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El derecho

a educar
y el derecho
a la educación
Ensayo

e d i t o r ia l i
monteverde
Compromiso con la educación.
sde-m f
rc¿s~i
cMxr.

REINA REYES

EL DERECHO A EDUCAR
Y EL DERECHO A LA EDUCACIÓN

Ensayo
í

monteverde
m
editorial r " 'v~'— i
A mis discípulos de todos los
tiempos, que tanto me han
ofrecido.
IS B N 9 9 7 4 -3 4 -0 8 4 -5

© by A. Monteverde y Cía. S.A.


Treinta y Tres 1475 - 11.000 Montevideo - Uruguay
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Coordinación Editorial:
Prof. M aría M artha Borges Larrosa
“Ha habido y aún puede haber grandes pensadores
individuales en una atmósfera general de esclavitud mental.
Pero no ha habido ni habrá nunca en esa atmósfera un pueblo
intelectualmente activo. ”

Stuart Mili
Prólogo

El derecho a educar y el derecho a la educación de Reina Reyes fue


publicado, por primera vez, en 1967. Esta edición llevaba un prólogo de
la autora en el que subrayaba las implicancias del tema que lo presenta­
ban como una tarea casi inabordable. Esta dificultad, según confiesa, le
impulsaba a multiplicar sus esfuerzos, -siempre presentes- "por pensar
bien y con la profundidad de sentimiento que promueve todo lo huma­
no”. Al mismo tiempo, era su intención estimular la reflexión de los
estudiantes haciéndoles partícipes de los temas más problemáticos que
planteaban los derechos involucrados en el título del ensayo. Considero
muy importante los principios que encierran estas palabras de Reina
Reyes y que la definieron como educadora integral: racionalidad e inte­
ligencia junto al sentimiento que promueve lo humano y a la conciencia
de que siempre es posible profundizar lo ya pensado cuando se favorece
el intercambio de ideas con otros, particularmente con los jóvenes, con
sus alumnos.
Partiendo de los derechos humanos que nutren el ciclo de las llama­
das revoluciones liberales (la Inglesa, la de la Independencia de las colo­
nias de Norteamérica, de la Revolución Francesa y de las colonias his­
panoamericanas) que son básicamente derechos políticos, se despliega
el proceso que llevará al reconocimiento de la necesidad de contemplar
otros derechos los sociales y económicos. De igual modo, el surgimiento
de los derechos del niño a nivel internacional más tardíamente, como los
esfuerzos nacionales que son aún anteriores y se remontan a José Pedro
Várela cuando defiende la limitación del derecho de los padres, -que pue­
den anular el derecho de sus hijos a la educación- en nombre de los
derechos del niño y de la sociedad. Tan importante como lo anterior es
la clara visión que trasmite Reina sobre la conexión del derecho del niño

El derecho a educar y el derecho a la educación 7


a la educación con la necesidad de atender a su desarrollo biológico y
cultural o sea, satisfacer las necesidades indispensables que le perm iten
integrarse a una sociedad democrática. E l derecho a la educación es
presentado como una necesidad estrecham ente vinculada a los derechos
sociales y económ icos diferenciándose de los derechos políticos en que
éstos constituyen dem andas a la sociedad y a l Estado. N aturalm ente
que, una m ente culta como la de la autora, no podía ignorar las im pli­
cancias ideológicas que el surgim iento de estos nuevos derechos p la n ­
tearon y que aún persisten.
Las realidades actuales del m undo globalizado, orientado p o r el p e n ­
sam iento neoliberal, m uestran la desgarrante diferencia entre los países
del p rim er m undo y los países em ergentes y, las diferencias en el seno
m ism o de cada país. Estas realidades que son fru to de imposiciones del
gran capital le llevaron a ahondar en un tem a a l que había dedicado
desde tiem po atrás m ucha atención: la laicidad y su significado p a ra la
construcción de una sociedad dem ocrática de la cual todos los ciudada­
nos se sienten partícipes.
N o ignorando el origen de este térm ino en las discusiones relativas a
la religión y a sus relaciones con el Estado, Reina Reyes nos m uestra la
am plitud que alcanzará el m ism o en el desarrollo histórico y a que con el
correr del tiempo hará referencia a otros dom inios como los de la filo s o ­
fía , de la religión, de la política y del arte.
D ice Reina: laicidad es libertad en el orden del pensam iento y res­
p eto a esa libertad en los otros. La dem ocracia como fo rm a de vida
im plica necesariam ente la laicidad. Pero la actitud laica no es natural
en el hom bre que nace com o ser egoísta y luego es alim entado p o r inte­
reses económicos, políticos, etc. D e donde deduce la autora el p a p el que
desem peñará la educación en la conquista del ideal de laicidad que re­
quiere pensam iento reflexivo y respeto a los otros. Nos enfrentam os en­
tonces a la relación docente-alum no. E ducar es entender que el niño de
una situación de dependencia del adulto ha de p a sa r a la conquista de
su autonomía. Recuerda las palabras de P iaget al com entar el art. 26 de
la D eclaración U niversal de los D erechos H um anos: “E l derecho a la
educación no es solo el derecho de frecu en ta r escuelas, sino que es tam ­
bién el derecho a una educación que procure el p leno desarrollo de la

8 R eina R eye s
personalidad, el derecho a encontrar en la escuela todo lo que es nece­
sario para la construcción de una razón activa y de una conciencia mo­
ral viva”.
Siento una gran alegría y satisfacción que Editorial Monteverde haga
esta nueva edición de “El derecho a educar y el derecho a la educación ”
por varias razones: en primer lugar, por la escasez de este libro en ma­
nos de los estudiantes, a pesar de la edición realizada por la Revista de
la Educación del Pueblo en 1993 que constituyó una gran ayuda para su
difusión; en segundo lugar por la actualidad del pensamiento de Reina
Reyes -y no me refiero a los teóricos con los que pretendió fundamentar
sus posiciones- sino a su capacidad intuitiva, a su capacidad reflexiva y
a la sensibilidad ante asuntos tan graves como los educativos. Más aún
en momentos en que nuestro país comienzan a esbozarse cambios que
permitirán abordar temas con participación de docentes, padres y, di­
versas organizaciones sociales en vista de la elaboración de una nueva
Ley de Educación. De concretarse este propósito cumpliremos con la
afirmación de Varela de que una ley que haga referencia a la educación
debe ser motivo para la participación activa de toda la sociedad y cum­
pliremos con Reina Reyes, demostrando nuestra capacidad de diálogo,
de expresar nuestras opiniones respetando las ajenas.

Lila Ramos Marini.

El derecho a educar y el derecho a la educación 9


Al intentar escribir sobre temas referidos a la educación en los domi­
nios del Derecho, a la vez que con ahincado esfuerzo por pensar bien,
con la profundidad de sentimiento que promueve todo lo humano, se
presentan infinidad de temas en tan íntima relación que la tarea parece
inabordable. La conciencia de la claridad de pensamiento que exige ese
panorama -claridad que no poseemos- conduce a un desaliento que in­
hibe. Y la inhibición aumenta cuando se aprecia que, aun en el supuesto
caso de poseer las mejores ideas para enfocar ciertos problemas, queda
sin resolver el último y trascendental problema: el de la aplicabilidad de
esas ideas en cada país en un momento de su proceso histórico.
La carencia de un material de estudio fácilmente accesible para que
el estudiante aborde algunos temas incluidos en el programa de estudios
magisteriales, ha sido estímulo para vencer ese natural desaliento y esa
lógica inhibición.
Dada la compleja problemática de los temas tratados, el valor de
estos ensayos, en los que se incluyen deliberadamente múltiples citas
para acercar al estudiante al pensamiento original de grandes autores,
radicará en las oposiciones que las ideas expuestas susciten y en las
reflexiones que provoquen. Hacemos del ideal laico una regla de vida.
Alfinal de cada ensayo se incluyen algunos de los temas que podrán
ser objeto de profundización en las clases, permitiendo el enfoque per­
sonal de los profesores y de los estudiantes. A unos y a otros mi agrade­
cimiento por la atención que presten a este trabajo.

Reina Reyes

El derecho a educar y el derecho a la educación 11


EL NIÑO COMO SUJETO DE DERECHO

Los Derechos del Hombre

Las primeras Declaraciones de Derechos constituyen la expresión de una


filosofía individualista en una concepción del orden social: el liberalismo, y fue­
ron el antecedente de un programa de acción legislativa.
En el año 1689, en Inglaterra, el Bill de Derechos, determinó los de la Na­
ción y los del Rey, estableciendo que la percepción de impuestos debía ser
autorizada por el Parlamento, instaurándose en 1701 la práctica de la libertad
garantida por el reino de la ley.
En 1776, la Carta de la Independencia de los Estados Unidos de América y
en 1789, la Declaración de los Derechos del Hombre de la Revolución France­
sa evidencian una nueva actitud del hombre en lo político y en lo económico.
Ambas declaraciones fueron realmente revolucionarias; lo comprueba la im­
portancia de sus efectos políticos. En oposición al derecho divino en nombre del
cual se gobernaba a los pueblos, se establecían los derechos del hombre, consi­
derados naturales e imprescriptibles. La idea de que la libertad es anterior al
Poder y que debe limitarlo, procede de la creencia en un derecho natural. La
Declaración francesa comenzaba afirmando: “Todos los hombres nacen libres
e iguales en derechos.” La fe y la tradición se desmoronaban y surgía una
nueva organización política: la democracia representativa.
Dos hechos en campos distintos son antecedentes de esta declaración. En
el dominio espiritual: la Reforma, al entregar la Biblia y los Evangelios a la libre
interpretación de cada uno, abrió la puerta a la discusión y, por lo tanto, a la
duda, emancipando al hombre de la autoridad de la Iglesia. En el dominio eco­
nómico: las aspiraciones y las luchas de los campesinos para liberar sus tierras
de las cargas que les habían impuesto la nobleza y la Iglesia, y la rebelión del
capitalismo incipiente que reclamó libertad de iniciativa individual, modificaron
la posición espiritual del hombre frente al viejo orden basado en la tradición.

El derecho a educar y el derecho a la educación 13


E l e s tu d io d e lo s d e re c h o s d el h o m b re d e 17 8 9 , p e rm ite a p re c ia r el c a rá c te r
in d iv id u a lis ta d e lo s m ism o s y el h e c h o d e q u e , c o m o lo h iz o n o ta r T o c q u e v ille ,
“ c o n s id e ra n al c iu d a d a n o d e m a n e ra a b s tra c ta , al m a rg e n d e to d a s las s o c ie d a ­
d e s p a rtic u la re s , d e la m is m a m a n e ra q u e la re lig ió n c o n s id e ra al h o m b re , en
g e n e ra l, in d e p e n d ie n te d e l p a ís y d el tie m p o .”
L a d e c la ra c ió n fra n c e s a d io g ra n im p o rta n c ia al d e re c h o de p ro p ie d a d . D ic e
el Dr. F ra n c is c o d e F e rra ri q u e lle g ó a se r tan g ra n d e el re s p e to q u e e ste d e re ­
c h o in s p ira b a q u e, p a ra te s tim o n ia rlo , b a s ta re c o rd a r q u e la C o n v e n c ió n , en
m e d io d el e n tu s ia s m o p o p u la r, v o tó la p e n a d e m u e rte “ p a ra q u ie n q u ie ra q u e
p ro p o n g a u n a ley a g ra ria o to d a o tra s u b v e rs iv a d e las p ro p ie d a d e s te rrito ria le s ,
c o m e rc ia le s o in d u s tria le s .” (1)
E n lo q u e r e s p e c ta a lo s d e re c h o s p o lític o s , la d e c la ra c ió n e s ta b le c ía el d e ­
re c h o d e lo s c iu d a d a n o s a p a rtic ip a r en la e la b o ra c ió n d e la ley y a o c u p a r los
c a rg o s p ú b lic o s , lo q u e c o n d u jo a la o rg a n iz a c ió n d e la d e m o c ra c ia re p re s e n ta ­
tiva.
E n e s te ré g im e n la a u to rid a d s u b sis te p e ro , c o m o h a c e n o ta r B u rd e a u , al
fu n d a rs e s o b re la a d h e s ió n d e lo s q u e e stá n s o m e tid o s a e lla se la c o n s id e ra b a
c o m p a tib le c o n la lib e rta d d e los c iu d a d a n o s .(2)
E n ta n to q u e lo s d e re c h o s d el h o m b re se d e c la ra n en 1789, la d e c la ra c ió n
d e lo s d e re c h o s d e l n iñ o se p ro d u c e 134 a ñ o s d e sp u é s, en 1923. E sta d e m o ra
e n r e c o n o c e r al n iñ o c o m o su je to de d e re c h o p a re c e , a p rim e ra v ista , in ju s tifi­
c ad a . P a ra ju s tif ic a r la re c o rd e m o s en p rim e r té rm in o , q u e e s ta n o c ió n e ra d ifí­
c ilm e n te a d m is ib le e n é p o c a s en q u e la p a tria p o te sta d e ra c o n s id e ra d a co m o
d e re c h o a b s o lu to d el p a d re so b re la v id a d el hijo . N o o b s ta n te h e m o s de re c o ­
n o c e r q u e la c a u s a p rim o rd ia l d e la d e m o ra a q u e h a c e m o s re fe re n c ia ra d ic a en
q u e lo s d e re c h o s p ro c la m a d o s en la R e v o lu c ió n F ra n c e sa e ra n fu n d a m e n ta l­
m e n te d e re c h o s c iv ile s y p o lític o s, y n o p o d ía n se r a d ju d ic a d o s al n iñ o , q u e no
e s tá in te g ra d o c o m o c iu d a d a n o a la v id a d e la c o m u n id a d .
H e c h o s a n te rio re s a las d o c trin a s, p o r e je m p lo la m ise ria s o b re s ig u ie n te a
los c o m ie n z o s d e la R e v o lu c ió n In d u stria l, c o n d u je ro n a u n a n u e v a c o n c e p c ió n
d e lo s d e re c h o s d el h o m b re . L as id e a s e v o lu c io n is ta s los u b ic a n en el m a rc o
c o n c re to d e s itu a c io n e s so c ia le s y M a rx , al d e s ta c a r la im p o rta n c ia d e las c o n ­
d ic io n e s m a te ria le s y e c o n ó m ic a s p a ra la v id a del h o m b re , e v id e n c ia q u e p o r
fa c to re s p rim o rd ia lm e n te e c o n ó m ic o s el d e re c h o a la v id a y, p o r lo ta n to , a las
e x ig e n c ia s q u e p a ra v iv ir tie n e to d o se r h u m a n o , n o a lc a n z a sa tisfa c c ió n p o r
m e d io d e d is p o s ic io n e s le g a le s re fe rid a s a la v id a civ il y p o lític a . L a c o n c ie n c ia

cl) Francisco de Ferrari. Los principios de la Seguridad social.


<2) G. Burdeau. Traité de Science politique.

14 R eina R eye s
de esto conduce a reconocer una nueva categoría de derechos: los derechos
económicos, culturales.
Refiriéndose a este proceso dice el Dr. Francisco de Ferrari: “Fundamental­
mente Marx proclamó ciertos derechos esenciales del hombre, omitidos en las
declaraciones individualistas formuladas hasta entonces. De un modo especial
afirmó el derecho a la seguridad económica y a ciertas formas dignas y deco­
rosas de vida material. Es verdad que el marxismo creyó necesario sacrificar a
ese ideal todas las conquistas que había hecho el hombre hasta ese momento,
especialmente las que se referían a la vida, desarrollo y respeto al espíritu. Pero
debe reconocerse que aportó la enorme contribución de su realismo, que llamó
como nadie la atención sobre las miserias reinantes y sobre el abandono mate­
rial en que se encontraban las masas, señalando que la humanidad -cualquiera
fueran las ideas que separaran a los hombres- debía poner término al espectá­
culo bochornoso que daban los seres humanos, privados de alimento, de abrigo
y de vivienda. En este aspecto, al señalar la influencia de lo material sobre lo
moral y al recordar que, en medio de tantas privaciones y miserias, no debía
hablarse con tanto énfasis de la condición humana y de su grandeza, el socialis­
mo creó en el espíritu de la humanidad una predisposición favorable a las refor­
mas sociales, destacando insistentemente las necesidades materiales del hom­
bre, desconocidas y subestimadas hasta entonces, por varias generaciones de
espíritus grandielocuentes y especulativos.” (1)
El reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales es hoy
unánime entre los que profesan una ideología democrática, aun cuando se man­
tenga controversia sobre la forma de hacerlos efectivos y sobre su prioridad
sobre los derechos civiles y políticos.
Dice Justino Jiménez de Aréchaga: “No concebimos nosotros la posibilidad
de libertad personal del hombre desamparado frente a infortunio, o explotado
económicamente, o desprovisto de posibilidades de desarrollo espiritual por fal­
ta de contacto con las fuentes de cultura; de la misma manera, no concebimos
nosotros el desenvolvimiento cultural de un hombre sometido a un régimen de
dictadura.” (2)
“Hoy día, hablar de derechos civiles y políticos, sin darle al individuo la
posibilidad de poder vivir con una mediana holgura y con una dignidad social, es
algo carente de sentido y significado.” Héctor Gros Espiell.<3)

(1) Francisco de Ferrari. Obra citada.


<2) Biblioteca de publicaciones oficiales de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad de la República,1959.
(3) Idem.

El derecho a educar y el derecho a la educación 15


G e o rg e B u rd e a u a firm a q u e lo s d e re c h o s so c ia le s re v a lo riz a n la lib e rta d y
a u m e n ta n las p o s ib ilid a d e s del P o d er. “ L o s d e re c h o s so c ia le s so n d e re c h o s q u e
p e rte n e c e n al in d iv id u o fre n te a la c o le c tiv id a d y q u e tie n e n p o r o b je to a u to ri­
z a rlo a e x ig ir d e e lla s u m in istro s, g ra c ia s a lo s c u a le s p o d rá d e s e n v o lv e r p le n a y
e fe c tiv a m e n te su p e rs o n a lid a d . D e h e c h o la p rim a c ía a c o rd a d a al d e re c h o s o ­
cia l im p lic a en c u a n to a la n o c ió n m is m a d e l d e re c h o , u n c a m b io d e p la n en el
cu al v a n a se r a fe c ta d a s n o só lo las s itu a c io n e s in d iv id u a le s sin o ta m b ié n el
e d ific io so c ia l e n tero . E l d e re c h o d e l h o m b re tra d ic io n a l e ra u n a g a ra n tía a c o r ­
d a d a a su in ic ia tiv a , a su in te lig e n c ia , a su h a b ilid a d . C o n el d e re c h o s o c ia l la
p e rs p e c tiv a c a m b ia to ta lm e n te . S e in v ita al P o d e r a a s e g u ra r las c o n d ic io n e s
d e lib e ra c ió n d e l in d iv id u o . L a re a liz a c ió n d el d e re c h o e x ig e u n a a c c ió n del
E s ta d o .” (1)
N o o b s ta n te re c o n o c e r las d ific u lta d e s ju r íd ic a s p a ra d is tin g u ir e n tre lo s lla ­
m a d o s d e re c h o s c iv ile s y p o lític o s y los d e re c h o s e c o n ó m ic o -s o c ia le s y c u ltu ra ­
les, el S im p o s io re a liz a d o en M o n te v id e o , en n o v ie m b re d e 1959, so b re el p ro ­
y e c to d e C o n v e n c ió n d e D e re c h o s H u m a n o s d e S a n tia g o d e C h ile , d e s ta c ó las
sig u ie n te s d ife re n c ia s:
“ 1) D ife r e n c ia s u s ta n c ia l e n tr e a m b a s c a te g o r ía s d e d e r e c h o s .- L o s
d e re c h o s c iv ile s y p o lític o s d ifie re n d e lo s d e re c h o s e c o n ó m ic o s , s o c ia le s y
c u ltu ra le s p o rq u e lo s p rim e ro s a s e g u ra n al in d iv id u o c ie rta s lib e rta d e s fu n d a ­
m e n ta le s q u e im p lic a n re s tric c io n e s c o rre s p o n d ie n te s al p o d e r del E s ta d o en
ta n to q u e lo s ú ltim o s , c u y o o b je tiv o es a s e g u ra r el b ie n e s ta r del in d iv id u o , r e ­
q u ie re n g e n e ra lm e n te u n a a c c ió n p o s itiv a d e p a rte del E sta d o .
2 ) D ife r e n c ia s en e l m o d o d e r e d a c c ió n d e e s to s d e r e c h o s .- L o s d e ­
re c h o s c iv ile s y p o lític o s p u e d e n se r d e fin id o s en té rm in o s p re c iso s en ta n to q u e
las d is p o s ic io n e s re la tiv a s a los d e re c h o s e c o n ó m ic o s , s o c ia le s y c u ltu ra le s,
d e b e n se r re d a c ta d o s en fo rm a m á s g en era l. A sí p o r e je m p lo , el c o m p ro m is o a
d is m in u ir la m o rta lid a d in fa n til o a a s e g u ra r c o n d ic io n e s d e v iv ie n d a d e c o ro s a
n o p u e d e n q u e d a r e x p re s a d o s co n la m ism a fó rm u la d ire c ta q u e, p o r e je m p lo , el
re la tiv o a la lib e rta d d e a s o c ia c ió n o d e e x p re s ió n del p e n sa m ie n to .
3 ) D ife r e n c ia s en el r itm o d e a p lic a c ió n .- E n ta n to q u e lo s d e re c h o s
c iv ile s y p o lític o s p u e d e n y d e b e n te n e r a p lic a c ió n in m e d ia ta , lo s d e re c h o s s o ­
c ia le s, e c o n ó m ic o s y c u ltu ra le s so n , en su m a y o ría , fin a lid a d e s u o b je tiv o s q u e
lo s E s ta d o s d e b e n e s fo rz a rs e en a lc a n z a r en fo rm a p ro g re s iv a (d is p o sic io n e s
p ro g ra m á tic a s). S u e fe c tiv id a d d e p e n d e d e c ie rta s re fo rm a s so c ia le s y p la n e s
e sc a lo n a d o s en el tie m p o y h a a lc a n z a d o m u y d ife re n te s g ra d o s d e m a d u re z en
los d iv e rso s p a íse s, en fu n c ió n d e lo s re c u rs o s co n q u e c u e n ta n los E sta d o s, y a
sean p ro p io s o p ro p o rc io n a d o s p o r la c o o p e ra c ió n in te rn a c io n a l.

(1) Georges Burdeau. Les Libertés publiques. 1961.

16 R eina R eye s
4) Diferencias en las medidas de aplicación y supervisión internacio­
nal.- Estas medidas no son ni pueden ser las mismas para las dos categorías de
derechos. Las peticiones individuales y la acción de una Corte de Justicia Inter­
nacional no constituyen el procedimiento más adecuado para asegurar la efec­
tividad de los derechos sociales, económicos y culturales, ya que el ejercicio de
estos derechos sólo puede alcanzarse en forma gradual y las obligaciones asu­
midas al respecto por los Estados son menos precisas. La forma de darles
aplicación es cooperar con otros Estados para realizar el progreso en el terreno
económico, social y cultural, más que presentar reclamaciones o quejas por el
incumplimiento de los mismos.” (1)
Consideramos fundamental destacar la primera diferencia para poder es­
clarecer las funciones del Estado democrático en lo que se refiere a la efectivi­
dad y protección del niño como sujeto de derecho.
Para la defensa de los derechos civiles y políticos el Estado tenía funciones
limitadas. Debía actuar legislando sobre los derechos individuales, asegurando
su vigencia, e interviniendo por órganos competentes cuando se violaban. Dice
el Dr. Francisco de Ferrari: “Debía ser, como se decía entonces “juez y gendar­
me”, es decir, un órgano creado nada más que para asegurar el imperio de los
derechos individuales”. “Era, como desdeñosamente decía Lasalle, nada más
que un guardián nocturno. Tenía entonces la tarea simple y sencilla, de hacer
respetar el derecho natural que pertenecía a todo hombre por su condición de
tal. Durante mucho tiempo se entendió que los derechos hundían sus raíces en
los instintos más profundos del hombre y que formaban parte de su propia
naturaleza, razón por la cual si se hubiera prohibido su acceso al cuerpo de las
leyes positivas -decía Gierke- flotarían alrededor de él como fantasmas. Se
comprende que entonces las intervenciones del Estado fueran contadas y, ade­
más, eficaces, por cuanto se limitaban a restablecer el imperio del derecho
agraviado”. “La noción del poder público desaparecía ante la ilusoria grandeza
del hombre. Así se sostuvo que el Estado no podía intervenir sino en los casos
en que era necesario hacer respetar el derecho violado. Se desconocía en cam­
bio, la legitimidad de su intervención para distribuir más equitativamente la ri­
queza, organizar la producción o asegurar a los hombres un nivel decoroso de
condiciones materiales de vida”. (2)
El progresivo reconocimiento de la importancia de los derechos económi­
cos, sociales y culturales condujo a la evolución de las ideas sobre la propiedad
privada y la propiedad común, sobre las medidas de seguridad social y sobre los
sistemas públicos de educación.

(1) Biblioteca de publicaciones oficiales de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la


Universidad de la República, 1959.
(2) Francisco de Ferrari. Obra citada.

