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ORIGINAL
a
Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Facultad de Psicología, Universidad de Murcia, Murcia, España
b
Departamento de Ciencias de la Educación, Universidad de la Rioja, Logroño, España
PALABRAS CLAVE Resumen Durante el desarrollo del lenguaje, algunos niños encuentran dificultades para arti-
Desarrollo fonético; cular fonemas o grupos consonánticos, sin que haya una causa neurológica ni orgánica aparente.
Desarrollo del El tratamiento de estas dificultades ha comprendido técnicas diversas, otorgando poca impor-
lenguaje; tancia a las praxias fonoarticulatorias. Estas praxias consisten en la realización de movimientos
Praxias programados y organizados de forma intencional y coordinada dirigidos a controlar los músculos
fonoarticulatorias; faciales y los órganos activos de la articulación, como son lengua, labios y paladar blando. Ante
Trastorno de los la falta de conocimiento sobre la relevancia de estas praxias para la prevención y tratamiento
sonidos del habla de las dificultades articulatorias en los trastornos de los sonidos del habla, nos planteamos como
objetivo aplicar un programa de intervención en una muestra de niños de 4 años con problemas
articulatorios. Para ello, se evaluó a un grupo de 25 niños de 4.6 años de media de edad. De
ellos, 15 no tenían adquiridos todos los fonemas, de modo que fueron distribuidos en un grupo
de tratamiento (8 niños) y un grupo de control (7 niños). Los niños del grupo de tratamiento
se sometieron a un programa de intervención de 2 sesiones semanales de 30-45 min cada una
durante un periodo de 3 meses. Finalizado el tratamiento, los 15 niños fueron evaluados de
nuevo y se hizo un seguimiento 10 meses después. Los resultados muestran una tendencia a la
mejora en el grupo de tratamiento que además se mantiene en los 10 meses posteriores, y esto
es especialmente significativo para los niños con alteraciones más graves, es decir, más de 7
fonemas sin producir.
© 2014 Elsevier España, S.L.U. y Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología.
Todos los derechos reservados.
Introducción articulatorios con una edad media inicial de 4.6 años que
estas dificultades pueden permanecer hasta 4 años más
Durante la adquisición del lenguaje pueden aparecer pro- tarde.
blemas en el desarrollo fonoarticulatorio. La dificultad para Las dificultades fonoarticulatorias pueden residir en cau-
pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o gru- sas evolutivas, funcionales, audiógenas u orgánicas. En el
pos de fonemas puede hacer el habla del niño ininteligible presente estudio nos centramos en aquellos problemas que
(Namasivayam et al., 2013). Tradicionalmente, estas alte- no tienen una causa orgánica sino funcional.
raciones se conocían bajo el término de «dislalias» y se Son varios los factores relacionados hasta el momento con
abordaban desde lo que se podría llamar el paradigma arti- esta incapacidad funcional. Así, Raine, Hulme, Chadderton y
culatorio (Corredera, 1973; Pascual, 2007; Perelló, Ponces Bailey (1991) son los pioneros en relacionar los trastornos de
y Tresserra, 1990), que consideraba las dislalias, en sen- articulación con una capacidad disminuida en la memoria a
tido amplio, como una dificultad para articular uno o corto plazo, una menor longitud de la palabra y una reducida
varios sonidos debido a un retraso en la maduración motriz actividad motora articulatoria. Se han encontrado también
(Massana-Molera, 2005; Pascual, 2007; Rivera, 2009). No problemas prosódicos, alteraciones de memoria auditiva y
obstante, en la actualidad, y siguiendo la nueva concep- dificultades en la repetición y en los ritmos auditivos y visua-
tualización de la Americam Psychiatry Association (DSM-5, les en niños con problemas de articulación (Wells y Peppe,
2014), quedarían englobados en la categoría de trastornos 2003; Baldo y Dronkers, 2006). Asimismo, se ha probado que
fonológicos. Sin embargo, autores como Dodd (2014) plan- las dificultades de percepción audioverbal, de memoria y de
tean la necesidad de diferenciar subgrupos dentro de esta atención repercuten negativamente en la articulación de la
amplia categoría y proponen una subcategoría de trastornos palabra (Klees, 1983). En la mayoría de los casos estos fac-
de la articulación que comprenderían aquellas sustituciones tores no se presentan de forma aislada, sino que confluyen
o distorsiones de sonidos en aislamiento en todos los con- varios de ellos (Galiana, González y Sauca, 2004; Pascual,
textos fonéticos durante la imitación, elicitación o tareas de 2007; Rivera, 2009).
