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Reseñas

ESPINOSA Miñoso. didas, tanto de las políticas hoy […] cuando hemos
Yuderkys. Escritos de como de las bases concep- expandido nuestras bases,
una lesbiana oscura, tuales del movimiento fe- somos incapaces de accio-
Buenos Aires-Lima, En la minista. El segundo se cen- nes contundentes y articu-
frontera, 2007, 187 págs. tra, en cambio, en la discu- ladas? ¿Por qué si el femi-
sión en torno al binomio nismo es tan eficaz, parece
Un gran mérito de Es- autonomía e institucio- haber perdido su capaci-
critos de una lesbiana os- nalización de la práctica dad de movilizarnos? ¿Por
cura radica, justamente, en feminista, y el tercero resul- qué el feminismo se nos
haber encontrado en –esta ta una reflexión sobre las aparece vacío, deshabita-
región del mundo donde políticas de la identidad y la do? […] ¿Por qué las femi-
las dificultades materiales diversidad, la teoría queer y nistas hemos perdido el
para producir y dar a cono- las críticas a la categoría sentido de comunidad po-
cer este tipo de discursos mujer. lítica?” (72).
son múltiples– su hechura Si bien, como resulta Y la respuesta que en-
en el formato libro. Publi- preciso, la producción de cuentra a estas preguntas
cado bajo el sello editorial Espinosa se encuentra atra- puede ser rastreada en las
En la frontera (interesante vesada por teorías de ori- diferentes caracterizaciones
iniciativa de la feminista pe- gen extranjero, la autora no que la autora hace del fe-
ruana Violeta Barrientos), hace mera importación y minismo actual: feminismo
este compilado de textos, traducción, sino que inten- hecho consigna y feminis-
presentados en conferen- ta problematizar los discur- mo sin feministas, feminis-
cias, libros y revistas a lo sos con los que trabaja mo académico, burocráti-
largo de la última década, desde una praxis específi- co, institucionalizado. Fe-
por la teórica y activista ca (teórica y activista) y una minismo paralizado, falto
lesbo-feminista Yuderkys mirada que se declara, de movimiento, de poten-
Espinosa Miñoso, no sólo abiertamente, situada. cia, de sentido y feminismo
pone sobre la mesa, en un De esto se desprende desmembrado, desarticula-
gesto estimulante, aquellos que pueda ser la pasión –re- do, huérfano de utopías,
temas que apremian al fe- significada como acción, sin capacidad de dejar hue-
minismo latinoamericano y como nostalgia, pero tam- llas. Feminismo que, con-
caribeño actual, sino que bién como potencia regene- frontado con el movimien-
en el mismo acto se radora de la utopía feminis- to de los setenta y ochenta
(auto)legitima como parte ta– la fuerza centrífuga que (forma de ser en el mundo
del archivo lésbico y femi- activa al texto, que lo une, y proyecto de vida;
nista de nuestros países. que lo recorre. De ahí que contracultural, transgresor
La escritura, a pesar pueda ser la pasión (o su y peligroso) en el que Espi-
de su heterogeneidad (que falta) la que sostiene el nodo nosa comenzó su acti-
inevitablemente repercute significante central de la vismo, es leído como des-
en la solidez teórica), se obra: deben retomarse cier- apasionado.
desarrolla alrededor de tres tos fundamentos feminis- Buscando razones
ejes principales que no re- tas para enfrentarse a la para esto, y con una mirada
sultan ajenos entre sí. El atomización y al peligro de crítica hacia el interior del
primero se construye como disolución que amenaza al movimiento, Espinosa nota
examen de las transforma- movimiento. provocativamente que en
ciones y reformulaciones, “¿Por qué”, se pregun- un momento de auge inter-
de las ganancias y las pér- ta Espinosa, “parecería que nacional de los derechos

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humanos, de agendas in- tido esencial del movimien- Estos sujetos empíri- varía una subversión, una
ternacionales, de feminis- to: el transformador, el cos –en este caso las muje- transformación de la cultu-
mos de Estado y de revalo- contracultural. res–, referentes de esa ex- ra ni de la legibilidad de las
rización de la “diversidad”, Como se sabe, si bien periencia simbólica que subjetividades, sino que im-
el feminismo parece en- el feminismo desde sus ini- Braidotti llama peyorativi- plicaría, nuevamente, el re-
contrarse socialmente des- cios se enfrentó a la para- zación (ser el Otro), sufren currir a la tecnología y a la
autorizado por lo menos doja de basarse en las mis- innegablemente efectos ciencia, como medio de
por tres razones: 1) la fic- mas nociones –de género y materiales de la descalifica- poder, para “normalizar”,
ción instaurada de que ya de diferencia sexual– que ción (al punto que todo “venciendo” a la naturale-
aconteció “la revolución estaría destinado a anali- aquel que sea inferiorizado za y, sin querer, reforzando
femenina”; frente a esto, la zar, criticar, desencializar, será, simultáneamente, el binomio sexo-género.
