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PERIODICO HISTORICO

“MEMORIA Y TOLERANCIA”
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

El Holocausto tuvo lugar en el amplio contexto de la Segunda Guerra Mundial. Aún resentido por la
derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, el gobierno de Hitler ambicionaba un nuevo y
extenso “espacio vital”, conocido como el Lebensraum. Para hacer realidad sus tenebrosos anhelos,
los líderes de la Alemania nazi calcularon que, si querían dominar y someter a Europa, una guerra
era “necesaria”.

La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto son hechos paralelos pero diferentes: en la Segunda
Guerra Mundial murieron más de 50 millones de personas como resultado de un conflicto bélico,
mientras que en el Holocausto (que se refiere a la persecución y exterminio de seres humanos por
cuestiones raciales), 11 millones de personas fueron asesinadas.

Luego de anexarse Austria y los Sudetes, y tras asegurar la neutralidad de la Unión Soviética
mediante el Pacto Soviético-Alemán de No Agresión, firmado por ambas naciones en agosto de
1939, el 1 de septiembre del mismo año Alemania invadió Polonia, por lo a tan solo 48 horas de la
penetración nazi, Francia y Gran Bretaña respondieron declarándole la guerra. Así comenzó la
Segunda Guerra Mundial. En menos de un mes, Polonia fue dominada por una combinación de
fuerzas alemanas y soviéticas, quienes dividieron el territorio para su administración en partes
equivalentes.

Más de 250,000 soldados participaron en el memorable “Día D”, ejecutado el 6 de junio de 1944 y
que era un plan de los países Aliados para liberar Francia desde la Normandía. La victoria llegó en
agosto de ese año. Las fuerzas aéreas atacaron las industrias nazis, tales como el campo de
Auschwitz, aunque las cámaras de gas nunca fueron objetivo de destrucción.

Finalmente, la ofensiva soviética logró la dominación de la Europa Oriental y luego del trágico
bombardeo de la ciudad de Dresde, Alemania, donde alrededor de 100,000 civiles perdieron la vida,
Hitler dio por perdida la guerra y finalmente se suicidó en su bunker el 29 de abril de 1945. La
rendición alemana ocurrió el 7 de mayo, aunque el frente del Pacífico seguía en pie, por lo que el
Presidente Truman dio la orden de lanzar dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de
Hiroshima y Nagasaki, produciendo la muerte instantánea de 120,000 civiles.

La Segunda Guerra Mundial es reconocida como el enfrentamiento más sangriento de la historia. En


solo seis años, cobró la vida a más de cincuenta millones de civiles.
TOLERANCIA

La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica


diversidad que nos rodea: las diferentes culturas de nuestro mundo,
nuestras formas de expresión y medios de ser humanos; la tolerancia es
la relación armónica de nuestras diferencias.

Practicar la tolerancia no significa tolerar la injusticia social ni renunciar a


las convicciones personales, significa que toda persona es libre de tener
sus propias convicciones y acepta que los demás tengan las suyas;
significa aceptar el hecho de que todos los seres humanos tienen
derecho a vivir en paz y a ser como son, sin importar la diversidad de
sus creencias, su identidad o modo de vida.

Ante todo, la tolerancia es una actitud activa de reconocimiento de los


derechos humanos universales y las libertades fundamentales de todas
las personas. La tolerancia es una virtud que contribuye a sustituir la
cultura de la violencia por una cultura de la paz. No es solo un deber moral, sino también una
exigencia política y jurídica: la tolerancia hemos de practicarla los individuos, los grupos y los
Estados, y debemos fomentarla mediante el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y
la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

Consolidar el valor de la tolerancia en nuestra sociedad requiere una


importante labor de educación, aprendizaje y comunicación constante.
Una educación para la tolerancia implica comprender y analizar los
motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la
intolerancia, es decir, las raíces principales de la violencia y la exclusión;
implica asimismo reconocer que la intolerancia nace de la ignorancia y
del miedo: miedo a lo desconocido, al otro, a culturas, naciones o
religiones distintas. Por lo tanto, es necesario que se implementen
políticas y programas educativos que contribuyan al desarrollo del
entendimiento y la solidaridad entre los individuos y entre las naciones.

Ser tolerante implica respetar al otro, comprender que no poseemos la


verdad absoluta y no imponer nuestras opiniones a los demás.

