensificarse o la intransigencia de cada individuo, movilizando energías
moderarse por los factores subjetivos. que no estarían disponibles para intereses y metas úni-
El contraste entre la unidad y el antagonismo es, quizá, camente personales. Simmel basa su afirmación en dos
más visible cuando ambas partes realmente persiguen una argumentos: I) Que los individuos que participan en
meta idéntica; verbigracia, la exploración de una verdad un conflicto supraindividual actúan como representan-
científica. En este caso cualquier desmayo. . . cualquier
- tes de grupos o ideas; y :2) Que tales individuos están
paz anticipada a la victoria decisiva y total, sería una
traición contra la objetividad, en consideración de la cual imbuidos con un sentido de respetabilidad e infalibilidad
se ha eliminado de la lucha todo carácter personal. A desde el momento que no actúan por razones "egoístas".
partir de Marx, la lucha social se ha desarrollado en ese A lo menos no parece constituir una verdad univer-
sentido. . . el encono personal de las batallas generales sal el segundo de estos argumentos, conforme al cual las
y locales ha disminuido enormemente. . . La violencia personas, participantes en un conflicto que trasciende
de la lucha, sin embargo, no _ha decrecido por eso. Por sus intereses individuales, luchan más denodadamente
el contrario, se ha vuelto más acerba. .. pues el conten­ porque no se hallan vinculadas por normas de "reserva
diente tiene la convicción de que no lucha sólo para él, personal". En un orden institucional en que los intereses
y a menudo de ninguna manera para él. sino por una gran y el "éxito" personales gozan de gran aprecio, los inte-
meta suprapersonal.t
reses personales no están desprovistos de una significación
CoN ESTA Proposición, Simmel procede a distinguir entre suprapersonal y moral. Lejos de ser definida como algo
dos tipos de conflicto: uno en que la. meta es personal opuesto a las metas de la colectividad, la conducta inte-
y subjetiva, y otro, en que el objeto en disputa tiene una resada, al menos la que se norma por las definiciones
cualidad impersonal, objetiva. sociales de ciertas funciones, es considerada como moral-
..s
IDEOLOGlA Y CONFLICTO
1,30 IDEOLOG!A Y CONFLICTO '3'
mente deseable, y acorde con las posibilidades y supuestos aquel otro cuyos individuos participan como "represen-
de los valores del grupo.2 La respetabilidad más alta de tantes" de demandas supraindividuales. Entre las dife-
la acción supraindividual, puede aplicarse a la Alemania rentes funciones desempeñadas por un individuo se en-
de principios de siglo, cuando por la mezcla, aún muy cuentran las de carácter "representativo", esto es, aquellas
fuerte, de elementos feudales y no capitalistas en la estruc- en que actúa en nombre de la colectividad a que perte-
tura de valores de su sociedad, el interés personal todavía nece. Parsons, quien ha acuñado el término, lo restringe
no estaba completamente legitimado, especialmente a los a las funciones de dirección! Sin embargo, puede ser
ojos de quienes pertendan a la comunidad académica. provechoso extender el uso de ese término para describir
Pero el criterio de respetabilidad no distingue general-
mente entre una acción desarrollada por razones subjeti-
vas, de interés personal, y otra atenta a intereses objetivos;
l la función de cualquier miembro de un grupo que man-
tiene relaciones con el exterior, y en las cuales actúa,
y se espera que actúe, como representante suyo. En
el movimiento obrero marxista, por ejemplo, cualquier
ambas pueden ser igualmente "respetables". La verdadera
diferencia radica en si el interés personal se persigue con miembro activo, tenga o no un papel directivo en la or-
buena o mala intención; en otras palabras, si su prosecu- ganización, se espera que "represente" al movimiento en
ción se considera legítima por el mismo actor y por la co- el exterior.
lectividad de la que forma parte, y cuya aprobación busca. El individuo que se supone actúe como representante
Parece ser, entonces, que el grano de verdad, en la de su grupo, se considera investido, por introyección, de
afirmación de Simmel, se encuentra en la circunstancia sus objetivos y su poderío. Se identifica con el grupo
de que el conflicto en el cuase persevera con una convirtiéndole en parte de sí mismo, esto es, se enriquece
"conciencia limpia" (como se acaba de definir) es, en lo y agranda su propio yo. Por tanto, sus energías se mul-
general, más radical y despiadado que cuando falta tal tiplican, y su lucha se ve imbuida de sentimientos de
apoyo interno. Por ejemplo, una razón de la menor com- poder, derivados de la fuerza que atribuye a la colecti-
batividad de los patronos norteamericanos en las luchas vidad.•
obreras de la actualidad, en comparación con lo que ocu- No solamente hace al grupo parte de sí mismo, sino
rría hace medio siglo, quizá se encuentre en la creencia que se asimila más al grupo, desistiendo de sus demandas
de que no les asiste un derecho absoluto para aumentar personales, en favor de la causa común. Como ha seña-
al máximo sus ganancias, así en la sociedad como en la lado Kurt Lewin,6 haciendo sacrificios por una organiza-
comunidad de negocios a que pertenecen.' ción aumenta su lealtad hacia ella.' El miembro que
Que el abandono del interés personal en favor de una renuncia, en favor del grupo, a algunos de sus intereses
orientación colectiva aumente la "respetabilidad" de un personales e inmediatos, siente que ha realizado en él una
conflicto, puede depender de que la orientación hacia inversión; que ha proyectado sobre el grupo parte o toda
el éxito individual cuente con la aprobación del sistema su personalidad. A través de la introyección del fin y dé
normativo. la fortaleza del grupo y de la proyección de su propio
Subsiste, sin embargo, la distinción escencial de Sim- yo hacia el grupo mismo, éste viene a ser una extensión
mel, entre el conflicto provocado por metas personales, y de su propia personalidad. Bajo estas condiciones, las
1

132 IDEOLOG!A Y CONFLICTO IDEOLOG!A Y CONFLICTO 188


amenazas al grupo le afectan hasta la medula misma de ción representativa porque se considera portador de una
su personalidad. misión de grupo. El acomodamiento, aceptable y aun
La lucha por una causa supraindividual, despojada deseable en la conducta personal, no le es permitido al
de intereses y deseos individuales (y por tanto discrepan- representante de intereses colectivos que trascienden de
tes), fija la atención sobre el fin inmediato y concentra los "estrictamente" personales.
todas las fuerzas para actúar en un solo sentido. Los indi- A este respecto advertimos la importancia sociológica
viduos imbuidos de la idea de que "representan" o encar- del famoso repudio, por parte de Marx, del "elemento
nan los objetivos del grupo estarán más dispuestos a personal", en su crítica del capitalismo: "Las figuras del
responder a requerimientos impersonales. capitalista y del terrateniente no aparecen pintadas, ni
La Proposición de Simmel exige entonces una aten- mucho menos, de color de rosa. Pero adviértase que aquí
ción especial a esta distinción entre el conflicto en que los sólo nos referimos a las personas en cuanto personifica-
participantes se empeñan como "individuos aislados" y ción de categorías económicas, como representantes de
el conflicto en que participan como representantes de determinados intereses y relaciones de clase." Mi punto
'colectividades en las que han depositado parte de su perso- de vista "no puede hacer al individuo responsable de la
nalidad misma. La segunda clase del conflicto asume un existencia de relaciones de que él es socialmente criatura,
carácter de mayor intransigencia. La respetabilidad de aunque subjetivamente se considere muy por encima de
la falta de "interés personal", a que Simmel se refiere, ellas".• A este respecto, Marx y Simmel están de acuerdo:
es concomitante con la función representativa. U na cul- la lucha de clases debe ser "despersonalizada" de tal suerte
tura orientada hacia el logro individual desaprueba to- que los contendientes en ambos campos aparezcan en sus
davía la prosecución del interés personal en aquellos específicas funciones como representantes de los bandos
sectores en que se espera que el individuo actúe en fun- contrarios. Sólo así la lucha puede alcanzar la intensidad e
ción representativa. La función representativa establece intransigencia que Marx propugna.'0 Insistiendo en el
un límite normativo a la prosecución del interés personal, carácter impersonal de la lucha de clases, Marx se esforzó
aun en un sistema social que está penetrado por la ética por dar al trabajador no solamente la convicción de que
del triunfo personal.• estaba luchando de acuerdo con la "ola del futuro", sino
La noción del papel representativo puede relacionarse también la sensación de que deben aplicarse diferentes
ahora con la primera Proposición, según la cual los gru- normas a sus acciones personales, de una parte y, de
pos se vuelven cada vez más conscientes de su peso espe- otra, a sus acciones como representante de los intereses
cífico a través del con'flicto, y de este modo establecen o y de la organización de clase.
mantienen las fronteras entre ellos mismos y con el exte- La observación de Simmel en el sentido de que la
rior. Parte del significado del concepto "conciencia de lucha se intensifica a través de la despersonalización de
grupo" (o conciencia de clase, como bien puede ser el los objetivos arroja luz sobre un aspecto del papel que
caso) es la transformación de los individuos, con sus con- desempeñan los intelectuales en los problemas sociales.
diciones específicas de vida, en representantes conscientes Los intelectuales han tenido una importancia decisiva al
del grupo. El individuo será más intransigente en su fun- "objetivizar" los movimientos sociales, transformándolos
IIJEOLOGlA Y CONFLICTO 135
134 IDEOLOG!A Y CONFLICTO 1
'j ciente de sí mismo y, al hacerlo, cambiaron su significa-
de intereses de grupo en movimientos ideológicos. Marx do... Naturalmente lo radicalizaron, impartiendo a la
mismo fue, por supuesto, un ejemplo preeminente y carac- postre un sesgo revolucionario a las prácticas sindicalis-
terístico del intelectual que, de acuerdo con las palabras tas más burguesas." 13 ·
de Karl Mannheim, transforma perpetuamente los conflic- Podrían fácilmente aducirse otros ejemplos relacio-
tos de intereses en conflictos de ideas. Los intelectuales nados con el movimiento obrero para ilustrar este aspecto
han contribuido a profundizar e intensificar las luchas, de la función de los intelectuales a la hora de intensificar
despojándolas de sus motivaciones personales y transfor- el conflicto. Precisa realizar muchas investigaciones an-
1
mándolas en luchas sobre "verdades eternas".11 tes·de que los sociólogos logren afirmar con cierta segu-
Precisamente esta función de los intelectuales les ha ridad bajo qué condiciones los intelectuales, proporcio-
ganado la enemistad de los teóricos del movimiento 1 nando y sistematizando la ideología de un movimiento
obrero norteamericano, interesados en reducir los con- 1 y, dándole por tanto, una orientación colectiva, han des-
flictos a los problemas inmediatos en lugar de proyec- empeñado un papel decisivo en la transformación ideo-
tarlos hacia las esferas política e ideológica. En apasiona- j lógica de los movimientos y, en consecuencia, han inten-
da defensa del pragmatismo tradicional del movimiento sificado los conflictos con los estratos y grupos enemigos.
obrero norteamericano y su repudio de la objetivización,
a través de las metas y la estrategia marxistas, Selig Procedamos a examinar ahora el punto de vista de
Perlman escribe: "Ha sido siempre la característica distin- Simmel según el cual el general repudio del aspecto "per-
tiva del intelectual considerar a los trabajadores como sonal'', entre dos partes contendientes con respecto a un
una 'masa' abstracta en las garras de una 'fuerza' abstrac- conflicto, constituye siempre entre ellos un elemento "uni-
ta." "Los trabajadores dejan entonces de ser un con- ficador". Salta inmediatamente a la vista que este ejemplo
junto de individuos que trata de controlar colectivamen- se refiere, de hecho, a dos distintos tipos de conflicto.
te sus oportunidades económicas comunes. En lugar de Uno de estos tipos acaece cuando los partenarios, en
eso, adoptan la forma de una 'masa', impulsada por una la prosecución de un objetivo común, luchan por los
'fuerza' hacia una gloriosa 'meta final'." "En el fondo, mejores medios de lograrlo. Esto se ilustra bien con el
la convicción de los intelectuales descansa... en una fe ejemplo de la controversia científica, presentado por
profundamente enraizada de que los trabajadores son Simmel. Los contendientes tienen en común la búsqueda
algo así como el 'medio elegido' de cualquier fuerza que de la verdad, y para ambos la investigación y las reglas
conforme el destino de la sociedad." 12 En otra publica- para llevarla a cabo son inherentes a los métodos y a
ción, Perlman procede a indicar que la "abstracción" de la ética de la ciencia, y a su meta institucional: el cer-
algo específico e inmediato conduce a la intensificación tificado de capacitación.14 Las argumentaciones teóricas
de la lucha. El ataque de Joseph Schumpeter referido contrapuestas provocan en sus protagonistas conflictos
al papel de los intelectuales en el movimiento obrero relativos a interpretaciones quizás mutuamente exclusi-
resulta comprensible en este contexto: "Los intelectuales vas, pero en este caso el conflicto no sólo implica un
-dice Schumpeter-, verbalizaron el movimiento, lo punto común de referencia y la aceptación de reglas co-
t
abastecieron con teorías y consignas... lo hicieron cons- 1

1
\
136 IDEOLOGtA Y CONFLICTO IDEOLOGtA Y CONFLICTO '37
munes, como sucede en los casos que serán discutidos en dos aquellos que encierran una causa supraindividual,
el próximo capítulo, sino también una meta común. otros elementos unificadores se encuentran presentes o se
Simmel habla también del conflicto en el cual la fun- desarrollan durante el conflicto. La objetivización no
ción "unificadora" no radica en la aceptación, por ambos es un factor unificador, a menos que acompañe a otros
partidos, de un objetivo, y de métodos comunes para elementos que tiendan a unir, verbigtacia, una meta
alcanzarlo, sino en el mero repudio, por ambos, de la común. El próximo capítulo examinará otros "factores
motiv ción egoísta y la adhesión a una causa supraindi- igualadores" nacidos del conflicto.
vidual. La diferencia de este caso con el primero no es
meramente de gtado, según Simmel apunta. En realidad, Para reformular la Proposición de Simmel:
el efecto de la objetivización, en este caso, puede ser Los conflictos en los cuales los contendientes sienten
justamente todo lo contrario de unificador: traza una que sólo participan como representantes de colectivida-
línea definida de demarcación entre los antagonistas, con des y gtupos, que no luchan para sí, sino únicamente
el resultado bien probable de que cada uno se esfuerce por las ideas del gtupo que representan, probablemente
en derrotar al otro por medio de una lucha despiadada. serán más radicales y despiadados que otros cuya ani-
En este caso la crítica de Simpson parece ser válida: lo madversión se mueve por razones personales.
que se integta primariamente es cada partido o sector, La eliminación del elemento personal tiende a agu-
dentro de sí. Un movimiento obrero revolucionario, dizar el conflicto, por la ausencia de elementos modifica-
. empeñado en derribar las relaciones de propiedad exis- dores que los factores personales introducen normalmen-
te. El moderno movimiento obrero marxista ejemplifica
tentes, y una organización patronal comprometida en
los efectos radicalizodores de la objetivización del conflic.
defenderlas, pueden estar de acuerdo en descartar los
to. Los alineamientos ideológicos estrictos tienden a pre-
argumentos y "animosidades" personales (uno se pregun· sentarse más bien en las estructuras rígidas que en las
ta, a propósito, si éste ha sido en general el caso); empero, flexibles.
este "campo de coincidencia", es de importancia secun- La objetivización del conflicto probablemente será un
daria desde el momento en que se ponen de "acuerdo", elemento unificador para los partidos contendientes,
precisamente sobre este punto, para perseguir metas cuando ambos persigan el mismo propósito: por ejem-
diametralmente opuestas. plo, en las controversias científicas, en las que el asunto
Si la objetivización de que habla Simmel conduce a debate es el establecimiento de la verdad.
a un rompimiento del consenso, el uelemento común"
en el conflicto afecta únicamente áreas superficiales de
las relaciones. Se trata sólo del acuerdo de rei\unciar a
ciertos métodos de lucha, tales como el vilipendio perso-
nal. En el curso de éste, la lucha implica la integtación
dentro de cada partido, para ponerlo en condiciones de ,1
rechazar los valores y metas del otro. -it
No obstante, en la mayoría de los conflictos, incluí-
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¡

¡
'
1 CONFLICTO- EL UNIFICADOR 139

dones. En otra parte de su ensayo sostiene que "las


VII. CONFLICTO - EL UNIFICADOR

PROPOSICIÓN 13: El conflicto liga a los contendientes.


! relaciones mutuas de los grupos primitivos casi siempre
son relaciones de hostilidad", hasta tal punto que "en
los primeros estadios de la cultura, la guerra es casi la
Si. . . una lucha tiende simplemente al aniquilamien
única forma de establecer contacto entre grupos extra-
to, se asemeja más al caso marginal del asesinato, en el ños". Si bien esto es, con toda seguridad, una exagera-
¡· ción, a la luz de los últimos descubrimientos antropoló-
cual el agregado de elementos unificadores es casi cero.
Si, no obstante, existe cualquier consideración, cualquier
' gicos," la guerra, tanto en sus formas más primitivas como
límite a la violencia, entonces hay ya un faclor iguala­ en las más modernas, es ciertamente uno de los medios
dor, aunque sólo sea con respecto a la índole dt: la vio­ 1
de establecer contacto entre los grupos. Con frecuencia
lencia. Kant dijo que toda guerra en que los beligerantes 1 la guerra ha conducido (como, por ejemplo, lo demues-
1
no imponen entre sí algunas restricciones en el uso de tran ampliamente la historia romana y la historia del
los medios posibles, necesariamente. .. se convierte en
una guerra de exterminio. Es casi inevitable que se
! imperialismo moderno) a la mutua fecundación de cul-
turas que antes no tenían entre sí relación alguna, y ha
introduzca un elemento de comunidad en. .. la enemistad,
tan pronto como la etapa de violencia franca cede su establecido relaciones donde no existían.
lugar a otra relación, aunque esta relación nueva no mi­ Por supuesto Simmel estaba enterado de que las gue-
tigue la animosidad entre los dos contendientes. rras a menudo han dado por resultado la casi completa
Uno se unifica para luchar, y lucha bajo el control 1 destrucción de uno de los contendientes; así fueron casi
mutuamente reconocido de normas y reglas.l totalmente destruidas algunas de las tribus indias de
América y otras culturas aborígenes. Simmel únicamen-
SIMMEL hace aquí dos aseveraciones diversas, pero al mis- te sugiere que la guerra tiende a propiciar otras formas
mo tiempo relacionadas. Asegura que el hecho mismo de acción recíproca, excepto en aquellas circunstancias
de chocar con un contendiente establece relaciones an- extremas en que se asemeja al ataque del asesino contra
tes inexistentes. Se considera al conflicto como un ele- su víctima.
mento de unión de partidos entre los que previamente Aunque son siempre peligrosas las analogías entre
no existían relaciones. Además, Simmel asegura que el los fenómenos sociales en gran escala, como la guerra,
conflicto tiende a establecer reglamentaciones y normas ..•
--
y las normas relativamente más complejas de acción re-
que gobiernan su conducción y restringen las formas cíproca, en este caso nos sentimos justificados al señalar
en que será solucionado. Examinemos por turno estas procesos similares en las relaciones interpersonales. Los
aseveraciones. psicólogos de la infancia han mostrado que la contienda
Por definición, luchar con otro partido significa que o el conflicto es a menudo una de las formas en que
se han establecido relaciones con él. Sin embargo, Sim- los niños inician sus relaciones.• Después de haber dis-
mel pretende algo más que esto: da a entender que tan putado por el uso de un juguete, niños que antes eran
pronto como las relaciones se han establecido a través extraños entre sí pueden convertirse en compañeros de
del conflicto, probablemente surgirán otros tipos de rela- ¡ juego.• Un niño sometido a la prueba de la relación
138 '

