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DIOS
Fernando L. Canale

Introducción

L a doctrina de Dios sirve de fundamento


para la teología cristiana, puesto que Dios
se relaciona con todo y todo se relaciona con
LQÀXHQFLDGHFRQFHSWRV¿ORVy¿FRVKXPDQRV
Los estudiosos diligentes de las Escrituras,
conscientes de esta situación, prosiguen su
él. La doctrina determina la manera como los búsqueda de una mejor comprensión, deci-
teólogos entienden y formulan el conjunto de didos a supeditar a la Biblia todas las formas
FUHHQFLDVFULVWLDQDV/DVLGHDV¿ORVy¿FDVFR- GH UD]RQDPLHQWR KXPDQR 3XHVWR TXH OD ¿-
P~QPHQWHKDQFRQ¿JXUDGRHOFRQFHSWRFULV- losofía humana debe sujetarse a la Biblia y
tiano de Dios. Las declaraciones bíblicas han TXHOD¿ORVRItDGLYLQD\DHVDVHTXLEOHHQODV
afectado sólo levemente tales formulaciones. Escrituras, nuestra comprensión de Dios debe
Por consiguiente, las interpretaciones clá- estar exenta de especulaciones humanas. Lo
sicas, modernas y posmodernas de la doctri- que es posible conocer acerca de Dios debe
na cristiana de Dios se han concebido bajo la estar revelado en las Escrituras.

I. FUENTES PARA EL CONOCIMIENTO DE DIOS C. LA REVELACIÓN DUAL DE YAHVEH


A. LA BIBLIA
B. REVELACIÓN GENERAL VII. LA DEIDAD EN EL NT
A. DIOS EL HIJO
II. REALIDAD DE DIOS 1. Divinidad
A. EXISTENCIA DE DIOS 2. Condición de Hijo
B. DIOS COMO MISTERIO 3. Nacido del Padre
4. Naturaleza de la subordinación del Hijo
III. ATRIBUTOS DIVINOS B. DIOS EL PADRE
A. ETERNIDAD 1. Paternidad de Dios en el AT
B. INMUTABILIDAD 2. El Dios de Jesucristo
C. AMOR E IRA 3. El envío del Hijo
1. Amor de Dios 4. La delegación al Hijo
2. Ira de Dios   /DREUDVDOYt¿FD
D. TRASCENDENCIA 6. Fórmulas binitarias
C. DIOS EL ESPÍRITU SANTO
IV. ACTOS DIVINOS 1. El anuncio de Cristo
A. PRESCIENCIA 2. Venida pentecostal
B. PREDESTINACIÓN 3. Divinidad
C. CREACIÓN 4. Personalidad
D. PRESENCIA HISTÓRICA   $FFLyQVDOYt¿FD
E. PROVIDENCIA 6. Dones escatológicos
1. Actividad providencial indirecta D. MODELOS TRINITARIOS EN EL NT
2. Actividad providencial directa
VIII. IMPACTO DE LA DOCTRINA DE LA DEIDAD
V. UNICIDAD DE DIOS
A. EVIDENCIA DEL AT IX. RESEÑA HISTÓRICA
B. EVIDENCIA DEL NT A. ANTECEDENTES FILOSÓFICOS
1. Neoplatonismo
VI. LA DEIDAD EN EL AT 2. Aristotelismo
A. EL PLURAL DE PLENITUD Y LA DEIDAD B. PERÍODO PATRÍSTICO
B. EL ÁNGEL DE YAHVEH 1. Justino Mártir

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Dios

2. Ireneo 4. Tendencias contemporáneas


3. Orígenes X. COMENTARIOS DE ELENA DE WHITE
4. Herejías trinitarias A. ESTUDIO ESPECULATIVO DE DIOS
5. Concilio de Nicea B. REVELACIÓN GENERAL
6. Agustín C. REALIDAD DE DIOS
7. El Credo Atanasiano 1. Existencia de Dios
C. PERÍODO MEDIEVAL 2. Dios como misterio
D. LA REFORMA D. ATRIBUTOS DIVINOS
1. Lutero 1. Eternidad de Dios
2. Calvino 2. Inmutabilidad de Dios
3. Anabaptistas 3. Amor e ira de Dios
4. Arminio 4. Trascendencia
E. EDAD CONTEMPORÁNEA E. ACTIVIDAD DIVINA
1. Friedrich Schleiermacher 1. Predestinación
2. Karl Barth 2. Creación
3. Alfred North Whitehead 3. Providencia
4. Wolfhart Pannenberg F. LA TRINIDAD
5. La “perspectiva abierta” de Dios G. EL PADRE ETERNO
F. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA H. EL HIJO ETERNO Y SU OBRA
1. Subordinacionismo temporal I. EL ESPÍRITU SANTO ETERNO Y SU OBRA
2. Rechazo de la doctrina clásica
  $¿UPDFLyQGHOD7ULQLGDGEtEOLFD XI. BIBLIOGRAFÍA

I. FUENTES PARA EL CONOCIMIENTO DE DIOS

A. LA BIBLIA Un estudio de la enseñanza bíblica sobre


Existen distintas interpretaciones de la la revelación general sugiere que la revela-
doctrina cristiana acerca de Dios. La diver- ción general de Dios no debiera usarse para
sidad de fuentes consultadas para el cono- construir una teología natural. No obstante,
cimiento de Dios constituye la razón que los resultados, de poca importancia según
explica la discrepancia de enfoque y conte- se alega, producidos por las especulaciones
nido. Sin embargo, de acuerdo con la Biblia, ¿ORVy¿FDV VREUH HO VHU GH 'LRV VH XWLOL]DQ
la auténtica fuente de información para la como presuposiciones para la comprensión
doctrina de Dios es la revelación que él mis- no sólo de la doctrina cristiana de Dios, sino
mo ha efectuado acerca de su persona (Heb. además de la empresa teológica en su totali-
  WDO FRPR VH KD UHJLVWUDGR ¿HOPHQWH dad. Sin embargo, una comprensión correcta
en las Escrituras (Rom. 16:26). La naturale- de la naturaleza requiere como su presupo-
za, en sus diversas manifestaciones, también sición necesaria el conocimiento de Dios
se consideró fuente de conocimiento para la provisto por revelación y no viceversa. En
doctrina de Dios. Tradicionalmente la teo- síntesis, el verdadero conocimiento de Dios
ORJtD KD LGHQWL¿FDGR OD HQVHxDQ]D EtEOLFD puede obtenerse únicamente sobre la base de
concerniente a la revelación de Dios a tra- la revelación bíblica. Puesto que la doctrina
vés de la naturaleza (Sal. 19:1-6; Rom. 1:19, cristiana de Dios generalmente se ha desa-
  FRQ OD LQWHUSUHWDFLyQ ¿ORVy¿FD KXPDQD rrollado mediante la adopción de las conclu-
de Dios construida exclusivamente sobre la siones especulativas de la teología natural
base de la información natural. Las doctrinas como presuposición operativa, el intento de
de Dios que surgen del estudio de la natura- establecer una comprensión de Dios sobre la
OH]DVRQLQWHUSUHWDFLRQHV¿ORVy¿FDVGH'LRV base de la Biblia sola inevitablemente tendrá
conocidas en los círculos teológicos como que competir con ideas tradicionales y gene-
“teología natural”. rar un concepto diferente de Dios.

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Dios

B. REVELACIÓN GENERAL versal de estos medios de revelación divina


Según la Escritura, la creación de Dios, cuando recalca que “por toda la tierra salió
aun después de la entrada del pecado en el su voz, y hasta el extremo del mundo sus pa-
mundo, era un instrumento objetivo que él labras” (v. 4).
utilizó para revelarse a los seres humanos. En Romanos 1:18-21 Pablo toma del AT
Para establecer una diferencia entre este me- el concepto de revelación general, lo aclara
dio y la “revelación especial” de la Escritura y lo desarrolla. Con esto amplía el concepto
se utiliza extensamente la designación “re- en tres sectores muy importantes: la función
velación general”. Pablo, cuando habló a los GH 'LRV VX FRQWHQLGR \ VX REMHWLYR ¿QDO
KRPEUHVGH$WHQDVHQHO$UHySDJRVHUH¿ULy Respecto al papel de Dios en la revelación
claramente a esto cuando explicó que Dios “a general, Pablo subraya que lo que puede co-
todos da la vida y el aliento y todo... para... nocerse acerca de Dios es claro para los seres
humanos “pues Dios se lo manifestó” (v. 19).
que lo buscaran a él, a ver si al menos a tien-
En la revelación general, como también en
tas lo encontraban” (Hech. 17:25, 27, NBE).
la revelación especial, Dios interviene per-
El pasaje no dice explícitamente cómo ocu-
sonalmente en el proceso mismo de la reve-
rre eso, pero parece sugerir que la revelación
lación. En la introducción a su Evangelio,
JHQHUDOWLHQHLQWHQFLRQHVVDOYt¿FDV
Juan explica que la segunda persona de la
El Salmo 19 presenta la creación de Dios
Trinidad, el Verbo, es la “luz verdadera, que
como un instrumento objetivo que él emplea
alumbra a todo hombre” (1:9). La revela-
para revelarse a todos (cf. Sal. 65:6-13). Este
ción general son las buenas nuevas que Dios
pasaje expresa claramente que “los cielos
logra hacer llegar, no sólo a los que tienen
FXHQWDQ OD JORULD GH 'LRV \ HO ¿UPDPHQWR acceso a la Escritura, sino también a toda la
anuncia la obra de sus manos (Sal. 19:1), KXPDQLGDG3DEORLGHQWL¿FDHOFRQWHQLGRGH
particularizando de este modo los diferentes la revelación general como “las cosas hechas
aspectos del mundo físico creado, a través de [tois poicmasin]” (Rom. 1:20). Esta expre-
los cuales la gloria de Dios puede revelarse sión parece señalar el hecho de que los con-
universalmente a todos los seres humanos tenidos de la revelación general incluyen no
a lo largo de la historia (cf. Éxo. 33:18, 19; sólo la creación (nuestro mundo físico) sino
34:6, 7). Los versículos siguientes explican también la providencia de Dios, que abarca
el modo cognitivo de estos instrumentos de todo el espectro de los hechos históricos (cf.
revelación. Comparten conocimiento (Sal. Hech. 14:17).
19:2) sin palabras ni voz audible (v. 3). De Las cualidades invisibles de Dios, su po-
esta manera se traza explícitamente una dife- der personal y su naturaleza divina, añade
rencia fundamental entre la revelación espe- Pablo, son evidentes (Rom. 1:19, 20). Este
cial (Escritura) y la revelación general en la conocimiento adquirido, aunque imperfecto
creación. En la revelación especial el conte- debido a los efectos oscurecedores del pe-
nido cognitivo se da a través de palabras hu- FDGRQRHVLQVLJQL¿FDQWH6LQHPEDUJRORV
manas, mientras que en la revelación general seres humanos pecadores constantemente lo
el contenido cognitivo se da mediante las repudian y pervierten (vs. 18, 21-23). Por
obras divinas o acontecimientos históricos tanto, en su misericordia Dios irrumpió en la
accesibles a todos. En la revelación especial existencia del hombre oscurecida por el pe-
Dios habla mediante palabras humanas; en cado por medio de una revelación especial,
la revelación general el mismo Dios habla sobrenatural, que culmina en Cristo Jesús
por medio de hechos físicos e históricos. (Heb. 1:2; ver Revelación II).
Finalmente, David enuncia el alcance uni-

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Dios

II. REALIDAD DE DIOS


A. EXISTENCIA DE DIOS respecto el registro bíblico ofrece una canti-
El análisis de las pruebas racionales de la dad de información casi abrumadora. Pero,
existencia de Dios ha llegado a ser un pun- antes de considerar algunos aspectos bási-
to clásico en la doctrina cristiana de Dios. cos de la revelación múltiple de Dios que
Puesto que Dios no se revela continuamente se presenta en la Biblia, debemos reconocer
en forma directa y visible, surge lógicamente que al abordar el estudio de Dios entramos
la pregunta de si en realidad existe un Ser en un “terreno sagrado”, en el cual el silen-
que corresponda a nuestra palabra “Dios”. El cio es oro. En otras palabras, debiéramos
registro bíblico no trata el asunto de la exis- reconocer las limitaciones de los procesos
tencia de Dios mediante el recurso de crear del pensamiento humano al tratar de com-
o sugerir pruebas racionales. En cambio la SUHQGHUODDXWRUUHYHODFLyQGH'LRV/DGH¿-
Escritura sostiene: “El que se acerca a Dios ciencia de nuestro proceso de pensamiento,
tiene que creer que existe” (Heb. 11:6, C-I). en lo que concierne a Dios como objeto de
HVWXGLR VH PDQL¿HVWD QR VyOR FXDQGR GHV-
Es necesario tener conocimiento de Dios
cubrimos que es imposible conocer a Dios
para que se desarrolle la fe en la mente y el
por nosotros mismos aparte de su autorreve-
corazón de los seres humanos (Rom. 10:17).
lación (Job 11:7), sino también cuando nos
Mediante la recepción combinada de la au-
percatamos de las limitaciones que afectan
torrevelación de Dios en la historia –como
nuestra comprensión de lo que se revela.
aparece en la Biblia–, y de la acción inspi-
Tales limitaciones se deben no sólo a nues-
radora del Espíritu Santo en la mente, es
tra naturaleza pecaminosa, sino principal-
como la fe, expresada como convicción de la
mente a la misma naturaleza de Dios, cuya
existencia de Dios, se convierte en un hecho
“grandeza es inescrutable” (Sal. 145:3).
concreto en la experiencia del cristiano. Las
No podemos comprender plenamente
pruebas racionales de la existencia de Dios
la realidad de Dios dentro de los límites de
que se nos dan en la naturaleza no producen
QXHVWUDUD]yQKXPDQD¿QLWD\OLPLWDGD$XQ
tal convicción radical. La convicción de la cuando se base en ideas bíblicas, cualquier
existencia de Dios no se produce por medio pretensión humana de alcanzar una compren-
de argumentos racionales sino por medio de sión perfecta de Dios tiende a corresponder,
una relación personal con Dios. Esta relación HQ~OWLPDLQVWDQFLDQRDO'LRVYLYLHQWHHLQ¿-
la inicia Dios, quien, a través de la acción nito sino más bien a un dios creado por nues-
personal del Espíritu Santo, usa la Escritura, tra propia imaginación. La revelación bíblica
la naturaleza y la historia para revelarse a la acerca de Dios cae dentro de la categoría de
mente y el corazón de los seres humanos. misterio, entendido no en su sentido tradicio-
Entonces, somos conscientes de la existencia nal sino más bien en su sentido bíblico.
de Dios en base a su revelación personal en En su sentido tradicional, un misterio es
la Escritura antes que en base a argumentos algo que, por su misma naturaleza, no puede
racionales (cf. Mat. 16:15-17). Dentro de conocerse ni expresarse en palabras. Al con-
este contexto la existencia de Dios se perci- trario, la Biblia asocia íntimamente misterio
be, generalmente, como misterio. con revelación (Dan. 2:30, 47; Rom. 16:25; 1
Cor. 15:51; Efe. 1:9; Col. 2:2). Un misterio es
B. DIOS COMO MISTERIO algo que, aun cuando oculto al conocimien-
Otro aspecto básico de la doctrina de to humano, puede conocerse a través de la
Dios se relaciona con su naturaleza. En este revelación. Además, aun cuando el misterio

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Dios

implique una revelación directa y accesible D OD FDWHJRUtD GH PLVWHULR PDQL¿HVWR HQ ODV
al conocimiento humano, excede sus propios formas múltiples en las que Dios ha escogi-
aspectos revelados como para evitar cual- do revelarse a sí mismo según está registrado
TXLHU LGHQWL¿FDFLyQ SRVLEOH GH OD UHDOLGDG en la Biblia. Deben tomarse recaudos para
revelada con el misterio en sí. Así es como evitar cruzar el límite entre las facetas reve-
Pablo puede pedir que los efesios sean capa- ladas y ocultas del misterio (Deut. 29:29),
ces de “conocer el amor de Cristo, que ex- particularmente al discutir cuestiones como
cede a todo conocimiento” (Efe. 3:19). Este la Trinidad, la presciencia y la eternidad.
amor que excede al conocimiento pertenece

III. ATRIBUTOS DIVINOS


A. ETERNIDAD la eternidad de Dios no está ajena a nuestro
El cristianismo siempre ha entendido a tiempo. Sin embargo, el tiempo de Dios es
Dios como eterno (Rom. 16:26). La eterni- cualitativamente diferente del nuestro, no en
dad, como una característica del ser de Dios, el sentido de que niega el tiempo sino en que
trata de la relación de Dios con el tiempo. lo integra y lo supera (ver II. B). Por ejemplo,
Hay un profundo e irrevocable desacuerdo nosotros experimentamos el tiempo como
entre el concepto bíblico y la comprensión una medida de nuestra transitoriedad, mien-
tradicional de eternidad. La comprensión tra- tras que la eternidad de Dios experimenta el
dicional sostenida por los cristianos se halla, tiempo sin dicha transitoriedad (Sal. 103:15-
en general, afectada negativamente por la in- 17; Job 36:26).
ÀXHQFLD GH OD ¿ORVRItD JULHJD eVWD FRQFLEH A diferencia de la tradición cristiana clá-
que entre eternidad y tiempo existe una dife- VLFDLQÀXLGDSRUOD¿ORVRItDJULHJDOD%LEOLD
rencia cualitativa insalvable. La eternidad es concibe el modo temporal, histórico de la
la ausencia absoluta de tiempo y de cualquier eternidad de Dios como compatible con su
cosa relacionada con el tiempo. Por tanto, se inmutabilidad (Sal. 102:24-27; Heb. 1:10-
FUHHTXHODHWHUQLGDGGH'LRVVLJQL¿FDTXHHO 12). Pablo nos dice que el plan de salvación
ser de Dios está totalmente ajeno y desvin- fue decidido “antes de la fundación del mun-
culado de cualquier cosa que sea temporal e do” (Efe. 1:4). “Antes” supone claramente un
histórica. Las consecuencias de tal idea com- tiempo previo a la creación. La declaración
penetran y condicionan toda la concepción de Pablo de que el plan de salvación “des-
clásica de la naturaleza y los actos de Dios. de los tiempos eternos se mantuvo oculto en
Sin embargo, cuando se investiga la idea Dios, creador de todas las cosas” (Efe. 3:9,
de eternidad en el registro bíblico, la primera NVI), apunta a una eternidad pasada que in-
idea que se advierte es que las palabras tra- volucra al tiempo como una característica de
ducidas usualmente como “eternidad” tienen la eternidad de Dios. Nuestro tiempo tuvo un
XQFODURVLJQL¿FDGRWHPSRUDO/RVYRFDEORV comienzo (cf. 1 Cor. 2:7) cuando nuestro uni-
ҳ{OkP en el AT y aipn HQ HO 17 VLJQL¿FDQ YHUVR¿QLWR\VXVKDELWDQWHVIXHURQFUHDGRV
básicamente “tiempo o duración largos”, re- El Creador trasciende tales limitaciones en
¿ULpQGRVH D XQ SHUtRGR GH WLHPSR OLPLWDGR su ser y en su experiencia de tiempo e histo-
o ilimitado. Que la eternidad se conciba en ria. Nuestro tiempo es una participación muy
XQPRGRWHPSRUDOQRVLJQL¿FDTXHOD%LEOLD OLPLWDGD¿QLWDHQODYLGDODFXDOHVODSOHQD
LGHQWL¿FDHWHUQLGDGFRQHOWLHPSRFUHDGRTXH posesión de Dios en maneras que sobrepa-
nosotros experimentamos como límite de san completamente aun nuestros mejores es-
QXHVWURVVHUHV¿QLWRVVLQRVLPSOHPHQWHTXH fuerzos racionales e imaginativos. Procurar

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Dios

GH¿QLU HO WLHPSR GH 'LRV VHUtD FODUDPHQWHidea difícilmente tenga algún lugar para una
un intento especulativo en el que estaríamos FRPSUHQVLyQKLVWyULFDGHOJUDQFRQÀLFWRHQ-
penetrando el misterio de su ser. Aquí el si- WUH'LRV\6DWDQiV YHU*UDQFRQÀLFWR,,9 
lencio es elocuencia. o para una verdadera encarnación histórica
Sin embargo, hemos comprendido algo de Jesucristo (ver Cristo I. A. 2). Al enseñar
importante: que de acuerdo con la Biblia, el HVWRODWHRORJtDFOiVLFDKDVHJXLGRDOD¿OR-
Dios eterno e inmutable (ver III. B) puede re- sofía griega en un olvido total del concepto
lacionarse directa y personalmente con todas bíblico de inmutabilidad.
las gentes dentro del plano de la historia hu- Por otra parte, aunque la Biblia no tenga
mana en una manera tal que, tanto Dios como XQDSDODEUDHVSHFt¿FDSDUDH[SUHVDUHOFRQ-
los seres humanos, comparten la misma histo- FHSWRGH³LQPXWDELOLGDG´D¿UPDFODUDPHQWH
ULD/DHWHUQLGDGGH'LRVVHUH¿HUHDODYLGDHque en Dios “no hay mudanza, ni sombra
KLVWRULDGH'LRVGLQiPLFD\VLQ¿QODFXDODOde variación” (Sant. 1:17). La comprensión
mismo tiempo incluye y totalmente sobrepasa bíblica de la eternidad de Dios (ver III. A)
el ámbito de nuestra historia creada. De acuer- DGPLWHXQDFRPSDWLELOLGDGGH¿QLGDHQWUHOD
do con la Biblia, la distancia entre Dios y su perfección de Dios y una concepción de su
creación, lo cual actualmente constituye un vida que incluye cambios dinámicos como,
obstáculo para una comunión directa e histó- por ejemplo, una novedad real (Isa. 43:19;
rica con él, no es consecuencia de la diferen- Jer. 31:31; Apoc. 21:5), emociones (Éxo.
cia entre un Dios atemporal, inmutable, y un 34:14; Núm. 11:33; Deut. 4:24; 6:15), rela-
hombre histórico, sino más bien la diferencia ciones (Lev. 26:12; Zac. 13:9; Apoc. 21:3)
entre un Dios santo y una humanidad pecado- e incluso el arrepentimiento de Dios (Éxo.
32:14; Jer. 18:8; 42:10). Parece claro que la
ra (Gén. 3:22-24; Isa. 59:2).
inmutabilidad del Dios bíblico, que es capaz
B. INMUTABILIDAD de cambiar su decisión de destruir a Nínive
(Jon. 3:4) a causa de la respuesta positiva
La inmutabilidad es otra característica del de los ninivitas a la predicación de Jonás
ser de Dios que ha sido un componente im- (v. 10), no puede entenderse como impasi-
portante de la doctrina cristiana de Dios a lo bilidad. Sin embargo, el cambio de opinión
ODUJRGHORVVLJORV/DLQPXWDELOLGDGVHUH¿H- de Dios, descrito como su arrepentimiento,
re a la ausencia de cambio en Dios. La Biblia no implica un cambio en su propósito divino
declara enfáticamente que Dios no cambia hacia los seres humanos, sino más bien una
(Mal. 3:6; Sant. 1:17). Desafortunadamente, adaptación al cambio de opinión y de propó-
VLQHPEDUJRODWHRORJtDWUDGLFLRQDOLGHQWL¿Fy sito de los seres humanos. Además, la Biblia
inmutabilidad con impasibilidad. Tal identi- concibe el cambio divino en relación con la
¿FDFLyQREHGHFHDODFRPSUHQVLyQDWHPSRUDO vida dinámica de Dios, no en relación con la
de eternidad (ver III. A). Cuando la inmuta- constitución de su ser. En otras palabras, la
bilidad se entiende como impasibilidad, se realidad de Dios no varía, ni cambia desde
dice que Dios posee una vida estática en la un ser menos perfecto a uno más perfecto.
que están totalmente excluidos relaciones, Dios siempre es el mismo (Sal. 102:26, 27;
emociones, experiencias nuevas y cambios Heb. 13:8).
en su vida interior; todo para que no se man- De acuerdo con la doctrina bíblica de
che la perfección de Dios. Dios, el movimiento y cambio en la vida
En otras palabras, la inmutabilidad des- divina, que de acuerdo con la teología clá-
cribiría la vida de Dios como desvinculada sica son imposibles, desempeñan un papel
de las experiencias y la historia humana. Tal muy importante en la naturaleza perfecta de

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Dios

la vida y actividad divinas. Además, la en- Juan 4:8). Precisamente a causa de esto su
carnación supone que Dios tiene la facultad ira es ajena a su naturaleza (Isa. 28:21). Con
no sólo de relacionarse y vivir dentro de los HO¿QGHHQWHQGHUGHELGDPHQWHORVFRQFHSWRV
límites del tiempo creado, sino también de bíblicos de amor e ira divinos es necesario
experimentar personalmente hechos históri- reconocer que ambos pertenecen a Dios sin
cos nuevos y reales. La encarnación impli- contradicción. Cuado Dios reveló su gloria a
ca un movimiento histórico real dentro de Moisés, explicó que él es un “Dios clemente
la misma vida divina de Dios sin requerir y compasivo, lento para la ira y grande en
cambio o desarrollo en la estructura del ser DPRU\¿GHOLGDGTXHPDQWLHQHVXDPRUKDVWD
divino (Fil. 2:6-8). Dentro de este contexto, mil generaciones después, y que perdona la
la inmutabilidad de Dios se muestra con- iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que
sistentemente a través de la Biblia como su no deja sin castigo al culpable, sino que cas-
³¿GHOLGDG´ R FRQVWDQFLD HQ VXV DFWRV KLV- tiga la maldad de los padres en los hijos y en
tóricos. Dios es capaz de hacer cosas en la los nietos, hasta la tercera y la cuarta genera-
historia y de cambiar su opinión (Jer. 18:8; ción” (Éxo. 34:6, 7, NVI).
42:10; Jon. 3:9, 10) sin violar la perfección
de su ser o sin experimentar un proceso de 1. Amor de Dios
desarrollo interior desde un nivel inferior Las Escrituras declaran que “Dios es
de su ser a otro superior. Al mismo tiempo, amor” (1 Juan 4:8, 16). Revelan a un “Dios
VX HWHUQD ¿GHOLGDG 6DO    JD- de amor” (2 Cor. 13:11) y el “amor de Dios”
rantiza que nunca cambiará su opinión sino (2 Cor. 13:14; cf. Efe. 2:4) hacia su creación.
más bien cumplirá siempre sus planes (Isa. El Padre (1 Juan 3:1), el Hijo (Efe. 3:19) y
el Espíritu Santo (Rom. 15:30) se empeñan
25:1), juramentos (Heb. 7:21), y promesas
en expresar su amante naturaleza interior no
de recompensa (Isa. 61:8) y protección (Sal.
sólo en los actos de crear el universo y te-
91:14) o castigo (119:75) en relación con las
ner comunión con él, sino más notablemente
GHFLVLRQHV KXPDQDV 3RU WDQWR OD ¿GHOLGDG
al idear e implementar un plan de salvación
histórica es una característica divina que dis-
DVRPEURVDPHQWHVDELR\FRPSOHMR/DGH¿-
tingue a Dios de los seres humanos (Núm.
nición del amor de Dios no puede derivarse
23:19; 1 Sam. 15:29). La inmutabilidad de
analógicamente de concepciones o experien-
Dios –entendida no como una impasibilidad
FLDV KXPDQDV (O VLJQL¿FDGR GHO DPRU VyOR
sino como la eterna identidad del ser de Dios
SXHGH VHU GH¿QLGR SRU 'LRV D WUDYpV GH XQ
FRQVLJR PLVPR \ OD ¿GHOLGDG FRQVWDQFLD \ acto de revelación directa. El amor es una
coherencia históricas de su relación, sus pro- realidad relacional. Juan descubre claramen-
pósitos y sus acciones hacia nosotros– es la te la naturaleza relacional del amor cuando
presuposición necesaria para ideas teológi- observa que “hemos conocido y creído el
cas tales como tipología, encarnación, cruz y amor que Dios tiene para con nosotros. Dios
HOJUDQFRQÀLFWRHQWUH'LRV\6DWDQiVVHJ~Q es amor; y el que permanece en amor, perma-
se presentan en toda la Biblia. nece en Dios, y Dios en él” (1 Juan 4:16).
Sin embargo, hay más en el amor divino
C. AMOR E IRA de lo que podría sugerir su estructura rela-
La predestinación (IV. B), la creación cional. El amor divino se explica claramen-
(IV. C), la revelación general (I. B), la pre- te cuando, de acuerdo con la predestinación
sencia histórica (IV. D) y la providencia (IV. eterna de Dios, “se manifestaron la bondad
E) revelan de diversas maneras a Dios como y el amor de Dios nuestro Salvador” (Tito
un ser relacional cuya esencia es el amor (1 3:4, NVI), y el Padre y Jesucristo nos die-

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Dios

ron “consolación eterna y buena esperanza (Gén. 3:15). Si Dios es amor y su propósito
por gracia” (2 Tes. 2:16). El amor de Dios explícito es salvar a los pecadores, surge la
recibe su manifestación más asombrosa e in- pregunta en cuanto a qué puede causar su ira.
esperada en la vida y muerte de Jesucristo De acuerdo con la Escritura, la ira divina se
(Rom. 8:39; 1 Juan 4:10; Rom. 5:8). El amor produce cuando el pecado persistente (Deut.
de Dios no sólo está en la base de la crea- 9:7; 2 Crón. 36:16; Jer. 7:20-34; 32:31-33;
ción (IV. C) sino también de la salvación. La Ose. 12:14; Rom. 2:5; Col. 3:5, 6) conduce
encarnación y la cruz de Cristo revelan en a los seres humanos a un rechazo inaltera-
verdad que el amor divino es un acto de ab- ble del amante ofrecimiento de salvación de
QHJDFLyQSRUFDXVD\HQEHQH¿FLRGHRWURV Dios en Jesucristo (Juan 3:36; Heb. 6:4-6).
aun del humilde, el despreciado, el indigno. Debido a que Dios es amor, no quiere “que
La Escritura describe la esencia del amor di- ninguno perezca, sino que todos procedan
vino cuando el Padre da al Hijo (Juan 3:16; al arrepentimiento” (2 Ped. 3:9; ver 1 Rey.
Rom. 8:32; cf. 2 Cor. 5:21) y, simultánea- 8:46-51). La ira de Dios puede ser evitada
mente, el Hijo se da a sí mismo (Gál. 2:20; por el arrepentimiento (1 Rey. 8:46-51; Joel
Efe. 5:2; Heb. 9:14). Pablo explica el carác- 2:12-14), la confesión (Dan. 9:16-19), la res-
ter abnegado del amor del Hijo por el mundo titución (Lev. 5:16; Núm. 5:7, 8) y la interce-
señalando que Cristo Jesús “no estimó el ser sión (Éxo. 32:9-14).
igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino En síntesis, la ira de Dios puede ser des-
que se despojó a sí mismo, tomando forma viada si los humanos aceptan la voluntad de
de siervo, hecho semejante a los hombres; y Dios (su ley) y el perdón, ofrecido gratuita-
estando en la condición de hombre, se humi- mente a todos en Jesucristo. Sin embargo,
lló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la al rechazar voluntaria y persistentemente la
muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:6-8). Sobre voluntad de Dios y su don amante de salva-
HVWD EDVH QR VRUSUHQGH RtU D 3DEOR D¿UPDU ción en Jesucristo, los pecadores se vuelven
que el amor de Cristo “excede a todo cono- SRU¿DGRV HQ VX RSRVLFLyQ DO 6HxRU FRQ OR
cimiento” (Efe. 3:19). Se desprende de esto cual se convierten en enemigos de la Deidad.
que el amor divino es la fuente (1 Juan 4:7) y Nahum explica que la ira de Dios se consuma
modelo (1 Cor. 13) del amor humano. en sus enemigos: “El Señor es un Dios celoso
y vengador. ¡Señor de la venganza, Señor de
2. Ira de Dios la ira! El Señor se venga de sus adversarios;
Que el Dios bíblico experimente y ex- es implacable con sus enemigos” (Nah. 1:2,
prese su ira hacia los pecadores, destruyén- NVI). Durante la historia de la salvación, la
dolos mediante el fuego eterno, parece ser ira de Dios se ha consumado sólo ocasional
ajeno a su naturaleza (Isa. 28:21). Sin em- y parcialmente (Lam. 2:1-3; cf. Hech. 17:30).
bargo, el concepto bíblico de ira de Dios no La ira de Dios tendrá una consumación esca-
es contradictorio a, ni incompatible con, su tológica en el último día, cuando “todos los
naturaleza amante. Debido a que Dios es soberbios y todos los que hacen maldad serán
amor, su propósito es salvar a todos los seres estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha
humanos. Pablo formuló este hecho básico dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará
de la teología cristiana en una declaración ni raíz ni rama” (Mal. 4:1; cf. Apoc. 14:10, 19;
concisa: “No nos ha puesto Dios para ira, 19:15-21; ver Juicio divino II. E.; III. B. 3).
sino para alcanzar salvación por medio de
nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes. 5:9). La D. TRASCENDENCIA
respuesta de Dios al pecado del hombre es Trascendencia es otro concepto teológico
el ofrecimiento de la salvación en Jesucristo que aparece en la Biblia sin una palabra es-