habla espontánea. Este trastorno fonético afectaría, según Este tipo de alteraciones puede provocar en el niño
la autora, al 12% de los niños con trastornos de los sonidos inhibición, aislamiento, ansiedad, frustración e inseguri-
del habla funcional. Otros estudios arrojan cifras entre el 10 dad (Moreno y Mateos, 2005), afectando a su desarrollo e
y el 15% (ASHA, 2000). integración social, por lo que han sido objeto habitual de
Obviamente, las mayores dificultades surgen con aque- intervención logopédica. Así, el tratamiento habitual de las
llos fonemas más tardíos en aparecer en el desarrollo típico, dificultades fonoarticulatorias se aborda desde varios ámbi-
sobre todo con el fonema /r/ vibrante y con los grupos con- tos y desde un enfoque pluridimensional, de modo que se
sonánticos, porque también son los más complejos a nivel incluye la respiración, el soplo, la discriminación auditiva,
motriz (Macrae y Tyler, 2014). Además, se ha constatado las praxias articulatorias y su integración en el lenguaje
que pueden ser muy persistentes. Preston, Hull y Edwards (repetido, inducido y espontáneo) (Gallardo y Gallego, 2003;
(2013) comprobaron en un grupo de niños con problemas Monfort y Juárez, 2008; Seivane, 2007). Algunos programas
Eficacia del entrenamiento en praxias fonoarticulatorias 79
de intervención centrados en el componente motor son los Tabla 1 Número de participantes en el estudio ordenados
de discriminación auditiva de Berry y Eisenson (1956), el por gravedad
trabajo articulatorio/entrenamiento en habilidades motri-
ces de Van Riper y Emerick (1984), el trabajo oromotor sin Gravedad Niños Niñas
habla de Lancaster, Pope y Martin (2003), la Cued Articula- Severo 0 4
tion de Passey (1990) o el bombardeo auditivo de Hodson y Moderado 1 4
Paden (1991). Leve 3 3
Tratándose principalmente de un problema articulatorio,
es de suponer que la intervención se centre en gran medida
en las praxias fonoarticulatorias, definidas como la realiza-
ción de movimientos programados y organizados de forma
intencional y coordinada (Schrager y O’Donnell, 2001), ya e) la intervención por medio de las praxias fonoarticulatorias
que precisamente suponen un entrenamiento importante en puede servir como un factor de prevención en los trastornos
la articulación para ejecutar y articular movimientos apren- fonológicos.
didos con los labios, lengua, mandíbula y gestos faciales con
el propósito de producir fonemas y palabras (Busto, 2007), e
inciden directamente sobre una falta de control de la motri-
Método
cidad fina, que es uno de los factores etiológicos señalados
como más relevantes.
Sin embargo, en la literatura, los estudios realizados Participantes
sobre el tema no han diferenciado la influencia de un tipo
u otro de ejercicios, de modo que el papel concreto de las En el estudio participaron 25 niños (12 niños y 13 niñas) de
praxias orofaríngeas no se ha analizado, a pesar de haberse entre 4 y 5 años de edad que cursaban segundo de educación
iniciado el debate acerca de la utilidad de los ejercicios infantil y pertenecían a la misma aula. La edad osciló entre
motores en el tratamiento de los problemas articulato- los 50 y 60 meses en el momento de inicio de la investiga-
rios (Gregory, 2009; Lousada, Jesus, Hall y Joffe, 2014) y ción (media = 54.48; DT = 2.70). Se eligió esta edad porque
de haberse realizado algún acercamiento empírico en la este periodo se caracteriza por un completo desarrollo de
literatura al tema de la motricidad fina y los trastornos la capacidad perceptiva, la adquisición del repertorio foné-
del desarrollo del lenguaje (p. ej., en Rintala, Pienimäki, tico, la pérdida de procesos de simplificación del habla y
Ahonen, Cantell y Kooistra, 1998). Sin embargo, otros auto- la adquisición del sistema fonológico de contrastes (Ingram,
res continúan afirmando que son la mejor terapia posible 1983; González, 2006). Es importante tener en cuenta que
para trastornos articulatorios (p. ej. Dodd, 2014). Esto nos podremos hablar de trastornos de los sonidos del habla en
lleva a preguntarnos si trabajar de forma específica este niños mayores de 4 años, ya que esta es la edad en la que
tipo de movimientos ejerce o no un papel en la mejora de normalmente los niños poseen una madurez motriz ade-
la articulación, puesto que habitualmente se les dedica muy cuada que les permite articular la totalidad de los sonidos
poca atención dentro de la intervención global; por ejemplo, de un idioma (repertorio fonético específico) (Toja y Peña-
en los programas de intervención de Galiana et al. (2004), Casanova, 2014).
