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chivo Planeta Colombiana.

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Investigación gráfíca: Juan David Giraldo
Asistente: Ignacio Gómez Gómez
Fotografía: Jorge Ernesto Bautista, Luis Gaitán (Lunga), Arturo Jaramülo, Guillermo
Meló, Oscar Monsalve, Jorge Mario Muñera, Vicky Ospina, Garios Rodríguez, Fer-
nando Urbina.
Producción: Oscar Flórez Herreño
Impreso y Encuadernado por: Editorial Printer Colombiana Ltda.

©PLANETA COLOMBIANA EDITORIAL S.A., 1989


Calle 31, No. 6-41, Piso 18, Bogotá, D.E. Colombia

ISBN (obra completa) 958-614-251-5


ISBN (este volumen) 958-614-257-4

La responsabilidad sobre las opiniones expresadas en los diferentes capítulos de esta


obra corresponde a sus respectivos autores.
Capítulo 13 257

La medicina colombiana
de la Regeneración a los años de
la segunda guerra mundial
N é s t o r M i r a n d a Cana!
Por obvias razones de importancia y
de espacio nos interesa la medicina
científica, la que hoy se enseña en las
Antecedentes escuelas y facultades y se practica en
los hospitales, clínicas, puestos de sa-

D esde el momento mismo en que lud y consultorios privados. El núcleo


aparecen las sociedades huma- originario de esta medicina se dio en
nas los hombres han tenido que en- la Grecia de los siglos v y iv a.C.,
frentarse al dolor y a la muerte, es de- cuando los médicos hipocráticos le
cir, han tenido que hacer medicina. La aplicaron al estudio de la salud y de la
medicina o, mejor, las medicinas tie- enfermedad el método que los filóso-
nen una larga historia que se confunde fos pre-socráticos habían aplicado al
con la de las sociedades y se pierde en estudio de la naturaleza con el pro-
la noche de los tiempos. Nuestras so- pósito de comprender su origen, su
ciedades precolombinas tuvieron su forma, su composición y su dinámica.
propia medicina acorde con el nivel de Desde ese momento la medicina ac-
su desarrollo cultural, económico y cedió al nivel técnico, se convirtió en
político. Algo de ella queda en las tri- una íeckné (ars en latín) y comenzó su
bus indígenas que lograron sobrevivir ya largo recorrido a través de la lla-
y en algunas de las prácticas y concep- mada civilización occidental, transfor-
ciones médicas populares de nuestra mándose en cada una de sus etapas
sociedad mestiza. Los conquistadores, (Imperio Romano, Edad Media, Re-
por su parte, trajeron también su me- nacimiento, Barroco e Ilustración)
dicina, mezcla de tradiciones popula- hasta llegar al siglo xix, cuando se pro-
res europeas y árabes y de los saberes duce el viraje definitivo con el surgi-
médicos «cultos» constituidos sobre la miento de las tres grandes mentalida-
base del llamado pensamiento racio- des médicas modernas (anatomoclíni-
nal que tuvo su origen en la Grecia ca, fisiopatológica y etiopatológica),
clásica. Algo de esta medicina de los que marcan la tendencia irreversible
conquistadores queda también en la de esta medicina a apoyar sus opera-
medicina popular de nuestras ciudades ciones prácticas y sus interpretaciones
y de nuestros campos. teóricas en las ciencias físicas y natu-
258 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

que deben observarse en la práctica de


la inoculación de ¡as viruelas, del mis-
mo año) y, sobre todo, con su magis-
terio concretado en los primeros pla-
nes de educación médica elaborados
junto con Miguel de Isla (en 1802 y
1805), creó las condiciones para la en-
tronización de la medicina' científica.
En este proceso muchas de nuestras
tradiciones autóctonas se perdieron o
se subestimaron, hasta hoy en día,
pero a su vez nuestra medicina ganó
en capacidad explicativa y en posibi-
lidades efectivas de intervención te-
rapéutica y preventiva.
Los azarosos años de la Indepen-
dencia obligaron a los escasos médicos
formados dentro del nuevo espíritu
mutisiano a desplazarse al frente como
médicos militares, cuando no como
combatientes. Todos los esfuerzos de
la medicina de esta época se centran
en el campo de batalla; las poblacio-
nes quedan inermes frente a la enfer-
medad, y la educación médica prácti-
camente desaparece. Con el adveni-
miento de la Gran Colombia se creó
la Universidad Central de Santafé, en
1826, y se reorganizaron los estudios
médicos. En medicina, como en otros
campos, nuestra mirada se dirigió a
José Celestino Mutis, rales y en las disciplinas propiamente Inglaterra y, en especial, a Francia.
introductor de la médicas que poco a poco se van cons- En este último país se estaba gestan-
medicina científica tituyendo. do por esta época una gran transfor-
e ilustrada en el país,
en la segunda mitad Esta línea que conduce a la medi- mación médica en las universidades
del siglo XV//L cina científica del siglo xix es intro- y en los hospitales reformados por la
ducida en nuestro país por José Celes- Revolución francesa. A nuestro terri-
Miguel de Isla tino Mutis, en la versión de la medi- torio llegaron por diferentes vías al-
elaboró con Mutis un cina y la cirugía ilustradas en España. gunos médicos ingleses (Davoren,
plan de esludios
médicos y fundó en IH02
Hasta el momento de su llegada a es- Dudley, Cheyne y otros) y franceses
¡a primera escuela de tas tierras (1760), los intentos que se (Broc, Dasté, RouHn, Rampon, Villa-
Medicina en el Colegio habían hecho para crear cátedras de ret y De Laloubie) en los años inme-
Maxor del Rosario. medicina en el virreinato, especial- diatamente posteriores a la Indepen-
mente en Santafé, habían sido infruc- dencia. Los ingleses trajeron las ideas
tuosos y la medicina que se practicaba de escocés John Brown (1735-1788) y
para enfrentar los problemas de salud los franceses las de su continuador y
correspondía en lo fundamental a opositor al mismo tiempo, Frangois
aquellas versiones indígena, mestiza y Joseph Víctor Broussais (1772-1838),
conquistadora. Mutis, por intermedio dando origen a la polémica entre estas
de sus acciones concretas como mé- dos escuelas, como sucedió en Europa
dico privado y «salubrista» (por ejem- y en toda Latinoamérica. Las orien-
plo con su Método general para curar taciones del plan de estudios médicos
las viruelas, publicado en 1782, y sus de 1826 así como los textos utilizados
Instrucciones sobre las precauciones eran fundamentalmente franceses.
1

Capítulo 13 259

con el dominio de la «medicina fisio- sistema de enseñanza libre al lado de


lógica» de Broussais. Por los resqui- un médico experto y de prestigio, o
cios que dejaba la «dictadura» de este viajando al exterior para ingresar en
fogoso revolucionario se iba filtrando una facultad médica reconocida. Si-
lentamente la primera de las tres gran- guiendo con la tradición inaugurada
des mentalidades médicas modernas, en los años de la Independencia y te-
la mentalidad anatomoclínica, tam- niendo en cuenta los sorprendentes lo-
bién llamada medicina hospitalaria, gros de la medicina francesa, París, «el
porque se gestó en los hospitales fran- cerebro del mundo» —como la lla-
ceses, lo cual, a su vez, determinó que mara nuestro primer historiador de la
se le llamase igualmente «clínica fran- medicina, el doctor Pedro María Ibá-
cesa». ñez, en 188^^— fue el sitio más apete- Ninian Ricardo Cheyne
En el período que va de la Gran Co- cido. Allí se formaron los médicos que (¡798-1892), médico
habrían de producir un importante vi- escocés ¡legado a
lombia a la Regeneración (1881) nues- Colombia durante la
tro país vivió serios problemas de sa- raje en nuestra medicina, en la década Independencia.
lud frente a los cuales los diferentes de los años sesenta del siglo pasado, y En el período, llegaron
gobiernos trataron de diseñar políticas que habrían de «naturalizar» la men- al país médicos
y acciones concretas de alcance cier- taUdad anatomoclínica en el país. británicos y franceses
que trajeron las ideas
tamente limitado. A los problemas de- de John Brown
rivados del lamentable estado nutri- E l viraje de la década de 1860: y de Broussais.
cional de la mayor parte de nuestra la Universidad Nacional
población, de los deficientes servicios
piíblicos (alcantarillados, acueductos, Dentro de este grupo de médicos,
recolección de basuras, disposición de cuya actividad se va a proyectar hasta
los cementerios, hospitales, etc.) y de el siglo X X , se pueden mencionar, en-
la escasa información sobre higiene tre otros, los nombres de Rafael Ro-
privada y social, se sumaron las epi- cha Castilla, Antonio Vargas Vega,
demias recurrentes de viruela, fiebre Manuel Plana Azuero, José María
tifoidea, tifo exantemático, etc., ade- Buendía, Liborio Zerda, Andrés Ma-
más de las consabidas disenterías ami- ría Pardo, Librado Rivas, el joven Ni- Pedro María Ibáñez
bianas o bacilares, las enfermedades colás Osorio y Antonio Vargas Reyes. (¡854-1919). médico
tropicales, las enfermedades traídas Este último, el más activo y prolífico, formado en la escuela
por los colonizadores y que encontra- fue la cabeza del grupo. Era originario francesa y primer
ron una población desprovista de de- historiador de la
de Santander y había viajado a París medicina en Colombia,
fensas inmunitarias (tuberculosis, le- para rehacer prácticamente toda su ca- con su libro "Memorias
pras y la tan discutida sífilis) y las afec- rrera. Allí siguió los cursos de los más para la historia de la
ciones traumáticas derivadas de nues- destacados clínicos y cirujanos fran- medicina en Santafé
tras tan inciviles guerras del siglo pa- ceses de la época, durante los años de de Bogotá". Fue
sado. Uno de los problemas más también académico
1842 a 1847. A su regreso inició una y periodista, redactor
graves se relacionaba con la dificultad intensa labor médica, docente, publi- del "Boletín de
que existió para mantener un progra- cista y organizativa. En 1852, con Historia y Antigüedades"
ma sostenido y coherente para la for- otros de los ya citados, inició la publi- y colaborador de
mación de médicos. La Universidad cación de La Lanceta, periódico de la "Revista Médica".
Central se vio envuelta en los serios medicina, cirugía, historia natural,
desajustes institucionales de nuestros química y farmacia, del cual sólo sa-
primeros cuarenta años de vida inde- lieron a circulación seis números,
pendiente. La ley del 15 de mayo de «porque comprendimos que nuestra
1850 vino con sus brutales decisiones labor no estaba al alcance de las exi-
de «suprímense las universidades» y gencias del país». Doce años después,
«el grado o título científico no será ne- en 1864, los mismos editores volvieron
cesario para ejercer profesiones cien- a la carga, esta vez con la Gaceta Mé-
tíficas» a coronar la caótica situación. dica de Colombia, la cual se sostuvo
En estas condiciones, la formación se durante tres años consecutivos y logró
hacía un tanto empíricamente, por el abrirle el paso a la literatura médica
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

