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Universidad Autónoma del Estado de México

Maestría en Derechos Humanos

TEMARIO
I.- EL PODER Y EL EMPODERAMIENTO
I.1.- Análisis conceptual del poder
I.1.1.- Marco politológico
I.1.2.- Marco psicológico
I.1.3.- Marco Literario

I.2.- El uso del poder en la literatura clásica (Edad media, moderna y


contemporánea)

I.2.1.- Nicolás Maquiavelo. “El Príncipe” (1469-1527)


I.2.2.- Jean Jacques Rousseau. “El Discurso sobre el origen de la
desigualdad” (1712-1778)
I.2.3.- Friederich Wilhelm Nietzsche. La Genealogía de la Moral
(1844-1900)

I.2.4.- Michel Foucault. La Microfísica del Poder (1926-1984)

I.3.- El uso del poder en el siglo XXI

I.3.1.- Robert Greene. Las 48 Leyes del Poder (2010)

I.4.- Conclusiones

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I.- EL PODER Y EL EMPODERAMIENTO


La vida en sociedad es una fuente inagotable de relaciones de poder. Co-sustancial al
género su uso indebido suele ser dañino sobre los seres humanos (según la Organización
Mundial de la Salud, cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo”1). Las
conductas que motivan la desigualdad, la discriminación y la violencia son producto de estas
relaciones y están tan arraigadas en las personas que su ejercicio ha llegado a parecernos
normal.
La postura anterior no es errónea, pues “las relaciones de poder han marcado a lo largo de la
historia la convivencia entre hombres y mujeres, (por lo que), tradicionalmente los hombres
han ejercido dominación (y control) hacia las mujeres en diferentes ámbitos2”, coartando de
manera consciente o no el acceso al ejercicio pleno de sus derechos humanos.
La dominación, el control y sometimiento no son sino expresiones del androcentrismo
patriarcal que nos ha sido heredado y que ha llegado a formar parte de la naturaleza humana.
Es preciso reconocer que la violencia hacia las mujeres “no ocurre en aislamiento, sino que
está vinculada a la violencia de los hombres contra otros hombres y a la interiorización de la
violencia”3, es decir, su ejercicio parece estar relacionado directamente con el indebido
ejercicio del poder, antes que con la construcción androcéntrica patriarcal.
Es por ello que resulta necesario contextualizar al ejercicio del poder para determinar cuánto
se conoce sobre el tema, cómo se ha empleado a lo largo de los años y de qué manera ha
repercutido su uso en la dominación, control y sometimiento que se ejerce contra los grupos
vulnerables.
El objetivo de este primer apartado no es emitir un nuevo concepto de Poder, sino analizar la
manera en que éste se ha empleado a lo largo de los años, y determinar si su uso ha quedado
reducido a un sinónimo de lucha, control y sometimiento, de modo que cualquier persona
que se diga poderosa en algún sentido, será violenta de alguna manera.

I.1.- Análisis conceptual del poder


En su origen etimológico, la palabra Poder proviene del latín (Potere) que significa ser
posible o ser capaz. En sus orígenes, el término alude a la disposición o habilidad de las
personas para conseguir o realizar con eficiencia alguna actividad.
Al respecto, la autora Hannah Arendt en su obra denominada La Condición Humana, afirma
que “el poder surge entre los hombres cuando actúan juntos, y desaparece en el momento en
que se dispersan”4; es decir, en términos de la autora, el poder no debe entenderse como una

1
Primer informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la violencia de género en diez países del
mundo.
2
CAMPOS, Ana María, Género: Una relación de poder. Ensayo presentado en enero de 2010, en el Curso
Superior de Investigación con Enfoque de Género que imparte el Centro de Estudios de Género de la UES.
Consultable en: http://www.eluniversitario.ues.edu.sv.
3
KAUFMAN, Michael, Las sietes P´s de la Violencia de los Hombres. Fundación Mujeres. Junio 1999.
4
ARENDT, Hannah, La Condición Humana (México Paidós Surcos 2005). Pág. 30 2011.

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cosa o una sustancia, sino como una condición de posibilidad que surge a partir del consenso
o a través de la legitimación de un grupo.
La postura de la autora se aproxima a la definición etimología del término, pues es
imprescindible la actuación en grupo para que las personas sean capaces de interactuar o
relacionarse y si bien, el poder puede emerger de entre las colectividades, también puede
hacerlo en la individualidad cuando se encuentra legitimado por la actuación colectiva. De
este modo un rasgo fundamental del ejercicio debido del poder es la legitimación.
En tal caso, diríamos que el ejercicio colectivo o individual de la violencia puede ser y de
hecho es proporcional a la legitimación del sujeto para actuar. Lo anterior significa que las
personas generadoras de violencia requieren del consenso social para legitimar el ejercicio
de su poder. Y en tanto que hemos heredado una cultura androcéntrica patriarcal que concibe
al ejercicio del poder como sinónimo de lucha, control y sometimiento, es de comprenderse
que se crea que el ejercicio de la violencia se encuentra plenamente legitimado.
Aunque el tema de la legitimación del ejercicio del poder no está en tela de juicio, existen
amplias disputas entre los científicos sociales sobre la unificación de lo debería comprenderse
por poder, el autor Aníbal Romero en su Obra El Estudio del Poder indica: “que es inconcuso
pretender llegar a una sola definición, por lo que intenta la aproximación al concepto a través
de diversas perspectivas complementarias para su estudio, a saber, la politológica, la
psicológica, y la literaria”5.

