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Formación del carácter:

Preparando a la próxima generación para el ministerio

Por Mike Rakes

Según se afirma, Winston Churchill dijo: “Siempre estoy preparado para


aprender, aunque no siempre me gusta que me enseñen”. Cada
generación afronta la necesidad del desarrollo personal. El liderazgo
estratégico a largo plazo para el futuro de la iglesia requiere un enfoque
más amplio de la formación del carácter y un plan definido destinado a
cultivar la sensibilidad ante las cuestiones relativas a esa formación en
quienes se preparan para el ministerio.

La palabra adiestrar sigue resaltando su función e importancia en el


cuerpo de Cristo. El empleo de la palabra indica que se es consciente de
que se desea ese cambio personal. Casi todos los líderes admiten que, en
todas las fases del ministerio, uno debe seguir creciendo y desarrollándose
interiormente. Sin embargo, el desarrollo que no debe descuidarse es el de
la próxima generación de líderes que están casi preparados para puestos
importantes de liderazgo.

A principios de este siglo, las organizaciones miden su valor neto de


maneras distintas de aquellas del siglo XX. Durante la Era Industrial, el
valor neto de una organización se medía por sus bienes inmuebles, las
fábricas y el equipo, y los almacenes de mercancías. Las cosas han
cambiado. Algunas organizaciones están reduciendo el tamaño
convencional de su oficina y de sus bienes inmuebles, y permitiendo que
los empleados trabajen desde sus casas. Ahora las organizaciones
emplean términos como equipos virtuales, grupos de personas
reunidas mediante la tecnología, por lo general para realizar tareas a corto
plazo de la organización. Esa es una señal de que hemos entrado en una
sociedad postindustrial. Expresiones como capital intelectual nos
llevan a una economía totalmente nueva y a un nuevo ambiente laboral.

Los líderes cristianos que entiendan esos cambios culturales estarán


mejor preparados para adiestrar a la próxima generación en los asuntos
del ministerio. El postindustrialismo no es sólo en cuanto a una explosión
del conocimiento y a los factores de cambio en ese proceso, sino también
acerca de la manera en que se emplea la fuerza de trabajo. Ahora los
individuos se han vuelto en cada organización el capital importante, el
capital humano. El movimiento de desarrollo personal es resultado de la
manera en que los individuos y las organizaciones perciben el capital
humano.

El cambio postindustrial hacia invertir más en desarrollo personal fue


inevitable. Hasta un breve recorrido por una librería muestra que la
demanda de tal material ha alcanzado niveles casi obsesivos. ¿Cuáles son
las consecuencias para los actuales líderes de la iglesia al preparar a la
próxima generación de líderes?

La iglesia no puede ser más grande que sus líderes. Por lo tanto, no puede
valorarse con exageración el énfasis en la formación del carácter de los
líderes futuros por la iglesia y sus escuelas y universidades. Es más
importante que nunca una comprensión clara del principio de liderazgo
de Cristo de invertir en los líderes clave.

Muchos que han dedicado su ministerio a adiestrar a líderes jóvenes


saben que quienes se preparan para el ministerio a veces luchan con
deficiencias elementales de carácter. La indagación de George Barna
muestra que no hay diferencia alguna entre los jóvenes que van a la iglesia
y los que no van. Aunque la mayoría de los adultos jóvenes respetan la
Biblia y creen que es precisa en lo que enseña, sus creencias religiosas
específicas no concuerdan con ella. Por ejemplo, una mayoría cree que
una buena persona puede ganar la salvación mediante las buenas obras.
Una mayoría de adolescentes cristianos también cree que Cristo cometió
pecados mientras estuvo en la tierra. Algunos estudios muestran que esos
adolescentes cambiarán sus creencias religiosas. Aunque los adolescentes
pueden citar hechos bíblicos, menos de uno de cada diez adolescentes que
van a la iglesia tiene una cosmovisión bíblica. En otras palabras, la fe
personal no es determinante en cómo ellos viven. No toman decisiones
basadas en principios bíblicos.1
Cuando consideramos que esos adolescentes son los líderes futuros de la
iglesia, debemos interesarnos en lo esencial de su fe que se transmitirá y
practicará cuando la dirijan. La iglesia debe considerar la gran
responsabilidad de cómo desarrollar a quienes se preparan para el
ministerio. El tiempo y los recursos que invertimos preparando a los
nuevos líderes debieran hacerse con gran esfuerzo sabiendo que eso
fortalece nuestro capital humano y añade valor a la iglesia.

LOS CASI PREPARADOS

En su artículo Los casi preparados: cómo los líderes


avanzan, Dan Ciampa examina el proceso de indagación en las
organizaciones y quiénes pudieran terminar en puestos clave de influencia
en la organización.2 La frase “el líder casi preparado” describe a quienes
están en la preparación para un ministerio importante en este momento.

Está ocurriendo ahora un proceso de indagación en las iglesias y


universidades, pero ¿quiénes se levantarán y guiarán a la iglesia con
propósito, precisión, y eficiencia? ¿Quiénes asumirán la tarea no sólo de
dirigir a nuestras iglesias sino también a nuestro gobierno, a nuestra
educación, y a nuestros hospitales? ¿Dónde están ahora esos líderes?
Están en la iglesia de ustedes y en nuestras universidades. De modo que
los pastores y los líderes juveniles deben dar más énfasis al desarrollo del
carácter del líder casi preparado.

En el decenio de los años sesenta, alrededor de la época de la necesidad de


la orientación pastoral como una disciplina viable, Howard Clinebell
presentó una fórmula sólida y sencilla en cuanto al desarrollo de los
adultos. Él dijo: “Interés + enfrentamiento = Desarrollo”. Los pastores, los
miembros de la facultad y los líderes denominacionales deben preparar,
formar, y cultivar a los líderes casi preparados. Lo que señaló Ciampa es
que el líder casi preparado obtiene poco de cualquier reacción en cuanto a
los hábitos que deben quitarse o añadirse para aumentar su eficiencia.

Algo práctico que pueden hacer los líderes es dar oportunidades formales
e informales de adiestrar y guiar a los líderes casi preparados. Hay
muchas definiciones para adiestrar, pero en el sentido clásico adiestrar
indica “llevar consigo a un cliente”. Mi experiencia profesional muestra
que los líderes casi preparados necesitan más el consejo dado mediante la
experiencia que el adiestramiento. La premisa fundamental del verdadero
adiestramiento es que ayuda a los clientes a obtener lo que quieren. Pero
los líderes jóvenes a veces no saben lo que quieren o pudieran aun querer
lo indebido.

Los pastores y pastores de jóvenes que quieren ayudar a los potenciales


líderes juveniles tienen que crear métodos de desarrollo que puedan
seguir los que desean el desarrollo personal. La mentalidad “policíaca” de
poner en vigor doctrinas no trata el asunto más profundo de la
motivación. Muchos programas no dan en la diana porque tratan de
añadir atributos que se centran en desarrollar el carácter. El carácter es
resultado de la vida interior de una persona. Una persona puede pegar
una naranja a un árbol, pero el hacer eso no cambia la naturaleza del
árbol; sólo cambia la apariencia exterior del árbol. Los métodos de
desarrollo pueden ayudar a abrir nuevos caminos de desarrollo de líderes.

Lo difícil, sobre todo para quienes ejercen influencia en los líderes jóvenes
día tras día, es que esos jóvenes líderes no están totalmente preparados,
pero se mantienen en la etapa de desarrollo del carácter. En mi primer
programa de indagación doctoral presenté las cuatro formas principales
en que Dios obra en el carácter de una persona. Cada persona tiene cuatro
componentes principales de su vida interior que forman su carácter. Los
cuatro componentes son:

 Liderazgo: el aumento de nuestra capacidad para influir en los


demás.
 Emociones: tratar con las partes más profundas de nuestra
personalidad.
 Resistencia: el fortalecimiento de nuestra capacidad para cumplir lo
que prometemos y terminar lo que comenzamos.
 Espiritualidad: el profundizar la relación del alma con Dios.

La capacidad de un pastor para proporcionar la debida reacción


constructiva ayudará a formar el carácter en la vida interior de un líder
casi preparado. Los defectos del carácter pueden mejorarse mediante
conversaciones que lleven a un mejor desarrollo del líder casi preparado.
Esas conversaciones deben entablarse ahora mismo. Los pastores que
proporcionan instrucción al líder casi preparado deben recordar que su
ministerio no es acerca de sí mismos sino acerca del avance del reino de
Dios. El desarrollo de los jóvenes líderes casi preparados debe verse como
de importancia fundamental para el bienestar de la iglesia.