128
Dios

SHFt¿FDSDUDH[SUHVDUOR7UDVFHQGHQFLDEiVL- de la realidad de Dios con respecto a la rea-


FDPHQWH VLJQL¿FD ³LQGHSHQGHQFLD GH´ \ HQ lidad del universo (Gén. 1:1; Heb. 11:3) y,
HOHVWXGLRGHODQDWXUDOH]DGH'LRVVHUH¿HUH consecuentemente, la dependencia del uni-
a su independencia respecto de sus relacio- verso respecto de Dios (Isa. 42:5).
nes con el universo. De este modo la Escritura habla claramen-
El sentido en el cual Dios es diferente de te de la trascendencia de Dios desde el punto
la creación se ha entendido tradicionalmen- de partida de su inmanencia en el Santuario.
te sobre la base de su eternidad atemporal e El relato de la ceremonia de dedicación del
inmutabilidad impasible. En otras palabras, templo de Salomón (2 Crón. 5-7) señala la
Dios es diferente de la creación porque es trascendencia del ser de Dios más allá del
atemporal y no histórico, mientras que la ámbito de la creación. Comenzando con la
creación es temporal e histórica. La teolo- D¿UPDFLyQGHODLQPDQHQFLDSHUVRQDOHKLV-
gía clásica, basada en esta premisa, encuen- WyULFDGH'LRV ,9' HOUHODWRLGHQWL¿FDHO
tra una similitud básica, o analogía, entre la lugar de la morada de Dios en dos sitios: pri-
realidad trascendente de Dios y la realidad mero, la morada de su gloria personal en el
creada. Tal similitud es el fundamento que Santuario-templo terrenal (2 Crón. 5:13-6:2;
permite a la razón humana hablar sobre Dios 6:41; 7:1-3; cf. Éxo. 40:34-38), y segundo,
y elaborar una teología natural. Otros han su- su morada celestial (2 Crón. 6:21, 25, 27, 30,
gerido que entre Dios y la creación hay una 33, 39; cf. Heb. 8:1, 2; Apoc. 7:15). La mo-
diferencia absoluta y total designada como rada celestial de Dios no es todavía el ámbito
“trascendencia absoluta”. La trascendencia de su trascendencia, puesto que el “cielo” es
absoluta no reconoce similitud entre el ser parte de su creación. La morada de Dios en el
eterno de Dios y su creación histórica. cielo, entonces, debe entenderse como perte-
La Biblia concibe a Dios como diferente neciente a su inmanencia histórica, esto es, a
del mundo, tanto en términos de su realidad su relación con otras criaturas no afectadas
(Dios no es el mundo ni el mundo está in- por el pecado. La demanda de dos moradas
cluido en su ser) como en términos de su na- se debe, no a la trascendencia de Dios sino
turaleza. Sin embargo, es obvio que cuando más bien a la introducción del pecado en la
la diferencia se entiende como “trascenden- Tierra y a la necesidad de la presencia perso-
cia absoluta”, Dios llega a ser el grandioso nal de Dios con su pueblo.
forastero desconocido. Las consecuencias La dimensión de la trascendencia de
de los enfoques tradicional y moderno de la Dios nuevamente se pone de relieve cuando
interpretación de la trascendencia de Dios Salomón pregunta: “¿Es verdad que Dios ha-
han sido, en última instancia, responsables bitará con el hombre en la tierra? He aquí, los
del giro hacia concepciones panenteístas de cielos y los cielos de los cielos no te pueden
la inmanencia de Dios en los últimos tres si- contener; ¿cuánto menos esta casa que he
glos. De acuerdo con esta concepción, Dios HGL¿FDGR"´ &UyQ5H\ $TXt
ya no es una persona independiente del mun- se percibe y expresa el misterio de la reali-
do sino más bien el mundo mismo, con su dad de Dios. Dios vive en la Tierra, incluso
profunda causa ontológica o poder para ser. en un templo, y en el cielo (inmanencia), sin
Las Escrituras presentan un cuadro dife- embargo su ser sobrepasa completamen-
rente de la trascendencia de Dios. Desde el te la creación (trascendencia). Sólo cuando
comienzo, la doctrina de la creación arma el se revela el misterio del ser de Dios –como
escenario tanto para la trascendencia como totalmente independiente y completamente
para la similitud entre Dios y su creación. La por encima de sus criaturas, y sin embargo
creación de Dios establece la independencia al mismo tiempo capaz y dispuesto a entrar

129
Dios

en una relación íntima con su creación– so- JtDVTXH'LRVXVDVHOODPDQDQWURSRPRU¿V-


mos capaces de reconocer y adorar a Dios mos: atribuir a Dios características propias
en su majestad divina. Ningún esfuerzo de de los seres humanos. En los antropomor-
la razón o de la imaginación humana puede ¿VPRVEtEOLFRV'LRVUHYHODTXpHVpO\TXp
penetrar más allá de la revelación de Dios puede hacer en términos de realidades huma-
hasta su ser mismo. nas. Por ejemplo, cuando Dios dice que tiene
Sin embargo, las Escrituras no adoptan un brazo (Éxo. 15:16; Sal. 89:13), no quiere
la idea de una trascendencia “absoluta” que decir que él tiene exacta o unívocamente lo
excluya similitudes entre Dios y la creación. que nosotros llamamos brazo. La expresión
Por el contrario, de acuerdo con el relato bí- VLJQL¿FDTXHODUHDOLGDGGH'LRVHVFDSD]GH
blico de la creación, el hombre y la mujer realizar todo lo que puede ser realizado por
son creados “a imagen de Dios” (Gén. 1:27), XQ EUD]R KXPDQR H LQ¿QLWDPHQWH PiV 1R
ORTXHD¿UPDFODUDPHQWHXQDVLPLOLWXGHQWUH podemos concebir o imaginar la estructura
Dios y la humanidad. Con todo, la existencia verdadera de la realidad de Dios que le per-
GHHVDVHPHMDQ]DQRMXVWL¿FDHOXVRHVSHFX- mite ejecutar estos actos. Con todo, el len-
lativo de la sola razón para entender a Dios. guaje analógico nos revela aspectos del ser
Sólo Dios, que conoce perfectamente ambos de Dios y capacidades divinas, mientras que
lados de la analogía entre él mismo y la crea- al mismo tiempo resguarda el misterio de su
ción, puede extraer analogías/comparaciones naturaleza divina.
cognitivas sobre su propio ser en nuestro Él es real en sí mismo y tiene una for-
orden creado. Los seres humanos, que sólo ma, sin embargo esa realidad y forma divinas
conocen su propio lado de la creación, no exceden completamente la realidad y capaci-
pueden formular debidamente un cuadro dad de comprensión de las más encumbradas
analógico de la realidad de Dios. inteligencias creadas. Más allá de la revela-
Sobre esta base ninguna analogía extraí- ción de su ser, el silencio es y siempre será
da de la creación puede servir de fundamen- elocuencia. Se da la revelación cuando Dios
to para atribuir a Dios alguna forma física mismo se relaciona directamente con nuestra
o conceptual. En otras palabras, la analogía historia humana. Desde el punto inicial de su
que existe entre Dios y la creación no fun- revelación, el misterio de su ser trascendente
damenta la posibilidad de desarrollar una aparece como lo que no puede ser compren-
teología natural. No es de sorprenderse que dido por nuestra inteligencia limitada.
el segundo mandamiento nos instruya a no La trascendencia de Dios se muestra en
hacer “ningún ídolo, ni nada que guarde se- conexión con varios de sus atributos según
mejanza con lo que hay arriba en el cielo, están revelados en la Biblia: por ejemplo, los
ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con atributos de presciencia, omnisciencia y om-
lo que hay en las aguas debajo de la tierra” nipotencia. Sin embargo, la trascendencia de
(Éxo. 20:4, NVI). Sólo Dios puede usar ana- Dios se revela en su nivel más profundo en la
logías para revelarse a sí mismo sin acudir a doctrina de la Trinidad.
especulaciones vanas. Algunas de las analo-

IV. ACTOS DIVINOS


A. PRESCIENCIA 2:3, NVI). Dios no sólo se conoce a sí mismo
El Dios eterno e inmutable de la Biblia sino que también conoce el universo creado.
es capaz de conocimiento (Jos. 22:22): “El El conocimiento que Dios tiene de sí mismo
Señor es un Dios que todo lo sabe” (1 Sam. se describe en claros términos trinitarios.

130
Dios

Pablo declara que “nadie conoce los pensa- Juan proclama claramente la omniscien-
mientos de Dios sino el Espíritu de Dios” (1 FLDGH'LRVFXDQGRGHFODUDHVSHFt¿FDPHQ-
Cor. 2:11, NVI). Cristo mismo observó que te que Dios “sabe todas las cosas” (1 Juan
“nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al 3:20). Pablo articula el mismo concepto
Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a cuando explica que “ninguna cosa crea-
quien el Hijo lo quiera revelar” (Mat. 11:27; da escapa a la vista de Dios. Todo está al
cf. Luc. 10:22). Este conocimiento pertenece descubierto, expuesto a los ojos de aquel a
a la naturaleza de Dios y se encuentra en la quien hemos de rendir cuentas” (Heb. 4:13,
fuente misma de toda actividad divina, tanto NVI). La omnisciencia de Dios obviamen-
en la creación como en la redención. El reco- te incluye el mundo (Job 38:33; Gén. 1:31)
nocimiento de Isaías de que “insondable es y los seres humanos y sus acciones libres
su inteligencia” (Isa. 40:28, B-C) se aplica (Sal. 44:21; 139:1-5; Mat. 6:8, 32; Luc.
a este nivel del conocimiento divino. Puesto 16:15; Hech. 15:8).
que este conocimiento pertenece a la esen-  3HGUR \ 3DEOR D¿UPDURQ FODUDPHQWH OD
cia íntima de la Deidad, los seres creados presciencia de Dios (Hech. 2:23; Rom. 8:29;
no pueden obtenerlo ahora, ni los redimidos 11:2). Pero mucho antes Dios, a través de los
tendrán acceso a él por toda la eternidad. escritos de Isaías, reveló explícitamente el
De acuerdo con la Escritura, el conoci- VLJQL¿FDGRWHROyJLFRGHODSUHVFLHQFLDFXDQ-
miento de Dios es perfecto (Job 37:16). Sin do proclamó: “Yo soy Dios, y no hay otro
embargo, el conocimiento divino no debe Dios, y nada hay semejante a mí, que anun-
LGHQWL¿FDUVH FRQ OD RPQLSRWHQFLD GH 'LRV cio lo por venir desde el principio, y desde
Cuando la Escritura habla de conocimiento la antigüedad lo que aún no era hecho” (Isa.
divino, incluyendo la omnisciencia y la pres- 46:9, 10; cf. 41:21-24; 44:6-8). La prescien-
ciencia, la característica pasiva del conoci- FLDHQWRQFHVHVODD¿UPDFLyQGHTXHODRP-
miento no es eliminada por la soberanía de nisciencia de Dios incluye no sólo realidades
Dios. Si la receptividad es eliminada, tam- pasadas y presentes sino también futuras.
bién lo es el conocimiento. Cuando los auto- Por otra parte, en la Escritura la presciencia
res bíblicos describen a Dios como alguien VHUH¿HUHSULQFLSDOPHQWHDHYHQWRVKLVWyULFRV
TXHFRQRFHHOXQLYHUVRFUHDGRVHLQ¿HUHTXH futuros realizados por Dios (Hech. 15:16-18;
la capacidad divina es afectada por una rea- Rom. 8:29, 30), por seres humanos (Sal.
lidad creada diferente de él mismo. Sin em- 139:16) o por ambos (Hech 2:23).
bargo, el conocimiento que Dios posee de la La Escritura enseña que Dios sabe y que
creación sobrepasa el conocimiento humano, su conocimiento incluye todo, aun decisio-
que sólo puede lograr un conocimiento par- nes libres de seres humanos que todavía no
cial y limitado de la realidad, mientras que existen. Sin embargo, la manera en que él
Dios no experimenta ninguna limitación sabe pertenece al nivel oculto de la natu-
o parcialidad. La característica ilimitada raleza divina. La presciencia de Dios no es
del conocimiento de Dios se presenta en la contradictoria ni lógicamente incompatible
Escritura como omnisciencia y presciencia. con el libre albedrío humano. Los que perci-
/D RPQLVFLHQFLD VH UH¿HUH DO KHFKR GH TXH ben una contradicción insuperable suponen
Dios abarca todo en su conocimiento; la implícitamente que la manera de conocer de
SUHVFLHQFLDVHUH¿HUHDODFDSDFLGDGGH'LRV Dios funciona exactamente como lo hace
de incluir en su omnisciencia no sólo reali- nuestra limitada manera humana de cono-
dades pasadas y presentes sino también rea- cer. Si se considera seriamente la presciencia
lidades futuras, aun las acciones libres de las divina, tal como la presenta la Escritura, re-
personas. sulta obvio que el conocimiento de Dios fun-

131
Dios

ciona en maneras que no podemos explicar FRQWH[WRJHQHUDOODSUHGHVWLQDFLyQVHUH¿HUH


por analogía o imaginación. Esto nos lleva a la actividad volitiva de Dios (Efe. 1:5, 9,
nuevamente al misterio de Dios. 11) al decidir la estructura y los componentes
No debiera olvidarse la reacción de David básicos requeridos para lograr la redención
al comprender la omnisciencia de Dios. de la humanidad (1 Cor. 2:7). En un sentido
Después de describir el conocimiento om- general cualquier decisión divina que deter-
niabarcante de Dios, simplemente concluyó: mina la naturaleza y la estructura de la rea-
“Tal conocimiento es demasiado maravilloso lidad creada puede considerarse como perte-
para mí; alto es, no lo puedo comprender” neciente a la predestinación. De este modo,
(Sal. 139:6). La naturaleza de Dios como la creación del mundo es la actualización del
misterio (ver II. B) también está presente anteproyecto de Dios para la naturaleza. En
cuando tratamos con su omnisciencia y pres- VHQWLGR EtEOLFR OD SUHGHVWLQDFLyQ VH UH¿HUH
ciencia. Por un lado, a través del aspecto re- HVSHFt¿FDPHQWHDOSODQGLYLQRGHVDOYDFLyQ
velado del misterio, somos capaces de captar Así como la creación fue la actualización
el hecho de la omnisciencia y la presciencia del anteproyecto de Dios para las realidades
de Dios. Por otra parte, debido al aspecto en- creadas, la predestinación fue su plan para la
cubierto de la naturaleza divina, es imposible salvación de los pecadores.
para los seres humanos comprender la mane-  /D(VFULWXUDVHUH¿HUHDODQWHSUR\HFWRGL-
ra en que Dios es capaz de realizar sus ac- vino para la salvación de la humanidad con
tividades cognitivas dentro del ámbito de la palabras como “propósito” (gr. próthesis, un
omnisciencia y la presciencia. Por esta razón “plan trazado con anticipación” [Rom. 8:28;
no es posible desarrollar una interpretación 9:11; Efe. 1:11; 3:11; 2 Tim. 1:9]), “miste-
rio” (Efe. 3:9) y “sabiduría divina, misterio-
teológica de la capacidad cognitiva de Dios.
sa, escondida” (1 Cor. 2:7, N-C). La palabra
Por tanto, la revelación de la omnis-
“predestinación”, que aparece en la Biblia
ciencia y la presciencia de Dios no provee
como el verbo griego SURǀUt]ǀ (“decidir de
un punto de partida para una teología del
antemano”), también la utilizan los escrito-
conocimiento divino. Al contrario, muestra
res bíblicos para referirse a la decisión previa
que ninguna mente humana puede entender
y eterna de Dios respecto a su plan de salva-
la manera en que Dios conoce. Cualquier in-
ción (Hech. 4:28; Rom. 8:29, 30; 1 Cor. 2:7;
tento de interpretar la estructura de la cogni-
Efe. 1:5, 11).
ción divina aparte de la información revelada
Dios concibió y determinó el plan de sal-
no sólo es no bíblica sino que es el producto vación “antes de la fundación del mundo”
de la imaginación humana. Otro propósito (Efe. 1:4; 1 Ped. 1:20), antes de la existencia
para la revelación de la omnisciencia y pres- de “los siglos” (1 Cor. 2:7), “desde el prin-
ciencia divinas, tal como se ve en la Biblia, cipio” (2 Tes. 2:13; cf. Juan 1:1). Ésta es la
es proveernos el marco necesario para una UD]yQSDUDHOSUH¿MRpre en “predestinación”.
comprensión clara de actividades redentoras Antes de la caída (Gén. 3), antes de la crea-
como la predestinación (Rom. 8:29), la elec- ción del mundo (Gén. 1; 2), aun antes de las
ción (11:28) y la cruz (Hech. 2:23). edades del tiempo creado, en la eternidad,
Dios ideó y decidió en sí mismo la estructura
B. PREDESTINACIÓN del plan para la salvación de la humanidad
La omnisciencia y la presciencia se re- (IHYHU*UDQFRQÀLFWR,$ 
¿HUHQ D OD DFWLYLGDG FRJQLWLYD GH 'LRV UHV- La predestinación de Dios no determina
pecto al mundo en general y a las acciones la salvación o condenación eterna de los se-
humanas libres en particular. Dentro de este res humanos, como algunos quisieran hacer-

132
Dios

QRVFUHHU/DHQVHxDQ]DEtEOLFDQRLGHQWL¿FD El universo llegó a existir por la orden di-


predestinación con presciencia, por eso se recta del Señor (Sal. 148:5, 6; Heb. 3:4).
dice que Dios predestina todo lo que conoce /D (VFULWXUD SUHVHQWD HVSHFt¿FDPHQWH D OD
de antemano. Es verdad que la idea bíblica Deidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– uni-
de presciencia incluye el conocimiento de dos en la empresa de realizar el acto de la
Dios de nuestro destino eterno. Sin embargo, creación (1 Cor. 8:6; Heb. 1:2; Isa. 37:16;
la Escritura niega en dos registros la preten- Juan 1:3; Gén. 1:2; Job 33:4).
sión de que Dios predetermina los destinos La creación depende totalmente de la sa-
humanos. Primero, Pablo diferencia clara- biduría y la actividad de Dios. En otras pa-
mente entre conocimiento previo y predes- labras, de acuerdo con la Escritura, la crea-
tinación (Rom. 8:29). Por esto no debieran ción no requiere ni supone la existencia de
confundirse las dos nociones. Segundo, de ningún principio fuera de Dios, como ser
acuerdo con la Escritura, la salvación de los la materia o la energía física. Pablo explica
seres humanos implica no sólo el plan de que Dios “llama las cosas que no son como
predestinación y las obras de salvación de si ya existieran” (Rom. 4:17, NVI); en una
Dios, sino también la libre respuesta de fe al manera más explícita y técnica él hace claro
llamado y la incitación del Espíritu Santo. El el hecho de “que el universo [ha sido cons-
papel del libre albedrío en la determinación tituido] por la palabra de Dios, de modo que
de nuestro destino eterno está presente im- lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”
SOtFLWDPHQWHHQODHQVHxDQ]DGHOMXLFLR¿QDO (Heb. 11:3). No debe entenderse la creación
incluido en la predestinación divina (Hech. en analogía con la creatividad humana, por-
17:31), la cual vincula, entre otras cosas, la que la creatividad humana es el proceso de
ordenar una realidad material preexistente.
encarnación y muerte de Jesucristo, la libre
La concepción bíblica, de que la creación de
respuesta humana al llamado a aceptar todas
Dios depende totalmente de su poder (Jer.
las provisiones del plan de Dios y el juicio
10:12) y no requiere materia independiente
que Dios hace de nuestra respuesta.
preexistente o una extensión de su propio
ser, se capta debidamente en la tradicional
C. CREACIÓN
expresión latina ex nihilo (“de la nada”). En
En el contexto general de la omnis- consecuencia, nociones como el dualismo
ciencia, la presciencia, la predestinación y platónico, el emanacionismo neoplatónico,
la elección divinas, la creación de Dios se el panteísmo, el panenteísmo y el evolucio-
UH¿HUH D VX DFWLYLGDG FRQFUHWD TXH JHQHUy nismo moderno no encuentran apoyo en el
la existencia de una nueva realidad aparte relato bíblico de los orígenes de la realidad.
de él mismo: el universo. Entonces, por un Debido a que la naturaleza eterna (ver
lado, la creación hace real el anteproyecto III. A), inmutable (ver III. B) de Dios no es
teórico de Dios para el mundo (ver Prov. atemporal sino más bien compatible con el
8:22-31; cf. Jer. 10:12), y por el otro hace tiempo creado como lo conocemos, Génesis
posible la historia y necesaria la providen- 1 y 2 describen el proceso histórico de siete
cia divina (ver IV. E). días literales dentro de los cuales Dios, por
Desde el comienzo (Gén. 1; 2) hasta el una serie de actos creativos sucesivos y com-
¿Q $SRF   OD (VFULWXUD HQVHxD TXH plementarios, trajo nuestro mundo a la exis-
Dios es el Creador de los cielos y la Tierra. tencia. El clímax de la obra de Dios de crear
Se nos dice que “por la palabra del Señor el mundo ocurrió en el séptimo día (Gén.
fueron creados los cielos, y por el soplo 2:2; cf. Mar. 2:27). El descanso de Dios de la
de su boca, las estrellas” (Sal. 33:6, NVI). tarea de crear la realidad física de los cielos y

133
Dios

la Tierra permite que se cumpla el propósito la incesante obra de preservación de Dios, la


de la creación: la comunión personal directa cual se efectúa constantemente por su poder.
de Dios con los seres humanos (ver IV. D). Esdras enunció esta idea básica: “Tú solo
(QXQVHQWLGRPX\UHDOSXHGHD¿UPDUVHTXH eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos
dicha comunión es constitutiva del ser de la de los cielos, con todo su ejército, la tierra y
humanidad. todo lo que está en ella, los mares y todo lo
La creación trajo el mundo a la existencia TXH KD\ HQ HOORV \ W~ YLYL¿FDV WRGDV HVWDV
de la no existencia. El mundo es el “otro” cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran”
diferente de Dios, una realidad separada de (Neh. 9:6). Pablo lo expresó brevemente: “Él
Dios. Esto implica que Dios no es la suma [Cristo] es antes de todas las cosas, y todas
total de la realidad. La idea de la creación las cosas en él subsisten” (Col. 1:17; cf. Heb.
como lo “otro” diferente de Dios contradi- 1:3; ver Creación I. A, B; II. C).
ce explícitamente el argumento panteísta- Después de la entrada del pecado se reve-
panenteísta de que debido a que Dios debe ló otra dimensión del poder creativo de Dios
FRQFHELUVH FRPR ³LQ¿QLWR´ H LOLPLWDGR HQ- en la obra de transformar a los pecadores y
tonces no puede haber “otro” fuera de él. En restaurarlos a la imagen de Dios en la cual
el sentido bíblico, la creación, como la mani- fueron creados (2 Cor. 5:17; Gál. 6:15; Efe.
festación de la sabiduría y el amor de Dios, 4:24). La obra de la redención requiere el
muestra claramente el amor de Dios por la SRGHUFUHDWLYRGH'LRVFRQHO¿QGHWUDHUOD
creación al permitir lo “otro” en contraste salvación a la existencia, no sólo ex nihilo
con él. En sentido relacional, la creación de sino de lo que explícitamente se opone a la
'LRVOROLPLWDFRQHO¿QGHFRQFHGHU³HVSD- voluntad y el poder de Dios. El poder crea-
cio” para la criatura. Sin embargo, en su ser
tivo de Dios en la salvación no se conduce
eterno Dios no está limitado por el espacio y
de la misma manera en que obró su poder
el tiempo como lo están las criaturas. De este
en la creación original del mundo físico. Tal
modo la creación llega a ser la condición ne-
LGHQWL¿FDFLyQ H[FOXLUtD GRV LGHDV EtEOLFDV
cesaria para la relación de Dios con las cria-
relacionadas: la concepción histórica del go-
turas y, por tanto, la condición necesaria para
bierno divino de los asuntos humanos (ver
la historia.
IV. E) y el libre albedrío del individuo res-
El alcance de la obra divina de la crea-
pecto al proceso de salvación (ver IV. A). No
ción es universal e incluye todo lo que está
seguir la comprensión bíblica del gobierno
en el universo fuera de Dios (Gén. 1:1; Isa.
40:26; Juan 1:1-3; Col. 1:16; Apoc. 4:11; de Dios y el libre albedrío humano causaría
10:6). La creación, como una obra diseña- necesariamente distorsión en la interpreta-
da y ejecutada por Dios, no debe concebir- FLyQGHODVGRFWULQDVGHODMXVWL¿FDFLyQ\OD
se como inherentemente maligna o como VDQWL¿FDFLyQ
un paso que Dios decidió dar para alcanzar La historia del mundo y la salvación no
un objetivo ulterior. El relato bíblico de la sólo comienza y continúa sobre la base de la
creación expresa claramente que “vio Dios creación de Dios, sino que también concluye
todo lo que había hecho, y he aquí que era con la creación de Dios de “nuevos cielos y
bueno en gran manera” (Gén. 1:31). El poder nueva tierra” (Isa. 65:17; cf. Apoc. 21:1-5).
divino involucrado en la creación continuó
obrando después de la semana de la creación. D. PRESENCIA HISTÓRICA
La creación del mundo físico quedó termina- La Biblia concibe la presencia de Dios
da en seis días. Sin embargo, ni siquiera la en el mundo como su morada histórica con
realidad física del mundo puede existir sin su pueblo. Isaías hizo notar que el Señor no

134
Dios

sólo habita “en la altura y la santidad” sino DFRQWHFLPLHQWRVVRQHOSULPHUViEDGRDO¿Q


también “con el quebrantado y humilde de de la semana de la creación (Gén. 2:1-3), el
espíritu” (Isa. 57:15). La presencia histórica Santuario (Éxo. 25:8) y la encarnación del
de Dios de la cual habla la Biblia se con- Hijo eterno (Juan 1:14). En cada hecho se
vierte en “inmanencia” divina en teología. mantiene la misma estructura relacional. El
³,QPDQHQWH´VLJQL¿FDEiVLFDPHQWHDOJRTXH concepto bíblico de Dios lo muestra entran-
es inherente, que reside en, o que existe den- do en relación con el mundo por él creado
WURGHDOJ~QRWURVXMHWRRVXVWDQFLD$¿UPDU y que él sostiene continuamente, no como
OD LQPDQHQFLD GH 'LRV HQWRQFHV VLJQL¿FD una fuerza oculta en las profundidades de la
creer que de algún modo Dios existe dentro naturaleza, sino más bien como una persona
del mundo. Algunos han interpretado la in- que se relaciona con los seres humanos al ha-
manencia de Dios en el mundo como “pan- ELWDUFRQHOORVDORODUJR\GHQWURGHOÀXMRGH
WHtVPR´ORFXDOVLJQL¿FDTXHWRGRHV'LRV la historia humana.
o como el panenteísmo, según el cual todo Cuando la inmanencia de Dios se entien-
está “en” Dios. Tanto el panteísmo como el de como “habitar con” –como se ve en el sá-
panenteísmo pasan por alto la doctrina bí- bado, el Santuario y la encarnación–, resulta
blica de la creación, que establece una dife- FODURHOVLJQL¿FDGRGHODUHODFLyQ³HQ&ULVWR´
rencia total entre el ser de Dios y la realidad (Rom. 8:1; Fil. 4:7; 2 Tim. 3:12; File. 6) o
de su creación. Generalmente, la enseñanza “Cristo en vosotros” (Rom. 8:10; Efe. 3:17;
cristiana acerca de la inmanencia de Dios se Col. 1:27). En ambos aspectos, la relación
entiende como que Dios mismo está presente equivale a la morada interior del Espíritu
dentro de la naturaleza. Santo (1 Cor. 6:19; 2 Tim. 1:14; Heb. 6:4).
De acuerdo con la Biblia, Dios se rela- En otras palabras, el concepto bíblico de lo
ciona con el mundo de diferentes maneras. que la teología tradicional llama inmanencia
Por ejemplo, por su sabiduría y poder Dios GH'LRVQRVHUH¿HUHDVXVHU\SRGHUVLQRD
es el Creador (Gén. 1:1-2:25; Apoc. 14:7) y su persona y amor. La comprensión bíblica
Sustentador (Hech. 17:25; Heb. 1:3) de la na- de la inmanencia de Dios como el hecho de
turaleza y de los seres humanos, haciendo así “habitar con” su pueblo es de suprema im-
posible la historia humana. En este contexto, portancia para una comprensión correcta de
“en él vivimos, y nos movemos, y somos” los actos de Dios y su desarrollo en el gran
(Hech. 17:28). Pero las obras de la crea- FRQÀLFWRHQWUH&ULVWR\6DWDQiVGHVGHODUH-
ción y de la sustentación de la creación son belión de Lucifer contra Dios y su ley en el
obras del poder extraordinariamente grande cielo (Apoc. 12:7, 8) hasta la restauración
de Dios, el cual no debe confundirse con su escatológica (Apoc. 21:1-4).
presencia personal residente en el mundo, La Escritura entiende la inmanencia
que es el concepto bíblico de inmanencia. La de Dios como su presencia histórica con la
creación y la sustentación constituyen única- naturaleza (Sal. 68:8; 114:7), los creyen-
mente las condiciones que hacen posible la tes (Sal. 16:11), los incrédulos (Gén. 4:16;
inmanencia de Dios. La residencia histórica Apoc. 14:10), los ángeles en el cielo (Luc.
de Dios apunta a su relación con el mundo 1:19), Israel (Éxo. 33:13-23) y la iglesia
como algo diferente de él. (Mat. 28:20). Además, la Biblia describe la
En tres hechos históricos de importan- presencia histórica, personal, de Dios como
cia decisiva registrados en la Escritura se omnipresente y que penetra todas las cosas
PDQL¿HVWDODHVWUXFWXUDGHODLQPDQHQFLDGH (Jer. 23:23, 24; Sal. 139:7-12). El Dios bí-
Dios bajo la categoría de comunión, en el blico puede relacionarse con el espacio en
sentido concreto de “habitar con”. Esos tres una manera que es imposible para los seres

