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La mayor parte de las teorías del poblamiento de América hacen referencia a la teoría
antes mencionada, por ser aquella una de las más verídicas y con mejores
fundamentos.
Por lo que se puede inferir, los habitantes de Clovis se movían en pequeños grupos,
pues eran cazadores y recolectores de frutos silvestres. Sus presas principales eran
el Mamut, el bisonte y algunos animales menores como el ciervo y el caribú. Cuando
algunas de las áreas de caza se agotaban, se desplazaban hacia el sur; lo que ha
llevado a suponer que de esta manera y a lo largo de miles de años, se realizó el
poblamiento americano. Este migrante se conoce bajo la denominación de
“paleoindio” y habría ingresado al continente al menos hace ya más de 11 mil años.
Las teorías provenientes de los países centrales definían las hipótesis del
poblamiento; sin embargo, en la remota y todavía algo primitiva Buenos Aíres, a fines
del siglo XIX, Florentino Ameghino (paleontólogo y naturalista autodidacta), se
animaba a desafiar este pensamiento. Durante el primer congreso internacional de
americanistas de París en 1879, Ameghino sostuvo que el hombre era originario de
América.
Hasta tal punto las ideas de Ameghino cuestionaban al modelo Clovis, que el mismo
Aleš Hrdlička (defensor de la teoría del ingreso por Bering) se trasladó hasta Buenos
Aires para intentar descartar punto por punto las ideas de Ameghino.
En conclusión, hay diversos hallazgos que datan de miles de años atrás, incluso más
antiguos que los antes mencionados, lo cual nos da a entender que todavía no existe
una evidencia tangible de quiénes fueron los primeros en poblar América.
La Conquista Española de América
Hacia el final del siglo XV los Mexicas o Aztecas habían impuesto su poner mediante
alianzas con señoríos vecinos a ellos. Esto estuvo ubicado en centro América,
específicamente en el centro del actual México. Mientras que por otro lado, en sur
América, los Incas poseían el control territorial de una vasta extensión que incluía
desde Colombia hacia el norte, Chile y Argentina.
Ambas culturas por su parte fueron invadidas por los españoles. Por el lado de los
Mexicas o Aztecas, Hernán Cortés fue uno de los personajes más prominentes en
invadir esa zona, así como Jerónimo de Aguilar quien sirvió de intérprete maya-
castellano. Toda esta expedición y conquista fue impulsada por cuestiones religiosas,
políticas y económicas. Tenochtitlan fue la ciudad donde se llevaron a cabo estos
acontecimientos.
En el caso de los Incas, estos fueron vencidos por un español conocido como Pizarro,
quien junto a su escolta, un monje católico y un intérprete, llegaron a comunicarse
con el líder ese imperio, mejor conocido como Atahualpa, quien tomó la llegada de
los españoles de una forma muy pacífica.
Pizarro logró convocar una cita con Atahualpa, en la cual, al llevarse a cabo, permitió
que el monje católico le intentará inculcar su religión a Atahualpa, utilizando como
medio de comunicación al intérprete, mejor conocido como Filipillo, el cual por otra
fuente teórica, se dice que no supo traducir lo que decía el monje a Atahualpa.
En este encuentro, gris para los Incas, el monje le intentó explicar la religión que los
españoles profesaban, con sus normas y principios, a lo que Atahualpa le pidió señal
de ese dios en que ellos creían. El monje lo único que pudo ofrecerle como señal fue
un libro, conocido como “la biblia”, e intentando Atahualpa entenderlo, no dio con el
asunto. Una versión de la historia dice que Atahualpa arrojó la biblia por no haberla
entendido, lo cual provocó el inicio de una gran batalla entre los españoles y los Incas;
mientras que otra versión explica que el problema radicó en el intérprete, quien no
supo explicar bien a Atahualpa lo que el monje le intentaba comunicar.
En esta batalla hubo muchas muertes, quedando victoriosos los españoles, ya que
los Incas habían ido inocentes al encuentro con éstos, solo por pensar que con la sola
presencia de Atahualpa era suficiente para intimidar a cualquier forastero, lo cual
resultó en una decepción para los Incas, ya que el ejército español salió vencedor, y
en última instancia, conquistador del territorio.
Atahualpa fue apresado por los españoles, bajo el mando de Pizarro, quien con el
tiempo se mantuvo de cerca con Atahualpa, llegando incluso a compartir con él en
juegos de mesa. Pizarro mandó a enseñarle castellano a Atahualpa, con la finalidad
de sacarle información acerca del oro que había dispersado en aquel territorio,
logrando el primero su acometido; pues Atahualpa aprendió la lengua castellana y le
dio información de los lugares donde se encontraba dicho metal.