Martine (2009), Rivera (2009) o Vallés (2008) y en los de pre- Se realizó una evaluación inicial (pretest) con el Regis-
vención de Azpitarte (2008) y Llamas (2009) se enfatiza poco tro Fonológico Inducido (Monfort y Juárez, 2006) a toda la
el uso de las praxias fonoarticulatorias. clase, encontrando 15 de ellos con fonemas no adquiridos en
Teniendo esto en cuenta, hemos querido saber hasta su repertorio. Estos 15 niños se dividieron en 3 tipos, según
qué punto son eficaces las praxias fonoarticulatorias en el número de fonemas o grupos consonánticos que falta-
la intervención de la articulación en niños de segundo de ban. Así, los clasificamos en leves, cuando presentaban solo
educación infantil. Queríamos comprobar además con qué un fonema o grupo de fonemas no adquirido; moderados,
fonemas resultan especialmente útiles, si los posibles bene- cuando faltaban entre 2 y 6 fonemas o grupos consonán-
ficios se mantienen en el tiempo o son transitorios, y si ticos, y graves, cuando es incapaz de pronunciar más de 7
las posibles mejoras son igual de significativas en los casos fonemas o grupo de fonemas. Hemos incluido los grupos con-
más leves y los más graves (más de 7 fonemas altera- sonánticos con /l/ y /r/ como fonemas, por la dificultad de
dos). De comprobar la utilidad de las praxias, los resultados producción (tabla 1).
serían interesantes tanto de cara a la intervención como Se encontraron 4 niños con trastorno severo (niñas), 5
a la prevención de los problemas articulatorios a edades niños con trastornos moderados (4 niñas y un niño) y 6
tempranas. niños con trastornos leves (3 niñas y 3 niños). La asignación
Conforme a estos objetivos, para analizar la utilidad a los grupos experimental y control se realizó en función
de las praxias fonoarticulatorias en el tratamiento de las de la gravedad del trastorno. Así, la mitad de los niños
alteraciones de los sonidos del habla planteamos las siguien- de cada uno de los niveles de gravedad fueron elegidos al
tes hipótesis de investigación: a) con la intervención de las azar para cada uno de los grupos (experimental o control).
praxias fonoarticulatorias se mejora la articulación de los El grupo de tratamiento quedó formado por 2 participan-
participantes; b) algunos fonemas experimentan más mejo- tes de tipo severo (2 niñas), 3 de tipo moderado (niñas)
ría que otros; c) tras la intervención mejoran todos los y 3 de tipo leve (2 niñas y un niño). El resto formaron
fonemas independientemente del nivel de gravedad (leve, parte del grupo control. Posteriormente, se trabajó con el
moderado y grave), d) los efectos de la intervención per- grupo control, aunque aquí incluimos los datos solo del grupo
manecerán cuando no se traten las praxias articulatorias, y experimental.
80 P. Parra López et al.
totales
Postratamiento Experimental 1.75 2.252
2
Control 3.57 4.577
Seguimiento Experimental .38 .744
Control 1.43 2.149 1
0
En todas las sesiones se anotaba cómo era la ejecución Pretest Postest Seguimiento
de las praxias de cada niño.