l
1
r
fu
>40 CONFLICTO- EL UNIFICADOR CONFLICTO- EL UNIFICADOR '4'
conflictiva, puede jugar, luego, dentro de un grupo. La garantía de por sí, sino sólo gracias a la reglamentación
conducta de los adultos ofrece ejemplos similares. El del contrato, que es social en su origen".7 Las relaciones
conflicto parece ser uno de los medios de trabar conoci- contractuales se establecen realmente sobre un contexto
miento con un extraño, estableciéndose así la base para de normas que existen con anterioridad al contrato, y
otras formas de acción recíproca. no están especificadas en él. La fuerza cohesiva implícita
La acción hostil mutua conduce a menudo a una sub- en un sistema de relaciones contractuales se deriva, en-
secuente interacción amistosa, convirtiéndose el conflicto tonces, no de las ventajas mutuas de las partes que ne-
en un medio de "probar" y "conocer" al extraño. El des- gocian, sino de la "solidaridad orgánica" que existía,
-conocido puede hacerse familiar a través de la lucha. antes de iniciar la transacción. Tanto las leyes como
La segnnda aseveración de Simmel es que el solo las costumbres regnlan el contrato; sin ellas, el contrato,
hecho de empeñarse en una lucha da lugar, excepto en lejos de integrar la sociedad, conduciría a una rivalidad
algnnos casos marginales, a la aceptación común de re- destructora.
glas que regulan la marcha de las hostilidades. Tales Como con el contrato, así ocurre, según Simmel, con
reglas contribuyen a poner en el mismo plano a los par- el conflicto: se dirime, generalmente, dentro de un con-
tidos contendientes, al imponerles restricciones. junto de normas unificadoras y, por tanto, lleva consigo
En primer lugar, la misma aparición del conflicto los elementos de su propia limitación y reglamentación.•
generalmente denota que existe un objeto común de dis- Sin embargo, Simmel avanza un paso más. Da a enten-
cordia. Si no existiese un interés común por algún ob- der que en el curso del conflicto se crean continuamen-
jeto, difícilmente podría surgir un conflicto al no haber te nuevas reglas y se modifican las antiguas. Al suscitar
nada por qué pelear.' nuevas situaciones, que no están definidas parcial o
Además, Simmel asegura que el conflicto, por lo ge- totalmente por reglas y normas, el conflicto actúa como
neral, surge dentro de un conjunto común de. normas y un estímulo para establecerlas. -
regnlaciones, y conduce a su ratificación o extensión. En este punto estará bien considerar, aunque sea
Un conflicto sobre la propiedad de una porción de tierra de pasada, la abundante literatura sobre las reglas de
implica ya que las dos partes en conflicto aceptan la idea la guerra? Lo que hemos dicho acerca del conjunto
de los derechos de propiedad, y las reglas generales sobre común de normas, conforme a las cuales se dirimen gene-
el ejercicio de esos derechos. No pelean por el principio, ralmente los conflictos, parece aplicable a la gnerra, en
sino por su aplicación en este caso específico. Las leyes la cual los beligerantes pueden contar con instituciones
de propiedad definen la estructura del conflicto, no las y normas diferentes u opuestas. Aun así, los intentos
maquinaciones específicas de los contendientes. Las le- efectuados para limitar los métodos de gnerra parecen
yes de propiedad, aceptadas en común por las partes, ser tan viejos como la gnerra misma. Si ambos bandos
constituyen un vínculo unificador entre ellas. se apegan a las mismas reglas, el conflicto asume carac-
Es pertinente al respecto el comentario de Durkhein teres previsibles, de los cuales carecerá en caso contra-
sobre el "elemento no contractual del contrato".• Dur- rio. Ambas partes desean apoyarse en normas que les
kheim afirma que, aun en las relaciones de mercado, permitan calcular las consecuencias de sus actos bélicos.
puramente "interesadas", "un contrato no es suficiente Las reglas de la guerra propician la noción de "respon-
112 CONFLICTO- EL UNIFICADOR CONFLICTO- EL UNIHCADOR 143
sabilidad limitada", que haga improbable la destrucción de ese algo peculiarmente legal, que bien podría llamarse
total del vencido. La reglamentación del trato a los pri- un 'imperativo categórico'." 10 "Porque en cualquier con-
sioneros de guerra llena funciones similares. La instruc- flicto -y las situaciones de conflicto plantean el proble-
ción profesional de los soldados antes de la ruptura de ma legal, por excelencia- el ataque provoca la réplica,
las hostilidades les inculca el respeto por tales reglas, y ese contraataque impone la búsqueda consciente de
de tal manera que, en el combate, no sobrepasen los las soluciones, movimientos conscientes para inducir o
límites de lo que ambos partidos consideran una con- para predominar por otros medios. ·.. Un caso difícil es
ducta adecuada (predecible) . dramático, es memorable; ... su solución, una vez logra-
La continua renovación de la técnica guerrerra crea da, obliga a la repetición, como difícilmente ocurre en
nuevas situaciones que requieren nuevas reglas. Conside- otros fenómenos de la vida." 11
remos la reglamentación del bombardeo aéreo, la guerra El conflicto, como se ha visto, revitaliza las normas
de gérmenes, la guerra de gases y aspectos parecidos. existentes y reestructura las normas para la lucha. En
Por supuesto, los contendientes no se adscriben ni acep- el examen de la sociología de la ley, por Max Weber,
tan fácilmente las reglas, como lo atestiguan las recien- encontramos una formulación semejante. Weber pre-
tes discusiones sobre las armas atómicas. Sin embargo, gunta: "¿De dónde se deriva el elemento 'nuevo' en la
las nuevas situaciones de guerra presionan a los conten- ley consuetudinaria?" y explica:
dientes a adoptar un mínimo de reglas y normas, permi-
tiéndoles de esta manera estimar el impacto de las nuevas Cabe contestar que se deriva de los cambios en las con·
técnicas sobre la conducción del conflicto. diciones externas de vida que lleva consigo, al nacer,
Lo que se ha dicho acerca de la guerra entre conten- modificaciones de la "armonía consensual" empíricamen te
dientes con culturas desiguales se aplica a foTtio?"i a los prevalente. Pero el solo cambio en las condiciones
conflictos entre contendientes de un mismo nivel cultu- externas no es ni suficiente ni necesario para explicar los
ral; en ambos casos se da nacimiento a nuevas normas cambios en la "armonía consensual". El elemento realmen te
y reglas, de acuerdo con las nuevas ·situaciones. K. N. decisivo ha sido siempre una nueva linea de conducta que
Llewellyn y A. Adamson Hoebel ilustran este punto en da lugar ya sea a un cambio en el significado de las
su estudio del conflicto y de los precedentes en la juris- leyes existentes, o a la creación de otras nuevas. Varios
prudencia primitiva: "Éste es el caso de los tropiezos o tipos de personas participan en esas transformaciones. Pri­
dificultades -escriben-, que dramatizan una 'norma' mero... aquellos individuos que están interesados en al­
o un conflicto de 'normas' acaso latentes hasta entonces. guna acción colectiva concreta. Tales individuos pueden
cambiar su conducta. . . ya sea para proteger sus inte·
Obliga a una atención consciente, y a la consiguie.nte defi-
reses, bajo las nuevas condiciones externas, o simplemen­
nición de los problemas; .. Reclama una solución tal que
te para estimularlas de manera más efectiva bajo las con­
puede ser creación. Exige una solución de tal naturale- diciones ya existentes. Esto dará por resultado una nueva
za que pueda ser recordada, quizá en palabras claras, "armonía consensual", y algunas veces nuevas formas de
resonantes. Es un experimento más hacia una ejempli- asociación racional con nuevos significados sustantivos;
ficación nueva, clara y más rigurosa tanto de una conducta estas formas, a su vez, engendran una nueva conducta
como de una 'norma' reconocida y reconocible dentro consuetudinaria.12
CONFLICTO -EL UNIFICADOR '45
'44 CONFLICTO- EL UNIFICADOR
Se puede decir que los co_nflictos son "productivos"
Aunque Weber continúa considerando ciertos casos en dos formas' interrelacionadas: I) Conducen a la modi-
en que surgen nuevas leyes de fuentes ajenas a las ac- ficación y creación de leyes; 2) La aplicación de nuevas
ciones de los individuos, para nuestro objeto es suficiente leyes provoca el desarrollo de nuevas estructuras insti-
señalar que otro autor está de acuedo en que la pugna . tucionales, que contribuyen a reforzar esas nuevas leyes
. de "intereses" (entendida en un sentido general, no eco- y reglas.16
nómico) conduce a la creación y modifitación de las leyes. La Proposición de Simmel sugiere que el conflicto
Estas observaciones sobre los aspectos conflictivos, posee una tercera función unificadora, también señalada
creadores de leyes, se aplica más directamente a la en la cita anterior de Llewellyn y Hoebel, a saber: que el
Jurisprudencia que a otros tipos de leyes. Escribiendo conflicto suscita entre los contendientes en particular y
sobre la Jurisprudencia, Dean Roscoe Pound afirma: de la comunidad en general, la conciencia de normas y re-
"La característica sobresaliente [del método de los pre- . glas que permanecían latentes antes del conflicto.
cedentes judiciales] es la confianza, respecto al material Aquí surge otra sorprendente similitud entre las teo-
legal positivo, en las decisiones judiciales recaídas con rías de Simmel y Durkheim. Durkheim, en su famoso
motivo de litigios concretos", 13 y Walton H. Hamilton estudio del crimen, asegura que éste es un fenómeno
escribe al comentar el procedimiento judicial: "El carác- "normal", no sólo porque está íntimamente ligado con
ter del procedimiento judicial está determinado por la las condiciones fundamentales de la vida social, de tal
iniciación del litigio... En el ejemplo, los litigios están manera que las formas particulares de violación de las
controlados por las reglas; en la generalidad de los casos, normas correspondn a tipos particulares de sociedad, 17
las reglas están controladas por los litigios." 14 sino también porque llena una función integradora en
Apenas necesitamos documentar en detalle el hecho todas las sociedades: "El crimen agrupa y concentra to-
de que la promulgación de una nueva ley tiende a ocu- das las conciencias honradas." 18 En cuanto despierta los
rrir en aquellas situaciones en que el conflicto ha sus- sentimientos de la comunidad sobre las consecuencias
citado la necesidad de crear nuevas reglas. Cualquier resultantes de infringir las normas, el crimen, de acuerdo
libro de texto sobre el proceso legislativo, o aun la refe- con Durkheim, contribuye al renacimiento y al mante-
rencia a la prensa diaria proporciona amplia documenta- nimiento de los sentimientos de comunidad; es "un
ción. factor de salud pública, una parte integrante de las
Podría llevarse a cabo una interesante investigación sociedades sanas''.10
acerca de la relación que existe entre la incidencia del Basta reemplazar "el crimen", que en algunos casos
conflicto industrial y las leyes que regulan las relaciones puede ser una forma de conflicto, por el "conflicto" en ge-
obrero-patronales," o entre el acaecimiento de desórde- neral, para llegar al significado que da Simmel a la función
nes en las prisiones y la reforma penal. La contribución integradora de la conducta antagónica.20 El conflicto,
de los "Testigos de Jehovah" en la redefinición de las para Simmel, de la misma manera que el crimen para
libertades civiles y religiosas, durante la última década, Durkheim, pone de manifiesto la necesidad de aplicar
desafiando -abiertamente ciertas reglamentaciones y ban- reglas que, de no haber ocurrido ningún conflicto, po-
dos de policía, necesita ser explorada en forma más com- drían permanecer latentes y olvidadas, como las mo jo-
pleta.
146 CONFLICTO- EL UNIFICADOR CONFLICTO- EL UNIFICADOR 47
1

neras entre propietarios territoriales que nunca han pe- entre las partes antagónicas, aunque no hayan existido
leado por cuestión de límites. Quienes se empeñan en una previamente relaciones entre ellas. También ocurre den-
conducta antagónica hacen penetrar en la conciencia las tro de un conjunto de normas que prescribe las formas
normas básicas que gobiernan los derechos y deberes de en que el conflicto suele solucionarse. El conflicto actúa
los ciudadanos.21 De esta manera, el conflicto intensifica como un estímulo para el establecimiento de nuevas re-
la participación en la vida social. Esta misma conciencia glas, normas e instituciones, convirtiéndose en un agen-
de la necesidad de normas que gobiernen la conducta de te de socialización entre ambos partidos contendientes.
los ciudadanos hace que los antagonistas adquieran con- Además, el conflicto reafirma las normas latentes, y de
ciencia de su adscripción al mismo universo moral. esta manera intensifica la participación en la vida social.
De acuerdo con algunas interpretaciones de la Propo- Como un estímulo para la creación y modificación de
sición de Simmel, lo que de hecho une a los partidos no normas, el conflicto realiza el a juste de las relaciones a
es el conflicto como tal sino, más bien, los valores que las condiciones modificadas.
comparten; en consecuencia, la integración debe acredi-
tarse más bien a los valores comunes que a la conducta PROPOSICIÓN 14: InteTés en la unificación del enemigo.
antagónica. Ésta no es una interpretación satisfactoria.22
En vista de la utilidad incomparable de una organiza­
Simmel muestra que los valores o normas unificadoras
ción unificada para fines de lucha, es de suponer que
penetran en la esfera del conocimiento a través del con- todos los partidos estarán muy interesados en la falta de
flicto, de modo que el conflicto, lejos de ser solamente unidad del partido antagónico. Sin embargo, existen va­
incidental en la afirmación de valores comunes, es un rios casos que prueban lo contrario. La cohesión interna
agente por medio del <mal se afirman estos valores. a que un partido se ve empujado por el conflicto, proli­
Este estudio de la modificación y creación de normas fera más allá del partido mismo y le hace desear que
en el conflicto y a través de él, nos capacita para ver Inás el antagonista, también, adopte esa forma. En las luchas
claramente las razones de por qué el conflicto puede entre trabajadores y patronos de las últimas décadas,
llenar una función en las sociedades. Como veremos éste ha sido el caso más evidente.::!3
pronto con mayor detalle, el conflicto es un mecanismo
por medio del cual puede realizarse el a juste a nuevas La Proposición anterior sostiene que el conflicto tien-
condiciones. U na sociedad flexible se beneficia de una de a introducir un elemento común entre los adversarios
conducta antagónica, en la medida en que esta conducta, sometiéndolos, por igual, a normas y reglamentaciones
a través de la creación y modificación de normas, asegura que gobiernen la lucha. Simmel sugiere ahora que, si
la permanencia de ellas aun en distintas condiciones. todo partido desea que su contrincante actúe de acuerdo
Por otra parte, un sistema rígido, al no permitir el con- con sus mismas normas, puede llegar a desear tanto
flicto, impedirá los ajustes necesarios, y elevará al máxi- su propia unificación y quizás su cohesión como la de su
mo el peligro de un derrumbamiento catastrófico. antagonista. La paradoja inherente al deseo de que el
contrincante tenga una forma ventajosa de organización
Reformulemos ahora la Proposición de Simmel: la explica Simmel de éste modo: cada contendiente desea
El conflicto puede iniciar otros tipos de interacción entenderse con su adversario a un nivel de las técnicas

,;.,.
'48 CONFLICTO- EL UNIFICADOR CONFLICTO -EL UNIFICADOR '49

de lucha que él encuentra idóneas para su propia es- y múltiples, el adversario mejor organizado puede prefe-
tructura interna. Es difícil para un ejército moderno rir que el más débil no luche con "armas in-egulares"
luchar con un enemigo que opera empleando la táctica (que corresponden a una distinta estructura de organiza-
de guen-illas; un sindicato unificado en una federación ción), sino que use armas similares a las suyas, haciendo
encuentra difícil sostener un conflicto con empresas dis- posible la lucha de acuerdo con reglas semejantes.
persas de pequeños empresarios. Además, un canten· Para valorar y documentar este argumento, nos con-
diente puede desear que su contrincante sea tan cohe- centraremos en el campo de las relaciones industriales.
rente como él, para facilitar la resolución de los conflictos. Otras esferas, tales como la de la estrategia bélica, parecen
Aun así, la posición de Simmel contiene todavía ele- proporcionar ilustraciones igualmente apropiadas.
mentos de una paradoja no resuelta. Es obvio, y Simmel Parece evidente que la unificación de la gerencia
lo reconoce, que un general que cuente con una orga- tiende a mantener la paz con los sindicatos unificados,
nización castrense centralizada, no ayudará a su adversa- condicionándose mutuamente ambos grupos en la me-
rio a estructurar un ejército bien disciplinado antes de dida en que el conflicto externo fortalece la cohesión de
invadir su país, ni un empresario ayudará a estructurar cada uno.
una organización obrera unificada para tratar con sus Como han subrayado Frederick H. Harbison y Robert
trabajadores. El principio de "divide y vencerás", a me- Dubin:
nudo impera en situaciones de esa índole. La proposi-
ción parece aplicable únicamente en la medida en que ya El gigantismo de la industria conduce al gigantismo por
existe un nivel de lucha en el cual los partidos conten- parte del trabajo organizado. Lo contrario también es cier­
dientes han alcanzado igualar, poco más o menos, sus to. En la industria carbonífera, por ejemplo, la presión
fuerzas. regional y, más tarde la presión nacional del Sindicato
Unido de Mineros, hizo necesaria una fuerte organización
Si un adversario perfectamente organizado se enfren- patronal para alcanzar la meta de la contratación colectiva.
ta a uno que apenas lo está, como sucede actualmente en En cualquier industria cuyas unidades económicas son pe­
las guen-as coloniales, y sucedía en las relaciones obrero- queñas y se enfrentan, como grupo, a la fuerzunificada
patronales antes del advenimiento del sindicalismo, el de un poderoso sindicato internacional, la contratación so­
fuerte no se sentirá inclinado a estimular la unificación bre base múltiple es, a menudo, el único medio de protec­
del débil. Igualmente, en una sociedad totalitaria, la ción mutua. . . La contratación celectiva entre poderosos
concentración del poder en la cima requiere la atomiza- sindicatos y grandes empresas, frecuentemente conduce a la
ción, más bien que la cohesión de la·resistencia interna. centralización interna de la facultad de decidir, y a la de­
Allí donde el adversario no es cónsiderado como un anta- terminación de la política, en ambos lados.24
gonista capaz de empeñarse en una reacción potencial-
mente dañina, sino una víctima desvalida, la observación Pero aún más, la Proposición de Simmel sugiere que
de Simmel parece que no se aplica. el conjunto de reglas comunes, dentro de las cuales ope-
Cuando, por el contrario, existe un equilibrio aproxi- ran los sindicatos y las administraciones modernas, pro-
mado de poder, como sucede en las sociedades pluralistas pician el interés mutuo de que el contrario se apegue a
•so CONFLICTO -EL UNIFICADOR CONFLICTO-EL UNIFICADOR 1!)1

las reglas, aun en situaciones de conflicto. Esta obser- A menudo, los sindicatos también están de acuerdo
vancia de las reglas requiere, sin embargo, una organiza- en que la contratación colectiva puede lograrse más efi-
ción coherente y disciplinada. cientemente con patronos organizados. Esto explica por
Así notamos que Samuel Gompers, el padre del mo- qué "en la gran mayoría de los casos... los sindicatos no
derno movimiento sindical norteamericano, favoreció de- se han opuesto, y aun han acogido con beneplácito la
cididamente la organización de los patronos, y declaró: formación de asociaciones patronales, y que en algunos
"Damos la bienvenida a la organización de los patronos. casos los empresarios se hayan organi:wdo a instancias y
Sabemos una cosa, que la existencia de una organización con la ayuda del sindicato".29 Así a veces, por ejemplo,
fundada sobre una base racional, propicia una tendencia en la industria del vestido, los sindicatos han forzado a
más definida hacia el acuerdo entre patronos y trabajado- los patronos a formar asociaciones para evitarse la con-
res." 25 Igualmente se ha informado, a últimas fechas, que tratación con numerosos pequeños empresarios.
los sindicatos alemanes solicitaron de las autoridades mi- Este examen limitado ha mostrado la necesidad de
litares norteamericanas que permitieran la reorganización estudiar bajo qué circunstancias opera la Proposición
de las asociaciones patronales, quizá para tener con quien de Simmel.60 La primera condición que debe llenarse es
poder contratar bajo buenos auspicios." la mencionada al principio de esta exposición: cada ban-
En la medida en que las relaciones obrero-patronales do sólo deseará, probablemente, la unificación del con-
se formalizan y se vuelven rutinarias, cada bando estará . tt·incante si siente que las fuerzas de ambos están relativa-
interesado en impedir que el comportamiento de los mente equilibradas. La distinción que Mills hace entre
miembros del bando contrario se desenvuelva "fuera de conservadores "prácticos" y "adulterados" 31 parece de-
las reglas". Esto ha sucedido frecuentemente en los úl- pender de este requisito. El ala conservadora "adultera-
timos años. C. Wright .Milis cita algunos contra:tos co- da" de la economía norteamericana, reconociendo el
lectivos en los cuales los dirigentes sindicales garantizan poder de los sindicatos, ha aceptado la necesidad de con-
a los patronos en contra de las huelgas locas, de tal ma- vivir con ellos, y de aquí el deseo de que la estructura de
nera que los "trabajadores que secundan a los militantes los sindicatos sea semejante a la suya, para que puedan
indisciplinados, y actúan sin la debida autorización, es- confiar en un conjunto de reglas comunes.'"' Los conser-
tán su jetos a castigos. Evitar las huelgas es responsa- vadores "prácticos" todavía consideran que no existe un
bilidad común de la empresa y del sindicato. Ambos se equilibrio aproximado de fuerzas entre ellos y los traba-
convierten en agentes disciplinarios para someter a los jadores, y que los sindicatos son tan débiles que pueden
elementos descontentos en las filas de los trabajadores ser aplastados.
sindicados".27 Este estudio se ha limitado a las relaciones obrero-pa-
Existe un acuerdo tácito entre el sindicato y los em- tronales. Parecería aplicable a otros casos, por ejemplo
presarios para proteger las relaciones contra los trastornos a las relaciones entre las dependencias administrativas
que pueden provocar representantes no autorizados. Cada federales y sus clientes. La burocratización de un grupo
bando estará entonces interesado en la estructura cohe- conduce, al parecer, a la burocratización de su adver-
rente del otro.""· sario. El trabajo de Ph1lip Selznick sobre la Adminis-
1.!)2 CONFLICTO- EL UNIFICADOR CONFLICTO"EL UNIFICADOR 153
tración del Valle del Tennessee (TVA)"' ilustra abun- Hicimos notar anteriormente que la continua parti-
dantemente el dilema e una organización .típicamente cipación en conflictos tiende a propiciar la aceptación,
descentralizada, la cual, en los conflictos con sus adver- por ambos contendientes, de reglas comunes que regulen
sarios regionales y locales, se ve forzada a acomodarse su desarrollo. Ahora podemos agregar que, bajo las con-
gradualmente a las organizaciones centralizadas, tales diciones descritas, el conflicto también exige una estruc-
como la Federación Agrícola Americana_ Las organiza- tura orgánica común, para facilitar la aceptación y la
ciones de tipo. centralizado y burocrático preferirán tra- observancia de reglas comunes.
tar, tanto en un conflicto como en las negociaciones sub- r
1¡ Como la meta de un conflicto real es obtener resul-
secuentes, con organizaciones burocráticas. tados específicos, se llega a la conclusión de que los con-
tendientes no tienen interés en continuarlo después de
Reformulamos, ahora, la Proposición de Simmel: ..11 obtener dichos resultados. La centralización de la estruc-
Teniendo en cúenta las ventajas de una organización
tura interna de cada contendiente asegura que, una vez
unificada, con vistas a triunfar en el conflicto, debería
logrados estos resultados, se puede alcanzar la paz y man-
suponerse que cada partido desea vehementemente la fal-
tenerla efectivamente en la medida en que prevalecen las
ta de unidad de su antagonista. Sin embargo, esto no es
mismas condiciones; Esto plantea una nueva pregunta:
siempre verdad. Si existe un equilibrio relativo de fuer-
¿cómo puede evaluarse el poder relativo, como base para
zas entre los contendientes, el partido unificado preferirá
·¡a paz? Examinaremos esta pregunta en la siguiente Pro-
un adversario unificado. posición.
Los sindicatos obreros a menudo han preferido con-
tratar con asociaciones patronales, en vez de hacerlo con í. PROPOSICIÓN 15: El conflicto establece y mantiene el
empresarios aislados. Aunque las huelgas podrían exten- equilibrio del poder.
derse y prolongarse más, en tales casos, ambos partidos
El prerrequisito más efectivo para impedir la lucha, el
prefieren que el conflicto se desarrolle de acuerdo con
exacto conocimiento de la fuerza relativa de las dos partes,
sus propias estructuras. únicamente contratando con or- a menudo sólo se puede lograr luchando."'
ganizaciones representativas de los empresarios, los tra-
bajadores pueden sentirse seguros de que el resultado no f- Aquí parece que Simmel anticipa otra paradoja: la
ri
se verá comprometido por los patronos independientes; forma más efectiva de impedir un conflicto, es la revela-
correlativamente, los empresarios tenderán a preferir los "' ción de la fuerza comparativa, la cual sólo es posible, en
tratos con organizaciones obreras unificadas que pueden 'r muchos casos, a través de la lucha. No obstante, como
controlar a los miembros "indisciplinados" o autónomos. veremos, esta paradoja contiene elementos de gran im-
Enfrentándose a una serie difusa de enemigos, se pueden portancia para la teoría del conflicto.
ganar, más a menudo, victorias aisladas, pero muy rara- La paradoja proviene del hecho de que el conflicto,
mente obtener resultados decisivos, susceptibles de esta- como algo distinto de otras formas de interacción, siem-
blecer relaciones más duraderas. Esto explica la aparente pre implica el uso de la fuerza, siendo difícil evaluar la
paradoja de que cada adversario pueda ver la ventaja de 'li fuerza relativa de los contendientes antes de que el con-
su enemigo como su propia ventaja. · flicto haya solucionado el caso.
\-
54
1 CONFLICTO- EL !Jr<IF(CADOR J
r CONFLICTO- EL UNIFICADOR 155

Cualesquiera que sean los objetivos de las partes en 1 guardar relación con la capacidad de dar fuerza a nues-
conflicto, la fuerza (la posibilidad de influir la conducta tros argumentos."'
del otro, de acuerdo con nuestros propios deseos)85 es ne- En el conflicto, como algo distinto de la competencia,
cesaria para lograrlos. el "mérito" depende, cuando menos parcialmente, de la
En este caso debemos distinguir entre conflicto y com- afirmación del poder. Así, si ambos grupos contendien-
petencia." En una competencia se puede declarar quién tes reclaman la posesión de un objeto dado, su asignación a
es el vencedor, de acuerdo con un criterio previamente uno de ellos puede estar determinada tanto por el po-
establecido para calificar a los contendientes. Aquel der relativo de que cada uno dispone como por la esti-
que se ajusta mejor a este criterio -el corredor más ve- mación de las necesidades relativas fundadas en determi-
loz, el escritor más brillante, el mejor saltador-, es de- nadas normas.""\§ra evitar el conflicto, tenemos que
clarado triunfante. Pero, en un conflicto, tal criterio no disponer de algunos otros medios de averiguar el poder
se encuentra tan llanamente a la disposición de los relativo"0Sin embargo, parece que sin una previa expe-
antagonistas. Esto no significa, por supuesto, que no • riencia;-'únicamente algunas clases de poder pueden ser
exista. estimadas con cierta exactitud. Posiblemente en el orden
Sin duda, las sociedades cuentan con mecanismos para económico, como el dinero es una medida común de los
la determinación y el ajuste de las demandas contrapues- valores, las estimaciones del poder financiero (cuando
tas, y la asignación de recursos, de acuerdo con alguna puedan aislarse del poder social) pudieran hacerse con
escala de "mérito". Los preceptos éticos y legales limitan relativa facilidad. Pero no existe una medida común,
la distribución desigual de los derechos entre los grupos parecida al dinero, para valorar el poder no económico.
e individuos. Una de las principales funciones del Go- "No puede idearse ningún medio de cambio que para
bierno es la de árbitro final en los intereses antagónicos. estimar el poder combativo guarde la misma relación que
Sin embargo, como es muy rara la perfecta armonía la moneda guarda con la estimación de valores económi-
entre lo que los individuos y grupos deben y lo que quie- cos." 40 El poder es más difícil de estimar que la riqueza.
ren hacer, en cuanto existan discrepancias entre la mag- Simmel da a entender que esta misma dificultad es uno
nitud o calidad del poder, posición social y riqueza de de los obstáculos para la prevención del conflicto.
que disponen los grupos, y la cuantía a que éstos se con- LEs necesario distinguir entre el conflicto y los intere-
sideran con derecho, la afirmación de la fuerza es la for- ses antagónicos que surgen como consecuencia de las res-
ma más efectiva de decidir las demandas. Un grupo que pectivas posicios de las personas o grupos dentro de la
no es capaz de hacer valer sus intereses no contará con la estructura social. JDadas las funciones respectivas de tra-
simpatía de los demás en apoyo de sus demandas. Como bajadores y patrofÍos en una sociedad capitalista, se puede
Sumner lo plantea con su acostumbrada rudeza: "Ningu- decir que los intereses de ambos son antagónicos. Con
na doctrina conforme a la cual un verdadero a juste de todo, los conflictos entre ellos, como en las negoCiaciones
intereses es el resultado del libre juego de éstos, puede colectivas o durante las huelgas, pueden caracterizar sus
implicar que un interés menospreciado adquirirá dere- relaciones, de un modo sólo esporádico. De igual ma-
chos."" El hacerse entender y ser escuchado no deja de nera, en el plano internacional, siendo antagónicos los
,,'\