El derecho a educar y el derecho a la educación 17


Los D e re ch os del Niño

E n e s ta c o rrie n te id e o ló g ic a p o d e m o s u b ic a r a la p rim e ra d e c la r a c ió n d e lo s
D e re c h o s d e l N iñ o , f o rm u la d a p o r la U n ió n N a c io n a l d el S o c o rro d e lo s N iñ o s ,
c o n s e d e e n G in e b ra , c r e a d a c o n la f in a lid a d d e a te n d e r a lo s m ile s d e n iñ o s
p riv a d o s d e h o g a r a r a íz d e la G u e rra M u n d ia l d el 14. U n a a c c ió n d e p r o te c c ió n
q u e se in ic ia in s p ira d a p o r s e n tim ie n to s d e p ie d a d , c o n d u c e a r e c o n o c e r a q u ie ­
n e s la re a liz a n , q u e e s tá n e n el c u m p lim ie n to d e un d e b e r fre n te a lo s d e re c h o s
d e l n iñ o q u e tie n e n v a lo r d e r e c la m o s f re n te a la s o c ie d a d . Irra d ia d a d e s d e la
T o rre E iffe l p o r G u s ta v o A d o r el 21 d e n o v ie m b re d e 1923, e s ta d e c la r a c ió n e s
el a n te c e d e n te d e s u c e s iv a s d e c la r a c io n e s q u e se p ro d u c e n d e s d e e n to n c e s
h a s ta hoy. (1)
E s im p o r ta n te s e ñ a la r q u e a n te r io r m e n te a e s a fe c h a e n a lg u n o s p a ís e s
e x is tió c ie rto re c o n o c im ie n to d e lo s d e re c h o s d e l n iñ o p o r la in c o rp o r a c ió n a la
C o n s titu c ió n o la le g is la c ió n , d e d is p o s ic io n e s q u e , sin h a c e r re fe re n c ia e x p líc ita
a e llo s , c o n s titu ía n f o rm a s d e d e fe n s a .
L a s p rim e ra s m e d id a s e n m a te ria d e d e re c h o p e n a l q u e s u p o n ía n u n a d e ­
fe n s a d e l n iñ o , a sí c o m o a q u e lla s q u e se a d o p ta ro n en las d is p o s ic io n e s s o b re el
tra b a jo d e m e n o re s , re s p o n d ía n , n o o b s ta n te , m á s a u n a p ro te c c ió n c a rita tiv a
q u e a la d e fe n s a d e l n iñ o c o m o s u je to d e d e re c h o . El e s tu d io d e l n iñ o q u e se
in ic ia c o n P re y e r e n 1881 y a lc a n z a e x tra o r d in a r io d e s a rro llo a p rin c ip io s d el
p re s e n te s ig lo , d e te r m in a el n a c im ie n to ju r íd ic o d el D e re c h o d e M e n o re s .
E s im p o rta n te d e s ta c a r q u e c in c u e n ta a ñ o s a n te s d e la p r im e r a d e c la r a c ió n
d e lo s d e re c h o s d e l n iñ o , J o s é P e d ro V a re la fu e, e n n u e s tro p a ís, d e c id id o y
v a lie n te d e f e n s o r d el d e re c h o d el n iñ o a la e d u c a c ió n , al s o s te n e r c o m o p r in c i­
p io s re c to re s d e su r e f o r m a e s c o la r, la o b lig a to r ie d a d , la g r a tu id a d y la la ic id a d
d e la e n s e ñ a n z a . E n e fe c to , la o b lig a to r ie d a d lim ita el d e re c h o d e lo s p a d re s
so b re lo s h ijo s p a ra s a tis f a c e r el d e re c h o a la e d u c a c ió n d e to d o s lo s n iñ o s . L a
g ra tu id a d , d a al E s ta d o d e m o c rá tic o la m is ió n d e d e f e n d e r e s e d e re c h o p o r u n a
a m p lia a c c ió n e d u c a tiv a q u e h a g a p o s ib le el a c c e s o a la e s c u e la d e to d o s lo s
n iñ o s , y la la ic id a d , e n s u a u té n tic a s ig n ific a c ió n , c o n s titu y e la d e fe n s a d e l d e r e ­
c h o d e l n iñ o a u n a e d u c a c ió n q u e f a v o r e z c a su p o s te r io r a u to d e te rm in a c ió n e n
m a te ria r e lig io s a , filo s ó fic a y p o lític a .
A c tu a lm e n te , e n lo q u e se re fie re a lo s d e re c h o s d el n iñ o , p o d e m o s e s tu d ia r:
a) la s d is tin ta s d e c la r a c io n e s s o b re lo s m is m o s ; b ) la c o d ific a c ió n d e e s to s d e ­
re c h o s o s e a su in c o rp o ra c ió n a la e s tr u c tu r a ju r íd ic a d e n u e s tro p a ís; c) las
in s titu c io n e s c re a d a s p a ra su d e fe n s a .

(1) Ver A péndice.

18 R e in a R e y e s
a) Los artículos fundamentales de la Declaración de Ginebra, de valor histó­
rico indiscutible, son el l 2 y el 3S, que determinan en forma sintética el sentido y
alcance de los derechos del niño y su extensión a todos los niños. Ambos prin­
cipios son objeto de más detalladas formulaciones en posteriores declaracio­
nes que se suceden con distinta autoridad y alcance. (Carta Norteamericana
de Derechos del Niño, Carta del Congreso de Educadores, Carta de Gabriela
Mistral, de Rodríguez Fabregat en nuestro país, etc.).
En el año 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos aproba­
da por la Asamblea de las Naciones Unidas, en sus artículos 25 y 26 consagra
la universalidad de los derechos del niño, incluyendo el derecho pre natal, de­
fendido por la asistencia a la madre.
En el año 1959 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba y
proclama por unanimidad la Declaración de los Derechos del Niño, en la cual
se consignan los derechos y libertades de que, según lo ha determinado la co­
munidad internacional, todo niño sin excepción debe disfrutar para desarrollar­
se de manera normal y saludable.(1)
El estudio comparativo de estas declaraciones permite reconocer la identi­
dad de los propósitos que las animan, así como que trazan un programa al
legislador fundado sobre la eliminación de los viejos cuadros jurídicos y sociales
del régimen liberal.
b) La codificación de los derechos del niño, dado que son en su mayoría
“finalidades u objetivos que los Estados deben esforzarse en alcanzar en forma
progresiva”, responde a los diferentes grados de madurez de cada nación, y su
efectividad difiere de uno a otro país por factores económicos, raciales, geo­
gráficos, políticos y religiosos.
En nuestro país las primeras leyes de la protección al menor fueron incorpo­
radas al Código Penal. En 1882 se promulgó la ley sobre vagancia infantil; en
1885 la ley de obligatoriedad de enseñanza y en 1933 se redactó el Código del
Niño, que reúne distintas disposiciones y tiende a unificar la acción de protec­
ción de la infancia, desde antes del nacimiento hasta su mayoría de edad, creando
el Consejo del Niño. Las deficiencias técnico-jurídicas que presenta esta codi­
ficación han promovido, en distintas oportunidades, iniciativas de mejora y per­
feccionamiento de la misma, que aún no se han concretado en los hechos. Al
margen de esas deficiencias que no cabe aquí analizar y sin dejar de reconocer
las dificultades que ofrece esa codificación, establecemos que dicho Código se
ha estructurado en base a principios teóricos de valor indiscutible, pero sin
crear los medios de operar sobre la realidad social para hacer una efectiva
defensa del niño como sujeto de derecho.

(1) Ver Apéndice.

El derecho a educar y el derecho a la educación 19


E l c a p ítu lo II d e la C o n stitu c ió n q u e n o s rig e, c o n tie n e u n a serie d e a rtíc u lo s
q u e s u p o n e n un tá cito re c o n o c im ie n to d e los d e re c h o s del niño. P ero es e v id e n ­
te q u e los d e re c h o s d el n iñ o n o p u e d e n se r e fe c tiv o s p ara to d o s los n iñ o s, sin o
en u n a so c ie d a d c u y a e s tru c tu ra h a y a sid o fu n d a m e n ta lm e n te re n o v a d a en
fo rm a d e e x c lu ir las d e sig u a ld a d e s d e b id a s a la situ a c ió n e c o n ó m ic a d e las
fam ilias.
c) L a im p o rtan cia de las in stitu cio n es crea d as p ara d e fe n d e r al n iñ o se a p rec ia
c u a n d o se c o n sid e ra q u e la ig u a ld a d de los h o m b re s an te el d erec h o , tie n e p o r
p u n to d e p a rtid a la ig u a ld a d de o p o rtu n id a d e s p a ra q u e el n iñ o a lc a n c e su d e s a ­
rro llo in teg ral, ig u a ld a d q u e re sp e te la d iv e rsid a d d e lo h u m an o . L a^acción q u e
se re a liz a en d e fe n sa de los d e re c h o s del n iñ o d e p e n d e de la o rg a n iz a c ió n
p o lític a y e c o n ó m ic a d el E stad o . E n la d e m o c ra c ia liberal la p ro te c c ió n del n iñ o
se d eb ió p rin c ip a lm e n te a la carid ad . E n las a c tu a le s d e m o c ra c ia s, a la d e fe n sa
de sus d erec h o s.
A firm a G e o rg e B u rd e a u q u e en el m o m e n to actu al el p aso d e la d e m o c ra c ia
p o lític a a la d e m o c ra c ia so cial es el ra sg o sa lie n te d e la e v o lu c ió n de las fo rm a s
d e g o b ie rn o . R e c o n o c e q u e el an á lisis c ie n tífic o d e este h ech o es in fin ita m e n te
d e lic a d o a c a u sa del c o n te n id o e m o c io n a l co n q u e e stá c a rg a d a la e x p re sió n
d e m o c ra c ia so cial. P e ro lo in ten ta en esto s té rm in o s:
“ C o m o la d e m o c ra c ia clásica, la d e m o c ra c ia so cial re p o sa so b re los d e re ­
c h o s del h o m b re. S o lo q u e los c o n c ib e d e m o d o d ife re n te . L os d e re c h o s ta le s
co m o los e n u n c ia la D e c la ra c ió n de 1789, so n fa c u lta d e s in h e re n tes al in d iv i­
duo, cu y a s p o sib ilid a d e s a él so lo c o rre sp o n d e ex p lo tar. R esp ecto al E sta d o , los
d e re c h o s n o tie n e n o tra v irtu d q u e la d e se r in v io lab les. In citan m á s a la a b s te n ­
ció n q u e a la a cc ió n , y p o r esto p re c isa m e n te eso s d e re c h o s p ro te c to re s d e la
lib ertad c o n stitu y e n el fu n d a m e n to d e la d e m o c ra c ia lib eral. A l co n tra rio , e n el
c o n te x to d e id e as en q u e se sitú a la d e m o c ra c ia so cial, lo s d e re c h o s so n e x i­
g e n c ia s, su c o n te n id o e stá fijad o en fu n c ió n de u n a n e c e sid a d de la q u e n o so n
m á s q u e u n a c o n sa g ra c ió n ju ríd ic a . El d e re c h o del h o m b re n o es p u es, la d e li­
m ita c ió n d e u n a fa c u lta d q u e le es in n a ta o la p ro te c c ió n de u n a p re rro g a tiv a de
la q u e g o za. E s la m e d id a de u n a n e c e sid a d . D e e sa n e c e sid a d m ism a q u e, si n o
es sa tisfe c h a , im p id e al h o m b re a lc a n z a r la p le n itu d d e su ser. E l d e r e c h o
lleg a a sí a c o in c id ir co n la ex ig e n c ia d e un m ín im o v ita l, e n te n d ie n d o la
e x p r e s ió n , n o en el p la n o r e s tr in g id o d e la r e m u n e r a c ió n d el tr a b a jo ,
sin o en el s e n tid o m á s a m p lio q u e le c o n fie r e su a p lic a c ió n a to d a s las
n e c e s id a d e s m a te r ia le s y e s p ir itu a le s d e l se r h u m a n o .” <n
E n e s ta ev o lu c ió n , las d e m o c ra c ia s b u sc a n hoy, p o r m e d io de ley es de s e g u ­
rid a d so cial, c o n c ilia r la lib e rta d co n u n a ju s tic ia so cial p ro g re siv a . G u rv itc h

(1) Georges Burdeau. La Democracia. Ensayo sintético.

20 R eina R eye s
afirma que la democracia supone una tensión dinámica entre los principios de
igualdad, libertad y solidaridad en una especie de equilibrio inestable. La hiper­
trofia de uno de estos principios conduce inevitablemente a la deformación de
los otros. A mantener este equilibrio aspiran las leyes de seguridad social en las
cuales el niño como sujeto de derecho tiene una amplia ubicación. (En nuestro
país: asignaciones familiares, prima por hogar constituido, por nacimiento del
hijo, etc.).
A propósito de la acción estatal dice Myrdal: “El Estado benefactor, todavía
no es una realidad en ninguna parte; está constantemente en proceso de reali­
zarse. En ningún país fue originariamente planificado de antemano, y desde
luego no como una estructura de ramificaciones e importancia tan imponentes
como las actuales para los ciudadanos individuales. En todos los países, aun en
aquellos en que está más adelantada la organización del Estado benefactor, sus
constructores están trabajando constantemente en las tareas de simplificación,
coordinación, racionalización y consecución de la eficacia.” Y más adelante:
“En realidad la falta de coordinación es igualmente manifiesta en las políticas
centrales tal como fueron inicialmente motivadas y fijadas... Hay más pruebas,
en las informaciones de cómo fueron creadas las grandes estructuras de la
educación primaria y superior y de la salubridad pública, así como en las gran­
des reformas de distribución del ingreso, tales como los sistemas de seguros
sociales y otras medidas para la atención de los enfermos, los incapacitados, los
parados, los ancianos y los niños.” (1)
En nuestro país, en lo que se refiere a la protección del niño como sujeto de
derecho, es evidente la falta de coordinación a que hace referencia Myrdal.
Basta citar para reconocerlo las órbitas distintas en que actúan el Consejo del
Niño y aun sus propias Divisiones, el Consejo de Enseñanza Primaria y Nor­
mal, los Juzgados de Menores y las Cajas de Compensación.
La efectividad de los principios contenidos en el Código del Niño dependen
en gran parte de ciertas reformas sociales y planes escalonados en el tiempo,
no referidos exclusivamente al niño.
Una política de protección familiar es la forma más efectiva de realizar la
defensa del niño como sujeto de derecho, porque es la familia la institución que
puede ofrecer al niño la satisfacción primaria de sus necesidades psicofísicas.
Pretender enfocar el problema del niño sin una acción unitaria en la cual se
atienda el problema económico y educativo de la familia, conducirá siempre a
alejar lo establecido por la ley de lo que, en base a ella, puede realizarse. Esto
es lo que ocurre en nuestro país en el cual la existencia de un Código del Niño,
que doctrinariamente es exponente de una acentuada evolución en el dominio

(1) Myrdal. El Estado del futuro.

El derecho a educar y el derecho a la educación 21


del d e re c h o , n o a s e g u ra la c o rre c ta a p lic a c ió n d e lo s p rin c ip io s q u e e s ta b le c e
p o r la e x iste n c ia de d ific u lta d e s e c o n ó m ic a s p a ra la e fe c tiv id a d de los m ism o s.
A u n q u e la acció n d e p ro tec ció n al n iñ o es in d iv isib le , p o rq u e in d iv isib le es el
n iñ o co m o re a lid a d p s ic o s o m á tic a , p u e d e n e x p o n e rse p o r se p a ra d o lo s p ro b le ­
m a s re fe rid o s a las c o n d ic io n e s q u e se le d e b e n o fre c e r p a ra su d e s a rro llo
físic o y los p ro b le m a s q u e re fie re n a la e d u c a c ió n . C o n r e sp e c to a lo s p r im e ­
ro s, lo s fa c to r e s e c o n ó m ic o s tie n e n fu n c ió n p r e d o m in a n te , c o n r e s p e c ­
to a lo s o tr o s se s u m a n a e sto s fa c to r e s lo s q u e e m a n a n d e c o n flic to s
id e o ló g ic o s en to r n o a la s p o te s ta d e s d e la fa m ilia y d el E s ta d o c o m o
in s t itu c io n e s d e fe n s o r a s d e lo s d e r e c h o s d e l n iñ o . *
N o d e s c o m p o n e m o s a m b o s p ro b le m a s en el tiem p o , y a q u e c re e m o s q u e el
p ro b le m a e d u c a tiv o d e b e se r e n c a ra d o d e sd e los p rim e ro s añ o s del n iñ o , p ero
n o in c u rrim o s en el e rro r d e p e n s a r en la e d u c a c ió n sin h a b e r re su e lto el p ro b le ­
m a b io ló g ic o ele m e n ta l de la ex isten cia .
L a in sa tisfa c c ió n de los d e re c h o s del n iñ o e s tá g e n e ra d a p o r la m ise ria o p o r
la ig n o ra n c ia y, en la m a y o r p a rte de los caso s, p o r a m b a s c o sa s a la v ez. E sto
im p lic a la n e c e sid a d de u n a d o b le ac c ió n de a s iste n c ia so cial y la e d u c a c ió n de
los p a d re s.
E je m p lo d e u n a in stitu c ió n c re a d a en n u e stro p aís y q u e c o n te m p la a m b o s
a sp e c to s d e la acc ió n de p ro te c c ió n al n iñ o , es el S a la rio S o cial In fan til, c re a d o
p o r el Dr. D o m in g o S arli en la D iv isió n S e g u n d a In fa n c ia del C o n se jo del N iñ o ,
con el q u e lo g ra m a n te n e rs e la in te g rid a d d e la c é lu la fam iliar. El e sta d o no
a su m e el lu g a r de la fa m ilia sin o q u e tie n d e a la re c o n stru c c ió n de e ste g ru p o
p rim a rio d el o rg a n ism o so cial, y só lo lo s u stitu y e en a q u e llo s c a so s en q u e la
p e rm a n e n c ia del n iñ o en la fa m ilia re su lta re p erju d ic ia l p ara el m en o r. Tal es la
d o c trin a del S ala rio S o cial In fan til en d e fe n s a de los d e re c h o s del n iñ o . E sta es
la d o c trin a q u e so stu v o B e v e rid g e en su fa m o so p la n d e se g u rid a d so cial c u a n ­
do dice: “ la a b o lic ió n de la in d ig en cia re q u ie re u n aju ste d e los in g reso s, ta n to en
los p e río d o s de tra b a jo re m u n e ra tiv o c o m o en lo s d e la in te rru p c ió n d e las
g a n a n c ia s, a las n e c e sid a d e s de la fa m ilia , en u n a u o tra fo rm a re q u ie re n a s ig ­
n a c io n e s p a ra los n iñ o s .”
E n n u e stro p a ís el Dr. D e F errari ta m b ié n lo h a so sten id o : “ M ie n tra s n o se
re c o n o z c a a q u ie n n o e stá en c o n d ic io n e s d e p ro d u c ir (m e n o re s y a n c ia n o s) un
in g reso in d e p e n d ie n te y p ro p o rc io n a d o a su s v e rd a d e ra s n e c e sid a d e s, n a d a e fe c ­
tiv o se h a b rá h e c h o p a ra e lim in a r las p e o re s fo rm a s d e n e c e sid a d e c o n ó m ic a
q u e to d a v ía a z o ta n a lo s d e s p o s e íd o s .”
E n n u e s tro p aís las a s ig n a c io n e s fa m ilia re s d e v ie n e n en fu n c ió n del tra b a jo
del p a d re , en ta n to q u e el S ala rio S o cial In fan til sirv e al d e re c h o d el n iñ o , tra b a ­
je n o n o los p a d re s. A l in d e p e n d iz a r d el sa la rio d e los p a d re s, la acc ió n de ap o y o

22 R eina R eyes
económico a la familia, el Salario Social Infantil se toma el más eficaz insti lí­
menlo de defensa de los derechos del niño y sus beneficios alcanzan a la comu­
nidad.
El Salario Social Infantil se hace efectivo a aquellos padres que cumplen sus
deberes como tales, condicionando su obtención al cumplimiento de obligacio­
nes de orden sanitario y educativo. Se concede por tiempo limitado y su presta­
ción “que tiende en forma general a engrosar el presupuesto de la familia tiene
en algunos casos, de acuerdo a las necesidades específicas de la misma, apli­
caciones concretas, ya que cuando el estudio discriminativo del fenómeno de
insuficiencia económica descubre factores que gravitan decididamente a la di­
sociación de la misma, el beneficio se orienta a su rectificación.” (Falta de
vivienda, falta de posibilidades de vendibilidad de la actividad del trabajo de los
componentes del núcleo, falta de instrumentos de trabajo, número de hijos y
cuidados médicos o educativos que exijan, etc.).
Dice el Dr. Sarli “se puede afirmar que si bien la aplicación del Salario
Social Infantil no puede, como es lógico, transformar la vida del pobre en hol­
ganza económica, alcanza para mantener la integridad de la misma familia toni­
ficando los valores positivos de la misma y rectificando en lo posible sus desvia­
ciones.” (l)
En realidad esta medida de seguridad social supone la ayuda económica
realizada conjuntamente con una acción educativa de los padres a fin de res­
ponsabilizarlos frente a los hijos.
Las medidas de seguridad social con respecto a los menores se continuarían
en el “Seguro de Capacitación” que ha sido proyectado por el Dr. Sarli. De
nada vale que el Código del Niño prohiba el trabajo de los menores en defensa
de sus derechos, ya que lo autoriza cuando lo exijan circunstancias especiales
que resultan siempre justificadas por la situación económica familiar. Los dere­
chos no son efectivos sino mediante las obligaciones correlativas y si el niño
tiene derecho a la capacitación para la defensa económica, el Estado democrá­
tico debe ofrecerle oportunidad para que la adquiera en el momento en que por
circunstancias especiales está obligado a producir. El Salario de Capacitación
propone una solución integral a la etapa del desarrollo comprendida entre los
doce y dieciséis años proyectando una asignación mensual para las familias de
recursos insuficientes por cada hijo que deba dedicarse prematuramente al
trabajo, quienes serían capacitados en establecimientos públicos o privados
mediante el aprendizaje de oficios o profesiones, de acuerdo a las aptitudes de
los menores.

(1) Domingo Sarli. Una experiencia sobre doctrina y práctica de la protección infantil.

El derecho a educar y el derecho a la educación 23


N o s h e m o s re fe rid o al S a la rio S o cia l In fa n til (in s titu id o en M o n te v id e o ) y al
S a la rio d e C a p a c ita c ió n (p ro y e c ta d o ) c o m o e je m p lo d e in s titu c io n e s q u e p u e ­
d e n d e fe n d e r c o n e fe c tiv id a d al n iñ o c o m o su je to de d e re c h o en la a c tu a l e s ­
tru c tu ra e c o n ó m ic a del U ru g u ay .
E n c u a n to al p rim e ro se h a ría n e c e sa ria la e x te n sió n d e su s b e n e fic io s a los
n iñ o s d e to d a la R e p ú b lic a . C o n v ie n e d e s ta c a r q u e el S a la rio c o n d u c e a u n a
real e c o n o m ía c o n re s p e c to al g asto q u e o c a s io n a la in te rn a c ió n del n iñ o a b a n d o ­
n a d o p o r su s p a d re s p o r c a u sa s e c o n ó m ic a s.
E n lo q u e re s p e c ta al S a la rio d e C a p a c ita c ió n su e fic ie n c ia d e p e n d e ría d e la
e x is te n c ia d e un a m p lio m e rc a d o d e tra b a jo q u e n o e x iste en p a íse s en v ía de
d esarro llo .
E n sín te sis: las d e c la ra c io n e s de lo s d e re c h o s del n iñ o c o n d u je ro n a u n e fe c ­
tiv o a d e la n to e n el d o m in io d o c trin a rio ; la c o d ific a c ió n d e e so s d e re c h o s m a n ­
tie n e el p ro b le m a d e su d e fe n s a en e se p la n o d o c trin a rio en ta n to n o se c re e n
las in s titu c io n e s d e s e g u rid a d so c ia l q u e h a g a n e fe c tiv a e sa d efen sa.
E n lo q u e se re fie re al d e re c h o a la e d u c a c ió n los p ro b le m a s q u e se p la n te a n
no so n só lo de ín d o le e c o n ó m ic a sin o ta m b ié n id e o ló g ic o s y m e re c e n p o r ta n to
un c a p ítu lo esp e c ia l.

Temas a desarrollar

■ E stu d io c o m p a ra tiv o d e las D e c la ra c io n e s d e D e re c h o s del N iñ o .


■ ¿ E s p o s ib le re d u c ir lo s d e re c h o s del n iñ o al d e re c h o a las c o n d ic io n e s de
v id a q u e a se g u re n el d e s a rro llo n o rm a l?
■ E v o lu c ió n del c o n c e p to d e p a tria p o te sta d d e d e re c h o a b so lu to a d e re ­
ch o deber.
■ L a le y d e le g im ita c ió n a d o p tiv a y el d e re c h o del niño.
■ E stu d io del cap ítu lo X del C ó d ig o del N iñ o y ju ic io crític o so b re su s e rro ­
res y lim ita c io n e s.
■ E l Ju z g a d o d e M e n o re s: su s fu n c io n e s y su s a c tu a le s d e fic ien cias.
■ E l tra b a jo d el n iñ o .
■ L a d e sin te g ra c ió n fa m ilia r y la d e lin c u e n c ia ju v e n il.
■ E l p ro b le m a de la im p u ta b ilid a d del m en o r.
■ D iv o rc io e n tre la d o c trin a so b re lo s d e re c h o s del n iñ o y la e fe c tiv id a d de
su d e fe n sa .
■ L a p ro te c c ió n del n iñ o al m a rg e n d e la ac c ió n estatal. S u im p o rtan cia.
■ El m a e stro y los d e re c h o s d el n iñ o .

24 R eina R eyes
EL DERECHO A EDUCAR
Y EL DERECHO A LA EDUCACIÓN
Entre los derechos económicos-sociales-culturales que, conjuntamente con
los civiles y políticos, fundamentan la democracia de nuestros días, se encuen­
tra el derecho a la educación. Lo consagra el Art. 26 de la Declaración Univer­
sal de los Derechos Humanos y lo reitera, con respecto al niño, la Declaración
sobre los Derechos del Niño, aprobada el 20 de noviembre de 1959, también
por Asamblea de las Naciones Unidas.
Trataremos de ubicar este derecho en la actual organización jurídica de las
democracias y, en forma concreta, en la nuestra, refiriéndose al conflicto de
potestades que genera su satisfacción y su defensa.
George Burdeau, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Económi­
cas de la Universidad de París, destaca que, mientras la filosofía racionalista
del siglo XVIII hablaba del ciudadano como hombre dotado por la naturaleza
de una libertad indiferente a las contingencias, es el soporte de prerrogativas
reconocidas por la Declaración. Actualmente, tanto en el plano histórico, en
razón de los cambios provocados por la revolución industrial, como en el plano
doctrinario como consecuencia de la influencia del análisis marxista, un ser
nuevo se ha revelado, después de la segunda mitad del siglo XIX, a la vez como
fuerza que opera en la dinámica social y como tema de reflexión para los teó­
ricos. Este ser nuevo es el hombre concreto, definido no por su esencia o per­
tenencia a un tipo abstracto sino por las particularidades que él debe a la situa­
ción en la cual se encuentra colocado, y que por esta razón yo he propuesto
llamarlo el hombre situado. En él la existencia concreta prima sobre la natura­
leza humana.” (1)
Le resulta fácil a Burdeau deducir de este cotejo que, mientras el ciudadano
del siglo XVIII lleva en sí los derechos como prerrogativas de la naturaleza
humana y, entre ellas, la libertad, el hombre situado debe esperar de su ambien-

<l) “Les libertés publiques”. Libraire Générale de Droit et de Jurisprudence. París, 1961.

El derecho a educar y el derecho a la educación 25


te la o c a s ió n d e c o n q u ista rla . U n o s so n d e re c h o s a ser, n o s d ic e , lo s o tro s,
d e re c h o s a o b ten er. N o s ie n d o la lib e rta d un a trib u to d e la p e rs o n a sin o u n a
p o s ib le c o n q u ista , el h o m b re d e h o y lu c h a p o r su lib e ra c ió n en lo e c o n ó m ic o y
en lo c u ltu ra l.
A h o ra b ie n , la e d u c a c ió n es fa c to r im p re s c in d ib le d e e sa lib e rta d a c o n q u is ­
ta rse y e sto c o n d u c e a q u e no p u e d a in d e p e n d iz a rs e la d e fe n s a d e la d e m o c ra ­
cia d el re c o n o c im ie n to d el d e re c h o a la e d u c a c ió n . P e ro e s te d e re c h o a lg
e d u c a c ió n q u e le o to rg a m o s te ó ric a m e n te a to d o h o m b re , en las s o c ie d a d e s
a c tu a le s se e n fre n ta c o n u n d e re c h o a e d u c a r q u e so b re el “ h o m b re s itu a d o ”
e je rc e n d is tin ta s p o te sta d e s.
El e n c u e n tro de d o s titu la re s d e d e re c h o : el e d u c a n d o y q u ie n le e d u c a ,
g e n e ra u n c o n flic to d e a m p lia s p ro y e c c io n e s co n re s p e c to a los fin e s d e la
e d u c a c ió n q u e p ro v o c a e n c o n a d a s o p o s ic io n e s id e o ló g ic a s.