El tratamiento con las praxias fonoarticulatorias fue de Figura 1 Errores fonéticos totales para los 2 grupos.
una forma indirecta, ya que no se rehabilita sobre un fonema
concreto; se trata de trabajar la musculatura que interviene
en la articulación del habla a partir de la realización de acti- p = .336; eta al cuadrado parcial = .078; potencia obser-
vidades para el entrenamiento de la motricidad bucofacial. vada = .198), si bien podemos asumir que esta falta de
La intervención, pues, solo incide en el aspecto motriz y no diferencias se puede deber al bajo tamaño muestral y la
en la conciencia fonológica. gran variación entre los participantes (fig. 1).
El segundo objetivo de este estudio era considerar si
Evaluación postratamiento había diferencias en los efectos de las praxias según el tipo
Una vez concluidas las sesiones del tratamiento, se vol- de fonema. Como era de esperar, los fonemas vibrantes y
vió a aplicar el Registro Fonológico Inducido y el resto del los grupos consonánticos fueron los que más problemas arti-
procedimiento de evaluación, para comprobar los efectos culatorios suscitaron. Aunque en los análisis estadísticos no
inmediatos de las praxias. aparecían diferencias significativas en los grupos consonán-
ticos con /l/ entre el grupo tratamiento y el grupo control
Seguimiento (F (2, 21) = .56, p = .54; eta al cuadrado = .04; potencia obser-
Por último, 10 meses después de finalizada la intervención, vada = .12), sí podemos observar una tendencia, que muestra
se realizó una evaluación de seguimiento, que constaba claramente la figura 2, hacia un descenso de los errores en
de nuevo de la aplicación del Registro Fonológico Inducido el grupo con tratamiento frente al no progreso del grupo
(Monfort y Juárez, 2006). control tras la intervención. Sí se observa una leve mejoría
en el grupo control en el seguimiento.
Respecto al fonema vibrante /r/ aparecieron diferencias
Análisis de datos
marginales entre el grupo tratamiento y el grupo control
Para el análisis estadístico usamos el paquete SPSS v.19.
(F (2, 26) = 2.8, p = .08; eta al cuadrado = .18; potencia obser-
Dado que teníamos un tamaño muestral relativamente bajo
vada = .50), observándose una mejora paulatina en el grupo
y se trataba de medidas repetidas, optamos por un pro-
de tratamiento (fig. 3).
cedimiento analítico riguroso que, de hallar diferencias
Respecto a los grupos consonánticos con /r/, aunque
significativas, nos permitiera atribuirlas al tratamiento apli-
no aparecieron diferencias significativas (F (2, 25) = .096,
cado. Así, aplicamos la prueba de esfericidad de Mauchly
p = .39; eta al cuadrado = .07; potencia observada = .20.),
para comprobar la independencia de las varianzas en los
también se aprecia una tendencia a la mejora en los niños
datos recogidos. Cuando esta prueba demuestra que las
con tratamiento (fig. 4).
varianzas no son independientes, hay que recurrir a un
ajuste. Entre los posibles ajustes, de nuevo, elegimos el más
riguroso de ellos, la prueba de Huynh-Feldt.
2,00 Grupo
Experimental
Resultados Control
1,50
N.º errores fonéticos
con sinfones con /I/
Grupo Gravedad = 1
1
Experimental 1 Grupo
Control Experimental
0,8
N.º de errors fonéticos
Control
0,6
0,6
0,4
0,4
0,2
0,2
0
0
Pretest Postest Seguimiento
Pretest Postest Seguimiento
Tiempo
Tiempo
Figura 3 Errores fonéticos con el fonema /r/.
Figura 5 Diferencias entre grupos en trastornos de gravedad
leve.
Cuando tenemos en cuenta la gravedad del trastorno sí
Gravedad = 2
aparecen diferencias en la mejora según se trate de un
Grupo
trastorno leve, medio o severo (F (4, 18) = 21.21, p = .000; 4
Experimental
Control
eta al cuadrado parcial = .82; potencia observada = 1). Tam-
figura 5 representa los niños con un trastorno más leve, y Pretest Postest Seguimiento
podemos ver en ella que aunque ambos grupos empiezan
con un nivel similar, después de la intervención hay una Figura 6 Diferencias entre grupos en trastornos de gravedad
mejora en los niños del grupo tratamiento, pero trascurridos moderada.