'56 CONFLICTO- EL UNIFICADOR CONFLICTO -EL UNIFICADOR 157


intereses de los Estados nacionales, pueden éstos entrar que el conflicto puede ser un importante mecanismo equi-
e!l conflicto únicamente en determinadas ocasiones. Esta librador, dentro de una sociedad: Ccimo ha dicbo E. T.
distinción hace inteligible la proposición de Simmel. -Hiller, en su brii!ante análisis sociológico de la huelga:
la fuerza del adversario pudiera ser medida antes "La huelga es una prueba de resistencia económica -un
de sobrevenir el conflicto, los intereses antagónicos po- proceso de atrición- cuyo resultado se determina por
drían ajustarse sin rtecesidad de lucha; pero cuando no los recursos relativos de los contendientes." 43 "Cada uno
existen medios para una medición a priori, únicamente calcula los límites de sus recursos con respecto a los de
la lucha puede,proporcionar el conocimiento exacto de la su contrincante, y sopesa las pérdidas inevitables contra
fuerza relativ':)Como, a menudo, el poder sólo se puede las posibles ganancias." 44 Q..a suspensión de las hostili-
apreciar ejerciéndolo, con frecuencia únicamente pue- dades se logra en el punto de equilibrio entre los recursos
de lograrse un acomodo después que los contendientes con que cuenta cada contendientei El ·acuerdo a que se
han medido sus respectivas fuerzas durante el conflicto.) llega está basado, no ya en una !.IDéación-de.los princi-
Los esfuerzos desarrollados con motivo de la me P s,_sino_enJa fuerza, por medio de la cual cada
ción o el arbitraje de intereses antagónicos tropiezan con lino propugna la obtención de las mejores condiciones
la dificultad de quevaluación real de las relaciones posibles dentro de los límites impuestos por los códigos y
de fuerza entre los contendientes apenas puede hacerse las·presunciones establecidas por' la sociedad." •• "Cuan-
antes de que dicha fuerza se establezca a través de la lu- . do,clurante las épocas de paz industrial, las irritaciones
cha. "El mediador -dice Simmel-, únicamente puede alteran el equilibrio establecido, en forma tal que pro-
lograr la reconciliación si cada contendiente considera vocan conflictos manifiestos, el acuerdo debe lograrse a
que la situación objetiva justifica la reconciliación y hace través de un nuevo equilibrio de todas las fuerzas que
ventajosa la paz." 41 La dificultad de estimar la fuerza pueden ser agrupadas para solucionar el problema." 46
explica por qué los contendientes recurren con frecuencia Así, el juicio por atrición puede servir para revelar la
a un "juicio por atrición" para permitir una evaluación·. fuerza relativa de los contendientes, y una vez que la fuer-
(2:Como el conocimiento exacto de la fuerza relativa pue- za relativa se ha averiguado, puede·ser más fácil, para los
de lograrse sólo por una prueba real, ésta puede ser el contendientes, lograr entre sí un nuevo acomodo. La lu-
único medio de garantizar a cada contendiente, que está cha puede surgir porque los contendientes rechacen una
obteniendo todas las ventajas que la coerción le depar 2 transacción a la cual se llegó anteriormente, si se consi-
Si no se dispone, o no se cree disponer de otros me- dera que ya no corresponde a las nuevas relaciones de
dios sucedáneos, la única forma de reconsiderar Ja poten- fuerza. Una vez que la fuerza respectiva de los conten-
cialidad de los contendientes, es el empleo del Qarma de dientes se ha averiguado mediante el conflicto y a través
última instancia". Así, los objetivos e interesesincom- de él, se puede establecer un nuevo equilibrio, y la rela-
patibles, en la industria, conducen a una lucha, y ésta ción puede mantenerse sobre esa nueva base.47
ayuda a definir la fuerza relativa de los contendient
Reformulemos, ahora, la Proposición de Simmel:
Si la lucha es el medio más efectivo de establecer la
El conflicto consiste en una prueba de potencialidad
-fuerza relativa de los intereses antagónicgs, es evidente entre partidos antagónicos. El arreglo sólo es posible si
•s8 CONFLICTO- EL UNIFICADOR

cada uno de los contendientes tiene conciencia de su fuer-


za relativa. Sin embargo, por paradójico que parezca, tal VIII. EL CONFLICTO RECLAMA LA FORMACióN
conocimiento, muy frecuentemente, puede sólo ser logra- DE ALIANZAS
do a través del conflicto, cuando resultan inexistentes, al
parecer, otros mecanismos, para probar la fuerza respec-
PROPOSICIÓN 16: El ccmflicto crea asociaciones y coali-
tiva de los contendientes. · ciones.
En consecuencia, la lucha puede ser una forma im-
portante para evitar condiciones de desequilibrio, modi-
El conflicto no solamente puede aumentar la cohesión de
ficando las bases de la relación de fuerzas. una unidad existente, eliminando de modo radical todos
A las conclusiones a que llegamos en las páginas an- aquellos elementos que pueden contribuir a hacer confu
teriores arribam- ahora, nuevamente, siguiendo una sas sus fronteras, en la lucha contra el enemigo, sino que
ruta alternativa:lE_ confHcto, lejos de ser destructor y también puede unir a personas y grupos que, de otra ma
desorganizador, puede, de hecho, constituirse en un me- nera, nada tendrían que hacer entre sí. .. La unificación
dio de equilibrar y, por tanto, de mantener a una socie- para la lucha es un proceso tan frecuentemente advertido
dad, como empresa en mar que a veces la simple conjunción de elementos, aun cuan­
do no sea con fines agresivos, aparece a los ojos de los de­
El capítulo precedente h iscutido tres formas dife- más como un acto amenazador y hostil.
rentes conforme a las cuales \e!conflicto establece nexos La fuerza unificadora consustancial al principio del
entre los COntendientes: I) ffia y modifica las normas conflicto no surge en parte alguna con tanto vigor como
comunes necesarias para el reajuste de las relaciones; 2) cuando temporalmente se aísla un área de relaciones com­
Conduce a cada una de las partes en conflicto, dada una petitivas u hostiles. En· determinadas circunstancias, el
cierta igualdad de fuerza, a preferir que la otra copie su contraste entre el antagonismo habitual y la asociación
propia estrutcura de organización para que las técnicas momentánea, para fines de la lucha, puede ser tan marca­
combativas se igualen; 3) Permite establecer más precisa do, que precisamente la hondura misma de la mutua hos­
la fuerza relativa, y de esta manera sirve como un meca- tilidad entre las partes se convierte en causa directa de su
nismo equilibrador que ayuda a mantener y a consolidar conjunción.
las sociedades. La unificación, con el exclusivo fin de defensa, proba­
El siguiente capítulo estudiará otro aspecto de las blemente acaece en la mayoría de las coaliciones de grupm
funciones integradoras del conflicto social. existentes, de modo especial cuando los grupos son nume­
rosos y heterogéneos.
Este exclusivo propósito de defensa constituye un mí­
nimo colectivista, porque aun para el simple grupo y aun
para el individuo constituye la prueba inevitable del instin­
to de conservación. Evidentemente, cuanto más numerosos
y variados son los elementos que se asocian, menor es eJ
número de intereses en que coinciden.1
159
160 LA FORMACióN DE ALIANZAS LA FORMACióN DE ALIANZA' 161

LAs PROPOSICIONES anteriores hicieron referencia a las nes, o, en términos más modestos, puede dar por resul-
funciones unificadoras consustanciales al conflicto, den- tado únicamente la formación de asociaciones momentá-
tro de los grupos ya existentes o que están surgiendo, y neas frente a la amenaza común. La aparición de tales
al efecto socializador que el conflicto ejerce sobre con- asociaciones entre individuos que, de otra manera, per-
tendientes que anteriormente no tenían relaciones entre manecerían aislados, representa el "mínimo" de unifi-
sí. La presente Proposición trata de la función unifica- cación.
dora ejercida por el conflicto, desde un ángulo distinto: El hincapié de Simmel sobre la función del conflicto,
el conflicto conduce a la formación de asociaciones y coa- como creador de asociaciones, llama la atención respecto
liciones de partidos entre .los que no existía ninguna a un aspecto unificador que a menudo ha sido olvidado.
relación. Si varios partidos se enfrentan a un adversario Aun la creación de asociaciones meramente temporales
común, se crean, entre ellos, lazos de unión. puede incrementar la cohesión y estructurar un sistema
Simmel está interesado, en este caso, en lo que Sum- social.
ner ha lamado "cooperación antagonística": "La lucha El conflicto con unos conduce a asociaciones con
por la vida", que según Sumner domina los esfuerzos de otros. En la moderna sociedad occidental, los conflictos
todos los individuos en todas las sociedades, conduce a la a través de tales asociaciones ayudan a reducir el aisla-
cooperaci{m, porque cada individuo se da cuenta de que miento y la atomización social, a la cual se han referido,
puede lograr mejor sus fines uniéndose a los demás. "La desde hace tiempo, muchos comentaristas. Tocqueville
unión es la esencia de la or¡,'< nización, y la organización pudo escribir acerca de los Estados Unidos de I83o:
es el gran instrumento para multiplicar la fuerza de un "Cada individuo está aislado y es débil",• dando así ex-
número de unidades desiguales y disímiles, asociadas para presión a una creencia que será repetida, una y otra
un objetivo común." "Esta unión ha sido convencional- vez, en las generaciones siguientes. Empero, como
·mente denominada cooperación antagonística. Consiste Max Weber vio claramente, la estructura norteame-
en la combinación de dos personas o grupos para satisfa- ricana "no constituía una aglomeración informe de
cer una gran necesidad común, suprimiendo los intereses individuos, sino más bien un bordoneante comple-
antagónicos secundarios." 2 jo de asociaciones estrictamente exclusivas, aunque
Como ejemplo de cooperación antagonlstica se con- voluntarias." 4
sidera aquel en que dos empresarios en competencia se Muchas de estas asociaciones se formaron en la socie-
dan cuenta de que, como empresarios, tienen ciertos inte- dad norteamericana para seguir manteniendo vivos cier-·
reses comunes, opuestos a los intereses de otros grupos, tos conflictos que surgieron de intereses especiales.• Los-
pudiendo agruparse para defender esos intereses, sin conflictos de intereses, que resultan de consideraciones
dejar, por eso, de competir en otros aspectos de sus activi- puramente ocasionales de "individuos aislados", han pro-
dades. El antagonismo contra un enemigo común puede vocado inesperadamente la creación de grupos y asocia-
ser un elemento unificador, en dos sentidos. Conduce a ciones que superan, inclusive, el aislamiento individual
la formación de nuevos grupos con distintas líneas de que tanto preocupaba a Tocqueville. Lo que a juicio
demarcación, ideológicas, de lealtad y de valores comu- de Durkheim se lograrla mediante los nuevos tipos de
lfi2 LA FORMACióN DE ALIANZAS LA FORMACióN DE ALIANZAS 163

órganos colectivos, a la postre se alcanzó en cierto grado La diferencia entre los partidos políticos de los Esta-
mediante las múltiples asociaciones que han surgido de dos Unidos y de Europa se comprende mejor consideran-
los variadísimos conflictos de la sociedad norteamericana. do el efecto diferencial del conflicto sobre dos diferentes
"Una nación sólo puede mantenerse si se intercala una tipos de estructura social. En Europa, los intereses anta-
serie de grupos secundarios lo suficientemente próximos gónicos han conducido generalmente a la formación de
a los individuos como para atraerlos fuertemente a su agrupamientos permanentes para dirigir la lucha polí-
esfera de acción, y arrastrarlos, en esa forma, al torrente tica. Debido a los vínculos relativamente estrechos que
general de la vida social".• sus miembros consideran existentes entre ellos, estos gru-
Al dar nacimiento a asociaciones temporales, el con- ; pos, en la generalidad de los casos, han desarrollado
flicto puede dar cohesión a los distintos elementos de la ideologías específicas que fortalecen el sentimiento de
sociedad. Ello conduce a una acción concertada y da for- comunidad entre los miembros, y ayudan, de esta mane-
ma y orden a lo que Elton Mayo ha llamado "el polvillo ra, a hacer la lucha más categórica. El partido político
de lo individual". Mientras que en los sistemas sociales europeo se caracteriza, por lo general, por su propio siste-
gobernados por un status adscrito, el individuo queda ma de normas y valores, y por una participación relativa-
firmemente impostado en posiéiones bien definidas, en mente importante de sus miembros. El partido político
la moderna sociedad occidental los individuos que se es- norteamericano se asemeja más a una asociación de in-
fuerzan por alcanzar una posición social más alta, deben tereses, divergentes en ciertos aspectos, caso contrario al
atenerse a sus propios recursos. Las asociaciones ocasio- partido europeo típico con una cosmovisión (Weltan-
nales en la sociedad moderna conducen, a través de la schauung) peculiar, aunque la lealtad partidista a ciertos
lucha a establecer una estructura, cooperan a modelar valores del partido7 -quizás sólo percibidos en forma
lo que de otra manera sería el caos, y socializan a los in- vaga- en modo alguno se halla totalmente ausente. 8
dividuos, enseñándoles, a lo largo del conflicto, las reglas En los Estados Unidos, donde no existe traza alguna de
del orden social. elementos feudales -lo que acaso constituye el ejemplo
En esta obra hemos subrayado suficientemente el he- más puro de una sociedad capitalista-, la orientación,
{;ho de que el conflicto ayuda a reunir individuos con esencialmente individualista, hacia el éxito, da lugar a
aspiraciones semejantes en grupos más o menos perma- un tipo de agrupamiento cuyos miembros no tienen otro
nentes, que desarrollan sus propias normas (y posible- nexo que el propósito inmediato.
mente sus propias ideologías) . Sin embargo, ahora esta- Una cultura marcada fuertemente por el pragmatismo
mos considerando áreas en las cuales no puede lograrse y el oportunismo, que otorga grandes premios a los es-
una vida de grupo relativamente estable, como resultado fuerzos coronados por el éxito, se presta a dar nacimiento
de ciertos aspectos de la estructura social, tal como el ca- a una profusión de asociaciones voluntarias para metas
rácter extremadamente individualista de una cultura. En · ocasionales. Esto explica una notable característica de
tales casos el conflicto puede conducir, cuando menos, la política norteamericana, el grado en que el partido
a una asociación de individuos, que de otra manera per- resulta complementado por una forma todavía más amor-
manecerían aislados, para luchar por una meta específica. fa de asociación o coalición: los llamados "grupos de ac-
164 LA FORMACióN DE ALIANZAS LA FORMACióN DE ALIANZAS 165

ción", aunque por supuesto éstos no dejan de existir en evidente ventaja de proporcionar cierta unificación donde
Europa. Los grupos de acción están integrados por indi- ésta no sería posible de otra manera.
viduos y grupos no relacionados y aun antagónicos, uni- • Simmel hace notar, en particular, que los alineamientos
dos para influir sobre la política, en la dirección deseada defensivos únicamente contienen el mínimo de elementos
por los miembros.• unificadores para llevar adelante la lucha, porque los
De la misma manera que el conflicto puede aglutinar participantes, en tales coaliciones, frecuentemente sólo
individuos aislados, también puede reunir grupos y aso- tienen un interés en común, la "supervivencia" de sus
ciaciones aisladas en una cierta forma de coalición.10 Los unidades independientes. La mira de autoconservación
numerosos grupos con intereses regionales o seccionales sólo los impele a unirse en un matrimonio de conve-
se ven inducidos a coaligarse, a unirse con otros grupos de niencia.
intereses paralelos, bajo el influjo de amenazas a su exis- Vemos cómo esos alineamientos se efectúan con una
tencia o de la necesidad de luchar más efectivamente en base mínima, en ciertas coaliciones internacionales. La
la escena nacional. Ésta ha sido la historia de los grupos guerra en contra de la Alemania nazi dio nacimiento a
agrícolas de los Estados Unidos, obligados por el conflicto una alianza de naciones, con intereses y valores de lo
a unirse en federaciones nacionales. Lo mismo que en más variados, cuando no antagónicos -incluyendo a unos
Europa, las coaliciones fueron, a menudo, la única forma Estados Unidos democráticos y capitalistas; cierto número
en que un sistema de partidos múltiples podía unificar de naciones capitalistas pero no democráticas; y la Rusia
efectivamente varios programas y orientaciones diver- stalinista, ni capitalista ni democrática. El peligro común
gentes; así, con frecuencia, las coaliciones norteamerica- a que se enfrentaron temporalmente los obligó a posponer
nas eran la única forma en que podían unirse efectiva- sus diferencias. Cada participante luchó por la super-
mente intereses divergentes en situaciones de conflicto. La vivencia, pero, para sobrevivir, tuvo que recurrir a una
coalición rooseveltiana de los intereses agrarios del Sur coalición con socios que se encontraban igualmente ame-
con los intereses obreros del Norte en la década de los nazados. Solamente los observadores ingenuos de la
treintas ilustra este proceso. escena internacional podían esperar que esta coalición
El grupo de acción, formado para luchar contra adver- se mantuviera inalterable después de la derrota del ene-
sarios específicos, o para defender intereses especiales, es migo común, es decir, cuando la alianza para la autopre-
típico de una sociedad cuya carácter individualista gene- servación había perdido su importancia. La guerra forzó
ralmente dificulta la formación de grupos más duraderos la unificación; pero solamente la forma más simple de
que "exigen" una mayor participación de sus miem- unificación -la coalición-fue adecuada para una situa-
bros." ción de tal índole, en la cual algunos de los socios no
La coalición, como algo distinto de los tipos más per- tenían en común sino el enemigo."'
sistentes de formación y unificación de grupos, permite En términos más amplios, a mayor diversidad estruc-
aglutinar elementos que, por razón de antagonismos mu- tural o cultural de quienes se coaligan, más grande es la
tuos, se resistirían a otras formas de unificación. Aunque posibilidad de que sus intereses difieran y aun sean anta-
ésta es la forma más inestable de socialización, tiene la gónicos, con excepción de los intereses inmediatos. Tal
166 LA FORMACióN DE ALIANZAS LA FORMACióN DE ALIANZAS •67
coalición, si no se desintegra, conviene mantenerla ligada indispensable que los participantes renunciaran a un
al propósito para el cual se formó. Simmel observa, en poco de su libertad de acción, en aras de los intereses
otro lugar, respecto a la estructura de grupos más nume- • del grupo. La coalición, en cambio, limita tales sacrifi-
rosos: "En la medida en que se ensancha el grupo, dis- cios de libertad de acción a los propósitos defensivos u
minuyen las características especiales que · funden sus ofensivos inmediatos. Queda, por tanto, al alcance de
miembros en una unidad social." "Las normas obligato- quienes no deseen renunciar a su libertad en cualquier
rias de toda clase deben ser lo más simples y limitadas otro respecto.
(permaneciendo inalterables los demás aspectos), cuanto Los participantes en la coalición quedan, pues, posi-
mayor sea la esfera de su aplicación." lll bilitados para perseguir sus objetivos particulares en cual-
En los grupos numerosos que procuran la cohesión quier aspecto, excepción hecha del propósito común para
de elementos divergentes, el lazo común de unión debe el que la coalición se ha formado. Cuantas veces se ha
estar basado -dice Simmel-en el mínimo común deno- intentado transformar estas coaliciones en formas de uni-
minador, para que el grupo no se divida. Esta Proposición ·¡
ficación más duraderas y rigurosas, tales como la Sociedad
subraya el mismo criterio, respecto a la coalición de ele- 1
,,J
. de las Naciones, las Naciones Unidas o los diversos pla-
nes europeos de unificación, se ha tropezado con la opo-
mentos en otros aspectos hostiles o indiferentes, y en este
caso la comprensión de Simmel acerca de los grupos nu- l'1 sición de los Estados "soberanos" que se resisten cuanto
pueden a despojarse de su libertad de acción, frente a
merosos se aplica con una fuérza adicional.
En la coalición, que contiene aún menos elementos ',j
otras naciones, aun frente a sus partenarios en la coa-
de cohesión que el grupo numeroso, extendido a intere- lición.
ses divergentes, la meta inmediata debe ser aún más 1 El auge del fascismo en Europa, hacia principios de
exclusivamente el nexo común, porque otros propósitos la década de los treintas, tuvo como consecuencia la
pueden activar aquellas hostilidades que los miembros han formación de los frentes populares, coaliciones defensivas
propuesto para concentrarse en el objetivo inmediato. Si entre los diversos partidos de izquierda. Todo intento
la coalición se aparta de esa meta, corre el riesgo de zozo- de transformar estas alianzas, fundamentalmente defensi-
brar al chocar contra las rocas de los intereses antagóni- vas, en formas de unificación más permanentes y con
cos de sus miembros. Para emprender cualquier acción objetivos más definidos, no obtuvo éxito, ya que las di-
afirmativa, de carácter general, se requiere una línea de vergencias doctrinales y los intereses particulares de los
acción firmemente establecida. únicamente la actividad grupos integrantes significaban obstáculos insuperables.
estrechamente unida a una meta defensiva permite poner De manera semejante, y aun cuando la amenaza del fas-
en práctica el acuerdo. cismo hizo que muchos países europeos constituyeran
Ahora ya podemos entender por qué las coaliciones frentes unidos entre socialistas y comunistas, todo esfuer-
se resisten a transformarse en grupos más permanentes. zo para establecer un partido de trabajadores unidos
Son la forma más simple de unificación resultante de un fracasó rotundamente.
conflicto, ya que contienen un mínimo irreductible de Resulta, así, que un enemigo común es el elemento
elementos unificadores. Los vínculos permanentes harían promotor de lacoaliciones. Sin embargo, algo más que
j

