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Brian Morris

Introducción al estudio
antropológico de la religión

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LA ~ELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA 41

Marx: su. vida y su obra de-juventud

El más célebre 'de todos los jóvenes hegelianos fue, sin embar-
go, I(arl Marx, un revolucionario e intelectual que difícilmente ne-
i: cesith presentación. En términos históricos él es algo así como un
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colo~o. En un recknte texto introductorio, Peter Singer (1980) dice
¡;· que, por su impacto en la escena mundial, es comparable a Jesús y
Jt' a Mahoma puesto que las vidas de millones de personas se han vis-
to profundameiJ.te influidas por su legado; Callinicos señala que
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Marx ha sido uno de entre unos. pocos pensadores que han cam-
e~ ? \ T· u lo · zr ~
(
biado fundamentalmente la forma eri que vemos el mundo: Marx
está en .el mismo plano que Aristóteles, Copérnico, Newton, Dar-
win, Freud y Einstein (1983b: 7). Siend9 así, es difícil aproximarse
L/J (\ EL-l Gl orv C..VM ·¡ P E-oto6/ 6 a Marx de una forma exenta de pr.econcepciones porque, como
Weber y Durkheim, ha sido objeto de l).ná literatura exegética y crí-

el7 Ar{<._ x) ticamuy rica. Pe hecho, los sociólogos contemporáneos suelen con-
siderar a estos tres autores como los ancestros fundadores de la ·dis-
ciplina. Sin embargo, como ha indicado Josep Llobera, hasta la
·segunda mitad de los años cincuenta la sociología académica no ha
comenzado a reconocer a Marx (1981: 233) a pesar de que, como
muchos han señalado, su espíritu estuviese rondando desde hacía
mucho tiempo. Giddens (1971) recompone con maestría esta no-
ción de un triunvirato fundador de la teoría social. Pero, como las
comunidades tribales, la sociología está continuamente reescri-
biendo su historia, y, por un proceso de «amnesia estructu:ral»,;la
relevancia teórica de autores reconocidos una década antes -Com-
te, Spencer, Le Play, Simmei y Pareto- después se olvida o pasa de
moda. .
Cuando se discute la obra de Durkheim, Marx. y Weber suelen
Pr:.eclp-mi1:1ar: d<:}s_ t.!PQ~- de~l.iifeiP~~i~2.lones' que; auiique--apareiite- ·
mente· contradictorias, ambas tienen Cierta' validez.'liná de ellas
.enfatfza las sfmilitudes entre las perspectivas-de estos. tres ál1t6res:
tres van más
los- alfi:i'de-los dualismos.Ii:lherentes··a.rp·eriséúiiieñto de
com.iel5ios-deCxix:"en··cTerio ..seiiiíCfo.. el1oS--1nieñiarons"i1perar la
.opósíéíóneiitieerposiiívisriio y elídeiilism6;·y artl.cüiarU:na teoría·
s'odal'qué'fue'se-·al'mlsiTiotfempo ··c:.ientífica-y'numanís-ia:-¡;reocu-
pada por el significado y por el análisis. Podemos hacer nuestr~s
las palabras de R~.B~J3rown: «Losfundadores_dela sociol~gía Jl10-
d~ri1<i Ill:()JJ.taban en dos caballos aJa vez y cada uno salía galopan-
q9 «:!!1-_.<:J:irecciones opuestas. El esfuerzo que Mari Weber y Durk-
heim realizaron para domar sus monturas ahora nos resulta
i~stri.tctivo. -El trabajo de Karl Marx es uno de los prinCipales in-
42 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA 43

ten tos de crear una región intermedia entre el subjetivismo EC>_- amiga de la infancia e hija de un aristócrata local que había intro-
mántico y el positivismo reduc_cionJsta» (i978b: f6). - - ducido al joven Marx en las ideas progresistas del Iluminismo. En
No obstante, a diferencia de otros autores (por ejemplo, Avine- París', Marx comenzó a asociarse con muchos radicales y socialis-
ri 1968), Brown sostiene que, en realidad, Maix nunca instituyó tás 4Ue vivían en la ciudad, y entabló amistad con varios jóvenes
una síntesis entre su teoría de la praxis revolucionaria y su socio- hegelianos -Feuerbach, Bruno Bauer y Stirner-. También enta-
logía de la causalidad estructural. Según Brown, la resolución de bló amistad intelectual con Proudhon y Bakunin; posteriormente,
los problemas humanísticos y deterministas del trabajo de Marx les criticaría a todos ellos en un tono muy duro. En agosto de 1844
quedó como un proyecto inacabado. Creo que esta conclusión es conoció a Friedrich Engels, hijo de un industrial alemán, que se
cuestionable, pero lo importante aquí es resaltar la existencia de habría de convertir en su colaborador y amigo durante toda su
un territorio común entre las perspectivas de Marx, Weber y Durk- vida. Durante su estancia en París, Marx escribió una crítica a la fi-
heim, y el hecho de que el paradigma humanista científico proce- losofía política de Hegel y comenzó un estudio profundo sobre
de en gran medida de Hegel. Adam Smith, David Ricardo y otros economistas políticos'. Estos
El otro tipo de interpretación destaca el contraste y diferencia estudios, junto con sus primeras reflexiones sobre Hegel y· el comu-
fundamental entre el pensamiento social positivista y «burgués» nismo, constituyen lo que posteriormente se han conocido como
(Comte, Weber, Durkheim) y el marxismo, y asocia la sociologí'a Manuscrito~ económicos y filosóficos (1844), los cuales, como seña-
académica a la escuela neokantiana (véase Marcuse 1941, Shaw la McLellan (1973: 105), fueron los primeros borradores de un tra-
1972).' Creo que estos contrastes y diferencias no carecen de cierto bajo más ámplio sobre el sistema capitalista que apareció, revisa-
fundamento, ya que Marx estaba firmemente dentro de la tradi- do y ampliado, en 1867 con el nombre de El capital. En febrero
ción hegeliana. No obstante, como ha señalado Tom Bottomore de 1845 Marx se trasladó a Bruselas, donde permaneció durante
(1984: 3), la relación entre la sociología académica y el marxismo tres años encontrándose y escribiéndose regularmente con Engels.
es compleja, porque ninguna de estas tradiciones es uniforme. No Juntos escribieron una larga crítica a los hegelianos de izquierdas,
se puede afirmar, sin problematizarlo antes, que Durkheim ·y We- La ideología alemana (1846), para la cual no pudieron encontrar un
ber s~an positivistas (Hirst 1975); el desarrollo de la sociología ha editor y el propio Marx escribió otro trabajo polémico (1847) ata-
ido variando, con varias aproximaciones contrastantes. Además, el cando al escritor anarquista francés Proudhon. Estos dos hombres
propio marxismo, como veremos más adelante, se ha dividido en también participaron activamente en política, particularmente en
dos tendencias diferentes y el marxismo «ci~ntífico» siempre ha te- la fundación de la Liga Comunista, de la cual Marx fue presidente.
nido un sesgo fuertemente positivista. La liga, una organización abiertamente revolucionaria, era la con-
Karl Marx nació en 1818 en Trier, una ciudad alemana de Re- tinuación de la Liga de los Justos, una secta secreta conspiratoria
narria. Era un área anexionada por Francia durante las guerras na- relacionada con los socialistas Weitling y Blanqui, y que en Fran-
poleónicas; las ideas de la Ilustración y de los socialistas utópicos cia había sido ilegal. A Marx y Engels les pidieron que redactaran
franceses habían pasado, pues, por allí. Marx procedía de un am- en un lenguaje simple las doctrinas de la Liga Comunista, dando
biente judío, muchos de sus familiares fueron rabinos, y él creció y como resultado el famoso Manifiesto comunista. Publicada en 1848,
se educó en un hogar de clase media próspero y confortable. Cuan- esta obra ofrece una visión a la vez sucinta y clásica de la teoría de
do tenía diecisiete años fue a la Universidad de Bonn a estudiar de~ Marx. Con las luchas y los movimientos revolucionarios que se su-
recho, pero pronto se interesó por la filosofía, hasta que se mudó a cedían por toda Europa, Marx intentó, como editor de la revistara-
Berlín en 1836. Allí se enfrascó en el estudio de los textos de Hegel dical Neue Rheinische Zeitung (Nueva Gaceta Renana), continuar
y parece que aceptó la filosofía hegeliana como si de una conver- sus actividades políticas. Pero las fuerzas reaccionarias prevalecie-
sión religiosa se tratara. Después de acabar su tesis doctoral -so- ron y Marx fue expulsado, no sólo de Bruselas, sino también de
bre las filosofías materialistas de Demócrito y Epicuro- no pudo Alemania. En agosto de 1849 fue a Londres, esperando que su exi-
encontrar un puesto como profesor de universidad, tal como él es- lio fuera breve, pero permaneció allí hasta el final de sus días, vi-
peraba, y se hizo periodista. A finales de 1843 se mudó a París, viendo de sus actividades periodísticas y de la generosidad finan-
poco después de haberse· casado con' Jenny von Westphalen, una ciera de su amigo Engels.
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LA RELIGIÓN COMO IDEOLO'GÍA. 45

