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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


U.E.N. “José Melecio Camacho”
1er Año Sección “C”
El Socorro – Estado Guárico.

Docente:

El Socorro, Abril 2016


Introducción

El Guión dramático que se presenta a continuación está basado, con algunas


adaptaciones, en la parábola denominada “La Mesita de la Abuela, escrita por los
Hermanos Grimm con la finalidad de hacer reflexionar sobre la importancia del
respeto como valor humano fundamental para una mejor convivencia, sobre todo el
respeto que debemos tener hacia los ancianos.
PERSONAJES ACTORES

Anciana Emily Navarro

Hija Nohelia Matos

Hijo mayor Samuel Toro

Hijo menor José Zúnico

Nuera Keyla Infante

Niña Valeria Barciela


Escenografía:

 Ambiente:
 Sala de capilla velatorio
 Sala comedor de una casa

 Utilería:
 Ataúd de cartón
 Sillas y mesas
 Mantel
 Jarrón con flores
 Vajilla
 Tablas de madera y martillo

 Vestuario:
Vestimenta característica de una anciana y ropa casual acorde con el personajes
para el resto de los actores.
EL RESPETO COMO VALOR HUMANO
(Guión Dramático)

Narrador: Una anciana que había vivido toda la vida con su marido cuando estaba
próxima a cumplir los 80 años pierde a su esposo quedando viuda y sola. Sumida en
la tristeza decide llamar a sus hijos a los cuales no veía hace mucho tiempo, pues se
habían independizado.

Anciana: -¡Dios mío se me fue mi compañero!, me he quedado sola, ahora que va a


ser de mí. Tendré que llamar a mis hijos.
- Aló, buenos días hijo, disculpa que te moleste, es para avisarte que tu padre murió,
por favor avísale a tus hermanos, se fue mi viejo me quedé sola.

Narrador: Los hijos quienes tenían mucho tiempo sin ver a sus padres, asistieron al
velorio del anciano y al ver a su madre desconsolada porque había quedado sola, se
reunieron para decidir qué hacer. Todos estuvieron de acuerdo en que no podían
dejarla sola, pero ninguno quería asumir la responsabilidad de cuidarla.

Hija:- Que vamos hacer con mi mamá, no podemos dejarla sola, pero si la llevamos a
un ancianato hay que pagar y yo no puedo porque la plata no me alcanza, además
vamos a caer en boca de todo el mundo, y yo desde una vez aclaro que mi casa es
muy pequeña y no tengo espacio para tenerla, como dice el dicho: “no hay cama pa’
tanta gente”.

Hijo mayor:- Yo menos que menos puedo cargar con mi amá, pues ni casa tengo,
vivo solo en una pieza alquilao y papeo en la calle. Además quién va a cuidar a la
vieja mientras yo chambeo y los fines de semana de rumba y esparcimiento. Ah y yo
tampoco tengo biyuyo pal ancianato porque los churupos no alcanzan, la vaina está
crítica y pelua.
Hijo menor:- Esto se oye y no se cree, ustedes hablan de mi mamá como si fuera un
estorbo y no es así, es injusto que se quede sola, debemos encontrar una solución ya
que no quieren colaborar para tenerla en una casa de reposo.

Hija: - Bueno hermano la solución está en tus manos, llévatela tú y nosotros la


visitamos de vez en cuando.

Hijo mayor:- ¡Brother! ese es el golpe que rinde, carga con la vieja tú que tienes un
caserón y ganas burda e billete, estas acomadao.

Hijo menor:- Si dependiera de mí nada más no dudaría en llevármela a mí casa, pero


mi mujer es muy obstinada y delicada, todo le molesta, ella no va a estar de acuerdo.

Hija: - Y ¿quién es ella para decidir?, esa casa también es tuya, además el que trabaja
y hace los reales eres tú.

Hijo mayor:- A pues, salió palomino el hombre lo gobierna la muje. Debes imponer
carácter brother y enseñarle a la cuña que tú eres el chivo que más mea en esa casa,
por lo tanto, tú decides.

Narrador: Ya estaban a punto de discutir cuando intervino la nieta de la anciana, la


hija consentida del hijo menor quien estaba oyendo la conversación.

