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ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO : DERECHO DE LAS FAMILIAS

TEMA : LOS ESPONSALES EN NUESTRO

ORDENAMIENTO CIVIL.

ALUMNO :

DOCENTE :

Tumbes – Perú
LOS ESPONSALES EN NUESTRO ORDENAMIENTO CIVIL

I. INTRODUCCIÓN DEL TEMA:


La institución de los Esponsales tiene antecedentes en el Derecho
Romano, Ulpiano en su obra el “Digesto” los definía como “una
promesa que ambas partes se dan recíprocamente de futuro
matrimonio”.En el Derecho Canónico se consideró a los
esponsales como “una promesa bilateral de matrimonio a
semejanza del derecho romano”.

La institución posteriormente es recogida por la legislación


española de donde es tomado por el derecho de familia peruano.
El Código Civil Español, se refiere a los esponsales y sus efectos
jurídicos, denominándolo como promesa de matrimonio. Según
Luis Diez Picazo y Antonio Guillén, existe promesa de matrimonio
cuando dos personas se manifiestan recíprocamente la voluntad
de contraer matrimonio en el futuro, no se trata de simples
manifestaciones de deseos; sino, de una seria voluntad y en el
orden jurídico, la figura se recibe de los hábitos y costumbres
sociales en los cuales se introdujo como comienzo de una fase de
preparación del matrimonio. Al cruce de promesas matrimoniales
se le ha denominado tradicionalmente “esponsales.” (01)

En los distintos países donde se ha legislado sobre los


esponsales, se ha tenido en cuenta las “costumbres”.

En nuestro país el legislador, al formular los artículos 2391 y 240º


del código civil de 1984 que se refiere al instituto de los
esponsales; tuvo en cuenta la costumbre en su verdadera
concepción social, constatando que en un sector de la población
de la sierra y de la selva practican los esponsales.

_________________________________
(1) DIEZ PICAZO, Luis y GUILLÓN Antonio. “Sistema de Derecho Civil”. Volumen IV. Quinta Edición.
Editorial S.A 1990.- Madrid España. Pp 88-94.

En las Comunidades Campesinas de la sierra central del Perú, se


practica el servinacuy, institución muy antigua que a la llegada de
los españoles y como consecuencia del Concilio del Trento, se
implanta el matrimonio religioso en la colonia, aplicándose
inmediatamente a los que ya se encontraban unidos por la
costumbre, convirtiéndose así el “servunacuy” de un matrimonio a
prueba, perdiendo su carácter de matrimonio pleno basado en la
costumbre.

La institución de los esponsales fue recogida en el Código Civil de


1852, 1936 y el vigente de1984. Sin embargo en la jurisprudencia
se encuentran poquísimas sentencias sobre esponsales, debido a
que a pesar de la existencia de una promesa de contraer
matrimonio, no existe obligación de contraerlo (Art. 239 C.C );
pues, atentaría contra la libertad que debe regir en este campo del
matrimonio; sin perjuicio de esto “Si la promesa de matrimonio se
formaliza indubitablemente entre personas legalmente aptas para
casarse y se deja de cumplir por culpa exclusiva de uno de los
promitentes, ocasionando con ello daños y perjuicios al otro o a
terceros, aquél estará obligado a indemnizarlos.

En opinión de Maz Arias Schreiber Pezet “Los esponsales no son


un contrato ni un antecontrato, ni un acto preeliminar contractual,
puesto que no son vinculatorios y por lo tanto, no están
destinados a la celebración de un matrimonio forzoso, inadmisible
en la medida de que la libertad de contrato es de su propia
naturaleza y escencia”. (02)

Si bien es cierto en nuestra realidad socio jurídica poco pensamos


firmar una promesa de matrimonio de futuro; sin embargo, existe
la práctica de cambio de anillos o aros de compromiso.
_________________________________
(1) ARIAS SHCREIBER PEZED, Max.- “El Derecho de la Familia y los Contratos” . Libro
Homenaje al Dr. Héctor Cornejo Chávez.. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica
del Perú 1990 Lima - Perú. Pg. 268.

Esta práctica social debe ser regulada a semejanza de los


esponsales, a fin de otorgar seguridad jurídica a los promitentes
en cuanto resulten perjudicados su honor y su honra, que son
derechos de toda persona humana y además también el
resarcimiento por el daño que acarrea el incumplimiento
injustificado de la promesa de matrimonio y de la revocación de
las donaciones por razón del matrimonio proyectado a futuro;
asimismo, debe introducirse modificatorias en el código civil en
cuanto al plazo de caducidad de la indemnización de los
esponsales.

II. CONSTRUCCION DEL OBJETO DE ESTUDIO

ANTECEDENTES
Tomando en cuenta la naturaleza especial de los esponsales, que no
son obligatorios, supuesto que no pueda exigirse de manera coactiva su
cumplimiento, se ha considerado que propiamente no constituyen un
contrato de derecho familiar, es decir, las consecuencias de derecho
jurídico se producen no por el contrato mismo si no por el hecho ilícito
que antes se ha hecho referencia.

