Sei sulla pagina 1di 8

Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología (2016) 36, 77---84

Revista de

LOGOPEDIA, FONIATRÍA y AUDIOLOGÍA


www.elsevier.es/logopedia

ORIGINAL

Eficacia del entrenamiento en praxias


fonoarticulatorias en los trastornos de los sonidos del
habla en niños de 4 años
Pablo Parra López a,∗ , Marina Olmos Soria a , Francisco Cabello Luque a
y Ana Vanesa Valero-García b

a
Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Facultad de Psicología, Universidad de Murcia, Murcia, España
b
Departamento de Ciencias de la Educación, Universidad de la Rioja, Logroño, España

Recibido el 9 de septiembre de 2014; aceptado el 12 de mayo de 2015


Disponible en Internet el 13 de agosto de 2015

PALABRAS CLAVE Resumen Durante el desarrollo del lenguaje, algunos niños encuentran dificultades para arti-
Desarrollo fonético; cular fonemas o grupos consonánticos, sin que haya una causa neurológica ni orgánica aparente.
Desarrollo del El tratamiento de estas dificultades ha comprendido técnicas diversas, otorgando poca impor-
lenguaje; tancia a las praxias fonoarticulatorias. Estas praxias consisten en la realización de movimientos
Praxias programados y organizados de forma intencional y coordinada dirigidos a controlar los músculos
fonoarticulatorias; faciales y los órganos activos de la articulación, como son lengua, labios y paladar blando. Ante
Trastorno de los la falta de conocimiento sobre la relevancia de estas praxias para la prevención y tratamiento
sonidos del habla de las dificultades articulatorias en los trastornos de los sonidos del habla, nos planteamos como
objetivo aplicar un programa de intervención en una muestra de niños de 4 años con problemas
articulatorios. Para ello, se evaluó a un grupo de 25 niños de 4.6 años de media de edad. De
ellos, 15 no tenían adquiridos todos los fonemas, de modo que fueron distribuidos en un grupo
de tratamiento (8 niños) y un grupo de control (7 niños). Los niños del grupo de tratamiento
se sometieron a un programa de intervención de 2 sesiones semanales de 30-45 min cada una
durante un periodo de 3 meses. Finalizado el tratamiento, los 15 niños fueron evaluados de
nuevo y se hizo un seguimiento 10 meses después. Los resultados muestran una tendencia a la
mejora en el grupo de tratamiento que además se mantiene en los 10 meses posteriores, y esto
es especialmente significativo para los niños con alteraciones más graves, es decir, más de 7
fonemas sin producir.
© 2014 Elsevier España, S.L.U. y Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología.
Todos los derechos reservados.

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: pabloparra@um.es (P. Parra López).
http://dx.doi.org/10.1016/j.rlfa.2015.05.001
0214-4603/© 2014 Elsevier España, S.L.U. y Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología. Todos los derechos reservados.
78 P. Parra López et al.

KEYWORDS Efficacy of training on phonoarticulatory exercises in speech sound disorders in


Language 4-year-old children
development;
Abstract In language development, some children find difficulties in pronouncing certain
Phonetic
phonemes or groups of phonemes, in absence of a clear neurological or organic cause. The inter-
development;
vention on these difficulties has implied different techniques, but it has paid little attention to
Phonoarticulatory
phonoarticulatory exercises. These exercises consist of programmed movements organised in
exercises;
an intentional and coordinated way, and focused in controlling facial muscles and articulatory
Speech sound
active organs, such as the tongue, lips and soft palate. As there is little knowledge about the
disorders
relevance of motor training to prevent and treat articulatory problems in speech sound disor-
ders, our aim was to apply an intervention program in a sample of four-year-olds with these
kinds of difficulties. Thus, 25 children with a mean age of 4.6 years were assessed. 15 of them
had missing phonemes or groups of phonemes, so they were distributed in a treatment group (8
children) and a control group (7 children). The 8 children in the experimental group underwent
an intervention program with two weekly 30-45 minutes sessions for a period of 3 months. Once
the treatment was finished, the 15 children were again assessed and a following test was done
10 months afterwards. Results show a trend of improvement, in the experimental group, that
remains for the following 10 months, and this is especially significant for the subjects with more
severe disorders, that is, with more than seven missing phonemes
© 2014 Elsevier España, S.L.U. y Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología. All
rights reserved.