1
168 LA FORMACióN DE ALIANZAS LA FORMACióN DE ALIANZAS t6g

un enemigo común es necesario para que las coaliciones agrícola, actividades sociales y, en algunos casos, la com-
se transformen en sistemas o gmpos unificados. La uni- pra y la venta en común. Con el creciente descontento
ficación efectuada para luchar contra un enemigo común de los granjeros, después de la Guerra Civil, la Alianza
tiende a permanecer en el nivel de asociación temporal se transformó primero en un grupo de presión y, más
ú coalición cuando se limita a fines instrumentales o tarde, en una organización política. Hacia el fin de su
propósitos temporales y limitados. Algunas veces, sin ·carrera, una asociación surgida de la necesidad de protec-
embargo, se desarrollan valores y normas comunes, en el ción contra los ladrones de ganado y los land sharks se
curso de la lucha común. En este caso la coalición o había transformado en un partido que pedía, entre otras
asociación puede transformarse lentamente en un grupo cosas, la libertad de acuñación de la plata, la abolición
de mayor permanencia." Es posible la existencia de fuer- de los bancos nacionales, préstamos sobre la tierra y los
zas dentro de las coaliciones y, especialmente, dentro de bienes raíces, la elección directa de Presidente, Vicepre-
las asociaciones, que las induzcan a transformarse en agru- sidente y Senadores, el surragio universal, el impuesto
paciones más permanentes. La coalición implica que los sobre la renta y la jornada de ocho horas."
partenarios cedan en algo y puede inducirles a ceder La palabra coalición proviene de coalescere, crecer
aún más, lo cual lleva a un ajuste de intereses y valores juntos. Cuando una asociación o coalición perdura, tien·
entre los socios. Tales a justes pueden facilitar la integia· ;t' de a desarrollar lealtades y normas comunes entre sus
ción de formas de unificación más básicas. integrantes. Para usar una analogía: el horticultor que
La probabilidad de transformarse en agrupaciones injerta un vástago en un árbol, sabe que, con el tiempo,
más duraderas es mayor en las asociaciones cuyos miem- el íntimo contacto los hará crecer juntos. De la misma
bros son individuos que en las integradas por grupos. manera, los socios en una coalición o asociación pueden
En las coaliciones, cada grupo coaligado desea mantener ajustarse gradualmente en forma más estrecha que antes
los vínculos y la exclusiva lealtad de sus miembros. En las de haberse asociado.
asociaciones de individuos, en cambio, no se presenta esa La hipótesis citada más arriba de que "si crece la
forma de resistencia, aun cuando, en el caso de las cultu- frecuencia de la interacción entre dos o más personas,
r
ras individualistas, la importancia de la autonomía del ' crecerá también el grado de simpatía entre ellas",'' aun
individuo puede tener efectos semejantes. cuando requiere una modificación por lo que respecta a
1
La historia de la Alianza de Granjeros Norteamerica- ,: otros problemas, parece tener aplicación en este caso: un
nos nos orrece un buen ejemplo de la metamorfosis que
puede sufrir una coalición. Esta Alianza tuvo su origen en
• incremento en la interacción de personas o grupos inter-
conectados, muy probablemente aumentará el vigor de
los clubes de granjeros, cuyo objetivo inicial era el de pro- los sentimientos comunes, en tal forma que será más
tegerse contra los ladrones de ganado vacuno y caballar fácil su transformación en grupos de mayor permanencia.
y del peligro de perder el título de sus tierras a causa Puede decirse que las alianzas constituidas exclusiva-
de los litigios promovidos por los llamados land sharks mente con motivo de un conflicto específico son tipos
(ocupantes fraudulentos). Estos clubes pronto empeza- de asociación sustancialmente inestables: se desintegran
ron a desempeñar otras funciones como las de educación './,. después de haber alcanzado el fin para el cual fueron
170 LA FORMACióN DE ALIANZAS LA FORMACióN DE ALIANZAS '7'
creadas, o se transforman en relaciones de mayor dura- patronos se vieron obligados a aliarse a fin de combatir,
ción, por el ajuste gradual en sus transacciones y el sur- juntos, la "amenaza" sindical. El auge de las organiza-
gimiento de fines, lealtades y normas del grupo. ciones obreras estimuló el crecimiento de los diversos
tipos de asociaciones patronales. Más aún, y esto nos re-
Las consideraciones anteriores se han limitado prin- cuerda los problemas examinados en el capítulo ante-
cipalmente a considerar las alianzas defensivas. Sin em- rior, tan pronto como esas asociaciones lograban estable-
bargo, es necesario tener en cuenta, como lo demuestra cer un asomo de equilibrio de fuerzas, como consecuencia
claramente la política internacional, que lo que a los gru- de un conflicto, se sentían autorizadas para esperar y
pos coaligados o a las personas asociadas les parece una desear una mayor unificación de sus respectivos antago-
medida defensiva, se considerará como ofensiva por el nistas. El choque de intereses y el cambio del equilibrio
antagonista. Aún más, como dice Simmel, inclusive las ¡ de fuerzas, resultantes del conflicto entre asociaciones,
asociaciones o coaliciones que no se hayan establecido 'tio condujo, así, a un progreso en la unificación interna.
a causa de un conflicto, pueden parecer amenazadoras y De este modo los sindicatos se transformaron gradual-
peligrosas a quienes no estén coaligados o asociados con mente de asociaciones temporales y limitadas, en grupos
ellas. unificados y, análogamente, las asociaciones patronales
La historia del movimiento sindical nos ofrece un adquirieron un carácter más permanente y una mayor
ejemplo cabal de lo afirmado arriba. La formación de centralización de poderes a la hora de tomar decisiones.
las sociedades obreras y, más tarde, los intentos de crear En este ejemplo, la asociación contenía, en sí, el ger-
una agrupación sindical de todas ellas, es decir, una unión men de la formación pos erior de un grupo más perma-
de todas las sociedades obreras, tropezaron con una vio- nente. Aun cuando no venga al caso, la asociación, con
lenta oposición en todos los países occidentales, justa- el establecimiento de un mínimo de vínculos entre sus
mente porque la asociación de todos los obreros se con- miembros, los conduce, lo mismo que a sus antagonistas,
sideraba como un acto ofensivo, independientemente de a una vida social más activa, al ponerlos en contacto direc-
las intenciones de los miembros fundadores." De he- to con el mundo de las relaciones sociales y evitar su
cho, los primeros sindicatos fueron fundamentalmente retiro a la vida privada de aislamiento apático.
de ayuda mutua y no de grupos en conflicto.
El efecto amenazador causado por los sindicatos es de Formulemos ahora, nuevamente, la Proposición de
gran importancia desde el punto de vista sociológico, J Sirnrnel: ·
ya que el antagonismo que suscita su institución es, en sí La lucha puede tener corno resultado la unión de
mismo, el elemento creador de nuevas asociaciones. El personas o grupos que, de otra manera, permanecerían
acto de unificación, aun en el nivel elemental de la coa- ! desligados. De los conflictos en los que desempeñan un
lición o asociación instrumental, provoca una cierta forma papel principal los intereses pragmáticos de los partici-
de unificación en los grupos e individuos que se sientan
l pantes, resultan asociaciones y coaliciones temporales, y
'
amenazados por la coalición de referencia. Ante el peli- no agrupaciones más permanentes y de mayor cohesión.
gro del crecimiento de las organizaciones sindicales, los Es mayor la probabilidad de que tal ocurra en estructuras

1
l
a
172 LA FORMACióN DE ALIANZAS
flexibles que en sbciedades rígidas, porque en éstas los
conflictos reprimidos estallan, tienden a asumir un ca-
rácter más intenso y, en consecuencia, más "ideológico". IX. CONCLUSióN
Las coaliciones y asociaciones estructuran la sociedad
individualista y evitan su desintegración por atomización. EN LAS páginas anteriores hemos examinado una serie de
El carácter unificador consustancial al conflicto puede proposiciones que llevan nuestra atención hacia las diver-
apreciarse en forma más dramática cuando las coaliciones sas condiciones en las que el conflicto social puede con-
y las asociaciones instrumentales producen un acuerdo tribuir al mantenimiento, ajuste o adaptación de las
como resultado de relaciones de competencia u hosti- relaciones sociales y de las estructuras sociales.
lidad. La unificación está en un nivel mínimo cuando En las conclusiones, en vez de resumir todo el con-
las coaliciones se forman con fines defensivos. La alian- tenido del libro, nos limitaremos a recordar sólo algunos
za, en este caso, refleja, para cada grupo particular, la de los resultados de nuestra discusión e intentaremos
mínima expresión del deseo de conservación de sí mismo. demostrar que nuestrás conclusiones quedan incluidas en
Mientras más difieren en cultura y estructura los un patrón congruente.
elementos unificados, menor es el número de intereses Hemos visto ya que el conflicto dentro de l\n grupo
comunes a ellos. En tanto la unificación no esté funda- puede facilitar el establecimiento, o el restablecimiento,
mentada en una atracción previa basada en características de la unidad y la cohesión, cuando éstas se han visto
comunes, el significado de la unificación se limitará a una amenazadas por sentimientos hostiles y antagónicos entre
coalición y al objetivo inmediato. sus miembros. Sin embargo, hicimos notar que no todo
La mayoría de las coaliciones entre grupos existentes tipo de conflicto beneficia a la estructura del grupo, y que
con anterioridad, especialmente entre grupos numerosos el conflicto no sirve necesariamente para tal función en
o entre aquellos que difieren considerablemente entre todos !os grupos. Que el conflicto social beneficie o no la
sí, están formados con fines exclusivamente defensivos, adaptación interna, depende del fin por el que se lucha,
al menos desde el punto de vista de los integrantes de la así como del tipo de estructura social en que acaezca. No
alianza. Una alianza, aun cuando no se haya formado a obstante, los tipos de conflicto y los de estructura social
causa de un conflicto, puede ser considerada por otros , no son variables independientes.
grupos como un acto peligroso y contrario a sus intere- Los conflictos sociales internos, referentes a objetivos,
ses. Este hecho, sin embargo, conduce a la creación de valores o intereses que no contradicen los supuestos bá-
nuevas asociaciones y coaliciones, estimulando, así, una sicos en que se cimienta la relación, tienden a resultar
mayor participación social. positivamente funcionales para la estructura social. Tales
conflictos propenden a posibilitar el reajuste de las nor-
mas y de las relaciones de poder dentro de los grupos, de
acuerdo con las necesidades de sus miembros individuales
o de los subgrupos.
Los conflictos internos en los que las partes conten-
dientes ya no participan de los valores básicos en que
'73
'74 CONCLUSióN CONCLUSióN '75
descansa la legitimidad del sistema social constituyen una mero, porque el conflicto no pretenderá tan sólo resolver
amenaza a la integridad de la estructura. la cuestión inmediata, que provocó la ruptura. Todos los
Sin embargo, la estructura social contiene, en sí mis- agravios acumulados, cuya expresión no se permitió ante-
ma, una defensa contra el conflicto destructor de la base riormente, pueden surgir cuando la ocasión se presente.
consensual de la relación: nos referimos a la instituciona- Segundo, porque la intervención de la personalidad total
lización y a la tolerancia del conflicto. De la estructura de los miembros del grupo resultará en una moviliza-
social en que el conflicto ocurra, depende considerable- ción de todos los sentimientos en el desarrollo de la lucha.
mente el hecho de que éste se constituya en un medio En consecuencia, cuanto más íntima sea la cohesión
de equilibrio rle las relaciones sociales y de reajuste de del grupo, más intenso será el conflicto. Cuando los miem-
las demandas rivales, o que la estructura amenace con bros participan con toda su personalidad y se reprimen
desintegrarse. los conflictos, al estallar éstos, pueden significar una ame-
En cada tipo de estructura social hay motivos de con- naza a la raíz misma de la relación.
flicto, ya que los individuos y los subgrupos pueden, de Los conflictos acusan una menor probabilidad de rup-
vez en cuando, rivalizar en sus demandas de bienes esca- tura en aquellos grupos de individuos que sólo parcial-
sos, de prestigio o de posiciones en el poder. Las estruc- mente se implican en ellos. Tales grupos pueden expe-
turas sociales, sin embargo, difieren en cuanto a la forma rimentar gran número de conflictos, y ello constituye un
de permitir la expresión de las demandas antagónicas. obstáculo a la ruptura del consenso: las energías de los
Algunas tienen una mayor tolerancia al conflicto que miembros del grupo se movilizan en diversas direcciones
otras. y, por tanto, no se concentran en un solo conflicto que
Los grupos íntimamente relacionados, que se carac- pueda disgregar al grupo. Más aún, cuando se evita la
terizan por una alta frecuencia de interacción y de intensa acumulación de motivos de hostilidad y se permite que
implicación personal de la totalidad de sus miembros, el conflicto se manifieste, siempre que parezca apropia-
muestran una tendencia a evitar conflictos. En tanto que da la resolución de la tensión, tal conflicto quedará
proporcionan numerosos motivos de hostilidad -puesto enfocado principalmente sobre la condición que provocó
que los sentimientos de amor y de odio se intensifican la ruptura y no liberará hostilidades acumuladas. En esta
con la frecuencia de la interacción-, la exteriorización
de tales sentimientos se percibe como un peligro para
1 forma, el conflicto se limita a "los hechos del caso". Po-
dríamos aventurarnos a decir que la multiplicidad de los
esas íntimas relaciones y, en consecuencia, hay una tenden-
f conflictos se halla en razón inversa de su intensidad.
cia a reprimir, en vez de permitir, la expresión de los Hasta aquí hemos considerado únicamente el conflic-
sentimientos hostiles. En los grupos íntimamente relacio- to social interno. Ahora procederemos a examinar el con-
nados, los sentimientos de hostilidad tienden, por tanto, flicto externo, ya que la estructura del grupo queda
a acumularse y, en consecuencia, a intensificarse. Si el también afectada por sus conflictos con otros grupos, en
conflicto se presenta en un grupo que ha tratado insis- los cuales interviene o se prepara para intervenir. Los
tentemente de evitar la expresión de sentimientos hosti- grupos entregados a una lucha continua tienden a reque-
les, será de una mayor intensidad, por dos razones: pri- rir la intervención total de la personalidad de sus miem-
176 CONCLUSióN CONCLUSióN '7·7
bros, de modo que el conflicto interno propende a mo- o contribuye a la aparición de nuevas normas. En este.
vilizar todas las energías y afectos de los miembros. Por sentido, el conflicto social es un mecanismo de ajuste de
tanto, semejantes grupos pueden tolerar sólo rupturas normas adecuadas a las nuevas situaciones. Una sociedad
muy limitadas de la unidad del grupo. En tales grupos flexible obtiene ventajas del conflicto porque tal con-
hay una tendencia a evitar conflictos. Cuando éstos esta- ducta, en cuanto contribuye a crear y modificar las nor-
llan, dan lugar a la ruptura del grupo, a causa de disen- mas, asegura .su continuidad bajo las nuevas condiciones.
siones entre sus miembros o por el extrañamiento forzado Este mecanismo de ajuste de normas difícilmente se
de los disidentes. presenta en sistemas rígidos: al evitar conflictos, sofocan
En los grupos que no se implican en una lucha conti- una señal de alarma que podría series útil, aumentando
nua con el exterior, casi nunca se propende a exigir la así el peligro de una ruptura catastrófica.
participación íntegra de la personalidad de los miembros, El conflicto interno puede servir también como medio
y son grupos que muestran una cierta flexibilidad en su para confirmar la fuerza relativa de intereses antagónicos
estructura. dentro de la estructura, y, en esta forma, constituye un
En las estructuras sociales flexibles, muchos conflictos mecanismo conservador o rea justador del equilibrio del
se entrecruzan, evitando así roturas básicas a lo largo de poder. Como el estallido del conflicto indica una repulsa
un eje. Las afiliaciones de los miembros en diversos gru- de un acuerdo anterior entre las partes, tan pronto como
pos los hacen partícipes de varios conflictos de grupo, en el poder respectivo de cada contendiente se ha afirmado
tal forma que no implican su personalidad íntegra en nin- en el curso del conflicto, es posible establecer un nuevo
guno de ellos. De este modo, la participación parcial en equilibrio, y la relación puede continuar sobre la nue-
un gran número de conflictos constituye un mecanismo va base. En consecuencia, una estructura social en la que
equilibrador dentro de la estructura. puedan suscitarse conflictos, dispone de un importante
En los grupos débilmente estructurados y en las so- medio para evitar o transformar las condiciones del des-
ciedades abiertas, el conflicto, que trata de resolver la equilibrio, modificando los términos de las relaciones de
tensión entre los antagonistas, puede tener funciones poder.
estabilizadoras e integradoras de la relación. Al permitir En algunos casos, los conflictos producen asociacio-
la expresión inmediata y directa de las demandas anta- nes; y en otros, coaliciones. Por medio de estas asocia­
gónicas, estos sistemas sociales pueden reajustar sus es- ciones o coaliciones los conflictos, que facilitan la vincu-
tructuras, eliminando las fuentes de descontento. El gran lación de los miembros, contribuyen a reducir el aisla-
número de conflictos que en ellos acaecen pueden servir miento social y a reunir grupos o individuos que, de otra
como medios para eliminar las causas de disociación y manera, no tendrían relación unos con otros, o serían
para restablecer la unidad. Estos sistemas se proveen, por antagónicos. Una estructura social en la que pueda sur-
medio de la tolerancia y de la institucionalización del gir un gran número de conflictos dispone de un meca-
conflicto, de un importante mecanismo estabilizador. nismo para reunir elementos que, en otra forma, perma-
Además de esto, el conflicto dentro de un grupo fre- necerían aislados, apáticos o mutuamente hostiles, y para
cuentemente ayuda a revitalizar las normas existentes, llevarlos al campo de las actividades sociales de carácter
•76 CONCLUSióN CONCLUSióN 179

público. Todavía más, tal estructura favorece la forma- de modo parcial o momentáneo. Se ha sugerido la hipó-
ción de asociaciones o coaliciones cuyos diversos objetivos tesis de que la necesidad de instituciones del tipo "válvula
se entrecruzan, como ya hemos visto, evitando así que las de seguridad" aumenta con la rigidez de la estructura
alianzas se condensen a lo largo de una línea principal social, es decir, con el grado en que ésta evita la expresión
de ruptura. directa de las demandas antagónicas.
Una vez que se han formado grupos y asociaciones Las instituciones del tipo "válvula de seguridad" dan
por medio de un conflicto con otros grupos, dicho con- lugar a un desplazamiento de la meta por parte del actor:
flicto puede contribuir a la conservación de los vínculos éste ya no necesita tratar de resolver una situación poco
entre los grupos en cuestión y el medio ambiente que los satisfactoria, sino solamente aliviar la tensión resultan-
rodea. En esta forma, el conflicto social facilita la es- te de ella. Cuando las instituciones del tipo "válvula
tructuración del medio social más amplio, asignando una de seguridad" procuran objetivos simultáneos para el des-
posición a cada uno de los diversos subgrupos, dentro del plazamiento de la hostilidad, el conflicto mismo se despla-
sistema, y contribuyendo a definir las relaciones de poder . za de la relación poco satisfactoria original a otra en que
entre ellos. la meta que el actor se propone, ya no es la de alcanzar
No todos los sistemas sociales en que los individuos se resultados específicos sino un alivio a la tensión.
implican parcialmente permiten la libre expresión de Esto nos procura un criterio para distinguir entre
las demandas antagónicas. Los sistemas sociales toleran el conflicto realista y el imaginario.
o institucionalizan los conflictos en diferentes grados. No Se llama conflictos realistas a los conflictos sociales
existe sociedad alguna en la que se permita la expresión que resultan de la frustración de las demandas especí-
inmediata de todas y cada una de las demandas anta- ficas dentro de una relación, y de la estimación de las
gónicas. Las sociedades cuentan con mecanismos para ventajas que obtendrían los participantes, y que se diri-
canalizar la hostilidad y el descontento, en tanto se man- gen hacia lo que se supone es la causa de la frustración.
tiene intacta la relación dentro de la cual se manifiesta En tanto que son medios para alcanzar fines especí-
el antagonismo. Semejantes mecanismos operan a menu- ficos, puede reemplazárseles por modos alternativos de
do por medio de instituciones que funcionan como vál- interacción con la parte contendiente, si semejantes alter-
vulas de seguridad, y proveen objetivos sucedáneos hacia nativas parecen más adecuadas para la realización del fin
los cuales se desplazan los sentimientos hostiles, así como buscado.
medios de escape de las tendencias agresivas. Los conflictos no realistas o imaginarios, por otra
Las instituciones del tipo "válvula de seguridad" pue- parte, no son causados por los objetivos antagónicos de
den contribuir tanto a la conservación de la estructura los adversarios sino por la necesidad de aliviar la tensión
social como a la del sistema de seguridad individual, pero en uno de ellos o en ambos. En este caso el conflicto no se
resultan funcionales en forma muy poco completa para orienta hacia la obtención de resultados específicos. Como
ambos. Impiden modificar las relaciones para hacer fren- el conflicto imaginario es un fin en sí mismo, y sólo
te a condiciones cambiantes y, por tanto, la satisfacción produce alivio a la tensión, el antagonista escogido puede
que producen al individuo solamente puede ser adecuada ser sustituido por cualquier otro blanco "adecuado".
)'
tBo CONCLUSióN

