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Año: 2018
Así es como hemos tomado la costumbre de “pensar la voluntad de potencia solo en el modo
de la potencia activa. Pero la potencia es ante todo potencia pasiva, pasividad o
pasión.”(Agamben, 2007)2
En este pequeño ensayo intentare mostrar cómo algunos pensadores han llegado a plantear el
problema de la potencia pasiva y su vez mencionare un par consecuencias que se siguen de él.
Para responder esta pregunta , primero se deben distinguir dos maneras en las que se dice que
algo es potente de o que tiene la facultad de : en primer lugar en un sentido genérico, cuando
se dice que un niño puede llegar a ser presidente o biólogo marino; en segundo lugar se dice
que la potencia o facultad de hacer algo es una cierta privación(steresis) tenida(hexis), algo que
atestigua la presencia de lo que falta en acto , en este sentido es que se dice que el citarista
puede tocar la citara, la explicación : hecho de tener su privación , es decir el hecho de poder-
no tocar la citara.
1 “la fuerza ya no tiene centro precisamente porque es inseparable de su relación con otras fuerzas
(Deleuze, 2006, p.192).
2 Ya Aristóteles pensaba en este amplio campo al declarar la existencia de: “potencias, ya de hacer o
padecer algo”. 1046ª16(Aristóteles, Metafísica, 2001, p.365).
3 “¿es que uno va a dejar de poseer el arte cuando cesa de ejercerlo, pero va a ser capaz de edificar, otra
vez, inmediatamente después?”(1047ª3-4, Aristóteles, Metafisica, 2001, p.369).
Para Aristóteles es importantísimo fundamentar la realidad de estas presencias privativas, pues
sin ellas nada sería posible: “si lo que esta privado de potencia fuera incapaz, lo que no se ha
generado no podría nunca generarse" ,a su vez es un dato que algo se ha generado alguna vez,
por lo que se establece que hay efectivamente “un modo de ser de la potencia, que existe en la
forma de la hexis, del señorío sobre una privación”. De este modo Aristóteles ya va
componiendo la definición de una cosa capaz: “una cosa es capaz por tener cierta posesión o
principio, y también por tener la privación del mismo, si es que es posible tener una
privación4”1019b8-10(Aristóteles, Metafísica, 2001, p.235-236).
Este principio de la visión “diáfano” explica porque es posible ver el color. Si lo diáfano esta en
acto en la luz se puede ver el color, cuando en cambio lo diáfano está en la oscuridad (en
potencia) se puede recibir la potencialidad misma o “tener” la potencia de ver. Esta
potencialidad, este poder-no ver (que se tiene) que define la facultad de ver es lo que
Aristóteles llama impotencia, que es algo muy distinto a un simple no poder. Que es esta
impotencia según nuestro filosofo: “La impotencia, es la privación contraria a tal potencia, de
modo que toda potencia es contraria a una impotencia para lo mismo y respecto de lo
mismo.”(Aristoteles, Metafisica, 2001,1046ª30, p.365), de este modo cada potencia será
también potencia de no. Esta según Agamben es la “ambivalencia especifica de toda potencia
humana”, que se mantiene en su estructura original en relación con su propia privación.
Esta relación dice Agamben “constituye para Aristóteles la esencia de la potencia. El viviente
que existe en el modo de la potencia, puede la propia impotencia, y solo en este modo posee
la propia impotencia. Puede ser y hacer, porque se mantiene en relación con el propio no-ser y
no-hacer. En la potencia, la sensación es constitutivamente anestesia; el pensamiento, no-
pensamiento; la obra, inoperosidad.”(Agamben, 2007, p.361).
Con esta manera de entender el concepto se logra comprender un pasaje difícil del De Anima:
“Sufrir (padecer) no es un término simple sino que, por una parte, es una cierta destrucción
por obra del contrario, y por la otra es más bien la conservación de lo que está en potencia en
lo que está en acto y es parecido a él, del mismo modo que la potencia con respecto al acto. En
efecto, quien posee la ciencia se vuelve contemplante en acto, y esto no es una alteración
(devenir otro7), porque hay don a sí mismo y al acto.”(Aristóteles De anima, citado en
Agamben, 2007, p.367-368). En fin, se muestra que el pasar al acto de la potencia es una
conservación y un perfeccionamiento, cosa que permite comprender al pensamiento y al poder
de conocer.
