Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
CONECTOR: Clase de palabra que sirve para establecer relaciones lógicas entre sintagmas u
oraciones
TIPOS DE CONECTORES:
CAUSALES: Sirven para señalar la existencia de una relación de causa-efecto entre las
partes: PORQUE, YA QUE, PUES, PUESTO QUE, DEBIDO A QUE, etc.
CONSECUTIVOS: Expresan la misma relación que conectores causales: POR ESO, POR LO
TANTO, EN CONSECUENCIA, LUEGO, ENTONCES, ENTAL CASO, etc.
DISYUNTIVOS: Son aquellos que indican la existencia de alternativas u opciones, entre las
cuales se debe decidir: O, U, YA, BIEN, etc.
CONDICIONALES: Relacionan dos oraciones o frases en las que una de ellas, principal,
expresa un hecho y la otra, subordinada, la condición que ha de darse para que la principal se
cumpla: SI, CON TAL QUE, SÓLO SI, SIEMPRE QUE, etc.
ADVERSATIVOS: Unen frases, palabras u oraciones con sentidos opuestos: PERO, SIN
EMBARGO, AUNQUE, A PESAR DE, NO OBSTANTE, SALVO QUE, EXCEPTO, EN TODO CASO, ANTES
BIEN, etc.
FINALES: Sirven para señalar la finalidad u objetivo de una acción u hecho: PARA, CON EL
FIN DE, CON EL OBJETO DE, A FIN DE QUE, etc.
CONTINUATIVOS: Son aquellos que sirven para continuar una idea, ya sea aportando más
datos o atenuando o intensificando lo expresado: ES DECIR, O SEA, POR EJEMPLO, MÁS AÚN,POR
OTRA PARTE, ENTONCES, EN EFECTO, etc.
EJERCICIOS
1. Realice un ejemplo con dos de los siguientes conectores: PORQUE, YA QUE, DADO QUE, PUES
3. Construye oraciones con los siguientes nexos TEMPORALES: después, así que, no bien
4. Completa:
Las sirenas de la sociedad de la información nos prometieron muchas cosas: ser más felices,
saber más, pero nos han convertido en las víctimas de un vacío y un sinsentido brutales. Ahí
están los "hikikomori", los jóvenes japoneses que se encerraron en sus piezas para siempre con
su computador y no quieren saber nada del mundo. Y los millones de adictos al videojuego. O
los padres y madres que ya no miran a sus hijos a la cara, absorbidos por sus pantallas
onanistas.
¿Navegamos o naufragamos en un mar de información? Está siendo cada vez más difícil
regresar a casa. ¿Y cuál es nuestro hogar? Algunos lo llaman alma, otros interioridad, otros
silencio. El espacio sagrado de la intimidad intelectual y espiritual. El tiempo cada vez más
escaso para el pensar meditativo, para el autoconocimiento. Siempre ha habido peligros y
obstáculos para ese anhelado regreso a casa. Un exceso de información en vez de ayudarnos
a hacer posible el regreso nos desorienta, nos distrae y nos expone al peligro de los peligros: el
olvido. El olvido del ser.
Si Ulises pidió le taparan los oídos con cera para no sucumbir a las melifluas voces de las
sirenas (que sabían mucho, demasiado), nosotros debiéramos pedir que nos cubrieran también
la vista. Todo está a la vista, sobreexpuesto. Ya no hay secreto ni intimidad. Es cada vez más
difícil ver las cosas y a los otros por primera vez, la mirada contemplativa parece imposible en
estos días. ¿Dónde está el adentro y el afuera? Todos nos hemos vuelto voyeristas y
exhibicionistas al mismo tiempo. Y es el alma la que está en peligro, pues ella necesita de pudor,
silencio y misterio. Y digo "alma", aunque esa palabra ya no se use, aunque sea políticamente
incorrecto hablar de ella y uno se exponga a hacer el ridículo por el solo hecho de nombrarla.
El acto más revolucionario de todos hoy es volver a hablar del alma. Al hacerlo volvemos la
mirada hacia adentro, a ese territorio infinito y abandonado, pues todos estamos hoy "afuera",
lejos de casa. Por eso, vale la pena volver a leer a los geógrafos o arqueólogos de esa
interioridad perdida: Platón, San Agustín, Rumi, Ibn Arabí. Pero sobre todo a Plotino. ¡Qué placer
leer al más místico de los filósofos en estos días! Cuando la filosofía era ejercicio espiritual y no
mera elucubración intelectual separada de la vida -como nos enseñó el gran maestro Pierre
Hadot-. Escucho -casi como si fuera una emisión clandestina- en la radio France Culture un
programa sobre Plotino. ¡Un milagro! La radio en internet puede ser un excelente medio para
resistir con la palabra. Ahí la sirena se convierte en Musa.
Para Plotino la filosofía era una preparación para una eventual experiencia mística y como las
experiencias místicas son escasas, él se esforzó -al menos- por "estar presente a sí mismo y a
los otros". Esa es la tarea más urgente y espiritual hoy: estar presentes, cuando todo nos invita
a la fuga y la alienación. "¿Quiénes somos? ¿En qué nos hemos convertido? ¿Adónde hemos
sido arrojados? ¿Adónde vamos? ¿De dónde nos viene la liberación?" -se preguntaba Plotino
en el 200 d.C. Al leer esto, me consuela constatar que la alienación ha existido siempre, solo
que ahora asume nuevas formas, amplificada por la tecnología.
Apago el celular, leo y releo a Plotino. ¡Qué gozo cuando la filosofía es palabra viva y no
"cháchara de altura"! Hay que conquistar oasis de contemplación en medio de nuestro activismo
alienante. Plotino usó a Ulises como imagen del verdadero viaje. ¿Y cómo es ese viaje?: "debes
cerrar los ojos, debes trocar esta vista por otra y despertar a lo que todos tienen pero pocos
usan. Retírate a ti mismo y mira". Cierro los ojos: siento que Itaca está cerca... y a pesar de las
Sirenas y la hechicería informática que nos invita a huir, todavía podemos regresar.