En el conflicto realista existen alternativas funciona-


les con respecto a los medios para llevar a cabo el con- REFERENCIAS
flicto, así como con respecto a la obtención de los resul-
tados deseados. En el conflicto imaginario, por otra parte, PREFAClO

sólo hay alternativas funcionales en la elección de los 1 Robert K. Merton, Social Theory and Sacia! StructureGlencoe, DI.,
antagonistas. The Free Press, 1949, p. 87.
Nuestra hipótesis de que la necesidad de instituciones 2 Lewis A. Coser, "Toward A Sociology of Social Conflict", tesis de
del tipo "válvula de seguridad" aumenta con la rigidez del Doctorado, Columbia University, 1954: University Microfilms Publication
Núm. 8639.
sistema social puede ampliarse para sugerir que el con- 8 Después de terminado este libro tuvimos oportunidad de leer un
flicto no realista puede ocurrir como consecuencia de trabajo de Jessie Bernard, titulado Current Research in the Sociology of Con*
una rigidez presente en la estructura· social. flict (ponencia para el Congreso de la Asociación Sociológica en Lieja de
agosto 24 al ¡Q de septiembre de 195lh Skrivemaskinstua, Oslo, Noruega,
mimeografiado). Por consiguiente, no nos fue posible tomar en consideración,
La consideración de la diferencia entre los diversos en forma adecuada, el trabajo de la Sra. Bernard. Muchos de mis puntos de
tipos de conflicto, así como los tipos de estructuras socia- vista se desarrollan casi paralelamente a los expresados en ese trabajo, aun
cuando también existen algunas divergencias. El lector encontrará en el
les, nos lleva a concluir que el conflicto tiende a ser poco trabajo de la Sra. Bernard una excelente guía a las investigaciones efectuadas
funcional para una estructura social en la que no hay en el pasado, con respecto a este tema, así como un buen examen de las ten­
tolerancia e institucionalización del conflicto o en las dencias actuales y de las posibilidades futuras para la investigación del
que las hay pero de una manera insuficiente. La inten- conflicto social.
sidad de un conflicto que amenace con la desintegración,
que ataque la base consensual de un sistema social, está CAPiTULO 1: INTRODUCCIÓN
en relación directa con la rigidez de la estructura. Lo
1 Thomas N. Carver, "The Basis of Social Conflict", American ]oumal
que amenaza el equilibrio de dicha estructura no es el of Sociology, XIII, 1908, pp. 6.28·87·
conflicto como tal, sino la rigidez misma que permite 2 Howard W. Odum, "Folk and Regional Conflict as a Field of Socio­
la acumulación y canalización de los sentimientos de hos- logical Study", Publications of tlle American Sociological Society, XV, 1931,
pp. 1•17-
tilidad hacia una línea principal de ruptura tan pronto
a Jessie Bernard, "Where is the Modern Sociology of Conflict?", Amer·
como el conflicto se produce. ican ]ournal of Sociology, LVI, 1950, pp. 11-16,
" Las frases finales de este párrafo son adaptaciones de la descripción
que hace Robert K. Merton de la étiea puritana en su relación con el fo­
mento de las ciencias naturales ("Puritanism, Pietism and Science", en
Social Tlleory and Social Stru.cture, op. cit., pp. 329-46). Me parece que
la relación entre la ética reformista y la ciencia social es similar a la que exis­
te entre la ética puritana y las ciencias naturales.
5 Nuevamente hemos adaptado dos frases de Robert K. Merton (ibid.,
p. 331) acerca de la relación entre la religión puritana y la ciencia.
tJ Albion W. Small y George E. Vincent, An Introduction to the Study
of Society, Nueva York, American Book Co., 1894, p. 77·
1 Charles H. Cooley, Social Process, Nueva York, Scribner's Sons, 1 91 s.
p. 39·
tB>
182 REFERENCIAS REFERENCIAS t8
s Charles H. Cooley, op, cit.
1
¡ 82 Kurt Lewin, The Research Center for Group Dynamics, Sociometry,
9 Albion W. Small, General SociologyChicago, University of Chicago Monographs, núm. 17, Nueva York, Beacon House, 1947, p. 7·
Press, 1905, p. 205. "·_1-' 33 Kurt Lewin, "Action Research and Minority Problems", ]ournal of
lo Edward A. Ross, The Principies of Sociology Nueva York, The Social Issues, 11, 1946, pp. 34-6.
Century Co., 19 0, p. 162. 84 Robert K. Merton y Daniel Lerner, "Social Scientists and Research
11 William G. Sumner, Folkways, Nueva York y Boston, Ginn 8e Co., Policy", en Lemer y Lasswell (eds., The Policy SciencesPalo Alto, Stanford
tgo6, p. 12. University Press, 1951, p. 29.3·
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Society, Chicago, Unversity of Chicago Press, 1921.
13 !bid, p. 5'78.
T Press, 1955·
Georg Simmel, "Nachgelassenes Tagebuch", en Lagos, Internationale
'
l-
14 Robert E. Park, "The Social Function of War", American ]oumal of
Sociology, XLVI, 1941, pp. 551-70.
llí Philip Rieff ha expresado una idea similar en su penetrante artículo
titulado "History. Psychoanalysis and the Social Sciences", Ethics, LXIII,
¡ 36
Zeitschrift fuer Philosophie der Kultur, VIII, 1919, p. tu.
.&7 José Ortega y Gasset, "In Search of Goethe from Within", Partisan
Review, XVI, 1949, p. u66.
1953· pp. 107•20.
6 Charles H. Cooley, Social Organization, Nueva York, Scribner's Sons,
r
CAPiTULO 11; EL CON'FLlcrO Y LAS FRONTERAS DEL CRUPO
tgog, p. 199·
11 Lewis A. Coser, "Toward a Sociology of Social Conflict", op. cit.
18 Talcott Parsons, The Structure of Social Action, Glencoe, Ill., The
Free Press, 1949. . 1 Simmel, Conjlict, op. cit., pp. 17-8.
2 Ver, a este respecto, "Valucs, Motives and Systems of Action", de

l
Talcott Parsons y Edward A. Shils, en Toward a General Theory of Action,
19 Cf. Robert K. Merton, Social Theory and Social Structure, op. cit. .' Cambridge, Harvard University Press, 1952, esp. p. 109,
esp. pp. 85 ss. 3 Especialmente el trabajo de Jean Piaget.
20 Max Weber, The Methodology of the Social Sciences, trad. y ed. por 4 Soziologie, Leipzig, Duncker y Humblot, tgo8, pp. 610-11.
5· Sumner, Folkways, op. cit., pp. 12-3.
Edward A. Sbils y Henry A. Finch. Glencoe, Ill., The Free Press, 1949, 6 Talcott Parsons, The Social System, op. cit., p. 482. Cf, también Tal-
pp. 26·7· cott Parsons y Edward A. Shils en Toward a General Theory of Action (op.
21 Troilus and Cressida 1, 3· cit., p. 108), que señala la significación crucial de los mecanismos que man·
22 Talcott Parsons, "Racial and Religious Differences as Factors in tienen los límites fronterizos del equilibrio de los sistemas sociales y bioló-
Group Tension", en Bryson, Finkelstein y Maclver (eds.), Approaches to gicos, pero olvida mencionar al conflicLo como uno de tales mecanismos.
National U11ity, Nueva York, Harper Bros., 1945, pp. 182-99. 1 7 El concepto de límites fronterizos, usado por Simmel, requiere una acta
28 Talcott Parsons, Essays in Sociological Theory Purt: and Applied, ración. Por Umite fronterizo queremos signüicar la düerenciación de un agre·
Glencoe, Ill., The Free Press, 1949. 1 gado de individuos claramente definido, de cualquier otro agregado semejante,
24 Taloott Parsons, The Social System, Glencoe, Ill., The Free Press, 1951. 1 en tal forma que estos individuos constituyen un grupo con una interacción
25 Talcott Parsons, "Social Classes and Class Conflict", American Eco- más o menos duradera y una constancia relativa en su patrón. El concepto no
nomic Review, XXXIX, 1949, pp. 16-26. implica que tal diferenciación se base en inconmovibles estructuras de relacio-
26 Talcott Parsons, Essays in Sociological Theory Pure and Applied, 1 nes entre grupos, o que el movimiento de personas de un grupo al otro sea
op. cit., pp. 275·310. imposible. Tan sólo implica una relativa constancia del patrón de grupo y
.27 George A. Lundberg, The Foundations oj Sociology, Nueva York, una afiliación, claramente definida, a un grupo.
The Macmillan Ca., 1939. S Georg Sorel, Rejlections on Violence, Glencoe, Ill., The Free Press..
28 F. J, Roethlisberger, Management and Morale, Cambridge, Harvard 1950.
University Press, 1946p. 112. 9 Karl Marx y Friedrich Engels, The German Ideology, Nueva York..
29 Cj. esp. W. Lloyd Warner y asociados, Democracy in ]onesville, Nueva International PubHshers, 1936, pp. 48-g.
York, Harper Bros., 1949, cap. xvi. 10 Sumner, Folkways, op. cit., p. 12.
so W. Lloyd Warner y J. O. Low, The Social System of the Modern n Robert K. Merton y Atice S. Kitt, "Contributions to the Theory of
Factor¡, New Haven, Yale University Press, 1947· Reference Group Behavior", en Studies in the Scope and Method of "The
81 Kurt Lewin, Resolving Social Conjlicts ueva York, Harper Bros., American Soldier", Merton y Lazarsfeld (cds.), Glencoe, Ill., Tht" Free Press..
1948, p. 16.3·· 1950, pp. toHt.
tS.¡ REFERENCIAS REFERENCIAS t85

, .12 Para comprobar la evidencia del hecho de que aun el sistema indio hostiles de las acciones externas de las hostilidades en conflicto. Afirma dicho
de castas no es tan inmóvil como mtiy a menudo se ha supuesto, e{. Kingsley autor que la "acción comunal", es decir, la acción que brota del sentido de
Davis, Human Society, Nueva York, The Macmillan Co., 1949, pp. 378-85. .cohesión de individuos con los mismos intereses, sólo es posible cuando recono-
Para una discusión más extensa, ver el libro del mismo autor, The Populatiou cen las peculiaridades de la situación de su clase, es decir, el antagonismo in-
o{ India a11d Pakistan, Princeton, Princeton University Press, 1951. herente a sus oportunidades especificas. (et. de Max Weber, op. cit.,
13 Cf. la distinción de Max Weber entre casta y segregación étnica: pp. 18o ss.).
"Una segregación 'estamental' [por el status} desarrollada hasta constituir
CAPÍTULO 111: HOSTILIDAD Y TENSIONES EN LAS RELAClONES DE CONfLICTO
una segregación por 'castas', difiere, en su estructura, de una segregación
nteramente 'étnica'; la estructura de castas transforma la coexistencia hori· 1 S!lnmel, Conflict, op. cit ... p. 19.
zontal y laxa de los grupos étnicamente segregados en un sistema vertical .2 Heinrich Schurtz, Altersklassen und Maennerbuende, Berlín, G. Rei-
de ·superordinación y subordinación... Las coexistencias de carácter étnico mer, 1903.
condicionan una mutua repulsión y desdén, pero permite a cada comunidad 3 Alfred Vierkandt, Gesellschaflslehre, Stuttgart, Ferdinand Enke, 1928,
étnica considerar su propio honor como el más excelso de todos; la estruc- pp. 304·5·
tura de castas, suscita una subordinación social y un reconocimiento de más 4 A. ·R. Radcliffe-Brown, "Social Sanction", Encyclopaedia of thc Social
'honor' en favor de la casta y del grupo de nivel social privilegiado." (To- ScicncesXIII, p. 533·
mado de Max ·weber: Essays in Sociology, trad. Gerth y Milis, Nueva York, 5 Clyde Kluckhohn, Navaho Wilchcraft. Papers of the Peabody Museum,
Oxford University Press, p. 189. vol XXII, núm. 2. Cambridge, 1944, pp. 49, 67.
14 Lloyd Warner y Paul S. Lunt, The SocÚil Life of a Modern eommu- -6 Sigmund Freud, "Wit and its Relations to the Unconscious", en Basic
nity, New Haven, Yale University Press, 1941, esp. pp. 114·6. JVritings of Sigmund Freud, Nueva York, The Modero Library, pp. 697 ss.
15 Cf. Max. Scheler, ''Das Ressentiment im Aufbau der Moralen", en 7 Delbert Miller y William H. Form sugieren que las blasfemias entre
1!
Vom Umsturz der Werte, vol. l, Leipzig, Der Neue Geist Verlag, 1923, para oabreros fabriles y soldados pueden tener una función semejante. Cf. Indus-
un examen detallado del autor sobre este concepto, originariamente derivado trial Sociology, Nueva York, Harper Bros.; 1951, pp. 291·.2. e¡. también
de Nietzsche. e¡. también los comentarios de Merton en Social Theory and Hans Gerth y C. W. Milis, eharacter and Social Structure, Nueva York,
social Structure, op. cit.p. 145, y Svend Ranulf, Moral Indignation and Mid- Harcourt, Brace and Co., 1953, p. 285, para observaciones similares.
·dle etass PsyclzologyJ Copenhage, Munksgaard, 1948, passim. ,! 8 Margaret Mead y Gregory Bateson, Balinese eharacter. Special Publi-
16 La distinción entre actitud y conducta es semejante a la que puede .cation of the New York Academy of Science, vol. II, 1942.
hacerse entre prejuicio y discriminación, en el estudio sociológico de las 9 Cf. esp. Civiliro.tion and Its Discontents, Londres, The Hogarth Press,
relaciones raciales y étnicas. Cf. Roben K. Merton, "Discrimination and the 1930, p. 86.
American Creed", en R. M. Madver (ed.), Discrimination and National Wel- 10 e¡., por ej., las penetrantes notas de George Onvell acerca del cuento
jare, Nueva York, Harper Bros., 1948, pp. 99-126. detectivesco moderno en "Raffles and Miss Blandish", en A Collection of
17 La existencia de tales sentimientos hostiles dentro de la estructura Essays por George Onvell, Nueva York, Doubleday Anchor Books, 1954.
india de castas tiene, quizás, su mejor ejemplificación en los disturbios re- ( U En P. F. Lazarsfeld y F. N. Stanton (eds.), Radio Research I9-f2··1J•
-cientemente acaecidos en las comunidades indias, en las que, como han Nueva York, Duell, Sloan and Pearce, 1944·
apuntado muchos observadores, la violencia y la brutalidad revistieron -¡en 1 l.2 Cf. a este respecto los comentarios pertientes de Abram Kardiner en
1 su The Mark of Oppression, Nueva York, Columbia University Press, 1951.
la India, amante de la paz!- proporciones raramente vistas en la sociedad
·oaccidental. Cf. Gardner Murphy, In the Minds of Men, Nueva York, Basic k 13 Una brillante discusión y un sumario de los estudios sobre prejui-
.Books, 1953. pp. 239-41. cios en Robín M. Williams, Jr., The Redur:tion of Intergroup Tensions, SSRC
Cuando la hostilidad reprimida encuentra un escape legítimo -en este Boletín núm. 57, Nueva York, 1947; ej. también la serie de Studies in Prc-
taso contra el grupo externo musulmán-, puede manifestarse con una gran judice (5 vols.), Max Horkheimer y Samuel M. Flowerman (eds.), Nueva York,
violencia. Harper Bros., 1950-1.
18 Aun cuando Max Weber, que tomó mucho de Simmel y de Marx, l4 Una investigación dirigida hacia tales factores estructurales, quizás
siguió una línea de pensamiento original, definió las clases como un pro- comprobaría la hipótesis de que la alta incidencia del prejuicio en sistemas
·uucto de los intereses económicos comunes y, más especfficamente, de las sociales como el de la Alemania nazi, y especialmente su institucionalización,
condiCiones del mercado. Un grupo de personas que tengan en común un está relacionada con la rigidez de la estructura social. En los experimentos
específico componente causal de las oportunidades de sus vidas, constituyen de Lewin con grupos autocráticos y democráticos (cf. K. Lewin y R. Lippitt,
una clase. Sin embargo, Weber distingue la situación objetiva y las actitudes "And Experimental Study of the Effect of Democratic and Authoritarian
k
186 REFERENCIAS REFERENCIAS 187

Group Atmospheres", University of Iowa Studies in Child WelfareXVI. 24 John Dewey, Human Nature and Conduct, Nueva York, Modern
m\m. a. 1940, pp. 45-198). los niños del grupo autocrático se unieron no contra Library, p. 226.
su dirigente sino contra uno de los niños. Kurt Lewin, comentando su estu- 2G La selección de objetivos es fortuita en el nivel psicológico, y no
dio apunta: "Combinando en un ataque contra un individuo los miembros fortuita en los niveles cultural y estructural, ya que la idoneidad de los ob-
que de otro modo no podrían alcam.ar una elevada condición o nivel, lo jetivos como medio para aliviar la tensión depende de numerosos factores
lograron mediante la eliminación violenta de uno de sus compañeros." culturales y estructurales. Cf. Robin Williams, The Reduction of lnter
Resolving Social Conflicts1 Nueva York, Harper Bros., 1948, p. So. group Tensions, op. cit., para una discusión del trabajo que se ha hecho en el
Nótese también al respecto la observación sugestiva y altamente es- campo de la selección de objetivos para reacciones prejuzgadas.
peculativa del psicoanalista británico John Rickman en el sentido de que 26 La distinción propuesta aqui es semejante a la que se ha hecho entre
algunos regímenes políticos modernos contienen instituciones cuya función conducta instrumental y expresiva que informa muchas de las teorías esté-
es entenderse con los descontentos. Esto lo consiguen dividiendo en dos por- ticas. Cf., por ejemplo, Art as Experience, de John Dewey, Nueva York,
ciones a las autoridades centrales, una fija y la otra movible (Pal'lamento del Minton, Balch &: Co., 19.35· Algunos psicólogos modernos también la han
Rey o Constitución de la Suprema Corte). La porción movible a cargo empleado. Así, A. H. Maslow, en su artículo, "The Expressive Component
del manejo de los asuntos recibe el embate más fuerte del descontento de la of Personality" (Psych. Rev., LVI, 1949, pp. 261-72), distingue entre com-
gente. "Mientras valga la pena de atacar a la porción movible, la fija está ponentes belicosos, es decir, aquellos cuyo carácter es instrumental e inten-
segura y hay continuidad en la vida política." Los regímenes que no son cional, por una parte, de los componentes expresivos, es decir, los compo-
capaces de una flexibilidad suficiente en su estructura política, tienen mayor nentes no instrumentales de la conducta, por la otra. La conducta belicosa
probabilidad de facilitar una agresión externa. "Psychodynamic Notes", en "existe para algo... implica una referencia a algo más allá de ella; no está
Hadley Cantril (ed.), Tensions that Cause Wars, Urbana, lll., University of contenida en sí misma". La conducta expresiva, por el contrario, "simple-
Illinois Press, 1950, pp. tg6·7· mente retrata, refleja, significa o expresa algún estado del organismo. De
15 K.luckhohn, op. cit., esp. pp. 68 ss. hecho, muy a menudo forma parte de ese estado",
16 Proponemos usar el término instituciones del tipo "vdlvula de segu- En forma semejante Henry A. Murray ("Toward a Classification of
ridad" para denotar aquellas instituciones que sirven para desplazar los Interaction", en Parsons y Shils, Toward a General Theory of Action, op. cit.,
sentimientos de hostilidad hada objetivos sucedáneos (o que facilitan me- pp. 445 ss.) distingue las necesidades de efecto de las necesidades de actividad.
dios sustitutivos para tal desplazamiento), o que funcionan como canales para Una necesidad de actividad es "una disposición para dedicarse a cierto tipo
un alivio catártico, y no usarlo para denotar aquellas instituciones que de actividad por la actividad misma.• . La satisfacción es simultánea de la
facilitan la resolución del conflicto directo. actividad misma... y puede distinguirse de 1satisfacción que depara el logro
17 Cf., por ej., Leonard W. Doob y Robert S. Sears, "Factors Detennin- de un determinado efecto",
ing Substitute Behavior and the Overt Expression of Agression". J. Abn. Soc- 27 Merton, Social Theory and Social Structure, op. cit., pp. 125-49.
Psych., XXXIV, 1939, pp. 293·31,3. .28 "Group Tcnsions" de Clyde K.ukhohn (cap. IV de Approaches to
18 Sigmund Freud, "Psycho-Analysis", Collected Papers, Londres, The National Unity, ed. Bryson, Finkelste.in y Maclver, Nueva York, Harper Bros.,
Hogarth Press, 1950, V, p. 121. 1945), uno de los pocos trabajos en los cuales se distingue claramente entre
111 Sigmund Freud, "The Unconscious", ibid., IV, p. 112. conflictos realistas y no realistas o imaginarios, da una de las descripciones
20 C/. la famosa observación de Marx en su Critique of the Hegelian generales más lúcidas de las causas del conflicto no realista. Cf. la discusión
Philosophy of Law: "La persona no puede ser ·realmente feliz hasta que de Gordon Allport sobre el conflicto realista y el no realista en The Nature
se vea despojada de la felicidad ilusoria... La aspiración a que la perso- ·. · of Prejudice (Cambridge, Addison-Wesley Co., 1954) esp. pp. 229-53··
na se libere de toda ilusión, respecto a su situación propia, es en realidad Cf. también el artículo de Talcott Parsons "Sorne' Prbnary Sources and
de que acabe con una situación que necesita ilusiones." Karl Marx, Zur Patterns of Aggression in the Social Structure of the Western World" (Essays
'Kritik der Hegelschen Rechtsphilosophie, en Marx-Engels Gesamtausgabe, 1 in Sociological Theory, op. cit., pp. 251·74), que es un esfuerzo para averiguar
·,1, Francfort, Marx-Engels Archiv, 19 7. pp. 6o7-B. más espedficamente las causas del conflicto no realista en la estructura insti-
2l Otto Fenichel, The Psychoanalytic Theory of NeurosisA Nueva York, tucional de las sociedades occidentales.
W. W. Norton &: Co., 1945, p. 56g. .211 Cf., por ej.• Otto Klineberg, Ten.fions Affecting lnternational Under-
22 Simmel, Conflict, op. cit., pp. 27·8. standing, Bulletin, núm. 6:2, Nueva York, SSRC, 1950, y Stuart Chase, Roads to
2S Else Frenkel-Brunswick, "Interaction of Psychological and Sociological Agreement, Nueva York, Harper Bros., 1951.
pactors in Political Behavior", American P.olitical Science Revirn, XLVI, 30 Como Reinhold Niebuhr ha argumentado en forma convincente: "Los
1952. p. 6g. educadores.• , subestiman los conflictos de intereses en las relaciones poHticas
'.f[

¡
·t88 REFERENCIAS REFERENCIAS 18!}

y económicas, y atribuyen a la ignorancia desinteresada lo que usualmente 42 La distinción propuesta aquí es semejante a la propuesta por Merton
deberla atribuirse a la inteligencia interesada (Moral Man and Immoral en un trabajo suyo titulado "Discrimination and the American Creed" (op.
Society, Nueva York, Chas. Scribner's Sons, 1932, p. 215). cit.). Cf. también T. W. Adorno et al., The Authoritarian Personality, Nueva
31 Encyclojiaedia of the Social Sciences, XV, pp. .336-']. York, Harper Bros., 1950.
Theodore Abel, en un estudio sobre 25 grandes guerras, afirma haber 43 Simmel, Conflict, op. cit., pp. 32, .33, .34·
encontrado que "en ningún caso la decisión [de recurrir a la guerra] fue 44 Freud, Civili:z.ation and Its Discontents, op. cit., p. 86.
precipitada por la tensión emocional, el sentimentalismo, la conducta de las 45 Cf. las investigaciones hechas con niños por Anna Freud, Margaret
multitudes u otras motivaciones irracionales" ("The Element of Decision in Ribble, et al., Cf. esp. René A. Spitz, "Hospitalism" 1 y 11, The Psychoatwly-
the Pattern of War", Am. Soc. Rev., VI, 1941, p. 855). tic Study of tlze Clzild, 1 y 11, Nueva York, lnternational Universities Press
Cf. también Stanislaw Andrzejewski, Military Organization and Society, 1945 y 1946, pp. 53-74 y 11,3·7· respectivamente; del mismo autor, "Ana-
Londres, Routledge, 1954· clitic Depression", i11id., JI, 1946, pp. 31.3·42.
32 Jessie Bernard es uno de los poros sociólogos que han impugnado la 46 René A. Spitz, "Autoeroticism", ibid.,'III-IV, 1949, p. 119.
interpretación psicologista del conflicto. Cf. "The Conceptualization of Inter- 47 Ver esp. Kingsley Davis, "Extreme Jsolation of a Child", Am. ]. Soc.
group Relations with Special Reference to Conflict", Social Forces, XXIX, XLV, 1940, pp. 554-64, y "Final Note on a Case of Extreme Isolation", ibid.
1951, pp. 243·51.
L, 1947, PP· 43•·7·
33 Aqui se hace referencia a la distinción hecha por Freud entre propo-
Los dos casos de aislamiento extremo presentados en estos artículos mues·
siciones plausibles e insensatas. Si una persona viene y afirma seriamente
tran una diferencia de gran importancia, que el autor no interpreta. La pri-
que "el núcleo central de la tierra es de mermelada", el resultado será "un
mera, Auna, cuando fue descubierta, "era completamente apática... per·
viraje de nuestro interés; en lugar de emprender la investigación de si el
núcleo central de la tierra es verdaderamente de mermelada, nos preguntare- manecfa inmóvil... e indiferente a todo. No podía.,. dar un paso a iniciativa
mos qué clase de hombre puede ser el que ha tenido tan peregrina idea..." propia''. La conducta de Isabel, en cambio, "era casi la de un animal sal·
New lntroductory Lectures on Psychoanalysis, Nueva York, W. W. Nor· vaje, y manifestaba mucho miedo y hostilidad. Cuando se le presentó una
ton 8: Co., 1933, pp. 48·9· pelota por primera vez... la tomó y golpeó con ella Ia cara [del investiga-
dor]". La distinción a la cual el autor no presta la atención debida es que
34 Delbert C. Miller y William H. Fonn, Industrial Sociology, op. cit.,
Isabel era capaz de una acción agresiva, en tanto que Anna no. Esto puede
p. 79·
explicarse por el hecho de que "[la madre] e Isabel pasaban casi todo el
35 Cf. Reinhard Bendix y Lloyd Fisher, "The Perspectives of Elton
tiempo juntos en un cuarto oscuro" (el subrayado es añadido), mientras que
Mayo", Review of Economics and Statistics, XXXI, 1949, pp. 312·9.
se había mantenido a Anna completamente aislada "a excepción de los cui-
36 Esto explica por qué se soslayan totalmente los sindicatos, como temas
dados mínimos necesarios para mantenerla viva".
en los estudios originales de Mayo. Ver Harold L. Sheppard, "The Treatment
48 Cf. Freud, "Why War", Collected Paflers, V, Londres, The Hogarth
of Unionism in 'Managerial Sociology"', A m. Soc. Rev., XIV, 1949, pp. 310·3·
Ver también Robert Sorensen, "The Concept of Conflict in Industrial So- Press, 1950, pp. 27.3·87. También Edward Glover, War, Sadism and Pacifism
ciology", Social Forces, XXIX, 1951, pp. 26,3-7, y Anhur Komhauser et al., Londres: G. Allen and Unwin, 193.3·
Industrial Conflict, Nueva York, McGraw-Hill, 1954, esp. el trabajo de Clark 49 Bronislaw Malinowski, "An Anthropological Analysis of War", Magic,
Kerr y Abraham Siegel. Science and Religion, Glencoe, Ill.: The Free Press, 1948, p. ;. 86.
37 Roethlisberger y Dickson, Management and the Worker, Cambridge, 1.10 En una serie de conferencias en la Universidad de Columbia, 1950·1.
Harvard University Press, 1939, p. 601. Cf. también la evaluación critica del til John P. French, "Organized and Unorganized Groups under Fear and
Hawthorne Counselling Program, de Jeanne L. y Harold L. Wilensky, "Per· Frustration", en Authority and Frustration, University of lowa Studies in
sonnel Counselling: The Hawthorne Case", Am. ]. Soc., LVII, 1951, pp. .365ss. Clzild Welfare, Iowa City, XX, pp. 2,31·308.
ss Max Weber, The Theory of Social and Economic Organi:z.ationtrad. .52 Esto confirma la aseveración de Simmel de que el conflicto dentro del
Talcott Parsons y A. M. Henderson, Nueva York, Oxford University Press, grupo varia con el grado de estabilidad del grupo -una proposición que será
1947, p. 92. discutida con mayor detalle más adelante.
39Subrayado mfo. L. C. I>S French, "Organized and Unorganized Groups under Fear and Frustra-
40Subrayado en el original. tion", op. cit., p. 287.
41 Talcott Parsons, Religious Perspectives of College Teaching in Sociol- M Stouffer et al., The American Soldier (4 vols.), P nceton, Princeton
ogy and Social Psychology, New Haven: The Edward W. Hagen Foundation, University Press, 1949·1950, vol. ll, Combat and Its Aftermath, p. 166.
n.d., p. 46. l55 Cj. los comentarios de Edward A. Shils, "Primary Groups in the