de la Junta Central de Higiene, y va-


A'. 1. = llogolá 17 de Abril de 1852. Año í. rias otras. Hacia 1887 aparecen los
Anales de la Academia de Medicina
de Medellín y el Boletín Médico del
Cauca.
Vargas Reyes y sus colegas se lan-
PEBIODIOO DI! UeX>lCINA,CIR{IJ[A,HI8T0BU NATURAL(,»JIHICA I FARMACIA. zan a la empresa de fundar una escue-
la de medicina para poner término a
la caótica situación existente en el
bln. U « l e o d » 1 Isa mMla» in ••>• Kndirliwi •dunllda,!
campo de la formación médica, sobre
>bM(i>cl«i I éc HU HnllniMlUi flJinlrduk^.,
i«(Mcliir<n.UH.w I».
i:.iÍ..I-,l„«,..:...k<«c).riA.UH
«ii»i.[i.iu«i..:i- wdilir.T.iii todo a raíz de la ley de libertad de en-
• juicMdc \ nd.-iuli^iM.. n t ^ u v . N o .
cIlD». I .uliaOi u.a uuirtin a.a, un
d«™ d e l . l . p l U l l l « Í J . . p i u i i , a l ^ i , i„ señanza de 1850. La Gaceta Médica de
« n t c f c . ™ q.c dirijln k - pri£_>r^ b.,
i M p l u k i , j - I c i r n u k » cviUin use x r c k i i n i
Colombia les sirvió de vehículo para
I>JIIIEIIIIHI|II>>«III
¡ t k l d u u . m l i ' lu. olJrf.Hdc « l e « r ; ; ^ K . . .
agitar y promover la idea que final-
« l l » . d . r í l , JB.thlud ,„.Kd.>di... > lí.*.t«,>- .
sin dula el iueubHmbiilii rt. urríidu niw m^dk-in, Vf caMr-lIfeu» iiiii.-diMi FcmMir I K J . "
I » . H>ll<laMlnnnii.iibi In KTIHI»! do •leí- iflnllT». • h« lr.l..¡„..l, .u. g| ,(„ „ . i .
mente cristalizó con la apertura de
1.a l.<*iii>eta- i.^:.OOlMim, CK^]\i.^ l.f<-IU.-H. .'U..ll'lu fH
i f l . l . .Il.llif 1.. .ll.>m:.rÍL..., . .....
cursos en 1865. La presencia de esta
escuela y el debate que sobre la edu-
cación profesional, y médica en par-
Primer número de periódica colombiana. En 1870 apa- ticular, se estaba dando por estos años
"La Lanceta". periódico reció la Revista Científica e Industrial, contribuyeron, junto a otros factores,
mensual de medicina,
en 1873 la Revista Médica de Bogotá, para que se crease la Universidad Na-
cirugía, historia
órgano de gran trayectoria y pertene- cional de los Estados Unidos de Co-
natural, química y
farmacia, publicado ciente a la Sociedad de Medicina y lombia (Ley del 22 de septiembre de
en 1852, pionero de Ciencias Naturales (fundada en el mis- 1867), siendo presidente el médico y
las publicaciones mo año y que debería dar origen a general Santos Acosta. La Universi-
médicas en Colombia, dad Nacional y su Escuela de Medi-
aunque sólo tuvo
nuestra actual Academia de Medici-
seis entregas. na), hacia 1890 la Revista de Higiene, cina abrieron sus puertas en 1868 y,
por su parte, la escuela privada de
Vargas Reyes las cerró en medio de
una agria polémica que terminó con el
traslado de sus estudiantes y profeso-
REVISTA MEDICA. res al nuevo centro universitario. El
propio Antonio Vargas Reyes fue el
.•íi>>liiri..T- - S [1.,! )LA'.) l J - . ' l l ! l O
primer decano (o rector, como se le
pKlii^; V i l i , ; ji..a,.i„, r . . i . .-.i i.. •.•!•*!.
llamaba entonces) de la Escuela de
Medicina de la Universidad Nacional.
•fUXT\K \.í)< HKlM{|-SI-;.VnNT|.;s lií-. I, \; i-, S,' \ Desde ese momento el país habrá de
contar con un centro de enseñanza
médica permanente, a pesar de todas
1 I las dificultades que desde su fundación
Una portada de ha debido sortear. Sobre sus orienta-
"Revista Médica". ciones, hasta hace pocos años y con es-
fundada en ¡873 casas excepciones, se modelarían las
y órgano de la i) t V \
Sociedad de Medicina e y 1 1 1 l1 L otras facultades de medicina.
y Ciencias Naturales, 1> í/ i
\ H
leí / f V
\U-A-.v<^i En Antioquia se dio un proceso un
origen de la actual 1» f i
i.íu (1,1,-,.
\>m<. tanto similar al de la capital. Influen-
Academia de Medicina. 1 \ !>. -M,

El número reproducido, cia de Brown y de Broussais, presen-


1K»!;oi,ii.
de julio 24 de ¡883,
1*. Miíüiirl l!ríi-ifi<i. en i.'|irc>'-tilíl'''i' . '•
cia de algunos médicos extranjeros
da cuenta de una junta (ingleses y franceses, además de al-
de representantes de ií, M u r í a l,iu¡,iii.>. O r , " , . y h . .1 • •.' ,•

prensa, a la cual
gunos latinoamericanos), hasta que
concurrió el doctor n .1. l^nM (.. , • , \ progresivamente se fue conformando
Nicolás Osorio. como
l ' J . l f .< I l.ic;,.:, ,:•
i;^
- I..
- K.
I, I
K .
un «cuerpo médico» antioqueño, por
redactor de nacimiento o por adopción, y se fue-
"Revista Médica". ron dando las condiciones para que
Capítulo 13 261

apareciese la Facultad de Medicina de dial, para desplazar a la medicina hos-


la Universidad de Antioquia, si bien pitalaria francesa de manera nítida en
con mayores dificultades y altibajos los ? Jos de la segunda posguerra. Este
que los que se presentaron en Bogotá. relevo se da, naturalmente, en medio
En 1887 se funda la Academia de Me- de los cambios históricos que se pro-
dicina de Medellín y se empieza a pu- ducen a nivel nacional e internacional
blicar su órgano periódico, los cono- en las primeras décadas del presente
cidos Anales de la Academia de Me- siglo.
dicina de Medellín. Sería prolijo enu- Para la mentaUdad anatomoclínica,
merar los médicos antioqueños de esta la enfermedad consiste básicamente
segunda mitad del siglo pasado, pero en la lesión de una parte localizada del
al lado de la figura central de Manuel cuerpo: órgano, tejido (Bichat) o cé- José Ignacio Quevedo
Uribe Ángel —autor de un interesante lulas (Virchow). La lesión no es otra y Amaya, médico
trabajo sore la medicina en Antio- del general Santander.
cosa que la alteración de la forma y de y realizador
quia— se pueden mencionar los nom- la estructura de la parte afectada, lo de la primera
bres de José Ignacio y Tomás Queve- cual puede conllevar una alteración en iperación cesárea
do, Aureliano Posada, Juan de D. la función que dicha parte cumple. Por en 1844.
Uribe, Justiniano Montoya, Ricardo ejemplo, una alteración en la forma y Figura representativa
Rodríguez, Hipólito González Uribe, de la medicina durante
en la estructura del hígado puede te- el siglo XIX.
Manuel V. de la Roche, Pedro Estra- ner como consecuencia una alteración
da, Francisco Uribe y Andrés Posada en la producción de bilis y por tanto
Arango. Y la lista, obviamente, se en la función digestiva; pero esto es lo
queda corta. secundario, lo posterior; lo primario
es la alteración anatómica. Para poder
E l primer plan de estudios reconocer las enfermedades, el médi-
co debe detectar las diferentes altera-
de la Universidad Nacional (1868)
ciones que se producen en el tamaño,
En la elaboración del primer plan de el color, el sabor, el olor y la consis-
estudios médicos de la Universidad tencia de los órganos, los tejidos y las El general Santos
Nacional jugó un destacado papel An- células (con la intervención del mi- Acosta Castillo, único
croscopio). Ese conocimiento lo da la médico que ha sido
tonio Vargas Vega, estrecho colabo- presidente de Colombia
rador de Antonio Vargas Reyes en las anatomía patológica, disciplina que se (1867-1868). Durante
empresas educativas y periodísticas de constituyó mediante la acumulación y su gobierno promulgó
estos años. La base teórica de este la sistematización de los datos obte- la ley de 22 de
plan fue la llamada mentalidad ana- nidos por las observaciones efectuadas septiembre de 1867 que
creó la Universidad
tomoclínica. Su predominio dentro de sobre miles y miles de cadáveres en el
Nacional de los Estados
los planes de estudios médicos en Co- curso de las necropsias. Para poder Unidos de Colombia
lombia y sobre las mentes de los mé- diagnosticar, el médico debe conocer y su Escuela de
dicos nacionales será claro hasta co- las manifestaciones exteriores en las Medicina, que abrió
cuales se «traducen» las lesiones inter- sus puertas en ¡868,
mienzos del presente siglo cuando em- bajo la rectoría del
piezan a arraigar las otras dos menta- nas, es decir, los síntomas y los signos médico Antonio
lidades médicas modernas, la fisiopa- físicos que expresa o presenta el pa- Vargas Reyes.
tológica y la etiopatológica que, en su ciente. Tal conocimiento, proporcio-
conjunto, forman la medicina de la- nado por la semiología, se constituyó
boratorio, llamada así por cuanto su trabajando sobre «la realidad dolien-
espacio de gestación y de trabajo es el te» del enfermo en vida, y ya no sobre
laboratorio. Esta medicina de labora- el cadáver, como lo hacía la anatomía
torio, a la cual aportó también nota- patológica. La semiología desarrolló
blemente Francia, con los trabajos de una serie de técnicas que le permiten
Claude Bernard y de Louis Pasteur, cumplir el diagnóstico: además de la
por ejemplo, será la encargada de observación y e! interrogatorio del en-
abrirle paso a la medicina norteame- fermo, la palpación de su cuerpo (tac-
ricana que comienza a influir entre no- to), la percusión (tacto y oído: obten-
sotros desde la primera guerra mun- ción de ruidos artificiales mediante
262 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

Lección de anatomía
en Medellín, 1892.
foto de Melitón
Rodríguez. La Academia
de Medicina de esa
ciudad había sido
fundada eñ ¡887.

golpes dados por el médico con la cara Primer año: anatomía general e his-
anterior de los dedos sobre el cuerpo tología, clase primera de anatomía es-
del paciente, técnica perfeccionada pecial y fisiología.
por el médico de Napoleón, Jean-Ni- Segundo año: clase segunda de ana-
colas Corvisa a partir de los trabajos tomía especial, patología general y pe-
del vienes Leopold von Auenbrug- queña cirugía, patología interna y ana-
ger), y la auscultación (oído: ruidos tomía patológica.
espontáneos emitidos por el organis- Tercer año: farmacia, materia mé-
mo del enfermo y recogidos mediante dica y terapéutica, patología externa,
el gran invento de Laennec, el este- anatomía topográfica y medicina ope-
toscopio). Éstas fueron las técnicas ratoria.
básicas que permitieron constituir la Cuarto año: obstetricia y patología
semiología en la primera mitad del si- especial de las mujeres y de los niños,
glo X I X . Naturalmente, después se die- higiene pública general y especial del
ron otros desarrollos que no son del país e higiene privada.
caso detallar. El método anatomoclí- Se fijaron, además, tres clases de
nico consistía es saber relacionar los clínica: interna, externa y de obste-
datos de la semiología con aquellos tricia.
que se esperaba encontrar en la au- De los catorce cursos contemplados
topsia o en el procedimiento quirúr- en este primer plan, cinco estaban di-
gico. Esta medicina, llamada después rectamente relacionados con la ana-
por sus críticos «medicina de obser- tomía y deberían realizarse «sobre los
vación», encontró sus fundamentos fi- cadáveres», aun cuando en la práctica
losóficos en el sensualismo de Destutt esto no siempre funcionaba. La ana-
de Tracy y de Condillac, tan en boga toniía patológica aparecía como ma-
en el siglo xix en nuestro país. teria particular, la cual había sido in-
El programa con el cual inició la- troducida oficialmente por el francés
bores la Escuela de Medicina de la Eugéne Rampon en 1844 en la Uni-
Universidad Nacional se fijó por el de- versidad Central. Las patologías y las
creto orgánico del día 13 de enero clínicas se concebían dentro de la clá-
de 1868: sica orientación de la medicina hospi-
I
263

ia y en ellas, en especial en las se- Penosas, amargas, difíciles tareas:


