Sei sulla pagina 1di 4

Ministerios Ebenezer Escuela de Doctrina

06 DOCTRINAS FILOSÓFICAS INTRODUCIDAS A LA


IGLESIA
Módulo IV ¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos
Historia de Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?
la Iglesia R60 Gálatas 3:1

1. DOCTRINAS FILOSÓFICAS QUE SE INTRODUJERON EN LA IGLESIA

A
las doctrinas cristianas fueron incorporadas las hipótesis intuitivas de los antiguos griegos que presagiaron diversas
teorías de la ciencia moderna e incluso muchas de sus ideas morales. Esta filosofía griega, aparecieron y se
desarrollaron en Grecia durante la edad antigua, siendo el periodo comprendido entre los años 600 y 200 a.C. el de
su máximo esplendor.

1.1. ESTOICISMO. Una de las doctrinas filosóficas que fueron introducidas en la iglesia primitiva es el estoicismo,
que fue la filosofía más influyente en el Imperio romano durante el periodo anterior al ascenso del cristianismo. Los
estoicos, como los epicúreos, ponían el énfasis en la ética considerada como el principal ámbito de conocimiento,
pero también desarrollaron teorías de lógica y física para respaldar sus doctrinas éticas. Mantenían que vivir de
acuerdo con la naturaleza o la razón es vivir conforme al orden divino del universo. El ideal mayor de los estoicos era
el “hombre sabio”, el que vive conforme a la naturaleza, domina las pasiones y soporta sereno el sufrimiento. El fin
último de su ética era la felicidad, que consiste en vivir conforme a la virtud que es el bien. Creían en la igualdad de
todos los hombres y el cosmopolitismo. Esta filosofía podía adaptarse a muchas de las verdades cristianas, sin
embargo, aunque Pablo, en el areópago, utiliza mucho del lenguaje de esta filosofía, éstos no le prestaron mucha
atención.

1.2. EPICÚREOS. Los epicúreos buscaban alcanzar el placer manteniendo un estado de serenidad, es decir,
eliminando todas las preocupaciones de carácter emocional. Consideraban las creencias y prácticas religiosas
perniciosas porque preocupaban al individuo con pensamientos perturbadores sobre la muerte y la incertidumbre de
la vida después de ese tránsito. Los epicúreos mantenían también que es mejor posponer el placer inmediato con el
objeto de alcanzar una satisfacción más segura y duradera en el futuro; por lo tanto, insistieron en que la vida buena
lo es en cuanto se halla regulada por la autodisciplina. A los epicúreos les chocaba la prédica de Pablo, cuando
destacaba la resurrección y el juicio, ya que sus doctrinas e ideales estaban muy lejos del espíritu del evangelio.

1.3. VIDA MONÁSTICA. Otras doctrinas que se introdujeron en el cristianismo son las dos tradiciones monásticas:
la tradición oriental y la tradición occidental. Fue el cristianismo oriental el que vio aparecer las primeras formas de
1
vida monástica. El obispo san Basilio (c. 329-379) recogió las tradiciones de los antiguos eremitas y organizó los
primeros monasterios de Oriente, con un conjunto de reglas determinadas. Los monjes debían vivir en comunidad,
en una casa común o monasterio, para apoyarse unos en otros y socorrerse en caso de necesidad. Estos religiosos
realizaban tres promesas que les impedían contraer matrimonio, tener bienes propios o realizar su voluntad: se trata
de los votos de castidad, pobreza y obediencia. El actual monasterio cristiano ortodoxo griego del monte Athos
(Grecia) sigue el modo de vida impuesto por san Basilio, que era la primera forma de organización monástica.
Fue casi un siglo después, en el decadente mundo romano de Occidente, cuando san Benito de Nursia (c. 480-547)
fundó el primer monasterio cristiano de Occidente en Montecassino (Italia), el año 529. Las normas de san Benito
influyeron decisivamente en la tradición religiosa y cultural de Occidente.