10 meses los niños del grupo control igualan a los del grupo
tratamiento. Estos resultados vienen a indicar que, efectivamente, el
Diferente es el caso para los niños de gravedad media que tratamiento en praxias fonoarticulatorias puede ayudar en
acusan las diferencias en el momento 2 y siguen mantenién- los casos de problemas de la articulación en los trastornos
dolas en el momento 3 (fig. 6). de los sonidos del habla, especialmente en los más graves.
Sin embargo, los resultados más interesantes los ofrece En cuanto a nuestra cuarta hipótesis que trataba de ana-
el grupo de niños más graves, porque mientras el grupo de lizar si los efectos del tratamiento se mantienen a lo largo
tratamiento tiene un descenso importante de los errores del tiempo, hemos podido constatar que efectivamente así
fonéticos tras el tratamiento, los niños del grupo control es, y en las gráficas de los resultados presentados se puede
se mantienen igual. Esto nos indica que precisamente el observar que las diferencias entre los grupos tratamiento y
tratamiento es más efectivo en aquellos niños que más lo control se mantienen incluso 10 meses después de suspender
necesitan, es decir, el grupo de los más graves (fig. 7). el tratamiento. Solo se igualan los grupos en los casos más
Gravedad = 3
Grupo
2,50
Experimental 12 Grupo
Control Experimental
10 Control
N.º de errores fonéticos
2,00
N.º de errores fonéticos
con sinfones /r/
8
1,50
6
1,00
4
0,50 2
0
0,00
Pretest Postest Seguimiento
Pretest Postest Seguimiento
Tiempo
Tiempo
Figura 7 Diferencias entre grupos en trastornos de gravedad
Figura 4 Errores fonéticos en sinfones con /r/. severa.
Eficacia del entrenamiento en praxias fonoarticulatorias 83
leves. Es decir, podemos esperar que los niños que solo tie- El quinto objetivo era considerar el uso de las praxias
nen problemas con un fonema, a lo largo del tiempo, serán fonoarticulatorias como medida preventiva de las dificulta-
capaces de articular de forma correcta el mismo. No obs- des de articulación. Efectivamente, hemos comprobado la
tante, hemos podido constatar que interviniendo podemos utilidad de este tipo de ejercicios, y ello nos anima a pensar,
acelerar este proceso en casi un año. e incluso los resultados con los casos más leves apoyan esta
Nuestra quinta hipótesis trata de conocer si las praxias idea, que sería una medida adecuada para la prevención de
articulatorias podrían usarse de forma preventiva. Tomados estos trastornos si se implementaran de forma habitual en
en conjunto, podemos concluir que los resultados de nues- la rutina de la clase.
tro estudio apuntan a una tendencia positiva acerca del uso Teniendo en cuenta que uno de los objetivos de la edu-
de las praxias articulatorias. No obstante, hay que tomar cación infantil es fomentar el lenguaje oral del niño, el
con precaución estos datos porque los resultados, aunque hecho de que se incluya el uso de las praxias podría ser
marcan tendencias claras, no arrojan diferencias significa- una medida de apoyo poco costosa (puesto que la puede
tivas en algunas medidas. Esto posiblemente se deba, como realizar el propio maestro en el aula) y eficaz. Como hemos
hemos explicado anteriormente, al bajo número de niños comentado en la introducción, en la mayoría de los progra-
de la muestra y la gran variedad en sus trastornos articu- mas de tratamiento y prevención (p. ej., Azpitarte, 2008;
latorios. Pero las diferencias encontradas entre los grupos Llamas, 2009) se incluyen este tipo de ejercicios junto con
control y tratamiento, que además se mantenían a lo largo una combinación de otros dirigidos a diferentes aspectos
del tiempo, animan a considerar el posible rol beneficioso de la motricidad. Desde nuestra perspectiva, este es un
de las mismas de forma preventiva. enfoque adecuado, puesto que no debemos olvidar que el
tratamiento debe ser integrador, pero este estudio viene a
diferenciar el papel específico de las praxias bucofaciales
en la intervención de los trastornos de articulación.