1
tgo REFERENCIAS
t' REFERENCIAS '9'
American Army'', en Studies in the Scope and Method of "The American f.{alinowski, The Rhodcs Livingston Papers N9 16, Ciudad del Cabo-Londres
Soldier", op. cit. Nueva York, Oxford University Press, 1949). Se ataca a Malinowski por "rehu-
56 Tite Sociology oj Georg Simmel, trad. y ed. Kurt H. Wolff, Glencoe Ill., sarse a considerar el conflicto como un modo de integrar grupos y a reconocer
The Free .Press, 1950, p. 147. que la hostilidad entre grupos es una forma de equilibrio social", y porque "su
57 Cf., por ejemplo, Kurt Lewin, Resolving Social Conflicts, op. cit., concepto de instituciones como unidades bien intégradas, fracasa en el campo
cap. 13. También Stuart Chase, Roads lo Agreement, op. dt. del cambio social... No le permite comprender la idea de conflicto y en su
58 Conflict, op. cit., pp. 2.2, 23, 25. manejo de la historia revela una cierta miopfa". (Ibid., pp. 10 y 16, respec·
59 El término "ambivalencia" fue acuñado por E. Bleuler en 1910, mucho tivamente).
tiempo después de su aparición en la So:z.iologie de Simmel, en una conferen- C9 A. R. Radcliffe·Brown, "On Joking Relationships" y "A Further Note
da publicada en Zentralblatt fuer Psychoanalyse, I, p. 266. Cit. por Freud on Joking Relationships", caps. tv y v de Structure and Funclion in Primi-
en "The Dynamics of the Transference", Collected Papers, op. cit., Il, p. 320. tive Society, Glencoe, IU., The Free Press, 1952, pp. 94·5·
60 Freud, A General lntroduction to Psychoanalysis, Carden City, 10 Tuvimos oportunidad de citar el punto de vista de Simmel acerca de
Garden City Publishing Co., 1938, p. 370. la alternativa entre expresión de hostilidad y extrañamiento. Radcliffe-
6l. Freud, Group Psychology and the Analysis of the EgoLondres, Brown ofrece una interesante confirmación de su idea: considera que la única
The Hogarth Press, 1948, pp. 54·5. forma de resolver los problemas que surgen de la coexistencia de elementos
62 Como es bien sabido, la discusión de Freud sobre la ambivalencia disyuntivos y conjuntivos en una relación, en las sociedades primitivas, es por
surge de su análisis de las relaciones en el grupo central primario, la familia. medio de los "tabues precautorios", como el tabú de la suegra, es decir,
Cf. J. C. Flügel, The Psychoanalytic Study of the Family, Londres, The •recurriendo al extrañamiento (Struct!tre and Function in Primitive Society,
Hogarth Press, 1921. op. cit.).
68 Cf. George C. Homans, The Human Group, Nueva York, Harcourt,
Drace & Co., 1950, esp. pp. 113 ss. CAPiTULO IV: Los OONFLICTOS INTERNOS Y LA ESTII.UcnJRA DE GRUPO
M Una Proposición posterior examinará las condiciones bajo las que tal
supresión de la conducta antagónica tiene mayor probabilidad de presen- 1 Simmel, Conflict, op. cit., pp. 43· 44, 47, 48.
tarse. 2 En Talcott Parsons y Edward A. Shils (eds.), Towa.rd a General
CG Esta falta de comprensión de la naturaleza ambivalente de las rela- Theory of Actionop. cit.
<Ciones humanas es característica de muchas de las investigaciones en grupos .S Cf. Paul Miliukov, "Apostasy", Encyclopaedia of lhe Social Sciences,
p queños. Asl, Leon Festinger el al., en Changing Attitudes through Social 11, pp. 128·31-
Contact (Ann Arbor, Research Center for Group Dynamics, University of 4 En cuanto un grupo está bien establecido, y no cabe duda de que
Michigan, 1951), describe un experimento hecho con el fin de someter a continuará existiendo, puede considerar con más tolerancia la apostasía.
prueba la hipótesis de que puede reducirse la hostilidad entre los miembros Para la Iglesia Católica Moderna, "la deserción de la fe ya no aparece como
de un grupo, aumentanclo los contactos sociales entre los miembros del grupo. un golpe vital contra la supervive-ncia del grupo''. (Ibid., p. 130). Mientras
El experimento demostró con hechos, confirmando, así, la proposición de el grupo está aún luchando para conseguir su aceptación, debe movilizar todas
Simmel (hecho que no percibieron los autores, sin embargo) que un incre- sus energías para evitar los peligros que lo amenacen desde dentro. Esto
mento del contacto produce un incremento de la hostilidad. Los autores
admiten que si se hubiera continuado el experimento por algún tiempo más,
1 quiere decir que la acritud de la reacción hacia el enemigo interno está en
proporción a la acritud del conflicto con los enemigos externos.
éste habría conducido, lamentablemente, a la ruptura y al conflicto (pági- Este problema será examinado posteriormente en forma más completa,
nas 70·1).
66 "An Anthropological Analysis of War", op. cit.
61 Ibid., p. 285.
os Ibid., p. 287. Este pasaje representa uno de los comentarios relativa·
mente escasos que ha hecho Malinowski acerca del conflicto. De hecho, una
t
t¡;..-
ya que este capítulo se refiere de modo específico a los efectos que tiene en
el grupo el conflicto con un antagonista externo.
tí Kurt H. Wolff (cd. y trad.), The Sociology of Georg Simmel> op. cit .•
PP· aBa'4·
6 Scheler, op. cit., p. Sg.
<le las críticas que se hicieron recientemente a Malinowski, consiste precisa- ;, 7 C/. la sentencia de Bossuet: "El herético es aquel que tiene ideas per-
sonales."
mente en afirmar que nunca comprendió los problemas del cambio, porque •
enfocó todos sus esfuerzos a examinar el problema de la integración, pasando, 8 Robert Michels, Political Parlies, Glencoe, Ill., The Free Press, 1949,
-en cambio, por alto el análisis del conflicto en las estructuras institucionales. p. 375· (El subrayado es rulo. L. C.)
(Cf. Max Gluckman, An Analysis of the Sociological Theories of Bronislaw 9 La percepción del peligro, en este caso, es análoga a los efectos de la

t!
1
1
192 REFERENCIAS REFERENCIAS 19!f

"profecía suicida", "que altera de tal modo la conducta humana de lo que 20 El Federalista. mím. X, pol' James Madison contiene ya el germen
hubiera sido su curso normal, si no se hubiera becho la profecía, que no de esta idea. (El Federaluta, 2 ed., Fondo de Cultura Económica, México,
llega a producirse". (Merton, Social Theory and Social Structure, op. cit., 1957)·
p. g86.) El temor de que la unidad del grupo se vea amenazada trae como Cf. la sentencia thVoltaire de que una religión, en un país, significa
consecuencia una mayor unidad. despotismo, dos significan guerra civil y muchas significan paz y libertad.
21 Entre Jos sociólogos de nuestros tiempos, Robin Williams parece haber
lO Investigaciones recientes en grupos pequeños evidencian este punto.
Así, Lean Fcstinger, resumiendo los resultados de una serie de estudios empren- descubierto de nuevo la idea de Ross. Escribe: ''Una sociedad impulsada
didos por el Research Center for Group Dynamics, escribe: "El desviado im- por numerosas disensiones de reducida importancia, se halla en menos peligro
penitente... era objeto de constante repudio por parte de casi todos los de ver surgir un conflicto de masas, manifiesto, que una sociedad con una
grupos. Las variantes de cohesilln de grupo, y la importancia de los casos, disensión o un corto número de ellas.'' (Tlze Reduction of Inlergroup Ten-
con respecto al grupo, afectaron el grado de animadversión al desviado o disi siom, op, cit., p. 59). En un trabajo más reciente, Williams seliala que las
dente. El grupo fuertemente cohesionado rechazaba al disidente más que diversas imbricaciones de grupos y categorías sociales en la sociedad ameri-
aquellos otros grupos en que la cuestión de importancia para el funciona- Cana hacen imprecisos Jos bien delineados bordes de la ruptura: "Sin esa!
miento del grupo. Estos dos factores operaban conjuntamente, de tal modo lealtades relativamente fluidas y entrecruzadas parece probable que el con
que en los grupos con cohesión deficiente, donde la cuestión carecía de im flicto adquiriría proporciones mayores, en el supuesto de que la diferencia-
portancia, no se produjo, virtualmente, el extrañamiento del disidente." ción de clase no disminuyera. La sociedad americana se halla, lisa y llana
{"Informal Communications in Small Groups", en Groups, Leadership and mente, surcada de disensiones. Notable es el fenómeno de la amplitud con
Men, ed. Harold Guetzkow, Pittsburgh, Carnegie Press, Carnegie Institute que, unas a otras, se compensan las diferencias, es decir, que no son cumu
of Technology, 1951, p. 41). lativas con sus efectos.'' (Robín Williams, American Society, Nueva York,
11 Simmel, Conflict, op. cit., pp. 13·-s- Alfred A. Knof, 1951, p. 531).
12 Kurt Lewin, Resolving Social Conflicts, op. cit., p. 167. 22 Simmel. Confilct, op. cit., pp. 46·7.
13 José Ortega y Gasset, Concord and Liberly, Nueva York, W. W. Nor- 23 Cf. Merton, Social Theory and Social Structure, op. cit., pp. lH-81,
ton & Co., 1946, p. 15. respecto a la distinción entre lo latente y lo manifiesto. También Clyde
14 John Stuart Mili, On Bentham and Coleridge, ed. F. R. Leavis, Nueva Kluckhohn, Navaho Witclzcraft, op. cit. Acerca del examen crítico de las
York, G. W. Stewart, 1951, p. 12,3. limitaciones de un análisis conductista puro de los datos sociológicos, cf.
15 George Simpson, Conflict and Community, Nueva York, T. S. Simpson. Howard Becker, "Interpretative Sociology and Constructive Typology", en
1937· p. 4· Twentieth Century Sociology, eds. Gurvitch y Moore (Nueva York, The
16 Émile Durkheim, Division of Labor in Society, Glencoe, Ill., The Free Philosophical Library, 1945).
Press, 1947, p. 129. 24 Cf., por ej., Ernest W. Burgess y Leonard S. Cottrell, Jr., Predicting
17 Wilbert E. Moore, Industrial Relalions and the Social OrderNueva Success or Failure in Marriage, Nueva York, Prentice Hall, 1939, esp. cap. IV.
York, The Macmillan Co., 1951, pp. 338-9. "Measuring Adjustement in Marriage".
18 E. T. Hiller, The Strike, Chicago, University of Chicago Press, 1928, 25 Podría notarse en esta conexión que la gente puede soslayar el acae-
p. 125. cimiento de un conflicto, no tanto porque esté insegura de la estabilidad de
John Stuart Mili lo resumió en forma muy clara al escribir lo siguien- la relación, como por la definición cultural del conflicto, que generalmente
te: "Interesa por igual a obreros y empleadores que el negocio prospere, y se considea (como en los estudios de predicción referidos al matrimonio}
que sea grande el rendimiento para trabajadores y capitalistas. Pero afirmar, como indicador de un posible rompimiento. De modo que las predicciones
en cambio, que tienen el mismo interés en cuanto a la división equivale a en el matrimonio {del tipo aqui discutido) pueden servir de "profecfas que
decir que es lo mismo, para los intereses de una persona, que una suma de se confirman a si mismas".
dinero le pertenezca a ella misma o a cualquiera otra.'' (Cit. por Reinhold 26 El estudio sobre la sociología y la psicología social del hogar, Pat-
Niebnhr, Moral Mand and Inmoral Socit'l)', op. cit., p. 153). terns o/ Social Life de Robert K. Merton, Patricia S. West y Marie Jahoda,
ID Edward Alsworth Ross, The Principies of Sociology, Nueva York. contiene gran cantidad de material sobre este punto. Cf. también la contri-
The Century Co., 1920, pp. 164-5 (el subrayado es del orginal). bución de Jahoda y West, "Race Relations in Public Housing". en Social
Éste no es un ejemplo de coincidencia entre dos pensadores aislados uno Policy and Social Research in, Housing, ed. Merton, West, Jahoda y Selvin,
de otro, ya que Ross conoció el trabajo de Simmel y fue evidentemente in- ]ournal of Social IssuesVII, 1951, pp. Ig!!·9·
fluido por él. Es, más bien, un caso de acumulación, en el que una idea Abram Kardiner, en un estudio psicoanalítico de la personalidad de los
original ha sido superada por un pensador ulterior. negros, llega precisamente a la conclusión de que tal ambh•alencia es predo-
'94 REFERENCIAS REFERENCIAS '95
minante entre los negros. Cf. The Mark of Oppression, op. cit. Social Teachings of the Christian Clltlrches, Nueva York, The Macmillan Co.,
!lT Cf. el perspica:1; versito que tanto gustaba Kurt Lewin citar: 191P. esp. pp. 331·43· Ver también el artículo de Richard Niebuhr, "Sects",
en Encyclopaedia of the Social Sciences, XIII, pp. 624-31, y Ellsworth Faris,
Me enfadé con mi amigo; "The Sect and the Sectarian", Publications o/ the American Sociological
le hablé de mi cólera1 y la ira terminó. Society, XXII, 1928, pp. 144-58.
Me enfadé con mi enemigo; 18 Los comentarios rle Robín Williams acerca de la relación entre el
nada le dijey mi ira aumentó. conflicto exterior y la cohesión interna, en su Reduction of Intergroup
Tension.r, op. cit., con la que el escritor está conforme en lo principal, no
CJ. también la sentencia de Terencio: "Animatium irae amoris integratio est.'' hace esta importantísima distinción.
28 Stouffcr, et oJ., op. cit., vol. I, pp. 526 ss. J.O Cf. E. Durkheim, Division of Lal1or in Society, respecto a la distin-
29 Arnold Rose, Union Solidarity, Minneapolis, Ttle University of Min ción entre solidaridad orgánica y mecánica. Simmel sugiere ideas semejantes.
nesota Press, 1952, pp. 51·4. Cf. 'l'he Sociolog)' of Georg Simmel, op. cit.pp. 87-104.
20 Cf. el instructivo estudio sobre la historia del Ejército Rojo, por
D. Feodotoff White, que ilustra en forma vívida cómo las exigencias de la
CAPÍTULO V: LOS CONFLICfOS CON GRUPOS EXTRAÑOS Y LA guerra condujeron a la transformación de los grupos guerrilleros en un Ejér-
ESTRUCTURA DE GRUPO cito Rojo centralizado: The Growth of thRed Army, Princeton, Princeton
University Press, 1944·
1 Simmel, Conjlict, op. cit., pp. S7·R, 92-3. Cf. también Andrzejewski, op. cit., que ilustra una serie de ejemplos
2 Ludwig Gumplowicz, Der Rassenkampf, Innsbruck, Maguerische Uni- históricos, pero también nota algunas excepciones.
versitiis-Buchhandlung, 1883. 21 Cf. esp. Sbils, as! como a Mcrton y Kitt, en Studies i11 the Scope
3 Gustav Ratzenhofer, Die Sociologische Erkenntnis, Leipzig, F. A. and Method of "The American Soldier'', op. cit., respecto al análisis reciente
Brockhaus, 18gB. de la función de control ejercida por el grupo primario. Por lo que respecta
4 Franz Oppenheimcr, Tiza Slate, Jndianapolis, Bobbs-Merrill Co., 1914, a la relación existente entre la centralización y el conflicto, en organizacio-
ó W. G. Sumner y A. G. Keller, ThSciencof SocietyNew Haven, nes a grari escala, la obra Political Parties, de Robert Michel, sigue siendo
Yale Uníversity Press, 1927, vol. l, p. 400. la exposición clásica. Ver también l'hilip Selznick, "Foundations of the
6 Herbert Spencer, The Principles of Sociology, Nueva York, D. Apple· Theory of Organization", Am. ]. Soc.XIII, 1948, pp. 25·35·
ton & Co., 1897, vol. II. pp. 568-642. Lo que se ha dicho aquí con rf'.specto a la relación entre centralización
7. Ibid., p. 601. Nótense, sin embargo, los requisitos para esta generaliza- y estructura del grupo, en el caso de un conflicto externo, no debe interpre-
ción en Andrzejewski, op. cit., esp. cap. v. tarse como una completa aceptaci0n de lo que Michels llama "la ley de
8 Alexis de Tocqueville, La democracia en América, Fondo de Cultura bronce de la oligarquía". Estamos de acuerdo con Michels en el sentido
Económica, México, 1957, p. 683. de que las tendencias centralizadoras en las organizaciones a gran escala,
9 From Max Weber: Essays in Sociology, op. cit., p. g61. especialmente si éstas se encuentran comprometidas en una lucha continua
.10 lbid., p. 254· con grupos externos, no son ni arbitrarias, ni accidentales, ni temporales,
l.1 Cf. esp. "Politics as a Vocation", ibid., pp. 77-128; y "Bureaucracy", sino inherentes a la naturaleza de la organización y a la naturaleza de las
ib{d,A pp. 196-264, relaciones de conflicto. Sin embargo, el reconocimiento de la existencia e im·
Cf. Andrzejewski, op. cit., para una reciente extensión y discusión de los portancia de las tendencias centralizadoras no obligan a sustentar la opinión
descubrimientos de Weber. de que "la mayoría de los seres humanos, en una situación de tutela per-
12 Winston Churchill_. The World Crisis, vol. IV: The A/termath, Lon- petua, se ven predestinados por una trágica necesidad a someterse al dominio
dres, Butterworth, 1928, cit. por R. K. Merton en Social Theory a.nd Social de una pequeña minoría, conformándose con servir de pedestal a los oligar
Structures, op. cit., p. 367. cas" (op. cit., p. 390). Varios estudios recientes (por ej., Seymour M. Lipset,
13 Theodore M. Newcomb, Social Psychology, Nueva York, The Dryden Agrarian Socialism (Berkeley, University of California Press, 1950), y Rose
Press, 1950, esp. pp. 226-7. Laub, "An Analysis of the Early Germans Socialist Movement", tesis inédita,
14 Charles H. Cooley, Social Process, op, cit., p. 39· para el Master (Columbia University, 1951), sugieren que las tendencias com·
J.IJ Freud, Group Psychology and Analysi.r of the Ego, op. cit., p. 53· pensadoras, como ideología del grupo y los intereses de sus miembros, son
16 Andrzejewski, op. cit., p. 121. variables de importancia crucial
17 El trabajo clave sohre sectas cristianas es el de Ernst Troeltsch, The :22 Cf. la contribución de Merton al estudio de The Family Encounters
196 REFERENCIAS
REFERENCIAS 197
the Depression: A. Re-A.nalysis oj Documents Bearing on the Family Encoun·
tering the Depression (Nueva York, Social Science Research Council, 1942). renda negativa. Después, tal asimilación sirve a menudo de "profeda con-
Merton hizo estimaciones de la solidaridad de la familia antes de la depre- firmadora de sí misma", Cf. el siguiente ataque de Lenin: "Veis ahora,
Sión a fin de predecir el impacto probable que tendria- la depresión en la camaradas de la Nueva Iskra, a dónde oa ha llevado vuestra conversión al
estabilidad de la familia. Martynovismo? ¿Comprendeis que vuestra filosofía política se ha convertido
23 Robín M. Williams, Jr., Reduction of Intcrgroup Tensions, op. cit., en un refrito de la filosofía osvObozhdeniye [iluminista]? -Y que (contra
p. !)8. vuestra voluntad, e inconscientemente) os habeis convertido en la cola de la
24 Simmel, Conflict, op. cit., pp. 03· g6, 97· burguesía monárquica?" N. Lenin, Two Tactics, Nueva York, International
25 A primera vista, la afirmación de Simmel de que los grupos implicados Publishers, 1935, p. 61.
en un conflicto no pueden ser tolerantes, podría parecer discutible. ¿Acaso .84 The Sociology of Georg Simmel, op. cit., p. 94· Cf. también, E. T.
la mayoría de las sectas protestantes de nuestros días no acentúan la idea de Híller, The Strike, op. cit., p. 71: "En lo fundamental los sindicatos primi-
tolerancia como consustancial a sus principios? ¿Acaso los liberales, los socia- tivos promovían huelgas con más frecuencia que hoy las organizaciones de
listas y los partidos más conservadores no subrayan, también, la idea de oficios. Como la estructura sindical era en gran parte creada a consecuencia
tolerancia? La aparente inconstancia es tan sólo una cuestión de semántica. de conflictos se modelaba para la acción hostil."
Tolerancia, en el sentido popular, implica que se desea el mantenimiento SIS Aquí Simmel equipara nuevamente dos diferentes aspectos de la
o la creación de una situación tal, en la sociedad, que cada individuo, o cad estructura del grupo, la magnitud relativa y el tipo de participación de los
grupo, pueda seguir sus objetivos políticos y religiosos, así como sus valores, miembros. Hemos indicado ya que, aun cuando hay fundamentos para, espe-
sin impedimento de ninguna clase. La tolerancia, así entendida, implica rar entre ellos una correlación relativamente alta, es necesario analizar por
simplemente ciertos arreglos dentro de las instituciones del cuerpo político, separado estos dos factores.
respecto a la libertad política y religiosa de los poderes civiles. Esta acep- -36 Simmel, Conflict, op. cit., pp. 97-8.