I.1.1.- Marco politológico


La politología es la disciplina que estudia al Poder desde una óptica colectiva, es decir, su
objeto de estudio son las relaciones sociales que le dan origen y lo sustentan.
Alude a una visión generalizadora del término, en cuyo centro se hallan los aportes modernos,
tales como que el poder es la capacidad del sujeto para alcanzar sus metas manipulando la
conducta de un tercero. En esta concepción, es común hablar de la coerción como medio para
alcanzar los fines, por lo que el poder se manifiesta en la capacidad de influencia.
Así, el ejercicio del poder se encuentra estrechamente relacionado con la violencia, el control,
el sometimiento, la guerra, la paz, la negociación la discordia y concordia; la justicia, el
orden y la revolución entre otras. Su presupuesto es la intensión legítima de imponer los
intereses propios a los de terceros.
Como era de esperarse, el marco politológico del poder no es sino el conglomerado de
ideologías comunes que toleran el ejercicio de la violencia como medio para imponer la
voluntad. No es de extrañar, por tanto que a la luz de esta concepción los estereotipos y roles
de género se hagan patentes.

5
ROMERO, Aníbal, “Sobre historia y poder”, Estudios de teoría política. Editorial Equinoccio, 2010. Pág.
147.

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En este caso, la persona subordinada accede al control del sujeto dominante en atención a la
propia exigencia de su razón, pues de acuerdo a su construcción social, considera que la
coacción es legítima, luego entonces, la sujeción sensata.

I.1.2.- Marco psicológico


Su principal exponente es Sigmund Freud. Argumenta que los seres humanos son impulsivos
por naturaleza, por lo que “la civilización se fundamenta sobre la coerción y la renuncia a los
instintos”, para salvaguardar el respeto a los derechos de terceros y alcanzar el bien común.
Según el autor, esta situación pone un enorme peso sobre la estructura anímica del hombre,
pues “define el reto clave de la organización social6”
Cada instinto reprimido es en potencia una conducta violenta de tensión amotinada. Cuando
su explosión es inevitable da a luz a la discordia, el control, el sometimiento, la revolución y
la misma guerra. No existe legitimación individual o colectiva para tolerar esta conducta.
La única legitimidad aceptada para hacer posible la vida en común, es la creación de leyes,
organizaciones e instituciones sociales, cuyo objetivo principal es defender a la civilización
frente a la impulsividad humana.
Bajo este contexto, para Freud, “el ejercicio del poder es (…) un requisito indispensable para
preservar lo que no es más que una frágil argamasa de orden civilizatorio, constantemente
sujetas a las amenazas de un tenso universo de instintos reprimidos, que pugnan por salir a
flote”7.
Para Freud las personas que detentan el poder desempeñan el papel de “individuos
ejemplares”, los cuales consideran que tienen la capacidad de convencer a las masas para que
éstas se esfuercen en reprimir sus instintos.
Como puede notarse, desde el punto de vista psicológico, el poder es un instrumento represor,
por el que los seres humanos regulan sus instintos destructivos; Lo que justifica el empleo de
medios de coerción y recompensa según la actuación del individuo.
La postura psicológica no parece la más adecuada para explicar el ejercicio del poder, pues
la idea de represión alude a la necesidad del sujeto de impedir un comportamiento
presuntamente nocivo, que lo induce con frecuencia a la infundada creencia de que debe ser
rígido e inflexible por el bien de la sociedad. La postura anterior no es sino la tensión
acumulable que suele detonar las conductas violentas.

I.1.3.- Marco Literario


Muchas son las obras literarias que aluden al ejercicio del poder como tópico principal. Su
análisis nos resulta especialmente fundamental porque nos refleja la concepción de la época
sobre el tema y nos permite comprender como es que su influencia forja la subjetividad,
ideología y cultura de las personas.