2. DOCTRINAS HERÉTICAS SURGIDAS EN LA IGLESIA


2.1. DONATISMO. Movimiento cristiano herético de los siglos IV y V. Sus seguidores declaraban que la
validez de los sacramentos dependía del carácter moral del ministro que los hubiera administrado. Este movimiento
surgió como resultado de la consagración de un obispo cartaginés en el 311 d.C. Se decía que uno de los tres obispos

1 Eremita es una persona que se retira de la sociedad para vivir en soledad. La palabra eremita procede del griego eremites ('vivir en el desierto'). Los eremitas son
Página25

conocidos en numerosas culturas; su deseo es adoptar una vida solitaria, por razones personales o por el impulso de rezar o hacer penitencia. Los eremitas o
vanaprasthas (en sánscrito, 'habitante de los bosques') son un componente tradicional del hinduismo, identificado como uno de los tres ashramas (etapas de la vida) por
los que tiene que pasar un hindú piadoso. El cuarto ashrama, añadido en el siglo VI a.C., el del sannyasi ('el que renuncia'), subrayó el énfasis en la meditación solitaria
como el camino para la liberación o nirvana.
Ministerios Ebenezer Escuela de Doctrina

consagrados era un traditor, esto es, una persona con un cargo eclesiástico que ha sido culpable de haberle facilitado
copias de la Biblia a las fuerzas de opresión del emperador romano Diocleciano. Se organizó un grupo de 70 obispos,
liderados por el obispo más importante de Numidia, que estaban en contra de la consagración; formaron un sínodo
en Cartago y declararon inválido el nombramiento del nuevo obispo. El sínodo sostenía que la Iglesia debía excluir a
todos aquellos miembros que fueran culpables de pecados graves y, por lo tanto, un traditor no podía impartir los
sacramentos. El sínodo excomulgó al obispo cartaginés cuando éste se negó a presentarse ante la asamblea. Cuatro
años más tarde, después de la muerte del nuevo obispo, el teólogo Donato el Grande fue nombrado obispo de
Cartago; más tarde, el movimiento asumirá su nombre como denominación distintiva. Como resultado del deseo del
emperador romano Constantino I de afirmar su poder, la disputa fue sometida al arbitraje de diversas instancias
eclesiásticas, y en el 316 el propio emperador actuó como árbitro en la disputa. En cada uno de los casos, se confirmó
la consagración del obispo elegido originariamente en el 311. En un principio, Constantino trató de eliminar a los
donatistas a la fuerza, pero en el 321 adoptó una política de tolerancia. Sin embargo, su hijo más joven, Constante I,
invirtió esta política e instauró un régimen de persecución. En el 411 se sostuvo en Cartago un debate entre los
obispos donatistas y los católicos, con el fin de poner fin al enfrentamiento, pero una vez más el resultado fue
desfavorable para los donatistas. A consecuencia de lo anterior, fueron privados de sus derechos civiles en el 414, y al
año siguiente, sus asambleas fueron prohibidas bajo pena de muerte. Después, el movimiento comenzó su
decadencia, aunque logró sobrevivir hasta la conquista musulmana de los siglos VII y VIII.

