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Es muy importante que aprendamos a diferencias entre el trabajo colaborativo y el trabajo en equipo,
ya que no son iguales, cuando hablamos del trabajo colaborativo, debemos estar conscientes de
las habilidades y capacidades de cada uno de los integrantes del equipo para potenciarlas y poder
llegar a la meta planteada en un inicio, ciertamente debemos hacer una distribución de actividades
para aprovechar mejor nuestros recursos. El trabajo en equipo, implica el repartirse ciertas
actividades y que una persona lleve toda la carga del proceso, y los demás se desentienden y
aunque se llegue a la meta no todos contribuyen en el desarrollo del proceso.
El trabajo colaborativo exige que todos los participantes respeten una serie de normas éticas, entre
los que podemos indicar las siguientes:
Avanzar requiere de la iniciativa y del esfuerzo individual.
Respetar las aportaciones de todos los participantes, y valorarlas en función de su contenido,
y no de la persona que la realiza.
Asumir que el responsable de las decisiones que se adopten es el grupo.
Dominar estrategias y técnicas de comunicación, intercambio y de aceptación de ideas.
Potenciar una interdependencia positiva entre los miembros del grupo.
Todos los participantes deben tener las mismas oportunidades de intervenir.
Cualquier actitud de liderazgo debe de hacerse desde una posición democrática.
Estos son algunos de los beneficios que proporciona a los participantes el aprendizaje colaborativo:
Favorece la capacidad de resolver problemas de forma creativa, a partir de estrategias de
negociación y mediación y la búsqueda cooperativa de alternativas.
Proporciona oportunidades para aprender a "ponerse en el lugar de otros" y genera empatía
hacia los compañeros. No sólo se aprenden conceptos, sino también actitudes y valores.
Proporciona oportunidades de éxito a todos los participantes, por lo que mejora el rendimiento y
la autoestima que, a su vez, repercute en una mayor seguridad y compromiso con el grupo.
Permite reducir estereotipos y prejuicios entre distintos grupos socioculturales, ya que los
compañeros son percibidos como fuente de aprendizaje y no como competidores para alcanzarlo.
Mejora la motivación y las actitudes hacia la materia de estudio, hacia la figura del tutor y hacia la
función de la institución formativa.
Para que el aprendizaje colaborativo funcione bien, será necesario incorporar explícitamente en cada
clase cinco elementos esenciales:
La noción de interdependencia positiva, la conciencia de la responsabilidad individual y grupal.
La interacción estimuladora entre los miembros, la evaluación grupal y
La enseñanza de prácticas interpersonales y grupales imprescindibles.
Hay cinco grandes actitudes ante el conflicto. Descubrir las propias y las de lo demás será un trabajo
previo importante a hacer en resolución de conflictos.
Ninguna de estas actitudes podemos decir que se dé, habitualmente, de una forma pura y única en
ninguna situación ni persona. Tampoco es nuestra intención plantear que haya algunas actitudes
malas y otras buenas para toda situación El propio esquema da algunas pistas sobre ello. En
circunstancias donde lo que está en juego no tiene mucha importancia para nosotros y con quien
está en juego es con alguien que apenas conocemos y con quien no tenemos casi relación,
probablemente la mejor opción sea algo que en principio nos podía parecer muy negativo, como es
el evitar el conflicto.
Capacidad de escucha
LA ACTITUD EMPÁTICA
La actitud empática requiere en primer lugar de la comprensión, esta no solo tiene la capacidad de
captar la experiencia ajena, sino también como capacidad de devolver este significado a quien lo
vive, para que el sienta que realmente eta comprendido.
Efectos de la empatía en el ayudado: Suscita sentimientos y experiencia relevante, estimula la
autoexploración, favorece la autoconfrontación y favorece la aceptación de sí mismo.
Para que la empatía exista es necesario que se dejen a un lado los juicios morales y los fenómenos
de raíz afectiva (simpatía, antipatía); de tal modo que se pueda tener una actitud comprensiva pero
no de compasión frente a la circunstancia del otro. Consiste en el esfuerzo de carácter objetivo y
racional para llevar a cabo proceso de comprensión intelectual que permita comprender los
sentimientos del otro.