El derecho a educar

A n te s d e a n a liz a r p o s ib le s so lu c io n e s p a ra e s e c o n flic to , b u s q u e m o s lo s o r í­
g e n e s del d e re c h o a e d u ca r, in stitu id o tra d ic io n a lm e n te .
E n p rim e r té rm in o , el h e c h o d e q u e la e d u c a c ió n sea u n a n e c e sid a d d e v id a ,
y a q u e, c o m o lo a firm a D ew ey , “ la e d u c a c ió n en su s e n tid o m á s a m p lio es el
m e d io d e c o n tin u id a d s o c ia l” (l), c o n d u jo a q u e las g e n e ra c io n e s a d u lta s , p o r
c o m u n ic a c ió n y tra s m is ió n in flu y e ra n n a tu ra lm e n te so b re las n u e v a s g e n e r a ­
cio n e s. D e n tro d e la c o m u n id a d , el in d iv id u o m u e re , p e ro los v a lo re s, los c o n o ­
c im ie n to s y las d e s tre z a s q u e p u d o p o s e e r se h an tra s m itid o y, c o m o la m u e rte
de to d o s n o es s im u ltá n e a , la c o m u n id a d s ig u e v iv ie n d o . C u a n d o h u b o n e c e s i­
d a d d e a c e le ra r e se p ro c e s o d e tra s m is ió n n a tu ra l, s u rg ie ro n las in s titu c io n e s
d o c e n te s y q u e d ó e s ta b le c id o el d e re c h o a e d u c a r c o m o e x ig e n c ia d e la p ro p ia
c o m u n id a d . E n la é p o c a c o n te m p o rá n e a e n c o n tra m o s en el e je rc ic io d e ese
d e r e c h o a lo s p a d r e s, al E sta d o y a la Ig lesia .
A n a liz a re m o s las tre s p o te sta d e s.
C o n s titu id a la fa m ilia , so n los p a d re s q u ie n e s e je rc e n el d e re c h o a e d u ca r,
no só lo b a jo la fo rm a d e in flu e n c ia n a tu ra l p a ra lo cu al n o es n e c e s a ria la n o c ió n
d e d e re c h o , sin o en la e le c c ió n d e m a e s tro s o d e e s c u e la s , c u a n d o é sta s se
in s titu y e n p a ra la e d u c a c ió n d e sus h ijo s. D ice S p ra n g e r: “ h is tó ric a m e n te el
d e re c h o d e los p a d re s a la e d u c a c ió n e s in m e m o ria l. C o n s titu y e u n m o tiv o
ro m a n o ju ríd ic o , u n m o tiv o c ris tia n o é tic o , q u e es c o m ú n al c a to lic is m o y al

(,) J. Dewey. D em ocracia y educación.

26 R e in a R eye s
protestantismo y, finalmente, también un motivo del derecho natural filosófico
moderno.” (l)
I )cstacamos que los padres son personas y no instituciones como la Iglesia
V el l istado y que, con respecto al niño, su hijo, tienen, por lo mismo, una situa­
c i ó n singular no comparable a las relaciones del niño con el Estado o la Iglesia.

I a aparición de escuelas primarias, instituciones educativas para niños,


cuya creación es muy posterior a la existencia de centros de estudios superio-
u’s y universidades, respondió a móviles religiosos o políticos y, en muchas
ocasiones, a ambos asociados. En todos los casos quedó establecido el derecho
a educar de la Iglesia y del Estado.
La Iglesia fue la primera autoridad que organizó y sostuvo la escuela y las
iglesias eran reconocidas como guardianes de “nuestros modos de vida”. Las
iglesias como afirma Alexander Mieklejohn, tenían firmes convicciones acerca
tic la naturaleza del mundo y del hombre y de ahí se deducía que sabían cómo
debían vivir los hom bres.(2)
En nombre de ese saber absoluto es que ejercen su derecho a educar.
La Iglesia Católica defendió este derecho en base al privilegio de no cono­
cer error y en título concedido a ella por Dios. (Encíclicas del 20 de junio de
1888 y del 29 de diciembre de 1929).
El derecho a educar del Estado hace su aparición bajo formas y autoridades
diversas, en distintos momentos históricos. Lo defendieron Federico el Grande,
Fichte, Napoleón y todos los gobiernos totalitarios en su forma más absoluta,
como medio para lograr una unidad nacional.
Napoleón afirma: “Al establecer un cuerpo enseñante, mi fin principal es
tener un medio de dirigir opiniones políticas y morales.”
Todo Estado autocrático quiere el orden, un orden estático, tradicional, fun­
dado en la fuerza. La Iglesia, por la educación busca mantener la fe en los
dogmas y el sometimiento a la autoridad de su clero jerarquizado. Asociada a la
autoridad del estado, apoya esa autoridad, y, a su vez el Estado se sirve de la
Iglesia para robustecer su propia autoridad. Estado e Iglesia, en estos casos,
ejercen un derecho a educar ilimitado.
La transformación del Estado autocrático en Estado de derecho y, en algu­
nos países, la separación del Estado de la Iglesia, modifica esa situación, pero
ambas potestades siguen ejerciendo el derecho a educar. Actualmente la Igle­
sia, para defender su derecho frente al Estado, o a fin de obtener el apoyo
económico de éste para sus instituciones docentes, lo hace invocando el dere­
cho de los padres.

(1) Fundamentos de la Política Escolar.


m La educación entre dos mundos.

El derecho a educar y el derecho a la educación 27


C u a n d o la d e m o c ra c ia p o lític a se tra n s fo rm a en d e m o c ra c ia so c ia l, e s e d e ­
re c h o a e d u c a r d e o rig e n ta n c o m p le jo y d iv e rs o , se e n fre n ta al d e re c h o a la
e d u c a c ió n , e le m e n to e s e n c ia l d el E s ta d o d e m o c rá tic o .

El sujeto de derecho y los fines de (a educación

C o m o y a lo a firm á ra m o s , e s te c a m b io e n c u a n to al titu la r d e d e re c h o e n el
d o m in io d e la e d u c a c ió n , se p ro y e c ta en la c o n c e p c ió n d e lo s fin e s e d u c a tiv o s .
E n e fe c to , si q u ie n e d u c a tie n e d e re c h o a h a c e rlo , e s ta b le c e lo s fin e s d e la
e d u c a c ió n se g ú n su p a rtic u la r o rie n ta c ió n p o lític a , filo só fic a o re lig io sa , en ta n to
q u e si el titu la r d e d e re c h o e s el e d u c a n d o , lo s fin e s d e la e d u c a c ió n tie n e n q u e
se r c o n c e b id o s en fu n c ió n d e los d e re c h o s d e é s te (d e re c h o s “ a o b te n e r ” ) (1),
c o n el m a y o r re s p e to a su s c o n d ic io n e s n a tu ra le s y p ro p ic ia n d o la lib re e le c c ió n
d e los v a lo re s c o m p le jo s , e n lo s d o m in io s d e la re lig ió n , la filo so fía o la p o lític a .
E n u n c a so , lo s fin e s d e la e d u c a c ió n so n tr a s c e n d e n te s , e x te rio re s al s u je to
e d u c a d o y c o n d ic io n a d o s a u n a p a rtic u la r c o n c e p c ió n d e la v id a y d e la o r g a n i­
z a c ió n so c ia l. E n el o tro , lo s fin e s s o n in m a n e n te s , id e n tific a d o s c o n el d e s a r r o ­
llo d e la s d is p o s ic io n e s in d iv id u a le s h a c ia u n id eal d e a u to n o m ía y d e re s p e to
re c íp ro c o , q u e es g a ra n tía d e s u p e ra c ió n d e la d e m o c ra c ia .
J e a n P ia g e t, a re q u e rim ie n to d e la U n e s c o , in te rp re tó el s e n tid o d e l A rt. 2 6
d e la D e c la ra c ió n U n iv e rs a l d e lo s D e re c h o s H u m a n o s , y a firm a q u e la p r o p o ­
sic ió n : “ T o d a p e rs o n a tie n e d e re c h o a la e d u c a c ió n ” , sig n ific a : “ T o d o se r h u m a ­
n o tie n e d e re c h o a s e r c o lo c a d o d u ra n te su fo rm a c ió n en u n m e d io e s c o la r en
el q u e p u e d a lle g a r a e la b o ra r h a sta su c o n c lu s ió n , e so s in s tru m e n to s in d is p e n ­
s a b le s d e a d a p ta c ió n q u e so n las o p e ra c io n e s ló g ic a s .” Y a g re g a : “ E n to d o c a so
c o n v ie n e d e s ta c a r d e s d e u n p rin c ip io q u e el d e re c h o a la e d u c a c ió n in te le c tu a l
y m o ra l im p lic a , m á s q u e u n d e re c h o a a d q u irir c o n o c im ie n to s o d e e s c u c h a r, y
algo m á s q u e u n a o b lig a c ió n d e o b e d e c e r: se tra ta d e u n d e re c h o a fo rm a r
ie rto s in s tru m e n to s e s p iritu a le s , lo s m á s p re c io s o s d e to d o s , y c u y a c o n s tru c -
t ió n r e c la m a u n a m b ie n te s o c ia l e s p e c ífic o , q u e n o e s tá h e c h o e x c lu s iv a m e n te
de s u m is ió n .” Y m á s a d e la n te : “ E l d e re c h o a la e d u c a c ió n n o es s ó lo el d e re c h o
d e fre c u e n ta r e s c u e la s , s in o q u e e s ta m b ié n el d e re c h o a u n a e d u c a c ió n q u e
p ro c u re el p le n o d e s a rro llo d e la p e rs o n a lid a d , el d e re c h o a e n c o n tra r e n la
e s c u e la to d o lo q u e és^necesHrlTTpara la c o n s tru c c ió n d e u n a ra z ó n a c tiv a y u n a
c o n c ie n c ia m o ra l v iv a .” (2)

(1) Burdeau. O bra citada.


(2) Piaget. El derecho a la educación en el m undo actual.

28 R e in a R e y e s
%

( on esta transcripción hemos querido evidenciar la diferencia que existe


i'iitre los fines educativos que se derivan del reconocimiento del derecho a la
educación y los fines que postulan quienes defienden el derecho a educar, fines
i|uc, por ser distintos, exigen métodos distintos y actitudes distintas de parte de
i|tiienes educan, ya que en un caso se propicia la libertad y en el otro el asenti­
miento moral y la aquiescencia intelectual. -
l;ácil resulta comprender que en un Estado democrático, la función educati­
va de éste debe estar orientada a la satisfacción del derecho a la educación en
las condiciones establecidas por Piaget, para propiciar la formación de perso­
nalidades a la vez qu£ libres, respetuosas de las libertades de los demás. (Art.
.’(> de la Declaración de los Derechos Humanos).
Queda al margen de nuestro análisis la situación que responde a un cambio
revolucionado -en el cual la educación se concibe como instrumento para afir­
mar la revolución- porque sería necesario referimos a casos concretos para
estudiar el grado en que se respeta, dentro de esa orientación política, la forma­
ción de personalidades4+hres.
Dice Aldo Solari: “Es obvio que puede haber una educación revolucionaria,
pero siempre después que las revoluciones han triunfado. Y las revoluciones
triunfan por muy variados factores, pero es difícil creer que entre ellos el más
importante sea la educación. Una vez que la revolución ha triunfado, las ideas
que la revolución tomó como base, y que antes de que la revolución triunfara no
tenían curso legal, se convierten en las ideas que tienen curso legal y son las
que la educación trasmite.” (1)
En la época contemporánea se enfrenta el derecho a la educación, declara­
do teóricamente en forma universal, con un derecho a educar que responde a
finalidades u objetivos distintos a los enunciados, derecho que ejercen los pa­
dres, el Estado o la Iglesia. Analizar el conflicto que este hecho puede plantear,
requiere en primer término reconocer, como lo hace Spranger, que no hay una
Y1 forma de relación entre el Estado y la educación, válida para todos los Estados
1( y todos los tiempos. Como el derecho a educar responde a fuerzas que deter­
minan la tradición del presente “en este problema no se puede actuar por polí­
tica partiendo de un estado originario indeterminado, sino sobre la base de una
distribución de fuerzas dadas históricoespiritualmente y de una organización
política, jurídica y social ya existente.” (2)
Este hecho hace que el tema pueda ser tratado en un enfoque comparativo
de las distintas soluciones dadas al problema en cada época de cada país.

(1) Cuadernos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Educación y desarrollo Económico


en América Latina. 1963.
(2) Obra citada.

El derecho a educar y el derecho a la educación 29


N o s lim ita re m o s a r e f e r im o s a la s itu a c ió n q u e e x is te e n el n u e s tro . P r e v ia ­
m e n te a n a liz a re m o s las d o s s itu a c io n e s e x tre m a s q u e p u e d e a d o p ta r el E s ta d o
en e s ta m a te ria : a) la lib e r ta d d e e n s e ñ a n z a , q u e s u p o n e u n d e re c h o a e d u c a r
ilim ita d o ; b ) el m o n o p o lio d e la e n s e ñ a n z a p o r el E s ta d o o E s c u e la Ú n ic a .
L o s té rm in o s q u e d e fin e n e s ta s s itu a c io n e s d e m ín im a o m á x im a in te rv e n c ió n
d e l E s ta d o en m a te ria d e e d u c a c ió n , n o tie n e n u n c o n te n id o u n ív o c o , p o r lo c u a l
se h a c e n e c e s a rio a n a liz a r lo s d is tin to s s e n tid o s d e las e x p re s io n e s “ lib e rta d d e
e n s e ñ a n z a ” y “ e s c u e la ú n ic a .”
C o n v ie n e p u n tu a liz a r q u e e x is te n d ife re n c ia s e n tre el s ig n ific a d o id e o ló g ic o
d e u n a p a la b ra o d e u n a e x p re s ió n , y la c a p a c id a d r e p r e s e n ta tiv a o s e n tid o co n
q u e se la s u s a d e n tro d e u n d e te rm in a d o g ru p o h u m a n o . “ C u a lq u ie r p a la b r a o
fra s e p o s e e el s e n tid o s u y o , ú n ic a m e n te c o m o m ie m b ro d e u n a c o n s te la c ió n de
s e n tid o s r e la c io n a d o s .” L o s s e n tid o s d e u n a p a la b ra o e x p re s ió n c o n c u e rd a n
“ n o e n v irtu d d e su e x a m in a d a re la c ió n r e c íp ro c a , s in o p o rq u e s o n c o rrie n te s en
la m is m a s e rie d e h á b ito s y e x p e c ta tiv a s d e l g r u p o .” “ S o n in te rd e p e n d ie n te s en
ra z ó n d e a c tiv id a d e s d e g ru p o , d e in te re s e s , c o s tu m b re s e in s titu c io n e s d e g r u ­
p o s .” (1)

Libertad de e n se ñ an za

C o m p ro b a m o s q u e la e x p re s ió n “ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” fú e u tiliz a d a p o r


p rim e ra v e z e n F ra n c ia , c u a n d o fre n te a la Ig le sia , d e le g a d a p o r el E s ta d o p a ra
e je rc e r su m a g is te rio , lo s p a d re s re c la m a ro n p a ra su s h ijo s u n a fo rm a c ió n n o
o rto d o x a . T a m b ié n se la u só p a ra d e fe n d e r la lib e rta d d e tra b a jo d e lo s m a e s ­
tro s .
M ira b e a u d ijo : “ e n s e ñ a r e s u n g é n e ro d e c o m e rc io , la e n s e ñ a n z a es u n a
m e rc a n c ía c o m o las o tra s , q u e el v e n d e d o r se e s fu e rz a e n h a c e r v aler, y q u e el
c o m p ra d o r ju z g a y tra ta d e o b te n e r al m á s b a jo p re c io .” E s te s e n tid o d e la
e x p re s ió n “ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” , a s im ila d a e n to n c e s a la lib e rta d d e tra b a jo ,
re s u lta h o y in a d m is ib le y a q u e la a c c ió n d e e d u c a r, p o r su s e fe c to s s o b re lo
h u m a n o s ó lo p u e d e se r c o m p a ra d a a la d e la M e d ic in a , c u y o e je rc ic io p u e d e
b e n e fic ia r o p e rju d ic a r a l p a c ie n te , ra z ó n p o r la c u a l n o se le a m p a ra c o m o
lib e rta d d e tra b a jo . P o s te rio rm e n te la e x p re s ió n “ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” es
u tiliz a d a c o n o tro se n tid o . F re n te a lo s re c la m o s d el lib e ra lism o q u e c o n d u jo a la
s e p a ra c ió n d el E s ta d o y la Ig le sia , y d io al p rim e ro a m p lia fu n c ió n e d u c a tiv a , la
“ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” e s re c la m a d a p o r lo s p a d re s y p o r la Ig le s ia p a ra p o d e r
e d u c a r a su s h ijo s e n in s titu c io n e s n o e s ta ta le s.

(1) John Dewey. Lógica. Teoría de la investigación.

30 R e in a R e y e s
I Hcon este último sentido que la expresión “libertad de enseñanza” se usa
ciiiii- nosotros, y el juicio emitido sobre ella requiere ciertas precisiones para
tlf.vunecer la mística que entraña.
"Libertad de enseñanza” es una expresión que, para quienes no penetran
en sus posibles alcances y peligros, resulta altamente simpática y, por lo mismo,
ilf leudible. Esto ocurre porque los dos términos que la definen, “libertad” y
"enseñanza”, provocan una reacción emotiva favorable para su defensa, lo que
dificulta el total esclarecimiento de las realidades que pueden designar.
I ,a palabra “enseñar” en sus orígenes denotó la acción de desvelar, correr
los velos que ocultan una realidad. En tal sentido hablamos con propiedad de las
enseñanzas socráticas reconociendo en la mayéutica una acción educativa que
conducía al pensamiento lógico y a la formación moral. Con el tiempo y, sobre
lodo, bajo la influencia de Herbart, denominó la trasmisión de conocimientos y
destrezas de una a otra persona, perdiendo el carácter educativo implícito
inicial, ya que hoy es rechazada unánimemente la idea de que llenar una mente
es formarla, sostenida por Herbart en base a su teoría de las representaciones.
Usada corrientemente con el sentido de trasmisión, la palabra “enseñanza”
está plena de un contenido simpático, porque supone dar a otro, generosamen­
te, lo que ya se posee. Pero esta acción puede, en los hechos, ser lesiva para el
derecho a la educación, si directa o colateralmente, esa trasmisión supo­
ne la imposición de determinados valores que deberían quedar libra­
dos a una posterior elección personal y que condicionan la conducta.
En cuanto a la palabra “libertad”, su sentido también es equívoco. Dice
Valery que los distintos hombres que hay en nosotros, como sólo disponen de un
único y mismo lenguaje, emplean la misma palabra (libertad), para necesidades
de expresión muy diferentes. “Es una palabra para todo servicio”. (1)
Distingamos, por lo menos, entre su significado como ausencia de compul­
sión, fuerza o violencia que impide a la persona hacer lo que quiere y su signi­
ficado cuando denomina la capacidad individual, variable en grado infinito de
una a otra persona, así como variable en cada momento de la vida de cada uno,
para elegir entre una u otra acción posible o imaginable, libertad ésta que no
depende exclusivamente de lo fáctico. Reconozcamos que la palabra “libertad”
es utilizada corrientemente con el primer sentido, lo que le acuerda un conteni­
do emotivo simpático, ya que así entendida la libertad permite lo que se desea;
la esclavitud lo impide. La libertad autoriza; la falta de ella lo denega. Es por lo
mismo explicable que la palabra “libertad” y la expresión “libertad de enseñan­
za” provoquen reacciones emotivas profundas que promueven la acción de
defensa de esa libertad acrecentadas en esta época en que se multiplica el uso

(l) Miradas al mundo actual.

El derecho a educar y el derecho a la educación 31


d e la p a la b r a lib e rta d p a ra o p o n e r s e a la e x is te n c ia d e s itu a c io n e s p o lític a s o
e c o n ó m ic a s c o n tra r ia s a la p e r s o n a , o q u e se d ic e n c o n tra r ia s a e lla .
P e ro q u ie n e s u tiliz a n la e x p r e s ió n “ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” c o m o f o r m a d e
d e f e n d e r u n d e r e c h o a e d u c a r im p líc ito e n e lla p u e d e n , e n lo s h e c h o s - d ig o
p u e d e n , p o r q u e n o s ie m p re e s a s í- d e f e n d e r u n a a c c ió n d e f o r m a c ió n im p u e s ta
d e s d e a fu e ra y re f e r id a a la e s tr u c tu r a to ta l d e l s e r e n fo r m a c ió n , p a r a d o ta rlo
d e u n e s tilo d e v id a c o n tra r io a la a u to n o m ía d e la p e r s o n a , q u e e s el ú ltim o fin
d e l d e re c h o a la e d u c a c ió n . E n e s te c a s o la “ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” , p o r el
e je rc ic io d e u n d e r e c h o a e d u c a r ilim ita d o , c o n d u c e al d e s c o n o c im ie n to d el
d e re c h o a la e d u c a c ió n , ta l c o m o lo in te r p r e ta P ia g e t.
S e h a c e n e c e s a r ia u n a n u e v a p r e c is ió n c o n re s p e c to a la “ lib e rta d d e e n s e ­
ñ a n z a ” , re fe r id a a la e d a d d e q u ie n re c ib e la e n s e ñ a n z a . L a p s ic o lo g ía d e s c u b r e
la a n te la c ió n d e l d e s a r r o llo a f e c tiv o d e l n iñ o c o n re s p e c to al d e s a r r o llo d e l p e n ­
s a m ie n to r e f le x iv o q u e c o n d u c e al ju i c io c rític o . E ste h e c h o h a c e p o s ib le q u e
d u ra n te la n iñ e z se p r o v o q u e n e n el n iñ o c ie r ta s a p r e c ia c io n e s v a lo ra tiv a s q u e
lim ite n la lib re y p o s te r io r e le c c ió n d e v a lo re s e n lo s d o m in io s d e la r e lig ió n , el
a rte , la filo s o fía o la p o lític a . N o o c u r r e lo m is m o , o p o r lo m e n o s , n o e s ig u a l el
r ie s g o , e n e d a d e s p o s te r io re s a la a d o le s c e n c ia , c u a n d o la p e r s o n a p u e d e o p o ­
n e r r e s is te n c ia a lo s ju i c io s d e v a lo r q u e re c ib e . (l)
S i e n el p e río d o a n te r io r a e s a e d a d se h a c u ltiv a d o el p e n s a m ie n to re f le x iv o
y el ju i c io c rític o , e n el g r a d o e n q u e la m a d u ra c ió n d e l e d u c a n d o lo h ic ie r o n
p o s ib le , el j o v e n y m á s a ú n el a d u lto , p u e d e n e s ta r s o m e tid o s a in f lu e n c ia s
e d u c a tiv a s q u e s u p o n g a n p a r tic u la r e s c o n c e p c io n e s d e la v id a , sin e l p e lig ro
q u e ta l a c c ió n e n tra ñ a p a r a el n iñ o .
P o r e s ta ra z ó n , “ la lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” n o m e re c e o b je c io n e s e n el c a s o
d e la e n s e ñ a n z a s u p e rio r, y a q u e , m e d ia n te e lla se f a v o re c e la f o r m a c ió n d e u n a
c o n c ie n c ia lib re . E n tal c a s o “ la lib e r ta d d e e n s e ñ a n z a ” e s a s im ila b le a la s
lib e rta d e s d e p e n s a m ie n to y d e e x p re s ió n . C u a n d o se d e f ie n d e n e s a s lib e rta d e s
e s tá n r e f e r id a s a p e r s o n a s q u e h a n a lc a n z a d o c ie rto g r a d o d e a u to n o m ía y q u e
m a n tie n e n e n tre sí r e la c io n e s r e c íp r o c a s , y c o n e s a s lib e rta d e s se a s e g u r a la
m a y o r a u to n o m ía d e to d o s . L a r e c ip r o c id a d y n o el s o m e tim ie n to es g a r a n tía d e
lib e rta d in d iv id u a l y d e c o n v iv e n c ia a r m ó n ic a . P e n s a r y e x p r e s a r s e lib r e m e n te
n o e s, e n e s e c a s o , im p e d im e n to p a r a el p e n s a m ie n to y la e x p r e s ió n d e lo s
d e m á s s in o , p o r el c o n tra r io , fo r m a d e f a v o r e c e r el p e n s a m ie n to lib re . P o r e llo
la c r e a c ió n d e v a r ia s U n iv e r s id a d e s -d o n d e s e a p o s ib le p o r la e x is te n c ia d e u n
c a lific a d o p r o f e s o r a d o y d e r e c u r s o s e c o n ó m ic o s - q u e in s titu y a n la lib e r ta d d e
e n s e ñ a r y d e a p r e n d e r p a r a e s tu d ia n te s y d o c e n te s , a f ir m a la e s e n c ia d e la
d e m o c r a c ia . L a U n iv e r s id a d c o la b o r a , c o m o d ic e J a s p e r s , c o n el e s ta d o d e

(1) Ver ensayo sobre Laicidad.

32 R e in a R e y e s
ilciccho, ya que busca libremente la verdad en todas las direcciones posibles,
♦mi las ciencias del espíritu y en las ciencias de la naturaleza.
I s inadmisible la creación de una Universidad como instrumento para lu-
i luis políticas o religiosas. “El Estado encuentra en las creaciones espirituales
tic ln Universidad, no sólo su más clara conciencia, sino la fuente de la educa-
t mui de sus ciudadanos.” “La idea de la Universidad y la dictadura se excluyen
mutuamente.” “El espíritu viviente de la Universidad está libre de consignas, de
profesiones de fe, de puntos de vista absolutos, de doctrinas.” (1)
Si en lugar de referimos a la Universidad, enfocamos el problema de la
ONCuela primaria, la relación educador -educando tiene condiciones específicas
en las que no existe reciprocidad sino el ejercicio de una autoridad. El niño vive
en la anomia y el maestro que ya posee autonomía está obligado a actuar,
lnvoreciendo la futura autonomía de aquel a quien educa.
I .a doble y antagónica actitud que el educador puede adoptar frente al niño,
Oltá contenida en las raíces etimológicas de los términos educar, conducir y
seducir que derivan del mismo verbo latino “duco”, antecedido de diferentes
prefijos. “Duco” procede de Dux, guía. Ahora bien, quien guía puede hacerlo
imponiendo por autoridad un único camino o puede mostrar todos los caminos
conocidos y aun provocar la búsqueda de otros, dejando así al guiado en liber­
tad para elegir el suyo.
Dijo Stem: “ ¡Cuán fácil es sobrepasar los límites apenas visibles entre el
verdadero guía y el seductor! Quien coloca su sugestividad sólo al servicio de
los valores objetivos a los que sirve y para cuyo reconocimiento por otro actúa,
es un guía. Pero quien utiliza su sugestividad para sentirse como guía, para
satisfacer su deseo de poder, para reflejarse en sus adeptos, es un seductor.” (2)
Si resulta difícil establecer ese límite entre una y otra actitud educativa que
responden a modalidades distintas en el educador, más difícil resulta determinar
cuándo la libertad de enseñanza, que supone el ejercicio del derecho a educar,
lesiona el derecho del niño a una educación que posibilite su autonomía.

(1) Balance y perspectiva.


(2) Psicología y pedagogía de la adolescencia.