2.2. PELAGIANISMO. En la teología cristiana, doctrina racionalista y naturalista herética relativa a la gracia y a la
moral, que hace hincapié en la libertad de la voluntad como el elemento decisivo de la perfección humana y minimiza
o niega la necesidad de la gracia divina y la redención. La doctrina fue formulada por el monje romano-británico
Pelagio, un hombre de considerable sabiduría y carácter moral austero. Hacia el 390 se trasladó a Roma, donde,
consternado ante la relajada moral de los cristianos de esta ciudad, predicó el asceticismo cristiano y se hizo con
muchos seguidores. Su estricta enseñanza moral tuvo un éxito particular en el sur de Italia y Sicilia y allí fue difundida
con libertad hasta la muerte de su principal discípulo, Julián de Eclano (hacia el 455). Pelagio negó la existencia del
pecado original y la necesidad de bautizar a los niños. Arguía que la corrupción de la naturaleza humana no es innata,
sino que se debe a malos ejemplos y hábitos, y a que las facultades naturales de la humanidad no se habían visto
afectadas de forma perjudicial por la caída de Adán. Los seres humanos pueden llevar vidas de rectitud moral y, por
esta razón, merecen el cielo por sus propios méritos. Pelagio afirmó que la verdadera gracia subyace en los dones
naturales de la humanidad, incluyendo el libre albedrío, la razón y la conciencia. También reconoció lo que llamaba
gracias externas, como la ley mosaica y la enseñanza y ejemplo de Cristo, que estimulan la voluntad desde fuera, pero
no tienen un poder divino implícito. Para Pelagio, la fe y el dogma casi no importan, porque la esencia de la religión es
la acción moral. Su creencia en la perfección moral de la humanidad derivaba de forma clara del estoicismo. Pelagio
se estableció en Palestina hacia el 412 y disfrutó del apoyo de Juan, obispo de Jerusalén. Su doctrina era popular en
Oriente, de forma especial entre los seguidores del teólogo Orígenes. Más tarde, sus discípulos Celestio y Julián
fueron acogidos en Constantinopla por el patriarca Nestor, quien simpatizó con su doctrina sobre la integridad e
independencia de la voluntad. A principios del 412, Agustín de Hipona escribió una serie de obras en las cuales
atacaba la doctrina pelagiana sobre la autonomía de la moral humana, y elaboró su propia formulación, muy sutil
sobre la relación de la libertad humana con la gracia divina. Como resultado de las críticas de san Agustín, Pelagio fue
acusado de herejía, pero fue absuelto en los sínodos de Jerusalén y Dióspolis. En 418 , sin embargo, un concilio en
Cartago condenó a Pelagio y a sus seguidores. Poco después, el papa Zósimo también lo condenó. No se conoce nada
más sobre Pelagio a partir de entonces.

2.3. MONTANISMO. Movimiento herético cristiano fundado en el siglo II d.C. por el profeta Montano en la
región de Frigia, ahora parte de Turquía. Hacia el año 156, Montano apareció en un pequeño pueblo, entró en trance,
y empezó a profetizar en lo que él decía era la voz del Espíritu Santo. Acompañado de dos jóvenes mujeres, Priscila y
Maximila, predicó su doctrina por toda Asia Menor. El montanismo sostenía que el Espíritu Santo (o Paráclito)
aparecía a través de Montano y sus seguidores. Los montanistas enseñaron que la segunda venida de Cristo era
inminente y que un alejamiento de la gracia no podía redimirse. Los discípulos fueron instruidos para buscar, y en
ningún caso eludir, la persecución e incluso hasta el martirio. El montanismo encontró pronto adeptos, debido a
surgir en un momento en que el Imperio romano ejercía una dura persecución sobre la Iglesia. Los montanistas
evitaban lo secular, concentrándose, en cambio, en la preparación para la parusía de Cristo. Alrededor del 177, los
Página26

jerarcas de la Iglesia, temiendo los potenciales efectos disgregadores del movimiento, excomulgaron a los
montanistas. Desde entonces convertida en una secta separatista, el montanismo alcanzó su culminación en el siglo III
Ministerios Ebenezer Escuela de Doctrina

en Cartago, donde recibía el apoyo del teólogo romano Tertuliano. Hacia el siglo VI, el montanismo alcanzó la cima de
su influencia, pero fue el punto en el que el movimiento se extinguió.