Introducción articulatorios con una edad media inicial de 4.6 años que
estas dificultades pueden permanecer hasta 4 años más
Durante la adquisición del lenguaje pueden aparecer pro- tarde.
blemas en el desarrollo fonoarticulatorio. La dificultad para Las dificultades fonoarticulatorias pueden residir en cau-
pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o gru- sas evolutivas, funcionales, audiógenas u orgánicas. En el
pos de fonemas puede hacer el habla del niño ininteligible presente estudio nos centramos en aquellos problemas que
(Namasivayam et al., 2013). Tradicionalmente, estas alte- no tienen una causa orgánica sino funcional.
raciones se conocían bajo el término de «dislalias» y se Son varios los factores relacionados hasta el momento con
abordaban desde lo que se podría llamar el paradigma arti- esta incapacidad funcional. Así, Raine, Hulme, Chadderton y
culatorio (Corredera, 1973; Pascual, 2007; Perelló, Ponces Bailey (1991) son los pioneros en relacionar los trastornos de
y Tresserra, 1990), que consideraba las dislalias, en sen- articulación con una capacidad disminuida en la memoria a
tido amplio, como una dificultad para articular uno o corto plazo, una menor longitud de la palabra y una reducida
varios sonidos debido a un retraso en la maduración motriz actividad motora articulatoria. Se han encontrado también
(Massana-Molera, 2005; Pascual, 2007; Rivera, 2009). No problemas prosódicos, alteraciones de memoria auditiva y
obstante, en la actualidad, y siguiendo la nueva concep- dificultades en la repetición y en los ritmos auditivos y visua-
tualización de la Americam Psychiatry Association (DSM-5, les en niños con problemas de articulación (Wells y Peppe,
2014), quedarían englobados en la categoría de trastornos 2003; Baldo y Dronkers, 2006). Asimismo, se ha probado que
fonológicos. Sin embargo, autores como Dodd (2014) plan- las dificultades de percepción audioverbal, de memoria y de
tean la necesidad de diferenciar subgrupos dentro de esta atención repercuten negativamente en la articulación de la
amplia categoría y proponen una subcategoría de trastornos palabra (Klees, 1983). En la mayoría de los casos estos fac-
de la articulación que comprenderían aquellas sustituciones tores no se presentan de forma aislada, sino que confluyen
o distorsiones de sonidos en aislamiento en todos los con- varios de ellos (Galiana, González y Sauca, 2004; Pascual,
textos fonéticos durante la imitación, elicitación o tareas de 2007; Rivera, 2009).
habla espontánea. Este trastorno fonético afectaría, según Este tipo de alteraciones puede provocar en el niño
la autora, al 12% de los niños con trastornos de los sonidos inhibición, aislamiento, ansiedad, frustración e inseguri-
del habla funcional. Otros estudios arrojan cifras entre el 10 dad (Moreno y Mateos, 2005), afectando a su desarrollo e
y el 15% (ASHA, 2000). integración social, por lo que han sido objeto habitual de
Obviamente, las mayores dificultades surgen con aque- intervención logopédica. Así, el tratamiento habitual de las
llos fonemas más tardíos en aparecer en el desarrollo típico, dificultades fonoarticulatorias se aborda desde varios ámbi-
sobre todo con el fonema /r/ vibrante y con los grupos con- tos y desde un enfoque pluridimensional, de modo que se
sonánticos, porque también son los más complejos a nivel incluye la respiración, el soplo, la discriminación auditiva,
motriz (Macrae y Tyler, 2014). Además, se ha constatado las praxias articulatorias y su integración en el lenguaje
que pueden ser muy persistentes. Preston, Hull y Edwards (repetido, inducido y espontáneo) (Gallardo y Gallego, 2003;
(2013) comprobaron en un grupo de niños con problemas Monfort y Juárez, 2008; Seivane, 2007). Algunos programas
Eficacia del entrenamiento en praxias fonoarticulatorias 79

