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“Términos del espacio y tiempo dentro del lenguaje en los niños de preescolar”.
Grupo 302.
Aborda como tema principal la falta de los conceptos del tiempo y espacio dentro
del lenguaje de los niños, que podemos encontrar como un aprendizaje esperado
dentro del Programa de Estudios 2011. Brinda una perspectiva en la cual podemos
comprender por qué representa un problema, ya que se hace presente en la vida
diaria cuando los infantes necesitan comunicar sus ideas.
Por todo lo anterior, intentaré explicar de manera sencilla y coherente las razones
para buscar en mi práctica docente y mi proyecto de intervención educativa la
mejora de lo anterior.
El jardín de niños Augusto Federico Guillermo Froebel se encuentra ubicado en la
colonia Humaya, dentro del medio urbano, donde las viviendas están construidas
para cubrir las necesidades de los habitantes que cuentan con empleos
mayormente de clase media. Los padres se encuentran casados, solteros o en
unión libre, algunos cuentan con la ayuda de los abuelos para criar a sus hijos, y en
promedio cuentan con nivel de educación media superior.
El plantel es un espacio amplio donde los niños pueden realizar diversas
actividades, propuestas y planes del personal que se encuentra bastante capacitado
y cuenta con mucha experiencia para impulsar del desarrollo de los niños, así como
pasa atender las necesidades especiales que se presentan todos los años. La
infraestructura es buena.
El grupo de segundo “A”, donde realizo mis prácticas docentes, está formado por
niños entre 3 y 5 años de edad, que según Jean Piaget, se encuentran en el estadio
preoperacional y cuentan con la herramienta del lenguaje, que les permite adquirir
conocimiento y representaciones, así como externalizar sus opiniones y sus
necesidades. He notado que mis alumnos presentan diversas dificultades: no
comprenden la utilidad del calendario y sus fechas conmemorativas; no consiguen
escribir su nombre y comparar las características gráficas de éste con los de sus
compañeros y otras palabras escritas; presentan dificultad para expresar sus
sentimientos en situaciones en las que puede sentirse no escuchado o no aceptado;
no respetan su turno para hablar y se muestran desinteresados por las opiniones
de sus compañeros; no cuidan su cuerpo, higiene y el respeto con el que sus
compañeros se dirigen a ellos; no participan en juegos respetando las reglas
establecidas y las normas para la convivencia; no muestran sensibilidad a lo que el
emisor le cuenta; no reconocen las figuras geométricas; muestran problemas en su
motricidad fina al momento de colorear y recortar; no ordena de manera creciente y
decreciente los números; no reconocen medidas y capacidades; no consiguen
quitar o poner cantidades porque desconocen el valor del número; no logran formar
una convivencia sana y un ambiente apto para el aprendizaje en el grupo porque
tienen conductas muy egocentristas, y a pesar de que esto es la causa de otros
problemas, surge como una normalidad en los infantes que transitan este estadio
piagetiano, en el cual el niño se muestra incapaz de aceptar un punto de vista u
objetivos diferentes a los suyos, impidiendo que busquen compartir ciertas actitudes
positivas de sus compañeros, “el egocentrismo limita las oportunidades del niño
para aprender cosas de otras personas, conduciendo con frecuencia a peleas y
conflictos con otros niños y adultos” (Vidal, ; P.232); y la mayoría no cuentan con
adverbios de lugar ni adverbios de tiempo en su vocabulario.
Los niños en esta etapa suelen distinguir el pasado del futuro y están próximos a
comprender el significado de ayer y mañana, usando la temporalidad en su
vocabulario, dominando el indicativo presente y el pretérito perfecto. Y,
efectivamente, los estudiantes no presentan problema en diferenciar las acciones
pasadas y presentes, sin embargo, no logran construir sus narraciones o anécdotas
con conceptos temporales más específicos que impliquen una sucesión. Tampoco
proyectar las acciones programadas a futuro. Esto puede reflejarse en frases
expuestas por los alumnos como: “mañana fui a una fiesta”, “mi mamá al ratito se
murió”, “mañana en la noche estaba dormida” etc. Además, sólo utilizan “ahí”, “allá”
y “aquí” como frases en su vocabulario para referirse a la ubicación espacial de
ciertos objetos o personas.
Dentro del programa de estudios 2011, podemos encontrar las nociones espacio-
temporales en el campo formativo Pensamiento matemático, sin embargo, el
problema no es que los niños desconozcan las medidas, sino que no logren
introducirlas dentro de los acontecimientos que desean exponer, por lo tanto, he
decido enfocarme en:
Aprendizaje esperado: Utiliza expresiones como aquí, allá, cerca de, hoy, ayer, esta
semana, antes, primero, después, tarde, más tarde, para construir ideas
progresivamente más completas, secuenciadas y precisas.”
Sin embargo, no debemos descartar del todo el enfoque cuantitativo porque a pesar
de que no resuelve los hechos sociales y descalifica la ideología interna del objeto,
se enfoca en la observación y podría resultar necesario en los datos y resultados
que arroje la investigación.
CONCLUSIÓN
Es muy importante la observación dentro de la práctica que forma parte de mi
preparación como docente, pues a través de ésta he podido detectar que existen
muchas dificultades que pueden ser matemáticas, conductuales, científicas,
artísticas o de cualquier otra índole y requieren nuestro interés y solución, con ayuda
de nuestra preparación y búsqueda de innovación de los métodos y estrategias
didácticas para alcanzar el desarrollo potencial de los alumnos.
Piaget, Jean. (1994). Development and learning. En "El niño: Desarrollo y proceso
de construcción del conocimiento" Antología básica (P.33-41).
Vidal F. (1998). Piaget antes de ser Piaget (P.232). Madrid: Ediciones Morata.