6
Ibíd. Pág. 161.
7
Ibíd.; pág. 161.

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El autor Elías Canetti en su libro “Masa y poder”8 se centra en la condición del hombre
comparándolo con un animal felino que tienen dos actos de poder: Agarrar y Dejarse agarrar.
En el primer caso se encuentran los poderosos (gato) y en segundo lugar, los subordinados
(ratón). Indica que cuando el gato somete al ratón lo conduce a su círculo de poder, ahí lo
domina, lo somete a su régimen de fuerza, aunque su intención es matarlo, se detiene por un
momento para juguetear con él. El ratón pretende escapar pero le resulta imposible pues se
encuentra en la esfera de poder del gato.
Como puede notarse, la analogía que nos presenta el autor nos permite constatar que la
persona que detenta alguna clase de poder opera bajo un círculo de acción, es decir, sobre
aquel espacio que le legitima para actuar; que le faculta o le genera el ánimo de sentirse
superior a su víctima. En el caso del felino, esa legitimidad la adquiere por su superioridad
física, y su poder se verá reflejado en la manera en que somete y domina al ratón antes de
alcanzar su fin inminente, la muerte.
Ejemplo similar, pero con mayor relevancia para este análisis pasa a relatar el autor. Ahora
asemeja las relaciones de poder con el cariño absoluto que tiene la madre con el niño recién
nacido. La madre sabe que la vida del menor depende de ella, por lo que experimenta el más
intenso deseo de ejercer sobre él su poder: “La concentración de esta apetencia de señorío
sobre un ser tan diminuto le proporciona una sensación de supremacía difícilmente
superable…”9, delicadamente lo somete, lo traslada a su círculo de acción donde le
proporciona confort, seguridad y protección. El niño se hace hombre en los brazos de su
madre y le estará enteramente agradecido por tal sometimiento.
El ejemplo anterior nos permite llegar a la más perfecta conclusión de que la violencia no
necesariamente se constituye en presupuesto para el ejercicio del poder. En lo ideal, el poder
es bueno, competente y genuino; alcanza fines sin abusar de los medios, es natural antes que
material, no se reafirma a través del violento sometimiento. No es absoluto, ni se pretende
exclusivo. Es rígido al tiempo que flexible. Representa estabilidad, cordura, firmeza e
integridad, simple liderazgo, aptitud y grandeza en su máxima expresión.
El poder que ejerce el director de una orquesta bien puede asemejarse a lo que
denominaremos “el ideal del correcto ejercicio del poder”. “El director está de pie (…) Está
de pie solo (…) Está de pie elevado (…) El que los oyentes estén sentados, en silencio
pertenece a la intención del director, como la obediencia de la orquesta (…)”10
Posee grandes conocimientos musicales tanto a nivel teórico como práctico, lo que le
posibilita transmitir a la orquesta y al público la esencia de una obra musical. Sabe analizar
a detalle cada partitura hasta descubrir todos los misterios de la obra; posee la capacidad de
conseguir en los ensayos que la orquesta genere la música que tiene en su mente. Los
miembros de la orquesta lo saben, lo admiran y lo respetan; se sujetan a su temple, se someten

8
CANETTI, Elías, “Masa y Poder”, Traducido al Alemán Enrique Lynch, Sexta edición, Barcelona, España.
1994. By Munchhik, Editores S.A. Abirrau.
9
Ibídem; pág. 162.
10
Ibídem; pág. 164

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y le conceden el control de toda situación. En conclusión, aún en el marco literario ejercer el


poder significa dominar y sobrevivir.

I.2.- El uso del poder en la literatura clásica (Edad media, moderna y contemporánea)
A efecto de profundizar en la manera en que los clásicos han considerado el uso del poder
desde el aspecto moral, analizaremos el pensamiento de Nicolás Maquiavelo, Jean Jacques
Rousseau, Friederich Nietzsche y Michel Foucault, personajes cuya vida y obra abarca del
1469 – 1984 y que nos permiten comprobar que a lo largo de la historia la detentación, control
y hasta el abuso del poder, es lo que ha caracterizado a las sociedades de todos los tiempos.

I.2.1- Nicolás Maquiavelo. “El Príncipe” (1469-1527)


Nicolás Maquiavelo nació en el pueblo de San Casciano in Val di Pesa, aunque fue hijo de
un noble, culto y prestigioso abogado (Bernardo Machiavelli), su vida estuvo llena de
pobreza debido a deudas familiares, situación que desde luego no impidió que recibiera la
sólida educación humanística que le convirtió en un verdadero patriota. Entre 1494 y 1512
estuvo a cargo de una oficina pública, lo que le permitió trasladarse a varias cortes de Francia,
y Alemania en misiones diplomáticas. En 1512 fue exiliado y despachado a San Casciano.
Murió en Florencia en 1527 y fue sepultado en Santa Cruz.
La obra “El Príncipe” es un tratado de teoría política, “no es otra cosa sino una obra dotada
de un gran conocimiento de la psique humana, un enorme sentido común y mucho
pragmatismo11”. En la sustancia, nos brinda verdaderas lecciones sobre el afianzamiento del
poder, situación que resulta idónea para el análisis que nos proponemos emprender, pues en
nuestro concepto, Maquiavelo fue el primer filósofo que identificó sus construcciones
ideológicas y puso de relieve que la fuerza, el orgullo y la opresión son herramientas
fundamentales para garantizar el desarrollo de los pueblos.
Señala que la felicidad de los súbditos es producto de la astucia, la artimaña y la crueldad.
Dice que no basta con alcanzar poder, el gobernante debe mantener dicho poder a pesar de
la opresión y a través de la opresión, por el bien de los súbditos y sin importar las violaciones
que en su paso cometa.
Por ello, para Maquiavelo no es necesaria la moral, y el valor de la prudencia es adecuado y
por tanto aceptado, si maquina en pro de los intereses del Estado, de ahí que en su obra
afirme, que la vergüenza de cometer un crimen, se reduce ante la grandeza de haberlo
ejecutado. El gobernante debe poseer seria destreza, intuición y tesón, así como habilidad
para sortear obstáculos, y "moverse según soplan los vientos". Diestro en el engaño e
indiferente ante el bien y el mal.
Bajo este contexto, el pensamiento maquiavélico queda bien plasmado en las siguientes
frases:

11
Colaboradores de Wikipedia. El príncipe [en línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2010 [fecha de
consulta: 9 de diciembre del 2012]. Disponible en http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=El_principe&oldid=40925580>.

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“A los hombres (personas) se les ha de mimar o aplastar, pues se vengan de las ofensas
ligeras ya que de las graves no puede: la afrenta que se hace a un hombre (persona) debe
ser, por tanto, tal que no haya ocasión de temer su venganza.
Las injusticias se deben hacer todas a la vez a fin de que, por probarlas menos, hagan menos
daño, mientras que los favores se deben hacer poco a poco con el objetivo de que se aprecien
mejor.
Se puede decir de los hombres (las personas) lo siguiente: son ingratos, volubles, simulan lo
que no son y disimulan lo que son, huyen del peligro, están ávidos de ganancia; y mientras
les haces favores son todos tuyos, te ofrecen la sangre, los bienes, la vida y los hijos cuando
la necesidad está lejos; pero cuando ésta se te viene encima vuelven la cara”12.
Como puede notarse, desde la óptica de Maquiavelo, el poder no se relaciona con la virtud,
sino con la fuerza y la coacción. Lo único trascendental en su medio es detentar el poder y
conservar su control, no sorprende, por tanto, que su pensamiento represente con exactitud
las conductas que caracterizan la violencia.
Convencido de que “más vale ser temido que amado”, es indudable era un “violentador
social”, no por nada estuvo confinado en la ciudad de San Casciano, Florencia, por un
presunto intento de conspiración. Desconozco si su pensamiento promueve el buen gobierno,
lo cierto es que el destacado político basó su obra en los usos sociales dominantes en su
época, de lo que se concluye que en el siglo XV ya imperaban erróneos conceptos del poder.
I.2.2.- Jean Jacques Rousseau. “El Discurso sobre el origen de la desigualdad” (1712-
1778)
Rousseau fue un filósofo, teórico político y social, nació en Ginebra (Suiza) el 18 de junio
de 1712, fue educado por sus tíos tras la muerte de su madre pocos días después de su
nacimiento. A sus 16 años trabajó como secretario de madame Louise de Warens, una mujer
acaudalada y generosa que tuvo profunda influencia en su vida. A partir de 1742 se trasladó
a París, donde se ganó la vida como profesor y político.
En su obra, “El Discurso sobre el origen de la desigualdad”, expuso que las instituciones
sociales corrompen a la humanidad, pues reproducen la violencia de los poderosos y la
opresión de los débiles manifiesta que el “espíritu se rebela contra la dureza de (los
poderosos) o deplora la ceguedad (de los vulnerables), y como nada es menos estable entre
los hombres que estas relaciones exteriores que el azar produce más a menudo que la
sabiduría y que se llaman debilidad o poder, riqueza o pobreza, las sociedades humanas
parecen, al primer golpe de vista, fundadas sobre montones de arena movediza”13.
Así pues, para el autor, el estado natural de las personas es superior a su estado civilizado.
Su idea bien puede representarse con la frase: “Todo es perfecto al salir de las manos del
Creador y todo degenera en manos de los hombres”. De esta forma, para Rousseau, la

12
MAQUIAVELO, Nicolás. 1985 (1513). “El Príncipe”. México; Editorial Porrúa S.A, pág. 47
ROUSSEAU, Juan Jacobo, “Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad”. Editado
13

porwww.elaleph.com. 1999. Pág. 21.

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sociedad es injusta porque reproduce la violencia y la desigualdad que caracteriza a los


poderosos; que dicha situación pervierte a las personas y produce el “dominio del hombre
por el hombre”. Acto seguido, propone, fijar límites al poder a través del contrato social,
donde el Estado regula los excesos y las desigualdades.
Aunque la propuesta de Rousseau deja ver sus buenas intenciones, escapó a sus ideales
considerar que el Poder del Estado tendría sus propios excesos y llegaría a ser el principal
replicador de los vicios de la sociedad. ¿Cuál fue el error del autor?, Considerar que la
violencia tiene su origen en las instituciones Sociales, cuando en mi concepto, el origen real
se encuentra en las características que históricamente hemos atribuido al “poder”, por tanto,
todo lo que resulte investido de poder corromperá a la humanidad.
Bajo esta premisa resulta inconclusa la teoría de los pesos y los contrapesos de Montesquieu,
pues si un corrompido poder detiene al poder, se necesitará de un poder superior que equilibre
los vicios o excesos del primero, así del segundo y del tercero. La prueba más clara a la
aseveración anterior, la hallamos en la consolidación de lo que en este siglo hemos
denominado, el cuarto poder (los medios de comunicación).
Como puede observarse, la lucha por el poder es y ha sido el móvil de la supervivencia
humana, y como bien era de esperarse, no existe fuerte sin débil, ni poderoso sin endeble; o
mejor contextualizado al género, hombre sin mujer. El pensamiento de Friederich Nietzsche
nos aproxima a la complejidad de esta relación extrema pero socialmente construida.