de intervención centrados en el componente motor son los Tabla 1 Número de participantes en el estudio ordenados
de discriminación auditiva de Berry y Eisenson (1956), el por gravedad
trabajo articulatorio/entrenamiento en habilidades motri-
ces de Van Riper y Emerick (1984), el trabajo oromotor sin Gravedad Niños Niñas
habla de Lancaster, Pope y Martin (2003), la Cued Articula- Severo 0 4
tion de Passey (1990) o el bombardeo auditivo de Hodson y Moderado 1 4
Paden (1991). Leve 3 3
Tratándose principalmente de un problema articulatorio,
es de suponer que la intervención se centre en gran medida
en las praxias fonoarticulatorias, definidas como la realiza-
ción de movimientos programados y organizados de forma
intencional y coordinada (Schrager y O’Donnell, 2001), ya e) la intervención por medio de las praxias fonoarticulatorias
que precisamente suponen un entrenamiento importante en puede servir como un factor de prevención en los trastornos
la articulación para ejecutar y articular movimientos apren- fonológicos.
didos con los labios, lengua, mandíbula y gestos faciales con
el propósito de producir fonemas y palabras (Busto, 2007), e
inciden directamente sobre una falta de control de la motri-
Método
cidad fina, que es uno de los factores etiológicos señalados
como más relevantes.
Sin embargo, en la literatura, los estudios realizados Participantes
sobre el tema no han diferenciado la influencia de un tipo
u otro de ejercicios, de modo que el papel concreto de las En el estudio participaron 25 niños (12 niños y 13 niñas) de
praxias orofaríngeas no se ha analizado, a pesar de haberse entre 4 y 5 años de edad que cursaban segundo de educación
iniciado el debate acerca de la utilidad de los ejercicios infantil y pertenecían a la misma aula. La edad osciló entre
motores en el tratamiento de los problemas articulato- los 50 y 60 meses en el momento de inicio de la investiga-
rios (Gregory, 2009; Lousada, Jesus, Hall y Joffe, 2014) y ción (media = 54.48; DT = 2.70). Se eligió esta edad porque
de haberse realizado algún acercamiento empírico en la este periodo se caracteriza por un completo desarrollo de
literatura al tema de la motricidad fina y los trastornos la capacidad perceptiva, la adquisición del repertorio foné-
del desarrollo del lenguaje (p. ej., en Rintala, Pienimäki, tico, la pérdida de procesos de simplificación del habla y
Ahonen, Cantell y Kooistra, 1998). Sin embargo, otros auto- la adquisición del sistema fonológico de contrastes (Ingram,
res continúan afirmando que son la mejor terapia posible 1983; González, 2006). Es importante tener en cuenta que
para trastornos articulatorios (p. ej. Dodd, 2014). Esto nos podremos hablar de trastornos de los sonidos del habla en
lleva a preguntarnos si trabajar de forma específica este niños mayores de 4 años, ya que esta es la edad en la que
tipo de movimientos ejerce o no un papel en la mejora de normalmente los niños poseen una madurez motriz ade-
la articulación, puesto que habitualmente se les dedica muy cuada que les permite articular la totalidad de los sonidos
poca atención dentro de la intervención global; por ejemplo, de un idioma (repertorio fonético específico) (Toja y Peña-
en los programas de intervención de Galiana et al. (2004), Casanova, 2014).
Martine (2009), Rivera (2009) o Vallés (2008) y en los de pre- Se realizó una evaluación inicial (pretest) con el Regis-
vención de Azpitarte (2008) y Llamas (2009) se enfatiza poco tro Fonológico Inducido (Monfort y Juárez, 2006) a toda la
el uso de las praxias fonoarticulatorias. clase, encontrando 15 de ellos con fonemas no adquiridos en
Teniendo esto en cuenta, hemos querido saber hasta su repertorio. Estos 15 niños se dividieron en 3 tipos, según
qué punto son eficaces las praxias fonoarticulatorias en el número de fonemas o grupos consonánticos que falta-
la intervención de la articulación en niños de segundo de ban. Así, los clasificamos en leves, cuando presentaban solo
educación infantil. Queríamos comprobar además con qué un fonema o grupo de fonemas no adquirido; moderados,
fonemas resultan especialmente útiles, si los posibles bene- cuando faltaban entre 2 y 6 fonemas o grupos consonán-
ficios se mantienen en el tiempo o son transitorios, y si ticos, y graves, cuando es incapaz de pronunciar más de 7
las posibles mejoras son igual de significativas en los casos fonemas o grupo de fonemas. Hemos incluido los grupos con-
más leves y los más graves (más de 7 fonemas altera- sonánticos con /l/ y /r/ como fonemas, por la dificultad de
dos). De comprobar la utilidad de las praxias, los resultados producción (tabla 1).
serían interesantes tanto de cara a la intervención como Se encontraron 4 niños con trastorno severo (niñas), 5
a la prevención de los problemas articulatorios a edades niños con trastornos moderados (4 niñas y un niño) y 6
tempranas. niños con trastornos leves (3 niñas y 3 niños). La asignación
Conforme a estos objetivos, para analizar la utilidad a los grupos experimental y control se realizó en función
de las praxias fonoarticulatorias en el tratamiento de las de la gravedad del trastorno. Así, la mitad de los niños
alteraciones de los sonidos del habla planteamos las siguien- de cada uno de los niveles de gravedad fueron elegidos al
tes hipótesis de investigación: a) con la intervención de las azar para cada uno de los grupos (experimental o control).
praxias fonoarticulatorias se mejora la articulación de los El grupo de tratamiento quedó formado por 2 participan-
participantes; b) algunos fonemas experimentan más mejo- tes de tipo severo (2 niñas), 3 de tipo moderado (niñas)
ría que otros; c) tras la intervención mejoran todos los y 3 de tipo leve (2 niñas y un niño). El resto formaron
fonemas independientemente del nivel de gravedad (leve, parte del grupo control. Posteriormente, se trabajó con el
moderado y grave), d) los efectos de la intervención per- grupo control, aunque aquí incluimos los datos solo del grupo
manecerán cuando no se traten las praxias articulatorias, y experimental.
80 P. Parra López et al.

Instrumentos de evaluación Tabla 2 Praxias seleccionadas para la intervención

El trastorno fonoarticulatorio se evaluó aplicando el test 1. Boca abierta y boca cerrada