Fue tanta la cercanía que llegó a tener Pizarro con Atahualpa, que éste último hasta
llegó a ofrecerle a su hermana favorita como esposa, a lo que Pizarro aceptó con toda
soltura. Se casaron y tuvieron 2 hijos, una hembra y un varón. El varón murió joven.
Así se llevó a cabo la conquista del territorio de América, por españoles astutos y
nativos de la región, pasivos, ignorantes, inocentes e indefensos.
A la llegada de Cristóbal Colón a América las islas antillanas estaban habitadas por
pueblos aborígenes que apenas alcanzaban un grado comparable con el neolítico
superior. Los aborígenes procedían de las cuencas de los Orinoco en Venezuela. Su
traslado fue probablemente mediante balsas y canoas.
Los taínos son el grupo más importante que se desprende de la rama arahuaca.
Según colón, el calificativo “taíno” era “hombre bueno, agrícola”.
El primer europeo que habló sobre los taínos fue el Almirante, quien en su diario dijo
que los taínos eran hermosos, trigueños, gente buena e inteligente. Expresando su
opinión sobre esta tierra y sobre los taínos en un mensaje enviado a los reyes
católicos, decía que esa tierra era la mejor tierra, y esas personas eran las más
buenas de la tierra, amigables, que vivían en unidad, tenían un habla dulce, y estaban
desnudos, como sus madres los parieron.
Vestimenta:
Los taínos vestían pendientes en forma de placas, tanto para la nariz, como para las
orejas; usaban brazaletes y tobilleras. Un pendiente de oro colgando en la nariz era
símbolo de jerarquía social. El taíno era dado al baño frecuente. El agua tenía un
sentido de purificación, ésta limpiaba no solo el cuerpo, sino las impurezas
espirituales.
El pueblo taíno era pacífico, las peleas eran escasas, solo se presentaban en sus
luchas con los caribes.
Los taínos eran de mediana estatura, los rasgos de la fisonomía eran deformes y
groseros.
Modos de producción:
Viviendas
Los taínos también trabajaban en la construcción de sus viviendas, llamadas por ellos
bohíos, que eran de dos tipos, una era de estructura circular con techo cónico, la otra
que era la vivienda de los caciques, era de forma rectangular, más amplias, aunque
de los mismos materiales que la anterior.
Jerarquía sociopolítica
1- Cacique: Estos eran los jefes supremos, el rango y las riquezas les permitía
tener varias mujeres.
2- Nitaínos: caciques de menor señorío o rango, eran asistentes de los caciques
y, a la vez, eran un lazo de unión entre éstos últimos y las tribus que
gobernaban.
3- Behíques: tenían un rango parecido al de los nitaínos, eran los sacerdotes o
hechiceros de las tribus.
4- Naboríos: eran los siervos, trabajaban para los caciques y bitaínos. Con
seguridad no se puede afirmar que eran grupos sometidos o de gentes que de
manera espontánea prestaron servicios.
5- Pueblo: gente común que compartían sus bienes colectivamente. Como los
naboríos, trabajaban para los caciques, esto conllevaba a que no existiera el
tributo ni el sometimiento esclavista.
El cacicazgo de Maguana, gobernado por Caonabo, quien era caribe, nacido en las
Antillas menores, se casó con Anacaona, hermana de Boechío y heredera del trono
de Jaragua. El cacicazgo de Maguana tenía la provincia del Cibao y casi todo el país
recorrido por el río Artibonito.
Creencias religiosas
La creencia y religión de los taínos, como todo pueblo primitivo, fue muy importante,
de ahí creyeron en dioses más fuertes que otros, y los caciques se hicieron respetar
por toda la población, que los consideró portavoces de ellos, y dioses autorizados a
comunicarse con ellos, la comunicación se efectuó a través de la ceremonia conocida
como el “rito de la cohoba”, en la que consumían una droga alucinógena de ese
nombre y que hacía perder la razón a quien la tomaba y le ponía en contacto con los
dioses. La primera parte de la ceremonia consistía en la comunicación de los caciques
con los cemíes a través del rito de la cohoba, luego celebraban areítos, o sea, fiestas
en las que se bailaban cantos legendarios en honor al poderío de los cemíes. En estas
fiestas ofrecían productos agrícolas y otros bienes a los dioses, y efectuaban otros
sacrificios en su honra.
La colonización
En el 1492 Cristóbal Colón llegó a un acuerdo con la reina de España para abrir una
ruta comercial hacia el oriente. El 17 de abril se firman las capitulaciones de Santa
Fe, donde establecía que Colón tendría el título de virrey almirante del océano, el 10%
de las ganancias, entre otros privilegios.