El derecho a educar y el derecho a la educación 33


La Escuela Única com o m onopolio de
la enseñanza por el Estado

A c la re m o s p rim e ro q u e la e x p re s ió n E sc u e la Ú n ic a tie n e , co m o la e x p re ­
sió n “ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” , sen tid o s d istin to s d e a c u e rd o al lu g a r y al m o m e n ­
to en q u e se la h a u tiliz ad o . S e la h a u sa d o p a ra re fe rirs e a u n a e s c u e la q u e
b rin d e ig u a le s o p o rtu n id a d e s e d u c a tiv a s p a ra to d o s lo s n iñ o s en c u a n to a p ro ­
g ra m a s d e e stu d io . E n e s te se n tid o la u tiliz a S e rg io H e sse n , p e d a g o g o c o n te m ­
p o rá n e o , q u ie n d ic e q u e es n e c e sa rio n o h a c e r d istin c ió n e n tre u n a e s c u e la
p o p u la r y u n a e sc u e la p riv ile g ia d a . A g re g a q u e la ig u a ld a d en la cu al se b a sa la
d e m o c ra c ia es la ig u a ld a d de p u n to s d e p a rtid a , ig u a ld a d q u e en lo q u e se re fie ­
re a la e d u c a c ió n e stá a se g u ra d a só lo en el c a so en q u e to d o s los n iñ o s te n g a n
a c c e so a u n a e s c u e la q u e les o fre z c a ig u al p re p a ra c ió n . E n e ste caso , d e fe n d e r
la E s c u e la Ú n ic a es o p o n e rse al d u a lism o q u e e x istía en E u ro p a en el sig lo X IX
c u a n d o se o fre c ía u n a e d u c a c ió n e s c o lá stic a p a ra las c la se s so c ia le s e le v a d a s
y u n a e d u c a c ió n p o p u la r p a ra las cla se s o b reras. “ E n tre los siste m a s n o e x istía
v in c u la c ió n a lg u n a y só lo el in d iv id u o d e e x c e p c ió n p o d ía p a s a r d e la e s c u e la
p o p u la r a la e s c u e la m e d ia. E ra u n a e s c u e la c e rra d a y su e s tru c tu ra d e lib e ra ­
d a m e n te m e c á n ic a . A un c o n te n id o ig u al y m ín im o c o rre s p o n d ía en to d a s las
c la se s u n a e s tru c tu ra u n ifo rm e a d a p ta d a al fin d e re a liz a r u n id é n tic o m o d e lo
o fic ia lm e n te im p u e sto d e sd e afu era. S u fu n c ió n e d u c a tiv a se c u m p lía en el
m ism o p la n o e le m e n ta l. L a e sc u e la p o p u la r d e b ía e d u c a r a lo s jó v e n e s a h a c e r
b u e n o s sú b d ito s, d e b ía fo rm a rlo s p a ra la o b e d ie n c ia .” E n c a m b io “ la m isió n de
la E s c u e la Ú n ic a es g a ra n tiz a r a c a d a in d iv id u o el d e re c h o a la in stru c c ió n ,
se g ú n su c a p a c id a d y su s n e c e sid a d e s; n o a d m ite d is tin c io n e s e n tre e s c u e la
p o p u la r y e s c u e la p riv ile g ia d a ; su fu n d a m e n to es el p rin c ip io d e la ig u a ld a d de
los c iu d a d a n o s .” (1)
E sta c o n c e p c ió n d e la E sc u e la Ú n ic a n o se o p o n e al p rin c ip io de la in d iv i­
d u a liz a c ió n de lo s m é to d o s de a c u e rd o al re c o n o c im ie n to d e la p e c u lia rid a d
p s ic o ló g ic a d e c a d a alu m n o , sin o q u e p o r lo c o n tra rio lo re a firm a p re s c in d ie n d o
d e la s itu a c ió n e c o n ó m ic a d e la fa m ilia del esco lar.
A sí e n te n d id a la E sc u e la Ú n ic a no m e re c e o b je c ió n alg u n a.
Se h a lla m a d o ta m b ié n E sc u e la Ú n ic a a u n a m u ltip lic id a d d e e sc u e la s u n i­
d as e n tre sí e n las cu a le s se p u e d e d e s a rro lla r la c a p a c id a d de to d o s se g ú n su
p e c u lia rid a d . A este s e n tid o de la e x p re s ió n E s c u e la Ú n ic a se re fie re P ia g e t
c u a n d o d ice: “ C u a lq u ie ra d e la d iv e rs id a d d e tip o s d e e s c u e la q u e a c o g e n a los
n iñ o s d e 11-12 a 14-15 a ñ o s (c o m ie n z o s d e la e n s e ñ a n z a c lá sic a , c ie n tífic a o

(1) Struttura e contenuto della scuola moderna.

34 R e in a R eye s
I iV importa que el conjunto de esas escuelas constituya un sistema o
i i Iu i ),

liiNiiiueion única, de tal modo que el pasaje de una sección a otra sea siempre
punible de acuerdo con los resultados y los fracasos que se produzcan en el
i iiinim) y las aptitudes que se manifiesten tardíamente (o sobre todo, de las
.ipllludes cuyo descubrimiento haya podido escapar al comienzo de la escolari-
diul secundaria). Importa, ante todo, que tales pasajes de una sección a otra no
■' ni considerados como una medida de excepción, sino esencialmente como la
condición de una buena orientación.” (1)
I ii característica de la Escuela Unica así concebida es su estructura interna
que supone un complejo orgánico unitario que atiende al educando desde la
Inlunciu hasta la juventud.
IIn nuestro país el reclamo de la coordinación de las enseñanzas responde a
idéntico fin.
Muy distinto es el sentido y el juicio que merece la Escuela Única, cuando
esta expresión se refiere al monopolio de la enseñanza por parte del Estado. Se
liiitn en este caso del sistema espartano o del preconizado por Platón o por
I iclite, o del que existe actualmente en la U.R.S.S. El Estado monopoliza la
enseñanza, es decir, la nacionaliza como puede nacionalizar una industria cual­
quiera y no permite a ninguna institución o persona enseñar a niños.
Quienes defienden ese monopolio afirman que, representando el Estado los
Intereses de la comunidad, se asegura por medio de la Escuela Única la unidad
niidonal, evitando la divulgación de ideas, sentimientos y doctrinas peligrosas
para esa unidad. Pobre argumento nos resulta éste, ya que en una concepción
democrática no podemos admitir que el fin de la educación sea el logro de una
unidad nacional. Con criterio humanista el fin debe ser capacitar al hombre
pura el ejercicio y respeto de las libertades y derechos y no una exaltación de la
Idea de la nacionalidad que puede conducir -y en los hechos condujo- a nefas-
los nacionalismos.
No obstante tenemos que reconocer que si la escuela privada educa al niño
al margen de la realidad cultural de la comunidad en que vive, ya porque lo
desplace geográficamente hacia una cultura foránea, o porque lo ubique en un
tiempo pasado, tal formación no será conveniente ni para el niño ni para la
sociedad. La multiplicidad de programas y de métodos impide la constitución de
• un verdadero espíritu de comunidad.
Por otra parte, las escuelas privadas acentúan las diferencias sociales ya
que la asistencia a ellas se hace en función de la situación económica de las
lamilias, hecho éste que no sólo se opone a la igualdad de oportunidades educa-

111 Piaget: Obra citada.

El derecho a educar y el derecho a la educación 35


tiv a s s in o ta m b ié n -y e s to e s lo m á s g ra v e - al c u ltiv o d e l s e n tim ie n to d e ig u a ld a d
e n lo s n iñ o s .
P e ro ta m b ié n e s c ie r to q u e c o n el m o n o p o lio d e la e n s e ñ a n z a p o r el E s ta d o ,
d e h e c h o e l n iñ o p a s a a s e r c o s a d e l E s ta d o , y é s te p u e d e a le ja r al n iñ o d e su
fam ilia.
L a v id a fa m ilia r, p o r la r ic a g a m a d e s e n tim ie n to s q u e g e n e ra , e s u n b ie n
in s u s titu ib le p a ra c o n s titu ir u n s ó lid o n ú c le o a fe c tiv o d e la p e rs o n a lid a d , y a le ja r
al n iñ o d e s u fa m ilia , o c r e a rle e n la in s titu c ió n e d u c a tiv a u n a o p o s ic ió n a e lla , e s
v io la to r io d e lo s m á s e le m e n ta le s p r in c ip io s d e la p e d a g o g ía .
A n a lic e m o s , e n lo s h e c h o s , o tro p e lig ro . L a d e m o c r a c ia , n o c o m o f o r m a d e
v id a , s in o c o m o o r g a n iz a c ió n p o lític a , se rig e p o r el s u fra g io y la n o r m a d e la
m a y o ría . S ie n d o e l á r e a d e la d e m o c r a c ia p o lític a , el á re a d e lo s in te re s e s c o ­
m u n e s , p o r e l s u fra g io s e o b tie n e la o p in ió n d e to d o s c o n r e s p e c to a la in te r p r e ­
ta c ió n y a la s fo rm a s d e d e f e n s a d e e s o s in te re s e s c o m u n e s , y se a c u e r d a al
m a y o r n ú m e ro d e o p in io n e s c o n c o r d a n te s el d e r e c h o a g o b e rn a r. P e ro , m a y o ­
ría n o e s g a ra n tía d e c a lid a d d e m o c r á tic a d e g o b ie rn o , e s d e c ir, d e la e x is te n c ia
d e u n g o b ie rn o q u e s u p o n g a d e f e n s a d e lo s d e r e c h o s h u m a n o s ; d e a llí la in e s ta ­
b ilid a d o f ra g ilid a d d e la d e m o c ra c ia .
P o r e s te m e c a n is m o , n e c e s a rio p a r a la o r g a n iz a c ió n d e la d e m o c r a c ia r e ­
p re s e n ta tiv a , e n e l c a s o e n q u e el tr iu n f o d e u n a m a y o ría n o m a n te n g a la lib e r ­
ta d d e o p in ió n q u e es la e s e n c ia d e la d e m o c r a c ia , e x is te el p e lig ro d e q u e el
g o b ie rn o u tilic e la e s c u e la , n o p a ra s a tis f a c e r el d e re c h o a la e d u c a c ió n , s in o
c o m o in s tru m e n to d e a d o c tr in a m ie n to y d e d o m in a c ió n d e l p u e b lo .
A e s e p e lig ro se r e f e r ía S tu a rt M ili e n el a ñ o 1859: “ U n a e d u c a c ió n (to ta l)
d e l E s ta d o e s u n a p u r a in v e n c ió n p a ra m o ld e a r lo s h o m b re s a fin d e q u e s e a n
e x a c ta m e n te ig u a le s lo s u n o s a lo s o tro s y c o m o el m o ld e e n q u e se fú n d e n es
lo q u e a g r a d a al p o d e r d o m in a n te se a é s te u n m o n a rc a , u n s a c e rd o te , u n a a r is ­
to c ra c ia o la m a y o ría d e la g e n e r a c ió n e x is te n te , e n p ro p o rc ió n a su e fic a c ia y
é x ito , e s ta b le c e u n d e s p o tis m o d e e s p íritu q u e lle v a p o r te n d e n c ia n a tu ra l ta m ­
b ié n al d e l c u e r p o .” (1)
E n n u e s tro s d ía s lo s o s tie n e A ld o u s H u x le y : “ L o s q u e d is p o n e n d e l p o d e r d e l
E s ta d o s ie m p re e s tá n d e s e a n d o m a n te n e r u n o rd e n d e c o s a s d e te rm in a d o . P o r
e llo s ie m p re tra ta n d e p e r s u a d ir a su s s u je to s o d e c o m p e le rlo s a q u e a c e p te n ,
c o m o si f u e ra n v e r d a d e ra s y r a z o n a b le s a lg u n a s s o lu c io n e s -c a s i n u n c a las
m e jo re s - d e lo s p r o b le m a s p o lític o s y e c o n ó m ic o s p e n d ie n te s . D e a q u í la in s is ­
te n c ia d e lo s g o b ie rn o s p a r a q u e las id e a s q u e e n c a m a n e s ta s s o lu c io n e s e s té n
s ie m p re a s o c ia d a s c o n im á g e n e s q u e s e a n in tr ín s e c a m e n te a g ra d a b le s . E s é s ta
u n a d e la s ra z o n e s p o r la s c u a le s se h a c e n e c e s a rio q u e la in s tru c c ió n q u e

(1> La libertad.

36 R e in a R e y e s
proporcional el Estado se complemente cuando sea posible, con la educación
duda pui particulares. Algunas veces, sin duda alguna, la instrucción que orga­
nicen los particulares resultará mala; otras, sólo existirá por razones de snobis-
..... I’oit) entre estos educadores particulares, unos cuantos resultarán genui-
Mimiculc experimentales e inteligentes; unos cuantos utilizarán su bendita inde­
pendencia para lograr la transformación deseable, que no están en condiciones
tic Iniciar los maestros que controla el Estado.” (1)
Aunque se asegure por medios legales la autonomía de la enseñanza prima-
i la, o sea su independencia del poder político, en el aspecto técnico, la escuela
pnhllcn quedará supeditada al poder político, en el aspecto técnico, la escuela
publica quedará supeditada al poder político en lo económico ya que puede
disminuir sus recursos, y los padres, en caso de regresión democrática, no po-
ili inn defender a sus hijos de una acción educativa que consideran insuficiente
n indeseable, por no existir ni permitirse la creación de escuelas privadas.
"Que la democracia es frágil: sin duda. También lo es la salud, lo que no es
sino rii/ón para cuidarla”, nos dice Vaz Ferreira. Convengamos en que la Es-
«nela Unica acrecienta la fragilidad de las democracias al darle al Estado y
•mlnmcnte a él, el derecho a educar, sin garantía para una auténtica defensa del
derecho a la educación del niño.
I)e allí la validez de las afirmaciones de Spranger: “Si el hablar de neutrali­
dad ideológica del Estado tiene un sentido, éste no puede ser otro que el de que
el I•stado también ha de colocarse hoy sobre el terreno de reconocer la multipli-
i idad de las peculiares concepciones de la vida en él contenidas. La actuación
de la libertad de conciencia en el Estado no es sólo mi libertad de conciencia,
sino que también se concede a la conciencia de los demás”... “El problema
capital del Estado moderno consiste en una protección de poder y de derecho
sobre las oposiciones espirituales y sociales que cada día son más agudas.
Aquel sólo puede ser lo que Hegel sabía y quería: la unidad superior de lo
diferente, en la que se concentra la multiplicidad de las fuerzas valoradoras
para asegurar la vida y la posesión espiritual cultural.” (2)
Tal reconocimiento a una acción del Estado, respetuosa de las concepcio­
nes de vida de los padres, no puede llevarse al límite que supondría dejar sin
defensa al niño en su derecho a la educación -por la existencia de una incontro­
lada libertad de enseñanza-, entendiendo éste como derecho a obtener las me­
lares oportunidades para un desarrollo psíquico y espiritual que favorezca su
posterior autonomía.

111 El fin y los medios.


111 Obra citada.

El derecho a educar y el derecho a la educación 37


E n s ín te s is . E l d e s in te r é s d e l E s ta d o q u e s u p o n d r ía u n a e n s e ñ a n z a p r im a r ia
a s e g u r a d a p o r la in ic ia tiv a p r iv a d a e s in a d m is ib le ; e s a l E s ta d o , e n u n a d e m o ­
c r a c ia s o c ia l, a q u ie n c o r r e s p o n d e h a c e r e f e c tiv a la ju s tic ia e s c o la r, b r in d a n d o a
to d o s a m p lia s p o s ib ilid a d e s p a r a s u d e s a r r o llo in te g ra l. R e c o n o c id o s lo s p e li­
g ro s d e u n a “ lib e r ta d d e e n s e ñ a n z a ” ilim ita d a , a s í c o m o lo s p e lig ro s d e l m o n o ­
p o lio d e la e n s e ñ a n z a p o r e l E s ta d o , ¿ q u é s o lu c io n e s p o d r ía n p r o p o n e r s e p a ra
a r m o n iz a r la p o te s ta d d e lo s p a d r e s , el d e b e r d e l E s ta d o y el d e r e c h o a
la e d u c a c ió n d e l n iñ o ?

Lim ita cio n e s a la libertad de e n se ñ an z a

S e p u e d e e n c o n tra r, e n te o ría , u n a s o lu c ió n a la c u e s tió n p la n te a d a , b u s c a n ­


d o fo rm a s d e lim ita r la lla m a d a “ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” q u e , e n lo s h e c h o s ,
s u p o n e u n d e re c h o a e d u c a r ilim ita d o .
P o r la s ra z o n e s e x p u e s ta s se h a c e n e c e s a rio a c e p ta r e n las d e m o c r a c ia s u n
ré g im e n d e c o e x is te n c ia d e la e s c u e la p ú b lic a y d e las e s c u e la s p riv a d a s , lo q u e
d a a l p a d r e u n m a rg e n d e lib e rta d p a r a la e le c c ió n d e la e d u c a c ió n d e s u s h ijo s.
(D e c im o s u n m a rg e n d e lib e rta d p o r q u e n o d e s c o n o c e m o s la s lim ita c io n e s d e
o rd e n e c o n ó m ic o q u e p a r a lo s p a d re s p u e d e n e x istir).
P e ro , “ c o n lo s p a d r e s s u c e d e lo q u e c o n to d a s las c o s a s : lo s h a y e x c e le n te s
p e ro ta m b ié n e x is te n lo s m e n o s b u e n o s , c o n tra c u y a v o lu n ta d es ú til p o d e r
p ro te g e r al n iñ o ... E l p r o b le m a e s a n te to d o s a b e r c ó m o a c tu a r c o n lo s p a d re s
d e e s ta ú ltim a c la s e , b u e n a s p e rs o n a s q u e s ó lo d e s e a n el b ie n d e su s h ijo s , p e ro
q u e se o p o n e n p o r ig n o r a n c ia o p o r tr a d ic io n a lis m o a to d o lo q u e p o d ría se rle s
r e a lm e n te ú til.” (1)
F re n te a e s o s p a d r e s y e n d e fe n s a d e l n iñ o e s q u e el E s ta d o d e m o c rá tic o
p u e d e lim ita r la lib e rta d d e e n s e ñ a n z a c o n la e x ig e n c ia d e u n títu lo q u e a c re d ite
la c a p a c ita c ió n p a ra e je r c e r la d o c e n c ia d e la e n s e ñ a n z a p rim a ria . Si p a ra el
e je r c ic io d e la M e d ic in a se e x ig e el títu lo c o r r e s p o n d ie n te c o m o fo rm a d e d e ­
fe n d e r el d e re c h o a la s a lu d d e l e n fe rm o , ta m b ié n p a ra el e je rc ic io d e la d o c e n ­
c ia e n to d a s la s e s c u e la s p rim a ria s d e b e ría a c re d ita rs e la id o n e id a d q u e d e ­
m a n d a la d ifíc il f u n c ió n d e ed u c a r. E n n u e s tr o s d ía s la d id á c tic a se f u n d a m e n ta
en la s c ie n c ia s q u e e s tu d ia n al n iñ o y e n b a s e a e lla e s ta b le c e lo q u e n o d e b e
h a c e rs e e n la e d u c a c ió n , p o r lo s rie s g o s q u e d e te rm in a d a s p rá c tic a s e d u c a tiv a s
e n tra ñ a n p a ra la fo rm a c ió n d e la p e r s o n a lid a d d e l n iñ o . A c e p ta m o s la v a lo r a ­
c ió n d e W. J a m e s e n c u a n to a q u e la p s ic o lo g ía es u n a c ie n c ia y la e n s e ñ a n z a
u n a rte y q u e ja m á s la s c ie n c ia s e n g e n d ra n la s a rte s d ire c ta m e n te . “ L a s c ie n -

(1) Piaget: O bra citada.

38 R e in a R e y e s
i Iiin solo trazan las líneas dentro de las cuales deben contenerse las reglas del
Mío v las leyes que el que profesa el arte no debe infringir, pero las cosas
|m iH allares que positivam ente habrá de realizar entre esas líneas,
q iK d iin confiadas a su genio particular.” (1)
l'cro no basta la intuición para actuar frente a los niños sino que es necesa-
llit la capacitación que ofrece una carrera magisterial para conocer, por lo
menos, cuáles son las prácticas inconvenientes para los fines de la educación.
I I fundamento psicológico de la educación, imprescindible, se complementa
m u un principio ético pedagógico, “la exigencia fundamental de no introducir
ni rl alma en desarrollo nada que no sea auténtico y propio.” (2)
Ahora bien, en la enseñanza privada podemos encontrar un predominio de
lmlores religiosos, nacionalistas o comerciales que, de por sí, no son garantía
de una eficiente protección del niño en lo psicológico y en lo ético. Una prueba
de idoneidad para los maestros que trabajan en esas escuelas, conciliaria la
libertad de los padres con el derecho del niño y el deber del Estado de su
defensa.
Otro posible límite a la “libertad de enseñanza” sería la inspección de las
escuelas privadas realizada por la autoridad oficial de la enseñanza. Esta ac­
ción genera problemas de índole práctica, difíciles de resolver. Quienes ejercie-
i un ese contralor deberían hacerlo en base a fundamentos científicos aplicados
n la didáctica para evitar las prácticas educativas indeseables por perturbado­
ras, sin tener en cuenta la orientación filosófica de los establecimientos de en­
señanza privada. Nadie está legítimamente autorizado y menos el Estado, que
en esta materia debe ser neutral, para oponerse a las diversas concepciones de
vida, por lo cual el contralor deberá realizarse con respecto a los métodos
utilizados para la educación de los niños. Fiscalización así entendida que supone
ir a la libertad por la libertad, exige la aceptación de una didáctica psicológica y
el reconocimiento de los valores imponderables de la afectividad en la relación
singular educador - educando. La falta de una segura delimitación en esta
materia puede conducir a quienes ejerzan el contralor, por falsa interpretación
personal de su función, al ejercicio de una autoridad destructora de la libertad
que se pretende proteger.
Al margen de disposiciones legales, el medio más efectivo para armonizar la
enseñanza pública con la enseñanza privada es que la emulación reemplace a
la hostilidad. El avance en conquistas pedagógicas en la escuela pública tendrá
repercusión en la escuela privada. La forma en que el Estado atienda a la
enseñanza pública en el aspecto económico y en la formación de maes-

(1) Los ideales de la vida. Primera parte.


(2) Spranger: Obra citada.

El derecho a educar y el derecho a la educación 39


tr o s , r e v is te e n o rm e im p o rta n c ia p a ra el p e r f e c c io n a m ie n to d e la d e m o c r a c ia
en lo q u e d ic e re la c ió n c o n la d e f e n s a d e l d e re c h o d e l n iñ o a la e d u c a c ió n . N o
d e ja m o s d e re c o n o c e r q u e la in flu e n c ia p u e d e s e r re c íp ro c a . L a h is to r ia d e la
p e d a g o g ía d e m u e s tr a q u e la in ic ia tiv a p r iv a d a h a b e n e f ic ia d o el p r o g r e s o e n las
p rá c tic a s e d u c a tiv a s p o r la a c tiv id a d c r e a d o ra d e m a e s tro s lib e ra d o s d e lim ita ­
c io n e s re g la m e n ta r ia s y e c o n ó m ic a s . E n n u e s tro p a ís la R e fo rm a V a re lia n a se
g e s tó e n u n a in s titu c ió n p riv a d a p a r a lu e g o in c o rp o ra rs e a la e n s e ñ a n z a o fic ia l.
D e s ta c a m o s c o m o r e fle x ió n fin a l q u e la a c c ió n a c u m p lir s e p a ra c o n c ilia r el
d e re c h o a la e d u c a c ió n d e l n iñ o c o n el d e re c h o a e d u c a r q u e se a d ju d ic a al
p a d re , h a d e se r la p r e p a r a c ió n d e lo s p a d re s a c e rc a d e la n a tu ra le z a d e l n iñ o y
d e s u s e x ig e n c ia s p a ra u n d e s a rro llo n o rm a l. T al e d u c a c ió n d e lo s p a d r e s e s tá
d e s c u id a d a en la c u ltu r a a c tu a l y el p a d re h a c e e le c c ió n d e lo s e s ta b le c im ie n to s
e d u c a tiv o s p a ra su h ijo c o n la m e jo r in te n c ió n , p e ro g u ia d o p o r tra d ic io n a lis m o s ,
p o r a s p e c to s fo rm a le s d e la e n s e ñ a n z a o p o r el v a lo r e c o n ó m ic o d e la m is m a ,
p e ro sin ju ic io re fe rid o a la c a lid a d d e e d u c a c ió n q u e d e b e o f r e c e r a su h ijo , p o r
n o e s ta r e n c o n d ic io n e s d e p o d e rla ju z g a r en s u s c o n s e c u e n c ia s p a ra el n iñ o .
D ic e P ia g e t: “ A l a c e rc a r la e s c u e la a la v id a o a las p r e o c u p a c io n e s p r o f e ­
s io n a le s d e lo s p a d re s y, r e c íp ro c a m e n te al d a rle s a lo s p a d re s u n in te ré s p o r las
c o s a s d e la e s c u e la , se lle g a a un re p a rto d e re s p o n s a b ilid a d e s ; en a lg u n o s
p a ís e s lo s c o n s e jo s d e p a d re s y m a e s tro s s o n lo s v e rd a d e ro s in s p ira d o re s d e la
n u e v a p e d a g o g ía y re a liz a n a sí la a rm o n ía a n h e la d a e n tre la fa m ilia y la e s c u e ­
la .” <■>

El derecho a la educación en nuestro país

L a s e p a ra c ió n d e la Ig le s ia d e l E s ta d o , c o n q u is ta y a lo g ra d a d e s d e h a c e
a ñ o s en n u e s tro p a ís, h a re s u lta d o a lta m e n te b e n e fic io s a p a ra q u e n u e s tro E s ­
ta d o o fre z c a u n a e n s e ñ a n z a c u y a fin a lid a d e s la s a tis fa c c ió n d e l d e re c h o a la
e d u c a c ió n d e a c u e rd o a u n a o rie n ta c ió n h u m a n is ta .
L a e n s e ñ a n z a p rim a ria , m e d ia , su p e rio r, in d u s tria l y a rtís tic a y la e d u c a c ió n
físic a, c o n s id e ra d a s p o r la C o n s titu c ió n d e la R e p ú b lic a c o m o d e u tilid a d so c ia l,
so n a te n d id a s p o r el E s ta d o b a jo el p rin c ip io d e la g ra tu id a d . C o n e s to se s a tis ­
fa c e la re c o m e n d a c ió n d e l a rtíc u lo 2 6 d e la D e c la ra c ió n d e lo s D e re c h o s H u ­
m a n o s; p e ro , e s e v id e n te q u e , en el m o m e n to a c tu a l, la g ra tu id a d n o a lc a n z a ,
so b re to d o e n lo q u e se re fie re a la e n s e ñ a n z a p r im a r ia y s e c u n d a ria , p a ra
e v ita r la d e s e rc ió n y el a u s e n tis m o e s c o la r y lic e a l, o c a s io n a d o s p o r fa c to re s
e c o n ó m ic o s.

(1) Obra citada.

40 R e in a R e y e s
I ii enseñanza primaria es obligatoria pero estamos lejos de hacer efectiva
lu iiMHtencia de todos los niños a la escuela porque la situación económica de
mui luis familias impide el cumplimiento de la obligatoriedad constitucionalmen-
U* uuisugrada, aun cuando las Asignaciones Familiares y el Salario Social In-
litn lil. han conseguido una mayor asistencia de niños a la escuela. A las causas
»'i imómicas familiares restrictivas para una amplia satisfacción del derecho a
lu educación, se unen otros factores: insuficiencia del número de escuelas, de-
lii icncia de los locales escolares, brevedad del horario escolar, costo elevado
di'l material de enseñanza cuya adquisición está a cargo de los padres, etc. En
el interior del país se acusa el mayor incumplimiento de la obligatoriedad. En el
momento actual el 31,56% del total de los alumnos que ingresan en las escuelas
mi ules cursa solamente el primer año y sólo el 5,20 % termina el ciclo escolar.
I ,a prolongación de la obligatoriedad de enseñanza al ciclo secundario es
Hitamente deseable. Este ciclo ha perdido el carácter de preuniversitario que
tuvo en un tiempo, y su finalidad actual es preparar al adolescente para una
mejor adaptación en la vida civil y ciudadana. El mantenimiento vital del adoles­
cente, la supresión de lo que éste pudiere ganar y la insuficiencia de oportunida­
des para el ingreso a los liceos plantea serios problemas para extender la obli­
gatoriedad de la enseñanza secundaria, problemas para cuya solución han de
buscarse medios eficaces. En nuestra enseñanza secundaria, a pesar de sus
restricciones se ha producido un crecimiento explosivo que ha motivado la su­
cesiva creación de liceos en la capital y en el interior. En 1932 los estableci­
mientos de enseñanza secundaria tenían algo más de cuatro mil alumnos en
todo el país; en 1942, 12.000; en nuestros días más de 70.000. Esta realidad
exige que a la orientación humanista de los programas se agregue una capaci­
tación técnica como instrumento para la defensa económica del estudiante y
para el desarrollo de la comunidad.
La enseñanza secundaria, al igual que la ofrecida en la Universidad del
Trabajo, tiene que guardar íntima relación con las necesidades y tendencias
sociales contemporáneas y con las aspiraciones conscientes o inconscientes de
la sociedad a que está destinada a servir. Se necesita una educación que, de
espaldas a la cultura platónica, dé importancia a la mano para que el pensa­
miento se traduzca en habilidad manual y la habilidad manual en pensamiento.
Para esto también se hace necesaria una modificación de la valoración de
parte de los padres con respecto al trabajo manual.
En la enseñanza universitaria, gratuita en nuestro país, se acusan también
las consecuencias de situaciones económicas que hacen que los estudiantes se
recluten en la clase media y superior, y que el aporte de las clases obreras y
campesinas al estudiantado universitario sea reducido, hecho éste que conspira
contra la selección de los mejores y que traduce una insuficiente democratiza-

El derecho a educar y el derecho a la educación 41


c ió n d e la e n s e ñ a n z a . M u c h a s ig u a ld a d e s d e d e r e c h o s o n , p o r e llo , m e r a m e n te
fo rm a le s .
E n lo q u e r e s p e c ta a la in d e p e n d e n c ia d e las in s titu c io n e s d e e n s e ñ a n z a d e l
p o d e r p o lític o , la C o n s titu c ió n d e la R e p ú b lic a c o n s a g r a la a u to n o m ía d e lo s
d iv e rs o s C o n s e jo s q u e las o r ie n ta n , e s ta b le c ie n d o , a d e m á s , q u e é s to s s e rá n
o íd o s c o n fin e s d e a s e s o r a m ie n to e n la e la b o r a c ió n d e le y e s r e la tiv a s a s u s
s e rv ic io s , p o r las C o m is io n e s P a r la m e n ta r ia s . L e y e s p a r tic u la r e s d e te r m in a n la
fo r m a d e in te g ra c ió n d e c a d a C o n s e jo y e s d e h a c e r n o ta r q u e s ó lo e n lo q u e se
r e f ie r e al C o n s e jo d e E n s e ñ a n z a P r im a r ia y N o r m a l, la le y p r e s c in d e d e la
re p r e s e n ta c ió n d e lo s d o c e n te s , in te g rá n d o s e d ic h o C o n s e jo e n f u n c ió n d e lo s
p a rtid o s p o lític o s . T re s m ie m b ro s s o n e le g id o s p o r el p a r tid o m a y o rita r io y d o s
p o r el d e la m in o ría , h e c h o é s te q u e c o n f ig u r a u n a s itu a c ió n q u e d if ic u lta su
a u to n o m ía p o r in te rfe re n c ia del p o d e r p o lític o en la a d m in is tr a c ió n té c n ic a d e la
e s c u e la . T a m b ié n e n la le y q u e rig e la in te g r a c ió n d e l C o n s e jo d e E n s e ñ a n z a
S e c u n d a ria y P re p a r a to r ia e x is te c ie r ta p o s ib ilid a d d e la in te r v e n c ió n d e fú e r-
z a s p o lític a s e n la d e s ig n a c ió n d e l D ir e c to r G e n e ra l.
A l m a rg e n d e la s d is p o s ic io n e s le g a le s e s n e c e s a rio r e c o n o c e r q u e , c o m o lo
a f ir m a G o n z a lo A g u ir r e B e ltrá n , e x - ,R e c to r d e la U n iv e r s id a d d e V e ra c ru z , “ la
a u to n o m ía n o d e p e n d e d e la d e s ig n a c ió n o d el s o lo e s ta b le c im ie n to d e su e x is ­
te n c ia e n p re c e p to s le g a le s o c o n s titu c io n a le s . E s a n te to d o u n e s ta d o d e c o n ­
c ie n c ia q u e g u a r d a ín tim a c o n e x ió n c o n el m o m e n to e n q u e se e n c u e n tr a el
g ra d o d e d e m o c r a tiz a c ió n d e c a d a p a ís.
A q u e llo s p a ís e s q u e h a n lo g r a d o e s ta b ilid a d y m a d u r e z en su s in s t i­
t u c i o n e s p o l í t i c a s s o n , g e n e r a l m e n t e , r e s p e t u o s o s d e la s l i b e r t a d e s
a c a d é m ic a s ; p o r lo c o n t r a r io lo s p a ís e s p o lít ic a m e n t e in e s t a b le s , a p e ­
s a r d e lo s o r d e n a m ie n t o s le g a le s , u n a y o t r a v e z s e in t r o d u c e n e n la
v id a d e la u n iv e r s id a d al p r o d u c ir s e la s c r is is .” (l)
C a b e d e s ta c a r q u e en n u e s tro p a ís e x is te u n a d e f ic ie n te c o n e x ió n e n tre los
d iv e rs o s C o n s e jo s q u e d irig e n las d is tin ta s r a m a s d e e n s e ñ a n z a , lo g ra d a en
m ín im a p a rte p o r la d e s ig n a c ió n d e d e le g a d o s , d e u n o , e n o tro C o n s e jo , lo q u e
c o n d u c e , c o m o lo s s o s tie n e J u s tin o J im é n e z d e A ré c h a g a , a q u e n o p u e d a e s ta ­
b le c e rs e u n a p o lític a c u ltu ra l to ta l y c o h e r e n te d e p a rte d el E s ta d o .
“ F a lta u n a p a la n c a d e c o m a n d o q u e p e r m ita r e g u la r el f u n c io n a m ie n to a r ­
m ó n ic o d e c a d a u n a d e la s p r o v in c ia s e n q u e se d iv id e la a d m in is tr a c ió n d e la
e n s e ñ a n z a c o m o en o tro s ta n to s c o m p a r tim ie n to s e s ta n c o s .” (2)
Q u e d a p o r a n a liz a r la s itu a c ió n d e l U ru g u a y e n lo q u e se re fie re a la a c tiv i­
d a d p r iv a d a e n m a te r ia d e e d u c a c ió n .

(1) La U niversidad Latinoam ericana.


(2) M esa R edonda sobre la A utonom ía de la E nseñanza Secundaria. 1956.

42 R e in a R e y e s
I I «rt. 68 de la Constitución consagra en forma reiterada la “libertad de
tmxertunza.” Dice: “Queda garantida la libertad de enseñanza. La Ley regla-
liietilnrd la intervención del Estado al solo objeto de mantener la higiene, la
MMuididad, la seguridad y el orden públicos. Todo padre o tutor tiene derecho a
1 1« en para la enseñanza de sus hijos o pupilos, los maestros o instituciones que
deNcc."
I a ley reclamada por la Constitución nunca se ha dictado con lo cual la
Nu rlad de enseñanza” en nuestro país es ilimitada. Como lo hemos demostra­
do ello constituye, en lo que se refiere a la enseñanza primaria, una falta de
Itaiantlas en cuanto a la defensa del derecho del niño a la educación ya que,
i niño lo afirma Piaget, no basta la asistencia a escuelas para satisfacerlo, sino
i|iic es necesario que el niño encuentre en ellas las oportunidades adecuadas
puní una formación intelectual y moral que favorezca su posterior autonomía.
I n la materia se acusa en nuestro país un retroceso con respecto a las
disposiciones existentes en el año 1847 ya que el decreto ley de esa fecha
establecía que el Instituto de Instrucción Pública tenía atribuciones “para auto-
i i/ar o negar la apertura de un establecimiento de enseñanza; reglamentar las
condiciones de su existencia; examinar las obras o doctrinas que sirvan de
lema al estudio de ciencias morales...” En marzo de 1848 por otro decreto ley
se obligó a las escuelas privadas a someter a consideración del Instituto sus
programas, no permitiendo su funcionamiento hasta tanto que ese organismo
los hubiera aprobado.(l)
Con respecto a la ley que pudiera reglamentar la “libertad de enseñanza”
existen discrepancias en el orden jurídico en cuanto a su posible alcance. En
Mesa Redonda, organizada para tratar este tema, el doctor Aníbal Barbagelata,
delegado de la Facultad de Derecho, analizó los términos “higiene, moralidad,
seguridad, y orden públicos” contenidos en el texto constitucional y señaló que
ninguno de ellos da lugar a que se legisle con respecto a lo técnico pedagógico,
que es lo que realmente importa. Destacó también que el hecho de que en la
( ’onstitución la palabra “maestro”, esté escrita con minúscula impide que en la
reglamentación se establezca la existencia de un título oficial para ejercer la
docencia primaria. En su opinión se hace necesaria una reforma constitucional
para poder limitar la “libertad de enseñanza” en forma deseable para la defen­
sa del derecho del niño a la educación. A esa opinión se opuso la de quienes
sostuvieron que en base al artículo 71 que dice: “En todas las instituciones
docentes se atenderá especialmente la formación de carácter moral y cívico de
los alumnos”, puede legislarse para restringir esa libertad en caso de compro­
bar la existencia de métodos educativos que se oponen a esa formación. Al

(1> Ver Manuel de Carlos. La escuela pública uruguaya.

El derecho a educar y el derecho a la educación 43


m a rg e n d e u n a d is c u s ió n q u e n o e n tra e n el d o m in io d e la P e d a g o g ía s in o q u e
c o r r e s p o n d e a la ó rb ita d e l d e re c h o c o n s titu c io n a l, r e c o n o c e m o s n e c e s a rio -p o r
v ía d e re fo rm a c o n s titu c io n a l o p o r le y a d e c u a d a - b u s c a r la fo rm a d e lim ita r la
“ lib e rta d d e e n s e ñ a n z a ” q u e a u to riz a e n n u e s tro p a ís a c u a lq u ie r p e rs o n a , sin
g a r a n tía d e id o n e id a d , a e d u c a r a n iñ o s.

Tem as a d e sarro llar

■ E l d e re c h o a la e d u c a c ió n y lo s lím ite s d e e d a d p a ra la o b lig a to r ie d a d d e


la e n s e ñ a n z a .
■ E fe c tiv id a d d e la o b lig a to rie d a d y la g ra tu id a d ; su s lim ita c io n e s .
■ E l d e re c h o a la e d u c a c ió n e n n iñ o s a n o rm a le s y las e s c u e la s e s p e c ia le s .
■ L a s e s c u e la s e x p e rim e n ta le s .
■ L a c o o rd in a c ió n d e las e n s e ñ a n z a s .
■ L a o rie n ta c ió n p ro fe s io n a l.
■ L o s p ro b le m a s d e l a n a lfa b e tis m o y la e d u c a c ió n d e a d u lto s .
■ Im p o rta n c ia d e la c re a c ió n d e b e c a s p a ra el in g re s o a la e n s e ñ a n z a té c ­
n ic a , u n iv e rs ita r ia y a rtís tic a .
■ L a a u to n o m ía d e la e n s e ñ a n z a .
■ L a e x o n e ra c ió n d e im p u e s to s n a c io n a le s y m u n ic ip a le s , d e te rm in a d a p o r
la C o n s titu c ió n , a las in s titu c io n e s c u ltu ra le s p riv a d a s.
■ L a s u b v e n c ió n a la e n s e ñ a n z a p riv a d a .
■ L a s in s titu c io n e s e d u c a tiv a s p riv a d a s : s u s in flu e n c ia s fa v o ra b le s y d e s ­
fa v o ra b le s a lo s fin e s d e u n a e d u c a c ió n h u m a n is ta .
■ E l d e re c h o a la e d u c a c ió n y lo s o rg a n is m o s in te rn a c io n a le s .
■ P ro c e s o h is tó ric o d e la lib e rta d d e e n s e ñ a n z a e n n u e s tro p a ís

44 R e in a R e y e s
LAICIDAD

Significación del término

Si con respecto a varias palabras se ha experimentado la necesidad de dife-


iruciar su contenido ideológico del sentido con que se las ha usado o usa, en lo
que se refiere al término laicidad tal práctica resulta ineludible.
Tal vez no exista palabra en nuestro idioma que genere más enconadas
oposiciones ideológicas que la palabra laicidad, y es posible que muchas de
ellas estén ocasionadas por los distintos sentidos con que la utilizan determina­
dos grupos humanos. Así como resulta difícil liberarse del hechizo de una pala­
bra cuando parece ser la expresión de una única y trascendental verdad, tam­
bién resulta difícil reconocer que el valor de una palabra y su oportunidad en un
instante de sus posibilidades no puede hacerse extensivo a otros instantes en
que la palabra puede inducir a error.
La palabra laicidad ha tenido la cualidad viva de modificarse y crecer en la
vida del pensamiento, para tener actualmente un contenido ideológico, identifi­
c a re con el espíritu del humanismo en lo que éste supone respecto a la diver­
sidad de lo humano.
Antes de precisar ese contenido, busquemos el origen de la palabra, ya que,
a menudo,v}a historia de las palabras encierra ^ h isto ria de las ideas. ■
El término laico, del cual proviene, deriva d ejaav b u eb lo , pueblo no dife­
renciado, no jerarquizado, en oposición al klero, palabra, que en griego designa
lo calificado de la sociedad, la clase social detentara de ciertos privilegios san­
cionados por la costumbre o por la ley.
Por extraño que en nuestros días pueda parecer, la revoluc^
rompió los cuadros del orden establecido en el Imperio Ror
inicial, laica y anticlerical en el sentido enunciado de est
detentar el poder la Iglesia Católica se hizo clerical y el téij
quien no pertenecía al clero pero estaba sometido a la au\

El derecho a educar y el derecho a la fjd


educación
iK G
e s te s e n tid o se s ig u e u s a n d o el té rm in o la ic o en la lite ra tu ra c a tó lic a p a ra re f e ­
rirs e a la p e rs o n a q u e p ro fe s a n d o e s a r e lig ió n n o tie n e ó rd e n e s re lig io sa s.
( D el té rm in o la ic o d e riv ó la p a la b ra la ic is m o , q u e d e n o m in a a la d o c trin a
q u e d e fie n d e al h o m b re y a la s o c ie d a d c iv il d e in flu e n c ia s e c le s iá s tic a s p o rq u e
c o n s id e ra a la s re lig io n e s y a lo s c u lto s c o m o fe n ó m e n o s a je n o s al E sta d o . El
la ic is m o g e n e ró el d u a lis m o e n tre la s o c ie d a d civ il y la re lig io s a y c o n e llo
p ro v o c ó la a c titu d h o stil d e lo s re p re s e n ta n te s d e la Ig le s ia C a tó lic a q u e g o z a ­
b an d e g ra n d e s p riv ile g io s en a q u e llo s p a ís e s en lo s c u a le s el c a to lic is m o e ra la
re lig ió n d e l E sta d o . L a h o s tilid a d se a c e n tu ó c u a n d o el la ic ism o tu v o c o m o
c o n s e c u e n c ia la s u p re s ió n d e la e n s e ñ a n z a r e lig io s a en las e s c u e la s p ú b lic a s. El
la ic is m o d io o rig e n al E s ta d o la ic o q u e re c o n o c e la m u ltip lic id a d d e c o n c e p c io ­
n e s d e v id a y m a n tie n e u n a p o s ic ió n n e u tra l c o n re s p e c to a e lla s, g a ra n tiz a n d o
el lib re e je rc ic io d e to d o s lo s c u lto s, sin re c o n o c e r u n c u lto o fic ia l, e v ita n d o co n
ello to d a in tro m is ió n d e la a u to rid a d re lig io s a en la a u to rid a d civ il.
L a ic iz a r es h a c e r u n a in s titu c ió n in d e p e n d ie n te d el p o d e r relig io so .^
L a s p a la b ra s d e riv a d a s d e la o s q u e h e m o s a n a liz a d o , e stá n in c lu id a s en el
D ic c io n a rio d e la R eal A c a d e m ia y n o a sí el té rm in o la ic id a d q u e es un n e o lo ­
gism o,.
C o m o c o n s e c u e n c ia d e la lu c h a id e o ló g ic a e n tre q u ie n e s fu e ro n c o n tra rio s
al la ic is m o y q u ie n e s lo d e fe n d ie ro n p a ra lib e ra r a la s o c ie d a d civ il del d o m in io
d e la Ig le s ia , es c o rrie n te q u e se in te rp re te la la ic id a d c o m o a te ís m o o a n tirre li-
g io sid a d .^ P e ro el s e n tid o del té rm in o la ic is m o q u e su p u so p e n s a m ie n to y a c ­
c ió n p a ra o p o n e rs e a u n a d e te rm in a d a re lig ió n y a su s e n s e ñ a n z a s en lo s d o m i­
n io s d el E s ta d o , n o c o rre s p o n d e al té rm in o la ic id a d . ^
L a tra d ic ió n q u e p e s a so b re e s ta p a la b ra h a c e q u e a lg u n o s p a rtid a rio s d e la
la ic id a d -e n e sta d o e s p iritu a l o p u e sto a la re lig ió n c a tó lic a - p a ra d e fe n d e rla
u tilic e n m o d o s d e lu c h a q u e so n c o n tra rio s a su v e rd a d e ro e sp íritu ] L a ic id a d no
es a te ís m o ni a n tirre lig io s id a d . L a ic id a d es lib e rta d , lib e rta d d e s p o ja d a d e las
in te n c io n e s a g re s iv a s q u e fre c u e n te m e n te d e s n a tu ra liz a n el s e n tid o d el té rm i­
no. *
flLa la ic id a d re s p o n d e al e s p íritu del h u m a n is m o q u e p ro c la m a la d ig n id a d de
la p e rs o n a h u m a n a , re s p e ta la in d iv id u a lid a d d e c a d a h o m b re c o n c re to y, p o r lo
m ism o , d e ja lo s v a lo re s, en lo s d o m in io s d e la filo so fía , d e la re lig ió n , d e la
p o lític a y d el a rte , a la lib re e le c c ió n p e r s o n a l./L a la ic id a d así e n te n d id a n o
q u e d a re s trin g id a a lo q u e d ic e re la c ió n co n las re lig io n e s , h e c h o é ste q u e es
m u y im p o rta n te d e s ta c a r en e sta h o ra en la c u a l los d o g m a s p o lític o s im p u e sto s
p o r d e te rm in a d o s E s ta d o s o p o r a s o c ia c io n e s d e in d iv id u o s fa n a tiz a d o s c o n fi­
g u ra n u n e n o rm e rie s g o p a ra la a u to n o m ía d e la p e rs o n a y p a ra las lib e rta d e s
s o ciales.

46 R eina R eye s
*

Los Derechos Humanos y la laicidad

Un un alto nivel de abstracciór^la laicidad supone un ideal de convivencia


limado en el respeto a la persona e implica una actitud opuesta a toda presión
coercitiva para el pensamiento y para los sentimientos individuales en los domi­
nios de la religión, de la política o de la filosofía. La laicidad es un elemento
CHcncial de las democracias instituidas y resulta fácil establecer la similitud
entre el contenido de las palabras “laicidad” y “dgmofjagia” cuando ésta se
entiende como forma de vida/Se hace necesario el análisis de esta afirmación.
El orden democrático supone el reconocimiento de los derechos y libertades
individuales y la acción para hacerlos efectivos en los cuadros de la vida social
con exigencias de igualdad. Es un orden que define y debe obtener y defender
la Jjberación del “hombre situado”, que no se fracciona sin que su dignidad
quéde mutilada.
I La aparente autonomía entre la libertad del hombre y su necesaria sumisión
a las disposiciones legales del orden democrático obliga a distinguir dos formas
lie libertad: la libertad-autonomía que responde a una estructura de perso­
nalidad, yja libertad social, relativa ausencia de restricciones externas para el
ejercicio de la liberta J-aííT?>no m ía](;re str ic c io ne s que dentro de un régimen de
derecho tiene su razón de ser en la necesidad de asegurar un rrtargen igualitario
de la libertad para todos.^Para el presente estudio de la laicidad se presupone
que no existen restricciones de orden económico que limiten el desarrollo inte­
gral del hombre y dificulten las conquistas dé sus derechos y libertades. Es
decir que se suponen a los hombres “libres de necesidad”).
La diferencia entre la libertad-autonomía y las libertades sociales está seña­
lada en forma magistral por Sartre en estos párrafos: “Jamás fuimos tan libres
como bajo la ocupación alemana. Habíamos perdido todos nuestros derechos,
y, ante todo, el de hablar; diariamente nos insultaban en la cara y debíamos
callar, nos deportaban en masa, como trabajadores, como judíos, como prisio­
neros políticos; por todas partes, en las paredes, en los diarios, en la pantalla,
veíamos el inmundo y mustio rostro que nuestros opresores querían damos a
nosotros mismos: a causa de todo ello éramos libres. Como el veneno nazi se
deslizaba hasta nuestros pensamientos, cada pensamiento justo era una con­
quista; como una policía todopoderosa procuraba constreñimos al silencio, cada
palabra se volvía preciosa como una declaración de principios; como nos per­
seguían, cada uno de nuestros ademanes tenía el peso de un compromiso. Las
circunstancias a menudo atroces de nuestro combate nos obligaban, en suma, a
vivir sin fingimientos ni velos, aquella situación desgarrada, insostenible, que se

(l) Christian Bay la denomina libertad psicológica y Fromm, libertad positiva.

El derecho a educar y el derecho a la educación 47

i
lla m a c o n d ic ió n h u m a n a . E l e x ilio , el c a u tiv e rio , la m u e rte q u e el h o m b re e n ­
m a sc a ra h á b ilm e n te en las é p o c a s fe lic e s, e ra n lo s o b je to s p e rp e tu o s d e n u e s ­
tra p re o c u p a c ió n , y s a b ía m o s e n to n c e s q u e n o so n a c c id e n te s q u e u n o p u e d a
e v itar, ni s iq u ie ra a m e n a z a s c o n s ta n te s p e ro e x te rio re s , sin o q u e d e b ía m o s v e r
en e llo s, n u e s tra su e rte , n u e s tro d e s tin o , la fu e n te p ro fu n d a d e n u e s tra re a lid a d
d e h o m b re s. S e g u n d o a s e g u n d o v iv ía m o s e n su p le n itu d el s e n tid o d e e sta
fra se triv ia l: “ T o d o s los h o m b re s so n m o rta le s .” Y la e le c c ió n q u e c a d a u n o
h a c ía d e sí m ism o e ra a u té n tic a p u e s to q u e la re a liz a b a en p re s e n c ia d e la
m u e rte , p u e s to q u e e lla sie m p re h a b ía p o d id o e x p re s a rs e b a jo la fo rm a: “ a n te s
la m u e rte q u e ...” (1)
-'-'•'■'''Ño re s u lta n a d a fácil p re c is a r las re la c io n e s re c íp ro c a s d e la lib e rta d -a u to ­
n o m ía y las lib e rta d e s so c ia le s. L a p rim e ra , d ifíc ilm e n te se lo g ra sin u n c lim a
so c ia l d e lib e rta d q u e fa c ilite su o b te n c ió n , y, a su v ez, las lib e rta d e s s o c ia le s
p u e d e n se r m a y o re s c u á n d o la lib e rta d -a u to n o m ía e stá g e n e ra liz a d a e in te g ra ­
d a co n u n p ro fu n d o se n tim ie n to d e re s p e to al o tro .
“A llí d o n d e la lib e rta d e x te rn a p a re c e a s e g u ra d a p o r el ré g im e n p o lític o sin
e m b a rg o só lo p u e d e c o n s e rv a rs e c u a n d o su sig n ific a d o es sa tisfe c h o p o r la
lib e rta d in terio r, q u e c a d a in d iv id u o d e b e c o n q u is ta r s ie m p re d e n u e v o p a ra sí
en su a c c ió n in te rio r.” (2)
L a lib e rta d -a u to n o m ía p u e d e d e fin irse a la m a n e ra d e B u sa n q u e t: “ L ib e rta d
es se r n o s o tro s m ism o s, y la fo rm a m a s p le n a d e serlo es a q u e lla en q u e lo
so m o s d e m a n e ra m á s to ta l.” O co n las p a la b ra s d e F ro m m : “ L a lib e rta d
p o s itiv a c o n s is te en la a c tiv id a d e sp o n tá n e a d e la p e rs o n a lid a d to tal in te g ra d a .”
R ie sm a n n c o n s id e ra p e rs o n a s a u tó n o m a s a a q u e lla s q u e so n c a p a c e s d e
a ju sta rse a las n o rm a s d e c o m p o rta m ie n to d e su so c ie d a d , p e ro q u e so n lib res
p a ra d e c id ir a ju sta rse a ella s o no.
B ra m e l, c o m e n ta n d o la d e fin ic ió n d e M a lin o w sk i: “ la lib e rta d e s trib a en la
e le c c ió n d e p ro p ó s ito s , su tra s la c ió n a la a c c ió n e fic a z y el p le n o g o c e de su s
re s u lta d o s ” , d ic e q u e lo s té rm in o s c la v e s d e e lla son: e le c c ió n , a c c ió n y re s u lta ­
dos. “ C o n d ife re n te le n g u a je , p e ro in h e re n te a la m ism a id e a p o d e m o s d e c ir
q u e el h o m b re es lib re c u a n d o es c a p a z d e a n a liz a r y e le g ir a q u e l fin q u e e n tre
v a rio s es el m á s c o n v e n ie n te p a ra él, c o m p le ta r su e le c c ió n c o n la e le c c ió n de
u n a acc ió n a d e c u a d a , y fin a lm e n te o b te n e r las s a tisfa c c io n e s in h e re n te s a su
lo g ro .” <3>
A sí e n te n d id a , la lib e rta d n o se c o n c ib e c o m o fa c u lta d in n a ta, ni c o m o c o n ­
d ic ió n q u e se o b tie n e d e u n a v e z y p a ra sie m p re , sin o c o m o e s fu e rz o c o n sta n te

(1) Jean Paul Sartre. La República del Silencio.


(2) Karl Jaspers. Balance y perspectiva.
(3) T. Brameld. Bases culturales de la educación.