i, se enseñaba la semiología, combate contra los obstáculos, caren-
aparecerá como materia inde- cia de recursos, valor personal y algún
iente —para luego volver a fun- entusiasmo por seguir adelante for-
con las clínicas— en la reforma man un grupo de circunstancias con-
1881, durante el primer gobierno soladoras unas y aflictivas otras; pero
Núñez. Los aspirantes a ingresar a de ese conjunto surge la idea de que
:ina deberían haber cursado el el proyecto está iniciado, de que la la-
llerato en filosofía y letras y el bor se prosigue y de que el porvenir
:r año de la Escuela de Ciencias parece querer franquear la puerta por
rales. donde se penetra en el santuario de la
ciencia». Luego enumera todo lo que
I medicina de la Regeneración: hace falta para que la medicina logre
primer gobierno de Núñez a desarrollarse efectivamente: anfitea-
tael Reyes tros anatómicos, pabellones quirúrgi-
cos, práctica de las vivisecciones, la-
Begar por primera vez al poder Ra- boratorios químicos, bibliotecas, co-
Núñez (1880), el país se encuentra lecciones de historia natural, reunio-
un panorama más o menos claro nes académicas y, para Antioquia con-
lio que se refiere a la medicina como cretamente, la necesidad de una es-
lización y formación profesiona- cuela permanente de medicina. Es de-
Como ya se dijo, existe la Socie- cir, las bases estaban sentadas desde
de Medicina y Ciencias Naturales los años sesenta del siglo pasado, pero
Bogotá (fundada en 1873), que se las necesidades eran enormes y las po-
vertirá en la Academia Nacional sibilidades de superarlas bien escasas
Medicina, y que será no sólo el nú- teniendo en cuenta las precarias con-
centralizador de los intereses diciones, de todo orden, en que se en-
itíficos y profesionales de los mé- contraba el país en vísperas de la Re-
sino también el órgano consul- generación.
por excelencia de los gobiernos en Desde 1881 los gobiernos de la Re-
:ria de salud. Existen publicacio- generación legislan con insistencia so-
médicas que sirven de vehículo de bre la educación, la universidad y,
iión, presión y difusión de los también, la enseñanza médica. Su pro-
itos médicos y de salud pública. Y pósito, consolidado a partir de la
te un plan de formación médica Constitución de 1886, es poner la edu-
¡rente, con una orientación defi- cación bajo el directo control del eje-
y relativamente adecuado a las cutivo. Para el caso de los estudios
liciones concretas del país en ese médicos —y luego para toda la edu-
lento. cación— juega un importante papel el
En Antioquia la educación médica doctor Liborio Zerda, rector durante
realiza con altibajos, pero de todas varios años de la Escuela de Medicina
:ras con mejores resultados que y Ciencias Naturales y, posteriormen-
que esporádicamente se logran en te, ministro de Instrucción Pública en
centros como Cartagena y Po- la década de los años noventa. Zerda,
1. El doctor Manuel Uribe Angel además de médico, se desempeñó co-
—precisamente hacia 1880— un mo químico e incursionó en los do-
para Antioquia que bien puede minios de la etnología. Realizó estu-
ampliado a todo el país: «Nunca he dios sobre uno de los problemas de sa-
que la medicina se halle en un lud pública que más ha preocupado a
ite pie entre nosotros. Sólo he los médicos y a los estadistas colom-
comprender que la lucha entre bianos —desde Bolívar—, el del «chi-
inorancia anterior y las aspiracio- chismo». Zerda escribió un Estudio
a una perfección relativa se en- químico, patológico e higiénico de la
itra establecida definitivamente. chicha, bebida popular en Colombia,
264 Nueva Historia de Colombia. Vol. ¡V

Manuel Uribe Angel mismo Tapia, y se decide que sea uti-


í¡822-1904). figura
central de la medicina
lizado en clínica a pedido de los mé-
antioqueña durante la dicos, y no sólo para la enseñanza. Las
segunda mitad del primeras materias de la medicina de
siglo X¡X laboratorio que aparecen en el pén-
(Dibujo de Alberto sum son las que sustentan la mentali-
Urdaneta. ¡88¡). dad etiopatológica (micrografía, bac-
teriología y toxicología), mentalidad
ésta que concibe la enfermedad como
el producto de la introducción en el
organismo de un agente vivo (virus,
bacteria), químico o físico. Es la men-
talidad que surge a partir de los deci-
sivos trabajos de Pasteur y Koch, en-
tre otros. La otra componente de la
medicina de laboratorio, la mentali-
dad fisiopatológica. tardará un poco
más en penetrar, como sucedió en ia
misma Europa y los Estados Unidos.
En la reforma de 1881. además de
la cátedra de sifilografía (que ilustra
sobre la importancia de esta enfer-
medad en aquellos años), se introduce
un curso facultativo de homeopatía,
muy difundido. Este problema del seguramente por influencia directa del
«chichismo» sólo se logró erradicar a propio Núñez. Ésta fue una de las
mediados del presente siglo bajo la di- «medicinas paralelas» que más tem-
rección del doctor Jorge Bejarano. pranamente penetró en el país, pues
Liborio Zerda
(IS33-¡9¡9). Las diferentes reformas que se in- ya en la década de los años sesenta del
rector de la Escuela trodujeron en el plan de estudios de siglo pasado tenía sus órganos de di-
de Medicina y Ciencias medicina durante estos años (1880- fusión {La homeopatía) y polemizaba
Naturales, ministro de 1904) no variaron su orientación ana- con los cultores de la medicina cien-
¡nslrucción Pública
tomoclínica básica. Pero sí se tomaron tífica, bajo la batuta del doctor Pere-
en la última década
del siglo pasado, algunas medidas que representan los grino Sanmiguel. Este «hombre pro-
médico, químico, primeros balbuceos de la medicina de videncial» fue un decidido partidario
etnólogo y autor del laboratorio, especialmente en lo que de esta clase de medicina —como lo
"Estudio químico, fuera Rafael Pombo, panegirista lírico
se relaciona con ia componente etio-
patológico e higiénico
de la chicha, bebida patológica. Se crean cátedras de bac- del fundador de la misma, Samuel
popular en Colombia". teriología y micrografía, siendo uno de Hahnemann, y presidente honorario
sobre esc preocupante los primeros titulares de la primera el de la Sociedad Homeopática de Co-
problema de la .salud doctor Epifanio Combariza. En 1893 lombia—. La homeopatía incluirá,
pública nacional. años más tarde, un epígrafe debido a
se establece que bacteriología se dicte
junto a micrografía, pues antes esta úl- Núñez y que reza así: «Cada vez com-
tima se dictaba con anatomía e histo- prendo mejor y venero más a Hah-
logía, lo cual indica que el microscopio nemann, que descubrió el derrotero
se usaba básicamente en un sentido de la verdad médica como Colón el del
anatómico. Ahora es utilizado en el Nuevo Mundo. La homeopatía hace
análisis de sustancias y en la búsqueda visible lo invisible.»
de micro-organismos. Bajo la direc-
ción de Francisco Tapia se crea un la- Algunas enfermedades
boratorio en la Universidad Nacional
el cual en 1900 —al calor de la guerra y algunos médicos
de los Mil Días— pasa al Hospital San Los médicos colombianos se enfren-
Juan de Dios, bajo la dirección del taron con estas orientaciones a !as en-
Capítulo 13 265

fermedades que aquejaron a sus com- Portada


patriotas entre 1880 y 1904. Tuvieron del segundo número de
"LaHomeopatía", órgano
especial importancia —sin que ello de la Sociedad
agote la lista— la lepra, el bocio exof- Homeopática de
tálmico, la tuberculosis, la viruela, la Colombia,
bartoneliasis, la fiebre tifoidea, el tifo fundada por Samuel
exantemático, el paludismo, la fiebre LA lOIEOFiTil Hahnemann, ¡866.
Núñez, gran admirador
amarilla, las disenterías, la sífilis y las de este personaje y
parasitosis de diversa clase. El cólera, autor de la frase:
sin que hubiera tenido un impacto "La homeopatía hace
considerable, constituyó, sin embar- piUkuin wm U |s5lft8ti tmtiiilBf kt )m visible lo invisible",
patrocinó durante su
go, uno de los temas más importantes
primer gobierno la
de debate entre los médicos, los polí- creación de un curso
ticos, y en general las élites culturales facultativo de
del país, desde la célebre polémica ENTREGA l:- FEBKERO DE 1866. esta disciplina.
que se dio hacia el año 1850 hasta las
diversas advertencias y medidas pre-
ventivas que sucesivamente se lanza-
CONTENIDO:
ban a la opinión pública, como las
contenidas en los Primeros cuidados
que deben darse a los enfermos ataca-
dos de diarrea coleriforme, traducidos
del francés y presentados por el doctor
Nicolás Osorio en la Revista de Higie- «•••••'Ti

ne del 1 de noviembre de 1902.


Sobre todas estas enfermedades los
médicos colombianos investigaban,
especulaban a veces, discutían y tra-
taban de generar medidas de salud pú- doctor Juan de Dios Carrasquilla,
blica. Sobre el paludismo, por ejem- quien introdujo al país uno de los pri-
plo, se dio una discusión de varios meros aparatos de rayos X. La virue-
años entre los partidarios de la «teoría la, de otro lado, dio motivo para que
hídrica» (contaminación por el agua) y los médicos insistieran permanente-
los defensores de la «teoría del mos- mente sobre la necesidad de la vacu-
quito». Entre los primeros se contó el nación obligatoria, cuyas bondades se

Propaganda de los
Laboratorios Uribe
Angel con la imagen
del gran médico
antioqueño
(El aviso es de
los años treinta).
266 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

conocían desde la segunda mitad del Algunas de las enfermedades se


siglo X V I I I , cuando Edward Jenner di- presentaban en forma de epidemias.
fundió este método preventivo. Los Durante los años de 1889 y 1890, para
organismos de salud no habían logra- citar un caso, en Bogotá y otros lu-
do implantar la vacunación, y la virue- gares, se produjeron epidemias de gri-
la continuaba haciendo estragos perió- pe, sarampión, fiebre tifoidea y tifo
dicamente. En 1891, la Junta Central exantemático. La epidemia de. saram-
de Higiene pedía al Congreso que se pión tuvo graves consecuencias por
dictase una ley haciendo obligatoria la cuanto derivó en problemas pulmo-
vacunación en todo el país, pues so- nares que causaron una elevada mor-
lamente se vacunaba con regularidad talidad infantil. Uno de los médicos
en Cundinamarca. En relación con las que debió manejar a los enfermos de
enfermedades venéreas, y en especial estas epidemias como interne del hos-
la sífilis, los médicos insistían sobre la pital San Juan de Dios, el doctor Jai-
necesidad de reglamentar la prostitu- me Mejía Mejía, afirma que el tifo
ción y crear centros de examen y de exantemático atacaba con preferencia
prevención. Algunos propugnaban «a las clases acomodadas, a los inte-
por la represión y otros consideraban lectuales, a las famiUas aristocráticas»,
que dicha profesión ofrecía una vál- de donde deduce que para salir airoso
vula de escape necesaria. Tal era la de las epidemias que azotaban al ma-
posición, por ejemplo, del doctor José yor conglomerado urbano de la época,
María Lombana Barreneche, sin duda «hay que estar en contacto con el pue-
alguna una de las figuras más intere- blo e ir vacunándose lentamente con
santes de la medicina colombiana. El las aguas infectadas, con las cortezas
índice de sifilíticos parecía ser muy sucias de las frutas y con el mínimum
alto. Lombana Barreneche y Martín de medidas profilácticas...». Unos
Camacho afirman, en 1909, que «más años después se produjo una epidemia
del 70 % de los jóvenes ha recibido el de fiebre tifoidea, entre julio de 1908
bautismo de la sífilis». y marzo de 1909, que dejó, según un

Cuerpo facultativo
del Hospital San Juan
de Dios, de Bogotá,
en , ¡924. presidido
por José María Lombana
Barreneche, a quien
acompañan en ¡a
primera füa. a la
derecha,
los doctores Roberto
Franco, Barcenas,
Gómez. Pedro Elíseo
Cruz, Pedro Felipe
del Castillo, Gonzalo
Esguerra y Humberto
Correa, entre otros.

