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Lecturas Bíblicas: I Corint. 12: 1- 31; Josue 24: 15; Mat 20:28, Jn 12: 26; Gal 5:13
Texto para memorizar: "Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de
buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este
trabajo" (Hechos 6:3).
OBJETIVO: Entender que el servicio social o diaconía es un don espiritual otorgado por
Dios mismo, para la manifestación y extensión de su Reino.
Los dones o carismas espirituales son regalos especiales que otorga el Espíritu de Dios en
forma individual al creyente o colectiva a la iglesia, y los da para edificación, y bienestar de
la comunidad de fe, en este caso, la iglesia.
Los dones espirituales fueron profetizados en el Antiguo Testamento (Dt. 28:1-14; Is.
28:11s; Jl. 2:28); confirmados por las promesas de Cristo (Mr. 16:17s; Jn. 14:12; Hch. 1:8);
e impartidos por el Espíritu Santo después de Pentecostés (1 Co. 12:11).
Los propósitos de los dones espirituales son dos: la edificación espiritual de la iglesia o sea
la edificación del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:7; 14:12; Ef. 4:7-12) y la conversión de los
incrédulos (1 Co. 14:21-25).
Existe muchos dones espirituales, de los cuales todo creyente recibe por lo menos un don
del Espíritu, pero no quita que se pueda recibir más de uno de ellos. En éstos pasajes se
pueden analizar dichos dones: Ro. 12:3-8; 1 Co. 12:4-11, 28-30; Ef. 4:7-12;1P. 4:10
Para tener estos dones espirituales es necesario dos condiciones: en primer lugar, tener un
nuevo nacimiento y en segundo lugar, vivir una vida de comunión con Dios. Aunque en la
Biblia nunca se dice que a un creyente verdadero se le reconoce por los dones que posea,
sino más bien por sus frutos, es decir, por su calidad de vida, santidad. Este mismo énfasis
lo hace Jesús en toda su prédica (Mt. 7:16.20),
Hoy en día, muchos creyentes están muy preocupados por saber qué dones han recibido
del Espíritu Santo, o cómo lograr tenerlos, y por último, cuán espiritual se es al tener varios
dones espirituales.
John Wesley creía que los Dones del Espíritu eran para nuestros tiempos. En una carta
escrita en junio de 1746, declara: “No recuerdo de ninguna Escritura donde se nos enseñe
que los milagros debían confinarse a la edad apostólica o cualquier otro período de tiempo.
Es cierto que San Pablo dice que las profecías y las lenguas cesarán, pero en ningún
momento dice que estos milagros cesarán antes de que cesen la fe y la esperanza...”
El Dr. Ken Kinghorn en su libro Dones del Espíritu (Nashville:Abingdon Press, USA, 1976)
hace referencia a cinco principios básicos referentes a los dones espirituales:
1. Dios imparte los dones espirituales conforme a su gracia; no pueden ser adquiridos
por mérito humano.
2. Dios imparte los dones espirituales de acuerdo a su propia discreción; no está limitado
a los deseos humanos.
3. Dios desea que todo cristiano ejercite los dones espirituales; estas capacidades no
están limitadas a ningún creyente.
4. Dios provee los dones por causa del ministerio y servicio de la iglesia; no son dados
para atraer la atención hacia una persona o satisfacer su ego.
5. La intención de Dios es que el ministerio de la iglesia sea ejercido a través de los
dones espirituales.
Recordemos que los dones tienen un fin, estar al servicio de la iglesia para que pueda
seguir cumpliendo su Misión. No son pues para lucimiento personal o de jactancia alguna.
Si tenemos dichos dones espirituales debemos ser agradecidos al Señor por habérnoslo
dado y ser humildes al ejercitarlos para el crecimiento de la iglesia.
El apóstol Pablo nos dice que es bueno pedir tener dones, pero que hay un camino más
excelente, este es el amor (1 Co. 12:31; 13). Procurad pues en amor poner en práctica
vuestros dones que has recibido y que todo lo que hagas sea para honra y gloria del Señor
Jesucristo.
Miremos un momento la siguiente lista de dones de los pasajes que ya hemos leído,
preguntémonos ¿tienen algo en común?, ¿en que grado se ve que se da en la iglesia?,
¿son preferidos? ¿anhelan los hermanos tener estos dones?