Los últimos años de su vida estuvieron marcados por las difi- tas franceses (Saint-Simon, Fourier, Proudhon) ejerció ninguna in-
cultades financieras y la tragedia personal. En 1864 jugó un papel fluencia significativa sobre la formación del pensamiento marxista
de liderazgo en la fundación en Londres de la: Asociación Intema- ( 1982: 15). Marx y Engels pensaban de otra manera y aceptaron la
cional de Trabajadores, pero no puede decirse que estuviese políti- validez de algunás de sus críticas al capitalismo y a la propiedad
camente activo durante sus largos años de exilio. La- mayor parte pritrada.
de su tiempo y energías las dedicó a la compilación de material y a Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 no sólo ~ep,resen­
la redacción de su obra maestra, El capital, cuyo primer volumen tó, como McLellan señala, un primer borrador de El capital, sino
fue publicado en 1867. Entre 1857 y 1858escribió un borrador ini- también una amplia síntesis inicial de las «tres fuentes» del mar-
cial del estudio con el título de Crítica de la economíapoÜtica (Grun- xismo. Se centra en una serie de conceptos clave -capital, traba-
drisse), la mayor parte del cual permaneció sin publicar mientras jo, comunismo, alienación y «ser especie»- que reflejan las in-
vivió. flüencias combinadas de Hegel, Feuerbach y Adam Smith. En.las
El famoso prefacio a la Crítica de la economía política, una des- notas de esos manuscritos y de otros escritos de Marx del mismo
cripción breve pero convincente de su concepCión materialista de periodo se plantean una serie de temas que o bien se desarrollarán
! la historia, fue publicado en 1859. La primera traducción inglesa posteriormente con más profusión o formarán un premisa subya-

l de la publicación original alemana de El Capital no apareció hasta cente en sus textos de madurez. ·
1887. Durante sus últimos años Marx padeció constantes enferme- En primer lugar,· el joven Marx acepta las premisas básicas de
dades, y cuando murió en 1883lo hizo en unas circunstancias trá- la filosofía hegeliana; él mismo escribe:
1 gicas, porque sobrevivió a las muertes de su esposa y su hija Jenny.
Lo más excepcional en la fenomenología de Hegel y su producto
(Para consultar buenos estudios de la vida y obra de Marx, véase
final-es decir, la dialéctica de la negatividad como principio motor
Berlín 1963 y McLennan 1973.) y generador- es ... primero, que Hegel concibe la atltogénesis del
1 Queda fuera del alcance del presente estudio ofrecer una des- hombre como un proceso, concibe la objetivación como una pérdi-
1 cripción siquiera breve de la teoría social y política de Marx (exis- da del objeto, como una alienación y. como una transcendencia de
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ten, de todas formas, varios estudios que discu-ten detalladamente esta alienación; que él capta así la esencia del trabajo y comprende
las teorías de Marx: Lichtheim 1961, Avineri 1968, Lefebvre 1968 y al hombre objetivo -verdadero, puesto que hombre real~ c9mo el
Kolakowski 1981). En lugar de eso me detendré en algunos textos producto del propio trabajo del hombre (1959: 140).
claves y exploraré los textos de Marx sobre religión -aunque casi
no escribió específicamente sobre temas religiosos- y su concep- Muchos años después, Engels llamaba la atención sobre la im-
ción general de la vida social. portancia de esta perspectiva dialéctica que él y Marx sostenían. El
Se suele decir que el logro esencial de Marx consiste en haber gran mérito de la filosofía de Hegel, escribió, era que «por primera
criticado a la vez .que sintetizado tres corrientes del pensamiento vez se concebían y representaban la totalidad de los aspectos natu-
europeo. Como escribía Lenin: «Marx era un genio que continuó y rales, históricos y espirituales del mundo como un proceso de
consumó las tres principales corrientes ideológicas del siglo xrx, transformación y desarrollo constante y se hacía un esfuerza· por
representando a los tres países más é\Vanzados de la humanidad: la mostrar el cél,rácter orgánico de este proceso» (Marx y Engels 1968:
filosofía clásica alemana, la economía· política clásica inglesa y el 408). Callinicos señala que Marx compartía la estructura car<l.cte-
socialismo francés» (Callinicos 1983b: 40). Marx sometió a las fi- rístiCa de la dialéctica hegeliana (1983a: 42). .
guras más representativas de esas tres corrientes de pensamiento Conviene insistir eri que Marx nunca dejó, como su mentor, de
-Hegel, Ricardo y Proudhon- a una penetrante crítica; pero, a di- ser un pensador dialéctico. que pagaba tributo a la grandeza· inte-
ferencia de algunos marxistas, se mostró igualmente receptivo lectual de Hegel. DeCir que Hegel fue un «mono» colgado del cue-
para con sus aspectos positivos y dejó que influyeran en su propio llo de Marx (Harris 1980: 145) o que Marx realizó un salto de la
pensamiento. En una reciente discusión sobre una de las corrien- · ideología a la ciencia al renunciar a la dialéctica hegeliana (Althus-
tes que forman el «triple origen» del marxismo (el sbcialismo fran- ser 1969) es tener una mala interpretación de la relación entre He-
cés) Hobsbawm llega a la conclusión que ninguno de los socialis- gel y Marx. La dialéctica hegeliana, es<;:ri,bió Marx, en su formara-
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cional nos permite damos cuenta de que todas las formas históricas (vista ésta como idealismo puro) porque ello equivaldría a atribuir
son efímeras; aquí radica su verdadera naturaleza crítica y revolu- a Marx un crudo materialismo. La transición de Hegel a Marx es,
l cionaria. Pero Marx pensaba que la filosofía de Hegellirriitaba y re- más bien, como han sugerido Marcuse y Lefebvre, uñ movimiento
¡~ primía una «crítica oculta>> y, de esta manera, se hacía mistificadora. ha<\ia un orden diferente de verdad. Todas las categorías económi-
En en prefacio de la segunda edición de El capital (1873), escribió: cas; y sociales de Hegel son conceptos filosóficos con connota-
ciones religiosas, mientras que todos los concep~os,filqsóficos .de
1 Aunque en las manos de Hegel la dialéctica se convirtió en misti~
ficación, debemos admitir. que él fue el primero en exponer la forma
la teoría marxista son categoríq.s sociales y económicas (Marcuse
l de su movimiento de una manera comprensiva y totalmente cons-
1941: 258). (Véase Hook 1962, Colletti 1973 y Rose.~ 981 para otras
~ interpretaciones de las relaciones entre Hegel y Marx.) ·
ciente. En los textos de Hegel la dialéctica está del revés, debemos
ponerla de nuevo en su orden correcto si queremos descubrir el nú- En segundo lugar y en relación con el punto anterior, Marx
1 cleo racional que permanece escondido debajo del embalaje de la ofrece en los manuscritos de París una definición de la especie hu-
mistificación (1957). mana. Al hacer esto Marx se basaba en el concepto de <<ser especie»
de Feuerbach, si bien le dotaba de un contenido enteramente nue-
1~
Resulta muy equivocado interpretar estas palabras, y la filosofía
de Hegel en general, en términos de la vieja oposición entre idea-
vo. Esencialmente, la concepción de ,Feuerbach de los seres huma-
nos denotaba una relación pasiva con el mundo; además, dotaba al
if
lismo y materialismo, que el propio Hegel ya se había propuesto
transcender. Cuando autores como Cailinicos escriben que la vi-
concepto de <<hombre» de una dimensión ética. Por el contrario,
Marx definía los seres humanos no en términos de su auto-con-
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i!
sión de Hegel sobre la naturaleza era como un «autoextrañamien-
to del espíritu» (1983a: 98) y Singer dice que él otorgaba la prima-
. ciencia ni en términos de su pasividad o de sus atributos éticos,
sino más bien en términos de su relación esencialmente á.ctivacon
t cía ontológica a la mente sobre la natur_aleza y que hablaba del el rriundo natural. Marx consideraba que su concepdÓn era
«natu-
i <<objetivo de la historia como la liberación de la mente de todas las ralista» o <<humanista» y, significativamente, la diferenciaba tanto
1 ilusiones y grilletes» (1980: 41), demuestran que no entienden a
Hegel en absoluto. Piensan en el Geist de forma teísta, como si fue-
del idealismo como del materialismo, sugiriendo que su perspecti-
va constituía «al mismo tiempo la verdad unitaria de ambos»: ·
se algún tipo de espíritu creador, mientras que para Hegel el espí-

1
i
ritu (la cultura) era inherente al mundo. La noción hegeliana de
una <<unidad original» del Ser hace que tal interpretación -que
El hombre es directamente un ser natural. éorrio ser natural y
como .ser vivo natural está, por una parte, dotado· de los poderes na-
procede de Engels- sea insostenible. Lo que preocupaba a Marx turales de la vida -es un ser natural activo-. Por otro. lado, como

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era que para Hegel el sujeto de la historia era el espíritu y no el-ser
humano; en cierto sentido, la cultura resultaba persoril.fic~da. Ade-
más, él puso demasiado énfasis en la conciencia, ignorando, o
como mínimo descuidando, la interacción activa entre el hombre y
ser natural, corpóreo, sensitivo y objetivo es una criatura que pade-
ce, que está condicionada y limitada, al igual que los animales y las
plantas ... y debido a que siente lo que padece, él es un ser sensible.
Pero el hombre no es meramente un ser natural; es un ser natural
~ la naturaleza. Marx pensaba que para Hegel la oposición entre el humano. Es decir, es un ser para sí. En consecuencia es un ser de
ti '. espíritu (cultura) y la naturaleza estaba «dentro del propio pensa- una especie y tiene que confirmarse y manifestarse a sí mismo en su
ll ser y en su conocer. Por lo tanto, los objetos humanos no son obje-
miento» y que «la humanidad de la naturaleza» aparecía como el tos naturales tal como ellps se presentan inmediatamente, ni el sen-
,~.. producto de unespíritu abstracto. Marx cuestionaba este tipo de fi- tido humano es lo que inmediatamente es ... Ni tampoco la naturaleza
l losofía por su mistificación y, siguiendo la perspectiva materialista
de feuerbach, proclamaba que los seres humanos eran los sujetos
está subjetiva u objetivamente dada directamente de forma adecua-
da al ser humano (1959: 144-146). ·
~· de la historia,. y postulaba una definición del ser humano como
«ser especie». De hecho, Marx consideraba a Feuerbach como el
~. Casi cien años antes de- la antropología cultural, Marx estaba
único filósofo que había adoptado una visión seria y crítica de la
L sugiriendo que no se podía considerar la cultura como algo IJ.atural
~
;:·. dialéctica hegeliana. Por lo tanto, de ninguna forma podemos pen-
sar en Marx como una simple «inversión» de la filosofía de Hegel
o dado, ni era el mundo natural por sí mismo directamente accesi-
ble a la sensibilidad humana. Para Marx, como para Hegel, loesen-