Discusión Este estudio coincide con algunos estudios previos en
cuanto a la persistencia de los trastornos fonoarticulato-
El propósito fundamental de este estudio era considerar la rios cuando no se interviene en ellos (p. ej., Preston et al.,
utilidad de las praxias fonoarticulatorias para el tratamiento 2013). En casos donde el habla esté muy afectada y sea
de los trastornos fonéticos. Los resultados apuntan a que ininteligible, el niño encontrará pronto problemas en su
pueden ser ejercicios útiles por sí mismos para esta función. entorno social y escolar, en especial en el desarrollo de la
Esto no quiere decir que debamos olvidar un enfoque global lectoescritura. Además, es posible que se genere un efecto
e integrador donde combinemos estos ejercicios con otros de bola de nieve, porque el niño habla poco porque pro-
tipos de actividades centradas en la respiración, el soplo, nuncia mal y los compañeros se burlan, lo que a su vez
la discriminación auditiva y su integración en el lenguaje refuerza la poca destreza en los movimientos orofaríngeos.
(repetido, inducido y espontáneo) (Massana y Artal, 2007; Como apuntan algunos autores, la relación entre control
Monfort y Juárez, 2008; Villegas, 2010), pero sí nos enfa- motor, articulación de la palabra e inteligibilidad es com-
tiza la importancia de trabajar específicamente los aspectos pleja (Namasivayam et al., 2013). La intervención temprana
relacionados con el control de la motricidad fina en los tras- permite avanzar en la adquisición de los fonemas y posibilita
tornos fonoarticulatorios. un buen inicio en el desarrollo de la lectoescritura. En defi-
Un segundo objetivo de nuestro estudio era analizar en nitiva, el entrenamiento en praxias fonoarticulatorias es una
qué fonemas son más útiles las praxias. Nuestros resultados buena medida en la intervención de trastornos de los sonidos
apuntan a que es en el caso de los grupos consonánticos del habla de tipo fonoarticulatorio.
donde los niños tienen mayores avances, sobre todo en los No obstante, es necesario considerar las limitaciones de
grupos con /r/. Estos grupos de fonemas son especialmente este estudio. Trabajar con un tamaño muestral mayor permi-
difíciles para los niños y suelen ser los últimos en adquirirse, tiría obtener conclusiones más representativas. Se podrían
por lo que de cara a la prevención, el uso de las praxias tomar más medidas del desarrollo fonoarticulatorio de los
bucofaciales pueden ser una medida de apoyo. niños y diferenciar los grupos según el tipo de fonemas alte-
El tercer objetivo era constatar si el efecto del trata- rados y su secuencia en el desarrollo evolutivo, y a ello se
miento es igual de marcado para los distintos niveles de deben dirigir los futuros trabajos.
gravedad del trastorno. Precisamente uno de los resultados
más interesantes de este trabajo es comprobar que los niños
Agradecimientos
con las dificultades más graves son los que más se benefi-
cian de la intervención. Y aunque los niños con dificultades
Agradecemos la colaboración del Centro de Educación
leves muestran mejorías que luego parece que serán resuel-
Cooperativa Monte-Azahar, así como la de los alumnos par-
tas en la mayoría de los casos con el desarrollo normal del
ticipantes y sus padres; del Dr. D. Gerardo Aguado Alonso la
niño, con las praxias hemos logrado que tengan un avance
revisión de una versión previa de este manuscrito, y del Dr.
10 meses antes que en el grupo control.
D. Manolo Ato García su apoyo en los análisis estadísticos
En cuanto a nuestro cuarto objetivo, saber si los posi-
bles efectos permanecen en el tiempo o son transitorios,
hemos constatado que las diferencias encontradas entre el Bibliografía
grupo control y el de tratamiento permanecen a lo largo de
10 meses de seguimiento. Por tanto, parece que implemen- ASHA - American Speech-Language-Hearing Association (2000).
tar un programa de este tipo puede ser una buena inversión Communication Facts. Rockville, MD: American Speech-
de cara al tratamiento de los problemas articulatorios. Language-Hearing Association.
84 P. Parra López et al.
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