Enseñanza * * *
Ayuda *
Administración * *
Servicio *
Repartimiento *
Misericordia *
Este concepto que manejado por la primera comunidad cristiana, se le denominó diakonía,
que iva mas allá que el simple ejercicio de los dones, eran más bien puestos al servicio
diario para satisfacer las necesidades de las viudas.
Cuando se les presentó el problema, los apóstoles simplemente discernieron que ellos no
debían servir a las mesas, en la repartición de la comida diaria, sino que era necesario
nombrar a otros para que desempeñaran dicha función:
"De manera que los Doce convocaron a todos los creyentes a una reunión. Dijeron:
Nosotros, los apóstoles, deberíamos ocupar nuestro tiempo en enseñar la palabra de Dios,
y no en dirigir la distribución de alimento" (Hechos 6:2).
"Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del
Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo" (Hechos 6:3).
En ningún momento a los siete varones se les dio el título de diákonos. Sino que se
relacionó el oficio que ya tenía de la cultura griega y romana para sus siervos, con el llamado
al servicio de las mesas, que iban a cumplir los recién nombrados varones.
Por lo tanto, en el ámbito de la primera comunidad cristiana, la diakonía va más allá que el
simple servicio a las mesas de la ración diaria para satisfacer las necesidades de las viudas.
Sabemos que los apóstoles decidieron continuar con el ministerio de la palabra de Dios y
la oración, sin servir a las mesas. Por su parte, los varones elegidos, no sólo desempeñaron
el servicio de las mesas, sino que también los vemos como ministros del kerigma y del
bautismo.
En el caso de Esteban, aparece predicando, con tanta dedicación y gran valor, hasta las
fatales consecuencias del martirio, como testimonio de su celo ministerial (Hechos 7:1-60).
Por su parte, cuando los discípulos fueron dispersados, otro de la lista de los siete era
Felipe, quien evangelizó por la región de Samaria (Hechos 8:4-25), en el desierto camino a
Gaza (Hechos 8:26), en Azoto y Cesarea (Hechos 8:40).
"Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco nunca más
volvió a verlo, pero siguió su camino con mucha alegría. Entre tanto, Felipe se encontró
más al norte, en la ciudad de Azoto. Predicó la Buena Noticia allí y en cada pueblo a lo largo
del camino, hasta que llegó a Cesarea" (Hechos 8:39-40).
No existe diakonía, es decir servicio social, sin anuncio de la palabra de Dios y la oración.
Pero si puede existir predicación de la palabra y oración, sin servicio social, pero la iglesia
no se desarrollará integralmente.
TEMA 2: EL HIJO DEL HOMBRE NO VINO PARA QUE LO SIRVAN, SINO PARA
SERVIR
Lecturas Bíblicas: Mat 20:28, Jn 12: 26; Luc. 22: 27; Gal 5:13
Texto para memorizar: "Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para
servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos" (Mateo 20:28).
OBJETIVO: Entender que Jesús es nuestro ejemplo del servicio social o diaconía como la
manifestación y extensión de su Reino.
Luc. 22:24 Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.
22:25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre
ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;
22:26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que
dirige, como el que sirve.
22:27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se
sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
22:28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
22:29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
22:30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a
las doce tribus de Israel.
Los apóstoles de Jesús y sus discípulos muy pronto aprendieron el significado diakonal de
su Maestro. Jesús usó la diakonía para enfocar su propuesta de servicio hacía los demás.
Jesús mismo se presentó como servidor, es decir como diákono ante los demás:
"Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar
su vida en rescate por muchos" (Mateo 20:28).
"¿Cuál es mayor: quién está a la mesa, o quién sirve (a la mesa)? ¿Acaso no es quién está
a la mesa (permitiéndose ser servido)? Pues, en medio de vosotros, yo soy como quien
sirve (a la mesa)" (Lucas 22:27).
Pero cuando se llega a la edad adulta, el ser humano deja de ser servido y comienza a
servir. Precisamente el deseo de Dios es que seamos imitadores de Jesucristo:
"El hijo del humano no ha venido para ser servido, sino para servir" (Marcos 10:45).
II. Jesús como Servidor
Cuando Jesús inicia su ministerio público, anuncia que su unción del Espíritu Santo tiene
un perfil evidentemente diakonal:
"El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los
pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para
despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor" (Lucas 4:18ss).