Registro Fonológico Inducido (Monfort y Juárez, 2006) que 2. Poner los labios en posición de morro (adelantando los
registra el habla relativamente espontánea de los niños, labios) y en posición de sonrisa (sin enseñar los dientes)
pues se trata de una prueba de denominación de dibujos 3. El labio de arriba al de abajo y al contrario
seguida de la repetición de la palabra correspondiente en 4. Relamer los dientes de arriba, por fuera y por dentro, y
caso de error. La prueba se aplicó individualmente, con una lo mismo con los de abajo
presentación en ordenador de las imágenes y en el aula de 5. Colocar la lengua de forma ancha (mordiendo los
logopedia del propio centro escolar con el fin de establecer dientes), fuera de la boca y estrecha también fuera de la
las condiciones ambientales adecuadas. boca
6. Situar la punta de la lengua en los incisivos superiores
por delante y detrás de ellos
Procedimiento 7. Lengua fuera y dentro de la boca
8. Los dientes de arriba muerden el labio de abajo, y al
Evaluación inicial contrario
Antes de comenzar la prueba, se hacían algunas preguntas 9. Hacer el gesto de bostezar y cerrar la boca
al niño para familiarizarlo con la situación, así como poder 10. Hacer el beso sonoro y sonrisa
oír su lenguaje espontáneo. Al finalizar el test, se solici- 11. Sacar la lengua hacia arriba y hacia abajo todo lo
taba del niño una repetición aislada de sílabas con todas las posible, fuera de la boca
vocales de aquellos fonemas erróneos incluso en la repeti- 12. Mover la lengua a la derecha e izquierda de las
ción de las palabras (Monfort y Juárez, 2006), y se realizaba comisuras de la boca, sin tocar los labios
una pequeña exploración de las praxias bucofaciales (lengua 13. Tocar con el ápice lingual las muelas de arriba y luego
arriba y abajo, alrededor de los labios, dentro de la boca, a las de abajo
un lado y al otro. . .) para descartar una alteración orgánica 14. Inflar los carrillos, soltar aire y luego hacer el gesto de
o funcional. chupar las mejillas
Para el presente trabajo solo interesan los fonemas que 15. Inflar el carrillo derecho y luego pasar al izquierdo,
el niño no emite en denominación y en repetición (Cervera simultáneamente
e Ygual, 1994). 16. Mover la lengua a la derecha, dentro de la boca ----como
un caramelo---- y luego lo mismo en la izquierda
Tratamiento 17. Hacer chasquidos con la lengua ----trote de caballo
El tratamiento consistió en una serie de sesiones de 45 min 18. Poner los dientes juntos y enseñarlos ante el espejo, es
de duración al principio que se redujeron a 30 hacia la mitad decir, abriendo los labios y esconderlos juntando los labios
del tratamiento. Esta reducción se debía a la mejora que 19. Barrer el techo de la boca (pasar el ápice lingual por el
mostraban los niños en la realización de los ejercicios com- paladar duro hasta blando) y luego por el suelo de la boca
pletos. Hay que considerar que estos ejercicios producen (de los alvéolos inferiores hasta la base de la boca)
fatiga, por lo que los tiempos de tratamiento no pueden 20. Hacer pedorretas con los labios y con la lengua
ser muy prolongados. Estas sesiones se realizaron 2 veces
por semana durante 3 meses en el centro escolar de los
niños. Las sesiones se llevaron a cabo con grupos de 4 niños
al niño progresar y ser observado por los demás, de manera
en la sala de logopedia, que está aislada y especialmente
que sus avances (debidamente elogiados por el logopeda)
acondicionada.
animaran a los demás a imitar su conducta motriz.
El tratamiento se centró exclusivamente en el uso de
El procedimiento en la sesión consistía en:
praxias fonoarticulatorias, es decir, movimientos orofaciales
encaminados al control motor de la musculatura orofarín-
gea. 1. Los niños observaban la realización de las praxias por
Utilizamos el modelado, facilitándole al niño constan- parte del logopeda ante el espejo y de frente.
temente la observación de un modelo que ejecutaba las 2. El niño realizaba 4 o 5 veces cada ejercicio.
praxias que se le proponían; esto exige un entrenador 3. Lo realizaba lentamente al principio, y más rápido
(logopeda) bien adiestrado en la ejecución de movimien- cuando había adquirido cierta habilidad.
tos articulatorios claros y perfectamente discriminados por 4. Cada ejercicio constaba de 2 movimientos: «lengua
el niño. arriba-lengua abajo».
Se utilizó un espejo grande, donde ellos se veían y com-
probaban sus movimientos y también de frente al logopeda, Para la elección de las praxias se utilizó el «Cicerón:
con el fin de que imitasen a este primero. Programa para la adquisición y desarrollo de la capacidad
También se utilizó el refuerzo social y material al finali- articulatoria» de Seivane (2007). Este programa recoge pra-
zar las sesiones, para estimularlos a seguir la intervención. xias para cada fonema, y recopilamos aquellas que más se
Los refuerzos materiales consistieron en pegatinas y dibujos repiten en los distintos fonemas. Todos los niños realizaban
para colorear de sus personajes preferidos. Para conocer sus todos los ejercicios, independientemente de los errores de
gustos, al iniciar la sesión se les preguntaba por ellos. articulación que presentasen. En la tabla 2 se recogen las
Se realizaron sesiones de enseñanza-intervención en 2 praxias en el orden realizado y, como se puede comprobar,
grupos de 4 niños, para que fueran eficaces y permitieran eran de tipo lingual y labial.
Eficacia del entrenamiento en praxias fonoarticulatorias 81

Tabla 3 Media de los fonemas no adquiridos en los grupos 5 Grupo


Experimental
experimental y control antes del tratamiento, después del Control
tratamiento y en el seguimiento 4

N.º errores fonéticos


Pretratamiento Experimental 4.50 4.690
3
Control 4.14 4.413

totales
Postratamiento Experimental 1.75 2.252
2
Control 3.57 4.577
Seguimiento Experimental .38 .744
Control 1.43 2.149 1