ción debe ser claramente distinguida de las actitudes de los grupos religiosos Al sugerir que la distorsión consciente de la percepción social de los
e ideológicos hacia las ideas e ideales que profesan (significación que Simmel miembros del grupo puede ser "sagacidad política", Simmel introduce la
da al término). La "intolerancia" es la esencia de toda iglesia religiosa o función que desempeñan los lideres del grupo en la manipulación de las re-
secular y de toda secta, como conser:uencia inmediata dC su pleno convenci- acciones de los miembros. En todas las discusiones anteriores, as{ como en
miento de que posee los únicos medios efectivos para la salvación (cf. Guido las que siguen, limita su análisis casi únicamente al impacto del conflicto
de Ruggiero, "Religious Freedom", en Encyclopaedia of the Social Sciences,. en las estructuras de grupo total, sin diferenciar entre lideres y secuaces
XIII, pp. •33'-15)· (aun cuando esta distinción es el tema de otras partes de su sociología. Cf.
20 Cf. Bertram D. Wolfe, Three Who Made a Revolution, Nueva York, esp. The Sociology of Georg Simmel, op. cit., pp. t8t·go6). Por lo pronto, se
The Dial Press, 1948. que contiene una excelente exposición de estas dife- omitirá esta distinción en el examen, ya que implicaría un campo de análi-
rencias teóricas. sis nuevo y demasiado complejO. Sin embargo, en este punto debemos reco-
27 N. Lenin, Collected Works, Nueva York, International Publishing Co., nocer que los lideres pueden tener un interés absoluto en el conflicto, como
1929, vol. IV, Libro I, p. 56. mecanismo creador de unidad, en tal forma que pueden: z) acentuar conflic-
28 N. Lenin, "What is to be Done?", en Collected Worhs, vol. IV, tos ya existentes (por ejemplo, los líderes de la Gironda en la Revolución
Libro 11, pp. tgS·g y 246. Francesa o el Partido de ·la Guerra del Sur en la Guerra Mexicana de 1846)
:29 Max Weber, Wirtschaft und Gesellschaft, Tubinga, J. C. B. Mohr,
si la disensión interna y la insatisfacción amenazan su posición de lideres; .2)
1922, pp. 812-3. Cf. también "The Protestant Sects and the Spirit of Capital- positiva "búsqueda de un enemigo, dondequiera que el espíritu de cuerpo
ism" en From Max Weber, op. cit., pp. 302·22. amenaza debilitarse" (Grace Coyle, Social Process in Organi%ed Groups,
30 El partido de Lenin cambió de carácter hasta cierto punto, después Nueva York; Richard R. Smith, 1930, p. 161), como hicieron los líderes
de la Revolución de Octubre, A nosotros sólo nos interesa la concepción totalitarios en Alemania, Italia y Rusia, y como muy bien sabía la polida
originarla. zarista, cuando inventaron los "Protocolos de los Sabios de Sión".
.Sl No es necesario subrayar aquí que ésta no era la única razón de la 38 Gordon W. Allport, Personality, Nueva York, Henry Holt &: Co.,
exclusividad de la secta. 1937, cap. 7· Max. Weber fue el primero en sugerir estos desarrollos. Cf., por
.aa Acerca de las mecanismos de cooptación, cf. Philip Selznick, TV A. ejemplo, su distinción entre quienes viven "de" la política y los que viven
and the Grass Roots, Berkeley y Los Angeles, University of California Press, "para" la política. Los primeros son conservadores en su organización. A fin
de mantener la estructura, pueden llegar a abogar por cambios radicales en
1949·
88 Esto se consigue, primero, asimilando el disidente al grupo de refe. las funciones de la organización. Cf, From Max Weber, op. cit., esp. "Politics
as a Vocation", pp: 77-128.
'

198 REFERENCIAS REFERENCIAS 199

.00Merton, Social Theory and Social Structure, op. cit., cap. 5· John Day Co., 1942), esp. pp. 97 ss., acerca de la "aguda insatisfacción" de
40 Chester Bemard, Function of the Executive, Cambridge, Harvard los gerentes de nuestros días, por lo que respecta a lo que ellos mismos tien-
University Press, tg!)O, p. gt. den a considerar como la "base ilegitima" de su poder social.
41 Lipset, Agrarian Socialism, op. cit. 4 Parsons, Tlle Social System, op. cit., p. 135.
42 Aquf nos permitimos recordar al lector el descubrimiento, efectuado 15 Cj. Erich Fromm: "Uno de los tipos principales de la identificación
por el psicoanálisis, de que la pérdida de un objeto de odio puede tener para es la que nos perfeCciona, es decir, una identificación en la que yo me in
la personalidad consecuencias tan serias como la pérdida de un objeto de cotporo la persona del otro, fortaleciéndome yo, con ese enriquecimiento..•"
amor. (Autoritaet und Familie, ed. Max Horkheimer, París, Librairie Felix Alean,
48 Otto Fenichel, "Elements of a Psyc:hoanalytic Theory of Antisemitism", 1936, "Socialpsychologischer Teil", p. 83.)
en Antisemitism, A Social Visease, Ernst Simmel (ed.), Nueva York, lnter 6 Lewin, Resolving Social ConflictsA op. cit., p. 199·
national Universitics Press, 1946, p. 29. 7 Maquiavelo vio esto muy claramente. Por eso dice, en el capítulo dé-
44 Adorno t:t al., op. cit., p. 622. cimo de El Principe: "Es sustancial al hombre estar tan obligado por los
45 Ibid., p. 6tg. beneficios que confiere como por los que recibe."
46 Parsons, Religious Perspectives of College Teaching, op. cit., p. 40. 8 Esto es verdad hasta cierto punto, aun en algunas grandes empresas,
Observadores orientados psiooanaHticamente (ej. Leo Lowenthal y Norbert en las que "la creación de utilidades se convierte en la única obligación
Guterman, Prophets oj Deceit, vol. V de Studies oj Prejudice, Nueva·York, funcional en interés de la comunidad; no se trata de la tendencia al 'lucro
Harpcr Bros., 1950·19.!)1) han comentado la semejanza entre el temor a los personal', en el sentido usual". (Talcott Parsons, Tl1e Social System, op. cit.,
judíos y a los negros, y los bien conocidos síntomas de la parasitofobia. Sii\ p. •46).
embargo, el antisemitismo puede conducir a la fonnación de grupos y a la "9 Prefacio de El capital, 2\\ ed., F. C. E., México, 1959, p. xv.
identificación, pero la parasitofobia no. En consecuencia, el "miedo a los lO La palabra "abogados" se usa aquf intencionalmente, a p ar del hecho
judíos" o el "miedo a los negros" es más funcional que la parasitofobia para de que Marx hubiera sostenido que tal intensificación de la lucha es inma-
quienes padecen el mal de la falta de cohesión. nente al desarrollo histórico.
-47 Cj. Merton, "Discrimination and the American Creed", op, cit., "11 Sobre la sociología de los intelectuales, ej. Robert Michels, "lntellec-
pp. 112·3· tuals", Encyclopaedia oj the Social Sciences, VUI, pp. 118-:26, esp. su excelente
ü Thomas P. Bailey, Race Orthodoxy in the South, pp. 346·7, cit. por bibliografía. Cj. esp. Karl Mannheim, Ideologia y utopla, Fondo de Cultura
Myrdal, An American Dilemma, Nueva York, Harper Bros., 1944, p. 1356, Económica, México, 1941, también por su bibliografía completa. Cj. también
40 Frank Tannenbaum, Darker Phnses oj the South, Nueva York, G. P. el análisis de Max Weber acerca del papel que desempeñan los intelectuales
Putnam's Sons, 1924, pp. 8--g. en los movimientos religiosos en From Mq.x Weber, op. cit., pp. 27g-Bo.
ISO Myrdal, op. cit., p. 591. 12 Selig Perlman, A Theory of the Labor Movement, Nueva York, The-
151 Es casi innecesario elucubrar aqu[ sobre el tema de que este temor Macmillan Co., 1928, pp. 280-1.
al rtegro es uno de los recursos favoritos del demagogo del sur de los Esta 13 Joseph A. Scbumpeter, Capitalism, Socialism and Democracy, Nueva
dos Unidos. York, I;Iarper Bros., 1942, esp. pp. 145 5,;.
52 Cj. las citas de Kurt Lewin et al., op. cit. Sin embargo, Schumpeter se abstiene de considerar cómo fue posible
M Cj. las estimulantes observaciones de J. P. Sartre en Commentary, V, que las estructuras clasistas europeas pennitieran a los intelectuales des-
194a, pp. 3o6-16, 389-97. 522-31. empeñar su función peculiar en el conflicto, en tanto que en las estructuras.
americanas se restó importancia al papel de los intelectuales. La rigidez de
la estructura de clases en Europa puso de manifiesto la intensidad de la Iu·
CAPITULO VI: IDEOLOGÍA Y CONFLICTO cha de clases, y la falta de esa rigidez en América favoreció el pragmatism()
del movimiento obrero americano, Solamente si se toma en cuenta esta
1 Simmel, Conjlict, op. cit., pp. 39-40. diferencia de estructuras, puede entenderse la diferente posición de los inte-
Cj. Talcott Parsons, "The Motivation of Economic Activitics", en
:2 lectuales en los dos Continentes.
Essays in Sociological Theory, op. cit., pp. 200-17. 14 Cf., Robert K. Berton, "Sclence and Democratic Social Structure", en
3 Cj. Wilbert E. Moore, Indwtrial Relations and the Social Order, Social Theory and Social Structure, op. cit.A pp. go¡-16,
op. cit., esp. cap. xxtv, con un penetrante examen de los cambios acaecidos u George Simpson, Conjlict and Community, op. cit., pp. 25-6.
en la noción de los derechos de propiedad en la sociedad americana. Cf. tam•.
bién Peter F. Drucker, The Future of Indwtrial Man (Nueva York, The
200 REFERENCIAS REFERENCIAS 201

CAPITULO VII: CoNFucro - EL UNIF1CADOR 13 Roscoe Pound, "Common Law", in Encyclopaedia of the Social Scien-
<ts, vol. IV, p. 51·
1 Simmel, Conflict, op. cit., pp. 26·35. 14. Walton H. Hamilton, "Judicial Process", en Encyclopaedia of the
2 Cf. el ensayo de Malinowski sobre la guerra, op. cit. Social Sciences, vol. VIII, p. 450.
Cf. también a Joseph Schneider, "Primitive Warfare: A Methodological liS Cf. la excelente discusión de este punto en O. Kahn-Freund, "lnter-
Note", American Sociological Reuiew, XV, pp. 772·7· ;group Conflicts and their Settlement", British ]ournal of Sociology, V, sep·
3 G/.: "La conducta agresiva pucd<·... servir al niño como un medio tiembre de 1954, pp. 193·227.
de abrirse paso en un grupo, y de atraer la atención de otro niño." Arthur 16 La discusión que sigue ha sido limitada a las nonnas y reglas legale5.
T. Jersild, Child P.sychology, Nueva York, Prentice Hall, 1947• p. 147. Es evidente que este análisis también se refiere a las costumbres y a las nor-
4: Cf. K. M. Bridges, Tfle Social and Emotional Development of the mas consuetudinarias (como ha sugerido Max Weber en la cita ut supra).
Pre-Social Child (Londres, Kegan Paul, 1931), que subraya el hecho de que Resulta innecesario insistir más, ahora, sobre una proposición que ha sido
la conducta agresiva de un niño recién ingresado en un grupo es, en parte, .aceptada por Ia mayorla de los sociólogos.
un medio de avizorar su ambiente social, tendiendo naturalmente sus explo- 17 Este aspecto del pensamiento de Durkheim ha sido explicado por
raciones iniciales a incluir expresiones de hostilidad, como cualquier otra Parsons en Structure of Social Action, op. cit., p. 375·
forma tle conducta. 18 Émile Durkheim, Division of Labor in Society, op. cit., p. 102.
5 Alfrcd Vicrkantlt (GescllschafUlehre, op. cit., pp. 307-8) expresa un 19 Durkheim, The Rules of Sociological Method, Chicago, ThUniver-
pensamiento relacionado con ello: que uno puede sentirse vulnerable a :sity of Chicago Press, tgg8, p. 67.
un ataque solamente si se es, en cierto sentido, dependiente del adversario. 20 Un pasaje de la Soziologie (op. cit., p. 611) de Simmel, que no tiene
Si uno es totalmente impenetrable por el adversario, no tiene la sensación de 'relación directa con el conflicto, hace aún más evidente su afinidad con
vulnerabilidad. únicamente puede ser herido el que admita el derecho del Durkheim: "Los ataques y el uso de la fuerza, entre los miembros de una
adversario a opinar, o "tener ;¡lgo qm· decir" (mitsprechen) sobre el valor -comunidad tienen como consecuencia la promulgación de leyes para atajar
de su persona. Por eso, la mayor parte de los conflictos sociales, con la ex- -ese tipo de conducta. Ahora bien, aunque esas leyes derivan solamente del
cepción anteriormente apuntada, dependen de la aceptación mutua de -egoísmo de los individuos, constituyen la expresión de la solidaridad y co-
ambas partes. munidad de intereses de la colectividad, y al mismo tiempo concentran la
Cf. también la observación de T. S. Eliot en el sentido de que "la blas- .atención sobre ellas."
femia genuina... es el producto de una creencia parcial, cosa tan imposible 21 George Herbert Mead, en su "The Psychology of Punitive Justice",
para el perfecto ateo como para el perfecto cristiano". (Selected Essays, American j(>Urnal of Soriology, XXIII, 1928, pp. 577-6o2, expone el mismo
Nueva York: Harcourt, Brace &: Co., 1950, p. 373.) punto de vista: "La actitud de hostilidad hacia quien infringe la ley tiene
6 l!mile Dutkheim. The Division of Labor in Socicty, Glencoe, Jll., The -como única ventaja la de unir todos los miembros de la comunidad en la
.Free Prcss, 1947. Ver esp. Lib. 1, cap. \'JI. l'lolidaridad emocional de la agresión." "Al parecer, sin el delincuente, des-
7 !bid., p. 215. aparecería la. cohesión de la sociedad y los beneficios universales de la
8 Malinowski, en un pasaje inmediatamente siguiente al antes citado comunidad quedarfan reducidos a partículas atomizadas, mutuamente re·
f'An Anthropological Analysis of War"), hace una aseveración similar: pelentes. El delincuente... es quien suscita un sentido de solidaridad entre
'"Sin embargo, la verdadera esencia de una institución es que se construye aquellos cuya actitud, en otro supuesto, se centrarla en intereses bien diver-
;sobre la carta de normas fundamentales que... define con claridad los de· gentes de los de ca!ia uno de los demás." (!bid., p. 591.)
rechos, prerrogativas y deberes de todos los consorcios... Ello no significa que 2 Debemos hacer excepción de la crítica de Simpson a la teoría del con·
ilas personas no deben enojarse, argüir y disputar... Significa, primero y sobre flicto de Simmel. Según Simpson (Conflict and Community, op. cit.p. 26),
todo, que todas esas disputas son consustanciales al universo del discurso Simmel, aun cuando afinna que la integración por medio del conflicto es
legal o cuasi-legal" (pp. 287). una integración comunal, da ejemplos de conflictos que no tienen lugar
o Cf. Quincy Wright, A Study of War, Chicago, University of Chicago dentro de una comunidad, sino entre grupos que no tienen una base comu·
Press, 1942, vol. II. nal. Estos grupos no comunales pueden estar más fuertemente unificados,
10 K. N. Llewellyn y A. Adamson Hoebel, The Cheyenne Way (Nor- dice Simpson, pero su conflicto los separa aún más de lo que estaban antes
man, University of Oklahoma Press, 1941, p. 2.
1 del conflicto. Lo que se integra en este caso es el grupo triunfante y el de-
11 !bid., p. 278. - ir rrotado, cada uno por separado. Para Simpson, Simmel implica (aunque no
12 Max Rheinstein (ed.), Max Weber on Law in Economy and Socicty, llega a formular de hecho la tesis) , que sólo se integran, por medio del con-
Cambridge: Harvard University Press, 1954, p. 68. ·
',i,. flicto, los grupos que son, ab initio, parte de una misma comunidad.
"•

202 REFERENCIAS REFERENCIAS 203

Es incorrecto afirmar que todos los ejemplos de Simmel se refieren a 31 C. Wright Milis, The New Men of Power, op. cit.
grupos no comunalizados. Algunos de ellos tratan del matrimonio y de 32 Cf. la observación de Sorel de que: "Mientras no existan sindicatos
los grupos por parentesco, que son comunidades par excellence. Simmel, en muy ricos y vigorosamente centralizados..• será imposible decir exactamente
esta Proposición, mantiene que el conflicto, como tal, es un elemento sociali- qué extremos alcanzará la violencia. Gambetta se quejaba de -que el clero
zante, aun entre grupos que inicialmente no se hallan comunalizados, y francés era "acéfalo"; le hubiera agradado que en el seno de esa comunidad
presenta ejemplos a este respecto. religiosa se hubiera fonnado un grupo selecto, para que el gobierno pudiese
Sin embargo y fundamentalmente, la mayor di!bilidad del argumento discutir problemas con él.,. El sindicalismo no tiene cabeza visible con la
de Simpson deriva de su establecimiento de una rigida dicotomía entre cual entablar relaciones diplomáticas de carácter útil." (Reflections on
agrupaciones comunales y no comunales. La pertenencia a comunidades es- Violence, op. cit., p. 95·)
pecíficas se define de una manera diferente en los contextos referentes a aa TVA and the Grass Roots, op. cit.
diferentes situaciones, y las líneas fronterizas entre las comunidades, lejos M Esta frase no aparece en la versión alemana ni en la traducción de
de ser rígidas, varían, entre otras cosas, con los "puntos cruciales" del con- Kurt Wolff. Se ha tomado del manuscrito un tanto diferente, que sirvió
flicto, como ha demostrado Simmcl en la primera Proposición. Para ciertos de base a la traducción de Albion Small. C/. American ]ournal of Sociology,
fines, podría sernas útil establecer la distinción entre conflictos comunales y IX, p. 501.
no comunales, siempre y cuando tengamos en cuenta que se trata de una M Cj. From Max Weber, op. cit., esp. pp. t8o ss.
cuestión de grados y no de clases, y que los limites de lo que las partes 86 C/. Robert Bierstedt, "An Analysis of Social Power", American Socio·
reconocen como comunidades están sujetos a un constante cambio. (Cf. logical Review, XV, 1950, pp. 730-8.
Simmel, Soziologie, op. cit., cap. VI, sobre los cambios de alineación del grupo 81 Sumner, What the Social Classes Owe to Each Other, Nueva York,
en diferentes situaciones). Harper Bros., 188.3, p. 89.
23 Simmel, Conflictop. cit., p. go. es Cf. el comentario pertinente de Will Herberg, "When Social Scientists
24 Frederick H. Harbison y Robert Dubio, Patterns of Union Manage- View Labor", Commentary, XII, 1951, pp. 593·5·
ment Relations, Chicago, Science Research Associates, 1947, p. 184, (El sub- 39 Cf. Reinhold Niebuhr, Moral Man and Immoral Society, op. cit., esp.
rayado es mío. L. C.). p. xxm.
25 Samuel Gompers, Labor and the Employer, Nueva York: E. P. Dut- 40 Harold D. Lasswell, "Compromise", Encyclopaedia of the. Social Scien·
ton &: Co., 1920, p. 43· ces, IV, pp. 147·9· Para la discusión que sigue se ha tomado mucho de Wilbert
26 Cf, Clark Kerr, "Collcctive Bargaining in Postwar Germany'', Indus· Moore, Industrial Relations and the Social Orde.r, op. cit., esp. cap. XVI.
tria! and Labor Relations Review, V, 1952, pp. .323-42. 41 The Sociology of Georg Simmel, op. cit., p. 147·
21 C. Wright Milis, The New Mcn of Power, Nueva York: Harcourt, 42 E. T. Hiller, Principies of Sociology, Nuc;.va York, Harper Bros., 19.33.
Brace &: Co., 1948, pp. 224·5. p. 829.
.28 Cf. Clark Kerr y George Halverson, Lochheed Aircraft Corp. and 43 Hiller, The Strike, op. cit., p. 195·
International Association of Machinists, Case Study No. 6 of Causes of In- 44 Ibid., p. 198.
dustrial Peace, Washington: National Planning Association, 1949, interesante 45 lbid., p. 206.
estudio que ejemplifica C5f.a cuestión, en el que los autores describen cómo 46 Ibid.p. 192.
colaboraron el cuerpo director y los Hderes • obreros durante la guerra, a u Los científicos poUticos contemporáneos, debido quizá a su frecuente
fin de privar de sus empleos y de sus posiciones en las sociedades obreras intervención en la lucha política, han prestado más atención a los conflictos
a una minoría de miembros de izquierda, con objeto de mantener un clima de en la es[era política que los otros sociólogos científicos, en su análisis de los
"relaciones amistosas". Cf. también la discusión de Clark Kerr y Lloyd procesos sociales. Un número considerable de estudios recientes, en su ma·
Fisher sobre el experimento "Multi-employer Bargaining" en San Francisco, yorla inspirados por la obra clásica de Arthur F. Bentley, The Process of
en Richard A. Lester y Joseph Shister (eds.), lnsight into Labor Jssues, Government (nueva ed., Bloomington, lnd., Principia Presa, 1949), han
Nueva York: The Macmillan Co., 1942, pp. 26·6J. analizado de manera explícita la función de equilibrio que desempeña la
29 Joel Seidman, Union Rights and Union Duties, Nueva York, Har- lucha entre grupos polfticos. C/. David B. Trumao, The. Governmental
court, Brace & Co., 1943, p. 78. (El subrayado es mío. L. C.) . Process, Nueva York, A. A. Knopf, 1951, y Bertram M. Gross, The. Legislative
30 Las relaciones laborales en Europa, especialmente en Inglaterra y Struggle, Nueva York, McGraw-Hill Co., 1953· Cf. también V. O. Key,
Alemania, son quizás mejores ejemplos, ya que han sido gobernadas, durante Politics, Parties and Pressure Grounps, op. cit.
un periodo mucho mayor, por acuerdos centralizados (colectivos) entre las
respectivas organizaciones obreras y patronales.
REFERENCIAS 205
204 REFERENCIAS
sanados específicos, sintió la necesidad de coaliciones y alianzas con otros
CAPÍTVLO VIII: EL CONFLIGI"O RECLAMA U FORMACIÓN DE ALlANZAS
grupos artesanos que tuvieran objetivos similares en sus conflictos con los
patronos. Las sociedades obreras integrantes se formaron, a su vez, en sus
1 Simme1, Conflict, op. cit., pp. gS-g; 101-2.
comienzos, con quienes creían poder alcanzar en forma más efectiva sus obje-
2 Sumner, Folkways, op. cit., pp. t6·t7. tivos individuales, presentando a sus patronos un frente común. En el curso
3 Tocqueville, op. cit., pp. 742-g. de su desarrollo, las sociedades obreras y sus federaciones han asumido
4 From Max Weber, op. cit., p. 310. más bien el carácter de un "movimiento", es decir, una débil alianza de
.5 No todas las asociaciones se fonnan con fines conflictivos, aun cuando individuos y grupos se ha transformado en una entidad de lealtades comu-
la mayoría de ellas entran en conflicto alguna vez, durante su existencia. No nes, de ideologías y objetivos que trascienden de los fines instrumentales in-
todos los intereses comunes implican conflicto con otros intereses, por ejem- mediatos, en bien de los fines del grupo. Sin embargo, el movimiento sindical
plo los grupos de carácter extraprofesional (hobby groups). norteamericano difiere del europeo en la persistencia del elemento de "coa-
6 Prefacio a la segunda edición de Division of Labor in Society, op. cit., lición" y "asociación".
p. 28. 12 Después de haber escrito esto, encontramos la siguiente cita de Winston
7 Como dice Edward A. Shils en "Socialism in America", Univer.sity Churcbili: "La destrucción del poderío militar germánico había traído con-
Obseroer, I, 1947, p. gg: "El americano no se identifica fácilmente as( mismo sigo un cambio fundamental en las relaciones entre la Rusia comunista y
en colectividades con un vasto campo de intereses; tiende a ser pragmática- las democracias occidentales. Habían perdido su enemigo común que era casi
mente objetivo en sus juicios sobre los acontecimientos cotidianos. Su criterio su único nexo de unión." ("Triumph and Tragedy", en The New York
se inspira en la pregunta '¿qué interés tiene para mí o para nosotros?', en Ja Times, noviembre 13 de 1953').
cual el 'que' se define en términos de ingresos monetarios, bienes o goces espe- l3 The Sociology of Georg Simmel, op. cit., pp. 397·8.
cíficos. Una cierta sensibilidad a la doctrina es necesaria para la actitud polí- 14 Cf. Everett C. Hughes, "Institutions", en An Outline of tlie Principies
tica subyacente a este tipo de partido político al que sirve de aglutinante la of Sociology, ed. Robert E. Park, Nueva York, Barnes and Noble, 1946, p. 308.
aceptación común de los principios." Simmel reconoce que la magnitud de la asociación en las coaliciones,
8 Cf, Paul F. Lazarsfeld, Bemard Berelson y Hazel Gaudet, The People's aumenta la probabilidad de que cambien a formas más Intimas de unifica-
Choice, Nueva York, Columbia University Press, 1948, sobre el papel que ción. Afirma dicho autor que la magnitud de la asociación favorece formas
desempeiia la tradición de partido en la conducta, al votar. más fundamentales de unificación en las coaliciones defensivas que perduran a
9 Cf, V. O. Key, Politics, Parlies and Pressure Groups, op. cit., que ofrece través de periodos mayores de tiempo, ya sea porque no puede haber un
una excelente discusión de la función de los grupos de presión en la política vencedor definido, como cuando las federaciones patronales se enfrentan a
americana. una lucha continua con los trabajadores, o porque las amenazas nunca se
10 Un perspicaz observador de la escena politica americana ha escrito materializan de hecho, sino que permanecen latentes, requiriendo, por tanto,
recientemente: "Toda la poHtica americana es una política de coalición -una una vigilancia constante.
búsqueda incesante de temas y requerimientos que unirán grupos diferentes lG Edward 'Viest, "Farmers' Alliance", Encyclopaedia of the Social
de votantes." Y esto otro, además: "El partido poíltico americano es una pode- Sciences, VI, pp. 127·9·
rosa magneto que mantiene unidos, en una coalición en constante lucha, una 16 Homans, op. cit., pp. 11 -3.
infinita variedad de elementos conflictivos." (Samuel Lubell, The Future of 17 Sobre Inglaterra, cf. Sidney y Bcatrice 'Vebb, The History of Trade
American Politics, Nueva York: Harper Bros., 1952, pp. 139 y 202 respec-
tivamente).
Cf, también la notable caracterización de la política norteamericana de
otro científico político contemporáneo: "Como los danzantes que en Virgi·
1 Unions, Londres, Longmans, Green and Co., 1920, esp. capítulos t, 2 y .3·
Ver Harold J. Laski, "Freedom of Association", Encyclopaediti of.the Soc1al
Sciences, VI, pp. 447-50, para una discusión general de las reacctones a las
demandas de libertad de asociación.