En el lavatorio de los pies el servicio es el resultado del amor, que pone en igual de
condiciones al siervo y al señor:
"Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De
cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el
que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis" (Juan 13:15-
17)
Cristo hizo una opción preferencial por los pobres, los pequeños, los últimos, por lo que la
iglesia deber hacer lo mismo.
Cristo escuchó los gemidos de cuantos eran excluidos, apartados, anulados, explotados,
silenciados, lo mismo hace la Iglesia, la cual busca promover el cambio social, tanto en las
estructuras de la sociedad, como en la transformación del corazón de cada ser humano.
En fin, la diakonía es el ser y que hacer constante de la Iglesia. Por ser la Iglesia en su
identidad diakonal, es que promueve, coordina y orienta la espiritualidad caritativa y social
de cada uno y d etodos sus miembros, en su sentido de comunicación cristiana de los
bienes de este mundo.
Con la diaconía que se comienza a ser Iglesia, y luego esta misma Iglesia se organiza y
madura, es cuando llega a la koinonía.
Lecturas Bíblicas: Mat 24:45 – 51; 25: 31–46; 7: 15–23., Marc. 10: 17-31; Apoc 20: 11 - 15
Texto para memorizar: " No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos." (Mateo 7:21).
OBJETIVO: Cuando llegue el juicio final, la hora decisiva, seremos juzgados por las obras
(libro de las obras) que hemos realizado (diaconía), y por la fe en Jesucristo (inscritos en el
libro de la vida) ¿somos consientes de esta dimensión del juicio final?
I. Hacer la voluntad de nuestro Padre Dios
Mat. 7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o
higos de los abrojos?
7:17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
7:18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
7:19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y
en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
A partir de la enseñanza de Jesús, vemos que cualquiera que quiere entrar en el reino
de Dios, necesariamente tiene que hacer la voluntad de Jesús, es decir la voluntad de
Dios, y eso compromete todos los aspectos de nuestra vida personal y social, material
y espiritual, por ello los discípulos llenos del espíritu Santo cumplían esta voluntad de
manera integral: “…Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y
se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles
el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían (Marc. 16: 19-20),
aquí las señales, son acciones diaconales y espirituales, todos al servicio de los
necesitados, de igual manera en Mat 28: 19 -20, la gran comisión de hacer discípulos
de Jesucristo en todas las naciones, enseñando todo lo que Jesús enseño y mandó,
como dice II Tim. 3:17 “ a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado
para toda buena obra”
Habla que “los Libros fueron abiertos, ¿Qué libros?: el libro de la vida y el libro de las
obras, estos dos libros son decisivos para definir el futuro de todo ser humano, ¿Cuál
es el orden?. Hay ocho referencias al “libro de la vida” en el Nuevo Testamento, y dos
de ellas se refieren específicamente al libro de la vida que pertenece al Cordero,
Jesucristo. Siete de las referencias aparecen en el libro de Apocalipsis. Aquellos cuyos
nombres están escritos en el libro de la vida, son aquellos que pertenecen a Dios,
aquellos que han alcanzado la vida eterna.
Pablo se refiere a quienes habían trabajado junto a él, como aquellos cuyos nombres
están escritos en el libro de la vida (Filipenses 4:3), nuevamente, identificando el libro
de la vida como un registro de los nombres de aquellos que tienen la salvación eterna.
De la misma manera, Apocalipsis 3:5 se refiere al libro de la vida, en el cual se
encuentran los nombres de los creyentes en el Señor. Estos son aquellos que
superaron las pruebas de la vida terrenal, demostrando que su salvación es genuina.
Este verso también pone en claro que, una vez que un nombre es escrito en el libro de
la vida, Jesús promete a los vencedores que nunca lo borrará, respaldando una vez
más la doctrina de la seguridad eterna (Apoc.3: 5). El Señor Jesús, quien está hablando
a las iglesias en esta parte del Apocalipsis, promete reconocer a los Suyos ante Su
Padre. Por el contrario, Apocalipsis 20:15 revela el destino de aquellos cuyos nombres
no están escritos en el libro de la vida – la eternidad en el lago de fuego.
