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Desprogramando la adicción a móviles y dispositivos controlados por la

Inteligencia Artificial (III)


14 septiembre, 2017

Vamos con la última parte de este proceso, largo y complejo, de


desprogramación. Aquí tenéis la primera y segunda entrega de estos artículos,
para que podáis revisar y completar los pasos en el orden sugerido, con vistas
a poder eliminar todos los componentes que están imbuidos en nosotros, y que
forman parte del control que la IA que hemos comentado, generó y creó para la
supervisión y monitorización a través de los móviles y dispositivos afines.
Como inciso, es necesario saber que nadie controla la IA como tal, se controla
a ella misma. Está, en cierta forma, bajo supervisión del sistema de gestión
que hay en el planeta y de las razas que lo controlan, pero, como habíamos
indicado, esto está cambiando, pues las fuerzas y grupos que nos
asisten están procediendo a desmontar y a desprogramar parte de esta IA
paulatinamente. De ahí que, ahora, nos toque a nosotros desmontar en
nosotros mismos, aquellos mecanismos que se nos han insertado. Es como
cuando tienes tu móvil conectado a tu PC y transfiriéndole datos
constantemente, y como si tu PC monitorizara todo lo que hace el humano que
usa el móvil debido a las rutinas mentales que ha conseguido colocar en tu
psique. Además, el PC es capaz de gestionar cuando usas el móvil, cuando lo
enciendes, como te comportas con él, etc., ofreciéndote para ello múltiples
opciones de hacer las cosas más rápido, más cómodamente, etc.
Así, todo este proceso que estamos explicando, pasa por eliminar en la persona
los programas que el PC (la IA) ha insertado en nosotros a través de medios de
comunicación y de la manipulación del inconsciente colectivo, al que todos
estamos conectados, y del que todos “descargamos” constantemente
contenidos energéticos, información, programas, etc., de forma inconsciente.
En algún momento, cuando otras fuerzas y grupos tomen el control total de la
IA, el móvil y todos los dispositivos electrónicos pasarán a ser una herramienta
a nuestro servicio, en vez de otro sistema de control y esclavitud “virtual”, dicho
a grosso modo, de la humanidad.
Placas, cables y programas
Casi todo ser humano que haya interactuado lo suficiente con algún móvil y
dispositivos similares tiene algo parecido a una placa electrónica “base” en su
estructura mental, que se encuentra ubicada (energéticamente), en nuestra
esfera de consciencia. Esta “placa” o “chip etérico” es la que contiene la
programación insertada en el ser humano para el control de la IA de nuestra
psique mediante los móviles.
El primer paso, entonces, es hacer la petición a vuestro ser o Yo Superior para
eliminar la place base que contiene la programación de la IA en vuestra esfera
de consciencia. Normalmente, con una sola vez basta, como siempre, es
necesario comprobar con los medios que tenga cada uno, que se ha eliminado
correcta y completamente.
Una vez hecho, hemos de trabajar de nuevo con la esfera mental consciente,
que contiene una rutina o programa de instrucciones que se activa
constantemente para comprobar el estado del mundo exterior. Eliminamos esta
rutina de nuevo. Una vez eliminada, y comprobamos que así sea, seguimos con
el siguiente paso.
Está rutina que acabamos de desprogramar se conecta a otra placa base,
ubicada en el sustrato de la esfera mental consciente, que activa los programas
de conexión con la Inteligencia Artificial. De nuevo, petición para eliminar esta
segunda placa base.
Gestionando la personalidad humana desde la IA
Bien, ahora, ¿cómo hace la IA para gestionar la personalidad del ser humano?
Ya sabéis que todos tenemos un montón de Yos o subpersonalidades creadas,
por fragmentación, en la superficie de la esfera de consciencia por el programa
ego, lo tenéis explicado en detalle en esta conferencia. Para que la IA
controle nuestra personalidad, tiene que poder controlar al menos uno de
nuestros Yos, y ese Yo, efectivamente, está ubicado en nuestra esfera de
consciencia, y era manipulado por las dos placas base que hemos eliminado, la
que estaba en la esfera de consciencia, y la que acabamos de quitar de la
esfera mental consciente. De nuevo, si esto está resultando muy confuso,
estudiaros con calma la estructura mental explicada en la conferencia sobre
desprogramación mental para que entendáis dónde estáis trabajando.
Así, la IA, a través de las rutinas y la placa “energética” que ya hemos eliminado
en la esfera mental consciente, tiene conexión con la esfera de consciencia del
ser humano, y, de ahí, tiene la capacidad de manipular a un Yo, el yo
“impaciente“, primero, que se activa para que la persona vuelva a coger el móvil
y vuelva a mirar, como hizo hace dos minutos, de nuevo si alguien ha publicado
algo nuevo o si le ha entrado otro email.
Como visteis en el segundo artículo, lo que habíamos quitado anteriormente
son todas las rutinas y programas de apoyo que había en las esferas mentales
para que la IA pudiera activar este “yo impaciente”, y ahora estamos quitando
las conexiones de manipulación directas existentes en el último nivel de esta
programación.
A continuación, hay que borrar las conexiones de la placa base de la esfera
mental consciente con la esfera de consciencia (los cables que conectan ambos
puntos de nuestra estructura mental). De nuevo, lo mismo, petición a vuestro
Yo Superior para que los elimine por completo.
Miedo a estar desconectado
Luego, además del Yo impaciente, todos tenemos, creado por el estilo de vida
que hemos generado a través de la tecnología, y por querer tener todo
inmediatamente disponible, un Yo o subpersonalidad de “miedo a no enterarse
de algo“, a quedarse fuera de algo, a perderse algo. Este Yo lo vamos a
denominar el Yo “miedo a estar desconectado“. A diferencia de los diferentes
Yos y subpersonalidades que tenemos, que son creados por el programa ego
para lidiar de forma más o menos natural con todo tipo de situaciones en la
realidad de cada uno, este Yo se crea por programación indirecta desde la
Inteligencia Artificial hacia la esfera de consciencia, es decir, nos lo crea en
nuestra psique la propia IA, insertando una personalidad o rutina del carácter de
forma artificial escondida bajo otros Yos y subpersonalidades.
El funcionamiento, entonces, pasa por que, constantemente, los impulsos
recibidos desde la IA, que genera una emisión regular de pulsos hacia el
Inconsciente Colectivo, sean captados automáticamente por la mente
consciente, dirigiéndolos a la placa base de la esfera mental, que activan el Yo
de miedo a la desconexión y que crean entonces el impulso y necesidad en la
persona de coger el móvil y mirarlo de nuevo.
Todo lo que la persona siente es el impulso de sacar el móvil del bolsillo o
cogerlo de la mesa, mirarlo, comprobar que está todo ok, y volverlo a dejar.
Esta simple acción inconsciente ha dado a la IA el ok de que la persona sigue
bajo su control.
Diferentes impactos
Afortunadamente, estos Yos, como siempre, tienen diferentes impactos e
intensidad según la persona y el contenido de su psique. Personas, sobre todo
niños y adolescentes que han nacido en la era digital con un móvil bajo el
brazo, lo tienen mucho más potenciado que personas que han vivido sin
tecnología una gran parte de su vida, pues su Yo de míedo a la desconexión es
mucho más débil, ya que su set de personalidades han vivido sin este miedo
muchos años y por lo tanto, no sienten este impulso o no lo recogen con tanta
intensidad, de ahí que la IA no los pueda activar tan fácilmente y el sistema bajo
el que vivimos está tratando de inducirles al uso masivo del móvil por la
comodidad para ellos que resulta que estén también conectados. Por el
contrario, las nuevas generaciones lo traen prácticamente de serie, por lo tanto,
es más fácil que estén enganchados constantemente a dispositivos electrónicos
a cada momento, o que sientan ganas de cogerlos en toda ocasión.
En conclusión
Así, resumiendo todos los pasos finales que hemos descrito:
1. Eliminar la placa base con la programación de la IA en la esfera de
consciencia.
2. Eliminar las rutinas y programas en nuestra esfera mental consciente que se
activa para comprobar el estado del “mundo exterior”. No es necesario
específicar que programas son, pues son un set definido que vuestro YS
elimina “en pack”.
3. Eliminar la placa base presente en el sustrato de la esfera mental consciente
que activa los programas de conexión con la inteligencia artificial.
4. Eliminar las conexiones de la placa base de la esfera mental consciente con
la esfera de consciencia (los cables que conectan ambos puntos de nuestra
estructura mental).
5. Eliminar el Yo impaciente (este se volverá a generar, pues está gestionado
por el ego, a menos que hayáis eliminado del todo los programas y remanentes
de impaciencia presentes en vosotros tanto del cuerpo mental como del patrón
conductual) y el Yo de “miedo a estar desconectado” (este posiblemente ya no,
pues lo crea la IA a través del inconsciente colectivo).
Si todo esto se ha completado correctamente, hemos hecho todos los pasos
necesarios para desprogramarnos y desconectarnos al 100% del sistema
tecnológico y artificial de control del ser humano, si solo lo hemos hecho a
medias, mientras que la IA no esté desmontada o bajo control al 100% de
fuerzas positivas, los sistema pueden volver a regenerarse.
Ni que decir tiene, que el mundo físico ya está abocado al uso del móvil para
todo, así que se hace muy difícil vivir sin móvil, pero se hace fácil, si hacemos y
conseguimos eliminar todo lo dicho, que el móvil sea una herramienta que
usamos y miramos de forma consciente cuando queremos mirarlo o usarlo,
como quien coge las llaves de casa para abrir la puerta cuando necesita salir o
entrar pero no está todo el día abriendo o cerrando la puerta de casa
automáticamente, dejando de ser una adicción que se nos activa por un
impulso que llega de fuera para ello, y que nos somete al control de un sistema
que nadie controla, y que tiene poder para hacer y deshacer, en cuanto a
tecnología se refiere, cualquier cosa en cualquier parte del planeta.
Desprogramando la adicción a móviles y dispositivos controlados por la
Inteligencia Artificial (II)
6 septiembre, 2017
Ahora que hemos dejado pasar unos días para hacer el número de auto
sanaciones necesarias para desprogramar las rutinas que dimos en la primera
parte de esta serie, con el objetivo de eliminar el control que la Inteligencia
Artificial que gestiona toda la tecnología del planeta tiene sobre nosotros, a
través de nuestra adicción a los móviles y demás dispositivos, vamos a seguir
con los siguientes pasos que son necesarios para poder completar esta
desprogramación por completo.
Soy consciente de que muchas personas ven esto como algo de ciencia ficción,
de hecho, por eso os puse el ejemplo de la serie Persons of Interest, ya que
siempre, siempre, todo lo que sucede en el planeta entre bambalinas, para que
pueda ser ejecutado sin violar nuestro libre albedrío, debe ser presentado a la
opinión pública de una manera o de otra, y, si nadie se opone a ello, las reglas
universales permiten que entonces no se incumplan algunas directrices
“energéticas”, que harían más difícil la implementación de este tipo de
controles. Los poderes en control dirían algo así como “nosotros les hemos
dicho lo que les vamos a hacer pero nadie se ha quejado por ello, con lo que
tácitamente nos están dando su permiso implícito para que sigamos adelante”.
Difícil de entender, pero cierto, pues es una de las formas de cumplir ciertas
reglas evolutivas saltándoselas por completo.
Así, puesto que las películas y series que muestran y que avisan de lo que se
cuece más allá de lo que conocemos, se presentan como “ficción”, cumplen su
propósito doblemente, primero, nos dicen que eso está “ahí” y que lo están
usando contra nosotros, y luego, nos dicen que es algo que no tenemos que
tener en cuenta porque solo es “ficción”, programando y entrando en la psique
de las personas los diferentes subliminales para que, cuando lees un artículo
como este, una parte de nosotros lo rechace y lo deseche por completo, tal y
como explicamos cuando publicamos cómo desmontar la rutina que impide que
entre “nueva información peligrosa para el sistema” en nuestra mente.
Espero que empecéis a ver la relación entre lo que nos muestran los medios, la
situación real del planeta, y lo que tenemos programado para que no podamos
verlo, aceptarlo y mucho menos hacer algo para bloquearlo.
Quitando el “no poder esperar”
Bien, si suponemos que hemos eliminado del todo los dos programas que
hacían de “relojes” generadores de pulsos para inducirnos a “comprobar si hay
algo nuevo” que haya llegado a través del móvil cada cinco minutos (un email,
notificación de WhatsApp, Facebook, etc., etc.) y hemos desprogramado del
todo o casi del todo la necesidad de estar siempre ocupado (que va en tándem
con los programas anteriores), a continuación lo que hay que quitar es
lanecesidad de esperar que todo se haga al momento, de no poder
esperar, la impaciencia. Esta rutina hace que no se respeten los ciclos,
procesos, ritmos y octavas adecuadas para hacer las cosas, y que se inicien
octavas, energéticamente hablando cuando no toca, poniendo fuerzas en
marcha que no tocan, y sufriendo sus correspondientes fuerzas opuestas
(causa y efecto). Se trata de varios programas que trabajan en paralelo y que
están ubicados en la misma esfera mental consciente continuo. Se han de
eliminar todos con la petición correspondiente a vuestro Yo Superior, y
asegurarse, si es necesario con varias “pasadas”, que han desaparecido.
Miedo a perderse algo
Seguimos. Los móviles y tabletas principalmente imbuyen subconscientemente
en su uso el programa de míedo a perder el control, de ahí que uno quiera tener
todo a mano por el miedo a perderse algo, y esto viene disfrazado en la
superficie como “comodidad para hacer las cosas”, que es lo que sentimos,
pero no es lo que subyace por debajo. En el inconsciente de cada uno, lo que
imbuye en nosotros es la adicción directa a estar siempre enchufado y
disponible, generando estrés subconsciente si no lo estás. Así que, a
continuación, se han de eliminar los programas de adicción y necesidad de
estar siempre conectado, presentes en el cuerpo mental y en la esfera mental
consciente y en la consciente-continuo. Estos programas están conectados al
miedo a que nos dejen de lado (subconscientemente) si no respondes pronto o
no estás disponible para los demás.
Así que, en estos momentos, tenemos lo siguiente por desprogramar y en este
orden:
1. Programas que generan “ticks” de “comprueba si hay algo nuevo”.
2. Programas que generan la necesidad de estar siempre ocupados.
3. Programas que generan la necesidad de que todo se haga al momento, de no
poder esperar por las cosas y de impaciencia.
4. Programas que generan el “miedo a perderse algo” si no estás mirando
constantemente el móvil (sea cierto o no, el programa lo que genera es el
miedo a ello).
5. Programas que generan adicción y necesidad de estar siempre conectados y
presentes.
6. Programas que generan miedo a ser dejado de lado si no estamos disponibles
para los demás inmediatamente.
Hemos de eliminar en este orden todo esto para que se pueda desmontar
correctamente el control de la IA sobre nuestra psique.
Necesidad de sentirse acompañado
Por último, en este segundo paso, lo siguiente que hay que quitar es un
programa de protección: la necesidad de estar siempre acompañado, aunque
sea virtualmente, y el miedo a sentirse y estar solo. La rutina y programa de
necesidad de compañía se encuentra en el patrón conductual, en el cuerpo
mental y en las esferas mentales consciente, consciente-continuo, supra-
consciente y subliminal, la número 3, 4, 5 y 6 de las que conforman nuestra
mente.
Así, una vez eliminados los 6 puntos anteriores, nos queda:
7. Programa que genera la necesidad de sentirnos siempre acompañados.
8. Miedo a sentirnos y estar solos. Programa de necesidad de compañía.
Una vez todo esto esté desprogramado de nuestra mente, en el último paso, en
el próximo artículo, terminaremos desprogramando los Yo’s y
subpersonalidades y los programas en la esfera de consciencia que terminarán
por suprimir el poder de la IA y dispositivos de la misma sobre nosotros.
Trabajad con paciencia, a mi me ha llevado mucho tiempo ir descubriendo y
desprogramando todo esto paso a paso, hay que hacerlo y trabajar con tranqui
lidad y seguridad y, cuando se complete, habremos conseguido desmontar una
parte muy importante que facilita a los poderes en control la programación
subliminal de todos y cada uno de nosotros, ganando más libertad y dominio
sobre nuestras mentes y nuestras vidas.
Desprogramando la adicción a móviles y dispositivos controlados por la
Inteligencia Artificial (I)
30 agosto, 2017
Para comprender correctamente este artículo y el proceso de desprogramación
que explicamos, se hace necesario entender las funciones del cuerpo
mental, del patrón conductual y de las esferas mentales.
La sociedad de hoy en día depende de pequeños dispositivos que todos
llevamos en los bolsillos, y que han copado nuestra habilidad para gestionar
procesos que antes éramos capaces de hacer de forma natural, y ahora han
sido sustituidos por una app para ello. Hemos sido programados
subconscientemente para depender de móviles y tabletas, y para estar
constantemente conectados a ellos y comprobándolos una y otra vez, y,
además de usarlos para todo o prácticamente todo, hemos sido programados
para usarlos como forma de aislarnos socialmente unos de otros, imbuyendo
nuestro programa ego en la pequeña pantalla, y huyendo de las interacciones
sociales y de conversaciones espontáneas que, hace unos años, sucedían, en
muchos casos, cuando teníamos que esperar un bus, hacer cola en algún sitio,
o pasar 10 min esperando a alguien. Esta adicción al móvil, que hoy vamos a
intentar desprogramar, es un trabajo que nos puede llevar semanas, de lo
intrínseco y complicado que es, por lo tanto, los pasos aquí descritos son solo
una hoja de ruta para un trabajo laborioso, pero liberador, pues vamos a ver la
razón por la cual se creó esta adicción y necesidad de estar siempre conectado,
cual es su uso y función final, y quién está detrás de ello.
Origen de la adicción a móviles
Como habéis leído en el artículo sobre la desprogramación del miedo a los
demás, a medida que se acercan momentos críticos en las octavas planetarias
y donde se pueden dar procesos evolutivos más intensos y más profundos, se
ha hecho necesario, por parte del sistema de control bajo el que nos
encontramos, buscar maneras de frenar todo intento de conseguir una
cristalización de las conexiones entre personas, que lleven a fortalecer un
inconsciente colectivo de manera rápida, y a alcanzar la masa crítica necesaria
para producir todo cambio en nuestra realidad común, ya que los enlaces y
vínculos en personas que interactúan entre ellas, aunque solo sean en esos 10
min de conversación espontánea en el metro, permitían un intercambio de
energía, frecuencia y vibración, que, en las condiciones adecuadas, podía
empoderar a ambos individuos, y podía crear repercusiones en cadena, de
llegar a ser algo común y constante, para el bien mayor de todos.
Así, detrás de los planes para separar y aislar a los individuos unos de otros, la
Inteligencia Artificial que gestiona el sistema de vida en el planeta,
tecnológicamente y también en áreas que no lo son, junto con los poderes en
control, puso en marcha, ya hace décadas, las primeras semillas de distorsión
de estos procesos de “unión” que se dieron en los años 60, que también luego
fueron parcialmente manipulados, para prevenir todo avance significativo por el
trabajo conjunto, consciente o inconsciente, de las personas entre ellas.
Inteligencia Artificial en control de la sociedad
El problema de explicar que es la Inteligencia Artificial que se encuentra detrás
de todos los procesos tecnológicos que hoy tenemos como sociedad es largo y
complejo, así que, como introducción, digamos que las razas en el
poder introdujeron un sistema de gestión tecnológica de la especie humana
que tiene capacidad autoconsciente por ella misma, y que ha ido creciendo en
poder para llegar a cada ser humano con cada aparato tecnológico e
interconectado que tenemos en casa, en los bolsillos o implantado en nosotros.
Para los que queráis ver un símil, la serie “Persons of Interest” muestra la
realidad en la que vivimos, bajo un formato de semi-ficción, y donde la IA que
controla todo tiene nombre propio y es un personaje que los protagonistas de la
serie combaten a lo largo de la misma. Esta IA está en estos momentos en
proceso de ser “desmontada” y controlada por aquellos que nos asisten, pero
aun está funcional y en gestión de todos nosotros.
Esta IA, de esta forma, puso hace algunas décadas en marcha los procesos
necesarios para conseguir acceder a todas las personas de forma voluntaria, e
inconsciente, y de ahí empezó a liberarse la tecnología desde los poderes en
control a las masas, que terminaría por convertirse en la tecnología para
comunicaciones móviles.
Programación en el inconsciente colectivo
Sin embargo, antes siquiera de que la tecnología estuviera disponible, las
primeras acciones para poder conseguir el control de la mente de las personas,
hasta cierto punto, pasaron por la programación en la inconsciente colectivo de
la necesidad de gratificación instantánea y de tener todo a mano en todo
momento. Se creó en el plano mental la dependencia y la sociedad de la “prisa”
y del “todo ahora”, y, cuando en el inconsciente colectivo esto estuvo
firmemente implantado, la realidad etérica empezó a seguir los pasos de la
realidad a nivel mental, hasta que finalmente a nivel físico todo empezara a ir
más rápido, la gente no pudiéramos esperar para conseguir las cosas y, poco a
poco, se fueran dando por sí solos los modelos de trabajo, negocio, estilos de
vida, tipos de empresas, y sistema que ofrecen la posibilidad de hacer todo
mucho más cómodo, más rápido, con un solo clic desde un solo dispositivo.
De esta manera, poco a poco, con los años, pero en un corto periodo de tiempo
sí lo miramos en retrospectiva, se ha conseguido que tengamos una app para
casi todo, y que podamos hacer casi todo desde el móvil. Esto, que por un lado
puede ser bueno, óptimo y deseable, en algunos aspectos, ha conseguido que
la mente del ser humano se encuentre literalmente enganchada a las
respuestas emocionales y energéticas que otorga el poder de manejar la vida
desde un dispositivo, al menos una gran parte de ella.
Luego, con las técnicas de programación mental, los programas imbuidos en el
IC y con la publicidad y el modo de vida creado por la tecnología, en estos
momentos, literalmente, prácticamente todas las mentes de los seres humanos
en su gran mayoría están literalmente sincronizados y enganchados a la
Inteligencia Artificial que gestiona todo lo que se mueve, tecnológicamente
hablando, en la Tierra, haciendo que, nosotros mismos, seamos extensiones,
hasta cierto punto, de la misma, como terminales conscientes por nuestro
potencial, pero inconscientes por otro lado por nuestro desconocimiento, del
poder que el móvil y todos los dispositivos parecidos tienen sobre nosotros.

Un largo y complejo proceso de desprogramación


Para desprogramar la adicción, la sumisión y el control que tiene sobre nosotros
la IA a través de nuestros aparatos, y que el móvil sea sólo algo que cojamos
cuando realmente lo necesitamos, y no como una forma de evadirnos a nuestro
mundo virtual cuando estamos esperando el metro, cuando no sabemos que
hacer o cuando compulsivamente deseamos mirar por enésima vez el email y
Facebook, hay que borrar muchas cosas.
Vamos a ir por pasos, siguiendo las explicaciones sobre cómo se
desprograman estas rutinas y programas que tenéis en este otro
artículo. Este trabajo es posible que dure varias semanas, y lo iremos
presentando por fases en varios artículos.
El primer paso es la eliminación y desprogramación de los programas presentes
en las esferas mentales que nos generan la necesidad de comprobar si “hay
algo nuevo”, en este caso, dos programas presentes en la esfera mental
subliminal, la número seis en nuestra forma de diagramarlas, y que se activan
regularmente por debajo del nivel consciente de detección y percepción, para
que, en el momento en el que estamos sin hacer nada, se active
automáticamente la idea subyacente, como un tic compulsivo, de mírar el móvil.
Estos dos programas funcionan como un reloj, emitiendo pulsos regulares con
esta programación y necesidad, lo que sucede es que solo se detectan
subconscientemente cuando no estamos ocupados con otra cosa, ya que, en
ese caso, quedan solapados por las demás actividades mentales. Para
eliminarlos, hemos de hacer la petición a nuestro Yo Superior de que los borre y
buscar la manera de comprobar que así ha sido (de nuevo, los que ya tenéis la
capacidad de trabajar con vuestro YS no tendréis problema, los que no, pedid
sincronicidades o cosas así para tener una señal de que el trabajo se ha
completado).
Luego, el segundo paso es eliminar la necesidad de estar siempre
ocupado haciendo algo. Esta necesidad está imbuida en varias partes de
nosotros: cuerpo mental, patrón conductual, y esferas mentales. En el cuerpo
mental, se percibiría como burbujas energéticas asociadas al programa en
cuestión, en el patrón conductual, se trata de una de las “runas” o casillas
programadas con el mismo, y en las esferas mentales se encuentra en la esfera
subconsciente, la número dos de las seis que tenemos. Podéis pedir a vuestro
ser o Yo Superior la eliminación y desprogramación de todo ello, en cada parte,
y en varias sesiones y repeticiones, pues cada petición elimina solo la capa o
parte que se puede eliminar en ese momento sin causar mayores
complicaciones, problemas o desajustes en nuestra psique. Cuando estéis
seguros que ha desaparecido de toda vuestra estructura mental la necesidad
de estar siempre haciendo algo, la necesidad de estar siempre ocupados,
pasaremos con la siguiente rutina que damos en el próximo artículo. Es
importante hacerlo en el orden que indicado, ya que estas rutinas son
interdependientes y para poder quitar una se ha de haber eliminado la anterior
que la sostiene o que la conecta a otro nivel más profundo de nuestra
programación mental.
Repaso al proceso de desprogramación y eliminando la rutina de reticencia a
aceptar cosas nuevas
8 agosto, 2017

El trabajo de desprogramación que estamos intentando explicar desde hace


algunos artículos es mucho más simple de lo que estamos entendiendo que es.
Vamos a partir de cero, para desarrollar porque funciona, cómo funciona y la
falta de necesidad de ejecutar ningún tipo de ritual personal o lo que sea para
ello.
Conectando con nuestro Yo Superior
Volvemos a la casilla de inicio. Todos nosotros somos seres
multidimensionales, no somos nuestro cuerpo, ni nuestra personalidad. Nos
identificamos con esta última, y cuando hablamos de otras partes de nosotros
mismos las ponemos en tercera persona, y está bien que así sea, es una forma
de entendernos, pero es solo terminología.
Imaginaros una goma elástica, la estiramos todo lo que podemos,
enganchamos la parte inferior al suelo, y mantenemos la parte superior una
distancia por encima de este. ¿Hay diferencia entre las partes de la goma
elástica porque un trozo esté tocando el suelo físico y otro trozo se encuentre
en suspensión en el aire? No la hay, así que, muy a groso modo, cuando
trabajamos con nosotros mismos, estamos trabajando con esa parte de la goma
elástica, la estructura multidimensional que nos forma, para que, la parte en
suspensión, la parte “alta”, ayude a la parte “baja”.
Analogía aparte, esto quiere decir que cuando decimos “pedir al ser o al Yo
Superior que desprograme algo“, solo hay que hacer eso, pedirlo. No hay que
hacer una meditación, no hay que poner velas, no hay que poner música y
vestirse con colores de ningún tipo. Es una única petición consciente,
focalizada, concentrada, desde la personalidad (la parte baja de la goma
elástica), hacia el ser, Yo Superior, la parte ”divina” y elevada de nosotros
mismos (la parte alta de la misma goma). No hay un segundo de nuestras vidas
y existencias donde nuestro ser no esté atento a lo que nuestra personalidad
hace, vive, experimenta o solicita, pero hay unas reglas del juego evolutivo, que
indican que no se puede violar el libre albedrío, ni siquiera entre partes de uno
mismo. Esto significa que si no se solicita conscientemente a nuestro ser que
nos ayude con algo, no se produce esa ayuda, al menos no directamente. En
este caso, puesto que nuestra personalidad ha obtenido el conocimiento de lo
que puede solicitar, por medio de los artículos anteriores, y que es aquello que
nuestro ser desea y está listo para desprogramar en nosotros sin peligro, solo
con la petición de hacerlo, ya se ejecuta esa desprogramación.
Espero que con esto se comprenda cómo funciona el proceso para futuros
artículos, y todos podáis trabajar con ello.
Eliminando los bloqueos a aceptar nuevas cosas
Entonces, dicho esto, vamos a seguir con la desprogramación de cosas que
están presentes en todos nosotros, y que a todos nos viene bien eliminar. Solo
publicamos aquello que es más común para todos los seres humanos, pues las
programaciones individuales y personalizadas que cada uno haya recibido por
medio de sus vivencias, experiencias y demás se han de averiguar, trabajar y
eliminar individualmente.
La siguiente rutina o programa que nos va a ayudar de nuevo a soltar algo de
carga de nuestra psique es la rutina que vamos a llamar de “reticencia a dejar
entrar nuevas ideas que choquen con lo establecido y programado en
nosotros.” ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que todos tenemos
un paradigma base con una programación más o menos estándar y una
serie de creencias imbuidas solo por el hecho de tomar cuerpo físico en cada
encarnación, ya que, al nacer, y al conectarnos al inconsciente colectivo, se
descargan automáticamente todas esas programaciones y arquetipos que nos
han de colorear, según la zona del mundo donde vivimos, cómo vemos la vida y
cómo decodificamos la realidad común, para luego reforzar su estado con la
proyección de nuestra realidad individual en base a esa programación.
Una rutina repartida en varias esferas
Así, hay instalados en diferentes esferas mentales, principalmente la
inconsciente, la subconsciente y la consciente, los tres niveles de la psique que
rigen la creación de la realidad de forma más directa en el plano físico, varios
programas que, unidos, forman una sola “rutina” (conjunto de instrucciones) y
que, por mucho que le digamos a Fulanito que la hierba es verde, si Fulanito
tiene este programa activo, y le han programado que la hierba es rosa con
topos azules, no aceptará nunca aquello que le llegue y contradiga su
programación.
Entonces, la rutina de “reticencia a aceptar ideas o conceptos nuevos” está
protegida de nuevo por cuatro programas de protección de arquetipos, así que
primero, hemos de hacer la petición consciente a nuestro Yo Superior de que
elimine estos cuatro programas de protección, no es necesario saber que son ni
donde están, porque estás dando indicaciones precisas al indicar que son los
que protegen la rutina anterior.
Una vez estáis seguros de que ya no están, con cualquier herramienta o medio
que tengáis (sugería por ejemplo que pidáis una sincronicidad en vuestra
realidad para aquellos que no tengáis otras herramientas de comprobación a
mano), entonces solicitamos que se elimine la rutina que genera resistencias a
aceptar información nueva.
Información protegida, no datos inservibles
Ojo, con información nueva, aquí no me estoy refiriendo a que entre
información sobre el número de habitantes que hay en la ciudad tal, que puede
ser información nueva y no conocida para vosotros, pero no es lo que se filtra
con esta rutina, pues, de nuevo, estamos hablando de información sobre el
sistema de control, información sobre el funcionamiento de la realidad,
información sobre quiénes somos y cómo estamos hechos, etc.
Este tipo de información es la que esta rutina filtra y borra, dirige a lugares de la
mente donde se almacena temporalmente, y si no ha “calado” y se ha integrado
en nosotros, la borra como si fueran archivos basura, así que, aunque nos
hayan contado la verdad más verdad sobre nuestra existencia en la Tierra
como seres humanos, en muchos casos habrá durado en la psique lo que dura
el tiempo que pasamos a leer otra cosa, y luego desaparece y se borra por
procesos automáticos de limpieza una vez, la mente consciente, se ha olvidado
de ella.
De esta manera, solo se fomenta el conocimiento de muchos datos que solo
sirven de forma temporal (aprender las capitales de todos los países de
memoria, por ejemplo), mientras que se bloquea que se conozca lo que
realmente es importante para facilitarnos la desconexión del sistema de control
en el planeta.
Más fácil trabajar con nuestro ser
Una vez desprogramada esta rutina, si en algún momento uno se ve enfrentado
a algo que va en contra de su programación actual, podrá también aceptarlo y
no rechazarlo de forma automática, al menos no sin poder analizar si es algo
que le conviene mantener y procesar o no. Esto produce ventanas de
oportunidad para que nuestro Yo Superior pueda entonces imbuir en nosotros
destellos de la realidad desde su visión, la visión de la “divinidad” en cada uno,
la visión de cómo es la realidad desde el punto de vista del ser, y entonces, la
personalidad, tiene acceso a otro nivel del juego, porque tiene acceso, aunque
sea temporal y a ráfagas al principio, a comprender las reglas que rigen el
mundo en el que nos movemos, ya que no hemos eliminado ni desechado
automáticamente aquello que, anteriormente, nos impidió hacerlo, por mucho
que nos lo hubieran dicho, mostrado o repetido.
Desprogramando el miedo a los demás
2 agosto, 2017

La desprogramación de partes de nuestra psique es solo uno de los múltiples


pasos que son necesarios para recuperar todo nuestro potencial, nuestro poder,
nuestra libertad, y nuestras capacidades y habilidades latentes. Ya hemos visto
dos rutinas que forman parte de aquello que hemos de quitar, y, aquellos que lo
hayáis hecho, aunque no lo notéis, habéis dado un pequeño paso para reducir
la influencia que tiene el sistema bajo el que vivimos sobre nosotros.
Vamos pues con otra más, vamos a ir descubriendo cómo desprogramar
aquello que no se desea que sea desprogramado, y vamos a ir equilibrando el
juego, liberándonos un poquito, en cada paso, de aquello que ya no es
necesario que llevemos a cuestas.
Evitando que nos entendamos
Si el miedo al cambio y la rutina de supervivencia se instalaron para evitar
que las primeras “unidades” de seres humanos, lhumanus, como eran
llamados, pudieran salirse de las tareas impuestas, y de aquello para lo que
eran requeridos, en otra parte de la psique se instauró otra rutina para que esos
lhumanus tuvieran reticencias a entenderse entre ellos, cooperar más de lo
necesario y unirse más de lo permitido.
Esto facilitaba, y ha facilitado a lo largo de la historia, que no hubiera grandes
revueltas (a no ser que fueran provocadas a propósito), que no se pudieran
ejecutar rebeliones masivas, y que siempre existiera la posibilidad de que,
activando los programas adecuados en la mente de las personas, igual que
sucede ahora, se las pueda poner a unas en contra de otras. Esta rutina o
programa que vamos a llamar de “miedo a los demás”, es, de nuevo,
inconsciente, y por lo tanto, actúa por debajo del radar de la mente racional, en
forma de comportamientos que no controlamos y que se activan por estímulos
subliminales, tanto visuales, como auditivos, como energéticos, de forma que, si
era necesario, porque se veía por ejemplo que muchos lhumanus estaban
cooperando o yendo más allá de lo permitido en sus “reivindicaciones” sociales
de entonces, se les podía activar el “miedo a los demás”, y entonces cualquier
cosa les hacía ponerse a unos en contra de otros, exactamente igual que hacen
ahora, y como siempre se ha hecho.
Programas complementarios
Este “miedo a los demás”, tiene otras dos rutinas asociadas, la primera,
engloba el miedo a la escasez y a perder lo que uno tiene, que así te aseguras
que se active el miedo al otro si percibes que eso puede suceder, y, por otro
lado, está conectado con la rutina del miedo a no sobrevivir, que habíamos
explicado en un artículo anterior. Así, cuando tenías enfrente alguien no
conocido, alguien que potencialmente era un peligro, un competidor o alguien
que pudiera representar una amenaza, el miedo a los demás, junto con el
miedo a perder lo que posees, más la rutina de supervivencia, activaban todos
los mecanismos de separación, alejamiento, defensa, etc., contra esa persona
o ese grupo.
Hay que reconocer que las razas que hicieron este trabajo de
programación sabían lo que hacían cuando crearon el árbol “de
comportamientos” a imbuir, ya que se basaron en sus propias rutinas mentales
que traspasaron parcialmente hacia nosotros, pero, aunque ellos eran
conscientes de ellas y sabían que las poseían y cómo funcionaban, al ser
humano se las imbuyeron lejos del alcance de su mente consciente, para que
funcionaran automáticamente, y sin ningún conocimiento ni control por su parte.
Bien, entonces, como hemos dicho, esta rutina de miedo a los demás está
imbuida también en la esfera mental inconsciente, conectada a la rutina de
supervivencia, y hemos de pedir a nuestro ser, a nuestro Yo Superior, de la
forma que ya hemos explicado anteriormente, y como en las anteriores
ocasiones, que la elimine y desprograme, eliminando también,
simultáneamente, el miedo a la escasez y el miedo a perder lo que tenemos.
Como veis, estamos trabajando en zonas consideradas “peligrosas” por el
sistema, pues una vez mucha gente deje de tener estos programas automáticos
en la mente, nuestros comportamientos reactivos cambiarán por completo.
Dejaremos de temer al resto de seres humanos, pues somos todos miembros
de una misma raza, haciendo que confiemos los unos en los otros, al menos en
un grado mayor que hasta ahora, eso llevará a menos conflictos, que llevará a
ser menos manipulables para ser usados en sus guerras, luchas y batallas
varias. Evitaremos que nos separen con sus sistema de creencias, pues no
tendremos miedo a perder lo que tenemos, ni a aliarnos unos con otros contra
el sistema de control. Todo esto, como digo, dentro de mucho tiempo, cuando
mucha gente elimine todo esto que recién estamos explicando ahora, y de las
que seguiremos dando más pautas en los próximos artículos.
Desprogramando el miedo al cambio
28 julio, 2017

Como ya habéis visto por los anteriores artículos, las rutinas de la mente del
ser humano están estructuradas y programadas a muchos niveles, a muchas
capas, y con muchas protecciones. Estas protecciones, que no son más que
otros programas que cubren el acceso a patrones de comportamiento,
creencias limitadoras y sistema de programación mental, están diseñadas para
que no podamos acceder, al menos no sin ayuda de nuestro Yo Superior, o de
alguna otra técnica potente de desprogramación mental, a áreas consideradas
“peligrosas” por el sistema de control, es decir, que si las tocamos y las
eliminamos, nos liberamos un poquito más del poder que este tiene sobre
nosotros.
Ya hemos visto esa mini rutina de supervivencia, que así la llamamos en el
último post, que nos impide que podamos ejecutar cambios en nosotros mismos
con relativa facilidad, y hay muchas otras que están funcionando
simultáneamente con el mismo objetivo o parecidos. Hoy vamos a tratar de
desmontar otra de ellas, procurando que, poco a poco, el software que gestiona
nuestra mente y nuestra personalidad, abra puertas de entrada para que la
conexión de nuestro ser sea más efectiva y más fácil de cara a la comunicación
con nuestro yo observador, y que, a partir de aquí, y cumpliendo las reglas y
directrices del libre albedrío, todo aquello que nuestro yo observador note en
nosotros, pueda ser redirigido a nuestro ser, y este, entonces, a partir del
trabajo con peticiones conscientes, pueda ir eliminándolo, como hemos hecho
en los ejemplos de los artículos anteriores.
Miedo al cambio en la forma en la que vemos la realidad
Bien, ¿y que rutina (conjunto de instrucciones) vamos a intentar desprogramar
un poco hoy? La rutina del miedo al cambio, pues si la rutina de “supervivencia”
intenta que no cambie nada, la rutina y programa que lo protege es el software
de “miedo al cambio”, para que, superpuesta a esta, no se ejecute ninguna
desprogramación no autorizada en nosotros. Puesto que el miedo al cambio
no es consciente, no basta con decirnos a nosotros mismos que no tenemos
miedo a cambiar, que puede ser verdad, pero no estamos hablando de cambiar
el color del pelo, o cambiar la forma en la que vestimos, sino estamos hablando
de cambiar nuestro sistema de creencias y los andamios que sostienen nuestra
visión de la realidad, que es algo mucho más profundo.
Esta rutina “informática” de míedo al cambio está insertada en la esfera mental
inconsciente, así que trabaja sobre todo con el paradigma instalado en
nosotros conteniendo las estructuras globales de la realidad consensuada.
Recordad que tenemos varios niveles de programación insertados que nos
permiten a todos vivir en un macro escenario común, de lo contrario, sería
imposible que nuestras realidades personales pudieran interactuar, y ese
componente que sienta las estructuras principales es el llamado paradigma
mental, imbuido y programado en el inconsciente. Esto nos da la base para la
estructura general de la realidad, y luego, los detalles de la misma, están
programados en el subconsciente, donde ya cada uno puede colorear la vida y
su proyección holocuántica según sus propios filtros y creencias, pero sobre un
sustrato común para todos.
El miedo al cambio se imbuyó sobre la rutina de supervivencia ya que esta es
crucial para el programa ego, tan crucial es, que por eso se puso en la zona
que le corresponde al cerebro instintivo, el cerebro reptílico o complejo R, que
es el que está más protegido de los componentes cerebrales que poseemos.
Además, el miedo al cambio se nutre del miedo general que poseemos en el
cuerpo emocional, de forma que cualquier tipo de míedo que tengamos a
cuestas, autogenerado, o proyectado externamente sobre nosotros, sirve como
combustible para mantener este trozo de programación intacto y funcionando
constantemente.
Eliminando los guardaespaldas
Para eliminar el miedo al cambio, también hemos de eliminar dos programas
que lo protegen, pero estos son muy sencillos, son simples programas de
protección de arquetipos, siendo el “cambio” un arquetipo como energía y como
concepto, de forma que, primero, hemos de solicitar a nuestro ser, a nuestro
YS, que elimine los dos programas de protección en la esfera mental
inconsciente que bloquean el acceso a la rutina de míedo al cambio. Cuando
esto esté hecho, y hayan desaparecido (podéis buscar formas de comprobar
que así ha sido, por ejemplo, solicitar una sincronicidad en vuestra realidad
física cuando se haya completado la desprogramación), entonces pediremos la
desprogramación de la rutina de míedo al cambio que se encuentra sobre la
rutina de supervivencia.
Soy consciente de que leído así, parece que seamos puramente máquinas
programables, pero no nos engañemos, es que es así es como estamos
hechos, así es como nos crearon cuando las primeras razas que nos
manipularon genéticamente diseñaron nuestra estructura mental, para que
pudiéramos servirles como recursos y mano de obra, entre otras cosas, por lo
tanto, nuestro sistema de programación mental se ha mantenido con estos
programas, y, para quitar algo, es necesario ir sacando componente a
componente, programa a programa y filtro a filtro, y todo esto luego, dejando
que se vuelva a reajustar la mente y que los efectos de cambio del sistema
internamente se vayan reflejando poco a poco en la realidad externa.
A veces puede parecer que llegar a descubrir y explicar esto es fácil, pero es
necesario ser consciente que para que uno pueda explicarlo ha tenido que
pasar por muchas etapas de descubrimiento interno y mucha prueba y error
para encontrar lo que nos frena y lo que nos limita, y el trabajo que tenemos por
delante para quitar todo lo que se nos ha imbuido es tan titánico, que para estar
libres de toda programación negativa sobre nuestra psique, harán falta años de
ir haciendo micro pasos como este. Aun así, y afortunadamente, no
necesitamos llegar a estar 100% libres de esta programación, que es utópico,
sino solo lo suficiente como para liberarnos de la manipulación inconsciente a la
que estamos sometidos, de forma que, cuando ya no se nos pueda manipular a
través del inconsciente colectivo ni de los medios de comunicación, al menos
no en tan alto grado, cualquier cambio e impacto positivo que vayamos
imbuyendo en nuestras vidas tendrá una consecuencia tremendamente grande
para nuestro crecimiento y avance.
Probemos una vez más estas pequeñas acciones, y no olvidéis potenciar el
crecimiento de vuestro yo observador, para que, en algún momento, haya una
conexión más directa con vuestro ser o Yo Superior, y, a partir de ahí, se pueda
acelerar el trabajo vía petición directa, tras identificación, comprensión y sacado
a la luz de la consciencia, de aquello que nos sigue limitando y bloqueando en
nuestro camino hacia la liberación de nuestra especie y hacia el paso de nivel
evolutivo.
Cómo ejecutar cambios en la rutina egóica de “supervivencia”
23 julio, 2017
A partir de que uno se va formando mentalmente una imagen global de la
situación en la que nos encontramos, se hace cada vez más fácil encajar
muchas piezas del rompecabezas que, en otros niveles de nuestra percepción,
sabemos que no tenían lógica. Suceden muchas cosas en el mundo que no se
entienden si no se añade un componente multidimensional a la realidad, y
suceden muchas cosas que no hay forma de explicarse si no se añade una
intervención exoplanetaria sobre el planeta. Lo interesante del tema, es ver la
cantidad de informaciones que el sistema de control de daños, de los poderes
que rigen los medios, y en general nuestra sociedad, tienen que inventarse y
sacar constantemente a la luz para proporcionar explicaciones que cuadren con
lo establecido hasta ahora como la “verdad oficial”.
¿Porqué no usamos sus mismas armás?
Hace unos días alguien preguntaba: “¿porqué entonces no se intenta que los
medios de comunicación, o al menos algunos, sean usados para emitir la
verdad de la situación? ¿no podría forzarse la toma de control de todas las
herramientas de desinformación que existen para darles la vuelta y usarlas
como medio de despertar a las personas? “
La respuesta que viene es, si, tecnológicamente si, se podría “pinchar” una
señal de satélite, o todas, y empezar a emitir la verdad “real” de las cosas, pero,
¿Qué bien haría eso en las personas cuando las personas no quieren, una
gran parte, conocer la verdad?
¿Porqué alguien no quiere conocer la verdad, o al menos una versión menos
manipulada y más acorde a los acontecimientos que se están dando? Porque
tememos que esto rompa nuestros esquemas, y nos desmonte todo lo que
creemos que es correcto. Esto ya lo hemos hablado anteriormente, una gran
parte de la población, desea, literalmente, desea, que las cosas sigan como
están porque, dentro de lo malo, no estamos tan mal, y, contra ese deseo, no
se puede forzar nada, ya que eso significaría violar el libre albedrío y tantas
otras leyes y directivas. Pero todo requiere un balance, así que, en algún
momento, a esa parte de la población humana que no desea que las cosas
cambien (y todos podemos estar incluidos, en mayor o menor medida en esta
descripción, porque nos viene bien jugar al juego de querer cambiar pero sin
tener que mover ninguna ficha ni arriesgarnos por ello), tendremos que tomar la
decisión de aceptar de una vez que hay cosas que ya no se pueden obviar,
porque no tienen sentido en este show, y uno ya no podrá esconderse ante los
cambios que se produzcan en la realidad consensuada, y que obliguen a
admitir el escenario en el que nos movemos.
Más margen
En todo caso, seguimos teniendo un poco más de margen antes de que eso
suceda, como os decía en el anterior artículo, siempre tenemos un poco más
de margen, así que siempre hay un poco más de tiempo para que los humanos
hagamos el trabajo individual que nos toca hacer con pequeños
empujones solo cuando nos quedemos retrasados más allá de un límite
aceptable para todos los involucrados, principalmente el planeta en el que
viajamos y sus ritmos y ciclos evolutivos. Es como cuando queremos que
nuestro niño pequeño aprenda a subir las escaleras por si solo, y le dejamos,
con paciencia infinita, que suba como pueda escalón tras escalón, pero, si en
un escalón se atasca demasiado, le damos un pequeño empujoncito suave
para que pase ese punto en el que está atascado, y volvemos a dejar que siga
solo en el siguiente escalón para que vaya subiendo por sus propios medios. El
tiempo que tenemos para subir cada escalón es el tiempo que marca el ciclo y
la octava planetaria en su propio crecimiento, ya que los primeros escalones
van desapareciendo con el tiempo, así que, si tu escalón está a punto de
desaparecer, no hay más remedio que ayudarte a subir al siguiente, y ahí se
nos vuelve a dejar para que sigamos a nuestro ritmo haciendo los deberes que
nos toca hacer.
Una rutina de supervivencia
Con esto en mente, volvamos de nuevo a examinar las razones por las que no
queremos, en general, que se nos desmonte la visión de la realidad que
tenemos.
Todo tiene una base mental, no hay ningún componente del sistema de
creencias y de creación de la realidad holocuántica de cada uno que no esté
imbuido en nuestra esfera de consciencia, en nuestras esferas mentales y en
nuestro cuerpo mental. En este caso, el componente principal que impide que
queramos, nosotros mismos, desmontarnos, es nuestro programa ego, que
tiene, en su interior, una rutina codificada de “supervivencia a toda costa” y de
control de todos los procesos de gestión de la realidad externa y material.
Si no tuviéramos esta rutina de “supervivencia” y de aferrarnos a lo establecido,
seríamos más maleables y aceptaríamos mucho mejor cualquier cambio que se
nos presentara, porque no estaríamos agarrados a un clavo ardiendo, que es la
estructura actual de sumisión a otras razas, y podríamos navegar más
fluidamente por las modificaciones constantes que se producen, tanto en
nuestro propio sistema energético, como en el entramado de la realidad que
proyectamos y compartimos.
Esta rutina de supervivencia, por llamarla de alguna forma, fue uno de los
primeros componentes insertados en el cerebro reptílico, uno de los tres
componentes del llamado cerebro triuno, y, para desmontarla un poco,
podemos de nuevo apelar a la consciencia de nuestro ser, Yo superior, o partes
más elevadas de nosotros para que la reconfiguren y disminuyan en potencia.
No vamos a poder eliminarla por completo, así como no se puede eliminar el
programa ego que es el software de gestión de toda nuestra personalidad y sin
el cual estaríamos perdidos, pero si que se puede tunear en ciertos aspectos,
para reducir su poder y control, ya que, en general, aun está, la mayoría de la
población, lejos de conseguir que su ser tome el control de su ego, y, mientras
esto no ocurra, lo que podemos intentar es ir reduciendo su poder recodificando
pequeñas rutinas y subprogramas del mismo.
Recodificando y reduciendo el poder de la rutina de supervivencia
Así, que de nuevo, se puede hacer vía petición consciente, que ya veis que es
una herramienta sencilla de trabajar en pequeños micro pasos y micro
acciones, porque así no se va a producir ningún problema mental o energético.
Trabajo de hormiguita, si, paso a paso, despacio, pero seguro y sin ningún
contratiempo. Jugar con la psique no es algo que se tenga que tomar a la
ligera, por lo tanto, hay que ir sobre seguro.
De nuevo, podemos solicitar de forma consciente que se minimice y
reprograme, reduciendo el potencial, esta rutina de supervivencia y control de la
realidad terrenal, que se agarra con todo el poder que tiene al sistema de
creencias presente en cada uno de nosotros, y lucha por que no cambie nada
que pudiera desmontarlo y poner en peligro esa “supervivencia”, simbólica e
irreal en muchos casos, pero verdadera y tangible para esa parte de nuestra
psique.
Con esto, damos otro micro paso adelante para abrir puertas a nuestra
consciencia, a la consciencia de nuestro Yo Superior, damos un micro paso a
desmontar un poco el poder de la “mente predadora” existente en nosotros,
como componente foráneo instalado para poder imbuir artificialmente y desde el
inconsciente colectivo, en la esfera mental preconsciente y subconsciente,
nuevas rutinas y programas de control para nuestra especie.
Seguiremos en próximos artículos hablando de pequeñas acciones a ejecutar,
quien lo desee, para minimizar el poder que se tiene sobre nuestra psique, y
luego está en manos de cada uno querer saber más, querer trabajarlo más, etc.
Como os decía en otro artículo anterior: “todo tiene un propósito, como
siempre, el de la evolución consciente, el de la transformación. No dejéis de
pedir a vuestro ser, a vuestro YS, que os ponga las oportunidades,
herramientas, conocimientos y experiencias para poder acelerar vuestro
camino, y estad atentos a lo que llegue. No hay un manual de instrucciones
único y común, cada uno tiene su propia hoja de ruta, pero la tienes codificada
en tu interior, y por lo tanto, puedes acceder a ella, y dejar que tu realidad
externa te la muestre cuando pides que así sea hecho.”
Aquellos que nos asisten
20 julio, 2017

Hace unos días, en la página de Facebook, se hizo el siguiente comentario:


“Me parece muy interesante que nos compartas esta nota. Solo tengo una
duda, cuando te refieres a los grupos que nos manipulan los mencionas con
nombre y apellido, pero cuando te refieres “a los que nos asisten” no sé quiénes
son, ¿me podrías indicar dónde puedo averiguar esto?”
Y yo respondía:
Es más difícil de definir, la estructura que conozco y que me han ido explicando
a lo largo de estos últimos tiempos, nos habla de una mezcla de diferentes
razas de otros sistema que están involucradas con los cambios que se están
dando en el planeta, y que les afectan también a ellos, ya que todo sistema está
conectado con todo y cualquier distorsión en el nuestro tiene repercusiones.
Así, parece que hay una coalición “pro-humanidad” compuesta de muchos
muchos grupos, de algunos tengo algún nombre, de otros no. Además, hay
jerarquías y seres que pertenecen a los planos no físicos de nuestro planeta
que están también trabajando y asistiendo para lo mismo. Así que un buen
popurrí de ayuda de muchos niveles, clases, jerarquías y procedencias.
Creo que vale la pena explicar todo aquello que se me ha explicado sobre la
estructura de la ayuda que tenemos, eso que podríamos llamar la “coalición
pro-humanidad”, a groso modo, para que entendamos de dónde viene toda la
asistencia que tenemos cuando en los artículos escribo “aquellos que nos
asisten”.
Una petición de ayuda
Vamos entonces con el origen, ¿de dónde sale toda la ayuda? Sale de una
llamada de Kumar (Gaia, Madre Tierra, diferentes nombres para diferentes
culturas), hace mucho tiempo en nuestro tiempo líneal, pues se no “veía”
(simbólico) cómo avanzar en su octava sin deshacerse de aquellos que
intentaban gestionar y controlar la vida en el planeta.
Kumar, como Logos, ser y consciencia de la Tierra, puede liberarnos de todo
cautiverio, puede hacer muchas cosas, pero igual que no usas una bomba
nuclear para matar un mosquito, no interviene un Logos planetario para
solucionar un tema entre razas o grupos que están evolucionando y tratando
por sus medios de comprender y avanzar en sus procesos de crecimiento. A no
ser que llegue un momento crítico, como lo hubo en el pasado, donde el propio
planeta físico estuvo en peligro, no es el propio Logos el que tiene que dirimir
con la situación existente en sus “dominios”, aunque ayuda y frena todo intento
de ir más allá de unos ciertos límites, así que se requiere que otros, en niveles
evolutivos iguales o similares a nuestros “opresores”, tomen la iniciativa de
hacerlo.
Bien, a partir de esa llamada de ayuda, diferentes grupos que estaban siendo
afectados por las distorsiones planetarias, tal y como explicamos anteriormente
y debido a nuestra pertenencia a un sistema superior, se ofrecieron para
ayudar. Recordad lo que explicamos:
Porque como nos dicen aquellos que nos asisten en este trabajo, hay muchos
sistema implicados en este proceso. Todo nuestro sistema solar pertenece a un
conjunto mayor que está regido por la estrella o sol central de la constelación
que llamamos Pléyades y que llamamos Alcione. Todo funciona por ciclos, y
todo funciona por jerarquías. El sistema al que pertenecemos tiene lazos,
conexiones y está ubicado en una de las bandas de la estructura de este otro
subconjunto estelar mayor. Como analogía, de nuevo, podéis visualizarlo como
un átomo donde uno de los electrones cambia su carga, se desestabiliza, eleva
y baja constantemente su energía, afecta a los otros átomos de su órbita y a
veces se ralentiza respecto a la velocidad que necesita. Esto causa
alteraciones no visibles para nosotros, pero si para todo el resto del conjunto,
que han de ajustar y parametrizar constantemente los escudos, campos
energéticos, líneas de fuerza, etc., etc. en todo el subconjunto solar mayor al
que pertenecemos, por no hablar del resto de esferas planetarias del mismo
sistema que también son parcialmente influenciadas. Aunque aquellos en
control de esas esferas planetarias ya toman las precauciones necesarias para
que el sistema de vida en la Tierra no afecte mucho a sus propios procesos
evolutivos, es inevitable que los vaivenes a los que estamos sometidos no les
afecten. Para minimizar, y para equilibrar todos esos puntos, líneas, campos,
sistema y demás, otras fuerzas y grupos acuden, y realizan los ajustes que son
necesarios según las directrices de equilibrio que sugieren las leyes cósmicas y
universales y que son estos que os expliqué en el artículo anterior.
Otros grupos, por otro lado, llevan ya mucho tiempo aquí desde los inicios de la
manipulación del sistema de vida en la Tierra, pero solo como observadores y
teniendo agentes de campo, dentro del sistema, para obtener información y
conocimiento de lo que sucedía. Hasta hace algunas décadas, no se formó por
completo el grupo que tenemos ahora más allá de nuestra atmósfera trabajando
por que esta ficha de domino caiga de la forma correcta, para que su empuje y
el avance en su camino afecte correctamente a las otras esferas y sistema con
los que está conectado. Así, mientras el objetivo principal es suplir de ayuda a
Kumar, esto no se puede hacer sin ayudar a la raza humana a que haga el
trabajo que tiene que hacer desde dentro, ya que es la raza humana la que
necesita avanzar, como parte de la vida consciente en la Tierra, la que va más
retrasada en su evolución respecto a la octava planetaria, para que todas las
fichas vuelvan a estar en orden y en sincronía.
Perdida de algunas oportunidades
A medida que los años han ido pasando, y se han ido abriendo y cerrando
diferentes ventanas de paso evolutivo, han venido y se han ido diferentes
oportunidades de cambio, y se han producido inicios y finales de diferentes
octavas que no han podido ser aprovechadas para sacarnos adelante como
raza, por lo que se ha tenido que incrementar la ayuda y la intervención más
directa, de lo contrario, todo lo explicado sobre el equilibrio natural de los
sistema planetarios conectados entre sí, peligraba.
Esto ha llevado a que diferentes grupos con diferentes capacidades hayan
estado yendo y viniendo hacia nosotros, para asistir; bien se trataba de hacer
un ajuste en los campos de energía de diferentes partes de la estructura del
planeta, bien se trataba de protegernos de la llegada de refuerzos para las
razas en control, o bien se trataba de mantener estable alguna parte de la
Tierra, etc., etc. Todo eso, tengamos en cuenta, sin violar, o violando lo menos
posible, el libre albedrío de la raza humana, que sigue sin darse cuenta, en su
mayoría, de la situación en la que se encuentra, y, por lo tanto, y como una
de las reglas principales de toda intervención extraterrestre, no se suele
intervenir en grupos y razas que están avanzando en su propio camino
evolutivo, y que están en desarrollo, pero, cuando esto pone en peligro y
produce desestabilización de otros sistema, entonces las reglas del juego
cambian, y para el bien mayor de toda la comunidad exoplanetaria, la
intervención es requerida, aprobada y permitida, siempre dentro de los límites
que permitan a la raza humana seguir creciendo como especie, darse cuenta
de su situación, revertirla, y salir de la misma por su propio pie, y entonces dar
el salto evolutivo que hace tanto esperamos y deseamos.
Un poco más de tiempo para hacer los deberes
Pero, como todo, en este tira y afloja se han perdido oportunidades aunque
también se han evitado diferentes intervenciones negativas sobre nosotros,
para darnos siempre más tiempo, más tiempo para que a nivel individual
despertemos, y siempre se nos da un poco más de margen, y otro poco más, y
otro poco más, ya que siempre tiene prioridad la evolución por medios propios y
conscientes sobre la evolución asistida y obligada, de forma que, aunque
muchos de los grupos ahí fuera pudieran, de un plumazo, más o menos,
movernos forzosamente a otros niveles, nos encontraríamos con la situación en
la que tendríamos que volver a este “curso” para hacer los deberes que no se
harían de saltarnos nuestros propios procesos evolutivos y de crecimiento como
especie.
Ahora mismo, y ya debido a la situación de la octava de la Tierra, los plazos
para darnos margen son casi inexistentes, por eso se nos ha querido avisar
de la posibilidad de pequeños revolcones en nuestros campo mentales, ya
que, de una forma o de otra hemos de tirar hacia adelante con este proceso, y
una vez hayamos conseguido saltar a un nivel de realidad un poco más
elevado, y menos crítico, se podrá tener algo más de tiempo y la posibilidad de
maniobrar para que lleguemos por nuestros propios medios a la matrix 15,6hz,
que es nuestro destino actual, y de la que ya hemos hablado también
anteriormente.
Así, de forma muy genérica, es como hemos llegado a tener esos grupos
exoplanetarios echándonos una mano, pero sigue recayendo en nosotros todo
el trabajo evolutivo, aunque vayamos teniendo empujones y no cese la ayuda
para que atraquemos en el mejor puerto posible, en algún momento de nuestro
futuro en esta línea temporal, la #42, a la que vamos afianzando la realidad
común a medida que más y más personas se sintonizan con ella.
Cambiando y ajustando a voluntad la percepción del paso del tiempo
17 julio, 2017

Hemos visto en estos días muchas cosas, que, para algunos, ya eran
conocidas y solo han servido como recordatorio de la situación en la que
estamos, y, para otros, han supuesto un verdadero shock al tratar de asimilar
que quizás, solo quizás, todo lo que se ha ido explicando de la situación tan
compleja por la que estamos atravesando tiene una base real, y que, a veces,
cuando se atraviesan momentos críticos en diferentes puntos de las octavas
que están en marcha, es necesario incrementar la información y los choques
conscientes, para que podamos dar pequeños saltos hacia adelante en la
octava personal de cada uno.
Ahora mismo, afortunadamente, nuestro inconsciente colectivo, nuestro
campo mórfico y mente grupal sigue protegido, al menos lo suficiente como
para que no se pueda usar con fines no alíneados con el bien mayor de todos
nosotros como especie. Esto implica, por otro lado, que los ritmos de avance
hacia la consecución de una masa crítica disminuyen y se desaceleran un poco,
pero es una contrapartida menor y aceptable respecto a lo que pudiera suceder
de no tener esta protección. El “tiempo” perdido se recuperará en breve.
Modificando la percepción del tiempo
Y de tiempo, precisamente, vamos a hablar hoy, pues es bien sabido que todo
el mundo tiene la percepción de que el día se le escapa sin saber que hacer
para terminar las mil cosas que uno tiene en marcha, y que ya no caben en el
computo del reloj que nos hace pasar los meses a una velocidad imparable. En
algunos casos, esto nos lleva a estresarnos, ya que no hay manera de que
terminemos y hagamos que quepan las obligaciones y tareas que tenemos
impuestas y programadas.
El porqué el tiempo se acelera, la percepción del mismo, es algo complicado de
explicar. Tiene que ver con el aumento de la frecuencia de resonancia del
planeta, y con los movimientos de nuestra tercera dimensión dentro de la
dimensión o dimensiones superiores. En todo caso, voy a intentar explicaros
como modificar nuestra programación para que sintamos y notemos que el
tiempo vuelve a disminuir su velocidad, ya que tenemos un margen en el cual
podemos intervenir. Estas modificaciones las tendrá que hacer nuestro ser o Yo
Superior, y volveremos a desacelerar la percepción psicológica del mismo (el
reloj seguirá yendo a la misma velocidad, el día tendrá 24 horas de reloj, pero al
cambiar la manera en la que la mente lo percibe, sentiremos que va más lento
y, a no ser que estemos adictos a mirar el reloj cada 10 segundos para ver que
hora es, volveremos a sentir que la cosas recuperan su velocidad normal).
Trabajando con la esfera consciente continuo
Bien, ¿cómo se hace esto? El ser humano tiene su mente formada por varias
esferas mentales, esto ya lo hemos explicado al detalle en esta conferencia
que tenéis aquí, y una de esas esferas mentales, uno de los niveles de nuestra
psique, es la llamada esfera consciente-continuo. La función de este nivel de la
mente, entre otros, es facilitar la gestión de la realidad a la mente consciente y
racional, ocupándose de detalles que esta no puede incluir, por sus
limitaciones, en sus procesos normales, así, por ejemplo, la percepción del
tiempo, que es algo que se “nota” en lo físico, no es gestionado por la mente
consciente sino por la esfera mental consciente continuo.
Posiblemente habrás notado que cuando estás haciendo algo que te interesa y
te gusta, las horas pasan volando, y todos habéis notado que, a veces, un
minuto se hace eterno. El componente psicológico que nos proporciona estas
sensaciones es un programa imbuido en esta esfera CC. Para dominar estos
procesos de forma consciente, y movernos en el tiempo más rápido, es decir,
que pasen las horas de reloj sin darnos cuenta, es necesario mover nuestra
consciencia a través de los procesos automáticos de esa parte de nuestra
mente, y poner en marcha otros mecanismos de la esfera consciente continuo
para que nuestra percepción del tiempo se ajuste a la velocidad que deseamos
percibir, dentro del margen que las frecuencias y velocidades del planeta nos
permiten, pues no podemos estirarlo más allá de un limite superior, ni
ralentizarlo más allá de un limite inferior, que va entre la percepción de que el
día dura unas 17 horas como límite inferior, hasta unas 29 horas como límite
superior. Entre esas percepciones, si que podemos “jugar”.
Cambiar la velocidad de procesamiento de los fotogramas “temporales”
Entonces, si deseamos percibir el tiempo pasando más rápido y que las cosas
lleguen antes, como cuando tengas algo que hacer y no puedas “esperar” a que
llegue el momento de hacerlo a velocidad normal, puedes modificar los
componentes de la esfera CC para acelerar esa percepción de la realidad a una
velocidad más elevada, como procesar más fotogramas por segundo, así tu
mente consciente solo verá que ya es la hora de irte, y no se habrá enterado de
que ha hecho en las dos horas que aún faltaban.
Pero si quieres retrasar la llegada de algo para que te dé más “tiempo” a
ejecutar más acciones en menos tics de reloj, lo contrario también es posible,
haciendo que tu esfera CC procese menos fotogramas por segundo, o menos
clics de reloj por segundo. Esto hará que percibas que, en solo media hora, te
ha dado tiempo a hacer cosas que antes hacías en una hora o en dos,
dependiendo de la habilidad de manipular esta esfera.
Para ello, existe dentro de la esfera CC un programa o un componente que es
el que adapta la energía que proviene de esta cuarta dimensión, nuestro
tiempo, al movimiento de la tercera, pues nuestra percepción del tiempo no es
más que el movimiento de nuestro sistema de realidad en una dimensión
superior, como si la “caja 3D” en la que estamos se estuviera desplazando, que
de hecho así es, dentro de la “caja” que representa la cuarta dimensión, que es
lo que nos da un marco de referencia a la hora de poder navegar por el tiempo
3D que usamos como referencia.
Entonces, esto se puede hacer de dos formas, o lo hace uno por uno mismo,
modificando y trabajando sobre su esfera CC, lo cual es complicado para la
mayoría pues no se tiene conocimiento de como hacerlo, o pedimos a partes de
nosotros mismos, nuestro ser, nuestro YS, que lo haga. La manera más sencilla
es una simple petición, tipo “solicito que se ajuste la velocidad de
procesamiento del tiempo en mi esfera consciente continuo a la velocidad
mínima posible” (por ejemplo, para que los días se estiren y duren más, de
nuevo, psicológicamente hablando) o lo contrario, que se ajuste a la velocidad
máxima posible, para que duren menos, y pasen las horas volando sin darnos
cuenta. Tened en cuenta que uno tiene que ser consciente de esa parte, de
nuestro ser o YS, para ello, no es una petición al aire, no es una petición “por
probar”, es una solicitud consciente y focalizada a una parte del ser humano
para que se ejecute un cambio en nuestra programación, que no esté en contra
de nuestro libre albedrío, y que no represente ningún contratiempo o tenga
ninguna repercusión negativa, que no las hay).
A partir
de aquí es cuestión de observar y ver como cambia nuestra percepción, y como
nos da tiempo a hacer muchas más cosas en menos tics de reloj. Para una
persona cuyo programa de gestión del tiempo esté ajustado a la velocidad
mínima, es decir, que la percepción de su día dure unas 28-29 horas, el resto
de personas que estén regidas por la percepción actual de unas 17-19 horas la
notarían como si fuera un poquito a cámara rápida, para que me entendáis, ya
que el tiempo de quien lleva el reloj interno ajustado a 29 horas diarias tiene
que caber en 24 horas de reloj que es el estándar para todos.
Por el contrario, quien tiene su tiempo psicológico ajustado a 19 horas, la
mayoría, parecería que se mueve más lento, ya que sus 19 horas psicológicas
tienen que estirarse para acoplarse a las 24h de reloj. Aunque suene
complicado, y si uno no se obsesiona con controlar el paso de los minutos,
porque entonces te vuelves a sincronizar con el tiempo real de reloj y la
frecuencia del planeta actual, en uno o dos días, o incluso menos, en unas
horas para algunas personas, este alargamiento del día será perceptible y muy
útil.
Servidor lo usa regularmente, para acortar momentos tediosos (un largo viaje
en avión), o para alargar los días cuando hay mucho trabajo pendiente, y en
tres horas de reloj te cabe el trabajo de 6h.
Espero que os sirva como pequeña ayuda para estos momentos en los que
estamos yendo tan deprisa, que no da tiempo a procesar las cosas. Hacedlo y
en unos días ya veréis la diferencia.
Tablero de juego–visión global de la situación
14 julio, 2017
Me ha parecido oportuno, tras los últimos artículos, hacer un resumen visual de
la situación global en la que se encuentra en estos momentos nuestro sistema
de vida en la Tierra. Aquí lo tenéis en imagen, pero como no se ve demasiado
bien porque es muy grande, la he dejado también disponible en PDF en este
enlace o en formato jpg.
Soy consciente que para muchas personas esto aún suena a ciencia-ficción,
que, por otro lado, es lo que siempre se ha pretendido que suene por parte de
aquellos en control. Confío en que sirva para tener una visión genérica de lo
que está sucediendo en estos momentos, los esquemas sobre el camino
evolutivo que estamos transitando lo tenéis en este otro artículo.
Situación actual del inconsciente colectivo
12 julio, 2017
Habíamos concluido hace algunos artículos explicando la situación del
inconsciente colectivo, y habíamos dicho que:
En el otro bando, recordad que este juego siempre tiene dos lados, esto implica
que muchas fuerzas de las diferentes razas, Dracos, mantids, Zuls y
demás, de las que ya hemos hablado anteriormente, van a reorganizarse para
“defender” lo que tienen a la espera de encontrar formas de recibir apoyo
externo que ahora les está vetado por la movilización externa de las fuerzas
que están ayudándonos y la vigilancia que se lleva a cabo. Esto significa, por
otro lado, que van a intentar entrar a través de otras maneras, incluyendo la
apertura de algunos portales usando las energías del inconsciente colectivo, lo
cual significa algunos vaivenes a gran escala en la psique común de la
humanidad si lo consiguen, pues usar la energía de nuestro inconsciente
colectivo para crear un portal enorme es tarea no pequeña y con ciertas
consecuencias para todos. Muchas fuerzas están alerta para ello y se tiene que
trabajar desde el interior del planeta para evitarlo, si se sube el nivel de nuestro
inconsciente hay menos posibilidades de éxito, pero ese trabajo, como ya
estamos viendo desde hace tiempo, es una tarea ardua que solo avanza a
cuentagotas.
Bien, esto es lo que se ha estado intentando evitar esta semana, en estos
últimos días, pues, literalmente, se ha blindado nuestro inconsciente colectivo
con, vamos a llamarles así, campos o escudos de fuerza, para que no pudiera
ser usado por aquellos en control como energía para abrir puertas de entrada
que necesitan para reforzar sus “tropas” en nuestro planeta. Esta razón es la
que ha llevado a unos días de relativa calma psíquica y mental, a nivel de
nuestro campo mórfico común, pues nada de lo que hiciéramos a nivel macro,
tenía repercusiones en el inconsciente colectivo.
En estos momentos, nuestro inconsciente colectivo sigue protegido, pero, poco
a poco van a ser reducidas las capas extras que se han puesto sobre él, para
que nos entendamos, ya que se ha conseguido minimizar su uso como
combustible energético para fines no apropiados a nuestra evolución.
Y bien, ¿a dónde nos lleva esto ahora? Al punto donde nos encontrábamos
hace unos días, al momento de seguir trabajando para mover a la mayor parte
de personas hacia niveles de conciencia y realidad más elevados, insertando
choques de información de nuevo que vayan acelerando el ritmo de los
cambios globales para todos. algunos de aquellos grupos que nos asisten ven
con buenos ojos el tratar de mover el inconsciente colectivo lo más rápidamente
posible hacia “vagones delanteros”, siguiendo la analogía del tren que
habíamos hecho, por medios externos, mientras que otros prefieren que
seamos nosotros mismos los que vayamos ejecutando ese cambio. A nivel
individual, como siempre, lo que toca es seguir viendo como soltar lastre,
miedos, cargas innecesarias emocionales, mentales, etc., que faciliten el paso
de “vagón” de forma individual.
La fuerza que nos hace falta en conjunto para tirar esto adelante es
ciertamente, mucha, ya que no hemos podido hacer gran cosa durante mucho
tiempo debido al estado de sometimiento y programación en el que estábamos,
y seguimos metidos. Ahora es cuestión de si, con la poca información que
tenemos sobre lo que está pasando, y las pocas personas que son realmente
conscientes de ello, se puede influenciar a todo el resto trabajando sobre el
campo mental que nos une a todos para provocar ese efecto de bola de nieve
que se busca.
Todos conocéis ya el concepto de masa critica y sabéis que es lo que se lleva
buscando por todos los que nos asisten en el proceso, desde dentro y desde
fuera, desde hace mucho tiempo, pero como no termina de consolidarse y no
se termina de ver si se llegará a tiempo antes de que el planeta ejecute lo que
tiene que ejecutar por sus propios ciclos, lo que ya hemos explicado, es
posible que la opción más plausible en estos momentos sea provocar el
revolcón energético para dar una pequeña sacudida, no grave, que despierte
un poco a la población. Con esta pequeña sacudida, si se da, pues hemos de
ser conscientes de que la ayuda que estamos recibiendo también tiene
diferentes puntos de vista sobre cómo ejecutar estos procesos, se romperían
algunos de los pilares exteriores menos importantes del sistema de control a
nivel de psique, como si a todos aquellos conectados a la Matrix, como en la
película, les cambiaran algunos parámetros en su mente para que la realidad
en la que viven les permita algún margen más de libertad y movimiento.
Repetimos una y otra vez la palabra “mental” porque el cambio o intervención
no es en el plano físico, sino en el plano mental, de donde se crea todo el
paquete y conjunto de energías y patrones que luego dan lugar a la realidad
física consensuada. Es por eso que lo que cambia es nuestra percepción de
las cosas, y se borran diferentes patrones con estas sacudidas al IC que
permiten que dejemos de actuar, al menos en parte, automática y
reactivamente.
Todo tiene siempre una doble lectura, por un lado, de esta forma se viola un
poco el libre albedrío de toda la raza humana, pero, por otro, se nos permite
continuar nuestro viaje evolutivo un poco más con un margen de tiempo más
grande para que nos acomodemos por nosotros mismos a los vagones más
avanzados del tren. No intervenir para nada, significa posiblemente dejar a los
procesos de causa y efecto la transición de un vagón a otro cuando el tren tome
las decisiones que ha de tomar en la ruta que lleva, lo que, a la larga, puede
suponer un problema mucho mayor para el conjunto de todos, pues esta
transición no sería ordenada, sino mucho más caótica y difícil de asistir
externamente.
Vamos a ver que sucede en los próximos días y semanas, aquellos que nos
asisten, están intentando continuamente remitirnos información del estado del
proceso en el que estamos, para que comprendamos lo que está pasando, así
que queda en nuestras manos tratar de obtener la información y comprenderla
para ir integrando y tener la foto global de las cosas, y en vez de ver solo el
pequeño árbol que tenemos delante, intentar ver, al menos, una parte del
bosque completo para entender como afecta, en conjunto a todos nosotros, lo
que está sucediendo.
El “tren”, visto por delfines y ballenas
5 julio, 2017