I.2.3.- Friederich Wilhelm Nietzsche. La Genealogía de la Moral (1844-1900)


Friederich Wilhelm Nietzsche, fue un filósofo alemán nacionalizado suizo, hijo de familia
protestante. Su vida “fue volviéndose cada vez más retirada y amarga a medida que avanzaba
en edad y se intensificaban los síntomas de su enfermedad, la sífilis. En 1882 pretendió en
matrimonio a la poetisa Lou Andreas Salomé, por quien fue rechazado, tras lo cual se recluyó
definitivamente en su trabajo. Si bien en la actualidad se reconoce el valor de sus textos con
independencia de su atormentada biografía, durante algún tiempo la crítica atribuyó el tono
corrosivo de sus escritos a la enfermedad que padecía desde joven y que terminó por
ocasionarle la locura”14.
En su obra, “La Genealogía de la Moral”, Nietzsche desentraña el origen de los prejuicios
morales, argumentando que son un invento humano para justificar la incapacidad de las
personas para alcanzar el poder o conservarse en él. Cuestiona el valor de los valores, y cita
a filósofos como Platón, Spinoza, La Rochefoucauld y Kant, para fundamentar la importancia
de menospreciar la compasión, la abnegación o sacrificio como signo debilidad.
En su planteamiento, el autor afirma que la moral es un valor socialmente incuestionable,
pues gracias a ella tenemos conciencia de lo que es bueno o aceptable, sin embargo, advierte
que regularmente las personas poderosas, opresoras y triunfantes son catalogadas como
malas o inmorales, debido a que su grandeza se relaciona con la explotación de los esclavos.
Pero luego replica, “¿Y si sucediere más bien al contrario? ¿Y si en (las personas buenas)
14
Biográficas y Vidas S.C.P., (en línea) Friedrich Nietzsche. Barcelona España. [fecha de consulta: 9 de diciembre
del 2012]. Disponible en la Web: www.viográfiasyvidas.com.

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residiese un síntoma de retroceso, e igualmente un peligro, una tentación, un veneno, un


narcótico, (…)? ¿De manera que justo la moral fuese la culpable de que el supremo poderío
y esplendor (…) nunca se alcance? ¿De manera que justo la moral fuese el peligro de los
peligros?”15
Como la mayoría de los filósofos de su época, Nietzsche analizaba los problemas sociales
desde una posición de nobleza, así, tanto para él como para los miembros de la alta sociedad
de su día, resultaba inconcebible que fueran moralmente condenados por el uso legítimo de
su poder, pues afirmó, “solo los desgraciados son buenos; solo los pobres, impotentes y bajos
son buenos; los únicos que sufren, los indigentes, los enfermos, los feos son los únicos píos,
los únicos bienaventurados a los ojos de Dios, solo para ellos hay bien aventura, mientras
que los (poderosos) sois para toda la eternidad los malvados, los crueles, los lascivos, los
insaciables, los impíos, y vosotros seréis también eternamente los desdichados, los malditos
condenados”16.
Nietzsche contradice todo tipo de razón científica y lleva a cabo una crítica a la razón.
Argumenta que ante situaciones desfavorables, las personas se refugian en su debilidad, por
lo que los oprimidos, se asumen como indefensos corderitos, en contra posición a los
poderosos, a quienes califican como aves de rapiña. “En la metáfora de Nietzsche, los
corderos decidieron (por propia voluntad) que las aves de presa eran malvadas, con lo que
consideraron que ellos (víctimas de su destino) debían ser (los) buenos”17 Bajo este contexto,
el autor llega al extremo de argumentar que la moral de los sacerdotes es perversa, porque
basan sus valores en una faceta del “odio a la violencia y a la crueldad”, no concibe que lo
bendecido por Dios pueda ser la debilidad, la abnegación y la humildad.
Siguiendo la línea del pensamiento de Nietzsche, diríamos, la violencia es violencia. ¿Cómo
podríamos exigirle que no actúe como tal?, ¿Por qué rechazamos su esencia?, Simplemente,
en términos del autor, porqué nuestra negación al hecho es el producto de nuestra propia
impotencia, por tanto, la moral, no es más que el reflejo de nuestra debilidad disfrazado de
eticidad o de sublimes ideales. Exigir que no se manifieste como tal es un contrasentido.
Por supuesto que el pensamiento de Nietzsche es inmoral y violento, pero desde su óptica,
aunque su conducta rebasaba los límites de la moral, nos deja claro que la vulnerabilidad no
es para los poderosos, ni la gloria para los débiles, como si se tratase de naturalezas diversas
que no se pueden mezclar ni relacionar.
De esta forma, cuando Maquiavelo y Nietzsche aluden al ejercicio del poder dejan ver que la
violencia es producto obligado, al igual que el crimen, el control, la corrupción, la impunidad
y la venganza; sin embargo, para ellos son parte de la vida política real, es decir, son
cuestiones comunes a la corrompida sociedad como apuntó Rousseau, de suerte que, bajo
esta ideología, cualquiera que luche por la igualdad, en realidad lucha por alcanzar el poder.