135
Dios

humanos limitados. La presencia histórica, humana y universal. El registro bíblico se re-


personal, directa de Dios es real y simultá- ¿HUHDODSURYLGHQFLDGH'LRVHQHOFRQWH[WR
nea en todos los lugares de su vasto universo. del origen y la existencia del pecado en el
Esta capacidad del ser de Dios se conoce en cielo (Job 1:6-12; 2:1-6; Isa. 14:12-20; Eze.
lenguaje teológico como omnipresencia de 28:11-19; Apoc. 12:4, 7, 8) y su extensión a
Dios. la Tierra con la caída histórica de Adán y Eva
Tradicionalmente, la teología cristiana se (Gén. 3:1-7). La providencia, como gobierno
ha ocupado de la comprensión de la inma- divino, tiene que ver con la promulgación del
nencia de Dios sólo después que el concepto eterno plan de salvación de Dios en las con-
de la trascendencia de Dios (ver III. D) se ha tingencias y limitaciones propias de la natu-
determinado sobre la base de la interpreta- raleza y la historia humanas. La providencia,
ción atemporal de su eternidad (ver III. A) e concebida bíblicamente, pertenece a la esen-
inmutabilidad (ver III. B). Esta posición, que FLDGHODVDFWLYLGDGHVVDOYt¿FDVGH'LRV'H
no tiene espacio para el concepto bíblico de acuerdo con la Escritura, la salvación no es
la presencia histórica de Dios, debe presentar el resultado de una sola actividad divina: la
más argumentos para evitar que se la con- muerte y resurrección de Cristo. La muerte
sidere partidaria del panteísmo o el panen- y resurrección de Cristo son el fundamento
teísmo. La Biblia sigue el camino opuesto: SDUDWRGDVODVGHPiVDFFLRQHVVDOYt¿FDVGL-
dentro del contexto provisto por una inter- vinas, pero ellas solas no pueden causar la
pretación histórica de la eternidad y la inmu- consumación del plan de salvación de Dios
WDEOH¿GHOLGDGGHODVDFFLRQHVGH'LRVHQOD (predestinación). La providencia de Dios,
historia, el Señor se revela a sí mismo pri- con sus múltiples complejidades, desempeña
un papel esencial en la salvación de la huma-
meramente a través de su presencia histórica
nidad y del universo (cf. Col. 1:20).
cuando “habita con” su pueblo. Incluso la
Los creyentes y los teólogos deben com-
idea de trascendencia se considera desde el
prender el punto de vista bíblico de la mane-
punto de partida provisto por la comprensión
ra en que Dios gobierna la historia. Hablando
histórica de la presencia de Dios.
en términos generales, Dios gobierna la his-
WRULDKLVWyULFDPHQWH(VWRVLJQL¿FDTXH'LRV
E. PROVIDENCIA
no gobierna mediante decretos eternos que
La palabra “providencia” viene del latín determinan el curso de la historia humana.
providereTXHVLJQL¿FD³SUHYHU´$XQTXHOD Por el contrario, el cuadro bíblico de la pro-
palabra no es bíblica, el concepto de provi- videncia de Dios presenta a Dios llevando a
dencia es fundamental en las Escrituras y se cabo sus planes dentro de las limitaciones y
UH¿HUHDODUHYHODFLyQFRQFHUQLHQWHDOJRELHU- complejidades de la historia humana. Existen
no de Dios del mundo y el universo. Así, la dos clases principales de actividad providen-
palabra se usa aquí como sinónimo para el cial divina: indirecta y directa.
gobierno de Dios.
La providencia incluye una multiplicidad 1. Actividad providencial indirecta
de acciones divinas, todas relacionadas con el Según la Escritura, el modo indirecto de
desarrollo de la historia humana y universal. actividad providencial de Dios incluye los
Pablo distingue providencia (Rom. 8:28) de siguientes patrones: (1) La decisión divina
presciencia y predestinación (vs. 29, 30). En de permitir que el pecado siga su curso natu-
el pensamiento bíblico, presciencia, predes- ral en el nivel general de la historia humana
tinación y creación son las condiciones nece- (Gén. 3:8-15) y también respecto a situa-
sarias para el gobierno de Dios de la historia ciones históricas más concretas (Sal. 81:12,

136
Dios

13; Mat. 19:8; Hech. 14:16; Rom. 1:24, 26, no está ya consumado en la presciencia de
28), lo cual es fundamental. (2) En cualquier Dios; sólo está anticipado. Sin la enseñanza
situación dada Dios limita concretamente bíblica sobre la realidad de la presciencia de
el alcance efectivo del mal (Job 1:12; Sal. Dios, tanto Dios como los creyentes vivirían
124:1-3; 1 Cor. 10:13; cf. Hech. 17:26). (3) en un estado de incertidumbre en cuanto al
Dios puede usar situaciones causadas por los futuro. Por otra parte, los contenidos de la
actos humanos malignos para producir su presciencia verdadera y cierta de Dios lle-
propósito de salvación (Gén. 50:20; Hech. garán a ser una realidad mediante la parti-
2:36). (4) A veces Dios interviene para impe- cipación y dirección personal de Dios en la
dir que un ser humano peque (Gén. 20:6; Sal. historia humana (cf. Juan 1:17). De acuerdo
19:13; Jud. 24). En lenguaje teológico, estos con la Escritura, Dios guía personalmente la
patrones de la actividad providencial de Dios KLVWRULDKXPDQDDSDUWLU\GHQWURGHOÀXMR\
se conocen, respectivamente, como la volun- complejidades de las realidades humanas, y
tad de Dios permisiva, limitativa, directiva y no desde el cielo mediante decretos eternos e
preventiva. irresistibles.
De acuerdo con la Escritura, Dios no
controla la historia humana en el sentido de 2. Actividad providencial directa
que dispone y ejecuta todo lo que ocurre. La dirección providencial directa de Dios
Más bien, Dios está personalmente involu- HVWiFODUDPHQWHHMHPSOL¿FDGDHQOD(VFULWXUD
crado en guiar la historia humana hacia su por la decisión de Dios de morar entre su
objetivo designado por él mismo (predesti- pueblo, de vivir con ellos y dirigirlos (Éxo.
nado): “Reunir todas las cosas en Cristo... 3:1-14; 25:8; 40:34-38). La encarnación
así las que están en los cielos, como las que está presentada claramente como una con-
están en la tierra” (Efe. 1:10). Debido a que tinuación del modelo directo de Dios de la
la naturaleza humana como fue ideada por dirección providencial de la historia huma-
Dios implica la característica esencial de li- na (Juan 1:14). Después de la ascensión de
bertad o autodeterminación, Dios no fuerza Cristo este modelo de providencia divina se
ni controla a los seres humanos, mucho me- centró en torno a la presencia y la obra del
nos toda la extensión de la historia. Puesto representante de Cristo: el Espíritu Santo.
que la fuerza es incompatible no sólo con Las intervenciones directas de Dios en la
la libertad sino también con el amor, el pro- conducción de la historia humana incluyen
pósito de Dios en la historia, que es atraer también la revelación de su voluntad a través
hacia sí a todos los seres humanos que es- de los profetas, de actos milagrosos y de la
tán dispuestos, no puede lograrse forzando misión de la iglesia. Finalmente, la interven-
o pasando por alto la libertad humana. En ción providencial directa de Dios incluye su
su participación en la historia humana Dios “extraña obra”, la ira divina, tanto a lo lar-
está obrando la salvación en varios niveles: go de todo el período de la historia humana
individual, social y cósmico. Los resultados como en la erradicación escatológica del pe-
no están predeterminados. Sin embargo, no cado del universo (ver III. C).
se nos deja en la incertidumbre en cuanto al La providencia divina utiliza todas las
GHVHQODFHGHOIXWXUR¿QGHODKLVWRULD formas indirectas y directas conocidas de ac-
La presciencia de Dios es el fundamen- tividad divina, esas reveladas en la Escritura
to para tener certeza en cuanto al futuro. Sin y probablemente muchas más acerca de las
embargo, esto no elimina el trabajo, el ries- cuales no tenemos la menor idea. La diná-
go, el involucramiento y aun el sufrimiento mica guiadora de la providencia de Dios es
de la tarea divina de la providencia. El futuro un proceso de educación en el cual los con-

137
Dios

tenidos son la revelación de la voluntad de -XLFLR,,,9 \ODPDQLIHVWDFLyQ¿QDOGHODLUD


Dios en la Escritura, el maestro es Cristo a divina. El juicio es una obra extraña para un
través del Espíritu Santo, y los estudiantes Dios de amor y misericordia (Isa. 28:21); sin
son todos los seres humanos. El propósito de embargo, es una parte integral del gobierno
este proceso es cambiar la mente de los se- de Dios, efectuado sólo sobre quienes cons-
res humanos libres y permitirles comprender ciente y voluntariamente rechazan el ante-
y elegir libremente la voluntad revelada de proyecto de Dios para la vida y la historia
Dios. Así es como los creyentes tienen “la KXPDQDV(QWRQFHVODFRQVXPDFLyQ¿QDOGHO
mente de Cristo” (1 Cor. 2:16; cf. Fil. 2:5; 1 propósito de Dios exige “destruir a los que
Ped. 4:1; 2 Ped. 1:4). Cuando se produce esta destruyen la tierra” (Apoc. 11:18). Ésta no es
transformación, con la intervención directa una obra de control sino sólo de retribución
GHODMXVWL¿FDFLyQ\ODVDQWL¿FDFLyQGLYLQDV por la destrucción y el sufrimiento causados
la historia humana se desarrolla libremente por quienes voluntariamente rechazan la ley
de acuerdo con la voluntad de Dios. No se de Dios y las provisiones de la salvación en
necesita ningún control gracias a la entrega Jesucristo. Esta retribución, que también in-
inteligente y voluntaria del creyente a la ley cluye la destrucción del originador del peca-
y la voluntad de Dios. A medida que se for- do (Mal. 4:1; Apoc. 20:10), es necesaria para
ma, esta comunidad de discípulos (Israel en la creación de “un cielo nuevo y una tierra
tiempos del AT y la iglesia en tiempos del QXHYD´ $SRF   \ OD HUUDGLFDFLyQ ¿QDO
NT) se convierte en un instrumento en el del mal del universo (Nah. 1:9).
mismo proceso que lo trajo a la existencia. La Escritura presenta, a través de la his-
La consumación de ese propósito es la mi- WRULD \ OD SURIHFtD XQD UHÀH[LyQ GHWDOODGD
sión de la iglesia y la razón de su existencia sobre las maneras múltiples en las que Dios
como una entidad corporativa. ha estado, continúa estando y todavía segui-
El logro de los propósitos de Dios impli- UiHVWDQGRLQYROXFUDGRHQODDFFLyQVDOYt¿FD
ca más que esta actividad directa e indirecta providencial, guiando personalmente a cada
central, universal, persuasiva-educacional. ser humano receptivo hacia el logro de la sal-
Implica también una obra de juicio (ver vación presente y futura en Jesucristo.

V. UNICIDAD DE DIOS
 1R KD\ XQ OXJDU HVSHFt¿FR GRQGH OD para una debida comprensión de la encarna-
Biblia analice toda la doctrina de Dios. La ción, la cruz, la resurrección y el ministerio
doctrina bíblica de Dios se desarrolla al se- celestial de Cristo. El hecho de que la natu-
guir el relato histórico de las intervenciones raleza trinitaria de la Deidad llegara a cono-
personales y revelaciones de Dios en el texto FHUVH SRU OD HQFDUQDFLyQ QR VLJQL¿FD TXH
sagrado. La doctrina de la Trinidad, que está no existiera antes o que no estuviera direc-
en el mismo centro de la doctrina de Dios en tamente involucrada en la obra de la salva-
particular y de la teología cristiana en gene- ción. Puesto que Dios es eterno e inmutable,
ral, no es la excepción. Sin embargo, cuando su naturaleza trinitaria nunca ha cambiado ni
Dios se reveló a sí mismo en Jesucristo, la tampoco fue creada. Ahora nos ocuparemos
iglesia cristiana tuvo necesidad de conocer la de la enseñanza bíblica sobre la Trinidad.
naturaleza trinitaria de Dios. La encarnación Las teorías y doctrinas teológicas sobre la
de Jesucristo implicaba más que el hecho de Trinidad generadas por la combinación fatí-
que Dios morase con la humanidad; trajo GLFD GH GDWRV EtEOLFRV H LGHDV ¿ORVy¿FDV VH
consigo un conocimiento sobre el Padre y el considerarán en la sección histórica. Antes
Espíritu Santo como un contexto necesario GHH[DPLQDUODLQIRUPDFLyQHVSHFt¿FDUHYH-

138
Dios

lada mediante la encarnación, es necesario sorprendente a través de Jesucristo, la com-


considerar el concepto bíblico de la unicidad prensión básica de la unicidad de Dios, ya
de Dios y las insinuaciones del AT respecto a expresada en tiempos del AT, se mantiene
la pluralidad en el ser divino (ver VI). en todo el NT. El mismo Jesús, cuando se le
preguntó cuál era el primer mandamiento,
A. Evidencia del AT FRQWHVWy UH¿ULpQGRVH D 'HXWHURQRPLR 
 /D ³XQLFLGDG´ GH 'LRV VH UH¿HUH D OD “El primer mandamiento de todos es: Oye,
singularidad de su ser. En otras palabras, la Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno
“unicidad” de Dios es un concepto origina- es” (Mar. 12:29). Al examinar la función de
do en la posición bíblica que no admite la la ley en su Epístola a los Gálatas, Pablo
existencia de más de un solo Dios. La clásica declaró categóricamente que “Dios es uno”
declaración del AT sobre la unicidad de Dios, (Gál. 3:20). Finalmente, Santiago también
también avalada por algunas en el NT, pro- declaró que “Dios es uno” (Sant. 2:19).
clama a Dios como uno: “Oye, Israel: Jehová La idea del AT de la unicidad de Dios per-
nuestro Dios, Jehová uno es” (Deut. 6:4). PDQHFH LQPRGL¿FDGD HQ HO 17 -HKRYi HO
Sin embargo, Moisés ya había explicado que Dios de Israel, es el Dios del cristianismo.
“Jehová es Dios” y que “no hay otro” (Deut. Él es el único Dios. No hay otro. A veces
4:39). Cuando David oyó que se le renovaba ³XQLFLGDG´SXHGHLPSOLFDUHOVLJQL¿FDGRGH
la promesa del pacto de Dios, alabó al Señor unidad (ver Juan 10:30; 17:21, 23). Sin em-
y reconoció que “no... hay Dios fuera de ti” bargo, si la “unicidad” expresada en estos
(2 Sam. 7:22; 1 Crón. 17:20). A través del textos se concibe sólo como una agrupa-
profeta Isaías, Yahveh/Jehová mismo llamó ción de “unicidades” independientes que se
a Israel para que reconociese que “yo mismo UH~QHQFRQHO¿QGHIRUPDUXQDXQLGDGOD
soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo VLQJXODULGDG HVSHFt¿FD FDUDFWHUtVWLFD GH OD
será después de mí” (Isa. 43:10; cf. 42:8). En 'HLGDG~QLFDGHODFXDOWHVWL¿FDQVHGLVXHO-
base a estos textos se desprende claramente ve en una pluralidad de dioses. La unicidad
que de acuerdo con el AT hay sólo un Dios de Dios desempeña un papel decisivo, sis-
absoluto para Israel como también para toda temático, en la determinación del concepto
la creación. No obstante, estas declaraciones de referencia para las revelaciones bíblicas
no dicen nada sobre la naturaleza interior del sobre Dios. En otras palabras, puesto que el
Dios absoluto y uno. Dios de la Biblia es uno y no muchos, todas
las diversas revelaciones sobre él presen-
B. Evidencia del NT WDGDVHQOD%LEOLDVHUH¿HUHQDODPLVPD\
A pesar del hecho de que Dios reveló única realidad divina y no a una pluralidad
la complejidad interna de su ser en forma de seres divinos.

VI. LA DEIDAD EN EL AT
 (Q OD %LEOLD OD D¿UPDFLyQ UDGLFDO GH OD pluralidad o composición. Sin embargo, en
unicidad de Dios no determina el contenido EDVHDVXVVyOLGDVD¿UPDFLRQHVGHODXQLFL-
de su naturaleza. Al asociar la unicidad de dad de Dios, el pensamiento bíblico concibe
Dios con la interpretación atemporal de su su naturaleza no en términos de simplicidad
eternidad, la teología clásica concluyó que la sino más bien en términos de compleja plu-
naturaleza de Dios debe ser simple; es de- ralidad. La complejidad personal del ser di-
cir, no puede considerarse a Dios como una vino único que está claramente articulada en
entidad compuesta de partes o componentes. el NT, ya está expresada indubitablemente
La simplicidad excluiría cualquier forma de en el AT aunque en una forma menos explí-

139
Dios

cita. Consideremos algunas de las alusiones lo largo de toda la Biblia los ángeles son se-
del AT respecto a la pluralidad personal de la res creados que no han de ser adorados (Col.
Deidad única que recibe una expresión más 2:18; Apoc. 19:10). Los seres angélicos tie-
DPSOLD\GH¿QLWLYDHQHO17 QHQODWDUHDHVSHFt¿FDGHHMHFXWDUORVSURSy-
sitos concretos de Dios relacionados con la
A. El plural de plenitud y la Deidad historia humana (Heb. 1:14).
 (QHOUHODWRGHODFUHDFLyQ'LRVVHUH¿HUH La designación “ángel del Señor” o “Ángel
a sí mismo en la forma plural: “Entonces dijo de Dios” se usa frecuentemente en relación
Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, con seres angélicos (cf. 2 Sam. 14:17; 24:16;
conforme a nuestra semejanza” (Gén. 1:26). 1 Rey. 19:7; 2 Rey. 1:3, 15; 1 Crón. 21:12,
En diversos lugares del Génesis ocurren 15, 16). Sin embargo, en algunas ocasiones
otros casos. “He aquí el hombre es como SDUWLFXODUHVHOÈQJHOGHO6HxRUHVLGHQWL¿FD-
uno de nosotros” (Gén. 3:22). “Ahora, pues, do con Yahveh. En Jueces 2:1-5 el Ángel del
descendamos, y confundamos allí su lengua” Señor aparece como el Uno que sacó a Israel
(Gén. 11:7). Finalmente, el “Señor sentado de Egipto y entró en relación de pacto con sus
sobre un trono alto y sublime” (Isa. 6:1) en SDGUHVPLHQWUDVTXHRWURVWH[WRVLGHQWL¿FDQD
el templo celestial (vs. 1-4) se reveló a Isaías Yahveh como el agente de esos mismos hechos
y dio a conocer su misión preguntando: “¿A (Éxo. 6:6; 13:3; Deut. 5:12; 7:19; Jos. 2:10; 1
quién enviaré, y quién irá por nosotros?” (v. Rey. 8:9). En la zarza ardiente Dios apareció
8). Aunque se han sugerido otras interpre- personalmente a Moisés. En esta importante
taciones, cuando estas referencias a las ac- teofanía (Éxo. 3:2-15) el Ángel del Señor se
ciones de Dios en forma plural se entienden le apareció a Moisés “en una llama de fuego
como “plural de plenitud”, es posible ver que en medio de una zarza” (v. 2), pero inmedia-
“una distinción en el Ser divino con respecto tamente Jehová es el que se revela a Moisés
a una pluralidad de personas se representa YV /DPLVPDLGHQWL¿FDFLyQGLUHFWDGHO
aquí como una idea germinal” (Hazle 65). Ángel del Señor con Yahveh ocurre en otras
Entonces, el uso de la forma plural en sí mis- partes (Gén. 16:7-14; 22:9-18; Juec. 6:11-24).
mo, en relación con Dios, apunta a un con- &XDQGRODLGHQWL¿FDFLyQGHOÈQJHOGHO6HxRU
cepto de Divinidad en el cual la simplicidad con Yahveh se entiende sobre la base de los
adoptada por la teología clásica es reempla- conceptos bíblicos de eternidad (ver III. A),
zada por un concepto de Deidad única que inmutabilidad (ver III. B) y presencia histó-
involucra pluralidad y complejidad. rica (ver IV. D), se subraya la capacidad de
Dios de presentarse a sí mismo y actuar direc-
B. El Ángel de Yahveh tamente en el ámbito del orden temporal de la
En varios pasajes referentes al tema del KLVWRULDKXPDQD$XQFXDQGRODLGHQWL¿FDFLyQ
Ángel del Señor se encuentra una línea de del Ángel del Señor con Yahveh no prueba la
evidencia sumamente interesante que tiende esencia de la pluralidad de Dios, en una mane-
a aclarar el concepto de pluralidad del AT ra indirecta monta el escenario que se necesita
en relación con la esencia de Dios. El con- para discernir la revelación dual de Yahveh.
cepto de mal’âk YHWH integra el papel de
los ángeles orientados para la misión con la C. La revelación dual de Yahveh
capacidad de Dios de revelarse en una mane- En Génesis 16 el Ángel del Señor no sólo
ra personal, directa, visible, adoptando una HVLGHQWL¿FDGRSRU$JDUFRPR<DKYHK Y 
forma creada. Por ejemplo, él tomó la forma sino que el mismo Ángel del Señor, que es
de un hombre cuando se reveló a Abraham <DKYHK HV SUHVHQWDGR FRPR UH¿ULpQGRVH D
(Gén. 18:1-5) y a Jacob (Gén. 32:24-30). A Yahveh en tercera persona (v. 11), sugirien-

140
Dios

do así la existencia de una posible diferencia des redentoras concretas en relación con el
entre el Ángel del Señor que es Yahveh, y SXHEOR YHU,9' HORWURLGHQWL¿FDGRFRQ
Yahveh. En Éxodo 23 Jehová promete a los el Dios trascendente (ver III. D). La plurali-
israelitas: “Yo envío mi Ángel delante de ti” dad respecto a Dios –sugerida por la forma
(v. 20). La relación de Israel con este ángel es plural de la palabra del AT para referirse a
muy especial. Se le requiere a Israel que obe- Dios (’Elôhîm PiVODLGHDHVSHFt¿FDGHXQD
dezca al Ángel del Señor, a quien se describe dualidad personal entre el Ángel del Señor
no como un intermediario entre Yahveh y el que es Yahveh, y Yahveh– no disuelve el
pueblo, sino más bien como el originador de concepto de la unicidad de Dios en politeís-
la revelación y el perdón (v. 21). Finalmente, mo. Al contrario, la revelación incipiente de
Yahveh declara que su “nombre está en él” la presencia de pluralidad en la idea bíblica
Y (O³QRPEUH´VHUH¿HUHDODQDWXUDOH]D de Dios debe entenderse sobre el fundamen-
de Dios, la que está conectada directamente to provisto por la idea de unicidad.
con su nombre del pacto, Yahveh (Éxo. 3:14, Desde el mismo comienzo el pensamien-
15). Es posible ver que en este pasaje Yahveh to bíblico no está de acuerdo con la identi-
habla de otro Yahveh, que es el Ángel envia- ¿FDFLyQJULHJDGHXQLFLGDGFRQVLPSOLFLGDG
do por el Señor. como lo requiere la interpretación atemporal
Hablando acerca del dominio del Mesías, del ser de Dios. Sobre la base de la interpre-
en el Salmo 110:1 David presenta a Yahveh tación histórica de inmanencia (ver IV. D)
como dirigiéndose al Mesías como “mi como comunión personal, el pensamiento
Señor”. Jesús, en un intento por conducir a del AT es capaz de comprender la unicidad
los fariseos a la evidencia del AT del origen de Dios como no contradictoria con una plu-
divino del Mesías, citó de este pasaje re- ralidad personal dinámica en la Deidad sino,
¿ULpQGRVH DO 6HxRU TXH VH GLULJH DO 0HVtDV antes bien, como compatible con ella.
como “mi Señor” (Mat. 22:44). Parece, en- En el AT la naturaleza trinitaria de Dios
tonces, que el Salmo 110 no sólo insinúa no está revelada expresamente con la espe-
la naturaleza divina del Mesías, sino que al FL¿FLGDG\SURIXQGLGDGTXHHVWiSUHVHQWHHQ
hacerlo también revela la existencia de una el registro del NT. Desde el punto de vista
dualidad de “Señores”. Esta dualidad se de- ventajoso que se obtuvo con la revelación
sarrolla más ampliamente años más tarde del NT de Dios en Cristo, es posible inter-
cuando Zacarías, en una visión del Señor, ve pretar los conceptos superpuestos de unici-
“al sumo sacerdote Josué, el cual estaba de- dad y pluralidad como sugerencias del AT de
lante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a la doctrina trinitaria de Dios. En todo caso,
su mano derecha para acusarle” (Zac. 3:1). las dos líneas de revelación –la que revela
/XHJR HO ÈQJHO GHO 6HxRU LGHQWL¿FDGR FRQ la unicidad de Dios y la que descubre la plu-
el “Señor”, se dirige a Satanás: “El Señor te ralidad como relacionada con la unicidad de
reprenda, Satanás” (v. 2, BA). De este modo Dios– no se eliminan mutuamente sino que,
el texto parece sugerir la existencia de dos más bien, nos ofrecen el marco apropiado
<DKYHK SHUVRQDOHV XQR LGHQWL¿FDGR FRQ HO para la sorprendente revelación respecto de
Ángel del Señor que lleva adelante activida- Dios provista por la encarnación.

VII. LA DEIDAD EN EL NT
La autorrevelación de Dios en Jesús enfoque básico del AT para la comprensión
como una realidad histórica, concreta, aportó de la Deidad, el cual incluye tanto la idea
nueva luz para comprender a Dios. La reve- de unicidad (ver V) como la de distinciones
ODFLyQGH'LRVHQ-HVXFULVWRQRPRGL¿FyHO personales (ver VI), sino que simplemente

141
Dios

lo dio por sentado. Por el contrario, el NT revelar el ser trinitario íntimo de Dios. Se ne-
profundiza el concepto dinámico de la plu- cesitaban estos dos pasos si los seres huma-
ralidad divina ya presente en el AT mientras nos iban a ser introducidos a una compren-
TXH DO PLVPR WLHPSR D¿UPD OD XQLFLGDG GH sión más profunda del ser de Dios.
Dios. El resultado es la revelación de Dios
como Trinidad. El NT da por sentada la idea 1. Divinidad
de unicidad de Dios sin explayarse más so-  9DULRVSDVDMHVGHO17VHUH¿HUHQD&ULVWR
bre el tema, mientras que al mismo tiempo como Dios (Juan 1:1, 18; 20:28; Heb. 1:8,
expande el alcance de la pluralidad de Dios. 9; 2 Ped. 1:1; 1 Juan 5:20). Juan no sólo en-
La revelación concreta de la persona eterna seña la preexistencia de Cristo (Juan 17:5),
de Dios el Hijo en Jesucristo abrió la puer- sino que también la expresa en una forma
WDSDUDXQDUHYHODFLyQPiVHVSHFt¿FDGHXQ absoluta que sólo pertenece a Dios (Juan
“Otro” divino. La ascensión de Cristo al 1:1, 2; 8:58; cf. Col. 1:17). A Cristo se le
cielo promovió una explicación de la conti- atribuyen características divinas: eternidad
nuación de la presencia histórica y personal (Heb. 1:11, 12), posesión en sí mismo de
de Dios, manifestada continuamente a través vida no derivada de otra (Juan 1:4; 14:6) y
del Santuario del AT y la encarnación del el poder divino para crear (Juan 1:3; Heb.
17 /D UHYHODFLyQ HVSHFt¿FD \ HO HQYtR GH 1:2, 10; Col. 1:16). La introducción a la
la persona eterna de Dios el Espíritu Santo Epístola a los Hebreos declara que el Hijo
IXHQHFHVDULRFRQHO¿QGHH[SOLFDUODFRQWL- “es el resplandor de su gloria [la de Dios] y
nuidad histórica de la inmanencia personal e la expresión exacta de su naturaleza” (Heb.
histórica de Dios. 1:3, BA). Pablo describe a Cristo como
“siendo en forma de Dios” (Fil. 2:6).
A. DIOS EL HIJO Las declaraciones “YO SOY” parecen
ser otra manera en que Cristo mismo alu-
Jesucristo fue un hombre nacido de dió a su naturaleza divina. Al reclamar para
María (Mat. 1:16). A quienes lo conocieron sí la designación de “YO SOY”, Cristo usó
como niño y como joven adulto les resultó el mismo nombre que Yahveh, revelándose
difícil aceptar a Jesús siquiera como un pro- a Moisés en una teofanía, declaró que era
feta (Mar. 6:3-5). Sin embargo, de acuerdo su propio nombre personal: “YO SOY EL
con el NT, Jesús el hombre fue la revelación QUE SOY” [’ehyeh ’asher ’ehyeh] (Éxo.
de Dios más clara y directa dada a la huma- 3:14). Este uso se aplica a pronunciamientos
nidad (Juan 1:18; 14:8, 9; Heb. 1:2, 3). Él que subrayan atributos divinos, como om-
es Dios encarnado. En un sentido muy real, nipotencia (Juan 6:20, 21), eternidad (Juan
nuestra comprensión de la Trinidad de Dios 8:58), presciencia (Juan 13:19), manifesta-
surge de la cristología. Cuando la divinidad ción de gloria y poder divinos (Juan 18:5, 6,
de la persona de Cristo se considera dentro 8), y Jesús como la fuente de salvación (Juan
del contexto de la revelación del AT sobre la  )LQDOPHQWHHO17D¿UPDODGLYLQLGDG
pluralidad de Dios en la unicidad, se monta GH &ULVWR DO LGHQWL¿FDUOR FRQ HO<DKYHK GHO
el escenario para la revelación más amplia AT. El canto de alabanza que el cielo can-
sobre la persona del Padre y la persona del ta a Yahveh por su redención (Isa. 44:23) se
Espíritu Santo. Sin el trasfondo del AT y la aplica a la adoración de Cristo en Filipenses
revelación histórica concreta del Hijo eterno 2:10. La declaración acerca del poder crea-
en Jesucristo, tales como las presentan los tivo y la eternidad de Jehová registrada en
HVFULWRUHV GHO 17 QR KDEUtD VLGR VX¿FLHQWH Salmo 102:25-27 se cita en Hebreos 1:10-
hablar acerca del Padre y del Espíritu para 12, donde se la aplica a Cristo. Para reforzar