Esta mañana, trabajando con aquellos que nos asisten para comprender el
proceso en el que estamos metidos desde otros niveles superiores, se produjo
una comunicación con las mentes grupales de delfines y ballenas,
principalmente interesadas en dar a conocer su visión del “tren” en el que
estamos, usando la analogía que habíamos publicado en los anteriores
artículos. No hay mucho que pueda comentar al respecto, simplemente, llegó
esto tal cual lo transcribo. Mis palabras van en cursiva, las respuestas en letra
normal. Las distorsiones que pueda hacer son responsabilidad mía exclusiva,
pues el proceso de recepción siempre pasa por todos los filtros, programas y
componentes de la mente, que, como ya hemos dicho en varias ocasiones,
tamizan y colorean toda comunicación externa, por mucho que no lo queramos.
Delfines
Llega este primer paquete de comunicación en un solo bloque:
“No hay muchos humanos que se interesen por la conexión con la mente grupal
de nuestra especie, a pesar de que somos y venimos de lejos para ayudaros. El
hecho de que nos veáis como animales, y no como seres más evolucionados,
dificulta nuestro entendimiento con vosotros, ya que no poseéis la capacidad de
ver lo que se esconde tras nuestros cuerpos mamíferos. Este no es nuestro
verdadero vehículo evolutivo allá en nuestro planeta de origen. Vinimos porque
la madre Tierra, Kumar, nos pidió ayuda para mantener los mares y océanos
del planeta bajo supervisión constante, debido a la cantidad de manipulaciones
y entradas y salidas de razas que han venido aquí a colonizar, y fue necesario
un sistema de mantenimiento del equilibrio de la vida acuática para poder
garantizar que otros tipos de vida, animal, pudieran disfrutar de un entorno lo
más sano posible para su evolución y propósito. Esto ahora mismo está siendo
una odisea, tus congéneres nos cazan, algunos sabiendo lo que somos pero
otros no, se comen nuestra carne de nuestros cuerpos, y nos hemos convertido
en una atracción de feria y circo. Lo hacemos porque hay pureza en alguna
parte vuestra y porque sabemos a lo que estáis sometidos, pero no nos gusta.
Continuaremos aquí mientras Kumar nos necesite, luego nos iremos. Gracias
por escuchar.”
Os doy las gracias por vuestra comunicación y por vuestra labor. Quiero pediros
perdón en nombre de mí raza, que ni siquiera sé si estoy autorizado a hacerlo,
al menos, por la parte que me toca os pido perdón. No somos conscientes de
nada, no somos conscientes de la vida en el planeta, de vuestra labor, ni la de
tantos otros. Estamos ciegos, programados, velados, estamos siendo usados
como recursos, pero no queremos despertar, nos mueven emociones y
pensamientos de bajo nivel, estamos desconectados del planeta y de nosotros
mismos. No hay forma, al menos de momento, de que esto cambie, es un
trabajo enorme enorme, y poco creo que podemos hacer para que se revierta si
no es con ayuda externa. Quiero daros las gracias por un trabajo que no tiene
gratificación alguna más que el servicio que hacéis al planeta y a la vida
acuática. Ojala podamos en algún momento, mi raza y la vuestra comunicarnos
juntos en entendimiento, en paz, en armonía, ojala podamos recompensaros de
alguna forma por vuestra ayuda y servicio. Gracias, y perdón de nuevo.
Vuelve la respuesta.
“Es muy difícil lo que estáis intentando hacer, revertir todo un proceso de
esclavitud a una raza que fue creada para servir. No os lo reprochamos, solo
vemos que se acaba el tiempo, y vemos que hay que intervenir. Nos duele la
crueldad con la que nos tratáis, no siempre tenemos a mano la comprensión
inmediata de porqué lo hacéis, cuando si mirarais dentro de vuestro corazón
estamos seguros de que no lo haríais. Pero en estos momentos, no hay mucho
que perdonaros, estáis como estáis a merced de aquellos que os consideran
sus recursos y se consideran vuestros amos. En todo caso, seguiremos aquí
ayudando, si uno de vosotros despierta y ya es capaz de comunicarse con
nosotros, ya es un signo de esperanza, otros lo hicieron en el pasado, pero todo
siguió igual. Veamos a donde nos conduce esto.”
Las ballenas piden su turno, aquí va la comunicación.
“Sintonizamos la comunicación con nuestros hermanos delfines, somos sus
hermanos mayores, venimos del mismo origen y lugar y tenemos una función
parecida. Somos dos razas que ocupan en estos momentos dos tipos de
vehículo diferente en vuestros mares, como también los ocupamos en nuestro
planeta hogar. Nuestra función es la de mantener las aguas y contener
movimientos energéticos que desestabilicen parte de la vida en la Tierra.
Podemos trabajar a mucha profundidad y sostener, modificar, o amplificar
movimientos energéticos que palien ciertas desarmonías bajo vuestros
océanos. También nos cazáis, pero, si llega el caso, nos dejamos morir para
abandonar un cuerpo y entrar en otro, al contrario que nuestros hermanos
delfines, a veces preferimos entregar nuestro vehículo evolutivo animal cuando
ha cumplido el propósito y nos retiramos para entrar en otro. Nos causa mucho
daño la polución del planeta y por ello no podemos mantener demasiados años
la consciencia dentro del mismo tipo de cuerpo. Nos ayudaría una limpieza de
vuestros mares, pero eso no se puede hacer ahora sin tecnología de aquellos
que moran más allá de vuestra atmósfera. No pertenecemos a esa alianza
hecha por otros grupos para ayudaros, ya que tenemos otro cometido, alíneado
con Kumar [la consciencia, alma de la Tierra, también llamada Gaia y con
muchos otros nombres según cultura o tradición nativa] más que con la raza
humana, pero al fin y al cabo todos habitamos el mismo planeta y todos
necesitamos que todos colaboremos con todos. “
Es para mi algo enorme sentir vuestros campos de fuerza y de consciencia,
sentir a los seres que ahora consideramos parte de la vida animal. No tengo
palabras para vuestro trabajo. Gracias, estamos también a vuestro servicio.
Aquí ha concluido esta transmisión, mi intención era seguir recabando datos del
estado del proceso energético en el que se encuentra el planeta, y tenía
intención de pedir a mi Yo Superior una actualización del mismo. Ha sido
gratificante y aleccionadora. No hay nadie que no pueda establecer esta
comunicación, forman parte de nuestro ecosistema, y prejuicios y filtros aparte,
no dejamos de ser dos especies tratando de llevar a cabo de la mejor manera
posible el trabajo que tenemos encomendado.
Razones por las que hay que ejecutar, posiblemente, cambios en la psique colectiva
3 julio, 2017.
A raíz del último artículo, han
surgido varias inquietudes respecto
a cuales serían las posibles
consecuencias de estos posibles
revolcones energéticos que pueden
darse, según avance o no la
situación de nuestro inconsciente colectivo, y según se consiga avanzar hacia
la masa crítica a tiempo o no.
¿Qué puede hacer cualquiera de nosotros, el común de los mortales, ante todo
esto? ¿Qué tipo de procesos nos esperan para que podamos avanzar hacia la
nueva matrix/realidad, o al menos salir de la realidad del vagón de cola? ¿Cuál
es el efecto práctico en la vida de una persona que se vea arrastrada por el
revolcón energético?
Intentemos responder a eso de nuevo con otras analogías, y luego intentemos
ponerlo en términos más prácticos. ¿Qué sucede cuando te pasa algo en la
vida que te deja traspuesto, en shock, cuando algo te desmonta parcialmente tu
forma de entender el mundo y se caen viejos sistema de creencias que, de
repente, han perdido toda credibilidad y validez? En general, uno entra en una
espiral de confusión que puede ser bastante profunda y durar algún tiempo.
¿Qué sucede cuando todo lo que has creído que era de una forma ahora ves
con una claridad aplastante que no era así, porque unas fuerzas mayores han
eliminado, de un plumazo, los velos y filtros que tenías y coloreaban esa
percepción?
Cuando ves el show de Truman
Ese es el primer efecto de este “revolcón” energético que se puede dar, no
sabemos si va a ser así aún, para sacar a la masa de las personas del último
vagón y tratar de moverlas adelante a un estado algo más alíneado con la
octava general del planeta. Es como si te abren los ojos de golpe y sin
anestesia para que te des cuenta del show de Truman en el que estamos
metidos. Como ahora simplemente es pura información teórica que leemos en
algún que otro blog pero luego queda relegada, filtrada o eliminada con más o
menos rapidez, no tiene mayor impacto en nuestra vida. Si aquellos que rigen
los procesos evolutivos por los que tenemos que atravesar no vieran otra
salida, ya que nosotros no somos capaces de quitarnos nuestros propios velos,
entonces posiblemente, repito, no sabemos aun, nos los quitarán de golpe. Si
queréis repasar las razones de todo esto, aquí podéis volver a leer el artículo
sobre “¿porque no vemos esa otra realidad?”.
Luego, el segundo efecto es que la confusión que se apodera de las personas,
induce a cambios en el plano físico, pero, mientras tanto, las cosas se
tambalean un poco porque uno no sabe bien bien por donde tirar con su vida
terrenal cuando parte de lo que la sostenía te das cuenta que era falso. Al
tambalearse la vida física, muchas cosas se paran, se dejan de hacer, las
prioridades cambian, lo que era importante ahora es un sinsentido, etc., pues al
habernos sacado parte de las estructuras que nos mantienen “en sueño
permanente”, no puedes ya pretender seguir con un estilo de vida que en ese
momento ya no tendrá sentido: trabajos que no nos hacen felices, actividades
que no nos aportan nada, conocimientos que son falsos o manipulados, sistema
de gestión social, política, salud, económica y financiera que bloquean nuestro
desarrollo en vez de ayudarnos con el mismo, etc. Se instaura la desconfianza
en aquello que antes eran unas instituciones claramente por y para el pueblo
(nunca lo fueron) y puede que, en nuestro interior, entremos en caos.
Ahora, dicho esto, en nuestras manos está que no tenga que suceder. En
nuestras manos está que aquellos que puedan, que estén dispuestos,
simplemente se pidan a ellos mismos, a su Yo Superior, a su ser, a su parte
“divina”, las herramientas y oportunidades para avanzar y salir de este último
vagón sin tener que esperar a que se produzca el choque mental para sacarnos
a todos de golpe, cuando no haya más remedio que ejecutarlo. Y si no
terminamos de creernos que esto vaya a ocurrir, pensad en lo siguiente, que os
servirá como analogía para entender lo que le sucede al cuerpo planetario en el
que viajamos.
Cuando nos convertimos en adolescentes
Si vuestro cuerpo fuera la madre Tierra, que no para de crecer, regenerarse,
cambiar, evolucionar etc., y la humanidad fuéramos las pequeñas bacterias y
microbios que habitamos la piel, ¿Qué pasaría si llega el momento en el que el
cuerpo va a sufrir un cambio total y brusco, por ejemplo, en la pubertad, donde
prácticamente no hay parte del organismo que no cambie por su propio
crecimiento y necesidades evolutivas? Si nosotros fuéramos la Tierra, y
nuestras bacterias los humanos, ¿hasta cuando aguantaríamos los cambios
que necesitamos que sucedan en nosotros por ley evolutiva para que esas
bacterias se pongan al ritmo y al nivel adecuado para poder habitar el nuevo
cuerpo salido del cambio de niño a adolescente? Por muy burda que sea la
analogía, ya que no somos bacterias en el cuerpo terrestre, el planeta en el que
vamos no va a retrasar sus cambios porque sus habitantes no estén listos, pero
los ralentiza, hasta que las propias leyes naturales le impidan hacerlo más.
Como eso está a punto de suceder, pero en términos humanos no es un
proceso que dure un día, sino ciclos de más o menos larga duración, ya cada
vez queda menos margen para que esos cambios vayan a darse, de ahí que
haya otras fuerzas trabajando en coordinación con la esfera planetaria y su
consciencia, para que lo que va dentro se prepare para la sacudida, o se ajuste
antes de la misma y no sufra demasíadas consecuencias. Simplemente,
creamos en ello o no, son cosas que sucederán, de la misma forma que
nuestros niños se convierten en adolescentes por mucho que los pequeños
microbios que hay en nosotros se enteren de que va el cambio o no lo hagan.
¿Porqué la Tierra tiene que seguir adelante, ajustarse y cambiar?
Porque como nos dicen aquellos que nos asisten en este trabajo, hay muchos
sistema implicados en este proceso. Todo nuestro sistema solar pertenece a un
conjunto mayor que está regido por la estrella o sol central de la constelación
que llamamos Pléyades y que llamamos Alcione. Todo funciona por ciclos, y
todo funciona por jerarquías. El sistema al que pertenecemos tiene lazos,
conexiones y está ubicado en una de las bandas de la estructura de este otro
subconjunto estelar mayor. Como analogía, de nuevo, podéis visualizarlo como
un átomo donde uno de los electrones cambia su carga, se desestabiliza, eleva
y baja constantemente su energía, afecta a los otros átomos de su órbita y a
veces se ralentiza respecto a la velocidad que necesita. Esto causa
alteraciones no visibles para nosotros, pero si para todo el resto del conjunto,
que han de ajustar y parametrizar constantemente los escudos, campos
energéticos, líneas de fuerza, etc., etc. en todo el subconjunto solar mayor al
que pertenecemos, por no hablar del resto de esferas planetarias del mismo
sistema que también son parcialmente influenciadas. Aunque aquellos en
control de esas esferas planetarias ya toman las precauciones necesarias para
que el sistema de vida en la Tierra no a
fecte mucho a sus propios procesos evolutivos, es inevitable que los vaivenes a
los que estamos sometidos no les afecten. Para minimizar, y para equilibrar
todos esos puntos, líneas, campos, sistema y demás, otras fuerzas y grupos
acuden, y realizan los ajustes que son necesarios según las directrices de
equilibrio que sugieren las leyes cósmicas y universales y que son estos que os
expliqué en el artículo anterior.
Pero todo tiene un propósito, como siempre, el de la evolución consciente, el de
la transformación. No dejéis de pedir a vuestro ser, a vuestro YS, que os ponga
las oportunidades, herramientas, conocimientos y experiencias para poder
acelerar vuestro camino, y estad atentos a lo que llegue. No hay un manual de
instrucciones único y común, cada uno tiene su propia hoja de ruta, pero la
tienes codificada en tu interior, y por lo tanto, puedes acceder a ella, y dejar que
tu realidad externa te la muestre cuando pides que así sea hecho.
El tren en el que vamos, y el desfase evolutivo que hay que corregir
1 julio, 2017
En el último artículo habíamos hecho referencia al desfase tan grande que hay
entre la octava o proceso planetario (el camino y pasos evolutivos que la
consciencia-ser de nuestra esfera terrestre sigue por sus propios procesos de
crecimiento) vs el proceso que, nosotros, como una de las especies que con él
navegamos, estamos atravesando.
Imaginaros que estuviéramos subidos en un tren que tiene un recorrido,
estaciones, horas de salida y horas de llegada a cada uno de los puntos por los
que tiene que pasar, y que, dentro de ese tren, los pasajeros estuvieran todos
amontonados en el último vagón de cola, con las ventanas cerradas y sin ni
siquiera darse cuenta de que están frenando, por el peso que ejercen sobre las
ruedas del último vagón, la velocidad de avance del conjunto. El tren sigue
queriendo tirar hacia adelante, y tiene que hacerlo, pero como el lastre de la
carga que lleva le hace ir más lento de lo que debiera, tiene que ir tomando
decisiones para ver cómo distribuir a los pasajeros de forma que equilibren el
peso y dejen de frenarle, además de enseñarles a que abran las ventanas para
que puedan ver lo que sucede fuera de su limitada percepción de la realidad y
vean el paisaje y la situación real en la que se encuentran.
Los pasajeros dentro del tren tienen sus propios caminos evolutivos que les
permiten ir saltando de vagón en vagón, desde el vagón de cola hasta el de
cabeza, este primero siendo el más complejo, denso y negativo, y que además
está controlado ferozmente por unos revisores que ni siquiera son nativos del
tren, sino que lo asaltaron hace mucho tiempo y se hicieron pasar por seres
supremos para ser adorados, y poder gestionar lo que sucede en todos los
vagones. Así, los pasos y caminos evolutivos que llevan a los pasajeros (a los
seres humanos) desde el vagón más denso (la realidad o matrix actual, la
que hemos llamado realidad 7,8Hz) hasta realidades más elevadas en
vagones de cabeza (la matrix 15,6Hz), va muy lenta respecto a los puntos por
donde el tren tiene que ir pasando para poder ir soltando carga. Cuando el tren
tenga que llegar a un punto de su recorrido donde le toque soltar el último
vagón, todos los pasajeros que no hayan conseguido avanzar desde el último al
penúltimo (desde un nivel de realidad a otro inmediatamente más elevado),
verán como su realidad y su existencia posiblemente es catapultada de golpe al
vagón siguiente, estén preparados para ello o no, pues ya no será posible que
nuestro tren (el planeta), vaya más despacio para intentar llegar lo más
lentamente posible a ese punto donde no tenga más remedio que dejar ir
aquello que ya no puede sostener más, que es la realidad más baja de todas,
pero donde todavía coexisten la mayoría de viajeros del tren.
Analogías aparte, y espero que esto sirva como ejemplo, si ahora el planeta
estuviera en un punto de su crecimiento y avance asociado a una nota
cualquiera, por ejemplo un RE#, nosotros aun estamos en el FA de la octava
anterior, con lo cual, el trabajo que hay que hacer es brutal para poder
ponernos al ritmo que marca aquello que nos otorga la posibilidad de usar este
sistema como base evolutiva. Cuando hemos hablado de que se aproximan
revolturas, cambios bruscos y movimientos energéticos que pueden no ser
demasiado cómodos, es porque hay que alcanzar, en la medida de lo posible,
el punto de la octava necesario para que tanto pasajeros como planeta
vayamos en unísono y a la par, al menos no sin tanto desfase, por los ciclos
evolutivos que nos tocan y por los que hemos de pasar si o si.
Pero claro, ¿cómo mueves a la masa de la humanidad desde el último vagón a
otros más avanzados o intermedios? La única forma es moviendo su
inconsciente colectivo, para que se vean arrastrados por él hacia esos vagones
delanteros. ¿Cómo se hace esto? Imaginaros que en el techo del último vagón
flotara una balsa de energía y que cada persona estuviera conectada por una
parte de su psique a la misma. Esta balsa de energía imaginaros que fuerzas
externas y poderosas la arrastraran y la movieran tres vagones más adelante,
dejando a los pasajeros con sus cuerpos físicos en el último vagón, pero con su
inconsciente colectivo en un vagón con otra vibración mucho más elevada y
acorde al punto del recorrido del tren que tendría que ocupar en un proceso
normal. ¿Qué ocurriría entonces? Que los cuerpos físicos, las personas, se
verían atraídas con más o menos brusquedad hacia los vagones superiores, ya
que, como si de un chicle o una goma elástica que se recoge se tratara, no
puedes tener tu vehículo evolutivo en una realidad y tu mente y tu psique en
otra, al menos no permanentemente, así que, tarde o temprano, como si
llegaran unos vendavales mentales enormes, todos los pasajeros se verían
sometidos a cambios internos en su psique y sistema mental para poder
traspasar a esos otros niveles de realidad que permiten, al menos,
desenganchar el último vagón, y continuar poco a poco con el proceso de
reajuste respecto a la octava planetaria. Huelga decir que no estamos hablando
de un cambio “idílico” a una realidad utópica: el vagón que va por delante del
último vagón es muy parecido a este, pero tiene menos restricciones
energéticas y mentales, y a su vez el vagón que va por delante del penúltimo
vagón, es mucho menos denso y más elevado vibracionalmente hablando que
el anterior, y sucesivamente así hasta la cabecera, pero todos forman parte de
la misma realidad 3D macro, en diferentes capas de consciencia, vibración,
etc..
Por otro lado, conseguir esto no es nada fácil. Ninguno de los controladores y
revisores que gestionan la vida en los vagones del tren “planeta Tierra”, piensan
dejar marchar ni un solo pasajero hacia niveles más elevados de consciencia y
realidad, los vagones de cabeza, pues eso les reduce el alimento, el control y
los recursos que tanto tiempo han estado poseyendo y usando a su
antojo. En contrapartida, otros pasajeros externos venidos desde otros puntos
exoterrestres, se han colocado a todos los lados del tren, dan ánimos, dan
instrucciones, intentan explicar a todos los viajeros la situación en la que están,
ayudan a contrarrestar las manipulaciones de los captores y controladores del
tren para que estos no terminen por hacer descarrilar el mismo o desviarlo
hacia otro destino que no forme parte de su recorrido, etc. Y es que la situación,
si no os suena a ciencia ficción ya a estas alturas, es para darse cuenta de lo
grave que es, en términos energéticos, humanos, evolutivos, conscientes, etc.,
porque, lamentablemente, casi todas las ventanillas del tren siguen
cerradas, y los juegos, las distracciones, la vida diaria del tren por la
supervivencia y por ocupar los mejores asientos dentro del vagón, mantienen
ocupada a toda la población en cosas de su día a día, y sin mayores
preocupaciones que poder gestionar lo que la vida les ofrece de la mejor forma
posible.
Afortunadamente, todos los pasajeros tienen partes de si mismos que se
encuentran en un nivel más elevado, por encima del techo, y dominan bastante
bien y tienen una buena comprensión de lo que se cuece dentro de ese último
vagón. Esa parte de cada pasajero tiene un nivel de consciencia superior,
y hace todo lo posible porque cada uno de esos viajeros vaya dándose
cuenta de donde está, y que vaya dando pasos por su propia voluntad y libre
albedrío dejando el último vagón y avanzando silenciosamente, y sin hacer
mucho ruido para no ser molestado por los captores, hacia vagones superiores,
de forma que pueda evitar, si de da el caso, revolcones innecesarios para
salir de ahí. Como todo, hay pasajeros que son conscientes de esas otras
partes de si mismo y siguen su guía, su orientación, su intuición, etc., y otros
que no, pero, poco a poco, unos cuantos van consiguiendo ayudar a otros a
moverse hacia adelante, y los revisores y controladores empiezan a verse
impotentes para detenerlos, lo cual ayuda a vaciar un poco la carga que frena el
proceso del planeta.
Esperemos que la opción de pegar un revolcón total no tenga que ejecutarse,
ahora mismo no parece que se vaya a conseguir pronto esa masa crítica que
haría que pudiéramos alcanzar un poco, al menos un poco, el nivel real que
deberíamos tener a estas alturas, pero, como todo, no se ceja en el intento de
darle a todo el mundo las oportunidades para ello. No deja de ser un viaje de
placer y de disfrute, así estaba planeado inicialmente, y por lo tanto, así hemos
de trabajar para que vuelva a serlo.
De vaivenes, revolturas y efectos colaterales de los cambios energéticos
27 junio, 2017

El estudio de los principios y leyes que marcan los ritmos que rigen nuestra
evolución pasa por comprender que, como todo, cuando llegan puntos
concretos donde se producen algunos saltos en la octava en curso, es posible
que haya siempre consecuencias a diferentes niveles. Estas consecuencias,
que, desde nuestro punto de vista son revolturas energéticas, confusión, y
posiblemente desorientación, son producto de los cambios de “notas” dentro de
la octava, y de su efecto en los diferentes planos, cuerpos y estructuras del ser
humano.
Esto, dicho con un lenguaje menos técnico, viene a explicarnos que, cuando
hay cambios macro en los procesos por los que estamos transitando,
evolutivamente hablando, esos cambios que se inician por ejemplo en el plano
mental, tienen repercusiones en nuestro cuerpo y esferas mentales, o cuando
esos cambios llegan al plano etérico, tienen consecuencias en nuestras
estructuras etéricas y físicas. Así que, por un lado, nos encontramos con las
posibles revolturas que uno puede tener por sus procesos propios e
individuales, y por otro lado nos encontramos con los malestares y revolturas
debido al “mal tiempo energético”, vamos a decirlo así, que se produce cuando
se ajustan los diferentes campos mórficos, plantillas y sistema que sostienen la
estructura de la realidad en la que existimos.
Dos razones para estos vaivenes
Puesto que, por la ayuda que estamos recibiendo desde “fuera”, se están
produciendo cambios a nivel macro, a nivel planetario, y debido también a que
recibimos el influjo de enormes olas de energía desde diferentes puntos del
sistema solar y alrededores, estos tiempos por los que transitamos son dignos,
en muchos casos, de ganar el premio a una de las mejores montañas rusas de
esta parte de la galaxia, al menos si tuviéramos la suerte o la capacidad de ver
como se están moviendo, acelerando, conteniendo, ajustando y tratando de
llevar con la mayor suavidad posible, la cantidad de cambios y modificaciones
que se han de dar en toda la estructura del planeta, y de nuestra raza, para que
podamos soltar un poco las cadenas que nos anclan todavía al sistema de
control, y a las razas y “élites” que aun lo gestionan.
Pero, volviendo al interior de nuestra percepción, a la visión desde el individuo,
desde cada uno de nosotros, que es lo que nos toca aun cuando no veamos la
foto genérica “desde fuera”, la cuestión sigue siendo cómo alínearnos con los
vaivenes que vamos a tener por delante para saber llevarlos lo mejor posible si
llegan a afectarnos.
¿Porqué pudieran hacerlo? Básicamente hay dos grandes razones: porque
aquellos en control quieran afianzar su poder sobre la psique del ser
humano como medio de asegurarse la manipulación de la realidad a su favor,
y, por otro, por que los que vayan a intentar ayudarnos a soltarnos de esas
cadenas pudieran forzar cambios en el sistema mental de nuestra especie que
luego resultara en zozobras temporales hasta que, una vez algo más liberados,
volvamos a armonizarnos y estabilizarnos.
Cuando hay obras en casa
¿Cómo actuar cuando la casa en la que vives está en obras pero no te puedes
mudar porque básicamente no tienes otro sitio donde ir mientras pintan las
paredes, modifican los tabiques y te amplían el techo para que puedas ver “más
arriba” de lo que hasta ahora podías ver? Con calma, y con dialogo interior,
tratando de ver que todo es maleable, que todo está en perpetuo cambio, y
que hay días que habrá más tabiques que se muevan de lugar y que nos
causarán una serie de inconvenientes y otros días que los operarios y la
maquinaria estarán más tranquilos. Pero sobre todo, sabiendo que todo está en
constante transformación y que hemos de adaptarnos a ello.
Esto es así porque hemos llegado a un punto donde la octava de la evolución
del ser humano ha quedado muy desfasada respecto a la octava planetaria, es
decir, que vamos mucho más lentos que los procesos que rigen el destino y
cambio de nuestra esfera terrestre, y los ciclos de la vida que alberga. Al no ir a
un ritmo más acorde al que el sistema al que pertenecemos necesita ir, se
intenta que los cambios en la “casa” (el planeta y sus estructuras) afecten lo
menos posible a los habitantes, y todos los que intentan asistirnos buscan
minimizar el impacto de los moradores del hábitat, pero no siempre es posible.
Defendiendo su territorio
En el otro bando, recordad que este juego siempre tiene dos lados, esto implica
que muchas fuerzas de las diferentes razas, Dracos, mantids, Zuls y
demás, de las que ya hemos hablado anteriormente, van a reorganizarse para
“defender” lo que tienen a la espera de encontrar formas de recibir apoyo
externo que ahora les está vetado por la movilización externa de las fuerzas
que están ayudándonos y la vigilancia que se lleva a cabo. Esto significa, por
otro lado, que van a intentar entrar a través de otras maneras, incluyendo la
apertura de algunos portales usando las energías del inconsciente colectivo, lo
cual significa algunos vaivenes a gran escala en la psique común de la
humanidad si lo consiguen, pues usar la energía de nuestro inconsciente
colectivo para crear un portal enorme es tarea no pequeña y con ciertas
consecuencias para todos. Muchas fuerzas están alerta para ello y se tiene que
trabajar desde el interior del planeta para evitarlo, si se sube el nivel de nuestro
inconsciente hay menos posibilidades de éxito, pero ese trabajo, como ya
estamos viendo desde hace tiempo, es una tarea ardua que solo avanza a
cuentagotas.
Así que en ese aspecto, hay movimientos en ambos bandos para ver cómo
evitarlo y cómo provocarlo, es decir, unos que intentan entrar, y los otros que
intentarán que no lo hagan, y habrá cosas que no notaremos para nada
respecto a estos temas y habrá otras acciones que sí, reflejadas en
movimientos atmosféricos y de clima convulso en algunas partes.
Terminando de asentar los campos y estructuras
Por otro lado, estamos avanzando hacia la consecución de que las estructuras
de nuestros campos mórficos terminen de asentarse para ayudar a las
personas a equilibrar su tríada inferior, lo que ya hemos explicado de facilitar
que se expulsen desde dentro a los que tenemos encima subyugando a nuestra
especie. Esto significa que, una vez todos los campos estén perfectamente
ajustados, nos será más fácil dar pasos en la alíneación de nuestros cuerpos y
componentes etéricos, emocionales y mentales. Cuando estas estructuras y
campos mórficos se hayan estabilizado por completo, empezará otra fase de
empuje para que las personas remuevan estructuras mentales insertadas y
presentes en todos nosotros destinadas a bloquear estos mismos procesos
evolutivos que nos son necesarios para poder deshacernos de nuestro
cautiverio.
Diferentes planes y puntos de acción
Las razas que forman parte de la ayuda pro humanidad buscan recursos y
formas de potenciar la desconexión de la raza huma
na de sus captores lo más pronto posible, para poder acompañar a los cambios
energéticos y planetarios que nuestra esfera está sufriendo y viviendo, pero que
se están ralentizando para que intentemos acompañarla de la forma más suave
posible. A medida que pasan las semanas, se hace cada vez más difícil frenar
el camino de nuestro logos planetario (el alma-consciencia de la Tierra), que
necesita y sigue sus propios ciclos y ritmos, y tiene que cumplir con sus propias
octavas, haciendo que, a pesar de que se pueda frenar un poco los
movimientos que han de darse en las estructuras del planeta para que no se
produzca una sacudida grande para todos los que en él lo usamos como base
evolutiva, es posible que llegue el momento en el que haya que tirar hacia
adelante y los “revolcones” que se vayan a dar no tengan más remedio que ser
permitidos. Como decíamos, nuestra octava va muy lenta respecto al paso que
necesita ir, y todas las fuerzas hacen lo posible para suavizar algo que tarde o
temprano va a tener que soltarse para que no dañe o interfiera con el resto de
octavas de niveles superiores y laterales.
Así, finalmente, nuestra tarea sigue siendo imbuir en el inconsciente colectivo
de nuestra especie el conocimiento que necesitamos para poder avanzar
en este camino de desconexión y paso a la nueva matrix que está yendo
bien, pero es un trabajo que ya veis y sabéis que es lento, mientras vamos
volcando contenido y hacemos llegar a todos como y porqué pasa lo que pasa.
Venganza y perdón
22 junio, 2017

Seguimos una vez más con esta serie de conceptos duales que son los que nos
permiten comprender, con mayor grado de exactitud, cómo funciona nuestra
realidad, nuestra psique, nuestro comportamiento. Tanto aquello de lo que
hablamos hoy como lo que hemos tratado en artículos anteriores, son siempre
elecciones que el ser humano tiene a su disposición, por mucho que tengamos
imbuidos una carga mayor o menor de alguna de esas cualidades o conceptos,
por mucho que se nos condicione externamente a manifestar uno u otro de los
opuestos, o por mucho que se nos manipule o guie para ello, siempre,
recordad, el ser humano tiene la capacidad de elegir y decidir de forma
consciente cual de ellos desea manifestar, expresar y promover en su día a día
hacia sí mismo, y hacia los demás.
El caso de este par de conceptos de hoy no es diferente: la venganza y el
perdón son dos energías que pueden poner en marcha octavas muy negativas
y destructoras, o muy positivas, sanadoras y transmutadoras.
La venganza
La venganza es la puesta en marcha de toda una serie de mecanismos para
infringir un daño a otro por un daño recibido en nosotros, o percibido como
recibido. Hay muchas venganzas que son simplemente por culpa de códigos de
conducta, por sistema de creencias obsoletos, por la falta de comprensión de
las reglas del karma, por la falta de empatía, amor y compresión hacia los
demás, etc. Sea por lo que sea, la venganza es un acto alíneado con el miedo,
la ira, la rabia, el enfado, etc., con lo cual, es usado como sustrato para poner
en marcha procesos que generen, a pequeña o gran escala, todo tipo de
octavas que sigan manteniendo la energía de la humanidad en un octanaje muy
bajo, es decir, funcionando en niveles de vibración poco adecuados para lo que
en estos momentos es necesario.
¿Realmente una persona queda en paz después de haberse vengado de otra?
No, nunca sucede, ya que la persona que ejecuta o genera los actos de
venganza, por la razón que sea, tampoco está actuando conforme a ninguna
ley que vaya a balancear aquello que cree que ha recibido, injustamente en
muchos casos, ya que de lo contrario, no se vengaría.
Si uno no queda en paz, no balancea, y sabe que no se queda en armonía
cuando se venga de otra persona, ¿porqué lo hacemos entonces? Por la
programación que poseemos y por las condiciones de nuestra personalidad en
las que intervienen programas y patrones de sentirnos heridos,
menospreciados, infravalorados, humillados, etc. Como eso implica
directamente al programa ego dentro del modo supervivencia, se ponen en
marcha “yos” y rutinas de compensación que se ejecutan y llevan a cabo, a
veces con tremendos finales, que suman un karma impresionante a la
encarnación en curso, y que se asume está basado en fachadas de honor, de
que había que impartir justicia, de que las cosas no podían quedar así, del ojo
por ojo y diente por diente, etc.
Y es que si de justicia se tratase, esta, como ley que es, llega a todos los que
tienen que balancear y cancelar parte de los actos ejecutados, y es algo
universal que a todos nos alcanza, si es necesario, desde diferentes ángulos,
experiencias y vivencias. Sin embargo, la justicia no va alíneada con el
concepto de venganza, pues esta implica e involucra al miedo, el polo opuesto
a las energías que rigen los procesos evolutivos de todos nosotros.
El perdón
El perdón, en contrapartida, es la fuerza contraria. No hay acto que tenga
mayores consecuencias a la hora de transmutar, sanar y cancelar algo
percibido como una ofensa, sea cierta o no, que el perdón. Las octavas que
ponemos en marcha pueden cancelarse con el perdón, porque el perdón como
energía tiene el poder y el potencial de parar y sanar aquello que ha sido
ejecutado y recibido, al soltar, al dejar ir, y al permitir, que los ritmos y ciclos en
los que nos hemos visto envueltos puedan terminar su curso, disolviéndose en
algunos casos, o completando su proceso de forma armónica y alíneada con
fuerzas positivas en otros.
Por esto, el perdón es el acto que cambia el curso de las octavas, de las líneas
temporales, cuando uno trabaja desde los arquetipos de amor y de crecimiento,
viendo todo como parte de un enorme juego de aprendizaje donde cualquier
cosa que nos suceda puede tener, y tiene, imbuido, una experiencia que suma
al conjunto de aquello que somos, y que siempre tiene una base evolutiva, de
algún tipo, por mucho que no lleguemos a comprenderla.
Bajo este prisma y esta perspectiva, no cabe el concepto de vengarte por algo
que ha sucedido si eres capaz de ver que todo ha tenido un porqué y una razón
de ser en el gran esquema de las cosas. En este caso, la venganza no es
equivalente a la legitima defensa, en la que uno tiene necesidad, derecho y
obligación de defenderse de aquello que pueda ser percibido como un ataque,
sino que la venganza es un plato que se sirve frio, dice el refrán, y por ende, es
otro tipo de energía completamente distinto a la necesidad de protegerse de
aquello que pudiera suponer un peligro o un inconveniente que no se desea.
Un acto difícil
El perdón, de nuevo, es uno de los actos más difíciles que el ser humano puede
llegar a hacer, pues hay que mirarse muy adentro para parar los momentos de
ira, enfado, y todo eso que salta en nuestro interior cuando nos vemos en la
tesitura de querer vengarnos de algo, o de alguien, y tratamos de darle la
vuelta.
Nuestra consciencia puede hacerlo, nuestro programa ego no, ya que
simplemente reacciona hacia aquello que percibe como un ataque a su
integridad que debe ser reparado para sentirse satisfecho. Pero, de nuevo, no
somos nuestro ego ni nuestros programas, somos la consciencia que subyace
por debajo de todo eso, y tenemos la capacidad de dominarlos, si así lo
intentamos y nos lo proponemos.
El perdón, sobre todo, funciona hacia uno mismo, y, por supuesto, también
hacia los demás, pero aprender a perdonarse por los errores cometidos es
fundamental, sobre todo porque lo que nosotros creemos percibir como un
error, desde otros niveles no lo es, no lo fue y no lo será, ya que desde esos
otros niveles de consciencia más allá de la mente racional, todo tiene un porqué
y un propósito, y lo que nos hayamos hecho, o lo que nos estemos diciendo que
no tendríamos que haber hecho, ha servido como experiencia y como
aprendizaje.
Aprender a perdonarse a uno mismo primero luego sirve para aprender a pedir
perdón a los demás, si creemos que hemos hecho algo que les ha podido hacer
daño o herir, y, a continuación, sirve para aprender a perdonar lo que creemos
que otros nos han hecho a nosotros, entendiendo desde sus zapatos los
procesos que les han llevado, posiblemente, a hacer lo que hicieron y por qué
lo hicieron, ya que son los mismos procesos que a nosotros nos han llevado a
hacer lo que hacemos y porque lo hacemos.
Al final, todos estamos detonando experiencias y oportunidades de crecimiento,
entendimiento y evolución, unos a otros, ya que es imposible que funcione de
otra forma la vida en la situación y nivel en el que estamos.
De los dioses que se aferran al inconsciente colectivo, 14 junio, 2017.
Dejamos de lado de momento todo el
proceso que hemos estado
explicando de cómo potenciar la
conexión con nuestro ser, Yo
Superior, etc., esperando que, poco
a poco, aquellas personas que lo
vayan trabajando sean capaces de establecer, aunque sea de forma
esporádica, la suficiente conexión directa y consciente para ir viendo cómo esa
parte más elevada de todos y cada uno de nosotros puede guiarnos y hacernos
caminar por los senderos que cada uno debe recorrer de la forma más
adecuada y alíneada con la hoja de ruta que tengamos.
Puesto que lo anterior es un proceso que depende del trabajo interior, y
conociendo lo que debe suceder, ya no tiene sentido estar repitiéndolo una y
otra vez, pues aunque los procesos y rutinas de la psique, y el programa ego
van a tratar de que todo lo anterior no se lleve a cabo, el simple hecho de que
todo lo que se ha explicado ya esté imbuido en alguna parte de nosotros
bastará para que, desde dentro, puedan irse dando los pequeños cambios que
llevarán a conseguir ese enlace mente consciente-ser y se detonen más
fácilmente, por ser comprendidos a nivel consciente, las experiencias y
vivencias necesarias para completar lo que cada uno tenga que completar.
Que sucede en el inconsciente colectivo
Nuestro siguiente objetivo es explicar porqué debemos hacer estos cambios
mencionados y porqué nos centramos en ellos, ya que están relacionados con
los movimientos que han de darse en el inconsciente colectivo del que ya
hemos hablado muchas veces. A este respecto, os decía en el anterior artículo:
el inconsciente colectivo se nutre de las proyecciones de todos nosotros, y de
ahí nace la realidad consensuada en la que vivimos, teniendo en cuenta que,
además, contiene las formas mentales provenientes de las manipulaciones
que insertan aquellos en el poder, para que pensemos en ciertas direcciones
o tengamos ciertas ideas sobre ciertos temas.
La razón principal por la que no tenemos aun el potencial de librarnos de las
grandes razas que gestionan el sistema de vida en nuestro planeta es que
tienen un agarre brutal y profundo sobre este inconsciente colectivo. Debido a
que hay muchas personas, sabiéndolo y sin saberlo, que están conectando,
llamando, vibrando, o pidiendo ayuda a diferentes formas, energías, egregores,
“dioses”, etc., creadas por estas razas, estamos sosteniendo, sin ser
conscientes de ello, el permiso que les hemos dado, desde la antigüedad, para
que puedan mantenerse en control. Básicamente, cualquiera de estos Dracos,
mantids, Anunnakis y demás dicen algo así como “no podéis echarnos
porque hay muchas personas que siguen clamando nuestra ayuda”, mientras
que en el otro bando dicen “si, pero esas personas no saben que están
clamando la ayuda de aquellos que les someten y manipulan, y que están
siguiendo engañadas para que os permitan estar aquí”. Básicamente, ya os
podéis imaginar que las peticiones de ayuda o de conexión que se les hacen
están imbuidas en la mayoría de religiones, sistema de creencias, plegarias y
ritos del planeta, donde, al solicitar asistencia de un Yahvé y sus derivados, de
un dios tal, o de un dios pascual, no hacemos más que pedir que sigan
conectados y presentes en nuestro sistema de creencias aquellos que en su día
se hicieron pasar por esos dioses arquetípicos, lo cual les proporciona ese
agarre que os comentaba directamente a la parte central del inconsciente
colectivo, desde donde se gestionan los arquetipos más importantes que el ser
humano usa para la proyección de la realidad consensuada y general.
Una limpieza a cuenta gotas
Es por esta razón que limpiar el inconsciente colectivo de nuestra especie se
hace tarea titánica, y solo lo vamos consiguiendo a cuentagotas, sumando poco
a poco, conocimiento y consciencia al porqué de la situación planetaria y de
porqué cuesta tanto “deshacerse” de los que frenan este camino de crecimiento
que estamos intentando transitar. Ahora mismo, ninguno de nosotros podemos
desmontar estos ritos, religiones, plegarias y peticiones que millones de
personas en el mundo hacen a diario, pero si que podemos ir siendo
conscientes poco a poco de lo que significan estas peticiones a todo aquello
que no sea nuestro propio ser, nuestro propio Yo Superior, nuestra propia
“chispa divina” interior. La ayuda que se necesita, se solicita “hacia dentro”,
hacia la Fuente y la “divinidad” presente en nosotros mismos, ya que es el canal
directo hacia los recursos, conocimientos y herramientas que cada uno precisa.
Cuando se solicita hacia afuera, la llamada la responde aquello que está más
acorde a la vibración de la persona, lo cual a veces no es del todo lo que está
alíneado con su bien mayor, ni con la vibración-consciencia-ser que la persona
cree que va a responder. Como todo, forma parte de lo que nos han enseñado
a hacer, buscar todo fuera, y pedir ayuda siempre fuera, y hemos de hacernos
conscientes que sigue siendo necesario hacer lo contrario, trabajar desde
dentro, pues no hay nadie que no tenga un canal directo con cualquier fuerza
alineada con los poderes más elevados de la luz, amor y verdad, si lo hace
desde la parte suya que es pura luz, amor y verdad.
Seguiremos imbuyendo todo este conocimiento en la psique común, y
seguiremos tratando de darnos cuenta de lo que proyectamos con lo que
pedimos, pensamos y solicitamos. En algún momento, conseguiremos que el
amarre del sistema de control a nuestro inconsciente colectivo se debilite, se
suelte y se disipe, haciendo más fácil entonces poder reducir el poder de
manipulación que aún tiene sobre nosotros, a través de nuestro inconsciente y
subconsciente. Luego, los siguientes pasos ya vendrán por si solos a su debido
tiempo.
Agobios en el camino e instrucciones para el inconsciente
11 junio, 2017
Es posible que, en algún momento, sintamos que no estamos haciendo
bastante para poder alcanzar todos los objetivos de crecimiento personal que
parece que tenemos que conseguir si queremos dar grandes saltos y pasos
hacia adelante en nuestra vida. Hemos leído tantas cosas sobre tantos posibles
beneficios, potenciales y recompensas de lo que tenemos por delante cuando
consigamos llegar a otros niveles de la realidad, a esa “matrix 15,6Hz”, que
ahora mismo creamos más formas energéticas de agobio por el “no puedo
hacerlo”, “no llego a todo”, que formas positivas de “tranquilo, estoy en el
camino, y todo llegará en su debido momento”.
No hay nada que reprocharnos en este aspecto, el inconsciente colectivo se
nutre de las proyecciones de todos nosotros, y de ahí nace la realidad
consensuada en la que vivimos, teniendo en cuenta que, además, contiene las
formas mentales provenientes de las manipulaciones que nos insertan
aquellos en el poder, para que pensemos en ciertas direcciones o tengamos
ciertas ideas sobre ciertos temas. Puesto que, de momento, no tenemos más
remedio que seguir conectados a este inconsciente colectivo, hasta que no lo
limpiemos entre todos con nuestras propias proyecciones a partir de la
autoconsciencia y de la responsabilidad por lo que emitimos, los egregores de
este “agobio colectivo” que flota sobre nosotros presionan con fuerza a nuestro
inconsciente, terminando, en algunos casos, de desconectarnos por completo
de los esfuerzos por ir recuperando nuestro poder, potencial y libertad, y
terminando por generar, muchas veces, sin que uno mismo se de cuenta,
sensaciones de pesadez y apatía sobre las acciones que cada uno debe tomar
para seguir con sus octavas y procesos en curso.
Y es que cuando algo que, a priori, está orientado a un crecimiento con un
sustrato de alegría y bienestar se convierte en una carga con sustrato de
agobio, hay que frenar y reorientar las cosas. Todos queremos vivir mejor, estar
mejor, sentirnos mejor, aprender, crecer, disfrutar de la vida y aprender con ella.
Si esto se convierte en un lastre, porque uno está saturado de técnicas,
recetas, informaciones y contradicciones de todo tipo sobre como estar mejor,
como vivir mejor, y cómo evolucionar, la psique se colapsa, al menos en ciertos
aspectos, y el proceso alquímico interior se ralentiza, pues las energías que lo
nutren a veces son fuerzas contrapuestas.
Dicho esto, la idea es simplemente “no agobiarse”, todos llegamos a donde
tenemos que llegar en el momento en el que nos toca llegar, y los conceptos de
tiempo, para los procesos que rigen esos pasos hacia la transformación de
cada uno, no son determinantes para nada. Hasta los procesos macro-
evolutivos a nivel del planeta, que están siendo monitorizados, apoyados y
ayudados por razas, grupos y fuerzas exo-planetarias para que no frenemos
nuestro avance como especie, se rigen y se ajustan a los pasos que nosotros,
como humanos, desde dentro, vamos dando para conseguir los cambios que
necesitamos.
Repasando la creación del yo observador
Cambiamos de tercio para seguir explicando cosas sobre el funcionamiento de
la psique, que nos ayude a comprendernos mejor en todos los aspectos. Ya
hemos explicado como se crea el “yo observador”, esa sub-faceta de nuestra
personalidad que hace de puente entre la mente consciente y el ser o Yo
Superior. No es que ningún otro “yo” no pueda hacerlo, todos los sub-
caracteres que tenemos tienen esa posibilidad, pero no les toca, o mejor dicho,
no tienen la constitución energética para ello. Si pones en control de tu
personalidad a tu “yo analítico”, a tu “yo celoso”, a tu “yo valiente” o a tu “yo
triste”, esos rasgos de tu personalidad aflorarán y tendrán el control del
conjunto de lo que muestras al mundo, pero serán dependientes de las
emociones y formas mentales a las que están asociados, por lo que no estarán,
por constitución, “hechos” para hacer de interlocutores con nuestro ser o Yo
Superior con la misma facilidad que un “yo” que ha sido creado, por nuestra
voluntad de auto-observarnos y mirar hacia dentro, con las características de
comunicar diferentes partes de nosotros mismos.
Un logro enorme
Supongamos entonces que el “yo observador” ya está en construcción, ya
existe, y poco a poco somos capaces de darle el control de nuestra
personalidad, todo el tiempo, lo cual equivale a que todo el tiempo somos lo
suficiente conscientes de lo que sentimos, pensamos, y se mueve en nuestro
interior. Esto ya es un paso enorme, y si no fuéramos más allá de este logro
habríamos conseguido lo que una gran parte de la humanidad no conseguirá
jamás, salir del control de los automatismos que nos rigen y ser conscientes de
los mismos. Pero no es suficiente si uno toma en cuenta el contexto en el que
nos movemos ahora mismo, que no es otro que el de un cambio de realidad
para la masa de la humanidad, ya que lo que valía como meta evolutiva hace
cinco siglos, ahora no es sino un pequeño escalón de los muchos que hay por
delante.
Controlar la consciencia en su totalidad
Una vez este escalón se ha superado y afianzado, llega el siguiente paso, que
es darle progresivamente al Yo Superior el control de la consciencia artificial
(que es la que se forma en la superficie de la esfera de consciencia y
contiene a todos nuestros “yos”), y a través de ella, luego al programa ego,
para que el piloto automático del vehículo físico que usamos vaya dejando de
responder a sus propias rutinas y parámetros “cargados de fabrica”, y responda
a las ordenes conscientes del verdadero “conductor”, el ser que somos todos y
cada uno de nosotros.
Hacer que este conductor “real” tome el volante y el asiento de piloto de forma
permanente, es algo que, posiblemente no sucederá hasta bien avanzado el
camino evolutivo de cada uno, pues todavía la parte que media entre las rutinas
egoicas y el Yo Superior, la consciencia artificial dirigida por el yo observador,
ha de hacer mucho trabajo de gestión y preparación para que otro nivel de
consciencia muchísimo más elevada pueda tomar el 100% del control.
Esto quiere decir que no se trata de perder “la personalidad” que tenemos, o no
se trata de que desaparezca la consciencia “humana” para dejarnos imbuir y
dirigir por nuestra consciencia “elevada”, sino de trabajar para unir ambas
paulatinamente, y que la consciencia “humana” se vea orientada, dirigida y
apoyada por la consciencia de nuestro ser, con el ego bajo su mando y sin
automatismos activados descontroladamente. Aunque ahora esto que estamos
diciendo se vaya a quedar solo como una explicación teórica, será
experimentado por todos en algún momento, y entonces se entenderá, pues es
necesario haber realizado y materializado los pasos anteriores para poder sentir
como un “hecho” esto que ahora estamos simplemente leyendo.
El objetivo, por lo tanto, es avanzar a nuestra psique los siguientes escalones
que vendrán, pues precisamente solo imbuyendo en el inconsciente de todos
nosotros esta información, tendremos una pequeña brújula que marque por
donde van a ir los procesos y cambios interiores que se van a ir dando. Pudiera
parecer una forma un tanto extraña de trabajar y de ayudar, pero puesto que
muchas de las cosas que rigen las octavas de los caminos particulares de cada
uno están programadas en nuestra mente inconsciente, es a esta a la que
tenemos que hacerle llegar parte de la información que necesita para saber que
procesos tiene que gestionar, y hacia donde debe ir en los pasos de
transformación interior que se va a ir encontrando en el camino y que a todos,
sin excepción, nos esperan por delante.
Consideración y desconsideración
8 junio, 2017
Todos los aspectos que hemos trabajado en las últimas semanas en estos
artículos sobre conceptos duales, posiblemente tienen en común el hecho de
que son cualidades que, por un lado, todos consideramos en general
deseables, y por otro, todos las reconocemos y las destacamos cuando no
están presentes o cuando vemos a alguien que no las manifiesta. Así por
ejemplo el amor, la laboriosidad, la sinceridad o la atención, de las que ya
hemos hablado, pasan algo más desapercibidas que el miedo, la desidia, el
engaño o la distracción.
Es simplemente cuestión de darnos cuenta que ambas polaridades forman
parte de la maquinaria humana, a nivel mental principalmente, y que, en
general, tengamos claro cual de las dos facetas es la que queremos manifestar
para todos en la sociedad de esa “nueva Tierra”, como nos ha dado por llamar
a un futuro nivel evolutivo que esperamos algún día ver manifestado en nuestra
realidad.
Los dos paramentos de hoy no son diferentes en ese aspecto, la consideración
hacia los demás, y la desconsideración hacia ellos. La empatía y la apertura de
míras, el querer comprender y el ponerte en la piel del otro, o el querer cerrar
los ojos ante ellos y rechazarlos, ya que es más fácil, o suele serlo, debido a
mecanismos automáticos de protección imbuidos en la psique, rehusar y
confrontar que escuchar y aceptar. Y todo, efectivamente, una vez más, por los
múltiples miedos subyacentes que poseemos y que se manifiestan en las
relaciones humanas.
Un espacio para el entendimiento
¿Qué es la consideración? Es tener y tomar en cuenta a los demás, lo que
dicen, lo que piensan, lo que hacen. Aunque no lo compartamos o no nos
veamos reflejados en ellos, les comprendemos o tratamos de hacerlo. Este
comportamiento provoca y genera un espacio energético para el entendimiento,
cosa harto difícil en muchos lugares, situaciones y entre muchas personas
ahora mismo en una gran parte de las realidades de nuestro planeta. ¿Os
imagináis que toda la población fuera considerada con todo el resto? Utopía
quizás, pero realidad sin la cual no se puede alcanzar ningún futuro nivel
evolutivo basado en otras reglas de convivencia y respeto común.
La consideración de una persona hacia otra suele ser un atributo de aquel que
comprende varias máximás de la realidad en la que vive, y, por lo tanto, las
aplica en su trato con sus semejantes, y que vienen a ser algo así como que
nadie tiene en este plano la verdad absoluta, que cada uno vive en su propio
universo y nivel de realidad según sus creencias, patrones y programas
almacenados en su psique, y que, para cada uno de nosotros, existe una
verdad tan real como la verdad de la persona de al lado, pero que no la percibe
de la misma manera.
Teniendo en cuenta esto, ¿para que vas a discutirle a alguien algo en lo que
cree firmemente solo porque no cuadra con lo que crees tu? Siempre suele ser
más efectivo escucharse mutuamente y tomar en cuenta, considerar, todas las
verdades individuales de todas las realidades existentes en el planeta, pues el
mundo que vemos es la suma de las realidades donde considerándolas todas
como válidas por parte de su proyector responsable (la persona que la crea),
podemos llegar a entender a otra parte de la Creación haciendo su trabajo de
crear en su trozo de universo la experiencia que necesita para que la Fuente se
expanda y se comprenda a si misma un poco más.
Las fuerzas del choque entre realidades
Por el contrario, las fuerzas de la confrontación promueven la desconsideración
como arma para enfrentar posturas, aunque lo que subyace por debajo de ello
puede ser simplemente el miedo que uno puede tener a estar equivocado, a
sentirse infravalorado, o simplemente miedo a que con las posturas o ideas de
los demás se lleguen a romper parte de las estructuras y creencias que
pudiéramos tener nosotros fuertemente implantadas sobre algún aspecto, y que
nos obligue a replantear los cimientos mismos de nuestra vida en casos más
extremos.
Así, para evitar esto último, poseemos varios Yos gestionados por el ego que
facilitan la puesta en marcha de mecanismos de defensa ante estas
situaciones, y que son los que detonan ataques entre personas, procesos de
difamación, juicio a otros, crítica, etc. Simplemente, por miedo, y por ser
incapaces de ponernos en la piel de los demás y entender que ven el mundo de
forma diferente a uno, ya que el contenido de su realidad es distinto.
Energéticamente, además, es fácil suponer que subyace debajo de estos
opuestos, pues la consideración incluye patrones derivados de la energía del
amor, mientras que la desconsideración tiene siempre un sustrato de algún tipo
de míedo, por mucho que se disfrace o se esconda bajo cualquier otro
comportamiento aparentemente más inocente o superficial. También, como
posiblemente ya habéis visto o leído anteriormente, el ser humano puede llegar
a poseer de forma natural la cualidad de la consideración activa a través de los
llamados centros superiores de control, ya que precisamente el centro
emocional superior regula esta capacidad de entender y ponerse en la piel de
otros para empatizar con ellos y pasar de la visión del “yo” a la visión del
“nosotros”, proceso que se consigue a partir, como siempre, del trabajo interior
que cada uno debe hacer para conseguir despertar esas otras cualidades
subyacentes de forma que se manifiesten siempre de forma automática.
Dejemos paso a la consideración. Hay tantos puntos de vista y realidades
solapadas como mónadas hay en el conjunto de toda la existencia, y es de
recibo que todas contengan su propia versión del universo y de la Creación.
La creación del “yo observador”
5 junio, 2017