15
NIETZSCHE, Friedrich W, La genealogía de la moral (trad. de Andrés Sánchez Pascual), Alianza Editorial,
Madrid, 1996. ISBN 84-206-1356-8. Pág. 7
16
Ibídem; pág. 16.
17
Ibídem; pág. 13.

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No parece que el criterio haya cambiado mucho en el siglo XIX, sin embargo, Michel
Foucault, nos brinda una aproximación diferente, pues más que explicarnos qué grupo social
detenta el poder emite una explicación sobre su origen.

I.2.4.- Michel Foucault. La microfísica del poder (1926-1984)


Nació en Poitiers, Francia el 15 de octubre de 1926, fue un historiador de las ideas, teórico
social, psicólogo y filósofo. Fue profesor de varias universidades francesas y
estadounidenses. Fue conocido por sus estudios sobre las relaciones de poder.
El autor Héctor Meza Aguilar, en obra denominada, Poder, Género y Psicológica Social,
realiza un estudio interesante a la microfísica del poder de Foucault, por tal motivo me parece
relevante citar buena parte de su análisis en los siguientes términos:
Desde la óptica de Foucault, “el poder existe solo en acto, esto es, no es una cosa o sustancia,
sino una relación que implica el ejercicio de fuerzas desiguales. El poder consiste en una
multiplicidad de prácticas que constituyen una vasta tecnología que atraviesa al conjunto de
relaciones sociales; un entramado reticular cuya dinámica produce efectos de dominación a
partir del uso de estrategias y tácticas especificas (Foucault; ibídem: 144). Para Foucault “El
poder está en todas partes; no es que lo englobe todo sino que viene de todas partes”
(1977:113); es inmanente y consustancial al cuerpo social y existe en cualquier fragmento
del tejido que lo constituye es por ello que afirma que su análisis debe ser ascendente, es
decir, arrancar de los mecanismos infinitesimales y relativamente autónomos de poder para,
posteriormente, ver cómo éstos son investidos y anexionados por mecanismos más generales
o formas de dominación global. El conjunto de mecanismos microfísicos de poder crean las
condiciones que hacen posible la existencia y funcionamiento de poderes globales; “los
procedimientos heteromorfos y locales de poder son transformados por las estrategias
globales, hasta constituir un efecto coherente y general de dominación con sus respectivas
inercias y resistencias” (Ceballos; 1997:50 y Foucault; 1980:171); el poder en la familia, la
escuela, la cárcel, el hospital, etcétera, no constituyen un reflejo o reproducción de
macropoderes, como el estatal, sino que tienen su propia producción endógena de relaciones
de poder; dicho en otras palabras, existe un macro y una microfísica de poder que guarda una
relación de determinación recíproca (Foucault; 1976:165 y Ceballos; 1997:45-52) Mediante
la microfísica, el poder no solo se impone a los sujetos sino que literalmente los constituye;
ésta es una tecnología disciplinaria que mediante la educación corporal, las exigencias físicas
de la escuela, la fábrica, el cuartel, ejerce un control minucioso que transforma los cuerpos
en elementos “dóciles” y “útiles””18.
De esta manera, el autor nos deja claro que para Foucault, las relaciones desiguales generan
poder, dichas relaciones van desde lo micro (relaciones familiares) hasta lo macro (el poder
el Estado), es decir, somos los mismos individuos los que construimos la noción del poder.
Argumenta que el poder tiene una cara positiva y otra negativa, mientras que la primera es
totalmente perceptible y vital para que el poder funcione, la segunda, se mantiene oculta de
los oprimidos a través del empleo de mecanismos ideológicos, tal como aquel discurso
18
Revista Polis, Investigación Análisis Sociopolítico y Psicosocial, Vol. 1. Meza Aguilar, Héctor; Poder, género y
psicología social.