0
En todas las sesiones se anotaba cómo era la ejecución Pretest Postest Seguimiento
de las praxias de cada niño.
El tratamiento con las praxias fonoarticulatorias fue de Figura 1 Errores fonéticos totales para los 2 grupos.
una forma indirecta, ya que no se rehabilita sobre un fonema
concreto; se trata de trabajar la musculatura que interviene
en la articulación del habla a partir de la realización de acti- p = .336; eta al cuadrado parcial = .078; potencia obser-
vidades para el entrenamiento de la motricidad bucofacial. vada = .198), si bien podemos asumir que esta falta de
La intervención, pues, solo incide en el aspecto motriz y no diferencias se puede deber al bajo tamaño muestral y la
en la conciencia fonológica. gran variación entre los participantes (fig. 1).
El segundo objetivo de este estudio era considerar si
Evaluación postratamiento había diferencias en los efectos de las praxias según el tipo
Una vez concluidas las sesiones del tratamiento, se vol- de fonema. Como era de esperar, los fonemas vibrantes y
vió a aplicar el Registro Fonológico Inducido y el resto del los grupos consonánticos fueron los que más problemas arti-
procedimiento de evaluación, para comprobar los efectos culatorios suscitaron. Aunque en los análisis estadísticos no
inmediatos de las praxias. aparecían diferencias significativas en los grupos consonán-
ticos con /l/ entre el grupo tratamiento y el grupo control
Seguimiento (F (2, 21) = .56, p = .54; eta al cuadrado = .04; potencia obser-
Por último, 10 meses después de finalizada la intervención, vada = .12), sí podemos observar una tendencia, que muestra
se realizó una evaluación de seguimiento, que constaba claramente la figura 2, hacia un descenso de los errores en
de nuevo de la aplicación del Registro Fonológico Inducido el grupo con tratamiento frente al no progreso del grupo
(Monfort y Juárez, 2006). control tras la intervención. Sí se observa una leve mejoría
en el grupo control en el seguimiento.
Respecto al fonema vibrante /r/ aparecieron diferencias
Análisis de datos
marginales entre el grupo tratamiento y el grupo control
Para el análisis estadístico usamos el paquete SPSS v.19.
(F (2, 26) = 2.8, p = .08; eta al cuadrado = .18; potencia obser-
Dado que teníamos un tamaño muestral relativamente bajo
vada = .50), observándose una mejora paulatina en el grupo
y se trataba de medidas repetidas, optamos por un pro-
de tratamiento (fig. 3).
cedimiento analítico riguroso que, de hallar diferencias
Respecto a los grupos consonánticos con /r/, aunque
significativas, nos permitiera atribuirlas al tratamiento apli-
no aparecieron diferencias significativas (F (2, 25) = .096,
cado. Así, aplicamos la prueba de esfericidad de Mauchly
p = .39; eta al cuadrado = .07; potencia observada = .20.),
para comprobar la independencia de las varianzas en los
también se aprecia una tendencia a la mejora en los niños
datos recogidos. Cuando esta prueba demuestra que las
con tratamiento (fig. 4).
varianzas no son independientes, hay que recurrir a un
ajuste. Entre los posibles ajustes, de nuevo, elegimos el más
riguroso de ellos, la prueba de Huynh-Feldt.
2,00 Grupo
Experimental
Resultados Control

1,50
N.º errores fonéticos
con sinfones con /I/

Un primer objetivo del estudio era ver si aparecían diferen-


cias entre el grupo tratamiento y el grupo control en los
errores fonoarticulatorios tras el tratamiento. Los estadís- 1,00
ticos descriptivos muestran inicialmente que ambos grupos
eran muy homogéneos en el número de errores en la pri-
0,50
mera medida y se aprecian diferencias en las 2 medidas
posteriores tras la implementación del tratamiento (tabla
3). Aplicamos la prueba de esfericidad de Mauchly y mues- 0,00
tra que se incumple el supuesto de esfericidad y, por tanto, Pretest Postest Seguimiento
debemos recurrir al ajuste de Huynh-Feldt. El contraste mul- Tiempo
tivariado con este ajuste muestra que no hubo diferencias
globales significativas entre los 2 grupos (F (2, 20) = 1.103, Figura 2 Errores fonéticos en sinfones con /l/.
82 P. Parra López et al.

Grupo Gravedad = 1
1
Experimental 1 Grupo
Control Experimental
0,8
N.º de errors fonéticos

Control

N.º de errores fonéticos


0,8
con fonema /r/

0,6
0,6

0,4
0,4

0,2
0,2

0
0
Pretest Postest Seguimiento
Pretest Postest Seguimiento
Tiempo
Tiempo
Figura 3 Errores fonéticos con el fonema /r/.
Figura 5 Diferencias entre grupos en trastornos de gravedad
leve.
Cuando tenemos en cuenta la gravedad del trastorno sí
Gravedad = 2
aparecen diferencias en la mejora según se trate de un
Grupo
trastorno leve, medio o severo (F (4, 18) = 21.21, p = .000; 4
Experimental
Control
eta al cuadrado parcial = .82; potencia observada = 1). Tam-