142
Dios

esta línea de argumentación, Hebreos 1:8 y 9 ODJORULDGH'LRVOD¿HOLPDJHQGHORTXHpO


LGHQWL¿FDD&ULVWRFRQ'LRV(’Elôhîm) al citar es” (v. 3, NVI). El “Hijo” está encarnado en
del Salmo 45:6 y 7. Jesús de Nazaret (Heb. 2:9). Puesto que el
Pablo resume el testimonio del NT de la “Otro” divino, como “Logos” o “Hijo”, está
divinidad de Cristo declarando llanamen- encarnado en Jesús de Nazaret, la “plenitud
te el misterio de la encarnación de Dios en de la Deidad” (Col. 2:9) que habita en él no
Jesucristo: “En él habita corporalmente toda abarca todo el ser divino.
la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9). Desde el La encarnación nos conduce a una revela-
punto de partida, “Dios con nosotros” (Mat. ción más profunda de la naturaleza plural de
1:23; cf. Isa. 7:14) como Jesús de Nazaret 'LRV-XDQWHVWL¿FD³9LPRVVXJORULDJORULD
(Juan 1:14), la concepción incipiente del AT como del unigénito del Padre” (Juan 1:14).
GHODSOXUDOLGDGGLYLQDFUHFHHQHVSHFL¿FLGDG Se escoge la relación padre-hijo no sólo para
y complejidad, y así se expone la naturaleza nombrar a las dos personas divinas involu-
trinitaria del ser de Dios. cradas sino particularmente para caracterizar
la relación especial entre ellos.
2. Condición de Hijo Juan 1:18 presenta la misma relación
El concepto histórico de la inmanencia padre-hijo como independiente de la encar-
de Dios (ver IV. D) es el trasfondo necesa- nación: “A Dios nadie le vio jamás; el unigé-
rio para comprender la asombrosa revela- nito Hijo, que está en el seno del Padre, él le
ción neotestamentaria de Dios en Jesús de ha dado a conocer”. Mateo también nota una
Nazaret. Una estricta comprensión de la uni- relación de padre-hijo que es previa e inde-
cidad de Dios podría conducir a la conclusión pendiente de la relación reveladora de Dios
de que Jehová, el único Dios, está ahora en hacia su creación: “Nadie conoce al Hijo,
Jesucristo; de ese modo, la encarnación abar- sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino
caría todo el ser de Dios. Sin embargo, el NT el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera re-
muestra abundantemente que la plenitud de velar” (Mat. 11:27; cf. Luc. 10:22).
la divinidad habita en Jesús de Nazaret, pero Estas declaraciones colocan la pluralidad
que esto no debe entenderse como abarcando revelada por la designación padre-hijo en la
todo el ser de Dios. La divinidad de Jesús misma naturaleza del único Dios. Se mueven
de Nazaret trae la idea del AT de pluralidad más allá del nivel de la inmanencia de Dios a
HQ HO 'LRV XQR D XQD PD\RU HVSHFL¿FLGDG su trascendencia. Además, estos textos reve-
conduciendo a la revelación de la naturaleza lan que dentro del nivel de la trascendencia de
trinitaria de la realidad de Dios. Dios, la pluralidad implica dos centros de co-
Los prólogos al Evangelio de Juan y a nocimiento que son capaces de conocerse mu-
la Epístola a los Hebreos presentan a Jesús tuamente en una manera única. Aun cuando
de Nazaret como la encarnación de Dios. el lenguaje padre-hijo escogido para expresar
Ambos revelan una dualidad divina, que la la pluralidad de la Deidad es tomado del ni-
Deidad incluye al menos dos personas divi- vel humano de existencia, el referente es Dios
nas: el Padre y el Hijo. Juan presenta la na- mismo. Este lenguaje revela la existencia de
turaleza divina de Jesús de Nazaret no sólo una dualidad del tipo de realidad que llama-
como el Verbo que “era Dios”, sino también mos personal y una relación progresiva entre
como el Verbo que “era con Dios” (Juan 1:1). ellos como constitutiva de la misma natura-
El “Otro” divino es el “Logos”. La introduc- leza de Dios. La relación entre el Padre y el
ción a la Epístola a los Hebreos presenta al Hijo existe tanto en el nivel de trascendencia
“Otro” divino no como Logos sino como el como en el de inmanencia. A lo largo de todo
“Hijo” (Heb. 1:2), quien “es el resplandor de el NT la condición de Padre y la condición de

143
Dios

Hijo llegan a ser designaciones del Dios úni- embargo, SUǀWyWRNRV también se usa en un
co. De ese modo, el título “Hijo de Dios” se sentido metafórico (LXX de Éxo. 4:22; Sal.
UH¿HUHDODSHUVRQDGLYLQDHQFDUQDGDHQ-HV~V 89:27), y cuando se aplica a Cristo expresa
de Nazaret (ver Mat. 14:33; Mar. 3:11; Luc. superioridad y preeminencia. En una forma
4:41; 1 Cor. 1:9; Heb. 4:14). similar, monogencs no contiene la idea de
La manera en que el NT expresa la plu- engendrar sino más bien de unicidad, sin-
ralidad en la Deidad sobre la base de la en- gularidad, y cuando se aplica a Cristo recal-
carnación suscita preguntas sobre la debida ca su relación única con el Padre. Por otra
comprensión y distinción mutua entre la per- parte, Hebreos 1:5 no da la idea de genera-
sona del Padre (ver VII. B) y la persona del ción física o espiritual. Por tanto, dentro de
Hijo (ver Cristo I). También suscita pregun- la comprensión bíblica de la Deidad no hay
tas sobre la manera en que las dos personas fundamento para la idea de una generación
divinas se relacionan entre sí. La idea bíblica del Hijo a partir del Padre.
de pluralidad en el ser de Dios supone la rea-
lidad de relaciones mutuas, divinas. El sig- 4. Naturaleza de la subordinación del
QL¿FDGRDQDOyJLFRGHODVSDODEUDV³3DGUH´H Hijo
“Hijo” parece sugerir que hay una preemi- Varios pasajes muestran al Hijo en una
nencia del Padre sobre el Hijo. La preemi- subordinación explícita respecto al Padre.
nencia de Dios el Padre sobre Dios el Hijo Así, Jesús mismo declara que “no puede el
sugerida por la analogía de la relación hu- Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve
mana padre-hijo parece estar respaldada por hacer al Padre” (Juan 5:19; cf. v. 36). Jesús
algunos pasajes que parecen enseñar que el D¿UPyTXHpOQRKDFtDQDGDGHVXSURSLDDX-
Hijo es generado por el Padre, y que el Hijo toridad sino que hablaba sólo lo que el Padre
está subordinado al Padre. le había enseñado (Juan 8:28; cf. 12:50;
15:15). Jesús hacía lo que el Padre le ordena-
3. Nacido del Padre ba (Juan 14:31; cf. 10:18; 12:49, 50) y oraba
Dentro del contexto humano la relación a él (Juan 17:1). Jesús declaró audazmente
padre-hijo implica generar un hijo a par- que “el Padre mayor es que yo” (Juan 14:28).
tir del padre y la madre. Arrio (ver IX. B. (VWDVGHFODUDFLRQHVWHVWL¿FDQFODUDPHQWHHQ
 D¿UPyODFUHDFLyQGHO+LMRSRUSDUWHGHO cuanto a la existencia de una relación de
Padre. Aunque esta posición fue rechazada subordinación entre Dios el Hijo y Dios el
como herética, la enseñanza cristiana orto- Padre. La subordinación expresada en estos
doxa mantuvo un énfasis subordinacionista textos no debe entenderse en un sentido on-
construido en su concepto de la generación tológico, como si la realidad de Dios el Hijo
eterna del Hijo (ver VII B. 4, 5). La gene- fuera dependiente de la realidad de Dios el
ración del Hijo procedente del Padre no Padre. La idea bíblica de la subordinación
puede deducirse analógicamente del proce- de Dios el Hijo a Dios el Padre pertenece no
so de la generación humana. Tal deducción a la estructura interna de la realidad divina,
produciría una teoría especulativa sin ningún sino más bien a la esfera del cumplimiento
fundamento en la revelación. Sin embargo, del plan de salvación.
algunas expresiones bíblicas parecen su- El plan de salvación requería que Dios
gerir algún tipo de generación; como cuan- el Hijo tomase la forma humana, llegando a
do Dios el Hijo es llamado “primogénito” ser “obediente hasta la muerte, y muerte de
(SUǀWyWRNRV, Col. 1:15; Rom. 8:29; Heb. cruz” (Fil. 2:8). “Aunque era Hijo, por lo que
1:6; Apoc. 1:5) y “unigénito” (monogencs, padeció aprendió la obediencia; y habiendo
Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9). Sin sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna

144
Dios

salvación” (Heb. 5:8, 9). De este modo, las guntar: “¿No es él tu padre que te creó? Él
declaraciones que implican la subordinación te hizo y te estableció” (Deut. 32:6). Como
de Dios el Hijo a Dios el Padre deben enten- Padre, Dios se compadece de sus hijos (Sal.
derse como un resultado de su encarnación, 103:13) y los disciplina (Prov. 3:12). Dios
la expresión de su obediencia al Padre. Sin mismo manifestó su profundo compromiso
esta subordinación, la encarnación misma no personal al dirigirse a Israel como “mi hijo”
KDEUtDDOFDQ]DGRVXSURSyVLWRVDOYt¿FR (Ose. 11:1, 8). El pueblo, a su vez, reco-
La subordinación del Hijo al Padre parece noció a Jehová como su Padre (Isa. 63:16;
ir más allá de la encarnación. Pablo explica 64:8; Mal. 2:10). Se subraya que Jehová es
TXH DO ¿Q &ULVWR ³HQWUHJDUi HO UHLQR DO 'LRV el Padre del rey (2 Sam. 7:14; Sal. 2:7); se
y Padre suyo; cuando ya haya abolido todo recalca la estrecha relación entre Dios –la
dominio y toda autoridad y todo poder” (1 fuente de fuerza, sabiduría y autoridad– y el
Cor. 15:24, VM). Esta subordinación ocurre rey, su representante. Aun cuando en el AT
dentro del nivel de la inmanencia de Dios, están presentes vislumbres de la naturaleza
donde ambos, el Padre y el Hijo, administran plural del Dios único, la presencia de perso-
su gobierno providencial dentro de la historia QDVHVSHFt¿FDVQRHVWDQREYLD3RUWDQWRHQ
creada. Sin embargo, la subordinación funcio- el AT la apelación de Padre no se usa para
nal del Hijo no supone una dependencia o in- designar a una persona de la Trinidad divina.
ferioridad ontológica del Hijo. En un sentido Tal uso distintivo es propio de la revelación
amplio, la subordinación del Hijo respecto al del NT en Cristo.
Padre puede verse como expresando la uni-
dad de la vida trinitaria interna en tanto que 2. El Dios de Jesucristo
la Deidad obra la salvación en y a través de Jesús de Nazaret, en quien habitó “toda la
ODKLVWRULDGHOJUDQFRQÀLFWR(QOD%LEOLDSRU plenitud de la Deidad” (Col. 2:9; ver VII. A.
tanto, no se encuentra fundamento para la idea 1; Cristo I), presentó a Dios como su Padre.
de que hay una subordinación ontológica del En sus oraciones, Dios era “mi Padre” (Luc.
Hijo respecto al Padre o que la realidad divina 10:22; ver Mat. 26:39, 42) o simplemen-
del Padre tiene en cualquier sentido una pri- te “Padre” (Mar. 14:36; Luc. 10:21; Juan
macía de origen sobre la realidad divina del 11:41). En el discurso sobre el pan de vida
Hijo (ver IX. B. 6, 7). Jesús llamó a Dios su Padre (Juan 6:27).
0iV DGHODQWH HO 17 WHVWL¿FD GH 'LRV FRPR
B. Dios el Padre el Padre de Jesucristo. Pablo habló de Dios
Si “toda la plenitud de la Deidad” habita- como el “Padre de nuestro Señor Jesucristo”
ba “corporalmente” en Jesucristo (Col. 2:9), (Col. 1:3; cf. Efe. 1:17). Jesús, Dios encar-
¿qué vamos a pensar en cuanto al Padre? ¿Él nado, usó la palabra “padre” para dirigirse
es Dios? ¿Cuál es su relación con Dios el a Dios; así, la imagen padre-hijo revela los
Hijo? aspectos personales y relacionales de la plu-
ralidad divina del ser único de Dios.
1. Paternidad de Dios en el AT
La idea de Dios como Padre no es aje- 3. El envío del Hijo
na al AT. Cuando Dios es llamado Padre en Jesús enseñó que el Padre lo había envia-
el AT se enfatiza su tierno cuidado hacia su do al mundo (Juan 5:36, 37; 6:44, 57; 8:16,
pueblo escogido. En el desierto Dios llevó a 18). El Padre envió a Cristo al mundo para
Israel “como trae el hombre a su hijo” (Deut. FXPSOLUXQDPLVLyQHVSHFt¿FDHQHOWLHPSR\
1:31). Moisés llamó la atención de Israel al en el espacio: salvar al mundo (1 Juan 4:14).
tierno cuidado providencial de Dios al pre- Concretando más, él vino para llegar a ser

145
Dios

“autor de eterna salvación” (Heb. 5:9, VM). 4. La delegación al Hijo


Cristo se describió a sí mismo como vinien- Jesús reveló que “el Padre ama al Hijo,
do del cielo (Juan 6:38), recalcando así el y todas las cosas ha entregado en su mano”
origen de la misión del Salvador en el nivel (Juan 3:35; cf. 13:3), aun el juicio (Juan
de inmanencia histórica. 5:22). Así Jesús pudo decir: “Todo lo que
 -HV~VD¿UPyTXH³HOTXHPHHQYLyHVYHU- tiene el Padre es mío” (Juan 16:15). La dele-
dadero, a quien vosotros no conocéis. Pero gación [de todo] al Hijo por parte del Padre
yo le conozco, porque de él procedo, y él me y su contraparte, la subordinación del Hijo al
envió” (Juan 7:28, 29). El envío del Hijo es Padre, muestra la participación de la Deidad
un acto divino que pertenece al nivel de la en el logro de la obra de la salvación. Cuando
relación inmanente de Dios con la creación; el Padre envía al Hijo en su misión redento-
proviene del ser trascendente de Dios. El ra, entrega todo en sus manos, y el Hijo, a su
envío del Hijo como un acto histórico es un vez, en su estado encarnado, tiene que apren-
testimonio para un aspecto importante de la der obediencia y subordinación a su Padre
vida dinámica de Dios. Nos ayuda a entender (Heb. 5:8).
la realidad divina de la “dádiva” real y últi- Al delegar la tarea de redención al Hijo,
ma del Dios único. Pablo declara que Dios el Padre recalca la naturaleza decisiva de la
“no escatimó ni a su propio Hijo, sino que tarea de Cristo. Al delegar todo en el Hijo,
lo entregó por todos nosotros” (Rom. 8:32). el Padre se está ligando a los resultados de
Jesús declara que “de tal manera amó Dios OD PLVLyQ VDOYt¿FD GH &ULVWR $XQ FXDQGR
[el Padre] al mundo, que ha dado a su Hijo el Padre está involucrado personalmente en
unigénito” (Juan 3:16). Esta dádiva divina es el plan de salvación (ver VII. B. 5), no usa
tanto un acto del Hijo como del Padre; es un sus poderes divinos para predeterminar el
acto relacional efectuado por la Divinidad resultado de la misión de Cristo como para
misma. La debida comprensión de la cruz eliminar el riesgo implicado en una vida de
como un acto redentor divino se sostiene obediencia por fe.
sobre la base del renunciamiento de Dios La ascensión de Cristo al cielo no termi-
(Padre e Hijo). La realidad del renuncia- nó su subordinación al Padre. La delegación
miento divino es posible sólo cuando el Dios correlativa y complementaria del Padre al
uno es entendido en su estructura bíblica, tri- Hijo continuó después de la ascensión de
nitaria, que involucra Padre, Hijo y Espíritu Cristo al cielo. Después de su resurrección
Santo como seres divinos, personales, cons- Cristo declaró que “toda potestad me es dada
cientes, interactuando entre ellos mismos y en el cielo y en la tierra” (Mat. 28:18). Pedro
con el universo creado. escribió que después de la resurrección
La experiencia divina de separación que Jesucristo “subió al cielo y tomó su lugar a la
ocurre en la encarnación tiene su dramático derecha de Dios, y a quien están sometidos
clímax en la cruz. Allí Jesús exclama: “Dios los ángeles, las autoridades y los poderes” (1
mío, Dios mío, ¿por qué me has desampara- Ped. 3:22, NVI). El sentarse de Cristo a la
do?” (Mar. 15:34). Tanto el Padre como el derecha de Dios el Padre se describe como
Hijo sufren en la cruz. La doctrina del ser un período de transición que durará “hasta
trinitario de Dios es una necesaria presu- que sus enemigos sean puestos por estrado
posición para la debida comprensión de la de sus pies” (Heb. 10:13). Pablo incluso se-
encarnación y la cruz. Por otra parte, estas ñala que en este período de transición entre la
realidades históricas hicieron posible una re- ascensión y la segunda venida, Cristo no está
velación más explícita de la pluralidad de la meramente esperando en una actitud pasiva
Deidad en el NT. que el tiempo transcurra. Por el contrario, en

146
Dios

el período de transición Cristo debe reinar ciones del AT respecto a la naturaleza plural
“hasta que ponga a sus enemigos debajo sus del Dios eterno y uno. La encarnación reveló
pies” (1 Cor. 15:25, VM). “Cuando hayan no sólo el hecho de que Jesús de Nazaret era
sido sometidas a él todas las cosas, entonces Dios habitando entre nosotros (Emanuel),
también el Hijo se someterá a Aquel que ha sino también que la pluralidad implicada en
sometido a él todas las cosas, para que Dios OD 'HLGDG HWHUQD \ XQD LQFOXtD HVSHFt¿FD-
sea todo en todo” (v. 28, BJ). mente la realidad de dos personas divinas, el
 &XDQGR OD WDUHD GH OD UHGHQFLyQ FRQ¿D- Hijo y el Padre. Sobre esta base muchos han
da a Cristo sea consumada, la delegación de sugerido que la Deidad cristiana debe enten-
todas las cosas al Hijo por parte del Padre, derse como binitaria en vez de trinitaria. De
como la contraparte de la total subordinación ahí la necesidad de considerar las referencias
del Hijo al Padre, terminará. Como aspectos bíblicas al Padre y al Hijo que no incluyen
interrelacionados de la vida intratrinitaria, explícitamente al Espíritu Santo.
la delegación del Padre al Hijo y la subor- Es importante tener en cuenta que nues-
dinación del Hijo al Padre (ver VII. A. 4) no tro conocimiento de Dios surgió del hecho de
constituyen la naturaleza trinitaria de Dios que Dios habitó en forma inmanente con su
sino más bien lo asumen. pueblo. La presencia histórica del Hijo entre
nosotros hace posible y necesaria la revela-
/DREUDVDOYt¿FD ción de Dios el Padre como una persona que
A pesar de que el Padre delegó en el Hijo debe distinguirse de Dios el Hijo como per-
toda autoridad para el logro de la redención, sona. A través de todo el NT esta verdad se
el NT enseña claramente la participación expresa e integra en diferentes formas; una
directa y personal del Padre en la obra de es la fórmula binitaria recurrente: “Dios el
la salvación. Se declara que el Padre posee Padre y el Señor Jesucristo”.
presciencia (Mat. 24:36; Mar. 13:32) y om- En 1 Corintios 8:6 se le da a la fórmula
nisciencia (Mat. 6:32; Luc. 12:30). El Padre binitaria su expresión clásica: “Pero nosotros
ama a sus hijos y su amor está en ellos (1 tenemos un solo Dios, el Padre, del que pro-
-XDQ eOUHYHODYHUGDGHVVDOYt¿FDV cede el universo y al que nosotros estamos
(Mat. 11:25; 16:17), cuida providencialmen- destinados, y un solo Señor, Jesucristo, por
te a sus hijos (Mat. 6:26; 10:29), dirige el el que existe el universo, y nosotros también
desenvolvimiento de la historia (Mat. 20:23), por él” (C-I). A primera vista la fórmula pa-
atrae a la gente a Cristo (Juan 6:45) para que rece reconocer sólo la divinidad del Padre,
encuentren salvación, hace aptos a sus hijos llamado Dios, mientras que aparentemente
“para participar de la herencia de los santos se coloca al Hijo en una posición subordi-
en luz” (Col. 1:12), perdona pecados (Mat. nada. Sin embargo, cuando la enseñanza del
6:15; Mar. 11:25), contesta la oración (Mat. NT sobre la divinidad de Jesucristo (VII. A.
6:6, 18; 7:11; 18:19; Juan 15:16; 16:23) y 1) se asocia con el hecho de que el título de
“juzga con imparcialidad las obras de cada “Señor” en el NT es paralelo al “Jehová” del
uno” (1 Ped. 1:17, NVI; cf. Mat. 10:32, 33). AT, uno comprende que la fórmula está real-
Todas estas actividades deben entenderse mente colocando lado a lado a dos personas
dentro del marco de la delegación [de todo] igualmente divinas. La elección del título
que el Padre hace al Hijo. “Señor” para nombrar a la persona de Dios el
Hijo está concebida claramente para destacar
6. Fórmulas binitarias la delegación que el Padre hace de su autori-
La encarnación de Dios en Jesús de dad al Hijo en asuntos tocantes a la consuma-
Nazaret aclaró dramáticamente las insinua- ción directa e histórica del plan de salvación

147
Dios

(ver VII. B. 4). Este texto traza un parale- Dios ocurre cuando se dice que la pluralidad
lismo efectivo entre la manera en que Dios y la unicidad coexisten en el ser divino. Una
el Padre y el Señor Jesús se relacionan con vez que dicha coexistencia se ha descubier-
la creación. Al Padre se lo presenta como el to, la diferencia entre un concepto binitario
RULJHQ\HO¿Q~OWLPRPLHQWUDVTXHHO6HxRU y uno trinitario se reduce simplemente a la
Jesucristo es presentado como el ejecutor de exclusión o inclusión de una tercera perso-
la creación y de nuestra propia existencia. El na divina como constitutiva de la pluralidad
paralelismo revela una mutua complementa- personal del Dios único. Además, la fórmula
ción de actividades entre el Padre y el Hijo binitaria no niega ya sea la existencia o la
que acentúa su posición igual y divina. La actividad de la tercera persona divina, sino
fórmula, entonces, nombra al Dios cristiano PiV ELHQ HQIDWL]D HO PDUFR HVSHFt¿FR TXH
en una manera binitaria, lo cual incluye la VH QHFHVLWD SDUD FDSWDU HO VLJQL¿FDGR GH OD
pluralidad personal y la relación concreta de encarnación. En otras palabras, el NT trata
dos personas igualmente divinas. primero de todo con la comprensión de la au-
Esta fórmula se usa con variaciones me- torrevelación de Dios en Jesús de Nazaret.
nores en la introducción a varias epístolas La fórmula binitaria es la presuposición
del NT (Rom. 1:7; 1 Cor. 1:3; 2 Cor. 1:2, 3; necesaria para la encarnación. Puesto que la
Gál. 1:3; Efe. 1:2, 3; Fil. 1:2; 1 Tes. 1:1, 3; principal tarea que emprenden los escritores
2 Tes. 1:2; 1 Tim. 1:2; 2 Tim. 1:2; File. 3; 1 GHO17HVODFODUL¿FDFLyQGHODHQFDUQDFLyQ
Ped. 1:3). Cuando se usa así, la fórmula pa- de Dios en Cristo y sus implicancias para la
rece resumir el concepto básico de Dios ge- totalidad de la teología, no sorprende encon-
nerado por la encarnación de Dios en Jesús trar que en todo el NT se use la fórmula bini-
de Nazaret y el propio testimonio de Jesús
taria. Por otra parte, el concepto y la fórmula
acerca de Dios el Padre en el cielo. Sin em-
trinitarios aparecen como presuposiciones
bargo, a veces la fórmula se integra dentro de
necesarias para captar debidamente el signi-
su contexto teológico. Por ejemplo, las ob-
¿FDGRGHODDFWLYLGDGGH&ULVWRSRVWHULRUDOD
VHUYDFLRQHV¿QDOHVGH3DEORDORVHIHVLRVVX-
resurrección a través de su representante, el
brayan la unidad de acción diciendo que son
Espíritu Santo. La preocupación concreta y
Dios el Padre y el Señor Jesucristo quienes
práctica de los escritores del NT puede ex-
dan a los creyentes el amor y la fe (Efe. 6:23;
plicar por qué la fórmula trinitaria se utiliza
cf. 1 Tes. 3:11; 2 Tes. 2:16), realzando así el
menos frecuentemente. Una revelación ple-
carácter común de la acción (ver también 1
Juan 1:3; 2:24; 2 Juan 9) en la que ambas na del ser de Dios fue accesible sólo después
personas divinas ejecutan la obra de la re- que Jesucristo mismo introdujo a la persona
dención. En otras ocasiones se usa la fórmula divina del Espíritu Santo.
para expresar e integrar los diferentes pape-
OHVVDOYt¿FRVGHO3DGUH\HO+LMR )LO C. DIOS EL ESPÍRITU SANTO
Col. 3:17; 1 Tes. 1:3; 3:13; 1 Ped. 1:3). La naturaleza trinitaria del Dios uno,
Podemos preguntarnos por qué se usó la bíblico, no es completa sin Dios el Espíritu
fórmula binitaria en vez de la trinitaria, pues- Santo. El hecho de que la revelación del
to que los escritores del NT eran conscientes Espíritu Santo como la tercera persona divina
de la existencia de la tercera persona de la de la Deidad viene después de la revelación
Trinidad. Por empezar, entre la fórmula bini- GHO+LMR\HO3DGUHQRVLJQL¿FDTXHVHDPH-
taria y la trinitaria hay una diferencia cuan- nos importante o que haya sido involucrado
titativa antes que cualitativa. En otras pala- HQDFWLYLGDGHVVDOYt¿FDVVyORGHVGHHOWLHPSR
bras, la novedad de la concepción bíblica de de su revelación. Por tanto, una debida com-

148
Dios

prensión del Dios uno y su pluralidad perso- 2. Venida pentecostal


nal requiere una consideración cuidadosa del Así como hubo una venida histórica del
testimonio bíblico de Dios el Espíritu Santo. Hijo al mundo, también hubo una venida his-
tórica del Espíritu Santo a la iglesia. La for-
1. El anuncio de Cristo ma de la presencia histórica del Espíritu es
Aunque Dios el Espíritu aparece desde el diferente de la manera en que el Hijo se hizo
Génesis (1:2; 6:3) en adelante, el concepto presente. La venida del Espíritu Santo no im-
explícito de que la pluralidad de Dios invo- plica que debía tomar la naturaleza humana
lucra no sólo a las personas del Padre y el como ocurrió con la encarnación de Jesús. La
Hijo sino también a una tercera persona, el manera en que Dios el Espíritu Santo se hace
Espíritu Santo, se origina en Jesucristo mis- presente es tal que lo hace accesible a todos,
mo. La revelación de la existencia y del papel mientras que la forma encarnada de Dios el
VDOYt¿FR HVSHFt¿FR GH XQD WHUFHUD SHUVRQD Hijo en Jesús limitó su presencia divina a
del Dios uno fue dada por Jesucristo cuan- unos pocos seres humanos. Esta diferencia
do trató de preparar a los discípulos para su notable puede haber sido una de las razones
partida de la Tierra (Juan 7:33; 14:1-3). De por las que Jesús dijo que les convenía a los
acuerdo con Juan, Cristo insinuó la persona discípulos que él se fuese para que el Espíritu
y la venida histórica del Espíritu Santo en la pudiera venir a ellos (Juan 16:7).
Fiesta de los Tabernáculos antes de su muer- La venida histórica del Espíritu Santo a la
iglesia ocurrió en Pentecostés, después de la
WHFXDQGRSURPHWLy³UtRVGHDJXDYLYD´ÀX-
resurrección. El hecho de que la venida del
yendo de los corazones de los creyentes para
Espíritu Santo a la iglesia ocurrió en el Día
explicar al “Espíritu que habían de recibir los
de Pentecostés podría verse como una mera
que creyesen en él” (Juan 7:38, 39). Sin em-
FRLQFLGHQFLDTXHWLHQHSRFRVLJQL¿FDGRWHR-
bargo, Cristo anunció claramente la venida
lógico; sin embargo, esta sincronización en
del Espíritu Santo sólo unas pocas horas an-
concreto merece un estudio especial.
WHVGHVXFUXFL¿[LyQ³<\RURJDUpDO3DGUH
D 0DUFR WLSROyJLFR En el AT, Pascua
y os dará otro Consolador, para que esté con \ 3HQWHFRVWpV HUDQ ¿HVWDV HVWUHFKDPHQWH
vosotros para siempre: el Espíritu de verdad” relacionadas. Ambas eran recordativos y
(Juan 14:16, 17; cf. 16:4-7, 13). SUH¿JXUDFLRQHV GH DVSHFWRV LPSRUWDQWHV GH
Después de su resurrección, Jesús nueva- DFFLRQHVVDOYt¿FDVGH'LRV/D3DVFXD /HY
mente llamó la atención de los discípulos a la 23:5; Núm. 28:16) era un recordativo de
venida del Espíritu Santo (Luc. 24:49; Hech. Dios como la fuente de libertad en conexión
1:4, 5, 8). En esta ocasión se reveló la exis- con la liberación de Israel de la esclavitud
tencia del Espíritu Santo como una persona egipcia (Deut. 16:1-8). Pentecostés, o Fiesta
divina, porque el Espíritu Santo tenía que de las Semanas (Éxo. 23:16; 34:22; Lev.
ser revelado como una persona divina para 23:15-22; Núm. 28:26-31; Deut. 16:9-12),
explicar cómo la obra redentora de Cristo era un recordativo de Dios como la fuente
continuaría después de su ascensión, simul- de toda buena dádiva. El mismo nombre,
táneamente en la Tierra y en el Santuario Fiesta de las Semanas/Pentecostés, apuntaba
celestial (Heb. 8:1, 2). La revelación de la a la estrecha conexión entre la Pascua y el
naturaleza trinitaria de Dios no se presenta Pentecostés al hacer una referencia explíci-
con el propósito especulativo de revelar la ta a los 50 días que había entre ellas (Lev.
naturaleza de Dios sino más bien para que 23:15, 16; cf. CBA 6:137, 138). Así como la
los seres humanos puedan entender los actos Pascua y la liberación de Egipto eran tipos
redentores de Dios en la historia. de la misión de Jesús (Mat. 2:15; cf. Ose.