48 R eina R eye s
pura la realización y afirmación del yo, como proceso en continuo devenir, fuer­
za creadora que puede crecer o disminuir. El hombre, para ser libre debe estar
en actitud de continua defensa frente a las múltiples amenazas de enajenación
a que está expuesto. El hombre, por lo mismo, es más o menos libre en cada
una de sus situaciones vitales y el grado de su autonomía en cada caso depende
de su capacidad reflexiva y de su equilibrio emocional.
Afirma Dewey: “ ... la libertad genuina que es la intelectual, descansa en el
poder del pensamiento cultivado, en la habilidad para dar vuelta las cosas, para
mirarlas deliberadamente, para juzgar si se dispone de la cantidad y género de
evidencias requeridas para la decisión o si no, para decidir dónde debe buscar­
se la evidencia”... “Libertad de espíritu significa facultad mental capaz de ejer­
cicio independiente, emancipado de los hilos conductores de los demás ”(1) No
obstante la validez de esta afirmación, no puede considerarse la libertad-auto­
nomía, como exclusivamente intelectual, puesto que requiere, además de capa­
cidad para la reflexión, capacidad para aceptar la inseguridad, la ansiedad y
hasta la angustia a la que está fácticamente expuesto el hombre en la sociedad
de nuestros días.
Así lo entiende Fromm: “... la realización del yo se alcanza no solamente
por el pensamiento, sino también por la personalidad total del hombre, por la
expresión activa de sus potencialidades emocionales e intelectuales.” “Cada
concepto, cada doctrina, se origina en una matriz emocional arraigada en la
estructura del carácter del individuo.” (2)
Adjudicar la importancia al factor emocional no supone desvalorizar la ca­
pacidad reflexiva que origina la llamada libertad de pensamiento, sin el recono­
cimiento de la cual se niega la dignidad del hombre. Indiscutiblemente, saber
pensar es fuente de libertad.
/ La libertad de pensamiento para proyectarse en la vida social reclama liber­
tad de expresión, pero la libertad de pensamiento es otra cosa que la libertad de
expresión. Se puede expresar libremente lo que se piensa sin haber pensado
libremente. “El derecho a expresar nuestros pensamientos tiene algún signifi­
cado tan solo si somos capaces de tener pensamientos propios.” (3)
La libertad de expresión es una libertad social y, en relaciones personales de
igualdad, reclama el respeto a la libertad de pensamiento y de expresión de otros.
La libertad de expresión debe ser considerada como el fin más importante
de la organización política de las democracias, ya que, en una concepción ideal,
la democracia supone libertad de pensamiento y de expresión más la correlati-

(1) John Dewey. Cómo pensamos.


(2) E. Fromm. El miedo a la libertad.
(3) E. Fromm. El miedo a la libertad.

El derecho a educar y el derecho a la educación 49


v a o b lig a c ió n d e re s p e ta r e sa s lib e rta d e s d e lo s o tro s. A h o ra b ien , este ju e g o
d e lib e r ta d y d e r e sp e to a la lib e r ta d en el o r d e n d e p e n sa m ie n to , esta
r e la c ió n d e d e r e c h o y d e d e b e r , e s lo q u e c o n s t it u y e la la ic id a d . L a
la ic id a d es la p ro y e c c ió n d e la lib e rta d de p e n s a m ie n to en re la c io n e s so c ia le s
de ig u a ld a d ./P o r ello se a firm a q u e la la ic id a d es c o n d ic ió n in trín s e c a del id eal
d e m o c rá tic o .
L a lib e rta d de p e n s a m ie n to es fu n c ió n in d iv id u a l en ta n to q u e la la ic id a d es
fu n c ió n so c ia l, y a q u e so lo se a c u sa en s itu a c io n e s so ciales. E l h o m b re p u e d e
a firm a r su lib e rta d de p e n s a m ie n to al m a rg e n d e u n a re la c ió n so cial p e ro es
n e c e sa rio q u e e sté v in c u la d o a o tro q u e d is c re p e co n su p e n s a m ie n to , p a ra
e v id e n c ia r su a c titu d laica.
S in u n a s itu a c ió n so cial n o se a c u sa la la ic id a d p o rq u e la la ic id a d se n u tre de
re sp e to a o tro . Y esto , q u e o c u rre en el o rd e n del p e n s a m ie n to y del s e n tim ie n ­
to , se p ro y e c ta en el o rd en de la c o n d u cta.
P a ra d e fin ir la la ic id a d es n e c e sa rio in s is tir en la id e a d e re sp e to , e v ita n d o
u tiliz a r la p a la b ra “ to le ra n c ia ” q u e p a re c e in s in u a r q u e se so p o rta n co m o p o r
fa v o r las id e as c o n tra ria s a las p ro p ias.
D ice el d ic c io n a rio : “ T olerar. S ufrir, lle v a r co n p ac ie n c ia , so p o rtar, a g u a n ­
tar.” N o es e sto lo q u e la la ic id a d su p o n e, sin o re sp e to a las id e as d e o tro s, p o r
o p u e s ta s q u e sean a las n u e stra s. E n la la ic id a d n o e x iste g e n e ro sid a d sin o
ju s tic ia , im p u lso de ju s tic ia q u e e m a n a d e la id e a y del se n tim ie n to de ig u a ld a d
d e los h o m b re s. Q u ie n se c o n s id e ra p o r su s id e as su p e rio r a o tro s, tie n d e a
im p o n e rla s; q u ie n a c e p ta sin an á lisis las id e as d e o tro p o rq u e las cree de m a y o r
v a lo r q u e las su y as, e n a je n a su p e n sa m ie n to y su p e rso n a ; q u ie n se sien te igual
a o tro h o m b re e n lo q u e se re fie re a la b ú s q u e d a d e la v e rd a d , re sp e ta sus
ideas.
L a la ic id a d v a m á s a llá del re sp e to si é ste en los h e c h o s, se tra d u c e en
in d ife re n c ia . S u p o n e in terés en lo q u e o tro d ic e y en lo q u e o tro p ien sa. A firm a
A lb e rt B ay et: “N o se p u e d e d e c ir q u e se to le ra la d iv e rsid a d co m o un m al
n e c e sa rio sin o q u e se la d e s e a co m o in stru m e n to de co n q u ista , co m o llam ad o
e te rn o a las fu e rz a s cre a d o ra s del e s p íritu .” \ ‘L a la icid a d lejo s d e se r u n a m á ­
q u in a d e g u e rra d irig id a se c re ta m e n te c o n tra lo s m o d o s re lig io so s d el p e n s a ­
m ien to , im p lic a el p le n o re sp e to a to d a s las o p in io n e s y a to d a s las c ree n cias
q u e re p u d ia n to d a d o c trin a del E sta d o ; ella v e en la lib re d iv e rsid a d del esp íritu
n o u n m a l q u e es n e c e sa rio to lerar, sin o u n b ien q u e es n e c e sa rio d e se a r y a q u e
to d o s los p ro g re s o s h u m a n o s h an n acid o del h e c h o de q u e en cierto s m o m e n ­
to s, cie rto s h o m b re s h an te n id o la v a le n tía de p e n s a r de m a n e ra d ifere n te a las
o tro s .” (1)

(1) L'A ction Laique. Septembre-Octobre 1955.

50 R eina R eyes
La democracia, al institucionalizarse, reconoce implícitamente la laicidad
como condición para la convivencia pacífica y para la colaboración de todos los
hombres en la armónica diversidad de los espíritus libres y de sus vidas autóno­
mas, sin distinción de clases sociales, razas o religiones.
En el plano de lo humano concreto el ideal de laicidad reclama una actitud
laica que, con una nueva significación del término “laico”, es una actitud inte­
lectual y moral por la cual la persona realiza su autonomía en relaciones
reciprocas con otras conciencias. Quien exige para sí el derecho de pensar
y sentir libremente reconociendo en los otros el mismo derecho, es laico.
La actitud laica no es inherente a la condición humana. Al contrario, un
egocentrismo natural inclina al hombre hacia actitudes opuestas a ella. Se agre­
dan a esto, circunstancias sociales adversas porque las luchas económicas,
religiosas, étnicas y políticas han originado organizaciones que cultivan viven­
cias que constituyen un serio obstáculo para la idea moral de “persona huma­
na es decir, la idea de que lo que da valor al hombre en su condición de
hombre, por la cual no se diferencia de sus semejantes. Cuando la noción de las
diferencias entre los hombres impide la conciencia de la semejanza, desapare­
ce la idea de la igualdad de derechos, y, por lo mismo, no puede existir el respe­
to a los derechos de los demás. La actitud laica, reclamada por el ideal de
laicidad, que implica, en forma indivisa, justicia social y paz, sólo puede lograr­
se por un adecuado proceso educativo, y es, precisamente, en los dominios
de la educación, donde la laicidad genera las más enconadas polémicas. Hay
coincidencias en el reconocimiento de los derechos humanos que se toman opo­
siciones para la defensa de la laicidad en los dominios de la educación.

La laicidad y la educación

Referirse a la educación como acción intencionada supone elegir entre es­


tas dos posiciones: o se considera que la función educativa debe conducir al
educando a adaptarse pasivamente a la comunidad y debe lograr de él, por lo
tanto, la aceptación total de I6s valores que se dan en ella; o se sostiene que la
educación desempeña un papel creador que puede modificar y superar el ám­
bito del cual deriva. Observa atinadamente Brameld que estas dos posiciones
no se excluyen de manera absoluta porque una u otra admiten un grado de
validez en la posición contraria.(l>Ambas posiciones se diferencian fundamen­
talmente por el énfasis con que valoran el pasado o el futuro.

(1) Theodore Brameld. Bases Culturales de la Educación.

El derecho a educar y el derecho a la educación 51


E s d e to d a ló g ic a q u e q u ie n e s c o n s id e ra n im p o rta n te m a n te n e r lo s v a lo re s y
la je ra rq u ía c o n q u e é s to s p re v a le c e n e n u n a d e te rm in a d a s o c ie d a d , c re a n n e ­
c e s a ria la fo rm a c ió n d o g m á tic a d el n iñ o c o m o fo rm a d e lo g ra rlo . E n c a m b io ,
q u ie n e s a s ig n a n a la e d u c a c ió n la fin a lid a d d e s u p e ra r la situ a c ió n a c tu a l del
h o m b re e n lo q u e a su s lib e rta d e s y a su p o d e r c re a d o r se re fie re , e n c u e n tra n
in c o n v e n ie n te la im p o sic ió n d e id e a s y s e n tim ie n to s q u e p u e d a n se r o b s tá c u lo s
p a ra su p o s te rio r lib e rta d y p a ra la s u p e ra c ió n so cial.
E n n u e s tra c iv iliz a c ió n p a rtic u la rm e n te c a ó tic a e in e sta b le las d o s c o rrie n te s
se e n fre n ta n : u n a m u ltip lic a las in flu e n c ia s p a ra lo g ra r u n a d e te rm in a d a e s tru c ­
tu ra d e la p e rs o n a lid a d ; o tra s e le c c io n a y o fre c e lo s v a lo re s y a e x iste n te s c o m o
in c ita n te s p a ra a y u d a r al in d iv id u o a c re a rs e a sí m ism o , p ro v o c a n d o su a n s ia
de d e s e n v o lv im ie n to y d e c re a c ió n p e rs o n a l. E n la p rim e ra , el m a e stro se a c e r­
ca al n iñ o c o m o p o rta d o r d e v a lo re s fijo s; en la s e g u n d a , c o m o lo d ic e B u b er, se
lo g ra la s e le c c ió n d e u n m u n d o fa c tib le por. m e d io d e u n a p e rs o n a lid a d y p a ra
u n a p e rso n a lid a d .
P a ra el p re s e n te e s tu d io , sin d e ja r d e re c o n o c e r el c a rá c te r p o lé m ic o d e los
fin es d e la e d u c a c ió n , se a c e p ta n lo s q u e e m e rg e n d e u n a p o s ic ió n n e o -h u m a ­
n ista (l), y las id e as q u e se e x p o n d rá n , en c u a n to a lo s v a lo re s d e la e d u c a c ió n
la ic a re s p o n d e n p o r lo m ism o , a la se g u n d a d e las p o s ic io n e s e n u n c ia d a s . N o
s e rá o b je to d e e stu d io el m á s a p a s io n a n te p ro b le m a d e la p e d a g o g ía c o n te m p o ­
rá n e a , el q u e se re fie re a las d ific u lta d e s p a ra a lc a n z a r lo s fin e s d e la e d u c a c ió n
h u m a n is ta d e n tro d el á m b ito c u ltu ra l y s o c ia l d e las c o m u n id a d e s a lta m e n te
te c n ific a d a s , d o n d e el h o m b re es d irig id o p o r la p ro p a g a n d a .
A c e rc a rs e al id e al d e la ic id a d -e n te n d id a la la ic id a d tal c o m o se la h a d e fin i­
d o - re q u ie re d e c a d a p e rs o n a p e n s a m ie n to re fle x iv o y un se n tim ie n to d e ig u a l­
d ad q u e g e n e re re s p e to a lo s o tro s. P o r n o s e r in n a to s ni el p e n s a m ie n to re fle x i­
v o n i el s e n tim ie n to d e ig u a ld a d , só lo m e d ia n te la e d u c a c ió n p u e d e n lo g r a r ­
se e s ta s c o n d ic io n e s in d iv id u a le s , c o n s t it u y e n t e s d e la a c titu d la ic a .
E n la e d u c a c ió n del n iñ o se e n fre n ta n u n a p e rs o n a lid a d m a d u ra y u n a p e r s o ­
n a lid a d en in ic ia l p ro c e s o d e fo rm a c ió n y la p rim e ra e je rc e n e c e s a ria m e n te
a u to rid a d so b re la o tra. L a p o s ic ió n ro m á n tic a d e R o u s s e a u q u e lo c o n d u jo a
d e fe n d e r la e d u c a c ió n n e g a tiv a , o sea el m e n o r e je rc ic io d e a u to rid a d del e d u ­
c a d o r so b re el n iñ o p a ra q u e é s te c re c ie ra o b e d e c ie n d o el im p u ls o d e la p ro p ia
n a tu ra le z a , d e riv a de la p re m is a p o r él so ste n id a : el h o m b re es b u e n o y n a c e
lib re. S in n e g a r la e x is te n c ia de u n re fle jo o in s tin to d e lib e rta d e n to d o se r
h u m a n o , es p re c is o re c o n o c e r q u e la lib e rta d - a u to n o m ía , q u e e x ig e u n e q u ili­
b rio e n tre lo s p ro c e s o s d e e x c ita c ió n y d e in h ib ic ió n , n o se lo g ra p o r la s im p le
a u s e n c ia d e la a u to rid a d c o m p u ls iv a d el e d u c a d o r, c o m o lo s o stu v ie ra R o u -

(1> Jaspers. O bra citada.

52 R e in a R e y e s
sseau, aunque es indudable que las formas tradicionales de educación que Rous­
seau combatiera genialmente, constituyen el más serio obstáculo para la auto­
nomía del hombre. .
La pareja educativa configura una relación que no es de reciprocidad, por­
que el respeto entre maestro y alumno no es bilateral. “Fuente de obediencia y
sumisión, el respeto del pequeño por el adulto permanece esencialmente unila­
teral porque si el adulto respeta al niño no lo hace con el mismo sentido, ya que
no se sentirá obligado a su vez por órdenes o consignas qufe, por otra parte, no
recibe ni aceptaría en ninguna forma. Como es unilateral este modo inicial de
respeto es factor de heteronomía.” (1)
El hecho básico a tener en cuenta para defender la educación laica es el
siguiente: la autoridad del maestro sobre el niño es primordialmente de
índole afectiva y surge funcionalmente de la acción educativa.
La necesidad de controlar impulsos instintivos que dejarían al individuo li­
brado a fuerzas ciegas, que por egoísmo biológico, atentan contra la vida social,
justifica el ejercicio de la autoridad de quien educa sobre el educando. Pero,
¿son lícitas y convenientes todas las formas de autoridad para alcanzar los
fines de la educación humanista? Flay que convenir en que el problema más
arduo de la pedagogía teórica y práctica se centra en la interrogante: ¿cómo
debe ejercer el educador su necesaria autoridad? Esta cuestión se plan­
tea en forma singular en cada una de las situaciones de cada pareja educativa
y esto es lo que hace que la acción de educar sea la más compleja de las
actividades humanas, si el educador tiene conciencia de su responsabilidad como
tal.
Es corriente que el adulto esté preocupado por las consecuencias inmedia­
tas de la acción que ejerce sobre el niño, sin valorar las posibles consecuencias
mediatas, es decir, aquellos resultados en esa acción que se darán en el tiempo
por la formación colateral de hábitos, tendencias y predisposiciones que, en
parte, determinarán la conducta futura del educando frente a las incidencias
azarosas de su vida. Hay que tener presente que en el acto educativo no se
consigue todo lo que se desea y que, lo más grave es que no se consi­
gue sólo lo que se desea.
Sin asegurar que el adulto esté preformado a partir del niño, hoy se admite
que las experiencias infantiles tienen vital importancia en el desarrollo de la
personalidad y, por lo mismo, al educar es necesario pensar en ese futuro
impersonal, imprevisible frente a lo contingente, pero en algo determinado por
la propia historia individual.

(1) Jean Piaget. Le Droit a l'education dans le monde actuel. Traducido en Anales de Enseñanza
Primaria y Normal de enero a marzo de 1958.

El derecho a educar y el derecho a la educación 53


L o s re s u lta d o s m e d ia to s d e la e d u c a c ió n d e b e n e s ta r p re s e n te s en la c o n ­
c ie n c ia d e l e d u c a d o r, y a u n s a b ie n d o q u e las c o n s e c u e n c ia s d is ta n te s d e su
a c c ió n s o n m á s in c ie rta s q u e las c o n s e c u e n c ia s in m e d ia ta s.
E n la s u c e s iv a y c o n tin u a in te r fe r e n c ia d e lo s r e su lta d o s in m e d ia to s
y lo s r e s u lta d o s m e d ia to s d e la a c c ió n e d u c a t iv a es q u e se u b ic a n lo s
fu n d a m e n to s d e la e d u c a c ió n la ica .
C o n e s ta a firm a c ió n q u e re m o s d e c ir q u e lo q u e h o y se d e s e a lo g ra r d el n iñ o
n o d e b e s e r a lc a n z a d o p o r m e d io s q u e g e n e re n p o r v ía e m o tiv a , un e sta d o de
p a s iv id a d , d e s o m e tim ie n to a la a u to rid a d q u e c o n s titu y a u n o b s tá c u lo a la p o s ­
te rio r a firm a c ió n d e él m ism o . P o r e s ta ra z ó n si se e n tie n d e la la ic id a d c o m o se
la h a d e fin id o su d e fe n s a e n el d o m in io p e d a g ó g ic o , d e b e h a c e rse en lo q u e d ic e
re la c ió n c o n los m é to d o s e d u c a tiv o s , m é to d o s q u e d e b e n e s ta r fu n d a d o s en los
c o n o c im ie n to s q u e h o y se p o s e e n so b re la n a tu ra le z a y el d e sa rro llo p sic o -
b io ló g ic o d el n iñ o . E sta d e fe n s a d e ja al m a rg e n to d o ju ic io so b re el c o n te n id o
ra c io n a l o irra c io n a l de relig io n e s o id e o lo g ía s p o lític a s q u e, co m o m a n ife s ta c io ­
n e s d e l se r h u m a n o , tie n e n su d e re c h o a ser, p a ra c e n tra rs e en la fo rm a en q u e
el m a e stro e je rc e su a u to rid a d so b re el n iñ o p a ra ed u c a rlo . P o r e sta ra z ó n no
im p o rta la u b ic a c ió n p e rso n a l del e d u c a d o r en lo s d o m in io s de d e te rm in a d a
re lig ió n o d e d e te rm in a d a id e o lo g ía p o lític a , u b ica ció n q u e es im p r e sc in d ib le
r e sp e ta r ; lo q u e im p o rta so n lo s m é to d o s e d u c a tiv o s q u e u tilice. N o o b sta n te ,
n o se p u e d e d e ja r d e re c o n o c e r q u e c u a n d o el m a e stro o p ro fe s o r es a d m ira d o
p o r el a lu m n o -s o b re to d o en el p e río d o d e la a d o le sc e n c ia en el cu al se a m a a
q u ie n se a d m ira - la u b ic a c ió n p o lític a , filo só fic a o re lig io sa q u e m a n ifie ste el
e d u c a d o r fu e ra d el au la, al se r c o n o c id a p o r su s d isc íp u lo s, e je rc e p e rd u ra b le
in flu e n c ia en ello s. P ero c a b e p re g u n ta rse si c o n ju n ta m e n te co n esa acc ió n
s u g e s tiv a q u e e m a n a só lo d e las p e rs o n a lid a d e s fu e rte s y a la cual se le p u e d e
a s ig n a r v a lo re s n e g a tiv o s p a ra la la icid a d , n o se d an im p o n d erab le s v alio sísim o s
p a ra la fo rm a c ió n de la p e rs o n a lid a d d el a lu m n o . E l m a e stro ca re n te de id eales,
el m a e stro d e u b ic a c ió n in d e fin id a , si b ie n n o c o n d ic io n a a sus d isc íp u lo s en
n in g ú n se n tid o , lo s d e ja in d ife re n te s a to d o s lo s v a lo re s y m u y d ifíc ilm e n te g e ­
n e ra en e llo s im p u lso s d e su p eració n .
L os b ie n e s d e la e d u c a c ió n la ica ra d ic a n en los m é to d o s e d u c a tiv o s, y a q u e
los h a y q u e p u e d e n o rig in a r la red u c c ió n d e p o sib ilid a d e s p ara la o b te n ció n de la
lib e rta d -a u to n o m ía del e d u c a n d o y p ara su so c ializa ció n d em o crática. El ín d ice
p a ra v a lo ra r la acc ió n e d u c a tiv a n o es el p ro g ra m a esco lar, sino los m é to d o s
u tiliz a d o s p a ra su cu m p lim ie n to . El v a lo r de lo q u e se e n se ñ a está su b o rd in ad o
a la fo rm a có m o se en señ a. E sta es la razó n p o r la cu al en el c ap ítu lo an terio r,
al re fe rim o s a la “ lib e rta d de e n s e ñ a n z a ” no se co n sid e ró cu estió n cap ital el
p ro g ra m a de las esc u e la s p riv a d a s, d ad o q u e de p o r sí un p ro g ra m a de co n o ci-

54 Reina Reyes
mientas no es garantía de una acción educativa para la libertad. La forma de
enseñanza es más importante que el contenido.
“Si quisiéramos definir la tarea de la educación podríamos decir que es la
confrontación moviente de dos seres en situación y de dos libertades que en­
cuentran una limitación en la presencia de una y otro. El problema que la
educación plantea es el encontrar el medio de no suprimir la libertad
del alumno. Todo depende de las reacciones que vamos a suscitar en el niño.
Basta recordar la gravedad con la que el educador debe encarar su primer
contacto con el alumno. Le corresponde vigilar su actitud y crear las condicio­
nes más favorables, para influir lo mejor posible sobre la situación en que van a
encontrarse los dos interlocutores. No hay que olvidar qye nuestra actitud, por
las reacciones de oposición que provoca, puede llevar al niño a hacer lo contra­
rio de lo que se le quiere enseñar. Un niño educado por una persona tiránica, en
una atmósfera antimilitarista o anticlerical podrá inclinarse hacia la carrera de
las armas o hacia la vida religiosa. Lo mismo se puede decir de la enseñanza
del bien, que puede encontrarse contrapuesta por el comportamiento del maes­
tro.”
La educación laica evitando, en lo posible, las imposiciones dogmáticas, con­
duciendo al niño a la observación objetiva, facilitando la reflexión y dándole
oportunidades para el ejercicio de su espontaneidad, defiende los valores bási­
cos, comunes a todos, y hace posible una posterior elección individual de aque­
llos valores que son susceptibles de diversidad.
La educación laica respeta las características intelectuales y afectivas de
cada niño y tiende a lograr una integración del pensamiento reflexivo con el
sentimiento de igualdad de los hombres, aspectos inseparables de la conducta
laica. Un somero análisis de ambos factores facilitará la comprensión de los
fundamentos psicológicos de la laicidad en la educación.

A) El pensamiento reflexivo.
La esencia de la actividad del pensamiento son las relaciones y, por lo mis­
mo puede definirse el pensamiento como actividad relacional, sin que esto im­
plique reconocer una calidad única en las relaciones, ya que éstas pueden res­
ponder a funciones mentales distintas.(2)
En el niño pequeño el pensamiento se confunde con tendencias y deseos y,
según Carlota Bhüler, el momento más importante del desarrollo psíquico infan­
til es aquel en que el niño llega a establecer relaciones objetivas, deduciéndolas
de la realidad. El acto de pensamiento es sumamente complejo por su necesa-

(I> Max Marchand. Higiene afectiva del Educador. Enciclopedia de Educación. Julio de 1959.
<2) Ver primer capítulo de “Cómo pensamos”. J. Dewey.

El derecho a educar y el derecho a la educación 55


ría v in c u la c ió n co n im á g e n e s y co n sím b o lo s q u e lo fíjen . A l a d q u irir la le n g u a
m a te rn a el n iñ o re c ib e , p o r el le n g u a je d e la c o m u n id a d , re p re s e n ta c io n e s q u e
in te g ra n la c u ltu ra del m e d io so c ia l e n q u e v iv e y p o r esto su p e n s a m ie n to no
re s p o n d e e x c lu s iv a m e n te a lo q u e c o n q u ista p o r sí m ism a. E n su p e n sa m ie n to
ju e g a n u n im p o rta n tís im o p a p e l las in flu e n c ia s d e c a rá c te r a fe c tiv o q u e se e je r­
c e n so b re él y q u e c o n s titu y e n fo rm a s de su g estió n .
A l r e s p e c to o b s e rv a A llp o rt: “ N o p o d e m o s d e c ir a q u é e d a d la s u g e s tió n
d e s e m p e ñ a su p a p e l m á s s ig n ific a tiv o en el d e s a rro llo d e la p e rs o n a lid a d . El
n iñ o d e p o c o s a ñ o s , p e s e a su n e g a tiv is m o , es e n v e rd a d in c a p a z d e r e s is tir el
p e s o d e la a u to rid a d d e lo s q u e le e n s e ñ a n y a s u m e su p rim e r c o m p o rta m ie n ­
to s o c ia l c a s i e n te ra m e n te e n v irtu d d e su s u g e s tib ilid a d in c o n sc ie n te . L o s
n iñ o s a lg o m a y o re s , a lre d e d o r d e 8 a 9 a ñ o s , so n e s p e c ia lm e n te s u g e s tio n a ­
b le s d e b id o al p e río d o rá p id a m e n te c re c ie n te d el d e s a rro llo lin g ü ís tic o ; a e s ta
e d a d y a se c o n fig u ra u n v o c a b u la rio d e c o n c e p to s m o ra le s , re lig io s o s , p o líti­
c o s y e s té tic o s , to d o s e llo s en e x tre m o s ig n ific a tiv o s p a ra el d e s a rro llo d e la
p e rs o n a lid a d .” (1)
E n el n iñ o y en el h o m b re el p o d e r de la su g estió n d a p re d o m in io a p e n s a ­
m ie n to s y s e n tim ie n to s aje n o s q u e n o re sp o n d e n a v iv e n c ia s esp o n tá n e a s. P o r
o tra p a rte , c u a n d o u n a p e rs o n a es c a p a z de o b s e rv a r o b je tiv a m e n te la re a lid a d
p a ra p e n s a r y se n tir fre n te a ella, c o m p ru e b a q u e m u c h a s d e su s a sp ira c io n e s
c h o c a n co n esa re a lid a d ; el rein o de los d e se o s se e n fre n ta al rein o d e lo v e rd a ­
d ero . E n to n c e s, el h o m b re q u ie re p le g a r el m u n d o a su s d e se o s, in te rv e n ir
m e d ia n te su s d e se o s en la c o n stitu c ió n m ism a del m u n d o , en la v erd ad , y si esta,
te n ta tiv a es im p o sib le , se h a c e p o r e n c im a del m u n d o d e la e x p e rie n c ia o tro
m u n d o q u e re sp o n d e a lo s se n tim ie n to s y la ex p a n sió n d e su su b jetiv id a d . A sí
o p e ra la c re e n c ia , p o r s e n tim ie n to , p o r n e c e sid a d ” ... “ C re e r es u n a d isp o sic ió n
n atu ra l, el im p u lso m ism o de la v id a, la c re e n c ia es p rim itiv a, y el e sc e p tic ism o
a d q u irid o .” (2)
E tim o ló g ic a m e n te c re e r sig n ific a d a r cré d ito a a lg u n o , te n e r fe en su te sti­
m o n io , fia r en su p ro m esa. L a c re e n c ia su p o n e a se n tim ie n to p e rfe c to co n o tro ,
a se n tim ie n to q u e e x c lu y e to d a d u d a. C o m o tal, es co n d ic ió n n e g a tiv a p a ra la
a firm a c ió n del y o y p a ra la lib e rta d -a u to n o m ía . “ L as cre e n c ia s d an c o n o c i­
m ien to y erro r, so n v e h íc u lo s de la v e rd a d y de la fa lse d a d .”
C u a n d o el c o n te n id o d e u n a c re e n c ia es ac e p ta d a p ro v o c a ac titu d e s q u e no
re s p o n d e n a un ju ic io p erso n al. E n c a m b io , si fren te a u n a c re e n c ia su rg e u n a
d u d a, e sta d o d e esp íritu d e q u ie n se p re g u n ta si el p e n sa m ie n to de o tro es
v e rd a d e ro o falso , el yo se a firm a y tie n d e a su lib eració n .