Esta capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus acciones o de su manera de
decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos,
actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando
del modo más adecuado sus reacciones emocionales.
El desarrollo de la empatía exige un cierto nivel de inteligencia: por eso, quienes son diagnosticados
con síndrome de Asperger, autismo o padecen algunas psicopatías carecen de esta habilidad
cognitiva. Las personas con empatía, tienen la capacidad de oír a los demás y de comprender tanto
sus problemas como cada una de sus acciones.
Escucha activamente: Escuchar es algo más que hacer una pausa para dejar que la otra persona
hable. Implica estar completamente presente y darle al orador la completa atención. También
requiere reflexión permanente para que puedas apreciar el significado completo de lo que la persona
que está hablando está tratando de decir. Este tipo de escucha consciente y comprometida
plenamente se conoce como "escucha activa" porque estás buscando activamente interpretar y
comprender la perspectiva del orador.
Concéntrate plenamente: Una parte importante de la escucha activa es la concentración. Esto
significa sacar todo de tu mente, mirando directamente a la persona que habla y negándote a ser
distraído por cualquier otro tipo de ruido o movimiento. Evita pensar en lo que vas a decir a
continuación o sobre cualquier cosa fuera de la conversación inmediata. No interrumpas, pero señala
a la persona que está hablando que estás escuchando, haciendo sonidos o movimientos apropiados,
como asentir o decir "sí".
Evita el prejuicio: Sacar conclusiones precipitadas, anular lo que una persona está tratando de
decir con tus propios puntos de vista o detener a una persona antes de que haya terminado de
hablar son todas las acciones contraproducentes y perjudiciales. Aun cuando el tema en discusión
sea algo en lo que tengas convicciones y sentimientos fuertes, permite que la otra persona termine
de hablar y escucha con atención sus puntos de vista antes de responder.
Resume y reflexiona: Resume en tu mente lo que está diciendo la persona mientras la escuchas.
Hazle llegar lo que te parece que ha dicho; por ejemplo, "Si te he entendido bien, estás preocupado
acerca de...." Esto le dará la tranquilidad de que has estado escuchando plenamente y ofrecerá una
nueva oportunidad para elaborar o corregir la información que hasta ahora has recibido.
Forma el hábito: Saber escuchar es una habilidad que puede ser aprendida, como cualquier otra. Al
principio puede implicar un cambio consciente en la conducta con el fin de concentrarse de forma
más plena y sin interrupción. Reemplazar la costumbre de ser un oyente pobre o descuidado con
buenos hábitos de escucha puede tomar tiempo, pero se puede lograr.
Aprecia los beneficios: Ser conocido como un buen oyente mejorará tu reputación profesional y
personal. Te permitirá apreciar las perspectivas de otras personas, entender sus puntos de vista,
empatizar con su situación y disfrutar de sus contribuciones únicas. La cantidad de lo que puedes
aprender de escuchar de forma plena y abierta a los demás no puede ser subestimada.
LA ACTITUD EMPÁTICA
La actitud empática requiere en primer lugar de la comprensión, esta no solo tiene la capacidad de
captar la experiencia ajena, sino también como capacidad de devolver este significado a quien lo
vive, para que el sienta que realmente eta comprendido.
Efectos de la empatía en el ayudado: Suscita sentimientos y experiencia relevante, estimula la
autoexploración, favorece la autoconfrontación y favorece la aceptación de sí mismo.
Para que la empatía exista es necesario que se dejen a un lado los juicios morales y los fenómenos
de raíz afectiva (simpatía, antipatía); de tal modo que se pueda tener una actitud comprensiva pero
no de compasión frente a la circunstancia del otro. Consiste en el esfuerzo de carácter objetivo y
racional para llevar a cabo proceso de comprensión intelectual que permita comprender los
sentimientos del otro.
Esta capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus acciones o de su manera de
decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos,
actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando
del modo más adecuado sus reacciones emocionales.
El desarrollo de la empatía exige un cierto nivel de inteligencia: por eso, quienes son diagnosticados
con síndrome de Asperger, autismo o padecen algunas psicopatías carecen de esta habilidad
cognitiva. Las personas con empatía, tienen la capacidad de oír a los demás y de comprender tanto
sus problemas como cada una de sus acciones.