149
Dios

11:1) y su muerte en la cruz (1 Cor. 5:7), es propiedad pertenecen al Espíritu Santo. La


posible ver a la Fiesta de Pentecostés y el dádiva de dones espirituales a individuos es-
pacto en Sinaí como tipos de la venida his- SHFLDOHVSDUDODHMHFXFLyQGHWDUHDVGH¿QLGDV
tórica del Espíritu Santo. La venida histórica es la actividad más comúnmente asociada
del Espíritu Santo en Pentecostés, entonces, en el AT con el Espíritu de Dios (Éxo. 31:3;
sería el antitipo del pacto sinaítico entendido 35:31; Núm. 11:25, 29; 24:2; 27:18; Juec.
como la buena dádiva de Dios a su pueblo. 3:10; 6:34; 11:29; 13:25; 14:6, 19; 15:14;
Así como una función distintiva del pacto 1 Sam. 10:6, 10; 16:13; 19:20, 23; 2 Crón.
sinaítico era conducir a Israel a la redención 15:1; 20:14; 24:20). El Espíritu de Dios no
a través de una comprensión concreta de la se presenta tan frecuentemente como moran-
voluntad de Dios para el hombre, la venida do en el corazón del creyente; no obstante, la
del Espíritu Santo parece destinada a llevar idea está presente en el AT. De acuerdo con el
ese propósito a niveles nuevos y sorpren- pacto sinaítico, la religión debía ser una pro-
GHQWHV GH HVSHFL¿FLGDG \ FHUFDQtD &XDQGR funda experiencia de amor a Dios: “Ahora,
Jesús habló a los discípulos acerca de la ve- pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti,
nida histórica del Espíritu Santo, recalcó que sino que temas a Jehová tu Dios, que andes
“el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas
Padre enviará en mi nombre, él os enseñará a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con
todas las cosas, y os recordará todo lo que toda tu alma?” (Deut. 10:12). Así Pablo pue-
yo os he dicho” (Juan 14:26). Entre la obra de describir a un “verdadero judío” como uno
redentora de Dios en el Sinaí y la revelación que es así, no por adherir a rituales externos,
y venida histórica del Espíritu Santo no hay sino más bien, de acuerdo con Deuteronomio
discontinuidad sino más bien una clara con- 10:16, al que tiene la verdadera circuncisión
tinuidad concebida tipológicamente. Esto no del corazón (Rom. 2:28, 29). David sabía
VLJQL¿FDVLQHPEDUJRUHSHWLFLyQGHORPLV- que el cambio interior del corazón equiva-
mo, sino más bien la revelación de nuevos le a una nueva creación que sólo puede ser
aspectos de verdad no presentes en pasadas realizada por Dios mismo (Sal. 51:10). Saúl
revelaciones. Éstos llevan a niveles más pro- no sólo recibió dones del Espíritu sino que el
fundos nuestro conocimiento y experiencia Espíritu del Señor lo cambió en otro hombre
GHODYROXQWDG\ORVDFWRVVDOYt¿FRVGH'LRV (1 Sam. 10:6, 9). Israel en el exilio anticipó
E(O(VStULWXGH'LRVHQHO$7 Que el un reavivamiento espiritual como resulta-
Espíritu Santo no esté revelado explícita- do de que Dios pondría su Espíritu en ellos
mente como una persona divina en el AT (Eze. 36:26, 27; 37:1-14).
*pQ QRVLJQL¿FDTXHQRH[LVWLHUDQLDF- Entonces, el Espíritu de Dios está tam-
tuara como una persona antes de su introduc- bién asociado en el AT con la morada divina
ción histórica en Pentecostés. La revelación en el ser interior del hombre (cf. Isa. 57:15;
del Espíritu Santo como una persona de la Eze. 11:19; 18:31). Sobre esta base, Jesucristo
Deidad llegó a ser posible y necesaria des- pudo hablar a los discípulos como si ellos ya
pués de la revelación histórica de Jesucristo conociesen al Espíritu Santo antes de su veni-
como Dios el Hijo. Consecuentemente, el AT da histórica y personal en Pentecostés (Juan
QR VH UH¿HUH DO (VStULWX 6DQWR FRPR D XQD 14:17). Si el Espíritu Santo ya estaba actuan-
persona diferente de las otras personas divi- do, dando dones y morando en el corazón de
nas. Sin embargo, a veces es posible enten- los creyentes, es necesario examinar la nove-
der algunas referencias del AT a la designa- dad del ministerio del Espíritu en el NT.
ción más bien general de “Espíritu de Dios” F/DQRYHGDGGHO(VStULWXHQHO17Un
como alusiones a actividades divinas que con aspecto obviamente nuevo de la revelación

150
Dios

del NT sobre el Espíritu de Dios es que ahora Espíritu Santo, ha derramado esto que voso-
está presentado claramente como una perso- tros veis y oís” (vs. 32, 33). Y el apóstol se
na divina, distinta del Padre y del Hijo (ver UH¿ULy D OD HQWURQL]DFLyQFHOHVWLDO GH &ULVWR
VII. C. 4). Sin embargo, este cambio sólo (ver VII. B. 4), lo cual siguió a su victoria en
afecta nuestra comprensión de su personali- ODFUX]\OHFRQ¿ULyD&ULVWR³WRGDSRWHVWDG
dad y no de su actividad redentora. La obra en el cielo y en la tierra” (Mat. 28:18; cf. 1
del Espíritu Santo en el NT parece abarcar las Ped. 3:22).
mismas funciones cubiertas ya sea por Dios o Puesto que Jesucristo iba a estar perso-
por el Espíritu de Dios en el AT. La novedad nalmente involucrado en la tarea de inter-
del Espíritu Santo en el NT tiene que encon- ceder en el Santuario celestial (Heb. 8:1, 2;
trarse en su nuevo papel como representante ver Santuario II, III), la presencia necesaria,
de Cristo. De acuerdo con la interpretación continua, personal de Dios en la Tierra re-
de Juan de la referencia tipológica de Jesús quería la revelación de la tercera persona de
al Espíritu (Juan 7:37-39), la revelación, la la Deidad: Dios el Espíritu Santo. Entonces,
venida histórica y la tarea redentora de Dios la novedad concreta originada por la venida
el Espíritu Santo están esencialmente conec- histórica del Espíritu Santo en el NT no debe
tadas con la cruz y la ascensión de Jesucristo. YHUVH HQ UHODFLyQ FRQ ODV WDUHDV VDOYt¿FDV
Juan interpreta la tipología de Jesús obser- HVSHFt¿FDVTXHHO(VStULWXFRQWLQ~DUHDOL]DQ-
vando que él habló “del Espíritu que habían do como lo hizo en los tiempos del AT, sino
de recibir los que creyesen en él; pues aún más bien se relaciona con el nuevo estatus
no había venido el Espíritu Santo, porque del Espíritu como representante del triunfo
-HV~V QR KDEtD VLGR D~Q JORUL¿FDGR´ -XDQ de Jesucristo en la cruz y su obra de inter-
7:39). De modo que, de acuerdo con Juan, la cesión y su señorío en el cielo. Jesucristo
PXHUWH\ODJORUL¿FDFLyQGHO+LMRHUDQFRQ- mismo recalcó la armonía y unidad caracte-
diciones necesarias para el derramamiento rística dentro de la cual la Trinidad cumple
histórico del Espíritu Santo. las actividades que incumben a la salvación
Cuando el Espíritu Santo vino en el Día al señalar que el Espíritu Santo no sólo era su
de Pentecostés, su venida fue presenciada representante (Juan 16:13, 14) sino también,
por todos a causa de la manifestación exter- debido a la delegación [de autoridad] del
na de dones sobrenaturales derramados sobre Padre al Hijo (ver VII. B. 4), el representante
los creyentes (Hech. 2:2-11). En respuesta a del Padre (Juan 14:16, 17). Por esta razón las
SUHJXQWDV VREUH HO VLJQL¿FDGR WHROyJLFR GH expresiones técnicas “en Cristo” (Rom. 6:11,
lo que estaba ocurriendo, dieron una explica- 23; 8:1, 39; 9:1; 1 Cor. 1:4; 3:1; 2 Cor. 2:17)
FLyQPX\VXSHU¿FLDOHLQDGHFXDGD³/RTXH y “en el Espíritu Santo” (Rom. 9:1; 14:17; cf.
pasa es que están borrachos” (v. 13, NVI). En Col. 1:8) son, en realidad, equivalentes.
defensa de los apóstoles, Pedro se dirigió a la G (O (VStULWX SURFHGH GHO 3DGUH \ GHO
PXOWLWXG YV 'HVSXpVGHLGHQWL¿FDU +LMRLa procedencia del Espíritu del Padre y
el hecho aparentemente extraño como una del Hijo (Juan 15:26; 14:16, 26; Hech. 2:33)
manifestación milagrosa del derramamiento debe entenderse no en un sentido ontológi-
del Espíritu Santo (vs. 15-21), Pedro explicó co sino más bien en un sentido histórico: la
el hecho como un paso necesario en el logro actividad divina interior involucrada al en-
histórico del plan de salvación de Dios (vs. viar al Espíritu Santo en Pentecostés como
   $¿UPy TXH ³D HVWH -HV~V UHVXFLWy HOUHSUHVHQWDQWHGHODSUHVHQFLDHOVDFUL¿FLR
Dios, de lo cual todos nosotros somos testi- y el ministerio de Cristo. En otras palabras,
gos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, OD SURFHGHQFLD GHO (VStULWX QR VH UH¿HUH D
y habiendo recibido del Padre la promesa del un proceso interior en la composición del

151
Dios

ser trinitario, como llegó a creer la teología cas divinas; es llamado “Santo” (Mat. 1:20),
clásica. La pregunta respecto a si el Espíritu “el Espíritu de nuestro Dios” (1 Cor. 6:11)
Santo procede del Padre, del Padre y del y “Espíritu de Jesús” (Hech. 16:7, C-I). Al
Hijo, o del Padre a través del Hijo, llegó a FRQIURQWDU D $QDQtDV \ 6D¿UD 3HGUR VHxD-
ser relevante cuando el lenguaje “nacido-del- ló la divinidad y personalidad del Espíritu.
Padre” y “procedencia” que encontramos en Ananías había mentido al Espíritu Santo
OD%LEOLDIXHPDOHQWHQGLGRFRPRUH¿ULpQGRVH (Hech. 5:3) y al mismo tiempo a Dios. Jesús
a un proceso interior, divino, que constituye presentó el Espíritu a los discípulos como
el mismo ser de la Deidad. Sin embargo, bí- “otro Consolador” (Juan 14:16). Puesto que
blicamente la procedencia del Espíritu Santo la palabra griega állos VLJQL¿FD ³RWUR GH OD
no pertenece a la constitución de la Trinidad misma clase”, se desprende que el Espíritu
sino, más bien, a su vida cuando la obra de Santo era de la misma clase que Cristo: una
la salvación es desarrollada por la actividad persona divina.
histórica de las tres personas divinas. La divinidad del Espíritu Santo como ter-
La distinción entre la venida histórica FHUDSHUVRQDGHOD7ULQLGDGVHD¿UPDDGLFLR-
del Espíritu en Pentecostés, como el don del nalmente cuando se lo describe como pose-
Padre y del Hijo a la iglesia, y la venida per- yendo otros atributos divinos: omnisciencia
sonal del Espíritu al corazón de hombres y (1 Cor. 2:10, 11), verdad (1 Juan 5:6, 7), vida
mujeres es importante. Hechos subraya par- (Rom. 8:2), sabiduría (1 Cor. 2:11), poder
ticularmente la venida histórica del Espíritu (Luc. 1:35; Rom. 15:19) y eternidad (Heb.
a la iglesia en un tiempo concreto: el Día de 9:14). El NT subraya la divinidad del Espíritu
Pentecostés. El derramamiento del Espíritu Santo al referirse a él como quien realiza ac-
Santo en ese día y en otros tiempos deter- ciones divinas concretas, tales como hablar
minados cuando el Espíritu vino a secciones a los padres a través de los profetas (Hech.
especiales de la iglesia fue acompañado de 28:25), inspirar las Escrituras (2 Ped. 1:21;
señales y milagros. Sin embargo, el Espíritu cf. VII. C. 5. a), iluminar (Juan 15:26; cf.
Santo no necesita venir a la iglesia siempre VII. C. 5. b), regenerar (Juan 3:7, 8; Rom.
en la misma forma; Pentecostés fue único.  7LWR   \ VDQWL¿FDU  7HV  
En Pentecostés se cumplió la promesa de 3HG $GHPiVVHD¿UPDYLJRURVDPHQWH
Cristo de enviar el Espíritu Santo a la iglesia; la divinidad del Espíritu Santo cuando se lo
desde entones, la tercera persona de la divina LGHQWL¿FDFRQHO-HKRYiGHO$7FRPRRFXUUH
Trinidad está presente en la iglesia cristiana con Cristo. Así, Hechos 28:25-27 y Hebreos
como el don (Hech. 2:38) de Dios en Cristo. 3:7-9 atribuyen a la directa actividad del
Por tanto, la iglesia no necesita orar por la Espíritu Santo declaraciones que en el AT se
venida histórica del Espíritu como hicieron informan explícitamente como declaracio-
los discípulos en el aposento alto (Hech. nes de Jehová (Isa. 6:8-10 y Sal. 95:7-11; cf.
1:13, 14), sino más bien para que el cora- Éxo. 16:1-8; Deut. 1:34-36). Parece no haber
zón se entregue y abra a las impresiones del ninguna duda de que los escritores del NT
Espíritu de modo que su presencia y poder entendían que el Espíritu Santo es Dios.
prometidos (ver VII. C. 6) puedan manifes-
tarse en la vida y misión de la iglesia. 4. Personalidad
La teología cristiana a menudo ha des-
3. Divinidad cuidado el estudio de la información bíbli-
La divinidad del Espíritu Santo se ates- ca respecto a la naturaleza y las actividades
tigua en varios contextos. Se describe al VDOYt¿FDVGHO(VStULWX6DQWR'HQWURGHHVWH
Espíritu Santo como poseyendo característi- contexto se ha entendido al Espíritu Santo en

152
Dios

términos de energía y poder divinos pertene- Entre ellas pueden mencionarse las siguien-
cientes propiamente a la persona del Padre. tes: inteligencia y conocimiento (Juan 14:26;
Por eso se entiende que el Espíritu Santo esté 1 Cor. 12:11), emociones (Efe. 4:30) y jui-
despojado de individualidad y personalidad. cio (Hech. 15:28). También puede mentirse
Esta interpretación parece encontrar respal- al Espíritu (Hech. 5:3, 4), resistirlo (Hech.
do en algunos pasajes bíblicos. Por ejemplo, 7:51) y pecar contra él (Mat. 12:31; Mar.
mientras los nombres Padre e Hijo evocan 3:29). Además, el NT presenta al Espíritu
realidades personales, no pasa lo mismo Santo como haciendo lo que puede hacer
necesariamente con el nombre Espíritu. El un ser personal: habla (Hech. 8:29), enseña
género del vocablo griego pnéuma (“espí- /XF   UHYHOD /XF   WHVWL¿FD
ritu”) es neutro, aparentemente sugiriendo (Hech. 20:23), escudriña (1 Cor. 2:10, 11),
una realidad no personal. Además, el hecho envía (Hech. 13:2), guía (Hech. 8:29; 11:12),
de que la Escritura habla sobre el Espíritu declara cosas que vendrán (Juan 16:13)
Santo como que tomó la “forma” corporal de y da testimonio a nuestro espíritu (Rom.
una “paloma” (Luc. 3:22), y lo compara al 8:15, 16). Por otra parte, la expresión griega
viento (Juan 3:8), el agua (Juan 7:37-39) y “otro Consolador” que Jesús usó respecto al
el fuego (Hech 2:3), también contribuye a la Espíritu Santo (Juan 14:16) sugiere, no sólo
LGHDVXSHU¿FLDO\HUUyQHDGHTXHHO(VStULWX que el Espíritu Santo es un ser divino, sino
Santo no es un ser personal como el Padre y también que es un ser personal en la misma
el Hijo. Finalmente, el excesivo énfasis en la manera como el Padre y el Hijo son seres
descripción bíblica del Espíritu Santo como personales. Del mismo modo, el papel inter-
un don (Hech. 2:38; 10:45) que concede do- cesor (Rom. 8:26) que desempeña el Espíritu
nes (1 Cor. 12:4-11; Efe. 4:11; cf. VII. C. 5. Santo en la salvación de los creyentes puede
e) a hombres y mujeres puede también ser ser desempeñado sólo por un ser personal.
responsable por la idea incorrecta de que el )LQDOPHQWH OD JORUL¿FDFLyQ GHO +LMR SRU HO
Espíritu Santo es una “energía divina” antes Espíritu Santo (Juan 16:14) no puede ser
que una persona divina. Estos pasajes bíbli- realizada por un poder o energía, sino sólo
cos no enseñan que el Espíritu Santo no es por una persona. Sin la menor duda, los es-
un ser personal; meramente dejan abierta la critores del NT entendieron al Espíritu Santo
posibilidad de que se considere al Espíritu como un ser personal divino.
Santo como una energía divina no personal. Sólo al captar claramente la interpre-
Se necesita evidencia explícita adicional tación bíblica del Espíritu Santo como una
para decidir si el Espíritu Santo es o no un persona divina puede verse en su plena luz la
ser personal. HVSHFL¿FDFLyQGHO17VREUHHOFRQFHSWRGHO
El NT descubre la naturaleza personal del AT de la pluralidad del Dios uno. Sobre la
Espíritu Santo en una variedad de maneras. base de la evidencia bíblica presentada an-
Si bien los escritores del NT no podían cam- tes, una doctrina de la Trinidad llega a ser
biar el género de la palabra griega que sig- inevitable y necesaria para la teología cris-
QL¿FD ³HVStULWX´ D YHFHV FXDQGR KDEODURQ tiana. Sin embargo, antes que se considere el
del Espíritu Santo, utilizaron pronombres enfoque bíblico de la Trinidad es necesario
masculinos para reemplazar la forma neu- examinar la obra de la tercera persona de la
tra Espíritu (Juan 14:26; 15:26; 16:13), aun Trinidad.
a expensas de una inconsistencia sintáctica.
Adicionalmente, el NT adjudica al Espíritu $FFLyQVDOYt¿FD
Santo una variedad de características que re- El NT presenta una rica información
velan explícitamente su naturaleza personal. adicional respecto a la tercera persona de la

153
Dios

Trinidad eterna. La comprensión del Espíritu Espíritu Santo (2 Cor. 3:3), lo que implica
Santo como un representante de la persona y revelación-inspiración (ver VII. C. 5. a), ilu-
la obra de Cristo en la cruz y en el Santuario minación y morada en el interior de la perso-
celestial se exalta e integra, no como percep- na (ver VII. C. 5. c). Dios originó la Escritura
ciones especulativas de su naturaleza divina, a través de la agencia del Espíritu Santo con
sino más bien desde la perspectiva de su ta- HO ¿Q GH TXH OD OX] GLYLQD FRQRFLPLHQWR 
UHDVDOYt¿FD necesaria para la salvación de los pecadores
D 5HYHODFLyQLQVSLUDFLyQ Ya que se y la redención del mundo, estuviese a dispo-
dice que la Biblia es la “espada del Espíritu” sición de la raza humana (Sal. 119:105). No
(Efe. 6:17), no es sorprendente descubrir que obstante, para que la Biblia sea una luz y no
el Espíritu Santo está estrechamente relacio- meramente una letra muerta, los hombres y
nado con los procesos a través de los cuales las mujeres deben entenderla (v. 130). Sin
se originaron las Escrituras. El Espíritu estu- embargo, la comprensión de la luz presupone
vo activamente involucrado en la revelación, la posesión de la luz: “En tu luz veremos la
el proceso a través del cual se originaron las luz” (Sal. 36:9). A menos que Dios sea reco-
verdades, los conceptos y la información nocido como el autor de las palabras, un velo
encontrados en la Biblia (Eze. 8:3; 11:1, 24; (2 Cor. 3:13, 14; cf. Isa. 6:9, 10; Hech. 28:26,
37:1; 43:5; Mar. 12:36; 1 Cor. 2:11; Apoc. 27) impide que la mente y el corazón vean
21:10). También participó en la inspiración, a Dios y entiendan su Palabra (Luc. 11:34,
el proceso a través del cual estas comunica- 35). Desde la caída los hombres y las muje-
ciones fueron compartidas por los profetas res no tienen luz en sí mismos (Hech. 26:18;
(2 Sam. 23:2; 2 Crón. 24:20; Eze. 11:5; Zac. 2 Cor. 4:3, 4; cf. Juan 1:5). El Espíritu debe
7:12; Mat. 22:43; 2 Ped. 1:21). Después del quitar el velo de oscuridad (2 Cor. 3:17, 18)
Pentecostés la tarea reveladora-inspiracional de la mente para que pueda verse la luz. El
del Espíritu Santo se concentró en guiar a Espíritu de entendimiento y conocimiento,
los discípulos a una debida comprensión de dado en una forma especial al Mesías (Isa.
la verdad según está revelada en la persona 11:2), también conduce a los seres humanos
histórica y la obra de Jesucristo (Juan 16:12- en el proceso de leer y entender las Escrituras
15), la cual, cuando se escribió, llegó a ser (Efe. 1:17-23) y es uno de “los dones gratui-
el NT. La recepción del Espíritu Santo en el tos de Dios” (1 Cor. 2:12, C-I). La escritura
corazón del creyente cristiano (ver VII. C. 5. de la ley en el corazón supone iluminación,
c) no puede concebirse independientemente pero va más allá de eso; requiere la morada
de las verdades reveladas en las Escrituras del Espíritu Santo en la mente y el corazón
como un todo o en contradicción con ellas de los creyentes.
(ver Revelación III, IV).  F 0RUDGD LQWHULRU Cuando las impre-
E,OXPLQDFLyQDe acuerdo con Jesús, el siones del Espíritu Santo son aceptadas y los
Espíritu Santo no sólo participa en la tarea de pecadores se abren a Dios en fe, confesión
revelar e inspirar las Escrituras; también está y arrepentimiento, comienza una relación
involucrado en convencer “al mundo de pe- divino-humana (Apoc. 3:20). El acto inicial
cado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8). No por el cual Dios es aceptado en la mente y
HVVX¿FLHQWHTXHODYHUGDGVHDWHyULFDPHQWH el corazón, convirtiendo de ese modo al cre-
expresada en palabras, ya sea en forma oral yente en una persona nueva, es tan dramáti-
o escrita; es necesario que sea escrita en la FR TXH -HV~V VH UH¿ULy D pO FRPR XQ QXHYR
mente y el corazón de los hombres y las mu- nacimiento procedente del Espíritu Santo
jeres (Jer. 31:33; Heb. 8:10). La escritura de (Juan 3:3-8). La relación divino-humana es-
la verdad en la mente humana es la obra del tablecida a través de la experiencia del nue-

154
Dios

vo nacimiento se conoce como la morada, la Efe. 1:13, 14; cf. Rom. 8:11). La morada del
plenitud (Luc. 1:67; Hech. 2:4; 4:31; 9:17; Espíritu ocurre “en el hombre interior” (Efe.
13:52), o el bautismo del Espíritu Santo 3:16), que abarca el corazón (Rom. 5:5), la
(Mat. 3:11; Mar. 1:8; Luc. 3:16; Hech. 1:5; mente (Rom. 8:6, 7) y el espíritu (v. 16). La
11:16). Pablo describe esta íntima relación morada del Espíritu que comienza con la ex-
divino-humana no sólo como la circuncisión periencia del nuevo nacimiento trae a Cristo
del corazón (Rom. 2:29) sino, más concreta- al hombre interior, estableciendo una rela-
mente, como la presencia del Espíritu de Dios ción divino-humana progresiva que cambia
morando “en vosotros” (Rom. 8:9; cf. Efe. a los creyentes a la semejanza de Jesucristo
2:22). Por consiguiente el cuerpo es “templo (vs. 4-17; cf. v. 29). En Romanos 8 Pablo ex-
del Espíritu Santo” (1 Cor. 6:19). El punto plica detalladamente la sumisión del creyen-
de vista bíblico de la morada divina en los te a la ley de Dios (vs. 4-7), los resultados de
seres humanos sólo puede percibirse cuan- la morada interior del Espíritu: victoria sobre
do se lo ve dentro del contexto provisto por actos pecaminosos (v. 13), el cuidado provi-
(1) la naturaleza histórica (ver IV. D y VII. dencial de Dios a favor del creyente (v. 14),
C. 2) y personal (ver VII. C. 4) del Espíritu la condición de hijos (v. 15), la seguridad de
Santo como representante de Cristo (ver VII. la aceptación como hijos de Dios (v. 16), el
C. 2. c y VII. C. 5. d); y (2) cuando uno se sufrir juntamente con Cristo (v. 17) y la resu-
da cuenta de que la comprensión bíblica del rrección futura de la muerte. La obediencia a
hombre y la mujer no reconoce la existencia la voluntad de Dios es también un resultado
de un alma eterna atemporal en la persona concreto de la morada interior del Espíritu,
humana (ver Hombre I. E). De manera que el por la cual los principios eternos de la ley de
Espíritu Santo no puede ser concebido como Dios son escritos en el corazón y la mente de
una “energía divina” que penetra la sustan- los creyentes (Jer. 31:33; Eze. 36:27; Rom.
cia eterna del alma y diviniza la naturaleza 2:15; Heb. 8:10; 10:16; cf. Sal. 37:31; 40:8;
humana. Por el contrario, la morada [divina] 119:34; Isa. 51:7). Sobre la base de la reali-
en el ser humano debe concebirse dentro del dad relacional de la morada interior de Cristo
modo de las relaciones personales, históricas en los creyentes a través del Espíritu, se dice
(1 Juan 4:13). Dentro de la forma relacional que ellos poseen “la mente de Cristo” (1 Cor.
el Espíritu Santo mora “en” seres humanos. 2:16; cf. 12:3) y llegan “a ser participantes
Así, la naturaleza humana no se diviniza de la naturaleza divina” (2 Ped. 1:4). De ahí
por la morada interior del Espíritu sino que, que en su vida diaria se produce “el fruto del
más bien, es transformada a la semejanza Espíritu” (Gál. 5:22, 23).
de Jesucristo (Rom. 8:29). Puesto que el Siendo que el Espíritu Santo no mora en
Espíritu Santo como una persona divina es el creyente como una energía que penetra el
el representante de Cristo, su morada en la alma, sino más bien como una persona, surge
persona trae la presencia de Cristo a la mente la pregunta sobre cómo reside en el interior
y el corazón del creyente. Por tanto, la mo- de los seres humanos. Pablo, en pleno acuer-
rada del Espíritu en el creyente es la morada do con la estructura relacional de la morada
interior de Cristo. interior del Espíritu, explica que “todos noso-
Debido a que el Espíritu Santo representa WURVTXHFRQHOURVWURGHVFXELHUWRUHÀHMDPRV
al Cristo victorioso, su presencia en el cora- como en un espejo la gloria del Señor, so-
zón del creyente llega a ser un anticipo de la mos transformados a su semejanza con más
redención de Dios y la garantía de sus prome- y más gloria por la acción del Señor, que es
sas (2 Cor. 1:20-22), notablemente, de la glo- el Espíritu” (2 Cor. 3:17, 18, NVI). Pablo de-
riosa segunda venida de Cristo (2 Cor. 5:4, 5; clara que los seres humanos pecadores pue-

155
Dios

den contemplar la gloria del Señor a través va criatura a través de su obra de morar en
de la predicación y enseñanza del evangelio ella, sino también en la misión de la iglesia
(2 Cor. 4:4, 5), “porque Dios, que mandó que mediante el otorgamiento de dones espiri-
de las tinieblas resplandeciese la luz, es el tuales (ver Dones II). La noción de que el
que resplandeció en nuestros corazones, para Espíritu de Dios dota a los creyentes para el
iluminación del conocimiento de la gloria de cumplimiento de tareas especiales está pre-
Dios en la faz de Jesucristo” (v. 6). La mo- sente en el AT (Núm. 11:25; 27:18; Deut.
rada [divina en el hombre], entonces, ocurre 34:9; Juec. 3:10; 1 Sam. 10:6; Miq. 3:8; Zac.
FRPRXQUHVXOWDGRGHODREUDHVSHFt¿FDGHO 4:6). Sin embargo, en el AT los dones espi-
Espíritu Santo. A través de la inspiración de rituales generalmente parecen darse a perso-
la Biblia y la iluminación de su contenido, el nas especiales antes que a toda la comuni-
Espíritu Santo trae la presencia de Cristo a la dad de la fe. Esa restricción se suprime en el
conciencia de los creyentes que de ese modo NT, cuando la profecía de Joel (2:28, 29) se
son capaces de contemplar “la gloria de Dios cumple parcialmente en el Pentecostés con
en la faz de Jesucristo”. la venida del Espíritu Santo y la concesión
Cuando, en respuesta a la iniciativa divi- de dones espirituales a toda la iglesia (Hech.
na de Dios en el Espíritu, el corazón humano 2:15-21, 32, 33; Efe. 4:8). Los dones se otor-
se rinde en total apertura a Cristo por primera gan a los creyentes en quienes Cristo habita
vez, ocurre simultáneamente el nuevo naci- mediante el Espíritu. En otras palabras, el
miento con el bautismo del Espíritu Santo creyente recibe dones espirituales sobre la
como el don de la presencia personal de Dios base de una recepción del Espíritu Santo (el
(Hech. 2:38). Sigue el proceso continuo del Don) por parte de la persona en una entrega
Espíritu morando en el creyente. La morada total (Hech. 2:38) y en continua obediencia
interior del Espíritu Santo en el cristiano no a la voluntad de Dios (Hech. 5:32). Los do-
HVXQDSRVHVLyQSHUPDQHQWHDGTXLULGDGH¿- nes se conceden con el propósito de lograr
nitivamente en el momento del nuevo naci- ODXQLGDGGHODLJOHVLD (IH \³D¿QGH
miento. Por el contrario, debe ser un proceso capacitar al pueblo de Dios para la obra de
permanente, renovado diariamente (1 Cor. servicio” (v. 12, NVI). No se dan como se-
9:27) en una entrega nueva y más profunda ñales sobrenaturales de la existencia de Dios
a las impresiones del Espíritu, no sea que el o del perdón divino, sino más bien como la
creyente caiga en la apostasía con el riesgo capacitación necesaria para el cumplimiento
de pérdida eterna (Heb. 6:4-8). de la misión cristiana de representar a Cristo
G ,QWHUFHVLyQ El Espíritu Santo, como y predicar su evangelio según está revelado
representante de Cristo, desempeña funcio- en las Escrituras del AT y del NT.
nes intercesoras que complementan la in-
tercesión de Cristo en el Santuario celestial 6. Dones escatológicos
(Heb. 8:1, 2). A las claras funciones media- El AT presenta los tiempos escatológi-
doras de revelación-inspiración (ver VII. C. FRV TXH SUHFHGHQ DO ¿Q GH OD KLVWRULD GH OD
5. a), iluminación (ver VII. C. 5. b) y morada redención como la extensión universal del
interior (ver VII. C. 5. c), cumplidas por el conocimiento de la voluntad de Dios según
(VStULWX6DQWR3DEORDxDGHHVSHFt¿FDPHQWH está revelada en las Escrituras. Tal expansión
la actividad intercesora del Espíritu Santo en universal, escatológica, será producida por
favor de las oraciones de los santos (Rom. Dios a través de su pueblo (Sal. 72:8-11; Isa.
8:26, 27). 14:1; 45:14; 56:6, 7; 60:5, 11; Jer. 3:17; Hag.
 H'RQHVEl Espíritu Santo es instrumen- 2:7; Zac. 2:11; 8:21-23). La profecía de Joel
to, no sólo para el establecimiento de la nue- en cuanto al derramamiento universal del