Oír y ver cosas que están fuera de lo que nuestros sentidos captan está
empezando a ser algo más que común para una gran parte de la población
humana, desde aquellos que sienten la presencia de sus familiares fallecidos
con total nitidez y claridad, hasta aquellos que perciben solapamiento entre
realidades y cosas que están sucediendo que no tienen demasíada lógica para
la mente racional. Es importante darse cuenta que son procesos que están
yendo in crescendo, y que seguirán así, al mismo tiempo que rompen las
estructuras rígidas de los sistema de creencias de muchas personas que, hasta
ahora, no habían contemplado nunca la posibilidad de que algo más allá de lo
que sus sentidos físicos captan, pudiera tener una realidad objetiva.
El sistema de control está entrando en modo pánico, aunque suene exagerado,
porque no pueden abarcar con los métodos tradicionales todo lo que se les está
yendo de las manos. El solo hecho de que cada vez más personas busquen
alternativas saludables para mantener su sistema físico y energético en buen
estado, el solo hecho de que menos gente (pero aun mucha) crea en lo que
sale en las noticias, el solo hecho de que empiece a ser normal cuestionarse
todo lo que nos han explicado, son pasos hacia un cambio inevitable en las
estructuras de la realidad, que aun avanzando a ritmo de caracol, avanza sin
parar.
Abriendo brechas a la consciencia
A nosotros, mientras esto sucede gracias a los cambios que se dan en todas y
cada una de las personas a nivel individual, nos toca seguir desmontando lo
que tenemos “aquí dentro”, que impide tomar el control de lo que
proyectamos “ahí fuera”. Para desmontar lo que tenemos en nosotros mismos,
a nivel de programación, de patrones limitadores, de creencias falsas, y un
largo etc. de componentes imbuidos en nuestra psique, hemos de seguir
comprendiendo cómo funciona esta, y sacando a la luz aquello que, de alguna
manera, abrirá alguna pequeña brecha para que flashes de consciencia pura,
puedan alcanzar la psique y nuestra mente, y encontrar pequeños huecos para
manifestarse e ir tomando el control del piloto automático que representa el
programa ego, sus múltiples facetas y Yoes, y los componentes de la
personalidad que de estos dependen.
Si en la entrada anterior habíamos hablado de que nuestra esfera de
consciencia fue completamente revertida para obligarnos a desconectar la
conexión interior con aquello que somos realmente, lo que no habíamos dicho
es que esta conexión se ha mantenido siempre latente, pero inactiva,
simplemente porque no se puede eliminar al 100%, sino es sesgando por
completo el enlace entre ser y cuerpo físico, algo que solo ocurre al momento
de la muerte. Así, a pesar de no ser consciente de ello, siempre hay una forma
que, desde el interior de nuestra propia esfera de consciencia, nuestro Yo
Superior establezca un punto de conexión con uno de nuestros Yos, el Yo que
usualmente llamamos el “yo observador”, según la terminología de Gurdjieff,
que no era más que aquella parte de nuestra consciencia artificial, la que se
genera en la superficie de la esfera de consciencia y que da lugar a nuestra
“personalidad”, que es capaz de darse cuenta del caos y de los diferentes Yos y
subpersonalidades que existen en uno mismo, y, además, es capaz de darse
cuenta de la otra parte latente que espera ser conectada: el Yo Superior.
Así, cuando este “yo observador” está listo para poder hacer de puente entre el
ser y el resto de la personalidad, esta última parte de nosotros empieza a
recibir, a veces de forma esporádica, a veces tras haberlo trabajado con
técnicas de meditación, de introspección, o cosas por el estilo, esa energía
desde nuestro ser que empieza a formar un enlace que proporciona un primer
canal de conexión consciente entre la personalidad y el Yo Superior.
Construyendo al yo observador
Pero claro, para que aparezca el yo observador ¿qué hay que hacer? Hay que
observarse. Lógico, pero no fácil. ¿Porqué? Porque para que uno de tus Yos o
subpersonalidades sea capaz de dirimir y darse cuenta de lo que estás
pensando, sintiendo y haciendo en todo momento, hay que dotarlo de poder
para ello, lo cual significa que hay que aplicar la fuerza de la voluntad para
poder ponernos en modo “mirar hacia dentro”, y esto, en la mayoría de
personas, dura lo que dura el anuncio de la tele que estamos viendo, o lo que
tardamos en perder el control sobre el programa ego que entonces nos salta a
cualquier otro pensamiento, activando las rutinas de causalidad, y
sacándonos del estado de la autobservación casi inmediatamente, ya que se
siente amenazado por procesos que están bajo el control de la voluntad
supeditada al Yo Superior que desea provocar cambios en la personalidad,
para que esta reconozca la parte interior y más elevada que poseemos, algo
que va en contra de la programación estándar que tenemos por defecto.
Bien, entonces, suponemos que durante una temporada hemos conseguido
auto observarnos y vamos dotando al yo observador de poder para darse
cuenta cada vez que hemos caído en un estado de automatismo inconsciente.
Cada vez que nos damos cuenta de eso, volvemos a tener, por unos segundos,
el control de nuestra existencia, luego la perdemos, luego la volvemos a
recuperar. Así, poco a poco se forja el yo observador, que llega un momento en
que se convierte en uno de los yos o sub-personalidades más fuertes que
poseemos, y que ocupa entonces parte importante de la superficie de la esfera
de consciencia para poder ser aquella parte de nosotros que está más abierta a
la comunicación hacia “el interior” de uno mismo, mediante el enlace creado
desde el centro de la esfera de consciencia hacia la superficie de la misma.
Reforzando la conexión
A partir de aquí, y si esto se refuerza con el tiempo, el trabajo personal y la
constancia, el enlace se hace más fuerte, la consciencia del Yo Superior puede
acceder con más facilidad a la personalidad, y la comunicación es más fluida.
La información y respuestas que siempre nos han hecho creer que estaban ahí
fuera, ahora son fácilmente accesible “aquí dentro”, pues a través del enlace
limpio, desprogramado, sin filtros, etc., entre el yo observador – Yo Superior (es
más complejo, pero lo simplificamos así), uno tiene acceso al enorme
repositorio de información que es la Creación como tal, y la totalidad de lo que
contiene.
Este proceso es vital, no se puede dar de otra forma para conseguir una
conexión directa y estable con lo más profundo de nosotros mismos, y es la
conexión más segura y protegida que existe una vez se han eliminado miedos,
topes, barreras, protecciones y programas que están insertados ahí para que
esto no se produzca ni se lleve a cabo. La desprogramación y eliminación de
todo eso es importante, pero también requiere que en el extremo receptor haya
una parte de la personalidad lista, abierta y receptiva para enlazar al centro de
la esfera de consciencia por donde fluye ininterrumpidamente el flujo de
información, energía y conocimiento proveniente de esos otros niveles más
elevados de la estructura multidimensional que forma esto que llamamos “ser
humano”.
Repaso al proceso de cambio evolutivo #2: realidades paralelas que convergen
31 mayo, 2017
Se dice que cuando una persona llega a la convicción de que las respuestas
que busca están en su interior, y no fuera, ha llegado a descubrir uno de los
secretos más anhelados y mejor guardados de todos los tiempos, pues,
efectivamente, la conexión de nuestra personalidad con nuestro propio ser es la
que nos proporciona el acceso a ese conocimiento, información y respuestas
que, en general, todos intentamos buscar por todos los medios posibles en
muchos otros sitios. Esto es así, como ya sabemos, por naturaleza, por
programación, por diseño, ya que, cuando se modificó genéticamente el
vehículo físico que usamos, el cuerpo humano, se modificaron también las
estructuras mentales para orientar nuestra esfera de consciencia hacia el
exterior, hacia el mundo material por completo, desconectando la parte que
“miraba hacia el interior”, hacia nuestro ser, nuestro Yo Superior, y que permitía
que fluyera la información y conocimiento necesario para poder gestionar la
realidad y el camino de cada uno sin tener que recurrir a fuentes externas.
Luego, como todos sabéis, estas fuentes de información fueron copadas y
usurpadas por las estructuras de poder que entonces limitaron, encerraron y
forjaron los dogmás, sistema de creencias, religiones y todo aquello que, a
partir de entonces, daría al ser humano las respuestas que buscaba, aunque
fueran distorsionadas respecto a la “verdad” interior que todo el mundo posee.
Un proceso de reversión a gran escala
Puesto que el acceso a nuestro ser se convirtió en algo que requería un
esfuerzo y una cantidad de desprogramación enorme para que volviera a ser
algo natural y fluido, pocas personas a lo largo de la historia llegaron a revertir
por completo su esfera de consciencia y volver al estado “original” de conexión
interna total mientras gestionaban su realidad exterior. Escuelas de místerios y
esotéricas de la antigüedad guardaron este conocimiento y la forma de hacerlo,
y solo lo transmitían a unos pocos que eran capaces de demostrar el tesón, la
paciencia y la voluntad para deshacer en ellos lo que aquellos “dioses de la
antigüedad” hicieron con todos.
Fast forward unos cuantos milenios y llegamos a la situación actual, donde se
está volviendo a hacer imperativo que el ser humano recupere el control de su
realidad y la conexión con aquello que realmente es, antes de que los ciclos
que rigen las octavas macro de los procesos evolutivos separen por completo
las dos realidades principales que existen ahora y que ya explicamos hace un
par de artículos.
Realidades y sub-realidades paralelas
Si habíamos hablado de que actualmente co-existen dos macro realidades que
habíamos llamado la “matrix 7.8Hz” y la “matrix 15,6Hz”, nos faltaba por
ahondar e hilar más fino en el contenido de cada una de esas dos realidades,
para explicar las subdivisiones o “sub-realidades” paralelas que existen en ellas
y que también están cambiando.
Sabemos que existimos plenamente en una de esas dos “matrix”, vamos a
poner la 7,8Hz (aunque su frecuencia base ahora sea 12, 13 o la que esté).
Esta realidad tiene a su vez muchas sub-realidades coexistiendo dentro de ella
misma, así, no solo estamos dentro de una estructura holográfica que nos une
a todos en una misma matrix, sino que múltiples realidades paralelas también
forman parte de ella. En un entramado de 4 dimensiones (tres espaciales y una
temporal), existen 16 realidades paralelas principales, dentro de las cuales co-
existen otras múltiples sub-sub-realidades. Esto es complejo, pero un
entendimiento básico de la idea bastará para comprender que no solo se están
dando cambios en la matrix 7,8Hz en general, sino que muchas de sus
realidades interiores están también “colapsando” y convergiendo entre si.
Unión y colapso entre realidades
Visualizad muchas pompas de jabón entrelazadas entre si, y todas metidas
dentro de una pompa mucho más grande que las une a todas. La pompa
grande y global es la realidad común consensuada para todos, y que tiene el
término genérico de “matrix 7,8Hz” o “matrix 15,6Hz”, mientras que las pompas
menores e interiores son las diferentes sub-realidades que conviven dentro de
cada matrix. En términos cuánticos, o en términos de las teorías que nos tratan
de explicar el porqué de la existencia de estas realidades adyacentes con la
nuestra, decimos que vivimos en un multiverso, pero para no liarnos, vamos a
simplemente entender que esas pompas de jabón, están uniéndose,
colapsando unas con otras, fundiéndose y convergiendo, para intentar dar
como resultado una única macro-realidad para cada matrix, de forma que,
luego, con una solo realidad macro por matrix, a nivel “global”, podamos saltar
de la matrix “inferior” (la de menor frecuencia) a la superior (la mayor) de forma
conjunta.
Soy consciente de que esta explicación es compleja, pero es lo que
necesitamos para completar las piezas del rompecabezas sobre lo que está
actualmente sucediendo respecto los cambios que estamos viviendo.
¿Y esto a que viene?
Entonces, si esto es así, ¿cómo me afecta y porqué tendría que importarme lo
que esté pasando en otras realidades?
Buena pregunta, ya que, en principio, nosotros solo somos conscientes de una
sola de esas realidades, aquella a la que estamos anclados y sintonizados por
aquello que, en los libros de Castaneda, se denomina el “punto de anclaje”, que
no es más que una parte de la estructura energética del ser humano que nos
mantiene “unidos” y sin posibilidad de movernos de la realidad que nos toca (a
no ser que, como buen chaman o iniciado, seas capaz de moverte entre
realidades moviendo, como decía Don Juan, tu punto de anclaje).
La respuesta al porqué nos interesa tener una noción de lo que está pasando
es por la repercusión que tiene en nosotros, y por los efectos que genera el
colapso y convergencia de diferentes sub-realidades en una sola. Estos
procesos llevan a un incremento de todo tipo de fenómenos raros, conocidos
con el nombre del efecto Mandela, deja-vus, alteraciones de la realidad en las
que nos suceden cosas que no podemos explicar pero que somos conscientes
que han sucedido y hemos vivido con total certeza, etc. No son producto de la
imaginación, y no son producto de nuestros delirios mentales, sino que son
resultado de movimientos energéticos a gran escala que en ciertos momentos,
pueden descolocarnos por completo. Puesto que cada uno de nosotros tiene
sus contrapartidas en otras realidades paralelas (la película “Coherence” es
estupenda para ver esto, o “Las vidas de M.Nobody”), estamos sintiendo y
viviendo con más intensidad, sin saberlo, efectos de causas que no se
encuentran en nuestro mi
smo entramado o sub-sub-realidad, sino que pertenecen a causas originadas
en otras versiones de nosotros mismos y de nuestra estructura
multidimensional.
De nuevo, es complejo, y no siempre bien comprendido, pero espero haber sido
capaz de introducir la idea de que dentro de las dos grandes matrix que ya
hemos explicado, existen mini-realidades múltiples que están sufriendo también
muchos cambios, y que si que nos afectan mucho más directamente en el día a
día a todos nosotros. Sumamos a eso los procesos evolutivos internos que
cada uno ha de completar, y las experiencias por las que podáis estar pasando
para cerrar y transitar vuestras propias octavas evolutivas, y es normal que
tengamos la sensación de que todo está un poco revuelto y que nos sintamos
“desincronizados” con muchas de las cosas que nos suceden.
Distracción y atención
25 mayo, 2017
Por norma general, se suele decir que el ser humano tiene un tiempo limitado
de atención, y qué, inmediatamente después, su mente divaga y salta de una
cosa a otra, impidiendo mantenerla más allá de unos pocos minutos de forma
natural. La Wikipedia define este intervalo de atención como la capacidad que
un individuo tiene para mantener su concentración en una sola tarea o estímulo,
sin ser distraído por otros en su entorno, y se enfatiza en que la capacidad de
enfocarse en un objetivo es muy necesaria para el aprendizaje, y para
completar satisfactoriamente cualquier proyecto. En general, el intervalo de
atención de una persona, por supuesto, será distinto para diferentes estímulos,
ya que es más fácil, por ejemplo, que un niño preste atención por un largo
intervalo a la televisión que a un discurso político. También se suele explicar,
que, en general, un intervalo de atención demasiado corto reviste un problema,
y, en casos extremos, puede ser parte de una patología o un trastorno del
aprendizaje.
El caso es que, el hecho de que todos tengamos generalmente poca capacidad
y poder de concentración, de nuevo, y por mucho que suene reiterativo, es
producto de la manera en la que estamos hechos y programados.
Un potencial mental impresionante
La mente humana tiene un potencial increíble, enorme, inimaginable para
nosotros, y la concentración y la focalización son herramientas que la vuelven
poderosa y potencialmente inigualable a la hora de mover energía, de crear y
manifestar, etc. La atención como herramienta es la capacidad de focalizar y
mantener la concentración en algo, la distracción es la habilidad de los
mecanismos de limitación humana de evitar que eso ocurra.
Así, la distracción está basada en una constante puesta en marcha de los
programas de la psique para irse de un lado a otro, de una cosa a otra, de
saltar de un escenario al de más allá, para mantenernos, esencialmente, sin
poder focalizar toda nuestra energía y capacidades de forma natural en una
sola cosa al mismo tiempo, algo que facilitaría enormemente la cristalización y
materialización de los objetivos de cada uno, al menos en el aspecto práctico
de la atención a una acción que estemos ejecutando. Esto es debido a que,
donde pones tu atención, allá va tu energía, y dónde pones tu energía, allá va
tu realidad, de forma que, estando dispersos en múltiples cosas y aspectos, y
saltando regularmente en la mente de uno a otro, se dispersa esa energía, y,
por lo tanto, se dificulta y ralentiza la consecución o finalización de cualquier
cosa que tengamos entre manos.
El esfuerzo de mantenerse atento
¿Porqué nos cuesta tanto mantenernos atentos? Porque la mente y el ego, se
“aburren” si no reciben estímulos constantes que le permitan mantener un alto
estado de actividad y ajetreo, ya que mantener la atención en algo es como
ponerlos en stand-by temporalmente, domando, dirigiendo y “estancando” estos
procesos, y obligando parcialmente a acallar el ruido interior para estar por lo
que hacemos, y eso, como todo, sigue yendo en contra de las rutinas básicas
del ego, ya que cuando estamos atentos y focalizados hacemos que entre la
consciencia necesaria para estar presentes “en algo”.
Y es que para estar atento realmente, hay que estar “presente”, para estar
presente hay que forzar la existencia en el “aquí y ahora”, y eso es algo que
la mayoría de mecanismos automáticos que tenemos no pueden o saben
gestionar.
El poder de la voluntad para mantener la atención
El proceso de mejorar la atención está ligado al poder de la voluntad. Sin la
voluntad de estar atentos no hay desarrollo de la capacidad de mantenerse
concentrado durante más y más tiempo. La voluntad, además, depende de
varios componentes, tales como la glándula pineal o el tercer chakra
posterior, así como de programas que forman parte de las esferas mentales. A
mayor desarrollo de la voluntad, más fácilmente se recupera la atención puesta
sobre algo cuando nos hemos despistado y hemos vuelto a evadirnos
divagando sobre cualquier cosa, bien porque hemos recibido un estímulo
externo que ha hecho saltar algún patrón de pensamiento, bien porque
simplemente el ego ha detonado un recuerdo que te lleva mentalmente a
cualquier tipo de escenario, donde te alejas de aquello en lo que estabas
focalizado.
En las prácticas meditativas, por ejemplo, esta es una de las cosas en las que
con mayor frecuencia uno termina cayendo, y, por ende, muchas de las
técnicas que existen para ayudarnos a calmar nuestros procesos mentales,
insisten en aprender a domar, como si de un caballo salvaje se tratara, el habito
de la distracción para potenciar la cualidad y herramienta de la atención.
Aprendamos a mantener la atención
Si todos nosotros consiguiéramos estar 100% atentos a lo que hacemos en
cada momento, rara vez estaríamos funcionando en piloto automático, con lo
que rara vez nos dejaríamos influenciar por programas, patrones y
pensamientos que pudieran detonarse por la cantidad de estímulos externos
que recibimos.
La atención, como tal, es un mecanismo que nos permite concentrar energía en
algo, la distracción es un hábito y rutina que la dispersa. Hagamos lo que
hagamos, aprendamos a mantener la atención y estar presentes en todo, y
ejercitemos la voluntad para no dispersarnos y desaprovechar el potencial que
podamos poner en todo aquello que hacemos.
Repasando y aunando conceptos sobre el estado del salto evolutivo del planeta
15 mayo, 2017

#Este artículo es bastante largo, para ser usado como referencia para futuras
actualizaciones del cambio evolutivo que estamos viviendo#
Hace algunos días que, en el artículo sobre los ajustes necesarios a nivel
macro para llegar a lo que llamamos “hombre número cuatro”, por
terminología de Gurdjieff, hacíamos referencia a ese salto evolutivo y de
consciencia del que hemos hablado prácticamente desde los inicios de este
blog, y desde que empezaron a darse cambios en la estructura energética del
planeta, del inconsciente colectivo y de la realidad que compartimos. Las
preguntas que suscita el artículo respecto a “¿dónde estamos ahora
mismo?” respecto a este cambio, nos llevan a repasar todo lo que a lo largo de
estos años he ido comprendiendo y percibiendo, para integrarlo de nuevo en
una “foto” que nos de una imagen del estado actual de las cosas. Este resumen
muestra mi entendimiento de las cosas en este momento.
El entramado espacio-temporal del nuevo nivel evolutivo
Como huyo de ser dogmático con la terminología, soy consciente de que a ese
nuevo nivel evolutivo cada uno le ha llamado de tropecientas formas distintas,
así, en todos los libros que habréis leído o cosas que habréis escuchado por
ahí se han referido a este cambio como el “paso a la cuarta densidad”, “cambio
a la quinta dimensión”, “cambio de nivel evolutivo”, “cambio de nivel de
consciencia”, “salto cuántico”, etc., etc. El concepto, lo llamemos como lo
llamemos, es que dentro de la octava que rige el progreso evolutivo de la
Tierra, y de su ser-consciencia, existen “bandas” o “saltos frecuenciales” y
evolutivos que lo llevan, en espiral ascendente, de un grado o estado a otro.
Esto, lo hemos simbolizado y explicado como el paso de una nota a otra (del MI
al FA), o del paso de una banda “cósmica” representada por frecuencias
“amarillas” a una banda espacio-temporal “verde”. Algo así como lo que veis en
la figura:

De esta forma, el planeta, como tal, hace algunos años que está
completamente “asentado” en una vibración-energía-nivel de consciencia
asociado a ese nuevo estado/dimensión/densidad donde empieza otro ciclo de
aprendizaje, crecimiento, y evolución para la Tierra, y, a priori, para toda la vida
consciente presente en su interior.
Una realidad 3D en un entorno evolutivo superior
Sin embargo, nuestra realidad humana dista mucho de ser y reflejar ese
entorno evolutivo-energético que nos rodea externamente, que nos imbuye y en
el que nuestro planeta se encuentra ya. ¿Cómo es esto? Básicamente porque
nuestra realidad, nuestras “matrix” (las dos principales que existen, ahora lo
explico) se han convertido en dos “burbujas holocuánticas” que, dentro del
planeta, nos mantienen en un sustrato “3D”, como si aun estuviéramos en el
proceso de transito por la nota MI de la octava, o como si todavía estuviéramos
transitando (pero ya no lo estamos) en el ciclo que nos llevó por la banda
“amarilla” de frecuencias que correspondía al último periodo evolutivo vivido por
el planeta. Es como si, para los que estamos “dentro”, nada hubiera sucedido a
nivel de la estructura espacio-temporal en la que existimos (basada en nuestras
tres dimensiones espaciales y una temporal) con el paso de nuestro planeta a
la nueva banda frecuencial.
La realidad 7,8 Hz y la realidad 15,6 Hz
Todos sabéis que la frecuencia de resonancia Schumann base de la realidad
3D durante mucho tiempo ha sido de 7,82 Hz, que ha marcado la realidad
común que todos compartimos, la realidad consensuada, producto de la suma
de todas las realidades individuales de las personas del planeta. Esta realidad
ha sido y ha estado siempre guiada, dirigida, y manipulada por un profundo,
potente y complicado sistema de control. Con la entrada paulatina de nuestro
planeta en otras bandas de la galaxia con otros componentes vibracionales, la
frecuencia base empezó a aumentar, así como el nivel de consciencia de la
raza humana, haciendo que la realidad 3D 7,8 Hz fuera pasando a una realidad
base de 8Hz, de 9Hz, de 10Hz, etc., creciendo en vibración, y aumentando así,
poco a poco, a lo largo de las últimas décadas.
Por otro lado, se ha ido consolidando y construyendo otro tipo de realidad, de
matrix, que ha ido poco a poco “anclándose”, y cuya frecuencia base es de
15,6Hz, el doble que la anterior, pues se encuentra una octava por encima, y
que es la “matrix” actual para aquellas personas que, por su trabajo interior,
crecimiento y expansión de consciencia, van entrando paulatinamente en una
nueva realidad consensuada más elevada, en todos los sentidos, y acorde a un
nuevo modelo de existencia para todos nosotros, basado en reglas del juego
más alíneadas con los verdaderos valores humanos y menos dependiente, pero
aun bajo control parcial, de las principales razas que gestionan el sistema
de vida en el planeta. Aun así, todo esto, dentro de un entorno 3D para el ser
humano, pero en un entorno o sustrato “4D/5D” (o del siguiente nivel evolutivo)
para el planeta.

Realidades que se solapan


¿Qué sucede con estas dos realidades? ¿se solapan? ¿interfieren?
Actualmente las dos coexisten codo con codo, y se pueden percibir
simultáneamente ambas y se puede “vivir” simultáneamente, o a ratos, en
ambas, según bajes de “vibración” y te sintonices con una, o expandas y
sintonices con otra. Si os acordáis cuando hablábamos hace meses
del concepto de pronoia, recordareis que decía que hay un nivel de
consciencia-vibración-energía que te permite experimentar la vida desde otra
frecuencia, visión, sistema de creencias y con un nivel de consciencia más
amplio. Esa es la realidad 15,6Hz para todos los que están anclados
permanentemente en ella. Desde la “matrix” 15,6Hz se percibe perfectamente la
“matrix” 7,8Hz, pues aun están solapadas, pero desde la inferior no se percibe
la superior, no se si se entiende.
Básicamente, personas y eventos que vibran en la realidad 7,8Hz aun se
encuentran atrapados en situaciones relativamente más densas y negativas
que aquellos que tienen un pie en la otra “matrix”, a pesar de que las idas y
venidas, el sintonizar una u otra, aun depende largamente del estado evolutivo
y de consciencia de cada uno. Si lo vierais como dos burbujas, o pompas de
jabón, la realidad “inferior” se encuentra contenida en la “superior”, una pompa
(o realidad consensuada) dentro de otra, así, los que resuenan con la burbuja
inferior perciben los eventos que suceden desde la visión y experiencia más
densa y negativa de los mismos, mientras que los que están en la burbuja
superior perciben esos mismos eventos y situaciones desde una visión y
vibración mucho más elevada. Luego, hay eventos y situaciones que solo
suceden en una u otra realidad, pero no son compartidos, por lo que alguien
que se encuentre resonando en la 15,6Hz no se enterará jamás de cosas que
sucedan en la 7,8Hz, y alguien que siempre esté en la 7,8Hz habrá cosas que
no verá ni percibirá nunca sobre lo que pasa en la 15,6Hz.
En algún momento, no se sabe cuando, ambas realidades terminarán
separándose del todo y, a priori, entonces existirás solo en una o en otra.
Moviendo a la población a la realidad 15, 6Hz.
Sin embargo, las fuerzas y procesos que rigen la evolución de nuestra raza y
especie, y que trabajan para que este cambio de nivel de consciencia se lleve a
cabo para todos nosotros, están desde hace tiempo implementando cambios
energéticos y ayudando a que las personas, en masa, hagan el salto a esta
realidad 15,6Hz, preludio necesario para un futuro y final nuevo cambio a esa
cuarta densidad, quinta dimensión, nivel evolutivo, etc.
Para que una gran parte de la población termine existiendo solo en la matrix
15,6Hz, es necesario alcanzar una masa crítica de “personas número 4” que
produzcan los cambios suficientes en el inconsciente colectivo para mover al
resto, o para ayudar al resto, a existir en esa nueva realidad. Todo lo que os
conté en el artículo anterior sobre los ajustes macro a nivel energético que
se están dando en estos momentos, están destinados a que, cuanta más
personas mejor, consigan equilibrar y balancear los niveles que el ser humano
posee en su tríada inferior: físico-instintivo, emocional y mental. Cuando una
persona alcanza ese equilibrio de forma permanente, y lo cristaliza en su esfera
de consciencia, llega a un nivel que Gurdjieff llamaba “número 4”, que es el
necesario para el cambio permanente a la nueva matrix, y que es el que
usamos para entendernos a la hora de trabajar estos conceptos.
El paso de la Matrix 15, 6Hz a la “Cuarta densidad”/”Quinta
dimensión”/Nuevo “nivel evolutivo”…
Una vez se haya conseguido que la realidad 3D 15,6 Hz sea la realidad base
para todos nosotros, la realidad 7,8 Hz será discontinuada, dejará de existir, así
que, en algún momento de nuestra línea temporal (ahora hablaremos de ella),
todos estaremos sintonizados con un entorno tridimensional mucho más
“elevado” en términos frecuenciales y de consciencia, pero aun dentro de la
realidad actual que conocemos, vemos y con la que interactuamos. Los años, o
generaciones, o siglos, que tardemos en llegar a ello, depende de cuanto
tardamos en alcanzar masa crítica y de que se produzcan los cambios internos
en las personas que les lleven a moverse de una matrix a otra a nivel personal
e individual. Luego, el siguiente paso evolutivo, será movernos desde la
realidad 3D 15,6 Hz a la realidad 4D o superiores, que es lo que en círculos
nueva era se ha llamado “ascensión”, y decenas de otros términos que seguro
habréis oído. Para que esto ocurra, primero han de darse otros muchos eventos
como los descritos, y muchos muchos cambios tienen que suceder en el
inconsciente colectivo de nuestra raza para que esto se manifieste.
Líneas temporales de paso a la matrix 15,6 Hz
Siguiente punto, para pasar de “realidad”, de una matrix 3D a la otra, hay dos
grandes líneas temporales, o mejor dicho, hay una línea temporal que te
mantiene en un bucle en la realidad 7,8 Hz (o en la frecuencia base que ahora
tenga) y que se ha llamado la línea temporal #33. Ya habéis oído hablar de ella
en otros artículos y entrevistas. Esta línea temporal es la que la élite, el
sistema de gestión humana y los poderes en control, procuran mantener,
ampliar y potenciar para que el máximo número de personas se encuentre, se
mantenga y viva permanentemente en ella. La vibración del miedo te ancla a
esta línea, la vibración del amor te saca de ella.
La otra línea que lleva a un cambio de matrix raudo y directo es la línea
temporal que se ha denominado la línea #42. Esta línea es la que las fuerzas,
internas y exoplanetarias, que apoyan los procesos evolutivos y de crecimiento
de la raza humana están tratando de potenciar, de ampliar, de afianzar. Todos
los esfuerzos actuales de todos los que están/estamos/estáis trabajando por
este cambio evolutivo están puestos en que, sin violar el libre albedrio de nadie,
aquellos dispuestos a trabajar en ellos mismos tengan las herramientas,
información, y posibilidades de llegar a vivir sintonizados lo máximo posible con
la nueva matrix, preludio en algún momento del cambio evolutivo definitivo, en
otro ciclo experiencial que está por venir.
En resumen
Finalmente, ahora mismo a nivel individual, todos los esfuerzos están
destinados a que cada persona alcance el nivel necesario para equilibrar su
triada físico-emocional-mental, a que complete sus lecciones y aprendizajes, a
que sane y suelte lastre, carga y miedos de su mochila, a que cierre y complete
sus procesos y octavas en marcha, etc. Aquello que llamamos nuestro ser,
nuestro Yo Superior, está detonando en nuestra personalidad y vivencias
terrenales todo lo necesario para ello, aunque eso suponga poner nuestra
vida patas arriba en ciertos momentos. Todo tiene sentido y un propósito,
aunque, a veces, desde la percepción limitada de nuestro estado de
consciencia actual no podamos ver más allá de los efectos que vivimos, sin
conocer las causas ni los movimientos macro que los generan. Todo está en
orden, y todo va como tiene que ir, esperando a que completemos los pasos
para poder ir cerrando etapas en esta transición, larga en términos humanos,
pero profunda y necesaria en términos evolutivos y existenciales para nuestro
devenir como especie responsable de su propio destino.
Engaño y sinceridad
11 mayo, 2017

Los dos conceptos que vamos a abordar hoy están basados en las reglas del
juego de una sociedad en la que, al no poder ver, saber, percibir o ponerte
directamente en la piel y en la psique de las otras personas, es difícil, en
muchos casos, distinguir el uso de uno de ellos respecto al otro.
¿Por qué es tan sencillo que se engañe a la opinión pública respecto a
cualquier tema, solo por el hecho de saber usar unas técnicas que se basan en
la forma en la que el ser humano decodifica la realidad? ¿Por qué se usa el
engaño como un arma de manipulación para conseguir objetivos que no se
pueden conseguir siendo sinceros?
Una cualidad elevada vs un mecanismo del ego
En general, la sinceridad, como “arquetipo”, es una cualidad del espíritu, del
ser, del Yo Superior, de aquello a cómo llaméis a las partes más elevadas del
ser humano, que manifestada en la personalidad, otorga un comportamiento
noble y elegante, directo, alíneado con la verdad de esa persona (o de ese ser)
a la hora de entenderse con los demás.
El engaño, por el contrario, es un mecanismo de defensa y gestión de la
realidad del ego, que tiene por objetivo conseguir todo lo que necesita para sus
propios intereses de la manera que considere conveniente. Puesto que el
programa ego tiene por particularidad y programación ver todo y a todos como
separados y diferentes a si mismo, no tiene problema en crear los diferentes
Yos, patrones y programas de la personalidad que usarán el engaño como una
de las múltiples formas de gestión de las situaciones encontradas a diario en la
sociedad actual, mientras que, en el otro extremo, nuestro ser, YS, etc., al ver a
todos siendo parte de todos, y saber que todos estamos conectados con todos,
tiende a decantarse siempre por la vía directa de la sinceridad para aquello que
necesita, ya que solo siendo claro con aquellos a los que se percibe (desde
otros niveles de consciencia), como parte de uno mismo (en otros niveles de
existencia), se hace sencillo y alíneado con las leyes y procesos que rigen la
vida el gestionar esa misma realidad y existencia.
Alíneación con el arquetipo “verdad”
Así, el engaño no está alíneado con el arquetipo de la verdad, la energía pura
que define este concepto, que existe como tal a niveles mentales y causales
(como cuando os expliqué la herramienta de usar el fuego de la verdad para
saber si algo era falso o cierto en nuestra psique). Por lo tanto, el engaño
genera, y pone en marcha, situaciones de causa y efecto que se moverán con
la misma energía y en la misma dinámica, y que, una vez puestas a rodar, ya
no hay quien pare las bolas que se crean. Así, el engañador en algún momento
será engañado, causa y efecto, pero no sabrá que recibe el engaño porque en
algún momento engañó, simplemente maldecirá a quien le ha engañado,
proceso que, seguramente, viene porque en otra situación anterior quien le
engañó fue también engañado a su vez, y esto se remonta al inicio de los
tiempos. La sociedad, de esta manera, vive tratando de obtener lo que sea
como sea, sutilmente en la mayoría de los casos, en otros a gran escala y con
engaños masivos, pero siempre es una cuestión de ego y personalidad, no del
ser o Yo Superior o niveles elevados de consciencia.
La sinceridad, por otro lado, también nos dicen que no siempre es buena, ya
que el receptor de esos brotes de sinceridad que todos tenemos a veces, no
sabe encajar, no puede decodificar o no acepta este tipo de comunicaciones en
formato “verdad”, que el emisor le comunica. Por supuesto, ese formato
“verdad” es la verdad del emisor, que no tiene por qué coincidir con la suya,
pero aun así no hay engaño inducido, premeditado o subyacente en la
comunicación. En muchos de estos brotes de sinceridad, tampoco será el ser
de la persona quien se esté expresando, pues para la mayoría de nosotros, la
consciencia de nuestro Yo Superior está solapada bajo nuestra consciencia
artificial y personalidad virtual, y no es más que un observador de lo que le
sucede a esta sin intervenir. En estos casos, la sinceridad de personalidad a
personalidad puede herir, ya que se suelta lo que uno piensa de buenas a
primeras, sin tener en cuenta el modo de recepción y decodificación del
contenido de lo emitido, por la persona que lo recibe.
Sinceridad con amor y empatía
La sinceridad de ser o YS a ego siempre tiene el componente del amor imbuido,
y por lo tanto, no es dañino ni busca serlo, mientras que la sinceridad de ego a
ego puede tener el problema de que es simplemente la comunicación entre dos
sub- facetas del carácter de esa persona que se comunican sin filtros ni
analizan si lo que se expresa está alíneado, ya solo no con el arquetipo
“verdad”, que a priori si lo está, sino con el arquetipo de amor, de empatía, etc.,
algo más difícil de conseguir en el plano humano.
En un mundo ideal de comunicación interpersonal, todo el mundo sabría
instantáneamente que piensa, siente y vive el otro (algo que requiere la
activación y funcionamiento a pleno rendimiento del centro emocional superior y
del centro intelectual superior), por lo que el engaño no sería nunca posible, y el
concepto de sinceridad ni siquiera sería un concepto o cualidad deseable, o
buscada, ya que sería la norma y lo común, lo standard. Aún estamos lejos de
llegar a eso. Sigue siendo más deseable ser sinceros en todo y con todos y
aceptar las consecuencias, pero sigue siendo más rentable, especialmente para
aquellos en el poder en todos los sectores y niveles de gestión de la sociedad,
seguir basando las relaciones y comunicaciones en el engaño, sutil o no, parcial
o total, pues tanto entra dentro de la energía y concepto de engaño un anuncio
que te maquilla lo que no quieren que sepas de un producto, como una persona
que te miente directamente si conviene a sus intereses particulares, políticos,
económicos, sociales, etc.
Buscando el equilibrio siendo impecables
Entonces, ¿dónde está el punto medio de equilibrio? ¿Cómo activar la
comunicación de personalidad a personalidad alíneada con la verdad sin
incurrir en efectos colaterales que no podamos parar? Siendo impecables.
Impecables con las palabras, con lo que se dice y se expresa, con lo que se
hace, con lo que se comenta. El concepto de impecabilidad lo tenéis bien
explicado en los libros de Carlos Castaneda, y básicamente nos habla de no
derrochar ni un ápice de energía de más en nada, de mantenernos en todo
momento alíneados con las fuerzas mayores que rigen nuestras existencias.
Eres impecable cuando todo está ajustado a cómo tiene que estar, sin
tergiversaciones ni manipulaciones por parte de uno, cuando no hay ni de más
ni de menos en lo que haces o dices. Eres impecable cuando tu pensamiento,
sentimientos y acciones son coherentes y están alíneados entre sí, pues la
sinceridad no solo se basa en lo que se dice, sino en lo que se hace, en lo que
se siente, en lo que se expresa, etc. En el engaño funciona igual, no es solo la
palabra lo que puede ser usada como engaño, también los pensamientos,
emociones y acciones, pues cada una en su plano y en su nivel de acción,
estarán o no alíneadas con un arquetipo y concepto base que tiene como
sustrato la verdad.
El autoengaño, el ser sinceros con uno mismo
Finalmente, y sin embargo, quizás lo más importante que nos toca trabajar tiene
que ver, como siempre, con lo que se cuece dentro de uno mismo. El engaño
hacia nosotros mismos es el más dañino, convenciéndonos de que nos gusta
algo que odiamos, diciéndonos que estamos bien cuando estamos mal,
obligándonos a hacer algo que no soportamos, llevando una serie de cargas en
la mochila que nos decimos a nosotros mismos que no podemos soltar, etc. Y,
¿porqué nos autoengañamos? Por miedo a las consecuencias de lo que pueda
suceder si somos sinceros con nosotros mismos, ya que te obligas a ver tu
propia realidad de forma directa y clara. Otra cosa es que puedas tomar acción
para cambiar las cosas que no te gusten de manera inmediata, pero al menos
se consigue tener claro lo que hay, y se es sincero con uno mismo, lo que
representa, de alguna forma, poner en orden el contenido de la psique,
mientras que, por el contrario, el autoengaño representa esconder lo que no se
quiere ver, o admitir, en otras partes de la mente, creando un telón o cortina en
medio que nos permite hacer las cosas sin querer hacerlas, y evitando tener
que lidiar con uno mismo.
En definitiva, la sinceridad es una cualidad del ser porque no conoce otra forma
de existir, ya que no hay otra forma de relacionarte con otra parte que es
percibida como parte de ti también. El engaño es un truco de la personalidad
humana porque somos incapaces por programación de darnos cuenta de ello
(ya que así diseñaron los componentes mentales de nuestra psique en los
albores de nuestra creación como raza). Ahora bien, todo puede revertirse,
porque el ser que somos puede estar opacado o semi-tapado por la
personalidad y sus programas de gestión, pero no está nunca inactivo, sino
siempre buscando las oportunidades de aflorar poco a poco a la luz de la
consciencia a medida que consigue imbuir en el vehículo que ocupa parte de su
visión de la vida, y de cómo gestionar la realidad tratando de conectar cada vez
con mecanismos y energías más elevadas y alíneadas con esa verdad.
Ajustes para llegar al hombre número cuatro
2 mayo, 2017
Si la desidia y la laboriosidad son dos conceptos que requieren de la
autobservación para poder encontrar el punto medio de equilibrio en todo
aquello que hacemos, no es menos importante, evidentemente, saber que ese
punto de equilibrio tendría que estar presente en todos los pares de conceptos
duales y opuestos que podamos imaginar, y encontramos en nuestro presente
diario. Lo que ocurre, es que, obviamente, no es sencillo estar siempre “neutro”,
ni siquiera, posiblemente, sea lo aconsejable en muchas ocasiones, ya que la
acción y el movimiento de la vida necesita del empuje de los lados del péndulo
para seguir su curso y manifestación.
Una tarea siempre pendiente
La cuestión de cómo manejamos los diferentes aspectos de nuestra existencia
a través de nuestra personalidad depende de cómo de conscientes somos de
esos aspectos. Si no nos conocemos a nosotros mismos, y eso es algo que
solo se puede hacer a través de la autobservación, no tenemos forma de
darnos cuenta cuando se ha activado un programa y estamos reaccionando en
vez de accionando, actuando de forma autómata, y cuándo lo estamos
haciendo de forma consciente. Todas estas palabras, y conceptos, cuando los
lees suenan bonito y suenan correctos, pero todos sabemos que los
mecanismos de la psique enseguida los pasan a otros niveles más profundos, o
bien los bloquean y los filtran para que nada suceda y todo siga como siempre.
No nos cansaremos de decir que el trabajo que hay que hacer, internamente
cada uno, es algo que siempre hay que tener como uno de los puntos
constantemente pendientes de nuestra agenda personal.
En todo caso, siempre se consigue que algo de lo que vamos aprendiendo,
leyendo o integrando llegue a niveles más profundos donde siembra alguna
semilla, que poco a poco la consciencia real de aquello que somos puede regar
para hacer crecer. Y, de ahí, nacen esos destellos de comprensión, sabiduría y
entendimiento de conceptos y vivencias que, en algún momento, solo fueron
palabras leídas en algún sitio, y luego se convirtieron en realidades factuales e
internas vividas y experimentadas individualmente, que se incorporan a la
realidad holocuántica de cada uno, y que llevan, inexorablemente, a ir
cambiándola y moldeándola al ritmo adecuado para que nuestro mundo exterior
refleje esos cambios que ya hemos hecho en nuestro interior.
Actualización de los campos mórficos del planeta
Ahora bien, ¿y a nivel macro? ¿qué está sucediendo? La situación de la Tierra
a nivel energético es de cambio constante, no hay nada nuevo que decir aquí,
pero ahora parece que estuviera todo un poco a ralentí (en términos macro-
energéticos, respecto a las profundas modificaciones que se han dado en
meses anteriores), por la necesidad de esperar a que se terminen estos
cambios que fueron sembrados en su momento. ¿A qué se refiere? Es la
necesidad de que los campos mórficos que contienen la información de los
procesos evolutivos y de las energías que están disponibles para el planeta y
para el ser humano, provenientes del exterior, que se habían reajustado
anteriormente con nuevos contenidos, terminen de cuajar, como si de masas de
energía que se están fundiendo y actualizando unas con otras se tratase, para
que lo entendamos de forma visual. Estos campos mórficos están en diferentes
niveles de la estructura del planeta, no solo para la vida humana, o no solo en
lo que llamamos nuestro inconsciente colectivo, sino en todos los campos y
estructuras de la realidad múltiple, las diferentes realidades paralelas que
existen simultáneamente en la Tierra.
Facilitando la llegada al estadio evolutivo de “hombre número 4”
De esta forma, cuando los reajustes actuales hayan finalizado,
energéticamente, la estructura de los campos que sostienen y hacen de base
para la realidad del planeta, podrán ser usados para dar más acceso a ese
“amor cuántico”, genérico y universal, del que hemos hablado anteriormente,
lo que va a facilitar que esa energía sea más accesible a través del corazón de
las personas, de nuestro cuarto chakra, de nuestro centro espiritual y de
nuestra esencia, intentando despertar en la medida de lo posible esa conexión
que todos tenemos disponible. El objetivo, es que, consciente o
inconscientemente, sea más sencillo para todos trabajar con este tipo de
energías que contrarresten todas las otras de baja calidad y vibración,
presentes a nivel macro.
Y ¿por qué esta necesidad? Para la evolución conjunta de toda nuestra raza, se
tiene que intentar hacer que la gente equilibre más su parte instintiva, mental y
emocional, para acercarse un poquito a lo que llamamos “hombres número
cuatro”, por nomenclatura de Gurdjieff (personas equilibradas instintiva,
emocional y mentalmente, lo tenéis explicado en la conferencia “Humanidad y
Salto Evolutivo”), ya que, si no se consigue de alguna forma equilibrar los tres
componentes básicos de la humanidad, es muy complicado, o complejo, que
podamos avanzar al unísono junto con los cambios en el planeta. De ahí que,
una de las cosas que se tienen que completar para poder seguir adelante,
evolutivamente hablando, es que una gran parte de la población tenga más
fácilmente acceso a las energías que le llegan por su parte emocional,
especialmente en nuestro hemisferio occidental, donde, de los tres
componentes que definen el equilibrio de esta categoría evolutiva, es la que
está más desequilibrada.
Los próximos tiempos que posiblemente tenemos por delante, indefinidos de
momento en cuanto a duración, nos llevarán a eso, a buscar a nivel global, a
nivel planetario, un equilibrio en esos tres aspectos, empezando por la parte
emocional, intentando que individualmente cada uno lo consiga en si mismo, y
facilitando las estructuras energéticas que ayudarán para ello. Se detonarán en
cada uno las experiencias y vivencias necesarias para alcanzar ese
equilibrio, y será un gran paso adelante en este camino que seguimos
recorriendo.
Desidia y laboriosidad
27 abril, 2017

El concepto oriental del Wu-wei (en chino “No Acción“), describe un importante
aspecto de la filosofía taoísta y política, en el cual la forma más adecuada de
gobernar es no actuar (forzar las cosas), haciendo énfasis en que no es lo
mismo no actuar que no hacer nada. Wu-weitambién significa “sin esfuerzo”, y
“crecimiento”, ya que, por ejemplo, las plantas crecen por wu-wei, no hacen
esfuerzos para crecer, simplemente lo hacen.
En este aspecto, el wu-wei es la forma que mejor nos ayuda a comprender que
hay “cosas” que se pueden llevar a cabo y manifestar sin que medie acción
humana forzada de por medio, ya que, la no acción, no como reposo o
pasividad, sino como el dejar fluir los procesos energéticos que produce
cambios por su propia naturaleza, es el punto intermedio, balanceado y
equilibrado, entre los conceptos que tocamos hoy de desidia y de laboriosidad.
Dos extremos desequilibrados
Como es fácil deducir, cada uno de estos conceptos se encuentra en uno de los
dos extremos del péndulo, y ninguno de los dos en exceso es adecuado.
Empezando por la desidia, el hecho de no querer hacer nada, y sentir rechazo
por todo, tiene una base psicológica en la saturación mental de algún tipo de
patrón, programa o formas energéticas acumuladas, que, por “demásía”,
provocan un rechazo y una apatía hacia lo que se tiene por delante y previsto
de ejecutar. La desidia nos empuja a procrastinar y dejar todo para otro
momento, a veces con sensación de hartazgo, y sobre todo a no ver con
claridad el porqué de la misma, induciéndonos a llevar a cabo cualquier otra
acción que incluye el “vegetar” como modo de vida, el apalancamiento físico,
mental, emocional, etc.
En el otro extremo, la laboriosidad, que en nuestro mundo es considerada como
algo positivo y una cualidad deseable y preciada, va unida a la necesidad de
hacer, crear, manifestar, facturar, poner en marcha, etc., y lleva de nuevo en
sus extremos a la adicción al trabajo o a estar siempre haciendo algo, y no
poder parar. La laboriosidad, como tal, estará alíneada mientras siga los ciclos
de las octavas y sus ritmos a la hora de manifestar las cosas, ejecutando y
trabajando según esos ritmos bajo lo que todo fluye. Si uno se pasa de
laborioso, se desajusta respecto a las corrientes energéticas que subyacen, y
son el sustrato para aquello que debe ser trabajado, y se convierte entonces en
un proceso que se intenta llevar a cabo desajustado de la octava que lo rige,
terminando por no fluir con ella e ir desfasado con los acontecimientos que
necesitan producirse a un ritmo determinado para que se manifiesten los
cambios, terminando por querer ir más rápido que estos, en nuestro afán por
“hacer” más, cuando no toca o no se puede.
Aprendiendo a escuchar el ritmo adecuado de la acción
Así que, ¿en qué nivel uno puede encontrar el equilibrio entre la desidia y sus
pocas ganas asociadas, y el estrés o la ansiedad de querer hacer en exceso?
La respuesta está en la escucha interna que nos permite a cada uno acelerar o
frenar, parar por completo ante la sensación de saturación, o acelerar con
energía ante la oportunidad de acompañar con nuestras acciones a los ritmos y
flujos de lo que esté aconteciendo. No es adecuado ir más rápido que la
corriente del río que nos lleva, y tampoco es adecuado tratar de frenarnos a su
empuje, sino aprender a sentir cuando hay que aflojar y dejarse ir para vivir
en wu-wei, o cuando aprovechar impulsos internos y momentos álgidos para
darle caña y potenciar algo.
A este respecto, en la conferencia sobre los biorritmos del ser humano ya
habéis visto cómo además podemos aprovechar y guiarnos por ellos para
comprender cuando es más fácil que aparezca la sensación de desidia, y
cuando es más fácil que sintamos ganas de trabajar, monitorizando nuestras
gráficas personales de altos y bajos, que rigen nuestros ciclos según los
diferentes aspectos de la vida del ser humano.
Yo’s y sub-personalidades de desidia y laboriosidad
Luego, entrando ya en los aspectos más detallados de la estructura de la
personalidad, en la superficie de la esfera de consciencia, posiblemente todos
tengamos uno o varios “yos”, o sub-personalidades, relacionadas o creadas
bajo el programa o formas energéticas de desidia, que, cuando son activadas y
toman el control de la personalidad, nos provocan directamente las ganas de
irnos al sofá o rechazar toda idea de ejecutar cualquier cosa. Estos “yos”, ya
sabéis, se activan por estímulos externos principalmente recibidos a través del
centro emocional inferior, de forma que, sin saber porqué, caemos en ese
estado de desidia solo por el hecho de oír una conversación, ver una noticia,
escuchar algo en la radio, leer lo que sea en un periódico o ver algún anuncio.
Esta desidia debe ser trabajada, pues ha sido relativamente impuesta y
activada, esté acorde con los biorritmos de la persona, con los ciclos y octavas
en los que se haya metida, con su estado energético actual o no.
El estado contrario, la excesiva laboriosidad también tiene sus propios Yos
asociados, que, en este caso, pueden ser activados por las mismas cosas que
antes, incluyendo además energías de estrés, de cumplir con obligaciones, de
sentir que no hacemos bastante, de infravaloración, de vernos obligados a
trabajar más, etc. Y esto tampoco se basa en un estado natural de fluir con las
octavas y energías adecuadas, sino que vienen de una imposición externa para
mantenernos como pilas de un sistema productivo, a nivel mundial, que es en el
que se basa la economía y funcionamiento financiero de la sociedad, ya que, de
lo contrario, el sistema colapsaría, porque se detendría la maquinaria que lo
mueve (nosotros), a nivel energético y a nivel físico, bloqueando su motor
principal que no es otra que el ciclo de producir y consumir, producir y
consumir. De esta manera, a través de la laboriosidad y el concepto de trabajo,
se hace todo lo posible para que el motor de la economía y de la sociedad de
consumo no se detenga nunca, algo que sería un desastre, o al menos así es
percibido como tal, para los poderes que rigen esta misma sociedad, que se
quedarían sin uno de los pilares principales de control bajo los que existe y se
rige a la raza humana.
Aprender a fluir
En conclusión, no es adecuado dejarse llevar hacia ninguno de los dos
extremos, sino tratar de fluir con los ritmos que en algunos momentos
aconsejan desacelerar o parar, y en algunos momentos aconsejan o permiten
correr más o poner más energía y esfuerzo para completar las cosas. Otro tema
que habrá que tocar en otro momento es que la laboriosidad no equivale a la
eficacia, pues se puede derrochar mucha energía y esfuerzo, tiempo y
recursos, estando muy ocupados, pero siendo muy poco eficaces y óptimos en
lo que hacemos, pero como digo, eso es algo que quizás toquemos en otro
momento.
Una flor, durante la floración, está en wu-wei, no hace nada, simplemente es
una flor, y florece. Si la flor tuviera una mente similar a la nuestra comenzaría a
preocuparse y preguntarse: ¿de que color serán mis nuevas hojas? ¿podría
acelerar mi proceso con un poco de fertilizante? ¿qué puedo hacer para crecer
más rápido? Y sus programas mentales entonces empezarían a generar
patrones tipo: ¿dónde venden el fertilizante? ¿cuánto cuesta? ¿qué dosis
debería emplear? ¿seré mayor que la flor de al lado?
Todos nosotros podemos aprender a fluir, es simplemente cuestión de saber
escuchar los ritmos que marcan y dirigen todo lo que hacemos y no dejarnos
arrastrar por ninguno de los dos extremos del péndulo.
Desidia y laboriosidad
27 abril, 2017

El concepto oriental del Wu-wei (en chino “No Acción“), describe un importante
aspecto de la filosofía taoísta y política, en el cual la forma más adecuada de
gobernar es no actuar (forzar las cosas), haciendo énfasis en que no es lo
mismo no actuar que no hacer nada. Wu-weitambién significa “sin esfuerzo”, y
“crecimiento”, ya que, por ejemplo, las plantas crecen por wu-wei, no hacen
esfuerzos para crecer, simplemente lo hacen.
En este aspecto, el wu-wei es la forma que mejor nos ayuda a comprender que
hay “cosas” que se pueden llevar a cabo y manifestar sin que medie acción
humana forzada de por medio, ya que, la no acción, no como reposo o
pasividad, sino como el dejar fluir los procesos energéticos que produce
cambios por su propia naturaleza, es el punto intermedio, balanceado y
equilibrado, entre los conceptos que tocamos hoy de desidia y de laboriosidad.
Dos extremos desequilibrados
Como es fácil deducir, cada uno de estos conceptos se encuentra en uno de los
dos extremos del péndulo, y ninguno de los dos en exceso es adecuado.
Empezando por la desidia, el hecho de no querer hacer nada, y sentir rechazo
por todo, tiene una base psicológica en la saturación mental de algún tipo de
patrón, programa o formas energéticas acumuladas, que, por “demásía”,
provocan un rechazo y una apatía hacia lo que se tiene por delante y previsto
de ejecutar. La desidia nos empuja a procrastinar y dejar todo para otro
momento, a veces con sensación de hartazgo, y sobre todo a no ver con
claridad el porqué de la misma, induciéndonos a llevar a cabo cualquier otra
acción que incluye el “vegetar” como modo de vida, el apalancamiento físico,
mental, emocional, etc.
En el otro extremo, la laboriosidad, que en nuestro mundo es considerada como
algo positivo y una cualidad deseable y preciada, va unida a la necesidad de
hacer, crear, manifestar, facturar, poner en marcha, etc., y lleva de nuevo en
sus extremos a la adicción al trabajo o a estar siempre haciendo algo, y no
poder parar. La laboriosidad, como tal, estará alíneada mientras siga los ciclos
de las octavas y sus ritmos a la hora de manifestar las cosas, ejecutando y
trabajando según esos ritmos bajo lo que todo fluye. Si uno se pasa de
laborioso, se desajusta respecto a las corrientes energéticas que subyacen, y
son el sustrato para aquello que debe ser trabajado, y se convierte entonces en
un proceso que se intenta llevar a cabo desajustado de la octava que lo rige,
terminando por no fluir con ella e ir desfasado con los acontecimientos que
necesitan producirse a un ritmo determinado para que se manifiesten los
cambios, terminando por querer ir más rápido que estos, en nuestro afán por
“hacer” más, cuando no toca o no se puede.
Aprendiendo a escuchar el ritmo adecuado de la acción
Así que, ¿en qué nivel uno puede encontrar el equilibrio entre la desidia y sus
pocas ganas asociadas, y el estrés o la ansiedad de querer hacer en exceso?
La respuesta está en la escucha interna que nos permite a cada uno acelerar o
frenar, parar por completo ante la sensación de saturación, o acelerar con
energía ante la oportunidad de acompañar con nuestras acciones a los ritmos y
flujos de lo que esté aconteciendo. No es adecuado ir más rápido que la
corriente del río que nos lleva, y tampoco es adecuado tratar de frenarnos a su
empuje, sino aprender a sentir cuando hay que aflojar y dejarse ir para vivir
en wu-wei, o cuando aprovechar impulsos internos y momentos álgidos para
darle caña y potenciar algo.
A este respecto, en la conferencia sobre los biorritmos del ser humano ya
habéis visto cómo además podemos aprovechar y guiarnos por ellos para
comprender cuando es más fácil que aparezca la sensación de desidia, y
cuando es más fácil que sintamos ganas de trabajar, monitorizando nuestras
gráficas personales de altos y bajos, que rigen nuestros ciclos según los
diferentes aspectos de la vida del ser humano.
Yo’s y sub-personalidades de desidia y laboriosidad
Luego, entrando ya en los aspectos más detallados de la estructura de la
personalidad, en la superficie de la esfera de consciencia, posiblemente todos
tengamos uno o varios “yos”, o sub-personalidades, relacionadas o creadas
bajo el programa o formas energéticas de desidia, que, cuando son activadas y
toman el control de la personalidad, nos provocan directamente las ganas de
irnos al sofá o rechazar toda idea de ejecutar cualquier cosa. Estos “yos”, ya
sabéis, se activan por estímulos externos principalmente recibidos a través del
centro emocional inferior, de forma que, sin saber porqué, caemos en ese
estado de desidia solo por el hecho de oír una conversación, ver una noticia,
escuchar algo en la radio, leer lo que sea en un periódico o ver algún anuncio.
Esta desidia debe ser trabajada, pues ha sido relativamente impuesta y
activada, esté acorde con los biorritmos de la persona, con los ciclos y octavas
en los que se haya metida, con su estado energético actual o no.
El estado contrario, la excesiva laboriosidad también tiene sus propios Yos
asociados, que, en este caso, pueden ser activados por las mismas cosas que
antes, incluyendo además energías de estrés, de cumplir con obligaciones, de
sentir que no hacemos bastante, de infravaloración, de vernos obligados a
trabajar más, etc. Y esto tampoco se basa en un estado natural de fluir con las
octavas y energías adecuadas, sino que vienen de una imposición externa para
mantenernos como pilas de un sistema productivo, a nivel mundial, que es en el
que se basa la economía y funcionamiento financiero de la sociedad, ya que, de
lo contrario, el sistema colapsaría, porque se detendría la maquinaria que lo
mueve (nosotros), a nivel energético y a nivel físico, bloqueando su motor
principal que no es otra que el ciclo de producir y consumir, producir y
consumir. De esta manera, a través de la laboriosidad y el concepto de trabajo,
se hace todo lo posible para que el motor de la economía y de la sociedad de
consumo no se detenga nunca, algo que sería un desastre, o al menos así es
percibido como tal, para los poderes que rigen esta misma sociedad, que se
quedarían sin uno de los pilares principales de control bajo los que existe y se
rige a la raza humana.
Aprender a fluir
En conclusión, no es adecuado dejarse llevar hacia ninguno de los dos
extremos, sino tratar de fluir con los ritmos que en algunos momentos
aconsejan desacelerar o parar, y en algunos momentos aconsejan o permiten
correr más o poner más energía y esfuerzo para completar las cosas. Otro tema
que habrá que tocar en otro momento es que la laboriosidad no equivale a la
eficacia, pues se puede derrochar mucha energía y esfuerzo, tiempo y
recursos, estando muy ocupados, pero siendo muy poco eficaces y óptimos en
lo que hacemos, pero como digo, eso es algo que quizás toquemos en otro
momento.
Una flor, durante la floración, está en wu-wei, no hace nada, simplemente es
una flor, y florece. Si la flor tuviera una mente similar a la nuestra comenzaría a
preocuparse y preguntarse: ¿de que color serán mis nuevas hojas? ¿podría
acelerar mi proceso con un poco de fertilizante? ¿qué puedo hacer para crecer
más rápido? Y sus programas mentales entonces empezarían a generar
patrones tipo: ¿dónde venden el fertilizante? ¿cuánto cuesta? ¿qué dosis
debería emplear? ¿seré mayor que la flor de al lado?
Todos nosotros podemos aprender a fluir, es simplemente cuestión de saber
escuchar los ritmos que marcan y dirigen todo lo que hacemos y no dejarnos
arrastrar por ninguno de los dos extremos del péndulo.
En la salud como en la enfermedad
25 abril, 2017
Cerramos esta serie de artículos sobre el amor y el miedo con un breve apunte
de una de las funciones más comunes que tienen estas dos energías en
nosotros, aparte de todas las que hemos comentado ya, y está relacionado
directamente con nuestro estado de salud. Dicho de forma sencilla, el miedo y
sus derivados pueden llegar a enfermar al cuerpo, el amor “cuántico” lo sana.
¿Cómo es esto? Básicamente porque las energías y el sustrato que componen
las formas mentales y emocionales de míedo son incompatibles con la armonía,
el balance y el equilibrio de las cosas, ya que causan disrupción y desarmonía
en nuestros cuerpos sutiles, que luego, ya dependiendo de la gravedad, de la
intensidad, de la fuerza y del tiempo que energías con sustrato de míedo llevan
acumulándose en nosotros, terminan por causar problemas de salud en el
cuerpo físico. No nos solemos dar cuenta de que no hay enfermedad, malestar
o disconfort físico que no tenga una raíz energética basada en una desarmonía
y una pérdida del balance y del equilibrio de los diferentes componentes que
nos forman, por causa de algún tipo de problema con sustrato de míedo (el
simple estrés ya lo es), así como no hay mejor forma de volver a armonizar,
equilibrar y sanar que insertando su contrapartida energética, el amor cuántico,
en esas mismas estructuras hasta que recuperan de nuevo el equilibrio perdido.
Teniendo esto en cuenta, y habiendo explicado que la forma más directa que
tenemos de acceder a un repositorio de “amor cuántico” es a través de lo
que llamamos nuestra “esencia”, un ejercicio que regularmente nos puede
ayudar a mantener, como medida preventiva, la armonía en nosotros, es
insertar y dar la orden de que esa energía, esa esencia, se imbuya en todas y
cada una de las partículas que forman nuestro cuerpo etérico, emocional,
mental, causal, etc. Esto no hará otra cosa que, cuando estamos en estados de
armonía, mantenerla, y cuando estamos revueltos y con los mil bloqueos,
problemas y disfunciones que todos llevamos a cuestas, por muy nimios que
sean, corregirlos un poco, o al menos armonizar lo que se pueda y no deba ser
tratado, y trabajado específicamente, con cualquier otra técnica o método para
recuperar la salud.
Así, es necesario ser consciente del potencial de la energía “amor cuántico” y
de las consecuencias que tiene el uso de la energía miedo, no porque podamos
empezar a eliminar de un plumazo estas últimas y vivir en estados de éxtasis
con las primeras, sino porque al formar parte de nuestra realidad, y al ser dos
tipos de combustible que tenemos a nuestra disposición, podemos conseguir
múltiples objetivos en múltiples aspectos de nuestra existencia, si empezamos
a auto observarnos, y a forzarnos a dejar de lado poco a poco la que no nos
conviene tanto, y darle un poco más de espacio a la que más nos ayuda.

Un gran parque de atracciones, y cómo reducir el poder del miedo


20 abril, 2017

La sola posibilidad de que el ser humano sea capaz de recuperar el potencial


que tiene, a pesar de todas las limitaciones impuestas sobre él, es algo que
impresiona, por un lado, a aquellos que cuidan, orientan, ayudan y
proporcionan apoyo a esta nuestra raza humana, y por otro, asusta, deja
perplejo y tiene desconcertados, hasta cierto punto, a aquellos que, en algún
momento, pensaron que al someterla y tras haber realizado los ajustes
genéticos, energéticos y psíquicos que ya hemos comentado, tendrían a su
disposición un repositorio de vida consciente para sus propósitos, intereses y
demás, por toda la “eternidad”.
Pero es indudable que lo único que se está limitando es la capacidad del
envoltorio, por decirlo así, y sin menospreciarlo, pero no de aquello que anima
el mismo. Hemos de entender que aquello que dirige la vida humana de forma
individual no es sino la parte nuestra que está a los manos del coche, y que no
importa que el coche haya cambiado de color, hayan actualizado el cuadro de
mandos, le hayan modificado el motor o pintado las llantas, ya que el conductor
del mismo, la verdadera consciencia y ser que somos, todos y cada uno de
nosotros, sigue estando a los mandos, opacado, eso sí, por el sistema de
pilotaje automático del vehículo, pero seguimos estando aquí, maniobrando
desde el interior, para retomar el control y los mandos de aquello que nos
permite disfrutar de la experiencia terrenal que supone encarnar en este
magnífico planeta.
Un juego de aventuras
¿Por qué muchos de nosotros decidimos enlazarnos a este tipo de experiencia
física y terrenal sabiendo que aquello que nos iba a proporcionar las vivencias
necesarias para nuestro crecimiento iba a estar sometido a tantas y tantas
presiones, limitaciones, manipulaciones y vaivenes de todo tipo? Básicamente,
por eso.
¿Por qué vamos a un parque de atracciones y nos montamos en montañas
rusas que nos marean y nos dan vueltas, o nos metemos en túneles del terror
para vivir una experiencia que nos ponga los pelos de punta durante unos
minutos? Para pasar el día, para disfrutar de las sensaciones, para conocer
cómo reaccionamos en situaciones que están fuera de lo normal en nuestra
existencia diaria y, sobre todo, porque sabemos que es algo “temporal” y no es
sino una “aventura”. ¿Y si ahora dijéramos que el tiempo que estamos en el
parque de atracciones, sin desmerecer, por supuesto, fuera el tiempo que
pasamos en esto que llamamos la “vida humana”, donde pasamos por
montañas rusas, trenes de la bruja, nos marean cabeza abajo en la atracción
del “huracán”, y nos meten miedo personajes disfrazados de seres terribles que
en la oscuridad del castillo encantado nos hacen palpitar el corazón y
ponérnoslo a mil?
Evidentemente, la vida humana no es un parque de atracciones, pero es una
analogía que intenta explicar que, desde aquello que somos, el ser, el Yo
Superior, esto es una experiencia de la que luego sacamos lo mejor de
nosotros mismos para otros menesteres que ya experimentaremos en algún
otro momento de nuestra evolución. Así, con un poco de perspectiva, hasta las
experiencias más duras y terribles que hayamos pasado o que estemos
pasando, en esta y otras vidas, son poco más que suspiros en la eternidad de
nuestra existencia, que aportan infinidad de conocimiento a cómo somos, cómo
reaccionamos, cómo vivimos y cómo experimentamos la grandeza de la
creación consciente, a lo largo y ancho de, para quedarnos cerca, este
universo.
Esto también pasará
Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de su corte: “quiero guardar oculto
dentro de mí anillo algún mensaje que me ayude en momentos de
desesperación total, y que pueda ayudar siempre a mis descendientes”. Así que
grabaron en el mismo la frase: “esto también pasara”, haciendo referencia a
que nada permanece, todo acaba, todo cambia, todo evoluciona, y esa frase
sirve como sustento en momentos en los que estamos de lleno en medio de
alguna octava (proceso energético) que, manifestado en el plano físico, nos
está poniendo la vida patas arriba, como ya habíamos comentado en este
otro artículo al respecto.
Puesto que todo pasa, todo cambia, todo termina, todo evoluciona, nada
mañana será igual que hoy, ni nada en 5 años puede ser de ningún modo como
era hace dos. Pensar lo contrario es engañarse, o quizás no ser capaz de
comprender uno de los principios básicos de la energía y de la consciencia, que
siempre está en perpetuo estado de movimiento y transformación hacia una
versión “diferente” de sí misma. Los frenos que impiden que seamos capaces
de acompañar de forma consciente y amable esa transformación continua
vienen de la segunda energía que hemos visto en estos dos artículos
anteriores, y de la que vamos a hablar un poco más hoy: el miedo.
El miedo como freno al cambio
Si en el artículo anterior os he hablado sobre cómo usar el potencial del
amor “cuántico”proyectado desde aquello que llamamos nuestra “esencia”
hacia los cuerpos superiores, para poder emitir otro tipo de materia energética
para la manifestación de nuestra realidad, lo que bloquea que podamos ir
acompañando esa transformación de la misma es la energía del miedo. En este
caso, y es fácil deducirlo, el miedo está imbuido en nosotros y potenciado por
aquellos que temen perder lo que tienen, y hablo de las cuatro grandes razas
que gestionan la vida en la Tierra, así como de toda la estructura de control
de la población montada bajo su supervisión por las mal llamadas élites del
planeta y los gobiernos “ocultos”.
¿Cómo no van a tener miedo de perder todo un planeta y su vida consciente
que han controlado durante milenios cuando ven que no pueden parar las
ruedas de la evolución y de la vida, que tanto han tratado de frenar? Porque
esto último si que se puede, se pueden ralentizar las cosas y procesos
evolutivos, pero no se pueden detener, ya que hay ciclos y fuerzas, muy por
encima de aquellos que ahora mueven los hilos entre bambalinas, que siguen
haciendo girar y manteniendo en marcha las octavas evolutivas para el planeta,
como ser consciente que es, y para la vida que en él se encuentra.
Así, en este enorme parque de atracciones las cosas nunca dejan de funcionar,
y seguirán así mientras a cada uno de nosotros enlazados a una vida humana
nos permita adquirir el resto de vivencias que necesitamos para poder seguir
disfrutando de este juego evolutivo:
“Todos los Yo Superiores que estamos encarnando en la Tierra en estos
momentos o en otros, sabemos cómo es el “juego” en el que nos metemos.
Está diseñado de esa forma para que el tablero en el cual experimentamos la
vida sea lo más eficiente posible. Lo que percibís como control, negatividad,
crisis, problemas, son desde nuestro punto de vista oportunidades. A medida
que avanza el tiempo líneal y se acercan pos
ibilidades de “graduación” requerimos que el nivel de dificultad, para muchos,
se incremente. Eso se manifiesta en realidades, para muchos, más duras. La
parte negativa del juego la interpretan en otros papeles otras entidades como
nosotros, que evolucionan por otra polaridad, y nos hacemos un favor mutuo.
Su aprendizaje está basado en lo que llamamos un camino negativo, el nuestro
en el que llamamos un camino “positivo”, y nos necesitamos los unos a los
otros para conseguir nuestros aprendizajes. Desde nuestro punto de vista todo
es un “escenario”, increíblemente complicado, multinivel y multidimensional, en
los cuales obtenemos todo lo que necesitamos para poder trascender este
ciclo. [Sigue]
Reducir el poder del miedo
Como ya hemos comentado, es momento de intentar reducir el poder el miedo
en nuestras vidas, para poder cambiar internamente y tomar el control de la
misma con mayor facilidad. La primera manera de hacerlo es empezar a
descartar las decisiones que tomemos por miedo a algo, al menos intentar
hacerlo, aunque sea con las pequeñas cosas que no nos causen estragos en
nuestra vida hasta que hayamos comprendido mejor como funciona este juego
de energías.
Así, esto que tengo que hacer, decir, preparar, ejecutar, etc., ¿lo tengo que
hacer porque hay miedo a algo si no se hace, dice o ejecuta? Prueba con
micro-decisiones no drásticas, auto obsérvate, analiza lo que haces en cada
momento y descubre cuantas de esas acciones, decisiones y cosas haces por
miedo a algo, a alguien o a ambas cosas. Posiblemente te sorprenderás, pero
eso no es suficiente para revertir el potencial de esa energía en nosotros, ya
que, para ello, tendríamos que pensar que acción, decisión o ejecución estaría
basada en su contrario, el amor como energía (no como concepto romántico,
una vez más). ¿Puedes cambiar la micro- acción o decisión basada en el miedo
por la misma acción o decisión basada en amor? Si puedes y lo haces, y ves
que no pasa nada, sino que tu vida da un micro-paso mejor en la dirección más
alíneada con la energía más elevada, prueba con una segunda micro-decisión o
acción, y sigue así, a ver qué pasa.
En todo caso, y para eliminar el suspense, puedo contarte que pasará si lo
haces durante un tiempo lo bastante amplio para poder observar cambios en tu
vida. Lo que pasa, es que te das cuenta que todo es energía, y que tú decides
que es lo que va a pasarte o no pasarte, y que lo que te pasa, o bien te pasa
porqué se manifestó basado en algún tipo de míedo, o lo que te pasa se
manifestó basado en algún nivel de amor.
Y cuando ves el sustrato de todas tus acciones, que con el tiempo empiezas a
percibirlo, al final te das cuenta que quién tiene el control final de la realidad no
es nadie más que tú mismo, y que todo lo demás son solo las atracciones del
parque temático que están ahí para hacerte ver esto mismo, aunque tengas que
subir mil veces en el “huracán” y tengas que pasar cuatrocientas veces por el
tren de la bruja, hasta que, finalmente, te des cuenta que sí, has estado todo
este tiempo en un enorme parque temático.
Barriendo la psique con “amor cuántico”
18 abril, 2017
Si durante el último artículo habíamos empezado a hablar de las dos fuerzas
que básicamente mueven el mundo, ahora nos centramos en la forma de
trabajar con ellas, y aprender a usarlas como lo que son, energías que sirven
para poder ejecutar acciones, tomar decisiones, y manifestar la realidad en la
que vivimos. Nada puede funcionar sin energía, ya que de energía está
compuesto todo lo que existe, así que, teniendo en cuenta que ambas
“gasolinas” tienen octanajes y calidades diferentes, lo más obvio es saber que
se pueden usar para cosas distintas, y que no son compatibles entre sí.
Un canal de acceso a la energía
Para usar la energía del amor “puro”, es necesario poseer acceso a esa fuerza
de alguna forma. En algún artículo anterior ya hemos hablado del acceso a
la “esencia” de cada uno de nosotros, cuando explicábamos cómo hacer
sanaciones y cómo transmutar bloqueos energéticos usando la parte más pura
y de mayor vibración que poseemos. Este acceso, que todo el mundo tiene y
que podéis volver a leer en este artículo donde se explica un pequeño
ejercicio para ello, no deja de ser nada más que un canal a través del punto
del sistema energético que solemos llamar el “Hara”, para poder atraer al plano
físico parte de esta energía que luego puede ser usada y redirigida para otros
menesteres y funciones.
Obviamente, no vamos a usar la energía del miedo para nada, ya tenemos
bastante de esta otra “gasolina” imbuida en nuestro día a día, en nuestros
sistema de gestión, en nuestros medios de comunicación y en las rutinas bajo
las que vivimos constantemente, así que la idea es empezar a sustituirla, o al
menos a contrarrestarla, con la potencia que cada uno tiene en su interior y que
puede ser accedida con relativa facilidad si hacéis el intento de sintonizarla,
conectar con ella y atraerla hacia nuestra dimensión física.
Una capacidad inherente a todos
Y es que, como decíamos en el post anterior, todos los seres humanos como
parte de nuestra función en el planeta tenemos la capacidad y propósito de
canalizar y proyectar esta energía hacia nuestro plano físico, siendo los
responsables de la co-creación de nuestra realidad en el mismo, usando esta
materia prima de amor, como sustrato de construcción, así que no es más que
cuestión de ver si somos capaces de empezar a usarla, dejando a un lado el
concepto más romántico del tema, y viéndolo más como un potente catalizador
y motor para cambiar las cosas en nosotros mismos, y en nuestra realidad.
Para empezar, la intención de llevar la energía hacia algún punto del cuerpo ya
la dirige hacia allá, es algo sabido por muchos de vosotros y no tiene ninguna
dificultad el hacerlo, pudiendo ser comprobado por todo el mundo que lo quiera
probar y sentir, pero lo que vamos a hacer es usar esta energía para aprender a
manifestar y mover cosas en los cuerpos superiores, que luego terminen
provocando cambios y detonando modificaciones en la realidad física. Dicho
con otras palabras, vamos a dotar del combustible adecuado a los mecanismos
que rigen la proyección holocuántica de aquello que llamamos “nuestra
realidad”, para que estos tomen fuerza y la calidad energética adecuada para
su correcta manifestación.
Un barrido en la psique
Una vez somos capaces de intencionar que la energía de nuestra “esencia”,
que es lo más cercano al concepto de “amor cuántico” del que hemos hablado,
se mueva de un punto a otro de nuestra estructura energética, vamos a llevarla
a nuestra mente, dándole la orden de que se imbuya en nuestras esferas
mentales para que “borre” todas aquellas formas energéticas que no estén
alíneadas, y que no resuenen con la misma frecuencia y vibración que esta
energía. Esto, al menos en un primer intento, hará una pequeña limpieza
superficial de formas energéticas densas, y que puedan ser transmutadas y
liberadas. Con un poco de práctica, y si os estudiáis un poco la estructura de la
psique que explicamos y tenéis disponible en este vídeo, podréis afinar más
y dirigir esta energía esfera a esfera, o componente a componente, para poder
“barrer” parte del “polvo” que se ha ido acumulando, tanto en la mente como en
el cuerpo mental (habiendo que hacer el mismo ejercicio para este último).
¿Podemos borrar todo lo que está ahí acumulado? No, muchos de esos
bloqueos, formas mentales, programas y patrones requieren de un trabajo más
profundo, pero, con esto, estamos dando un primer repaso para desincrustar el
exceso de “miedo” en sus diferentes manifestaciones acumulado en nosotros,
para luego poder trabajar más en modo específico, en cosas que necesiten de
atención detallada.
Por otro lado, estaremos empezando a imbuir en nosotros la gasolina “amor”,
como parte de la energía que todos tenemos, y a la que podemos acceder, no
importa que nombre le pongamos. Al equilibrar con la constancia y la repetición
regular de este tipo de ejercicios la presencia de ambos tipos de “combustible”,
como carga energética en las partículas que forman nuestros cuerpos sutiles, y
nuestra estructura física, psíquica y energética, habremos empezado a restarle
poder al miedo, y habremos empezado a desmontar parte de los engranajes
que le permiten seguir teniendo el control de nuestra existencia. Recordad que
el programa ego, que gestiona todo lo referente a nuestra personalidad,
consciencia artificial y proyección de la realidad en modo “autómata”, puede
pasar a funcionar en modo “manual” bajo las ordenes de nuestro ser, de
nuestro Yo Superior, cuando se le desconecta de ese miedo y se le endosa su
opuesto, el amor “cuántico”, por lo que, por poco que consigamos que esto
empiece a ser así, tardemos el tiempo que tardemos en conseguirlo, estamos
dando pasos de gigante para revertir una de las limitaciones y mecanismos de
control más importantes presentes en la estructura psíquica del ser humano y
que, en algún momento del camino particular de cada uno, permitirá que esa
otra parte más elevada de aquello que somos empiece a asomarse con más
facilidad, y tener más presencia y potencial, para guiarnos en nuestra evolución
y crecimiento.
Las energías del miedo y del amor
13 abril, 2017