El que sin causa grave, a juicio del juez, rehusarse cumplir su


compromiso de matrimonio o difiera indefinidamente su cumplimiento,
pagara los gastos que la otra parte hubiere hecho con motivo del
matrimonio proyectado.

En la misma responsabilidad incurrirá el prometido que diere motivo


grave para el rompimiento de los esponsales.

También pagara el prometido que sin cause grave falte a su


compromiso; una indemnización a titulo de reparación moral, cuando por
la duración del noviazgo, la intimidad establecida entre los prometidos, la
publicidad de las relaciones, la proximidad del matrimonio u otras causas
semejantes, el rompimiento de los esponsales cause grave daño a la
reputación del prometido inocente.

La indemnización será prudente fijada en cada caso por el juez, teniendo


en cuenta los recursos del prometido culpable y la gravedad del perjuicio
causado al inocente.

En caso de que este no se llevara a cabo por culpa de alguno de los


contrayentes, el culpable perdía las arras entregadas.
En el código civil para el estado de Sinaloa (2011) señala que:

Art. 139.- La promesa de matrimonio que se hace por escrito y es


aceptada, constituye los esponsales.
La aceptación se presume mientras no se demuestre lo contrario.
Art. 140.- solo puede celebrar esponsales el hombre que ha
cumplido dieciséis años y la mujer que ha cumplido catorce.

Art. 141.- cuando los prometidos son menores de edad, los


esponsales no producen efectos jurídicos si no han consentido en
ellos sus representantes legales. (Honorable congreso de la
unión; 2011: 42)

En México la figura de los esponsales, aunque en desuso, permanece


contemplada en diversos códigos civiles de la República Mexicana, así
como en el Código Civil Federal.

No obstante, debe considerarse que la figura de los esponsales se encuentra


tácitamente proscrita por la redacción del artículo 1 de la Convención sobre el
consentimiento para el matrimonio, la edad mínima para contraer matrimonio y
el registro de los matrimonios, que textualmente señala:

No podrá contraerse legalmente matrimonio sin el pleno y libre consentimiento


de ambos contrayentes, expresado por éstos en persona, después de la debida
publicidad, ante la autoridad competente para formalizar el matrimonio y
testigos, de acuerdo con la ley (Código Civil Federal; 1) En este sentido, lo
máximo que se podría obtener por medio de la figura de los esponsales es el
resarcimiento de los daños y perjuicios por los gastos en que hubiera incurrido
el cónyuge inocente, sin que en ningún caso se pudiera obligar a contraer
matrimonio a quien se negare a ello.

BONNECASE AL RESPECTO DICE:

Los esponsales constituyen un verdadero contrato, dotado de la fuerza


obligatoria inherente a todo contrato, y generador de responsabilidad
contractual en el caso de ruptura injustificada por parte de los
contratantes. (Bonnecase: 2003: 194) Cada uno de los novios es libre
de provocar la aplicación.

Y de preferir el pago de daños y perjuicios al cumplimiento de su


obligación de hacer. Estos daños y perjuicios deben de evaluarse. Kipp y
Wolf al respecto dicen: Los esponsales constituyen en la actualidad un
contrato y, por tanto sujeto a las disposiciones que establece el código
civil, para los contratos y para los negocios jurídicos. (Kipp y wolf)

MARINEAU AL RESPECTO DICE:

Los iustae nuptiae podían estar precedidas por un acuerdo entre los
futuros de cónyuges o sus padres mediante el cual se comprometida a la
celebración del matrimonio.

Esta promesa de futuras nupcias se conoce como esponsales y no daba


lugar a acción ninguna para exigir su cumplimiento con el tiempo, en
roma se introdujo la costumbre de origen oriental de entregar una
cantidad de dinero –arras esponsalicas-, Para garantizar la celebración
del matrimonio. (Marineau; 2010: 63).

Los esponsales como ya se dijo antes en roma era un acuerdo que se


hacía antes del matrimonio entre los futuros esposos, donde se tenía
que entregar una cantidad de dinero para garantizar la celebración del
matrimonio.

2.1 DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA DE ESTUDIO

Los esponsales son la promesa de matrimonio mutuamente aceptada;


quienes contraen esponsales son esposos (esposo y esposa).
Jurídicamente, los esponsales son un contrato, de naturaleza
preparatoria, ya que conducen al contrato definitivo del matrimonio.

En la actualidad, debido a la liberalización de costumbres y a la


disminución de la importancia social del matrimonio, los esponsales no
tienen una gran relevancia jurídica, aunque a nivel social perviven bajo la
forma de noviazgo. Sin embargo en otras épocas, mucho más
ritualizadas y elaboradas, del compromiso de contraer matrimonio en
fecha próxima podían extraerse consecuencias bastante serias.

Los esponsales tuvieron una gran importancia en la edad media por


intervenir en la política matrimonial de las casas reales y nobiliarias
europeas, y desde la baja edad media y el renacimiento también fueron
un procedimiento fundamental para la alta burguesía, así como para las
relaciones de una clase con la otra de las contempladas.

Durante la Edad Media, los esponsales eran Denominado Verlobung o


desponsatio. Era el momento en el que se establecía el acuerdo jurídico,
mediante un pacto contractual entre el padre de la novia y el marido, en
el que el novio pagaba una dote (Wittum o dos) a cambio de la obtención
de la patria potestad sobre la mujer con la que se estaba casando.

La dote podía consistir en la entrega de un patrimonio, o la promesa de


futuro de entregarlo con el aval de fiadores. También podía retrasarse la
dote a una entrega tras la celebración de la segunda fase del matrimonio
legítimo: la boda.

Esta dotación en la España altomedieval recibió el nombre de «arras», y


se fijaba por escrito en un documento legal llamado «carta de arras». En
esta carta de arras confluyeron dos instituciones jurídicas: la dote
germánica y la donación prenupcial del matrimonio romano y, en
ocasiones, también la donación matutina del esposo. Por las arras la
mujer recibía en propiedad un patrimonio que incluía bienes muebles e
inmuebles (tierras, castillos, siervos, tenencias...), cuya cuantía varió con
el tiempo y las circunstancias.

La mujer que se casaba mediante acuerdos de esponsales, carta de


arras y bendición sacerdotal se llamó con el tiempo «mujer arrada»,
«mujer velada» (uxor velata, con término procedente de la misa de
velaciones) o «mujer de bendición» (uxor de benedictione).

La celebración de esponsales no obligan a los que los contraen a


casarse entre sí, ni generan ningún vínculo que dé lugar a impedimento
matrimonial; tan sólo obligan a resarcir al incumplidor, en todo caso, de
los gastos efectuados con ocasión del matrimonio proyectado y a
indemnizar, cuando proceda, por las obligaciones contraídas con
idéntico fin. La acción que surge de la negativa a contraer matrimonio
caduca al año de la manifestación de la misma En Roma, Los sponsalia
son una promesa reciproca de que en un futuro próximo contraerán
matrimonio los esposos.

Antiguamente se celebraban mediante dos expansiones reciprocas, pero


no creaban la obligación jurídica de contraerlo debido al principio de que
libera ese debent matrimonia los matrimonios deben ser libres. Los
esponsales, lo mismo que el matrimonio, se realizan por el
consentimiento de los contrayentes, pero el vínculo de los esponsales
impide que se hagan esponsales o que se contraigan nupcias con otras
personas, en tanto ese vinculo no se extinga.

Para contraer esponsales no está determinada la edad de los


contrayentes, como en el matrimonio; por lo que se pueden contraer
desde los primeros años, con tal que ambas personas comprendan lo
que hacen, es decir, que no sean menores de siete años.

Pueden celebrar los esponsales los mismos contrayentes, o por medio


de otra persona que los represente. En el siglo IV de nuestra era los
esponsales se celebraban con la formalidad del beso, que daba derecho
a la mujer a retener la mitad de los obsequios que le hubiere dado el
esposo cuando este moría posteriormente.

Después se acostumbraron las arras, que podía retener la mujer cuando


el hombre sin razón rehusada contraer matrimonio; si es la mujer la que
se niega a casarse, debe resolver el cuádruplo, si al celebrar los
esponsales era mayor de doce años.

Justiniano suavizo estas consecuencias limitándolas a los casos en que


la mujer fuera mayor de veinticinco años debiendo restituir el doble o el
simplum cuando se rompían los esponsales para que abrazara la vida
monástica.

Los esponsales no son requisito previo para la celebración del


matrimonio, sino una simple costumbre que podía ser seguida o no
seguida.

2.2 Justificación

La presente investigación surge de una inquietud de conocer todo


acerca de la promesa que se hace por escrito antes de matrimonio como
lo son los esponsales, es un tema de mucho agrado ya que actualmente
en nuestro país no es tan usual que se haga dicha promesa antes de
contraer matrimonio como en otros países.

Sigue siendo una oportunidad para formalizar la intención de la


permanencia de la pareja, y junto a las familias y de los futuros
cónyuges

Con el presente trabajo se pretende conocer y analizar cuáles son las


características de los esponsales, los requisitos que se necesitan para
contraer los esponsales, los impedimentos y sobre todo que
consecuencias jurídicas genera.
Conforme va pasando el tiempo el concepto de espósales se va
modificando con él, en la actualidad, debido a la liberalización de
costumbres y a la disminución de la importancia social del matrimonio,
los esponsales no tienen una gran relevancia jurídica, aunque a nivel
social perviven bajo la forma de noviazgo.

Se dará una definición concreta de los que son los esponsales ya que
muchas personas no tienen conocimiento que dicha promesa se puede
hacer por escrito o bien, puede ser una promesa solamente dicha como
lo es formalizando entregando un anillo los futuros cónyuges.

Los esponsales constituyen un verdadero contrato, dotado de la fuerza


obligatoria inherente a todo contrato, y generador de responsabilidad
contractual en el caso de ruptura injustificada por parte de los
contratantes.

Es un hecho privado, que las leyes someten enteramente al honor y


conciencia del individuo, no es obligatorio ante la ley civil contraer los
esponsales.