J:^ ^ ^
Capítulo 13 267

informe académico, una morbilidad José María Lombana


del 2 % de la población, «cifra clara- Barreneche, eminente
figura de la medicina
mente aterradora». nacional, presidente
En relación con el tifo exantemático de la Academia del
y la fiebre tifoidea se generó una larga ramo, partidario de
polémica entre ios médicos colombia- la reglamentación
de la prostitución,
nos desde finales de siglo pasado. A l - y no de su represión,
gunos diferenciaban estas dos enfer- como medida para
medades («los dualistas») y otros con- prevenir ¡as
sideraban que el tifo exantemático no enfermedades venéreas.
era sino una «forma hipertóxica ataxo-
dinámica del tifo» («los unitaristas»).
El problema se presentaba de manera
urgente alrededor del diagnóstico por
la similitud de síntomas de las dos en-
fermedades. Aprovechando la peste
de 1908-1909, y después de una inves-
tigación realizada sobre los reclusos de
la cárcel de Paiba, el doctor Martín
Camacho, director del laboratorio
Santiago Samper, afirmaba que el pro-
blema del diagnóstico diferencial sólo
podría ser zanjado mediante el sero- etapa del intervencionismo de Estado.
diagnóstico de Widal. Algunos años En la Constitución de 1886 se esta-
más tarde, en 1922, un brillante mé- blece claramente la obligación del Es-
dico nacional, el doctor Luis Patino tado de velar por la salud de los ciu-
Camargo, realizó una cuidadosa in- dadanos. La ley 30 de ese mismo año
vestigación, que constituyó su tesis de creó la Junta Central de Higiene, den-
grado, en los enfermos de la clínica de tro del Ministerio de Instrucción Pú-
Marly y el Hospital San Juan de Dios, bhca, integrada por tres médicos y un
y demostró que el tifo era una enfer- secretario. De ella se hicieron depen- Martín Camacho,
medad específica diferente de la fiebre der las Juntas Departamentales, el ilustre médico
tifoidea, aislando, además, su agente Parque de Vacunación, la Oficina residente en
etiológico: el piojo. Su director de te- Central de Vacunación y una sección Barranquilla y luego
sis fue otro de los partidarios de «la encargada de las políticas y prácticas director del
teoría dualista», el doctor Carlos Es- Laboratorio Santiago
relacionadas con las cuarentenas. Esta Samper. realizó
guerra. nueva estructura debía hacer frente no investigaciones sobre
sólo a la amenaza de las epidemias o el tifo exantemático
a las enfermedades endémicas y a y ¡a fiebre tifoidea,
L a salud pública intentando una
otras patologías, sino que también de- diferenciación
Historiadores de la salud pública en bía ocuparse de problemas de salud de las dos
Colombia (Guillermo Restrepo Ch. y pública y de medicina social que aún enfermedades.
Augustín Villa), han identificado tres persisten en el país: desnutrición in-
etapas en la acción social del Estado fantil, falta de agua potable, conta-
colombiano: (a) la etapa del individua- minación ambiental y muchos más. La
lismo, que va de 1810 a 1886; (b) la voluntad existía, pero los recursos del
etapa del intervencionismo de Estado, Estado eran débiles, como casi siem-
que se inicia con la reforma constitu- pre ha sucedido. Una de las primeras
cional de 1886, se profundiza en 1936 juntas estuvo integrada por ios doc-
y cobra mayor énfasis aún en la dé- tores Carlos Michelsen U . , Nicolás
cada de los años cuarenta; y (c) la eta- Osorio, Gabriel Castañeda y Proto
pa del Estado empresarial, a partir de Gómez, y desarrolló una intensa labor
1968, sustentada en la reforma cons- de investigación, planificación y regla-
titucional de ese año. Interesa aquí la mentación de muy variados aspectos
268 Nueva Historia de Colombia. Vol.

Clínica de Marly.
fundada en Bogotá,
por Carlos Esguerra.
el 18 de enero de 1904.
Por investigaciones
realizadas allí y en
el Hospital San Juan
de Dios, en 1922.
Luis Patiíw Camargo
demostró que el tifo
era una enfermedad
distinta de la fiebre
tifoidea, causado
por el piojo.

Portada de un
número de 1891 de la de la salud. Trabajó, como lo hicieron
"Revista de Higiene". todas las juntas posteriores, en estre-
órgano de la Junta REVISTA DE HIGIENE cho contacto con la Sociedad de Me-
Central de Higiene, dicina y Ciencias Naturales de Bogotá
creada por la lev M) OAQANO D E L & JÜITTA CEHT&AL D E HIGIENE
de 1886. dentro del
y creó su propio órgano de difusión, la
mini.sierio de Krtóor. Dr. Q. BiJBUí BOBDA. Revista de Higiene.
Instrucción Pública, áSo ni. BOaOTÁ, 10 DS HATO DB IS91.
Las condiciones del país, sin embar-
para velar por la go, no eran las mejores. Las decisio-
salud ciudadana, V Á C O N A O l O N OBI.KÍATORIÁ,
B»oe a a iiglo q i w B J w w a J a n n e t sonutíá á Mtaáio» d«iin'i¡.o^ la nes no siempre podían llevarse a la
de acuerdo a los
populados de la
TMunsdáB; dtawcttd por nudio d» «llot, qu« U Iradidóu ^n-, , ' i ¡ . : b
«1 a i o Q c w t e i rscpMto i ísniuakUd i w a t n U T¡c[i«k ea oid^iua.
práctica y los obstáculos para el cum-
Consíilución d o m quecontniún p&taltK so Ua masas b m u d u hi>¡ v.ica-, ncn pUmiento de las reglamentaciones
exulta. AuiHjUB íq « 1 a e coooda a! podar da la íaeuaa dasie oiii-
expedida ese iiii.smo año. «ka tiempo latat. j c>b«rT»doMB «xno knmboldt, en Amúricu, ('jj
eran muchos, empezando por la pre-
V i l U m B n w n »ii F»nwliuUer«B htáio méotáia de eata procoÜLmiesta, cariedad de los recursos y terminando
no fus iÍBo aa I a g k t « r M debido & Ux expaiiioeati» d« Jeauet
lUTo t i i ^ t al ocigao da tu propi^MÍiSa da l a nuiiu» ati luUo el m a n - por los continuos enfrentamientos bé-
do, no M dbwnU Itt Qtilidkd áa riU,puail «a u n siglo qiia bace que
M practica e a Eocopa, h* dado prudMS e*idMtai de m eücaci.i.
licos. La organización estatal de la sa-
L a Tacuna m h a b i ^ e naoaMiiia para la coosamcuiu ile ÍOR N a .
lud pública, por estos años, sufrió va-
Manen j ea tuDohai de dilaa, lan m i * eiñliaadao, s e bao org^oi^.^do rias reestructuraciones, y sólo hasta la
DfieÍBiw«pecialM y r<(gl«B»Bt*di>E» «OBttaoíía haetómioia obliaatorí.'i 1
oreerao» m u ; dtü dar i ooaocar algusas da las diipostcíoiius rjue rigen
tercera década de este siglo, y en es-
•obre ette UDDto eo ratÍM p a l H * . pecial durante la cuarta, logró estabi-
Birlnglatan» ta -rawaMñín ee i^)UgtiftnB dasda 1883; o d » a i S o
del»Tatrunaite anta» d» ouiBpür t w a taewu P a r a qoa lospadrw dd lizarse, cuando se crearon el Ministe-
nido no puedM «t*|^r ignoranoia da ta ley, al o o U t i o i tiompo do iua.
oribir al niSo ea el libra da nadiaiaaMa l ( a da «tiso «ucrito «u (jub aa
rio de Higiene y el Seguro Social.
.leí ftdTierte k oW^aosto qiM l Uoan de baoar m a m r sy> hijo-, ¡n,li-
cándoiei. idaMÍi, l a irfioü» da ímobmíío y lot dias y honit que eo
ella se saean». L a guerra de los Mil Días
CjKaíi-íowT'P^"»'™'"""**'»'''*"*"'!'"" " "
y la medicina
La medicina, al mismo tiempo que
contribuye a mitigar un tanto el sufri-
miento que acompaña a toda guerra.
Capítulo 13 269

aprende en medio de los campos de


batalla. Amplias posibilidades ha te-
nido nuestra medicina para hacer este
aprendizaje, sobre todo en el siglo pa-
sado. Pero, al parecer, el provecho ha
sido escaso. A este respecto, un tes-
tigo de algunas de nuestras guerras,,el
doctor Jaime Mejía Mejía, dice que
«en un país que tenía —y que tiene—
que resolver todos sus diferendos in-
ternos a punta de choques sangrien-
tos», la medicina «debió haber hecho
progresos y aun crear una cirugía pro-
pia de su modo de herir. Pero no había
nada deeso. El que tenía la mala suer-
te de ser herido en uno de sus miem-
bros, por ejemplo, no tenía otra es-
peranza ni ayuda que las aplicaciones
liberales de yodo (liberales, por la
abundancia del antiséptico), las tabU- aprestos necesarios para que las bajas Pacientes y personal
Uas y vendajes compresores que, las sean menores...» Sobre esta guerra de del hospital de
más de las veces, desembocaban en la los Mil Días, el doctor Carlos Putnam, Madame Bolo, durante
gangrena y en la amputación conse- jefe del Servicio de Ambulancias del
la guerra de los
Mil Días, fotografía
cuencial. Y el que tuviera la terrible gobierno, pionero de la psiquiatría en publicada en
desgracia de recibir una bala en el Colombia y autor de un Tratado de "El Liberal Ilustrado".
tronco y no entregara su alma por el medicina legal, dejó un patético «In-
impacto, era sometido a las torturas forme del Jefe de la Ambulancia».
más inconcebibles... En la mayoría de Pero algo bueno debía saUr de este
los casos, cuando se trataba del pul- conflicto del cambio de siglo: la Cruz
món, mediastino o abdomen, no se lo- Roja Colombiana. En torno a la figura
graba ni eso (localizar el proyectil) y de Santiago Samper se reunieron va-
la exploración era tan traumatizante, rios médicos (Nicolás Buendía, Hipó-
que el herido tenía un verdadero gozo lito Machado, José María Montoya, El fúántropo
en morir». Lisandro Reyes) y algunos miembros Santiago Samper.
A su alrededor se
Los propiciadores de las guerras, en de la aha sociedad bogotana de ten- formó el núcleo de
medio de su fanatismo, olvidaban to- dencia hberal. Este grupo decidió médicos y familias
mar las más elementales medidas en crear dos servicios de ambulancia. bogotanas que
relación con la asistencia médica y la Uno integrado por veintiocho médi- organizaron servicios
médicos durante la
prevención de enfermedades. Uno de cos, cuarenta y dos practicantes, ocho guerra de los Mil
los cronistas de la guerra de los Mil hermanas de la caridad, un capellán y Días, los cuales
Días, el teniente coronel Leónidas un farmaceuta, que se dirigió hacia darían origen a la
Florez, dice que «por simple y ele- Santander. Otro formado por ocho Cruz Roja Colombiana.
mental principio, han debido saber los médicos, doce practicantes y tres her-
directores de la guerra de los dos ban- manas de la caridad, que se dirigió ha-
dos, que una tropa que marcha al cia Fusagasugá y Tibacuy. Habían sido
combate está formada por seres hu- equipados con dineros pertenecientes
manos; que enferman por la acción del a la Cruz Roja. De esta iniciativa sur-
cUma, las largas marchas y la escasez gió el embrión inicial de la Cruz Roja
de aUmentos. Que, como quiera que Colombiana, institución que habría de
su actividad ha de ser la lucha con un instalarse oficialmente unos años des-
adversario que lleva armas que for- pués en el teatro Colón, el 30 de junio
zosamente darán la muerte a sus se- de 1915. A esta iniciativa también con-
mejantes, o por lo menos ocasionales tribuyeron Fidel Cano, el doctor
heridas, han de tomarse todos los Adriano Perdomo y otros. En 1920 in-
270 Nueva Historia de Colombia. Vol. I\

Sello de correos, muy lentamente penetraba en el que-


homenaje a la Cruz
hacer médico. La farmacología, como
Roja Colombiana,
1935.
rama particular y diferente de la te-
rapéutica, comenzó a pisar en firme
sólo a comienzos del presente siglo.
Muchos médicos, y de los más desta-
cados, no entendían la importancia del
estudio farmacológico y farmacodiná-
mico de las sustancias medicamen-
tosas, como es el caso del notable clí-
nico Armand Trousseau (1801-1867).
quien afirmaba: «¿Qué importa cómo
cura un medicamento si realmente
cura?» Poco se había avanzado en la
gresó Colombia en la Cruz Roja In- quimioterapia experimental controla-
ternacional durante la X Conferencia da y aiin faltaba el descubrimiento de
celebrada en Ginebra. los antibióticos (penicilina por A . Fle-
Muchas de las dificultades sanitarias ming en 1928; estreptomicina por
y médicas de finales del siglo pasado y Waksman en 1943; cloromicetina por
comienzos del presente están ligadas, Burkholder en 1947; aureomicina por
además, a la situación misma de la me- Duggard en 1948; terramicina por Fin-
Alegoría de la Cruz dicina internacional. Por esta época, a lay en 1950, etc.) y de las sulfamidas
Roja, representada pesar de los avances de la microbio- (obra del alemán G. Domagk en 1923.
por Ovidio Mejía logía, se desconocían los agentes de seguido por las investigaciones de J. y
y compañeros de los muchas de las enfermedades transmi- T. Trefouel, Bovet y Nitti en el Insti-
servicios de socorro, tuto Pasteur). Las técnicas quirúrgicas
Medellín, 1915,
sibles, así como sus vectores y sus for-
fotografía de mas de difusión. La comprensión fisio- aún tendrían mucho que aprender en
Benjamín de la Calle. lógica de los procesos morbosos sólo la primera guerra mundial y en los
años posteriores, pero para nuestro
caso el desfase era evidente: los tres
grandes descubrimientos que revolu-
cionaron la cirugía en la segunda mi-
tad del siglo X I X , la anestesia, la he-
mostasia y la asepsia y antisepsia, ge-
neralmente aplicadas en Europa hacia
1870, en nuestro país todavía a co-
mienzos de este siglo no eran de uso
generalizado, por diversas razones, a
pesar de que los médicos estaban con-
vencidos de sus bondades.

