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Cada vez más cerca del abismo…

Empezamos un nuevo año y seguimos como si nada grave estuviera


pasando. La humanidad se encuentra en el medio de una crisis
civilizatoria sin precedentes, y con la sexta extinción masiva de
especies en plena marcha (la anterior fue hace… ¡65 millones de años¡),
pero esta vez la causa es generada por los propios seres humanos. Son
muchos los peligros de colapso de nivel planetario, que requieren una
urgente y profunda transformación en nuestro modo de vida, de
consumo, de producción, de organización social; partiendo de un cambio
cultural que normalmente (aun en el caso de que logremos el consenso
para llevarlo adelante) lleva mucho tiempo.

Sin embargo, la lógica del orden social vigente a escala mundial tiene
dos prioridades absolutas que nos alejan de ese rumbo cada vez más
imprescindible: la búsqueda permanente de la máxima ganancia y del
máximo crecimiento, como valores fundamentales. La dirigencia política,
empresarial y mediática, que detentan el mayor poder en este sistema,
siguen a rajatablas con ese impulso suicida. Eso impide que
reaccionemos en función de las circunstancias, y con un canto de sirenas
prometedor hace que sigamos bailando ‘en la cubierta del Titanic’.

Los llamados desesperados de organismos internacionales, organizaciones


científicas y de innumerables organizaciones sociales de todo el mundo
son cada vez más alarmantes y no dejan lugar a dudas sobre el rumbo
que llevamos hacia el abismo. De todos y cada uno de nosotros depende
que las futuras generaciones puedan seguir viviendo en la Tierra,
nuestro único hogar. Desde nuestro Programa de Extensión de cátedra
“Por una nueva economía, humana y sustentable” venimos aportando
nuestro granito de arena desde hace 15 años, buscando informar y
sensibilizar a la sociedad respecto de la necesidad de construir otros
mundos, necesarios y posibles.

Más abajo reproducimos una declaración conjunta de varios medios de


comunicación alternativos de distintos países de América Latina que
insisten en llamar la atención antes de que sea demasiado tarde.

Luis Lafferriere – 7 de enero de 2019


No estamos haciendo lo suficiente
Por Redacción 01/01/2019 https://claves21.com.ar/no-estamos-haciendo-lo-suficiente/

Cambio climático: el tiempo se acaba. Esta nota editorial está suscripta por 27
medios y organizaciones periodísticas de América Latina.

Donde sea que miremos hoy en el mundo hay señales del desastre ambiental.
En la atmósfera: hemos depositado millones de toneladas de CO2 que están
generando un calentamiento de la temperatura promedio global y que podría
superar el umbral de los 2 grados a fines de este siglo.

En los océanos, ese exceso de dióxido de carbono está incrementando la


acidez de las aguas y destruyendo los arrecifes de coral, poniendo en riesgo
su existencia. En estos mismos mares flota para nuestra vergüenza una isla
de plástico tres veces el tamaño de Francia, y también de ellos la industria
pesquera extrae todos los días toneladas de especies marinas.

El impacto del ser humano y la extracción de recursos continúan en tierra. A los


bosques los estamos destruyendo a un ritmo en el que, al hacerlo, liberamos aún
más CO2 a la atmósfera del planeta, alteramos los patrones de lluvia, reducimos la
biodiversidad, acorralamos a pueblos indígenas que habitan esos territorios hace
siglos y, al mismo tiempo, borramos para siempre especies de plantas y animales
que ni la ciencia ha tenido tiempo de observar y conocer.

En la Amazonía, las mafias criminales envenenan con toneladas de mercurio los


ríos para extraer el oro que termina alimentando las refinerías de Europa, Asia y
Estados Unidos.

Nuestra especie está destruyendo árboles y animales antes de que siquiera


podamos descubrirlos y maravillarnos ante ellos. Los insectos, el principio de la
cadena alimenticia de muchos seres vivos, están esfumándose con consecuencias
aterradoras.

Según la Agencia Internacional de Energía, desde 1990 el uso de combustibles


fósiles ha aumentado. Aunque la producción de petróleo creció a un ritmo más
lento entre 1990 y 2017, la producción de carbón se duplicó en el mismo periodo,
sobre todo en China. Incluso, las inversiones en energía limpia se han realizado
con una racionalidad puramente económica y bajo un manto de corrupción.