Como último punto, no todas las potencias son iguales, la facultad racional difiere de la
facultad sensitiva usada en los ejemplos8, en esto seguiremos a Averroes. Según su
metodología antes de conocer la sustancia del intelecto debemos conocer sus acciones, y si es
acción o recepción o ambas. Invocamos para empezar y dar continuidad a nuestra exposición el
siguiente texto que nos permite conectar con nuestro problema anterior a través del contraste
de la facultad de sentir con la de pensar: “Digamos pues, que si concebir por el intelecto es
como sentir, será afectado de algún modo por el inteligible o algo semejante.”(429ª13-15,
Aristoteles, De anima).
El intelecto solo es “como sentir”, pues a diferencia de sentir que es una potencia
absolutamente pasiva que cuando recibe los sensibles cambia y es afectada por ellos. El hecho
de que cambie es posible solo por tratarse de una potencia del cuerpo, el intelecto por el
De este modo el intelecto será pasivo en cuanto que los inteligibles lo mueven y será activo en
cuanto que son movidos por él en la imaginación. Y ninguna de estas dos potencias es
generable ni corruptible. Este pensamiento según Averroes se funda en dos proposiciones: que
esta sustancia recibe todas las formas materiales y que todo lo que recibe algo es necesario
que este despojado de la naturaleza de lo que recibe (y que su sustancia no sea la de lo
recibido). (Averroes, 2003).
En este mismo intento decimos que el sentido que recibe el color debe carecer de color y
referir a sí mismo en la oscuridad, igualmente el sentido que recibe sonido carecerá de sonido;
el intelecto será como lo diáfano, el intelecto agente que entiende los inteligibles en acto será
como la luz y los inteligibles mismos serán como el color. En fin, “su naturaleza será la de la
posibilidad”. (Averroes, 2003).
Una posibilidad simple, separada, ingenerable, incorruptible y común a todos los hombres , a
los que se llama infantes por estar fuera de todo pensamiento y su vez ser los que mantienen
una relación con el.”(Karmy, 2007, p.207) La interpretación averroísta del intelecto aristotélico
afirma la existencia de esta incoincidencia constitutiva entre hombre y pensamiento haciendo
Las consecuencias del averroísmo aristotélico ha sido bien vista por el filosofo Tomas que dice
que para esta doctrina: “la voluntad no estaría en el hombre particular sino en el intelecto
separado. Y así este hombre particular no sería señor de sus actos y ninguno de sus actos seria
loable o repudiable. Lo cual implica despedazar los principios de la filosofía moral.” Y “si el
intelecto fuera uno para todos, se seguiría necesariamente que habrá uno que entendería y
consecuentemente, uno solo que desearía, y uno solo utilizaría a favor de su voluntad el
arbitrio de todas las facultades del alma y de las partes del cuerpo por las cuales los hombres
se diferencian entre ellos. Y de estos últimos se seguiría que no habría ninguna diferencia entre
los hombre en cuanto a la libre elección de la voluntad sino que la voluntad seria la misma para
todos, si es que el intelecto es uno e indiviso para todos.”(Citado en Karmy, 2007, p.216).
Esta voluntad a pesar de ser solo una es multiplicidad cristalizada a través de la imaginación, su
nombre es voluntad de poder. Como bien dice Tomas el hombre no sería señor de sus actos, ni
tampoco libre, pues su verdadera libertad es la potencia: “será auténticamente libre en este
sentido, no quien pueda simplemente cumplir este o aquel acto ni quien simplemente pueda
no cumplirlo, sino quien manteniéndose en relación con la privación pueda la propia
impotencia.”(Agamben, 2007, p.361).
Es con esta larga vuelta que las fuerzas enjuiciadores de la moral quedan desactivadas, ya no
con la argumentación de la no centralización de las fuerzas como en Nietzsche y sus potencias
activas, sino a la manera de Aristóteles y Averroes a través de la pasividad. Aunque Agamben
piensa en el fondo que esta también era la manera de Nietzsche: “¿Estamos seguros de que no
permanecemos todavía dentro del pensamiento nietzscheano de la potencia? Estamos
acostumbrados a pensar en la voluntad de potencia solo en el modo de la potencia activa. Pero
la potencia es ante todo potencia pasiva, pasividad o pasión. En el eterno retorno, Nietzsche ha
intentado pensar la coincidencia de estas dos potencias, la voluntad de poder como pasión que
se padece a sí misma.”(Agmaben, 2007, p.435)
Bibliografía: