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¿Sabías que… la calidad del pensamiento de nuestros alumnos se asocia directamente con

la calidad de las preguntas que formulamos?

Las buenas preguntas realizadas por los profesores juegan un rol muy importante en la calidad
del pensamiento de sus alumnos y en su aprendizaje. Una pregunta desafiante estimula y motiva
a los estudiantes, los invita a mirar un problema desde una perspectiva diferente, a pensar y a
hacer conexiones con otros temas y con otras disciplinas, a buscar soluciones alternativas, y a
fomentar el diálogo con otros.

Se han recopilado evidencias consistentes en investigaciones, en todos los niveles educativos,


respecto a las preguntas que formulan los profesores. Éstas muestran lo siguiente:

 Los profesores se toman entre un 40 a un 50% del tiempo instruccional en preguntas


(preguntando y respondiendo). La mayoría son preguntadas en forma rápida o no logran
desarrollar el pensamiento crítico o la calidad del pensamiento en relación al tema en
estudio (Cotton, 2000).
 El 60% de las preguntas que realizan los profesores son básicas (preguntas de
procedimientos y conocimiento). Sólo el 20% corresponde a un nivel más alto de
pensamiento. Esto puede subir a 80% en algunas clases (Cotton 2000).
 Los alumnos expuestos a preguntas de alto nivel se encuentran en el percentil 75 en
pruebas estandarizaras, y los que no lo han estado logran el percentil 50.
 Las investigaciones no dicen que mientras más alto el nivel de la preguntas mejor la clase,
y que mientras más bajo, peor. Si dicen que el éxito se relaciona con el uso de una variedad
de preguntas diseñadas para lograr propósitos específicos.
 Para estudiantes universitarios, se ha visto que el aumento en el uso de preguntas con un
alto nivel cognitivo (de un 50% o más), se encuentra relacionando positivamente con un
mejor comportamiento, mayor duración de respuestas, mayor número de contribuciones
voluntarias consideradas como relevantes, mayor interacción con los pares, uso de
oraciones completas, desarrollo del pensamiento especulativo, y la realización de
preguntas relevantes en clases.

A estas evidencias se agregan herramientas desarrolladas en el último tiempo, desde diferentes


instituciones, que tienen como objetivo apoyar a los docentes en la formulación de preguntas de
alto nivel. Algunas de estas son:

 Los modelos de actividades y de preguntas para los diferentes niveles cognitivos (N. Webb).
 Modelos de preguntas específicas para cada disciplina (N. Webb).
 Preguntas generadoras de rutinas del pensamiento (D. Perkins, Proyecto Zero, Harvard).
 Procedimientos explícitos para enseñarle a los alumnos sobre cómo generar sus propias
preguntas.

En general, los países críticos de sus resultados han concluido que es indispensable usar la
evidencia de las investigaciones al momento de seleccionar las nuevas herramientas y estrategias
de enseñanza. Además, han visto la necesidad de acompañar el proceso de enseñanza-
aprendizaje con una actitud que denominan “rigor intelectual”, es decir, de “gran exigencia”, con
nosotros mismos y con los alumnos, al momento de pensar, preguntar, responder, analizar la
evidencia y actuar.

Esta mayor exigencia es muy relevante que se enmarque en un ambiente de seguridad y de


confianza, de tal manera que las contribuciones y preguntas de todos los alumnos sean valoradas.
En ese ambiente las preguntas generan más preguntas, se estimula a los estudiantes a pensar, a
responder con alta exigencia, y a formular nuevas preguntas. Cuando este ciclo se hace rutina,
podernos afirmar que este profesor es un gran maestro porque ha logrado desarrollar el
pensamiento de sus alumnos.

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