Por último el presente trabajo es seleccionado por fines educativos, uno


de ellos es para acreditar la materia de metodología del derecho.

2.3 PROPÓSITOS

El propósito de esta investigación es conocer más a fondo en qué consiste los


esponsales, y las consecuencias que este conlleva al momento de su
incumplimiento.

2.3.1.- General
Conocer y analizar acerca de los esponsales, los requisitos para
contraer los esponsales y los efectos jurídicos que estos
contraen.

2.3.2 Particulares

Conocer las características de los esponsales


Explicar los requisitos para contraer los esponsales
Analizar las consecuencias jurídicas de los esponsales

2.4 Supuesto

Los esponsales son una promesa de matrimonio que se hace por escrito
y es aceptada.

2.5 OBJETO DE ESTUDIO

El presente trabajo dará a conocer lo que son los esponsales y sus


efectos jurídicos al momento de que termina la promesa de matrimonio.

2.6 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN:

¿Cuáles son las características de los esponsales?


¿Cuáles son los requisitos para contraer los esponsales?
¿Mencione las consecuencias jurídicas de los esponsales?

III.- MARCO TEORICO


3.1 HISTORIA DE LOS ESPONSALES

Los esponsales (sponsalia), se distinguían claramente del matrimonio en


el derecho romano clásico; pero es probable que en su origen
representasen el elemento consensual del matrimonio, el compromiso de
tomarse por marido y mujer, y que la deductio puellae no fuese sino la
ejecución de este contrato, que se componía así de dos actos sucesivos,
el compromiso y la consumación del matrimonio.

“En el derecho clásico, los esponsales ya no son obligatorios, pueden los


novios desligarse de ellos, siendo esto consecuencia del derecho que
reconocía ya a los dos cónyuges, de romper el mismo matrimonio. Por
consiguiente, los esponsales pueden hacerse por simple convención, y no
requieren las formas solemnes de un contrato verbal” (Planiol: 2003:361)

3.1.1 DEFINICIÓN DE LOS ESPONSALES

El artículo 139 del Código Civil define a los esponsales como la promesa
de matrimonio que se hace por escrito y es aceptada, constituye los
esponsales. La aceptación se presume mientras no se demuestre lo
contrario.

3.1.2 CONCEPTO DE ESPONSALES

Los esponsales son una promesa reciproca de que en un futuro próximo


contraerán matrimonio los esposos. Antiguamente se celebraban
mediante dos sponsiones reciprocas, pero no creaban la obligación
jurídica de contraerlo. Los esponsales, lo mismo que el matrimonio, se
realizan por el consentimiento de los contrayentes.
Bravo (2005), al respecto dice que:

Para contraer esponsales no está determinada la edad de los


contrayentes, como en el matrimonio; por lo que se pueden contraer
desde los primeros años, con tal que ambas personas comprendan lo
que hacen, es decir, que no sean menores de siete años. (Bravo; 2005;
154) Pueden celebrar los esponsales los mismos contrayentes, o por
medio de otra persona que los represente

GONZALES (2010) DICE:

Las iustae nuptiae podían estar precedidas por un acuerdo entre


los futuros cónyuges o sus padres, mediante el que se
comprometían a la celebración del matrimonio. Esta promesa de
futuras nupcias se conoce como esponsales y no daba lugar a
acción alguna para exigir su cumplimiento.

Al respecto, por esponsales se entiende “el contrato por el cual


dos personas se comprometen, recíprocamente, a casarse en una
fecha determinada más o menos en forma precisa”.

3.2 LOS ESPONSALES EN EL DERECHO GERMÁNICO Y DERECHO


CANÓNICO

Al principio, no se exigía el asentimiento de la novia, pero se hace


indispensable en los derechos nacionales. Bajo el influjo de la iglesia en la
Edad Media, los esponsales concluidos entre el novio y los titulares de la
potestad sobre la novia, con asentimiento de esta, se convierten en esponsales
entre el novio y la novia con el asentimiento de los titulares de la potestad
sobre esta última. Su efecto no es ya el deber transferir la Munt, sino de una
manera inmediata el de emitir las declaraciones de conclusión del matrimonio.

3.2.1 DERECHO COMPARADO


3.2.3 REQUISITOS DE VALIDEZ DE LOS ESPONSALES

Los requisitos de validez de los esponsales son: la forma que


debe hacerse por escrito; su licitud estriba en que la promesa de
matrimonio es permitida por el derecho; por supuesto el
consentimiento debe ser manifestado sin vicios; y la capacidad
que se exige, es la misma que para el matrimonio. En el código
civil para el estado de Sinaloa establece que:

Art. 140.- solo puede celebrar esponsales el hombre que ha


cumplido dieciséis años y la mujer que ha cumplido catorce.

Art. 141.- Cuando los prometidos son menores de edad, los


esponsales no producen efectos jurídicos sino han consentido en
ellos sus representantes legales.

Se ha diferenciado la promesa de contrato, con la naturaleza


jurídica de los esponsales.