I
nia entretejen sus cintas en torno a un poste, los grupos se forman, se
rompen, vuelven a reunirse, y se separan de nuevo en variadas combinaciones."
(James M. Bums, Congress on Trial, Nueva York, Harper Bros., 1949, p. 33).
11 La diferencia entre los movimientos obreros europeos y norteameri-
canos y los europeos, que, muy a menudo, ha asombrado a los observadores
extranjeros, puede deberse, en parte, a la renuencia de los miembros norte-
americanos a afiliarse a grupos de mayor duración. El movimiento sindical
norteamericano fue, en su origen, una federación débil de sociedades de
(
artesanos que, en un intento de controlar el mercado de trabajo en arte-
f

1
íNDICE ANALíTICO
acción, investigación de, 68 Cantril, H., 186
adaptación, véase ajuste Carver, T. N., 1,3. 181
·Adorno, T. W., 189, 198 castas indias, !15 ss., 184
.agresión, agresivo, agresividad, 43s. centralización, g8-to8, 148 s., 152,
44SS., 46ss., 64ss., 72, 123S., 171, 195· 20,3
159· 178. 189 clases sociales, 24S., 35• 37·9, 87,
.ajuste, 8, tg, 24. 5ll·95, 146, 154, 158, 102·3· 109·10, 132· t84. 193 coalición,
tGS, 173, 176, 178 159, t64-72, 177, 204, 205
defectuoso, 21 internacional, 164-5, 169
alternativas funcionales, o, 55• cohesión, 21, ,36, 65, gS-108, 109,
56ss., 156, 179 ugs., li'!SS., 140, 147s,, 172,
Allport, G. W., 120, 187, 197 173· 192· 195· 201 competencia,
ambivalencia, 70-4,76, 91, 94s., 190 23, 25, t6o, 172 compromiso, véase
Andrzejewski, S., 188, 194, 195 participación comunista, véase
Angell, R. C., 196 partidos poHticos conciencia, .36 s.,
.aniquilamiento, 138, 139, 142 40, Bo, 10lh -115,
anomia, JH, 100, 105 ttg, 128 ss., 132 s., 146, 201
antisemitismo, véase prejuicios conflicto:
apostasía, apóstata, 78-So, 116 de clases, 22, 24; véase también
asociación, 17, 39, g6, 97• 112, 159-64, clases sociales
t68'"72, 177, 204, 205; de em- comunal vs. no comunal, 84·5,
pleados, 150·3, 171, 202, 205 201-2
autoridad, 48, 101, 104, 150, 186 definición, 7
efectos de estallido, 8, .20, 23s., 27,
Bailey;T. B., 125, 198 .3.3·4· 76, 8t-g2, 92·'¡, 1o6-8, 174·
Bateson, G., 185 175·6, 1Bo
Becker, H., 193 étnico, as
Bendix, R., 188 industrial, 24 SS., 56, 62, 66""7, 144,
Bentley, A. F., 203 147 ss., 155· 202
Berelson, B., 204 matrimonial, 95• 193
Bernard, C. l., 120, 198 político, 38, 163 racial.
Bernard, J. A., 13, 15, 181, t88 u, 93• g6, 126
Bierstedt, R., 203 real (racional), irreal (irracional),
Bleuler, E., tgo 26, 49· 54·62, 65 ss., 76 s., 114,
Bossuet, J. B., 191 u6, 120, un, 127, 153, 179 s.
Bridges, K. M., 200 religioso, 21, 144
brujería, funciones de la, 47 ss.,
51 supraindividual, 128-37
Bryson, L., 182, 187 supresión del, 71, 76, ']7, 82, g2·
Burgess, E. W., 19, 182, 19.3 93, 95• 117, 172, 174s,, 176 consenso
Burns, J. M., 204 (rompimiento del), 14, 19,
burocracia, burocrático, burocrati- 81, 84ss., Bgss.7 g6s., 104ss., 136,
zación, tg, 28ss., gS, 87, Bg, too, 143• 174S., t8o
120, 152 contractual, contrato, 21, 140·1
control social, 23, 57
cambio social, 15 ss., 40-1, tu, 143, Cooley, C. H., 15 ss., 20, 102, t8t s.,
145·6, 176, 190·1 194
20']
'

208 INDICE ANALITICO


1NDICE ANALíTICO •og
cooperación, 17, 23, 34, 72, 85, 111, Finch, H. A., 182
139. t6o Finkelstein, L., 182, 187 Herberg, W., 20,3 Lippilt, R., 18 5
cooptación, 113, 196 Fisher, L. H., t88, 202 herético, herejía, 77-So, 114·6, 123 Lipset, S. M., 121, 195. tg8
Coser, L. A., t8t, 182 Flowerm.an, S. M., 185 Herzog, H., 50 Low, J. 0., 182
Cottrell Jr., L. S., 193 Flügel, J. C., tgo Hiller, E. T., 85, 157. 192, 197, 203 Lowenthal, L., 198
Coyle, G., 197 Form, W. H., 185, 188 Hoebel, A. A., 142, 145, 200 Lubell, S., 201
crimen, función del, 145, 201 Frcnch, J. P., 65, 189 Homans, G. C., 72, 73, tgo, 205 Lundberg, G. A., 23-4. 182
cultura de masas, función de la, 50 Frenkel-Brunswick, E., 56, t86 Horkheirnér, M.• 185. tgg Lunt, P. S., 184
Freud, Anna, 189 Hughes, E. C., 205
Chase, S., 187, tgo Freud, S., 33, 48, 50, 52, 70-1, 73,. humor, función del, 48 L1Clvellyn, K. N., 142, 145, 200
chivo expiatorio, 49· 50·1, s6. 60-1, 102, 185, 186, 188, 189, tgo..
117, 122, 123'"7 194 ideología en el conflicto, función de Maclver, R. M., 84, 182, 184, 187
Churchill, W., tot, 194, 205 Fromm, E., 64, 199 la, 128-37 magnitud del grupo, uo, 118, t66,
frustración, 45• 50, 55• 58, 59• 61,. Iglesia, 78, So, 10.3, 109, 112-4, 118-g, 197
Davis, K., 184, 189 62, 179 tgt, 196 n'lal, véase enfermedad
debate, 154 fuerza; véase tensión; violencia instrumentos, instrumentalismo; Malinowski, B., 64, 73, 189, tgo, 200
Debs, E. V., t6 funciones latentes, 93·4, 142-3, 19!- t6o·t, t6¡}, t68, 170·1, 204•5 manifiesto, función del, 93, 193
duelo, función del, 46 intelectual, papel del, 134·.:;, 19q Mannheim, K., 134, 199
despotismo, g8-to8, 111-2 Gaudet, H., .1!04 interdependencia funcional, 8!)·6, go Maquiavelo, N., g, 199
Gerth, H. H., 184, 185 intereses, personal vs. colectivo, 128- Martov, L., 111
desviación, 23, 57·8, 192
Dewcy, J., 56, 187 Giddings, F. H., tg, 15, 16 136 Marx, K., g, 33• 37 s., 128, 133, 184,
Dickson, W. J., 6o, t88 Glover, E., 189 186
Jahoda, M., 193 marxistas, t6, 88, 1 p, 134, 1,36
diferencia de funciones, 103-4. 108 Gluckman, M., 190·1
Jersild, A. T., 200 Maslow, A. H., 187
discriminación, 61, 124-5 Gompers, S., 150, 202
.Johnson, A., 58 Mayo, E., 24·5· 59· 162, t88
disidente, tog-18, 121 s., 127, 176, Gross, B. F., 203
judíos, 26, s6, 82, 123·4, 127, 198 Mead, G. H., 201
197 grupo:
Doob, L. W., 186 estrecho (o relaciones estrechas),. Kahn-Freund, O., 201 Mead, M., 185
Druckcr, P. F., 199 70, 71, 75·8o, 86ss., gt, gss., Kardiner, A., 64, 185, 194 mecanismo del equilibrio, 36, 38, 82,
Dubin, R., 149, 202 97· 115 s., 174"5 Kautsky, K., So go, 96, 97• 156-7, 158, 176,
Durkheim, E., 85, 104, 145, t6I, 192, externo, 3G, 37, 6o, 77 s., 97• g8- Keller, A. G., 194 tgo-I
195· 201 to8, 122 Kerr, C., 188, 202 mediador, función del, 67, 68, 156-7
durkhcimiano, 21 interior, 6o, 65, 78, ug, 189 Key, V. O., :mg, 204 mediación, 156
pequeño, 25 s., 111, 113, II!) ss., Kitt, A. S., 183, 195 Merton, R. K., 29, 57• 64, 120, 181,
ego, 35, 52, 128 126, IQO·l, 192 Klineberg, 0., 187 t82, t8g, 184, t87, t8g, J92, 193·
enfermedad, 21 ss., 6o, 79 de presión, 163 s., t68, 204-5 Kluckhohn, C., 47, 51, 185, t86, 195· tg6, tg8, 199
Engels, F., 183 primario, 71, 88, g6, 190, 195 t87, 193 metas, véase objetivos
equilibrio, 23SS., 157, 17-iSS., 180, de referencia, 17, 102, 197 Kornhauser, A., 188 Michels, R., 79• 191, 195, 199
183 secundario, 71, g6, 97, 162 Miliukov, P., 191
desequilibrio, 158, 178 guerra, 64, gS-108, 122, tg8s., 141.- Laski, H. J., 205 Mi11, J. S., 84, 85, 192
del poder, véase poder 148 s., 165 Lasswell, H. D., 203 Miller, D., 185, 188
estabilidad, 25, go, g6, 74· a,, 88, Guetzk.ow, H., 192 Laub, R., 195 Milis, c. w., 150, 184, 185, 202
92 SS., g6, 97, 102, 107, 175, 176, Gumplowicr., L., 99· 194 Lazarsfeld, P. F., t8g, 185, 204 Moorc, W. E., 85, 192. 193, 203
'93 Gurvitch, G., 193 Leavis, F. R., 192 movilidad social, 39, 41, t6t
Estado, 83·4, 85, g8 ss. Gutennan, N., 198 legitimación, 39 s., 42, 124-s, 130, movimientos sociales, 134-6, 204·5
estructura, flexibilidad de la, go, 173·4· t84, 199 Murphy, G.; 184
109·10, 111, 117, 137. 146, 172, Halverson, G., 202 Lenin, l., '}9, 111-2, 114, 196, 197 Murray, H. A., 187
•76 Hamilton, W. H., 14.4, 201 Lerner, D., 29, 183 1\Jyrdal, G., u6, 198
Harbison, F. H., 149, 202 Lester, R. A., 202
Faris, E., 195 Hartmann, H., 64 Lewin, K., 26-7, 68, 82, 131, 182, negros, s6. 6t, 93· g6. 107, 12,1)-6;
Fenichel, 0., 64, t86, tgS Hayes, E. C., 13 183, 190, 192, 194, 198, 199 leyes, 198
Festinger, L., 190, 192 Henderson, A. l\f., 188 reglamentos, 141, 14,3-6, 149- Newcomb, T. M., 102, 194
150, 152 s., t6t, t66, 200, 201 Niebuhr, Reinhold, 187·8, 192, 203
'

210 INDICE ANALITICO íNDICE ANALITICO 111


Niebuhr, H. A., 195 Ranulf, S., 184 g8, 99• 100-1, 105, 106, toS, 109, tolerancia, tolerante, toleración, 59·
Nietzsche, F., 184 Ratzenhofer, G., gg, 194 111, u4, u6, 117, u8, ug, 65, wg s., 114, u8 s., tg6 trastorno,
normas, véase valores; leyes reajuste, Sg-go, I'/4• 176 127· 1.28·31, 132, 133· 137· t38, 45, 48·54, 57, 59 s., 91 s.,
reforma, 15 139· 140, 141, 145· 147· 148, 178s.
objetivo: Troeltsch, E., 195
ética reformista, 14 s. 149· 151· 152, 153· 155· 156,
del amor, 76, tgg ptlblico, 15 ss., go-1, tg6, 144 157. 16o, 165, 166, 170. 171, Trotsky, L., 79
del conflicto, de hostilidad, 20,
refonnadores, 14 u., 19, 31 182, 183, 184, 185, 186, t8g, trotskystas, 122
44-54, ·s4·6t, Gt-8, 76, 122, 124, reglamentos, vérue leyes tgo, 192, 193'· 194, 195. tg6, Truman, D. B., 203
ug, 140, 155• 177 s., 186, 199 relaciones cerradas, véase grupo ce- 197. tgS, 200, 201, 202, 204
Odum, H. w·., 13, t8t rrado Simpson, G., Bs. tg6, 192, 199, 201-2 unidad de grupo, 7.5• 77• 79s.82,
Oppenheimer, F., gg, 194 relaciones en chanza, función de las, sindicalismo, sindicalista, 87, 202, 84, gt, gg, 102, 104, 108, 118 s.J
Ortega y Gasset, J., .33· B,!J-4, 85, 72·3 203 122, 127, 138, 146-•¡, 1,52, 173·
18g renegados, ?s-So, tl,!l> 115·6, 123, sindicatos obreros, 85, 134s.147 ss., 175·17'/·197
Orwell, G., 18.5 126 169s., 197, 202, 204·.5 unificación, 135·7, 138-58, 159s.,
resentimiento, 39· 42 Small, A. '\V.• 13, 15, 181, 182, ws 163-R, 171 s., 204-5
papel representativo, 66, 1,30·4, 1,36 socialismo, 15 unión, 59• 159-'72, 178, .204-5
Park, R. E., 13, t8-g, 182, 205 Rheinstein, M., 200
Ribble, M. A., t8g socialista; véase partidos políticos
Parsons, T., 21-3, 36, 61, 76, 124, socialización, 33, 62, 65, 137, 138.
1,31. t82, 18,3. t87, t88, tgt, tg8, Rickman, J., t86 valores comunes (opiniones, fines),
Rieff, P., 182 140, 146, 161, 164, 201·2
tgg, 201 14·31, .!)O, 83·91, 10']. J,2g. 185·'1·
solidaridad, 38, 76, 85, 100, 104,
participación: rigidez de la estructura, 49· 50, 53· 145 s., 16o, 163, t68, 174, 204-5
89s., 110, 117, 121-2, 125ss., to6ss., 113, 117, 123, 127, 140, válvula de seguridad, 43• 45-54, 74•
personalidad parcial, 66, 71, 86, 195· 196, 201
137, 146, l-'J2, l'J'J, t'J8, I'/9• go, 178 s., 186

r
88ss., 97, tu, t74ss. Sorel, G., 37, 183, 203
personalidad total, &¡, 'JO, '¡t, 74, t8o, 185, 187, 201 Veblen, T., 15, 16
· sorelistas, 87
75-81, 82, 86s., Bgs.94, 111-7, Roethlisberger, F. J., 24, 6o, 182, t88 Vierkandt, A., 45·6, 185, 200
Sorensen, R., t88
128, l'J4SS. Rose, A. M., 194 Vincent, G. E., 15, 181
Ross, E. A., 13, 15, t6, 86, 88, 182, Spencer, H., 99. 19:1
partidos poUticos, 77, 78-g, tto, violencia, 36, ggs., 110, 114, 1.11:2,
192 Spitz, René A., t8g
111·3· ll!), t6,3. 164, t68, g6, 128, 138, 202
Ruggiero, G. de, tg6 Stalin, J., 79
204 stalinista, 165 Voltaire, F. A., 193
bolchevique, 104, 111, 1.22 Stanton, F. N., 185
comunista, 77• 88, 126, 167, lW5 Sartre, J.-P., 198
status8, 38 ss.49, 56, 62, 66, 126, \Vard, L. F., 13, 15, 16
menchevique, 111, 113, 122 Scheler, M., 78, 184, 191
Schneider, J., 200 154· 161, 184 Wamer, W. L., 25, 182, 184
social-demócrata, 111, ug, 117 adscrito, 161 Webb, B., 205
socialista, 167, 195-6 Schumpeter, J., 134, 199
Stouffer, S. A., t8g, 194 Webb, S., 205
Perlman, S., 134, 199 Schurtz, H., 45, 185
Sears, R. S., 186 subordinación, tg, 70, 103, 184 Weber, M., 21, 6o, 100, tu, 143s.•
poder, 8, 28, 40 s., 57 ss., 62, 66, 99· Sullivan, H. S., 64
sectas, 77• 103, 104, 109, 110·8, 144, t61, 182, t84, 1.88, 194· lg6,
ug, 129, 131, 147, 149, 153·8, Sumner, W. G., 15 s.• g6, 99, 154
t6o, 173s.176, 198, :ws 195· tg6 197· 201, 203, 204
seguidores del líder, 197 t6o, 82, 183, 203, 204 weberiano, 21
equilibrio del, 150·8, I'Jt, 176, 178 superordenación, 19, 184
Pound, R., 144, 201 Seidman, J., 202 West, E., :0:05
prejuicio, función del, 50, 55 s., 59• Selvin, H. C., 193 West, P. S., 193
Selznick, P., 151, 195, 196·7 Tannenbaum, F., 125, 198
6t, go, 123·6, 127, 185, tS6, White, D. F., 195
Sheppard, H. L., t88 teatro, función del, 49
198 Whit head, A. N., 9
Shils, E. A., 182, 183, 187, 189·90, tensión, fuerza, violencia, 19, u,
previsión, véase conciencia Wilensky, H. L., 188
30, 31, 43• 44• 45· 48s., 51-6,
p!icoanálisis, 35• 44, 64, 'JO, ']2, tg8 191, 195
57·9, 61, 64s., 67, 88, 93, 120, Wilensky, J. L., 188
pUblico, 8, 14 ss.1 28 SS. Shister, J., 202 Williams, Jr., R. M., 105, 185, 187,
Siegel, A., 188 175, 177, 1'/9• 186; véase tam-
bién violencia 193· 195· 196
racional, véase conflicto real Simmel, E., 198
Thomas, W. l., 123 W91fe, B. D., tg6
Radcliffe·Brown, A. R., '13· 185, Simmel, G., 8, 14, 31-3, 35, g6, g8,
Tocqueville, A. de, 100, 161, 194, Wolff, K. H., 183, 190
191 39· 41, 43· 44• 53. 55· 6,3, 66,
204 Wright, Q., 200
radicalismo, 16, 18, 77• 117, 12Bss.• &¡, 68, 69, 70, 71, 78· 76. 77·8.
1!J4. lfl6. 197 f!o, Bl!-, 87, 91, 92, 93·4· 95· 97•

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l íNDICE GENERAL

Prefacio . 7
Testimonio de gratitud . 11

@ntroducción . 13

II. El conflicto y las fronteras del grupo 35


Proposición I: Funciones conectivas del grupo, des-
arrolladas por el conflicto, 35

hostilidad y las tensiones en las relaciones


de conflicto . . . . . . . . . . 43
Proposición 2: Funciones del conflicto en la protec-
ción del grupo y· significado de las instituciones que
actúan como válvulas de seguridad, 43· Proposi-
i-" ción 3: El conflicto real y el irreal, 54· Propo-
sición 4: El conflicto y los impulsos hostiles62.
Proposz'ción 5: La hostilidad en las relaciones
sociales de carácter íntimo, 6g

IV. Los conflictos internos y la estructura de

•··.
J ·
.
grupo
Proposición 6: A mayor intimidad de la relación,
mayor intensidad del conflicto, 75· Proposición 7:
Impacto y función del conflicto en las estructuras
75

de grupo, 81. Proposición 8: El conflicto como ín-


dice de la estabilidad de una relación, 92

V. Los conflictos con grupos extraños y la es-


l tructura de grupo . g8
'\
:.r l Proposición g: Los conflictos con grupos extraños
L' aumentan la cohesión interna, gS. Proposición Io:
213

¡ :
214 lNIHct GENI!RAL

El conflicto con otros grupos define la estructura


del grupo y la reacción consecuente al conflicto inM
terno, 109. Proposición II: La búsqueda de eneM
migas, 119

VI. Ideología y conflicto 128


Proposición r2: Ideología y conflicto, 128

VII. Conflicto-El unificador . 138 Este libro se terminó de imprimir el día 14- de
enero de 1961 en los talleres de Gráfica·
P1·oposición IJ: El conflicto liga a los contendienM Panamericana, S. de R. L., Parroquia gu,
tes, 138. Proposición z4: Interés en la unificación México 12, D. F., y en su composición se
del enemigo, 147. Proposición IJ: El conflicto esta- utilizaron tipos Baskerville de u, 10 y 8 pun-
tos. De él se tiraron g ooo ejemplares y estuvo
blece y mantiene el equilibrio del poder, 153
al cuidado de ]osé C. Vdzquez

VIII. El conflicto reclama la formación de alianzas 159


Proposición r6: El conflicto crea asociaciones y coa-
liciones, 159

@onclusión. 173

Referencias . 181

índice analítico . 207

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