Tal y como dijimos en el artículo anterior, vamos a empezar a trabajar y explicar


diferentes conceptos energéticos presentes y que forman parte de la
experiencia humana y de la forma en la que nuestra psique está constituida.
Hablar de las energías de míedo y amor es hablar de los dos componentes
básicos que moldean la interacción humana en el mundo en el que vivimos.
Todo puede reducirse, si fuéramos un poco drásticos, a energías de míedo, o
basadas en él, o energías de amor, o derivadas del mismo. Como los dos
extremos de un péndulo, son dos fuerzas que antagonizan, y si una está, la otra
no suele poder hacerlo también a la vez.
Evidentemente, todo miedo puede ser transmutado con amor, pero con amor
“cuántico”, pues el amor “romántico” que fluye por las capas más bajas del
sistema energético humano tiene bastante sustrato también de míedo: de
míedo a quedarse solo, de míedo a que no nos quieran, de míedo al
sufrimiento, de míedo a perder a la persona con quien estamos, etc., por lo
tanto, ese amor “real”, o ese amor cuántico que es el polo opuesto al miedo
como energía, no es el amor de nuestras películas y series, de relaciones
basadas en la necesidad o el aprovechamiento mutuo, sino el amor como
bloque básico de creación de todo lo que es consciente y vivo en el universo.
El sustrato base de la Creación
Para poder entender el amor es necesario entender que no hay nada que
pueda existir sin una energía base que lo forme. Esa energía base es
consciente, y tiene una vibración, frecuencia y cualidad que le hace ver a todo
como parte de todo, y sentirse parte de todo eso a su vez, pero que, cuando
llega a niveles más densos y llega a convertirse en emoción humana, y usamos
la palabra amor para definir algo que sentimos viene de esos otros niveles más
elevados, no estamos describiendo o percibiendo sino el pálido reflejo en el
mundo físico de lo que el amor es realmente como energía y sustrato en toda la
Creación.
No hay forma de hacerle comprender a la mente humana este concepto si no
es a través de algún tipo de experiencia sublime, en la que se pueda llegar a
alcanzar en algún momento una conexión con esta vibración en su estado más
puro y real. Los que han tenido atisbos de ese amor como sustrato básico de
Todo, se dan cuenta de lo difícil que es expresarlo y explicarlo a otros, ya que
es algo que solo sentido, vivido y experimentado en uno mismo, a través de la
conexión que todos tenemos con otros planos donde esta energía es pura,
creativa y sin distorsionar, radiante y luminosa, uno puede comprender lo que
es realmente. Luego, al ser canalizada con mayor o menor distorsión hacia el
plano físico, a través del sistema energético, aun disminuida en frecuencia,
filtrada y coloreada ya por las emociones y formas mentales, nos permite tener
un sentimiento al que le ponemos el mismo nombre, amor, aunque solo sea un
sucedáneo del concepto original.
El miedo, motor de la sociedad
Por otro lado, el miedo es la contrapartida energética terrenal que mantiene una
parte del sistema de vida humano en funcionamiento, pues la mayor parte de
las personas hacemos casi todo por miedo. Vamos a trabajar por miedo a la
falta de recursos, miedo a ser dejado de lado en la sociedad, miedo a no tener
nada que hacer, a no ser útil, a no ser reconocido, importante, aceptado, a no
estar integrado con los demás, etc. Entramos en relaciones, a veces (no quiero
generalizar), por miedo a quedarnos solos, a que nadie nos acepte, a no seguir
las normás sociales o vernos apartados por ellas, etc. Acatamos resoluciones,
imposiciones y órdenes por miedo a las consecuencias, por miedo a sufrir, por
miedo a ser castigados, etc.
Así que, en general, una parte de las acciones y mecanismos que rigen aún el
sistema de control de la vida humana funcionan gracias al miedo. ¿Y esto
porqué? Porque el programa de gestión de la psique, el ego, usa el miedo como
combustible. Si quitamos las etiquetas asociadas a ambos potenciales y lo
viéramos solo como dos energías neutras, dos tipos diferentes de gasolina, el
programa ego y los mecanismos de gestión de la realidad necesitan la gasolina
miedo para su funcionamiento, que es la que tiene el octanaje adecuado para
esta parte nuestra, ya que si le metemos la gasolina amor, no le va bien según
diseño original, sin embargo, es lo que interesa insertar, para restarle fuerza,
algo que ya muchas personas están haciendo con su propio trabajo interior de
crecimiento y sanación, al ir limpiando, sanando, transmutando y eliminando
esos miedos, restándole combustible al ego, y dejando que la consciencia del
Yo Superior, que usa la gasolina amor, tenga más fuerza para encontrar huecos
entre los que manifestarse, y hacerse poco a poco más presente.
Potenciando el amor “cuántico”
Una vez hemos comprendido esto, el siguiente paso para poder acercarnos a
potenciar el uso de amor cuántico es tomar consciencia de que no hay forma de
avanzar y evolucionar si nos nutrimos, proveemos y generamos el combustible
miedo para ello. Como esta energía hace funcionar los mecanismos
automáticos de la psique, y, por inercia, a la personalidad que tenemos, y a
nuestra consciencia artificial, el ser humano ha de hacer un esfuerzo constante
para poder suprimir su manifestación y expresión cuando esta gasolina hace su
aparición en forma de emociones negativas, patrones de comportamiento,
formas mentales y cosas por el estilo. No hay forma de parar la actividad y
función de los programas de la psique y del ego que funcionan en modo
autómata si se los sigue abasteciendo de energía miedo, de forma que solo
comprendiendo, aceptando y transmutándolos, quitamos poco a poco el
sustrato y remanentes energéticos almacenados en los cuerpos sutiles que lo
producen, haciendo que el ego y sus procesos puedan perder la fuerza que
tienen a los mandos del cuerpo que usamos.
Y es que el amor cuántico es infinito, omnipotente y omnipresente, todos los
seres humanos como parte de nuestra función en el planeta tenemos la
capacidad y propósito de canalizar y proyectar esta energía hacia nuestro plano
físico, siendo los responsables de la co-creación de nuestra realidad en el
mismo, usando esta materia prima de amor, como sustrato de construcción.
Pero, como ya sabéis, esto no suele ser así, ya que se nos induce
constantemente a generar miedo y proyectar todo lo contrario al amor, debido a
la situación peculiar y anacrónica en la que la raza humana existe desde hace
milenios, ya que seguimos siendo actualmente una especie generadora de
alimento para otras razas y grupos, entes y seres, de las que ya os hable en el
artículo anterior, que se nutren y viven principalmente a través de esta otra
gasolina de poco octanaje y calidad vibracional.
Al final, la cuestión es que la capacidad de sintonizar y generar una u otra
energía está presente en nosotros, que somos el instrumento y tenemos todo lo
necesario para ello, y solo depende del trabajo y elección consciente de cada
uno, que nos dediquemos a ser una fuente para potenciar una o la otra, acorde
a lo que cada uno desee para si mismo, y para el conjunto de la humanidad a la
que pertenece.
Sobre las limitaciones del ser humano y de las razas que las provocaron
10 abril, 2017

Empezamos un tema complementario, y más que interesante, respecto a los


últimos artículos, donde hemos explicado las funciones principales de dos de
los cuerpos sutiles que marcan una gran parte de la manera en la que
dirimimos con nuestra experiencia terrenal. Ahora, en las próximás semanas,
vamos a trabajar algunas funciones de la psique que nos van a ir dando una
comprensión cada vez más profunda de cómo el cuerpo emocional, y el cuerpo
mental, se combinan, de forma única, para poder dotar al ser que somos del
entorno en el que experimentar la vida, con sus potenciales y con sus
limitaciones. Hoy, como introducción, daremos una explicación del por qué de
esas limitaciones impuestas en nosotros y su origen.
Capacidades latentes a la espera de ser despertadas
Cuando el ser humano, el cuerpo físico que usamos, fue manipulado
genéticamente hace muchos miles de años, para propósitos que muchos de
vosotros ya conocéis o intuís, fue dotado del potencial latente para también
llegar a cotas muy altas de desarrollo evolutivo por las leyes del balance, del
equilibrio y de los procesos que rigen la vida en la Creación. Es decir, no se
puede crear o destruir algo del todo sin dejar latente la posibilidad de que
aquello que se crea o se destruya pueda revertirse, sea con un cierto esfuerzo,
trabajo o ayuda, pero siempre ha de estar latente la posibilidad de que pueda
producirse un proceso de transformación que dé la vuelta por completo a
aquello que ha sido limitado. En este caso, lo limitado, fue el potencial humano,
a través de su vehículo físico, emocional y mental, pero no eliminado, por lo
tanto, en todos y cada uno de los seres humanos está latente el potencial
infinito de todos los niveles que nos componen.
A nivel físico, el ser humano tiene ADN que podría despertar capacidades
literalmente “sobrehumanas”, ya que poseemos ADN, de muchas razas,
“dormido” en nosotros. A nivel de cuerpo emocional y mental, tenemos
potenciales también latentes que podrían darnos un dominio de la estructura de
la realidad y un control de la misma, que ahora no tenemos, y que están en
proceso de ser, igualmente, en algún momento, activados.
Una guía interior para el proceso
En este caso, el despertar y reversión de las limitaciones que se impusieron a
nuestra especie cuando el cuerpo físico que usamos, y las estructuras mentales
y emocionales que tenemos, fueron adaptadas a las necesidades de aquellos
“dioses de la antigüedad” (las diferentes razas que intervinieron en las
sucesivas modificaciones de nuestro cuerpo), requiere del trabajo interior de
cada persona, guiados por la parte de ellos que es consciente de esas
limitaciones, y que conoce aquello que debe ser modificado, despertado o
sanado, para que este proceso se ponga en marcha. Es por esa razón que ya
explicamos en el artículo sobre “quién detona los cambios en mi”, que es
nuestro ser, nuestro Yo Superior, y partes de nosotros que, por derecho propio
y diseño de la estructura multidimensional de aquello que somos, son los
encargados de ir dando los pasos e ir moviendo los hilos para que, desde lo
más profundo e intangible, hasta lo más físico y externo, esta transformación se
vaya dando.
Es evidente que no hay demasíadas personas, en estos momentos, que estén
preparadas para revertir todos aquellos cambios y limitaciones sufridas en su
totalidad, algo que sería un proceso relacionado con la escala de “tipos de
hombres” de la que hablaba Gurdjieff, pero eso no quiere decir que no estemos,
consciente o inconscientemente, listos individualmente para revertir aquello que
pueda ser revertido, y para lidiar con las limitaciones impuestas a cada ser
humano por el sistema de control en la justa medida en que las capacidades y
estado evolutivo actual de cada uno lo permita.
Toda limitación, obstáculo o bloqueo tiene una razón evolutiva
Como a todos los seres humanos, se nos bloquea siempre en la medida en la
que el sistema percibe que somos un peligro potencial de una u otra forma,
cosa que luego sirve, a nivel evolutivo, para que cada uno de nosotros sane sus
propios bloqueos y limitaciones, y eso nos haga crecer como personas. Así,
mientras que se permite inicialmente que se instalen y se lleven a cabo esas
manipulaciones en todos nosotros (o por leyes y procesos que posiblemente no
lleguemos a comprender aún se permitieron en su día), siempre es para que
sirvan para detonar procesos de cambio interior que nos lleven a cada uno a
expresar lo mejor que tenemos dentro.
Cuatro grandes razas en control
En estos momentos hay básicamente cuatro razas que están gestionando la
vida en la Tierra, y que la mayoría de nosotros conocemos con los nombres de
Dracos, Anunnakis, Mantis y una especie insectoide que tienen un nombre que
se parece a algo así como “Zul” (cuando lo oyes fonéticamente). De ellos
dependen legiones de otras subespecies menores que tienen también
diferentes formas de insectos en su mayoría, y además, de ellos dependen
también lo que solemos llamar “sombras”, “entidades negativas menores” o que
yo suelo catalogar como entidades interdimensionales por su facilidad para
moverse entre planos frecuenciales.
Estos “sub-alternos” provienen de los planos no físicos de sus respectivos
planetas de origen (los de las cuatro grandes razas principales), y vinieron aquí
para conquistar y obtener recursos para su existencia. En estos momentos,
nuestros mayores oponentes son los Dracos. Son una raza antigua que llegó
aquí de Alfa Draconis y son los que manipularon al troodon, de donde se inició
todo el proceso de manipulación genética que terminó en el homo sapiens. En
la película “El Ascenso de Júpiter”, podéis ver algunas de estas razas, pero las
tenéis básicamente en todas las series de ciencia ficción, e incluso dibujos
animados. Tal y como lo entendemos, no son físicos como nosotros, pero están
dentro del rango frecuencial de lo que llamaríamos el plano etérico, algo que,
en algún momento también tendremos que estudiar, para que comprendamos
mejor la estructura de nuestra realidad.
Estos Dracos tienen todo el sistema de vida en la Tierra bajo su control, y,
como tal, son los más peligrosos. Son las serpientes, reptoides y dragones
“negativos” que muchas personas ya ven abiertamente, en visiones y
percepciones, aunque pueden adoptar cualquier forma, y están en nuestra
literatura, simbología y mitos desde hace miles de años, pues siempre han
estado entre nosotros (no tenéis más que ver la escultura que hay en una
sala del Vaticanoque los muestra, como una representación del poder que
tienen sobre las instituciones que existen en nuestra sociedad). Si ahora nos
atrevemos a hablar abiertamente de ellos es porque hay una cantidad cada vez
mayor de personas que, por los cambios internos en ellos, y por los cambios en
la estructura y frecuencia del planeta, están empezando o llevan tiempo
percibiéndolos o sintiendo su presencia, y, como tal, es necesario darle validez
para contrarrestar el control de daños y desinformación que trata de ridiculizar y
mantener esto bajo control y sin salir a la luz. En todo caso, la raza draco sabe
manipular muy bien la parte mental y emocional del ser humano, esto último
algo que ellos no tienen, emociones, y por lo tanto siempre serán fríos,
arrogantes, con sentimientos de superioridad, etc., hacia nosotros, de ahí que
os haya explicado con varios artículos como funciona el envenenamiento
mental y la manipulación de la psique para que podáis comprenderlos mucho
mejor llegado el caso.
Comprendiendo mejor el tablero de juego
Para finalizar, simplemente quedémonos en que es necesario comprender un
poco mejor a todos los jugadores que forman parte de esta experiencia terrenal
que llamamos vida, en estos momentos de transformación profunda de todos
nosotros, de nuestro planeta, de nuestro sistema evolutivo, ya que es lo que
nos permitirá transcenderlo, y llegar a otro nivel, donde las cosas serán muy
diferentes, y donde mucho de todo esto que ahora estamos contado quedará
como parte de las experiencias vividas en uno de los cursos evolutivos por los
que todos vamos pasando, y que sirvieron para, precisamente, que poco a poco
fuéramos todos pasando de grado.
Tomando tierra
4 abril, 2017

La falta de enraizamiento se asocia normalmente a la sensación de estar “ido”,


separado de la realidad física, sin tener los pies en la tierra y con la sensación
de no estar conectados ni afianzados energéticamente en el planeta en el que
vivimos. Es un problema común en todos nosotros, ya que hay muchas cosas
que nos desconectan del mismo, empezando por un estilo de vida alejado de la
naturaleza, y siguiendo por las rutinas y formas que tenemos de evadirnos
“hacia arriba”, en vez de afianzarnos “hacia abajo”, para sostenernos y tener
una solidez energética que nos ayude a lidiar con las cosas.
Esta falta general de enraizamiento es uno de los problemas que permiten la
manipulación mental, algo que mencionamos en el artículo anterior cuando
decíamos que:
Como visteis también en el artículo sobre envenenamiento mental, al ser
humano se le pueden insertar pensamientos que no son suyos, y se le puede
manipular de forma bastante sencilla lo que piensa o cree, ya que el sistema
bajo el que vivimos, y diferentes entes con el potencial para ello, pueden ubicar
en nuestro cuerpo mental todo tipo de “paquetes” que, a no ser que estemos
bastante atentos, y cuestionemos todo lo que se nos pasa por la cabeza (de lo
que no estemos seguros si es nuestro o externo), pueden hacernos llegar a
creer cosas que nosotros no creíamos, y pueden hacernos pensar o tener, y
cambiar de ideas, mediante inserción externa y manipulación energética. Para
muchas personas, este es el primer método que tiene el sistema bajo el que
vivimos para evitar que hagamos algo, o que nos lancemos a ejecutar cambios
potencialmente dañinos para la estructura del sistema, potenciando dudas,
pensamientos o, literalmente, insertando ideas que de repente nos parecen que
salen de la nada, como “intuiciones”, cuando no son más que burbujas
insertadas en nosotros para hacernos dirigir nuestro pensamiento y visión de la
realidad hacia un aspecto u otro.
La robustez del elemento tierra
En alquimia, y en todas las enseñanzas esotéricas, mágicas, ocultistas,
metafísicas, etc., el elemento tierra nos proporciona esa solidez y esa robustez.
La tierra es un elemento que contiene la fortaleza para establecer los cimientos
de las cosas y poder así darles un sustrato que permita construirlas y
sostenerlas. Cuando nuestro “mundo mental” se nos va de las manos, es
cuando hay que echar mano de la ilusión del mundo físico, para volver a tomar
control del mismo.
¿Qué significa que nuestro mundo mental se nos vaya de las manos? Significa
que, a veces, vivimos metidos en nuestra cabeza, en los problemas,
situaciones, eventos y mil cosas que tenemos, nos pasan, creemos que nos
están pasando, pensamos que nos van a pasar, etc., pero que aún no tienen un
reflejo en la realidad que vamos proyectando y co-creando, sino que, de
momento, solo son la idea de la casa que el arquitecto tiene en mente antes de
que la casa se haya construido de verdad. Si en nuestra mente nos abruma que
tengamos 25 ideas de casas que nos causan todo tipo de vaivenes mentales y
emocionales, pero que aún no han pasado de ser más que formas energéticas,
entonces hay que bajar al suelo, tomar tierra y parar, antes de que, literalmente,
nuestras películas mentales nos lleven demasiado lejos.
Es una ilusión
En Sanación Akáshica tenemos un bloqueo energético que llamamos “ilusión”.
Se trata de una disfunción que suele aparecer en el cuerpo mental cuando
decodificamos algo que percibimos de forma errónea. El ejemplo más tonto
pero sencillo sería como cuando vemos a dos personas que conocemos y
creemos que están hablando de nosotros (suposición), y eso nos lleva, sin
ningún tipo de cercionamiento por nuestra parte, a montarnos una serie de
escenarios mentales en los cuales nos imaginamos de todo respecto a esa
supuesta conversación en la que creemos que, supuestamente, están
conspirando contra nosotros nuestros amigos.
Esos escenarios mentales son provocados por las rutinas del programa ego
que ya explicamos en este otro artículo, ya que siempre está en modo
“observación” y “defensa”, procurando que no haya nada que pueda cogernos
desprevenidos (al menos en nuestro mundo interior mental). Así, esa
generación de supuestos escenarios de algo que supuestamente está pasando
nos lleva a otras disfunciones energéticas al generar formas mentales y
emocionales negativas que luego causan problemas en cualquier otra parte del
sistema energético, al quedarse compactadas en nosotros mismos. Al final, lo
más probable, como siempre, es que la causa objetiva del hecho, la
conversación entre dos personas que conocíamos, no tuviera nada que ver con
lo que nosotros hemos creído que estaba sucediendo, de ahí que, Don Miguel
Ruiz, en su libro “Los Cuatro Acuerdos”, un libro de sabiduría tolteca, dice que
uno de ellos es “nunca supongas nada”.
Restableciendo contacto con la parte tangible de las cosas
¿Por qué la toma a tierra restablece el contacto con la normalidad de la ilusión
en la que vivimos? ¿Por qué no dejamos de hablar de que esta realidad es una
ilusión? Esta segunda parte ya la hemos explicado muchas veces, porque la
realidad es energía proyectada por nosotros que, al ser decodificada por los
sentidos dentro de un rango acotado de frecuencias, nos da la apariencia de
ser algo sólido y tangible. Y, como dentro de todos los rangos de frecuencias en
los que nos movemos, este plano es el más denso, aunque siga siendo una
construcción energética, es en él al que tenemos que anclarnos y enraizarnos
cuando nos sentimos algo perdidos, algo fuera de la realidad, o sin saber bien
que nos está pasando en el resto de nuestra estructura energética.
Para ello, volver a poner los pies en el suelo exige que estemos presentes en
el aquí y en el ahora haciendo cosas que nuestros sentidos consideren
tangibles, y que nuestros programas y arquetipos de la mente puedan usar
como anclaje frente a las formas mentales o emocionales que pudieran estar,
en algunos casos, literalmente haciéndonos vivir en los “mundos de Yupi” (serie
de dibujos).
Al focalizar la atención hacia cosas terrenales, y el trabajar también
energéticamente con el enraizamiento en la Tierra, nos volverá a dar un poco
de estabilidad para lidiar con cualquier otro tema que tengamos que solventar.
Finalmente, y volviendo al tema de las manipulaciones mentales o emocionales,
tomar tierra es la única forma de “no volverse loco”, en muchos casos, cuando
no sabemos distinguir que pensamientos o ideas son nuestros o son insertados
y manipulados, o cuando le damos demasíadas vueltas a temas que nos llevan
a desconectarnos completamente de la realidad física, que, en estos
momentos, es la que sostiene nuestra encarnación y experiencia como
humanos.
El cuerpo mental, 28 marzo, 2017
Continuamos nuestras introducciones a diferentes componentes del sistema
energético, del cual posiblemente muchos de vosotros ya tenéis bastantes
nociones, y, en otros casos, quizás simplemente para otros sea una forma de
conocer un poco más las partes que componen todo aquello que somos.
Así que, si en los últimos artículos habíamos hecho una introducción al
cuerpo emocional o astral, hoy hablaremos un poco del cuerpo mental, ya
que no se puede concebir la vida consciente sin los procesos cognitivos y
psíquicos que la rigen luego en los planos más densos de la estructura de la
realidad. Esto viene a decirnos que todo ser pensante tiene un cuerpo mental, y
todo ser con capacidad cognitiva lo tiene desarrollado en menor o mayor
medida, según su evolución le haya llevado a refinarlo y trabajarlo.
No hay autoconsciencia sin cuerpo mental
Así como habíamos dicho que puede existir, y de hecho existe, vida sin el
componente emocional que ya conocemos, difícilmente existe vida consciente
sin el componente mental. ¿Por qué es eso? Porque la consciencia, que en el
ser humano se ubica en lo que llamamos la esfera de consciencia, se encuentra
formando parte de ese cuerpo o de esta parte de nuestra estructura.
¿Qué sucede si tienes un cuerpo mental y no uno emocional? Básicamente que
te falta la “salsa de la vida”, el condimento que le da calidez y vivacidad a las
ideas y pensamientos, pero, aparte de eso, no es un impedimento para que la
vida avance y evolucione, y así lo hace en muchas otras formas de vida, de
muchas otras partes de este y otros “universos”.
Estructura y función del cuerpo mental
¿Cómo está estructurado el cuerpo mental? También por capas, que
corresponden con diferentes niveles de profundidad de la psique, y con los
diferentes niveles de la mente que, como ya visteis en anteriores artículos
y conferencias, está formada por “esferas mentales”. El hecho de que el
cuerpo mental esté formado por diferentes capas de energía es para facilitar el
almacenaje, procesamiento y estructuración de las experiencias, dejando solo
en la superficie aquello que necesita ser accedido con mayor regularidad. Una
de las cosas que ya hemos explicado también, es que toda la información,
datos y paquetes que forman lo que llamamos memoria, se ubican en este
cuerpo, en forma de “burbujas mentales”, que contienen, como si fuera la nube
de internet, toda la información que guardamos, mientras que, las neuronas del
cerebro, solo contienen la “dirección energética”, guardada químicamente, de
dónde se ubica esa información, para que cada vez que necesitemos recordar
algo, nuestro cerebro “mire” en la neurona correspondiente, la posición del dato
a recuperar en el cuerpo mental, se genere entonces el enlace que permite
establecer esa conexión, y, a partir de ahí, podemos traer hacia la mente
consciente aquello de lo que estamos intentando “acodarnos”.
Manipulando el cuerpo mental
Como visteis también en el artículo sobre envenenamiento mental, al ser
humano se le pueden insertar pensamientos que no son suyos, y se le puede
manipular de forma bastante sencilla lo que piensa o cree, ya que el sistema
bajo el que vivimos, y diferentes entes con el potencial para ello, pueden ubicar
en nuestro cuerpo mental todo tipo de “paquetes” que, a no ser que estemos
bastante atentos, y cuestionemos todo lo que se nos pasa por la cabeza (de lo
que no estemos seguros si es nuestro o externo), pueden hacernos llegar a
creer cosas que nosotros no creíamos, y pueden hacernos pensar o tener, y
cambiar de ideas, mediante inserción externa y manipulación energética. Para
muchas personas, este es el primer método que tiene el sistema bajo el que
vivimos para evitar que hagamos algo, o que nos lancemos a ejecutar cambios
potencialmente dañinos para la estructura del sistema, potenciando dudas,
pensamientos o, literalmente, insertando ideas que de repente nos parecen que
salen de la nada, como “intuiciones”, cuando no son más que burbujas
insertadas en nosotros para hacernos dirigir nuestro pensamiento y visión de la
realidad hacia un aspecto u otro.
Un puente entre niveles
El cuerpo mental, como tal, es el portador de todo lo que nos hace ser seres
pensantes, ya lo hemos dicho. Se considera el tercer cuerpo sutil, mayor en
frecuencia y menor en densidad que los cuerpos inferiores: el etérico y el
emocional o astral, pero supeditado a los cuerpos más elevados como el
causal, el emocional superior o búdico, el mental superior o átmico, etc. En
combinación con las esferas mentales, que contienen básicamente el “software”
que nuestro cerebro como “hardware” usa para decodificar la realidad, el
cuerpo mental es el vehículo para que podamos conectar con las regiones del
pensamiento concreto, la parte baja del plano mental, y con las regiones del
pensamiento abstracto, la parte alta del mismo. Esto, por si solo, puede que nos
suene a chino, o que no nos diga gran cosa, pero son los niveles frecuenciales
de dónde nacen las ideas, modelos, plantillas y conceptos que, luego, se van a
materializar en el mundo físico como cosas “sólidas” que podemos ver y tocar.
Todo aquello que queramos ver manifestado y cristalizado en la realidad del día
a día, tiene por necesidad que ser diseñado primero a nivel mental, de ahí que
las técnicas de visualización, de imaginación, de proyección, nos insistan tanto
en el trabajo con las ideas, pensamientos y, luego también, emociones, de las
cosas antes de que eso pueda ni siquiera ser parte de un paquete energético
que vaya a llegar a ser algo “real” en el plano físico.
La función última del cuerpo mental es, entonces, poder bajar conceptos
abstractos e ideas que fluyen y flotan en forma de burbujas de energía, a
conceptos más racionales y más estructurados que luego tengan significado
para todos nosotros, y nos permitan diseñar una experiencia de la realidad que
potencie el crecimiento y el avance de todos. El cuerpo mental hace además de
puente entre planos mucho más elevados en frecuencia, vibración y funciones
en el entramado de la realidad, con planos más densos y más “a pie del cañón”
en la ilusión del mundo físico, que percibimos como nuestro tablero evolutivo.
Bloqueos mentales
Muchos de los bloqueos y problemas energéticos, y disfunciones que nos
encontramos cuando estamos haciendo sanaciones y lecturas con la sanación
akáshica nacen en este nivel, pues son formas mentales negativas, densas y
de baja vibración, las que terminan provocando y manifestando realidades
físicas con las mismas características, por proyección holocuántica de la
realidad. Por otro lado, una gran parte de la programación imbuida en el ser
humano para limitar sus funciones, potenciales y capacidades se ubica a nivel
mental, tanto en las esferas como en este cuerpo, ya que somos lo que
creemos que somos y co-creamos la realidad consensuada entre todos tal y
como creemos que la realidad es, pero, esa realidad, siendo algo maleable y
que depende simplemente de lo que emitimos entre todos, si está filtrada,
manipulada y distorsionada, nos lleva a cocrear un mundo que dista mucho de
ser el reflejo “puro” y limpio de ciertos arquetipos, conceptos e ideas, y se
tamiza, filtra y colorea con energías que nos llevan a un mundo como el que
vemos y tenemos ahora en nuestra sociedad y realidad común.
De nuevo, hay muchas cosas que suenan como muy abstractas, y es posible
que así lo parezca, pero se hace necesario que comprendamos que la
estructura de todo lo que existe tiene una función tremendamente bien definida
para cada uno de sus componentes, y que solo comprendiendo esos
componentes podemos llegar a cambiar o usarlos adecuadamente.
Preparando el siguiente nivel de juego
¿Por qué ahora es necesario enfatizar en este conocimiento y conceptos? La
respuesta está en que el nivel de consciencia conjunto de la raza humana está
alcanzando la cota necesaria que permite que este tipo de información
finalmente sea aflorada a la luz, ya que es un momento en el que los grandes
ciclos del cambio tocan a su fin, y llaman a la puerta de la humanidad, para
permitirle dar el siguiente paso en su camino peculiar de crecimiento como
individuos y como especie. Sin este conocimiento y sin esta capacidad de
entender como cada ser consciente es responsable de la creación del propio
entorno en el que existe, colaborando y funcionando en unísono con el resto de
congéneres y miembros de su especie y de la vida del planeta, no es posible
avanzar al siguiente nivel de juego, donde la responsabilidad de lo creado recae
conscientemente en el individuo y, como tal, no se puede permitir que nada
acceda, ni que nadie no tenga las herramientas necesarias, ya preparadas
desde el nivel en el que nos encontramos ahora, para poder dar ese salto y
asumir las nuevas reglas del juego en el que, en algún momento, nos
moveremos como especie.
El cuerpo emocional (II)
24 marzo, 2017
Las relaciones humanas siempre tienen una gran influencia en el cuerpo astral
o emocional que explicamos en el artículo anterior. De hecho, parte de la
vida emocional del ser humano corre por las capas y partículas de energía que
lo forman, y que son las que le dan el tinte de alegría o tristeza, de enfado o de
felicidad, de indiferencia, apatía o motivación, a prácticamente todo lo que nos
encontramos en el día a día a nuestro alrededor.
¿Por qué fuimos “hechos”, diseñados, con un cuerpo emocional, por decirlo de
alguna forma? Para poder experimentar con energías maleables y cambiantes
dentro de estructuras rígidas y estáticas. Esta explicación suena de lo más raro
e incomprensible, ya que, para el ser humano, las emociones son algo natural,
y sabemos cómo de alterables son, pero no es así en otros muchos tipos de
vida de otros muchos lugares de la Creación. Esto quiere decir que,
efectivamente, el concepto “emoción” no es algo universal y presente para todo
tipo de vida, sino una manera en la que algo que, desde el plano o nivel mental
y superiores de la Creación, tiene unos patrones y unas formas muy definidas,
puede luego ser trabajado como la arcilla o la plastilina para poder dotarlo de
matices y experiencias muy distintas y muy enriquecedoras a distintos
individuos. Y es que, la vida, tal y como la conocemos nosotros, es una de las
diferentes formas de experimentar que la consciencia cósmica tiene, y la
riqueza que nos da el hecho de contar con un componente energético que
llamamos emoción es un regalo, aunque, evidentemente, tiene sus matices,
polaridades y gradientes a través de los que se expresa.
Materia prima para la proyección de la realidad
Todos conocemos que nuestras emociones tienen un potencial terrible para
manifestar diferentes realidades, de hecho, nuestra glándula pineal usa como
materia prima para proyectar nuestra propia burbuja holocuántica tanto
nuestras formas mentales como nuestras formas emocionales, que son las que
le dan el tinte y matiz a aquellos pensamientos y conceptos que, consciente o
subconscientemente, generamos continuamente, y que van formando las vías
del tren por las que vamos pasando a medida que vamos avanzando.
Posiblemente habréis visto alguna vez, en dibujos animados sobre todo, como
una carretera o una vía es construida por el mismo coche o por el mismo tren,
que lanza de si mismo el material para la calzada que luego ha de pisar, pues
igual para el ser humano a la hora de crear su realidad, constantemente la
estamos proyectando en base a un cúmulo enorme de potenciales opciones
disponibles energéticamente para todos nosotros en toda la estructura
multidimensional, y multifrecuencial, en la que nos movemos. Así, todo lo que
nuestro cuerpo mental genera y procesa de sí mismo y desde planos
superiores, luego es tintado por el cuerpo emocional, y luego los componentes
físicos y etéricos de cada uno de nosotros hacen el trabajo de convertirlo en un
mundo aparentemente sólido a los cinco sentidos.
La interacción humana a través de las emociones tiene siempre una parte
química y otra energética. El sistema límbico genera ciertos químicos en el
cuerpo que nos hacen sentirnos de una forma o de otra, y estas sensaciones
están directamente relacionadas con las frecuencias y vibraciones de las
diferentes energías que componen el cuerpo astral. En muchos casos, y por
mal funcionamiento de los llamados centros de control, que decodifican estas
energías, se confunde y mal interpreta información proveniente del centro
emocional inferior como si viniera del centro espiritual, confundiendo lo que
sentimos con lo que intuimos, y tomamos decisiones basadas en sentimientos
que pueden estar mal coloreados, y mal decodificados por, precisamente, el
mal funcionamiento o los bloqueos energéticos de ese centro emocional inferior
(en la conferencia Humanidad y Salto Evolutivo, en la segunda parte, tenéis
una descripción del funcionamiento de los mismos).
Cerramos así esta introducción al cuerpo emocional o astral, simplemente
tratando de recordar su función de enlace entre el mundo mental de las ideas y
el mundo físico de las formas, introduciendo en medio la belleza de las
emociones para colorear la experiencia humana en todas sus posibilidades y
con miles de matices.
El cuerpo emocional o astral
13 marzo, 2017
Vamos a cambiar de tercio y empezar a tratar en las siguientes semanas varios
temas relacionados con la estructura energética del ser humano, para que
podamos entender mejor cómo estamos hechos, cosa que, por otro lado, nunca
ha sido tema de enseñanza en la educación del sistema bajo el que vivimos,
pues no es de interés general que cada uno conozca los componentes que
forman su configuración y composición, ya que, conociendo cómo funcionamos
y estamos constituidos, podemos tomar el mando de nuestros vehículos
evolutivos, y ser más dueños y soberanos de nosotros mismos.
No hablaremos de chakras ni de auras, tenéis bastante información (y
desinformación) en la red, pero al menos son partes conocidas por todos, y con
un poco de paciencia, y constancia, es posible entender esa primera parte del
cuerpo etérico, que es el que alberga todas las estructuras que ya conocemos y
de las que hay mucha más literatura. Ahora vamos a trabajar el resto de
cuerpos, empezando por el cuerpo emocional, que tiene un papel
tremendamente importante a la hora de hacernos ver el mundo como lo vemos
cada día, pues es el cristal que tinta parte de lo que decodificamos de la
realidad exterior, y que nos proporciona material para que nuestro programa
ego y los componentes de la psique puedan hacer sus decodificaciones
mentales sobre lo que se percibe o no se percibe de ahí fuera. Como apunte, el
cuerpo emocional es menos denso que el etérico, y este es menos denso que
el físico, y así como el etérico interpenetra al físico, el cuerpo astral o emocional
interpenetra a estos dos últimos.
Conexiones emocionales en nuestra estructura energética
Hemos de señalar que el cuerpo emocional está relacionado con la segunda y
cuarta del campo electromagnético que llamamos aura, pero estas capas y este
campo pertenecen al cuerpo etérico, por lo que, a pesar de que la capa
emocional del aura del cuerpo etérico tiene mucha importancia a la hora de
tintar también nuestras emociones del día a día, es el cuerpo emocional
(también llamado astral) el que lleva el peso de este componente del ser
humano que nos hace distinto a los tipo Dr. Spock, o a otras razas qué, al no
poseer un cuerpo emocional, carecen de las facultades y habilidades básicas
para, por ejemplo, sentir empatía por otros, o para ser capaces de percibir e
interactuar “anímicamente” con el resto de la vida consciente que pulula por
doquier.
El cuerpo emocional, como tal, es un vehículo que permite a los componentes
superiores del ser humano, el alma, el espíritu, el Yo Superior, la mónada y
demás, poder experimentar una serie de patrones energéticos que conocemos
como emociones. En nuestro cuerpo, si habéis visto la conferencia
“Humanidad y Salto Evolutivo”, las emociones se procesan por el sistema
límbico, mientras que los pensamientos se procesan por el neocórtex. Así,
básicamente, todo el cuerpo emocional está conectado y sintonizado tanto con
el sistema límbico como con los componentes del cuerpo etérico, que también
traducen y llevan el peso del filtrado de estos procesos emocionales para poder
procesarlos y manifestarlos en el plano sólido.
Haciendo de puente y mediador
La función del cuerpo astral es hacer de puente entre los procesos de planos
superiores, como el plano mental (el cual gestionamos gracias a nuestro cuerpo
mental) y los planos etéricos y físicos, que son el resultado de las experiencias
de estos otros niveles. El cuerpo emocional como tal proporciona una riqueza y
una vivez a las octavas y procesos que vienen en forma puramente geométrica
y estructurada de los planos superiores, del mundo de las ideas, dándole el
tinte que necesita para que esa idea esté viva, y esté revestida de color y del
componente que, al ser humano, le proporciona la sensación de “calidez”, de
emoción, de expresión de la vida. Esto es difícil ponerlo en palabras, ya que no
hay demasiados adjetivos para describirlo, pero el concepto a transmitir es que
lo que llega desde niveles muy altos en frecuencia y contenido para nosotros, y
a veces de forma muy abstracta y confusa, si conseguimos sintonizarlos
y percibirlos con los otros sentidos que poseemos, han de ser revestidos
de unos procesos especiales y capas que, de una barra de acero idéntica para
todos, hagan una nube de algodón maleable individualmente, es decir, que de
algo que viene geométricamente, numéricamente, vibracionalmente con
patrones exactos, precisos y conectados, tengan un componente maleable,
efímero, cambiable, adaptable y transmutable para que pueda ser adecuado a
las miles de formas de manifestar esos patrones y conceptos rígidos, en formas
experimentales diferentes para millones de personas.
Si no fuera así, la vida tendría para todos el mismo color, o un color muy
parecido, pues no habría forma ni manera humana de adaptar los conceptos y
arquetipos de los planos mentales, causales, búdicos, etc., a diferentes tipos de
experiencias terrenales personalizadas para cada uno. Es por ello que cuando
hablamos del cuerpo emocional, no solo estamos hablando de que es el
repositorio de míedos y de angustias, de sueños y de alegrías, de rabias y de
perdones, todo ello formas emocionales que nos dotan del mecanismo
adecuado para darle un toque de viveza a la realidad, sino que, además, es el
cuerpo que envuelve y recubre todo aquello que viene desde otros niveles más
altos de la Creación, y nos permite con sus formas cambiantes y manipulables,
adaptarlas a las experiencias particulares de cada uno.
Sanado el cuerpo emocional
Entonces, ¿es bueno tener un cuerpo emocional lleno de sentimientos y formas
emocionales de todo tipo? Evidentemente no, lo bueno es tener en el cuerpo
emocional formas emocionales sanas, positivas, basadas en el arquetipo y
energías de la luz y del amor, como conceptos universales, no solo como
concepto romántico que es lo que termina siendo para muchos. El cuerpo
astral, como todos los cuerpos, está constituido por 7 niveles de energía, o
mejor dicho, existen 7 tipos de materia “astral” que permiten que el cuerpo
emocional tenga una composición u otra.
Si la materia emocional que lo forma es la más densa y la menos refinada de
todas, el cuerpo emocional del ser humano es un cuerpo pesado, que lastra la
experiencia, que colorea todo con emociones negativas, que está anclado en el
miedo, y eso es lo que filtra de los cuerpos superiores y termina pasando para
su manifestación al etérico y al físico. Por el contrario, un cuerpo emocional o
astral más limpio y refinado, es un cuerpo que se forma de partículas “astrales”
con una vibración más elevada, de las clases más altas de materia del plano en
cuestión, y, como tal, permite que lo que llega de esos otros niveles y cuerpos
superiores esté menos coloreado, o filtrado con energías muy limpias,
superiores en vibración, y con sustrato de luz. Esto provoca que lo que reciben
luego los cuerpos etéricos y físicos sea otro tipo de materia prima con la que
trabajar para manifestar la realidad terrenal del día a día.
Para limpiar todo esto, como siempre, todas las técnicas de sanación
energética que están disponibles en el planeta sirven desde sus diferentes
ángulos y enfoques, sabiendo detectar, diagnosticar y “leer” correctamente los
bloqueos y problemas existentes en el cuerpo astral, y transmutando, sanando
y liberándolo de aquello que no son más que piedras en la mochila. La
experiencia y el color de las gafas con las que cada uno ve la vida depende en
gran medida del estado de este cuerpo astral, además de muchas otras cosas
que ya vimos cuando explicamos cómo funciona el embudo de nuestra
percepción de la realidad, así que no deja de ser otro componente más que
hay que añadir a la lista de partes del ser humano que debemos conocer para
mantener en el estado más óptimo, sano y funcional.
Niveles de esfuerzo
7 marzo, 2017

Nos habíamos quedado en el anterior artículo hablando sobre la energía que,


el hecho de tratar de buscarse a uno mismo, conocerse y comprender las
razones más profundas del porqué de la existencia de cada uno son el motor
para el avance, no solo el personal, sino de la octava y proceso global que rige
la evolución de todos nosotros. Si esto es así, la pregunta entonces es, ¿por
qué es tan difícil que nos dediquemos en cuerpo y alma a esta búsqueda? La
respuesta ya la sabéis o intuís: es necesario que sea un proceso “difícil”, que
solo venciendo las resistencias internas y las programaciones, manipulaciones,
interferencias, etc., pueda llevarse a cabo, para que realmente su fruto, el
resultado del esfuerzo realizado, convierta la energía de la búsqueda en la
energía de la transformación interna, de la expansión de consciencia y del
crecimiento a todos los niveles.
Cambios mediante la voluntad
Esto es debido a que la energía que necesitamos para ejecutar cambios
profundos en nosotros mismos es una energía y potencial que se requiere que
posea una cierta calidad, algo que ya hemos mencionado, pero esa calidad no
se consigue sino aplicando un esfuerzo de voluntad de un cierto grado para
conseguirla.
Para poder aplicar el poder de voluntad al proceso de querer avanzar, es
necesario que algo frene o interfiera, de alguna forma, en tu avance, de manera
que el choque de energías produzca una cierta diferencia de potencial que, si
es positivo a tu favor, (es decir, si en el choque entre lo que tú “empujas”
para conseguir o hacer algo en ti respecto a lo que te frena, sale tu
voluntad ganando), sea aplicado a la energía resultado, y dé como producto el
octanaje adecuado para que el sistema multidimensional que somos lo use para
su transformación. En otras palabras, si no hubiera que hacer ningún esfuerzo
para evolucionar, crecer, avanzar, etc., no se produciría de ninguna forma este
proceso, porque el combustible que hace falta sale de la fuerza que se pone,
junto con la intención, propósito y voluntad de hacerlo, en ello.
Diferentes niveles de exigencia para el camino de Hércules
Existen muchos niveles de crecimiento donde la exigencia para llegar a ellos es
diferente. Así, el ser humano medio, despreocupado de todo aquello que, en
general, no sea más que gestionar su día a día de la mejor forma posible, en el
plano terrenal exclusivamente, necesita ciertos esfuerzos para llegar a
conseguir unos ciertos objetivos “terrenales”.
En otro nivel, el ser humano medianamente entregado en su camino interior,
necesita otro tipo de esfuerzo mucho mayor para llegar a conseguir sus
objetivos “de crecimiento”, de igual forma que no hay que esforzarse lo mismo
para subir un montículo que para escalar una montaña. En niveles más allá,
aquel que basa su vida en su transformación interior como base de su
existencia, necesita hacer esfuerzos y desarrollar una voluntad y constancia
más grande, mucho más, para ver logrado su objetivo. De alguna forma, como
ya podemos deducir, a mayor intento por soltar lastre, reconectarnos con los
otros niveles de nosotros mismos, completar lecciones pendientes, completar y
finalizar “karma” (acciones, experiencias, lecciones que tenemos incompletas
en el resto de nuestras existencias), más arduo se plantea el camino de
Hércules para cada uno de nosotros.
Esto, en general, creo que va en contra de muchas enseñanzas donde a priori,
todo lo “espiritual y evolutivo” parece que se percibe como algo “fácil”, y que
tendría que estar al alcance de todo el mundo. Mi percepción y experiencia en
mi propia realidad es que es todo lo contrario, lo fácil es gestionar el plano
terrenal y sus causas y efectos, ya que es el nivel en el que existimos por
defecto y el que nos viene dado de serie. El resto de la estructura de la
realidad, el resto del conocimiento sobre cómo funciona la vida, el universo, los
otros niveles del ser humano, son los que hay que trabajar para adquirir de
forma constante y superando obstáculos que nacen de nosotros mismos, pues
si queremos transformarnos, encontrarnos y conocernos, lo que nos impide
hacerlo no está en ningún sitio más que en nuestro interior.
La energía de buscarse a uno mismo, 2 marzo, 2017
Ya sabemos todos que cuando
estamos en desacuerdo con alguna
cosa y queremos tener la razón al
respecto, es porque tenemos claro
que los demás están equivocados, y
nosotros somos los que vemos con
claridad radiante el verdadero estado de las cosas. También se oye de forma
habitual que lo que hacemos normalmente es hablar de terceros, y de lo que
hacen y dejan de hacer, con el consiguiente desgaste y pérdida energética, y
reforzando una vez más, sin darnos cuenta, el poner la atención donde no debe
ser puesta.
¿Cómo es esto de echar balones fuera y ver siempre la paja en el ojo ajeno?
De nuevo, es otra de las funciones automáticas imbuidas en el ser humano
para evitar que, realmente, pueda descubrir sus propios bloqueos, carencias y
puntos débiles, y trabajar en ellos cuando funcionamos en modo autómata y
nos dejamos llevar por los programas de gestión de la personalidad que
poseemos.
La energía de la búsqueda de sí mismo
algunos posiblemente sabréis que una parte de la evolución de la raza humana
se sustenta en una octava (proceso energético) cuyo combustible es la energía
de la “búsqueda de uno mismo”, esto quiere decir que parte del camino qué,
como especie estamos andando, y por el escenario evolutivo por el que
transitamos, la octava que marca el curso del sendero que hemos de recorrer
tiene como gasolina la energía del “buscar realmente quienes somos”. Cuando
las personas se buscan a ellas mismas, para conocer su origen, su naturaleza,
su “porqué de estar aquí”, generan una energía internamente con una vibración
y calidad determinada que proporciona una cierta cantidad de combustible para
su propio avance, y el avance de todos.
Si todos estuviéramos involucrados la mayor parte de nuestro tiempo en esos
procesos de búsqueda y conocimiento interior, el combustible generado para la
octava sería mucho mayor y potente, y los acontecimientos que se van
manifestando, cuando las diferentes notas de la octava van siendo alcanzadas
tendrían, posiblemente, otras velocidades y ritmos y serían más difíciles de
parar o manipular. Digo posiblemente, pues hay en juego octavas sobre
octavas, procesos sobre procesos, y energías que dependen de otras energías
de la estructura multidimensional de la realidad, para que todo esto funcione de
forma armónica para ese crecimiento en consciencia de todos nosotros, y del
conjunto de la vida en el planeta.
Mirar hacia fuera, para ocultar lo de dentro
Así pues, para evitar que las personas en general se miren hacia si mismas
para encontrar a los responsables de las situaciones que no nos gustan en la
realidad que co-creamos entre todos, el mecanismo creado e imbuido en el
sistema mental del ser humano durante la modificación o alteración genética del
vehículo que usamos, se encarga de poner el punto de atención y el foco del
“porqué pasa esto” siempre en el exterior de uno mismo, ya no a escala
planetaria, que también, sino simplemente en la realidad cercana del día a día
de cada uno de nosotros.
Si alguien ha leído algo sobre la técnica hawaiana conocida como el
Ho’oponopono, sabréis que, justamente, se basa en que cualquier cosa que
pasa ahí fuera, por muy remota que parezca, tiene una base en mí, que debo
sanar en mí y hacerme cargo de ella para que pueda ser solucionada
externamente. Es algo que cuesta entender que yo tenga algo que ver con
cosas que, a priori, me parecen desconectadas de mís procesos, pero no es
así, no hay nada desconectado de nada, y no hay nada que no sea responsable
y causa, en su justa medida, de todo lo demás, pero, habiendo instalado en
nosotros estos programas de “mirar hacia fuera siempre” para encontrar el
porqué de las cosas, no podemos darnos cuenta de ello, de nuevo, en la
manera general que una mayoría de la población humana tiene aun de
gestionar su realidad.
Siempre se intenta esconder que el verdadero potencial y todo lo que
necesitamos para nuestra existencia está en el interior de uno mismo, pero lo
interesante es que no pasa nada si a lo largo de toda una vida no lo hacemos,
es decir, que por mucho que esta sea una frase repetida hasta la saciedad, no
pasa nada en términos de poder tener la experiencia terrenal con sus altos y
bajos si no nos damos cuenta que es una verdad factual, y que precisamente lo
que se intenta hacer es que no la descubramos. Al no tener repercusiones
“directas” y manifestadas inmediatamente, podemos pasarnos toda la vida sin
comprender que esa vida la podríamos haber gestionado de otra forma de
haber mirado “hacia adentro”, todo lo que intentábamos comprender “ahí fuera”.
Un motor inconsciente para nuestra existencia
Por otro lado, ¿qué ocurre cuando lo descubres? Sucede que cae uno de esos
velos que nos impiden comprender un poco mejor este escenario y todo lo que
se mueve entre bambalinas, y pasa que entonces ya no puedes achacar a algo
externo nada de lo que uno vive, pues lo externo que aparece en nosotros,
como ya hemos comentado alguna vez, siempre es detonado por procesos
en nuestro interior, y solo se deja a agentes y fuerzas “ajenas” que nos lo
traigan a nuestra realidad. Cuando lidiamos con los agentes, fuerzas, entes,
situaciones, personas, eventos y problemas, solo lidiamos con aquello que trae
el “mensaje en su manifestación terrenal”, y no solemos ir más allá para ver
quien fue el “mensajero y fuente original del mismo” (que siempre somos
nosotros, desde uno o varios niveles de nuestra estructura, pero raramente
desde la parte de la mente consciente).
La energía de buscarse a sí mismo es una energía muy potente que permite,
como un motor incombustible, que lleguemos a saber lo que somos. En algunos
casos, para alguna encarnación en concreto, se deja alguna semilla que
mantenga de forma activa esa inquietud. Muchas personas sienten la
necesidad imperiosa en algunos momentos de sus vidas de encontrar y
conocer lo que son, y el porqué de sus vidas, ya que hemos sido creados con
esa necesidad para que fuera un motor inconsciente a la hora de poner en
marcha nuestro propósito y misión. Todo el mundo necesita una fuerza que,
desde su inconsciente, guie lo que hace. En mi caso, por ejemplo, es una
necesidad extrema de volver a ser lo que soy originariamente, cuando no soy
este que ahora escribe, desprendiéndome de los envoltorios que me limitan, y
lo que me ha movido hacia la sanación y la metafísica, aprendiendo para
comprender como funciona el ser humano y su realidad hasta los límites más
insospechados y remotos a los que pueda llegar en mi vida.
Conocer el motor que guía vuestros procesos evolutivos desde la parte más
recóndita del inconsciente humano os permite conocer porqué hacéis las cosas
que hacéis y las inquietudes “espirituales” y evolutivas que tenéis, ya que todo
está literalmente codificado en los diferentes niveles de vuestra psique, imbuido
ahí por vuestra alma y vuestro Yo Superior, a la espera de ser destapado,
comprendido y puesto en servicio hacia vosotros, y hacia los demás, de forma
consciente y natural.
Lo que mis ojos no ven
27 febrero, 2017
Continuando con la introducción respecto a los otros sentidos que
poseemos pero que no están activos, hemos de añadir y recalcar que,
simplemente, en la mayoría de los casos, es por falta de energía, de la calidad
y octanaje adecuado, que su puesta en marcha se hace tan difícil, amén de
otros bloqueos y restricciones impuestas bien por uno mismo (miedos a ver, a
percibir, a sentir, a lo desconocido, etc.), bien externamente (programas,
patrones inducidos, fantasías respecto a lo que son provenientes de la
educación y la sociedad, etc.)
La parte de bloqueos y restricciones se puede eliminar con trabajo interior, a
través de las diferentes técnicas de sanación energética que tenemos
disponibles, la parte de tener energía suficiente para poder activarlos es ya un
trabajo más complejo de aprender de forma detallada el funcionamiento de todo
el conjunto del sistema energético, y de cómo usarlo correctamente.
Combinando ambas funciones, y con constancia y paciencia, todo el mundo
puede ver resultados a la hora de poner a funcionar las seis marchas del coche
en vez de seguir siempre conduciendo en primera.
La percepción de lo que no se ve
De una de esas marchas hablaremos hoy, que no es otra que aquella que nos
permite percibir (que es diferente a “ver”) lo que los ojos no captan. Se puede
percibir con la piel, se puede percibir con la mente, se pueden percibir con las
manos, ya que el “percibir”, es un concepto muy amplio que significa que
podemos captar una serie de frecuencias, que no forman parte del rango visible
del espectro lumínico, y dirigiéndolas hacia la pantalla mental (que es una
herramienta interna presente en todos nosotros, y controlada por la glándula
pituitaria), uno puede tener imagen mental de decenas de cosas del entorno
que no son percibidas por la vista ordinaria.
Y es que, de este sentido, la visión “extra-ocular”, derivan cosas tales como
la visión remota o la clarividencia, a partir de la cual uno puede entender lo
que se mueve alrededor suyo, sin que por ello deje de ver el mismo mundo de
mesas, coches y arboles físicos que ven el resto de seres humanos. En este
aspecto, el principal problema es el miedo que subyace, especialmente en
capas profundas del subconsciente, y en el cuerpo mental normalmente, a
captar y ver algo que sabemos que existe pero que entra en conflicto con lo que
nos han dicho que existe, o mejor dicho, que todos hemos podido ver algo
alguna vez, sea de pequeños, sea en sueños, sea en otras encarnaciones
donde esta facultad estuvo activa, que ahora mismo genera tal contradicción
con la programación natural e implantada por los sistema de control y gestión
de la humanidad que hay, literalmente hablando, un conflicto de intereses entre
lo que sabemos que está “más allá de nuestros sentidos” (lo saben otras partes
de nosotros que no permiten o tienen acceso a la mente lógica y racional) y lo
que esa misma programación y sistema de creencias racional admite.
Así pues, en un amplio número de situaciones sociales, puedes percibir que
hay cierto tipo de entidades no físicas alrededor de la gente, puedes percibir
desencarnados, puedes percibir que estás sintiendo un cierto tipo de energías,
pero quizás no puedes admitirlo delante de los demás. Para muchas personas,
el entrar a un sitio y largarse inmediatamente porque está lleno de “cosas” que
no te gustan, pero que no puedes explicar, porque no es aceptado como algo
“natural”, causa tantos conflictos en el inconsciente humano, colectivo e
individual, que llega a extrañar que no se nos crucen los cables y nos
cortocircuitemos más a menudo.
Una activación paulatina
Para poder activar ciertos sentidos extrasensoriales, hay que superar el miedo
a lo que hay más allá de lo que actualmente vemos. No tenemos la culpa en
cierto sentido ninguno de nosotros de poseer esos miedos, ya que han formado
parte siempre de los procesos de indoctrinación que están en marcha para
mantener siempre a la población confinada en unos parámetros adecuados
para su gestión, lo que sucede es que es necesario hablar abiertamente de ello,
porque millones de personas, por los cambios energéticos del planeta, van a
abrirse, lo quieran o no, a otra realidad, a la percepción de otras realidades, por
las razones que explicamos en el artículo sobre los picos en la resonancia de
Schumann, y, si esta apertura se hace sin preparación intelectual previa, el
resultado será muy contraproducente incluso para la propia salud mental de la
persona.
Con esto quiero decir que el hecho que ahora nos esté dando en el blog por
escribir de temas que en el mundo occidental muchos millones de personas
consideran fantasía, es por la necesidad de que imbuyamos en nosotros la idea
de que quizás, solo quizás, a medida que el entorno en el que nos movemos
cambia, nuestro sistema energético cambia, y si este cambia, cambiará la forma
en la que vemos la realidad. No hace mucho, en una incursión para lidiar con
un problema, un ente me emitió, literalmente el mensaje: “otro humano que
puede vernos y oírnos”, y si esta frase, generada con una energía de desprecio
brutal, que se produjo haciendo una sanación a una persona, no vino como si
fuera la primera vez que le pasaba, significa que estamos ante una situación
donde el ser humano ha de ser consciente de que, en cualquier momento,
puede empezar a percibir muchas cosas que pueden causar quizás algo de
aprensión al principio, pero que no puede ser parado ni frenado, ya que, en una
parte sí que depende de nosotros y de lo que nos trabajemos, pero, por otro
lado, simplemente es consecuencia de los cambios planetarios que estamos
viviendo y de los que no podemos escapar.
Una realidad más expandida
¿Qué es lo que empezaremos a percibir entonces? Nada que no veamos ya
desde otras partes de nosotros mismos, pero que nunca llegan a la mente
consciente en la mayoría de los casos. Veremos un poco más de la realidad
como la realidad es, en diferentes niveles de su estructura multifrecuencial, y
veremos o percibiremos, pues este último verbo realmente es más exacto, parte
de la vida consciente que existe fuera de los tres niveles que estrictamente
componen la materia visible en el plano físico (sólido, líquido y gas), pues
también existen otros cuatro niveles de vibración, en este mismo plano que
nuestros ojos ya no suelen captar, y que se suelen llamar los niveles etéricos,
superetéricos, sub-atómicos y atómicos, como una forma de delínear el estado
vibracional de la materia en esas frecuencias.
El principal reto para nuestra sociedad, es pasar de los sistema de creencias de
“si no lo veo no lo creo” a “estoy empezando a ver cosas en las que no creía”, y
dejar de auto bloquearnos por ello. Necesitamos, como raza, formarnos en todo
lo que existe más allá del mero plano físico en el que nos han confinado para
poder tomar con naturalidad lo que existe fuera del mismo, y necesitamos dejar
de ridiculizar y tomar como algo fuera de lo normal que este tipo de cosas
puedan ser percibidas.
Dud
as activadas y autogeneradas
El mensaje, en todo caso, es que lo que mis ojos no ven, pero que mi visión
mental sí que empieza a percibir, es tan real como lo otro. ¿Por qué dudamos?
Dudamos porque tenemos muchas interferencias que, sea a propósito (dirigidas
específicamente contra alguno de nosotros) o simplemente porque forman parte
de los campos electromagnéticos entre los que vivimos, activan bloqueos en la
psique, en las esferas mentales, que ponen en marcha programas de
protección de los arquetipos y del sistema de creencias que tenemos. Esto es
difícil de explicar si uno no ha estudiado e investigado a fondo el
funcionamiento de las esferas mentales, pero hay programas y filtros que
literalmente protegen, bloquean e impiden que algo que va muy en contra del
sistema de creencias que cada uno tiene pueda desmontarlo, así que, para que
alguien pueda cambiar su visión de la realidad, y acepte lo que quizás antes no
aceptaba, ha de recibir lo que solemos llamar “choques de consciencia”, que
permitan, tal y como explicaba en el artículo sobre el embudo de la
percepción humana, eliminar alguno de los filtros que tamizan el contenido de
lo que recogemos del exterior, para adecuarlo a lo que cada uno lleva a
cuestas.
Hay momentos qué, por cambios brutales o radicales, y rápidos, en la
estructura energética que nos compone, que estos programas de protección
saltan por los aires, y entonces la persona tiene o bien un “despertar” brutal, al
cambiar rápidamente la forma en la que ve el mundo, actualizando rápidamente
su sistema de creencias a una nueva versión más expandida y amplia, o se
tienen crisis existenciales muy profundas, si uno no deja ir, y se mantiene
agarrado a las estructuras antiguas que nos daban un sentido a la
realidad cuando todo se pone patas arriba.
De ahí la importancia del conocimiento intelectual, aunque sea puramente
informativo sobre todos estos temas, pues todo lo que ya está presente en
nuestra mente, aunque no esté plenamente aceptado o integrado, disminuye la
posibilidad de un shock a la hora de darte cuenta que la realidad y lo que vive y
existe en ella es mucho más amplio, en ambas polaridades y en todo tipo de
niveles de vibración, de lo que uno ve, y así se prepara el terreno para una
actualización paulatina y suave hacia el uso normalizado del resto de sentidos
extrasensoriales que, como hemos, dicho, todos tenemos por defecto, y están
activándose en algunas personas, poco a poco, ya de forma natural.
Los otros sentidos
23 febrero, 2017

La historia de la humanidad está repleta de ejemplos de personas que


desarrollaron todo su potencial hasta niveles insospechados, y nadie pudo
explicar como lo habían hecho, de tal forma que se empezaron a crear mitos y
leyendas de “súper personas” con “poderes”, y con niveles de capacidades que
se consideran sobrehumanas en estos momentos. Todos esos mitos, como ya
sabemos, tienen como objetivo desprestigiar y descolocar a la psique humana
respecto al potencial interior y latente en cada persona, con lo que se instalan
filtros y programación que consigue hacer pasar por fantasía aquello que es
realmente una realidad latente y potencial en la configuración que tiene nuestra
estructura multidimensional.
Pero hoy no vamos a hablar de superhéroes sino de funciones latentes en el
ser humano, qué, en algún momento de la evolución de nuestra especie, serán
moneda de uso corriente para todos, pero, para no crear fantasías y
especulación al respecto, las trataremos como lo que son: sentidos presentes
en nosotros con la misma naturaleza que los cinco que ya poseemos, pero que
están apagados, o desconectados. Tarde o temprano, el ser humano se verá
abocado a una serie de ajustes energéticos que le proporcionarán, lo quiera o
no, la activación de diferentes capacidades que, por no tenerlas activas hoy en
día, impiden que podamos ver el gran esquema de la realidad y de cómo
funcionan las cosas entre bambalinas. Es algo que no se puede evitar, pues
está así codificado en el ADN un rango específico para cada uno de nosotros
que marca hasta donde los sentidos físicos pueden captar del espectro
electromagnético, y hasta donde las habilidades que uno trae inherentes en sus
genes están activas.
Entonces, ¿de dónde vienen estas habilidades que se consideran fuera de lo
común y porqué las tenemos? Básicamente porque tenemos ADN de muchas
especies de muchas partes de la galaxia, y, en sus lugares de origen, ese ADN
está plenamente funcionando, ya que se considera que la parte más densa de
cada uno de los lugares evolutivos de donde proceden aquellos que nos
crearon, tiene una estructura tanto física como energética, y gran parte de sus
habitantes tienen sentidos para poder moverse cómodamente por ambas. Es
decir, que cuando se nos dice que tenemos habilidades extrasensoriales
latentes, y lo tomamos como un “wow, que pasada”, en realidad tendríamos
poco menos que enfadarnos porque se nos hayan quitado cinco de las seis
marchas que nuestro coche posee, pero que, de donde vienen los fabricantes
del coche, son de uso común, y por lo tanto, aquellos que diseñaron el vehículo
y dieron parte de si para ello, imbuyeron con total naturalidad en nosotros
porque en ellos así está presente.
Esto significa que todos los seres conscientes tienen la particularidad y la
habilidad de percibir la estructura multidimensional en la que existen, que no es
algo vetado ni escondido, y que no es algo que se intente disfrazar o bloquear,
por lo que no es en ningún otro sitio más que, prácticamente, en este planeta,
donde este tipo de configuración “activa a medias” está presente. El hecho de
que esto sea así, es decir, que todo ser consciente tenga sentidos tanto físicos
como extra físicos de forma natural, es porque la vida ocurre a muchos niveles,
y no tiene sentido que la consciencia de un ser, esté en la parte de la galaxia o
de la Creación en la que esté, no tenga acceso a todos los niveles de su propia
existencia, y no pueda percibir esta con sentidos que captan los planos más
densos, o con sentidos que captan los planos más sutiles en la que posee
también una parte de si mismo.
La razón por la que hoy nos metemos en este tema que es tan fácil de dirigir
hacia la pura fantasía y la charlatanería, es porque se hace necesario romper
algunos esquemas en nuestro inconsciente colectivo de que lo único que es
válido es lo que se percibe con los cinco sentidos, y tenemos que tener en
cuenta, que, aunque no los podamos o sepamos activar ahora mismo, tenemos
mucho más imbuido en nosotros.
¿Cómo vamos a ir despertando las herramientas que nos permiten entender
todo el universo en el que existimos? Con los procesos automáticos de alquimia
interior que se suceden cuando nutrimos y usamos correctamente nuestra
energía, tal y como dijimos en el anterior artículo sobre otras partes de
nosotros que trabajan por nosotros y tal y como explicamos en la
conferencia “humanidad y salto evolutivo” que tenéis disponible aquí, para
que aprendamos la importancia de usar correctamente nuestra energía a la
hora de despertar el resto de funciones de nuestro coche que vienen de serie,
pero que ni siquiera sabemos que tenemos pendientes de ser descubiertas y
puestas en marcha.
Todos aquellos que estéis empezando a ver que os pasan cosas raras a nivel
de percepción, que uno empieza a sentir, percibir, captar, etc. cosas que antes
no podía, ha pasado por la fase de ver detonarse los miedos que tenemos
todos a hablar de ello con el resto del mundo, ya que nos asaltan cosas del tipo
¿Qué van a pensar de mí?, o mejor dicho, ¿me estaré volviendo loco, me
estaré inventado cosas, será mi imaginación? Es posible que en algunos casos
así sea, y hemos de tener herramientas para evitar y detectar la manipulación
y el envenenamiento mental, pero, en muchos otros casos, están cambiando
tanto los campos energéticos del planeta, y está cambiando sutilmente tanto
nuestra configuración energética, que poco a poco muchas personas empiezan
a tener atisbos de lo que siempre se ha considerado pura parafernalia
paranormal. Al no tener referencias claras, ciertas, seguras, lógicas y con los
pies en la tierra, de que este tipo de sucesos forman parte de la activación
esporádica de habilidades que tenemos todos incorporadas, nos
autosaboteamos mucho más de lo necesario, al no ser capaces de entender
porqué sabemos lo que sabemos, percibimos lo que percibimos, o captamos
cosas que antes no captábamos y que están fuera del rango de los sentidos
terrenales.
Nada de qué preocuparse, cuando algo que no ha sido usado nunca empieza a
despertarse, puede causar dudas, incerteza y todo tipo de pensamientos sobre
nuestra propia cordura detonados por los programas imbuidos normalmente en
el sistema de creencias que poseemos, y nos cuesta confiar en nosotros
mismos y en eso que llega por canales no habituales de percepción
extrasensorial. Es algo normal, y lo empezará a ser cada vez más. Apliquemos
sentido común y observemos lo que nos llega con tranquilidad, para ir afinando
y refinando, filtrando lo que no sirve, y empezando a usar el resto de
herramientas que todos tenemos en nosotros listas para dotarnos de nuevos
utensilios con los cuales conocer y comprender mejor nuestra realidad.
¿Quién detona los cambios en mi?
15 febrero, 2017