N.º de errores fonéticos


bién aparecen diferencias entre el grupo control y el grupo 3
tratamiento (F (2, 18) = 7.02, p = .006, eta al cuadrado = .44,
potencia observada = .88). Y además, hay un efecto de 2
interacción de la gravedad del trastorno por el grupo
(F (4, 18) = 4.03, p = .017, eta al cuadrado = .47, potencia
1
observada = .82). Esto significa que hay diferencias a lo largo
del tiempo que se deben al tratamiento, pero que estas dife-
rencias varían en función de la gravedad. Por ejemplo, la 0

figura 5 representa los niños con un trastorno más leve, y Pretest Postest Seguimiento
podemos ver en ella que aunque ambos grupos empiezan
con un nivel similar, después de la intervención hay una Figura 6 Diferencias entre grupos en trastornos de gravedad
mejora en los niños del grupo tratamiento, pero trascurridos moderada.
10 meses los niños del grupo control igualan a los del grupo
tratamiento. Estos resultados vienen a indicar que, efectivamente, el
Diferente es el caso para los niños de gravedad media que tratamiento en praxias fonoarticulatorias puede ayudar en
acusan las diferencias en el momento 2 y siguen mantenién- los casos de problemas de la articulación en los trastornos
dolas en el momento 3 (fig. 6). de los sonidos del habla, especialmente en los más graves.
Sin embargo, los resultados más interesantes los ofrece En cuanto a nuestra cuarta hipótesis que trataba de ana-
el grupo de niños más graves, porque mientras el grupo de lizar si los efectos del tratamiento se mantienen a lo largo
tratamiento tiene un descenso importante de los errores del tiempo, hemos podido constatar que efectivamente así
fonéticos tras el tratamiento, los niños del grupo control es, y en las gráficas de los resultados presentados se puede
se mantienen igual. Esto nos indica que precisamente el observar que las diferencias entre los grupos tratamiento y
tratamiento es más efectivo en aquellos niños que más lo control se mantienen incluso 10 meses después de suspender
necesitan, es decir, el grupo de los más graves (fig. 7). el tratamiento. Solo se igualan los grupos en los casos más

Gravedad = 3
Grupo
2,50
Experimental 12 Grupo
Control Experimental
10 Control
N.º de errores fonéticos

2,00
N.º de errores fonéticos
con sinfones /r/

8
1,50
6
1,00
4

0,50 2

0
0,00
Pretest Postest Seguimiento
Pretest Postest Seguimiento
Tiempo
Tiempo
Figura 7 Diferencias entre grupos en trastornos de gravedad
Figura 4 Errores fonéticos en sinfones con /r/. severa.
Eficacia del entrenamiento en praxias fonoarticulatorias 83