En la promesa de contrato, el artículo 2127 precisa que la


obligación es celebrar el contrato prometido, mientras que el
numeral 142 dice que los esponsales no producen la obligación
de contraer matrimonio, la responsabilidad en caso de
incumplimiento es indemnizar.

Art.- 2127 La promesa de contrato solo da origen a obligaciones


de hacer, consistentes en celebrar el contrato respectivo de
acuerdo con lo ofrecido

3.3.1 EL PROBLEMA DE LA OBLIGATORIEDAD DE LOS ESPONSALES


Ha sido principalmente la doctrina alemana la que ha planteado el problema
relativo a la obligatoriedad de los contratos preparatorios en general, pues se
considera que es de la esencia del contrato que este se celebre libremente.

Es decir, las partes no deben estar obligadas por un antecontrato a celebrar en


el futuro, y dentro de un plazo determinado, un contrato definitivo, porque no
tendrían la libertad de decisión que es característica fundamental de todo
contrato en el momento mismo de su celebración.

Aun cuando desde un punto de vista estrictamente teórico es verdad que la


obligatoriedad del contrato preparatorio desconoce la libertad en la celebración
del contrato definitivo.

En nuestro derecho, el Código Civil ha consagrado expresamente la


obligatoriedad de los antecontratos, considerando que estas razones prácticas
a que alude la doctrina, son impuestas por el trato interhumano, dado que se
tiene a diario necesidades inaplazables.

En consecuencia, si la vida misma impone cierto carácter de necesidad en la


celebración de los contratos, de tal manera que ya no podamos actuar
libremente, por la misma razón debe aceptarse la validez de los contratos
preparatorios que nos predeterminan a celebrar un contrato definitivo en el
futuro, pero siempre dentro de un plazo determinado, para no obligarnos
indefinidamente, con prejuicio de nuestra libertad jurídica.

Los esponsales podrían entrar dentro del sistema general de los contratos
preparatorios y, por lo tanto, obligar a la celebración del matrimonio, sin
embargo, en este aspecto, uniformemente la ley, la doctrina y la jurisprudencia
han considerado que los esponsales no pueden producir la obligación de
contraer matrimonio prometido, ni menos aun, producen acción en juicio para
exigir coactivamente, por la intervención de los tribunales, que se celebre el
matrimonio.
Si en materia patrimonial se puede admitir que determinadas razones prácticas
justifican la convivencia de los contratos preparatorios.
3.3.2 CASOS DE EXTINCIÓN

3.3.3 NATURALEZA JURÍDICA DE LOS ESPONSALES

Los esponsales no generan la obligación de contraer matrimonio, porque


se atentaría contra la libertad del esponsal que no acepte la celebración
del mismo, sin embargo, si se presenta el incumplimiento se generaran
consecuencias jurídicas.

Existen tres supuestos en los que se considera la existencia de


responsabilidad, la que se calificara a juicio del juez, primero, cuando sin
causa grave se rehúsa a cumplir con el compromiso; segundo, cuando
se difiera indefinidamente el cumplimiento; y, cuando uno de los
prometidos de motivos para que se dé el rompimiento, estos extremos
los mencionara el art. 143. En los casos señalados, se deberán pagar
por el esponsal culpable los gastos que la otra parte hubiere hecho con
motivo del matrimonio proyectado.

También deberá darse una indemnización a titulo de reparación del daño


moral, que fijara prudentemente el juez, en base a los recursos del
prometido culpable y la gravedad del perjuicio causado.

El juez deberá tomar en consideración la duración del noviazgo, la


intimidad establecida entre los esponsales, la publicidad de las
relaciones y la próxima del matrimonio prometido.

Los derechos a la indemnización deberán ejercitarse dentro de un año,


contado desde el día de la negativa a la celebración del matrimonio,
porque de no procederse así, operara la prescripción.

En cuanto a las donaciones que se hubiesen dado los esponsales, estos


podrán solicitar su devolución, si no se celebra el matrimonio, contando
con un plazo de un año para exigirlo a partir del rompimiento de los
esponsales.
No obstante que los esponsales constituyen un contrato en el cual se
promete y acepta, respectivamente, por los novios, la celebración del
futuro matrimonio, se distinguen del ante-contrato o contrato preparatorio
que regulan los artículos 2242 a 2247 del Código Civil, en que no
producen obligación de contraer el matrimonio, en tanto que el contrato
preliminar se crea la obligación de celebrar el contrato definitivo a que
una de las partes o ambas se han obligado.

EN ESTE SENTIDO EL ARTÍCULO 2243 ESTATUYE:

Puede asumirse contractualmente la obligación de celebrar un


contrato futuro. Esta obligación puede contraerse solo por una de
las partes o por ambas, de tal manera que el contrato preparatorio
puede ser unilateral o bilateral. En ambos casos, el prominente si
se trata de una promesa unilateral, o ambos prominentes, si fuere
bilateral, quedan obligados a celebrar el contrato futuro.

Exigiéndose conforme el artículo 2246 que la promesa de contratar


conste por escrito, se limite a cierto tiempo y contenga los elementos
característicos del contrato definitivo. Dicha promesa origina
obligaciones de hacer, consistentes en celebrar el contrato respectivo de
acuerdo con lo ofrecido.