EL LIDERAZGO DE SÍ MISMO COMO UN COMIENZO


El liderazgo, como influencia, exige la expresión genuina de sí mismo. Un
líder en preparación tiene que mostrar liderazgo. El liderazgo de sí mismo
se interesa en cómo afrontar la verdad acerca de nuestro propio liderazgo,
nuestras emociones, nuestra resistencia, nuestra espiritualidad, y en
formas constructivas de desarrollarse. El liderazgo es en definitiva el
influir en los demás y ayudarlos a vivir mejor una vida satisfactoria.

A veces los líderes tratan de ayudar a las personas de la manera más difícil
que conocen. Pero lo que parece unir a los grandes líderes, sean o no
seguidores de Cristo, es su deseo de cambiarse a sí mismo. León Tolstoi,
dijo: “Todo el mundo piensa en cambiar al mundo, pero nadie piensa en
cambiarse a sí mismo”.

El liderazgo de sí mismo requiere humildad y disposición de aprender.


Mientras andaba por el patio de una agencia de venta de automóviles, oí
por casualidad a un hombre que daba instrucciones a su hijo de dieciséis
años. El adolescente con acné juvenil asentía con la cabeza cada vez más
rápido mientras su papá trataba de hacerle una sugerencia importante en
cuanto a manejar en el complicado tránsito de la ciudad de Atlanta. Su
hijo seguía diciendo: “Lo sé, lo sé”.

¿Cuántas veces han tratado los pastores de evitar a alguien alguna


angustia, y esa persona sencillamente no escuchó? El liderazgo de sí
mismo es la capacidad de aprender de todos los recursos posibles.
Siempre habrá quienes decidan aprender a las duras. El líder casi
preparado practica el liderazgo de sí mismo mediante la humildad en
aprender y en mostrar el desarrollo personal.

Hemos planteado tres preguntas en la vida estudiantil en la Universidad


del Sureste. Esas preguntas presentan un modelo para el equipo de vida
estudiantil: (1) ¿Quién es usted? (2) ¿Qué quiere usted? (3) ¿Qué quiere
Dios?
PREGUNTA 1: ¿QUIÉN ES USTED?

Debe hacerse esa pregunta al líder casi preparado que se adiestra para el
ministerio. Una mayor conciencia de las propias luchas y vulnerabilidades
es de importancia fundamental para el desarrollo inicial del líder casi
preparado.

Los pastores y los líderes pueden ayudar al hablar con honradez de sus
propios sentimientos. Hay información en la Internet para los jóvenes
líderes en formación. Los pastores pueden llevar al líder casi preparado a
descubrir sus rasgos de personalidad mediante evaluaciones que pudieran
haber sido importantes para el propio desarrollo del pastor. Desarrollé
una evaluación que ayuda a las personas a descubrir cuál de los cuatro
componentes necesita más liderazgo de sí mismo (http://
www.mikerakes.com). Este procedimiento evalúa los cuatro componentes
principales en la vida de un líder (liderazgo, emociones, resistencia, y
espiritualidad). (Nota: Este procedimiento no se ha desarrollado aún para
los niños.)

Los educadores hablan de las variantes del aprendizaje en un grupo de


estudiantes. En esta generación, también hay variantes del estar
consciente. Algunos estudiantes vienen a la Universidad del Sureste
conscientes de las inclinaciones de su corazón. Otros, mediante nuestro
proceso de disciplina, necesitan ayuda para ver sus deficiencias de
carácter. Un paso clave en aprender el liderazgo de sí mismo es aprender
a decir como dijo José: “¿Cómo … haría yo este gran mal, y pecaría contra
Dios?” (Génesis 39:9). Un líder casi preparado, plenamente consciente de
su llamado, debe aprender a vivir dentro de los límites que exige su
llamado. El líder casi preparado necesita estar consciente de quién es él.
Los pastores y pastores de jóvenes deben considerar el exigir al líder casi
preparado que exprese su fe con sus propias palabras. El aprender a evitar
frases que se dicen en las iglesias o clichés espirituales es parte
importante de responder a la pregunta: “¿Quién es usted?”
PREGUNTA 2: ¿QUÉ QUIERO?

