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1.-INTRODUCCIÓN E ÍNDICE
La regulación existente en el Código penal de los fenómenos de la delincuencia de género y de la violencia
doméstica es el resultado complementario a la LO 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género.
Siguiendo las directrices internacionales, la Ley pretende proporcionar una respuesta global a la violencia que se
sobre las mujeres.
En esta parte estudiaremos algunos de los artículos que afectan al CP. Referidos a la violencia de género:
El modelo seguido tras las Reformas del CP de 2003 y 2004.
Reforma CP. de 2015 referidas al ámbito familiar de: la violencia de género, violencia doméstica o
violencia habitual.
o Art. 148 lesiones leves recoge un tipo agravado de lesiones: (apart. 4 y 5)
o Art. 153. Lesiones leves (personas referidas art. 173.2): (apart. 1 y 2)
o Art. 171. Las amenazas (apart. 4 y 5)
o Art. 172. Las coacciones leves: (apart. 2 y 3)
o Art. 173. Malos tratos habituales ámbito familiar dentro de violencia de género o personas en custodia
2. El que habitualmente ejerza fuerza física sobre (personas referidas art. 173.2)
4. Quien cause injuria o vejaciones leve sobre (personas referidas art. 173.2).
El debate sobre su constitucionalidad.
2.- EL MODELO SEGUIDO TRAS LAS REFORMAS DEL CP DE 2003 Y 2004
El art. 147 CP. En su tipo base el causase lesión física y psíquica, siempre que la lesión requiera además de una
primera asistencia facultativa, tratamiento médico o quirúrgico.
Desde el punto de vista del Derecho Penal, el modelo político criminal incluido por la Ley de 2004 modifica en el
Código Penal en la siguiente regulación:
El art, 153 se establece una previsión según la cual los casos de agresiones físicas o psíquicas “menores”,
que comúnmente serian consideradas delitos leves (antes de la Reforma de 2015 considerados simples faltas),
sin embargo con la reforma son castigadas como delitos cuando estemos ante un caso de violencia de genero
Es la agravación del maltrato de obra, por ser en el ámbito de la violencia de género:
(art. 153.1) (mujer: pareja, relación de afectividad… con o sin convivencia).
(art. 153.2) también incluye convivencia con persona especialmente vulnerable que conviva con el autor.
Reformas en delitos de COACCIONES, entre ellas, matrimonios forzosos y acoso (de carácter no sexual)
Al igual que en el art. 170 en el 172 en su apart. 2 agrava las coacciones en el ámbito de doméstico.
El art. 172.2 CP hace lo propio con las coacciones, castigando como delito a la coacción leve, cuando la
víctima es una mujer o una persona especialmente vulnerable que convive con el autor.
El art. 172.3 CP cuando el ofendido fuere (personas referidas art. 173.2)
MALOS TRATOS HABITUALES en ámbito familiar, en la violencia de género o hacia persona en custodia
El art. 173.2 el habitualmente ejerza violencia física o psíquica sobre quien haya sido cónyuge o persona a la
que haya estado ligada en análoga relación de afectividad y las personas (violencia de género o y también
en el caso de personas que por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas a guarda o custodia en
centros públicos o privados (personas referidas art. 173.2)
El art. 173.4 quien causase injurias o vejaciones de carácter leve, cuando el ofendido fuera (personas
referidas art. 173.2)
La pena es de prisión de 6 meses a 3 años, sin perjuicio de la que pudiera corresponder a los delitos en que
se hubieran concretado los actos de violencia física o psíquica.
Estas disposiciones han sido duramente criticadas por un sector de la doctrina penal, algunos sectores de la
Magistratura (la crítica se inició en un primer momento con un Informe del Consejo General del Poder Judicial al
Anteproyecto de Ley), y diversos grupos sociales.
3.- EL DEBATE SOBRE SU CONSTITUCIONALIDAD
El debate sobre la cuestionalidad de las reformas penales se han centrado en la posible discriminación del hombre al
castigar más gravemente que a la unas conductas penales, (art. 14 de la Constitución).
También se argumenta que fundar la mayor gravedad en las características del autor y no en el injusto del hecho
infringe el principio de responsabilidad por el hecho y representa una vuelta a un intolerable Derecho Penal de autor
Por último, se ha criticado que la conversión en delito de hechos que comúnmente se consideraría infracciones
menores (delitos leves) tras la reforma de 2015, representa una infracción del principio de proporcionalidad recogido
en el artículo 25.1 de la CE.
