[ABRIL DE 2000
La tercera expedicién
La nave vino de! espacio. Vino de las estrellas, ylas velocida
des negras, y los movimientos brillantes, y los silenciosos
abismos del espacio, Era una nave nueva, con fuego em las
fentrafas y hombres en las celdas de metal, y se movia en un
silencio limpio, vehemente ycilido. Llevaba diecisete hom
bres incluyendo un capitan. En la pista de Ohio la muche-
dumbre habia gritade agitando las manos a la luz del so,
yel cohete habia florecido en ardientes capullos de color y
habia escapado alejindose en el espacio jen el tere viaje a
Marte!
"Ahora estaba desacelerando con una eficiencia metilica
«en las atmésferas superiores de Marte. Era todavia hermoso
yy fuerte, Habia avanzado como un palido leviatin marino
por las agtas cle medianache del espacio; habia dejo atrés
fa luna antigua se habja precipitado al interior de una nada
aque seguia a otra nada, Los hombres de la tripalaci6n se har
bian golpeado, entermado y curado, alternadamente. Uno
habia mucrto, pero los dieeisés sobrevivientes, con los ojos
clarosy las caras apretadas conta las vertanas de grucsos vi
dios, observaban ahora como Marte oscilaba subiendo de-
ajo de eles.
Marte! “exclamé el navegunte Lustig
=iH1 viejo y simpatico Marte! dijo Samuel Hinkston, ar
quedlogo.
Bien —