L a modernización y el viraje hacia


la medicina norteamericana
(1904-1946)
Con el gobierno de Rafael Reyes
(1904-1909) se inician en el país pro-
cesos de cambio, que han sido reco-
nocidos por diversos historiadores y
que van a proyectarse en la posterior
superación de lo que algunos han lla-
mado «la república señorial» en la se-
gunda mitad de la década de los años
treinta con la «Revolución en Mar-
I
Capítulo 13 271

Federico Lleras
Acosta, médico
veterinario, autor
de importantes
investigaciones sobre
la lepra, fundador de
un afamado laboratorio.

cha». No se queda atrás la medicina, cedió, hace ya algunos lustros, a la


que por estos años comienza a remo- medicina actual. Necesitamos ya de
zarse con la asimilación de la medicina los estudios de la clínica moderna para
de laboratorio. Para que esta penetra- resolver muchos y muy importantes
ra se requería, como es obvio, una mí- problemas de la patología de nuestro
nima infraestructura de laboratorio país». Es claro que el doctor García
que permitiese el trabajo clínico y ex- conocía la nueva concepción de la clí-
perimental. Desde finales del siglo pa- nica que se había levantado contra los
sado se había intentado crear labora- criterios anatómicos y localizacionistas
torios bacteriológicos, químicos y fí- de la medicina hospitalaria. Georges
sicos, pero sólo a comienzos de este si- Dieulafoy (1839-1911), quien había
glo se sientan las bases —modestas sido maestro de algunos colombianos,
ciertamente, pero suficientes— para entre otros de José Gómez, «el pre-
que la medicina de laboratorio deje de cursor del diagnóstico en Colombia»,
ser un planteamiento teórico y se haga afirmaba en este sentido: «clínica es lo
realidad. El cambio no es brusco, sino que hacemos todos los días cuando
lento, y se acompaña con la asimila- practicamos el examen de la sangre,
ción de nuevos planteamientos médi- de la orina, de los humores, y cuando
cos, chnicos y metodológicos. Ya en ponemos al servicio del diagnóstico el
1897 el doctor Pablo García Medina, termómetro, el microscopio, el larin-
en un discurso pronunciado en la Aca- goscopio, el oftalmoscopio y otros me-
demia Nacional de Medicina, decía dios de contraprueba y análisis [...],
que «por desgracia, entre nosotros las cuando para fijar el diagnóstico recu-
ciencias médicas carecen aún de la- rrimos a las investigaciones bacterio-
boratorios bacteriológicos y de los de- lógicas y a las experimentales [...] es
más medios indispensables para apro- imposible ser un clínico en el verda-
\echarnos de estos conocimientos y dero sentido de la palabra, no hacien-
entrar en el movimiento científico uni- do marchar a la par el estudio del en-
versal. Nuestra clínica se halla todavía fermo y los trabajos de laboratorio».
en el período de la simple observación En esta nueva concepción no sólo es-
que, como hemos visto, fue el que pre- tán presentes las teorías etiopatológi-
272 Nueva Histona de Colombia. Vol. l\

cas, como es evidente, sino también con los profesionales para resolver los
las fisiopatológicas, que ven la enfer- problemas de la clínica». El doctor
medad como alteración funcional que Franco instaló en su consultorio sus
se expresa cuantitativamente en la con- elementos de laboratorio e interesó en
centración, por encima o por debajo de su trabajo al doctor Federico Lleras
un límite normal, de ciertas sustancias Acosta, quien trabajaba como veteri-
en el organismo. Y para trabajar dentro nario y quien habría de destacarse en
de estas concepciones era indispensable las investigaciones sobre la lepra. Lle-
la existencia de laboratorios. ras Acosta fundó luego su propio la-
boratorio, de gran fama en Bogotá, y
Los primeros Roberto Franco convenció a Santiago
laboratorios en Colombia Samper para que dotase un laborato-
rio en el hospital San Juan de Dios,
Cuenta el doctor Roberto Franco, en como en efecto lo hizo el conocido fi-
carta enviada al profesor Laurentino lántropo. Así nació el Laboratorio
Muñoz y fechada el 3 de enero de 1957 Santiago Samper, el primero adecua-
en Nueva York, que desde la época de damente equipado. Allí trabajaron,
su estadía en París (1898-1904) en bajo la dirección de Roberto Franco.
donde siguió estudios en la Facultad Jorge Martínez Santamaría y Gabriel
de Medicina y en el Instituto Pasteur, Toro Villa, los cuales se distinguirían
y desde su paso por el Hospital Sadiki junto con su maestro en las investi-
de Túnez y de su breve permanencia gaciones sobre la fiebre amarilla sel-
en la London School of Tropical Me- vática y otras enfermedades tropica-
Aviso publicitario
dicine, estaba convencido de la im- les. Desde esta época, entonces, co-
del Laboratorio
Samper Martínez, portancia de los exámenes microscó- mienzan a aparecer los laboratorios en
publicado en picos para el diagnóstico de la mayor Bogotá y otras ciudades. Para la se-
"El Gráfico" parte de las enfermedades. Cuando gunda década de presente siglo, por
durante los años ejemplo, se cuenta con el Laboratorio
veinte.
regresó a Bogotá solicitó, a comienzos
de 1905, la creación de una cátedra de Químico Departamental de Antioquia
Este centro, creado
en 19] 7 por Bernardo clínica de enfermedades tropicales, y el Laboratorio Bacteriológico de
Samper Sordo y Jorge siendo aceptada su solicitud y nom- Medellín, así como con el del Hospital
Martínez Santamaría, brándosele como titular de dicha cá- San Vicente, de la misma ciudad, fun-
fue eslabón importante tedra. El laboratorio era una necesi- dado en 1913. También se establecen
en la investigación laboratorios en otras ciudades.
médico clínica y de
dad y «no había hasta entonces ningún
la salud pública. laboratorio en Bogotá que colaborara Mención especial merece la crea-
ción en 1917 del Laboratorio Samper
Martínez, entidad privada creada por
los doctores Bernardo Samper Sordo
Laboratorio S ñ m P E R ÍDñRiliiEZ y Jorge Martínez Santamaría, ya cita-
Chapinero, calle 5 7 , número I dos por sus trabajos sobre la fiebre
amarilla selvática al lado de Roberto
PKODUCTÜS NURVÍJ.S:
Franco. Su orientación inicial y su do-
TrataraltsiD HUrriMco t^a» lewlada ( S « M ( )
M.IKQ caiHiü tratadíM ciin vnitn en ta latíi». tación lo convirtieron en la práctica en
entero VacBOt-Tifa-PlraSfaMeai, por e! méíoéo eslabón importante de la investigación
del prolcsíir B E S R E D K A . Sin üriKe, l i a
dolor, sin reacción. médico-clínica y de la salud púbhca en
POLKjON. Vacuna polivalentt mixta anÜBoro- Colombia. Por los años veinte era el
C6 L'ica. Rcsuilados brillanlw € • !>«
compMcaciunes extraiirelrale» de; áiplo- encargado de producir la vacuna con-
coco de Ndsser.
TROWBINA (TrMibo^artiwi).-El mejor coaRu
tra la fiebre tifoidea, las vacunas anti-
ijiile para uso loinl y pira inyecciAn
subcuiánea. Lo usan especialmente lo^
rrábicas y las autovacunas. Producía
dentistas y los cirujanos oioninolaiin
golns.
sueros inmunes y realizaba exámenes
coprológicos, de orina y de sangre,
Pida m u e s t r a s ! Pida i n f o r m e s ! además de investigaciones sobre en-
Telégrafo: "HIGEIA" -- Teléfonos 37-T7 y 16-08 fermedades tropicales y en general in-
fectocontagiosas. Desde 1925 el Esta-
Capítulo 13 273

do colombiano inició gestiones para


integrarlo a sus instituciones de Salud,
como en efecto sucedió en 1928, cuan-
do quedó adscrito a la Dirección Na-
cional de Higiene y Asistencia Públi-
ca, en calidad de instituto. En 1946,
cuando se fundó el Ministerio de Hi-
giene, pasó a ser una de sus depen-
dencias para convertirse finalmente en
nuestro actual Instituto Nacional de
Salud.
La aparición y el desarrollo de estos
laboratorios permitieron, en primer
lugar, la realización de un trabajo clí-
nico más moderno (más orientado por
las concepciones etiopatológicas y fi-
siopatológicas) y un mejor control de
las enfermedades. En segundo lugar,
posibilitaron trabajos originales de
médicos colombianos en la investiga-
ción de algunas enfermedades, como
es el caso de la descripción que hizo
Roberto Franco de la fiebre amarilla
selvática, o los trabajos teóricos y
prácticos de Luis Cuervo Márquez y
Luis Patino Camargo sobre la fiebre
amarilla y otras patologías tropicales, más largos y complejos, más cercanos Escuela de Medicina,
así como los de Gabriel Toro Villa, —por diversas razones— a los de la en Bogotá, construida
Carlos Esguerra y, un poco más ade- ciencia natural experimental, a los de desde 19!6 sobre
lante, los de Jorge Boshell-Manrique, planos de Gastón
la física y la química. La comprensión Lelarge. quien inició
Augusto Gast-Galvis y Roberto Ser- fisiológica del organismo humano, en la obra, en el costado
pa. En tercer lugar, crearon las con- el siglo XIX, permitió una nueva visión sur del parque
diciones materiales para que pudiesen de la enfermedad, ya no como lesión de los Mártires
realizarse en la práctica las dos men- (anatomoclínica) causada por un
talidades médicas integrantes de la agente externo (etiopatología), sino
medicina de laboratorio, la etiopato- como alteración funcional, como de-
lógica y la fisiopatológica. sarreglo físico-químico que compro-
mete a todo el organismo y no a una
L a mentalidad físiopatológíca parte localizada del mismo. La lesión
y la medicina norteamericana sería el producto de la disfunción. Mu-
chos sabios contribuyeron a la crea-
La primera de estas dos mentalidades, ción de la mentalidad fisiopatológica,
la etiopatológica, penetró antes que la pero es en Claude Bernard en donde
fisiopatológica. Aquélla, creada entre se encuentra el planteamiento más
otros por Pasteur y Koch, considera a amplio y de más vasto alcance meto-
la enfermedad como producida por un dológico, en especial en esa obra cen-
agente externo, y así lo demostró al tral para toda la cultura del positivis-
detectar los agentes causales de mu- mo que fue su Introducción al estudio
chas enfermedades, dando prueba de de la medicina experimental, escrita en
una evidencia material irrefutable. La 1865. Las ideas fisiopatológicas y ber-
fisiopatológica, si bien podía llegar a nardianas, en especial, llegaron al país
producir «hechos» tan palpablemente desde la segunda mitad del siglo pasa-
materiales como los de la bacteriolo- do e incluso fueron difundidas en di-
gía, exigía procedimientos mentales versos órganos periodísticos como la
274 Nueva Historia de Colombia. Vol