Estas cuestiones fueron ya apuntadas en el Informe del Consejo General del Poder Judicial sobre el Anteproyecto de
esta ley, y una vez entrada en vigor, se han planteado diversas cuestiones de inconstitucionalidad ante el TC.
El Tribunal Constitucional, sin embargo, (STC 59/2008 y STC 80/2008, STC ambas sobre el art. 153.1 CP y la STC
41/2010 sobre el art. 148.4), ha afirmado la constitucionalidad de estas disposiciones.
A este respecto, el TC ha considerado que la razón de la diferenciación, que explica el trato desigual y que por tanto
no vulnera el principio de igualdad, está en un fin legítimo perseguido por la norma, que «tiene como finalidad
principal prevenir las agresiones que en el ámbito de la pareja se producen como manifestación del dominio del
hombre sobre la mujer en tal contexto; su pretensión así es la de proteger a la mujer en un ámbito en el que el
legislador aprecia que sus bienes básicos (vida, integridad física y salud) y su libertad y dignidad mismas están
insuficientemente protegidos. Su objetivo es también combatir el origen de un abominable tipo de violencia que se
genera en un contexto de desigualdad y de hacerlo con distintas clases de medidas, entre ellas las penales».
Tampoco considera el TC que la protección reforzada a las mujeres infrinja el principio de responsabilidad por el
hecho, o el de culpabilidad, y admite que la razón está e un mayor desvalor del hecho: «no resulta reprochable el
entendimiento legislativo referente a que una agresión supone un daño mayor en la víctima cuando el agresor actúa
conforme a una pauta cultural –la desigualdad en el ámbito de la pareja– generadora de gravísimos daños a sus
víctimas» y dota así … a su comportamiento de un efecto añadido a los propios del uso de la violencia en otro
contexto.
Por otra parte, considera el TC que al prever la agravación de las lesiones tampoco se vulnera la presunción de
inocencia ni el principio de proporcionalidad puesto que, el art. 148.4 CP no se basa en que las agresiones sean
cometidas por el hombre a su pareja afectiva sin que, «lo que hace el legislador, y lo justifica razonablemente, es
apreciar el mayor desvalor y mayor gravedad propios de las conductas descritas»
Por último, el TC que tampoco considerar que se castigue al autor por hechos cometidos por otras personas, al modo
de una culpa colectiva. Asi lo recoge STC 59/2008: «que en los casos cuestionados el legislador haya apreciado
razonablemente un desvalor añadido, porque el autor inserta su conducta en una pauta cultural generadora de
gravísimos daños a sus víctimas y porque dota así a su acción de una violencia mucho mayor que la que su acto
objetivamente expresa, no comporta que se esté sancionado al sujeto activo de la conducta por las agresiones
cometidas por otros cónyuges varones, sino por el especial desvalor de su propia y personal conducta: por la
consciente inserción de aquélla en una concreta estructura social a la que, además, él mismo, y solo él, coadyuva
con su violenta acción».
CONCLUSIONES
Según la doctrina del TC, la protección reforzada en los casos de violencia de género, a través de la previsión de
tipos agravados cuando la víctima es la mujer, se justifica en un mayor desvalor del hecho, derivado del
contexto en el que se lleva a cabo la agresión, que repercute en que ese concreto ataque no sólo represente
una agresión física, sino que conlleve a su vez una mayor lesividad para la seguridad, la libertad y la
dignidad.
Esto se ocurre también en los delitos de terrorismo o en los delitos de lesa humanidad, al igual que esta extensión
agravatoria esta extendida en otros muchos delitos.
En cualquier caso, en los delitos contra terrorismo y la humanidad el contexto es fácilmente apreciable y
demostrable, en los casos de violencia de género mientras que en los casos de delitos contra la humanidad o de
terrorismo a los que antes aludíamos, el contexto es fácilmente apreciable y demostrable, en los casos de violencia
de género, el legislador considera la penetración social de determinadas consideraciones en torno a los roles de los
hombres y de las mujeres y sus relaciones, imbricadas de tal modo en el subconsciente colectivo, que corren el
riesgo de no ser advertidas, a pesar de que producen claramente situaciones de dominación que afectan al ejercicio
de los derechos fundamentales.
4. LA AGRAVACIÓN PREVISTA EN EL ART. 148 Y SU RELACIÓN CON OTROS TIPOS
La Reforma de 2004 incorporó al art. 148 CP., que recogía diversas circunstancias agravatorias del delito básico de
lesiones del art. 147, dos circunstancias relacionadas con la violencia de género y la violencia doméstica. De esta
manera, las lesiones previstas en el art. 147 “podrán ser castigadas con la pena de dos a cinco años”, atendiendo el
resultado causado o riesgo producido:
148.4. º Si la víctima fuere o hubiere sido esposa, o mujer que estuviere o hubiere estado ligada al autor por
una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia.
148.5. º Si la víctima fuera una persona especialmente vulnerable que conviva con el autor.
De esta manera se ofrece respuesta a una crítica recibida por la regulación de 2003, que ofrecía una protección
reforzada a través del art. 153. 1 para castigar como delitos agresiones menores en el ámbito de la violencia
domestica (antes de la Reforma de 2015, faltas, después de 2015, delitos leves) pero que no recogía agravación para
los casos de agresiones más graves.
Otro aspecto positivo de esta regulación es la discrecionalidad que se concede al Juez en su aplicación, de modo que
el contexto que fundamenta la agravación ha de ser fundamentado en la utilización de la misma.
De forma crítica, un sector de la doctrina ha señalado que no resulta coherente establecer esta agravación para los
casos del 147 (lesiones básicas) y no para las lesiones más graves (reguladas en los art. 149 causare la pérdida de
un miembro vital y art. 150 causare a otro la pérdida de un miembro no vital).
Igualmente podría indicarse que carece de sentido no prever estas posibilidades de agravaciones para los casos de
homicidio.
Sin embargo, hay que tener presente que las reformas que se fueron incorporando en este ámbito tenían como
objetivo esencial reforzar la protección en casos en los que la gravedad de la situación no tenía una adecuada
respuesta por parte del Derecho Penal, como sucedía en el caso de ataques leves, que generalmente examinados
carecían de gravedad, y a los que no solía seguir la intervención penal, pero que en el ámbito de las relaciones
familiares o en el de la pareja, eran el exponente de una situación más compleja, de la que derivaban daños
contrastables a los derechos fundamentales de las mujeres (o de los miembros vulnerables de la familia) y que
quedaban impunes.
En la medida en que, superado ese umbral, las agresiones más graves sí que tenían una respuesta penológica
suficiente (pena de lesiones graves o de homicidio o asesinato), resultaba más discutible, y todavía lo es, que fuera
necesario acudir a una protección reforzada, ya que la elevada pena de los arts. 149, 150, 138, 139 y 140 pueden
abarcar el desvalor del hecho. No obstante, tras la Reforma de 2015, a la agravante de parentesco tradicionalmente
usada en estos casos, se une la posibilidad de aplicar la agravante de cometer el delito “por razones de género”. Art.
22, 4ª CP.
La circunstancia 5ª del art. 148 permite la agravación cuando estamos ante una “persona especialmente vulnerable”.
Esta previsión enfatiza el interés del legislador en la protección del entorno íntimo que representan las
relaciones afectivas o de familia y los bienes en ellas comprometidos.
Con respecto de esta circunstancia se ha señalado por un sector de la doctrina la supuesta indefinición,
contraria al principio de seguridad jurídica, que pueda arrostrar la expresión “persona especialmente
vulnerable”.
Sin embargo, no existe tal indefinición: Puesto que los menores de 12 años se prevén en el número tercero
del artículo, en este precepto cabe incluir a enfermos, ancianos, y menores de edad, mayores de 12 años,
que, efectivamente, sean vulnerables
En este caso, se exige convivencia, algo que no se precisa en el supuesto de la circunstancia 4ª del art. 148,
referida a la violencia de género, aunque sí es preciso la relación de afectividad.
5.- DELITOS DE LESIONES REFERIDOS A LA VIOLENCIA DE GENERO Y DOMESTICA (ART. 153)
En el art. 153 se establece un régimen específico para los delitos leves de lesiones previstos en los art. 147.2 y 147.3
cuando se producen en el contexto de la violencia de género y la violencia doméstica.
El precepto ha sido modificado por la LO 1/2015,
Antes hacía referencia a las faltas de lesiones, actualmente derogadas, cuando éstas se producían en el contexto
de la violencia doméstica o violencia de género.
Ahora la referencia es a los delitos leves del art. 147.2 y 147.3.