Los efectos de los esponsales en Roma, eran: atribuir acción al


prometido contra un tercero que hubiera injuriado a la prometida;
atribuirle acción contra la prometida en caso de que ella tuviera después
de los esponsales relación sexual con un tercero; atraer el dicterio de
infamia sobre quien contrajese nuevos esponsales sin haber roto su
dote, los mismos privilegios que correspondían a la legítima esposa
después de establecerse el estado matrimonial. Y en tiempos de
Constantino se establecían que el rompiera sin motivo la promesa debía
perder los regalos que hubiera hecho y restituir lo que hubiera recibido.
Tomando en cuenta la naturaleza especial de los esponsales, que o son
obligatorios, supuesto que no exigirse de manera coactiva su
cumplimiento, se ha considerado que propiamente no constituyen un
contrato del derecho familiar.

En cuanto los efectos que determina el artículo 143, se explican estos


considerando que hay un hecho ilícito sancionado por la ley, cuando se
violan los esponsales, o bien, cuando el prometido diere motivo grave
para el rompimiento de los mismos.

Es decir, las consecuencias jurídicas que se producen no por el contrato


mismo, sino por el hecho ilícito a que antes se han hecho referencia.
Tal promesa tiene importancia desde el punto de la costumbre, pero
tiene muy poca desde el punto de vista del derecho, en el sentido de
que, como dice la ley (art. 79), no obliga a contraer matrimonio, ni a
ejecutar lo que se hubiese convenido para el caso de que no se le
cumpla. Esto significa que se trata de una promesa destituida de valor
jurídico (en cuanto el vinculo para contraer matrimonio), y que, por
consiguiente, se la pueda violar impunemente, aunque sea haya
estipulado una clausula penal (ésta, igualmente, no sería debida);
quedan a salvo, sin embargo, ciertos efectos, de carácter patrimonial
IV.- RAZONES PARA LA REFORMA:

Aún cuando hay opiniones que sugieren suprimir el Capítulo Primero:


ESPONSALES del Título I: El Matrimonio como Acto, de la Sección
Segunda: Sociedad Conyugal, por considerar suficientes las reglas
sobre Responsabilidad Civil Extracontractual.

Considero que debe mantenerse; pues, en la práctica suceden casos de


comportamiento injustificado del noviazgo, con daños materiales y
morales que deben ser resarcidos.

Establecida la responsabilidad para indemnizar los daños materiales y


morales por la culpa injustificada de los esponsales, soy de la opinión,
que debería de suprimirse el párrafo tercero del artículo 240º del C.C
que faculta revocar las donaciones que cada uno de los prometidos haya
hecho a favor del otro por razón del matrimonio proyectado.

Así como también debe suprimirse la parte final de este artículo que
remite a lo prescrito en el artículo 1635º del C.C, que se refiere a las
reglas que deben aplicarse, en el caso de que la restitución de las
donaciones no fuese posible.

La razón de nuestra opinión radica en que las donaciones como símbolo


de los esponsales, cuando estas originan un enriquecimiento injusto y
como consecuencia, también el empobrecimiento del otro promitente,
justifican la restitución; pero, para ello existe la regla contenida en el
artículo 1954º del C.C: “Aquel que se enriquece indebidamente a
expensas de otro, está obligado a indemnizarlo “
4.1. LA REALIDAD SOCIO JURÍDICA MATRIMONIAL EN EL PERÚ:

Sin duda la “vida social” se transforma y desenvuelve


constantemente, impulsada en una serie de factores diversos
como son: el sentimiento ético, la Constitución Política, la
conciencia jurídica en general; por lo que el legislador debe tener
en cuenta estos factores sociales; es así, que la ley debe
considerar las nuevas orientaciones de la conciencia social.

En el caso de los “esponsales”, sostengo que se ha distorsionado


su finalidad como institución preparatoria del matrimonio y que
más bien este convenio, se utiliza para evadir la celebración del
matrimonio como formula para conseguir apeticiones sexuales y
para atenuar o eximir eventualmente responsabilidades que de
otro modo configurarían delitos de naturaleza sexual (Javier
Peralta Andía, op cit. Pag.1157).

Sin embargo nuestra investigación mediante encuestas a Jueces


de Familia, Abogados, Litigantes, revela que subsiste en nuestro
departamento la práctica social de cambio de aros, para
simbolizar la promesa de matrimonio o el noviazgo; acto que es
público; además, de recurrir al “documento” como es el “contrato
esponsalicio” privado, con intervención de testigos y con firma
legalizada por Notario Público o mediante “Acta” con intervención
del Juez de Paz en los lugares donde no hay notario. En los
“documentos privados” no sólo se pacta el compromiso de
matrimonio a futuro; sino, además las cláusulas con las
donaciones que los familiares de los promitentes realizan para los
futuros cónyuges.

Esta realidad, según nuestro criterio aconseja no sólo mantener la


institución de los esponsales en el Código Civil; sino, también de
incentivarlo, teniendo en cuenta que es la antesala del matrimonio;
institución que tiene una base en bienes espirituales; pues el
derecho existe porque no es posible garantizar que siempre haya
amor o caridad. El derecho debe acudir en salvaguarda de esos
bienes espirituales contra los groseros agravios.

Ahora que la Constitución Política postula el Principio de la


Igualdad Jurídica de los cónyuges y condena el abuso del derecho,
esos principios deben concretarse en normas jurídicas de vigencia
plena.
V.- PROPUESTA:

5.1 LA EXIGENCIA DE LA FORMA INDUBITABLE PARA PROBAR


LOS ESPONSALES

El artículo 240º del Código Civil, exige la “forma indubitable” para


acreditar la promesa de matrimonio; sin embargo la observación
de la práctica de los esponsales nos revela que actualmente no se
recurre al documento escrito; siendo numerosas las promesas de
matrimonio que se naturalizan en un acto público, como es el
cambio de aros; es decir, sin solemnidades, por lo que
proponemos la modificatoria de este artículo por una fórmula que
la vuelva más cotidiana; como ejemplo:
Todo acto público que presente indubitablemente el deseo de
contraer matrimonio con otra persona y aceptada por ésta,
constituye los esponsales; esta idea la incorporamos en la
modificatoria siguiente:

Art. 240º.- Ruptura de los Esponsales:

Si la promesa de matrimonio consta de “acto público


indubitable” entre personas legalmente aptas para
casarse y se deja de cumplir por culpa exclusiva de uno
de los promitentes, ocasionando con ello daños y
perjuicios al otro o a terceros, aquél estará obligado a
indemnizarlo.

Este primer párrafo del art. 240º del Civil Civil, debemos
acomodarlo con los artículos 188º del Código Procesal Civil, que
establece que los medios probatorios tienen por finalidad acreditar
los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez
respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus
decisiones; y con el artículo 191º del citado código que admite
medios de prueba y sus sucedáneos, aunque no estén tipificados
en este código, son idóneos para lograr la finalidad prevista en el
artículo 188º del código procesal civil.

Asimismo la reforma propuesta, es congruente con el concepto de


documento establecido en el artículo 233º del código procesal civil
y la clasificación de documentos regulada en el artículo 234º del
código procesal civil que incluye los documentos públicos y
privados, los impresos, fotocopias, fax, planos, fotografias,
reproducción de audio, etc, siendo que todos los mencionados dan
seguridad a la prueba de los hechos.

5.2 EL TÉRMINO DE CADUCIDAD

Consideramos que el artículo 240º C. Civil en su segundo párrafo, según


la propuesta debe quedar modificado de la forma siguiente:

ART. 240º.- Ruptura de los esponsales:


”La acción caduca dentro del plazo de un año a partir de la
ruptura de la promesa”

Es más técnico y más práctico para dilucidar el conflicto de intereses


por parte del Juzgador que de oficio esté facultado para invocar la
caducidad, sin necesidad de que la invoquen las partes.

5.3 MODIFICACIÓN DEL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 240º


DEL CÓDIGO CIVIL

“Dentro del mismo plazo, cada uno de los prometidos puede


“revocar “ las donaciones que haya hecho a favor del otro
por razón del matrimonio proyectado. Cuando no sea posible
la restitución, se observa lo prescrito en el artículo 1635º del
C. C. “
Max Arias Schreiber Pezet (1), ha sugerido la supresión de este
párrafo del artículo 240º que se refiere a la revocación de las
donaciones con motivo del futuro matrimonio. Nosotros siguiendo
lo establecido por el Código Civil Alemán, proponemos modificar
este párrafo final del artículo 240º del Código Civil por el
siguiente:

“Dentro del mismo plazo, cada uno de los prometidos puede


exigir la restitución de lo donado como símbolo de los
esponsales, según las disposiciones sobre restitución de un
enriquecimiento injusto”

Es decir que la acción para revocar las donaciones a causa del


futuro matrimonio, sólo procederá cuando haya causado el
enriquecimiento de uno de los promitentes y el empobrecimiento
del promitente que hace la donación, lo que excluye la devolución
de bienes de escaso valor o de un valor solamente afectivo como
puede ser los recuerdos y objetos de uso personal de poco valor.
En conclusión el texto sustitutorio del artículo 240º del C. Civil que
proponemos es el siguiente:

Art. 240º.- Incumplimiento de la promesa esponsalicia

“Si la promesa de matrimonio consta de acto público


entre personas legalmente aptas para casarse y se deja
de cumplir por culpa exclusiva de uno de los
promitentes, ocasionando con ello daños con
perjuicios al otro o a tercero, aquél estará obligado a
indemnizarlo.

La acción caduca dentro del plazo de un año a partir de


la ruptura de la promesa. Dentro del mismo plazo, cada
uno de los prometidos puede exigir la restitución de lo
donado como símbolo de los esponsales, según las
disposiciones sobre restitución de un enriquecimiento
injusto “

VI.- CONCLUSIONES:

PRIMERO: Los esponsales como institución de nuestro Código Civil


tienen la naturaleza de un contrato de promesa de futuro matrimonio,
otorgado entre personas que tienen capacidad para obligarse por su
representante o quienes ejerzan la patria potestad.