Niña: - Papá yo quiero que mi abuelita vaya a vivir en nuestra casa, por favor papito
sí, sí, sí.

Hijo menor:- No creo que a tu mamá le agrade la idea, debemos preguntarle.


Niña:- Anda papito compláceme si, la abuelita me hará compañía, yo me la paso
solita y triste.

Narrador: Al hijo menor de la anciana no le quedo más remedio que aceptar llevarse
a la abuela a vivir con ellos, al verlos llegar la nuera de la anciana comentó:

Nuera: -Éramos muchos y parió la abuela, y esto? espero que no haya venido para
quedarse.

Niña:- Mi abuelita se queda, va a vivir con nosotros porque se quedó solita, vente
abuela conmigo.

Hijo menor:- La niña insistió en que la trajera a vivir aquí y yo no pude negarme,
además es mi mamá.

Nuera: - Ojalá que no vaya a ser un estorbo.

Narrador: Desde la muerte de su esposo el ánimo de la anciana había decaído mucho


y su salud se deterioraba rápidamente, no veía ni oía bien y las manos le temblaban
continuamente. La nuera se quejaba constantemente a su marido.

Nuera:- Tu mamá cada día está más torpe, todo se le cae de las manos, ensucia el
piso y tropieza todo.

Hijo menor:- Si, yo sé mi mamá es torpe y achacosa, pero la niña está encariñada
con ella.
Narrador: Un día a la hora del almuerzo, al intentar sentarse en la mesa la anciana
tropezó y volcó la sopa sobre el mantel nuevo de su nuera, ésta molesta la sacudió por
los hombros y le gritó.

Nuera:- No sea tan torpe e inútil, tiene idea de lo que costó ese mantel, ahora no
sirve.
Hijo menor:- Mamá porque no te fijas por donde caminas tumbaste todo.

Narrador: La anciana rompió en llanto y pidió disculpa a su nuera y a su hijo:

Anciana:- Discúlpenme por favor, lo siento mucho, no fue mi intención, perdí el


equilibrio, soy una vieja torpe.

Nuera: - Menos mal que lo reconoce, desde mañana va a comer en la mesa vieja que
está en aquel rincón porque me va a dañar el comedor y es una decisión tomada.

Hijo menor:- Está bien, lo que tú digas a partir de mañana mi mamá comerá en el
rincón.

Narrador: La niña que observaba las injusticias y el maltrato que sus padres le daban
a su abuelita la consolaba diciéndole.

Niña: - Tranquila abuelita no llores, que yo si te quiero mucho, tu eres mi abuela


adorada, por eso te doy abrazos y besos.

Narrador: Al día siguiente al llegar del trabajo el padre encontró a su hija


construyendo algo con trozos de madera y un martillo, con curiosidad le preguntó.

Hijo menor: - ¿Qué estás haciendo mi niña linda?


Niña: -Estoy haciendo algo especial para ti y para mamá.

Hijo menor: -¡Qué lindo mi amor! ¿Nos vas hacer un regalo?

Niña: No, estoy haciendo una mesita para que tú y mamá coman en el rincón de mi
casa cuando estén viejos.

Narrador: Al oír hablar así a su hija al hombre se le borró la alegría del rostro, se le
encogió el corazón y fue a contarle a su esposa con lágrimas en los ojos lo que la niña
acababa de decir.

Hijo menor:- Nuestra hija ha visto lo injusto que hemos sido todo este tiempo con mi
mamá, por eso actúa de esa manera. Hemos hecho mal, estoy arrepentido.

Nuera:-Si, ella a pesar de ser pequeña se dio cuenta del maltrato que le hemos dado,
no le hemos tenido paciencia, que Dios nos perdone.

Narrador: Al darse cuenta de la injusticia y el maltrato que le habían dado a la


anciana, los esposos arrepentidos pidieron disculpas a la anciana. Desde entonces
volvió a tener su lugar en la mesa y fue tratada con amor, respeto y tolerancia.

Moraleja
“Respetemos a los ancianos, tratemos a los demás con la misma consideración
con que nos gustaría ser tratados, ya que nadie es lo suficientemente viejo,
pequeño o pobre para ser ignorado. Cumplamos a cabalidad el mandamiento de
Dios nuestro rey celestial “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

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