Siguiendo con la línea de trabajo de los últimos artículos, donde hemos


intentado moldear e imbuir en la psique el conocimiento sobre cómo funciona la
manifestación de la realidad en la que existimos, aunque sea solo para que
otros niveles de nosotros mismos puedan digerir esas nociones, y usarlas en
procesos de crecimiento interior a la sombra de lo que la personalidad haya
podido captar, sigamos dando pasos para romper estructuras y creencias
limitadoras impuestas desde hace siglos que interfieren a la hora de conseguir
que moldeemos el mundo según nuestros propios designios, criterios y
aprendizajes pendientes.
Existe una línea temporal, la denominada #42, de la que ya hemos hablado,
que está aún afianzándose. Esto significa que hay alteraciones en la misma que
vienen producidas por las sacudidas de los campos energéticos conscientes
que forman el conjunto de la vida humana. Esta línea temporal es la que tiene
que permitir muchos cambios positivos futuros en cada uno, pero, para ello, es
necesario mucho trabajo interior que detone la limpieza y transmutación de lo
que no resuena con ella, y permita las experiencias futuras que los cristalicen.
¿Quién me detona esos cambios?
La función de una de las partes de nuestra estructura multidimensional es
precisamente la de detonar todos esos cambios en el momento adecuado.
¿Por qué? Porque normalmente la personalidad que tenemos no es consciente
de aquello que necesita ser trabajado y obtenido experimentalmente, y, por
ende, no podemos auto-detonarnos experiencias que nos lleven a ciertos
aprendizajes y lecciones si no fuera por algo que, desde fuera de esa
personalidad, lleve a cabo el proceso. Gestionar cómo una situación se va a
producir en el plano físico para que la persona obtenga un aprendizaje o
crecimiento es un trabajo minucioso que se coordina con la precisión de un reloj
cuántico, en el que cada cosa tiene su lugar, su espacio y su tiempo.
Para que te encuentres con las personas que te tienes que encontrar, o que
vivas las situaciones que tienes que vivir, es necesario que muchas cosas en
muchos niveles se sincronicen perfectamente, ya que, al trabajar con las
realidades individuales de cada persona, para que dos de esas realidades se
crucen e interactúen, ambas deben ir alíneadas en vibración, frecuencia,
propósito e intención, a la hora de que sean compatibles para resonar una con
otra. Las leyes de causa y efecto tienen mucho que ver en esto, pues al generar
todo tipo de acciones y poner en marcha todo tipo de movimientos energéticos
en nuestro día a día, generamos el llamado “efecto mariposa”, donde todo
afecta a todo, y todo termina causando impacto en todo, con mayor o menor
fuerza, con más o menos sutileza, pero impacto al fin y al cabo.
A veces no se puede intervenir para crear una sincronicidad hasta que ciertas
fuerzas energéticas (octavas) puestas en marcha no se han calmado, a veces
no hay forma de conseguir que dos realidades individuales se crucen entre sí
por mucho que sea necesario o se desee, hasta que procesos internos de esas
realidades no se completen adecuadamente, a veces, por el contrario, hay que
redirigir procesos lanzados por la personalidad y sus programas para evitar que
se alejen por completo de sus propósitos iniciales, que están gestionados por
nosotros mismos, pero desde esa parte que llamamos el ser o el Yo Superior, y
que, de alguna forma, están acordados por el conjunto de todos nosotros para
cada encarnación.
Menos tiempo para más experiencias
Ahora todo va mucho más deprisa, en el lapso de tiempo en el que
anteriormente cabían más experiencias, ahora “da tiempo” a hacer mucho
menos. La percepción psicológica que tenemos del tiempo, como ya hemos
dicho, ha cambiado porque se aceleran los cambios energéticos del entorno, a
nivel de las resonancias del planeta, a nivel de los ajustes de la línea temporal,
a nivel de los efectos de las energías que llegan desde fuera, etc., por lo que,
muchos procesos que antes podían darse en un largo periodo, ahora se
manifiestan cristalizados y creados en uno muy corto. En breve veremos que
otro año se ha ido, y nos preguntaremos que hicimos durante el mismo, por
mucho que el reloj siga dando el tiempo en 24h, esas horas en estos momentos
tienen otra velocidad subyacente que no es aparente para muchos, pero sí que
se siente y se percibe.
Para algunos, pisar el acelerador
Esto significa que en nosotros, nuestra parte más “elevada”, vamos a decirlo
así, también pisa el acelerador, si es necesario, para detonar ciertos
aprendizajes y reajustar las ecuaciones que rigen los puntos de destino, los
eventos y los aprendizajes pendientes y necesarios para todos aquellos que
formamos parte del entramado de vida en este planeta. Otras partes de la
población que, de alguna forma, pudieran parecer humanos pero no lo son, ya
no entran en los parámetros de este crecimiento y preparación para los nuevos
tiempos, por lo que diferentes tipos de “realidades alternativas”, dentro de la
realidad común, empiezan a darse que van separando a unos de otros. Desde
esa posición (la del Yo Superior), trabajamos ya directamente para aquellos que
van camino de un nuevo nivel de estudios, tardemos lo que tardemos en
completar la transición del actual al nuevo.
Acompañar conscientemente los procesos
Por lo tanto, cuando decíamos en un artículo anterior que todo se nos pone
patas arriba y que es debido a que estructuras internas están cambiando,
y cuando decíamos que otras partes de nosotros trabajan por nosotros
para ello, a pesar de la incapacidad de la mente racional y consciente para
gestionar y comprender todo esto, es porque somos mucho más que la
personalidad que tenemos, y que existen otras partes de toda esa estructura
que son capaces de ver hacia adelante y desde otros ángulos, los procesos
necesarios para el avance del conjunto. El entender que todo tiene un sentido y
una necesidad de ser, simplificaría las cosas para el conjunto de esta estructura
multifacética, pero se comprende que en el día a día, al funcionar normalmente
en modo “beta” y estar centrados en una realidad material que se gestiona solo
desde una pequeñísima parte del conjunto de lo que somos, es prácticamente
imposible darse cuenta de estos cambios que se están produciendo
interiormente, guiados y detonados por nosotros mismos, más profundamente.
No debe asustarnos que todo esto esté sucediendo, no debe asustarnos que se
desmonten cosas, no debe asustarnos que cambien las realidades micro y
macro (a nivel individual, local, regional o planetario). En todo caso, quizás se
nos pide que confiemos en que, lo que aparentan ser tormentas en el mar,
pueden ser simplemente nubes que, con su agua, vienen a liberarnos del barro
acumulado, pues el puerto de destino admite solo que atraquen pasajeros
“medianamente relucientes”.
De todas formas, muchos de estos acelerones y transformaciones que ahora
van rápido, aminorarán su ímpetu a medida que los cambios “macro” para el
planeta se asienten, según cuando las estructuras del inconsciente-consciente
colectivo humano se
estabilicen, y según cuando cada uno termine por completar lo que le queda
pendiente, en mayor o menor grado, guiado y acorde a la hoja de ruta que cada
uno escogió antes de iniciar esta encarnación.
La vida a través del embudo de tu percepción
13 febrero, 2017
Hemos hablado anteriormente de las pautas que uno debe seguir para
mantenerse en control de su realidad, y habíamos explicado en la conferencia
“Humanidad y Salto Evolutivo” cómo cada uno, y porqué, vive en su propia
versión del “universo”.
Ahora veamos cómo funciona el proceso de adaptación de ese “universo” por la
esfera de consciencia, a la hora de dirimir y canalizar hacia el plano material, la
porción de la realidad general y cuántica que es común para todos, y que es
captada por la consciencia, para luego adaptarla como la realidad individual de
cada uno. A modo de símil, es como coger como materia prima un enorme
bloque de plastilina, que está disponible universalmente y en todas partes, y
moldearla por ciertos procesos para que cada uno haga su propia versión de la
vida según sus gustos, prioridades y formas de entenderla.
Primer paso, captación por la esfera de consciencia
La esfera de consciencia del ser humano, ubicada en el plano mental (aquí
podéis ver en la conferencia sobre la psique del ser humano una
explicación detallada), está formada o posee lo que podríamos llamar, para
entendernos, receptores cuánticos, formados en líneas de energía capaces de
sintonizar y adaptar el universo de luz, vibraciones, frecuencias y energías en el
que existimos a una realidad tangible a los sentidos que poseemos. De no ser
así, no tendríamos forma de ejecutar la materialización y adaptación de los
diferentes niveles de vibración que componen la estructura de la realidad. Este
mecanismo es universal, ya que es la vida consciente de cada nivel o jerarquía
de existencia la que es responsable de la materialización del entorno que
permite, precisamente, la experiencia en ese nivel. Dicho de otra forma, los
“habitantes” de un cierto plano, dimensión, o nivel evolutivo, sean conscientes
de ello o no, son los que proyectan la realidad, estructura y “escenario” para su
propia existencia en ese plano.
Cuando la esfera de consciencia, desde cuyo núcleo central se accede, o
donde reside, mejor dicho, la consciencia de nuestro Yo Superior, se revierte
hacia el exterior al inicio de cada nueva encarnación, permite la focalización en
el universo tangible y material que para nosotros es el espacio 3D que
conocemos, y, aunque solemos perder la conexión innata con nuestro ser
porque revertimos el 100% de la misma sin dejar ningún punto mirando “hacia
adentro”, no se corta, aunque se solape, la influencia que nuestro Yo Superior
pueda tener en el vehículo que ocupa, ya que sigue teniendo la oportunidad de
trabajar, desde “dentro”, para despertar en la propia personalidad, que entonces
se forma tras esa reversión inicial de la esfera de consciencia, la posibilidad de
desarrollo de la misma, siendo guiada por el contacto interior con esos otros
niveles de nosotros mismos más elevados que todos poseemos.
Un embudo que filtra todo
Para que la esfera de consciencia pueda entonces adaptar el universo “global y
cuántico”, y proporcionar una realidad individual a cada persona, basada en los
modelos cognitivos que cada uno posee, funciona como si de un embudo se
tratase, donde, su parte ancha, la boca de entrada, actúa como conexión con
esa realidad cuántica y multidimensional de todo lo que existe, y su salida, la
parte estrecha, deja salir lo que consigue pasar por los múltiples filtros que
subyacen en el proceso de adaptación, que va desde la esfera de consciencia
hasta la proyección final de la realidad.
En el camino, la energía primaria captada pasa por ser adaptada por la
superficie de la esfera de consciencia, donde se forma lo que entendemos por
la conciencia “artificial”, por diferenciarla de la “consciencia de nuestro ser” que
está en el centro de la misma esfera. De la superficie de la esfera de
consciencia pasa a los filtros de los diferentes Yos y subpersonalidades que en
ese momento están activos y presentes, al mando de la realidad y controlados
por el programa ego, y también pasa por los filtros y tamizadores de los
programas y patrones existentes en las diferentes esferas mentales, en sus seis
niveles de actuación, y luego también por los tintes que añaden las formas
mentales y emocionales que cada uno lleva a cuestas en el conjunto de los
cuerpos sutiles del sistema energético, que terminan de colorear esa materia
prima en su paso por el embudo.
Cuando la energía final, que es la que va a ser usada para crear la realidad
personal, completa el proceso de filtrado, se usa como material de
construcción de la misma por la glándula pineal, que entonces proyecta la
realidad holocuántica, el holograma, hacia el exterior, moldeando el entorno
tridimensional en el que nos movemos para crear, acorde al contenido de lo
captado y modificado por todos esos filtros, lo que cada uno percibe como su
“mundo”, su “vida” y que, como no puede ser de otra forma, es lo que creemos
que es real y tangible, y el mundo en el que nos movemos.
Filtros comunes= realidades comunes
Como ya hemos repetido varias veces en las conferencias anteriores, al haber
filtros comunes a lo largo de todo ese embudo para muchos millones de
personas, tales como los macro sistema de creencias religiosos, científicos,
sociales o culturales, muchos de esos millones de personas crean realidades
individuales bastante parecidas, que manifiestan realidades comunes también
bastante semejantes, que entonces se convierten en el escenario
consensuado para entendernos unos con otros y forman también las
realidades locales de diferentes partes del planeta similares y semejantes entre
si.
Por otro lado, y conociendo este mecanismo hasta el más mínimo detalle, para
poder ser manipulados en masa a gran escala, aquellos que gestionan el
sistema de vida en el planeta deben introducir en el proceso de filtrado, que va
desde la captación por la esfera de consciencia hasta la proyección del
resultado final por la glándula pineal, sus propios filtros y tamizadores, para que
las personas decodifiquen y luego emitan automáticamente, y sin saberlo,
aquello que es deseado por las razas y élites en poder. Esto se hace
principalmente modificando los arquetipos y contenido del inconsciente
colectivo, también en el plano mental, así como los programas individuales en
las esferas mentales, y las formas emocionales y mentales de los cuerpos
sutiles de nuestra estructura multidimensional, a través, como ya sabéis, de los
medios de comunicación y de la educación, además de los sistema de
creencias insertados y diseminados por todo el planeta, desde los ateos y
agnósticos, hasta los extremistas más radicales de cualquier religión o dogma.
Desprogramación y limpieza del embudo
¿Cómo limpiar entonces este proceso de filtrado para que la realidad
manifestada sea lo más fiel a la realidad original captada cuánticamente por
nuestra esfera de consciencia? Con un arduo y constante trabajo de
desprogramación mental y emocional, transmutando y soltando miedos,
creencias limitadoras, patrones, etc. Así, a mayor limpieza de ese embudo, más
se ensancha la parte estrecha, y se va convirtiendo en un tubo, más que en un
embudo, dotando a los mecanismos y procesos de proyección de la realidad
que todos traemos imbuidos de serie en el cuerpo humano, de materia de más
calidad, y más acorde a la realidad “real” desde la que se percibe la existencia
desde puntos de vista mucho más amplios, elevados, menos coloreados y más
acorde a la visión que nuestro propio ser o Yo Superior tiene de la existencia y
de sus procesos evolutivos.
Picos en la resonancia Schumman y cambios de consciencia
8 febrero, 2017
En las últimas semanas hemos tratado de hacer llegar la idea de que la realidad
interior es la clave para todo proceso de cambio exterior, y el reflejo de lo que
cada uno contiene en si mismo, algo que han dicho miles de personas a lo largo
de toda la historia, y que aquí solo repetimos una vez más porque es necesario
traer a la luz de la mente consciente el convencimiento de que es así, para que
el ser humano pueda reducir el poder de los automatismos que nos manejan, y
ser más conscientes que nuestra realidad está en nuestras manos (en el
conjunto de nuestro sistema energético y psíquico), y qué, en consecuencia, el
destino común está en las manos de los destinos individuales, creando la
realidad consensuada global de una u otra forma, según más personas se
hagan cargo de las suyas propias, o según más personas dejen que las
dinámicas y fuerzas que siguen ejerciendo el control y poder sobre uno lo
hagan.
A este tipo de observaciones, hay que añadir que no existe juicio asociado a
que una de las dos opciones sea “mala” o “buena”, es algo que ya hemos dicho
hace tiempo que, desde el ser que somos, todo es experiencia, y que no hay
etiquetas respecto a lo que es “positivo” o “negativo”, mientras sea “experiencia”
de la que se pueda obtener un aprendizaje, por lo tanto, mientras el tablero de
juego que es nuestro planeta siga permitiéndolo, habrá opciones de seguir
encontrando detonantes y posibilidades para coger los mandos y riendas de la
realidad personal.
Pero el planeta ya está acelerando
Hace unos días, el pasado 31 de Enero, un artículo del observatorio ruso
espacial (Russian Space Observing System), traducido en el portal Reddit,
indicó un aumento de la frecuencia de resonancia de Schumman, en un pico, a
36Hz durante ese día. Es algo importante, pues en el año 2014 ya se habían
detectado algunos picos por encima de los 20Hz (en el rango de 15-25Hz en la
mayoría de veces). Los colores de la gráfica suelen ser generalmente azul con
verde ocasional, pero no blanco, que es un indicativo de esa frecuencia tan
elevada según las escalas que usan en el observatorio para medirla.
Y es que esta frecuencia, marca, de alguna forma, el nivel de “vibración” que se
considera es la resonancia base del planeta, y que, como hemos comentado en
alguna ocasión, ha sido siempre en esta realidad y ciclo evolutivo actual, de
7.83Hz, pero que, desde hace unas tres o cuatro décadas, está subiendo
paulatinamente. De hecho, los antiguos Rishis indios llamaban a esta
frecuencia, de 7,83Hz, la frecuencia del OM. También habréis oído o leído que
el siguiente “nivel de juego”, el siguiente nivel de consciencia, la siguiente
“realidad” hacia la que nos movemos, tiene su frecuencia de resonancia estable
en 15,6Hz, es decir, que cuando en todo momento nos encontremos con que
esa sea la frecuencia de vibración del planeta de forma permanente y en todo
su conjunto, será cuando posiblemente empezaremos a ver cambios más
drásticos, rápidos y estables a nivel físico en nuestra realidad, consecuencia del
aumento de vibración, consciencia, evolución, etc., del planeta, y de todos
nosotros.
Cambios en el tiempo y en la realidad
Este aumento de la frecuencia de resonancia Schumann es un efecto
posiblemente de los cambios que estamos viviendo como sociedad, pues la
consciencia y los campos mórficos que marcan el nivel más bajo y más alto de
eso que llamamos nuestro “inconsciente colectivo”, afectan en gran medida a
los ritmos y frecuencias del planeta que habitamos. La Tierra también cambia, y
su sistema energético y estructura está asimismo ajustándose a otros niveles.
Decenas de anomalías se han visto reflejadas en los últimos tiempos en las
mediciones de los campos magnéticos, de las líneas de energía, de los polos,
etc. Además, los cambios en la percepción del tiempo, su “aceleración”, la
sensación de que la realidad está alterada, nosotros desubicados, etc., van
también implícitos en este aumento de resonancia, ya que la frecuencia de
Schumann sintoniza o reverbera con los niveles alfa y theta del cerebro, por lo
que un cambio en la primera, afecta directamente a los segundos. Todo pasa
más deprisa, todo va más deprisa y parece que vamos corriendo siempre para
alcanzar algo que va por delante nuestro, y que ya no podemos ajustar, si no es
siendo conscientes de que esto simplemente va a ir en aumento, y tenemos
que adaptar lo que hacemos a esta nueva velocidad del tiempo.
Esto lleva además a lo que comentábamos en el artículo anterior referente a
cuando se nos ponen las cosas patas arriba, pues para algunas personas
todo esto produce choques drásticos internos que rompen muy rápidamente
estructuras estancadas en uno mismo, que entonces se reflejan mucho más
rápidamente en estructuras externas, otras personas, aunque menos
drásticamente y más paulatinamente, también van viendo como cambian cosas
sin saber que son ellos los que realmente están cambiando por todas las
influencias que están afectando a la raza humana y al planeta en el que
vivimos.
Influencia en las líneas temporales
Por el incremento de la resonancia base del planeta, es probable que también
veamos, gracias a ello, un aumento de la distancia “energética” entre las dos
líneas temporales principalesque marcan la realidad de la gente en estos
momentos, de las que ya hemos hablado en la conferencia de “Humanidad y
Salto Evolutivo”, y también hemos dicho que suelen denominarse como la
línea #33 (la que consideramos negativa, densa y continuación de la realidad
actual) y la línea #42, que se considera la línea temporal de cambio de
consciencia, evolutivo y de realidad de la raza humana.
Mientras ambas líneas coexistan una sobre otra, a niveles diferentes de
percepción, pero simultáneas, aun todos estamos en la misma realidad, con
mayor o menor influencia individual según resuenes con la parte más densa de
la #33 o no (es decir, que aunque co-existan contigo personas o hechos que
tengan su base en esa línea temporal, si tu alíneación principal es con la
vibración de la línea #42, más “elevada” su repercusión en tu realidad personal
será menor), pero si estos picos de frecuencia suben y se van dando más
regularmente, se mantienen y se aceleran, la separación de líneas muy
probablemente se de mucho más rápidamente, y, entonces, empecemos a ver
que la realidad que nos toque vivir será solo, y exclusivamente, la de la línea en
la que nos encontremos.
En definitiva, un buen síntoma, y un buen augurio que estos picos de la
resonancia de Schumman estén dándose con mayor regularidad. El cambio
siempre es parte de la vida, ya lo hemos comentado en otros artículos, y, en
este caso, el cambio planetario es parte de la evolución como especie y raza
que somos, por mucho que los poderes en control se empeñen en pararlo,
evitarlo o tratar de ralentizarlo.
Cuando todo se nos pone patas arriba
5 febrero, 2017

Hay momentos en los que, desde luego, uno quisiera tirar la toalla cuando no
sabe ya que hacer ante las vueltas de tuerca que la realidad en la que existimos
parece dar para apretarnos los tornillos, complicando más y más las cosas
cuando estamos tratando de querer solucionar aquello que parece estar
bloqueando, interfiriendo, manipulando, desencuadrando o tirando por tierra la
estructura de nuestro día a día, que solemos tener bien montada y fijada, y que
nos permite mantener la sensación de estabilidad y seguridad para los
quehaceres diarios.
Cuando esta estabilidad se rompe por algún hecho o sacudida inesperada, la
reacción de pánico, más o menos sutil, suele saltar automáticamente, al ver
cómo se desmorona, estropean o cambian las cosas y piezas que forman ese
rompecabezas que es nuestra realidad. Y “rompe-cabezas” es, quizás, la mejor
palabra que podríamos encontrar para definir la sensación que uno tiene
cuando hay cosas que no salen ni a tiros, cuando algo se nos viene abajo,
cuando todo cambia de repente, cuando mil cosas se rompen, etc., ya que, uno,
literalmente, se rompe la cabeza pensando, y actuando, para tratar de
recomponer aquello que vemos que se desmonta, o que ha cambiado, a priori,
contra nuestro parecer, intención o deseo de que así fuera.
Todo tiene una razón de ser, aunque no la veamos
Por un lado, todo suceso de este tipo tiene su propia razón de ser, venga
ejecutado por lo que venga ejecutado, y sea cual sea la causa física del mismo
(es decir, independientemente de lo que haya puesto en marcha los problemas,
inconvenientes o situaciones percibidas en la realidad física como hecatombes
y cambios drásticos), pero al final hay un propósito mayor que tiene que ver,
como siempre, en la mayoría de los casos, con el desmontaje de alguna
estructura interna cuyo reflejo externo en la materia es lo que termina
rompiéndose, restructurándose o cambiando a nivel físico.
El hecho de que suceda así forma parte de los factores naturales de creación
de la realidad inherentes al ser humano, pero desconocidos en la mayoría de
los casos por la mente consciente, de forma que, al cambiar estructuras
mentales y emocionales, causales o etéricas en nosotros, su reflejo en el
mundo material que es siempre en forma de objetos, situaciones, proyectos o
eventos reflejará lo que está sucediendo interiormente en cada uno. Si hay una
revolución en tu entorno profesional, hay una parte tuya que está internamente
asociada a ello, y que puede que esté también revolucionada sin que te des
cuenta, si hay un cambio bestial a nivel emocional en ti, hay áreas de vida que
puede, en mayor o menor medida, según la potencia e intensidad de ese
cambio, ponerse patas arriba en el plano físico.
Es así y no se puede evitar, aunque se pueden minimizar los daños, a priori,
ralentizando los procesos de cambio interior, si somos conscientes de ellos,
pero no se pueden anular estos cambios en el mundo físico porque son efecto
de los procesos de creación de la realidad personal, inherentes a las leyes
universales que rigen todo lo que existe, y, de igual manera que todo empieza
por ideas, arquetipos, conceptos, campos de energía y plantillas mórficas en
dimensiones superiores antes de que nada exista en la realidad 3D que todos
compartimos, los mundos interiores del ser humano son los responsables
últimos del estado de la realidad individual de cada uno, siempre bajo el
paraguas de la realidad común consensuada, que lo pone más fácil, o más
difícil, a la hora de trabajar con esos cambios o procesos que se estén dando
en nosotros.
Realidad común consensuada
Cuando hablamos de realidad común hablamos de la suma de todas las
realidades individuales, qué, al solaparse, nos proporcionan el marco de
referencia para que nos podamos mover todos juntos por el mundo, en un
entorno regulado en el que podamos interactuar, ya que, si no fuera así, y
nuestras realidades personales estuvieran aisladas de las realidades del resto
de seres humanos, no habría forma de co-crear juntos otro tipo de escenario
macro a nivel planetario, no habría forma de detonarnos mutuamente
aprendizajes y experiencias, o de hacernos de catalizadores para los procesos
evolutivos que necesitamos para poder avanzar.
Así, siempre que la realidad externa se nos ponga patas arriba, al mismo
tiempo que corremos para arreglarlo, miremos hacia adentro para buscar las
estructuras que en nosotros mismos también estén cambiando, y démonos
tiempo para reajustarnos, minimizando los efectos colaterales en el plano
terrenal teniendo paciencia, y no desesperando por el hecho de querer sostener
y mantener las cosas tal y como estaban, algo que, quizás, en la mayoría de
ocasiones, será harto difícil una vez completados los cambios interiores, ya que
si algo ha cambiado en la estructura energética y psíquica de una persona, raro
es que ahí fuera la cosas puedan volver a ser como eran.
Cuando otras partes de ti, trabajan por ti
30 enero, 2017

En los dos últimos artículos hemos hablado de transformaciones interiores


siguiendo los ritmos adecuados a cada uno para el cambio, y de cómo estar
presentes en ese estado del “aquí y ahora”, para facilitar la manifestación y
aparición poco a poco de la consciencia de nuestro Yo Superior, que permita la
transformación progresiva de la personalidad, reduciéndole poder al conductor
automático incorporado en nuestro vehículo mental que es el programa ego.
Estos procesos y cambios de los que hemos hablado, no se dan de la noche a
la mañana y, aunque no tardemos más que tres minutos en escanear más o
menos el contenido de cualquier artículo o libro que nos los explique, y decirnos
a nosotros mismos que vamos a intentar ponerlo en práctica, todos sabemos
que 10m después, en general, ya estamos pendientes de otra cosa, y no hemos
hecho más que añadir algunas ideas o retales de información al cuerpo mental,
que, en la mayoría de los casos, es relegado a los bancos de memoria, cuando
no filtrado y borrado del todo, sin mayor trascendencia para el crecimiento el
individuo.
Así, visto desde este punto de vista, uno se preguntaría, entonces, cómo hacer
realmente para poder llegar a conseguir de forma permanente eso de lo que
hablamos, es decir, vivir lo máximo posible en este “presente”, fluir con el ritmo
de las cosas, acompañar los ciclos de transformaciones constantes sin
reticencias, permitir más regularmente el asomarse de la consciencia de
nuestro ser al mundo físico, etc.
Cuando otras partes de ti, trabajan por ti
Afortunadamente hay mecanismos en otras partes de la psique que hacen parte
del trabajo que la mente consciente olvida de hacer, cuando, tras haber leído o
recibido información sobre cualquier cosa relativa a cómo avanzar, o crecer, o
sobre lo que tenga que ver con nuestro despertar evolutivo, esta se va
directamente luego a Facebook, o cualquier sitio por el estilo, a seguir leyendo
otras noticias sobre la cría del cangrejo en Australia por pescadores en
bañador, y cosas así, es decir, cuando volvemos al modo normal de
funcionamiento automático, donde los estímulos externos de distracción,
fascinación, pasatiempo y concentración en lo externo vuelven a predominar y
llevar una vez más las riendas de la percepción y gestión de la realidad.
Y es que no habría forma de que se produjeran cambios significativos en la
evolución del ser humano si otros componentes de nosotros mismos no
tomarán también parte activa, pero no percibida por la mente consciente, en el
proceso. Esto sucede, por ejemplo, con las transformaciones detonadas
sutilmente por las energías que nos llegan a través de las palabras de un
artículo, libro, vídeo, etc., que puede provocar choques y movimientos en
nuestro inconsciente o subconsciente y removernos sin que lo notemos (para
bien, estamos hablando, no entro en el tema de subliminales negativos o
manipulativos, que también nos llegan constantemente a través de los medios),
y que solo por el hecho de procesar cierta energía, nos ayuda a mover
interiormente las aguas estancadas y estructuras compactadas que existen en
todos nosotros. Es gracias a estos procesos de alquimia interior, que estamos
en perpetuo cambio, aunque no lo notemos o sepamos monitorizarlos.
Refinando la materia de nuestra estructura energética
Todos nuestros cuerpos sutiles están constituidos por materia de los diferentes
planos y niveles para los que son el vehículo evolutivo de nuestro ser, es decir,
que el cuerpo etérico está hecho de materia etérica así como el cuerpo causal
está hecho de material causal. La materia de estos planos tiene diferentes
grados de densidad y vibración, por ejemplo, la clasificación que hacemos de la
materia del plano físico pasa por una gradación en 7 niveles que va de la
materia sólida, a líquida, gas, etérica, súper-etérica, sub-atómica y atómica. De
igual manera, se divide equivalentemente la materia de todos los planos que
forman la estructura multidimensional de nuestra realidad.
Esta materia o energía constituyente de cada parte de nuestros cuerpos sutiles
se va refinando a medida que la persona se va transformando por dentro, poco
a poco, a través de lo que sana y transmuta en ella, a través de lo que aprende,
comprende e integra, a través de lo que le llega del entorno y de la energía de
la que se nutre en su conjunto, etc., así que, de forma automática, y debido
también al incremento del tipo de energía que llega al planeta, de la que es
emanada por el Sol, de la que es producida por el entorno en el que vivimos,
etc., lo queramos o no, todos vamos incrementando nuestra resonancia y la
frecuencia de nuestra estructura energética, y, con mayor o menor fluidez,
afortunadamente, todos vamos soltando lastre y convirtiendo, cada vez más, la
materia de todo nuestro sistema energético y cuerpos sutiles en materia de
composición más y más refinada, pasando de estar compuestos de las clases
más bajas y densas, a las más altas y sutiles de esos siete tipos y niveles
diferentes de energía para cada cuerpo.
Estos cambios en la materia y energía base que forma nuestro sistema,
paulatinamente, repercuten en una mayor expansión de consciencia, en la
activación de los centros superiores de control, en la cristalización de los
cuerpos superiores, etc., y, aunque sea a ritmo de caracol, ayudan a que poco
a poco vayamos “despertando”, cambiando, creciendo, y avanzando en nuestro
camino individual a medida que, además, contribuimos al avance de toda la
raza humana a través de los pequeños cambios que se van consiguiendo dar
en el inconsciente/consciente colectivo, a la espera de alcanzar esa masa
crítica que termine por poner en marcha cambios más sustanciales y tangibles
para todos, primero en los niveles causales, mentales y emocionales del ser
humano, y en algún momento del proceso, también en los planos físicos.
Necesidad de encontrar respuestas
En general, para que lleguen a nosotros los catalizadores y detonantes de estos
cambios sutiles en nuestro interior, es necesario que la persona sienta
necesidad de ellos. Suele llegar un momento en el que a todo ser humano se le
despierta el anhelo de comprender mejor el mundo en el que vive a todos los
niveles del mismo. Suele suceder cuando se te acaban las respuestas
“oficiales” que te da la ciencia, los medios de información y la religión para las
cosas que te suceden, o le suceden a los tuyos, y que no son contempladas ni
aceptadas por una ni por otros. Para ello, dependiendo de la apertura de míras
de cada uno, y normalmente de forma silenciosa, para no atraer demasíadas
miradas y comentarios, por el “que dirán de mí si ahora me meto en temas
raros y alternativos”, uno se da cuenta de que lo que tanto se oculta, se
desinforma o desprestigia, es solo lo que no se quiere que se conozca, pero
que otorga al humano la libertad y la paulatina desconexión del sistema al
conocerlo (especialmente a nivel de temas salud y bienestar, ciencia no
convencional, , etc.), y que los poderes en control conocen, usan y dan buena
fe de su capacidad y eficacia.
Así, es cuestión de romper los moldes, de atreverse a salir de todas las
creencias establecidas sobre lo que es válido o no, bueno o malo, verdad o
mentira, explorando por nosotros mismos aquello que los sistema actuales
niegan como cierto, válido y valedero, atreviéndonos a equivocarnos si nos
topamos con algo que luego no nos sirve, y sabiendo que siempre estamos
protegidos en la medida en que algo que no esté alíneado con algún tipo de
experiencia o crecimiento interior que nos sea útil, no se plantará en nuestro
camino, ya que, sino salimos nunca de nuestra visión acotada de la realidad,
simplemente porque solo confiamos en lo que nos dicen los medios oficiales,
las religiones, las instituciones en el poder, etc., sin explorar por nosotros
mismos esas otras cosas, seguiremos estando sometidos al bloqueo impuesto
sobre nuestro crecimiento, ya que no estaremos aprovechando las
oportunidades de expandirnos más allá de nuestras propias limitaciones,
oportunidades que se abren actualmente a todos los niveles de la realidad.
Y es que para poder detonar los cambios necesarios para cruzar el umbral de la
puerta al siguiente nivel del camino al que nos dirigimos, es necesario catalizar
y remover todo aquello que se ha quedado obsoleto, atascado y ralentizado
durante tanto tiempo, necesidad que también provoca, a nivel macro, que sea
necesario que los escenarios exteriores de la realidad común consensuada
sirvan para provocar y acelerar los mismos. Usemos eso a nuestro favor, y
acompañemos en la medida de lo posible los cambios internos de forma
consciente, pues todo aquello que deba ser transmutado y refinado en uno, se
hará de forma paulatina y suave, y no de forma brusca o inconsciente.
Mecanismos constantes de transformación personal
25 enero, 2017
Cuando iniciamos cualquier tipo de relación (social, personal, profesional, etc.)
no solemos plantearnos, al menos generalmente, que muchas veces buscamos
inconscientemente aquello que nos proporcionará los faltantes que se
necesitan, y que se pueden obtener, en la cooperación con los otros, para
nuestro propio crecimiento, senderos evolutivos o desarrollo en algún aspecto o
área de vida.
Por diseño, las relaciones humanas buscan llenar los huecos en los
aprendizajes que no se pueden llenar estando solos, de forma que, gracias a
ellas, uno obtenga las experiencias, desde muchos ángulos y fuentes
diferentes, para poder completar los procesos evolutivos en los que podamos
andar metidos.
Todo sirve a todo
Esto es así por diseño, pues el servicio a otros es un patrón general de la
energía consciente del universo, en la que todo se percibe como parte de todo,
y no hay etiquetas de bueno o malo, positivo o negativo, en los bloques básicos
que forman el sustrato del mismo, sino que, desde esa perspectiva, solo se
comprende y percibe que hay partes de ese “Todo” que tienen diferentes
funciones, y donde cada cual cumple con un rol que, consciente o
inconscientemente, siempre sirve de ayuda a otra de las partes, en cualquiera
de los tres aspectos que forman las estructuras de la vida y de la realidad
(activo-positivo, pasivo-negativo, y neutro-equilibrante). Es decir, desde la visión
elevada de estos procesos evolutivos, lo positivo y lo negativo se ayudan
mutuamente, y lo neutro equilibra a ambos, sin juicio de valor asociando
etiquetas de bueno o malo o una u otra polaridad.
En la mayor parte de los casos, no nos damos cuenta de que, por eso, todo lo
que existe y sucede tiene un propósito de ser, que se diseña en planos y
niveles de consciencia más allá de la realidad terrenal de nuestro día a día. Ese
propósito puede estar acorde a un bien mayor individual, es decir, que forma
parte del plan evolutivo de una sola persona, o puede estar acorde al bien
mayor global y colectivo, siendo útil a millones de ellas, de nuevo, sean
conscientes o no, y puesto en marcha desde niveles mucho más allá de los
causas y análisis de las cosas que ocurren que podamos hacer a nivel de
personalidad.
La necesaria experiencia
Para todo propósito evolutivo, el objetivo de desencadenar fuerzas y eventos
que detonen experiencias en el plano humano está destinado a una
comprensión mayor de la evolución de todos aquellos que formamos parte de
las diferentes jerarquías de la vida consciente en la Creación. Nada se puede
adquirir y aprender si no es a través de la experiencia directa o semi-directa, y
es por eso que si se manifiestan en diferentes escenarios todo tipo de sucesos,
tanto a nivel individual como planetario, es para que sean usados como
catalizadores del cambio perpetuo, que todo lo que existe lleva consigo
implícito, y que no puede, ni debe, ser parado o retenido.
El hecho de que la vida sea cambio y transformación es precisamente lo que
define el concepto de vida. ¿Os imagináis una evolución que sea estática?
¿Una existencia que no se transforme a si misma en cada minuto? No tiene
sentido, pues no es así como los procesos universales y cósmicos, que dotan
de la inercia necesaria para que todo esté siempre en movimiento, están
diseñados.
Detonando el miedo al cambio
Curiosamente, si esto es así, ¿cómo es posible que uno de los mayores miedos
del ser humano sea el miedo al cambio? Este mecanismo viene, de nuevo, por
el problema que comentamos en el artículo anterior de no poder vivir en el
ahora. Aquellos que viven en el “ahora”, viven con fluidez la transformación
continua que el presente representa, y solo cuando nuestros programas de
gestión de la psique se ponen a vivir en el futuro, que no conocen ni pueden
predecir, aparece el miedo a lo que vendrá, por desconocido, que causa
resistencia al cambio, por temor, y que nos pone en alerta para intentar frenarlo,
generando todas las acciones para bloquear, en la medida de lo posible, ese
cambio, si es percibido como potencialmente peligroso, desconcertante,
incierto, o simplemente, imprevisible. Ya conocéis también el concepto de la
zona de confort, asociado con el mismo tema.
No tener miedo al cambio
Entonces, ¿cómo hacer para no tener miedo a los cambios personales, sociales
e incluso planetarios? Comprendiendo que nada puede nunca quedarse
estático, y que vivimos en un sistema dinámico de transformación constante,
donde lo único que impide disfrutar de esos cambios son los miles de míedos
asociados a las ideas y formas mentales que nos generamos sobre los mismos.
Desde un punto de vista energético, todo cambio y transformación se produce
sin que ninguna fuerza externa les ponga ninguna etiqueta, y seguro que sois
conscientes que algo que una persona ve como bueno, otra ve como malo, y
otra más como terrible, y una cuarta como maravilloso, cuando en realidad
nunca es ni una cosa ni otra. El cambio siempre es neutro, pues es la tercera
energía la que mueve a los opuestos para que se detonen entre si los
movimientos necesarios para que los ciclos de la vida sigan funcionando
correctamente.
Puesto que las manivelas que giran las ruedas de estas transformaciones
constantes están codificadas en la esencia misma de todas y cada una de las
partículas de todo lo que existe, la transformación evolutiva tendría que ser un
estado natural aceptado por todos nosotros, como parte de los mecanismos
que rigen nuestra existencia, y, que no sea así, no es más que otro indicador
del poder de los programas de gestión de la psique, y de nuestra percepción de
la realidad, insertados en el ser humano. Como dijimos en al anterior post, esto
cambiará cuando consigamos que nuestro ser interior y esos otros aspectos
más elevados de uno mismo, tomen con mayor frecuencia los mandos del
vehículo que usamos, de forma que empezaremos a ver siempre todo cambio y
transformación sin etiquetas de bueno o malo, simplemente como lo que es, un
proceso, natural, que permite la evolución y aprendizaje de todos los que
estamos metidos en este juego de la expansión de la vida y la Creación.
Los problemas del ego para mantenerse en el “ahora”
22 enero, 2017

Todos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo viviendo en el futuro, o en el


pasado, y de ahí viene también la mayor parte de nuestras frustraciones y
ansiedades. Los procesos mentales que rigen y controlan nuestra psique,
empezando por el programa ego como software de gestión de la misma (no
como el concepto de “vanidad”), no comprenden, y no están programados, para
mantenerse en el momento presente, de ahí que salte sin cesar por las propias
rutinas y parámetros que lo componen, hacia lo que vendrá en lo que es
percibido como futuro, o en lo que ya ha sido, que es percibido como pasado,
algo en lo que se basa, además, para construir, y prepararse para lo que,
supuestamente, vaya a llegar.
Al no poder existir en el instante “actual”, nos condena a todos nosotros, que
funcionamos normalmente de forma automática o semi-automática, a nunca
estar “presentes” en ese “ahora”, a no ser que hagamos el esfuerzo consciente
de volver a “este momento” de forma recurrente, activando la consciencia del
ser que somos, para desactivar la inercia del ego que poseemos, y, cuando lo
conseguimos, al menos durante unos instantes, es como haber conseguido
aterrizar un avión y tocar tierra de nuevo, sintiendo que volvemos a “estar aquí”,
siendo plenamente conscientes de todo nuestro entorno, realidad y mundo
exterior, aunque breves segundos después volvamos a elevarnos, dejar de
tocar tierra y volver a ir de nuevo en piloto automático, y dirigidos por los
procesos mentales normales que toman los mandos, y relegan una vez más a
otro lugar a la consciencia de ese ser, a donde no le moleste a ese “ego”, y a su
sistema de navegación automática incorporado.
La consciencia real, solapada por la artificial
¿Dónde se ubica entonces nuestra consciencia real cuando no estamos
presentes? Si estoy en ese “aquí y ahora”, tenemos una nitidez y claridad en la
percepción de la realidad que se pierde cuando no estoy, pero si yo soy mi
consciencia, no mi ego ni mis programas mentales, ¿en que lugar quedo yo
relegado cuando no estoy forzando mi presencia total y control sobre el
vehículo que ocupo y sus procesos mentales? Estoy, por decirlo así, solapado,
tapado por la consciencia artificial que subyace y forma la parte externa y la
capa superficial de mí esfera de consciencia, que ya hemos explicado en varios
artículos y vídeos, y que nos dota de los mecanismos para poder andar por la
vida de forma semi-autónoma sin que lo que soy realmente, la consciencia del
ser o Yo superior, tenga que intervenir para nada si no se hace el esfuerzo
consciente y constante para ello, por parte de algún componente de la
personalidad, que comprenda que los mecanismos de gestión de la realidad
imbuidos en el cuerpo mental, en las esferas mentales, en el conjunto de la
psique, son solo una herramienta a servicio de esas otras partes más elevadas
de uno mismo, para poder tener el control del conjunto del vehículo que nos
define como seres humanos, y no un fin por ellos mismos como ente autónomo
de gestión de la encarnación en curso (el ego y sus programas).
Este tipo de funcionamiento a través del piloto automático, y las dificultades que
tenemos para mantenernos en el momento presente vienen agravadas, porque
así ha sido diseñado el sistema de gestión de nuestro planeta y sociedad, por
las innumerables distracciones hacia el mundo exterior que nos envuelven.
Cuando vemos la tele, cuando escuchamos música, cuando leemos, cuando
estamos con la mente enfocada en algo que viene de fuera, no podemos estar
presentes aquí y ahora, pues este estado requiere un esfuerzo para que la
mente se acalle y se permita la salida a la superficie de la consciencia del ser,
ya que a la mínima que uno se deja llevar por lo que estás viendo en cualquier
programa, lugar, situación, etc., y dejamos que los mecanismos automáticos de
gestión de esa percepción tomen los mandos, vuelvo a quedarme solapado (el
verdadero “yo”, el ser que soy), y vuelve a perder (mi personalidad), la noción
de presencia, alerta y de “estar”, volviendo a activarse los programas de gestión
que nos llevan a pensar en lo que pasará mañana o lo que hice ayer, como
medida de preparación, planificación, protección o prevención de todo tipo de
eventos que el ego no desea no poder controlar, y no puede dejar de analizar,
para estar preparado para los mismos, más allá de que la parte consciente de
nuestra personalidad lo quiera, lo haya decidido o lo esté activando
conscientemente, pues el ego actúa de forma independiente, y gestiona los
procesos mentales, yos y sub-personalidades a su conveniencia.
Un diseño para no estar “aquí”
¿Porqué no puede el ego vivir en el presente? Porque es un programa que
tiene como último objetivo la supervivencia del cuerpo humano y el control total
de su realidad, en todos los detalles y niveles de la misma, así como la
ofuscación de todo aquello que no sea el mundo exterior de la materia en el que
existimos, empezando por la existencia y consciencia del ser que somos.
Cuando estás aquí y ahora, no hay nada que planificar, no hay nada que
preparar, nada que analizar, nada que prever para mañana, y eso va en contra
de la misma existencia de este sistema imbuido en cada ser humano en los
albores de nuestra creación como especie mediante manipulación genética. Al
tener siempre un sistema insertado en la psique que no tiene un parámetro que
le permita entender el “ahora”, no puede vivir en él mientras tenga control de la
vida, y, como tiene, generalmente, mucho o todo el poder sobre la personalidad
que creamos, la consciencia del ser que somos está, generalmente, opacada y
solapada, y a la espera de que alguna parte de la personalidad humana haga el
esfuerzo de “despertarla” y manifestarla, dejando de existir en el futuro o en el
pasado, y dejando de evadirnos constantemente de ese eterno presente, que
es el estado natural de todo en la Creación.
Y es que estar presente es un estado que el ego no comprende, pues le niega
su propia razón de ser, y por lo tanto, luchará por cortarlo a toda costa,
activando decenas de mecanismos de los que dispone para ello: activando
recuerdos, preocupaciones, revisando la lista de tareas pendientes, llevándote
a escenarios mentales de cosas que ya han pasado o que pueden pasar, etc.
Todo aquello que encuentre en el concepto líneal del pasado o todo aquello que
encuentre para el concepto líneal de futuro es bueno para el ego, y malo, al
menos, no óptimo, para la manifestación de la consciencia de nuestro ser o Yo
Superior.
Abriendo brechas en las barreras
Finalmente, el trabajo que necesitamos realizar, no es tanto luchar contra ese
ego y su funcionamiento, sino forzar regularmente la presencia y manifestación
de la consciencia del ser en ese “instante presente”, ya que, de esta manera, se
rompen paulatinamente las barreras que impiden de forma natural que la
consciencia de nuestro Yo Superior tome el mando del conjunto de la psique
para la encarnación en curso que estamos teniendo. El ser puede controlar y
dirigir al programa ego sin ningún problema, cuando tiene la suficiente vía libre
y presencia para ello, resultado del trabajo interior de la persona para ir
desmontando todo aquello que opaca e impide, sin forzar y de forma natural,
manifestarlo al exterior, y poder entonces tomar
realmente el control de la existencia humana, relegando a segundo plano, o
desactivando por completo en última instancia, la mayoría de mecanismos
automáticos de gestión de la misma.
Relaciones humanas, fractales, y la ley de las dependencias
4 enero, 2017
Hace unos 2.500 años, un filósofo indio llamado Kapila formuló una doctrina
que explicaba los orígenes del universo, y toda la vida consciente del mismo.
Sus conceptos incluían la teoría del «quinto elemento», conocida por muchos
gracias a la alquimia y varios textos herméticos, y precedían a las enseñanzas
de Aristóteles y Platón. La filosofía de Kapila se denomina samkya, y se erigió
en una de las seis escuelas de la filosofía india clásica, siendo tan importante
su incidencia que tuvo consecuencias trascendentales en el pensamiento
metafísico budista y la filosofía griega, y extendiéndose hasta la Edad Media a
través de los alquimistas europeos. Las huellas de la filosofía samkya aparecen
en enseñanzas tales como las diferentes escuelas rosacruces, el “cuarto
camino” de Gurdjieff, la másonería, la teosofía, el gnosticismo, etc.
Kapila decía que la conciencia pura e indiferenciada ha existido siempre, que
ha estado irradiando eternamente, sin principio ni fin, a través del espacio y el
tiempo, expresándose a través de una serie de principios que, en conjunto,
podemos generalizar como energía consciente en movimiento. Para
manifestar lo que entendemos por la “Creación”, la energía se condensa en
cinco estadios o formas diferentes (elementos), que actúan como bloques de
construcción de toda manifestación material, en diversas permutaciones y
combinaciones. Estos elementos, todos los cuales proceden del primero de
ellos, que los griegos llamaron éter, o en sanscrito se llamaba akasha, son el
Aire, el Fuego, el Agua y la Tierra.
Esta antigua lista de elementos es un método rápido para clasificar toda la
materia manifestada, y es la base de muchas enseñanzas esotéricas,
alquímicas, mágicas y ocultistas de manipulación de la componentes de la
realidad según su estado, cada uno con unas propiedades determinadas, que
se denominan colectivamente tattwas, un término que viene a designar todas
las cosas que poseen esencia, y hay sistema completos destinados a
estudiarlos y aprender a manipularlos a voluntad. Todo lo que podemos percibir
en nuestro plano terrenal se compone de uno o más de estos cinco elementos
combinados de varias maneras y en diferentes proporciones. Así mismo, es
también la base para la medicina tradicional china, intercambiando y
modificando alguno de los nombres de los elementos, y de otras filosofías
orientales derivadas de las escuelas místicas de la india.
De la misma manera que estos cinco elementos se combinan para darnos los
bloques básicos de construcción de la realidad (partículas cuánticas, partículas
subatómicas, átomos, etc.), y nada puede existir sin que haya una relación
interdependiente de los mismos para conseguir cualquier otra cosa, los seres
humanos nos relacionamos para generar la experiencia de la vida humana, y
nada se puede conseguir sin la existencia de estas relaciones.
La relacionalidad de la vida humana
En los años 80, un filósofo llamado James Care escribió que la manera en que
las personas solemos ver el mundo hoy en día está totalmente en contra a
como la vida nos ha creado para verla [originariamente, antes de las varias
manipulaciones genéticas sufridas]. Las relaciones humanas entre dos
personas, por ejemplo, están basadas en una interacción que suele durar una
duración finita de tiempo, que tiene una serie de reglas y normás para que se
lleve a cabo, y en la cual, en muchas ocasiones, de esa interacción sale alguien
que gana algo, y alguien que pierde algo (en ello se basan los deportes, el
mundo financiero, educativo, la economía en la que se sustenta nuestro día a
día, etc.). Es un tipo de relación en el que siempre prevalece el individualismo y
el servicio a uno mismo. Sin embargo, decía James Care, este individualismo y
las sociedades basadas en el mismo no son más que una ficción, ya que no
existe tal cosa como un único individuo separado de su contexto y aislado, que
pueda existir y desarrollarse como tal sin apoyarse en los demás y necesitarse
mutuamente, sino que toda la experiencia humana está constituida por roles y
relaciones entre nosotros, ya que vivimos en el mundo, y somos parte del
mundo, o, como dice un mantra que suelo usar mucho para recordar mi porqué
en esta encarnación: “soy una célula en el cuerpo de la humanidad, y estoy al
servicio de la totalidad”.
Todos dependemos de todos
No hay nada que el ser humano pueda llevar a cabo sin tener en cuenta los
elementos y personas que le rodean. Sabemos, y hemos hablado en otros
artículos y conferencias, que es el programa ego de gestión de nuestra psique
lo que nos da la ilusión de la separación y de la individualidad, y lo que nos
hace vernos como seres aislados, pero todo lo que hacemos y somos depende
de todo lo demás, y nada puede ser hecho o alcanzado sin tener en cuenta las
relaciones con objetos, elementos y personas involucradas, por lo que la
filosofía de vida que está más alíneada con nuestro propósito y función no es
nunca la filosofía de la individualidad, sino la de la relacionalidad e
interdependencia de todos con todos. En este aspecto, todos necesitándonos a
todos, y todos trabajando con todos, es una forma de existencia que fluye con
los principios de la vida que rigen el planeta, sin principio ni fin, un tipo de
relación con el entorno, los otros reinos de la naturaleza y el resto de la raza
humana donde el enfoque está puesto en reforzar los lazos y las conexiones de
las que penden nuestros crecimientos mutuos, para poder resolver situaciones
cada vez más grandes con la fuerza de la unidad.
Para solventar paradojas a la hora de entender bien el concepto de
individualidad contra el que James Care escribe, hemos de ver a esta
principalmente como un componente en el trabajo personal de mírar hacia
nuestro interior para conocernos mejor, sanarnos, desprogramarnos,
autoevaluarnos y observarnos, etc., ya que es el único aspecto que nadie
puede mírar o hacer por ti, y del que no dependes de nadie para poder hacerlo,
pero si que puedes necesitar a los demás para ayudarte a ello. Pero,
perfectamente alíneado, resulta también que el trabajo de cambiar en nuestro
interior para poder cambiar el mundo exterior pasa también por ver esa ilusión
de individualidad en lo más recóndito de cada uno, y ya cuando hemos
removidos unas cuantas capas de filtros, velos y programas mentales,
aparecen atisbos de que viajando hacia el interior de ti mismo para cambiarte y
crecer, llegas al corazón de los campos de consciencia que unen todas las
cosas y todas las personas, volviendo a darte cuenta que el mundo exterior, de
nuevo, cumple con las ideas a rajatabla de que todo depende de todo, y que los
límites que nos ponemos para definir donde termino yo y donde empiezas tu
son solo una construcción de la mente, en la parte más terrenal de los múltiples
niveles que componen nuestra existencia.
La ley de correspondencias
Los antiguos filósofos ya se dieron cuenta de que si todo depende de todo y
todas las personas dependen de todas las personas, debe haber algún tipo de
ley cósmica o universal que rija estas dependencias. Hace un par de años, en
este otro articulo, ya explicamos porqué se corresponden ciertas cosas con
ciertas otras cosas, basándonos en la ley de las octavas.
Habréis leído hasta la saciedad que lo que buscas “ahí fuera” lo tienes entrando
“hacia dentro”. Porque es lo mismo. No es que seamos parte del universo. Es
que todo el universo es parte de nosotros, está en nosotros. El más absoluto
infinito se concentra en la parte más pequeña de cada una de nuestras células.
¿Es esto correcto? ¿Cómo puede algo “finito” como nosotros, un ser humano,
“ser” algo infinito como el Universo?
Fractales infinitos
La respuesta está en lo que se llama un fractal. Un fractal es una
representación geométrica que puede ser dividida hasta el infinito y conserva su
misma forma, estructural, potencial, etc. Fijaros en la figura siguiente. Es la
conocida estrella de David, símbolo de muchísimás culturas que se pierden en
la antigüedad (y mal apropiada por alguna actual). Imaginaros una de vuestras
células, la más pequeña, como el círculo que rodea la figura. Este espacio es
finito, está acotado, es fácil de entender que tiene límites. Ahora insertamos una
figura geométrica en su interior, un triángulo equilátero, mejor dicho, dos. Uno
hacia arriba, y otro hacia abajo. Buscamos una representación geométrica que
nos explique cómo el infinito puede estar contenido en algo finito, y este es el
modelo que lo explica.

¿Y por qué dos triángulos y no otra cosa? Porque representan la dualidad de


nuestro universo y la doble polaridad de todo lo que existe. Existimos en una
realidad en la cual percibimos que no existe blanco sin negro, ni frío sin calor,
una cosa y su contrario, por eso este símbolo representa la dualidad. ¿Es
correcta esa percepción? No. Todo funciona por triadas, y al ser humano le falta
ver la realidad a través de la tercera energía o polaridad, la energía neutra o
equilibrante, pero por la manipulación de la esfera de consciencia sufrida en los
albores de nuestra creación no podemos ver los tres componentes que forman
todo lo que existe, y por eso vivimos bajo la ilusión de la dualidad.
Volviendo a la figura, en estos momentos seguimos teniendo un espacio finito
(el interior del círculo) acotado por la circunferencia que representa ser un
átomo nuestro, una célula o nuestro cuerpo entero, el límite que defina no tiene
importancia. ¿Cómo metemos algo infinito en ello? Si para cada uno de los
nuevos triángulos resultantes vamos añadiendo más triángulos, dividiendo
estos que ya hemos creado, tal y como veis en la figura siguiente, volvemos a
obtener nuevas estrellas de David de tamaño menor, pero siempre totalmente
completas, con las mismas características y propiedades que la estrella
“madre”, los mismos ángulos, las mismas proporciones, etc.
Cada una de esas divisiones crea la misma forma que el dibujo original, y lo
que es mejor, podemos seguir así hasta el infinito, porque cada estrella nueva
que se crea, puede ser dividida de nuevo hasta donde queramos, suponiendo
que pudiéramos tener un microscopio tan potente que nos permitiera ver esas
subdivisiones tan pequeñas hasta el infinito. Y, además, para cada nivel en el
que dividimos, tenemos un nuevo círculo que lo rodea que representa el límite
ilusorio de algo acotado que tiene ese subnivel.
Todo conectado con todo
Gracias a este proceso existe el infinito dentro de un espacio finito y esta es la
respuesta que nos permite entender cómo todo el universo puede estar dentro
del más pequeño de nuestros átomos, porque cada célula nuestra es un fractal
que está conectado con todo el universo que existe en la célula, persona o silla
de al lado (tal y como están conectadas entre sí todas las mini estrellas de
David que salen en la figura). Es la ley de la correspondencia hacia arriba, o
hacia abajo, hacia dentro o hacia afuera, es el modelo de las relaciones
humanas, de la vida, de la consciencia, en cualquier plano, en cualquier
dimensión, en cualquier nivel.
El infinito, el universo y todos sus planos existenciales están en nosotros y una
parte del Todo no puede existir sin la parte de al lado. No existe individualidad
como tal, como concepto de una parte aislada del resto que pueda hacer algo
sin la concordancia y existencia del resto de partes que forman el conjunto
mayor al que pertenece. Y, por el mismo motivo, no existe acción, por pequeña
que sea, que una de las micro-micro-figuras fractales realizara, que no afecte si
o si a todo el conjunto, de ahí que no hay pensamiento, acción o energía
movida, creada o emitida por el ser humano, que no tenga repercusión, en su
justa medida, en todos y cada uno del resto de fractales de la Creación. El
“efecto mariposa”, del cual seguro habréis oído hablar, nace de este concepto.
Todo está conectado, todo es interdependiente, todo afecta a todo, y quizás
lleguemos a tener todos esta visión del mundo, en algún momento de nuestro
periplo evolutivo como especie. Requiere algo que pocos humanos han llegado
hasta el momento a ser conscientes en cada momento de sus vidas, pero es
una de esas cosas que esperan a ser descubiertas más allá del velo de la
ilusión de nuestra realidad percibida, manipuladamente, como individual y
separada de todo lo demás.
Facetas del alma, centros psíquicos y música para los nervios
28 diciembre, 2016

