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2.

3 DESARROLLO DE HABILIDADES PARA LA TOMA DE DECISONES


ENTRABAJO COLABORATIVO

Actitudes favorables para el trabajo colaborativo

Es muy importante que aprendamos a diferencias entre el trabajo colaborativo y el trabajo en equipo,
ya que no son iguales, cuando hablamos del trabajo colaborativo, debemos estar conscientes de
las habilidades y capacidades de cada uno de los integrantes del equipo para potenciarlas y poder
llegar a la meta planteada en un inicio, ciertamente debemos hacer una distribución de actividades
para aprovechar mejor nuestros recursos. El trabajo en equipo, implica el repartirse ciertas
actividades y que una persona lleve toda la carga del proceso, y los demás se desentienden y
aunque se llegue a la meta no todos contribuyen en el desarrollo del proceso.

El trabajo colaborativo exige que todos los participantes respeten una serie de normas éticas, entre
los que podemos indicar las siguientes:
 Avanzar requiere de la iniciativa y del esfuerzo individual.
 Respetar las aportaciones de todos los participantes, y valorarlas en función de su contenido,
y no de la persona que la realiza.
 Asumir que el responsable de las decisiones que se adopten es el grupo.
 Dominar estrategias y técnicas de comunicación, intercambio y de aceptación de ideas.
 Potenciar una interdependencia positiva entre los miembros del grupo.
 Todos los participantes deben tener las mismas oportunidades de intervenir.
 Cualquier actitud de liderazgo debe de hacerse desde una posición democrática.

Estos son algunos de los beneficios que proporciona a los participantes el aprendizaje colaborativo:
 Favorece la capacidad de resolver problemas de forma creativa, a partir de estrategias de
negociación y mediación y la búsqueda cooperativa de alternativas.
 Proporciona oportunidades para aprender a "ponerse en el lugar de otros" y genera empatía
hacia los compañeros. No sólo se aprenden conceptos, sino también actitudes y valores.
 Proporciona oportunidades de éxito a todos los participantes, por lo que mejora el rendimiento y
la autoestima que, a su vez, repercute en una mayor seguridad y compromiso con el grupo.
 Permite reducir estereotipos y prejuicios entre distintos grupos socioculturales, ya que los
compañeros son percibidos como fuente de aprendizaje y no como competidores para alcanzarlo.
 Mejora la motivación y las actitudes hacia la materia de estudio, hacia la figura del tutor y hacia la
función de la institución formativa.

Para que el aprendizaje colaborativo funcione bien, será necesario incorporar explícitamente en cada
clase cinco elementos esenciales:
 La noción de interdependencia positiva, la conciencia de la responsabilidad individual y grupal.
 La interacción estimuladora entre los miembros, la evaluación grupal y
 La enseñanza de prácticas interpersonales y grupales imprescindibles.

Es requisito para el aprendizaje colaborativo, que se aprendan determinadas prácticas


interpersonales y grupales. " Este tipo de aprendizaje dialógico facilita el desarrollo de aquellos
procesos cognitivos como la observación, el análisis, la capacidad de síntesis, el seguir
instrucciones, comparar, clasificar, tomar decisiones y resolver problemas, en los que la interacción
enriquece los resultados y estimula la creatividad" (Calzadilla, 2002).
Actitudes ante un conflicto

Hay cinco grandes actitudes ante el conflicto. Descubrir las propias y las de lo demás será un trabajo
previo importante a hacer en resolución de conflictos.

a) Competición (gano/pierdes): Nos encontramos una situación en la que conseguir lo que yo


quiero, hacer valer mis objetivos, mis metas, es lo más importante, no importa que para ello tenga
que pasar por encima de quien sea. La relación no importa. En el modelo de la competición
llevada hasta las últimas consecuencias lo importante es que yo gane y para ello la más fácil es
que los demás pierdan. Ese perder, en ocasiones, se traduce no ya en que la otra persona no
consiga sus objetivos sino en que sea eliminada o destruida (buscamos la eliminación de la otra
parte con la exclusión, la discriminación, etc.)
b) La acomodación (pierdo/ganas): con tal de no confrontar la otra parte yo no hago valer o ni
planteo mis objetivos. Es un modelo tan extendido o más que la competición a pesar de que
creamos lo contrario. A menudo confundimos el respeto, la buena educación, con no hacer valer
nuestros derechos porque eso pueda provocar tensión o malestar, Vamos aguantándonos hasta
que no podemos más y entonces nos destruimos o destruimos a la otra parte.
c) La evasión (pierdo/pierdes): ni los objetivos ni la relación salen bien parados, no se consiguen
ninguno de los dos. No enfrentamos los conflictos, metemos “la cabeza debajo del ala”, por miedo
o por pensar que se se resolverán por si solos. No obstante, como dijimos anteriormente los
conflictos tienen su propia dinámica y una vez iniciada no se para por sí sola.
d) La cooperación (gano/ganas): en este modelo conseguir los propios objetivos es muy
importante, pero la relación también. Tiene mucho que ver con algo muy intrínseco a la filosofía
“noviolenta” : el fin y los medios tienen que ser coherentes. Es el modelo hacia el que vamos a
intentar encaminar el proceso educativo. Es un modelo en el sólo sirven soluciones gano-ganas,
se trata de que todos ganemos. Cooperar no es acomodarse, no puede ser renunciar a aquello
que no es fundamental. Otra cosa diferente es que se puede ceder en lo que es menos
importante.
e) La negociación: llegar a la cooperación plena es muy difícil, por ello se plantea otro modelo en el
que trata de que ambas partes ganen en lo fundamental, ya que no se pueden llegar al 100%.
Hay gente que cuando habla de negociación, en realidad está pensando en una mera táctica del
modelo de la competición. Si una de las dos partes no se va con la sensación de que ha ganado
lo fundamental, no estamos en este modelo, sino en el de competición o acomodación.