leves. Es decir, podemos esperar que los niños que solo tie- El quinto objetivo era considerar el uso de las praxias
nen problemas con un fonema, a lo largo del tiempo, serán fonoarticulatorias como medida preventiva de las dificulta-
capaces de articular de forma correcta el mismo. No obs- des de articulación. Efectivamente, hemos comprobado la
tante, hemos podido constatar que interviniendo podemos utilidad de este tipo de ejercicios, y ello nos anima a pensar,
acelerar este proceso en casi un año. e incluso los resultados con los casos más leves apoyan esta
Nuestra quinta hipótesis trata de conocer si las praxias idea, que sería una medida adecuada para la prevención de
articulatorias podrían usarse de forma preventiva. Tomados estos trastornos si se implementaran de forma habitual en
en conjunto, podemos concluir que los resultados de nues- la rutina de la clase.
tro estudio apuntan a una tendencia positiva acerca del uso Teniendo en cuenta que uno de los objetivos de la edu-
de las praxias articulatorias. No obstante, hay que tomar cación infantil es fomentar el lenguaje oral del niño, el
con precaución estos datos porque los resultados, aunque hecho de que se incluya el uso de las praxias podría ser
marcan tendencias claras, no arrojan diferencias significa- una medida de apoyo poco costosa (puesto que la puede
tivas en algunas medidas. Esto posiblemente se deba, como realizar el propio maestro en el aula) y eficaz. Como hemos
hemos explicado anteriormente, al bajo número de niños comentado en la introducción, en la mayoría de los progra-
de la muestra y la gran variedad en sus trastornos articu- mas de tratamiento y prevención (p. ej., Azpitarte, 2008;
latorios. Pero las diferencias encontradas entre los grupos Llamas, 2009) se incluyen este tipo de ejercicios junto con
control y tratamiento, que además se mantenían a lo largo una combinación de otros dirigidos a diferentes aspectos
del tiempo, animan a considerar el posible rol beneficioso de la motricidad. Desde nuestra perspectiva, este es un
de las mismas de forma preventiva. enfoque adecuado, puesto que no debemos olvidar que el
tratamiento debe ser integrador, pero este estudio viene a
diferenciar el papel específico de las praxias bucofaciales
en la intervención de los trastornos de articulación.
Discusión Este estudio coincide con algunos estudios previos en
cuanto a la persistencia de los trastornos fonoarticulato-
El propósito fundamental de este estudio era considerar la rios cuando no se interviene en ellos (p. ej., Preston et al.,
utilidad de las praxias fonoarticulatorias para el tratamiento 2013). En casos donde el habla esté muy afectada y sea
de los trastornos fonéticos. Los resultados apuntan a que ininteligible, el niño encontrará pronto problemas en su
pueden ser ejercicios útiles por sí mismos para esta función. entorno social y escolar, en especial en el desarrollo de la
Esto no quiere decir que debamos olvidar un enfoque global lectoescritura. Además, es posible que se genere un efecto
e integrador donde combinemos estos ejercicios con otros de bola de nieve, porque el niño habla poco porque pro-
tipos de actividades centradas en la respiración, el soplo, nuncia mal y los compañeros se burlan, lo que a su vez
la discriminación auditiva y su integración en el lenguaje refuerza la poca destreza en los movimientos orofaríngeos.
(repetido, inducido y espontáneo) (Massana y Artal, 2007; Como apuntan algunos autores, la relación entre control
Monfort y Juárez, 2008; Villegas, 2010), pero sí nos enfa- motor, articulación de la palabra e inteligibilidad es com-
tiza la importancia de trabajar específicamente los aspectos pleja (Namasivayam et al., 2013). La intervención temprana
relacionados con el control de la motricidad fina en los tras- permite avanzar en la adquisición de los fonemas y posibilita
tornos fonoarticulatorios. un buen inicio en el desarrollo de la lectoescritura. En defi-
Un segundo objetivo de nuestro estudio era analizar en nitiva, el entrenamiento en praxias fonoarticulatorias es una
qué fonemas son más útiles las praxias. Nuestros resultados buena medida en la intervención de trastornos de los sonidos
apuntan a que es en el caso de los grupos consonánticos del habla de tipo fonoarticulatorio.
donde los niños tienen mayores avances, sobre todo en los No obstante, es necesario considerar las limitaciones de
grupos con /r/. Estos grupos de fonemas son especialmente este estudio. Trabajar con un tamaño muestral mayor permi-
difíciles para los niños y suelen ser los últimos en adquirirse, tiría obtener conclusiones más representativas. Se podrían
por lo que de cara a la prevención, el uso de las praxias tomar más medidas del desarrollo fonoarticulatorio de los
bucofaciales pueden ser una medida de apoyo. niños y diferenciar los grupos según el tipo de fonemas alte-
El tercer objetivo era constatar si el efecto del trata- rados y su secuencia en el desarrollo evolutivo, y a ello se
miento es igual de marcado para los distintos niveles de deben dirigir los futuros trabajos.
gravedad del trastorno. Precisamente uno de los resultados
más interesantes de este trabajo es comprobar que los niños
Agradecimientos
con las dificultades más graves son los que más se benefi-
cian de la intervención. Y aunque los niños con dificultades
Agradecemos la colaboración del Centro de Educación
leves muestran mejorías que luego parece que serán resuel-
Cooperativa Monte-Azahar, así como la de los alumnos par-
tas en la mayoría de los casos con el desarrollo normal del
ticipantes y sus padres; del Dr. D. Gerardo Aguado Alonso la
niño, con las praxias hemos logrado que tengan un avance
revisión de una versión previa de este manuscrito, y del Dr.
10 meses antes que en el grupo control.
D. Manolo Ato García su apoyo en los análisis estadísticos
En cuanto a nuestro cuarto objetivo, saber si los posi-
bles efectos permanecen en el tiempo o son transitorios,
hemos constatado que las diferencias encontradas entre el Bibliografía
grupo control y el de tratamiento permanecen a lo largo de
10 meses de seguimiento. Por tanto, parece que implemen- ASHA - American Speech-Language-Hearing Association (2000).
tar un programa de este tipo puede ser una buena inversión Communication Facts. Rockville, MD: American Speech-
de cara al tratamiento de los problemas articulatorios. Language-Hearing Association.
84 P. Parra López et al.