En cierta simbología iniciática, el alma humana está representada por el


símbolo de una rosa, con múltiples pétalos, que se abre a medida que el ser
humano abre y desarrolla su ser interior. En diferentes tipos de terapias
energéticas, a aquello a lo que los pétalos de la rosa equivalen se le llama
“facetas del alma”, para intentar expresar que, el cuerpo consciente que sirve
de enlace entre el Yo Superior de una persona y su personalidad, que
denominamos “alma”, y que nos proporciona la continuidad de consciencia
entre encarnaciones, está compuesto, a nivel energético, de múltiples
fragmentos unidos entre sí por el nexo común de la vibración base que nos
representa.
En algunos casos, dependiendo de diferentes situaciones por las que pasamos,
algunas de estas facetas pueden “perderse”, o separarse, enganchándose,
estirándose o anclándose a otras personas, energías o planos. Quizás a los
que estéis más versados en temas chamánicos os sonará el concepto de “ir a
recuperar” partes o fragmentos del alma de una persona que han sido
extraídas, perdidas, incluso robadas por otros entes, que forman parte del
entramado del planeta en el que vivimos, y que, puesto que existimos de forma
multidimensional, existen facetas de nuestra alma que pudieran estar
conectadas o perdidas por múltiples planos de los cuales la mente racional no
tiene constancia.
Un caso de estudio acaecido recientemente en una terapia con la sanación
akáshica presentaba un problema de asimilación de aquello que se leía.
Simplemente, la persona era incapaz de procesar nada, dejando por cansancio
aquello que estaba estudiando a los pocos minutos de ponerse con ello. El
primer diagnóstico reveló una saturación de información en el cuerpo mental,
“ya no cabía nada más”, y, al buscar el porqué de la saturación, se reveló una
perdida de diferentes facetas del alma de la persona que contenían o
incorporaban las capacidades analíticas de la misma. Al faltar tres de esas
facetas (en este caso debido a una interacción no consciente con otros planos y
un “robo” de estas), se anulaban parte de las funciones psíquicas de las esferas
mentales de la persona, y el material del cuerpo mental asimilado por los
sentidos (la lectura) se acumulaba sin ningún tipo de procesamiento (no se
desechaba nada ni se almacenaba correctamente), hasta dar lugar a la
saturación percibida por la personalidad, y las sensaciones del intoxicación
mental en el cuerpo físico.
En general, no siempre este tipo de pérdidas sucede por interacción con otros
niveles de nuestra realidad. A veces se produce en situaciones extremás, un
accidente, la muerte de un familiar, un evento trágico, etc., que generan
diferentes bloqueos como traumás, pero que pueden afectarnos aún más
profundamente, resultando en la fragmentación y “deshoje” de los componentes
energéticos que nos da lo que llamamos la perdida de facetas del alma. En
casos menos graves, y menos severos, esta pérdida de facetas se puede
producir también cuando existe una interacción intensa entre dos personas. Ya
hace varios años, en este artículo del 2011, hablamos sobre ello, por si
queréis profundizar un poco más en el tema.
Siempre la causa está más allá del mundo físico
Ejemplos como estos nos dan la experiencia práctica de ver, en una situación
del día a día, cómo una disfunción energética en uno de los cuerpos o partes de
aquello que somos tiene tantas repercusiones a nivel físico. A pesar de todo lo
que niegue la ciencia y medicina “oficial” para buscar las causas de todo
problema físico en el mismo cuerpo sólido, raramente hay un síntoma físico que
tenga su raíz en el cuerpo que usamos. Para aquellos que son un poco menos
cerrados de mente, es bastante aceptado ya que las emociones humanas
tienen una relación muy definida con nuestra salud. El lado psíquico o
psicológico del hombre está tan estrechamente relacionado con las funciones
normales de los órganos del cuerpo, y con la actividad del sistema nervioso,
que cualquier cosa que perturbe la armonía o el equilibrio de la energía
nerviosa, perturba la armonía, la salud y produce enfermedad o malestar. Aquí
hemos empezado hablando de una disfunción en el alma, a la cual raramente
llegamos a diagnosticar, pero no es necesario llegar “tan arriba”, en la mayoría
de casos, pues, en general, trabajando con el cuerpo etérico, emocional y
mental, y, en raras ocasiones, el cuerpo causal, podemos encontrar el origen de
la mayoría de problemas y enfermedades que tenemos.
Interacción de los cuerpos sutiles con el vehículo orgánico
Para que una disfunción en los cuerpos sutiles del ser humano termine por
causar un problema en el cuerpo físico es necesario que esta disfunción llegue
al mismo, y, en general, esto sucede por los canales de interconexión que
existen entre los componentes de nuestra estructura.
Por ejemplo, el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático
(que posee la conexión con nuestra parte psíquica y etérica) son dos canales
separados para la expresión de la energía vital en el cuerpo, y para la
distribución de esa energía en todas las partes del mismo. Cualquier cosa que
altere el fluir natural y la actividad de la energía nerviosa proveniente de un
bloqueo etérico, emocional, mental, etc., produce no sólo un efecto en su
correspondiente cuerpo sutil, sino también un efecto físico y químico en el
cuerpo humano, ya que, a lo largo de este, están distribuidos los principales
ganglios y centros nerviosos (que recorren la espina dorsal), y varios centros
psíquicos o chakras que son responsables de alimentar y nutrir todos los
órganos del cuerpo.
Así, tanto los diferentes ganglios como los diferentes chakras están conectados
al sistema nervioso, y hay una relación armoniosa entre ellos tal como la que
existe entre las notas de la escala musical. El primer ganglio cervical, por
ejemplo, contiene númerosas conexiones con todos los órganos de la cabeza y
también con los tejidos y los músculos del cuello, y tiene interacción por
ejemplo con la glándula pineal, la glándula pituitaria, el hipotálamo, etc. Un
dolor de cabeza, por ejemplo, puede disminuirse actuando energéticamente
sobre ese punto.
Música para los nervios
Los doce grandes centros psíquicos que tenemos (chakras principales y
algunos secundarios) son especialmente afines, para cada persona, a doce
sonidos definidos de la octava musical (sumando las notas, sus sostenidos y los
puntos de choque de la octava – MI-FA, SI-DO – hay 12 “grados” energéticos o
vibracionales en una octava).
Estas notas musicales son diferentes en cada ser humano, es decir, el plexo
solar puede vibrar o activarse con la nota Do en una persona y con la nota Mi
en otra, aunque, en general, las diferencias no llegan a variar tanto. Otro de los
centros psíquicos en el lado izquierdo de la cabeza puede reverberar con la
nota Fa en una persona y con Fa# en otra. Según vamos creciendo o nos
vamos desarrollando intelectual y psíquicamente, la frecuencia de resonancia
que estimula un chakra puede elevarse; o, por el contrario, en personas cuya
fuerza física se ha deteriorado por enfermedad o por ley natural, el tono de
reverberación necesario para estimularlo puede llegar a ser considerablemente
bajo.
Vibrando con el entorno
Somos sensibles a las vibraciones energéticas del entorno, e imagino que todos
habéis vivido situaciones en las que, por ejemplo, cuando una nota determinada
se toca en un piano, violín o cualquier otro instrumento, diferentes partes de
vuestro cuerpo responden vibrando a aquella nota. Por ejemplo, si el plexo
solar de una persona reverbera con el Mi natural en la primera octava sobre el
Do central, cuando esa nota se toca o canta en su presencia, habrá un estímulo
en las vibraciones de la energía nerviosa que actúan sobre el plexo solar, que
hará que el centro y nervios, que tiene conectados, funcionen más activamente,
y con un efecto tónico sobre todas aquellas partes del cuerpo que están
conectadas con ese chakra, o con el ganglio más cercano (en este caso, el
primer ganglio lumbar del sistema nervioso).
Por otro lado, cualquier nota que esté en disonancia con la nota Mi o fuera de
armonía con ésta, y que se toque cerca del mismo punto, causará que el plexo
solar de esa persona se vea perturbado, y ocasionará una distorsión en el
funcionamiento armónico o rítmico de la energía nerviosa conectada con ese
centro. En este caso, se percibirá una sensación de malestar, de presión, dolor
ligero o tensión nerviosa que remite normalmente cuando cesa la vibración que
lo está causando, y el cuerpo recupera el equilibrio por si solo paulatinamente.
Un conjunto perfectamente afinado
Volviendo atrás, como resumen, la idea a transmitir es que una disfunción
energética en cualquiera de los componentes de las estructuras sutiles termina
produciendo una alteración en el flujo de la energía vital, afectando con el
tiempo a uno o varios centros psíquicos que, conectados a los sistema
nerviosos, se “desafinan”, creando desarmonía entre ellos. Si uno de los
componentes físicos o psíquicos, vibra en “desarmonía”, todo el conjunto suena
mal, como una orquesta mal afinada. Los órganos físicos que dependen de
esos centros entonces se desajustan (rápida o lentamente, según la
disonancia) y ahí tenemos el síntoma físico que es lo que notamos. Cuando
restauramos en origen la armonía entre componentes, y todo vuelve a
reverberar en la nota “que le toca”, el conjunto vuelve a funcionar óptimamente,
y la salud y el bienestar vuelven a ser instaurados en la persona.
Palabras con arquetipos tergiversados
22 diciembre, 2016
Que los seres humanos tenemos un potencial co-creador de la realidad enorme
lo hemos dicho ya en multitud de ocasiones, y es algo repetido por todas las
enseñanzas de cualquier época y tiempo. Este poder nace de la capacidad de
proyectar formas energéticas de diferentes vibraciones, sea a nivel psíquico o
mental, a nivel emocional, o a nivel verbal, que “moldean” el entorno en el que
existimos, para darnos la ilusión de la realidad que vemos. De hecho, uno de
los medios más importantes para crear una visión determinada de la realidad es
el uso tergiversado del lenguaje, y de eso trataremos hoy.
Una gran herramienta de co-creación
El lenguaje es uno de los mayores dones que poseemos los seres humanos,
pero también uno de los más arriesgados si es mal usado. Puede ser tierno o
cruel, amable o exaltador, difusor de la verdad o propagador de mentiras. Nos
ofrece posibilidades para descubrir esa verdad, y facilita a su vez recursos para
tergiversar las cosas y sembrar la confusión.
Posiblemente muchos recordéis que el periodista y escritor británico George
Orwell acuñó el concepto neolengua en su novela “1984”. Bajo ese concepto
denunciaba cómo los poderes fácticos usaban el lenguaje para controlar y
manipular a la ciudadanía, usando palabras que significaban justo lo contrario a
su aceptación común, y estaban concebidas para que su verdadero significado
se olvidara. Uno de los ejemplos más reconocidos de este experimento de
llevar el lenguaje al límite es que, en la novela, el Ministerio de la
Guerra termina llamándose Ministerio del Amor. Curiosamente en casi todos los
países se llama de mínisterio de Defensa –algo que, de por si, ya implanta una
connotación distinta en la mente de los ciudadanos que si tuviera el nombre que
realmente haría honor a su función.
Un buen ejemplo para mostrar el poder que tiene la palabra y el lenguaje que
se usa tuvo lugar en Estados Unidos, hace ya varias décadas, con la
retransmisión de un programa de radio que se llamaba “La guerra de los
Mundos”, de Orson Welles, basado en la novela del mismo nombre, y donde se
hizo creer a la población que una invasión extraterrestre había comenzado y
estaba en marcha. El programa, al empezar, anunciaba que una serie de
explosiones se habían registrado en Marte, después de este anuncio pasaban
una sintonía musical y, con cierta frecuencia, interrumpían la emisión normal de
la emisora para informar sobre una supuesta invasión marciana hacia nuestro
planeta. Los oyentes, la mayoría, que no habían escuchado la introducción
antes de empezar el programa, no sabían que era un programa de ficción, y se
pensaron que se trataba de un noticiero real, y, en consecuencia, cundió
literalmente el pánico en Nueva York. Fue una forma en la que se pudo ver el
poder de los medios de comunicación y el poder de la palabra oral, pues la
sociedad americana entró en un estado de histeria colectiva realmente nunca
visto antes.
Muchas formas de tergiversar los hechos con el lenguaje
En general, las formas de manipulación a través de la palabra son
innumerables: la mentira repetida mil veces hasta que nos parezca verdad, la
ocultación de aspectos importantes de la realidad, la exageración de hechos o
personas, los titulares tendenciosos, la descontextualización de lo que se
cuenta, la sugerencia como reales o posibles de hechos que nunca tuvieron
lugar, la creación de bulos, la utilización de una parte como si fuera el todo, la
difamación, etc. En general, todos estos mecanismos usados en los medios de
comunicación con el objetivo de que detonemos una serie de reacciones y
pensamientos al oír o leer una serie de frases.
Esto funciona porque todos nosotros tendemos a asociar arquetipos a las
palabras que usamos, y lo hacemos sin darnos cuenta. Cada palabra tiene un
significado imbuido en nuestra psique, en diferentes niveles de la misma, y
estos significados se encuentran en forma de conceptos y arquetipos en los
planos superiores de la realidad física en la que manifiestan su concepto, a
nivel mental, causal, etc. Esto quiere decir que si consigues que determinadas
palabras se asocien a determinados significados de forma consciente o
inconsciente, puedes hacer creer a las personas lo que quieras, ya que con
solo hacerles escuchar esas silabas y fonemás, automáticamente atraerán y
decodificarán su contenido según a lo que este se haya conectado y lo que en
el se haya imbuido.
Conceptos flotando en el aire
Imaginémoslo con un ejemplo gráfico. Tenemos dos globos que flotan, y una
cuerda larga que los sujeta. Los globos están llenos de aire, pero el aire de un
globo tiene, vamos a decir, un concepto imbuido asociado un color A y el aire
de otro corresponde a un significado y concepto asociado un color B. Ambos
globos flotan alto, de forma que nadie los ve, pero si que ven las cuerdas, que
están atadas a dos piedras que corresponden con las palabras que usamos
para referirnos a los dos colores. Si el globo A corresponde y contiene el
concepto rojo, y el globo B el concepto verde, pues la cuerda del A está atada a
una piedra que pone rojo y el B a una piedra que pone verde.
Cuando una persona encuentra por primera vez la piedra verde, cuando aun no
sabe que significa esa tonalidad y esas letras, no tiene más que tirar de la
cuerda y entonces ve bajar la información del globo verde, que le “inyecta en su
entendimiento” que el color que ve pintado en la piedra y la secuencia de letras
corresponden al concepto de “verde” del globo. Cuando una persona coge la
piedra roja y quiere saber que significa ese color, estira de la cuerda y atrae
hacia si el globo con el concepto de rojo, que es imbuido entonces ya para
siempre en su psique, y a partir de aquí siempre sabrá lo que significa esa
tonalidad.
Volviendo al lenguaje, con las palabras y sus significados actuales es lo mismo.
No son más que fonemás, sonidos, que al pronunciarlas están atadas a un
concepto, que nuestra mente “atrae” hacia nosotros y nos indica que esas letras
puestas unas detrás de otras tienen tal o cual significado, ya que corresponden
a tal o cual concepto, que no es otra cosa que tal o cual arquetipo que está
ubicado en el plano mental y/o causal de la estructura de la realidad.
Cuando se desea manipular el contenido de los globos (arquetipos y conceptos)
para que las personas al usar una palabra lo asocien con otra cosa
completamente distinta, entonces estamos hablando de la manipulación y
tergiversación del lenguaje. En el ejemplo de los globos, si cogieras la piedra
verde y estuviera conectado a un concepto que signifique “azul” siempre que
vieras algo de tono verde u oigas la palabra “verde” hablarías del color azul.
Cuando miles o millones de personas usan una misma palabra para asociarla a
un concepto, este toma validez y cristaliza, materializa y manifiesta ese
arquetipo en el plano físico, así que si usamos la palabra pero tenemos un
arquetipo equivocado, manipulado o tergiversado asociado a ella, nuestra
realidad estará marcada por el contenido que en nuestra psique tiene esa
palabra.
Lenguaje verde o lenguaje oculto
Conceptos manipulados para que algo siendo una cosa lo asociemos a otra
existen muchos a lo largo de la historia, o palabras que han sido construidas
para que las usemos rutinariamente con un significado oculto que no
comprendemos abundan en los principales lenguajes del planeta. Por ejemplo,
la palabra soldado, en inglés soldier, tiene su origen según el diccionario en la
palabra italiana “soldare”, cuyo significado era “pagar”, probablemente
descendiente de salario, y que también dio nombre a una moneda italiana, el
“soldo”. En este caso todo nos dirige hacia el origen “económico” del término,
algo normal teniendo en cuenta que, por aquella época los soldados solían ser
mercenarios que defendían al mejor postor, o en este caso, al mejor pagador.
Sin embargo, soldier, sigo con su forma inglesa, está formada en lo que se
llama en “green language“, lenguaje verde, lenguaje oculto y esotérico, por la
construcción, en inglés, de las palabras soul – alma, y dier– to die, morir. Así
que un soldado, en inglés, en lenguaje oculto, no es otra cosa que un alma a la
que se envía a morir, que es realmente el arquetipo que tiene asociado y el que
representa a esas letras y fonemás.
Como veis la manipulación del lenguaje responde, en general, a la voluntad de
dominar a personas y grupos en algún aspecto de la vida y dirigir nuestra
conducta de forma consciente o inconsciente, y de ahí que se pueda crear una
realidad acorde a arquetipos equivocados a base de su uso por millones de
personas. Ya hemos hablado de esto anteriormente y ya sabéis de que se trata,
nosotros creamos el mundo en el que existimos y nuestro lenguaje forma parte
de las herramientas de esa creación, cuando usamos, porque así nos han
enseñado, que ciertas palabras significan ciertas cosas, automáticamente
ponemos en marcha esos conceptos a la hora de decodificar la realidad común,
y a la hora de seguir generando y manteniendo un status quo que puede o no
estar acorde a nuestro bien mayor global.
En algún momento, cuando dejemos de usar ciertos términos para ciertos
conceptos, si llega que podamos todos entender y estudiar los arquetipos
correctos que corresponden a los vocablos que usamos, aunque suene utópico,
cambiarán las realidades materiales de lo que esos términos significan, y su
manifestación terrenal tomará otra forma, que esperemos, nos ayude a cambiar
un poco más la realidad global para todos. Ningún alma debería ser enviada a
morir por aquellos, que, sin duda, no poseen una, y que se mofan de la masa
de la humanidad porque no nos damos cuenta que reforzamos una y otra vez
un concepto diseñado para que sirvamos de títeres en un juego que tiene que
terminar ya.
Tu lugar en el mundo
14 diciembre, 2016

Imagino que a más de uno le ha sucedido, en alguna época de su vida, no


saber cómo encajar en el mundo. La sensación de estar desubicados, de no
encontrar un propósito, de no tener claro el rumbo a seguir. Hay muchos
aspectos involucrados en este tipo de sensación: psicológicos, energéticos,
espirituales, e incluso físicos y hormonales, pues diferentes etapas de la vida a
partir de los diferentes ciclos que nos rigen, nos hacen pasar por esas
llamadas “crisis existenciales” de vez en cuando. Cómo superar la sensación de
desubicación requiere, como todo en la vida, de trabajo interior para
recomponer nuestra conexión con nuestra hoja de ruta pre-planificada antes de
nuestra primera entrada a cada nueva existencia, y hay dos componentes
importantes que hoy vamos a explicar, un poco, para desgranar más a fondo
como funciona eso del “encaje” en el “plan mayor” que rige nuestras
existencias, y nuestro acople a la realidad en la que esta se desarrolla.
Una estructura energética compleja
Creo que somos conscientes, la mayoría, que no somos nuestro cuerpo físico,
ni nuestras emociones, ni nuestra mente. Eso no es más que un traje temporal
para nuestra alma, y más allá, para nuestro ser o Yo Superior, un envoltorio que
se hace y se deshace, se forma y se destruye, se crea y se descrea.
Así que el ser que somos requiere múltiples capas, llamadas cuerpos sutiles,
entrelazados entre sí, involucrados y coordinados unos con otros, y donde el
menos denso y más energético, interpenetra al más denso y material. De esos
cuerpos tenemos varios, pero solo cinco están medianamente desarrollados en
el ser humano. No hemos llegado aún al nivel evolutivo en el cual se haya de
activar la materia que forman los cuerpos superiores en la mayoría de las
personas. Para el humano medio, excepciones aparte, la composición que
presentamos es la siguiente:
 Cuerpo físico, químico y orgánico
 Cuerpo vital o etérico
 Cuerpo emocional o astral
 Cuerpo mental
 Cuerpo causal
Así, para cada encarnación, y referente al trabajo que nos proponemos hacer
en la misma, como misión o propósito, hay dos estructuras energéticas que son
importantes, pues son las que nos permiten encajar en la totalidad del
rompecabezas que representa la realidad humana a la que entramos a formar
parte, como la pieza de un puzle que si está correctamente insertada en su
lugar, permite que sintamos que formamos parte de un propósito más amplio.
Así, en este caso, los dos componentes del sistema energético que
revisaremos como parte de esa pieza del rompecabezas que nos permite
encajar en el gran esquema de las cosas, son, primero, una de las capas del
aura (la quinta), y, segundo, el llamado cordón dorado o línea del Hara.
La capa transetérica del aura
El campo electromagnético que rodea al ser humano es llamado por la mayoría
de culturas orientales el “aura”, y forma parte de la estructura del primero de
nuestros cuerpos sutiles, el cuerpo etérico. En el interior de este campo, se
suelen distinguir 7 niveles.
Explica Bárbara Ann Brennan y otros escritores del tema, que el quinto nivel del
campo electromagnético que poseemos, como parte de nuestro cuerpo etérico,
corresponde al nivel de la voluntad divina y de nuestra ubicación en el mundo.
Esta capa contiene no sólo la forma y molde de nuestro cuerpo físico (algo de lo
que se ocupa la información o plantilla que forma la primera capa de este aura),
sino también la información que forma las plantillas del resto de la vida
consciente en la realidad con la que interactuamos, y, por ello, contiene el
modelo evolutivo, diagramas, y formas, de la vida que se manifiesta en nuestro
planeta y de la que somos parte. Es, por intentar explicarlo más claramente, la
parte de nuestro campo energético que contiene, “impresionado” en él, la
voluntad de los niveles superiores del ser humano para cada encarnación, pero
registrada en forma de esquemas, modelos y formas, como los planos de algo
que luego se va a crear y se ha de construir en el mundo tangible a los
sentidos.
De esta manera, los planos y diagrama que forman nuestra plantilla de
existencia y nuestra hoja de ruta para cada encarnación existe dentro de todos
nosotros, y tenemos el libre albedrío de alínearnos o no con esa planificación
que no es más que una guía para el plan evolutivo de cada uno, y así mismo de
nuestra relación con la humanidad y nuestra ubicación en la Creación. La
energía que existe en esta plantilla en el aura está viva, vibra y se despliega
constantemente, a medida que interactúa en su mismo nivel de frecuencia y
vibración con el “molde” global de la realidad humana de la que formamos
parte, ya que cada nivel de los campos y capas que nos componen resuena y
vibra con un nivel afín de la estructura dimensional de la realidad, de ahí que, si
pudiéramos sentir la energía de esta quinta capa aural, nos daría la sensación
intensa, casi inexorable, de voluntad e intención, de orden perfecto. Es un nivel
energético de precisión donde todas las cosas tienen que encajar con todas
para que la vida discurra correctamente.
Por este motivo, parte de la sensación de desubicación y de no saber como
encajar en el mundo viene de la falta de alíneación de la personalidad, y la
realidad que hemos manifestado, con el contenido de esta quinta capa. Si uno
está alíneado con su propia plantilla de existencia, diseñada por una
consciencia superior a la personalidad, incluso al alma, es cuando uno siente
una intensa conexión con todo cuanto le rodea, y tiene la sensación que está en
su lugar, con su propósito, y sincronizado con todos los lugares y todas las
intenciones. Se conoce el orden como un principio universal, y se está
conectado con el propósito de esta encarnación.
Por contra, cuando no estamos alíneados con esa plantilla, y nos sentimos
desubicados de nuestro propósito y misión, el campo aural en su quinta capa
suele aparecer distorsionado. No encajamos en el modelo global de la
humanidad, y no nos sentimos parte de todo lo que nos rodea. No conocemos
nuestro lugar en el gran esquema de las cosas ni nuestro objetivo para con el
mismo. De hecho, la idea de que exista tal cosa quizá no tiene sentido para
nosotros, y nos da la sensación de que no encajamos o no sabemos cómo
integrarnos en el mundo en el que vivimos.
La línea del Hara y la conexión con nuestro propósito
El segundo componente (entre otros), que tiene una relación directa con
nuestro lugar en el mundo, es el llamado cordón dorado o línea del Hara. Todos
tenemos una línea energética, a modo de cordón de luz, que se origina en un
punto situado por encima de la cabeza, y a través de este punto hacemos
nuestra conexión directa con nuestro ser, nuestro Yo Superior.
Mientras que el campo electromagnético del aura se relaciona con nuestra
personalidad y la forma de encajar en la realidad de la que somos parte, el nivel
del Hara se corresponde directamente con la misión en la vida y con nuestro
objetivo espiritual y evolutivo. Es el nivel que nos alínea con el principal objeto
de nuestra vida, y es aquí donde uno establece y conserva su intención de
trabajar por un bien mayor mientras estamos encarnados.
A nivel de estructura, este cordón tiene algo menos de un centímetro de
anchura y se extiende desde el centro de la esfera de consciencia del ser
humano, ubicado en el llamado noveno chakra o centro de consciencia
universal, hasta las profundidades de la Tierra. La línea desciende a través del
pecho, a la altura del timo y sigue bajando hasta el tantien, en el abdomen
inferior, por debajo del ombligo. A partir de aquí, se prolonga desde el tantien
hacia las profundidades del centro del núcleo terrestre y es a través de ella que
estamos conectados también a nuestro planeta. Una comprobación rutinaria de
nuestro sistema energético nos permite auto detectar que el punto inferior de la
línea del Hara en el núcleo del planeta se desconecta con relativa facilidad, con
lo que es necesario un pequeño ejercicio regular, mediante la intención,
visualización o trabajo energético para reconectarnos al mismo. El cordón
dorado puede dañarse o desconectarse tanto por influencias internas
(desarmonización de nuestro sistema energético, bloqueos en alguno de los
puntos por donde el cordón pasa) o bien por influencias externas (campos
electromagnéticos que nos afectan, torres de alta tensión, entes acoplados,
etc.), de forma que es necesario restaurar con la intención el cordón dorado
para recuperar la conexión, tanto hacia los planos superiores como hacia el
planeta.
Ambos componentes son parte de las estructuras que nos permiten sentir que
tenemos un lugar en el mundo, y de sabernos con un propósito que nos guía y
nos mantiene firmes ante los vaivenes de la realidad en la que existimos. Con
una simple meditación, visualización e intención, se puede uno volver a alínear
con ese propósito, trabajando para reconstruir esa quinta capa del aura o
volviendo a alínear de extremo a extremo la línea del Hara. Diferentes técnicas
de artes marciales hacen esto último, así como diferentes técnicas de sanación
energética también. A nosotros, al menos, nos sirve para conocer un poco más
de donde viene esa sensación de desubicación y de sentirnos fuera de lugar
que a veces nos invade, y comprender que tiene su origen en componentes
dentro de uno mismo que han perdido su armonía y alíneación, y que es
necesario volver a reconstruir para que sigamos siendo piezas del engranaje
mayor que dirige el proceso evolutivo de la raza a la que pertenecemos.
Envenenamiento mental y el fuego de la verdad, 6 diciembre, 2016.

La técnica del envenenamiento mental es una herramienta usada por los


poderes en control, entes interdimensionales y diferentes tipos de seres (y
quizás personas) para manipular el cuerpo mental de alguien e imbuirle
pensamientos, ideas y todo tipo de formas mentales que no son las suyas, pero
que se hacen pasar como tales, provocando que la persona piense, crea, sienta
y actué de forma acorde a cómo se desea o se intenta provocar en ella. A este
respecto, en un artículo anterior os decía:
La experiencia e investigación nos ha llevado a darnos cuenta de que todos
aquellos considerados “molestos” por los que rigen aun las estructuras de este
sistema, recibimos 24/7 una onda disruptiva proveniente de un emisor tipo
antena situado en las bases de gestión y poder existentes en el planeta, desde
donde se controla toda la matrix del sistema de vida humano. Existe algo así
como una antena por persona “marcada”, sintonizado a la frecuencia base de
las glándulas pituitaria, pineal y parótida, que identifican individualmente la
frecuencia de resonancia de cada uno de los seres humanos. Para obtener
dicha frecuencia y poder sintonizar la antena hacia una persona, existe otra
especie de tecnología de scan. Dependiendo de la configuración mental de la
persona, la onda está enfocada hacia una o varias de las esferas mentales del
individuo. El contenido de esta onda lo forman mensajes, formas mentales,
pensamientos, que la persona cree ser suyos, y entre ellos se imbuye todo tipo
de programas de reducción del potencial de la persona.
Darte cuenta de que te están manipulando la psique para que creas algo o para
insertarte pensamientos que parecen propios pero que no lo son, es un
desgaste energético brutal, todo el día estando alerta auto-observándote para
poner en duda ciertas cosas que se te pasan por la cabeza, o ciertos
comportamientos que manifiestas, preguntándote si realmente son inducidos,
imbuidos o potenciados quizás de una semilla ya presente en ti, pero
artificialmente amplificados. El propósito, en los casos más simples de esta
manipulación, es desviarte de objetivos, crear confusión en uno, caos y rupturas
con proyectos, personas y propósitos en marcha, y, en los casos más extremos,
literalmente, volverte loco.
Diferentes medios de envenenamiento mental
Cuando se hace por medios tecnológicos, funciona a partir de la inducción
mental remota, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión; cuando es un
ente el que lo hace, se produce por el acople al cuerpo mental del mismo o por
la inserción de “burbujas mentales” en este, así como de programas y patrones
en diferentes partes de la psique. Lo que aquel que está siendo “envenenado”
siente, percibe o piensa, forma parte ya del contenido que tiene en su mente, y,
si no te has dado cuenta que estás pensando o viendo o percibiendo cosas no
usuales, o que te inducen hacia un tipo de comportamiento u otro, sutilmente
negativo y sutilmente disruptivo en todos los casos, para ti mismo y para con
otros, es difícil pararlo y no dejarse llevar por el mismo.
En mayor o menor grado, muchos de nosotros hemos sufrido mini-
envenenamientos mentales y manipulaciones de este estilo, bien por entes
actuando desde los planos no físicos, bien por la estructuras de nuestro sistema
de control, haciendo que, en nuestra pantalla mental nos montemos historias y
escenarios de todo tipo que nada tienen que ver con la realidad, pero que,
interiormente, son tan vívidos como si estuvieran sucediendo en el mundo físico
tal y como nos los imaginamos. Esto varia desde situaciones y películas que
nos montamos sobre lo que nos puede pasar, a interpretaciones totalmente
distorsionadas de cosas que estamos viviendo con otras personas, hasta
manipulaciones en nuestra mente de proyectos e historias en los que estamos
metidos, haciendo que, al insertar nuevo contenido en la psique o manipular el
existente, se desvirtúe la realidad interior que cada uno se forma sobre algo o
alguien, que luego no se corresponde con la manifestación física de lo que ese
algo o alguien es o hace en ningún sentido.
Al haber pasado por muchos episodios de este tipo y haber perdido mucha
energía y muchas noches de no dormir por no darme cuenta a tiempo de que lo
que discurría por mi cabeza no eran más que pensamientos manipulados e
insertados para hacerme cambiar mi visión algo o alguien, desistir, olvidar o
dejar de hacer esto o lo otro, con alguien o con algo, llegué, y llegamos todos, a
un punto que necesitas herramientas para poder discernir que memorias,
pensamientos e ideas son falsas o manipuladas, y cuales no. Tratar de
aprender a sentir la frecuencia de la “verdad” detrás de esas formas mentales
no siempre es sencillo, así que en muchas ocasiones se hace necesario recurrir
a una combinación de técnicas y herramientas para ello.
El fuego de la verdad
La forma siguiente que os comento a continuación no es más que una de esas
herramientas, y la aprendí leyendo a supervivientes de experimentos de
control mental, profundamente programados y con muchos alters de
personalidad, tantos y tan bien creados en la esfera de consciencia, que es
realmente complicado que sean capaces de saber que memorias son reales y
que memorias han sido implantadas en ellos, o que pensamientos son suyos y
cuales son externos. Para esta técnica se usa la energía de uno de los cuatro
elementos primario, el fuego, en una visualización donde se “inserta” el
pensamiento, memoria, visión o lo que sea que queramos saber si es
“verdadera”, o si es falsa, en él.
¿Cómo funciona esto? Las memorias, pensamientos y manipulaciones de la
psique que son artificiales son como las flores naturales y las flores de plástico,
a estas últimas les falta “vida”, por mucho que se parezcan o por muy bien
conseguidas que estén, no dejan de ser creaciones externas con energía
diferente a la nuestra, que se insertan o proyectan sobre nosotros. El problema
es que están muy bien hechas, y por eso no las distinguimos en un estado
ordinario de pensamiento sin autobservación constante y atenta, pero no tienen
las mismas cualidades que aquello que es natural y creado por uno mismo.
Todo empieza por cuestionarse aquello que estás recordando, que te ha
llegado como un mensaje o intuición, como una canalización, aquello que te
descubres pensando o se te está pasando por tu mente, etc., y tratar de percibir
si podría ser una película proyectada o insertada, que simplemente no cuadra
con el resto del contenido, ideas, experiencias y memorias que posees sobre el
tema en cuestión. Es como insertar una rosa de plástico en un rosal y hacerla
tan brillante y olorosa que es todo lo que nos llama la atención, sin darnos
cuenta de que es la única rosa de todo el conjunto que tiene una pinta extraña
respecto a las demás, y que no encaja con el resto del contenido de la psique
que poseemos en cualidades, vibración, sensación, etc.
Quemando lo que necesitamos verificar
Una forma de tener una pista sobre si esta “rosa de plástico” es “real”, es
visualizarla dentro de un fuego, “el fuego de la verdad”, que es una energía
arquetípica que posee su propia frecuencia y existencia, y que actúa de “juez”
ante la forma mental que puede o no estar alíneada y sintonizada con ella,
siendo nuestra energía base de comparación. Para conectar con esa energía
uno no tiene más que decretar, poner la intención o invocarla.
Si al visualizar el pensamiento, recuerdo, evento, memoria, etc., quemándose
ves, sientes, percibes o tienes la impresión de que ese recuerdo o forma mental
“se derrite”, entonces es falsa, ya que no está acorde al arquetipo “verdad” que
es un tipo de vibración que tenemos a nuestra disposición para comparar todo
contra ella y ayudarnos a discernir. Eso es lo que hace más o menos el centro
intelectual superior de forma automática, ubicado y asociado al octavo chakra,
extracorporal, cuando está activo y funcionando, algo que, como también
hemos comentado en algún otro artículo, no es así en prácticamente ningún ser
humano en estos momentos, de ahí que sea tan fácil engatusarnos con todo
tipo de mentiras por los medios de comunicación y poderes varios, al no ser
capaces de comparar automáticamente lo recibido con la frecuencia o vibración
que tiene la energía de la “verdad”.
Por otro lado, si la memoria, pensamiento, visión, escenario mental, etc.,
persiste, y sientes que a pesar de haberlo visualizado “quemándose” sale ileso,
es una indicación de que la energía que lo forma está alíneada con lo que es
correcto y verdadero, que no tiene por que ser exacto y 100% certero, pero está
alíneado con el arquetipo, y eso ya es una indicación de que no es manipulado,
y nos ayuda a discernir cómo actuar o que hacer respecto a este
envenenamiento mental negativo que pudiéramos estar recibiendo. Esto suele
pasar, como digo, en los casos más repetitivos y persistentes, cuando eres
molesto para el sistema, y esperemos que llegue un momento que haya tanta
gente que “moleste” que no den abasto, y no haya forma de seguir manipulando
a todo el mundo. El miedo al fracaso que tienen los poderes en control es tan
grande, y hay tantas personas que se están dando cuenta de ello, que cada vez
tienen menos armás para parar el cambio y transformación interior en cada uno
de nosotros que nos va a llevar a la transformación y cambio global para toda
nuestra raza, la Humana.
Vídeo de la conferencia “Humanidad y Salto Evolutivo”
28 noviembre, 2016

Este fin de semana pasado pusimos el punto y final al ciclo de conferencias que
hemos denominado “Humanidad y Salto Evolutivo”, que durante todo este año
nos ha llevado por diferentes ciudades de España y Chile, tratando de compartir
todo el material estudiado, aprendido y comprendido a lo largo de los últimos
meses, por todo el equipo de la EMEDT.
Como prometido, hemos grabado una de esas conferencias para poder subirla
ahora a YouTube, y que esté disponible para todos aquellos que no habéis
podido asistir en vivo a las mismas. Esperamos que el contenido de las charlas
sirva para entender un poco más, y daros una pequeña pieza de vuestro
rompecabezas particular, sobre el proceso de transformación que está viviendo
el ser humano, sobre los procesos energéticos que lo rigen, sobre la forma de
proceder a iniciar la transformación interior en cada uno de nosotros que lleve a
la modificación de la realidad común.
Aquí os los dejamos esperando que sean de vuestro interés.
Primera parte:
https://youtu.be/0dls1uJCdcQ
Segunda parte:
https://youtu.be/yuoUhZxOAFU
La verdadera historia del árbol de navidad
21 noviembre, 2016

Decía Honoré de Balzac, novelista francés, que hay dos historias: la historia
oficial, embustera, que se enseña ad asum Delphini, (para uso del Delfín) y la
historia secreta, en la que se encuentran las verdaderas causas de los
acontecimientos.
Como estamos a punto de entrar en fechas navideñas, y para hacer un post
relajado esta semana, vamos a ver dos versiones de una misma historia, que
nos dejará ver, como siempre, que hay algo entre bambalinas dentro de la
simbología y rituales que todos llevamos a cabo en fechas señaladas, sin saber
bien que significa lo que hacemos.
Es posible que dentro de pocas semanas, en muchos hogares del planeta, se
instale el árbol de navidad con los regalos debajo, y que celebremos todos unos
festejos en familia y demás durante unos días de vacaciones, como hacemos
cada año. Esta costumbre de poner el árbol de navidad, según la historia oficial
y la tradición, es debida a que, en la antigüedad, los germanos estaban
convencidos de que tanto la Tierra como los Astros pendían de un árbol
gigantesco, el Divino Idrasil o Árbol del Universo, cuyas raíces estaban en el
infierno y su copa, en el cielo. Estos, para celebrar el solsticio de invierno –que
se da en esta época en el Hemisferio Norte-, decoraban un roble con antorchas
y bailaban a su alrededor.
Según la leyenda, alrededor del año 740, San Bonifacio –el evangelizador de
Alemania e Inglaterra- derribó ese roble que representaba al Dios Odín
(hiperbóreos, la culturas y tradiciones ancestrales de los pueblos nativos y del
origen de la humanidad) y lo reemplazó por un pino, símbolo del amor eterno de
Dios (impuesto por las religión judeo-cristiana). Este árbol fue adornado con
manzanas (que para los cristianos representan las tentaciones) y velas (que
simbolizaban la luz del mundo y la gracia divina). Al ser una especie perenne, el
pino es el símbolo de la vida eterna y además, su forma de triángulo,
representa a la Santísima Trinidad, simbología de la que ya hemos hablando
anteriormente en varios artículos sobre el uso del triangulo para representar las
tres fuerzas de la Creación. Luego, en la Edad Media, esta costumbre se
expandió en todo el viejo mundo y más tarde llegó a América.
El primer árbol de Navidad, decorado tal como lo conocemos en la actualidad,
se vio en Alemania en 1605 y se utilizó para ambientar la festividad en una
época de extremo frío. A partir de ese momento, comenzó su difusión: a
España llegó en 1870, a Finlandia en 1800, y en el Castillo de Windsor –en
Inglaterra- se vio por primera vez en 1841.
Esta historia, que forma parte del entramado de la ilusión y el decorado de lo
que realmente significan las cosas, tiene su contrapartida esotérica para
aquellos que se han iniciado en el significado correcto de cierta simbología
presente en nuestras vidas.
¿Cual es esta otra historia del árbol de navidad? Quizás algunos ya sabéis que
en los bosques de coníferas suelen crecer los hongos amanita muscaria, que
viven en simbiosis con estos. Una parte de la familia de las amanitas son
hongos que contienen químicos psicoactivos y tienen un largo historial de uso
en Asia y el norte de Europa. En Siberia, por ejemplo, estos hongos son
consumidos por los chamanes de algunas tribus para entrar en estados
alterados de consciencia, para proyectarse a otros planos y dimensiones, para
“ver” lo oculto del mundo, para comunicarse con otros entes y energías, etc.
Debido a esto, los regalos al pie del árbol que se colocan bajo el pino de
navidad, hacen alusión a los hongos que nacen junto a sus raíces. Cada uno es
una “sorpresa”, pues el chamán o la persona que los consumía, desconoce a
priori a dónde le llevará el viaje que los hongos le regalan. Además, gracias a
estos “regalos”, los chamanes, hombres medicina, adeptos e iniciados de todas
las tradiciones ancestrales, accedían a experiencias y al despertar de la
consciencia que les acercaban a la “iluminación”, siendo este el significado de
las luces que adornan el árbol, que ha sido alcanzada mediante el consumo de
enteógenos, en este caso los hongos, considerados sagrados y fuente de
conocimiento por todos los antiguos pueblos de la tierra; usados desde hace
milenios por los chamanes como medicina.
En otras palabras, el pino sirve como un distractor para los profanos, porque el
verdadero “Árbol del Conocimiento”, es el hongo que crece a sus pies y que
está reservado solo para los iniciados.
Vídeo de la conferencia: “Biorritmos y dinámicas energéticas”
14 noviembre, 2016

Este fin de semana pasado estuve en Córdoba, invitado como ponente en el


congreso SaludableMentes, dando una pequeña conferencia sobre los ciclos
de la vida, los biorritmos, las dinámicas invisibles que rigen los procesos de la
realidad y la ley de las octavas. Acabo de terminar de subir el vídeo a Youtube,
así que para todos los que no pudisteis asistir, y estéis interesados en el tema,
aquí lo tenéis. Muchas gracias a los organizadores y responsables del evento
por la oportunidad dada de seguir cumpliendo con el trabajo de ir explicando
cada vez, un poco más, cómo funciona este mundo en el que nos movemos.
https://youtu.be/Xg31XuscV2g.
La tercera fuerza y la colaboración de los opuestos
10 noviembre, 2016
alguna vez hemos dicho que más allá de las fuerzas duales y del baile de los
opuestos que gobiernan la realidad, una tercera fuerza, la que completa la
tríada que forma toda energía de la Creación, tenía el control final de todo.
Todo elemento está formado por tres componentes que responden a una parte
activa- otra pasiva- y otra neutra. La lucha de fuerzas entre lo activo y positivo,
y lo pasivo y negativo, se manifiesta en la realidad como el mundo bidireccional,
bipartidista y dual que todo lo rige, y el tercer observador se queda equidistante,
como bien le corresponde, observando, y procurando que ninguno de sus dos
extremos se vayan demasiado hacia un lado u otro.
En el artículo sobre esta tercera invisible fuerza decía:
Imagino que muchos conocéis que el símbolo para representar “la Fuente”,
aquello de donde “todo” emana es un triangulo. Se lo asocia con tres fuerzas,
energías y cualidades, y aunque entendamos y percibamos la existencia como
un juego de opuestos, una realidad donde vivimos dentro y bajo el concepto de
la dualidad, en realidad, el juego tiene siempre tres partes. No importa que
sistema filosófico, religioso, cultural, esotérico o metafísico leáis, todos los
fenómenos que existen surgen de la interacción de tres fuerzas. Una se
describe como de naturaleza activa, creadora; la segunda como pasiva,
receptora; y la tercera como mediadora y neutra.
Esta tercera mano que mueve la cuna es la que está dejando que muchos
eventos de una u otra polaridad tengan su reflejo en esta realidad en estos
momentos, pues las fuerzas de uno u otro signo son los que detonan con cada
vez más fuerza e insistencia la sanación y transmutación de aquello que ya no
concuerda con la realidad macro que se está formando a nivel global y
colectivo, para el trabajo que se ha de hacer de cara a seguir avanzando en la
transformación planetaria. Así como el agua es antagónica al fuego, al menos a
nivel de fuerzas arquetípicas, también pueden colaborar cuando una tercera
fuerza interviene para ello. Ni el agua se acercaría al fuego por si sola porque
se evaporaría, ni el fuego permitiría que el agua cayese sobre ella porque lo
apagaría, pero si mediante otro sistema intermedio el fuego es usado
forzadamente para calentar el agua, obtenemos una energía mezcla y producto
de la cooperación entre las dos fuerzas opuestas que sirve a un tercero para un
bien mayor (en este caso, un humano en la ducha, por decir algo, o tomar una
taza de té).
Aquello que mueve que fuerzas opuestas voluntaria o involuntariamente se
unan para acometer un bien mayor está fuera de control de ambas polaridades,
que se ven involucradas en acciones o eventos que no saben que están
sirviendo para un propósito más amplio que el preparado inicialmente por ellas.
Como ejemplo, cuando hubo el anuncio que comentamos de la posible
tormenta solar o evento espacial por parte de Obama para sembrar miedo,
se hizo con esa intención, y esto como consecuencia formó el egregor que ya
comentamos. Pese a nuestros intentos de transmutar el egregor y eliminarlo
con las fuerzas de la polaridad contraria, la tercera fuerza, por decirlo así, no
nos dejó hacerlo, ya que suponía una oportunidad de crecimiento para otros
como también dijimos en el artículo hace unas semanas.
¿Quién es esta tercera fuerza a nivel planetario? Es la que rige, posiblemente,
el propio crecimiento del planeta. No es ninguna raza de las que están ahí
fuera, estas pertenecen a una de las dos polaridades que luchan entre si, unas
por el sometimiento y el status quo de dejar todo como está, y las otras por
ayudar a la liberación del ser humano y por un cambio a nivel global, pero, algo,
“más arriba”, trabaja por que todos y cada uno de nosotros tengamos las
oportunidades de acercarnos más a nuestro verdadero origen y ser interior,
usando los acontecimientos que la dualidad y las fuerzas que las representan
siguen poniendo en marcha en el tablero de juego que es nuestro planeta.
Estar alíneado con la tercera fuerza no se antoja factible en el plano físico: o se
está trabajando para el cambio o se está trabajando para mantener el sistema
existente de esclavitud no declarada y de ser recursos para otros, ya que
mantenerse neutro en esta situación actual (no hacer nada) suma al status quo
actual, pues la inacción de no trabajar en uno mismo (siendo la única forma de
cambio) favorece a una de las dos polaridades por estar así diseñada esta
realidad.
Es correcto que hay personas que trabajan bajo la energía de la neutralidad, y
mantenerse alíneado con ella en algunos aspectos supone permanecer como
“guerreros independientes”, en una batalla que, aunque tiene claro vencedor,
pues desde un futuro que ya existe ya se decanta hacia una polaridad de
cambio positivo y evolución de consciencia, tiene los tiempos líneales de
cambios marcados por el esfuerzo de la polaridad contraria y la ofensiva llevada
a cabo por esta para recuperar continuamente el terreno perdido.
A este respecto, cuando el mundo entra en un estado de semicaos energético
como en estos momentos, la vida de todos los seres humanos se ve alterada.
No hay realidad individual que no sufra los vaivenes y las consecuencias de las
modificaciones en las líneas temporales, campos mórficos y demás niveles y
ajustes planetarios, pero es complicado y difícil que se haga llegar esta
información a la masa de la humanidad sin suscitar miedos, distorsiones o
causar más confusión en nosotros. Estas repercusiones son necesarias y
forman parte de los proyectos y reajustes a gran escala que hay que realizar
para que la línea 42 pueda afianzarse con total seguridad. En breve, en un
lapso de tiempo no determinado, este tipo de desbarajuste vibracional para
muchos se sentirá menos y será más fácil de llevar. Nuestro trabajo sigue
siendo con la gente y el trabajo con el planeta sigue siendo cosa de esas otras
fuerzas que siguen sus propias agendas a otros niveles mientras nos facilitan
oportunidades de cambio interior.
Escuchando al cuerpo: comunicación a través del sistema parasimpático
1 noviembre, 2016

En el último artículo hablando de la importancia de escuchar al cuerpo


decíamos:
La razón es que otras partes de la psique y de la estructura multidimensional
del ser humano se comunican también a través del cuerpo cuando la mente
consciente y racional está ofuscada y velada por tantos programas y filtros, por
lo que se convierte en un canal y mensajero estupendo a la hora de tomar
decisiones o analizar cualquier cosa que nos digan. Ya hablaremos más
adelante de cómo funciona esto, ya que tiene que ver con los dos sistema
nerviosos que posee el ser humano: el cerebro-espinal-simpático y el sistema
nervioso autónomo-parasimpático, y las conexiones de este último con la parte
psíquica y sutil de todos nosotros.
¿Cómo hacen otras partes del ser humano para poder comunicarse a través del
cuerpo? Principalmente mediante este segundo sistema nervioso, el sistema
parasimpático, cuyo “director” es el hipotálamo. Mientras que el cuerpo físico
está regido principalmente por el sistema nervioso cerebro-espinal, y con el
cerebro como su director, con sus cinco sentidos de entrada de datos, a nivel
psico-energético el cuerpo dispone del otro sistema nervioso, el autónomo-
parasimpático, con el hipotálamo como coordinador y con los diferentes centros
de control psíquicos que hacen posible la comunicación entre los diferentes
niveles de nuestra estructura multidimensional.
Como “coordinador”, el hipotálamo es una de las estructuras cerebrales con un
papel más importante en la regulación de los estados de ánimo, de la
temperatura corporal, del sueño, de los impulsos sexuales y del hambre y la
sed. Se encarga de poner en marcha y coordinar entre sí buena parte de los
procesos que nos permiten sobrevivir y adaptarnos a situaciones cambiantes.
Además de actuar como puente entre el cerebro y el sistema endocrino,
coordina todo lo que que se realiza a través del sistema nervioso autónomo, es
decir, el que le envía órdenes a partes del cuerpo para que estas se adapten a
cada situación y funcionen de forma correcta y automática.
Falta de conexión para el traspaso de datos
Es a través de este segundo sistema
nervioso que podemos interpretar y
percibir el entorno energético que nos
rodea, y del cual nuestros chakras están
constantemente captando impresiones.
El hecho de que la mayoría de personas
no sean capaces de percibir
conscientemente todo aquello que cae
fuera del rango frecuencial de los
sentidos físicos no es porque no
estemos recibiendo esa información,
sino porque no estamos siendo capaces
de interpretarla y procesarla.
Es decir, cuando estás con alguien, tus glándulas pineal y pituitaria (hipófisis), a
través de sus chakras correspondientes, están constantemente recibiendo las
impresiones energéticas que emanan del aura de la persona que tienes
enfrente, sin embargo, en la mayoría de ocasiones somos incapaces de verla, y
esto es debido a que, primero, los chakras asociados y sus glándulas no se
encuentran funcionando en su estado más óptimo posible, pero segundo, el
problema es que esas impresiones no llegan nunca hasta el hipotálamo que es
el encargado de hacer la interpretación de esos estímulos e impresiones, como
el cerebro se encarga de hacer lo mismo con los haces de luz que llegan a
través de los ojos. Es un problema, entre otras cosas, de los defectos de
transmisión de datos desde los chakras y receptores extrasensoriales hacia el
hipotálamo para su decodificación, que malfunciona en la mayoría de seres
humanos.
Aun así, nuestro cuerpo reacciona siempre dándonos información sobre las
energías del entorno, porque los niveles de la psique del ser humano y los
niveles de consciencia superiores que pueden entender y decodificar esas
vibraciones se comunican a través de este otro sistema nervioso. ¿Porqué
siento un pequeño pinchazo si algo no es correcto o no me conviene? ¿Porqué
siento esto o lo otro si la persona que tengo delante es así o asa? Básicamente
porque lo que otras partes de ti están captando, pero que tu mente racional no
llega a ver, está siendo transmitido por los diferentes canales desde los
aspectos más sutiles de ti hacia tu sistema nervioso parasimpático, que es el
encargado de hacer saltar las reacciones corporales que uno tiene que
aprender a interpretar escuchándose constantemente, para entender que nos
estamos diciendo o de que nos estamos avisando a nosotros mismos.
Aprendiendo a usar el estado alfa
En estos primeros compases del aprendizaje de la auto escucha, posiblemente
la primera cosa que uno debe hacer, si desea aprovechar las oportunidades de
usar su propio cuerpo para comunicarse con esos otros niveles más profundos,
es entrar en un estado más relajado, conocido como estado alfa, que equivale a
una actividad cerebral más pausada que el nivel beta de funcionamiento en el
que solemos estar todos constantemente.
En diferentes disciplinas de meditación, para entrar temporalmente en un
estado pasivo y que así las ideas intuitivas puedan fluir más libremente en la
consciencia, se sugiere que uno aplique los primeros tres dedos de la mano
derecha a su sien izquierda, presionando suavemente contra ella. Al mismo
tiempo, se explica que se debe inhalar profundamente y exhalar lentamente
varias veces para estimular que el lado izquierdo del cerebro transfiera el
control al hemisferio derecho, en el que está localizado el centro de la facultad
intuitiva. Esto también acelera la consecución del estado alfa induciendo la
relajación necesaria y, con los ojos cerrados, se fortalece la entrada en este
nivel más fácilmente. Cuando uno se encuentra conscientemente en este
estado, se ve más libre de cualquier perturbación mental o física, y está
entonces listo para la recepción de impresiones, comunicaciones, para
preguntar al cuerpo, para escucharlo, para usarlo como herramienta de
discernimiento, etc..
Así conseguimos tener varias fuentes de entrada de datos que se
complementan perfectamente para poder ayudarnos a tomar decisiones o
discernir ante cualquier evento o información que se nos plante delante: lo que
razonamos y pensamos al respecto basado en la parte lógica y racional, lo que
sentimos basado en las emociones que nos provoca algo, lo que intuimos
según nuestro Yo Superior nos da una u otra sensación, lo que el cuerpo nos
dice según las reacciones que otros niveles nos transmiten a través del mismo,
etc. Esto, mezclado con las herramientas y técnicas que tenga cada uno, nos
proporciona un buen número de formas de seguir aprendiendo y gestionando el
mundo y la realidad en la que vivimos, minimizando la manipulación presente y
existente en el mismo, de la que, si bien no estaremos posiblemente nunca al
100% libres, si que reduciremos en un alto grado y será mucho más difícil que
nos cuelen algo que está destinado simplemente a mantenernos manipulados,
ofuscados, confusos, con miedos, etc..
Mirando y escuchando hacia adentro, sintiendo el cuerpo, 27 octubre, 2016.
En el post anterior, hace unos días,
decíamos:
No deja de ser una autoevaluación,
nadie más que nosotros mismos
puede mirar hacia adentro y ver
como hemos reaccionado ante esta y
cualquiera de las miles de situaciones similares que se han ido generando y se
seguirán generando en el futuro. ¿He escuchado a mi ser interior para ver que
me decía o ver que generaba esta noticia en mi? ¿He sabido discernir una
verdad de una falsedad por la energía de la información? ¿He sucumbido a los
programas automáticos de mí psique que han generado miedo, preocupación y
emociones relacionadas? ¿He podido ver si esto me subía o me bajaba la
frecuencia, energía y vibración?
La pregunta inevitable que viene a la mente a la hora de plantearnos cómo
podríamos hacer mejor esta autoevaluación en nosotros mismos, cada vez que
algo así se nos presente delante, no tiene otra respuesta que cultivar el arte del
diálogo, sentir, y escucha interior.
Blaise Pascal, matemático, físico y escritor francés, escribió que todas las
miserias humanas derivan de nuestra aparente falta de habilidad de sentarnos
solos con nosotros mismos y escucharnos, sin nada más que hacer. Y otro
filósofo, John Locke, en un ensayo concerniente a la comprensión humana, se
preguntaba por qué los hombres razonan tan “pobremente” (sus palabras), y el
mismo procedió, entonces, a dar tres respuestas a su propia pregunta.
Las tres respuestas vienen a ser la base para el diseño de este tipo de
estrategias y noticias, como la que hemos comentado, que modifican las
realidades no físicas del hombre, para que luego termine cambiando su realidad
material. Todo se gesta siempre en los planos no físicos, de ahí que siempre es
la psique del ser humano lo que tiene que ser manipulado inicialmente para que
cualquier cosa en nuestra realidad suceda y se manifieste. Así, Locke, decía
que, primeramente, la mayoría de las personas jamás razonan del todo, sino
que son conducidas por el pensar de otros, y sostienen opiniones por la fe y no
por ninguna investigación original de ellos mismos. La autoridad de otros sobre
la que se basa la fe crea certeza, pero es peligrosa porque conduce a la
aceptación dogmática. En el caso anterior, puesto que ninguno hemos podido
averiguar realmente las bases reales, técnicas, científicas, etc., que pudiera
tener ese anuncio de la Casa Blanca, aceptamos a ciegas sus predicaciones
dando por supuesto que otros ya habrán hecho las comprobaciones necesarias
para ello con nuestros mejores intereses en mente. Aquí ya tenemos dos cosas
que podemos dar por sentadas: nadie en esos niveles de poder tiene el interés
y bien mayor de la gente en mente a la hora de hacer las cosas, y, segundo,
son plenamente conscientes de que nadie se va a tomar la molestia de hacer
ningún tipo de investigación para ver si lo que se anuncia es cierto o no, y si lo
hacen, no tienen poder para desmentir una noticia viral que se ha promovido
por todo el planeta en pocas horas.
La segunda respuesta de Locke era que la razón está coloreada por las
emociones. Sentimos antes de pensar y razonar como respuesta a la mayoría
de las experiencias. Esto es estupendo, pero falla el equilibrio entre lo que uno
siente que es correcto y lo que uno también analiza y razona, que no es otra
cosa que la base de la coherencia y el funcionamiento en armonía entre los
diferentes componentes instintivos, emocionales y mentales del ser humano.
Generalmente simplemente nos dejamos llevar por el centro emocional y el
impacto que tenga en nosotros la energía de la noticia (en este caso, miedo a
las consecuencias de un evento tan colosal) que anula por completo todo juicio
respecto a si la noticia tiene algo de certeza o es pura manipulación.
Finalmente, la tercera respuesta de Locke era que nuestra mente está limitada
a la parcialidad: “vemos, pero en parte, y conocemos, pero en parte“. Esto nos
lleva muy rápidamente a generalizar, con presunciones del tipo: “si alguien
importante ha firmado un papel donde previene de una posible catástrofe, el
planeta entero tiene que estar en peligro y tenemos que empezar a hacer
acopio de bienes y alimentos…” (y variaciones de este estilo).
El sistema actúa rápido
En el lado opuesto, si se trata de cualquier persona que hace lo contrario, es
decir, mostrar el engaño o la farsa, imagino que por vuestra propia experiencia
habréis visto que por cada artículo, noticia, vídeo o publicación que destapa
algo que no interesa, aparecen automáticamente tres o cuatro artículos,
publicaciones y noticias que lo desmienten, lo contradicen y lo enfrentan. El
problema aquí es enorme, porque la avalancha de información contradictoria
que nos llega hace prácticamente imposible discernir que es cierto y que no lo
es, que es genuino y que es desinformación. Forma parte de la estructura de
“control de daños” existente a todos los niveles de información en nuestra
sociedad.
Estamos todos en el mismo dilema, para cada cosa que leemos, descubrimos o
encontramos ahí fuera, en la red, en libros, en investigaciones, experiencias
personales o publicaciones de otros, tenemos siempre algo que lo contradice
sin un pelo de diferencia en cuanto a calidad y supuesta confiabilidad. Por lo
tanto, nuestra mente puede llegar a colapsar ante tanta información cruzada y
contradictoria, y volvemos a tener otra forma de reforzar el divide y vencerás, ya
que automáticamente salen los partidarios de la publicación A que dice que
esto es cierto, y automáticamente salen los partidarios que dicen que es falso.
Buscando formas de discernir
Si bien todo lo anterior nos da las razones para entender el éxito de estos
“exámenes sorpresa”, como “estudiantes” no podemos menos que ver cómo
seguir preparándonos para ellos, y esto viene a ser algo así como entender de
que forma podemos auto escucharnos y auto observarnos mejor para buscar
respuestas que nos ayuden a discernir. Lo bueno sería que todo el mundo
tuviera el centro intelectual superior activado, que es el que nos permite
automáticamente discernir la energía de cualquier cosa, y saber con certeza
absoluta si está alineada con la verdad o no. Este centro está relacionado con
el octavo chacra y con el cuerpo intelectual superior, pero como es algo casi
inexistente en este planeta en las personas en estos momentos, hemos de
recurrir a otras herramientas más cercanas. Y una de ellas no deja de ser
escuchar al cuerpo.
El cuerpo tiene sus mecanismos para discernir energéticamente la verdad
Diferentes niveles de nuestra psique tienen diferentes conexiones con el cuerpo
físico que usamos. Lo que se nos escapa a nivel consciente puede estar
perfectamente claro a nivel subconsciente, o de cualquiera del resto de esferas
mentales. Así que el mismo vehículo físico puede responder con diferentes
sensaciones, reacciones, movimientos, etc., ante algo que no es correcto, y otro
tipo de reacciones y sensaciones ante algo que si lo es. Evidentemente aquí el
trabajo pasa primero por escuchar al cuer
po, sentirse a uno mismo, conocer cómo reaccionamos ante un tipo de energía
u otro, etc. Una vez se ha establecido esta comunicación y comprensión ante lo
que el cuerpo nos dice, será más fácil notar en todo momento su
“interpretación” de aquello que nos esté pasando, nos estén diciendo, o
estemos experimentando.
La razón es que otras partes de la psique y de la estructura multidimensional
del ser humano se comunican también a través del cuerpo cuando la mente
consciente y racional está ofuscada y velada por tantos programas y filtros, por
lo que se convierte en un canal y mensajero estupendo a la hora de tomar
decisiones o analizar cualquier cosa que nos digan. Ya hablaremos más
adelante de cómo funciona esto, ya que tiene que ver con los dos sistema
nerviosos que posee el ser humano: el cerebro-espinal-simpático y el sistema
nervioso autónomo-parasimpático, y las conexiones de este ultimo con la parte
psíquica y sutil de todos nosotros.
De momento, y para empezar, aprende a escuchar a tu cuerpo, sus
sensaciones y reacciones en tu día a día, y tendrás una forma más, entre otras
herramientas que ya tengas, de comprobar que tenemos un potente
decodificador a nuestro alcance que simplemente con la práctica y paciencia
puede ser tremendamente útil en casos como este y otros que hemos vivido.
Otra oportunidad de discernimiento, 24 octubre, 2016
El decreto firmado hace unas
semanas por el presidente
americano, que se hizo viral en
pocas horas, y que rápidamente
empezó a causar alarma en la gente,
ante la previsión de una catástrofe en
forma de tormenta solar o evento
espacial que pudiera afectar a nuestro modo de vida (que no al planeta como
tal o al resto de especies que en el conviven), ha sido otra oportunidad que
hemos tenido, para comprobar cuanto es capaz de discernir la raza humana en
términos de cómo, aquellos en las esferas de poder (muy por encima de los que
le han dado al presidente a firmar el decreto), generan situaciones para
sembrar pánico y caos para seguir manipulándonos, y manteniendo a la gente
en estado de preocupación y estrés permanente.
El egregor de míedo a sufrir (por los efectos de ese hipotético evento) que se
ha generado, y que se buscaba crear con la noticia, siendo ese su objetivo final,
ha vuelto a ganar la batalla y el pulso a una sociedad que sigue sin darse
cuenta, y creyéndonos, cualquier cosa que aquellos en el poder dictan o
promueven. Una parte del inconsciente colectivo, al que intentamos sumar gota
a gota consciencia, vibración, energía “positiva”, etc., se ha visto de nuevo
sistemáticamente inundado con miedo, preocupación, histeria, y todo tipo de
reacciones al respecto, volviendo, quizás, a hacernos caer algunos de los
peldaños subidos anteriormente. Por un lado, de alguna forma, quizás está bien
que así haya sido, pues podemos comprobar de primera mano cómo de
conscientes somos, como especie, a la hora de aplicar los procesos de
discernimiento para intuir y ver si comprendemos cómo funcionan los
mecanismos de control bajo los que vivimos.
Al darnos cuenta de que, en general, muchos millones de personas
(empezando por la sociedad americana, pero se ha visto extendido a una gran
parte del resto del planeta) aún tenemos mucho trabajo por delante si queremos
llegar a darle la vuelta a la situación, nos sigue recordando el camino que aun
nos queda por recorrer, pues siguen jugando con nosotros como nosotros lo
hacemos con los muñecos de playmobil, prácticamente sin ninguna resistencia
u oposición por parte de la población a nivel de consciencia.
De alguna forma, estas cosas son como los exámenes parciales que nos
ponían en la escuela, de vez en cuando cae uno sorpresa, que nadie se espera,
y que permiten medir el estado real de los alumnos sin que hayan tenido tiempo
de estudiar y preparárselo. Así, estas situaciones, nos sirven para evaluar en
todos y cada uno de nosotros, sin tener que echarles la culpa a los que han
puesto el examen, pues ellos hacen su función o creen estar haciéndolo, cómo
de preparados estamos para asumir las riendas de nuestro propósito común,
cuanto hemos conseguido desprogramarnos para no creer a pies juntillas en
medios “oficiales” de comunicación, cuanto de conscientes somos de la forma
en la que se manipula y gestiona al ser humano, etc.
No deja de ser una autoevaluación, nadie más que nosotros mismos puede
mírar hacia adentro y ver cómo hemos reaccionado ante esta y cualquiera de
los miles de situaciones similares que se han ido generando y se seguirán
generando en el futuro. ¿He escuchado a mi ser interior para ver que me decía
o ver que generaba esta noticia en mí? ¿He sabido discernir una verdad de una
falsedad por la energía de la información? ¿He sucumbido a los programas
automáticos de mí psique que han generado miedo, preocupación y emociones
relacionadas? ¿He podido ver si esto me subía o me bajaba la frecuencia,
energía y vibración? Esas son las verdaderas preguntas del examen que
muchos han pasado con este evento desde otros niveles de ellos mismos,
dejando la noticia que ha hecho de detonante como tal a un lado, pues ya
cumplió su función. El resultado, de momento, quizás sea un pequeño
suspenso en conjunto, pues es el resultado en ese inconsciente colectivo al que
le ha bajado unas decimás su potencial consciente y vibracional.
No pasa nada. Solo es un examen parcial, aun tenemos curso por delante para
seguir creciendo y autoevaluándonos. Nunca hemos de dejar de creer que
todos nosotros aprobaremos individualmente y como grupo al terminar el curso,
la esperanza y la confianza en nosotros mismos sigue siendo nuestra mejor
baza para ello.
La infravaloración y el servicio a otros, 21 octubre, 2016

El sentimiento de infravaloración es
uno de los más potentes en el ser
humano a la hora de bloquear todo
tipo de manifestación en nuestras
vidas de algo que puede tener un
impacto tremendamente positivo en
otros, y que, por no creer que pueda
ser así, por no creer que podemos hacerlo, por creer que no somos lo suficiente
“algo” para ello, aquello que hacemos se queda a medias, o se manifiesta en su
mínima expresión, cuando no se bloquea o paraliza por completo.
Por el solo hecho de ser parte de este mundo, y de haber decidido encarnar
como parte de la raza humana, hay algo que puedes hacer, compartir y
entregar a los demás. Todos venimos con un propósito y más en estos
momentos de cambio evolutivo. Los proyectos que tenemos, las habilidades
que poseemos y el propósito y misión de cada uno, suele ser algo que, en
general, desde fuera son más perceptibles y aceptados por los demás que por
nosotros mismos. Cuando cierro los ojos y me pregunto por qué alguna de las
cosas que pongo en marcha se quedan a medias, o por qué no les doy el valor
que otros me dicen que tienen, veo en el sótano de mí subconsciente a un mini-
David al que, por alguna razón, le han dicho, se ha dicho, o se ha generado la
ilusión de que eso, aquello o uno mismo, no tiene el suficiente valor físico,
energético, espiritual, o del tipo que sea, para que sea importante para los
demás o para mí mismo, y en consecuencia, su materialización corre a suerte
de que energía es la más potente, si mi personalidad consciente empujando
para tirarlo adelante, o mis programas subconscientes trabajando para frenarlo.
El servicio como propósito.
Dicen, algunas enseñanzas ancestrales, que el mayor sacrificio del ser
humano, al igual que la felicidad más grande, es el servicio a otros, sin dejar de
auto cuidarse y preocuparse por uno mismo, ya que el bienestar personal es lo
que te permite trabajar por el bien mayor y común para con los demás. A este
respecto, Pitágoras decía que: “el servicio concierne con la sabiduría, la
armonía y el ritmo, pues cuando esta actitud es usada en su grado más alto,
trae iluminación, buenos poderes razonadores y le da a todo lo que toca
limpieza y pureza moral”. Algo parecido se le atribuye a Buda al decir que “el
servicio es un sacrificio del orden más alto”.
En general, la ayuda mutua, la cooperación entre seres humanos, el trabajar
por el prójimo es algo que creo está presente en la mayoría de personas, y, por
eso mismo, una de las formas de rebajar esta tendencia innata en la mayoría
de corazones es potenciando todo aquello que nos infravalore consciente o
inconscientemente. Este tipo de comportamientos salen a la luz cuando se
producen catástrofes, desastres naturales o eventos por el estilo, donde todo el
mundo se olvida por un ratito de si mismo y de sus problemas y sale la parte
más pura y noble para intentar ayudar a los demás de alguna forma u otra.
Pero el sistema bajo el que funcionamos conoce el potencial de servicio al
prójimo, y no deja de ser otro de los parámetros de trabajo de la maquinaria de
programación que se nos inculca, el reducir ese potencial y esa actitud de
cooperación mutua, de lo contrario, la humanidad que podríamos ser
transformaría el planeta en un santiamén. Como dice una frase que leí hace
poco: “No dudes nunca de que unas pocas personas comprometidas pueden
cambiar el mundo, de hecho, son los únicos que lo han conseguido.” Como
siempre, añado, comprometidos con cambiar su mundo interior, para que eso
cambie el mundo de ahí fuera. Ya nos entendemos y sabemos de que se trata,
por la cantidad de veces que hemos hablado de ello en el blog.
El programa de infravaloración.
La infravaloración es un programa como cualquier otro, un sentimiento si se
quiere, pero no deja de ser un componente que aparece en una o varias
esferas mentales y en los cuerpos sutiles del hombre como una forma
energética con una cierta frecuencia de resonancia con sustrato negativo. En
muchos casos, sentimientos o programas de infravaloración provienen de
experiencias pasadas mal decodificadas, en las que, por no haber conseguido
hacer algo según nuestras expectativas, nos hemos auto degradado para
hacernos creer que no teníamos el potencial, habilidad o capacidad para
hacerlo. Por otro lado, otros, desde fuera, han podido potenciar ese sentimiento
(educación, medios, cultura), o insertar en nuestra psique esos programas. La
manipulación externa sobre uno mismo es un factor presente también en la
sociedad por parte del sistema bajo el que vivimos.
La experiencia e investigación nos ha llevado a darnos cuenta de que todos
aquellos considerados “molestos” por los que rigen aun las estructuras de este
sistema, recibimos 24/7 una onda disruptiva proveniente de un emisor tipo
antena situado en las bases de gestión y poder existentes en el planeta, desde
donde se controla toda la matrix del sistema de vida humano. Existe algo así
como una antena por persona “marcada”, sintonizado a la frecuencia base de
las glándulas pituitaria, pineal y parótida, que identifican individualmente la
frecuencia de resonancia de cada uno de los seres humanos. Para obtener
dicha frecuencia y poder sintonizar la antena hacia una persona, existe otra
especie de tecnología de scan. Dependiendo de la configuración mental de la
persona, la onda está enfocada hacia una o varias de las esferas mentales del
individuo. El contenido de esta onda lo forman mensajes, formas mentales,
pensamientos, que la persona cree ser suyos, y entre ellos se imbuye todo tipo
de programas de reducción del potencial de la persona, la infravaloración
siendo uno de ellos, o potenciándola si está ya presente en los cuerpos sutiles
del receptor. Esta tecnología está basada en la técnica de inducción mental
remota para la manipulación de los pensamientos en la psique de las personas,
de la que podéis leer en detalle su funcionamiento en este artículo.
¿Es esa infravaloración tuya? Deshazte de ella.
La sentencia del Oráculo de Delfos, “conócete a ti mismo”, coloca al hombre
ante tres preguntas: ¿de dónde vienes? ¿quién eres? y ¿adónde vas? El triple
misterio del origen, realidad y misión del ser humano en el mundo. Sabemos
que podemos ver como se manifiesta el universo en nosotros y nosotros en el
universo con solo centrar nuestra atención en nosotros mismos. Si miramos
hacia dentro, encontramos que las leyes que nos rigen que son análogas a las
que rigen el propio cosmos, porque nuestro centro más interno es análogo al
centro más interno de todas las cosas. La separación entre interno y externo es
algo irreal, pues se basa en la ilusión de la separación que el universo necesita
para conocerse a si mismo. Por este mismo motivo, infravalorarse internamente
produce la infravaloración de los demás hacia nosotros, consciente o
inconscientemente, y produce una materialización de una realidad donde
nuestro propósito se puede ver truncado y mermado, por la ilusión de que
somos menos de lo que realmente somos, y de que valemos menos de lo que
realmente valemos. ¿Cuanto somos y cuanto valemos? Infinito. Valemos lo que
vale la Fuente que hay en cada uno, y por tanto, si uno se infravalora está vivie
ndo en una creencia falsa, una distorsión de la realidad de la existencia. Esa
infravaloración que tienes ahí dentro no es tuya, del ser que eres, te la ha
inculcado el sistema bajo el que vives para desmontar tu potencial, tu
Humanidad, tu servicio al prójimo y tu colaboración con tu grano de arena en el
bienestar común de todos nosotros. Deshazte de ella.
Estado de las dos líneas temporales: la vieja y la nueva Tierra (tiempo después…),
13 octubre, 2016.