En un mundo postmoderno en el que abundan las comodidades, el líder


casi preparado debe responder a la pregunta: ¿Qué quiero? Esta pregunta
comienza el proceso de clasificar mediante decisiones el resultado de los
días de uno. La cultura estudiantil se forma en la Universidad del Sureste
porque el liderazgo estudiantil y el administrativo no pasarán por alto los
asuntos relacionados con el carácter personal. Estamos preparando
campeones espirituales y rehusamos permitir deslices de adolescentes en
los aspectos de la vida que no llevan a ninguna parte y que degradan el
destino de uno.

He aquí tres pasos fácil de poner en práctica con un líder casi preparado:
1. Dígales la verdad

Al líder casi preparado se le debe encarar en cuanto a sus decisiones, o en


cuanto a la oportunidad de la formación del carácter. El llevar al líder casi
preparado a responder reiteradamente a la pregunta acerca de qué quiere
es una técnica que da resultado. Cuando un alumno se siente muy mal,
pregúntele si eso es lo que quería hacer. Ayúdelo a analizar en detalles lo
que llevó a su fracaso.
2. Pídales que se expresen

Escuchen las palabras que dicen los líderes. En el lenguaje de consulta y


crecimiento personal, las palabras de una persona muestran lo que hay en
su interior. Quienes viven con estrictas limitaciones y hasta con vicios a
veces no piensan nada bueno de sí mismos. En otras palabras, los
pensamientos que tienen acerca de sí mismos no son los pensamientos
que Dios tiene respecto de ellos. Su manera de pensar y finalmente su
modo de hablar, que por lo general resulta en la acción, muestra la
naturaleza caída de su manera de pensar. Los teólogos lo llaman los
efectos no éticos de la caída. Es defectuosa la capacidad de las personas de
pensar bien de sí mismas (verse como Dios las ve).
3. Trate de influir en ellos de manera formal e informal

Dedicar tiempo a pensar en mensajes de liderazgo específicos para dar a


los líderes casi preparados puede ser una forma provechosa de ayudarlos
a olvidar dificultades del pasado que resultan en una disminución de su
eficiencia.
PREGUNTA 3: ¿QUÉ QUIERE DIOS?

El espíritu de servir es la historia de J.W. Marriott, Jr. Marriott cuenta


historias y experiencias acerca de los primeros tiempos en que su padre
comenzó la cadena de hoteles Marriott. En todo el libro presenta su
mensaje de humildad, de trabajo arduo, y de respeto a los demás. Hace un
llamado al liderazgo en el servicio. Él dice: “No puede haber distinción
alguna entre los principios de una compañía y los principios de su
liderazgo. Los valores se originan en lo íntimo de las personas mismas”.

Si no hay transformación interior alguna, ninguna técnica programada de


formación del carácter en el mundo tendrá efecto alguno en el líder casi
preparado. Si nuestra meta es renovar nuestras organizaciones, entonces
debemos hacerlo con un corazón genuinamente consagrado a lo que Dios
quiere. Vivir cerca de Dios significa interesarse por lo que Dios se
interesa. El líder casi preparado debe responder a la pregunta: ¿Qué
quiere Dios para mí?
Los líderes son al fin y al cabo revolucionarios. Una vez fueron
trasladados de las tinieblas a la luz, y sueñan con transformarlo todo
donde quiera que estén. Tratan apasionadamente de hacer las cosas
mejor. Todo gran líder desea contribuir de alguna manera con su vida. El
relacionarse con lo que Dios quiere de la vida de uno, de la contribución
específica de uno, es el factor determinante que mantiene a los líderes de
carácter tomando las decisiones que toman.

Al principio, por lo general hay una falta de experiencia en el corazón de


un líder casi preparado. El carácter no está necesariamente presente en
todos los líderes cuando comienzan su preparación. Dependiendo del
desarrollo de la niñez y de los factores familiares, pudiera necesitarse que
el carácter se aprenda aun en los niveles más fundamentales. Se debe
formar, cultivar, y desarrollar el carácter mediante el interés y el
enfrentamiento. El llamado para quienes están en la actualidad en el
liderazgo es que no menosprecien el capital humano que los rodea. Esta
generación de líder casi preparados es de importancia fundamental para
la salud de la iglesia. Cada líder casi preparado contribuye al avance del
Reino.