Americam Psichiatry Association. (2014). Manual diagnóstico y esta- Massana-Molera, M. (2005). Trastornos del lenguaje secundarios a
distico de los trastornos mentales (DSM-5), 5.a Ed. Madrid: un déficit instrumental: déficit mecánico articulatorio. Revista
Editorial Médica Panamericana. de Neurología, 41, 39---42.
Azpitarte, N. (2008). Programa para la prevención de las dislalias Massana, M. y Artal, M. (2007). Dislalias. En M. Puyuelo (Ed.), Casos
en educación infantil. Hada de los cuentos. Educación y Futuro, clínicos en logopedia 1 (5.a ed., pp. 215---220). Barcelona: Else-
18, 177---200. vier Masson.
Baldo, J. y Dronkers, N. (2006). The role of inferior parietal and Monfort, M. y Juárez, A. (2006). Registro Fonológico Inducido.
inferior frontal cortex in working memory. Neuropsychology, 20, Madrid: CEPE.
529---538. Monfort, M. y Juárez, A. (2008). El niño que habla. El lenguaje oral
Berry, M. y Eisenson, J. (1956). Speech Disorders: Principles and en el preescolar. Madrid: CEPE.
Practices of Therapy. London: Peter Owen. Moreno, J. M. y Mateos, M. R. (2005). Estudio sobre la interrelación
Busto, M. C. (2007). Manual de logopedia escolar. Madrid, España: entre la dislalia y la personalidad del niño. Revista Electrónica
CEPE. de Investigación Psicológica, 7(3), 133---150.
Cervera, J. F. y Ygual, A. (1994). Metodología para la intervención Namasivayam, A. K., Pukonen, M., Goshulk, D., Yu, V. Y., Kadis,
logopédica en los trastornos del habla. Revista de Logopedia, D. S., Kroll, R., et al. (2013). Relationship between speech
Fonología y Audiología, 14, 19---26. motor control and speech intelligibility in children with speech
Corredera, T. (1973). Defectos de la dicción infantil. Buenos Aires: sound disorders. Journal of Communication Disorders, 46(3),
Kapelusz. 264---280.
Dodd, B. (2014). Differential diagnosis of pediatric speech sound Pascual, P. (2007). La dislalia. Naturaleza. Diagnóstico y Rehabili-
disorder. Current Developmental Disorders Reports, 1(3), tación. Madrid: CEPE.
189---196. Passey, J. (1990). Cued Articulation. Melbourne: ACER.
Galiana, J., González, G. y Sauca, A. (2004). Intervención y Trata- Perelló, J., Ponces, J. y Tresserra, L. (1990). Trastornos del habla.
miento en las Dislalias con la ayuda del programa de visualización Barcelona: Masson.
del habla MetaVox. Innovaeduca.net, 3, 42---50. Preston, J. L., Hull, M. y Edwards, M. L. (2013). Preschool speech
Gallardo, J. R. y Gallego, J. L. (2003). Manual de logopedia. Un error patterns predict articulation and phonological awareness
enfoque práctico. Málaga: Aljibe. outcomes in children with histories of speech sound disor-
González, M. J. (2006). Dificultades en la articulación: trastornos ders. American Journal of Speech-Language Pathology, 22(2),
fonológicos y fonéticos. En J. L. Gallego (Ed.), Enciclopedia 173---184.
temática de logopedia (pp. 87---108). Málaga: Aljibe. Raine, A., Hulme, C., Chadderton, H. y Bailey, P. (1991). Verbal
Gregory L. (2009). Nonspeech Oral Motor Exercises: An Update on short-term memory span in speech-disordered children: Impli-
the Controversy. Comunicación presentada en ASHA Convention cations for articulatory coding in short-term memory. Child
2009. New Orleans, USA. Development, 62, 415---423.
Hodson, B. y Paden, E. (1991). Targeting intelligible speech: A Rintala, P., Pienimäki, K., Ahonen, T., Cantell, M. y Kooistra, L.
phonological approach to remediation. San Diego: College-Hill (1998). The effects of a psychomotor training programme on
Press. motor skill development in children with developmental lan-
Ingram, D. (1983). Trastornos fonológicos en el niño. Barcelona: guage disorders. Human Movement Science, 17, 721---737.
Médica y Técnica. Rivera, C. (2009). Intervención con alumnos que presentan dislalias.
Klees, M. A. (1983). A propósito de los trastornos instrumentales Innovación y Experiencias Educativas, 14, 1---9.
asociados a trastornos de aprendizaje precoces de lectura, orto- Schrager, O. L. y O’Donnell, C. M. (2001). Actos motores oro-
grafía y cálculo en el uso inteligente: la noción de gravedad. faringo-faciales y praxias fonoarticulatorias. Fonoaudiología de
Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología, 11, 139---153. la Asociación Argentina de Logopedia, Foniatría y Audiología,
Lancaster, G., Pope, L. y Martin, S. E. (2003). Working with Chil- 47(3), 22---32.
dren’s Phonology. Telford Road: Speechmark. Seivane, M. P. (2007). Cicerón. Programa para la adquisición y des-
Llamas, A. (2009). Prevención de dislalias funcionales. Innovación y arrollo de la capacidad articulatoria. Madrid: CEPE.
Experiencias Educativas, 23, 1---11. Toja, N. Y. y Peña-Casanova, J. (2014). Manual de logopedia. Bar-
Lousada, M., Jesus, L. M. T., Hall, A. y Joffe, V. (2014). Intelli- celona: Elsevier-Masson.
gibility as a clinical outcome measure following intervention Vallés, A. (2008). Fichas de recuperación de las dislalias. Madrid:
with children with phonologically based speech-sound disorders. CEPE.
International Journal of Language y Communication Disorders, Van Riper, C. y Emerick, L. (1984). Speech correction: An introduc-
49(5), 584---601. tion to speech pathology and audiology (7 th ed.). Englewood
Macrae, T. y Tyler, A. A. (2014). Speech abilities in preschool chil- Cliffs: Prentice-Hall.
dren with speech sound disorder with and without co-ocurring Villegas, F. (2010). Materiales de logopedia: Evaluación e interven-
language impairment. Language, Speech, and Hearing Services ción de las dificultades fonológicas. Madrid: Pirámide.
in Schools, 45(4), 302---313. Wells, B. y Peppe, S. (2003). Intonation abilities of children with
Martínez, M. M. (2009). Orientaciones específicas para intervenir las speech and language impairments. Journal of Speech, Language,
dificultades del lenguaje. Innovación y Experiencias Educativas, and Hearing Research, 46, 5---20.
25, 1---10.

Potrebbero piacerti anche