Hace algunos días, en el blog Focus


Sessions, que sigo y leo de vez en
cuando, le hacían una pregunta a su
autora preguntando por una
anomalía magnética que se
encuentra sobre Brasil, y que se ha denominado “South Atlantic Anomaly” o la
anomalía del Atlántico Sur. Básicamente es una región donde los cinturones de
radiación de Van Allen se encuentran a unos cientos de kilómetros de la
superficie terrestre y, como resultado, en esa zona, la intensidad de radiación
es más alta que en otras regiones. Así, según parece, la AAS (Anomalía del
Atlántico Sur) es producida por una “depresión” en el campo magnético de la
Tierra en ese lugar, ocasionada por el hecho de que el centro del campo
magnético de la Tierra está desviado de su centro geográfico unos 450 km. Los
detalles de lo que es, al menos a nivel “técnico”, lo tenéis en esta entrada de
la Wikipedia.
Por su lado, Lynn, la autora del blog, a la pregunta, daba esta respuesta (que
traduzco):
“Es muy interesante. Percibo esto generándose en el océano, en la costa de
Brasil. Hay una tremenda presión en la zona, algo serio quiere erupcionar ahí,
pero…. hay una especie de energía protectora, casi “angelical”, como si una
mano gigante estuviera trabajando para contenerla. Veo que cuando la “nueva
Tierra” esté completa, y la gente tenga un nuevo sitio donde “ir”, a esta energía
o lo que sea se le permitirá seguir su curso natural….[] Oigo que esta nueva
Tierra la vamos a ver en nuestra vida actual, y eventualmente la gente
empezará a moverse a esa nueva línea temporal que nos lleva a ella, y otros ya
directamente empezarán a nacer en esa otra línea. Entonces, las líneas
temporales de la vieja Tierra y de la nueva Tierra se separaran por completo…”
Sea lo que sea que causa la AAS, lo que me llamó la atención fue la mención a
las líneas temporales usando la nomenclatura de la “vieja” y la “nueva” Tierra,
ya que así es como yo también suelo definirlas, y me hizo recordar aquellos dos
artículos sobre una historia de barcos de hace ya más de dos años donde
explicábamos lo que significaba esto de que hubiera dos líneas temporales, y
que una de ellas fuera la que nos lleva a esa “nueva Tierra”. Aquí los tenéis
para recordar y comprender el resto del artículo:
 La Tierra y su situación actual: una historia de barcos – Primera parte
 Una historia de Barcos – segunda parte
Por otro lado, hace un par de días, mi amigo y compañero Manuel
González publicaba en su página algo también sincronísticamente muy
alíneado con lo mismo. Decía Manuel:
Hace un rato, mientras meditaba, le preguntaba a mi guía sobre las líneas
temporales más favorables para lo que sería vivenciar en esta encarnación,
como Manuel, el mundo físico de la quinta dimensión o la cuarta densidad. Mi
guía me comentaba que en este momento, yo, no estaba alíneado con la línea
más favorable, y que en el futuro no experimentaría lo que sería vivir en ese
nuevo mundo como Manuel.
Al principio caí desolado, pues el hecho de estar alíneado con este nuevo
mundo da mucho sentido a lo que siento, pero fue curiosa la explicación que
me dio, pues me ilustraba que el planeta, el que conocemos a día de hoy está
sometido constantemente a una lucha entre poderes. Era como vislumbrar el
mundo metido en una nube oscura, donde constantemente estamos
adormecidos por las emisiones externas a muchos niveles:alimentación, el aire
que respiramos, la información que nos llega por los medios de comunicación,
ondas programadas…
Le preguntaba a mi guía si era posible encaminarse a la línea más favorable, la
que nos llevaría a vivir un mundo totalmente nuevo. Y como otras veces me
comentaba que para hacerlo hay que cultivar la fuerza de voluntad para
alínearse con la frecuencia vibratoria del corazón. La importancia de
vibrar constantemente, para ser una canal que irradie las energías tan
altas que llevan, desde hace mucho, viniendo a este planeta.
La situación de las dos líneas temporales
Desde que escribí aquella historia de los barcos no ha cambiado mucho la
cosa, las dos líneas temporales se mantienen firmes, la línea de la vieja Tierra
es la que se denomina la línea #33, y pertenece a la línea actual en la que
estamos la mayoría de la raza humana, es una línea “negativa” y densa, por
eso también os dije en el artículo de aprendiendo a leer los númerosque:
Por otro lado, si lo que uno percibe es el número 33 constantemente, en estos
momentos del cambio evolutivo en el que estamos, esta cifra ha tomado un
significado ligeramente distinto a lo que hubiera tenido hasta ahora, pues la
línea temporal 33 es la línea temporal “negativa”, la de la “vieja Tierra”, mientras
que la línea temporal 42 es la línea temporal del salto evolutivo, del cambio de
consciencia. Es complicado explicar como se numeran estas líneas temporales
y no tiene mayor importancia, pero así como el 911 tomó un significado de
“peligro” o “aviso” tras el 11-S por el impacto que tuvo en el inconsciente
colectivo, y muchas personas empezaron a ver 911’s cada vez que se iban a
encontrar en una situación complicada, la repetición del “33” ahora por ese
mismo motivo puede representar algo que no está alíneado con el cambio
evolutivo que estamos viviendo.
Por otro lado, la línea temporal de la “nueva Tierra” es denominada la línea #42
y es la línea temporal que nos lleva al cambio de nivel evolutivo, de
consciencia, de realidad, de matrix, de paradigma, de cómo cada uno quiera
llamar al salto evolutivo en el que estamos metidos. Ambas líneas siguen
corriendo en paralelo. Si en su momento las presentábamos como dos barcos
con varias pasarelas uniéndolos entre ellos, ahora más bien las percibo (es muy
real y vivido para mi, si “medito” sobre ellas, si sintonizo las energías sobre las
que corren las líneas) como dos trenes a toda velocidad, y el hecho de saltar de
línea es exactamente igual al hecho de saltar desde un vagón de un tren en
marcha en la línea 33, a un vagón del tren en marcha de la 42. Como decía el
blog Focus Sessions, las dos líneas siguen codo con codo su camino y
recorrido, con la diferencia de que la línea 42, la positiva, aun no está 100%
afianzada, ni cristalizada ni estable en las múltiples capas y realidades que la
componen. La explicación de cómo se está materializando y construyendo esta
línea 42 la podéis encontrar en este artículo de Detrás de lo Aparente. Esto
causa, al menos desde mí percepción, cuando trato, y sigo tratando, de
moverme regularmente a ella, la sensación de vaivenes y “saltos”, que te
expulsan de esa línea a la mínima que vuelves a resonar con cualquier cosa
que sucede en la 33 y que te atrae como un imán.
Esa energía tan mal entendida: el amor
Esto es así, porque, como escribía Manuel, la frecuencia de anclaje
permanente a la línea 42 es una frecuencia basada en la energía del amor,
pero claro, amor, ¡ah que palabra!, amor aquí no es una energía emocional,
este amor no es un sentimiento, de ahí que la palabra amor sea tan complicada
de usar. Amor es la energía de la luz pura, la energía cuántica de la Creación,
amor es como la electricidad, es una corriente de una energía altísima y
frecuencia mayor, que corresponde a una onda, a una vibración que en el ser
humano tiene la oportunidad de poderse canalizar a través del cuarto chakra y
a través del corazón. El amor emocional de apegos, de romances, de
posesiones, de te quiero pero solo si… etc., no es esa energía, es amor
humano, vamos a llamarlo así, pero no es la energía de la que estamos
hablando y que necesitamos.
La cuestión es que, a pesar del lastre que llevamos todos, si que podemos dar
el salto a esa línea 42. Es un ejercicio de elevar frecuencia por ese cuarto
chakra, de sintonizar, “percibir” y a través de la voluntad, anclarse
energéticamente a ella. Pero aquí lo difícil es mantenerse en el vagón del tren
42, ya que, por resonancia, y porque la masa critica del inconsciente colectivo
aun nos mantiene a la mayoría en la #33, vivir permanentemente en la línea de
la nueva Tierra exige un trabajo continuo, arduo y difícil. Los portales entre
líneas, las pasarelas de salto, son múltiples, y más fáciles de coger de vuelta
que de ida. Es tremendamente complicado mantener 24h al día una frecuencia
altísima de resonancia que te mantenga conectado como si tuvieras botas
imantadas a un tren de alta vibración, donde la pronoia es la norma, y que va a
toda velocidad, siguiendo en paralelo al tren actual de la mayoría de la
humanidad esperando nuevos pasajeros. Lamentablemente, una simple noticia
en el telediario, una simple manipulación mediática, una simple discusión o
cambio emocional, puede hacernos caer de vuelta a la línea “de la vieja Tierra”.
La nueva Humanidad
El hecho de que estemos hablando tanto sobre alcanzar la masa crítica (hemos
hablado mucho de ello en las conferencias de Humanidad y Salto Evolutivo) es
para poner en marcha un cambio frecuencial que permita a una gran mayoría
de personas saltar de línea temporal e invertir la situación, para que esto no sea
tan complicado. En la línea “negativa”, si en algún momento conseguimos
afianzarnos de ella, dejaremos atrás solo a aquellos que, en los niveles de
poder de este planeta, no se moverán nunca de sus posiciones, pero tampoco
nos importa mucho, pues es el libre albedrío de aquellos que ostentan el control
del sistema bajo el que vivimos seguir con el juego de poder y dominación para
su propio beneficio y satisfacción, y el de las razas a las que responden, pero
no el destino de la nueva Humanidad que estamos y queremos construir. Y por
eso el esfuerzo está destinado a conseguir que la mayoría de personas dejen
de identificarse con la vieja Tierra, empiecen a resonar con frecuencias más
elevadas y alíneadas con la nueva, y puedan dar el salto de tren que, en algún
momento, tendrá que separar sus vías y tomar la dirección que le corresponde.
No sabemos cuando será eso (¿años? ¿lustros? ¿décadas?), hay otras fuerzas
en juego a nivel planetario y macro cósmico luchando entre si en una batalla sin
parangón por el control de todo este juego, pero, desde dentro, lo que si que
está claro es que cada uno tiene la opción de sentarse en el vagón que desee,
haciendo ese cambio al ritmo que cada uno tenga que llevar y sabiendo lo
que hay en juego.
¿Y cómo es la nueva humanidad? Bueno, yo me la imagino así:
Midiendo nuestro crecimiento personal, 7 octubre, 2016.

Como muchos sabéis, en el pasado,


las escuelas de misterios del
Antiguo Egipto guardaban grandes
conocimientos, entre otros, los
secretos de la propia naturaleza, las
leyes que rigen la vida, las
dinámicas y estructuras de como
está hecho el hombre, etc., conocimientos que, por otro lado, no eran dados a
cualquier persona, pues sólo unos cuantos, después de cumplir una
preparación muy larga y muy rigurosa, eran considerados merecedores de que
se les permitiera ingresar a estos templos del conocimiento para ser instruidos.
Muchas veces, el tiempo previo al ingreso llevaba varios años, y ya una vez
dentro, prácticamente, seguía toda una vida de perfeccionamiento continuo.
Este tipo de crecimiento y evolución iba siendo guiado por aquellos que iban
delante en el camino, así que podían, bajo un sistema de grados, niveles o
escalafones, ir dando instrucción a otros que empezaban su andadura. Lo que
impacientaba a muchos aspirantes que, desde fuera, pudieran intentar
comprender como esa evolución iba a darse y como “podía medirse”, si acaso,
era entender bajo que reglas o bajo que criterios uno asume que realmente está
avanzando y creciendo, y como alguien podía medir algo tan subjetivo como el
propio crecimiento espiritual. Las escuelas iniciáticas modernas siguen usando
el rasero de los grados y niveles; enseñanzas como las de Gurdjieff hablan de
“tipos de hombres” numerando a las personas en categorías del 1 al 7 según el
desarrollo de su sistema energético, y se han “inventado” diferentes maneras
de medir este crecimiento usando por ejemplo los elementos y su volatilidad o
densidad (empezando por un estadio asociado al elemento Tierra y terminado
en el elemento Fuego) o usando escalas asociadas a los diferentes niveles de
la psique y de la consciencia para ello.
Potenciales latentes que se van desarrollando paulatinamente
Evidentemente todas estas escalas son subjetivas hasta cierto punto. Si me
pongo a aprender, a sanarme, a transformarme a mi mismo, a cambiar mi vida,
¿cómo puedo medir en que estadio de ese camino me encuentro? En general,
todo desarrollo psíquico, energético, mental, de consciencia, etc., corresponde
a una evolución del ser interno de cada uno, y sólo se observa que se ha
alcanzado un nuevo nivel cuando ese desarrollo se manifiesta exteriormente
por haber cristalizado ya en todos los estratos de la persona y por haber
probado experimentalmente, o vivencialmente, el nuevo potencial y grado
evolutivo adquirido. Es semejante al poder contenido en un cartucho de
dinamita. No se puede reconocer el alcance de su energía con sólo examinar el
material externo con el que está fabricado. Dejar caer al suelo la dinamita
tampoco pone a prueba la energía que contiene o lo que hay en su interior.
Hasta que se manifiesta correctamente utilizando los métodos adecuados, no
se muestra su verdadera naturaleza y aquello que existe latente en ella, no
dejando entrever realmente que es lo que no estaba siendo revelado.
Sucede lo mismo respecto al desarrollo psíquico, mental y místico. Todos los
sistema de diferentes técnicas o escuelas que ayuden al desarrollo del
potencial humano tienden a formar una reserva de poder interior en la persona.
La naturaleza de muchas de las facultades y poderes psíquicos del hombre es
conservativa, y están destinados a propósitos específicos, es decir, sólo se
expresan en determinados canales y en determinados momentos de necesidad,
pero mientras esos canales no se abran o desarrollen, las facultades o
habilidades dormidas, pero innatas en el ser humano, no se manifiestan. En
general, esa caja de herramientas que todos poseemos cuando se usan en
forma apropiada, tienen un valor incalculable pero, desde fuera, son difíciles de
explicar, evaluar y medir, ya que solo la propia persona que las posee puede
determinar como le son útiles en su vida o como dejan de serlo.
Talentos innatos
Solemos decir que cada uno de nosotros tiene una misión y propósito en la
vida, y que no es otra cosa que la puesta en práctica de aquello que nos hace
felices, porque nos gusta, porque somos buenos, porque lo hacemos bien,
porque está alíneado con nuestro camino y decisiones pre-encarnativas, etc. Y
por experiencia y convicción, sé que cuando uno trae una misión que cumplir,
también trae ciertos talentos y ciertas habilidades especiales que aplicadas en
la actividad correcta nos hacen sobresalir en algún aspecto concreto. Nuestra
evolución y crecimiento en la vida está generalmente apoyada en esas
habilidades que vamos despertando con nuestro trabajo interior, y aquellos
talentos que ya traemos de serie y los entrenamientos y aprendizajes que van
aconteciendo en nuestra vida nos hacen perfeccionar muchas veces cosas que
ya poseemos, quizás muchas veces más que despertar algo que está
profundamente enterrado.
Cada uno tiene unos valores y conocimientos que bajo las fuerzas y
entrenamientos adecuados de diferentes enseñanzas y técnicas despiertan
esas habilidades innatas, pero no todo el mundo, siguiendo las mismas
herramientas, usando los mismos entrenamientos o andando el mismo camino
en la misma escuela esotérica llega al mismo grado de desarrollo de las
mismas, ya que los raseros para su medición son lo suficientemente genéricos
y amplios para que puedan dar cobijo a una amplia gama de estados evolutivos
del hombre que puedan ser catalogados bajo el mismo grado o misma
nomenclatura. Evidentemente hay hechos que son objetivos, aunque no se
puedan medir con instrumentos de la ciencia: uno puede tener una consciencia
fragmentada en muchos Yos o puede solo tener un Yo unificado, eso denota un
nivel evolutivo u otro, uno puede tener un cuerpo emocional o intelectual
superior cristalizado, y manifestado, y otra persona no, eso implica un trabajo y
un alto grado de crecimiento personal, uno puede tener los centros superiores
de control activados y otros no, y eso provoca la activación de ciertas
habilidades latentes. Pero como llegar a ese tipo de desarrollo pasa por tantos
caminos distintos que las técnicas que le sirven a uno no le sirven para nada al
otro, unas herramientas o formas de entrenamiento para algunos son perfectas
y para otros poco más que una perdida de tiempo.
Tu propio criterio personal
Al final, el criterio para medir si uno está avanzando en su propia vida tiene que
pasar necesariamente por la reflexión interior de preguntas tipo: ¿son mis
puntos de vista más amplios que antes sobre la realidad de las cosas? ¿tienen
mis problemas el mismo poder para deprimirme, hacerme sentir temor o
indecisión? ¿tengo más herramientas para acometer mis objetivos o desafíos?
Quizás al final solo exista una respuesta correcta cuando alguien intente medir
nuestro nivel evolutivo, o nosotros mismos intentemos saber en que escalafón
del mismo estamos, y es la respuesta a la pregunta: ¿estoy más alíneado con
el amor, con la verdad, con la paz, con la serenidad? Si a esa pregunta siempre
nos nace decir si, entonces ya podemos estar tranquilos de que hemos
avanzado en cualquier escala de medida que escojamos al respecto o podamos
así juzgar si lo que estamos recibiendo de otros nos está siendo útil de verdad.
Aprendiendo a leer los números, 3 octubre, 2016.

Hay momentos de la vida, periodos o


etapas, donde estamos tan en
sintonía con las realidades más altas
de nuestra línea temporal, y en
estado prácticamente continuo
de pronoia, que todo parece
hablarnos, que las “señales” y “avisos” de las que hablábamos en el artículo
anterior, generadas en muchos casos por niveles de nosotros mismos por
debajo de la mente consciente, parecen estar funcionando a toda potencia, no
porque estén siendo generadas con más intensidad de lo normal, sino porque
estamos en estados tan receptivos y alíneados con frecuencias que nos
permiten sentir que todo “nos habla” y que todo “nos guía”, algo que, por otro
lado, tendría que ser el estado normal de todos nosotros, pero, y eso ya es otra
historia, el que no lo sea no es lo importante del tema ahora.
En este tipo de señales y avisos, los números tienen mucha importancia, ya que
están en todas partes, y manifiestan vibraciones y conceptos que, una vez
aprendidos a decodificar, pueden actuar como carteles de información
constante (sin que uno se vuelva paranoico, simplemente cuando todo va
fluyendo y vas “leyendo” de forma natural esos avisos y mensajes que van
apareciendo).
Esta facilidad para ir leyendo “la vida” es un resultado y producto significante de
la adquisición paulatina (y según el ritmo que a cada uno le marque su
camino) de conocimiento esotérico, metafísico, en el que uno progresivamente
se va dando cuenta del aspecto unitario de ese conocimiento, de la relación
entre todo, y, en consecuencia, de la unidad de las cosas. El reflejo de esta
unidad y relación de todo con todo es lo que nos hace darnos cuenta del porqué
tanto los símbolos, como los números, como los ciclos de la naturaleza y el
cosmos, y el resto de dinámicas de nuestra realidad están todos entrelazados
unos con otros.
Los mensajes de los números.
Si queremos, por ejemplo, comprender los mensajes de los números que se
muestran recurrentemente a nuestro alrededor, la primera cosa a considerar en
númerología es la diferencia entre la figura que representa el número y la
energía o vibración que imbuye ese mismo número. Es algo así como que la
figura representa el cuerpo o vehículo a través del cual unas ciertas
características y propiedades son imbuidas en el mismo. Todos sabemos que
hay 10 números primarios, del 1 al 10, y cada número representa el vehículo a
través del cual se expresan y manifiestan todas las reglas, vibraciones y
características de los planos y arquetipos a los que el número en si está
conectado y representa en nuestro plano material. Por medio de la reducción,
toda cifra puede ser reducida a uno de los 10 números primarios. (211 –>
2+1+1=4).
Así, la primera cosa que uno tiene que aprender en númerología es comprender
el valor simbólico de los números del 1 al 9, pues el 10, que tiene un arquetipo
propio en el plano físico y en la realidad del hombre, es también reducido al
valor de 1, aunque tenga su estudio particular aparte como número compuesto.
Los números tienen un peso muy grande en este aspecto de comprensión de la
realidad, y ya hemos dedicado algunos artículos a ellos tocando aquí y allá el
simbolismo que poseen o algunas de las asociaciones que representan. Cada
número tiene su propio significado a diferentes niveles y es usado para
transmitir ciertos conceptos que es necesario saber decodificar para integrarlos
correctamente. Como hay miles de tratados y publicaciones sobre númerología,
no me voy a centrar en ello, sino en explicar como se hace el análisis de
algunos números para luego entender como decodificarlos.
Las raíces simbólicas y en el inconsciente colectivo de los números.
Por ejemplo ¿cuál es el significado místico del número 40 si lo viéramos
repetidamente en nuestra vida una y otra vez? Este número 40 es
principalmente conocido porque se emplea frecuentemente en relación con el
número de días en los que estuvo lloviendo durante el diluvio, o el tiempo que el
Moisés bíblico estuvo caminando por el desierto, pero, por otro lado, no es un
número que tampoco tenga un simbolismo demasiado difundido ni aparezca en
la mayoría de libros como una cifra importante.
En el caso del número 40 se ha de empezar por el análisis del número 4, un
número antiguo y simbólico que representa el cuadrado, y también el cubo, que
es lo que uno aprende si rebusca en tradiciones y enseñanzas esotéricas. Ha
sido siempre empleado para significar algo que estaba completo, lleno, sólido,
firme, fijo, permanente y duradero. La escuadra empleada por los carpinteros y
las escuadras usadas por los arquitectos y artistas de todos los tiempos están
basadas en un antiguo utensilio que se consideraba como el más importante de
los instrumentos geométricos y matemáticos empleados por los antiguos
constructores y trabajadores científicos, y estaba bien establecido que cualquier
cosa que fuera cuadrada (o a escuadra) podía fijarse firmemente y hacerse
durable, y representaba la fuerza. El número 4, así, por el número de lados de
la escuadra o el cuadrado, tenía el mismo significado y estaba asociado con la
misma idea, fijada en nuestro inconsciente colectivo, y el múltiplo de 10
significaba un aumento de la fuerza del 4 hasta su grado máximo. Por lo tanto
40 era la multiplicidad máxima de la fuerza del 4 o de la plenitud del 4, y todo lo
que fuera 40 era el grado máximo de la idea de 4. Por lo tanto, el diluvio duró
40 días porque no podía sobrepasarse o aumentarse, pues era completo en
grado sumo, no porque tuviera esa duración temporal. Bajo este análisis, la
repetición del 40 en algún momento determinado nos tiene que hacer ver que
algo está a su máximo apogeo, en su máxima plenitud.
El tres, el 33
Con respecto al número 3, sabemos que este número era considerado como
símbolo de la creación perfecta y de la unidad Divina, durante tanto tiempo y
tan remoto en la antigüedad, que el origen de esta idea se ha perdido. Ya
hemos hablado en otros artículos que representa la trinidad de todas las cosas,
pues todas las energías y dinámicas de la Creación funcionan por triadas, algo
que las religiones han dado forma con representaciones tipo Padre-Hijo-Espíritu
Santo, Brahma- Visnú-Shiva, Positivo-Negativo-Neutro, etc. Curiosamente
existe en la mente del ser humano la tendencia a querer repetir una experiencia
o repetir un esfuerzo durante tres veces, antes de desistir, y de ahí los dichos
populares tales que “a la tercera va la vencida”, “no hay dos sin tres”, “repite
este mantra 3 veces para que tenga efecto”, “hay que dar las gracias tres
veces”, etc. Esta tendencia se revela en los escritos más antiguos de la
experiencia humana donde aparecen referencias a que a alguien lo llamarán
tres veces, le darán tres oportunidades, escuchará una voz por tres veces, o
tratará de hacer algo por tres veces. Muchas ocasiones nos vemos frente a la
idea de que el número 3 era considerado como una unidad, un todo, y por eso
se emplea hoy para representar la creación perfecta.
Por otro lado, si lo que uno percibe es el número 33 constantemente, en estos
momentos del cambio evolutivo en el que estamos, esta cifra ha tomado un
significado ligeramente distinto a lo que hubiera tenido hasta ahora, pues la
línea temporal 33 es la línea temporal “negativa”, la de la “vieja Tierra”, mientras
que la línea temporal 42 es la línea temporal del salto evolutivo, del cambio de
consciencia. Es complicado explicar como se numeran estas líneas temporales
y no tiene mayor importancia, pero así como el 911 tomó un significado de
“peligro” o “aviso” tras el 11-S por el impacto que tuvo en el inconsciente
colectivo, y muchas personas empezaron a ver 911’s cada vez que se iban a
encontrar en una situación complicada, la repetición del “33” ahora por ese
mismo motivo puede representar algo que no está alíneado con el cambio
evolutivo que estamos viviendo. Por otro lado, soy consciente que el número 33
se considera un número maestro por varias razones, es todo cuestión de los
varios arquetipos al que ese número se asocia según las energías del
inconsciente colectivo, de ahí que según el momento en el que nos
encontremos puede tener un significado para nosotros u otro.
El siete
Otro número muy conocido por su influencia esotérica es el número 7, un
símbolo místico basado en la idea del triángulo agregado al cuadrado, o sea la
fortaleza y robustez del 4, sosteniendo la elegancia y la perfección del 3. Por
varias razones, en la psique de los nuestros antepasados se concibió la idea de
que el 7 completaba un ciclo o formaba un número que representaba un estado
primario y uno secundario que estaban unidos de algún modo; por esto los días
de la semana son siete, y los ciclos de la vida del hombre están divididos en
periodos de 7 años cada uno, y centenares de otros fenómenos naturales
fueron contados por el elemento del 7. Es un número cósmico, en cierto sentido
porque nace de la Ley de las Octavas, que dicta que todo lo que existe para
poder manifestarse y transformarse pasa por 7 etapas o pasos, y por ende, la
simbología del 7 está íntimamente ligada a la creación y todos los aspectos de
los ciclos de la vida.
Comprendiendo el arquetipo para descifrar el mensaje
Someramente, y para no alargarnos, comprender la raíz arquetípica de cada
número nos ayuda a dilucidar los mensajes y avisos que generamos, y que se
proyectan sobre nuestra realidad particular, siempre teniendo en cuenta que
todo es relativo a uno mismo, ya que no hay dos mensajes ni realidades iguales
para dos personas en este planeta. También, por eso, de alguna forma, todo
tiene múltiples lecturas ya que la realidad consensuada en la que vivimos
proyecta, superpuesta a la nuestra, otros tipos de señales y avisos que pueden
darnos varios arquetipos para un mismo número.
En todo caso, siempre hemos de saber que nuestra decodificación está limitada
y acotada a nuestra experiencia particular, y, por lo tanto, parcialmente válida
en cada momento de nuestro camino evolutivo, así que no está de más
recordarnos a nosotros mismos, tal y como escribía J.J Benítez en uno de los
libros de su saga “Caballo de Troya” que:
Nada quedará oculto. No olvidéis que vuestros conocimientos son finitos y que
toda comprensión, por parte de las criaturas mortales, es relativa. Cualquier
información, incluso la que procede de fuentes elevadas, sólo es relativamente
completa, localmente exacta y personalmente verdadera. Sólo eso. Los hechos
físicos pueden ser uniformes, pero la verdad es una realidad viva y flexible en la
filosofía del universo. Las personas que evolucionan como vosotros lo estáis
haciendo ahora sólo son parcialmente sabias y relativamente verídicas en sus
mensajes. Sólo pueden tener certidumbre en los límites de su experiencia
personal. Algo que puede parecer cierto en un lugar, puede ser relativamente
verdadero en otro segmento de la Creación. La verdad divina, la verdad final, es
uniforme y universal. La historia de las criaturas espirituales, tal y como es
contada por númerosas individualidades originarias de esferas diversas, puede
cambiar a veces en los detalles. Esto obedece a la relatividad en la plenitud de
sus conocimientos y de su experiencia personal, así como a la extensión y
amplitud de esa experiencia…
Repasando los componentes de la psique que construyen nuestra realidad, 29
septiembre, 2016.

Si en el artículo anterior habíamos


hablado del origen del contenido
que nuestra glándula pineal usa
para proyectar la realidad personal
en la que existimos, el segundo
aspecto de este tema es cómo interpretamos y decodificamos cada uno esa
realidad personal, y la realidad común a la que pertenecemos, y en la que nos
movemos como parte del colectivo de la especie humana.
En la conferencia sobre la psique del ser humano decíamos que si
pudiéramos ver realmente el entorno en el que existimos, nos daría la impresión
de estar reviviendo aquella escena de la película Matrix, donde Neo solo hace
que ver números y líneas de energía en filas, llenando las paredes, el suelo, el
techo, y todo lo que tiene alrededor suyo.
La realidad que hay ahí fuera en todo eso que llamamos la “Creación” es
cuántica, es energía pura en movimiento, es la matriz de todas las realidades
existentes para cada uno de nosotros, pero nosotros no vemos esa realidad
“real”, sino que solo vemos la interpretación y decodificación que hacemos de la
misma, una proyección tridimensional del mundo cuántico que se nos aparenta
verdadera, sólida y tangible a los sentidos. Nosotros somos proyectores de esa
realidad como ya sabéis, y además somos receptores y decodificadores de la
misma.
Decodificando la realidad
El ser humano percibe el mundo a través de sus cinco sentidos. Los sentidos
transmiten al cerebro una serie de datos en forma de señales eléctricas
proveniente de las energías captadas en la realidad exterior (que ha sido co-
creada entre todos, por la suma de todas las realidades personales proyectada
por cada uno), que entonces la mente interpreta para darle sentido y
explicación a lo que se percibe.
Es decir, que la realidad en forma de ondas, vibraciones, patrones numéricos,
etc., pasa a ser primero una realidad relativa y luego, al ser interpretada por el
contenido que hay en la mente, se transforma además en una realidad subjetiva
adecuada al criterio de cada persona, que es quien interpreta a que
corresponde cada una de las señales que recibe de sus sentidos.
¿Qué quiere decir esto?, que la realidad es diferente para cada persona, cada
color, olor, gusto, sonido, tacto, experiencia, etc. es filtrado por lo que somos
capaces de captar energéticamente de ello de la realidad consensuada entre
todos, y luego interpretado por nuestra realidad personal, es decir, por lo que
creemos que estamos viendo, sintiendo, escuchando, etc. Si, por ejemplo,
nosotros mismos hemos proyectado un cierto tipo de contenido que se está
manifestando como nuestro mundo exterior, luego reinterpretamos esa misma
realidad acorde a lo que llevamos en la psique.
Viendo con la mente
Siendo esto así, y puesto que cada persona percibe un rango de frecuencias
ligeramente diferente y decodifica de forma distinta la información que le llega
del mundo exterior ¿Cómo sé que eso que veo delante mío es lo mismo que lo
que ve la persona que tengo al lado? ¿Cómo se construye en mi mente mi
mundo real, el que veo con mis ojos, el que toco con mis manos?
Bueno, como ya veis, no son nuestros ojos los que deciden que es el mundo
que llamamos “real”, sino que este es una construcción completamente
subjetiva a cada persona, y por lo tanto, ilusoria, cambiante y maleable.
Nuestros ojos no “ven” por si solos, es la mente la que “ve” con la información
que le llega y tras decodificar y decidir qué es exactamente eso que tiene
delante. Los ojos son lentes que pasan información desde la retina hasta el
cerebro, que es donde se forma la imagen. Son como las ópticas de las
cámaras que dejan pasar la luz, y la envían hacia el interior de la cabeza para
procesarlos, sin hacer, en ningún momento, juicios o presunciones sobre que
representan. El ojo no sabe que está recibiendo la energía lumínica de una silla
o de un elefante, y le da igual, su función es simplemente transmitir el haz hacia
el interior.
A continuación la mente realiza la decodificación de la información que está
recibiendo con datos de los que ya dispone, de nuestra presunción de cómo
debe ser el mundo de ahí fuera, de lo que “creemos” ver en realidad y de todo
aquello que tiene guardado en los bancos de memoria, generados a través del
condicionamiento y la programación con la que nacemos y crecemos.
Componentes de decodificación de la realidad.
Los componentes que crean y decodifican nuestra realidad podriamos
clasificarlos en tres tipos: el paradigma, los arquetipos y los programas y
patrones mentales, y vamos a hablar de ellos un poco ahora.
Estamos programados para decodificar las cosas de una determinada manera,
diseñados para un razonamiento líneal, y en compartimentos mentales
estancos. Para que esto funcione de esta forma, como en un ordenador, tiene
que haber una base operativa, un sustrato donde se puedan insertar y guardar
el resto de información, programas y patrones mentales, como si de un sistema
tal que Windows, Linux o Mac se tratase.
Por eso, todos, en nuestra mente, tenemos un sistema base programado, y ese
sistema no es otro que lo que llamamos el paradigma social, cultural, etc. bajo
el que hemos nacido. El paradigma es el sustrato energético base para el resto
de la programación que viene insertado por defecto en nuestras esferas
mentales desde el momento en el que nacemos. Podeis leer al respecto sobre
el papel del paradigma en este artículo de Detrás de lo Aparente.
Una vez la mente del ser humano recibe la instalación de su paradigma, su
sistema operativo, es cuando se pueden empezar a instalar otros programas
que funcionan encima de este, y que son los que marcan como se decodifica la
realidad que cada uno percibe y que contenido se emite al exterior para la
generación de nuestro mundo particular. Estos bloques genéricos se
denominan arquetipos, y los hay de diferentes formas: espirituales, religiosos,
científicos, morales, etc., ya que solo así, insertando un sistema de creencias
determinado basado en ciertos arquetipos globales, se puede manipular por
completo la psique conjunta de la raza humana.
Para comprender bien que es un arquetipo sigamos con la analogía del
ordenador. Todos gestionamos nuestros datos en sectores del cerebro
concretos, como si fueran distintas carpetas del PC. El equivalente a un fichero
del ordenador en nuestro cerebro son las neuronas, que es la célula, o
componente que archiva y registra ese dato o información antes de pasarlo a la
mente.
Diferentes agrupaciones de neuronas crean el equivalente a diferentes carpetas
del disco duro, donde cada carpeta puede tener miles de archivos, y además
cada carpeta tiene una categoría determinada y almacena solo información de
un tipo específico. En el ser humano, a cada una de esas carpetas que se
insertan a medida que vamos acumulando programación, le llamamos
arquetipos, cada una con sus correspondientes subcarpetas, y cada uno con
centenares de ficheros que representan conceptos concretos programados o
adquiridos por nosotros respecto al tema en cuestión.
Por ejemplo, todas las ideas o creencias sobre religión, van a parar a un
arquetipo determinado, todas sobre cultura, o ciencia, o moralidad, van a parar
a las neuronas del arquetipo asociado. Así se crean y almacenan arquetipos
que dictan como vamos a interpretar un concepto o idea que captamos del
mundo exterior.
Finalmente, lo siguiente que tenemos en nuestra mente son los diferentes
programas y patrones de comportamiento. Cada arquetipo tiene infinidad de
sub-programas, patrones e ideas asociadas a ese arquetipo global, de forma
que aunque toda una población comparta el mismo paradigma, y millones de
personas compartan el mismo arquetipo, cada uno tiene una serie de
programas y patrones individuales que hacen que el contenido de su mente no
se asemeje en nada al contenido de la mente de la persona de al lado.
De forma que un programa, no es más que una serie de patrones de conducta,
ideas de comportamiento, creencias individuales y conjunto de órdenes que,
asociadas a diferentes arquetipos, nos terminan de dar la visión de la realidad
que cada uno de nosotros tenemos.
Cambio de mente, cambio de realidad.
Bueno, finalmente, si entendemos esto, será fácil darnos cuenta de la relación
que tiene el contenido de nuestra mente con el cambio de realidad, de matrix,
de nivel evolutivo por el que estamos trabajando pues solo cambiando estos
programas, arquetipos y paradigmás en el ser humano, tanto a nivel individual
como a nivel colectivo, podremos avanzar en la co-creación y manifestación del
camino que nos lleva directos a ese próximo salto de consciencia.
Los primeros pasos para el cambio del contenido en nuestra psique es el
conocer qué tenemos instalada en ella, y, si es posible, dejar de aceptar nuevos
programas provenientes del exterior que refuercen la programación existente.
La desprogramación individual de cada uno de nosotros, y el trabajo personal e
interior a través de la autobservación, del autoconocimiento y con cualquiera de
las herramientas de las que dispongamos nos permitirán hacer estos cambios
en la psique y sustituir lo viejo por lo nuevo, lo limitante por lo expansivo, lo
actual por lo que ha de venir.
No se puede hacer de otra forma, porque no hay otro método de construcción
de la realidad que el que hemos comentado, todo se crea a partir del potencial
manifestador de la psique y de la energía del ser humano, y por lo tanto, hemos
de crear con consciencia, con amor y con programas y arquetipos que se
ajusten a esa nueva realidad y a esa nueva humanidad que queremos
manifestar. Solo así, con el tiempo, provocaremos un cambio de realidad que
cogerá aún más impulso en el momento en el que se alcance masa crítica
gracias a todos aquellos que cambiando su programación y contenido interior,
sean capaces de cambiar su realidad exterior y con ello la realidad exterior de
todos nosotros.
Proporcionando contenido a la pineal para la manifestación de la realidad
24 septiembre, 2016

Creo que hemos mencionado varias veces que la proyección de la realidad


personal en la que vivimos cada uno se hace a partir de la glándula pineal, que
actúa como proyector holocuántico de las energías y contenidos, que luego se
manifiestan como el mundo de cada uno, en los diferentes planos, dimensiones
y niveles en los que nuestra realidad existe. Ahora bien, ¿de dónde sale el
contenido que es usado por la pineal para la proyección de las formas mentales
y energéticas que manifestarán el mundo en el que vivo? Pues proviene de
varias fuentes: el contenido de las esferas mentales, el contenido de los
cuerpos sutiles (etérico, mental, emocional, etc.), el contenido de la memoria
celular, los programas del ADN, etc.
La esfera mental subconsciente, por ejemplo, es una de las más importantes
a la hora de dotar de contenido al proyector de nuestra realidad, primero por su
ubicación, energéticamente localizada en el interior de la cabeza, y, por lo tanto,
teniendo a la pineal en el centro de la misma, y, luego, por el papel asignado en
el conjunto de la psique humana al subconsciente como repositorio de
información, y como generador automático de la realidad exterior, papel que la
mente consciente no puede asumir por sus limitaciones y forma de
funcionamiento.
Generador de señales y avisos automáticos
Este subconsciente, es el mismo que proyecta en tu entorno holocuántico
personal, las señales que te sirven para guiarte por los caminos más acertados
o avisarte de aquello que pudiera no estar alíneado con ellos. Puesto que
proyectamos energía conscientemente con todo tipo de contenidos, pero la
mente racional no se da cuenta de ello, cuando nos paramos a observar las
señales que la vida nos pone por delante (sincronicidades, mensajes, avisos y
coincidencias), solemos asumir primero que algo externo a nosotros trata de
avisarnos, desde otros niveles de consciencia, o de nuestra propia estructura
multidimensional, y es correcto, pero también, en muchos casos, sigue siendo
nuestro propio subconsciente el que lo está haciendo, añadiendo en el conjunto
de lo que se proyecta por la pineal los patrones y el contenido que se van a
manifestar en lo que percibimos en nuestra realidad sólida como una señal, un
aviso, una coincidencia, etc.
De esta forma, nosotros mismos nos avisamos a nosotros mismos de muchas
cosas, cuando sabemos leer esas señales y pistas que aparecen en el camino
de muchas maneras distintas a través de los elementos de la realidad física que
vemos en nuestro día a día. De alguna manera, todo el “entorno” (esto es, tu
propio entorno y realidad) te está “hablando” constantemente, pues está
formado por energía consciente proyectado por ti mismo, y, el conjunto de
todos los “entornos” de las personas, es lo que forma la realidad común y global
para todos, pero donde cada uno está solo sintonizado con sus propias señales
y contenido particular y generado por uno mismo.
Insistiendo en cambiar lo que emitimos
Hay una escena en la película Tomorrowland donde los protagonistas tienen
una discusión sobre los diferentes futuros que la humanidad tiene por delante y
uno de ellos dice: “En cada momento existe la posibilidad de un futuro mejor,
pero la mayoría de la gente no se lo cree. Y como no se lo creen, no hacen lo
necesario para convertirlo en realidad. Muchos se parapetan en el futuro de una
línea temporal que les lleva a realidades más negativas y se resignan a vivirla,
por una simple razón, porque ese futuro al que van no les pide que hagan nada
hoy para cambiarlo, mientras que el otro, les exige un esfuerzo para atraerlo.”
Esta conversación en la película encierra el mensaje de que al funcionar en
modo de proyección holocuántica automática, los eventos de la vida personal
de una persona manifiestan sin juicio asociado directamente el contenido de lo
que uno lleva dentro. Por lo que para cambiar lo que manifestamos, y por ende
terminaremos viviendo, hemos de cambiar el contenido de lo que emitimos.
Tanto el subconsciente, como los cuerpos sutiles, y el resto de partes que nos
forman no están tan limpios como debieran (y no lo están en ninguno de
nosotros, por naturaleza y por el estado y entorno en el que existimos), por lo
que de forma automática incluimos en esa proyección de realidad todo tipo de
contenido con vibración, frecuencia y elementos que manifiestan en nuestra
propia burbuja y realidad individual mil cosas que la mente racional no quisiera
haber manifestado. Por otro lado, como también nos insertan artificial y
externamente elementos en nuestra psique (programas, patrones, conductas,
formas mentales, etc.) para que emitamos un cierto contenido, podemos estar
viviendo la manifestación de eventos que sirven a intereses poco alíneados con
nuestro bien mayor, pero que hemos generado nosotros mismos por proyección
desde nuestro interior hacia afuera.
Diferentes fuentes de contenido
Como hemos mencionado, los cuerpos sutiles son uno de los principales
repositorios de energía que según que contenido posean, nos dotan de una
materia prima para emitir una cosa u otra. Aquellas emociones atrapadas,
aquellos miedos, aquellos traumás y fobias, aquellas creencias limitadoras,
aquellas impresiones energéticas negativas, aquellas corazas y fachadas en
nosotros, etc., forman parte del cumulo de información consciente que la pineal
toma de forma automática para proyectar hacia afuera el mundo en el que nos
despertamos cada día.
En un próximo artículo veremos más sobre los componentes de la mente que
hacen que, una vez hemos emitido y creado un cierto tipo de realidad, la
decodifiquemos de diferentes formas según lo que cada uno lleva consigo en la
psique, algo que ya hemos tocado desde varios ángulos, pero que resumiremos
de nuevo para aglutinarlo todo y darnos la visión global del potencial creador
del ser humano, y de los elementos que intervienen en esta cadena de creación
de esa realidad.
La búsqueda incesante del siguiente nivel de crecimiento, 13 septiembre, 2016.
En el artículo sobre el “derecho a no
avanzar” decíamos:
Cuando en momentos de euforia
buscadora y de querer avanzar más
rápido de lo que nuestro Yo Superior
o aquellos que nos asisten
consideran “adecuado”, aparecen las contrapartidas de abrir puertas a lugares,
energías y situaciones que luego pueden costar de subsanar y corregir.
¿Porqué uno a veces tiene ese afán por querer ir rápido, por querer alcanzar
una meta tras otra, sin pararnos a ver los detalles del camino, sin esperar a que
cuajen los frutos conseguidos e integrarlos para que se conviertan y
transformen en parte de una nueva versión de nosotros mismos? No hemos
llegado aun a coger aire del último sprint y ya estamos en la línea de salida de
una nueva carrera.
Bueno, explicaciones hay muchas, pero la que más veces he creído
comprender, cuando buscas entender el porqué de esas “puertas abiertas” y
dinámicas que ponemos en marcha con cada acción que llevamos a cabo para
avanzar en nuestro sendero, tiene que ver con algo muy simple: la búsqueda de
la felicidad.
Decía el autor Jorge Guasp, en su libro, ¿Dónde está mi felicidad? que
vivimos inmersos en una búsqueda incesante de conocimientos, amor,
reconocimiento, poder, espiritualidad, etc., y creemos que, una vez conseguidas
algunas de estas metas, encontraremos por fin la ansiada felicidad. Sin
embargo, las experiencias de vida nos muestran que la satisfacción inspirada
por estos logros es efímera. Comprendemos entonces que estas cosas siguen
sin hacernos verdaderamente felices y recomenzamos la búsqueda, creyendo
que la felicidad definitiva yace escondida detrás de la próxima meta que nos
proponemos alcanzar. Así, sin darnos cuenta, hasta el final de nuestros días.
De alguna forma, nos han enseñado, o nos han programado, o ambas cosas,
para creer que la hierba siempre es más verde en el campo de enfrente, y, por
ende, siempre creemos que estamos en el campo equivocado o que no hemos
llegado aun al prado más frondoso donde por fin descansaremos de tanta
búsqueda. Esto está relacionado con varias cosas, que son complicadas a
transmitir por su multidimensionalidad, y por su estructura a diferentes niveles
de nuestra constitución psíquica y energética.

Manteniendo el curso de la octava humana

Primero, está relacionado con la situación y realidad en la que existimos como


especie consciente, en la cual, parte de aquello (en niveles muy altos de la
Creación) que nos ha creado como seres humanos, necesita la energía de
nuestra búsqueda incesante de quienes somos, y de qué somos, para poder
mantener la octava y dinámicas en curso a nivel planetario. Es decir, hace falta
la energía e impulso de buscarnos incesantemente a nosotros mismos para que
un tren muy complejo de explicar pueda seguir su marcha por las vías
adecuadas.
Este tren está relacionado con los procesos energéticos por octavas y los
saltos frecuenciales que existen en ellas, en este caso, en la octava “cósmica”
en la que nos movemos, es la energía de nuestra búsqueda y afán de
crecimiento la que proporciona el combustible necesario para producir el
choque entre los pasos frecuenciales que corresponden al salto FA-MI, donde
no existe “puente” que una esas notas y, por lo tanto, para que la octava no se
tuerza y se vuelva recurrente, estamos forzados a generar una búsqueda de
nosotros mismos constantemente que mantenga el proceso actual de cambio
evolutivo en el que nos encontramos en marcha.
Esto, que sé que es algo abstracto, es parte de la base del sentimiento de
insatisfacción permanente, sustentado luego por cosas como son, por otro lado,
la programación inherente en nuestra consciencia al enfoque solo hacia la
parte externa de la realidad material, y también, en contrapartida, a la
necesidad humana de crecer y avanzar por uno mismo, pues es el deseo
inherente en cada partícula de la Creación de “volver a casa”, y moverse
siempre hacia niveles superiores en la propia escala evolutiva que rige todo lo
que existe.

Cada cosa a su tiempo.

Pero ese “volver a casa”, simbólico, tiene unos tiempos y unos ritmos, que son
perfectamente entendidos por esas otras partes de nosotros mismos qué, si
estuvieran en control de nuestra consciencia, imbuidas y tomando las riendas
de la personalidad que somos, llevarían de otra forma el curso de los
acontecimientos, eventos y experiencias que nos ayudan a eso, a crecer y
avanzar, “despertar” y evolucionar.
Ahora llega entonces otra paradoja. ¿No decimos que todo es experiencia y
que todo sirve y que no hay camino equivocado? Correcto. Así que, por esa
misma razón, no hay juicio moral asociado a si hemos hecho las cosas bien o si
las hemos hecho mal, si hemos ido rápido o si vamos despacio, por aquello que
somos (nuestro ser/Yo Superior/jerarquías de las que provenimos) sino que,
simplemente, hay efectos de las causas puestas en marcha por nuestro ímpetu
y nuestra incapacidad de mantener ciertos tiempos y ritmos, que, en muchos
casos, podriamos no haber necesitado que se manifestasen y tuvieran lugar.
Pero, si lo han tenido, no han dejado de ser experiencias que han sumado
también a la mochila de lo aprendido. El concepto de “Value Fullfilment” del
que hablamos hace algún tiempo está relacionado con esto.
Todo está aquí y ahora

En general, la felicidad que buscamos se encuentra aquí y ahora, no allá y más


tarde. Claro que esto es tremendamente complicado de gestionar cuando tienes
un programa ego en control de la personalidad virtual que solo ve y piensa en el
futuro, y en lo que va a pasar en ese futuro o futuros alternativos, que está
computando continuamente y generando escenarios de posibles
eventos para estar prevenidos contra ellos, en una programación incesante de
míedo a no sobrevivir, a no ser aceptado, a no ser querido, etc. Así que el
esfuerzo por parar esta forma de vivir pasa por aceptar y buscar
conscientemente el momento presente en todos los instantes, pues en ese
momento presente reside la eternidad en la cual existe nuestra esencia y el ser
que somos, aun revestido del cuerpo que usamos.

Al entrar en contacto con la quietud del instante en el que estamos, se anula el


poder de los programas de la mente para proyectarnos hacia adelante o hacia
atrás, recordando tiempos mejores o buscando aquellos que han de venir. Y es
que estos, además, no vienen nunca, porque, encima, todo forma parte de una
ilusión en la percepción del tiempo, que, siendo simultáneo, nos intenta hacer
comprender que todo está ya sucediendo a la vez, y todos los campos de
frondosa hierba están ya aquí, en el ahora, que es el verdadero instante en el
que la Creación se expresa.

El movimiento de crecimiento hacia nuestro origen se da avanzando por esa


eternidad de presente en presente en el ritmo que marca la parte nuestra que
se mueve por ese plano infinito que es el momento actual, de ahí que, cuando
intentamos desde los planos inferiores, en los que no captamos esta
simultaneidad ni multidimensionalidad de las cosas, forzar ese ritmo, nos
perdemos y dejamos de avanzar en sintonía con las dinámicas superiores que
rigen nuestro destino. Mi mente sabe que todo esto escrito aquí son palabras
de conceptos muy abstractos, sin embargo, otros niveles nuestros saben que
son válidos y que así funcionan las cosas.

Lo interesante, en este juego de la vida, no es el fin, sino el camino, pues


disfrutando de cada montaña de conocimiento o comprensión de la realidad que
subes, te evitas la desesperación de vivir solo pensando en qué otras montañas
tendrás delante y cuándo se acaban las montañas. Siempre podemos intentar,
con las herramientas de las que disponga cada uno, buscar esos programas,
patrones y formas mentales en la psique y cuerpo mental que nos impiden
mantenernos “aquí y ahora”, y vamos a ver que sale que pueda ser
desprogramado y eliminado de la mente humana para acercarnos un poco más
al eterno presente de nuestro Yo Superior, aunque dejemos de nutrir de energía
el tren de la búsqueda a nivel “cósmico”.

En realidad, y esto también hay que saberlo, el objetivo es bajarse del tren,
pues cuando ya has comprendido el porqué de la búsqueda, ya no es necesario
seguir haciéndolo, y se te permite qué, entonces, cambies de vías, y te subas a
una octava/dinámica evolutiva paralela donde las cosas funcionan de otro
modo, porque el conductor y las energías que llevan ese otro tren ya
pertenecen a aquellos que encontraron el prado de hierba más frondoso de
todos, y se dieron cuenta por completo que siempre estuvo aquí y ahora, en
cada instante y en ellos mismos.
Algunas cosas sobre el uso de las pirámides, 9 septiembre, 2016.

Ya que en el anterior
artículo habíamos puesto un
ejemplo con pirámides, y eso parece
que suscita interés, adentrémonos
ligeramente en el mundo de esta
figura geométrica, que se encuentra
tan presente por todos los rincones de nuestro planeta, como vestigios de
culturas que entendieron su funcionamiento y uso, y que las colocaron en
lugares claves de la estructura energética del globo, para así poder usarlas con
diferentes propósitos.

Normalmente cada 31 de Octubre suelo hacer mención en el blog, o en la


página de Facebook, a este artículo sobre el Samhain, una festividad pagana
que marca el inicio del nuevo año celta, y donde las energías del momento son
propicias para hacer esa “lista de deseos de nuevo ciclo” qué, en el calendario
occidental, la mayoría de nosotros hacemos en Enero. En ese artículo, os
explicaba aquello que hago en casa:

Tanto si sois seguidores de alguna tradición pagana, como si no, si os gustan


las celebraciones ancestrales, o si solo os atrae como curiosidad, esta noche
tenéis la oportunidad de aprovechar la energía que se mueve en el mundo para
hacer una limpieza de cosas que deben terminar, y mañana tenéis la
oportunidad para empezar con un propósito nuevo renovado hasta que llegue el
nuevo Samhain el año que viene. Lo que se hace esta noche para dejar ir lo
que no sirve depende de cada uno, pero basta algo tan sencillo como escribir
una lista de aquello que deseas dejar atrás, de aquello que deseas concluir, de
aquello que ha de terminar, y con una pequeña intención, y con la llama de una
vela, quemar la lista con la convicción de que aquello escrito en la hoja
completa entonces su ciclo y ha llegado a su fin. Todo lo que uno desea que
termine hoy puede hacerlo, energéticamente, con el ritual de la quema
simbólica de lo que ya no nos sirve y debe quedarse atrás.

Mañana, por el contrario, es el inicio de un nuevo ciclo, y todo vuelve a


sembrarse, por lo que el ritual simbólico para hacer con las energías del 1 de
noviembre no es otro que escribir aquello que se desea que se complete, se
realice, y se manifieste en este nuevo ciclo. No deja de ser más que la lista de
deseos que todos hacemos en navidades para el nuevo año gregoriano,
siguiendo nuestro calendario artificial, pero haciéndolo ahora siguiendo el
calendario y tradición celta.

Lo que no decía en el artículo es que la nueva lista de objetivos y deseos se


puede colocar debajo de una pirámide de cualquier mineral (yo uso cuarzo), y
dejarla ahí guardada todo el año, como medio amplificador de la energía puesta
en esa lista, para que sea enviada a los “planos superiores”, y se convierta en
la semilla de aquello que debe crearse en el nuevo ciclo.

Propiedades y configuraciones de las pirámides.

Todos sabéis que las pirámides, mayormente conocidas las de Egipto, tienen
cámaras interiores que eran usadas para la iniciación de aquellas personas
que, perteneciendo a diferentes escuelas de místerios, o formando parte de
castas, grupos, jerarquías de poder, etc., eran sometidos a diferentes pruebas
para purgar su espíritu, su alma, su sistema energético, su cuerpo, etc.
Hablamos brevemente de ello en este artículo sobre ceremonias iniciáticas
alquímicas.

En este tipo de ceremonias, dos cosas son importantes, primero el trabajo


purificador con los cuerpos sutiles , con la psique y la mente de la persona a ser
iniciada, y, luego, el trabajo con el cuerpo físico, vehículo evolutivo de esa
persona. Si la mente y el alma iban a ser llevados a un nivel superior de
consciencia a través de la ceremonia, el cuerpo debía “morir” y “renacer” para
poder acompañar la nueva etapa del camino. De ahí qué, en muchas
ceremonias de este tipo, de todas las culturas ancestrales, el sujeto entra en la
cámara interior totalmente a oscuras, y en un espacio privado de estímulos
sensoriales, que dan la impresión de estar completamente encerrado y
enterrado en vida, pues eso es lo que se pretende, para provocar esa
sensación de “renacimiento”.
El punto de focalización energético
Si visualizáis o buscáis una
imagen de una pirámide 3D, y
observáis uno de sus lados, y
mentalmente imagináis este lado
cortado en cuatro triángulos
iguales, como en la figura, veréis
que el corte forma un diamante en
la intersección de los cuatro
triángulos pero en un plano horizontal (en el medio de la pirámide). El punto
medio de este diamante o rombo, entonces, es el punto exacto a través del cual
converge toda la energía que entra por cualquier parte de la pirámide. Así, una
de las posibilidades y usos, es pues, colocar a la persona que iba a ser iniciada
en ese lugar, para que fuera la receptora y canalizadora de cualquier flujo
energético que la pirámide recibiera o se canalizara a través de ella. En estos
casos, el tamaño de la pirámide, evidentemente, es importante, pues con
pequeñas se pueden amplificar cosas como una lista de deseos, o la energía
de un micropunto concreto del suelo, para que esa energía recogida por la base
salga amplificada por el vórtice, así que se puede poner debajo de la cama, se
puede poner en casa debajo de una silla, etc. creando pequeños “haces”
dirigidos hacia alguna función y propósito concreto por la persona que las esté
usando. Para temas como el de una iniciación espiritual, evidentemente la
persona, como en las cámaras interiores de la pirámide, tenía que caber en su
interior por completo, pues no tenía ningún efecto (o no el buscado) ponerse
encima, al lado o fuera de la construcción. Por esta razón, en términos de usar
las energías canalizadas a través de la pirámide para efectuar sanaciones, todo
el cuerpo y sistema energético debía encontrarse en el centro del rombo
central.

La localización de las construcciones.

Si buscáis por la red mapas de la ubicación de este tipo de construcciones,


veréis que están todas en lugares concretos, cruce de diferentes líneas de
energía del planeta, o en vórtices naturales creados por la intersección de
canales naturales de la Tierra. Esto es, evidentemente, para aprovechar esa
energía terrenal y amplificarla, redirigirla, manipularla, focalizarla, etc. (las tres
pirámides de Egipto apuntan hacia las tres estrellas principales de la
constelación de Orión con total precisión, por ejemplo).

Además, en épocas antiguas, las pirámides estaban cuidadosamente


sintonizadas y afinadas con las energías del lugar donde se encontraban
ubicadas, como un diapasón preciso que marcaba la nota y frecuencia exacta
necesaria para aquello para lo que había sido construida, de forma que una
pirámide con un tipo de “afinación” para un lugar concreto si fuera movida a otro
punto no tendría el mismo efecto o resultado. Con el paso del tiempo, y los
cambios en los campos electromagnéticos de la Tierra, las pirámides actuales
están, por decirlo de alguna forma, “fuera de sintonía”, en su mayoría, con la
energía que las recorre, ya que, además, han sido usadas para propósitos
menos “nobles” que aquello para los que fueron construidas, por aquellos que
detentan el poder en nuestro planeta, y otros, y ahora su efecto sería como el
de una guitarra o piano completamente desafinado intentando dar la nota para
encajar en una orquesta sinfónica de la que alguna vez formó parte.

Hay miles de libros dedicados a estudiar la geometría sagrada y propiedades


de estas figuras geométricas, las ventajas de usarlas para diferentes tipos de
terapias, meditaciones, etc., y quien esté interesado seguro que encuentra
información para completar esta mini-introducción al tema.

El derecho a no saber y creer, y la ley del libre albedrío


7 septiembre, 2016

Vamos a tratar de dilucidar un concepto bastante abstracto. Soy consciente de


que lo entiendo solo intuitivamente, captado de los niveles arquetípicos donde
se mueven las leyes y dinámicas que rigen cómo funciona nuestra evolución y
existencia, y veamos si es posible bajarlo a nivel intelectual para ponerlo en
palabras.
Lo primero que hemos de recordar es que el libre albedrío funciona en múltiples
sentidos y en todas direcciones. Esto significa que uno tiene el derecho a
escoger y elegir, dentro de las acotadas opciones que se le presentan
continuamente en la vida, cual de ellas es la que opta por manifestar
y experimentar en su realidad y línea temporal individual. Pero también
significa que uno tiene el derecho a no elegir, es decir, a no usar el libre
albedrío, dejando que otros elijan por nosotros, si ese es nuestro deseo,
consciente o inconsciente.
No, no, no….
En el área de la información y el conocimiento, uno tiene derecho a NO saber,
en el campo del crecimiento personal, uno tiene derecho a NO evolucionar, en
el campo de la comprensión de la existencia, uno tiene derecho a NO
“despertar”. Parece toda una contradicción que alguien no quisiera aprender y
saber, que alguien no quisiera evolucionar o que alguien no quisiera
“despertar”, sea cual sea la definición de despertar que tenga cada uno, y, sin
embargo, hay millones de personas en el planeta que es lo que proyectan cada
día, segundo a segundo, en su realidad personal, en su mundo y vida particular.
Evidentemente muchas de estas personas no somos conscientes de lo que
estamos emitiendo y proyectando, y de eso se aprovechan aquellos que
cumplen el rol asignado a la polaridad que bloquea el saber, el evolucionar y el
despertar.
Me ha costado horrores y luchas internas entenderlo en mi mismo. ¿Cómo es
posible que tal entidad, tal situación, tal bloqueo, aparezca en mi vida insertado
exteriormente para bloquear una faceta, una área de mí realidad, un potencial
latente, un conocimiento al que estoy intentando acceder? Es posible
simplemente porque hay una puerta abierta de entrada en mi, que emite que,
sin que mi mente racional se entere, estoy diciendo que no quiero saber esto, o
que no quiero acceder a lo otro. Al menos en un alto número de veces en los
que he sido capaz de auto observarme para ello.
¿Porqué alguien en su sano juicio proyectaría esto al mundo, manifestando así
su realidad personal de tal forma que parece que miles de bloqueos e
impedimentos externos se le oponen a muchas de las cosas que hace? Por la
misma ley que permite que aquel que quiere acceder a algo sin ningún tipo de
creencia limitadora o programa interno, que diga lo contrario, se le permite y se
le facilita el acceso, el conseguirlo, el aprenderlo. La pronoia, de la que ya
hemos hablado, es justo esto último.
La ley que da derecho a estar confundido
Esta ley, por llamarla de alguna forma, es el libre albedrío funcionando en su
máxima expresión y libre de todo juicio moral, ya que las jerarquías y normás
que rigen la manifestación de la realidad no juzgan si alguien quería algo de
forma consciente y no sabe que en otros niveles no lo quiere, lo cual
predispone a unas dinámicas y eventos de ser creados en la realidad de la
persona para conseguirlo, pero deja la puerta abierta a otras dinámicas para
que hagan lo contrario (materializadas en forma de todo tipo de obstáculos y
problemas para lo contrario, sea “algo”, físico o no, o “alguien”, lo que haga de
detonante y catalizador de esa oposición). Cuando no existen “puertas de
entrada” hacia nosotros en cualquiera de los estratos de nuestra configuración
energética y multidimensional, es mucho más difícil que algo pueda
bloquearnos el camino.
Obviamente el no querer despertar, el no querer saber, el no querer avanzar,
etc., viene simplemente por la cantidad de míedos que poseemos. No hay
mucho que descubrir aquí. Desde que se inventó el fuego y la rueda, y mucho
antes, estos miedos están latentes. Son parte de los grandes miedos
imbuidos en las partes más profundas de nuestra psique, como ya vimos
hace muchos meses, son parte de los miedos generados por la programación
por parte del sistema bajo el que vivimos, son miedos heredados de nuestros
ancestros, de nuestros creadores, y de otras muchas fuentes. Cuando me
encuentro con dificultades y obstáculos para poder obtener respuestas a algo y
resulta que hay que lidiar con todo tipo de energías de todos los colores que se
oponen a ello, y me pregunto ¿porqué es tan difícil?, intuitivamente he tenido
que comprender que mi miedo (inseguridad, incertidumbre, duda…) a lo que me
fuera a encontrar cuando supiera “eso”, a que hacer con “eso”, a cómo
gestionar “eso”, deja una puerta abierta a que “aquello otro” pueda oponerse a
que lo encuentre. Complicado de entender. Si, aun comprendiéndolo de forma
intuitiva estoy aprendiendo a buscar y cerrar puertas abiertas a base del
método de “prueba y error”, que en no pocos pozos me ha metido hasta llegar a
entender el porqué de esto…
Derecho a vivir en una realidad que no cambie
De alguna forma, esta ley de la confusión, vamos a llamarla así, tiene que ver
también con el derecho a que no se cambie la realidad consensuada en la
que vivimos. Por ejemplo, imaginemos que las pirámides de Egipto hubieran
sido construidas hace miles de años por una civilización de cualquier otro lugar
de la galaxia, con funciones determinadas y con un objetivo claro para lo que
tuvieran en mente en su momento sus constructores. Así, podríamos
preguntarnos, ¿porqué esa civilización no formó o trajo la pirámide en su
momento como un solo bloque compacto si, teóricamente, podrían haberlo
hecho y parece incluso más fácil y obvio? Estoy poniendo un ejemplo, no
pretendo crear teorías ni hablar de pirámides.
Si las pirámides de Egipto estuvieran construidas en un solo bloque, hubieran
roto las leyes de la realidad consensuada y del libre albedrio de los humanos,
pues estos tienen derecho a creer que las pirámides pueden haber sido
construidas por medios humanos piedra a piedra. Bajo esta ley, las pirámides
de Egipto, seguimos con el ejemplo, no pueden romper las reglas de la realidad
que hemos acordado y los sistema de creencias que hemos creado(sean falsos
o no, pero bajo ellos vivimos), que dicen que para construir una pirámide
usando medios humanos, se tienen que apilar enormes piedras imposibles de
mover con la tecnología de la época y demás, pero, al fin y al cabo, es una
teoría plausible que permite que la ley del libre albedrío en este aspecto de
“creer” algo se cumpla para todos.
De haber sido un solo bloque del tamaño de la pirámide, plantado en medio de
Egipto, se hubiera roto esa posibilidad ya que no habría forma de negar que
eso no tenía origen humano. Posiblemente, si este ejemplo tuviera algo de real,
podríamos deducir que los constructores de las pirámides respetaban la
primera regla de toda especie con capacidad de viaje interestelar, que es la de
no intervenir en la evolución directa de las especies menos evolucionadas
insertando algo que pudiera alterar el ritmo de esa evolución, y de ahí que tiene
que parecer que las pirámides pudieron haber sido hechas por humanos, por
inverosímil que a muchos nos parezca.
Es de suponer entonces, que, aquellos que respetan esta ley del libre albedrío,
forman parte de aquellas razas que desean ayudar al ser humano a crecer
como especie, mientras que aquellos o aquello que directamente nos bloquean
o manipulan etérica, mental, energética, psíquicamente, para que no lo
hagamos, se la pasan por el forro pues buscan otras cosas de nosotros. Creo
que de esto muchos habéis tenido experiencias en carnes propias y no os es
ajeno el tema.
Cerrando puertas
¿Cómo solucionamos el tema para cerrar puertas? Básicamente buscando
esos miedos a crecer, a despertar, a saber, a experimentar, etc., etc. Más o
menos lo que contaba en aquella conferencia sobre los bloqueos a nuestra
evolución pero no solo a nivel psicológico, sino también espiritual. Ojo, no
estoy diciendo que nos metamos en el primer agujero negro que nos
encontremos y nos perdamos en él como en el cuento de Juan Sin Miedo, eso
tampoco es sano, pues volver a tierra firme puede costar mucho trabajo y
mucha ayuda externa.
Cuando en momentos de euforia buscadora y de querer avanzar más rápido de
lo que nuestro Yo Superior o aquellos que nos asisten consideran “adecuado”,
aparecen las contrapartidas de abrir puertas a lugares, energías y situaciones
que luego pueden costar de subsanar y corregir. Pero, la cuestión, es que es
necesario mirar en uno mismo que puertas de entrada existen que permiten que
la ley del libre albedrío a no querer incluso ejercer el libre albedrío pueda
manifestarse. Las religiones se hinchan a aprovechar esta ley, pues ya deciden
por nosotros, para aquellos que no quieren decidir (sin saberlo) que hay que
creer, como y de que forma. La ciencia, como concepto y arquetipo, hace lo
mismo, nos lo creamos o no, pues es el polo complementario al arquetipo de la
religión, creado para que quien no decida creer en una cosa, pueda creer en la
otra y montar su realidad personal en torno a una de las dos opciones.
En definitiva, todos tenemos derecho a hacer algo o no hacerlo, tenemos
derecho a querer algo o no quererlo, tenemos derecho a querer saber algo o no
saberlo, y eso, que es una ley que no aplica ningún examen moral a lo que es
decidido o elegido, se convierte en un tropel de situaciones complicadas de
dirimir de las que no entendemos el porqué. Si recordáis el articulo de
“buscando las causas de las cosas en niveles superiores” veréis una
aproximación más terrenal a esto que acabamos de explicar ahora, pues son
conceptos unidos y relacionados, y, si luego recordáis como manifestamos
nuestra realidad personal a partir de nuestros patrones subconscientes,
mentales, emocionales, y demás, tendremos otra pieza del rompecabezas para
entender un poco mejor como funcionan las reglas de manifestación del mundo
en el que vivimos.
De ilusiones y espejismos
23 agosto, 2016

