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Resumen
La presente ponencia busca aproximarse al lugar político que ocupó la pedagogía
en la relación Educación – Pedagogía, planteada desde tres campos de saber y
construcciones discursivas, dichos campos son: El Grupo de Historia de las
Prácticas Pedagógicas, El Movimiento Pedagógico Nacional y La Expedición
Pedagógica Nacional. Su tesis central (la de la ponencia) se ubica en la idea de
que la pedagogía, en muchas de los planteamientos de esos tres campos, actuó
como “operador del análisis”, para proponer que la pedagogía en la relación
educación – pedagogía, venía ocupando un lugar “menor”, que se expresaba en
que los problemas planteados en el aula, fueron siempre leídos y reflexionados
desde la batería de instrumentos conceptuales y teóricos desarrollados desde las
disciplinas que hacían parte de las ciencias de la educación. Se propone que esas
reflexiones, luchas y reivindicaciones para y por la pedagogía, contenía una
propuesta que de fondo, era de orden político.
Así mismo, para el desarrollo de esta propuesta reflexiva, que busca exponer
algunos temas presentes en la relación planteada, sin pretender resolverlos, se
encontró que esos asuntos que en apariencia eran en algunos casos de orden
académico, e incluso los que los plantearon en el terreno de lo político, sigue
vigente y es probable que los asuntos problemáticos presentes es en esa relación,
tengan mucha vigencia en las aparentes propuestas “alternativas” que parecieran
hacerse desde la pedagogía misma.
Finalmente, se expresa como pregunta orientadora hacia nuevas exploraciones, la
idea de que de fondo, los planteamientos que se hacen hoy día, siguen siendo
leídos desde las ciencias de la educación y no desde la pedagogía como objeto de
indagación.
Aquí quiero rescatar en parte la relación que durante los años ochenta entabló la
pedagogía y la política, en el sentido que las voces políticas del Movimiento
asumieron como uno de sus objetivos el rescate de la misma, que como práctica y
como saber, había sido reemplazada por “las técnicas de instrucción y los
esquemas curriculares de la tecnología educativa y su incidencia en el menoscabo
de la profesión docente, la rutinización de su quehacer, su deterioro intelectual y
profesional en el concierto de la cultura” (FECODE, 1988:2).
Para el GHPP, era claro que la pedagogía, en la relación saber- poder, había sido
ubicada en un lugar No-científico, por lo que su pregunta se dirige, precisamente a
los discursos que la hacen posible y que la ubican en un orden subalterno y no a
los sujeto que la operacionalizan, ni sus objetos y configuración como ciencia. La
ubicación de la pedagogía como “saber”, es una declaración de orden político, así,
según el GHPP “El saber pedagógico es pues el funcionamiento no científico
de la pedagogía, lo cual quiere decir que lo que hace que la pedagogía
funcione, exista e intervenga en una sociedad, no es la ciencia, sino otra
serie de fuerzas, formas, hechos y prácticas.” (GHPP, 2003, p 13)
“Las prácticas son todo lo contrario que expresiones científicas, del tipo de
las proposiciones, argumentaciones o validaciones de la ciencia. Las
prácticas son fuerzas de poder, formas de saber. Exterioridades
acontecimientos imposibles de prever o de controlar de forma racional. Son
pues las prácticas las instancias más decisivas para los discursos que no
tienen un carácter científico como la pedagogía en Colombia”. (GHPP, 2003,
p 14
En este escenario, las configuraciones discursivas a las que darían paso las
prácticas, permitirían la configuración de un sujeto a-discursivo, o des-
dispositivisado, las prácticas acogen la posibilidad de que la pedagogía se
desarrolle, se fugue, se constituya y pueda “explicar no solo la realidad
colombiana, sino cualquier otra realidad, siempre y cuando no se anteponga
al funcionamiento de un discurso su forma científica como explicación de
aquello que le da existencia”. (GHPP, 2003, p 3)
Me gustaría cerrar esta reflexión con la relación que hemos establecido entre la
pedagogía y diversos objetos problemáticos que circulan en la escuela. Me refiero
en este caso a: la emergencia de nuevos sujetos (indígenas, afrodescendientes,
capacidades especiales, opciones sexuales, contraculturas, jóvenes, entre otros)
objetos que están siendo ubicados en parcelas para su estudio, articulación,
organización y nuevamente cooptación a los procesos de enseñanza –
aprendizaje, según lo dispone la política educativa nacional e internacional.
En este sentido, las preocupaciones de los académicos, se han centrado en
trabajar desde los aportes teóricos y conceptuales que hace todos los estudios
“pos” o “des” pos-coloniales, pos- modernos, pos-estructuralistas, de- coloniales,
des-occidentales, entre otros. Una de mis sospechas aquí, está dada en el sentido
de que, si bien estos asuntos, desde otras problematización ya fueron esbozados,
cito nuevamente al MPN: “Pensarla creadoramente es reconocer la urgencia y
necesidad de definir y hacer realidad una pedagogía y una educación que
responda a las necesidades y anhelos culturales de los sectores
democráticos” (FECODE, 1982:2)
FECODE. (2002) Pedagogías hoy. Una práctica educativa sin teoría es ciega; una
teoría pedagógica sin práctica es estéril. Educación y Cultura (Fecode) N° 59, p. 2-
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Unda, María del Pilar, Orozco J. C., Rodríguez A. (2001) Expedición Pedagógica
Nacional: una experiencia de movilización social y construcción colectiva de
conocimiento pedagógico. Revista Nodos y Nudos, UPN
Zuluaga Olga Lucía, Echeverri A., Martínez A., Quiceno, H., Sáenz, J. Alvarez, A.
(2003) Pedagogía y epistemología. Editorial Magisterio. Bogotá