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organicista que afirma que en una sociedad debe haber grupos vulnerables y grupos
poderosos, personas ricas y personas pobres etc. de tal suerte que al estar ocultos pasan
desapercibidos a través de una falsa conciencia, pues impide el conocimiento verdadero y
justifica las relaciones de dominación.
Como puede verse, desde el criterio de Michael Foucault, el poder es una interacción de
fuerzas con efectos positivos para el poderoso, pero con efectos negativos para el oprimido.
Alineado al pensamiento de Maquiavelo, Rousseau y Nietzsche, mientras que el hombre
detenta el Poder sobre la mujer mediante la fuerza y la coacción, las mujeres son socialmente
catalogadas como buenas y bienaventuradas a los ojos de Dios. Siguiendo los instintos de su
naturaleza humana, los hombres se constituyen opresores, malos e inmorales; mientras que
las mujeres se refugian en su debilidad. Dicha corrupción se reproduce desde las
instituciones, y se fundamenta las relaciones hombre-mujer que son la base de nuestra
sociedad.
Revisando el punto de vistas de los autores clásicos “se puede concluir que coinciden sus
posturas en cuanto a que la desigualdad de poder entre los individuos, y específicamente
entre hombres y mujeres, es un tipo de relación que entre ellos que ha sido establecido por
tradición, por costumbre, con el fin de que se cumplan los requerimientos del sistema social.
Se hace hincapié entonces de que esta desigualdad de poder no tiene raíces naturales sino
sociales”19.

I.3.- El uso del poder en el siglo XXI

Consientes o no el ejercicio del poder incide negativamente en nuestras vidas. Es la


dominación de otros humanos, así como el control sobre el entorno de las personas que
ejercen el poder. El primer y último recurso para mantener dicho control es y ha sido la
violencia, conducta que nos impide averiguar la verdadera esencia del poder y el fin último
de las relaciones humanas.
El siglo XXI se ha caracterizado “por el avance y expansión de la digitalización y el control
de la información a nivel global. También a esta época se le conoce como la era de la
información, (quien la controla y quien accede a ella (tiene) las mejores oportunidades)” de
desarrollo20. Hoy más que nunca resulta indispensable………….

I.2.5.- Robert Greene. Las 48 Leyes del Poder (2010)


La prueba más clara de que la ideología sobre uso del Poder se encuentra vigente en nuestro
siglo XXI, se registra en la obra Las 48 Leyes del Poder, un libro que ha sido catalogado de
audaz y sin escrúpulos. Presenta la síntesis de la filosofía de grandes pensadores de la talla
de Maquiavelo, Sun-Tzu y Carl von Clausewitz en relación con las leyes fundamentales que

19
SORIA Trujano, Marisela Rocío, Estructura de algunos sistemas familiares con el padre alcohólico y su
relación con el proceso de empoderamiento de la esposa, Universidad Nacional Autónoma de México,
Facultad de Ciencias Políticas, Sociología, TESIS/S714e/2002. País México, 2002, Pág. 116.

20
Fuente: Siglo XXI - https://es.wikipedia.org

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a lo largo de la historia de la humanidad han regulado y siguen regulando el incremento o la


reducción del Poder.
En su obra el autor realiza un singular reconocimiento a todas “aquellas personas (…) que
con tanta habilidad han usado el juego del poder para manipular (lo), torturar (le) y causar
(le) dolor a lo largo de los años 21”, señala que no guarda rencores y que agradece tales actos
que lo inspiraron a escribir. Entre las leyes más sobresalientes se resaltan las siguientes:
LEY N° 2: NUNCA CONFÍE DEMASIADO EN SUS AMIGOS; APRENDA A
UTILIZAR A SUS ENEMIGOS.- “Desconfié de los amigos; suelen ser los primeros
en traicionarlo, ya que caen fácilmente presa de la envidia. También suelen
convertirse en irrespetuosos y tiranos. En cambio, emplee a quien haya sido su
enemigo, y le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos por
demostrar su adhesión. Lo cierto es que usted debe temer más a sus amigos que a sus
enemigos. Si no tiene enemigos, busque la forma de creárselos”22.
LEY N° 3, DISIMULE SUS INTENCIONES.- “Desconcierte a la gente y manténgala
en la mayor ignorancia posible, sin melar nunca el propósito de sus acciones. Si no
tienen la menor idea de, qué es lo que usted quiere logran les resultará imposible
preparar una defensa. Condúzcalos por el camino de las falsas suposiciones,
envuélvalos en una nube de humo y verá que, cuando al fin caigan en la cuenta de las
verdaderas intenciones de usted, ya será tarde para ellos”23
LEY N° 5, CASI TODO DEPENDE DE SU PRESTIGIO; DEFIÉNDALO A
MUERTE.- “Su renombre y su prestigio constituyen la piedra angular del poder.
Basta el prestigio para intimidar y ganar. Sin embargo, una vez que decae, usted se
tornará vulnerable y 4erá atacado por todos los flancos. Convierta su prestigio en una
fortaleza inexpugnable. Manténgase alerta frente a cualquier tipo de ataques
potenciales y desbarátelos antes de que se produzcan. Al mismo tiempo, aprenda a
destruir a sus enemigos abriendo brechas en la reputación de ellos. Luego dé un paso
al costado y deje que la opinión pública los crucifique”24.
LEY N° 10, PELIGRO DE CONTAGIO: EVITE A LOS PERDEDORES Y LOS
DESDICHADOS.- “La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: los
estados de ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa.
Aunque sienta que debe tenderle una mano a alguien que se está hundiendo, lo único
que logrará con ello será acelerar su propia caída. A menudo, los perdedores, son los
artífices de su propia desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos.
Evítelos y, en cambio, frecuente a individuos ganadores y felices”25.
LEY N° 15, APLASTE POR COMPLETO A SU-ENEMIGO.- “Todos los grandes
líderes de la historia sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que