La finalidad de la tipificación específica es elevar la pena en razón de las relaciones familiares que unen a autor y
víctima, respecto a la pena que se prevé para estas conductas cuando se realizan entre terceros. Las penas de
multa previstas con carácter general se sustituyen por penas cortas de prisión y la conducta no constituye delito
leve.
La especialidad es que esta conducta exige que el sujeto activo únicamente puede serlo el varón y el sujeto
pasivo mujer, siempre que se den las relaciones anteriormente expuestas.
También se añade el supuesto de persona especialmente vulnerable (menores o personas con discapacidad
especialmente vulnerables) que conviva con el autor, que también necesariamente debe ser varón (que crea un
problema de diferenciación entre los números 1 y 2 del artículo 153.
Este tipo se aplica cuando el acto de violencia es puntual. Cuando estos actos se realizan de forma habitual, la
calificación es distinta. Constituyen entonces un delito de maltrato habitual, tipificado en el art. 173.2, dentro
de los delitos contra la integridad moral. El bien jurídico protegido en este tipo no es sólo la salud de las personas
(si existe lesión a la salud ésta se sancionará separadamente), sino sobre todo su dignidad y seguridad, su
equilibrio psicológico y su bienestar físico.
La pena es prisión de seis meses a un año o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta
días; privación del derecho a la tenencia y porte de armas; y, cuando el Juez lo estime adecuado,
inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela curatela, guarda o acogimiento hasta cinco años.
(Art. 153.2) Violencia doméstica causar los delitos leves de lesiones del art. 147, cuando la víctima sea:
o Descendiente, ascendiente o hermano de naturaleza, adopción o afinidad, propios o del cónyuge conviviente.
o Menor o incapaz que con él conviva o que se halle sujeto a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda
de hecho del cónyuge o conviviente;
o Persona amparada en cualquier otra relación por la que se encuentre en el núcleo de convivencia familiar.
o Persona que, por su especial vulnerabilidad, se encuentre sometida a custodia o guarda en centro público o
privado. Se trata de violencia institucional que se produce fuera del seno de la familia.
Art (153.3) se prevén cinco circunstancias que agravan en su mitad superior las conductas anteriores 1 y 2:
o Comisión del delito en presencia de menores,
o Utilizando armas,
o Cuando tenga lugar en el domicilio común
o En el domicilio de la víctima
o Quebrantando las penas previstas en el art. 48, o una medida cautelar de similar naturaleza.
(Art. 153.4) prevé la posibilidad de rebajar en grado la pena, cuando en atención a las circunstancias del autor o
del hecho, el Juez estime que el hecho es de menor gravedad.
6. EL MALTRATO HABITUAL EN EL ÁMBITO FAMILIAR
El maltrato habitual en el ámbito familiar está regulado en el art. 173.2 CP. este precepto fue modificado por la LO
1/2015.
El bien jurídico protegido, en este caso, es la integridad moral de las personas, pero con el matiz de que se
protege en el ámbito familiar, afectando, por tanto, a otros intereses como la protección de la familia como lugar de
protección, apoyo y solidaridad entre todos sus miembros, especialmente aquellos que son más vulnerables.
Ejercer violencia física o psicológica mediante conductas intimidatorias idóneas para atemorizar a la víctima o
actos de violencia física, siempre que tales conductas se realicen de forma habitual. En definitiva, lo que se
sanciona en este precepto son conductas que exteriorizan una actitud frente a la familia, en la que se sustituyen
las relaciones de afecto y mutuo respeto entre sus miembros, por relaciones de dominación y sumisión fundadas
en la intimidación y en el miedo. No caben comportamientos omisivos. Y si tales actos se concretan en resultados
lesivos existiría un concurso de delitos.
De forma habitual, siendo el elemento que caracteriza este delito y el que determina su mayor desvalor. Para
determinar la habitualidad hay que atender al número de actos de violencia acreditados y la proximidad temporal
de los mismos, con independencia de que afecten a la misma o a diferentes víctimas y de que hayan sido
enjuiciados en procesos anteriores (art. 173.3).
Las penas previstas son de prisión de seis meses a tres años; privación del derecho a la tenencia y porte de armas
de tres a cinco años; en su caso y cuando el juez o tribunal lo estime adecuado al interés del menor o persona con
discapacidad, inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento por
tiempo de uno a cinco años.