Jorge Bejarano. nos de la primera mitad del siglo, los


ministro de Higiene
cuales se sienten atraídos por la nue\
durante el gobierno
de Mariano Ospina Pérez medicina del Norte y, al mismo tiem-
famoso por haber po, rompen lanzas a favor de la me-
logrado erradicar dicina francesa y de su presencia en los
el consumo de la chicha pénsumes médicos del país.
en el país, después
de infructuosas
La medicina norteamericana mos-
campañas de múltiples traba signos de vitalidad creadora des-
gobiernos. (Oleo de de finales del siglo pasado, en un mo-
Inés Acevedo Biester. vimiento que ya algunos médicos co-
en la Cruz Roja
lombianos alcanzaban a percibir. En
Colombiana).
1881 el doctor Manuel Uribe Ángel
afirmaba que empezaba «a surgir con
facciones colosales la escuela médica
norteamericana que tan alto y distin-
guido puesto va consiguiendo en d
campo del saber». Pero es sobre todo
a partir de los informes sobre la edu-
cación médica norteamericana elabo-
rados por Abraham Flexner para la
Carnegie Foundation, el primero de
Gaceta Médica de Colombia o los los cuales aparece en 1910, cuando el
Anales de la Universidad. Pero su asi- despegue comienza en serio. Se inicia
milación se da a lo largo de un proceso entonces un movimiento de reforma
que arranca en las primeras décadas con resultados sorprendentes. Claro
de este siglo y que se confunde con el que a tales resultados contribuye, ade-
de asimilación de la medicina nortea- más, y en forma definitiva, el desarro-
mericana sin que los dos dejen de ser llo que en los terrenos económico, po-
separables. Lo que sucede es que la lítico y militar logran los Estados Uni-
medicina norteamericana recoge los dos por estos años y que coloca a esta
planteamientos fisiopatológicos como nación en las primeras líneas de las po-
uno de sus componentes fundamen- tencias internacionales. Las reformas
tales y los lleva a un nuevo nivel sobre se relacionaban con diversos aspectos:
la base de un enorme desarrollo tec- se establecieron estrictos requisitos
nológico y de toda una serie de cam- para el ingreso a las facultades de me-
bios en la organización de los estudios dicina (grado de Bachelor of Arts): se
médicos generales y especializados. definió un programa unificado de cua-
Lo que ia medicina estadounidense tro años para todo el territorio de 1¿
desplaza a partir de la primera guerra Unión; se dividió el currículo en cien-
mundial es, pues, una de las versiones cias básicas y ciencias clínicas, adqui-
de la medicina francesa, la mentalidad riendo las primeras una gran impor-
anatomoclínica, y no toda la medicina tancia y haciendo énfasis sobre el as-
de Francia en su conjunto. Asimila las pecto práctico de las segundas; se tra-
concepciones de Pasteur y. en espe- tó de establecer una docencia de tiem-
cial, las de Claude Bernard, los dos po completo y de dedicación exclusiva
tan franceses como los fundadores de en ciencias básicas e idealmente en clí-
la medicina hospitalaria, Bichat, Cor- nicas; se buscó que las escuelas y fa-
visart, Bayle o Laennec. Más aún, las cultades tuviesen control sobre el hos-
ideas de Bernard sobre la medicina ex- pital para evitar interferencias entre
perimental le preparan el terreno a la criterios académicos y criterios admi-
medicina norteamericana en nuestro nistrativos; se reglamentaron las es-
país. Todo este doble movimiento se pecialidades, tanto en su período de
expresa en la doble actitud de un gru- aprendizaje (residencias) como en su
po de importantes médicos colombia- práctica; se definió que la investiga-
Capítulo 13 275

ción, al igual que la enseñanza, era dentro de lo que podría llamarse el


función fundamental de las facultades más puro «espíritu flexneriano».
de medicina. Pioneras en estas refor- Otro aspecto importante se relacio-
mas fueron las escuelas de Johns Hop- na con el creciente interés que para los
kins y las de las Universidades de Har- inversionistas norteamericanos empe-
vard, Pennsylvania, Columbia, Michi- zó a tener nuestro país, desde comien-
gan, Chicago y Yale. Muchas otras de- zos de este siglo. Para poder salva-
bieron cerrar sus puertas. Todas estas guardar sus inversiones y proteger a Jorge E. Cavelier,
• reformas empezaron a discutirse en sus nacionales y a la mano de obra que quien adelantó la
Colombia desde la década de los años necesariamente debían emplear, tu- reforma de la Facultad
de Medicina de la
veinte y poco a poco se fueron imple- vieron que tomar medidas sanitarias y Universidad Nacional
mentando, primero en la Universidad emprender el conocimiento de pato- en 1939, hacia una
Nacional y luego en otros centros de logías típicas de estas regiones tropi- orientación inspirada
estudios médicos. cales. Por ambas vías va a contribuir en la escuela
norteamericana,
El doctor Luis López de Mesa, la medicina norteamericana al cono-
abandonando la
quien precisamente había adelantado cimiento médico y a ganar influencia influencia francesa.
estudios de especialización en neuro- dentro de los médicos nacionales. A l - Más tarde, entre
psiquiatría en el Boston Psychopatic gunos de éstos trabajarán en sus em- 1958 y 1978 sería
presas sanitarias o se enterarán de presidente de la
Hospital de la Universidad de Har- Cruz Roja Colombiana.
vard, de comienzos de 1916 a agosto ellas desde posiciones en la estructura (Oleo de Guillermo
de 1917, afirma que con la primera estatal de la salud púbhca. Por lo que Camacho, en la
guerra «los estudios médicos colom- a la investigación se refiere, algunas colección de esta
bianos cambiaron la orientación fran- fundaciones privadas norteamericanas institución, Bogotá).
cesa por la norteamericana, que a su
vez había trocado el influjo de Ingla-
terra por el de Alemania, e iniciado
entonces el extraordinario impulso na-
cional autónomo». El cambio, sin em-
bargo, no fue tan súbito y se requirió
todo un proceso que abarcó varias dé-
cadas. Podrían señalarse varios aspec-
tos destacados en este proceso. En pri-
mer lugar, las sucesivas reformas de
los planes de estudios que culminaron
con la fundación de la Facultad de Me-
dicina de la Universidad del Valle, a
comienzos de la década de los cin-
cuenta, y con la reforma de los años
sesenta en la de la Universidad Nacio-
nal, donde se presentó la renuncia co-
lectiva de más de cincuenta profeso-
res, formados la mayor parte de ellos
en las concepciones francesas. En
1939 ya se había avanzado en este sen-
tido con la reforma adelantada por
Jorge E. Caveher en la Universidad
Nacional y que suscitó la polémica
abierta entre «afrancesados» y «nor-
íeamericanizados». En el año 1948
viene al país la Misión Médica Unita-
ria y en el 53 la de la Universidad de
Tulane, ocupándose ambas del asunto
de la educación médica. De su visita
salieron recomendaciones de reforma
276 Nueva Hisioria de Colombia. Vol. IV

Fundadores de la
Sociedad de Cirugía
Jr fíogoiii, 1902.
S'i/í ellos:
Hermana Martina,
(.iiiillermo Gómez
L\ecrelario).
luán Eugenio
Manrique (presidente),
lo.sé María Montoya
usorero); atrás.
Isaac Rodríguez,
lost'fjna (auxiliar
l< enfermería).
Diego Sánchez,
íliseo Montaña.
\icolás Buendía.
Hipólito Machado,
/filo Cuéllar Duran,
liilio Córdoba
iiiu-rno)
V Julio Z. Torres.

crearon sus propios institutos de in- crear una estructura burocrática más
vestigación, como fue el caso de la estable sin resultados prácticos nota-
Rockefelier Foundation, desde los bles. En 1918, nuevo cambio de de-
cuales se incrementó poderosamente nominación y de ministerio: aparece la
el conocimiento de nuestra patología Dirección Nacional de Higiene en el
tropical. Las universidades estadou- Ministerio de Agricultura, y dentro de
nidenses, por su parte, abrieron es- esta nueva estructura se Arma, en
cuelas de salud pública y de enferme- 1920, un convenio entre la Fundación
dades tropicales, como sucedió con la Rockefelier y ese ministerio para lu-
Universidad de Harvard. Refiriéndose char contra la anemia tropical, por
a las últimas, Burton Hendrick, en un cinco años, período que es prorrogado
artículo aparecido en la Revista Mé- en 1926 por cinco años más. Según da-
dica de Bogotá en el año 1915, dice tos de algunos investigadores, en el
que se crearon para preparar «a los ex- marco de este convenio se realizaron
ploradores americanos para lo que 8.191 conferencias, se colocaron 6.938
promete ser uno de los más grandes letrinas, se inspeccionaron 19.360 vi-
movimientos en la historia: la apertura viendas, se efectuaron 65.483 exáme-
completa de los trópicos a la civiliza- nes microscópicos y se llevó a cabo un
ción». Varios médicos colombianos se millón de tratamientos. En el año de
formaron en estas escuelas y trajeron 1923 la Dirección Nacional de Higiene
su influencia a nuestro medio. retorna al entonces llamado Ministe-
El último aspecto tiene que ver con rio de Instrucción y Salubridad Públi-
los cambios que se dan en la organi- cas, lo que al menos nominalmente in-
zación de la salud pública. En 1913 se dica que la salud adquiere mayor ca-
estableció que la Junta Central de Hi- bida dentro de las políticas estatales,
giene pasara al ministerio de Gobier- y en 1925 la Dirección de Higiene
no bajo la denominación de Consejo agregará a sus funciones la asistencia
Superior de Sanidad. Lo único nuevo pública, precisamente en el momento
en relación con 1886 es que la Aca- en que se realizan campañas contra el
demia Nacional de Medicina, por pe- pian en el occidente del país y contra
tición explícita, logra que se incluya en una epidemia de fiebre amarilla en
tal consejo un bacteriólogo. Un año Santander. También se organizaron
más tarde se hace un esfuerzo por campañas contra las enfermedades de
i

Capítulo 13 277

siempre: fiebre tifoidea, disentería, entre los gobiernos de los Estados


rabia, viruela, peste, lepra, tubercu- Unidos y de Colombia que habría de
losis, enfermedades venéreas, etc. En concretarse en el nuevo Ministerio de
1927 el Ministerio de Instrucción Higiene, en 1946. en el Servicio Coo-
adopta el nombre de Ministerio de perativo Interamericano de Salud Pú-
Educación y dentro de éste se reor- blica, el cual contó dentro de dicho
ganiza el llamado Departamento Na- ministerio —en palabras de Guillermo
cional de Higiene y Asistencia Pú- Restrepo y Agustín Villa— con «una
blica. estructura vertical, dirigida y adminis-
Con el ascenso de López Pumarejo trada con técnicos norteamericanos
al poder, como en muchos otros sec- con la colaboración de colombianos
tores, se dan pasos en firme para mo- que se iban formando para este fin y
dernizar la salud pública y la seguridad llegó a constituir un ministerio rico y
social. La ley 96 de 1938 crea el Mi- ágil y de orientación extranjera dentro
nisterio del Trabajo, Higiene y Previ- de otro pobre, con una estructura in-
sión Social. Esta ley responde a las cipiente...». Dicha estructura se man-
concepciones que inspiraron la «Re- tuvo hasta los años sesenta, la cual, a
volución en Marcha» y al mismo tiem- su vez, garantizó la ampliación de la
po recoge reinvidicaciones de los sec- influencia de la medicina norteameri-
tores trabajadores que se habían ex- cana en el sector de salud.
presado en la década anterior y duran- En 1946, por la ley 27 se creó el Mi-
te el gobierno de Olaya Herrera. La nisterio de Higiene que vino, por fin.
enumeración de las dependencias del a permitir que el país tuviese una es-
nuevo ministerio ilustra sobre la nueva tructura permanente para manejar los
concepción de ia salud pública y hasta asuntos de la salud pública. En ese
sobre los cambios en el cuadro de mismo año se dictó la ley 90 sobre Se-
la patología nacional. El ministerio guridad Social y se inició en serio la
tendría las siguientes dependencias: orientación preventiva en la medicina
(a) servicios coordinados de higiene, colombiana: saneamiento ambiental,
con las secciones de sanidad, lucha inmunización contra las enfermedades
antituberculosa, lucha anti venérea, infecciosas más comunes, adminis-
educación y propaganda, lucha anti- tración sanitaria, educación en sa-
cancerosa, estudios especiales y el la-
boratorio Samper Martínez; (b) de-
partamento de lucha antileprosa; (c) Pedro Elíseo Cruz
departamento de protección infantil y segundo titular de
la cartera de Higiene
materna, con las secciones de euge-
creada por ley 27
nesia, maternidad, primera infancia y del año ¡946
la de pre-escolar, infancia abandona- Cruz atendió a Jorge
da, enfermos y anormales; (d) depar- Eliécer Gaitán en
tamento de asistencia social; y (e) de- la Clínica Centrai
partamento de ingeniería sanitaria, el 9 de abrü de ¡948.
poco después que
con sus oficinas seccionales y dos sec-
Juera abaleado
ciones especiales, la de saneamiento y por Juan Roa Sierra
la de asistencia social. El cambio de
concepción es evidente, como es evi-
dente la ampliación de los criterios de
salubridad pública. Para esta misma
época se comienza igualmente a regla-
mentar el pago de diversas prestacio-
nes sociales, como cesantías, enfer-
medades, vacaciones, etc.
A comienzos de la década de los
años cuarenta se firmó un convenio
278 Nueva Historia de Colombia. Vol. ¡V

