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Este artículo ha sido verificado y aprobado por Gema Sánchez Cuevas el 23 diciembre,
2018
Edith Sánchez · 23 diciembre, 2018
Lidiar con el miedo es lidiar con nuestros problemas de atención y con nuestra falta de
amor. Quien se enfoca decididamente en el ahora y llena su alma de compasión,
difícilmente siente temor.
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Para el budismo, lidiar con el miedo es un trabajo interior que gira en torno a la
percepción. De hecho, definen el temor como un error perceptivo, que se traduce en
imágenes fantásticas y horrorosas, que terminan adueñándose de nuestra mente. El peligro
no está fuera, sino en nuestro interior.
Así mismo, los budistas afirman que el temor encuentra un territorio más fecundo en
aquellos que tienen un corazón sin amor. El rencor, la envidia y el egoísmo son formas
dañinas de relacionarnos con los otros. Formas que encierran un germen de combate. Y
todo aquel que esté en una guerra, debe temer.
“Mejor que mil palabras vacías, una palabra que traiga paz”.
-Buda-
En términos generales, los budistas señalan que la mejor forma de lidiar con el miedo
es mediante la concentración plena en el momento presente y la compasión. Estos son
factores que nos conducen a ser y sentirnos más fuertes y, por lo tanto, con menos temor.
Profundicemos.
El miedo a sufrir nace de nuestro rechazo por las sensaciones displacenteras que se originan
en las pérdidas, en los conflictos, en la falta de coincidencia de nuestros deseos con la
realidad. De otro lado, no es obligatorio sufrir por todo ello. El sufrimiento es solo una de
las respuestas que tenemos a nuestro alcance.
Con el futuro ocurre algo similar. A veces nos atemoriza porque imaginamos o
suponemos que traerá consigo dificultades o situaciones dolorosas. Nos sentimos
pequeños frente al mañana y eso nos asusta.
De ahí que el budismo insista en que una de las formas de lidiar con el miedo sea
ubicarnos en el presente, en el aquí y ahora. La atención plena impide que nuestra mente
se llene de esas fantasías que solo consiguen alimentar temores innecesariamente en cada
momento.
Cuando esto no se comprende, surge el apego y con este el miedo a la pérdida. Es uno
de los temores más fuertes porque se convierte en un círculo vicioso. Cuanto más apego,
más miedo; y cuánto más miedo, más apego. Dejar fluir y aceptar que todo es transitorio
nos hace menos temerosos.
Cuando se deja pasar un error, y no se aprende de este, la situación que dio origen a esa
equivocación tiende a repetirse. Es entonces cuando se experimenta una suerte de
descontrol sobre la propia vida. Esto, por supuesto, hace que afloren los miedos y la
sensación de debilidad en nuestro interior.
Todos estos principios budistas para lidiar con el miedo son ejercicios complejos. Se
aprenden practicándolos paciente y continuamente. En gran medida, chocan contra muchos
patrones occidentales y por eso no son fáciles de asimilar. Pero si estamos en una condición
de miedo frecuente, quizás sea bueno analizarlos con detenimiento.
https://lamenteesmaravillosa.com/como-lidiar-con-el-miedo-segun-el-budismo/