El pasado de los demás y, en cierto modo, la historia de la humanidad en la que nunca he


participado, en la que nunca he estado presente, es mi pasado.

Emmanuel Lévinas (1906-1995)


IRENA SENDLER
Irena Sendler o Sendlerowa (Otwock,
Varsovia, 15 de febrero de 1910 - Varsovia, 12
de mayo de 2008), conocida como «El Ángel
del Gueto de Varsovia», fue una enfermera y
trabajadora social polaca católica, que durante
la Segunda Guerra Mundial ayudó y salvó a
más de dos mil quinientos niños judíos
prácticamente condenados a ser víctimas del
Holocausto, arriesgando su propia vida. Fue
candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007,
aunque finalmente no resultó elegida. Sin
embargo, fue reconocida como Justa entre las
naciones y se le otorgó la más alta distinción
civil de Polonia al ser nombrada dama de la
Orden del Águila Blanca.

«La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui
educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin
mirar su religión o su nacionalidad.»
Irena Sendler, quien salvó a 2500 niños del Gueto de Varsovia.

PRIMEROS AÑOS

Irena Sendler nació como Irena Krzyzanowska el 15 de febrero de 1910, en Varsovia. Su padre,
Stanisław Krzyżanowski, era un médico reconocido. Desde su infancia, Irena sintió simpatía por los
judíos. Su padre falleció en 1917 a causa de un tifus contraído al tratar a varios pacientes
rechazados por sus colegas: muchos de esos pacientes eran judíos. Tras su muerte, los líderes de la
comunidad judía ofrecieron pagar los estudios de Irena. En la Polonia de pre-guerra, Irena se opuso
al sistema de discriminación adoptado por algunas universidades, como resultado de lo cual fue
suspendida en la Universidad de Varsovia durante tres años.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar
Social de Varsovia, el cual llevaba los comedores comunitarios de la ciudad. Allí trabajó
incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas.
Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres
sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero.

En el año 2007 el gobierno de Polonia la presentó como candidata para el premio Nobel de la Paz.
Esta iniciativa fue del Presidente Lech Kaczynski y contó con el apoyo oficial del Estado de Israel —a
través de su primer ministro, Ehud Ólmert— y de la Organización de Supervivientes del Holocausto
residentes en Israel. Las autoridades de Oświęcim (Auschwitz en alemán) expresaron su apoyo a
esta candidatura, ya que consideraron que Irena Sendler fue uno de los últimos héroes vivos de su
generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de
una naturaleza extraordinaria. Finalmente el galardón fue concedido a Al Gore.

Irena Sendler falleció en Varsovia (Polonia), el 12 de mayo de 2008, a los 98 años de edad.
OPINIÓN

La visita deja una gran reflexión sobre el poder del ser humano, las maravillas que
se pueden hacer cuando el genio es bien canalizado, cuando no es así es
realmente trágico. El museo habla de los grandes holocaustos de la historia de la
humanidad iniciando por los Nazis. Al terminar hay gran mensaje de cómo
entender la tolerancia para una mejor convivencia. El termino tolerancia en este
enfoque me parece es algo muy necesario en las sociedades hoy en día.
Definitivamente es recomendable la visita guiada es un costo menor por ello pero
da muchísima claridad a la exposición. Las personas encargadas de estas visitas
son realmente conocedores de la historia y materiales expuestos. Importante
entender que no se trata de un museo de historia.

Hasta ahora, este es el mejor museo que he visitado a lo largo de mi vida. Tanto el
flujo de información, el diseño de las salas, las exposiciones, la variedad de
audios, videos, piezas y textos, hacen que la experiencia sea divertida y no
monótona.

Abarca principalmente el tema del Holocausto, sin dejar de lado, otros aspectos
como los genocidios y guerras contemporáneas. Cuenta también con una sala de
exposiciones temporales, cuya entrada es incluida en el boleto. En taquilla,
puedes adquirir audio guías si deseas un paseo más completo, e incluso esperar
pro un tour guiado.

El Museo se encuentra en la misma plaza con el Ministerio de Relaciones


Exteriores, y a unos cuantos pasos del palacio de Bellas Artes, en el centro de la
Ciudad de México.

Me parece muy completo, la experiencia vivida fue muy fuerte, comprendí el


término "Impacto" porque esa fue la sensación que experimenté, no se sale de ese
museo sin que algo suceda en el interior, toda la gente sale reflexionando.

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