El 3 de agosto parte desde España con tres carabelas (la niña, la pinta y la santa
maría). El 12 de octubre de 1492 llega a las Bahamas y la nombra San Salvador. El
5 de diciembre de 1492 llega a la Isla de Santo Domingo, a la que bautizó con el
nombre de “La Española”. Colón dejó a 39 de sus hombres en la aldea de
Guacanagarix donde construyó el llamado fuerte de la navidad.
Los españoles se establecieron aquí y sacaron todas las riquezas, sometieron a los
taínos. Esto trajo varios enfrentamientos entre españoles y aborígenes. Los
españoles se enfrentaron entre sí exigiendo que se les proporcionara taínos como
esclavos.
Cuando Cristóbal Colón regresó de este viaje en 1498, Francisco Roldan y su grupo
armaron una rebelión donde logró que se le permitiera explotar directamente a la
población aborigen; además, logró continuar como alcalde. En el acuerdo, Colón logró
que se le reconociera como autoridad suprema y seguir cobrando el tributo de las
gentes.
Colón fue destituido y sustituido por Francisco Bobadilla en 1500, éste comenzó a
ceder la tierra y aborígenes entre los españoles. Los reyes consideraron que a
Bobadilla se le estaba yendo de las manos con las reparticiones. Luego fue sustituido
por Nicolás de Ovando en 1502. Éste eliminó las reparticiones y crea la encomienda,
esto provocó la muerte de muchos aborígenes; algunos se suicidaban y muchos eran
torturados y asesinados, incluso quemados vivos, como el caso de Anacaona.
En el año 1509 llega a la Isla Diego Colón, hijo del almirante Cristóbal Colón, a ejercer
el gobierno con el título de virrey, quien gobierna hasta el 1508. En 1511 Antonio de
Montesino crea las leyes de burgos, que mitigaba la crueldad de la explotación, y
ordenaba que a los indígenas no se les golpeara. También de que se les prohibiera
de hamacas y alimentos y que las mujeres embarazadas no se incluyeran en los
repartimientos. Tales leyes no fueron cumplidas totalmente y la situación de la
población indígena casi no cambió.
Contexto histórico de los siglos XVIII y XIX
Los implicados fueron los señores: Horacio Vásquez Lajara, Ramón Cáceres
Vásquez (Mon), Casimiro Cordero, Doroteo Rodríguez, Domingo Pichardo, Pablo
Arnaud H., Blas de la Maza, Manuel Cáceres, Evaristo Nivar, y José Brache –en ese
momento era el Secretario de la Gobernación de Moca-, quienes eran la viva
expresión de una juventud idealista decididos a actuar con firmeza y resolución, y,
optimistas y desafiantes decidieron - en esa reunión vespertina realizada el 25 de julio
de 1899- poner fin a la larga noche de opresión que arropaba al pueblo dominicano
desde 1882. Y un poco más tarde se unieron a ellos: los hermanos Ramón (Mon) y
Jacobito De Lara, Vicente de la Maza, y otros jóvenes mocanos.
La muerte violenta del general Ulises Heureaux Lebert (a) Lilís ocurrió en la
villa heroica de Moca en 26 de julio de 1899. Sin embargo, se conoce muy poco sobre
cómo fue ultimado el Pacificador de la República. Veamos los detalles: Mucho antes
del famoso magnicidio, se sabe el Dictador fue advertido por la curandera y vidente
“Comai” Dominga Mañón, quien personalmente le advirtió que se cuidara durante su
viaje y estadía en la región del Cibao, alegando que ella había tenido un sueño en el
cual aparecía un hombre disparándole a Lilís por la espalda. Sin darle la mayor
importancia a la advertencia de la vidente, el general Lilís hizo su viaje por la vía
marítima a bordo del barco "El Presidente" –uno de sus tres vapores de guerra- el
cual lo transportó con todos los oficiales integrantes de su estado mayor desde Santo
Domingo hasta la bahía de Samaná, desembarcando Lilís en el puerto de
Sánchez. Cuando el presidente Heureaux arribó al muelle de esta laboriosa
población despidió a casi todos los miembros de su comitiva civil y militar, incluyendo
a su Estado Mayor bajo el mando del general Jorge Núñez así como a los militares
integrantes de su escolta presidencial.
Los militares que le acompañaron en este último viaje fueron solamente dos
oficiales de su escolta seleccionados por su destreza con las armas y por su probado
valor: el leal Guarín González y el bizarro capitán de caballería Demetrio
Rodríguez. La historia oral le atribuye a Lilís haber dicho al iniciar la marcha: “Vamos
solos y el que tenga miedo que compre un perro prieto”.