2.4. ARRIANISMO. Herejía cristiana del siglo IV d.C. que negaba la total divinidad de Jesucristo en su pleno
sentido. Recibió el nombre de arrianismo por su autor, Arrio. Nativo de Libia, estudió en la escuela teológica de
Luciano de Antioquía, donde se formaron también otros seguidores de esta herejía. Después de ser ordenado
sacerdote en Alejandría, Arrio se vio inmerso (319) en una controversia con su obispo relativa a la divinidad de Cristo.
Fue finalmente deportado (325) a Iliria debido a sus creencias, pero el debate sobre su doctrina pronto involucró a
toda la Iglesia y la conmocionó durante más de medio siglo. Aunque su doctrina fue proscrita finalmente en el año
379, en todo el Imperio romano por el emperador Teodosio I, pervivió durante dos siglos más entre las tribus
bárbaras que habían sido convertidas al cristianismo por los obispos arrianos. El conflicto que entrañaban las
enseñanzas y predicaciones de Arrio radicaba en el modo en que configuraba las relaciones entre Dios y su Hijo, el
Verbo hecho Hombre. Según los arrianistas, el Hijo de Dios, segunda persona de la Trinidad, no gozaba de la misma
esencia del Padre, sino que se trataba de una divinidad subordinada o de segundo orden, puesto que había sido
engendrado como mortal, afirmación que se fundamentaba en antiguos escritos del cristianismo y en especial en
algunos comentarios de Orígenes. Para Arrio y sus seguidores, la esencia de Dios, fuente rectora del cosmos,
creadora y no originada, existe por la eternidad; convertía al Verbo en una criatura que gozaba de la condición divina,
en efecto, pero en cualquier caso en la medida en que el Verbo participaba de la gracia, y siempre subordinado al
Padre y a su voluntad. Las enseñanzas de Arrio fueron condenadas en el año 325 en el primer Concilio ecuménico de
Nicea. Los 318 obispos reunidos allí redactaron un credo que establecía que el Hijo de Dios era “concebido, no
hecho”, y consustancial (en griego, homoousios, de la misma sustancia) con el Padre; esto es, el Hijo formaba parte
de la Trinidad, no de la creación. Previamente, ningún credo había sido aceptado con carácter universal por todas las
iglesias. La condición del nuevo credo como dogma fue confirmada por prohibiciones en contra de la enseñanza de
Arrio. A pesar de su condena, la enseñanza de Arrio no se extinguió. En parte se debía a la interferencia de las
políticas imperiales. El emperador Constantino I revocó la orden de exilio que pesaba sobre Arrio alrededor del 334.
Poco después, dos personas influyentes salieron en defensa del arrianismo: el nuevo emperador, Constancio II, que
se vio atraído por la doctrina arriana, y el obispo y teólogo Eusebio de Nicomedia, posteriormente patriarca de
Constantinopla, también se convirtió en líder arriano. En el año 359 el arrianismo había prevalecido y se convirtió en
la fe oficial del Imperio. Sin embargo, las luchas internas dividieron a los arrianos en dos partidos. Los arrianos
moderados consistían sobre todo en obispos del este conservador, quienes básicamente se pusieron de acuerdo con
el credo de Nicea pero dudaban acerca del término improvisado homoousios (consustancial) utilizado en el credo.
Los neoarrianos defendían que el Hijo tenía una esencia diferente (en griego heteroousios), o que no se asemejaba, al
Padre (en griego anomoios). Este grupo también incluía el Neumatómacos (combatientes en contra del Espíritu),
quienes afirmaban que el Espíritu Santo es una criatura como el Hijo. Con la muerte de Constancio II en 361, y el
reinado de Valente, quien persiguió a los moderados, se había abierto una vía para que la ortodoxia de Nicea
obtuviera la victoria final, reconocida por el emperador Teodosio en el año 379 y reafirmada en el Segundo Concilio
Ecuménico (Constantinopla I) celebrado en 381. El arrianismo tuvo una fuerte implantación entre los visigodos en
España. El rey Leovigildo mandó ejecutar a su hijo Hermenegildo por haber abjurado de su fe arriana.