lud, creación de programas integra- nica sobre el laboratorio. Tenía la con-


dos, etcétera. vicción de que la única salida para la
medicina estaba en encontrar la expli-
Fisiopatólogos, cación fisiopatológica y patogénica de
especialistas y cirujanos las enfermedades para poder resolver
muchos de los problemas que tenía
Desde comienzos del presente siglo, y planteados, entre otros el de tener que
aun antes, algunos médicos colombia- recurrir con demasiada frecuencia a la
nos se interesaron por las concepcio- cirugía. El profesor Edmundo Rico, al
nes fisiopatológicas. Las obras y los asumir la cátedra de Clínica Médica en
trabajos de investigación de los forja- la Universidad Nacional en el año
dores de estas concepciones se cono- 1937, declaraba que Lombana Barre-
cían y eran estudiados en el país, aun neche, «el genio médico más grande
desde antes que se dieran las condicio- hasta la fecha habido en Colombia»,
nes efectivas para su aplicación, lo era especialmente lúcido en «la expo-
cual, como se ha señalado, sólo será sición de la fisiología de los procesos
posible ya bien entrado el siglo xx. morbosos». Y el propio Rico —pro-
Uno de los pioneros en la introducción fundo conocedor de la obra de Claude
de estas concepciones fue el doctor Bernard— afirmaba: «En medicina
José María Lombana Barreneche, de me atrae, sobremanera, la síntesis pa-
quien uno de sus discípulos —Arturo togénica porque considero que el aná-
Campo Posada— dice que «sus con- lisis sistemático y unilateral de los so-
cepciones fisiopatológicas eran, mu- los síntomas, así sean subjetivos u ob-
chas veces, avances impresionantes jetivos, conduce fatalmente al más es-
sobre el futuro de la ciencia médica». téril de los automatismos. Porque el
A Lombana se le acusaba de ser un automatismo cierfa las puertas al ra-
bernardiano demasiado radical, a pe- ciocinio etiológico y, perdido este
sar de que se expresaba de manera en- mordiente, intuitivo y deductivo del
tusiasta por la preeminencia de la clí- intelecto, la fisiopatología, base sirte

Hospiíal de San José,


de los arquitectos
Pietro Cantini
y Diodoro Sánchez,
iniciado en 1905
e inaugurado en 1925.
Su fundación se debió
a la Sociedad de
Cirugía de Bogotá.
I
Capítulo 13 279

Homenaje al doctor
Juan N. Corpas
(cuarto de izquierda
a derecha). 1925.
En el Hospital San
José, él representó
la tendencia a efectuar
una cirugía meticulosa,
rígida en medidas de
asepsia y de hemostasia,
y sin prisa, al
contrario de Pompilio
Martínez, que
practicaba una cirugía
rápida y sin
contemplaciones.

qua non de la clínica, deja de existir. la fuerte corriente hacia la especiali-


Una clínica puramente semiológica zación que se da en la medicina nor-
puede ser una clínica con médula, teamericana, y mundial, sobre la base
pero no con cerebro». En esta misma de la conquista de nuevos campos del
perspectiva fisiopatológica trabajó el saber bio-médico, de la introducción
doctor Alfonso Esguerra, sobre todo a de nuevas tecnologías o, simplemente,
partir de 1928, cuando asumió la cá- la creación de nuevas concepciones so-
tedra de fisiología en la Universidad bre el ser humano (reivindicación de
Nacional, donde adelantó un siste- la especificidad de ciertas etapas de la
mático trabajo experimental que lo vida humana, por ejemplo) que exigen
consagró como uno de los pioneros de y posibilitan unas prácticas y unos sa-
la endocrinología. Una de sus preo- beres especializados. Es cierto que en
cupaciones fue la de definir las cons- Colombia la definición de esta tenden-
tantes biológicas del ser humano co- cia se da lentamente y se consolida
lombiano, convencido de que las que sólo hacia los años sesenta con el es-
aparecían en los manuales extranjeros tablecimiento y la reglamentación de
correspondían a otras coordenadas las residencias y la creación de las aso-
geográficas, históricas y culturales. ciaciones de especialistas. Pero, de to-
Las especialidades también comen- das maneras, ya en las primeras dé-
zaron a desarrollarse en la primera mi- cadas del siglo muchos médicos co-
tad de este siglo. Es cierto que desde lombianos habían adelantado estudios
la centuria pasada se habían definido especializados o se habían definido
incipientemente algunos campos como por ciertos campos de la medicina con-
la cirugía, la obstetricia y la pediatría, virtiéndose, en la práctica, en especia-
la oftalmología, la psiquiatría y lo que listas. Para ilustrar el hecho podrían
podría llamarse la medicina interna. citarse algunos nombres importantes
Pero sólo en el siglo xx el proceso de de la primera mitad del siglo: Miguel
especialización adquiere toda su di- Jiménez López y Maximiliano Rueda
mensión. No es ajena a este proceso en psiquiatría: Carlos Trujillo y Alfon-
280 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

SO Uribe en medicina interna; Gon- José», un orfanato regido por las her-
zalo Esguerra, pionero de la radiolo- manas de la Presentación —situado
gía; Héctor Pedraza, Rafael Barberi arriba del barrio de las Aguas— y que
(fundador del Hospital de la Miseri- luego habría de convertirse en clínica
cordia) y Calixto Torres Umaña en pe- psiquiátrica. Se propusieron la poste-
diatría. Este líltimo dejó una consi- rior creación de un hospital «como los
derable obra especializada. Rafael que existen en Londres, edificados y
Ucrós en ginecología, Ramón Atalaya sostenidos con donaciones particula-
en cardiología, Miguel Antonio Rue- res, y especialmente dedicado a la ci-
da en urología y José Pablo Leyva en rugía...». Esta iniciativa despertó po-
cirugía pulmonar. lémicas dentro de los médicos, pues
En lo que respecta a la cirugía, vale algunos consideraban que lo impor-
la pena reseñar un acontecimiento de tante era reforzar el Hospital San Juan
comienzos de este siglo que va a ser de Dios y no dispersar esfuerzos en
definitivo en el desarrollo posterior de nuevas instituciones hospitalarias que
esta especialidad. En el año 1902 se la ciudad no requería. Sin embargo, la
reunieron diez médicos, en la capital iniciativa se desarrolló y algunos años
de la república, y decidieron constituir después, en 1925, se inauguró un nue-
la Sociedad de Cirugía de Bogotá, con vo hospital, ubicado en lo que hoy se
el objeto de hacer avanzar esta disci- llama la plaza España, y se le llamó
plina en Colombia. Estos diez médicos Hospital San José. Su arquitecto fue el
fueron Diego Sánchez, Elíseo Mon- itaUano Pietro Cantini, también cons-
taña, Guillermo Gómez, Hipólito Ma- tructor del teatro Colón. Desde 1924
chado, Isaac Rodríguez, Juan E. Man- las cirugías realizadas por ios miem-
rique, José María Montoya, Julio Z. bros de la Sociedad de Cirugía de Bo-
Torres, Nicolás Buendía y Zoilo Cué- gotá se trasladaron al Hospital San
llar Duran. Instalaron una pequeña José, mejor dotado que «El Campi-
sala de cirugía en «El Campito de San to». Allí se sistematizaron diversos
procedimientos operatorios y se «na-
turalizaron» las grandes conquistas de
Calixto Torres Umaíia la cirugía del siglo xix: anestesia, he-
Jigura destacada de mostasia, asepsia y antisepsia. Para-
la pediatría en lelamente al trabajo de la Sociedad de
Colombia, durante Cirugía, en el Hospital San Juan de
la primera mitad
del siglo XX.
Dios trabajaban otros cirujanos que
también hicieron su aporte en el sen-
tido anteriormente señalado. AUí,
precisamente, se disputaron la pree-
minencia en el terreno de ia cirugía
dos tendencias: la de Pompiho Martí-
nez, quien practicaba una cirugía rá-
pida, sin muchas contemplaciones ni
cuidados, partiendo del planteamiento
de que hay que actuar en el menor
tiempo posible y con mucha pericia
para no prolongar el acto quirúrgico
más de la cuenta, y la de Juan N. Cor-
pas —destacado no sólo en cirugía
sino en muchos otros campos de la
medicina y de la vida pública—, me-
ticulosa, rigurosísima en medidas de
asepsia y de hemostasia, sin prisa, y en
quien —según Ernesto Andrade Val-
derrama— «no se sabía qué admirar
Capítulo 13 281

más, si la sincronización de los movi-


mientos o la limpieza...». El doctor
Juan N . Corpas solía decir: «La ciru-
gía tiene que ser limpia; no tiene por
qué verse sangre».
Mientras esto sucedía en Bogotá, en
Antioquia, siguiendo la tradición
inaugurada por José Ignacio Quevedo
con la primera cesárea exitosa en
1844, la cirugía creaba allí sus propias
tradiciones y hacía su contribución a la
cirugía nacional. Juan Bautista Mon-
toya y Flórez —autor además de una
notable Contribución al estudio de la
lepra en Colombia (1910)— creaba su
propia escuela. En ella se distinguió
de manera especial Gil J. Gil, quien
llegó a realizar durante su vida pro-
fesional diez mil operaciones con muy
buenos resultados. Sus colegas lo lla-
maban «el bisturí de oro».

A manera de epilogo

Entre la Regeneración y la época ac-


tual la medicina colombiana y el país
mismo han cambiado de espíritu y de
cara, aun cuando la una y el otro estén partir del impresionante desarrollo de Juan Bautista
sufriendo las secuelas de esa época. las ciencias que la apoyan, en parti- Montoya Y Flórez,
Hoy sería inconcebible un aviso «In- creador de una escuela
cular de la biología molecular, y de de cirugía en Medellín
teresante al Público», aparecido en otras ciencias y técnicas que le ofrecen y autor de la obra
1892, en el cual Marco Fidel Suárez, la posibilidad de una tecnología avan- "Contribución al
en ese entonces ministro de Relacio- zada que a veces amenaza con con- estudio de la lepra
nes Exteriores, certifica sobre las ca- vertirse en un «navio ebrio». Todos en Colombia" (¡910).
lidades antidispépsicas de la cerveza estos desarrollos llegan, con mayor o
Bavaria, por encima de sus congéne- menor desfase, a nuestro país y son
res extranjeras. La medicina ya no re- manejados por los médicos colombia-
curre a la cerveza para curar desarre- nos. Los enormes problemas de salud
glos digestivos, ni nuestros políticos que aún hoy día acosan a los colom-
acostumbran a presentarlos púbhca- bianos (mortalidad infantil, crisis hos-
mente con el fin de promover la in- pitalaria, proliferación de enfermeda-
dustria nacional. La medicina que hoy des modernas como el cáncer o los ac-
se practica no quiere decir que muchos cidentes cardiovasculares, etc.) exigen
de los problemas que hoy enfrentan la que los médicos, y los colombianos en
salud y la medicina colombianas no general, tomen conciencia sobre las
tengan raíces en el pasado. De ahí la necesidades y los recursos existentes,
importancia de los estudios históricos; sobre las responsabilidades que en to-
pero también se requi'ere establecer la dos los niveles se tienen, e incluso so-
diferencia: Nuestra medicina sigue bre las amenazas que por falta de esta
hoy, preponderantemente, el modelo conciencia nos acechan. La medicina
norteamericano, por diversas razones. no es un campo neutro. Es, por el con-
Entre otras, porque esta medicina se trario, un espacio en donde juega la
ha colocado en un lugar de vanguardia supervivencia de los individuos y de
dentro de la medicina internacional a las mismas sociedades.
282 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