Ninguna de estas actitudes podemos decir que se dé, habitualmente, de una forma pura y única en
ninguna situación ni persona. Tampoco es nuestra intención plantear que haya algunas actitudes
malas y otras buenas para toda situación El propio esquema da algunas pistas sobre ello. En
circunstancias donde lo que está en juego no tiene mucha importancia para nosotros y con quien
está en juego es con alguien que apenas conocemos y con quien no tenemos casi relación,
probablemente la mejor opción sea algo que en principio nos podía parecer muy negativo, como es
el evitar el conflicto.

Capacidad de escucha

La comunicación interpersonal es un proceso de tres etapas. El éxito depende de la claridad y la


forma de hablar o de escribir tu mensaje, la forma en que es recibido y si es entendido o no.
Escuchar es un aspecto clave del proceso, ya que proporciona acceso directo a las respuestas de la
otra persona, te permite entender sus preocupaciones y prioridades y da pistas sobre cómo puedes
seguir comunicándote de una mejor manera.
Escucha activamente: Escuchar es algo más que hacer una pausa para dejar que la otra persona
hable. Implica estar completamente presente y darle al orador la completa atención. También
requiere reflexión permanente para que puedas apreciar el significado completo de lo que la persona
que está hablando está tratando de decir. Este tipo de escucha consciente y comprometida
plenamente se conoce como "escucha activa" porque estás buscando activamente interpretar y
comprender la perspectiva del orador.
Concéntrate plenamente: Una parte importante de la escucha activa es la concentración. Esto
significa sacar todo de tu mente, mirando directamente a la persona que habla y negándote a ser
distraído por cualquier otro tipo de ruido o movimiento. Evita pensar en lo que vas a decir a
continuación o sobre cualquier cosa fuera de la conversación inmediata. No interrumpas, pero señala
a la persona que está hablando que estás escuchando, haciendo sonidos o movimientos apropiados,
como asentir o decir "sí".
Evita el prejuicio: Sacar conclusiones precipitadas, anular lo que una persona está tratando de
decir con tus propios puntos de vista o detener a una persona antes de que haya terminado de
hablar son todas las acciones contraproducentes y perjudiciales. Aun cuando el tema en discusión
sea algo en lo que tengas convicciones y sentimientos fuertes, permite que la otra persona termine
de hablar y escucha con atención sus puntos de vista antes de responder.
Resume y reflexiona: Resume en tu mente lo que está diciendo la persona mientras la escuchas.
Hazle llegar lo que te parece que ha dicho; por ejemplo, "Si te he entendido bien, estás preocupado
acerca de...." Esto le dará la tranquilidad de que has estado escuchando plenamente y ofrecerá una
nueva oportunidad para elaborar o corregir la información que hasta ahora has recibido.
Forma el hábito: Saber escuchar es una habilidad que puede ser aprendida, como cualquier otra. Al
principio puede implicar un cambio consciente en la conducta con el fin de concentrarse de forma
más plena y sin interrupción. Reemplazar la costumbre de ser un oyente pobre o descuidado con
buenos hábitos de escucha puede tomar tiempo, pero se puede lograr.
Aprecia los beneficios: Ser conocido como un buen oyente mejorará tu reputación profesional y
personal. Te permitirá apreciar las perspectivas de otras personas, entender sus puntos de vista,
empatizar con su situación y disfrutar de sus contribuciones únicas. La cantidad de lo que puedes
aprender de escuchar de forma plena y abierta a los demás no puede ser subestimada.