Otra advertencia hecha a Lilís antes del magnicidio provino del general Zoilo
García Arismendy, el rico y leal gobernador de la provincia de La Vega, quien le
expresa personalmente al Presidente que tenía informes sobre la existencia en la
ciudad de Moca, la cual visitaría, de una trama conspirativa en su contra con el fin de
quitarle la vida, no obstante, el general Ulises Heureaux, valiente e impetuoso, salió
de La Vega en 25 de julio rumbo al pueblo de Moca, llegando casi solo, ese mismo
día, a esta urbe de apenas dos mil almas, desoyendo las recomendaciones de sus
colaboradores y esbirros, quienes le exhortaron no visitar la citada población debido
a la existencia de un plan para atentar en contra de su integridad física.
Desde que El Manco Lilís tocó la población de Moca despidió a los hombres
armados aportados por el general don Zoilo García para darle protección, unos 20, a
quienes gratificó con viáticos y obsequios monetarios, e incluso, se conoce que
durante la noche de ese día asistió a un baile en su honor en dicha ciudad cibaeña,
estando presente lo más granado de la sociedad mocana. Después de permanecer
allí hasta el día siguiente, realiza ciertas y necesarias visitas de cortesía, y sostiene
reuniones con la elite política de aquella ciudad.
Esto lo hizo Mon Cáceres, según un testigo ocular “porque él sabía que
Heureaux sacaba el revólver con la mano izquierda, para ponérselo en la derecha, la
manca, con la cual disparaba.[3] De inmediato, mientras Heureaux vanamente
trataba desenfundar su revólver con la mano herida, Mon Cáceres le hizo a seguidas
cuatro balazos en el pecho, casi a quemarropa, dejándole tambaleante.
En total, el cuerpo de Lilís fue acertado por seis disparos aparte del que hizo
Jacobito De Lara que sólo le produjo una simple herida superficial, con el cual fueron
siete. Esto lo confirma el médico que le practicó la necropsia al cuerpo del general
Heureaux. Según el Dr. Buenaventura Refugio Báez y Labastida (Capitán Báez) en
carta a su madre, “Tenía el Presidente cinco balazos en el pecho, uno sobre la cadera
izquierda que le hirió el brazo izquierdo, y uno en la nuca, que es un simple raspón.”[4]
Lo que se sabe de seguro es que la ofensiva contra Lilís la iniciaron los jóvenes
conspiradores encabezados por Horacio Vásquez quien posiblemente contaba con el
apoyo económico y político de la casa comercial Cosme Batlle, a la cual había servido
como administrador del Almacén en la ciudad de La Vega, y Jacobito De Lara y su
hermano Ramón quienes fueron previamente estimulados por Juan Isidro Jimenes
quien aprovechó una visita de Jacobito de Lara a Paris para condicionarlo contra
Heureaux.
Cadáver de Lilís
Los miembros del Congreso, tras conocer sobre su muerte, decretaron nueve
días de duelo, y don Isaías Franco, presidente del Congreso, en el discurso
pronunciado ante el nuevo presidente de la República, general Wenceslao Figuereo
(a) Manolao, le aseguró que tendría el apoyo del poder legislativo de la Nación,
diciendo que la noticia sobre la muerte de Lilís: “había causado dolor intenso al
congreso, que vio ausentarse para siempre tan trágicamente, al ciudadano cuyos
esfuerzos lograron consolidaron la paz de la República.”
Por su parte, los militares, con más sentido de unidad y de lealtad, desde la
vieja fortaleza ubicada en la ribera occidental de la ría del Ozama pusieron en
actividad las baterías y disparaban un cañonazo cada 15 minutos.
El jueves 27 de julio el Listín Diario titula: “Sensacional. Muerte del General
Heureaux. La Insólita Noticia. Detalles Oficiosos. Expectación”. El entierro se hizo
en la Catedral de Santiago el día 28 de julio en medio de un temporal violento.
Ni los dineros de los empréstitos, ni sus espías, y mucho menos el poder militar
con que contaba, pudieron impedir su muerte. Con este famoso magnicidio comenzó
a reivindicarse la libertad conculcada. Debido a la muerte violenta de Heureaux no
se concluyó un nuevo acuerdo de empréstito que el dictador se hallaba negociando
con el prestamista inglés F. H. Morris, lo cual revela el grado de insolvencia económica
del gobierno en el año de 1899.
Tomando como referencia las leyes de Francia, la Constitución de los Estados Unidos
y la de Cádiz de 1812, la primera Carta Sustantiva fue el conjunto de principios
políticos y promesas de Los Trinitarios que tenían como principio fundamental
convertir la nación dominicana en un Estado unitario, respetuoso de la religión
católica, republicana, democrática y representativa.