Dos fíguras representativas de la nueva medicina colombiana:


Salomón Hakim y Elkin Patarroyo

C on posterioridad a ia segunda guerra mundial, mitido la recuperación de muchas personas conde-


la medicina colombiana ha venido aplicando, nadas a la invahdez permanente en todo el mundo.
dentro de las condiciones de nuestro país, tos ver- Manuel Elkin Patarroyo, más joven que Hakim,
tiginosos avances de la medicina internacional y ha es también representativo de las nuevas tendencias
contribuido, en algunos casos, con aportes originales de la medicina colombiana. Patarroyo se ha enru-
que demuestran que existe un potencial científico lado por los caminos de la inmunología y la genética,
médico represado por las circunstancias estructura- lo que él mismo llama la inmunogenética. Con un
les del subdesarrollo y de la dependencia. Al lado de equipo de 25 jóvenes profesionales (médicos, bac-
notables clínicos, cirujanos, docentes y salubristas teriólogos, microbiólogos, etc.) reahza sus investi-
colombianos, se han destacado algunos investiga- gaciones en el Hospital San Juan de Dios, de Bo-
dores médicos que han logrado resultados de alcance gotá, un paupérrimo centro hospitalario que ha sido,
internacional. Tal es el caso de dos figuras que no no obstante, el centro de más de una batalla lumi-
agotan la lista pero que ilustran sobre las nuevas ten- nosa de la medicina colombiana. Las investigaciones
dencias que se gestan en la medicina colombiana: los de Patarroyo se orientan en dos direcciones: por un
doctores Salomón Hakim (1922) y Elkin Patarroyo lado, los «marcadores genéficos»; por el otro, la pro-
(1946). Su trabajo ha sido posible gracias al clima ducción de la vacuna sintética de la malaria. En
científico creado por algunos médicos nacionales cuanto a los «marcadores genéticos», Patarroyo y su
que han asumido su labor docente, clínica e inves- equipo han demostrado que en el caso de las enfer-
tigativa con rigor y seriedad, pese a las limitaciones medades infecto-contagiosas, cuya etiología se ha
de nuestro medio. considerado siempre externa, existe una predispo-
El neurólogo Salomón Hakim describió hacia fi- sición genética. Es decir, que algunos individuos na-
nales de la década de los años cincuenta el llamado cen genéticamente «marcados» para contraer deter-
«síndrome de Hakim». Se trata de un cuadro clínico minadas enfermedades infecciosas como la tuber-
neurológico caracterizado por una hidrocefaha con culosis, lafiebrereumática o la lepra (enfermedades
presión constante del líquido cefalorraquídeo. Ha- sobre las cuales ha trabajado este equipo). No basta,
kim continuó estudiando el problema a diversos ni- pues, con la exposición del individuo al agente; al-
veles, lo cual le valió ser distinguido por dos veces gunas personas, además, llevan inscrita en su patri-
con el Premio Nacional de Ciencias Alejandro An- monio genético la predisposición a adquirir una u
gel, en 1967 y 1974. El de 1974 lo obtuvo con un otra enfermedad infecto-contagiosa. Si al nacer cada
destacado trabajo de investigación sobre la mecánica individuo se pueden establecer sus «marcadores ge-
de la presión venosa, del líquido cefalorraquídeo y néticos», que lo señalan como susceptible de con-
de otros líquidos intracraneanos, fitulado precisa- traer una determinada enfermedad, la medicina po-
mente Mecánica de la cavidad craneana. La hidro- drá someterlo a un proceso de inmunización o, al
cefaha es una dolencia severamente incapacitante, menos, a alguna forma de prevención que disminuya
ya que produce serios trastornos motores, de con- elriesgo.Se trata de «curar antes del mal».
ducta, etc. Paralelamente a su trabajo clínico y teó- El otro campo de trabajo del doctor Elkin Pata-
rico sobre el síndrome citado, Hakim desarrolló una rroyo está relacionado con la lucha por producir va-
investigación tecnológico-médica que se concretó en cunas sintéticas contra diversas enfermedades (tu-
el diseño y perfeccionamiento de un aparato capaz berculosis, lepra, malaria). En otros países ya se han
de hacer reversible el proceso de la hidrocefalia y, logrado algunas para ciertas dolencias, como el polio
por tanto, de permitir la recuperación de los afec- y la influenza. Las vacunas elaboradas con microor-
tados por esta dolencia. Se trata, claro está, de hi- ganismos atenuados o muertos no dejan de presen-
drocefalias no-degenerativas, es decir, aquellas en tarriesgos,porque sólo una parte de ellos —entre
donde no ha habido deterioro hísfico, sino compre- otras cosas— actúa efectivamente en el proceso de
sión. Tal aparato es la llamada «válvula de Hakim». inmunización.
En esencia se trata de un catéter provisto de una vál- Las vacunas sintéticas, precisamente, tratan de re-
vula, uno de cuyos extremos se introduce en el ven- producir sólo la parte activa y de esta manera pue-
trículo cerebral mediante una pequeña trepanación den evitar los pehgros colaterales de la «vacunas na-
craneana. El otro va, por debajo de piel, a la vena turales», entre los cuales está el tener que apHcarse
yugular y por ella hasta la aurícula izquierda para más de una vez. Elkin Patarroyo, dos veces ganador
permitir el drenaje del líquido cefalorraquídeo, con —como Salomón Hakim— del Premio Nacional de
la consiguiente disminución de presión y la reexpan- Ciencias Alejandro Ángel, ha logrado resultados
síón de la masa encefálica. El trabajo de Salomón exitosos en el caso de la malaria, según lo anuncia-
Hakim no sólo significó un aporte al conocimiento ron los medios de comunicación el 10 de marzo de
preciso de un síndrome, sino que, a su vez, ha per- 1988.
En efecto, luego de cinco años de trabajo expe- de 200 millones de nuevos casos en el mundo y que
rimental en el Instituto de Inmunología del Hospital la mortalidad, por año, se calcula entre 3 y 5 millo-
San Juan de Dios (Universidad Nacional de Colom- nes. Los cuatro expertos convocados por la revista
bia - Bogotá), con un equipo de jóvenes científicos Nature para analizar el trabajo de Patarroyo y co-
(biólogos, químicos, bacteriólogos, microbiólogos y laboradores conceptuaba: «[...] El manuscrito de
médicos de diversas especialidades), Patarroyo logró Patarroyo abre nuevas bases, ya que los autores son
sintetizar la vacuna contra la malaria. El trabajo de los primeros en usar una vacuna basada en los es-
laboratorio se complementó con el trabajo sobre el tadios sanguíneos de la malaria, en hacer ensayos
terreno —en la región amazónica— con una colonia humanos, en usar péptidos sintéticos poliméricos
de micos Aotus trivirgatus. Las primeras pruebas en como antígenos. y en retar a los vacunados y a los
humanos se realizaron en un grupo de jóvenes controles de glóbulos rojos infectados con el pará-
bachilleres voluntarios que prestaban su servicio sito. Estos ensayos representan un importante avan-
militar. ce hacia el desarrollo de una vacuna efectiva contra
De corroborarse los primeros resultados positivos, la malaria. Esta pubhcación será una de las más im-
las consecuencias benéficas serán de gran alcance, si portantes de la década.» {El Espectador, 11 de mar-
se tiene en cuenta que anualmente se presentan más zo de 1988).

La Escuela Nacional de Salud Pública de Colombia (Medellín)

D esde hace mucho tiempo la medicina se ha


preocupado por la influencia que el entorno
natural y social tiene sobre los fenómenos de la salud
A comienzos de la década de los años sesenta exis-
tían dos sólidos departamentos de medicina preven-
tiva en el país, el de la Universidad de Antioquia y
y la enfermedad de los seres humanos. Pero el con- el de la Universidad del Valle. El primero de ellos
cepto de Salud Púbhca, en cuanto «técnica de con- era regentado por el doctor Héctor Abad Gómez y
trol y de modificación de los elementos del medio había jugado un importante papel en la organización
que pueden favorecer o perjudicar la salud» (Michel del I Congreso Colombiano de Salud Pública, rea-
Foucault), data definalesdel siglo xvin. A la defi- Hzado en ^vledeUín del 19 al 24 de noviembre de
nición de este concepto en su sentido moderno con- 1962. En él se había insistido precisamente sobre la
tribuyó de manera decisiva la obra de Johann Peter «escasez de personal especializado en Salud Púbh-
Frank (1745-1821), desarrollada posteriormente por ca». Ante las dificultades de la escuela de la Uni-
toda la medicina social del siglo xix en sus diversas versidad Nacional, el Ministerio de Salud firmó un
variantes. Desde entonces se habla de una «Ciencia convenio con la Universidad de Antioquia para
de la Salud Púbhca», que se apoya en diversas dis- crear una nueva escuela de salud pública que capa-
ciplinas naturales y sociales y que ha desarrollado citara a los profesionales. Al frente del ministerio se
tecnologías cada vez más sofisticadas para llegar a encontraba Santiago Rengifo, y era rector de la Uni-
convertirse en una verdadera «cHnica de las colec- versidad de Antioquia el doctor Ignacio Vélez Es-
fividades». Las ideas renovadoras de la salud púbhca cobar. La Organización Panamericana de la Salud se
fueron asimiladas por los médicos colombianos del comprometió a brindar asesoría para el nuevo pro-
siglo XIX y apUcadas con relativo éxito en su relación grama y la UNICEF contribuyó con equipo médico
con las comunidades y a través de las llamadas juntas y material de transporte. En el mes de abril de 1964
de higiene (central y departamentales), antecesoras comenzaron a funcionar los cursos de la nueva Es-
del Ministerio de Salud, fundado en 1946. También cuela Nacional de Salud Púbhca en Medellín, como
se instituyó una cátedra de Higiene Pública y Pri- entidad adscrita al Departamento de Medicina Pre-
vada. Pero una enseñanza sistemática, hgada a la in- ventiva de la Facultad de Medicina de la Universi-
vestigación y en la perspectiva de formar especialis- dad de Antioquia. Actualmente, luego de 22 años
tas amphamente capacitados para planificar y ad- de labores y de diversas etapas de reforma y rees-
ministrar los asuntos relacionados con la salud pú- tructuración, la escuela es una facultad independien-
blica, sólo se concreta hacia mediados del presente te con tres programas: Nutrición y Dietética, Tec-
siglo en la Escuela de Salud Púbhca de la Univer- nologías en Salud y Post-grado en Salud Púbhca.
sidad Nacional. Esta escuela, sin embargo, por múl- Durante estas dos décadas largas de existencia la
tiples factores y dificultades, tuvo un desarrollo ac- Escuela ha preparado numerosos profesionales de la
cidentado y no logró consohdarse plenamente. El re- salud en diversos campos: estadística, epidemiolo-
levo lo tomó la Universidad de Antioquia en 1963: gía, administración hospitalaria, planificación de
nacía la Escuela Nacional de Salud Pública de Co- servicios de salud, educación sanitaria, etc. Ha de-
lombia, en Medellín. sarrollado programas de notable impacto social.
I
284 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

como el de preparación de promotores y promotoras en el terreno de la salud, sino también en los proce-
de salud. Ha contribuido al estudio de los problemas sos nacionales de desarrollo económico y social,
sanitarios del país, mediante investigaciones regio- AI lado del ya citado Héctor Abad Gómez han
nales y nacionales. Sus profesores y estudiantes han contribuido en esta significativa obra Guillermo
publicado no menos de veinte obras sobre diversos Restrepo Ch., quien fue su director entre 1965 y
aspectos de la salud en Colombia. Por sus aulas tam- 1973, Luis Carlos Ochoa, David Bersh, Francisco
bien han pasado médicos y enfermeras, odontólogos Henao, William Mejía, Lola Zapata, Telma Busti-
y otros profesionales de distintos países de América lio, Sixto Ospina, Luciano Vélez, Gustavo Molina
Latina. Todavía está por hacer el balance del impac- Guzmán, Marcelo Huerta Baker y Emiro Trujillo,
to que esta importante institución ha tenido no sólo entre muchos otros.

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