LA ACTITUD EMPÁTICA

La actitud empática requiere en primer lugar de la comprensión, esta no solo tiene la capacidad de
captar la experiencia ajena, sino también como capacidad de devolver este significado a quien lo
vive, para que el sienta que realmente eta comprendido.
Efectos de la empatía en el ayudado: Suscita sentimientos y experiencia relevante, estimula la
autoexploración, favorece la autoconfrontación y favorece la aceptación de sí mismo.
Para que la empatía exista es necesario que se dejen a un lado los juicios morales y los fenómenos
de raíz afectiva (simpatía, antipatía); de tal modo que se pueda tener una actitud comprensiva pero
no de compasión frente a la circunstancia del otro. Consiste en el esfuerzo de carácter objetivo y
racional para llevar a cabo proceso de comprensión intelectual que permita comprender los
sentimientos del otro.
Esta capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus acciones o de su manera de
decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos,
actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando
del modo más adecuado sus reacciones emocionales.
El desarrollo de la empatía exige un cierto nivel de inteligencia: por eso, quienes son diagnosticados
con síndrome de Asperger, autismo o padecen algunas psicopatías carecen de esta habilidad
cognitiva. Las personas con empatía, tienen la capacidad de oír a los demás y de comprender tanto
sus problemas como cada una de sus acciones.
Escucha activamente: Escuchar es algo más que hacer una pausa para dejar que la otra persona
hable. Implica estar completamente presente y darle al orador la completa atención. También
requiere reflexión permanente para que puedas apreciar el significado completo de lo que la persona
que está hablando está tratando de decir. Este tipo de escucha consciente y comprometida
plenamente se conoce como "escucha activa" porque estás buscando activamente interpretar y
comprender la perspectiva del orador.
Concéntrate plenamente: Una parte importante de la escucha activa es la concentración. Esto
significa sacar todo de tu mente, mirando directamente a la persona que habla y negándote a ser
distraído por cualquier otro tipo de ruido o movimiento. Evita pensar en lo que vas a decir a
continuación o sobre cualquier cosa fuera de la conversación inmediata. No interrumpas, pero señala
a la persona que está hablando que estás escuchando, haciendo sonidos o movimientos apropiados,
como asentir o decir "sí".
Evita el prejuicio: Sacar conclusiones precipitadas, anular lo que una persona está tratando de
decir con tus propios puntos de vista o detener a una persona antes de que haya terminado de
hablar son todas las acciones contraproducentes y perjudiciales. Aun cuando el tema en discusión
sea algo en lo que tengas convicciones y sentimientos fuertes, permite que la otra persona termine
de hablar y escucha con atención sus puntos de vista antes de responder.
Resume y reflexiona: Resume en tu mente lo que está diciendo la persona mientras la escuchas.
Hazle llegar lo que te parece que ha dicho; por ejemplo, "Si te he entendido bien, estás preocupado
acerca de...." Esto le dará la tranquilidad de que has estado escuchando plenamente y ofrecerá una
nueva oportunidad para elaborar o corregir la información que hasta ahora has recibido.
Forma el hábito: Saber escuchar es una habilidad que puede ser aprendida, como cualquier otra. Al
principio puede implicar un cambio consciente en la conducta con el fin de concentrarse de forma
más plena y sin interrupción. Reemplazar la costumbre de ser un oyente pobre o descuidado con
buenos hábitos de escucha puede tomar tiempo, pero se puede lograr.
Aprecia los beneficios: Ser conocido como un buen oyente mejorará tu reputación profesional y
personal. Te permitirá apreciar las perspectivas de otras personas, entender sus puntos de vista,
empatizar con su situación y disfrutar de sus contribuciones únicas. La cantidad de lo que puedes
aprender de escuchar de forma plena y abierta a los demás no puede ser subestimada.

LA ACTITUD EMPÁTICA

La actitud empática requiere en primer lugar de la comprensión, esta no solo tiene la capacidad de
captar la experiencia ajena, sino también como capacidad de devolver este significado a quien lo
vive, para que el sienta que realmente eta comprendido.
Efectos de la empatía en el ayudado: Suscita sentimientos y experiencia relevante, estimula la
autoexploración, favorece la autoconfrontación y favorece la aceptación de sí mismo.
Para que la empatía exista es necesario que se dejen a un lado los juicios morales y los fenómenos
de raíz afectiva (simpatía, antipatía); de tal modo que se pueda tener una actitud comprensiva pero
no de compasión frente a la circunstancia del otro. Consiste en el esfuerzo de carácter objetivo y
racional para llevar a cabo proceso de comprensión intelectual que permita comprender los
sentimientos del otro.
Esta capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus acciones o de su manera de
decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos,
actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando
del modo más adecuado sus reacciones emocionales.
El desarrollo de la empatía exige un cierto nivel de inteligencia: por eso, quienes son diagnosticados
con síndrome de Asperger, autismo o padecen algunas psicopatías carecen de esta habilidad
cognitiva. Las personas con empatía, tienen la capacidad de oír a los demás y de comprender tanto
sus problemas como cada una de sus acciones.

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