2.5. MONOFISMO. Secta cristiana de los siglos V y VI (considerada herética) que mantenía que Cristo poseía
una única naturaleza (divina), en oposición por lo tanto a la doctrina ortodoxa que proclamaba las dos, divina y
humana. Los monofisitas quedaron confinados sobre todo a la Iglesia oriental aunque tuvieron alguna relevancia en
Occidente. Siguiendo instrucciones del papa León I, el Concilio de Calcedonia en el año 451 intentó seguir un camino
intermedio entre los puntos de vista ortodoxo y monofisita. El edicto resultante no satisfizo a estos últimos y la
polémica continuó cuando los coptos y la secta eutiquiana apoyaron las tesis monofisitas. La Iglesia de Oriente
Próximo, en un intento de eliminar la herejía, excomulgó a los monofisitas en la primera mitad del siglo VI, que de
inmediato se separaron de la ortodoxia cristiana. Más tarde se dividieron en dos facciones tras la polémica sobre la
incorruptibilidad del cuerpo de Cristo; después del año 560 surgió una tercera facción, los triteistas, los cuales
concebían las tres personas de la divinidad como tres dioses separados, por lo que las otras tendencias los
consideraron heréticos. En Egipto, Siria y Mesopotamia las comunidades monofisitas mantuvieron su presencia a
pesar de la polémica. Aunque al fin fuera condenado en el año 680-681 en el III Concilio de Constantinopla, el
monofisismo perdura en la actualidad en algunas comunidades. La moderna Iglesia abisinia, la Iglesia Armenia, la
Página27

Iglesia copta y la Iglesia jacobita son todas ellas confesiones monofisitas.


Ministerios Ebenezer Escuela de Doctrina

2.6. MANIQUEÍSMO. Maniqueísmo, antigua religión que tomó el nombre de su fundador, el sabio persa
Mani (c. 216-c. 276). Durante varios siglos representó un gran desafío para el cristianismo. La doctrina fundamental
del maniqueísmo se basa en una división dualista del universo, en la lucha entre el bien y el mal: el ámbito de la luz
(espíritu) está gobernado por Dios y el de la oscuridad (problemas) por Satán. En un principio, estos dos ámbitos
estaban totalmente separados, pero en una catástrofe original, el campo de la oscuridad invadió el de la luz y los dos
se mezclaron y se vieron involucrados en una lucha perpetua. La especie humana es producto, y al tiempo un
microcosmos, de esta lucha. El cuerpo humano es material, y por lo tanto, perverso; el alma es espiritual, un
fragmento de la luz divina, y debe ser redimida del cautiverio que sufre en el mundo dentro del cuerpo. Se logra
encontrar el camino de la redención a través del conocimiento del ámbito de la luz, sabiduría que es impartida por
sucesivos mensajeros divinos, como Buda y Jesús, y que termina con Mani. Una vez adquirido este conocimiento, el
alma humana puede lograr dominar los deseos carnales, que sólo sirven para perpetuar ese encarcelamiento, y poder
así ascender al campo de lo divino.

S
e puede observar el cambio tan grande que la iglesia tuvo después de lo escrito en el libro de Hechos, poco a poco, la
forma de gobierno fue cambiando, su concepción original ya no es la misma. En parte, esto se debe a que algunos
de sus líderes (padres apostólicos y padres de la iglesia), fueron influenciados por filosofías humanas y por
movimientos heréticos, demostrado en sus escritos. Se nota cómo estos escritos fueron tomando mayor peso de
autoridad que la Biblia. Aunque el canon bíblico, tal como lo conocemos ahora, no estaba aún bien definido, los escritos
humanos, derivados de sus plenarias fueron más importantes para definir el rumbo de la iglesia. Vemos también como
otros líderes tomaron medidas drásticas, tal como no tener nada que ver con el mundo y retirarse a vivir una vida
monástica, que tampoco se menciona en la Biblia ni en el modelo de la iglesia presentada en el libro de los Hechos.
Algunos trataron de mezclar antiguas religiones con el cristianismo, para conseguir la aprobación de grupos de personas,
algo que Dios abomina. Pero Dios, siempre guarda un remanente de sus pueblo, y más adelante veremos como este
remanente sobresale y se retoma nuevamente el enfoque que Dios quería para su pueblo.

Bibliografía
1. © Enciclopedia Encarta 2006 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
2. "http://es.wikipedia.org/wiki/Policarpo"

Página28

Potrebbero piacerti anche