156
Dios

Espíritu sobre toda carne (2:28, 29) concreta es la condición para la recepción de los do-
de forma explícita ese componente instru- nes (VII. C. 5. e), la manifestación escatoló-
mental, asumida en la visión del AT, respecto gica del Espíritu Santo ocurrirá sobre la base
a una difusión universal escatológica del rei- de la entrega total y la apertura de la iglesia
no de Dios. a la iluminación y a la morada interior del
Aunque la profecía de Joel comenzó a Espíritu.
cumplirse con la venida histórica del Espíritu
en el Pentecostés (Hech. 2:16-21; ver VII. C. D. MODELOS TRINITARIOS EN EL NT
2), es claro que su cumplimiento universal La revelación especial del Espíritu Santo
completo todavía está en el futuro (vs. 19- como una persona divina distinta del Padre
21). La idea de una difusión universal del y el Hijo completa la expansión del NT del
PHQVDMH HYDQJpOLFR DQWHV GHO ¿Q GH OD KLV- cuadro bíblico de la pluralidad del Dios uno.
toria de la redención, sigue presente en el Hay tres personas divinas diferentes en la
planteamiento escatológico del NT (Apoc. única Deidad cristiana. El NT expresa la na-
14:6, 7; 18:1). La inmutabilidad de Dios se
turaleza trinitaria de la Deidad no sólo por
expresa en la constancia y la congruencia de
medio de una clara presentación de personas
VXVDFFLRQHVVDOYt¿FDVKLVWyULFDV ,,,% (Q
divinas diferentes, sino también mediante
consecuencia debe esperarse que al llevar el
cortas fórmulas trinitarias. Las fórmulas bi-
plan de redención a su clímax y consuma-
nitarias (ver VII. B. 6) y trinitarias son decla-
ción históricos por medio de la diseminación
raciones concisas que expresan la naturaleza
universal escatológica del mensaje evangéli-
trinitaria de la Deidad antes que extensas
co, Dios utilizará los mismos medios que usó
LQGDJDFLRQHV GH VX VLJQL¿FDGR WHROyJLFR
en Pentecostés: el derramamiento ilimitado
Vamos a ver seguidamente los principales
de los dones espirituales sobre su iglesia.
Tal derramamiento escatológico del Espíritu casos en los que se hace alusión a fórmulas
Santo, que está implícitamente supuesto en trinitarias o son presentadas en forma directa
la iluminación de la Tierra por el ángel en en el NT.
Apocalipsis 18:1, completará el cumpli- El bautismo de Jesús originó la más clara
miento de la profecía de Joel iniciado en revelación histórica de la Trinidad que está
Pentecostés. disponible para nosotros. El Hijo apareció en
Así como el derramamiento del Espíritu su existencia humana encarnada, el Espíritu
Santo y sus dones capacitaron a la iglesia Santo estuvo presente en la forma de una pa-
emergente en una forma especial, de la mis- loma y el Padre se reveló a sí mismo (Mat.
PDPDQHUDDO¿QGHOWLHPSRHO(VStULWX6DQWR 3:16, 17; Mar. 1:10, 11; Luc. 3:21, 22; cf. 2
concederá sus dones a la iglesia para la ter- Ped. 1:17).
minación de la obra. Tanto en el nivel perso- El concepto de Trinidad, es decir, la idea
nal como en el histórico, Dios concede los de que los tres son uno, no está declarado ex-
dones del Espíritu como las lluvias temprana plícitamente sino que se da por sentado. Por
y tardía (Joel 2:23; cf. Ose. 6:3). La conce- tanto estos pasajes no pueden tomarse como
sión escatológica de dones espirituales por fórmulas trinitarias sino más bien como refe-
el Espíritu Santo tiene el mismo propósito: rencias a la doctrina de la Trinidad. Además,
la predicación de las verdades del evangelio a las tres personas de la Divinidad se las une
(Apoc. 18:2, 4) preparando el camino para HLGHQWL¿FDVHxDODQGRDOJXQDVGHODVDFWLYLGD-
la segunda venida de Jesús (Mat. 24:14; 2 des concretas en las que cada una ha partici-
Ped. 3:9, 12; Apoc. 14:6-12). Sin embargo, pado en la historia de la salvación. Así, Pedro
como la infusión del Espíritu en el creyente enfatiza claramente que los creyentes fueron

157
Dios

“elegidos según la presciencia de Dios Padre mente expresada en la gran comisión misio-
HQVDQWL¿FDFLyQGHO(VStULWXSDUDREHGHFHU\ nera de Jesús: “Por tanto, id, y haced discípu-
ser rociados con la sangre de Jesucristo” (1 los a todas las naciones, bautizándolos en el
Ped. 1:2). Del mismo modo, Pablo cierra su nombre [gr. ónoma] del Padre, y del Hijo, y
segunda carta a los corintios deseando que del Espíritu Santo” (Mat. 28:19). La directa
“la gracia del Señor Jesucristo, el amor de referencia al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean expone claramente la pluralidad triple de las
con todos vosotros” (2 Cor. 13:14). Con todo, Personas divinas, mientras que el hecho de
estas dos declaraciones sólo suponen la divi- designar a todas ellas como el “nombre” de
nidad del Espíritu y de Cristo, y la unicidad Dios (en singular) presenta claramente la
de los tres. Aquí se presenta, no una fórmula unicidad del Ser divino. Por tanto se expresa
trinitaria, sino más bien una referencia a la una clara fórmula trinitaria, donde el carácter
Trinidad. El marco paulino para el otorga- trino y la unicidad pertenecen juntamente al
miento divino de los dones espirituales a la Ser divino.
iglesia (VII. C. 5. e) en su primera carta a En conclusión, el NT no ha dado consi-
los creyentes en Corinto (12:4-6) puede ser deración extensa a la doctrina de la Trinidad
TXHHVWpUH¿ULpQGRVHWDPELpQDOD7ULQLGDG como tema teológico. No obstante dispo-
(VStULWX6HxRU\'LRVVHUH¿HUHQDO(VStULWX nemos de una amplia evidencia de que la
Santo, el Hijo y el Padre, respectivamente, realidad de la naturaleza trinitaria del único
expresando así la unidad de la Trinidad en Dios cristiano es una enseñanza bíblica. En
ODDFFLyQVDOYt¿FDGH'LRVHQODKLVWRULD6LQ la Escritura Dios ha revelado su naturaleza
embargo, la unicidad de la Deidad no puede trascendente como Trinidad: tres Personas
reducirse a un concepto de unidad de vida o divinas distintas que actúan directa e históri-
de acción redentora en la historia. camente en la historia y constituyen el único
La fórmula trinitaria parece estar clara- Ser trinitario divino.

VIII. IMPACTO DE LA DOCTRINA DE LA DEIDAD


La doctrina bíblica de Dios afecta por lo OD 5HIRUPD DOJXQRV WHyORJRV KDQ GHVD¿DGR
menos a tres aspectos fundamentales del pen- esa convicción. La doctrina bíblica de Dios
samiento cristiano: el metodológico, el sote- requiere el trastrocamiento de este punto de
riológico y el eclesiológico, y abarca todo el vista disciplinario tradicional. Si considera-
FDPSRGHODWHRORJtDFULVWLDQD,QÀX\HQXHV- mos seriamente la doctrina bíblica de Dios,
tra interpretación de la Biblia al determi- no podemos reemplazarla con una enseñanza
nar la manera en que vemos algunos temas ¿ORVy¿FDDFHUFDGH'LRV(OKDFHUFDVRRPL-
básicos que desempeñan un papel decisivo so de la revelación bíblica sobre Dios con-
en nuestro proceso de entendimiento. Entre ducirá a una comprensión distorsionada de
estos asuntos encontramos ciertas cuestiones las doctrinas cristianas y a una capitulación
disciplinarias, metodológicas y doctrinales. GHODDXWRULGDGEtEOLFDDQWHOD¿ORVRItD\OD
En el ámbito disciplinario, la relación tradición.
¿ORVRItDWHRORJtDVLHPSUHKDPHUHFLGRDWHQ- Dentro del aspecto metodológico, la
ción especial. Gran parte de la teología cris- Deidad trinitaria de la Escritura ocupa el
tiana se ha desarrollado con esta convicción: centro de la teología. La Deidad trinitaria
OD¿ORVRItDGHVHPSHxDXQDIXQFLyQHVHQFLDO de la Biblia une los múltiples aspectos de la
en la formación del marco intelectual re- vida, las verdades bíblicas y las enseñanzas
querido por el quehacer teológico. Desde cristianas. Como centro de la vida, Dios no

158
Dios

es el todo, pero sí el Ser que trae el todo a la larización de la vida cristiana.


existencia y la armonía. Además, la doctrina La doctrina bíblica de Dios requiere una
bíblica de Dios demanda una interpretación comprensión diferente de la experiencia y la
y comprensión histórica de las enseñanzas y espiritualidad cristianas. Cuando, siguiendo
doctrinas cristianas. Dentro del campo doc- la Escritura, tratamos de concebir la expe-
trinal, la naturaleza relacional de la Deidad riencia y la espiritualidad cristianas dentro
bíblica pone el fundamento de la naturaleza de la comprensión histórica y relacional de
relacional de los seres humanos, lo cual, a su Dios y la naturaleza humana, surge una no-
YH]LQÀX\HHQORVDVSHFWRVHFOHVLROyJLFRV\ ción inclusiva antes que exclusiva. Al abarcar
misiológicos. todos los aspectos y dimensiones de la vida y
La doctrina bíblica de Dios también ejer- acción humana, la experiencia cristiana llega
FHXQDIXHUWHLQÀXHQFLDHQHOQLYHOSUiFWLFR a abarcarlo todo y produce cambios revo-
donde se produce la experiencia de la salva- lucionarios en todos los aspectos de la vida
ción. La experiencia o espiritualidad cristia- diaria. La espiritualidad ya no es el contacto
na se da cuando Dios y los seres humanos se con el otro lado en el instante eterno sino la
relacionan mutuamente. Tanto Dios como los relación histórica progresiva con el Dios que
seres humanos son relacionales por naturale- habita con su pueblo dentro del tiempo y el
za. Por consiguiente, la espiritualidad bíblica espacio históricos. Esta perspectiva de la es-
puede ocurrir sólo dentro de los parámetros piritualidad cristiana, fundada sobre la doc-
de las relaciones divinas y humanas. Más trina bíblica de Dios, no deja lugar para la
aún, el concepto bíblico de presencia histó- secularización y presenta una alternativa que
rica de Dios (IV. D) coloca la relación sal- tiene su origen en Dios frente al secularismo
Yt¿FD GH OD H[SHULHQFLD FULVWLDQD QR GHQWUR contemporáneo.
de un nivel divino ultramundano sino dentro La doctrina bíblica de Dios también afec-
GHO ÀXMR GHO HVSDFLR \ HO WLHPSR KLVWyULFRV ta la manera como concebimos la naturaleza
donde los seres humanos existen y operan. de la iglesia. La naturaleza relacional de la
Debido a que la experiencia cristiana es Deidad bíblica sugiere una interpretación
relacional e histórica, es necesario que aban- relacional de la naturaleza de la iglesia. Las
donemos las concepciones clásicas y con- enseñanzas tradicionales que sostienen que
temporáneas según las cuales la experiencia la iglesia es una institución o sacramento de
KXPDQDGHOKHFKRVDOYt¿FRRFXUUHHQHOHWHU- la presencia de Dios en el mundo se queda
no “ahora”. Cuando los creyentes cristianos sin fundamento cuando uno acepta la natu-
suponen que la experiencia de la salvación raleza relacional del Dios bíblico. Un desa-
ocurre en el nivel ultramundano del instante rrollo pleno de la doctrina bíblica de Dios
eterno, llegan a convencerse de que la mayo- muestra a la Deidad trinitaria involucrada en
ría de los aspectos de la vida cotidiana son una misión. La misión que la Deidad se ha
irrelevantes y por tanto están excluidos de la autoasignado apunta a la salvación de seres
espiritualidad cristiana. Cuando la espiritua- humanos caídos y al establecimiento de una
lidad cristiana se considera como un asunto armonía permanente en del universo creado
de interioridad, individualidad, retraimiento (IV. B). Según la revelación bíblica, Dios
de este mundo y de conexión con otra reali- realiza las diversas tareas vinculadas con la
dad, llega a disociarse de la vida cotidiana. misión del salvar dentro del modo histórico
El hecho es que un encuentro ultramundano de existencia de su creación. Dios, dentro de
no implica desafíos ni requiere cambios en la su plan misionero maestro, llamó a la iglesia
vida y la cultura de todos los días. Un resul- a desempeñar un papel indispensable. El lla-
tado concreto de esta concepción es la secu- mamiento misionero que la iglesia cristiana

159
Dios

ha recibido de Dios no es incidental; es un Cristo declaró que la vida eterna para sus dis-
aspecto esencial que, cubriéndolo todo, da cípulos consistía en “que te conozcan a ti, el
GLUHFFLyQ\SURSyVLWR¿QDOHVDODYLGD\ODV único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
actividades de la iglesia (ver Iglesia IV). has enviado” (Juan 17:3). La doctrina bíblica
Jesús mismo resumió el impacto que la de Dios ha sido llamada a ocupar un papel
doctrina de Dios ejerce sobre el creyente básico y central en el pensamiento y la vida
cristiano. En la oración dirigida a su Padre, de los discípulos de Cristo.

IX. RESEÑA HISTÓRICA


Desde el comienzo la revelación del NT 1. Neoplatonismo
acerca del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo  (O QHRSODWRQLVPR FRPR WHQGHQFLD ¿OR-
LQVSLUyXQDDPSOLDJDPDGHUHÀH[LyQWHROy- Vy¿FDVHUH¿HUHDXQPRYLPLHQWRVLQFUpWLFR
gica que todavía sigue sin disminuir. De esta con fuertes alusiones religiosas. Reúne, no
abundancia de información sólo se conside- siempre acertadamente, elementos del plato-
rará en esta sección un bosquejo muy breve nismo, pitagorismo, aristotelismo y estoicis-
de cuestiones destacables que tratan de la PR(MHUFLHURQLQÀXHQFLDHQHOSHQVDPLHQWR
comprensión de la naturaleza y actividad de patrístico Filón (c. 13/20 a.C.-c. 45/50 d.C.),
Dios. El examen sucinto que sigue está or- HOJUDQ¿OyVRIRMXGtRDOHMDQGULQR\3OXWDUFR
ganizado siguiendo los principales períodos (c. 46-120 d.C.), representante del platonis-
históricos de la teología cristiana: la patrísti- mo medio. Pueden considerarse precursores
ca, el medioevo, la Reforma y el moderno. del neoplatonismo, que recibió formulación
Desde el mismo principio la interpreta- sistemática en Plotino (205-270 d.C.). Esos
FLyQ FULVWLDQD GH 'LRV VH YLR LQÀXLGD IXHU- autores abrazaron la teoría de Platón de dos
WHPHQWHSRU¿ORVRItDVH[WUDEtEOLFDV'HELGR PXQGRVVLQHPEDUJRODPRGL¿FDURQHQIRU-
a que la doctrina cristiana de Dios ha llega- ma sustancial. Para ellos el ámbito celestial
GR D VHU XQD VtQWHVLV HQWUH LGHDV ¿ORVy¿FDVno era únicamente un mundo de entidades
y bíblicas, debemos bosquejar brevemente atemporales, sino el dominio trascendente
ODVSULQFLSDOHVWHQGHQFLDV¿ORVy¿FDVTXHKDQ de Aquel que es atemporal. Filón concibió
condicionado la formulación de la doctrina a Dios como atemporal, uno, trascenden-
cristiana de Dios. WH SHUVRQDO DXWRVX¿FLHQWH LQDEDUFDEOH
no sujeto al espacio, y poseedor de toda la
A. ANTECEDENTES FILOSÓFICOS perfección del ser de un modo inefable.
El trasfondo intelectual para la doctri- Consideraba a Dios tan diferente del mun-
QD FULVWLDQD GH 'LRV OR SURSRUFLRQy OD ¿OR- do que era necesaria una serie de realidades
sofía griega, en forma notable los sistemas intermedias pertenecientes al mundo inteli-
platónico y aristotélico, junto con algunas gible. Dios creó, no sólo el mundo inteligible
LQÀXHQFLDV HVWRLFDV 3ODWyQ D WUDYpV GH UH- sino también nuestro mundo temporal, en el
interpretaciones neoplatónicas de su pensa- cual, por medio de la presciencia divina, él
PLHQWROOHJyDVHUXQDLQÀXHQFLDLPSRUWDQWH actúa providencialmente, permitiendo cierto
en el pensamiento patrístico. El aristotelismo grado de libertad humana. El platonismo me-
desempeñó un papel decisivo en la teología dio, tal como fue expresado por Plutarco, se
PHGLHYDO&LHUWDPHQWHKDVWDHO¿QGHOVLJOR apartó de Filón en el sentido de que concibió
XX se aceptó ampliamente la convicción a Dios según el demiurgo de Platón, que or-
metodológica de que la comprensión de la dena el mundo sólo de acuerdo con las ideas
teología cristiana requiere el fundamento de celestiales. Plotino, compartiendo el mismo
¿ORVRItDVH[WUDEtEOLFDV esquema básico, articuló la relación entre el

160
Dios

Uno, los seres intermediarios y nuestro mun- a sí mismo. Al no requerir un objeto que no
do por medio de un panteísmo emanativo sea él mismo, la actividad de Dios es autosu-
que abarca todo. ¿FLHQWH'HELGRDTXHHVWRRFXUUHDWHPSRUDO-
mente, es inmutable. Como el “objetivo” de
2. Aristotelismo la acción es el ser perfecto que es Dios, su
 /D ¿ORVRItD GH $ULVWyWHOHV VLPXOWiQHD- acción es absolutamente perfecta.
mente se basó en el sistema de Platón y lo
criticó. El sistema de Aristóteles no contra- B. PERÍODO PATRÍSTICO
dice al platonismo o al neoplatonismo, pero
Durante el período patrístico la doctri-
es un resultado crítico del platonismo. Entre
na cristiana de Dios se desarrolló bajo el
ellos hay diferencias claras pero también si-
supuesto operacional de que la concepción
militudes básicas. Por esta razón, en un sen-
griega neoplatónica de Dios era, en un sen-
tido general, el aristotelismo ha sido siempre
tido amplio, compatible con la revelación
un factor contribuyente en el desarrollo de
bíblica. Tuvo lugar una síntesis siempre
OD ¿ORVRItD JULHJD LQFOXVR HQ OD WHQGHQFLD
neoplatónica notada anteriormente. Sin em- creciente, aunque no siempre uniforme, en-
bargo, como un enfoque sistemático gene- WUH OD ¿ORVRItD JULHJD \ ODV LGHDV EtEOLFDV
UDO HO QHRSODWRQLVPR HMHUFLy XQD LQÀXHQFLD Sobrevinieron contradicciones internas en
dominante sobre el período patrístico y el las construcciones teológicas, lo que resultó
medioevo primitivo de la teología cristiana. en una comprensión de Dios formada en el
Más concretamente, el aristotelismo debe su PROGHGHOD¿ORVRItDJULHJDHQYH]GHOSHQVD-
LQÀXHQFLDSURIXQGDDOGHVFXEULPLHQWRGHORV miento bíblico.
escritos de Aristóteles traducidos en el siglo
XII en Toledo, España, por varios pensado- 1. Justino Mártir (F100/114-F162/168)
res árabes y judíos. También se desarrolló Al adoptar la concepción platónico-aris-
cuando las obras de Aristóteles se analizaron totélica de un Dios eterno, inmutable, impa-
y explicaron en Oxford y París. Este redes- sible, incorpóreo (Primera apología 13, 61;
cubrimiento de las ideas de Aristóteles pro- Segunda apología 6 [ANF 1:166, 183, 190]),
porcionó el fundamento para la síntesis esco- -XVWLQR \ ORV DSRORJLVWDV ¿MDURQ HO SODQ
lástica de la teología cristiana en el período maestro para la teología clásica. Sin embar-
medieval. go Justino también habló de Dios en térmi-
El neoplatonismo básicamente concuerda nos bíblicos, personales, los cuales, según la
con Aristóteles en cuanto a la naturaleza de manera en que se presentan en la Escritura,
Dios. Aparecen diferencias en relación con VRQ LQFRPSDWLEOHV FRQ ODV LGHDV ¿ORVy¿FDV
las actividades de Dios. El punto de vista de de eternidad, inmutabilidad e impasibilidad
Aristóteles no dio cabida a la actividad di- de Dios que él había adoptado implícitamen-
vina ad extra. Según él, Dios no conoce el te. Esta descripción de Dios corresponde al
mundo; no creó el mundo ex nihilo y ni si- Padre de Cristo. Puesto que un ser tal no pue-
quiera organizó el mundo, el cual es eterno de actuar en la historia, se requiere un me-
en su ámbito espacial temporal. Dios no se diador. Extrayendo elementos del judaísmo
relaciona con la historia, ni puede producir tardío, el estoicismo y Filón, Justino habla
milagros. La única actividad propia de la acerca del Logos divino. Este Logos preexis-
SHUIHFFLyQDXWRVX¿FLHQFLDLQPXWDELOLGDG\ tió en Dios como su razón y está contenido
atemporalidad de Dios se concibe en analo- en su esencia (Diálogo con Trifón 128, 129
JtDFRQODYLGDFRQWHPSODWLYDWHyULFDGHO¿Oy- [ANF 1:264]). El Logos nació de la voluntad
sofo. La acción propia de Dios es conocerse del Padre por emanación-generación, y lle-

161
Dios

gó a ser una persona poco antes de la crea- VLQRPiVELHQVREUHODEDVHGHLGHDV¿ORVy¿-


ción (Diálogo con Trifón 61, 62 [ANF 1:227, cas neoplatónicas. Estas ideas, en gran me-
228]). Puesto que era Verbo y primogénito de dida, regularon la concepción de Orígenes
Dios, el Logos también era divino (Primera de la naturaleza de Dios: Dios es la realidad
apología 63 [ANF 1:184]). El Logos, y no única, simple, atemporal, sin espacio, inmu-
el Padre, se encarnó en Jesucristo (Primera table, impasible, invisible, intelectual, per-
apología 5; Segunda apología 10 [ANF sonal (De Principiis [Tratado de los princi-
@ 6H¿MDHOHVFHQDULRSDUDODGRF- pios] 1.1.6; 1.2.4, 6; 1.3.4 [ANF 4:245, 247,
trina de la Trinidad inmanente, junto con un 252, 253]).
cierto subordinacionismo claramente presen- Orígenes intentó expresar la revelación
te en la doctrina del Logos. bíblica sobre el Dios trinitario dentro de las
PLVPDV FDWHJRUtDV ¿ORVy¿FDV QHRSODWyQL-
2. Ireneo (F120/140-F200/203) cas. Al hacerlo pasó del nivel económico-
Ireneo de Lyon abordó la doctrina de Dios histórico, en el cual la Escritura revela a la
a partir de su preocupación apologética con- Deidad, al nivel inmanente, atemporal, sin
tra las herejías gnósticas. Deliberadamente espacio, correspondiente a la naturaleza de
siguió la Escritura, mientras que las catego- Dios en sí mismo. Así, el Padre solo es la
rías neoplatónicas desempeñaron un papel causa simple y no originada de todo (ibíd.
LQVLJQL¿FDQWH HQ VX WHRORJtD $Vt ,UHQHR 1.3.5 [ANF 4:253]). Para explicar la “mul-
abordó la doctrina de Dios desde la perspec- tiplicidad” divina de la hipóstasis, Orígenes
tiva de sus obras antes que de su naturaleza. concibió la idea de generación eterna, de
Dos ideas principales tenían importancia bá- acuerdo con la cual el Hijo es generado eter-
sica en el concepto que Ireneo tenía de Dios: namente por el Padre (ibíd. 1.2.4, 6 [ANF
la creación y la Trinidad. De acuerdo con 4:247]). El Espíritu Santo, aunque pertene-
Ireneo, Dios es el Creador del mundo ex ni- ciente a la unidad de la Trinidad, pertenece
hilo (Contra las herejías 2.1.1; 2.10.4 [ANF a un estatus ontológico inferior al del Hijo.
1:359, 370]). La Trinidad se mueve dentro El Padre, como fuente de todo, tiene el ran-
del ámbito histórico, donde la Escritura pre- go ontológico superior, aun sobre el Hijo
senta a Dios como obrando la salvación. Así (ibíd. 1.3.4, 5 [ANF 4:252, 253]). Un claro,
que la concepción de Ireneo de la Trinidad doble, subordinacionismo está implícito en
resultaba práctica, porque abarcaba, por la interpretación de Orígenes de la Trinidad
ejemplo, tanto la realidad interna de Dios en inmanente. Orígenes concibe a la Trinidad
sí mismo como sus actos de salvación en la como eternamente activa como Creador, be-
historia humana. Este punto de vista, debido nefactor y providente (ibíd. 1.4.3; edición
DVXIDOWDGHHVSHFXODFLyQ¿ORVy¿FDVHFRQVL- de Butterworth de 1973). El poder bendito y
GHUyLQJHQXR\IXHVXSHUDGRSRUODUHÀH[LyQ predominante de la Trinidad “ejerce control
teológica posterior. de todas las cosas” (ibíd.). El poder de Dios
no implica la existencia eterna de la creación
3. Orígenes (185-254) temporal. Sin embargo, al seguir una básica
En el cenit de la Escuela de Alejandría, el ontología platónica dualista, Orígenes ense-
pensamiento de Orígenes representó el pri- ñó que todas las cosas “han existido siempre
mer intento para superar herejías por medio HQ VDELGXUtD SRU XQD SUH¿JXUDFLyQ \ SUH-
de un acercamiento sistemático a la teología. formación” (ibíd. 1.4.3, 5). Esto constituyó
Infelizmente, Orígenes desarrolló su acerca- la base para la doctrina de la predestinación
miento a la teología no sobre la base de la divina. Lo que fue hecho por Dios en la crea-
Escritura sola, como había procurado Ireneo, ción es lo que ya estaba hecho, y por tanto

162
Dios

predestinado, en la eterna actividad de Dios. PR PRGDOLVWD OD ³PRQDUTXtD´ D¿UPD TXH
Dios es uno –a saber, el Padre–, mientras que
4. Herejías trinitarias el “modalismo” declara que Dios el Padre es
Del siglo II al IV d.C. se formularon al- capaz de adoptar un modo especial de reve-
gunas conceptualizaciones infructuosas de la lación histórica en Jesucristo el Hijo. El mo-
enseñanza bíblica referente a la Deidad. El narquianismo modalista es una herejía para
monarquianismo dinámico [o dinamista], el la posición trinitaria porque rechaza la idea
monarquianismo modalista [o modalístico] de la Trinidad, tanto en el nivel inmanente
y el arrianismo fueron esfuerzos para com- como en el económico.
prender la Trinidad desde el trasfondo inte- El modalismo sabeliano concibió a Dios
lectual provisto por el neoplatonismo en la como una mónada, que se expresó en tres
tradición de Justino Mártir y Orígenes. operaciones históricas sucesivas: el Padre, el
El monarquianismo dinámico fue ini- Hijo y el Espíritu Santo. Al incluir al Espíritu
ciado por Teodoto de Bizancio (c. 190) y Santo y colocar al Padre al mismo nivel que
desarrollado más técnicamente por Pablo las demás personas, el sabelianismo mejo-
de Samosata (segunda mitad del siglo III). ra la versión de Noeto del modalismo. Sin
Esta posición se basó en el adopcionismo, la embargo, la Trinidad de personas sólo se re-
herejía cristológica según la cual Cristo fue conoce como modos de automanifestaciones
un mero hombre sobre el cual descendió el divinas y no como perteneciendo al ser de
Espíritu, ungiéndolo con poderes divinos en Dios mismo.
el tiempo de su bautismo y “adoptándolo” de El arrianismo fue originado por Arrio
ese modo como Hijo. Por tanto, en el ser del (c. 250/256-336), quien abordó la compren-
Dios eterno no hay pluralidad de personas. sión de la Trinidad inmanente dentro de un
La idea de una Trinidad eterna, inmanente, concepto de Dios más cercano al aristotelis-
es reemplazada por la idea de la presencia mo que al platonismo y el neoplatonismo.
“dinámica” de Dios en Cristo a través del Aunque el arrianismo compartía la concep-
Espíritu que mora en él. El monarquianis- ción de Orígenes respecto a Dios como in-
mo sostiene que Dios no es una pluralidad mutable, atemporal y simple, rechazó la idea
de Personas sino más bien un ser soberano, de emanación implícita en su concepto de
HWHUQR³GLQiPLFR´VLJQL¿FDTXHHO'LRVXQR generación eterna del Hijo. Precisamente,
está conectado con el hombre Jesucristo a debido a la simplicidad e inmutabilidad de
través de un poder espiritual impersonal. Dios el Padre, Arrio estaba convencido de
El monarquianismo modalista se inició que la esencia del Padre no es comunicable a
KDFLD¿QHVGHOVLJOR,,FRQFHELGRSRU1RHWR través de emanación o generación.
de Esmirna (c. 200). Como con el monar- Por otra parte, la trascendencia atempo-
quianismo dinámico, el monarquianismo ral de Dios requería un mediador que pudiera
modalista también sostuvo que hay sólo un ejecutar los propósitos de Dios en el espacio
Dios, el Padre. Si Cristo fuera Dios, como y el tiempo. De este modo, Arrio reemplazó
mantenía la fe cristiana, entonces debe ser la idea de Orígenes de una generación eter-
idéntico al Padre. El Padre y el Hijo no son na con la idea de creación de la nada, una
dos personas divinas diferentes, sino más creación descrita como “antes” y “fuera” del
ELHQQRPEUHVTXHVHUH¿HUHQDOPLVPR'LRV tiempo; sin embargo, “hubo un tiempo cuan-
involucrado en actividades diferentes en do él [el Hijo] no era” (O’Carroll 26). El
tiempos diferentes. El Espíritu no desempe- Hijo, por tanto, es la criatura más exaltada,
ña ningún papel excepto como otra palabra no comparable con el resto de la creación,
para designar al Padre. En el monarquianis- y él mismo Creador del mundo. El Espíritu

163
Dios

Santo es creado por el Hijo y está subordi- esencia simple y atemporal de Dios es no
nado a él. El arrianismo, entonces, es la dis- sólo el fundamento último para su unicidad
torsión más severa del concepto trinitario de ontológica, sino que también reemplaza al
Dios, porque lleva al monarquianismo y al Padre como el manantial de la Trinidad, con-
subordinacionismo a su máxima expresión. virtiéndose así en la fuente de las cuales se
deducen las personas y su unidad.
5. Concilio de Nicea (325) A Agustín no le satisface la palabra
El Primer Concilio Ecuménico se reunió “personas”, probablemente porque sugiere
en Nicea para enfrentar la amenaza plantea- la idea de individuos separados. Cree que
da por el arrianismo, al cual condenó termi- HOWpUPLQRVHXVD³QRFRQHO¿QGHGDUXQD
QDQWHPHQWH(OFRQFLOLRD¿UPyODGLYLQLGDG explicación completa por medio de él, sino
del Hijo, proclamó la doctrina de la genera- para que no seamos obligados a permanecer
ción eterna del Hijo: el Hijo es “nacido del callados” (De la Santa Trinidad 5.9 [NPNF-
Padre, esto es, de la sustancia del Padre”, y 1 3:92]). La teoría de Agustín es que las per-
enunció la muy discutida consustancialidad sonas son relaciones inmutables, originales,
KRPRǀ~VLRV del Padre y el Hijo. Finalmente, subsistentes. Toma las ideas de generación y
D¿UPyDO(VStULWX6DQWRFRPRXQSHQVDPLHQ- SURFHGHQFLDHWHUQDV\ODVXVDSDUDGH¿QLUODV
to tardío al decir: “Y [creemos] en el Espíritu relaciones. De este modo, las personas son
Santo”. reducidas a las relaciones de engendrando,
En el 381 se reunió el Segundo Concilio siendo engendrado y procediendo. Dentro
Ecuménico en Constantinopla y proclamó de esta estructura y abogando en favor de la
lo que se conoce como el Credo Niceno- procedencia del Espíritu Santo del Padre y el
Constantinopolitano, que amplió la decla- Hijo (Filioque), Agustín presenta su idea de
UDFLyQGH1LFHDDOD¿UPDUH[SOtFLWDPHQWHOD que el Espíritu Santo, como persona subsis-
divinidad del Espíritu Santo. tente, es el amor mutuo del Padre y el Hijo,
el vínculo consustancial que los une. Hay ra-
6. Agustín (354-430) zones para preguntarse si este punto de vista
En las obras de Agustín la síntesis patrísti-hace justicia a la revelación bíblica sobre tres
ca del neoplatonismo y la Escritura alcanzan sujetos diferentes e independientes. El Deo
VX IRUPXODFLyQ PiV DUWLFXODGD H LQÀX\HQWH uno parece prevalecer sobre el Deo trino. La
De acuerdo con Agustín, Dios es atemporal, Trinidad es reemplazada por la monarquía.
VLPSOHLQPXWDEOHDXWRVX¿FLHQWHLPSDVLEOH La atemporalidad de la esencia simple de
omnisciente y omnipotente (Confesiones Dios da origen a la interpretación de la pres-
7.11; 12.15; 11.11; 11.13; 13.16 [NPNF-1 ciencia-predestinación-providencia de Dios
1:110, 167, 180, 196]; De la Santa Trinidad como la causa soberana, eterna y divina de la
1.1.3; 5.2.3 [NPNF-1 3:18, 88]; La ciudad multiplicidad, la creación temporal y la his-
de Dios 11.10; 22.1 [NPNF-1 2:210, 479]). toria (ver La ciudad de Dios 22.2 [NPNF-1
Sobre esta base, Agustín llevó la doctrina de 2:480]). La duplicación platónica de eternidad
la Trinidad a su expresión teológica clásica en el tiempo no es producida por un demiurgo
en su libro De la Santa Trinidad. A diferencia sino más bien por Dios, quien es concebido
de los Padres capadocios, Agustín comenzó como creando tanto el mundo de las ideas
con la concepción de la unicidad de Dios y como su duplicación en el tiempo (ibíd.).
de allí pasó al hecho de que son tres perso-
nas. La unicidad de Dios fue concebida por 7. El Credo Atanasiano (F430-500)
Agustín en relación con la consustancialidad El Credo Atanasiano, también conocido
(identidad de sustancia) de las personas. La como Quicumque, se considera como la ex-