(1) Allport. Psicología de la personalidad.


(2) H. Delacroix. La creencia. Nuevo Tratado de Psicología. Dumas 5.

56 R eina R eyes
Cuando el niño posee una inteligencia normal y no sufre restricciones para
su acción frente a la realidad que lo circunda, destruye, por experiencia muchas
de las creencias referidas a esa realidad que le habían sido impuestas por me­
dio del lenguaje, y muchas de las fantasías que respondían a sus deseos. Pero
hay campos de experiencia qi^e le están vedados y en esos dominios los co­
nocimientos y los valores impuestos por el adulto son aceptados pasivamente:
la duda para liberarse de creencias queda frustrada, a veces por largos años y
otras, para siempre. Dudar ante una créencia aceptada en la infencia es siem­
pre difícil porque la creencia tiene como aliada a la pereza. Es más fácil y más
cómodo creer que crear una respuesta propia. En el niño la seducción de
la creencia está acentuada por la necesidad de seguridad que experimenta.
Este estado afectivo dificulta la percepción objetiva de la realidad porque los
sentimientos interfieren las percepciones y la búsqueda de seguridad genera
dependencia intelectual. Por lo demás, es corriente que el adulto, conocedor
intuitivo de la naturaleza afectiva del niño, condicione la conducta que quiere
lograr en él, mediante amenazas, y, entonces “las culpas de las transgresiones
frente a la autoridad y la necesidad de su perdón, crean una cadena intermina­
ble de ofensas, sentimientos de culpabilidad y necesidad de absolución que
conservan al sujeto ligado a la autoridad y agradecido a su perdón, sin que éste
se atreva a criticar las demandas de la autoridad. Es esta acción recíproca
entre el sentimiento de culpa y la dependencia, lo que da solidez y fuerza a la
relación autoritaria. La dependencia de la autoridad irracional produce un debi­
litamiento de la voluntad, produce al mismo tiempo un aumento de dependen­
cia. De este modo se forma un círculo vicioso. El método más efectivo para
debilitar la voluntad del niño es provocar su sentimiento de culpabili­
dad.” (1)
La educación dogmática -aunque sólo lo sea en algún sector del conoci­
miento- cultiva hábitos mentales de aquiescencia, de sometimiento a la volun­
tad de otro, y sentimiento de culpabilidad si se desobedece a la autoridad, hábi­
tos y sentimientos que se oponen a la autodeterminación. Puede observarse
que algunas personas que han cultivado un pensamiento reflexivo en dominios
especulativos están, no obstante, incapacitadas para juzgar con sentido crítico
ciertas creencias que se estructuraron en su niñez, época en la cual no se
pueden oponer resistencias a las influencias afectivas de carácter religioso,
político o racial, que determinan la conducta en esos dominios. Ilustran esta
aseveración las dificultades para una integración racial que acusan personas de
inteligencia cultivada que vivieron en su niñez un clima de segregación. “El que
los hombres se aferren con tanta tenacidad a los dogmas que hayan inventado

(1) E. Fromm. El miedo a la libertad.

El derecho a educar y el derecho a la educación 57


_

o a c e p ta d o y el q u e o d ie n tan a p a s io n a d a m e n te a los q u e h ay an in v e n ta d o o
a c e p ta d o o tro s d o g m a s, es alg o q u e re s u lta d e m a sia d o fácil d e ex p licar. L a
c e rte z a es p ro fu n d a m e n te re c o n fo rta n te y el o d io d istrib u y e un d iv id e n d o e le ­
v a d o en se n tim ie n to e m o c io n a l.” (1) *
E s c ie rto q u e alg u n a s p e rso n a s q u e se h a n fo rm ad o d e n tro d e d e te rm in a d o s
c re d o s re lig io so s o p o lític o s, al lleg ar a la a d o le sc e n c ia los ab an d o n a n p a ra
a d o p ta r u n a p o sició n a p a re n te m e n te c o n tra ria . P ero estas co n v e rsio n e s, co m o
lo o b se rv a Vaz F erreira , n o son, en la m a y o r p a rte d e los caso s, v e rd a d e ra s
' c o n v e rsio n e s, sin o c a m b io s de s i t i o .(2)
S on las alm as tu to ria le s q u e p a sa n de u n lado al o tro p ero llev an d o la m ism a
alm a. (3) ■
P u ed e o b se rv a rse q u e m u c h a s c o n d u c ta s de jó v e n e s y d e ad u lto s n o re s ­
p o n d en a u n a e la b o ra c ió n racio n al sino de sen tim ie n to s g e n e ra d o s en la in fa n ­
cia. “ L o s sen tim ie n to s tie n e n e x iste n c ia p ro p ia, in d e p en d ien te; se d e sa rro lla n
fu era y ap arte de la razó n , de la q u e n o d ep en d e n ; sin em b a rg o les su ced e q u e
se e n c u e n tra n co n la razó n , no p u ed en ig n o rarla, en tran en relació n co n ella y la
re c la m a n , la in v o c an ; o p o r lo c o n tra rio se lib eran de ella, la recu san , la c o n tra ­
d icen y la n ie g an a s a b ie n d a s.” (4)
El h e c h o de q u e el d e sa rro llo em o cio n al a n teced a al d esarro llo in telec tu al y
la co m p ro b a c ió n de que los sen tim ie n to s ejercen c o n tin u as y p o d ero sas in flu e n ­
cias so b re la razó n , ex p lic a n los p elig ro s q u e p ara la lib e rta d -a u to n o m ía tien e
u na e d u ca ció n q u e, p o r afec tiv id ad , im p o n g a al niñ o d e te rm in a d o s v alo re s y
a ctitu d e s que d ifíc ilm e n te p u ed en ser o b je to de p o ste rio r ju ic io crítico . L a in ­
te lig e n c ia no p u e d e o p e ra r lib rem en te cu a n d o la in terfieren con d em asiad o fre ­
cu e n c ia y v io len cia , em o c io n e s o sen sacio n e s c arg a d as d e em o ció n . 1
Si el n atu ra l d esarro llo p síq u ic o del n iñ o y las in flu en cias so ciales q u e so b re '
él se ejercen c o n d u ce n a m u ltip lic a r la a ctitu d de creer, es ev id en te q u e una
e d u ca ció n para la lib ertad está o b lig ad a a c u ltiv a r la actitu d o p u esta, la de d u d ar
fren te a las cree n cias, cu ltiv a n d o el p e n sam ien to re fle x iv o y lo g ran d o p a ra le la ­
m en te un d esarro llo em o cio n al en fa v o r de u n a p ro g resiv a seg u rid ad de sí m is­
m o. L os m é to d o s e d u ca tiv o s no p u ed en d irig irse a la razó n y a la afec tiv id ad
a islad am e n te, sino que tien en que co n sid e ra r a la p erso n alid ad co m o un todo.
A sí lo e n tien d e P iag et. “ E n realid ad la e d u ca ció n fo rm a un to d o in d iso c iab le y
no es p o sib le fo rm ar p e rso n alid ad es a u tó n o m as en el cam p o m o ral, si en o tro s

(1) A . H uxley. E l fin y los m ed io s.


(2) V az F erre ira. F erm en tario . O p o sic io n e s e x trín se c a s e in trín secas.
(3) Je an P iag et. L e D ro it a l'E d u c a tio n D an s L e M o n d e A ctu e l.
(4) L. D u g as. N u e v o T ra ta d o d e P sico lo g ía. D u m as V I.

58 Reina Reyes
el individuo está sometido a una presión intelectual de tal orden que debe limi­
tarse a aprender porque se le manda sin descubrir por sí mismo la verdad; si es
pasivo intelectualmente no puede ser libre moralmente. Pero recíprocamente,
si su moral consiste exclusivamente en una sumisión a la autoridad adulta; y las
relaciones sociales que constituyen la vida de la clase son únicamente las que
unen a cada alumno individualmente al mafestro que detenta todos los poderes,
no podrá tampoco ser libre intelectualmente.” (l)
En base a estos conocimientos psicológicos, la educación laica utiliza méto­
dos activos que sustituyen la enseñanza verbalista impuesta al niño por la auto­
ridad más o menos compulsiva del maestro, por una enseñanza en base a expe­
riencias seleccionadas y dirigidas, que el niño realiza en un clima de libertad y
colaboración.
La enseñanza efectuada mediante la trasmisión de verdades reveladas o
simplemente aceptadas por el maestro, no sólo cultiva creencias en el alumno
con respecto a los conocimientos que recibe, verdaderos o falsos, sino que
además, y esto es lo más grave, genera actitudes de credulidad y, por lo mismo,
deja al educando indefenso frente a las múltiples sugestiones que hoy imperan
en las sociedades altamente tecnificadas.
La educación laica al eliminar, en lo posible, la imposición de dogmas políti­
cos, religiosos o pseudo científicos, favorece la duda intelectual, cultiva la ob­
servación objetiva de la realidad y hace posible el pensamiento reflexivo y el
juicio crítico. El juicio crítico supone necesidad de ver claro, implica observa­
ción precisa y resistencia a la sugestión en el orden intelectual, y en el orden
moral, la voluntad de ser justo. ,
En la educación laica el maestro, en lugar de estar preocupado por la res­
puesta correcta del alumno, lo está por obtener que el pensamiento del niño sea
el resultado de una auténtica e integral actividad mental y no de la memoriza­
ción de lo aprendido. Al mismo tiempo estimula el impulso vital de afirmación
de sí mismo eliminando los sentimientos en la escala del temor al miedo.
La educación dogmática, en cambio, en lo intelectual, pone trabas al pensa­
miento reflexivo y, en lo afectivo, cultiva el asentimiento a la autoridad, con lo
cual resta posibilidades para la afirmación del yo, y, por ende, para la libertad-
autónoma. Lo más grave es que esas consecuencias se proyectan en el tiempo
y dan resultados que el educador no alcanza a apreciar.
Los reformadores sociales de principio de siglo pensaron que la instrucción
obligatoria aseguraba el progreso democrático de los pueblos. Hoy se sabe que
cuando la instrucción no es el resultado de una acción educativa para la liber­
tad, prepara a los hombres para estados de opresión, porque se forman perso-

(1) J. Piaget. Obra Citada.

El derecho a educar y el derecho a la educación 59


n a lid a d e s a la v e z o b e d ie n te s y d o m in a n te s, “ alm a s tu to ria le s ” , en la ex p re sió n
del d o c to r V az F erreira , fá c ilm e n te e n a je n a d a s p o r el p o d e ro so siste m a de p ro ­
p a g a n d a de q u e d isp o n e n h o y los g o b ie rn o s y lo s g ru p o s de p resió n .
N o se p u e d e d e ja r de re c o n o c e r q u e a lg u n o s in d iv id u o s q u e h an sid o fo rm a ­
do s d o g m á tic a m e n te , se lib eran p o r e sa s m iste rio sa s tra n sfo rm a c io n e s v ita le s
en las q u e se c o n ju g a n altas d o te s in te le c tu a le s y p ro fu n d o s se n tim ie n to s de
s e g u rid a d y de so lid a rid a d , p e ro , la e x iste n c ia d e eso s c a so s n o p u e d e se rv ir
p a ra ju s tific a r el em p le o de m é to d o s q u e, en g ra n p r o p o r c ió n , c o n d u c e n a la
a c e p ta c ió n de p e n sa m ie n to s y se n tim ie n to s a je n o s, sin a so m o d e c rítica , y c u y o
re su lta d o es la e n a je n a c ió n d el yo.
H ay q u e re c o n o c e r q u e n o b a sta q u e en la ed u c a c ió n del n iñ o no se re a lic e
e n se ñ a n z a re lig io s a p a ra a s e g u ra r el c a rá c te r la ico de la m ism a -a u n q u e es en
la e n s e ñ a n z a re lig io sa d o n d e so n m ás frecu en tes las im p o sicio n es d o g m áticas-,
p o rq u e co m o y a se ha a firm a d o la la ic id a d en la e d u ca ció n e m e rg e de la n a tu ­
ra le z a d e lo s m é to d o s q u e se em p le a n y n o de lo s p ro g ra m a s de en señ an z a. L a
d e fe n sa d e la e d u c a c ió n la ica no e n tra ñ a o p o sic ió n a n in g u n a relig ió n , ni a
n in g u n a id e o lo g ía p o lític a , p ero sí, u n a firm e o p o sició n a q u e, en n o m b re de
ellas, se a d o c trin e al n iñ o q u ien , p o r se r a lta m e n te rec e p tiv o p o r a fe c tiv id a d e
in c ap az d e p e n sa m ie n to re fle x iv o , no p u e d e o p o n e rse a las c re e n c ia s q u e se le
in c u lc a n , c re e n c ia s q u e p e rsiste n co n m a y o r o m e n o r firm e z a a trav é s de los
añ o s. S e c o n d e n a n las fo rm a s d o g m á tic a s d e e n se ñ a n z a p o rq u e en ella s la
ra z ó n q u e d a s o m e tid a al in flu jo d e fo rm a n te de la a fec tiv id ad .
L a e d u c a c ió n la ica n o se o p o n e al se n tim ie n to relig io so , p ero q u ie n e s d e ­
fien d e n la la ic id a d c o n sid e ra n q u e éste n o p u e d e lo g rarse p o r la im p o sició n de
u n a d o c trin a , sin o a tra v é s d e v iv e n c ia s q u e so n a u té n tic a s en el m o m e n to q u e
la m a d u ra c ió n del se r h a c e p o sib le la u n ió n co n o tro s y la p az del in d iv id u o
co m o m ie m b ro d e u n in fin ito to tal, v iv e n c ia é sta q u e su ele a p a re c e r en la a d o ­
le sce n cia. C u a n d o el se n tim ie n to re lig io so se e x tra v ía en m e d io de cu lto s, d o g ­
m as y rito s, e n lu g a r de e n c o n tra r en ello s fo rm a s d e e x p re sió n d e lo q u e se
sien te in te rio rm e n te , p ie rd e su a u te n tic id a d .
C o n ju s ta ra z ó n p re g u n ta D ew ey : “ ¿Q u é s ig n ific a ría h o y el c o n o c im ie n to de
la relig ió n co m o re su lta d o d e la in stru c c ió n ? ¿ S ig n ific a ría la c o n v e rsió n del c a ­
rá c te r en e sp iritu a lid a d ? ¿ S ig n ific a ría la a c u m u la c ió n de in fo rm a c ió n “ so b re ”
relig ió n ? ¿O h a y to d a v ía aq u e llo s q u e c re e n q u e en c ie rta s p alab ras, frases y
h e c h o s m e m o riz a d o s h a y cie rto p o d e r m á g ic o q u e lo s tra n sfo rm a en p e rc e p ­
ció n p e rso n a l, en el d e sa rro llo d e u n a d isp o sic ió n de án im o fu n d a m e n ta l y en la
fo rm a c ió n de a c titu d e s p e rm a n e n te s h a c ia la e x p e rie n c ia ? ¿E s q u e p u e d e n
q u ie n e s a d o p ta n el asp e c to h istó ric o d e la re lig ió n co m o flo re c im ie n to y fru c ti­
fica ció n del e s p íritu h u m a n o en u n a a tm ó sfe ra c o n g e n ia l to le ra r la in c o n g ru e n ­
cia q u e s ig n ific a “ e n se ñ a r” un asu n to tan ín tim o y o rig in a ria m e n te v ital co n

60 R eina R eyes
métodos extemos y formales? ¿Y pueden aquellos que sostienen que la verda­
dera religión es algo externamente impuesto, tolerar otros métodos? ¿No es
una confusión tratar de conciliar ideas tan dispares?... ¿La religión es algo tan
especializado, tan técnico, tan informativo, que, como la geografía, la historia y
la gramática, puede ser enseñada en horas, momento o lugares especiales?” (l)
Todas estas interrogantes y otras más que formula Dewey son aplicables a
las formas con que corrientemente se enseña la religión al niño.
No cabe duda en cuanto a que los móviles que conducen al adulto a ofrecer
enseñanza religiosa a los niños son altamente generosos -tiende a ofrecer lo
que supone que el niño necesita-, pero esta generosidad no constituye garantía
de eficiencia. En los dominios de la educación es donde la tradición ejerce
mayor influencia y la mayoría de los padres actúan frente a sus hijos de la
misma manera a la que con ellos actuaron sus padres. Generalmente los propó­
sitos de la enseñanza religiosa son la obtención de una conducta moral, razón
por la cual esta enseñanza está cargada de represiones. La conducta que se
obtiene por ese método configura, como lo señala Fromm, una conciencia mo­
ral autoritaria en la cual las sanciones llegan a formar parte del individuo, lo que
paraliza la originalidad y la espontaneidad debilitando el yo. Una ética humanis­
ta puede conducir a la práctica de idénticas normas, pero con distinto motivo de
aceptación. El no matar, por ejemplo, no responde al miedo al castigo, sino a
sentimientos e ideas cultivadas naturalmente.
Cabe observar que el sentimiento religioso se expresa mediante un lenguaje
simbólico, diferente del lenguaje que el niño utiliza en la vida diaria. En el len­
guaje simbólico, las experiencias interiores se expresan como si fueran expe­
riencias sensoriales o acontecimientos del mundo exterior. Este lenguaje es
ajeno al niño y como a su edad sólo excepcionalmente se tienen vivencias
religiosas, es fácil comprobar que el niño interpreta el contenido de ese lenguaje
como si expresara experiencias reales. De allí que el sentido espiritual de mu­
chos símbolos y parábolas no llegue al niño, y la enseñanza verbal de la religión
cultive, por lo mismo, un sentimiento de temor en lugar del sentimiento de amor
que constituye la esencia de muchas religiones.
Opina Piaget que la enseñanza religiosa que recibe el niño obra con fre­
cuencia como un cuerpo extraño en su mente.
Los inconvenientes de la forma en que corrientemente se enseña religión a
un niño surgen también del exagerado simplismo de ciertos dogmas, que pudie­
ron aceptarse en épocas de limitados conocimientos científicos pero que hoy,
al ser confrontados por el niño con el adelanto técnico del cual está informado,
toman artificiosa esa enseñanza. La ciencia que es empírica, antidogmática y

(l) J. Dewey. La Educación de hoy.

El derecho a educar y el derecho a la educación 61


ex p erim en tal, av an za a ritm o v ertig in o so y co n trad ice cierto s d o g m as relig io so s
que p erm a n ecen inm utables.
C o n sid e ra c io n e s sem ejan te s a las ex p u esta s co n resp ecto a los m é to d o s
d o g m á tico s de la e n señ an z a relig io sa, p u ed en h acerse a p ro p ó sito de la e n se ­
ñ an za d o g m á tica de ciertas id e o lo g ías p o lític as que, p o r su alto co n ten id o irra­
cional, se asem ejan a las relig io n es, crea n d o en n u estro s d ías u n a n u ev a era de
fe. Es altam e n te sig n ificativ o q u e esas id e o lo g ías d iv in icen a ciertas p e rso n a li­
dades, c u ltiv an d o h acia ellas la d eferen c ia y la g ratitu d del niño. Si esta acció n
se co n tip ú a con la m a n ip u lac ió n p o sterio r de las m asas se lo g ra la estru ctu ra
em o cio n al q ue cara cteriza a los to talitarism o s, reg ím en es en los cu ales la c o n ­
cien cia social atro fia la co n cien cia in d iv id u al y los h o m b res lleg an a ser co m o
n iños que d eb en o b e d e c e r sin te n er resp o n sab ilid ad es p ro p ias. El rég im en d e ­
m o crático exige u n a gran do sis de resp o n sab ilid ad e in d e p en d en cia y, p o r lo
m ism o , su p ro b lem a capital es la ed u cació n . L a d em o cracia ex ig e un p u eb lo
lib erad o eco n ó m ica m en te y m ad u ro in telectu alm en te, un p u eb lo ed u cad o en la
laicidad.
El h ech o de q u e sea en el d o m in io de las cien cia s d o n d e es factib le el cu ltiv o
del p en sam ien to reflex iv o ¿su p o n e que la e d u ca ció n laica d escu id e la esp iritu a ­
lidad del ed u ca n d o ? De n in g u n a m anera. L a realid ad que ro d ea al niñ o co n tien e
am or, b elleza, éxtasis m ístico , in sin u acio n es de d iv in id ad , y esa realid ad p len a
de espíritu p u ed e ser accesib le al niñ o p o r m ed io del arte, sin los p elig ro s de la
en señ an za d o g m á tica de u n a relig ió n . L os g ran d es artistas actú an co m o e d u c a ­
dores; o rien tan la em o tiv id ad hacia la co m u n ió n de los h o m b res p o r m ed io de
las ex p resio n e s m ás elev ad as de la creació n h u m a n a y, al hacerlo , afirm an y
liberan la p erso n alid ad . E n el d ecir de W h iteh ead , el arte fertiliza el alm a p o r­
que la tran sfo rm a en la realizac ió n p erm a n en te de v alores. (,)

B) El sen tim ien to y la id ea de la ig u a ld a d d e los h om b res.


Si com o y a se ha señ alad o , ex isten g ran d es d ificu ltad es p ara o b te n er p o r
educación un ju ic io crítico que em an e del p en sam ien to reflexivo individual, ta m ­
bién las ex isten para crea r la co n cien cia de la ig u ald ad de los h o m b res, im p res­
cin d ib le p ara ase g u ra r el resp eto a otro, resp eto q u e es co n d ició n esen cial del
ideal de laicidad.
El h o m b re se asim ila al g ru p o q u e in teg ra y q u e resp o n d e a facto res g e o g rá ­
ficos, h istó rico s, étn ico s, eco n ó m ico s o relig io so s, g en erán d o se, en b ase a ellos,
una co h esió n so cial q u e se ro b u stece p o r la o p o sició n a o tro s gru p o s. E sta
situación de h ech o se tran sfo rm a en rep resen tació n m en tal y co n stitu y e el m ás
serio o b stácu lo p ara la idea m o ral de la p erso n a h u m an a, que ex ig e reco n o c er

(1) W h iteh ead . L a C ie n c ia en el M u n d o A ctual.

62 Reina Reyes
una identidad de los hombres por su condición de tales, al margen de lo que en
ellos es accidental. La psicología social descubre la existencia de poderosos
mecanismos defensivos que originan formas colectivas de odio, de culpa y de
temor que impiden la comprensión entre hombres que integran grupos diferen­
tes.
Sería utópico creer que la educación puede contrarrestar de manera efi­
ciente los efectos de una situación social impuesta al hombre por situaciones
históricas, pero no lo es, pensar que la acción educativa, en lugar de acentuar
esa situación, puede cultivar, en la medida de lo posible, un sentimiento de igual­
dad en los niños, sobre el cual ellos puedan, posteriormente, elaborar la idea de
la igualdad de los hombres, igualdad que supone al mismo tiempo, respeto a la
diversidad.
“Todos los hombres nacen iguales pero también nacen distintos. La base de
esta peculiaridad individual se halla en la constitución hereditaria, fisiológica y
mental, con la que el hombre entra en la vida, así como en la especial constela­
ción de circunstancias y experiencias que le toca luego enfrentar. Esta base
individual es tan distinta en cada persona como lo es su constitución física; no
hay dos organismos idénticos...
El carácter único del yo no contradice de ningún modo el principio de igual­
dad. La tesis de que todos los hombres son iguales implica que todos ellos
participan de las mismas calidades humanas fundamentales, que comparten el
destino esencial de todos los seres humanos, que poseen por igual el mismo e
inalienable derecho a la felicidad y a la libertad. Significa además que sus rela­
ciones recíprocas son de solidaridad y no de dominación o sumisión. Lo que el
concepto de igualdad no significa es que todos los hombres sean iguales.” (l)
Acercarse a este ideal cultural es empresa por demás difícil. Pero, en un
momento en el cual, por los avances técnicos, el mundo que habita el hombre
ha alcanzado unidad planetaria y que, por lo mismo, se acrecienta la interde­
pendencia de los grupos sociales y de las naciones, la educación está obligada
a orientarse hacia el logro de ese ideal, aun sabiendo que la tarea es extrema­
damente difícil.
El concepto de la igualdad de los hombres requiere una elaboración intelec­
tual que no puede realizarse en la niñez, edad en la cual los procesos de abs­
tracción no son posibles; pero, es indudable que tal elaboración es difícil aún
después de esa edad si se han cultivado sentimientos de oposición a otros, por
motivos religiosos, étnicos, de nacionalidad, cultura o clase social.
Por su natural egocentrismo el niño precisa un largo proceso de aprendizaje
para su socialización, proceso que se inicia con relaciones afectivas en los

(l) E. Fromm. El Miedo a la Libertad.

