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VOCABLO PASIÓN

Este vocablo viene del lat. passio, passionis; y éste, del vb. dep. pati = sufrir,
soportar, permitir. Puede entenderse a nivel logicometafísico, a nivel
psicologicomoral o a nivel teologicobíblico.
1. A nivel logicometafísico, pasión es lo opuesto a acción. Ambas tienen que
ver con el cambio; en ese proceso, la acción hace referencia a la causa
eficiente; la pasión, al objeto que experimenta el cambio como efecto de la
acción.
En este sentido, entran a enumerarse entre las diez categorías aristotélicas:
sustancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y
pasión. Excepto la sustancia, las otras nueve categorías son accidentes, que
necesitan de la sustancia como de su soporte lógico y metafísico.
Pongo ejemplos para que mejor entiendan este tema toda clase de lectores:
«Este hombre (sustancia) que tengo delante de mí es alto (cantidad), rubio
(cualidad) padre de un hijo (relación), está en el jardín (lugar), a las tres de la
tarde (tiempo), de pie (posición), en mangas de camisa (estado), cortando leña
(acción) y se ha hecho un corte en un dedo (pasión)».
2. A nivel psicologicomoral, pasión es una disposición anímica que tiene su
centro en la zona del sentimiento y nos hace reaccionar, de acuerdo con el tipo
caracterial de cada ser humano, ya sea en forma brusca (furor de la ira) en
sujetos activos-emotivos-primarios, ya sea en forma tranquila, pero tenaz
(resentimiento) en sujetos pasivos-emotivos-secundarios (cf. Temperamento).
Tomás de Aquino trata de las pasiones en la Suma Teológica, I-II, qs. 22-48
(más de 150 pgs.). Prescinde, en general, de la revelación divina; por lo que se
mueve en un plano natural, según la relación intencional a bienes o males
actuales; por ej. Concibe el amor y el odio, no desde la perspectiva de la
Palabra de Dios, sino únicamente como una inclinación (amor) o una aversión
(odio).
3. A nivel teologicobíblico, pasión (gr. páthos, páthous) es una emoción o un
sentimiento desordenados del ser humano inconverso, que deben ser
sometidos al gobierno del E. Santo. El vocablo gr. Citado se halla en plural en
Ro. 1:26; Col. 3:5. De la misma raíz es páthema, pathématos (cf. Ro. 7:5; Gá.
5:24), que puede también significar deseo sexual prohibido. Sinónimo, aunque
de diferente raíz etim., es el vocablo epithumía, epithumías (cf. 2 Ti. 2:22
neoterik’s epithumías = pasiones juveniles), con sus parientes etim.
epithumetés = codiciador (única vez en 1Co. 10:6 , en pl.) y el vb. epithuméo =
codiciar, desear desordenadamente. Epithumía ocurre 38 veces en el NT y
significa un deseo intenso bueno o malo.
La mayoría de las veces indica un mal deseo, ya sea por el objeto (cf. Mr.
4:19), o por la dirección que sigue (cf. Gá. 5:16), o por el medio de que se sirve
(cf. Jn. 8:44; Ro. 6:12; 1Jn. 2:17) o por la forma que toma (cf. Col. 3:5; 1P.
2:11).
Finalmente, un sentido afín al mencionado de epithumía tiene el sust. Hedoné
las 5 veces que ocurre (Lc. 8:14; Tit. 3:3; Stg. 4:1, 3 y 2 P. 2:13).
Las malas pasiones son manifestaciones del pecado de naturaleza que hay en
el hombre y que lo domina (cf. Ro. 7:5, 15-23). Según Pablo, eso es
consecuencia de la prohibición del pecado (cf. Ro. 7:7-11).
El remedio que la Palabra de Dios propone es el arrepentimiento, que culmina
en la resolución de negarse a sí mismo (cf. p. ej. Mr. 1:15; Lc. 9:23; Hch. 2:38;
17:30; Ro. 6:11-13; 8:1213; Col. 3:5), así como el uso frecuente de los medios
de gracia, especialmente la vigilancia y la oración (cf. p. ej. Mt. 26:41).

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