El apóstol Pablo pudiera haber menospreciado la influencia que un joven


Juan Marcos tendría en el Reino. Juan Marcos estaba presente cuando
Pedro fue liberado milagrosamente de la cárcel gracias a las oraciones de
los creyentes (Hechos 12:12–17). Cuando Juan Marcos abandonó a Pablo
y a Bernabé, Pablo menospreció el futuro ministerio de Juan Marcos
(Hechos 13:13). Cuando Pablo y Bernabé tuvieron el desacuerdo respecto
a Juan Marcos, Pablo menospreció el capital humano que Juan Marcos
aportaba (Hechos 15:36–41).

Sin embargo, el Evangelio según San Marcos muestra a un Juan Marcos


muy diferente. Se considera que Marcos fue escrito en algún momento
entre los años cincuenta y sesenta. El Evangelio según San Marcos
muestra a un líder más maduro. Pablo nunca habría creído que los
escritos de ese joven serían tan valorados por la iglesia o que serían
canonizados.

El Evangelio según San Marcos trata los temas del sufrimiento, de


afrontar la crítica, el cumplimiento mesiánico de la vida de Jesús, y lo
sobrenatural. ¡Cuán grandes temas para que aprenda el líder casi
preparado. Si conociéramos la historia entre bastidores de Juan Marcos,
es probable que menospreciaríamos su propio valor para la iglesia así
como lo hizo Pablo. Un modelo que parece repetirse en todas partes es
que los líderes que se preparan para el ministerio a veces menosprecian su
importancia para el futuro del cuerpo de Cristo.

CONCLUSIÓN

La fase de preparación es el serio proceso de indagación del Reino.


Durante décadas, las Asambleas de Dios han hecho énfasis en enseñar a la
juventud la Biblia y los principios espirituales. Hemos hecho énfasis en el
tipo de dirección y discipulado personal; pero parece que sigue faltando
algo. He aquí algunas sugerencias que debieran considerar los pastores y
pastores de jóvenes.

La importancia del adiestramiento de líderes ha alcanzado su auge con


esta generación de líderes casi preparados como una manera de
desarrollar talentos para el ministerio. Las iglesias locales han
desarrollado o adaptado programas intensivos para quienes quieren
responder plenamente al llamado a servir.

Un elemento necesario en cualquier programa de liderazgo es la


formación del carácter. Enseñar a los líderes casi preparados los aspectos
de la toma de buenas decisiones es una parte importantísima de enseñar
madurez. Algunos líderes tienen la errónea creencia de que si hacen que
los líderes casi preparados sean lo suficientemente espirituales, no habrá
problema alguno con el carácter. Sin embargo, muchos líderes han visto
para su propia vergüenza que esa manera de pensar no es necesariamente
correcta.

Muchos buenos materiales tratan acerca de lo que debe ser el carácter en


su apariencia exterior. Un programa de educación cristiana de una iglesia
debe reflejar todos los aspectos de una cosmovisión bíblica, y no sólo
hechos aprendidos de la Biblia. En esencia, la disciplina tiene que ver con
la instrucción. Considere el poner juntos a maestros y otros profesionales
de su iglesia y de su vecindario para tratar acerca de los asuntos de la
formación del carácter que los alumnos están afrontando ahora.

Los institutos bíblicos y las universidades cristianas no pueden asumir


toda la responsabilidad de desarrollar el carácter en los líderes casi
preparados. Ya su carácter está formado para estudios superiores antes
que hayan llegado a la edad universitaria. Los pastores y líderes juveniles
tienen que examinar formas de tratar con los asuntos íntimos de la
formación del carácter. Los programas estructurados para los asuntos
relativos a la formación del carácter son necesarios en las primeras etapas
del desarrollo de un niño.

Mike Rakes, doctor en Ministerios, es el pastor de First


Assembly of God en Winston-Salem, North Carolina.
Anteriormente era el vicepresidente de Desarrollo
Estudiantil en la Universidad del Sureste, Lakeland, Florida.

NOTAS

1. The Barna Group, “Los adolescentes evalúan el ministerio de la iglesia que recibieron cuando eran niños”, 8 de
julio de 2003, http://www.barna.org/FlexPage.aspx?Page=BarnaUpdate&BarnaUpdateID=143. Véase también, The
Barna Group, Las creencias de los adolescentes se apartan de las perspectivas bíblicas”, 23 de octubre de 2000;
http://www.barna.org/FlexPage.aspx?Page=BarnaUpdate&BarnaUpdateID=74.

2. Dan Ciampa, “Casi preparados: cómo los líderes avanzan”, Harvard Business Review 84 (enero de 2005).

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