164
Dios

SUHVLyQGH¿QLWLYDGHODFUHHQFLDFDWyOLFDHQ samiento se basó sobre su propia interpreta-


la Trinidad. Redactado por un autor desco- ción cristiana de Aristóteles. Aquino abordó
QRFLGRHVWHFUHGRPXHVWUDODLQÀXHQFLDGHOD primero la doctrina de Dios, quien se descri-
teología de la Trinidad de Agustín. Expresa be como atemporal, uno, simple, inmutable,
explícitamente la pluralidad y unicidad si- perfecto y bueno (Suma teológica 1a.20.4;
multáneas de Dios: “El Padre es Dios, el 1a.11.3; 1a.3.6, 7; 1a.9.1; 1a.4.1; 1a.6.1).
Hijo es Dios, (y) el Espíritu Santo es Dios; y Una vez que se completó la doctrina de Dios,
no obstante no hay tres dioses, sino que hay se introdujo la doctrina de la Trinidad para
un Dios” (Denzinger 15). Declara la divini- una extensa discusión (ibíd. 1a. 27-43). La
dad de personas no sólo por llamar a cada esencia o sustancia única y simple de Dios
uno explícitamente Dios y Señor sino tam- se comprende en analogía con el funcio-
bién por adjudicar a cada uno, respectiva- namiento y las características del intelecto
mente, las cualidades divinas de increados, humano; más precisamente, a semejanza
de inmensidad, eternidad y omnipotencia. de la interpretación aristotélica del intelec-
Claramente distingue las tres personas di- to. Consecuentemente, las personas en la
ferentes, que no deben confundirse (contra 'HLGDGQRVHUH¿HUHQDFHQWURVLQGHSHQGLHQ-
el sabelianismo). Desafortunadamente, se tes de conocimiento y actividad como decla-
preserva una forma sutil de monarquianis- ra el registro bíblico. Eso implicaría triteís-
mo y subordinacionismo ontológico cuando mo. Más bien, las personas son distinciones
las diferencias de las personas se explican reales dentro de la simple y absoluta esencia
metafísicamente, recurriendo a las ideas de divina. Las distinciones, que determinan a
generación y procedencia. Así el Padre no es las personas como subsistentes dentro de la
esencia, son relaciones dentro de la esencia,
engendrado, mientras que el Hijo es engen-
y las relaciones se conciben como originadas
drado del Padre, y el Espíritu Santo procede
a partir de la generación del Hijo y la proce-
del Padre y el Hijo (Filioque). La unicidad
dencia del Espíritu Santo.
de la Trinidad se explica sobre la base de su
Tomás integra la enseñanza clásica so-
sustancia o naturaleza divina: “La naturale-
bre la generación eterna y la procedencia del
za divina del Padre y del Hijo y del Espíritu
Espíritu como “resultados” necesarios del
Santo es una” (Denzinger 39).
intelecto de Dios (el Padre), quien, al expre-
sarse a sí mismo, produce en sí un Verbo (el
C. PERÍODO MEDIEVAL
Hijo). Además, Dios no sólo es inteligente
 /D UHÀH[LyQ WHROyJLFD GXUDQWH OD (GDG sino también simultáneamente amante. El
Media articuló en una forma sistemática las amor surge de las dos personas divinas –el
consecuencias lógicas de la síntesis agusti- Padre y el Hijo– en un acto que se describe
niana. Sin embargo, a diferencia de Agustín, como movimiento unitivo, una especie de
Tomás de Aquino (1225-1274), el represen- retorno. Ese movimiento emitido de ambos
tante más prominente de la teología escolás- –el Padre y el Hijo– precipita una erupción
tica, desarrolló su teología sobre un funda- dentro de ellos mismos –a saber, el Espíritu
PHQWR¿ORVy¿FRDULVWRWpOLFR Santo–, que llega a ser tan real como ellos.
Tomás de Aquino no formuló una con- El Espíritu Santo es el acto en el que se con-
cepción nueva de Dios sino que, más bien, suma el amor que emerge del Padre y el Hijo
basándose en Agustín, condujo la doctrina y que los une. De este modo, dentro de la
FOiVLFD GH 'LRV D XQ QLYHO GH HVSHFL¿FLGDG esencia simple de Dios e idéntica con ella se
técnica y coherencia interna no alcanzada establece una distinción triple de oposición
por expositores previos. Su sistema de pen- PXWXD SDWHUQLGDG¿OLDFLyQHVSLUDFLyQSUR-

165
Dios

cedencia). Estas relaciones subsistentes, en- Señor se revela como realmente es: un Dios
tendidas como oposición dentro de la esencia GHDPRU\MXVWL¿FDFLyQeVWDHVODREUDSURSLD
simple de Dios, son conocidas como hipós- de Dios. Hablando en términos generales, el
tasis o personas. Sin embargo, las relaciones Dios revelado pertenece al nivel histórico de
son idénticas a la esencia simple. De este inmanencia. El Dios oculto es el Dios desnu-
modo se revela una cierta relacionalidad en do más allá de la revelación (Luther’s Works
la estructura interna de la sustancia simple. [Obras de Lutero] 5:44-46). De acuerdo con
Tomás concibe la presciencia, predesti- Brunner, en este nivel Lutero incluye la ira,
nación y providencia como fundadas en el el misterio y el poder absoluto de Dios como
propio ser eterno de Dios (ibíd. 1a.14.13; también nuestro conocimiento racional y le-
1a.19.3, 4; 1a.22), continuando así la tradi- JDOGHpO5HVSHFWRDOD7ULQLGDG/XWHURD¿U-
ción agustiniana. Las ideas de Aquino sobre mó el dogma tradicional. En la cuestión de
Dios son atractivas y coherentes dentro del ODVDFFLRQHVGH'LRVLQWHQVL¿FyORVFRQFHS-
VLVWHPD ¿ORVy¿FR TXH GHFLGLy VHJXLU 6LQ tos agustinianos de soberanía, presciencia y
embargo, puesto que el enfoque de Aquino predestinación de Dios, lo que también sería
no procede de la Escritura, es incapaz de recalcado por Calvino. Sin embargo, la doc-
presentar la coherencia interna del punto de trina de Lutero en cuanto a Dios no llega a
vista bíblico de Dios. LQFOXLU¿HOPHQWHWRGDODLQIRUPDFLyQEtEOLFD
sobre él.
D. LA REFORMA
2. Calvino (1509-1564)
La preocupación teológica de la Reforma
Calvino abordó la teología en una ma-
protestante se centró en cuestiones soterio-
nera sistemática, siguiendo la tradición de
lógicas y eclesiológicas. Este énfasis puede Agustín. Para él, Dios es eterno, simple, impa-
explicar por qué la doctrina de Dios no se sible, inmutable y autoexistente (Institución
consideró para ser revisada. En términos ge- 3.21.5; 1.2.2; 1.13.2; 1.17.13; 1.18.3; 3.2.6).
QHUDOHV HO SURWHVWDQWLVPR UHD¿UPy HO HQIR- &DOYLQRUHD¿UPyODSRVLFLyQDJXVWLQLDQDFOi-
que clásico de Dios mientras que al mismo sica sobre la Trinidad (ibíd. 1.13). Respecto a
WLHPSR LQWHQVL¿Fy R PRGL¿Fy DOJXQRV pQ- ODVDFFLRQHVGH'LRV&DOYLQRLQWHQVL¿FyPiV
IDVLV$GHPiVQRVHDERFyHVSHFt¿FDPHQWH el punto de vista agustiniano. Sobre la base
D OD FRQVLGHUDFLyQ GHO IXQGDPHQWR ¿ORVy¿- de la eternidad e inmutabilidad, la prescien-
co de la teología. Las teologías de Lutero y cia y la predestinación divinas se convirtie-
Calvino usaron extensamente información y ron en sinónimos. De este modo la soberanía
lenguaje bíblicos, dando así la impresión de de Dios se convirtió en el despliegue de su
basarse sólo en la Escritura. Sin embargo, en eterna voluntad para la creación y la humani-
VXVHVFULWRVREUDQLQÀXHQFLDVQHRSODWyQLFDV dad. La doctrina de Calvino en cuanto a Dios
agustinianas y occamistas en una manera WDPSRFR OOHJD D LQFOXLU H LQWHJUDU ¿HOPHQWH
más bien implícita que explícita. toda la información bíblica sobre él.

1. Lutero (1483-1546) 3. Anabaptistas


La teología de Lutero referente a Dios Conocido también como la Reforma
tiene como base la revelación de Dios en Radical, el anabaptismo se desarrolló en el
Jesucristo. Desde este punto de partida bá- siglo XVI como un movimiento pluralista
sico extrae una distinción entre el Dios reve- con una orientación pietista, práctica y bí-
lado y el Dios oculto. El Dios revelado es la blica. Debido al énfasis anabaptista sobre
revelación de Dios en Jesucristo, en quien el la experiencia cristiana práctica, los asuntos

166
Dios

teológicos fueron tratados en relación con eterno decreto de Dios “sin ninguna conside-
su aplicación práctica. Con pocas excepcio- ración en absoluto por la justicia o el pecado,
nes, los anabaptistas fueron ortodoxos en por la obediencia o la desobediencia” (1:212;
doctrina, y aceptaron el trinitarismo nice- cf. 1:211-247). En consecuencia, Arminio de-
no. No desarrollaron una comprensión es- dujo que la salvación es el resultado del de-
peculativa o bíblica de la Deidad sino más creto absoluto de Dios, “en el cual él decretó
ELHQ UHD¿UPDURQ OD HQVHxDQ]D WUDGLFLRQDO D recibir en su favor a los que se arrepienten
medida que fue requerido para el esclareci- y creen” (247). La teología de Arminio se
miento de cuestiones prácticas. La doctrina mueve dentro de unos parámetros más bien
trinitaria de Dios fue importante para ellos ¿ORVy¿FRVTXHEtEOLFRV
como un armazón para la vida ética y co-
munal. Ocasionalmente, sin embargo, sus E. EDAD CONTEMPORÁNEA
referencias a la doctrina tradicional pueden El surgimiento de la tendencia antime-
leerse como un desvío de ella, como cuando tafísica moderna se desarrolló desde que la
0HQQR6LPRQVVHUH¿HUHDODVSHUVRQDVWULQL-
,OXVWUDFLyQ LQÀX\y VLJQL¿FDWLYDPHQWH HQ OD
tarias no como modos o relaciones sino más
WHRORJtD FULVWLDQD 1XHYDV WHQGHQFLDV ¿OR-
bien como “tres verdaderos seres divinos”
Vy¿FDV OOHJDURQ D VHU FDGD YH] PiV FUtWLFDV
que son uno “en deidad, voluntad, poder y
de la tradición platónico-aristotélica en base
obras” (Confesión del Dios triuno). Dentro
a la cual se había formado la comprensión
de este contexto práctico no es sorprenden-
clásica de Dios y de la teología. Sobre la
te encontrar que el Espíritu Santo recibe un
base del pensamiento kantiano, hegeliano y
mayor énfasis que en la teología clásica. Las
whiteheadiano, teólogos liberales y de van-
inquietudes prácticas tienden a apoyarse más
guardia produjeron nuevas interpretaciones
HQHOWUDEDMRGHORH¿FLHQWHTXHHQODQDWXUD-
leza de la Trinidad inmanente. WHROyJLFDV (Q 1RUWHDPpULFD OD ¿ORVRItD
whiteheadiana del proceso está adquiriendo
4. Arminio (1560-1609) FDGD YH] PiV LQÀXHQFLD HQ HO SHQVDPLHQWR
Jacobo Arminio formuló su enfoque de la de un número creciente de teólogos liberales
teología protestante dentro de una explícita como también de algunos conservadores. Al
DUPD]yQ ¿ORVy¿FD 6LJXLHQGR HO LQWHOHFWXD- mismo tiempo, la antigua comprensión clási-
lismo aristotélico-tomista, Arminio estuvo ca de Dios todavía permanece.
vigorosamente de acuerdo con el punto de
vista tradicional de Dios como eterno, simple, 1. Friedrich Schleiermacher (1768-1834)
impasible e inmutable (Arminio 1:436-442; Schleiermacher es considerado el padre
   $UPLQLR D¿UPy TXH OD SUHVFLHQ- de la teología liberal porque ideó un nuevo
cia de Dios de las futuras acciones humanas fundamento sobre el cual la teología cristia-
contingentes libres fue causada por la volun- na debería basar sus doctrinas. La teología,
tad y acción futuras de los seres humanos según Schleiermacher, no se basa en la reve-
(3:66, 67; 3:482, 483). Concretamente, “un lación cognitiva, la razón o la ética, sino en
[tipo de] conocimiento medio o intermedio XQDH[SHULHQFLDUHOLJLRVDLQWHULRULGHQWL¿FDGD
debe intervenir en las cosas que dependen de como el sentimiento de absoluta dependencia
la libertad de la creada elección (arbitri) o de Dios. Puesto que Dios es eterno, inmuta-
placer” (2:39). Arminio se sentía incómodo ble y simple (The Christian Faith §52, §56),
con la idea de la predestinación absoluta, de no hay lugar para hacer distinciones dentro
acuerdo con la cual la condenación y la sal- de él. De modo que Schleiermacher descartó
vación son determinadas por el inmutable y la doctrina de la Trinidad como un lengua-

167
Dios

je de segundo orden que no habla sobre el mundo. Al aplicar los principios metafísicos
ser de Dios en sí mismo. De acuerdo con de las entidades terrenas a Dios, Whitehead
Schleiermacher, la doctrina de la Trinidad es arriba a la conclusión de que la naturaleza de
inconcebible y contradice la simplicidad di- Dios es dipolar. El polo primordial en la na-
vina; es una construcción teórica producida turaleza de Dios es eterno, ilimitado, concep-
SRUODLPDJLQDFLyQHVSHFXODWLYDGHOD¿ORVR- tual, libre, completo, potencial, actualmente
fía (§170-172). GH¿FLHQWH LQFRQVFLHQWH :KLWHKHDG 
524). El polo consecuente en la naturaleza de
2. Karl Barth (1886-1968) Dios es temporal, determinado, incompleto,
De acuerdo con Barth, Dios es una esen- plenamente actual y consciente (524). “La
cia simple, eterna, cuyo contenido es señorío naturaleza consecuente de Dios es el cumpli-
o soberanía. Su personalidad es una e idéntica miento de su experiencia [conocimiento] por
con su esencia. Sin embargo, Barth también medio de su recepción de la múltiple libertad
se las arregla para creer en un Dios trinitario. de actualidad [el proceso del mundo] dentro
Así él invierte el rechazo de Schleiermacher de la armonía de su propia actualización. Es
de la doctrina clásica de la Trinidad, no sólo Dios como realmente actual, completando la
adoptándola y desarrollándola, sino también GH¿FLHQFLDGHVXPHUDDFWXDOLGDGFRQFHSWXDO
convirtiéndola en la estructura de toda su [su polo primordial]” (530). Este sistema
Dogmática. Barth sigue el punto de vista de permite que el polo atemporal de Dios actúe
Agustín de que “personas” es una mera con- sólo por medio de “persuasión” o “atracción”
vención de lenguaje que estamos forzados a (522). La naturaleza temporal consecuente
usar para no guardar silencio. Las tres perso- de Dios conoce y experimenta el mundo,
nas son modos de existencia de esta esencia completándose de ese modo a sí mismo y
una, requeridas por el hecho de la revelación. alcanzando plena realidad (actualidad). De
&RQHO¿QGHHYLWDUHOWULWHtVPRQRGHEHDVR- acuerdo con el sistema de Whitehead, Dios
ciarse con ellas la idea moderna de persona- no crea el mundo; lo salva (526). Dios “salva
lidad independiente. En síntesis, la compren- el mundo cuando éste pasa dentro de la in-
sión que Barth tiene de Dios y de la Trinidad mediatez de su propia vida”. En esto consiste
se parece mucho a la de Aquino. Las princi- el “juicio divino” del mundo (525).
pales diferencias entre Barth y Aquino son la “Lo que se hace en el mundo es trans-
equiparación de Barth de la simplicidad de formado en una realidad en el cielo, y la
Dios con su soberanía y el reemplazo de la realidad en el cielo pasa de vuelta al mundo.
concepción intelectualista de la Trinidad por Debido a esta relación recíproca, el amor en
parte de Aquino por el análisis de la lógica de el mundo se incorpora al amor en el cielo, y
la revelación de Jesucristo. se derrama nuevamente en el mundo. En este
sentido, Dios es el gran compañero, el com-
3. Alfred North Whitehead (1861-1947) pañero de sufrimiento que entiende” (532).
Whitehead desarrolla un sistema meta- Por tanto, Dios y el mundo son mutua-
físico cuya culminación es Dios. Desde un mente interdependientes. Aun cuando la crí-
armazón platónico, Whitehead construye tica de Whitehead del pensamiento clásico
VXVLVWHPDEDMRODLQÀXHQFLDGHOHPSLULVPR está bien fundada, su perspectiva dipolar de la
británico: John Locke (1632-1704) y David naturaleza de Dios tiene más en común con el
Hume (1711-1776). Según Whitehead, Dios pensamiento clásico que con el bíblico.
es una entidad que, como cualquier otra,
debe conformarse a los mismos principios 4. Wolfhart Pannenberg (1928- )
metafísicos válidos para la interpretación del Pannenberg es un teólogo neoclásico

168
Dios

VREUHVDOLHQWH TXH HVFULELy D ¿QHV GHO VLJOR


liberales como John B. Cobb, h. (1925- ),
;; 6X 'LRV HV LQ¿QLWR DWHPSRUDO RPQL- sino también entre teólogos evangélicos con-
potente y omnipresente (Pannenberg 1:397- servadores como Clark H. Pinnock (1937- ).
422). Las tres personas divinas las describe La perspectiva o visión abierta usa ideas
como tres formas o modos de la existencia de de Whitehead para reemplazar el armazón
Dios. El Espíritu, como la esencia de Dios, platónico-aristotélico de la teología clási-
no debe entenderse como “intelecto” (nóus) ca. En consecuencia, los puntos de vista de
sino como una fuerza de vida impersonal, Whitehead se incorporaron a la teología sólo
descrita además en analogía con la idea de después de sufrir diversos grados de reinter-
Michael Faraday de un campo universal. El pretación y adaptación al pensamiento cris-
conocimiento sobre las tres personas de la tiano. Los proponentes más conservadores
Deidad –sus nombres y distinciones– deri- de la perspectiva abierta son francos en su
va del testimonio bíblico que tiene que ver crítica de algunos aspectos del sistema de
con la Trinidad económica. La relación en- Whitehead, tales como la idea de que Dios
tre la Trinidad inmanente y la económica no es el Creador absoluto y que su actuar en
se explica en conexión con la comprensión el mundo se limita a un modo persuasivo, sin
de Pannenberg de la acción de Dios, que no dejar margen para intervenciones coercitivas
SXHGHLPSOLFDUOD¿MDFLyQRHOORJURGHRE- ocasionales (Hasker 139, 140). A pesar de
jetivos que interferirían con la eterna auto- estas críticas, la perspectiva o visión abierta
VX¿FLHQFLDGH'LRV  /DDFFLyQGH de Dios supone implícitamente una versión
Dios no puede atribuirse a la Trinidad inma- PRGL¿FDGDGHODQDWXUDOH]DGLSRODUGH'LRV
nente sino más bien a la Trinidad inmanente Dios es, al mismo tiempo, atemporal y tem-
ad extra, esto es, en relación con el mundo.
poral. A diferencia del Dios atemporal del
Pannenberg entiende la actividad ad extra
teísmo clásico, el Dios del “teísmo del libre
de Dios como la autoactualización del Dios
albedrío” es capaz de entrar en relaciones di-
eterno en el tiempo o, en otras palabras, la
rectas con sus criaturas dentro de la secuen-
duplicación temporal de la vida eterna de
cia pasada, presente y futura del tiempo. Sin
Dios. Desviándose de Barth, sin embargo,
embargo, al adoptar el punto de vista whi-
Pannenberg no aplica la idea de repetición
teheadiano del conocimiento divino, antes
eterna a la duplicación de personas en la
que el bíblico, la perspectiva abierta limita
Trinidad inmanente en sí, sino más bien a la
el conocimiento de Dios a las dimensiones
duplicación del eterno Dios el Padre en el es-
pacio y el tiempo (el Hijo y el Espíritu). pasadas y presentes del tiempo. En otras pa-
labras, la perspectiva abierta de Dios no deja
5. La “perspectiva abierta” de Dios margen para la presciencia divina de las ac-
 /D GHVLJQDFLyQ ³DELHUWD´ SDUHFH UHÀHMDU ciones libres de los seres humanos (Pinnock
el hecho de que esta perspectiva requiere 124; Hasker 187). Esta convicción vuelve
la apertura del eterno Dios trascendente de incierta la profecía bíblica. Es más, la pro-
la teología clásica a las limitaciones y los videncia divina no puede conducirnos para
riesgos del mundo temporal. La perspectiva que hagamos las mejores decisiones a largo
abierta de Dios, también designada como plazo simplemente porque Dios no sabe el
“teísmo del libre albedrío”, se ha desarrolla- ¿QGHVGHHOSULQFLSLR %DVLQJHU 
GRFRPRXQUHVXOWDGRGLUHFWRGHODLQÀXHQFLD
de Whitehead sobre el protestantismo norte- F. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
americano. Esta tendencia ha ganado acep- Los adventistas del séptimo día se han li-
tación no sólo entre teólogos protestantes mitado a emitir declaraciones dogmáticas y

169
Dios

teológicas, y han quedado al margen de un (1855-1944). Sin embargo, no debiera dársele


desarrollo sistemático de la doctrina de Dios demasiada importancia a esta enseñanza erró-
y la Trinidad. La mayoría de las declaracio- nea, puesto que tanto E. J. Waggoner como
nes teológicas se han producido dentro del Uriah Smith la consideraron compatible con,
contexto de estudios sobre cristología, expia- y no detractora de, la plena divinidad de Jesús
ción y redención. En un sentido muy real, el en quien “habita corporalmente toda la pleni-
énfasis adventista en las Escrituras, como la tud de la Deidad” (Col. 2:9; ver también E. J.
sola fuente de información para llevar a cabo Waggoner 44; Smith 17).
las tareas propias de la teología, ha dado a la
UHÀH[LyQWHROyJLFDVREUH'LRVXQFRPLHQ]R 2. Rechazo de la doctrina clásica
nuevo y revolucionario. Los adventistas, me- El rechazo de la interpretación teológica
WyGLFDPHQWHGHVFRQ¿DGRV\FUtWLFRVGHSRVL- clásica de la doctrina de la Trinidad por par-
ciones teológicas tradicionales, adoptaron la te de algunos autores adventistas no supone
determinación de elaborar doctrinas sobre necesariamente un rechazo de la revelación
ODEDVHGHOD(VFULWXUDVROD/DVGL¿FXOWDGHV bíblica sobre la Trinidad, porque ellos re-
implícitas en este nuevo enfoque pueden chazan la interpretación, no los hechos en sí.
considerarse la causa de la escasez de de- Con frecuencia se rechaza la doctrina clási-
claraciones adventistas sobre la doctrina de ca sobre la base de argumentos muy débiles,
Dios. Entre los adventistas, las declaraciones como que la palabra “Trinidad” no es bíbli-
teológicas emergentes sobre la doctrina de ca o que la doctrina va contra el sentido y la
la Trinidad son principalmente de tres cla- razón que Dios nos ha dado. A veces se re-
ses: las que implicaron subordinacionismo chaza la doctrina de la Trinidad sobre la base
temporal, las que rechazan la interpretación de argumentos erróneos, como, por ejemplo,
clásica de la doctrina sobre la Trinidad y las que enseña que el Espíritu Santo es una per-
TXHD¿UPDQOD7ULQLGDGFRPRODFRQFHSFLyQ VRQD DQWHV TXH XQD LQÀXHQFLD LPSHUVRQDO
bíblica del Dios cristiano. A continuación de Sin embargo, se han propuesto razones teo-
una descripción de estas posiciones se hará lógicas más serias para rechazar la doctrina
una breve referencia a las tendencias con- clásica de la Trinidad. Así, algunos pioneros
temporáneas. adventistas entendieron que la interpretación
clásica de la Trinidad inmanente era incom-
1. Subordinacionismo temporal patible con la Trinidad “económica” según
Tan temprano como 1854, J. M. está presentada en las Escrituras (Frisbie, en
Stephenson, al escribir sobre la expiación, RH 12-03-1857).
arguyó claramente en favor del subordinacio- Otros percibieron claramente que si di-
nismo, de acuerdo con lo cual Cristo habría cha interpretación fuese aceptada como co-
sido generado temporalmente por el Padre; rrecta, las enseñanzas bíblicas sobre las ac-
esto es, engendrado por el Padre (Stephenson ciones históricas de la Trinidad necesitarían
126). Por ser generado, Cristo era divino, sin ser radicalmente reinterpretadas, especial-
embargo no eterno (ibíd. 128); Stephenson mente la enseñanza sobre la realidad divina
aceptó una cristología semiarriana (cf. de la expiación de Cristo en la cruz. Jaime
“Christology”, SDA Encyclopedia 10:352- White encontró que el énfasis colocado
354). Otros pioneros que apoyaron puntos por la doctrina clásica de la Trinidad sobre
de vista similares fueron Jaime White (1821- la unicidad de la Trinidad inmanente invo-
1881), José Bates (1792-1872), Uriah Smith lucraba una falta de claridad respecto a las
(1832-1903), J. H. Waggoner (1820-1889), E. distinciones entre las personas divinas (Day-
J. Waggoner (1855-1916) y W. W. Prescott Star 24-01-1846). Loughborough llegó hasta

170
Dios

el punto de decir que Dios es una persona ciales de las creencias en 1931 y 1980.
en vez de tres (RH 05-11-1861), sugiriendo La declaración de Elena de White de
así que el Padre y el Hijo son la misma per- 1898 de que “en Cristo hay vida original,
sona (Canright, en RH 18-06-1867; Bates no prestada ni derivada de otra” (DTG 489)
204, 205). Tal confusión de personas fue FRQVWLWX\yHOSXQWRGHSDUWLGDSDUDD¿UPDUOD
evaluada correctamente cuando se dijo que Trinidad como una enseñanza bíblica autén-
LPSOLFDED OD LGHQWL¿FDFLyQ GH &ULVWR FRQ HO
tica (Dederen 5, 12) y para una forma distin-
Dios eterno (J. White, en RH 06-06-1871), tiva de comprenderla como doctrina. La de-
disminuyendo así el estatus divino (J. White, claración de Elena de White descartó no sólo
en RH 29-11-1877) del Jesucristo histórico y el error básico incluido en la cristología y la
su expiación (Stephenson 151; Hull, en RH doctrina de Dios adventista de los comien-
10 y 17-11-1859; J. H. Waggoner 174). Por zos –a saber, el subordinacionismo temporal
otra parte, puesto que los primeros adven- del Cristo preexistente–, sino también señaló
tistas no diferenciaban entre hechos bíbli- el necesario abandono de la doctrina clásica
cos y su interpretación clásica condicionada (Dederen 13), que involucraba la subordina-
SRU ODV LGHDV ¿ORVy¿FDV JULHJDV VXUJLy XQD
ción eterna, ontológica, del Hijo. En el ser
IXHUWHFRUULHQWHDQWLWULQLWDULDPX\LQÀX\HQWH eterno de Dios no hay generación eterna y,
durante las primeras décadas de la historia consecuentemente, no hay procedencia eter-
adventista. na del Espíritu.
Los conceptos bíblicos sobre la genera-
$¿UPDFLyQGHOD7ULQLGDGEtEOLFD ción del Hijo y la procedencia del Espíritu
A pesar del subordinacionismo temporal Santo deben entenderse como pertenecien-
inicial, la tendencia a pensar sobre el Espíritu tes a los actos personales históricos de la
Santo en términos impersonales (Smith 10), Trinidad en la obra de la creación y la reden-
y una fuerte posición crítica contra la doctri- ción. En el ser de Dios hay una coprimor-
na clásica de la Trinidad, la mayoría de los dialidad esencial de tres personas coigua-
pensadores adventistas han creído en la ense- les, coeternas, no originadas. Además, el
ñanza bíblicamente revelada de que el Dios adventismo concibe la idea de personas en
cristiano no se circunscribe a la persona del VXVHQWLGREtEOLFRFRPRUH¿ULpQGRVHDWUHV
Padre en el cielo, sino que también incluye al centros individuales de inteligencia y ac-
Jesucristo histórico y al Espíritu Santo como ción (Dederen 15).
personas divinas. La verdad de la plena divi- Finalmente, habiendo abandonado la
nidad de Cristo fue puesta de relieve en for- FRQFHSFLyQ ¿ORVy¿FD DWHPSRUDO GH 'LRV \
ma especial por E. J. Waggoner en 1888. En habiendo adoptado la concepción histórica
1892 la doctrina de la Trinidad fue expuesta de Dios tal como está presentada en la Biblia,
H[SOtFLWDPHQWHFXDQGROD3DFL¿F3UHVVUHLP- los adventistas visualizan la relación entre la
primió el artículo de Samuel T. Spear sobre Trinidad inmanente y la Trinidad “económi-
la Trinidad. Puesto que Spear no era adven- ca” o en acto como una relación de identidad
tista, no sorprende encontrar en su artículo antes que de correspondencia. Las obras de
un fuerte énfasis en la tradición de Deo uno y la salvación son producidas en el tiempo y la
un residuo de subordinacionismo ontológico historia por la Trinidad inmanente (Guy 13)
respecto a la persona del Hijo. La IASD, con por medio de sus diferentes Personas, conce-
QLYHOHVGHSUHFLVLyQFDGDYH]PD\RUHVD¿U- bidas como centros de conciencia y acción.
mó la doctrina de la Trinidad: primero en la Consecuentemente, la indivisibilidad de las
GHFODUDFLyQ³H[WUDR¿FLDO´GHUHGDFWDGD obras de Dios en la historia no es concebida
SRU8ULDK6PLWK\HQODVGHFODUDFLRQHVR¿- por los adventistas como determinada por la