Un estudio publicado en 2017 en la revista científica Plos One, pronostica que la


construcción de solo seis represas podría cambiar el ciclo de vida de la cuenca
amazónica. Estamos provocando un apocalipsis del que más temprano que tarde
seremos víctimas.

El naturalista británico David Attenborough (Inglaterra, 1926) sintetiza este


panorama de forma clara: “En este momento nos enfrentamos a un desastre
hecho por el hombre a escala global, nuestra mayor amenaza en miles de años es
el cambio climático. Si no actuamos, el colapso de nuestras civilizaciones y la
extinción de gran parte del mundo natural está en el horizonte “.
El último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático (IPCC), publicado en octubre de 2018, nos advierte que el desastre es
inminente si es que hoy no hacemos algo.

El documento elaborado por el grupo de científicos más importante del mundo


tiene mensajes para todos, gobernantes y hasta el último ciudadano de a pie: cada
pequeño aumento de la temperatura importa, cada año importa, cada decisión que
tomemos tendrá consecuencias en el futuro cercano. Tenemos menos de 10 años
para detener la intensidad actual con la que emitimos gases en la atmósfera.
Ya no valen mucho más los diagnósticos. Hasta de cifras e informes está
saturado el Planeta. Es tiempo de actuar desde la evidencia.

Pero cada ser humano sobre el planeta tiene también una responsabilidad.

Mientras un joven holandés ideó un método para recolectar el plástico del océano,
decenas de ambientalistas y líderes indígenas dan su vida todos los años por la
protección de bosques y otros recursos naturales a lo largo y ancho del mundo.
Algunos empresarios renuevan la esperanza subvirtiendo la forma tradicional de
hacer negocios para integrar la naturaleza en sus cuentas y balances.

En laboratorios se reinventan las formas de producir energía, desde la fusión


nuclear que imita la potencia del sol, hasta paneles solares de última generación y
motores de hidrógeno. También vemos renacer costumbres sencillas y perdidas
como el uso de fibras naturales para reemplazar materiales no biodegradables.

Contamos con las mejores herramientas para comunicar información a una


escala global y a velocidades tan rápidas como la de un haz de luz.

El periodismo no es un oficio aislado a esta responsabilidad. Las y los periodistas


de todo el continente tenemos un compromiso profundo para entender desde
la ciencia que el planeta entero debe transitar hacia un modelo de
crecimiento y desarrollo diferente. Un cambio que sin duda estará atravesado
por conflictos, pero también de nuevas esperanzas y oportunidades.

Detrás de las migraciones masivas que todos los días aparecen en nuestras
páginas y pantallas, detrás de las protestas de los Chalecos Amarillos en París y el
rimbombante negacionismo de algunos líderes globales parece estar el mismo
fenómeno: una sociedad global acomodándose ante el más grande desafío que ha
encarado desde que los primeros humanos aparecieron en África hace 300.000
años.
El compromiso del periodismo con este momento es histórico. Es necesario
interpelarnos y preguntarnos si realmente estamos haciendo lo suficiente.

Como nunca antes en la historia, contamos con las mejores herramientas para
comunicar información a una escala global y a velocidades tan rápidas como la de
un haz de luz. Llegó la hora de actuar, y el periodismo debe ser capaz de hacer
viajar a esa velocidad las soluciones y acciones que se necesitan para detener la
catástrofe de la que ya estamos advertidos. El tiempo se acaba.

Medios que suscriben:

Ojo-Publico.com (Perú), InfoAmazonia (Brasil), Mongabay Latam, El Espectador


(Colombia), Semana Sostenible, Cuestión Pública (Colombia), Distintas Latitudes,
Lado B (México), El Surtidor (Paraguay), El Deber (Bolivia), Correo del Caroní
(Venezuela), GK (Ecuador), La Mula (Perú), El Desconcierto (Chile), Onda Local
(Nicaragua), Actualidad Ambiental (Perú), Wayka (Perú), Red de periodistas de
a pie (México), Zona Docs (México), Trinchera (México), Raíchali (México),
Claves21 (Argentina), Runrunes, El Pitazo.com, TalCualDigital (Venezuela), Red
Ambiental de Información (Bolivia) y Connectas.

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