Pablo dice en 1 Corintios 3:11-15. “Porque nadie puede poner otro fundamento que el
que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro,
plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará
manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de
cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que
sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida,
si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” Jesucristo se sentará a juzgar
las obras de los miembros de Su Cuerpo, de Su Novia, la Iglesia, probándolos con
fuego. Note el orden descendente de su relativa dignidad: “Oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca.” El oro, plata y piedras preciosas resistirán el
calor, pero la madera, heno y hojarasca serán quemados. El Señor determina el grado
de valor y el fuego revela el resultado. Si las obras del creyente son totalmente
consumidas por el proceso, y por lo tanto se muestran indignas, el/ella sufrirá, no será
el “ganador de la carrera”, pero su salvación nunca se cuestiona. Ese punto fue
totalmente pagado en la cruz del Calvario.
“Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”, estas obras
están referidas a las acciones que el cristiano ejerce en su vida como creyente, y que
determinaran el nivel de recompensa o responsabilidad que Dios le otorgará en su
Reino.
IV. Conclusión
La fe en Jesucristo expresado en el arrepentimiento, la conversión y justificación, nos
hace hijos de Dios, y nuestro nombre es inscrito en el libro de la vida, y si
permanecemos firmes y somos vencedores, nos era borrado del libro de la vida, y eso
garantiza nuestra entrada a la vida eterna, al reino de Dios, pero seremos juzgados por
las obras que hicimos, el servicio que hemos cumplido como creyentes, el cual será la
base de nuestra recompensa o responsabilidad en el reino de los cielos.
Se eligieron 07 diáconos, para una labor muy específica, el servir a las mesas,
hoy en día significaría la contratación o elección de un personal técnico para
desarrollar actividades especializadas (proyectos), y se le denomina promotor.
Este servicio específico, es solo una acción del diaconado, cuyo campo de acción
es mucho más amplio y relacionado a todo el quehacer humano.
Este servicio especializado, lo ejercen algunas personas especificas, pero el
servicio diaconal lo ejerce todos los miembros de la iglesia.
El servicio diaconal, exige estar llenos del espíritu santo, es decir tener la plenitud
de la experiencia con Cristo.
El servicio diaconal, no se contradice o elimina las otras dimensiones del misión
cristiana: evangelización, discipulado, enseñanza, testimonio, etc, por el contrario
se complementan para posibilitar un cristianismo integral, Esteban lleno del
Espíritu Santo, predicaba y hacía grandes prodigios y señales, Felipe, fue llevado
por el Espíritu Santo al desierto para evangelizar y bautizar al siervo de la reina
de Candase (Hec.8: 26-40).
La vida en común unión, les permitía “partir el pan en las casas, comer juntos con
alegría y sencillez de corazón”, porque estimaban cada uno a los demás como “uno
mismo”, y deseaban que todos alcancen el bienestar, “no mirando cada uno por lo suyo
propio, sino cada cual también por lo de los otros”, queriendo expresar, hacer y
comportarse con el mismo “ sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Fil. 2: 4-5),
3. Salvación y Servicio
¿como aprendieron los primeros cristianos a expresar su espiritualidad?, siempre estuvo
unido la experiencia de servicio con la fe en Jesucristo, como el caso de Cornelio,
centurión romano de la compañía llamada la italiana, era un hombre “piadoso y temeroso
de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios
siempre”, por ello Dios estimó concederle la salvación, y le reveló como hacerlo: “Este
vio claramente en una visión” que envíe una delegación para invitar a Pedro, para que
le enseñe lo que es necesario que haga. (He 10: 1-6), y cuando el vino, el congregó a
toda su familia y amigos, para que escuchen el mensaje del Evangelio (Hech. 10: 24),
de tal manera que ese día todos se convirtieron y recibieron el bautismo del Espíritu
Santo, y fueron bautizados, añadidos a la Iglesia del Señor (Hech, 10: 44-48).
El ejemplo de Lidia, que era de Tiatira, pero que estaba comerciando sus productos en
Filipos, escuchó el mensa del Evangelio, predicado por el Apóstol Pablo, consideró que
era necesario expresar su fe, invitándoles a ir a su casa “diciendo: Si habéis juzgado que
yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos (Hec.16: 13-
15)
Podemos concluir que la fe, esta indivisiblemente unido a las obras, es decir al servicio
o diaconía, así lo expresa el apóstol Santiago cuando expresa en su epístola: “Hermanos
míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe
salvarle?. Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del
mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos,
pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?. Así
también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y
yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú
crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas
quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?. ¿No fue justificado por las
obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves
que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se
cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue
llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras,
y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por
obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?. Porque como el
cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta Sant 2: 14-26.