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cial era la mutua interdependencia entre el hombre como ser his- piritualizar la dialéctica hegeliana, Marx concebía al sujeto huma-
r-··_, tórico v la naturaleza. Marx combina así el énfasis materialista de no como un ser activo y productivo, constituido históricamente
los per{sadores iluministas y de Feuerbach con el énfasis espiritual po~ su propia interacción con la naturaleza. De todas· formas, para
(cultural) del idealismo de Hegel. Los humanos son, al mismo él rl,o era un concepto explicativo -de ninguna manera puede des-
tiempo, seres naturales y sociales. Pero Marx, al igual que Hegel, cribirse a Marx como un individualista metodológico- sino una
;j focaliza el aspecto interaccional; así, lo que se denomina historia premisa que subyacía en todos sus textos. Para Marx la historia no
··< u:iüversal no es <<nada sino el desarrollo del hombre por el trabajo era un <<proceso sin sujeto» (Althusser 1972: 78); pero tampoco
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humano y su influencia sobre la naturaleza» (1959: 106 ). Como postuló un sujeto transhistórico. La vida social es una creación de
.:¡ dice Callinicos, «Concebir la naturaleza humana como constitui- la productividad humana y es fundamentalmente hist_órica .
da por un redireccionamiento activo, una relación transformado- En tercer lugar, los manuscritos de París exponen la filosofía
ra con lá naturaleza a través del proceso de trabajo es propio del inicial de Marx, en particular la crítica al empirismo -la teoría
pensamiento de Marx>> (1983a: 40). No sorprende que cuando se que se originó con Locke y Bacon y que afirma que el conocimien-
publicaron los manuscritos (e.n 1932) ejercieran una influencia to se basa en la observación y la experiencia sensorial, y que las
notable en socialistas humanistas y existencialistas como Erich teorías científicas se construyen a través de interferencias inducti-
Fromm. vas (véaseChalmers 1978: 113-115)-. Marx cuestiona la validez de
Al poner el énfasis en las relaciones de producción, Marx está esta teoría en las ciencias sociales. Es interesante notar que, aun-
ofreciendo una ética prometeica: la idea de que los humanos se que Marx use a Feuerbach para criticar el idealismo de Hegel, tam-
crean a sí mismos en oposición a -:-Y a través del control y la do- bién utiliza a Hegel para criticar el empirismo de Feuerbach y de
minación de-la naturaleza. Se suele decir que esta teoría expresa los economistas políticos ingleses. Callinicos apunta a Marx GOfiO
la <<arrogancia>> del humanismo y de la perspectiva baconiana del iniciador del proceso, continuado por Nietzsche y Freud; que ven-
«hombre contra la naturaleza». Ciertamente, ha habido autores dría a socavar drásticamente la noción de la razóri:como teoría, de
que han sostenido que Marx nunca se diferenció de la filosofía dia- ' la contemplaciórr desinteresada de una realidad objetiva ( 1983a:
léctica y moral del Iluminismo (Baudrillard 1975; véase Adorno y 155). Pero, en realidad, había sido Hegel quien había iniciado este
Horkheimer 1973: 3-42: Ehrenfeld 1978: 250). En cierto sentido es proceso con sus críticas al empirismo, críticas que más tarde Marx
cierto, pero estas críticas suelen ignorar completamente que Marx, retomaría y desarrollaría. En su ensayo sobre «el trabajo alienado»
siguiendo a Hegel, intentó integrar en su teoría las perspectivas y Marx cuestionó los análisis de los economistas 'políticos. Marx es-
valores aportados por románticos como Schiller y Goe~he. El mo- cribió: «La economía política parte del hecho de la propiedad pri-
delo marxiano de la actividad humana fue, al mismo tiempo, artís- vada, pero no nos la explica. En general expresa las fórmulas abs-
tico y económico, y la relación _humana con la naturaleza-: que él tractas, el proceso material en el que la propiedad privada ya está
postulaba era a la vez estética e instrumental. Callinicos expresa de dada, y esas fórmulas se toman por leyes. Pero la economía políti-
nuevo correctamente la orientación marxiana cuando señala que ca no comprende esas leyes>> (1959: 64). --
Marx <<resituó esta tradición del humanismo estético [de la litera- En El capital, siguiendo de nuevo la tendencia del pensamiento
tura romántica europea] dentro de una teoría materialista de la de Hegel, Marx desarrolla este contraste entre la estructura inter-
historia que comenzaba por el proces~ de trabajo>> (1983a: 40). Al na, subyacente, del modo capitalista de producción y su superficie
resaltar la necesidad de superar la alienación entre el espíritu (la aparente. Critica las teorías de los economistas políticos que veían
cultura humana) y la naturaleza, tanto Hegel como Marx anticipa- las relaciones de producción burguesas como «leyes naturales in-
ron, creo yo, las principales premisas del movimiento ecológico dependientes de la influencia del tiempo». "
que emergería un siglo después (véase Dubos 1980). También se Marx es igualmente crítico con el materialismo de Feuerbach y
plantea la cuestión de la ausencia del concepto de <<ser especie>> en en sus célebres <<Tesis sobre Feuerbach» (1845) tilda de estático e
los escritos posteriores de Marx. No parece que se deba a que Marx ahistórico su naturalismo debido a que, para Marx, 'el mundo na-
sustituyera la perspectiva humanista de su juvéntud por una visión tural no aparece simplemente dado a la experiencia de los senti-
científica madura, evidenciada en su análisis del capital. Al deses- dos. Para Marx:
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50 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN
LA RELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA
51
El principal defecto de todo el materialismo existente hasta aho- y que ahora recibe sustancia histórica. Feuerbach había empleado
ra (incluido el de Feuerbach) es que ha concebido las cosas (la reali- el concepto hegeliano par:;1. criticar la religión, pero Marx lo utiliza
dad, las sensaciones) en la forma del objeto o de la contemplación,
pero no ~ubjetivamente, como actividad humana sensible y práctica. para describir condiciones sociales dadas: las del modo capitalista
Ocurrió incluso que el lado activo no fue desarrollado por el mate- · de'\producción. Describe en términos negativos la lucha antagóni-
rialismo sino por el idealismo, aunque sólo fuera de forma abstrac- ca entre el capitalista y el trabajador, señalando que el sistema de
ta, ya que, como es sabido, no reconocía la actividad sensitiva, real, fábrica no sólo es perjudiCial para la salud y el bienestar del traba-
como tal (Marx y Engels 1968: 28). jador, sino que lo reduce al status de mercancía. Así, el proceso de
·trabajo, que debería conllevar la creación de riqueza para el dis-
Al negarse a tomar lo empíricamente dado en sus propios tér- frute y el desarrollo del potencial humano, lleva sólo a la degrada-
minos, Marx transciende no sólo la oposición entre el idealismo y ción del trabajador. El individuo queda deshumanizado, alienado
el materialismo, sino también entre el empirismo y el racionalis~ de su verdadero «ser especie». Los trabajadores ya no tienen el
mo. Siguiendo una vez más la tradición hegeliana, Marx no aboga control de su propio destino; incluso el producto de su trabajo que-
ni por una descripción puramente empírica (o generalizaciones in- da alienado en el acto de producción. Fundamentalmente, los ma-
ductivas basadas en ella, que equivaldrían a construir una casa so- nuscritos presentan una. condena moral del capitalismo, pero
bre cimientos tambaleantes) ni por una imposición de conceptos aportan un análisis embrionario de las categorías básicas del capi-
o esquemas preconcebidos sobre los hechos existentes, ya sea para talismo -capital, trabajo, salarios, dinero- que posteriormente
ordenarlos o para analizarlos. Leer El capital, tal como hacen algu- Marx desarrollará en sus trabajos de madurez. También hay una
nos marxistas contemporáneos, como si fuese un catecismo teórico descripción del tipo de sociedad en que se abolirá la propiedad pri-
aplicable universalmente, es un tipo de empresa escolástica y ahis- vada y se superará el autoextrañamiento del sujeto humano. Citan-
tórica que resulta bastante ajena al tono del pensamiento de Marx. do a socialistas franceses como Proudhon y Saint-Simon, Marx de-
Marx siempre parte de datos empíricos, ya sean textos de otros au- nomina «comunismo» a ese Estado. Es la «resolución genuina del
tores o algún tipo de realidad social dada y, como Maurice Bloch' conflicto entre el.hombre y la naturaleza y entre el hombre. y el
ha señalado, Marx nunca expresó ningún desdén por el conoci- hombre -la verdadera solución de la lucha entre la existencia y la
miento empírico. Así, en El capital comienza su investigación so- esencia, entre la objetivación y la autoconfirmación, entre la liber-
cial con una comprensión interpretativa. Pero, como dice Callini- tad y la necesidad, entre el individuo y la especie. El comunismo es
cos, Marx «Se negó a considerar la actividad intencional por su la solución del enigma de la historia, y sabe que él es esa solución»
apariencia porque para él la explicación de la necesidad debía pa- (1959: 95). .
sar necesariamente por la inmersión en la esencia interna que está
Aunque los manuscritos hablan del proletariado, éste no se pre-
debajo de la superficie observable de las cosas ... y porque Marx senta como el principal agente de transformación social, una idea
creía que existía una discrepancia sistemática entre la forma en que
que Marx desarrollaría en estudios posteriores y que formaríala
los individuos percibían el modo de producción capitalista y su tra-
base de su política. Se ha dicho que Marx renunció a la concepción
bajo real». Callinicos cita la famosa frase de Marx: «Toda ciencia
teológica hegeliana de la historia y que, consiguientemente, vio'la
sería innecesaria si la apariencia superficial de las cosas coincidiese
con su eseneia» (1983a: 1OS). . historia como un proceso abierto, y la contradicción como un ele-
mento constitutivo de la realidad social. Vale la pena citar la con-
Marx tenía así una concepción dialéctica y realista de la cien-
cia, y aunque creía firmemente en la unidad metodológica de las clusión a sus notas sobre el comunismo. Marx escribió: «El comu-
ciencias, era escéptico con las explicaciones de la vida social for- nismo ·es la forma necesaria y el principio dinámico del futuro
muladas en términos de leyes mecánicas o naturales, tal como so- inmediato, pero el comunismo no es en sí mismo. él fin del desa-
lían hacer los darwinistas sociales (véase Keat y Urry 197:.S: 96-118; rrollo humano, la forma de la sociedad humana» (1959: 106).
Callinicos 1983a: 96-113). La diferencia entre Marx y Hegel sobre esta cuestión no era ab-
En cuarto lugar, un tema que está latente en los manuscritos es soluta, puesto que ambos autores, a diferencia de Engels, tendían
el concepto de alienación que, una vez más, Marx extrae de Hegel, a ver la dialéctica como la prop~edad esencial de la cultura, peró no
de toda la realidad. Cuando Singer, refiriéndose a la filosofía polí-
52 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA 53