171
Dios

unicidad de la esencia –como se enseña en semejante esfuerzo será estéril. No nos in-
la tradición clásica agustiniana–, sino, más cumbe resolver este problema. No hay mente
bien, por la unicidad de la tarea histórica de la humana capaz de comprender a Dios. Nadie
redención (Dederen 20). El peligro del triteís- debe permitirse entrar en especulaciones res-
mo implicado en esta posición llega a ser real pecto a la naturaleza de Dios. Aquí el silencio
cuando la unicidad de Dios se reduce a una es elocuencia. El Omnisciente trasciende toda
mera unidad concebida en analogía con una discusión” (MC 336).
sociedad humana o un compañerismo de ac-
ción. Más allá de dicha unidad de acción, sin 4. Tendencias contemporáneas
embargo, es necesario imaginar a Dios como Hablando en términos generales, los ad-
la única realidad que, en los mismos actos por ventistas contemporáneos siguen centrando
los cuales él se revela a sí mismo directamente sus intereses teológicos en cuestiones sote-
en la historia, trasciende los límites de nuestra riológicas y escatológicas. Por esa razón el
razón humana (Prescott 17). estudio técnico de la doctrina de Dios no ha
En ninguna manera podría la mente huma- llegado a ser un problema. Sin embargo, al
na lograr lo que la doctrina clásica acerca de la tratar con otras cuestiones teológicas relacio-
Trinidad pretende percibir: la descripción de QDGDV±FRPRODH[SLDFLyQODMXVWL¿FDFLyQOD
la estructura interna del ser de Dios. Junto con VDQWL¿FDFLyQ\ODHVFDWRORJtD±SRGUtDSHUFL-
toda la creación, debemos aceptar la unicidad birse en algunos autores una creciente incli-
de Dios por fe (Sant. 2:19). Elena de White nación a recalcar demasiado el amor, la pie-
escribió: “La revelación que de sí mismo dejó dad y la misericordia de Dios en detrimento
Dios en su Palabra es para nuestro estudio, y de su justicia e ira (p. ej., Provonsha 49).
podemos procurar entenderla. Pero más allá Este asunto está siendo objeto de un debate
de ella no debemos penetrar. El hombre más que apoya este punto de vista acerca de Dios
inteligente podrá devanarse los sesos en con- (Rice 11-58; ver IX. E. 5).
jeturas respecto a la naturaleza de Dios, pero

X. COMENTARIOS DE ELENA DE WHITE

A. ESTUDIO ESPECULATIVO DE DIOS B. REVELACIÓN GENERAL


“Uno de los mayores males que acompa- “Las bellezas de la naturaleza constitu-
ñan a la búsqueda de conocimientos y las in- yen una expresión del amor de Dios hacia las
vestigaciones de la ciencia es la disposición inteligencias humanas. En el Jardín del Edén
a exaltar la razón humana más allá de su ver- la existencia del Eterno quedó demostrada en
dadero valor y su propia esfera. Muchos in- los elementos de la naturaleza que rodeaban
tentan juzgar al Creador y sus obras por me- a nuestros primeros padres. Cada árbol plan-
dio del imperfecto conocimiento que tienen tado en el jardín les hablaba, diciendo que
de la ciencia. Se esfuerzan por determinar la las cosas invisibles de Dios eran claramente
naturaleza, los atributos y las prerrogativas visibles, siendo entendidas por las cosas que
de Dios, y se entregan a teorías especulativas fueron hechas, aun su eterno poder y divini-
UHVSHFWRGHO,Q¿QLWR/RVTXHVHHPSHxDQHQ dad” (ATO 196).
esta línea de estudio pisan terreno prohibido. “Si bien es cierto que en el principio
Sus investigaciones no les dará resultados Dios podía ser discernido en la naturaleza,
provechosos, y si persisten en ella lo harán no se debe deducir que, después de la caída,
con peligro de sus almas” (MC 334). el mundo natural le pudiese revelar a Adán

172
Dios

y a sus descendientes un conocimiento per- de su Palabra, son hechos que aun Satanás
fecto de Dios. La naturaleza podía comunicar y sus huestes no pueden negar de corazón”
sus lecciones al hombre en su inocencia. Pero (FV 92).
la transgresión trajo una desgracia sobre la “La fe familiariza al alma con la existen-
Tierra que se interpuso entre la naturaleza y cia y la presencia de Dios, y, viviendo com-
el Dios de la naturaleza. Si Adán y Eva nunca pletamente para la gloria de Dios, discerni-
hubieran desobedecido a su Creador, si hubie- mos más y más la belleza del carácter divino,
sen permanecido en el camino de la rectitud la excelencia de su gracia” (MS 1:393).
perfecta, habrían continuado aprendiendo de “Cristo y los apóstoles enseñaron clara-
Dios a través de sus obras. Pero cuando pres- mente la verdad de que existe un Dios perso-
taron oídos al tentador y pecaron contra Dios, nal” (TI 8:278).
la luz de sus vestiduras de inocencia celestial “La existencia de un Dios personal, la
se retiró de ellos. Privados de la luz celestial, unidad de Cristo con su Padre, se encuentra
ya no podían discernir el carácter de Dios en en el fundamento de toda ciencia verdadera”
las obras de sus manos” (TI 8:266, 267). (ATO 314).
“Los gentiles deben ser juzgados de “Es fe que familiariza al alma con la exis-
acuerdo con la luz que se les ha dado, de tencia y presencia de Dios; y cuando vivimos
acuerdo con las impresiones que han reci- indivisamente para su gloria, discernimos
bido de su Creador en la naturaleza. Tienen más y más la belleza de su carácter” (RH 24-
facultades de razonamiento, y pueden dis- 01-1888).
tinguir a Dios en sus obras creadas. Dios
habla a todos los hombres a través de su 2. Dios como misterio
providencia en la naturaleza. Les hace saber “Que los seres humanos consideren que
a todos que él es el Dios viviente. Los gen- con toda su investigación jamás pueden in-
terpretar a Dios. Cuando los redimidos sean
tiles podrían razonar que las cosas hechas
puros y limpios como para estar en su pre-
no podrían haber caído en exacto orden, y
VHQFLDHQWHQGHUiQTXHWRGRORTXHVHUH¿HUH
tener un propósito asignado, sin un Dios
al Dios eterno, el Dios inaccesible, no pue-
que originase todo. Podrían razonar de cau-
GH VHU UHSUHVHQWDGR HQ ¿JXUDV (V VHJXUR
sa a efecto: que debe ser que hubo una causa
contemplar a Dios, el grande y maravilloso
primera, un agente inteligente, que no podía
Dios, y a Jesucristo, la imagen expresa de
ser otro que el Dios eterno. La luz de Dios
Dios. Dios dio a su Hijo unigénito a nuestro
en la naturaleza resplandece continuamente
mundo para que a través de su carácter jus-
en la oscuridad del paganismo, pero muchos
to contemplemos el carácter de Dios” (MR
TXHYHQHVWDOX]QRJORUL¿FDQDO6HxRUFRPR
18:222).
Dios. No permiten que la razón los guíe a “Si nos fuera posible lograr una plena
reconocer a su Creador. Rechazan al Señor comprensión de Dios y su Palabra, no habría
y levantan ídolos insensatos para adorar. para nosotros más descubrimientos de la ver-
Hacen imágenes que representan a Dios y dad, mayor conocimiento ni mayor desarro-
adoran sus obras creadas como un recono- llo. Dios dejaría de ser supremo, y el hombre
cimiento parcial de él, pero lo deshonran en dejaría de progresar. Gracias a Dios, no es así.
sus corazones” (ST 12-08-1889). 3XHVWRTXH'LRVHVLQ¿QLWR\HQpOHVWiQWR-
dos los tesoros de la sabiduría, podremos es-
C. REALIDAD DE DIOS cudriñar y aprender siempre, durante toda la
1. Existencia de Dios eternidad, sin agotar jamás las riquezas de su
“La existencia y poder de Dios, la verdad sabiduría, su bondad o su poder” (Ed 172).

173
Dios

“La gran condescendencia de parte de como el trono de Dios” (DTG 274, 275).
Dios es un misterio que está más allá de nues- “No hay tal como debilitamiento o for-
tra capacidad de discernimiento. La grandeza talecimiento de la ley de Jehová. Como ha
del plan no puede ser captada plenamente, ni sido siempre, así es. No puede ser repelida o
SRGUtDOD6DELGXUtDLQ¿QLWDLGHDUXQSODQTXH cambiada en un principio. Es eterna, inmuta-
lo sobrepasara” (RH 22-10-1895). ble como Dios mismo” (ST 20-03-1901).
“Al hablar de su preexistencia, Cristo
hace retrotraer la mente a través de las eda- 3. Amor e ira de Dios
GHV VLQ ¿Q 1RV DVHJXUD TXH QXQFD KXER “En los concilios del cielo el Señor pla-
un tiempo cuando él no estuvo en estrecho neó rehacer los caracteres deshechos, perver-
compañerismo con el Dios eterno. Aquel tidos, del hombre y restaurarlos a la imagen
cuya voz los judíos ahora escuchaban había moral de Dios. Esta obra es llamada el mis-
estado con Dios como uno criado con él” terio de la piedad. Cristo, el unigénito del
(ST 29-08-1900). Padre, asumió la naturaleza humana, vino en
semejanza de carne de pecado para conde-
D. ATRIBUTOS DIVINOS QDUDOSHFDGRHQODFDUQH9LQRSDUDWHVWL¿FDU
en cuanto al carácter inmutable de la ley de
1. Eternidad de Dios
Dios que había sido impugnada por Satanás.
“En la Palabra se habla de Dios como
Ni una jota o tilde de ella podía cambiarse
‘el Dios sempiterno’. Este nombre abarca
para enfrentar al hombre en su condición caí-
el pasado, el presente y el futuro. Dios es
da. Cristo vivió la ley en la humanidad con el
desde la eternidad hasta la eternidad. Él es
¿QGHTXHWRGDERFDIXHVHVLOHQFLDGD\SDUD
el Eterno” (TI 8:282; ver más adelante bajo
que pudiera probarse que Satanás es un acu-
Predestinación). sador y un mentiroso. Cristo reveló al mundo
el carácter de Dios como lleno de misericor-
2. Inmutabilidad de Dios dia, compasión y amor inexpresable” (ibíd.
 ³'HVGH HO SULQFLSLR KDVWD HO ¿Q ORV UH- 02-07-1896).
querimientos de Dios exponen su verdad “Cristo vino para revelar a Dios al mun-
eterna. Su ley es la prueba del carácter. Su do en su verdadero carácter, como un Dios
pacto con el hombre declara la inmutabili- de amor, lleno de misericordia, ternura y
dad de su consejo. Dios es verdad. Él declara compasión. La espesa oscuridad con la que
que no alterará las cosas que han salido de su Satanás había tratado de rodear el trono de
boca” (MR 19:182). la Deidad fue despejada, y el Padre nueva-
“ Jesús dijo: ‘Mientras existan el cielo y mente fue manifestado a los hombres como
la tierra, ni una letra ni un tilde desaparece- la Luz de Vida” (SW 28-04-1908).
rán de la ley hasta que todo se haya cumpli- “La ley de Dios, por su misma natura-
do’. El Sol que brilla en los cielos y la sólida leza, es inmutable. Es una revelación de la
Tierra sobre la cual moramos son testigos voluntad y del carácter de su Autor. Dios
de Dios de que su ley es inmutable y eter- es amor, y su ley es amor. Sus dos grandes
na. Aunque ellos desaparezcan, los precep- principios son el amor a Dios y amor al
tos divinos permanecerán. ‘Es más fácil que hombre” (CS 520).
desaparezca el cielo y la tierra, que caiga una “Quienes lo traspasaron clamarán a las
sola tilde de la ley’. El sistema de tipos que rocas y las montañas que caigan sobre ellos
señalaba a Cristo como el Cordero de Dios y los oculten del rostro de aquel que está sen-
iba a ser abolido cuando él muriese; pero los tado en el trono y de la ira del Cordero, por-
preceptos del Decálogo son tan inmutables que el gran día de su ira ha venido, ¿y quién

174
Dios

SRGUiHVWDU¿UPH"µ/DLUDGHO&RUGHUR¶>/D aquel que está sentado sobre el trono, y de


LUD@GHOTXHVLHPSUHVHPRVWUyOOHQRGHLQ¿QL- la ira del Cordero; porque el gran día de su
ta ternura, paciencia y longanimidad –quien, ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en
KDELpQGRVHGDGRFRPRODYtFWLPDGHOVDFUL¿- pie?’ ” (RH 01-04-1875).
cio, fue conducido como un Cordero al mata- “Dios es lento para la ira. Dio un tiem-
dero para salvar a los pecadores de la conde- po de gracia a las naciones impías para que
nación–, ahora caerá sobre ellos porque no le pudieran llegar a familiarizarse con él y su
permitieron quitar sus culpas” (MR 21:350). carácter. De acuerdo con la luz dada fue su
“Ese Cordero, cuya ira será tan terrible condenación, porque rehusaron recibir la luz
para los burladores de su gracia, será gracia y eligieron sus propios caminos antes que
y justicia y amor y bendición para todos los los caminos de Dios. Dios dio la razón por
que lo han recibido. La columna de nube, que la cual no desposeyó inmediatamente a los
era tinieblas, terror e ira vengadora para los cananeos. No se había colmado la iniquidad
egipcios, para el pueblo de Dios era una co- de los amorreos. Debido a su iniquidad, gra-
lumna de fuego y luz. Así acontecerá con los dualmente se estaban colocando en el punto
hijos de Dios en los últimos días. La luz y la en que no podría actuar más la tolerancia de
gloria de Dios para su pueblo que guarda los Dios, y serían exterminados. Hasta que no
mandamientos son tinieblas para los incré- se llegara a este punto y se colmara su ini-
dulos. Ven que es terrible caer en las manos quidad, se pospondría la venganza de Dios.
del Dios vivo. El brazo, extendido y fuerte Todas las naciones tuvieron un período de
para salvar a todos los que acuden a él, es tiempo de gracia. Los que invalidaron la ley
poderoso para ejecutar su juicio sobre todos de Dios se hundieron más y más en la impie-
los que no acudieron a él para que pudieran dad. Los hijos heredaron el espíritu rebelde
tener vida” (AFC 358). de sus padres y se portaron peor que ellos,
“Las riquezas, el poder, el genio, la elo- hasta que los alcanzó la ira de Dios. El casti-
cuencia, el orgullo, la razón pervertida y go no fue menor por haber sido postergado”
la pasión son enrolados como agentes de (CBA 2: 999).
Satanás en realizar su obra de hacer atractivo “El Sol de Justicia se levantará sobre
HO FDPLQR DQFKR VDOSLFDGR FRQ ÀRUHV WHQ- quienes han guardado los mandamientos de
tadoras. Pero cada palabra que han hablado Dios. Los que piensan que pueden oponer su
contra el Redentor del mundo recaerá sobre voluntad a la voluntad de Dios están en el
ellos, y un día arderá en sus almas culpables mayor de los peligros. Los que desean estar
como plomo derretido. Se sentirán sobreco- cubiertos en el día de la ira de Dios deben ser
gidos de terror y vergüenza cuando contem- ¿HOHVD'LRVDKRUD´ ST 02-06-1890).
plen al exaltado viniendo en las nubes del
cielo con poder y gran gloria. Entonces el de- 4. Trascendencia
VD¿DGRUDXGD]TXHVHOHYDQWyFRQWUDHO+LMR “ ‘No que alguno haya visto al Padre,
de Dios, se verá en la verdadera oscuridad de sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al
su carácter. El ver la gloria inexpresable del Padre. De cierto, de cierto os digo: El que cree
Hijo de Dios será intensamente dolorosa para en mí, tiene vida eterna’. Este es la Deidad
aquellos cuyos caracteres están manchados absoluta. El más poderoso intelecto creado
de pecado. La luz pura y la gloria que ema- no puede comprenderlo. Para describirlo no
nan de Cristo despertarán el remordimiento, VRQVX¿FLHQWHVODVSDODEUDVGHODOHQJXDPiV
la vergüenza y el terror. Lanzarán lamentos elocuente. El silencio es elocuencia” (CBA
de angustia a las rocas y las montañas: ‘Caed 7:926).
sobre nosotros, y escondednos del rostro de “ ‘Las cosas secretas pertenecen a Jehová

175
Dios

nuestro Dios: mas las reveladas son para de Dios. Es llamado el pacto eterno; porque
nosotros y para nuestros hijos por siempre’ el plan de salvación no fue concebido des-
(Deut. 29:29). La revelación que de sí mis- pués de la caída del hombre, sino que fue el
mo dejó Dios en su Palabra es para nuestro que ‘se ha mantenido en secreto desde tiem-
estudio, y podemos procurar entenderla. pos eternos, pero que ha sido manifestado
Pero más allá de ella no debemos penetrar. ahora, y que por medio de las Escrituras de
El hombre más inteligente podrá devanarse los profetas, según el mandamiento del Dios
los sesos en conjeturas respecto a la natura- eterno, se ha dado a conocer a todas las gen-
leza de Dios, pero semejante esfuerzo será tes hasta la obediencia de fe’ (Rom. 16:25,
estéril. No nos incumbe resolver este proble- 26, ARV)” (ST 15-12-1914).
ma. No hay mente humana capaz de com-
prender a Dios. Nadie debe permitirse entrar 2. Creación
en especulaciones respecto a la naturaleza “En la obra de la creación, Cristo estu-
de Dios. Aquí el silencio es elocuencia. El vo con Dios. Él era uno con Dios, igual al
Omnisciente trasciende toda discusión. Eterno... Sólo él, el Creador del hombre, po-
“Ni aun los ángeles pudieron participar en día ser su Salvador” (AFC 20).
los consejos habidos entre el Padre y el Hijo “Dios diseñó el sábado para que dirija la
al trazarse el plan de la salvación. Y los seres mente de los hombres hacia la contempla-
humanos no deben inmiscuirse en los secretos ción de sus obras creadas. La naturaleza ha-
del Altísimo. Somos tan ignorantes de Dios bla a sus sentidos, declarándoles que hay un
como niños; pero, como niños también, pode- Dios viviente, Creador y supremo Soberano
mos amarlo y obedecerlo” (MC 336). de todo” (PP 29).
“Se me mostró que la ley de Dios perma-
E. ACTIVIDAD DIVINA necerá inalterable por siempre y regirá en la
Tierra Nueva por toda la eternidad. Cuando
1. Predestinación en la creación se echaron los cimientos de la
“Se ofrecen posibilidades maravillosas a Tierra, los hijos de Dios contemplaron admi-
todo el que tiene fe en Cristo. No se levantan rados la obra del Creador, y la hueste celes-
muros para impedirle la salvación a ningún tial prorrumpió en exclamaciones de júbilo.
alma viviente. La predestinación, o elección, Entonces se echaron también los cimientos
de la que Dios habla incluye a todos los que del sábado. Después de los seis días de la
aceptarán a Cristo como un Salvador perso- creación, Dios reposó el séptimo, de toda la
nal, quienes retornarán a su lealtad, a la per- obra que había hecho, y lo bendijo y santi-
fecta obediencia a todos los mandamientos ¿FySRUTXHHQGLFKRGtDKDEtDUHSRVDGRGH
de Dios. Esta es la salvación válida de un toda su obra. El sábado fue instituido en el
pueblo peculiar, escogido por Dios de entre Edén antes de la caída, y lo observaron Adán
los hombres. Todos los que están dispues- y Eva y toda la hueste celestial. Dios reposó
tos a ser salvos por Cristo son los electos de HQHOVpSWLPRGtDOREHQGLMR\ORVDQWL¿Fy9L
Dios. Es el obediente quien está predestina- que el sábado nunca será abolido, sino que
do desde la fundación del mundo. ‘A todos los santos redimidos y toda la hueste angé-
los que le recibieron, a los que creen en su lica lo observarán eternamente en honor al
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos gran Creador” (PE 217).
de Dios’ ” (GH 11-06-1902).
“Pero todas sus obras son conocidas para 3. Providencia
Dios, y desde las edades eternas el pacto de “En los anales de la historia humana, el
gracia (favor inmerecido) existió en la mente crecimiento de las naciones, el levantamien-

176
Dios

to y la caída de los imperios, parecen depen- pecado. ¿Con qué se podría medir la profun-
der de la voluntad y las proezas del hombre. didad de este amor? Dios quería hacer que
Los sucesos parecen ser determinados, en resultara imposible para el hombre decir que
gran parte, por su poder, su ambición o su ca- hubiera podido hacer más. Con Cristo dio
pricho. Pero en la Palabra de Dios se desco- todos los recursos del cielo, para que nada
rre el velo, y contemplamos detrás, encima, faltara en el plan de la elevación de los seres
y entre la trama y urdimbre de los intereses, humanos” (CSS 219).
las pasiones y el poder de los hombres, los “Son tres las personas vivientes del trío
agentes del Ser misericordioso, que ejecutan celestial; en el nombre de estos tres gran-
silenciosa y pacientemente los consejos de la des poderes –el Padre, el Hijo y el Espíritu
voluntad de Dios. La Biblia revela la verda- Santo– son bautizados los que reciben a
GHUD¿ORVRItDGHODKLVWRULD´ Ed 173). Cristo mediante la fe viviente, y esos poderes
“Si usted vela y espera y ora, la cooperarán con los súbditos obedientes del
Providencia y la revelación lo guiarán a tra- cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida
vés de todas las perplejidades que enfrente, de en Cristo” (Ev 446).
modo que no fracase ni llegue a desanimarse. “Antes que los discípulos pasen el um-
El tiempo diseñará la belleza y grandeza del bral, debe imprimirse el sagrado nombre,
plan del Cielo. Para las mentes humanas es bautizando a los creyentes en el nombre de
difícil captar que Dios en su providencia está los tres poderes del mundo celestial. La men-
trabajando por el mundo a través de un ins- te humana se impresiona con esta ceremo-
trumento débil. Conocer a Dios en la opera- nia, que es el comienzo de la vida cristiana.
ción de su providencia es verdadera ciencia. 6LJQL¿FDPXFKR/DREUDGHODVDOYDFLyQQR
es un asunto pequeño, sino tan vasto que
Hay mucho conocimiento entre los hombres,
las más altas autoridades aprenden por la fe
pero muchos fracasan en ver los designios de
expresada por el instrumento humano. La
la sabiduría celestial en tiempos de necesi-
eterna Deidad –el Padre, el Hijo y el Espíritu
dad, en ver la simplicidad del plan de Dios
Santo– está involucrada en la acción requeri-
revelando su justicia, bondad y amor, y es-
da para dar seguridad al instrumento huma-
cudriñando los corazones de los hombres. Su
no... Uniendo los poderes celestiales con los
plan [divino] les parece demasiado maravi-
humanos, los hombres pueden llegar a ser,
lloso para aceptarlo, y así dejan de ser be-
SRUPHGLRGHODH¿FDFLDFHOHVWLDOSDUWtFLSHV
QH¿FLDGRV3HUROD3URYLGHQFLDWRGDYtDHVWi
de la naturaleza divina y obreros juntamente
en nuestro mundo, trabajando entre quienes con Cristo” (ATO 146).
están captando la verdad. Éstos reconocerán “Los que mediante el bautismo le han
la mano de Dios. Pero su Palabra no será re- dado a Dios un voto de fe en Cristo y de su
verenciada por los que confían en su propia muerte a la antigua vida de pecado, han en-
sabiduría” (MR 11:348). trado en una relación de pacto con Dios. Los
tres poderes de la Deidad –el Padre, el Hijo
F. LA TRINIDAD y el Espíritu Santo– se han comprometido a
“La Divinidad se conmovió de piedad VHUVXIXHU]D\VXH¿FLHQFLDHQVXQXHYDYLGD
por la humanidad, y el Padre, el Hijo y el en Cristo Jesús” (AUCR 07-10-1907).
Espíritu Santo se dieron a sí mismos a la obra “El rito del bautismo es administrado en
GH IRUPDU XQ SODQ GH UHGHQFLyQ &RQ HO ¿Q el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
de llevar a cabo plenamente ese plan se de- Santo. Estos tres grandes poderes del cielo
cidió que Cristo, el Hijo unigénito de Dios, VH KDQ FRPSURPHWLGR D VHU OD H¿FLHQFLD GH
se entregara a sí mismo como ofrenda por el todos los que se someten a esta ordenanza y

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Dios

JXDUGDQ ¿HOPHQWH HO YRWR TXH HQWRQFHV KD- “ ‘En él habita corporalmente toda la
cen” (MR 6:27). plenitud de la Deidad’. Los hombres nece-
sitan comprender que la Deidad sufrió y se
G. EL PADRE ETERNO angustió ante las agonías del Calvario. Sin
“Todas estas representaciones espiritistas embargo, Jesucristo, a quien Dios dio para
no son absolutamente nada. Son imperfectas el rescate del mundo, compró a la iglesia con
y falsas. Debilitan y disminuyen la Majestad su propia sangre. La Majestad del cielo tuvo
que no puede compararse a ninguna cosa de que sufrir a manos de fanáticos religiosos que
origen terrenal. Dios no puede comparar- pretendían ser el pueblo con mayor conoci-
se con las cosas que sus manos han creado. miento sobre toda la Tierra” (CBA 7:919).
Estas no son más que cosas terrenales, que “En Cristo se reúne toda la gloria del
sufren bajo la maldición de Dios a causa de Padre. En él está la plenitud de la Deidad
los pecados del hombre. El Padre no puede corporalmente. Él es el resplandor de la glo-
describirse mediante las cosas de la Tierra. ria del Padre y la imagen misma de su per-
El Padre es toda la plenitud de la Divinidad sona. La gloria de los atributos de Dios se
corporalmente, y es invisible para los ojos expresa en el carácter de Cristo. El evange-
mortales” (Ev 446). lio es glorioso porque está constituido por la
justicia de Cristo” (ibíd.).
H. EL HIJO ETERNO Y SU OBRA “En Cristo habitaba la plenitud de la
Deidad corporalmente. Por eso, aunque fue
“Se ha hecho una ofrenda completa; por- tentado en todo como lo somos nosotros,
que ‘de tal manera amó Dios al mundo, que se mantuvo ante el mundo, desde que entró
ha dado a su Hijo unigénito’: no un hijo por por primera vez en él, incontaminado por la
creación, como fueron los ángeles, no un corrupción, aunque estuvo rodeado por ella.
hijo por adopción, como es el pecador perdo- ¿No debemos también nosotros llegar a ser
nado, sino un Hijo engendrado en la expresa participantes de esa plenitud, y no es así y
imagen de la persona del Padre, y en todo el únicamente así como podemos vencer como
resplandor de su majestad y gloria, uno igual él venció?” (ibíd.).
a Dios en autoridad, dignidad y perfección “Pero el Sol de Justicia brilla en la os-
divina. En él habitó toda la plenitud de la curidad de la medianoche de la superstición
Deidad corporalmente” (ST 30-05-1895). y el error, y hace retroceder la nube, y se
“El Hijo es toda la plenitud de la Deidad presenta como el Ser en quien habita toda la
manifestada. La Palabra de Dios lo declara plenitud de la Deidad corporalmente, como
ser ‘la expresa imagen de su persona’ ” (BTS la exacta representación del Padre. Este es
01-03-1906). el mensaje al mundo: ‘Y esta es la vida eter-
“En Cristo hay vida original, no prestada na: que te conozcan a ti, el único Dios ver-
ni derivada de otra” (DTG 489). dadero, y a Jesucristo, a quien has enviado’
“La naturaleza divina en la persona de ” (ST 27-06-1892).
Cristo no fue transformada en naturaleza “Jesucristo era el fundamento de toda la
humana y la naturaleza humana del Hijo del economía judía. El Redentor del mundo fue
Hombre no fue cambiada en la naturaleza simbolizado en tipos y sombras a través de
divina, sino que fueron misteriosamente fu- sus servicios religiosos. La gloria de Dios
sionadas en el Salvador de los hombres. Él fue revelada en Cristo dentro del velo hasta
no era el Padre, pero en él habitó toda la que Cristo apareciese en el mundo y desple-
plenitud de la Deidad corporalmente” (MR gase al mundo toda la plenitud de la Deidad
6:112, 113). corporalmente. En Cristo contemplamos la

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Dios

imagen del Dios invisible; en sus atributos día estar personalmente en todo lugar. Por
YHPRVORVDWULEXWRVGHOFDUiFWHUGHO,Q¿QLWR tanto, convenía a sus discípulos que fuese
Jesús dijo: ‘Yo y el Padre uno somos’. ‘El al Padre y enviase el Espíritu como su su-
que me ha visto a mí, ha visto al Padre’ ” cesor en la Tierra. Entonces nadie podría
(ibíd. 29-08-1895). tener ventaja alguna por causa de su situa-
ción o contacto personal con Cristo. Por
I. EL ESPÍRITU SANTO ETERNO Y SU OBRA medio del Espíritu el Salvador sería acce-
“El Consolador que Cristo prometió en- sible a todos. En este sentido estaría más
viar después de su ascensión al cielo es el cerca de ellos que si no hubiese ascendido
Espíritu en toda la plenitud de la Deidad, po- a lo alto” (DTG 622, 623).
QLHQGRGHPDQL¿HVWRHOSRGHUGHODJUDFLDGL- “El Espíritu iba a ser dado como un agente
vina a todos los que reciben y creen en Cristo UHJHQHUDGRU\VLQHVWRHOVDFUL¿FLRGH&ULVWR
como un Salvador personal” (ELC 338). habría sido inútil. El poder del mal se había
“El Espíritu Santo tiene una personali- estado fortaleciendo durante siglos, y la su-
dad, de lo contrario no podría dar testimonio misión de los hombres a ese cautiverio satá-
a nuestros espíritus y con nuestros espíritus nico era asombrosa. El pecado podía ser re-
de que somos hijos de Dios. Debe ser una sistido y vencido únicamente por medio de la
persona divina, además, porque en caso con- poderosa intervención de la Tercera Persona
trario no podría escudriñar los secretos que de la Deidad, que iba a venir no con energía
están ocultos en la mente de Dios” (Ev 447). PRGL¿FDGDVLQRHQODSOHQLWXGGHOSRGHUGL-
“Necesitamos comprender que el Espíritu YLQR(O(VStULWXHVHOTXHKDFHH¿FD]ORTXH
Santo, que es una persona así como Dios es ha sido realizado por el Redentor del mun-
persona, anda en estos terrenos” (ibíd.). GR 3RU PHGLR GHO (VStULWX HV SXUL¿FDGR HO
“El Espíritu Santo es el Consolador, en corazón. El creyente llega a ser participante
HOQRPEUHGH&ULVWReOSHUVRQL¿FDD&ULVWR de la naturaleza divina a través del Espíritu.
y sin embargo es una personalidad distinta” Cristo ha dado su Espíritu como poder divi-
(MR 20:324). no para vencer todas las tendencias hacia el
“Antes de esto, el Espíritu había estado mal, heredadas y cultivadas, y para imprimir
en el mundo; desde el mismo comienzo de la su propio carácter en su iglesia” (ibíd. 625).
obra de redención había estado moviéndose “El Consolador que Cristo prometió enviar
en los corazones de los hombres... después de ascender al cielo, es el Espíritu en
“El Espíritu Santo es el representan- toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de
te de Cristo, pero despojado de la perso- PDQL¿HVWRHOSRGHUGHODJUDFLDGLYLQDDWRGRV
nalidad humana e independiente de ella. los que reciben a Cristo y creen en él como un
Estorbado por la humanidad, Cristo no po- Salvador personal” (Ev 446).

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