SEGUNDO: En la historia del derecho universal, los esponsales surgen


de las costumbres de las diversas culturas, y sigue en su corriente
evolutiva como norma sociales hasta llegar a ser regulados por el
derecho positivo, que los reglamenta; así tenemos que cada nación a
legislado estableciendo diversas modalidades para su constitución, sus
elementos formales y los consiguientes efectos jurídicos.

TERCERO: Existen diversas teorías que pretenden explicar la


naturaleza de los esponsales, a las que adhiere diversas naciones en la
promulgación de sus Códigos.

CUARTO : Aún cuando nuestro Código Civil no se refiere de manera


expresa, se deduce de sus artículos que su adhesión es por la “teoría de
la responsabilidad contractual”, ya que considera a los esponsales como
un convenio bilateral con derechos y obligaciones; si bien es cierto no
origina obligación de contraer matrimonio, es una convención licita de
alcances limitados plantear una acción por los posibles daños y
perjuicios que ocasionen el incumplimiento por culpa exclusiva por uno
de los promitentes.

QUINTO: Las condiciones de validez de los esponsales son: la


capacidad de los otorgantes y las formalidades, la necesidad del
consentimiento para el matrimonio del menor, ausencia de vicios que
anulen el consentimiento o voluntad; en cuanto a las condiciones el
Código Civil nos la regula así como tampoco el término o plazo de los
esponsales, consideramos que pueden establecerse condiciones que
vayan con las buenas costumbres.

SEXTO: El análisis del artículo 239 del Código Civil nos permite señalar
dos cuestiones que se deben tener presente: Primero, que pese a la
existencia de promesa de contraer matrimonio no existe obligación de
contraerlo, pues atentaría contra la libertad que debe regir en este
campo. En segundo lugar tampoco hay obligación de cumplir aquello
estipulado para el supuesto de ausencia de celebración, puesto que es
ineficaz este tipo de estipulación.

SEPTIMO: Respecto a los impedimentos para la procedencia de los


esponsales nuestro Código Civil no trata específicamente este punto
dentro de los esponsales, por lo que por analogía se aplican a ellos los
impedimentos establecidos para contraer matrimonio referentes a la
capacidad civil y física, así como los impedimentos de orden moral y
social establecidos en los artículos 241, 242, 243, del Código Civil.

OCTAVO: El dolo y la culpa son las causales de ruptura de los


esponsales que otorgan al promitente perjudicado la acción para exigir la
reparación de daños y perjuicios ya sean de orden moral o patrimonial e
incluso puede demandar la restitución de las donaciones hechas por
terceros.

NOVENO: El análisis del artículo 240 del Código Civil, revela que el
legislador exige que la promesa de matrimonio se formalice de modo
indubitable, lo que significa la forma escrita, limitando los medios de
prueba para accionar por daños y perjuicios, en contravención del
Código. Procesal Civil, que establece gran variedad de medios
probatorios.

DECIMO: El plazo para interponer la acción indemnizatoria de daños y


perjuicios y para la revocación y restitución de las donaciones por causa
de la promesa matrimonial, es de un año, debe entenderse como plazo
de caducidad, porque ataca al derecho.

DECIMA PRIMERO: Existe una consecuencia de orden universal al


considerar los diferentes Códigos de los países el incumplimiento de la
promesa esponsalicia, genera una necesaria protección contra los
agravios materiales y morales que se infieren a la persona inocente.

DECIMA SEGUNDO: Los esponsales sirven como presunción para la


investigación de la paternidad ilegítima, lo que no se puede aceptar es
que nuestro código exija para la prueba de la paternidad ilegitima la
existencia de escrito indubitable del padre. Esta exigencia, es por lo
demás impuesta para la novia que confiado en la promesa llega a tener
relaciones carnales con el prometido.
Los esponsales en este caso actúan como simple presunción, siempre
que la promesa coincida con la fecha de la concepción.

DECIMA TERCERO: La amplitud de la revocatoria y restitución de las


donaciones por el incumplimiento de la promesa de matrimonio que
concede el artículo 240 del Código Civil, a nuestro criterio es excesiva,
debiendo limitarse a los casos de enriquecimiento indebido; esto es
cuando hay desbalance patrimonial.
VII .- RECOMENDACIONES

PRIMERO: Debe modificarse el artículo 240 del Código Civil, en la parte


que exige la forma indubitable, ya que en nuestra realidad socio jurídica
la mayoría de esponsales se efectúa por acto público de cambio de aros,
por lo que puede utilizarse la gran variedad de medios de prueba,
siempre que sean idóneos para dar certeza del acto.

SEGUNDA: También debe modificarse en ese extremo el Código Civil,


haciendo constar que el plazo para interponer la acción indemnizatoria y
la de revocación y restitución de las donaciones, es un plazo de
caducidad por los efectos distintos a los de la prescripción.

TERCERA: Las revocaciones y sustituciones de las donaciones; sólo


debe ampararse cuando han causado un enriquecimiento injusto.

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