idea de que el feminismo reconstruir y modificar, los feminizado). Reforzando De este modo, apare-
ya no es necesario; 2) el debates de los últimos años esta idea, Espinosa afirma: cen actualizadas aquellas
intento de borradura, en sobre la legitimidad de es- “si el patriarcado nos ha preguntas que vienen pre-
una especie de desmemo- tablecer un sujeto “mujer” nombrado mujeres con toda ocupando al feminismo
ria colectiva, de la inscrip- –desarrollados sobre todo la carga de dominación que desde hace años: ¿soste-
ción de origen de muchos en la Academia– han reper- implica, no por dejar de niendo denominaciones fi-
de sus efectos y aportes a la cutido en las actividades y nombrarnos rompemos la jas, no se caería en la tram-
vida cotidiana tanto como políticas actuales del movi- cadena de subordinación. pa de reforzar el sistema
al pensamiento crítico; miento feminista hasta el Empezando porque dejar binario de poder (y de ex-
deslegitimación que opera- punto de poner en duda la de nombrarnos no implica clusión)?, ¿al borrar nom-
ría como intento de necesidad de su existencia. dejar de serlo” (61). bres, al confundir sus obje-
invisibilización de la pro- Frente a esto, Espinosa se En la misma línea de tos de denominación, se
ducción de las mujeres; 3) encuentra en una encruci- pensamiento, y en abierta borran las diferencias que
frente a la difícil realidad jada: si por un lado, al discusión con las teorías de las miradas inscriben so-
socioeconómica actual, un reconocer que la diversi- la performatividad, Espino- bre/en los cuerpos?, ¿cómo
retorno a la idea de que la dad en el campo de las sa remarca la imposibilidad se da la relación entre sexo,
opresión por género es de identidades es innegable, más allá (o más acá) de la género y orientación
menor importancia que la rechaza a las políticas de la teoría, de romper con el sexual?, ¿la afirmación de
opresión de clase. identidad no sólo por res- binarismo de inteligibilidad Wittig, “las lesbianas no
Por otro lado, sostiene trictivas e incluso exclu- con respecto a los géneros. somos mujeres”, tiene al-
que, en el intento de ex- yentes, sino por encontrar- Particularmente polémicas gún potencial desestruc-
pandir sus bases y de esta- se en perpetuo riesgo de, pueden resultar sus opinio- turante en las actividades
blecer alianzas con otros en la aparente victoria, re- nes en relación a los cuer- cotidianas y en las accio-
movimientos, el movimien- afirmar como propio (asi- pos intervenidos: “si hay nes políticas? Las distintas
to feminista habría provo- milando los valores del algo que nos limita, no es la formas de emplear ciertos
cado su propia institucio- amo) el lugar identitario en naturaleza, sino nuestra términos, ¿qué tipos de
nalización y asimilación a el que se ha apresado al capacidad de significarla y políticas alientan y qué ti-
los marcos de legalidad e sujeto subordinado; por otro la manera en que la signifi- pos de políticas relegan a
inteligibilidad social (triun- lado, sostiene la idea de cación intenta volverse –en un segundo plano o senci-
fo y derrota superpuestos). que la mirada del poder una misma y única opera- llamente hacen desapare-
La desaparición del lide- organiza –incluye y exclu- ción– en un acto de control cer?