El Apóstol Juan, en su carta de I Juan 3:14-19: enseña, que el verdadero amor a Dios,
se expresa como amor y servicio a nuestros hermanos, y si esto no es una realidad en
nuestra vida y de la iglesia, realmente el amor de Dios, no mora en nosotros: “Nosotros
sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que
no ama a su hermano, permanece en muerte.
3:15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida
tiene vida eterna permanente en él. En esto hemos conocido el amor, en que él puso su
vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los
hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad,
y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no
amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que
somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él”
6. Conclusión
En experiencia de la iglesia primitiva, es claro que la fe y el servicio están
íntimamente ligados como señal de una misma moneda ¿Por qué la iglesia actual
ha separado estas dos experiencias espirituales?
Se puede logra la verdadera santidad sin el servicio?
Texto para memorizar: " Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a
sus fuerzas, y aún mas allá de sus fuerzas." (II Cor. 8:3).
OBJETIVO: Las formas en que la iglesia ha trabajado como respuesta a la misión integral
del Evangelio, son variadas, corresponden y son respuestas a su realidad, y a su tiempo.
I. El servicio social en la perspectiva Bíblica.
En el libro “llamados a Servir” escrito por el Pastor Pedro Arana, describe tres niveles de
participación social de la iglesia: el personal, el social y el profético.
a. Servicio Personal
Es el que realiza una o un grupo de personas, la motivación central es “la imagen
de Dios”, que se ve en la persona motivo de la acción social, a quien se brinda como
expresión concreta del amor de Dios (Mat. 25: 40; I Juan 3: 16-18)
b. Servicio Social
Es la acción realizada por la iglesia dirigida a un grupo social, con la motivación
central que todos tienen la posibilidad y son convocados a entrar y pertenecer al
pueblo de Dios, sin ninguna distinción, puesto que todos fuimos creados por Dios,
para la expresión de su gloria, y tener vida en plenitud desde antes de la fundación
del mundo, afectado por la caída, pero restaurados a través del camino de redención
en la sangre de Cristo Jesús, a fin de que todo aquel que en él cree, no se pierda,
sino que tenga vida eterna (Jn. 3: 15-16, Efe 1.1-23)
c. Servicio Profético
Es la acción realizada por la iglesia buscando el establecimiento de la justicia,
constituyéndose en la voz de los que no tienen voz; sea por que viven humillados,
o porque son acallados y reprimiditos. Es un esfuerzo consciente y comprometido
por entender y asumir las necesidades y los problemas, los dilemas, las
aspiraciones, luchas y esperanzas de los grupos sociales, desde la perspectiva del
evangelio y la perspectiva del reino de Dios.
II. Aportes de los modelos históricos del servicio y acción social de la Iglesia
Tenemos una gama muy amplia y variada de formas como la Iglesia ha respondido
a los tiempos sobre la demanda del servicio y acción social, que va desde los
milagros de Jesús y los discípulos, a la ofrenda para los santos de la iglesia primitiva,
las luchas por la liberación de los pueblos, la lucha contra las epidemias y
enfermedades, atención a los menesterosos, huérfanos, marginados, ancianos,
desvalidos, los niños y niñas, las luchas contra estructuras sociales injustas,
buscando sociedades más justas y humanas, las luchas por la universalización de
la educación, la salud y el bienestar, la lucha contra la pobreza y opresión, la
preservación del medio ambiente, buscando ambientes más ecológicos y más
sanos, desde la perspectiva de la voluntad de Dios.
Estos modelos o formas son respuestas a la conciencia cristiana buscando la
presencia y manifestación del reino de Dios.
Podemos citar muchos héroes de la fe, producto de las luchas sociales, tales como
El General San Martín, Simón Bolívar, Ramón Castilla, Lutero, Calvino, Juan
Wesley, Martin Luther King, Indira Gandhi, etc.
III. Buscando nuestro modelos de Servicio y acción Social
La Iglesia siempre ha sido y debe ser creativa, innovadora, valiente y persistente
para dar respuestas a las necesidades y aspiraciones de las personas, grupos
sociales y sociedades, aquí expondremos algunas formas que pueden servir para
nuestros tiempos.
Es trabajar por un mundo mejor, una sociedad mas justa y humana, donde la
plenitud de vida se una realidad para todos
IV. CONCLUSION
¿Cómo podemos contribuir con el propósito de Jesucristo que dijo: “Yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:10