El derecho a educar y el derecho a la educación 63


g ru p o s so c ia le s c o n c re to s q u e in teg ra, e s p e c ia lm e n te la fa m ilia y la e scu ela,
p a ra llegar, d e sp u é s de la a d o le sc e n c ia , a re la c io n e s p en ca d as co n re sp e c to a
u n m u n d o so cial ab strac to . E n el p rim e r c a so las re la c io n e s, c o n re la tiv a a u s e n ­
cia d e re p re se n ta c io n e s p o r su c a rá c te r afe c tiv o p e rso n a l, se m a n tie n e n en u n
p la n o in fra c o n sc ie n te , en ta n to q u e en el s e g u n d o d eb e p re d o m in a r u n a re p re ­
sen ta c ió n de lo h u m a n o c o n a b stra c c ió n d e las d ife re n c ia s ex iste n te s en tre los
h o m b re s (c a ra c te rístic a s p sic o físic a s, le n g u a s, re lig io n e s, tra d ic io n e s, id e o lo ­
g ía s p o lític a s, etc.) y co n la c la ra c o n c ie n c ia d e su re sp e ta b le a u to n o m ía en
id e as, se n tim ie n to s y acto s.
L a fa m ilia al o fre c e r al n iñ o p ro te c c ió n y se g u rid a d , c u ltiv a su n a tu ra l e g o ­
c e n trism o y la e n s e ñ a n z a v e rb a l p ara o b te n e r q u e al m a rg e n d e la fa m ilia el
n iñ o te n g a un d e te rm in a d o c o m p o rta m ie n to so cial re su lta in e ficaz. S o n las si­
tu a c io n e s e m o c io n a le s las q u e o rig in an las d istin ta s fo rm as de co n d u cta. D e allí
la im p o rta n c ia de la fu n c ió n so cial de la escu ela.
E l m e d io so cial y la fa m ilia (“ a g e n c ia p síq u ic a de la so c ie d a d ” , en el a c e rta ­
do d e c ir de F ro m m ) h a c e n se n tir al n iñ o las g ra n d e s d ife re n c ia s e x iste n te s
en tre los h o m b re s, so b re to d o en lo q u e d ic e re la c ió n co n la situ a c ió n e c o n ó m i­
ca, la ra z a y la re lig ió n . E sto g e n e ra en él se n tim ie n to s d e s im p a tía o de a v e r­
sió n q u e se tra d u c e n en a p re c ia c io n e s d e v a lo r y en a c titu d e s. L o s v a lo re s
é tico s q u e o rie n ta n la c o n d u c ta in d iv id u al e m e rg e n de la re la c ió n del in d iv id u o
c o n el g ru p o q u e in teg ra. L a a c e p ta c ió n d e v a lo re s y la p ro p ia v a lo ra c ió n son
c o n c o m ita n te s a la s o c ia liz a c ió n , p ro c e so en el cu al la razó n y el se n tim ie n to se
d e sa rro lla n a m p lia m e n te siem p re q u e la s o c ia liz a c ió n n o se d e te n g a a m itad del
c a m in o , es d ecir, en la in te g ra c ió n de g ru p o s ce rra d o s, en la p a rtic ip a c ió n de
siste m a s c e rra d o s de re p re se n ta c io n e s co lectiv as.
L a e sc u e la le o frece al n iñ o u n a v id a de c o m u n id a d d istin ta a la q u e p u d o
c o n o c e r an tes d e su in g re so a ella, p o rq u e lo u b ic a en situ a ció n d e ig u a ld a d co n
re sp e c to a o tro s n iñ o s q u e, en su m a y o ría, n o c o n o c e y q u e n o h an sid o eleg id o s
p o r sus p a d re s. E l e g o c e n trism o in fan til, q u e, c u ltiv a d o , es fu en te de in to le ra n ­
cia, ced e an te la p e rc e p c ió n de situ a c io n e s so c ia le s c o n c re ta s en las cu a le s el
esp íritu de ju s tic ia del m a e stro h a c e v iv ir al n iñ o el se n tim ie n to de ig u ald ad . E n
e sa situ a c ió n el n iñ o d efin e su c o n d u c ta y en e sa situ a c ió n se g e sta el esp íritu
de c o m u n id a d y su s ac titu d e s su b y acen tes.
L as c o s tu m b re s y lo s ju ic io s étic o s del g ru p o fa m ilia r a q u e p e rte n e c e el
n iñ o in flu y e n p o d e ro sa m e n te en él p a ra la a p re c ia c ió n de la c o n d u c ta aje n a y es
p o r esto q ue tie n e en o rm e im p o rta n c ia q u e el m e d io e sc o la r c o m p e n se a q u ellas
v a lo ra c io n e s fa m ilia re s q u e so n o p u estas al re s p e to q u e m e re c e to d o se r h u m a ­
n o p o r su c o n d ic ió n d e tal.
L a e d u c a c ió n d el n iñ o n o p u e d e re a liz a rse e n fo rm a d e se a b le en la re la c ic .i
m a e stro -a lu m n o , sin o cu a n d o e sta re la c ió n se d a en u n m e d io so cial q u e ^o ica

64 R eina R eyes
al niño en una situación de igualdad con otros niños, propicia para cultivar el
respeto recíproco. Dice Piaget que “el intercambio constante del pensamiento
con otros es precisamente lo que nos permite descentramos y nos asegura la
posibilidad de coordinar las relaciones que emanan de puntos de vista distin­
tos.” (1)
En una escuela organizada más que para aprender, para vivir, la presencia
de otros introduce un cambio en la intimidad del niño, permitiéndole por expe­
riencia, adquirir los poderes autorreguladores de la vida colectiva espontánea y
cultivar el espíritu de solidaridad. La escuela favorece, además, la conciencia y
la valoración de sí mismo, porque la conciencia del yo es una conquista de la
conducta social.
Para que el medio escolar sea fecundo en esos resultados no debe encerrar
al niño dentro de una determinada nacionalidad, raza, clase social o religión,
porque en ese caso, insensiblemente el niño tiende a desvalorizar a quienes no
pertenecen al mismo grupo.
Muy difícilmente se logrará una actitud laica si el niño integra grupos que
son manifestación de una filosofía de lo absoluto, única, verdadera y exclusiva.
Las religiones positivas y los sistemas filosóficos o políticos construidos sobre
la idea de una personalidad excepcional o de una raza privilegiada, fomentan
actitudes de origen emocional que difícilmente pueden ser objeto de una poste­
rior crítica liberadora. De allí los bienes de la escuela laica, escuela que al
defender la individualidad del niño de lo que puede ser un grupo cerrado, fo­
menta el sentimiento de relaciones indefinidamente múltiples y variables que lo
unen a las diferentes individualidades de todos los grupos, sentimiento que flo­
recerá ampliamente en la adolescencia, cuando se entrevé la socialización abs­
tracta en la cual el adolescente sitúa el ideal de sí mismo.
En el año 1948 la UNESCO invitó a cierto número de educadores de diver­
sos países para estudiar algunos aspectos de la educación del futuro ciudadano
del mundo. De esta reunión surgió un ensayo pleno de observaciones y de
sugestiones interesantes. (2)
Se aconseja en él, la educación del testimonio mediante ejercicios que inci­
ten al niño a observar exactamente lo que ve y a prestar atención a las dificul­
tades de un testimonio exacto. Tal práctica ofrece la ventaja de permitir apre­
ciar las modificaciones que la subjetividad introduce al relatar un hecho real
observado, facilitando con ello, indirectamente, la comprensión y el respeto a
los otros. Se aconseja también la crítica mutua entre los niños en una atmósfera
de colaboración y de verdadera camaradería para ejercitarlos a descubrir y

(1) J. Piaget. Psicología de la Inteligencia.


(2) Dans la classe avec le moins de treize ans.

El derecho a educar y el derecho a la educación 65


ap re c ia r el v a lo r de su s ca m a ra d a s, h a c ie n d o a b stra c c ió n de sus sim p a tía s p e r­
so n ales. S e d e m u e stra la im p o rta n c ia de d e s ta c a r la d ife re n c ia d e a p titu d e s q u e
ac u sa n los n iñ o s d e u n a m ism a c lase , c o m o fo rm a p rá c tic a de a p re c ia r los
d iv e rso s v a lo re s h u m a n o s, c o m b a tie n d o p re ju ic io s y fa v o re c ie n d o la c o m p re n ­
sión en to d o s los p la n o s. T odo esto es p o sib le cu a n d o el ed u ca d o r, c u a lq u ie ra
sea su p o sic ió n p erso n al en los d o m in io s de la filo so fía, la relig ió n o la p o lític a,
ad o p ta u n a actitu d la ica fre n te al a lu m n o , g a ra n tía a la v e z de ju ic io crític o y de
c o rre c ta so c ia liz a c ió n . El sen tim ie n to de ju s tic ia q u e esas p rá c tic a s c u ltiv a n se
p ro lo n g a rá en el sen tim ie n to d e c o o p e ra c ió n m a te ria l y m o ral d e los in d iv id u o s
y los g ru p o s, y en c o n c ie n c ia de la u tilid a d del e sfu e rz o co m ú n . A l m a rg e n de
esto s m e d io s, el cu ltiv o d e la e m o ció n fren te a las o b ras d e a rte co n stitu y e u n a
fo rm a de s o c ia liz a c ió n ad e c u a d a p a ra el d e se n v o lv im ie n to de sen tim ie n to s su ­
p erio re s. El g o ce e stético p e rm ite la id e n tific a c ió n con o tro s. H o m b res d ife ­
ren te s p o r le n g u a s, c re e n c ia s u o p in io n e s p u e d e n c o m u n ic a rse cu a n d o so n c a ­
p ace s de e m o c ió n fren te a la o b ra de arte. E n la escu ela laica, la ed u c a c ió n del
sen tim ie n to esté tic o tien e u n rol fu n d am e n tal p a ra el cu ltiv o d e la esp iritu a lid a d
del niño.
P ara fin a liz a r estas a p re c ia c io n e s so b re la e d u ca ció n laica, c ita m o s n u e v a ­
m e n te a P ia g e t q u e e n u n cia, co n m e rid ia n a c la rid a d , a la v ez q u e los o b je tiv o s,
las d ific u lta d e s p a ra u n a ed u c a c ió n in telec tu al y m o ral v álid a en to d as las e s c a ­
las, q u e fa v o re z c a el d iá lo g o y la c o m p re n sió n en tre h o m b res q u e d ifieren p ero
que d eb en re sp e ta rse m u tu a m e n te . H o m b res laico s, q u e ex ijan p ara sí el d e re ­
cho de p e n s a r y sen tir Jib rem en te, re c o n o c ie n d o en los o tro s el m ism o d erech o .
“ ... el o b stá c u lo esen cial q u e se o p o n e a los p ro g re so s d e la co o rd in a c ió n
in telec tu al y de la re c ip ro c id a d m o ral n o es o tro q u e la actitu d m ás e sp o n tá n e a
y m ás a rra ig a d a de to d a co n c ie n c ia in d iv id u al y au n co lectiv a: es el e g o c e n tris­
m o, in telec tu al y afec tiv o , q u e se en c u e n tra en c a d a esp íritu in d iv id u al en la
m e d id a en q u e es m ás p rim itiv o y no está to d a v ía d esc e n tra d o p o r las in te ra c ­
cio n es so ciales. E s este so c io c e n trism o in telec tu al y afec tiv o , q u e re a p a re c e a
su v e z en cad a u n id a d co lectiv a, en la m e d id a en q u e una d e sc e n tra c ió n n e c e ­
saria n o lleg a a efectu arse. E n efecto h ay aq u í u n a actitu d tan n atu ra lm e n te
a n clad a en to d a s las c o n cien cias q u e es im p o sib le d e sh ace rse de ella de u n a
so la vez, p o r u n a esp ecie de c o n v ersió n to tal d e las te n d en cia s esp o n tán e as,
p u es re a p a re c e , escaló n p o r escaló n , en cad a n u e v a co n q u ista de la c o o rd in a ­
ción. E sa lib e ra c ió n in d isp e n sa b le co n re la c ió n al “y o ” y al “ n o so tro s” ex ig e un
esfu erzo in te le c tu a l y m o ral c o n sid era b le y su p o n e u n a c o n stan te v o lu n ta d y
una esp ecie de h e ro ísm o .”
E sa v o lu n ta d y este h ero ísm o , la e d u ca ció n laica lo reclam a del m aestro .
D el m a estro laico , q u e re sp e ta la o p in ió n d e o tro p o r d istin ta q u e sea la su y a y
que, fren te al n iñ o p ie n sa no sólo en los re su lta d o s in m ed iato s de su acc ió n

66 R eina R eyes
educativa, sino en aquellos resultados que se darán en el tiempo y que harán de
él un hombre libre y respetuoso. Del maestro que evita cuidadosamente toda
imposición y que, en las clases superiores, invita al alumno a la más vigorosa
oposición a sus propios esquemas de valores.

La escuela pública y la laicidad

Lo expuesto a propósito de los fundamentos y los valores de la educación


laica, da razón suficiente para sostener que la escuela pública de la democracia
debe ser laica, en el mas amplio sentido del término. Pero existen aún más
razones para sostenerlo.
Frente a las escuelas dogmáticas que responden a una autoridad constituida
y al conformismo social, la escuela laica satisface el derecho a la educación,
universalmente reconocido, educación cuyo objeto es “el pleno desarrollo de la
personalidad y el fortalecimiento del respeto a los derechos del hombre y a las
libertades fundamentales”, logrando la superación del hombre y de la sociedad.
El estado democrático, respetuoso, por su misma condición, de las diversas
concepciones de vida, no puede impartir enseñanzas que supongan imponer
una particular filosofía, religión o política. La escuela pública laica no tiene en
cuenta ni las creencias religiosas, ni la posición filosófica, ni las convicciones
políticas de los padres de los niños que a ella concurren. Y sean éstos pobres o
ricos, negros o blancos, los habitúa a respetarse mutuamente y por la fraterni­
dad escolar, prepara para la fraternidad humana.
La escuela pública laica ofrece el medio para afirmar la unidad nacional,
favoreciendo la unidad humana. La escuela pública laica es escuela de demo­
cracia y merece por lo mismo el apoyo económico y moral para el logro de una
sociedad sana y creadora que sustente una base de valores comunes que le dan
sentido y justificación. “Porque es verdaderamente laica, es decir, exenta de
todo fanatismo, igualmente alejada del espíritu de tiranía y del espíritu de servi­
dumbre, porque está hecha para amar y para aprender a amarse por encima
de todas las divergencias políticas y religiosas, finalmente porque comienza a
realizar el sueño de Michelet y de Edgar Quinet realizando a los ojos de todos,
según la frase de Ferri ‘una fraternidad superior a todos los dogmas’ por todo
esto la escuela laica es la más inquebrantable de las instituciones de la Repúbli­
ca”. (1)
La escuela establecida por el Estado laico debe ser laica como él. ,2)

(1) Ferdinand Bouisson.


(2) José Pedro Varela.

El derecho a educar y el derecho a la educación 67


Temas a desarrollar

■ P ro ceso h istó rico de la laicid ad en la escu ela p ú b lica de n u estro país.


■ Jo sé P ed ro V arela y la d efen sa de la laicid ad .
■ ¿E l estad o d em o crático deb e su b v en cio n a r a las escu elas p riv ad as no
la icas?
■ F o rm as leg ales de d efen sa de la la icid a d en la ed u cación.
■ L a la icid a d en la e n señ an z a secu n d aria, m ed ia y superior.
■ L a d isp o sició n co n stitu cio n al sobre la fo rm ació n del cará cter m o ral y
cív ico de los alu m n o s (art. 71) y la laicid ad .

Reina Reyes
APÉNDICE

Primera Carta de los Derechos del Niño

La Unión Internacional de Socorro de los niños, de Ginebra, proclama:

19 - Que todo niño debe gozar de las condiciones esenciales necesarias


para lograr normalmente su desarrollo físico y espiritual.

2- - Que en casos de calamidad pública, el niño en quien reside el porvenir


de la humanidad, debe ser asistido con preferencia al adulto.

3e - Que el niño debe ser protegido siempre cualquiera sea su raza, naciona­
lidad o religión.

4S - Que el niño hambriento debe ser alimentado; el enfermo cuidado; el


ignorante instruido; el huérfano, abandonado o vagabundo, debe ser socorrido y
auxiliado convenientemente.

5S - Que el niño debe ser puesto en condiciones de ganarse la vida por sí


mismo, cuando tenga edad para ello, protegiéndose contra la explotación.

6e - Que hay que educar al niño de tal modo, que ponga sus más altas y
mejores cualidades al servicio de sus hermanos, y para que cuide de enrique­
cer con su esfuerzo el patrimonio común de la Humanidad, herencia que ha de
trasmitirse a las generaciones futuras.

(Irradiada desde la Torre Eiffel, el día 21 de noviembre de 1923).

El derecho a educar y el derecho a la educación 69


Tabla de los Derechos del Niño, en cuya
observación reposa el progreso de los pueblos

1S - D e r e c h o a la v id a . Sum a de todos los derechos por la sola razón de


haber nacido. D erecho a la casa para habitar, a la atención m aterna, al recono­
cim iento obligatorio por el padre, con todos los deberes que la paternidad im po­
ne, a la supervigilancia del Estado para su desarrollo y prosperidad fisiológica.

2° - D e r e c h o a la e d u c a c ió n . Prim era asistencia a los Jardines de Niños:


Kindergarten. Segundo Ciclo: escuela prim aria. A bolición del sistem a de escue ­
las ciudad. A bolición de la e nseñanza verb alista y libresca. R eintegración del
niño al seno de la naturaleza, por m edio de una escuela de actividad, de trabajo,
de alegría. P arques escolares, para lo g rar las rea ccion e s de cu erpo y alm a,
salud, inteligencia, em oción y preparar los obreros de su propio destino y de la
grandeza social.

3S - D e r e c h o a la e d u c a c i ó n e s p e c i a l i z a d a . E scue la s de S alud al A ire


Libre, de bosques, de pradera, de escuelas al sol; para los anorm ales, los ta r­
dos, los enferm os, los débiles.

4S - D e r e c h o a m a n t e n e r y d e s a r r o lla r la p r o p ia p e r s o n a lid a d . Estudio de


las vocaciones, sistem as capaces de la orientación espiritual sin artificios, que
sólo puede lograrse en los Parques Escolares, con la vuelta a la naturaleza, por
reacción de lo íntim o frente a la vida exterior. R econocim iento, en la práctica de
los sistem as educacionales, del derecho a ser niño, de vivir y sentir com o tal,
libre de la artificialidad de la escuela-claustro y del dogm a pedagógico que la
inform a.

5S - D e r e c h o a la n u t r ic ió n c o m p le t a . Derecho de la madre a criar a su hijo.


Seguros del Estado para las m adres sin recursos. S ervicios de G otas de Le­
che, instalación de m erenderos escolares. Instalación de escuelas. Refectorios
para m enores que trabajan ante el cum plim iento integral de esta tabla de dere­
ch os.

6S - D e r e c h o a la a s is t e n c i a e c o n ó m ic a c o m p le t a . Este derecho significa


la obligatoriedad de los padres, o en su defecto, del Estado, a asegurar al niño
la situación económ ica sin angustias. Derecho a la vivienda, al vestido, a todas
las oportunidades de bienestar que el trabajo del hom bre pone al servicio del
progreso del mundo.

70 Reina Reyes
7S - Derecho a la tierra. Tierra para habitar. Reconocimiento del derecho del
niño a ocupar su lugar en el mundo, por la sola razón de haber nacido. Tierra
para trabajar, puesta a su alcance en los Parques Escolares para el desarrollo
de sus energías, de su impulso vital, de su inquietud, de sus facultades de
observación, para aprender por sí mismo en el vasto panorama del universo y
comprender que la vida es una ley inmutable de solidaridad en el esfuerzo crea­
dor.

8S - Derecho a la co n sid e ració n social. Todo para el niño. Abolición de la


distinción jurídica entre hijos legítimos e hijos naturales. El hijo es solam ente
hijo. El niño tiene derecho a sus padres. Transformación de los asilos de huér­
fanos y reformatorios de menores donde el sistema de “Pabellón” anula la per­
sonalidad, en colonias familiares, de educación y de trabajo, organizadas en
pequeños núcleos sociales y confiadas a padre y madre que sumen al afecto de
sus hijos el de un pequeño grupo de niños sin hogar.

9S - Derecho a la alegría. Reconocimiento sin retáceos de este derecho en


la vida familiar, sin angustia económica, en la escuela activa, en el seno de la
naturaleza, en la educación sin artificios, en la mesa con pan, en el hogar con
lumbre. Derecho al aire y la luz, a la tierra en que se siembra, al fuego que
calienta y al agua que purifica. Derecho a ser niño para ser hombre a formar con
cuerpo sano y alma limpia, los obreros de la libertad, los arquitectos de la con­
ciencia del mundo.

10e - La suma de estos derechos del niño forman el derecho integral: Dere­
c h o a la vida. De su reconocimiento y su observancia depende la grandeza de
los pueblos. En la salud, la alegría, la formación sin trabas de los niños para la
cultura, para el trabajo, para la libertad y la cooperación reposan los valores del
destino del hombre en una etapa nueva de la Historia.

(Declaración leída en el acto de inauguración del Instituto Internacional Ame­


ricano de Protección a la Infancia por Enrique Rodríguez Fabregat, en su carác­
ter de Ministro de Intrucción Pública de nuestro país, el 9 de junio de 1927).

El derecho a educar y el derecho a la educación 71


Declaración Universal de Derechos del Hombre

A r t íc u lo 2 5
1S - Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure,
así com o a su fam ilia, la salud y el bienestar, y en especial la alim entación, el
ve stido , la v ivie n d a , la a siste n cia m éd ica y los se rvicio s so cia le s n ecesarios:
tie n e a s im is m o d e re c h o a los se g u ro s en ca so de d e se m p le o , e n fe rm e d a d ,
invalidez, viudez, ve je z u otros casos de pérdida de sus m edios de su bsiste n ­
cia por circu n stan cia s independientes de su voluntad.
2 - - La m aternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia e sp e ­
ciales. Todos los niños, nacidos de m atrim onio o fue ra del m atrim onio, tienen
derecho a igual protección social.

A r t íc u lo 2 6 9
1S - Toda p e rso n a tie n e d e re ch o a la e d u ca ció n . La e d u ca ció n debe ser
gratuita, al m enos en lo concerniente a la instrucción elem ental y fundam ental.
La in stru cción e le m en ta l será o bliga to ria . La in stru cción té cn ica y p ro fesional
habrá de ser generalizada: el acceso a los estudios superiores será igual para
todos, en fun ció n de los m éritos respectivos.
2° - La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad y el
fortalecim iento del respeto a los derechos del hom bre y a las libertades fu n d a ­
m entales favo re ce rá la com prensión, la toleran cia y la am istad entre todas las
naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y prom overá el desarrollo de
las actividades de las N aciones U nidas para el m antenim iento de la Paz.
3e - Los padres tendrán derecho preferente a e scoger el tipo de educación
que habrá de darse a sus hijos.

(A p ro b a d a e l 10 d e d ic ie m b re d e 1948 p o r la A s a m b le a G e n e ra l d e la s N a c io ­
n e s U n id as).

72 Reina Reyes
Declaración de los Derechos del Niño

P rin c ip io 1
El niño debe disfrutar de todos los derechos enunciados en esta Declara­
ción. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna
ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económi­
ca, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.

P rin cip io 2
El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y
servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda
desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable
y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes
con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés
superior del niño.

P rin c ip io 3
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionali­
dad.

P rin c ip io 4
El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho
a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse,
tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y
postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y
servicios médicos adecuados.

P rin c ip io 5
El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social
debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su
caso particular.

P rin c ip io 6
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita
amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo
la responsabilidad de sus padres, y, en todo caso, en un ambiente de afecto y
de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá
separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades
públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o
que carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de

El derecho a educar y el derecho a la educación 73


los hijos de fa m ilia s num erosa s co nvien e co n ce d e r su b sid io s e sta ta le s o de
otra índole.

P r in c ip io 7
El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por
lo m enos en las etapas elem entales. Se le dará una educación que favorezca
su cultura general y le perm ita, en condiciones de igualdad de oportunidades,
d e s a rro lla r sus a ptitu de s y su ju icio individual, su se ntid o de responsabilidad
moral y social, y llegar a ser un m iem bro útil de la sociedad.
El interés su pe rio r del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la
responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe,
en prim er térm ino a sus padres.
El niño debe disfrutar plenam ente de juegos y recreaciones, los cuales de ­
berán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad
y las autoridades públicas se esforzarán por prom over el goce de este derecho.

P r in c ip io 8
El niño debe, en tod a s las circu n sta n cia s, fig u ra r entre los p rim e ro s que
reciban protección y socorro.

P r in c ip io 9
El niño debe ser protegido contra toda form a de abandono, crueldad y explo­
tación. No será objeto de ningún tipo de trata.
No deberá perm itirse al niño trabajar antes de una edad m ínim a adecuada;
en ningún caso se le dedicará ni se le perm itirá que se dedique a ocupación o
e m p le o a lg un o que pueda p e rju d ica r su salud o su edu ca ció n, o im p e d ir su
d esarrollo físico, m ental o m oral.

P r i n c i p i o 10
El niño debe se r protegido contra las prácticas que puedan fom entar la dis­
crim inación racial, religiosa o de cualquier otra índole.
Debe ser educado en un espíritu de com prensión, tolerancia, am istad entre
los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena co ncien cia de que debe
co nsa g ra r sus energías y aptitudes al servicio de sus sem ejantes.

(A p ro b a d a p o r la A s a m b le a d e la s N a c io n e s U n id a s e l 2 0 d e n o v ie m b re de
1959).

74 Reina Reyes
Artículos de la Constitución de la República
Oriental del Uruguay que tienen relación con los
Derechos del Niño y con su educación

Art. 8QTodas las personas son ¡guales ante la Ley, no reconociéndose otra
distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes.

Art. 40e El Estado velará por el fomento social de la familia.

Art. 41s El cuidado y la educación de los hijos para que estos alcancen su
plena capacidad corporal, intelectual y social, es un deber y un derecho de los
padres. Quienes tengan a su cargo numerosa prole tienen derecho a auxilios
compensatorios siempre que los necesiten.

El derecho a educar y el derecho a la educación 75


índice
Prólogo................................................................................................. 7

EL NIÑO COMO SUJETO DE DERECHO.................................................13


Los Derechos del Hombre....................................................................13
Los Derechos del Niño......................................................................... 18
Temas a desarrollar.............................................................................. 24

EL DERECHO A EDUCAR Y EL DERECHO A LA EDUCACIÓN .................25


El derecho a educar.............................................................................26
El sujeto de derecho y los fines de la educación................................ 28
Libertad de enseñanza........................................................................30
La Escuela Única como monopolio de la enseñanza por el Estado ..... 34
Limitaciones a la libertad de enseñanza.............................................38
El derecho a la educación en nuestro país......................................... 40
Temas a desarrollar.............................................................................. 44

LAICIDAD............................................................................................ 45
Significación del térm ino....................................................................45
Los Derechos Humanos y la laicidad ................................................... 47
La laicidad y la educación....................................................................51
La escuela pública y la laicidad............................................................ 67
Temas a desarrollar.............................................................................. 68

APÉNDICE............................................................................................ 69
Primera Carta de los Derechos del Niño.............................................. 69
Tabla de los Derechos del Niño, en cuya observación
reposa el progreso de los pueblos....................................................... 70
Declaración Universal de Derechos del Hombre ................................. 72
Declaración de los Derechos del N iño.................................................73
Artículos de la Constitución de la República Oriental del Uruguay
que tienen relación con los Derechos del Niño y con su educación ... 75
Realización Gráfica:
Luis Mario Soto

Impreso en Uruguay,
en los Talleres Gráficos de A. Monteverde y Cía. S.A.
Treinta y Tres 1475 - CP. 11.000 - Montevideo - Uruguay
Tels./Fax: (598 2) 915 2012 - 915 2939

Comisión del Papel


. Edición Amparada por el Decreto 218/996

D.L. 336202/05
Reina Reyes (1904-1993), fue profesora del Instituto Normal
de Montevideo, reflejando en su vocación docente un entu­
siasmo que se ha traducido, no sólo en una larga y brillante
labor magisterial, sino en varios libros y estudios de evidente
interés pedagógico.
Hoy ofrecemos la edición de El derecho a educar y el derecho
a la educación en el que la autora aborda, con notable
claridad expositiva, temas incluidos en el programa de estu­
dios magisteriales.
Su propósito es acercar al estudiante al pensamiento original
de grandes autores referido concretamente a la Educación en
los dominios del Derecho, aunque el enfoque de la profesora
Reina Reyes cobra una proyección humanística que rebasa su
preferente interés didáctico.

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