razgo político radical del ye, agrupa y subordina– a sobre ese cuerpo y sobre Así, siguiendo los ca-
lesbo-feminismo, la ma- ciertos sujetos de acuerdo los sujetos que los habitan” minos que exige la escritu-
yor pérdida exigida en el a ciertas características en (100). Bajo este punto de ra, se llega a las conclusio-
proceso, habría sido cla- común organizadas tam- vista “corregir” los cuerpos, nes que Espinosa maneja
ve en la pérdida del sen- bién jerárquicamente. “reconstruirlos”, no conlle- desde el principio: la ne-

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cesidad de mirar hacia atrás FEMENÍAS, María Luisa. como bien lo indica el títu- y que en la actualidad re-
y recordar los fundamen- Perfiles del Feminismo lo: “Breve historia del mo- úne a mujeres cercanas, en
tos que movilizaron a la Iberoamericano, volu- vimiento feminista perua- mayor o menor medida, al
ilusoria comunidad histó- men 3. Buenos Aires, no contemporáneo” (17- gobierno, constituido en su
rica que constituyeron las Catálogos, 2007, 280 págs. 42). El panorama que ense- mayoría por docentes uni-
mujeres y, simultáneamen- ña el autor, comienza con versitarias.
te, (re)construir su genealo- Perfiles del Feminismo las primeras agrupaciones La primera parte se cie-
gía. Recién a partir de esto, Iberoamericano es el tercer femeninas y feministas, las rra con el análisis que rea-
es que el feminismo podría volumen de la serie inicia- que se englobarían en la liza Helen Safa en relación
retomar su sentido de ac- da en el 2002 por María denominada primera ola del al aumento de la tasa labo-
ción colectiva, construyen- Luisa Femenías, quien feminismo peruano. Godí- ral femenina en América
do una comunidad política como compiladora intenta nez centra su interés sobre Latina y el Caribe, y su
alrededor del término mu- conformar un espacio en el la constitución de la segun- conexión con el capitalis-
jer, pero ya no como iden- que se puedan repensar los da ola y su vigencia con- mo tardío. “Globalización,
tidad estable sino como sucesos, las contribuciones temporánea, logrando mos- desigualdad e incremento
sujeto permanente de insu- teóricas, las luchas pendien- trar sus distintas etapas a de los hogares encabeza-
bordinación. tes y los modos de organi- partir de las tensiones ideo- dos por mujeres” (67-89) es
zación de los movimientos lógicas, los vínculos esta- un trabajo que pone en
Laura A. Arnés de mujeres y feministas ibe- blecidos con el Estado, las evidencia, a través de datos
roamericanas. La reflexión reivindicaciones priorizadas estadísticos, el impacto en
de estas cuestiones tiene la y la transformación de la los hogares y en la constitu-
particularidad de ser pro- lógica del movimiento mili- ción de las familias, de los
ducto de pensadoras y pen- tante a la constitución de cambios en la composición
sadores que, como sostie- una red de organizaciones de género de la fuerza la-
ne Femenías, intentan ha- profesionales feministas. boral en la región.
cerse cargo en voz propia de A modo de continua- “Memorias” nos pre-
sus problemáticas. ción sobre la reflexión del senta tres trabajos que gi-
En este tercer volu- feminismo en países lati- ran en torno a una perspec-
men, los trabajos se pre- noamericanos, Gioconda tiva histórica y situada del
sentan en tres grupos, titu- Espina escribe “Venezuela: feminismo. Se trata, por
lados “Hechos”, “Memo- un grupo de igualitaristas sobre todo, de reconstruir
rias” y “Estrategias”. El pri- rodeado por una amplia el pasado a partir del pre-
mero de estos apartados, diversidad” (43-66). El de- sente en vistas a su supera-
“Hechos”, aporta un ejem- bate actual de las mujeres ción.
plo claro de la necesidad venezolanas es analizado En “División sexual del
de entender los feminis- desde el contexto político, trabajo militante: reflexio-
mos latinoamericanos des- que la autora describe como nes en base a la participa-
de sus contextos particula- polarizado entre chavistas ción de las mujeres en el
res de conformación. y antichavistas. Por esto mis- proceso revolucionario en
El trabajo que abre esta mo, esa polarización no El Salvador (1981-1992)”
primera parte corresponde permite la articulación de (93-122), se presenta la lu-
a Juan Francisco Acevedo un espacio propio e inde- cha de las mujeres en su
Godínez. El autor realiza pendiente; no obstante, re- desarrollo temporal, recal-
un recorrido por la historia conoce un núcleo peque- cando que en cada etapa
del movimiento feminista ño (core group) de activis- no logran desempeñar las
peruano, para detenerse en tas que viene actuando dis- posiciones importantes, que
el período contemporáneo continuamente desde 1936 le son reservadas a los va-

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