21
GREENE, Robert, Las 48 Leyes del Poder, 21ª edición, Editorial Atlántida, Febrero 2010. Pág. 8.
22
Ibídem pág. 37.
23
Ibídem pág. 47.
24
Ibídem pág. 72.
25
Ibídem pág. 116.

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temían. (En algunas oportunidades aprendieron esta lección a fuerza de golpes.) Si se


deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el riesgo de
que vuelva a desencadenarse un incendio. Se ha perdido más por una aniquilación a
medias que por una exterminación total: el enemigo se recuperará y buscará venganza.
Destrúyalo por completo, no sólo física sino también espiritualmente”26.
LEY N° 24, DESEMPEÑE EL PAPEL DE CORTESANO PERFECTO.- “El
Cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y alcanza su plenitud en un mundo
en el cual todo gira en torno del poder y de la habilidad política. Domina a la
perfección el arte de la oblicuidad. Adula, se somete a sus superiores y reafirma su
poder sobre los demás de la forma más encantadora y graciosamente indirecta y falsa.
Aprenda a aplicar las leyes del cortesano, y su ascenso dentro de la corte no conocerá
límites”27.
LEY N° 33, DESCUBRA EL TALÓN DE AQUILES DE LOS DEMÁS.- “Todo
individuo tiene un punto débil, una fisura en la muralla que rodea su fortaleza. Por lo
general, esa debilidad es algo que le causa inseguridad, o una emoción o una
necesidad que lo supera. También puede ser un pequeño placer secreto. Sea lo que
fuere, una vez que usted la haya descubierto esa debilidad se convierte en un elemento
de presión que podrá manejar a su antojo y, por supuesto, siempre a su favor”28.
LEY N° 42, MUERTO EL PERRO, SE ACABÓ LA RABIA.- “Los problemas suelen
tener su origen en un solo individuo fuerte: el instigador, el subalterno arrogante, el
sembrador de inquinas y resentimientos. Si usted deja espacio para el accionar de este
tipo de individuo, otros sucumbirán a la influencia del personaje. No espere a que los
problemas que él causa se multipliquen, y no trate de negociar con él, pues es
irrecuperable. Neutralice esa influencia, aislándolo o eliminándolo. Recuerde que,
muerto el perro, se acabó la rabia”29.
El libro ha sido criticado por manipulador y controlador e incluso el mismo autor ha
reconocido que su obra tiene mucho de inmoral pero afirma que se trata de conductas que los
empresarios y gobernantes practican todos los días, por lo que no es más que una recopilación
de la realidad.
Como hemos visto, en su origen etimológico la palabra poder significa ser capaz. En lo ideal,
el poder es bueno, competente y genuino; alcanza fines sin abusar de los medios, es natural
antes que material, no se reafirma a través del sometimiento. No es absoluto, ni se pretende
exclusivo. Es rígido al tiempo que flexible. Representa estabilidad, cordura, firmeza e
integridad, simple liderazgo, aptitud y grandeza en su máxima expresión. En el afán de tal
grandeza, nuestra construcción social alteró su equilibrio y lo dotó de excesos, así nació el
poder que ahora conocemos.

26
Ibídem pág. 153.
27
Ibídem pág. 233.
28
Ibídem pág. 338.
29
Ibídem pág. 439.

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En la lucha por esta clase de poder no hay cabida para las mujeres, pues se les considera
indignas de ingresar al campo de batalla. La visión construida y unida a esta lucha irracional,
hace que los hombres se consideren legitimados y asuman el control de las mujeres, sobre su
espacio, su trabajo, su libertad, su identidad y en general sobre sus vidas, aun cuando
históricamente han demostrado que su capacidad es subestimada.
En vista de que el problema se encuentra tan arraigado, es preciso reconocer que en la
mayoría de los casos las indebidas relaciones de poder son la raíz de las conductas violentas
que promueven la desigualdad, la corrupción y la impunidad; la guerra, la ambición y el
egoísmo.

Conclusión
Nuestra concepción histórica del poder implica el ejercicio de fuerzas desiguales
indebidamente legitimadas para la supervivencia política, económica y social de la
humanidad, lo que apertura la lucha entre los hombres por el poder absoluto30.

30
En nuestro concepto el uso del poder se encuentra legitimado para controlar y someter a las cosas o
animales carentes de autonomía, sin embargo, dicha legitimización nunca será suficiente para justificar la
explotación o dominio de las personas. El poder opera positivamente en los seres humanos a través de medios
de la influencia que genera convicción.

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