tica de Hegel, escribe: «Debemos buscar lo. que es racional en el realidad verdadera. La 1ucha contra la religión es, por consiguiente,
mundo existente y debemos permitir que el elemento racional ten- la lucha contra el otro mundo, del cual la religión es el aroma espi-
ritual.
ga su expresión plena. De esta manera podremos construir la razón
-~ El sufrimiento religioso es, a la vez, la expresión del sufrimiento
o la virtud que ya existen en una comunidad» (1983: 36), él está, real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es la ex-
en términos generales, expresando un modo de pensamiento que presión de las criaturas oprimidas, el sentimientode un mundo sin
Marx también compartía. Como señala Worsley, cuando se estudia corazón, y el espíritu de una sii:mición ciesespirli:ualizada."E.s ef opio
la sociedad resulta esencial separar los elementos que son positivos del pueblo. · ·· · ··· · ·· · · ·· ··
y contienen un potencial para el desarrollo futuro dé aquellos que · El pueblo necesita abolir la religión, su felicidad ilusoria, parare-
están en declive (1982: 24). Así, para Marx, el comunismo no es cuperar SU verdadera felicidacl. A,partar .l8:S ··llusi(¡h~~ _qll~:s~ forma
tanto un estado social -porque entonces la dialéctica llegaría a su sobre su condición supone abandonar una condición que requiere
fin- cuanto un principio consciente de movimiento. ilusiones. Por consiguiente; la cridca·a la rellgi.ón escéTemtiiión de hi:
En los manuscritos de París, Marx no dice gran cosa sobre reli- crítica al valor del sufrimiento, cuya aureola es la religión ... De esta
gión porque pensaba que las críticas de Feuerbach habían dado manera, la crítica del paraíso se convierte en la crüica de la tierra
(Marx y Engels 1957: 37-38). ·
cuenta del tema de forma teóricamente correcta: :Eri" su
negación
de Dios, el ateísmo había postulado fa e:idstenda del hombre, pero
la <<vida real», la verdadera humanidad, sólo podría ser conseguida Aunque ha habido varios intentos de definir a Marx como un
a través de la <<negación de la negación», mediante la anulación de pensador religioso que poseía una seguridad en sí mismo propia de
la propiedad privada. De esta manera Marx creía que ofrecer l!J:!a un profeta -que el marxismo con su énfasis en la salvación es una
simple crítica de la religión ya no era la posición más importante profesión de fe cercana a la tradición judeocristiana-, los.pasajes
que se debía adoptar, pues la religión era en Ci.~rto sentido un fenó- anteriormente citados y otros textos suyos confirman sin lugar a
meno secundario y dependía de circunstancias socioeconórriicas. dudas que, fundamentalmente, Marx era un ateo. Y a pesar de ha-
En consecuencia, sólo podría ser superada cuando las circunst.an- ber expresado una actitud positiva hacia el místico alemán Jacob
cias que habían dado lugár a la religión fueran ellas mismas trans- Boehme, su actitud general hacia la religión fue de hostilidad, en
formadas. particular en lo que respecta a su complicidad con. la opresiónpo-
En 1844 Marx publicó la introducción a <<Una crítica a la Filo- lítica. Para Marx el ateísmo era inseparable del humanismo (sobre
sofía del derecho de Hegel». Los primeros párrafos de esta obra for- esta cuestión, véaseTucker T96si Üng 1980; y-Miranda 1980).
man el resumen más detallado de la visión de Marx sobre la reli- Sin embargo, la idea principal expresada en los párrafos ante-
g_ión; vale, pues, la pena reproducirlos por enteró: riores es que, ~i bien la religi<)n es el ()pi()~qu~. ofre~~-Gtl pu~b}() u11a
sensación ilusoria de feli<::idad y consuelo, su abolición no puede,
En Alemania la critica a la religión ha sido completada en lo fun- como pensaba Feuerbach, llegar mediante la· mera critica, sino a
damental; la crítica a la religión ha sido la premisa de todo criticismo. través del cambio del orden socioeconómico -el mundo insensi-
La base de la crítica antirreligiosa es la siguiente: el hombre hace ble e inhumano- que hace que tales ilusiones sean necesarias." El
la religión; la religión no hace al hombre. En otras palabras, la reli- quid de la cuestión, como percibió Worsley, era que para abolir la
gión es lá autoconciencia y la autosensación del hombre que, o to- religión había que abolir la sociedad irracional e injusta:· d capita-
davía no se ha hallado a sí mismo, o se ha perdido. Pero el hombre·
lismo contemporáneo que Marx siempre tenía en mente (Worsley
no es un ser abstracto quy ocupa el mundo desde fuera. El hombre es
1982: 27-28).
su propio mundo y es también el Estado y la sociedad. Este Estado,
esta sociedad producen la religión, una concienCia invertida del Los escritos y estudios posteriores de Marx estuvieron, en gran
mundo, porque aquéllos son mundos invertidos. La religión es la medida, dedicados al análisis del capitalismo, pero al mismo tiem-
teoría general de ese mundo, su compendio enciclopédico, su lógica . po acometió dos tareas relacionadas con la anterior. Una de ellas
en forma popular, su entusiasmo, su sanción moral, su base univer- fue el estudio histórico de los orígenes del capitalismo y de las di-
sal para su consolidación y justificación. Es la realización fantástica ferentes formas de sociedades precapitalistas que habían emergido
de la esencia humana, puesto que la esencia humana no tiene una 'históricamente. Éste fue un gran tema de interés para Marx (y En-
54 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO· ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA SS
.
gels). Su interés por la antropología fue político y académico y se que tomara, equivocadamente, esas concepciones por las reales.
extendió durante toda su vida (véase Krader 1972; Bloch 1983). La Stirner, dice, era esencialmente un idealista, «se aferraba a un
otra tarea fue diseñar un método de comprensión y explicación de mundq de .pensamientos puros>> (Marx y Engels 1965: 260). Sin
la vida social, construir una sociología que fuera al mismo tiempo ·embargo, las partes más célebres de su estudio se dedican a criti-
materialista e histórica. Al hacer esto, Marx desarrolló una serie de car continuamente la teoría de la religión de Feuerbach y a bos-
conceptos clave. Con respecto a la comprensión de las representa- quejar inicialmente una teoría materialista de la historia. Mecen-
ciones culturales, el más importante de todos fue el concepto de traré en estos puntos.
«ideología». Y es en este último punto donde vamos a centrar nues- La prinCipal crítica de Marx a Feuerbach, aparte de atacar su
tra atención. emp1dsmo ingenuo (pág~·s-7), fue''que, a·pesar"de-habermostrádo
que la religión era umí ilus16ri del rrú.indo.. ierrenü;
habíade]ado sin
responder una.cuesdónde V1iarlmpor1:ancüi: icómo era que lagen-
El materialismo histórico ú; tenía esas ilusiones «en sus meriteS>>? A pesar de su mate:dalis-
En los párrafos iniciales del panfleto político de Marx El diecio-
mo, escribe Marx, Feuerbach no llegó a examinar las condiciones
reales de la existencia humana, contentándose con un «hombré>>
cho brumario de Luis Bonaparte (1852) (en el cual analiza la reac- abstracto. Marx sintetiza de forma convincente la perspectiva de
ción política en Francia después de la Revolución de 1848), Marx Feuerbach diciendo de él que ·«cuando es materialista, no conside-
escribió: «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen ra la historia, y cuando considera la historia no es materialista>>
en las circunstancias que ~llos eligen, sino bajo circunstancias ya (pág. 59). Para Marx, la vida humana sólo se puede entender si la
dadas y transmitidas por el pasado. La tradición de todas las gene- situamos dentro de un contexto histórico y natural.
raciones muertas pesa como una pesadilla sobre las mentes de los Fue en las críticas a Feuerbach dondé Marx y EI).gels pusieron
vivos» (Marx y Engels 1968: 96). por primera vez las bases de sus ideas fundamentales sobre el ma-
Sin embargo, subraya enfáticamente que las revoluciones del terialismo histórico. Podemos entender mejor esas ideas reprodu-
siglo xrx no han de descansar sobre la «poesía del pasado» sino so- ciendo algunos párrafos.
bre. el futuro y, en un excelente análisis de las clases de ese perio-
do, dice que el futuro está con el proletariado y no con el campe- Las premisas de las que partimos no son arbitrarias ni dogmáti-
sinado. Pero para nosotros la relevancia de este párrafo estriba en cas, son premisas reales a partir de las cuales sólo se pueden extraer
que Marx dice que la sociedad es anterior al individuo y en que abstracciones en.la imaginación. Son los individuos reales, sus acti-
sostiene que lo que la actividad humana puede llegar a hacer en un vidades y las condiciones materiales en las que viven, tanto las que
periodo histórico particular depende en grari medida de las; condi- encuentran en su existencia como las que produce su actividad. Esas
ciones sociales y materiales vigentes. Ante todo, Marx ve al in- premisas pueden ser así verificadas de una forma puramente empí~
rica .. , ·,
dividuo como un ser esencialmente social, y funde el pensamiento
y el ser en una unidad fu!).damental (1959: 98). No sorprende, Por tanto, el h,echo es que los individuos, que son producti-
pues, si bien parece algo excesivo, que Marx, en colaboración con vamente activos, entran dentro de relaciones sociales y políticas de
forma definitiva. La observación empírica debe en cada ámbito es-
Engels, dedicase casi cuatrocientas páginas de La ideología alema-
pecífico descubrir empíricamente y sin cualquier mistificación o espe-
na (1846) a criticar a Max Stirner, quien en el estudio Der Einzige culación, la conexión de la estructura social y política con la pro-
und sein Eigentum (1845) expresaba su anarcoexistencialismo de ducción.
forma estridente. Marx criticaba este estudio, especialmente debi- . Partimos de los hombres reales y activos y sobre la base de su
do a la concepción de Stirner de un «ego único» que era asocial, proceso vital real demostramos el desarrollo de ecos y reflejos ideo-
ahistórico y tan «fantasmagóricO>> como las concepciones frente a lógicos de este proceso vital..; La moralidad, la religión, la-metafísi-
las cuales se contraponía, a que Stirner carecía de .una compren- ca y todas las demás ideologías y sus formas correspondientes de
sión de la «historia real y profana>>, y a que su hostílidad hacia «es- conciencia ya no poseen la apariencia de la independencia. No tie-
pectros>> tales como «dios», la «verdad>> y la «humanidad>> hacían nen ni historia ni desarrollo; pero los hombres, desarrollando su
producción material y sus relaciones materiales, alteran, junto con
Só INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGiÓN COMO IDEOLOGÍA 57

su existencia real, sus pensamientos y los productos de sus pensa- Como McLennan y otros han señalado, existe una continuidad
mientos. La vida no está determinada por la conciencia, la concien- fundamental entre el pensamiento y el estilo de los manuscritos de
cia sí lo está por la vida (págs. 31-38). - 1844 y los textos posteriores de Marx. En los Grundrisse todavía
son' recurrentes los conceptos de alienación, de objetivación, de re-
En el mismo estudio diseñan un esquema evolucionista en el lación dialéctica entre el individuo y la naturaleza, y de su natura-
que apuntan los diferentes estadios existentes en el desarrollo de la leza social genérica. En El capital Marx aplica en lo esencial el mé-
producción (la propiedad y la división del trabajo): las «épocas» tri- todo de análisis que había desarrollado prograrriáticamente en sus
bal, antigua (las ciudades-Estado griegas y romanas), feudal y capi- estudios anteriores del sistema capitalista, demostraildo que sus
talista. Elaboran también una distinción entre la «base real» de la categorías económicas eran simplemente construcciones ideológi-
vida social (la suma de las fuerzas productivas, los fondos de capital cas que servían para enmascarar la base real, la estructura subya-
y las formas de relación social) y la superestructura ideológica o idea- cente del capitalismo (véase Geras 1972; Nicolaus 1973; Bloch
lista (la política, las leyes y la religión), que para ellos carece de his- 1983: 41). En su trabajo de madurez, que los marxistas estructura-
toria. Significativamente; describen el comunismo como el «movi- les toman como un prototipo de estudio científico, Marx tampoco
mientó real que abole el estado actual de las cosas. Las condiciones dice gran cosa sobre religión; se centra casi exclusivamente en el
de este movimiento resultan de las premisas existentes» (pág. 48). -«sistema de mercado» como un sistema religioso. No obstante, en
Aproximadamente una década después Marx publicó su célebre la sección que tiene el apropiado título de «El misterio del carácter
prefacio a Critica de la economía política (1859); nuevamente resul- fetichista de las mercancías» Marx señala que el cristianismo, con
ta pertinente reproducir algún párrafo de este trabajo tan frecuen- su «culto al ser humano abstracto», era la forma de religión más
temente citado. Marx formula de la siguiente manera los trazos ge- apropiada para el sistema de producción de mercancías, y concluía
nerales de su estudio: así su análisis:

En la producción social de sus vidas, los hombres entran dentro Estos reflejos del mundo real no desaparecerán hasta que las
de relaciones definidas que son inevitables e independientes respec- relaciones entre los seres humanos y su vida práctica cotidiana ha-
to de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un yan asumido el aspecto de relaciones perfectamente inteligibles .y
estadio definido del desarrollo de sus fuerzas productivas materia- racionales entre el hombre y el hombre y entre el hombre y la na-
les. La suma total de estas relaciones de producción constituye la es- turaleza. El proceso vital de la sociedad, o sea, el pro.ceso material
tructura económica de la sociedad, la fundación real sobre la que se de producción, no perderá su velo de misterio hasta>que se con-
erige una superestructura legal y política y a la cual corresponden vierta en un proceso efectuado por una asociación libre de pro-
formas definidas de conciencia social. El modo de producción de la ductores, intencionalmente controlado por sus candencias ( 1957:
vida material condiciona el proceso social, político y la vida futelec- 53-54).
tual en general.

Las contradicciones eritre las fuerzas y las relaciones de pro- Podemos extraer dos aspectos interesantes de la visión general
ducción engendran transformaciones sociales. Marx continúa: del materialismo histórico ilustrada en las citas anteriores. Prime-
ro, queda claro que el modo de análisis sociológico de Marx incor-
Al considerar tales transformaciones siempre se debería hacer pora un «doble discurso», dos formas de interpretación. Se refiere
una distinción entre la transformación material de las condiciones a los dos diferentes procesos a los que Maurice Bloch alude cuan-
materiales de producción, que pueden determinarse con la misma do escribe:
precisión que usan las ciencias naturales, y la transformación de las
condiciones legales, políticas, religiosas, estéticas y filosóficas -es El primer proceso es parte de la interacción de los hombres que
decir, las formas ideológicas en las que los hombres se tornan cons- están agrupados en una sbciedad y. que participan de la producción.
cientes de este conflicto e intentan resolverlo ...-. Esta conciencia Este proceso conduce a ideas, conceptos, valores e instituciones
debe explicarse a partir de las contr~dicciones de la vida material que ... son el producto indirecto del proceso de producción llevado a
(Marx y Engels 1968: 181-182). cabo como un trabajo social. El segundo proceso se hace posible
58 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO lDEOLOGÍA 59

porque la historia también implica el desarrollo de la explotación. 32) (los otros maestros de esta escuela serían Nietzs~he y Freud},
[Esto] también lleva a la formación de ideas, conceptos, valores e puesto que Marx se propone desenmascarar la superficie de los fe-
instituciones, pero, a diferencia de los producidos pór el primer pro- nóme-nos. Así entran en escena las díadas conceptuales aparieneia-
ceso, éstos se adaptan a la explotación vigente y tienen hi funCión de esenda y superestructura-base. En cierto sentido Marx ofrece' un -
legitimar la explotación y esconder la verdadera natunileza de ésta a análisis fenomenológico, pero la «esencia>> de los fenómenos está
los explotados. Marx y Engels denominan <<ideología» a -este segun-
do proceso (1983: 17-18). - - relacionada con la base económica, es decir, con las relaciones de
producción. Para Marx, la religión,_la política y las leyes son esen-
En relación al segundo proceso de Marx aboga por un método cialmente
---
epifenómenos,
. - "
constructos ideológicos que «escond_en>>
de comprensión que es histórico-genético. En los Grundrisse Marx las estructuras explotadoras. Como dijimos anteriormente, la rele-
delinea varios esquemas evolutivos en el desarrollo de las relacio- ·vancia crucial de El capital consiste en que Marx veía los conceptos
nes de propiedad; sin embargo, los diferentes modos de produc- económicos del capitalismo como conceptos esencialmente reli-
ción que propone no tienen necesariamente por qué estar alinea- giosos. Bloch dice que actualmente «conceptos como el de trabajo
dos siguiendo una secuencia histórica. Marx fue un pensador flexible organizan la vida de la misma forma que lo hizo la noción de Dios
y siempre estuvo abierto a revisar sus hipótesis sociohistóricas a la en la Edad Media, y tienen tan poca referencia material como aquél»
luz del conocimiento histórico (véase Marx 1973: 471-495; Rodin- (1983: 90). No obstante, aunque Marx habla de la «producción de la
son 1974: 63-67). Cómo Marx consideraba que la historia era un vida material» como «condicionante>> o «determipante» de otros as-
proceso dialéctico, conceptos como el de «contradicción» o «clase» pectos de la vida social, no cabe interpretarlo, como lo han hecho
eran centrales para su teoría, pero esto no significa que Marx sea muchos críticos marxistas, como una simple relación causal entre la
un historicista o un teórico del conflicto en la tradición de Ma- base y la superestructura. Hacerlo así supondría evocar un páradig-
quiavelo, Hobbes y los darwinistas sociales (Popper 1945, Martín- ma mecanicista que resulta bastante ajeno al tono del pensamiento
dale 1961 ). En El capital se presupone este modo de análisis; es en de Marx. Merleau-Ponty señalaba que la base económica no era una
otros estudios donde se presentan las teorías sobre el origen y el «causa>> sino el «ancla histórica>> o el «remolque>> de las leyes, la-re-
desarrollo del capitalismo -aunque también se habla de esto en ligión y otros fenómenos culturales ( 1964: 108-112; véase Hindess y
el capítulo de El capital dedicado a «la acumulación primitiva» {ca- Hirst 1975: 16). Es un error situar la distinción de Marx entre ideo-
pitulo 24), que Marx veía como la fundación histórica del sistema. logía y las condiciones materiales de la vida en el contexto del viejo
Como ha señalado Schmidt, la reciente y lamentable «pérdida de la debate sobre la primacía del espíritu o de la materia. Resulta acer-
conciencia histórica>> de muchos marxistas contemporáneos que tada la afirmación de Cole en su introducción a El capital (1957) se-
se manifiestan a favor de una «sociología abstracta>> ha llegado a gún la cual, para Marx, las «ideas» y el «espíritu>> eran parte de lo
devaluar este modo de análisis. Schmidt escribe que en El capital que él concebía como lo «material>>. Para Marx la base económica
Marx «Usa un método que es simultáneamente analítico-estruc~ eran esas relaciones sociales que los humanos se ven obligados a es-
tural e histórico-genético» (1983: 108). Naturalmente, esto supone tablecer entre sí en la producción de sus vidas materiales. Por lo tan-
que, aunque Marx veía la religión como ún fenómeno en proceso to, la noción de praxis humana une los dos «discursos>> o métodos.
de cambio, a diferencia de Hegel pensaba que era una manifesta- Como muchos autores han sugerido, Marx es sobre todo un sociólo-
ción del e?píritu y que tenía una evolución independiente. go preocupado en «comprender la condición humana>> -es decir,
El segundo modo de análisis es estructural, crítico y materialis- no intentaba, como Hegel, comprender la naturaleza del univer-
ta, en el sentido específico en que Marx entiende este último tér- so-. Todavía es más importante su interés en mejorar el mundo
mino. Un análisis de este tipo comienza, como han señalado Man- a través de la práctica revolucionaria que basaba sus acciones en
del (1962) y otros, con los datos empíricos, pero en vez de intentar una comprensión teórica del presente. Según indica Larrai-n, para
buscar sus significados siguiendo un tipo de comprensión herme- Marx el futuro era la «realización>> de estos elementos de progreso
néutica, Marx sigue a Hegel en el intento de ir más allá de dicha que ya están presentes, «inmanentes>>, en el orden social existente
comprensión. Pertenece, de hecho se puede decir que es su funda- (1983: 221). .
dor, a lo que Ricoeur llamó «los maestros de la sospecha» (1970: Bloch señala que Marx siempre guaqló un equqibrio éntre el
. '- '
60 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO" IDEOLOGÍA 61

idealismo y el materialismo «vulgar»; pero, de hecho, Marx fue bliográfica sobre este tema. Se han propuesto varias interpretacio-
más allá de esta polaridad redundante. Su perspectiva era simultá- nes de los usos del término por parte de Marx, así como varias de-
neamente histórica y estructural e implicaba una forma dialéctica finiciones y teorías alternativas. Desde que Jorge Larrain sintetizó
de materialismo que disolvía las viejas antítesis entre conciencia y hábilmente estas discusiones ( 1979, 1983), lidiando críticamente ·
naturaleza, espíritu y materia. Marx había aprendido bien sus lec- con muchas corrientes dentro del marxismo, no ha habido ningu-
ciones del «bueno del viejo Hegel» (véase Comforth1980, como un na aportación que haya sobresalido. No obstante podemos estable-
repaso sistemático y ameno sobre estos temas). cer tres cuestiones de carácter general:
Si bien no se puede acusar a Marx a la ligera de ser un determi-
nista económico, de todas formas es cierto que su método estruc- l. Aunque Marx haya hablado de la ideología en términos de
tural implicaba cierto funcionalismo. Hasta cierto punto la teoría <<ilusiones», «mistificaciones» o «invenciones», eso no quería decir
marxiana de la ideología presenta un claro tono funcionalista. que nociones como las de <<dios» o de <<trabajo asalariadq» no sean
Hobsbawm, en una lúcida discusión sobre la contribución de Marx realidades sociales que afectan al comportamie~to humano. El
a la historiografía, llega a decir incluso que el marxismo supuso la concepto de trabajo asalariado es una <<abstracción», es una crea-
primera teoría social estructural-funcionalista. Sin embargo, difie- ción del capitalismo moderno; pero, aunque tiene cierta objetivi-
re fundamentalmente del tipo de teoría abogada por los sociólogos dad, es ilusorio en el sentido de que reifica lo que esencialmente
y an-tropólogos durkheimianos en dos sentidos. Por una parte, son relaciones sociales que ~sconden la característica fundamental
insiste en la jerarquía de los fenómenos sociales y enfatiza la prio- de las relaciones capitalistas -es decir, la explotación-. (Marx
ridad de la base económica. Ello por supuesto no implica que el 1973: 103; Geras 1972: 291-301.)
análisis empiece necesariamente por la materia, y ciertamente 2. Pa:ra Marx la ideología es un concepto crítico y no es correc-
tampoco implica, como señala Bloch (1983: 23), que uno deba (o to equiparado con conceptos como el de cultura o el de concienda.
incluso pueda) comenzar ignorando las creencias e ideas de la gen- Cuando Ricoeur dice que <<toda la conciencia» es, para Marx, <<fal-
te que está estudiando. Lo que sucede es más bien lo contrario, sa conciencia» (1970: 33) no está haciendo un juiciopoiJ._der:ado del
pues, como ya he notado, Marx siempre comenzaba su análisis por concepto marxiano. Como indican los comentarios de Bloch, Marx
los datos empíricos, y la <<realidad» subyacente se iba revelando concebía la ideología como una parte de la superestructura y reco-
por medio del análisis. Marx pensaba, igual que Hegel, que la ver- nocía que había formas de conciencia que no eran ideológicas.
dad siempre se encontraba al final de la investigación teórica, nun- Larrain señala que Marx nunca supuso que la ideología y la con-
ca al principio. Las <<Condiciones materiales de vida» en un mo- ciencia fueran conceptos equivalentes (1983: 112). De la misma
mento histórico particular no son algo transparente, deben ser m~nera, definir la ideología simplemente en términos de prácticas
descubiertas mediante la investigación y el análisis empírico. Pero simbólicas o ideas culturales o representaciones coleCtivas sólo sir-
al otorgar prioridad teórica a los procesos sociales de producción, ve para neutralizar su dimensión crítica. ·
Marx postula un modo de análisis que, como dice Bloch, lo hace 3. No se puede equiparar la distinción entre ideología y ciencia
distintivo. Por otra parte, el marxismo insiste en la existencia den- con la distinción entre falsedad y verdad. Corno señala Kolakows-
tro de cualquier sociedad de tensiones internas ( <<contradiccio- ki, son diferenciables por su función social, no por su veracidad
nes>>) que contrarrestan las tendencias del sistema a mantenerse en (1973: 119). Marx fue un pensador dialéctico y una oposición de
equilibrio. Desde la perspectivq de Marx, la vida social, al igual que ese tipo resulta abstracta y especulativa. No hay una distinción ra-
el Geist de Hegel, es un proceso dinámico y siempre cambiante. dical entre la verdad y la falsedad, entre el conocimiento y la ilu-
Así, como dice Hobsbawm, <<la inmensa fuerza de Marx siempre ha sión, porque la <<verdad emergente está siempre mezclada con la
sido su énfasis en la estructúra social y en su historicidad, es decir, ilusión y el error» (Lefebvre 1968: 85). Ni tampoco hay una rela-
en su dinámica interna de cambio» (1972: 274). ción -simple o directa entre la verdad y una clase social particular.
Un segundo punto de interés se refiere al concepto marxiano de Cuando Marx sugirió que las <<ideas de la clase doininanú~ ·son.en
<<ideología», que representa uno de sus conceptos claves y más ori- todas las épocas las ideas dominantes», no implicaba que esas
ginales. En los últimos años ha habido una notable producción bi- ideas fueran simplemente ideológicas o totales. Las teorías de los
62 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA
63
ec~nomistas políticos portaban conceptos ilusorios, pero ellos se podía entender por medio del examen, encircunstancias histó-
también tenían su parte de verdad, que además Marx intentó apro- rícas específicas, de las rehlciÓnes entre la ~ellgión comofoiilla'"cie
vechar. La propia ciencia podía tener funciones ideológicas. En ideológía y la vida socioeconómica. Tales relaciones eran comple-
efecto, Marx nunca habló de «falsa conciencia»: la expresión es de jas y, 'ciertamente, no se postulaba una simple relación mecanicis-
Engels (para una discusión más profunda sobre el concepto de ideo- ta entre lo que Marx llamaba en sentido amplio la «base» y la «su-
logía, véase Seliger 1977, Centre for Contemporary Cultural Stu- perestructura» (para discusiones sobre esta difundida metáfora
dies, 1978, y McCarney 1980). véase Hall 1977 y Williams 1980: 31-49).
· Dentro de la tradición marxista ha habido debates, todavía vi-
Parece evidente que para Marx la religión era la forma básica gentes, y a veces duras y polémicas discusiones, entre dos interpre-
de alienación e, históricamente, la primera forma de ideología. Las taciones diferentes de Marx. Por una parte, existe lo que se ha
funciones que cumplía eran las propias de la ideología, es decir, denomin.ado marxismo «crítico» o hegeliano, que destaca la conti-
servía como una sanción moral, como {¡na ilusión, corrio un-con- nuidad entre Marx y Hegel y ve el marxismo como crítica antes
suelo para las condiciones injustas, eran nubes que proyectaban su que como ciencia. Adopta así una visión más historicista y huma-
sombra sobre la realidad «Verdadera», justificaciones de las desi- nista de los textos de Marx y se sitúa a sí mismo dentro de la tra-
gualdades. Según las investigaciones de Zvi Rosen (1977: 180-201), dición más filosófica y literaria de la cultura europea. Autores
en la formulación de esta teoría Marx estuvo influido en gran me- como Lukacs, Gramsci, Sartre, Marcuse, Fromm y Goldmann son
dida por los textos de Bruno Bauer. Sin embargo, si bien Bauer, ejemplos de esta tendencia «Crítica» del marxismo; suelen mos-
como Feuerbach, estaba preocupado particula.Iiñé:rite con la alie- trarse bastante críticos con respecto a la ciencia y la tecnología
nación religiosa y expresaba un púnto de vista subjetivo, :MarX:; por modernas. Sin embargo, existen importantes diferencias entre sus
el contrario, situó el concepto de ideología dentro de un contexto perspectivas; autores como Lukacs, muy influidos por la tradición
sociohistórico y amplió significativamente su ámbito de influen- hermenéutica de Dilthey y Weber, son, en consecuencia, menos
cia. Así, para Marx la religión era simplemente una forma de ideo- «hegelianos». .
logía, e incluso llegó a aplicar esta concepción crítica a los textos Por otro lado, existen los marxistas «científicos», que ponen de
de Bauer. Esto quiere decir, por supuesto, que para explicar la reli- manifiesto que el marxismo es una ciencia de la historia y dicen
gión se ha de adoptar una estrategia teórica similar a la que se usa que Marx rompió claramente con la filosofía hegeliana. Entre los
para explicar otras formas de ideología, lo que exige explorar la in- primeros autores de esta tradición están Engels, Kautsky y Plekha-
terrelación entre la religión y lo que Marx denomina condiciones nov, que presentan una interpretación más determinista y positi-
materiales de vida. En El capital, al discutir la tecnología como una vista de los textos de Marx. Estos escritores fueron más mecani-
forma humana de relacionarse con la naturaleza, Marx escribió: cistas que Marx y estaban con frecuencia muy influidos por el
La historia de la religión también será acrítica, a menos que se darwinismo social. Los escritores modernos que eluden la «teoría
tome en consideración esta base material. Por supuesto, resulta mu- crítica» son Godelier, Poulantzas y Althusser. Defienden un marxis-
cho más fácil a partir del análisis del confuso mundo de la religión mo «estructural» que reniega de la dimensión humanista de Marx.
descubrir su centro terrenal, que proceder a la inversa, deduciendo Esta tendencia no tiene problemas con la tecnología y la ciencia
a partir de las condiciones materiales en una época determinada las moderna y acepta de buen grado el valor que en ellas se ha deposi-
formas celestiales que pueden asumir. Pero este último es el único tado. Althusser apunta una ruptura radical entre el joven Marx, to-
método materialista y, por consiguiente, el único científico. El ma- davía enzarzado en la ideología hegeliana, y el Marx maduro, sien-
terialismo abstracto de una ciencia natural que excluye el proceso do El capital el paradigma de la ciencia pura. .
histórico resulta estéril (Marx 1957: 393).
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Llevadas al extremo, la primera tendencia degenera en una her-
menéutica romántica ingenua y la segunda cae en un materüÍlismo
Marx negaba, pues, ·que la religión fuera un fenómeno cultural
positivista y mecanicista. Como Wright Milis sugiere (1963: 98),
autónomo que se pudiera· comprender en sus propios términos.
existe indudablemente una «tensión sin resolver» en el trabajo de
, Tampóco ofreció liria tc:~oríá gerieraT de lá religióñ. La religión sólo .
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!:~ M~rx (y en la propia historia): una tensión entre el humanismo y el
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64 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE"LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA 65

determinismo, entre la libertad humana y la necesidad histórica. sinos en la sociedad feudal· y a los trabajadores en el capitalismo.
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Ciertamente, Marx expresó una actitud ambigua en relación con la Esta perspectiva tiende a eludir la mediación institucionalentre Ia·s
~. relaciones de producción y la forma ideológica (véase Abercrom-
ciencia, puesto que, como muestra el párrafo citado arriba, inten-
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tó transcender el paradigma mecanicista ·legado por el Iluminismo bie, Hill y Turner 1980). Tal interpretaci<)n está explícita en La
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(y adoptado por los economistas políticos), sin que en el proceso ideología alemana e implícita en la discusión sobre el «fetichismo
renunciara ni a la razón ni a los métodos empíricos de la ciencia. de la mercancía>> en El capital. Como forma de análisis quizá es un
Pero, como George Novack ha argüido, lo esencial de la contri- tanto general y abstracta.
bución de Marx a la filosofía es que intentó consistentemente uni- El otro tipo de análisis que Marx sugirió era verdaderamente
ficar esas dos tendencias abogando por una aproximación que fue- materialista y científico: delinear, a partir de un análisis de las cla-
ra simultáneamente materialista y dialéctica. Fundamentalmente, ses en un periodo histórico particular, las formas ideológicas que
Marx fue un humanista científico (Novack 1978: 230) (véase generan las condiciones materiales. El énfasis aquí no se coloca
Gouldner 1973 y 1980 y la crítica de Sahlins al materialismo histó- tanto en la ideología o cosmovisión dominantes en una ép()ca de~
rico, 1976, para un análisis de los dos «marxismos>>). terminada como en-la cfivisióii y conflictos.de da~e. Marx obser\r¡;¡_
~f; qúe mientras que la ideofogía..dominante" en la Grecia y la Roma
clásicas era de carácter político, y durante el periodo medieval era
Religión y estructura de clases religíoso (la Iglesia católica), sólo fue en el capitalismo cuando los
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intereses materiales alcanzaron la supremacía ideológica (1957:
La historia del pensamiento social desde el siglo xrx en adelan- 56-57). No obstante, este tipo de análisis implica -y así aparece en
te, escribe Wright Milis, no se puede entender sin comprender las el famoso prefacio a la Crítica de la economía política- C@~_<::ii9:.~­
ideas de Marx (1963: 36 ). Por tanto, resulta sorprendente que tan- clase posee una ideología distintiva que ofrece Una expresión di-
to la tradición antropológica como la sociológica se hayan mante- re.éta de sus intereses de clase. Turner sintetiza así las dos perspec-
nido distantes respecto al materialismo histórico (véase Firth tivas de la ideología religiosa: «Donde la primera teoría argumenta
·;·
1975, Llobera 1981). Marx pensaba en términos de épocas histón- que la religión forma la base de la integración social, ya fuera
cas y fue un pensador crítico que destacaba la especificidad histó~ como cimiento o como opio social; la segunda teoría apunta a la
rica de todas las concepciones y categorías. Pensaba que no se po- religión como la fuente principal, especialmente durante el feuda-
día explicar gran cosa de la historia y la sociedad humana en lismo, de la solidaridad de clase>> (1983: 78).
t términos de las capacidades innatas o biológicas de los seres hu- Aunque aparentemente las dos teorías son incompatibles, Marx
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manos. Y, si bien afirmaba 'la prioridad de las condiciones mate- y Engels defendieron ambas aproximaciones, sugiriendo, como se-
;:·_ riales de existencia, ciertamente no veía una relación causal direc- ñala Turner, que
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~:: ta y mecanicista entre las relaciones de producción, la religión y
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otras formas ideológicas. la religión tiene la doble función de compensar el sufrimiento de los
,. La relación estructural entre la ideología y la base material, pobres con promesas de riqueza espiritual y, simultáneamente, legi-
como ilustra el pasaje de El capital que he reproducido arriba, pue- timar la riqueza de la clase dominante. Una solución. a la aparente
de interpretarse de dos maneras. Bryan Turner ha explorado re- contradicción entre solidaridad de clase versus integración social es
cientemente esas dos perspectivas. Por un lado se puede hacer un que, mediante la legitimación de la riquez~ y la compensación de la
pobreza, la religión cohesiona la sociedad al mismo tiempo que ex-
análisis de la religión como una forma de ideología, y ha habido in-
~.· presa intereses de clases diferentes (pág. 80).
~~ tentos de descubrir su «núcleo terrenal». Este tipo de análisis es
una especie de antropología filosófica que «descansa en conceptos Como recuerda Larrain, Engels afianzó el significado crítico
atemporales -reificación, objetivación, alienación- que, en últi- del concepto de ideologÚt, y fue Engels, más que Marx, quien ela-
ma instancia, presuponen un interés por descubrir la "esencia del boró algunas interpretaciones materialistas de la religión que re-
s, hombre"» (1983: 69). ,La religión se ve como un medio a disposi- sultaron fecundas. No han faltado intentos de mostrar cómo sus
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ción de la clase dominante para mistificar Y. controlar a los campe- ideas; reflejando una interpretación más mecanicista, positivista y
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66 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓNCOMO IDEOLOGÍA p7
científica de la vida social, presentaban diferencias fundamentales «cualquier variación en el tiempO>>. Los avances modernos de la
con respecto al materialismo histórico de Marx. Creo que esta opi- ciencia, decía Engels, han mostrado lo inadecuado de las conc~ep- 0

nión es demasiado injusta con Engels. A veces las críticas que se le cion~s «inmutables» de la naturalei.a que sostenían Newton, Lin-
hacen son en realidad críticas a la propia racionalidad científica. Si neo y Hegel (Marx y Engels 1968: 405-409).
bien es cierto que Engels expresó un punto de vista más determi- Por lo tanto, no se puede afirmar (sin problematizarlo antes) que
nista que Marx, se debió en gran medida a sus polémicas discusio- Engels tuviera una concepción Científica positivista. Es ·verdad
nes con escritores idealistas, pues de hecho hubo una- estrecha que dentro de su obra, y de la de Marx, no es difícil encontrar afir-
comunicación intelectual entre estos dos hombres. Como dice maciones que sugieren cierto determinismo tecnológico o que im-
Novaek, «la historia raramente ha sido testigo de una relación in- plican que las leyes naturales gobiernan los procesos sociales y
telectual y política tan estrecha, armónica e imperturbable» ( 1978: naturales, sugiriendo así que la historia humana es una simple ex-
87). Dentro de este compañerismo Engels, modestamente, se asig- tensión de la historia natural. Pero Engels, como Marx y Hegel,'fue
nó el rol de aprendiz, pero no hay duda de que él fue un pensador un pensador dialéctico que, aunque creía en la unidad de las cien-
original y sustantivo por derecho propio. cias, era consciente de que no constituían una entidad· uniforme.
Su estudio La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845), Por ejemplo, escribió en un tono favorable sobre la teoría de la evo-
publicado cuando sólo tenía veinticinco años, es un clásico en la lución de. Darwin, pero tomó una clara distancia respecto .de la
sociología histórica. Como Marx, Erigels intentó esbozar un tipo de misma y criticó las nociones que interpretaban la lucha de clases
materialismo que no fuera ni mecanicista o. reduccionista ni tam- . como una mera «lucha por la existencia» (véase Nova 1968: 15;
poco un «equilibrio» agnóstico -como sugirieron Lukacs y Mer- Carver 1981: 49-51). Sin embargo, uno de su:s célebres deslices, re-
leau-Ponty- entre el idealismo y el materialismo, que negara la pro- levante en cuanto al tema que nos ocupa, hacia el empirismo inge-
pia existencia independiente de la naturaleza previa a la historia nuo fue su afirmación en el ensayo «Ludwig Feuerbach>> (1886) de
humana. A diferencia de Hegel y Marx, Engels argüía persistente- que las ideas sobre el alma y la inmortalidad provenían de un in-
mente que había una dialéctica de la naturaleza. Creo que la prin- tento intelectual por entender la muerte y la aparición deJos sue-
cipal razón de esta diferencia probablemente estriba en que ni ños, y también decía que los «primeros dioses surgieron a través de
Hegel ni Marx expresaron mucho interés por la propia ciencia . la personificación de las fuerzas naturales» (Marx y Engels 1968:
natural. De hecho, parece que hubo una división del trabajo entre 593-594). En Anti-Dühring (1878) Engels se expresaba en un tono
Marx y Engels; el primero, concentrando su atención y energías en similar, siguÍendo las ideas de Müller, Tylor y Fel.lerbach -todos
un análisis del capitalismo y en los textos de los economistas polí- ellos empiristas ingenuos-. Toda religión, escribió Engels,
ticos, mientras que el segundo, con su talento periodístico, acome-
tía la tarea de popularizar la perspectiva y las ideas de lo que a la no es nada sino el reflejo fantasioso en la mente de los hombres de
postre sería la tradición marxista. Pero de la lectura de Dialéctica las fuerzas externas que controlan su vida diaria ... En los ~omienzos
de ·la naturaleza, un estudio fragmentario publicado treinta años de la historia estos reflejos correspondían a las fuerzas de la natura-
después de su muerte, se desprende que Engels no sólo dudaba de leza; conforme avanzaba el proceso evolutivo iban tomahdolas más
que se pudiera entender la vida social de forma mecanicista, sino que variadas formas de personificación entre los diferentes pueblos.
para él el desarrollo contemporáneo de la física, la química y la Pero fue mucho después cuando, al lado de las fuerzas de la natura-
biología había socávado enteramente la filosofía mecanicista del leza, las fuerzas sociales comenzaron a ser activas, fuerzas que se
Iluminismo. En el proceso evolutivo, pensaba, yace una «nueva vi- enfrentaban al hombre como si fuera igualmente extraño e inexpli-
sión de la naturaleza». Novack señala acertadamente que, aunque cable.,. En un estadio superior de la evolución todos los atributos na-
Engels (como Marx) solía usar términos como el de «leyes del mo- turales y sociales de los numerosos dioses fueron transformándose en
vimiento», eso no significa que tuviera una perspectiva mecanicis- un dios todopoderoso que no era sino un reflejo. de un hombre abs-
tracto. Éste fue el origen del monoteísmo (Marx y Engels 1957: 131).
ta del proceso natural; adoptaba un método dialéctico en relación
a los dos ámbitos que constituyen la realidad» (1978: 99). Engels
criticaba especialmente a Hegel por no conceder a la naturaleza Estas explicaciones de la religión son especulativas y eminente-
mente ahistóricas, y bastante diferentes del tipo de análisis que En-.
68 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOL.ÓGICO DE LA RELIGIÓN LA RELIGIÓN COMO IDEOLOGÍA 69

gels presenta cuando analiza religiones específicas. En estos ensa- (Orígenes del cristianismo) (1908) desárrolla las ideas de Engels so-
yos Engels atendió especialmente dos temas: los origenes del cris- bre el origen del cristianismo. Pero, aunque ofrece una interpreta-
tianismo y el análisis de las revueltas campesinas en Alemania du- ción similar en términos de la estructura de clases, indicando que en
rante el siglo XVI. sus ·orígenes el cristianismo fue indudablemente un movimiento de
Parece que Engels, al igual que Hegel, sugiere que las primeras las clases empobrecidas, Kautsky matiza que, en gran medida, se
formas de religión tenían una cualidad natural o espontánea y que trató de un fenómeno urbano que no suponía la salvación en el cie-
. fue con la emergencia de Estados y sacerdotes cuando aparecieron lo, como creía Engels, sino una redención terrena. Sin embargo,
el «engaño y la falsificación». En las sociedades tribales la religión coincide con Engels en que, al principio, los dioses er.an «explica-
se mezcla con las condiciones sociales y políticas. Pero con la con- ciones de los procesos naturales, cuyas conexiones causales toda-
quista romana de las tribus, escribe Engels, no sólo se aplastó su vía no se entendían» ( 1972: 178), coincide también en la distinción
independencia nacional sino que también se destruyeron sus siste- entre el primer cii~tianismo, con su ethos comunista~ y la Iglesia
mas religiosos, y entonces se erigió dentro del imperio romano una cristiana posterior que se convertiría, como religión del Estado, en
estructura de clases donde las comunidades sojuzgadas tenían que una organización al servicio de la dominación-y la explotación. Si-
pagar tributo y proporcionar esclavos. En este contexto surgió el guiendo a Feuerbach, Kautsky dice que «cuanto más impotente se
cristianismo. Para Engels el cristianismo fue «originalmente un siente un individuo, más tímidamente procura un soporte firme en
movimiento de la gente oprimida: primero fue la religión de los es- alguna personalidad que reside fuera de la experiencia ordinaria y,
clavos y de los esclavos· emancipados, de los pobres que estaban cuanto más desesperada resulta su situación diaria, más necesita
privados de todo derecho, de los pueblos sometidos o dispersados el milagro para salvarse, más proclive está a dar crédito a la perso-
por Roma>> (Marx y Engels 1957: 281). Aquí sigue fielmente los es- na que, con el acontecimiento del milagro, él ve como un salvador,
critos de Bruno Bauer, quien había relacionado los orígenes del como un rescate» (págs. 130-131 ): un tema que posteriormente se-
cristianismo con las condiciones sociales del periodo. «Cualquier . ría desarrollado por Erich Fromm en su estudio sobre la ps_icología
resistencia de las pequeñas tribus y ciudades aisladas frente al po- del fascismo (1942). ~ .
deroso y gigantesco poder de Roma no tenía futuro. ¿Dónde estaba El segundo ejemplo a que Engels dedica un ejemplar análisis de
la salida, la salvación para los oprimidos, esclavizados'":Y empobre-
ddos .. O?» (ibíd.). · ·
la religión en términos de conflictos de clase es el de. las· guerras
campesinas en Alemania. Escrito como una serie de ensayos du-
... Desde luego, dice Engels, no estaba en «este mundo». El cris- rante el verano y el otoño de 1850, es decir, en el contexto de las lu-
tianismo sitÜaba la salvaci()n ante la esclavitud y la miseria en chas revolucionarias de 1848, este trabajo es un estudio histórico
una «vida del más allá», en una «salvación espiritual» que sirvie- clás~co. Siguiendo los textos de Zimmerman, Engels intenta expli-
ra como un corisuelo para las conélenéias de los oprimidos, sal- car el origen de los levantamientos campesinos en Alemania al co-
vándoles de una desesperación profunda. E.ngels nota que «entre mienzo del siglo XVI y demostrar que las así llamadas guerras reli-
los cientos de profetas» de aquel período sólo los fundadores del giosas de aquel periodo conllevaban intereses materiales de clase.
cristianismo obtuvieron éxito, y que puede establecerse una clara Él escribe: «Aunque las luchas de clase de aquellos días estaban re-
distinción entre la fe de los primeros cristianos, que esperaban el vestidas de viejas consignas religiosas, y aunque los intereses, reque-
retorno inminente de Cristo, y la Iglesia cristiana establecida. Tam- rimientos y demandas de las diferentes clases estaban escondidos
bién destaca las similitudes existentes entre el primer cristianismo, detrás de un velo religioso, nada cambió con ello y es fácilmente ex-
las revueltas campesinas de la Edad Media, la rebelión mahdi del plicable por las condiciones de la época» (1956: 42).
Sudán (todas, según él, tienen su origen en causas eco.nómicas) y el En esa época, escribe Engels, la Iglesia católica era la ideología
J:1!:0Vimiento socialista. Pero este último, argumenta, prediea la sal- dominante, la «sanción más general de la dominación feudal exis-
v~ción de la esclavitud y de la miseria, no en la vida del más allá, tente». Así, cualquier oposición al feudalismo y al orden político se
sino en este mundo, a través de la transformación de la sociedad interpretaba automáticamente como una herejía teológica. Aun-
(págs. 281-282).
que la estructura de clases del periodo era compleja y losdiferen-
Karl Kautsky, en su estudio clásico Foundations of Christianity tes Estados -príncipes, patricios, burgueses, plebeyos y campesi-
LA RELIGIÓN COMO IDE.OLOGÍA 71
70 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN

perspectivas. Su estudio también resalta que, si bien la religión


nos- habían variado y entrado en un flagrante conflicto de intere-
puede servir como ideología a los intereses de las clases dominan-
ses, Engels dice que en las luchas de aquel periodo se formaron
tes, los propios intereses de la clase trabajadora también pueden
tres «campos». En primer lugar estaba el elemento conservador ca-
expresarse a través de la religión. Con frecuencia surgen movi-
tólico, que intentaba mantener las condiciones feudales existentes.
mientos· religiosos que tienen significación política y refuerzan los
Este campo comprendía la nobleza, las autoridades religiosas y los
intereses dirigidos a subvertir el orden sociopolítico. Los estudiós
ricos patricios urbanos. En segundo lugar estaba el campo de los
marxistas contemporáneos sobre cultos milenaristas han apoyado
reformistas luteranos, que incluía la burguesía ascendente (los bur-
la tesis general de Engels (véase Worsley 1957, Hobsbawm l 963).
gueses), la nobleza menor y algunos príncipes que esperaban enri-
·El tipo de interpretación que Engels postula en el ensayo sobre el
. quecerse mediante la confiscación de los bienes de la Iglesia. Martín
origen del cristianismo y las revueltas campesinas es netamente
Lutero era el representante reconocido de esta facción y, aunque
materialista, en tanto que relaciona el fenómeno religioso con la
inicialmente había criticado con severidad a la Iglesia y a la jerar-
estructura de clases, con las relaciones socioeconómicas. Es, por
quía feudal, eventualmente se volvió contra los campesinos y se
tanto, muy diferente de los análisis materialistas de la religión de
convirtió en el portavoz de los burgueses. Finalmente, estaba el
Bryan Tumer, que, aunque se declara seguidor de Engels, relacio-
partido revolucionario apoyado por los campesinos y los plebeyos
urbanos, cuyas demandas estaban articuladas 'a través del milena-
na las prácticas y creencias religiosas COn la «COrporalidad» del
rismo cristiano. Thomas Münzer expresaba las esperanzas, de- cuerpooy con las «poblaciones» y «corporaciones» humanas (1983:
mandas e ideales de esta facción. Engels cuenta cómo Münzer, que 12-13). Está incluso más alejado del «materialismo cultural» de
a los veintidós años se había convertido en un predicador evangé- Marvin Harris (1980), puesto que éste postula una relación causal
lico, predicaba por todo el campo alemán con gran éxito. Profeti- directa entre las instituciones culturales y los factores medioam-
zaba la proximidad inminente del milenio y del día del Juicio Final bientales y biológicos (véase Bloch 1983: 130-135, para una crítica
para la ¡glesia degenerada y el mundo corrupto, cuando el reino de del materialismo de Harris).
Dios iba a quedar establecido aquí en la tierra (págs. 53-55). De Como ya hemos señalado, la teoría de la religión de Marx y En-
modo semejante a las primeras sectas milenaristas, como las de los gels viene a decir que atacar lareligión sin atacar al mismo tiempo
valdenses, albigenses y la revuelta campesina de 1476 encabezada el orden social dentro del cual ésta crece (Marx era proclive a uti-
por Hans Boheim (Hans el flautista), Münzer articuló las deman- lizar metáforas orgánicas) es como dar palos de ciego. Esencial-
das y frustraciones de los campesinos. Predicaba un comunismo merite, ésta era su crítica a Feuerbach y Stirner. Una consecuencia
utópico; entre las demandas de los campesinos de 1525 estaba el de. esta visión de la religión es que ésta desaparecerá cuando las
derecho a elegir el clero, la abolición del diezmo y la servidumbre, condiciones sociales que le sirven de apoyo hayan cesado de existir
la restauración de los derechos sobre las tierras comuna1es:y la eli- -es decir, cuando llegue el comunismo-. Esta cuestión se com-
minación de la justicia arbitraria. Engels recoge las vicisitudes de plica cuando pensamos en el hecho de que cuando Engels -y tam-
la rebelión campesina capitaneada por Münzer y su posterior fra- bién Lenin en sus escritos sobre religión (véase Acton 1958)- es-
caso. La principal conclusión de Engels es que Münzer era el re- cribía sobre religión en las sociedades. precapiÚtlistas o al menos
presentante de una clase -el proletariado- que todavía no se ha- prefeudales, la explicaba no en términos de su estructura social o
bía desarrollado completamente y que <da época no estaba madura de la «base económica», sino más bien como una respuesta an.t~ el
para las ideas» que Münzer expresaba. Al realizar una analogía en- miedo o como resultado de la ignoran<::ia de las causas naturales de
tre la rebelión campesina alemana y las revoluciones de 1848-1849, las diferentes adversidades de la vida. Esta explicación, como ya
Engels predice un resultado exitoso para el movimiento revolucio- dijimos, es psicológica y ahistórica, y otorga a la religión una fun-
nario moderno, puesto que este último se había convertido en un ción existencial. Como Bloch ha sugerido al analizar las teorías
movimiento europeo. . marxistas del cambio histórico, una vez que se postula la noción de
El estudio de Engels muestra que la religión no es un fenómeno una sociedad sin clases, la teoría marxista se queda ipso facto sin
homogéneo, sino que, en determinadas circunstancias históricas, medios teóricos para operar en el nuevo contexto en términos de
diferentes grupos pueden priorizar diferentes interpretaciones y contradicciones de clase (1983: 54). Lo mismo es válido para la
72 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA RELIGIÓN

teoría marxista de la religión, independientemente de si ésta se for-


mula en términos del análisis de clase o como una forma ideológi-
ca que esconde la explotación. Si el ideal social de una «asociación
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libre de productores» en armonía con la naturale·za que Marx ex- .:/
presaba eri El capital llegara a existir, las relaciones ya no estarían
oscurecidas por el misterio, y lareligión se extinguiría. Entonces,
el análisis marxista se tornaría innecesario.

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