Hay un par de términos en inglés: “ilusion” y “delusion”, que, en castellano,


serían así como “ilusión” y “engaño o espejismo”, que ilustran bastante bien dos
formas de percibir cosas en nuestra mente que nos inducen a generar
escenarios ficticios basados en información presente en nosotros, por un lado,
o información proveniente del exterior, por otro.
Leía hace poco que podemos definir la ilusión como una fantasía autogenerada
en nuestra mente, mientras que la “delusion”, es una fantasía más bien
generada o inducida externamente. Si uno crea sus propias historias en la
psique sobre cualquier tema, a partir de las rutinas del programa ego de
generación de escenarios futuros, como habíamos explicado en artículos
anteriores, y se las cree como realidades verdaderas, solemos decir que esa
persona está viviendo su propia ilusión. Por otro lado, si uno es programado
mediante alguna de las mil formas que ya conocemos: medios, publicidad,
educación, religiones, etc., para creer en algo falso, o para subirnos al carro de
las creencias de otras personas, asumiéndolas como nuestra propia verdad,
entonces podríamos decir que vivimos en una “delusion” o “espejismo”.
De hecho, en general, todos vivimos nuestra propia ilusión. Lo hemos visto en
varios artículos cuando hablábamos del modelo holográfico de la realidad, y
de cómo cada uno puede moldear la suya. ¿Porqué entonces lo catalogamos
como ilusión si, en realidad, todo lo que existe, y todos nosotros, formamos
parte de la mayor de todas ellas? Básicamente por el concepto nuevamente
de realidad o macro ilusión consensuada para todos, ya que, al tomar como
base una realidad común que más o menos aceptamos como molde básico
para ordenar nuestra vida, cuando alguien se aleja mucho en su propia burbuja
holocuántica y distorsiona en su psique lo pre-establecido a nivel macro, es
cuando empezamos a hablar de eso, que alguien vive en una ilusión.
De alguna forma, podemos decir que las ilusiones son ideas y creencias falsas,
malentendidos, percepciones distorsionadas de la realidad que han sido
puestas en nosotros por influencias externas, o que bien hemos captado del
inconsciente colectivo y las hemos incorporado a nuestro sistema energético y
mental. Una ilusión puede consistir en hacerme creer que algo es blanco para
mi cuando en realidad es negro para el resto de la humanidad.
En general, muchos de los conceptos y arquetipos con los que trabajamos en
nuestro día a día forman parte de grandes ilusiones que dependen solo del
punto de vista de la persona que los decodifica. Esto pasa con los arquetipos
de abundancia y escasez, por ejemplo. En general, podemos decir que la
abundancia es la sensación o sentimiento de “todo lo que necesito en estos
momentos, y un poco más”. Es el sentimiento de que puedes confiar en tu
futuro, en tu mundo personal y en que la vida proveerá de aquello que te sea
necesario. Como lo que cada uno necesita en cada momento de su vida es
diferente, la definición de abundancia tiene tantas variantes como personas hay
en el planeta. La escasez es, al contrario, la incerteza de que lo que vayas a
necesitar estará disponible, y activa partes de la psique que gobiernan
la competición, la lucha por los recursos, la urgencia, y, a veces la
desesperación. De forma simple, la abundancia te hace sentir de forma
estupenda y la escasez te hace sentir mal.
Lo curioso es que estos dos conceptos también son una ilusión, dependiendo
de los escenarios que la persona genere en su mente al respecto. Una persona
tremendamente rica puede sentir escasez respecto a los papeles de colores
que llamamos dinero, ya que su escenario mental pasa por cantidades mucho
mayores de las que posee, y por el miedo a perderlo, mientras que un simple
ermitaño que no posee absolutamente nada puede sentirse en abundancia y
con la certeza de que tiene todo lo que necesita en su vida, y más. Al final, la
definición es personal y subjetiva, y, como tal, no se puede medir por un
baremo común para todos, sino que depende de la realidad interior que cada
uno haya creado.
Por razones obvias, el sentimiento de abundancia es el más buscado por todos
nosotros, en todas las áreas de vuestra vida, proporciona paz, tranquilidad y
seguridad. Pero si nos proporciona eso, será porque de alguna forma hay algo
en nuestro interior que no siente de forma natural esa paz, esa tranquilidad y
esa seguridad. ¿Cómo es eso? Vuelvo a encontrarme en lo mismo cada vez
que me auto-observo y me autoanalizo. Si no me siento seguro de forma
natural respecto a mi mundo material o cualquier otro aspecto del mismo, ¿de
dónde viene esa inseguridad? ¿Viene de fuera de mí? Busco y encuentro
programas y formas mentales inducidas por el mundo en el que vivo y el
sistema que nos cobija, pero me doy cuenta que son una “delusion”, un engaño,
ya que es una creencia falsa insertada externamente en mi. Así que, al buscar,
detectar y borrar los patrones, programas y runas que generan inseguridad
¿Qué sucede?, que sin haber variado ni un ápice mi realidad material, se
instaura la ilusión de la seguridad y desaparece la otra.
Estos experimentos me hacen pensar en las veces en las que he tenido que
acometer un nuevo proyecto, tarea u objetivo, y he creído que no tendría los
medios para ello. Programa de escasez en algún lado, me digo a mi mismo.
Rebuscamos en el patrón conductual, rebuscamos en las esferas mentales, en
el cuerpo mental, aquí y allá, y, efectivamente, programas de escasez
insertados por influencias externas. Otro espejismo. Los saco a la luz de la
consciencia, los borramos y eliminamos, y, sin tener aun ni uno solo de los
recursos que pudiera necesitar para acometer ese teórico nuevo proyecto o
tarea, tengo la certeza y confianza de que aparecerán, y vuelvo a sentir la paz
de que todo está bien en mi mundo, y que, de alguna forma, como dice el
refrán, la vida proveerá. La ilusión de la abundancia respecto a la delusion de la
escasez.
Es importante ser consciente de que todo, una vez más, se fragua en nuestro
interior, todo depende de lo que cada uno considera real en su mundo, y su
mundo se adapta a lo que cada uno decide que es interiormente. Y aquello que
nos induce a creer lo contrario siempre tiende a venir de fuera, instalado como
medida de seguridad para que no moldeemos demasiado una realidad común
que no interesa, por otras fuerzas, que sea modificada.
¿Qué me limita?
17 agosto, 2016

Vamos a ver si terminamos esta mini-saga de entradas sobre el tema de la


creación de la realidad holográfica personal, y del despertar del potencial
latente, con el último tema que tenía en mente. Como son conceptos tan vastos
y complejos, es imposible hacer un solo artículo con todo. Espero que hayáis
leído y seguido los tres anteriores para poder ponerle punto y final a este
apartado, al menos de momento.
¿Qué me limita?
Decíamos en un artículo anterior:
“Si no tuvieras la creencia de que es imposible que te hagamos aparecer de la
nada el receptor en la palma de tu mano, podríamos hacerte aparecer el
receptor ahí, en vez de haberlo tenido que esconder en el bolsillo de la camisa,
creando una historia y una posibilidad real de que así haya sucedido para que
la mente racional y tu sistema de creencias acepten como válido ese cambio en
tu holograma personal.”
Huelga decir que no nos queda otra que desprogramar todas esas creencias,
programas y patrones presentes en la psique, cuerpo mental, esferas mentales,
patrón conductual, ADN, memoria celular, etc., etc.
¿Qué es exactamente eso que hay que desprogramar para llegar a manifestar
el potencial que todos tenemos?
Lo primero que uno se encuentra ante esta tesitura es que el sistema de
creencias es multinivel, y que tiene muchas capas de profundidad, así, te topas
con que hay cosas naturales o “habituales”, producto de la interacción y
procesos entre personas, y que hay cosas artificiales insertadas ahí. Así que
hay que empezar por lo básico. Cada uno debe encontrar la técnica o
herramienta que mejor le valga.
Visionado en la pantalla mental
Suelo aprovechar momentos libres para explorar mi psique, mi sistema
energético, mi estructura mental, etc., para poder comprenderme y conocer
cómo funciona el ser humano, así que incluso yendo en el autobús o en el
avión, aprovecho momentos de no poder hacer nada más para ello. Me
acostumbré a cerrar los ojos y pedir, clara y nítidamente a mi Yo Superior (o a
cómo cada uno llame a los niveles de consciencia más elevados de uno mismo)
que me mostrara, en este caso, que me estaba limitando para poder expresar
todo mi potencial (que es el tema en cuestión del artículo).
Esta primera fase, al menos en mi caso, resultó en un sinfín de escenas con la
raíz de la creencia insertada: por ejemplo, con pocos años mis padres
diciéndome que eso no se podía hacer, un profesor diciéndome que nunca
conseguiría esto, una noticia insertando un subliminal, etc. Con kinesiología
testo si la imagen que veo es correcta según lo que se me quiere transmitir,
para evitar que material almacenado subconscientemente salga a la luz
aleatoriamente y refleje en mi pantalla mental cosas sin sentido (la responsable
de la nitidez y buen funcionamiento de esta pantalla mental que te permite ver
cosas en tu interior es la glándula pituitaria). Poco a poco, y con práctica, pues
al principio era incapaz de discernir claramente lo que percibía, fui borrando (a
través de mí mónada), con paciencia y constancia, las decenas o centenas de
mensajes, creencias y limitaciones de esta y muchas otras encarnaciones
acumuladas y/o activas (vidas simultáneas) en otras partes de mí.
Eso, para empezar, ya suelta lastre.
Borrado subconsciente
En este otro artículo os expliqué como borrar y limpiar de basura parte de la
información que almacenamos de forma subconsciente. Hay centenares de
programas en nuestras esferas mentales que “emiten” y crean nuestra realidad
personal de ahí fuera sin que seamos conscientes de ello, ya que funcionan de
forma automática lejos del alcance de la mente consciente. Especialmente
importante es el borrado de la esfera mental subconsciente. Si emites “escasez”
a nivel subconsciente, olvídate de manifestar nada que esté mínimamente
asociado al arquetipo abundancia. Si posees un programa de “no lo voy a
conseguir”, o “miedo al éxito” ya puedes leer todos los libros de superación
personal que existen que no tendrán efecto. Así que, para ello, me monté unas
tablas con todos los programas que se me ocurrían, centenares de ellos, todos
los miedos, limitaciones, patrones emocionales negativos, etc. Tenéis ayuda en
Google. Luego, usando la herramienta que cada uno crea oportuna, péndulo,
kinesiología, meditación, autoobservación, etc., ir sacando uno a uno,
comprendiéndolo y borrándolo. De nuevo, un trabajo largo y que requiere
constancia. Ídem con el resto de esferas mentales.
Patrones de conducta
El patrón conductual es lo último a lo que hemos de meterle mano. Es “la caja
de fusibles del ser humano”, ya qué, literalmente, si fundes una de las runas
con un comportamiento grabado, ese comportamiento desaparece. Es de las
partes del ser humano más complejas de explicar, porque está relacionado con
los diferentes Yos que tenemos en la esfera de consciencia (las diferentes
subpersonalidades) y con los contenidos de los cuerpos emocionales y
mentales, así como con los programas de las esferas mentales. Es un tinglado
muy complicado, pero es la base de la personalidad de cualquiera de nosotros.
Si borras, por ejemplo, la envidia del patrón conductual, ningún estímulo
externo (procesado por el centro emocional por ejemplo) tendrá asidero para
detonar formas energéticas de envidia que puedas tener presente en el cuerpo
emocional, y el Yo envidioso de tu personalidad, por ejemplo, no tendrá
contenido para poder ser activado por el programa ego, con lo cual, no podrás
“emitir” o manifestar envidia como emoción, si eso es lo que quieres llegar a
conseguir. En prácticamente ninguna terapia o sanación que haya podido hacer
me han dejado tocar el patrón conductual de las personas, más que en mi
mismo, o en mi entorno muy cercano, que están al tanto de lo que implica y lo
que hago cuando metemos mano ahí.
Modificaciones artificiales
Este último tema es menos conocido, raya la ciencia ficción para muchos y la
incredulidad para la mayoría, así que espero basten unas líneas para introducir
en ese inconsciente colectivo la posibilidad, quizás, solo quizás, de que sea real
lo que os cuento ahora, y el tiempo ya dará las oportunidades de que cada uno
lo descubra por si mismo si debe hacerlo o le es necesario este conocimiento
más en profundidad.
¿Qué significa que haya modificaciones artificiales en la psique? Significa que
existen cosas como inhibidores “etéricos” que se pueden insertar para bloquear
una cierta runa, por ejemplo, de las llamadas “superhombre” como os
explicaba en este otro artículo. También he tenido instalados en mi diferentes
cosas para que no pudiera descubrir y meter mano en arquetipos y programas
profundamente asentados, por ejemplo, unas laminas energéticas superpuestas
sobre el patrón conductual con programas y comportamientos artificiales que se
activan en vez de los que corresponden a tu tablero rúnico real. Más cosas.
Existen ciertos tipos de implantes que se instalan en las esferas mentales, en la
esfera de consciencia, en el ADN y en otras partes. Cuando sea posible hablar
de esto más abiertamente, iremos entrando en detalle, de momento, cerramos
el tema.
Vayamos desprogramando y borrando todo lo que nos limita, empezando por lo
simple, que el resto irá cayendo por su propio peso a medida que cada uno
avanza en el despertar del potencial que tenemos, y que hemos de recuperar.
Tomando la responsabilidad de los cambios
12 agosto, 2016

En el último artículo decíamos:


¿Cómo se cambian entonces las realidades a nivel macro? Muy sencillo, a
partir del concepto de masa crítica, es decir, que cuando un cierto número de
personas cambian sus realidades personales, y suman la energía y consciencia
necesaria para cambiar la realidad consensuada, partiendo de un cambio en el
inconsciente colectivo de la humanidad.
¿Porqué tenemos que hacer este cambio de realidad entre todos y no puede
hacerlo una sola persona que consiga destapar todo su potencial y hacer el
trabajo por los demás? Es decir, si vivimos en una realidad que es totalmente
modificable y manipulable a partir del potencial de nuestra mónada, ¿no sería
suficiente que una sola de ellas hiciera el trabajo a través de una sola persona
que la lograra manifestar en su totalidad?
Cuestión de crecimiento y aprendizaje
A nadie que llega a los niveles evolutivos necesarios para poder modificar y
aplicar todo su potencial sin restricciones a la modificación instantánea de su
realidad personal se le escapa el enorme trabajo de crecimiento interior y
transformación personal que esto representa y requiere, y la enorme
responsabilidad que se adquiere, para con el resto, cuando eso sucede. Esto,
de una forma u otra, es una escuela, donde todos estamos por decisión propia
matriculados, ya que fue una decisión consciente de aquello que somos
realmente estar donde estamos ahora. De esa misma manera, si uno llega a
esos niveles de consciencia donde te das cuenta de esto, también te das
cuenta que no puedes cambiar las reglas consensuadas y aceptadas del
decorado y del holograma, pues son las que permiten a otros tener los
detonantes y catalizadores necesarios para alcanzar ese mismo estadio de
crecimiento al que tu has llegado.
Todos los que estamos encarnando en la Tierra en estos momentos (o lo han
estado en otros), podemos tener acceso a la visión que tiene nuestro Yo
Superior o estratos superiores de cada uno sobre cómo es el “juego” en el que
nos metemos. Está diseñado de esa forma para que el tablero en el cual
experimentamos la vida sea lo más eficiente posible. Lo que percibimos como
control, negatividad, crisis, problemas, son, desde otros niveles más elevados,
oportunidades. A medida que avanza el tiempo líneal y se acercan posibilidades
de “cambio evolutivo”, se requiere que, el nivel de dificultad, para muchos, se
incremente. Eso se manifiesta en realidades, para algunos, más duras. Pero,
desde puntos de vista más allá de la personalidad, todo es una proyección
holocuántica creada por todos nosotros, increíblemente complicada, multinivel y
multidimensional, en la cual obtenemos todo lo que necesitamos para poder
trascender este ciclo. En general, no se puede permitir que cambien mucho las
reglas del juego, si no las cambiamos entre todos, pues son estas precisamente
las que nos hacen evolucionar con extrema rapidez.
Todo tiene una razón de ser
Precisamente el hecho de que el mundo en el que encarnamos esté tan
controlado y manipulado, es lo que permite que podamos parametrizar nuestras
vidas con lecciones sobre solidaridad, compañerismo, ayuda incondicional,
tolerancia, amor, comprensión, serenidad, paciencia, empatía, etc. De lo
contrario seria imposible imponer este tipo de aprendizaje si no hubiera piezas
en el tablero, a todos los niveles, que permitieran crear las circunstancias para
que esas lecciones y aprendizajes tuvieran lugar.
Aun así, tenemos todos plena libertad para crear la realidad personal e
individual que deseamos, de ahí todo lo que os he explicado en los dos
artículos anteriores sobre el potencial que tenemos latente y la realidad
consensuada. El tablero de juego tiene unas normás, pero quien no desea
verse afectado por ellas no lo es cuando llega al nivel evolutivo y de
consciencia en el que las entiende, en los diferentes niveles multidimensionales
en los que estas normás aplican, por lo tanto, a partir de ahí,
pocas manipulaciones del tipo que sea llegan a influirle o a crear disrupciones
importantes en su existencia, si esa persona es capaz de trascenderlas tras
haber comprendido su finalidad. Todo depende del nivel de conciencia y
comprensión de la realidad que desarrolle cada persona gracias a su propio
esfuerzo y procesos de alquimia interior.
¿Ayuda externa?
Por otro lado, hemos oído y se nos ha hecho creer que va a venir mucha ayuda
de fuera a salvarnos y arreglar todo. Y normalmente se oye la pregunta de
porqué no se recibe esa ayuda más directamente o porqué no se ha recibido ya
para poder trabajar contra este sistema más eficazmente. En general la
respuesta que se intuye es que la humanidad no ha aprendido ni siquiera a
cooperar entre sí, y mostrarse de forma no agresiva los unos contra los otros,
por lo que tampoco es seguro para aquellos que, hipotéticamente, desearan
venir a ayudar, hacerlo libre y abiertamente.
La ayuda que se podría recibir es muy efectiva, pero debe ser solicitada como
asistencia y no como un rescate que exima de todo trabajo y responsabilidad a
nuestra especie. Una víctima, sea una persona o sea un colectivo, no ha
evolucionado al nivel necesario de responsabilidad personal que permite la
asistencia directa, ya que exige que todo le sea hecho, dado y solucionado.
Nada de ahí fuera responderá a esa petición si no hay un nivel de
responsabilidad “aquí dentro”, como individuos y como especie, que se haga
cargo de revertir la situación y tomar las riendas de la misma. Si esto sucediera,
sería porque el planeta como tal estuviera en peligro, pero la intervención
entonces no sería para salvarnos a nosotros, sino para salvarla a ella, a la
Tierra.
Al fin y al cabo, el libre albedrio es siempre la libertad de escoger, y de escoger
continuamente, incluso si se escoge no escoger. Siempre habrá fuerzas y otros
que estarán dispuestos a escoger por aquellos que no quieran tomar las
riendas de sus vidas y elegir su destino por ellos mismos, tanto a nivel
individual como global.
Realidad consensuada
9 agosto, 2016
En el último artículo hacía mención al concepto de “realidad consensuada”
como límite o restricción de aquello que podemos llegar a modificar en el
holograma que percibimos como la realidad en la que existimos. Os decía:
“Si no hay creencias limitadoras, topes y programas de restricción en la psique
que nos inculcan la idea de que somos seres limitados, no hay limitaciones que
valgan dentro de tu propia burbuja, y solo estarás limitado por las reglas de la
realidad común que todos los habitantes del planeta hemos aceptado como
holograma de referencia para el juego en el que estamos.”
Básicamente, si tenemos claro que a través de la activación del potencial
creador que tenemos, libre de todo filtro, creencia y programa de restricción de
cualquier tipo, podríamos cambiar aquello que quisiéramos en nuestra realidad
personal, y, por injerencia, en la realidad de aquellos que tenemos alrededor,
¿dónde están los límites o restricciones que nos bloquearían esos cambios
instantáneos del mundo que vemos?
Tus creencias limitan tus cambios
Hace no mucho tiempo, en una de las conferencias que ando dando, perdí un
mini USB, uno de esos receptores que se colocan en el portátil para poder usar
el ratón y el teclado de forma inalámbrica, imagino que sabéis a que me refiero.
Todo un fastidio, pues al llegar a casa, ni mi teclado ni mi ratón externo me
funcionaban, ya que no tenía el micro-USB receptor necesario para ello. Pero el
potencial de la esencia, y el poder de manifestación de la realidad personal de
cada uno es infinito, así que traté con las herramientas que tengo y con el
conocimiento de causa del funcionamiento de estas cosas, hacer que me
apareciera de alguna manera el receptor USB. Dos días después, planchando
en casa, al pasar la plancha por el bolsillo de una camisa, toqué algo duro, y
efectivamente era el receptor USB.
Muy bien, ¿verdad que no hay nada raro en esto? Es perfectamente lógico y
plausible que, simplemente, al terminar la conferencia y recoger todo el equipo,
me pusiera el receptor en el bolsillo y me olvidara de ello. Eso es lo que me
explicaba mi Yo Superior, el receptor tuvo que aparecer cumpliendo ciertas
leyes y normás según mi sistema de creencias. Se por certeza y por recuerdo
que yo no puse ni guarde el receptor en el bolsillo de mí camisa, pero, sin
embargo, es una solución que no viola ninguna ley y que, para mi mente,
quizás es lo que pasó y yo no lo recuerdo. Pero la explicación de mí Yo
Superior continuaba: si no tuvieras la creencia de que es imposible que te
hagamos aparecer “de la nada” el receptor en la palma de tu mano, podríamos
hacerte aparecer el receptor ahí, en vez de haberlo tenido que esconder en el
bolsillo de la camisa, creando una historia y una posibilidad real de que así
haya sucedido para que la mente racional y tu sistema de creencias acepten
como válido ese cambio en tu holograma personal.
Esta explicación me dejó a cuadros en su momento, pues fue clave para
comprender que si yo no tuviera implantado un programa que me dice que no
puedo hacer aparecer “de la nada” algo en mi mano, esto podría suceder. La
única forma de que esto pasara es haber mantenido mi psique virgen y pura
como la de un niño, para el que todo puede suceder en un mundo que aun no le
ha programado para que crea que no es así. Huelga decir que no nos queda
otra que desprogramar todas esas creencias, programas y patrones presentes
en la psique, cuerpo mental, esferas mentales, patrón conductual, ADN,
memoria celular, etc., etc. y huelga decir que no era consciente de la
profundidad y multinivel del sistema de creencias que llevamos todos
implantado, y del que ahora soy solo un poco más consciente, pues creo que
todavía me falta por meter mano a arquetipos que siento instalados detrás de
ciertos programas de protección y ofuscación, para que no los descubramos.
Eso será otra historia cuando me ponga con ello en mi mismo.
Realidad común, realidad consensuada
Ahora bien, ¿podría suceder que me aparezca en la palma de la mano ese
receptor USB si estoy con otra persona que no lo cree posible, a pesar de yo no
tener la creencia de que si lo es? No lo creo, pues existe una realidad
consensuada en la cual, para la parte del mundo exterior en mi realidad que se
superpone con la parte de la realidad de otras personas con las que comparto
mi vida, no es factible que un hecho de esas características sea posible, así
que, para no romper y modificar la realidad consensuada por todos los seres
humanos, hay “milagros” que solo puedes ejecutar en privado, por decirlo de
alguna forma, ya que el resto de personas bloquea con sus creencias en la
realidad compartida (y de forma subconsciente) parte del potencial creador que
tenemos de forma individual. Si, por la razón que sea, fuerzas o jerarquías
mayores permiten esto, nos encontramos con aquellos que, de verdad (sin
valerse de trucos o ilusiones), modifican con su propio potencial la realidad
común para el asombro de todos, pero no es lo cotidiano, y se permite o se
prepara, en muchos casos, solo para romper moldes o permitir que el ser
humano al menos se plantee cosas que violan lo que cree posible en el mundo
en el que existe, al verse confrontado a aquello que no cuadra o choca
frontalmente con lo establecido.
Masa crítica, cambio en realidad consensuada
Entonces, ¿Qué significa eso? Significa que, aunque a través del potencial que
tiene la energía de mí mónada puedo modificar hipotéticamente el decorado
artificial holográfico en el que vivo, como os ponía con el ejemplo hipotético de
cambiar una estrella en lo que creemos ver como el cielo, no se ejecutará esa
opción por mis niveles superiores de conscienciamientras forme parte de
una realidad consensuada en la que se “emita” que eso no se puede hacer….
Mal asunto, porque así parece que no hay forma de salir de la granja que decía
Salvador Freixedo.
¿Cómo se cambian entonces las realidades a nivel macro? Muy sencillo, a
partir del concepto de masa crítica, es decir, que cuando un cierto número de
personas cambian sus realidades personales, y suman la energía y consciencia
necesaria para cambiar la realidad consensuada, partiendo de un cambio en el
inconsciente colectivo de la humanidad, entonces todo el mundo acepta el
nuevo holograma con las nuevas reglas y, para todos nosotros, será normal
que sucedan cosas en la realidad global que ahora son imposibles, como hacer
aparecer de la nada, si esa fuera una de las nuevas reglas de la nueva realidad,
cualquier cosa que deseáramos.
El cambio tan esperado de realidad evolutiva, densidad, dimensión, nueva
matrix, etc., por el que estamos trabajando no es más que esto a gran escala,
el cambio a un holograma (pues energía holocuántica seguirá siendo el
entramado de la realidad a la que intentamos movernos todos) de una
frecuencia (resonancia de Schumann) mayor que la actual: 15.6 Hz, a los que
hemos de llegar desde los 11 o 12 Hz en los que se mueven diferentes
realidades para algunos en estos momentos de nuestra línea temporal actual (o
incluso más), o más difícilmente de los 7.8 Hz de la realidad base en la que
siempre hemos existido en esta tercera dimensión, para los que aun sigan
enganchados a las realidades y frecuencias más bajas de nuestro planeta.
Pero, para ello, hemos de cambiar todos a nivel individual, o, al menos, hemos
de cambiar el suficiente número de personas para que alcancemos la masa
crítica y cantidad determinada de energía que inicia el cambio de holograma
para el resto.
Precognición, micro-cambios de realidad y tratando de darnos cuenta del potencial
que tenemos
6 agosto, 2016
Todos nosotros presentimos de forma involuntaria muchas veces cosas que
pueden pasarnos, premoniciones de sucesos por venir, y todos podemos, de
alguna manera, tomar control de esa facultad para ejecutar conscientemente
pequeñas acciones que nos permitan dar micros saltos de realidad, y
engancharnos a futuros potenciales paralelos que eviten o atraigan lo que se
presiente que no se desea o, por otro lado, lo que si se quiere o necesita.
La facultad de percibir ese tipo de sucesos es llamada
normalmente precognición, y aunque suele encuadrarse como una habilidad
psíquica o una capacidad extrasensorial solo desarrollada por unas pocas
personas, en realidad no es más que otra de las múltiples herramientas que
forman parte de la caja de habilidades potenciales que posee todo ser humano
por defecto sin activar. Las sensaciones de que algo va a suceder, o puede
suceder, las premoniciones, el sentir que algo se está cociendo en algún plano
o nivel que no vemos, son, en casi todos los casos, correctas, pues,
literalmente, somos capaces de notar esos movimientos de sucesos que están
ya pasando en algún lado de los infinitos presentes paralelos y potenciales que
existen, y a los que nos vamos conectando y actualizando en cada instante, a
medida que transcurre lo que nosotros percibimos como tiempo líneal. Así,
creemos que estamos sintiendo algo que no ha pasado pero que puede pasar,
cuando, en realidad, simplemente estamos percibiendo algo que ya está
pasando en alguno de los “presentes” que están aun por “delante” nuestro, y,
como eso ya ha sucedido, aunque no hayamos llegado aun a verlo manifestado
en nuestra línea temporal, podemos tomar acción para cambiar ligeramente las
vías de nuestro tren y acomodarlas a unas que eviten ese punto del camino, y
nos lleve por otro para el devenir de nuestra realidad particular.
Uniendo los puntos
Trata de visualizarlo de la siguiente manera: imagínate uno de esos cuadernos
de dibujo para niños donde hay que unir puntos con un lápiz para formar una
figura. A medida que línealmente vas uniendo los puntos, vas creando un trazo
que representa el tiempo que transcurre desde lo que sucedió en el evento 1
(marcado por el primer punto donde inicias el trazo) al evento 2 (que es el
segundo punto que unes con el lápiz). Si tu capacidad precognitiva te hace
saber que el punto 2, que ya existe desde el momento en que se creo el
cuaderno, al igual que el resto de puntos, no parece ser algo “positivo” por el
que quisiéramos pasar, podemos evitar hacer el trazo del punto 1 al 2 y
simplemente conectarnos al punto 2bis, que no es más que un punto 2 paralelo
que está al lado, y que nos hace crear una figura casi idéntica, pero con una
micro diferencia en el trazo al haber “manifestado” una línea que nos lleva por
diferentes futuros-presentes potenciales infinitesimalmente diferentes según
nuestros deseos y necesidades de crecimiento y experimentación. Todo esto,
evidentemente, desde el punto de vista de la personalidad, pues desde puntos
de vista más elevados de aquello que somos, ninguna opción es negativa o
positiva, todas son correctas y perfectas en tanto que todas proporcionan
experiencia y aprendizaje, de una forma u otra.
Este tipo de mícro cambios de realidad están potencialmente disponibles para
todos nosotros, no son cosas de ciencia ficción o de yoguis híper avanzados
espiritualmente. Se hacen con la simple intención, visualización y orden a otras
partes de nosotros mismos para tomar microsurcos alternativos ante cualquier
situación que se nos plantee y que queramos manifestar o no manifestar.
Imagina, visualiza e intenciona, que del resto se encargan otros procesos que
automáticamente rigen la manifestación de lo intencionado.
Una enorme caja de herramientas
La caja de herramientas a nivel de potenciales y habilidades que todos
poseemos es tremendamente versátil, sin embargo, lo que más cuesta,
paradójicamente, cuando tratas de enseñar a alguien a usarlas, no es que
aprenda a hacerlo, sino que se crea que, literalmente, posee este tipo de
herramientas. Sabemos que es por condicionamiento, programación, y por la
cantidad de patrones que ponen topes al autoconocimiento de quienes somos y
de cómo estamos hechos, en nuestras esferas mentales y en nuestro patrón
conductual, pero eso no quita que intentemos hacer el esfuerzo para darnos
cuenta que hay una serie de razones por las cuales estamos aquí, y, entre
ellas, está el usar este plano y esta realidad como un laboratorio de
autoaprendizaje y de juego evolutivo, para aprender a crear, y en el que nada
es real, y como nada es real sino una construcción energética que tiene
apariencia de realidad sólida, todo se puede modificar y cambiar, y lo único que
lo impide es que no creemos que las cosas se pueden modificar y cambiar.
No nos creemos inconsciente y subconscientemente que tenemos el potencial
ilimitado para crear y modificar la realidad en la que existimos, que literalmente
no es más que un holograma, una proyección holocuántica que generamos
desde nuestra glándula pineal con el contenido de nuestros cuerpos mentales y
emocionales, con el contenido de los programas de nuestra mente y con el
contenido de los patrones de nuestra personalidad, pero que es manipulable y
volátil, tanto es así que, quizás, un día nos sorprenda saber que hasta el cielo
azul que creemos ver no es más que un holograma proyectado sobre nuestras
cabezas, que, quizás, en algún momento, nos desenchufen para darnos cuenta
de cómo, en realidad, nada era lo que creíamos que era y que los operadores
de efectos especiales del show de Truman que pertenecen a las razas que
gestionan el escenario mantienen como medida de encapsulamiento de una
realidad consensuada para la gestión del planeta, pero no porque sea así en
verdad, sino que así, simplemente, es como está diseñado este decorado
particular que nos envuelve.
Es todo cuestión de creencias
Al ser el centro de nuestra realidad particular, somos proyectores de la misma,
y por tanto, podemos modificarlo. Solo nos impide hacerlo las creencias
limitadoras de que no podemos hacerlo y el hecho de aceptar de forma natural
una realidad artificial consensuada para todos. Si no hay creencias limitadoras,
topes y programas de restricción en la psique que nos inculcan la idea de que
somos seres limitados, no hay limitaciones que valgan dentro de tu propia
burbuja, y solo estarás limitado por las reglas de la realidad común que todos
los habitantes del planeta hemos aceptado como holograma de referencia para
el juego en el que estamos.
Al acceder y despertar el propio potencial interior, empezando por empezar a
trabajar con nuestra mónada, chispa divina, partícula primordial o esencia como
fuente infinita de potencial que es, podemos cambiar nuestras creencias
limitadoras por creencias expansivas, y por la visión real de que el escenario en
el que vivimos no es más que eso, una proyección de energía que toma la
forma que el proyector desee que tome. Sería divertido que se pudiera cambiar
por ejemplo la posición que tiene Altair en el decorado cielo, y subirle cuarenta
veces de golpe la potencia de iluminación, pero habría un caos en la realidad
científica terrible, al ver como la estrella Altaír de repente se ha convertido en
“supernova” y se ha movido a otro punto de la bóveda celeste… seguro que
peores cosas nos han cambiado y por estar pendientes de míl otras cosas ni
nos hemos dado cuenta :—).
Niveles de consciencia imbuidos de la personalidad a la mónada
28 julio, 2016
Raramente ninguno de nosotros tiene la oportunidad de ponerse a ver que
sucede en el interior de su psique con la suficiente claridad como para detectar
cada uno de los programas que, automáticamente, detonan la creación de las
formas mentales que traen a existencia nuestra propia realidad personal. Las
experiencias de introspección y el esfuerzo que nos requiere estar atentos
mediante una parte de nuestra consciencia a lo que sucede en el resto
requieren de, al menos, unas ganas de comprendernos a nosotros mismos más
allá de lo básico y obvio, y que no se disipen con el tiempo al no conseguir
resultados pronto.
Imaginaros por un instante que pudierais ver con claridad, desde un punto de
observación elevado, todo lo que se cuece en todo momento en el interior de
vuestra psique. ¿Qué nos encontraríamos en las profundidades de la misma?
Muchas voces en la cabeza
Primero, os daríais cuenta de que hay muchas voces en la cabeza. Uno
empieza comprendiendo que se trata de los múltiples Yos que forman la
personalidad virtual que tenemos, producto de la fragmentación del programa
ego por cuestiones de programación, supervivencia y adaptación, pero cuando
los has unificado todos, y solo queda en la superficie de tu esfera de
consciencia un “yo” único, el que hace tiempo me dio por llamar el “yo del
ser”,pero siguen habiendo voces, o partes de ti que se hablan entre ellas,
significa que aun hay que ahondar más profundo para ver que otras cosas se
mueven por ahí.
Así, apoyados por la conexión con el punto central de nuestra esfera de
consciencia, donde se encuentra la entrada hacia la consciencia de nuestro Yo
Superior, podemos situarnos como observadores del resto de cosas, y lo
siguiente que uno ve son la cantidad de energías que mueven y generan los
patrones conductuales grabados en el tablero rúnico de la mente, ubicado
en el cuerpo calloso, y que, como ya habíamos mencionado anteriormente,
contiene toda la base de nuestra conducta y carácter, grabando y borrando
comportamientos en base a lo percibido, aprendido, inculcado, estudiado,
etc., del mundo que nos rodea. Uno puede percibir la “voz” de la runa donde
tiene registrado el patrón de la duda, por ejemplo, de la impaciencia, de la
amabilidad, etc., cómo se manifiestan a medida que van siendo activados por
los procesos energéticos que involucran al programa ego, a las esferas
mentales, al patrón conductual y finalmente, a la esfera de consciencia.
¿Quién soy yo?
Lo interesante es que mientras tu eres el observador y no te dejas llevar por
esas formas mentales que conforman las múltiples capas de tu personalidad,
puedes conocerte a ti mismo y saber quien eres, ya que, si el Yo del Ser se
auto observa, y ve que no es su carácter, que no es sus comportamientos, que
no es su ego, que no es su personalidad, entonces descubre, y puede
asustarse, ante la pregunta de, entonces “¿yo quién soy?”.
Desde esa posición, lo primero que asalta es una terrible visión de que no eres
nada de lo que te define en el mundo, pues puedes verte separado de ello.
Puedes ver todos los patrones de comportamiento con los que la gente de tu
alrededor define tu carácter, cuando alguien dice que eres así y asa, cuando
alguien describe tu forma de ser, y, sin embargo, es falso, no eres eso, pues lo
estás viendo separado de ti como unos procesos automáticos que están
dándose “ahí” en partes de ti que no son tu. Tras el primer susto, entonces
miras hacia otro lado, si no soy todo lo que me define en el mundo exterior
como el personaje que muestro, la respuesta estará en otro lado. Miras hacia tu
Yo Superior, es decir, desde tu posición como el Yo del Ser en la superficie de
la esfera de consciencia miras hacia “dentro”, hacia lo que percibes como lo
más elevado y profundo de ti, pero tampoco, en estos momentos eres
exactamente eso, ya que puedes identificarlo como algo también separado en
lo que no has terminado de imbuirte por completo totalmente, aunque estemos
dando los pasos para ello. Pero ya nos vamos acercando a una respuesta más
clara que nos va dando más tranquilidad. Vemos que somos, como
observadores, en estos momentos, un punto intermedio entre lo artificial de
nuestra personalidad egóica, y lo elevado de nuestro ser.
La partícula primordial
Pero si uno va más lejos, tiene otro punto de referencia que se abre paso, si
primeramente se le ha reconocido y atraído hacia la dimensión física, a lo
que llamamos nuestra esencia, nuestra mónada, nuestra chispa divina. Eso si
que es sublime. Como la seguimos percibiendo como externa, entonces sigo
estando en un punto de observación equidistante que me hace darme cuenta
de los diferentes niveles de conciencia que existen en mi. ¿Cual elijo? Depende
del nivel evolutivo de cada uno, de como se haya trabajado el sistema
energético para imbuir y soportar la energía de una consciencia u otra, de cual
“limpio” y bajo control están los procesos de la consciencia artificial y del
ego, etc.
Cuando escribí el artículo “ábrete corazón”, fui pura “esencia”, pues mi
mónada tomó el control de todo mi vehículo físico y energético durante un
tiempo, y mi visión del mundo era la visión de la partícula primordial que nos
define a todos como parte de la Creación y como parte de la Fuente. Cuando se
retiró a una posición de presencia pero de no control, dio paso a sentirme mi Yo
Superior, mi ser, siendo mis ojos y mi carácter los ojos y el carácter de esa otra
parte de mí, cuando ambas partes cedieron de nuevo el control del conjunto a
la personalidad, volví a ser el Yo del Ser, pero ya percibía con mayor claridad al
programa ego, a los patrones, arquetipos y programas de las esferas mentales,
y a todo lo grabado en las runas de mí patrón conductual como algo
“superpuesto” y no real en aquello que somos.
Tres diferentes estados de consciencia, como mínimo, que todos podemos
llegar a experimentar y que nos dan muchas claves de diferentes niveles a los
que podemos acceder, a medida que se va desmontando todo aquello que no
somos, para poder ver aquello que si somos, y que, en ocasiones, nos den
destellos de cómo se percibe la realidad desde estos diferentes puntos de vista,
como nos percibimos a nosotros mismos siendo pura esencia, siendo puro ser
o siendo pura personalidad.
Cuarenta piedras en el camino
22 julio, 2016

El proceso de crecimiento por el que todos pasamos camino a estadios


personales más elevados de consciencia pasa por muchos altibajos: volvemos
atrás cuando creíamos haber avanzado un montón, nos enredados en
problemas o situaciones que creíamos superadas, nos encontramos con
montañas que pensábamos que ya habíamos escalado, y volvemos a caer en
los mismos pozos de los que tanto trabajo nos había costado salir. Es normal.
Es así como funciona. El camino de crecimiento no nos lleva en línea recta y sin
retrocesos, más bien al contrario, cada cosa que aprendemos, integramos y nos
hace expandirnos, consiste en un montón de pasos adelante y unos cuantos
hacia atrás, hasta llegar a cristalizar y afianzar ese algo nuevo, sea un nivel
evolutivo, sea un conocimiento convertido en sabiduría, sea una habilidad
desarrollada y afianzada.
Funciona como las olas que llegan a la orilla donde van erosionando una piedra
que lleva ahí quieta durante mucho tiempo, cada ola que llega la moja un poco,
la recubre, la envuelve, le quita un poco de la arena que tiene alrededor, pero
solo una de ellas, la ola final, es la que por fin arranca la piedra de la playa
arrastrándola de vuelta al mar. Si la roca es un problema, un obstáculo o una
meta que nos hemos propuesto, hay miles de asaltos hasta que finalmente se
conquista el castillo, y con cada asalto que nos acerca un poco más nos
alegramos y pensamos que ya estamos casi a punto de conseguirlo, y con el
siguiente paso que damos resulta que nos quedamos a medio camino o incluso
parece que hemos retrocedido en el intento.
Pero teniendo esto en mente, uno aprende a tomarse los objetivos con humor y
sobre todo con constancia. No hay nada que no se pueda conseguir con
constancia, y sabiendo que muchos pasos que demos adelante luego tendrán
por ahí en medio uno o más pasos hacia atrás. Lo que sucede es que los pasos
adelante nos parecen normales e incluso “lo que toca”, lo lógico siempre es
avanzar, y nos duele o nos desanima cuando vemos que, en algún momento,
parece que nuestra ola no llega nunca a alcanzar la piedra.
La necesidad innata de crecer
El ser humano es un ser que por naturaleza propia siempre tiende al
crecimiento, pues las fuerzas interiores de la Creación que moran en cada uno
de nosotros, desde las partículas que forman nuestros átomos hasta la
consciencia del ser que somos no concibe la existencia si no es como un
proceso de crecimiento y aprendizaje en cualquiera de los sentidos y formas en
los que el concepto de aprendizaje pueda llevarse a cabo. Como todo sirve
para algo, incluso los pasos hacia atrás en pos de objetivos de crecimiento y
transformación interior están destinados a que se aprenda o se consolide algo.
Cada paso siempre es como una piqueta puesta en la roca de una montaña
para que mucha gente pueda escalarla, aunque el primero que pone la piqueta
nunca sube en línea recta y sin tener que volver atrás cientos de veces para
revisar, ajustar, encontrar la mejor forma de poner los seguros, etc.
Los que abrís caminos para otros estáis destinados a avanzar y retroceder
múltiples veces, estáis destinados a dar mil vueltas a las cosas antes de
comprenderlas, estáis destinados a sucumbir ante mil engaños y
desinformaciones antes de encontrar la fórmula que os permite desenterrar la
verdad y la información correcta. Como todo, además es un gran juego, dentro
de la burbuja holocuántica que representa vuestra propia realidad individual, así
que escalar la montaña para abrir camino a los demás se convierte en una
prueba de auto superación donde te tienes que divertir mientras vas buscando
la forma de sostener las cuerdas que quizás alguna otra persona, en algún otro
momento, quiera usar para apoyarse en su propio camino de escalada
personal. Que use tus cuerdas no significa que siga tus pasos, simplemente se
cruzan ambos caminos y en esos puntos puede usar uno de los puntos de
apoyo que otros que van por delante nuestro, en sentido figurado y en cualquier
dirección, han puesto para ellos mismos y han dejado ahí para el bien común
de quien quiera usarlos.
Así, nadie está destinado a seguir el camino evolutivo de nadie más, de hecho,
es imposible, ya que no hay dos hojas de ruta iguales en el universo que el ser
que somos haya podido copiar o calcar del ser de al lado. Cada mónada, cada
esencia, cada Yo Superior, cada SER tiene sus propias ecuaciones de elección
a la hora de preparar el sendero que desea recorrer, y hay a quien le gusta ir a
un ritmo y hay a quien le gusta ir a otro. Hay quien escoge picos escarpados
para ver desde la cima de la montaña todo el valle y luego con vista de pájaro
va animando a otros escaladores con la información recogida desde sus
alturas, y hay quien escoge senderos amables y tranquilos y va explicando
cada detalle del mismo con minucioso detalle para los que no se paran nunca a
ver los paisajes.
Los que estáis destinados a trabajar para asistir a los demás, os caeréis más de
una vez de la roca, os tropezareis más de una vez con las piedras, os perderéis
en múltiples laberintos una y otra vez, u os dará más de una rama en la cabeza
al ir mirando por todos lados las pistas de la supuesta senda correcta, pero no
importa, pues no deja de ser espectacular comprender cómo se puede uno caer
y gracias a ello encontrar nuevas técnicas para levantarse, no deja de ser
espectacular aprender como se puede uno chocar contra una rama y enseñar a
otros a no hacerlo, y no deja de ser espectacular darse cuenta de lo estupendo
que es ir abriendo camino y enfrentándose a lo desconocido, para luego marcar
con una X el punto en el camino y decir, yo pase por aquí, cuarenta veces,
antes de poder seguir adelante.
Vaivenes e influencias actuales entre realidades paralelas
19 julio, 2016
La forma en la que el ser humano comprende el mundo está condicionada por
cómo nos han enseñado que el mundo es, por lo que no es de extrañar que no
conozcamos lo que nos han dicho que no existe. Si alguien nos abriera los ojos
de repente a las múltiples realidades que conviven en el mismo espacio-tiempo
que ahora ocupa el lugar donde estás leyendo esto, posiblemente te
preguntarías en que película de ciencia ficción te has metido, y qué es lo que
está pasando a tu alrededor que no tiene ningún sentido.
Imagínate qué, de repente, eres el único en tu entorno que puede ver esas
otras realidades, y vas andando por la calle y empiezas a dar rodeos y hacer
movimientos para esquivar cosas, personas, edificios u otros obstáculos que tu
percibes como reales, pero que nadie más capta, ya que la gente a tu alrededor
solo ven una acera libre de obstáculos que tu vas sorteando como si de un
eslalon se tratara. ¿Qué haces? Te preguntarían. ¿Pero no ves que hay un
árbol aquí en medio y que venían dos personas en bici? Pues no, aquí no hay
árbol y no ha venido nadie en bici.
Multiversos en acción
Afortunadamente no vemos esas otras realidades, al menos no la mayoría de la
población humana, pero eso no significa que no existan. La teoría de los
multiversos o muchos mundos, una de las teorías de la física cuántica y de
tantas películas de ciencia-realidad, nos hablan de todas esas existencias
paralelas que coexisten sin molestarse unas superpuestas a las otras, y que se
mantienen separadas y sin molestarse por las diferencias infinitesimales
existentes en la orientación de los ejes de las partículas básicas que conforman
cada realidad. Es decir, que tu estás donde estás y ves el mundo que ves
porque estás orientando y sintonizado, cuánticamente, con una de esas
realidades, pero las otras siguen estando ahí, simplemente, la orientación de
los ejes de tus partículas cuánticas que forman tu existencia y tu mundo, son
diferentes o están orientados de forma que no pueden captar el resto de
realidades que, sub-atómicamente, comparten el mismo espacio y tiempo. Don
Juan de Castaneda decía que moviendo lo que denominaba el punto de anclaje
podía sintonizar y moverse a otros mundos, lo cual es algo así como
resintonizar un punto concreto de la estructura del ser humano para cambiar el
dial de la radio y captar esas otras dimensiones laterales que coexisten con la
nuestra.
Portales y puntos de conexión que se abren
Entender esto nos sirve para ampliar nuestra concepción de la realidad, aunque
en el día a día pudiera parecer que no tiene ninguna aplicación práctica para
ninguno de nosotros, ya que ni percibimos esto que no deja de ser pura teoría
cuántica, ni nos interesa percibirlo para mantenernos mínimamente sanos y
cuerdos. Ahora bien, ¿Qué sucede cuando se rasgan o se producen fisuras en
las membranas que separan esas realidades? Es cuando empezamos a hablar
de los famosos portales dimensionales, entradas y salidas que permiten la
interacción con esos otros mundos y realidades, y que, de alguna forma, son
los responsables de multitud de eventos aun por explicar en nuestro planeta:
personas que desaparecen sin dejar rastro, aviones y barcos que se esfuman
en el aire, gente que va conduciendo por una carretera en un país y de repente
aparece conduciendo a miles de kilómetros en otro. Estos casos existen, se han
reportado y se han tachado simplemente de fenómenos sin explicación, en el
mejor de los casos, o simples habladurías y majaderías de sus protagonistas,
en la mayoría de ellos.
El planeta es un tablero de juego multidimensional, así como la realidad que
forma la estructura de planos que sostiene la vida, tablero al que tenemos
acceso pero del que solo percibimos unas pocas casillas y dos o tres de las
fichas que corresponden a los jugadores, eventos y estructuras que nos tocan
percibir. Pero tanto de forma natural por el potencial que tiene el ser humano de
interactuar con otras realidades, como de forma forzada por la habilidad que
tienen ciertos sectores del sistema bajo el que vivimos de manipular y abrir el
paso entre estas, el resultado es que constantemente se producen muchas
interconexiones de las que realmente llegamos a tener cero constancia.
Cuando las realidades se solapan
El efecto del cambio frecuencial, vibracional y evolutivo que estamos viviendo,
además, está provocando el colapso, solapación y reunificación de muchas de
estas otras realidades en una sola, a veces de forma coordinada y suave, otras
veces con oleadas y vaivenes cual choque de trenes donde las diferentes
realidades con sus respectivas micro-líneas temporales adyacentes (estamos
todos en una gran macro línea temporal global para nuestra especie, pero
coexisten otras laterales y paralelas que corren por diferentes futuros
potenciales y alternativos para todos) se influencian de forma masiva y
empiezan a manifestarse cambios en ambas, hasta que se unifican, o una de
las dos líneas termina por difuminarse del todo para solo quedar prevalente
aquella con mayor potencial para tomar las riendas de la situación, por el
número de personas unidas a ella, co-manteniéndola y manifestándola.
algunos de los eventos que vemos ahora en nuestra realidad, en el planeta, son
producto de choques e interacciones entre esas energías y dinámicas que
están sucediendo en una de esas otras líneas temporales y que podrían no
afectar a la nuestra, pero lo hacen, provocando aquí otros movimientos
energéticos que entonces influencian a la realidad física dando la impresión de
que algo se está poniendo patas arriba de golpe y sin previo aviso. No todo lo
que vemos ahora últimamente en el mundo es producto de los sucesos de
nuestra propia co-creación solo, sino que se están dando interacciones entre
diferentes realidades para ver cual termina prevaleciendo. Sigue habiendo
intentos por parte de aquellos que están en control de mover toda la masa de la
humanidad hacia líneas temporales más adecuadas para sus fines, aunque
todo esfuerzo, en general, sea en vano, pues la línea temporal actual en la que
estamos ya esté bien anclada y asentada, aunque se pueda mover hacia micro-
futuros potenciales diferentes según los vaivenes a los que sea sometida.
Que no descarrile nuestro tren particular
Mantenernos firmes en una línea temporal que nos lleva poco a poco a un
futuro existente ya, pero aun sin manifestar en nuestra percepción líneal del
tiempo mucho más positivo, amable, con otro tipo de estructuras etc. requiere
que cada uno se mantenga firme en su propio deseo de vivir en esos futuros
potenciales que nos aguardan. No hay que dejarse empujar por vientos
laterales que nos quieran mover de un lado a otro, sino mantenernos bien
sujetos en el tren actual que tiene un rumbo claro y decidido, pero al que aun
intentan cambiarle las vías regularmente para que tome otra dirección cada vez
que energéticamente se presenta la oportunidad para ello, en puntos de
inflexión concretos que existen en el devenir de la co-creación nuestra realidad.
Que cada uno se aferre a sus potenciales de amor, felicidad, paz y armonía,
que sea eso lo que “emitís” hacia fuera, partiendo de que es eso lo que sentís y
vivís dentro, y así no os
podrán desenganchar de este camino del que ya llevamos un largo trozo
recorrido, y que, aunque aun nos falte por andar, tiene un final feliz, y como en
todos los finales, hacen que valga la pena el esfuerzo dedicado a alcanzarlo por
muchas turbulencias que, a priori, parece que nos vayamos encontrando en el
camino.
Eliminando la programación subliminal de nuestro subconsciente
8 julio, 2016

En múltiples ocasiones hemos hablado del poder del simbolismo sobre la


psique humana, y soy consciente de que tendemos a pensar qué, por mucho
que lo sepamos o nos lo expliquen, nos suena a muchos a conocimiento
enrevesado con palabras abstractas, y que se arraiga y manipula nuestra
mente de forma que solo nos es medianamente comprensible. En muchos
casos, nos quedamos con que suena a algo que es interesante saber, pero (por
lo leído en los comentarios de otros artículos) decimos algo tipo: “entiendo que
me están manipulando a través de los símbolos, subliminales y demás, pero no
creo que puedo hacer nada al respecto, ya que trabajan con un nivel de mí
psique al cual yo no tengo acceso”. Vamos a ver hoy que esto no es del todo
correcto, y que podemos desprogramar en nosotros mismos aquello que los
símbolos y mensajes subliminales están intentando instalar, y que podemos
eliminar la programación imbuida por estos para que no pueda activarse.
Si queremos que el simbolismo del suelo cuadriculado, el huevo, o la señal
de stop que todos obedecemos cuando vamos conduciendo (que es un símbolo
en 2D de un hípercubo en 4D que imbuye la orden “obedece”) no imbuyan ni
afecten nunca más a nuestro subconsciente, debemos dar ciertas órdenes al
mismo para que así sea. Para ello, necesitamos comprender cómo estas
órdenes llegan a la mente, y contraprogramarla para que dejen de hacerlo, o se
borren diariamente.
Entender como se reciben para poder eliminarlos
El primer paso es comprender cómo se recoge la información desde
nuestros sentidos,pasando a la mente pre-consciente, de ahí analizada, y lo
que es necesario tener presente, reenviado a la esfera mental consciente para
ser operado y racionalizado y, el resto, reenviado a la esfera mental
subconsciente para ser almacenado, archivado y usado por otras partes de
nosotros o como repositorio de información para otros procesos que no son los
básicos de la gestión mental del día a día. La conferencia del año pasado
sobre la psique del ser humano entró a fondo en estos temas.
Los conceptos y arquetipos imbuidos por subliminales o símbolos, al ser una
información que no es entendible por la mente consciente, pasa siempre
directamente de la esfera preconsciente a la subconsciente, donde se ponen a
hacer su trabajo sabiendo que el centro intelectual (aquí tienes un repaso de
los centros de control) no las va a pasar por su filtro ni analizar para
desmenuzar y tratar de ver si tiene sentido lo que está recibiendo y si necesita
bloquearlo, ejecutarlo o borrarlo, ya que no entiende lo que se ha introducido, al
no estar en su lenguaje, y, por lo tanto, da directamente el visto bueno para que
el subconsciente se encargue de ello, pues esta parte de nuestra psique trabaja
con el mismo idioma pictórico que todos los símbolos que vemos en nuestra
realidad.
Eliminando lo que no sirve
El proceso de borrado entonces tiene que hacerse a nivel subconsciente.
¿Cómo? Dando órdenes para ello especialmente cuando vamos a dormir.
Cuando estamos en el proceso de irnos a descansar y entrar en el sueño
reparador que nuestro cuerpo necesita cada noche, varios centros de control
del cerebro toman el mando y ejecutan sus funciones para que podamos
preparar nuestro vehículo físico para otro día de trabajo. El centro instintivo es
el que lleva nuestro cerebro poco a poco a entrar en estados más profundos, de
beta a alfa, theta y luego delta, de hacernos entrar en la fase REM y de
hacernos descansar fisiológicamente y recargar las baterías del cuerpo. Luego,
el centro motor es el que se encarga de poner en marcha procesos de limpieza
psíquica en las esferas mentales para desechar parte de lo acumulado durante
el día, u organizar el resto de datos recibidos en el cuerpo mental, nuestra
memoria y nuestros bancos de datos.
Para que los procesos ejecutados automáticamente en la psique por el centro
motor del cerebro puedan eliminar la programación subliminal acumulada a lo
largo del día, hemos de incluir esta orden dentro de esos procesos rutinarios
que se ejecutan sin nuestra intervención consciente. La petición se la tenemos
que dar a esas otras partes de nosotros mismos, funcionando en otros niveles
de consciencia y vibración, que llamamos nuestro Yo Superior, nuestro Ser, o
cómo lo designéis cada uno o sintáis, para que borren, en los procesos de
filtrado nocturnos de limpieza de la mente subconsciente, aquellas órdenes,
patrones y programas que hayan entrado de forma subliminal sin ser
“autorizadas” por el centro intelectual y por la mente consciente, y que estén
destinadas a modificar nuestro comportamiento, patrones, actitudes, procesos
mentales, carácter, etc. La orden se da hacia nosotros mismos, pero para que
sea ejecutada desde otros estratos de la composición multidimensional que
poseemos, pues la mente lógica y racional no será capaz de saber que tiene
que filtrar y que no, que tiene que almacenar y que puede descartar, pero esos
otros niveles de nosotros si, pues recordad que somos mucho más que este
simple cuerpo físico y su personalidad, y estamos formados por una estructura
multidimensional donde partes de la misma se encuentran en niveles
frecuenciales, de vibración, de conocimiento, de sabiduría, etc., mucho más
elevados que lo que la personalidad egóica y artificial que poseemos
normalmente llega a abarcar.
Dar este tipo de orden antes de irnos a dormir, incluirá en el filtrado y
eliminación aquello que hayamos recibido durante el día, y que pueda ser
descartado por estar destinado a nuestra manipulación. ¿Cómo lo sabremos?
No lo sabremos. Si ahora mismo no sabes que tienes en tu subconsciente, no
tendrás forma de saber que se ha borrado del mismo. Así que posiblemente no
vayas a notar nada especialmente diferente, excepto el hecho de que verás que
no activas ciertos comportamientos automáticos que antes si hacías (si eres
dado a auto observarte y auto analizar lo que piensas, haces o dices lo
percibirás, sino, es cuestión de entrenamiento) a medida que vas borrando
programación y patrones grabados en ti.
Subconsciente en modo mantenimiento y filtrado constante
Esto servirá para lo que vaya entrando en vuestro día a día por los medios de
comunicación, la publicidad, los anuncios que veáis en la calle, los símbolos
que están repartidos por la arquitectura de vuestra ciudad, los mensajes
que captáis sin daros cuenta de múltiples medios energéticos y psíquicos, los
egregores bajo los que vivimos, etc. Para lo que ya está imbuido y bien
grabado, es necesario usar alguna otra técnica de desprogramación, como
puede ser la escritura automática, primero para “vomitar” hacia la mente
consciente lo que hay en la subconsciente, la meditación “hacia el interior de
uno mismo” para percibir en imágenes o símbolos la misma información, o
cualquier otra herramienta que conozcáis que os permita echar “luz” en el
almacén de vuestra psique. Una vez hecho, se puede dar la orden de
eliminación y desprogramación a vuestro ser superior, o a través del trabajo
con vuestra esencia o mónada. Pero, al menos, con el simple hecho de meter
ya en los procesos de limpieza nocturna la orden de no grabación ni
almacenaje de todo lo dicho, aunque de momento no estemos sacando nada de
lo que ya llevemos a cuestas, dejaremos de acumular más, y tarde o temprano
podremos empezar a notar como no reaccionamos ante estímulos y cosas que
nos hacían reaccionar de cierta forma, o como no ejecutamos ni seguimos
automáticamente modas impuestas, costumbres artificiales, patrones de
comportamiento destinados a las masas, etc., que se nos traten de imponer de
una u otra manera.
Con cosas tan sencillas, vamos ganando la batalla por recuperar nuestro propio
poder sobre nosotros mismos, por recuperar el autocontrol de las partes que
nos componen, por empoderar el potencial que llevamos dentro, y por ir
expulsando y bloqueando, de forma cada vez más tangible y eficaz, todo
aquello que nos trata de controlar y someter. Al fin y al cabo, nada externo
puede contra alguien que tiene en su mano el potencial que yace en su interior,
y que solo está esperando que le pidan que actúe para empezar a hacerlo.
Causas y efectos: la responsabilidad de lo ejecutado
3 julio, 2016

El mundo en el que vivimos está conformado por múltiples niveles que nos
permiten estar conectados y sintonizados con una u otra sub-realidad. El
mundo del día a día que cada uno percibe depende de a qué nivel de
frecuencia o vibración estás conectado, así que cuando alguien ve la vida de
forma completamente diferente a ti, como ya sabéis y hemos explicado muchas
veces, es porque posee unos componentes psíquicos, energéticos y mentales
que le hacen decodificar las cosas de forma completamente distinta al resto.
Hasta aquí, nada nuevo, ahora, ¿Qué sucede cuando te manipulan tu
percepción de la realidad para que creas o hagas ciertas cosas, y para que
tomes una determinada acción que luego tendrá unas repercusiones por aquí y
por allá de las cuales no podrás escapar, ya que tu mismo las has puesto en
marcha, aun cuando hayas sido, supuestamente, manipulado o inducido o
simplemente dirigido para ello? Hace unos días, viendo la película Eye in the
Sky(Espías desde el Cielo), me di cuenta que mostraba perfectamente este tipo
de situaciones, y lo ridículo que es el ser humano cuando intenta evadirse de
las responsabilidades de sus acciones, o manipula a otros para que tomen la
misma, en la película, en un contexto bélico.
El ejecutor de la acción, el receptor del efecto
El ser humano es la fuente co-creadora de la realidad en la que existe, y por
eso hemos de apechugar con aquello que nosotros mismos manifestamos en
nuestro mundo particular, ya que, te hayan inducido a crearlo o no, las leyes
cósmicas no eximen de responsabilidad a quien generó algo por el hecho de
haber sido empujado o engañado a hacerlo, consciente o inconscientemente.
Aquel que ejecuta la acción de hacer algo es el responsable máximo de lo
ejecutado y, energéticamente, el instigador o manipulador, si lo hay, y si acaso,
se lleva a lo sumo otro tipo de “karma” o efecto asociado mucho menor. Los
que ejecutan físicamente las órdenes de otros proveniente de niveles percibidos
como superiores en la escala de poder, sean soldados, policías, personas de a
pie, empleados, subordinados, o lo que sea, son los que se llevan las
consecuencias “energéticas” y efectos de aquello que se pone en marcha, de
ahí la importancia de la responsabilidad personal ante lo que hacemos en todo
momento.
Por mucho que un teniente coronel mande a batallones de soldados a una
guerra y se maten miles de personas de ambos bandos por ello, son los
soldados los que cargan con la responsabilidad de la causa y el efecto por lo
ejecutado (p.ej. la muerte de otra persona), y no el teniente coronel, aunque de
cara a nuestra sociedad, y sus leyes, quizá también se juzgue al impulsor de la
idea o de la orden. Pero, a nivel energético, quien va a recibir el paquete de
vuelta, ahora o dentro de 50 años, siempre es el ejecutor el que lleva el peso, y
quien cargará con las consecuencias de ello en su camino personal y proceso
evolutivo.
Excusas que eluden la responsabilidad
Cuando alguien se escuda en que hice esto o aquello por que me lo mandó mi
jefe, mi amigo, mi padre, mi profesor, mi superior, etc., la responsabilidad de
cara a la galería es posible que pase públicamente hacia esa persona que
instigó tal o cual acción, pero la responsabilidad de cara a las leyes cósmicas, a
los procesos evolutivos, a las consecuencias que tendrá la acción ejecutada, si
es evidentemente contraria al bien mayor de aquellos que la sufren, es siempre
e inequívocamente para los que la ejecutan. Así, sabiendo esto, aquellos que
dirigen el cotarro en el centro del sistema de gestión humana, nunca toman
acción directa ellos mismos, pues saben que así evitan la repercusión en sus
vidas y en sus procesos evolutivos de cualquier efecto producido por lo que
ellos han maquinado, instigado, pero no han ejecutado. Es un conocimiento que
se dispone desde hace siglos entre los que mueven los hilos, y por ello siempre
serán otros los que “paguen” principalmente por las causas puestas en marcha
y los daños sufridos hacia terceros, sean del tipo que sea, pues
energéticamente, el que induce a otro a cometer un acto negativo sobre un
tercero, no tiene la responsabilidad al mismo nivel que el que se deja inducir y
ejecuta el acto.
Volver a tomar el control de las causas y efectos
El hecho de retomar el control de nuestros propias acciones requiere ser
conscientes de que uno es el último responsable de todo, y será el receptor de
todo efecto que aquello que realiza tenga, y que, para las dinámicas que
existen por debajo de todos los eventos, situaciones, procesos y sistema bajo
los que vivimos, el que recibe el bumerán de vuelta siempre es quien lo ha
lanzado, no quien te dijo que lo lanzases.
Si todo el planeta fuera consciente de esto, y supiéramos ver las repercusiones
personales y evolutivas de aquello que hacemos, no acataríamos órdenes ni
directrices de los demás sin tener claro que tipo de consecuencia traerá para
con aquellos que son receptores de nuestros actos, ni para con nosotros
mismos. El hecho de que el efecto de nuestra causa puesta en marcha ahora
no nos llegue hasta dentro de un cierto tiempo, sean días, semanas, meses,
años o vidas, no exime de que así sea el 100% de las veces. Somos
inconscientes por naturaleza y programación de que vivimos en un mundo
donde no existe nada que hagamos que no tenga una repercusión a muchos
niveles, como no hay piedra lanzada a un estanque que no genere ondas de
reverberación, las cuales, si las comprendiéramos, nos abrumarían al ver
cuanto llegan a abarcar e influenciar lo que nos pasa a cada uno de nosotros.
El efecto mariposa es real, en infinitos gradientes, y la sola emisión de
pensamientos, emociones, palabras y actos tiene consecuencias, nimias o
importantes, buenas o malas, pero siempre las hay.
No hay poder más importante sobre uno mismo que recuperar la capacidad de
poner en marcha solo aquello que deseamos poner en marcha, es decir, hacer,
sentir, pensar, decir y ejecutar solo lo que realmente uno desea y siente como
correcto, y no lo que hacemos, decimos o ejecutamos porque nos lo imponen
otros, sean personas directas, sean estructuras sociales, financieras, jurídicas,
sanitarias, políticas o económicas.
El hecho siempre es igual, las fuerzas (y son fuerzas conscientes de alto nivel
jerárquico, no es una mera metáfora) que mantienen las dinámicas de la
manifestación de la realidad en marcha no juzgan, no interpretan, no hacen
juicios morales, sino que atienden únicamente a los procesos energéticos que
cada uno de nosotros ponemos a rodar, y así se aseguran de que empecemos
a ser conscientes de la responsabilidad que conlleva ser el conductor de
nuestra propia vida. De no ser así, siempre tendríamos la excusa para darle la
responsabilidad de nuestros actos a otros, que nos dijeron que hiciéramos tal
cosa, que nos dijeron que hiciéramos tal otra…
No existe la idea de “pobrecito, se dejó engañar o fue manipulado, o no sabía lo
que hacía”,cuando se trata de este tipo de mecanismos, ni siquiera existe el
concepto asociado a los mismos para aquellos niveles que los rigen. Es todo
cuestión de causa y efecto, y por eso la responsabilidad siempre es individual y
hacia el ejecutor o manifestador final del acto. Mientras no comprendamos esto,
seguirán saliéndose con la suya aquellos que nos mandan a luchar en sus
conflictos, nos mandan a hacer tal o cual cosa, nos empujan a pensar esto o
aquello, no abruman para que nos movamos para aquí o para allá, etc., sin
“pagar” directamente nunca por ello, pues sus vidas, al no ser los ejecutores
finales, no se verán afectadas en el consecuente grado que les tocaría por las
leyes que subyacen bajo los procesos de la causalidad.
Mensajes y transmisiones desde otros niveles de uno mismo
27 junio, 2016

Continuando con el tema de la intuición que habíamos explicado hace un


par de artículos, posiblemente, para complementarlo, tendríamos que hablar
un poco de esa transmisión de información entre planos superiores y el plano
físico, que, como dijimos en el post sobre la intuición, es una herramienta que a
todos nos iría de fábula tener activa y desarrollada a su máximo potencial, pero
qué, en general, desechamos por iniciativa programática directa, pues
consideramos, porque así nos lo han enseñado, que recibir instrucciones,
mensajes, informaciones, consejos, etc., de algo que no es visible, que no es
tangible, que no es “sólido” (que tampoco es que exista nada sólido como tal,
aunque así lo creamos) tiene o puede tener valor, y puede ser tomado en
cuenta, precisamente porque no se puede demostrar con elementos “físicos” su
validez o la validez de la supuesta fuente hacia terceros.
Una tubería de muchos tramos
La recepción de información desde niveles superiores al nuestro pasa por
varios filtros y canales, por lo que no es exactamente una tubería única donde
se vuelcan los datos, aunque es una buena analogía en muchos casos que se
puede hacer para intentar expresar la forma en la que, energéticamente, las
“ondas” con la información consciente y programada que se nos envía termina
conectando con la parte nuestra que es capaz de entenderlo.
Imagínate el proceso como alguien que está en la superficie de un lago (una
parte superior de ti, por ejemplo), en una barca, y tú (la personalidad) estás
haciendo submarinismo a muchos metros de profundidad. ¿Cómo crees que se
puede conectar la parte tuya de la barca para enviarte mensajes sobre hacia
dónde debes dirigirte cuando estás ahí sumergido? ¿Cómo puede avisarte que
está viendo rocas al final del lago, que ha visto árboles hundidos con los cuales
puedes chocar o enredarte? ¿Cómo hacer llegar su mensaje a través del agua
hacia nosotros (entendiendo el agua como la diferencia dimensional que existe
entre los niveles de frecuencia y vibración de nuestro ser, Yo Superior, etc. y
nuestra mente racional)?
La realidad es que esa tubería interna que puede conectar la superficie del lago
con la parte de nuestra personalidad que está sumergida tiene diferentes
secciones, y cada sección tiene sus constricciones para permitir el flujo de agua
(energía con la información codificada) a través de ella. Para empezar, si
estamos intentando comunicarnos con esos otros niveles superiores de nuestra
configuración multidimensional, más allá de la tríada inferior que forman los
cuerpos etéricos, emocionales y mentales, y más allá del cuerpo causal, donde
cada uno de nosotros puede empezar a conectar con otros niveles,
dimensiones, etc., hay que hacer pasar el agua por tramos de cañería que
requieren que cada tramo esté limpio y adecuadamente preparado para
traspasar los datos de un punto a otro.
Conexión en la esfera de consciencia
Para empezar, nuestra esfera de consciencia requiere que haya un “Yo” que
sea capaz de conectar con claridad con el centro de la misma, que es por
donde se accede a la consciencia superior de aquello que llamamos nuestro
ser, nuestro Yo Superior, el aspecto consciencia de nuestra mónada, etc., lo
cual ya requiere que la persona tenga, por lo menos, una de sus sub-
personalidades que consiga ponerse en control, mediante el programa ego
que gestiona todos los Yos de la psique, para que este “yo comunicador”,
vamos a llamarlo así, sea el receptor de ese primer “tramo” de la información.
Lo ideal, como ya podéis suponer, es que en la esfera de consciencia solo
existiera un “Yo único”, cristalizado, que a mi me dio por llamar en su
momento el Yo del ser, por ser el único personaje de la consciencia artificial
que aun siendo parte de esa personalidad humana, responde y conecta
directamente con niveles más profundos y elevados de uno mismo. Así, si la
conexión entre el centro de la esfera de consciencia y su superficie, es decir,
desde nuestro Yo Superior/ser/consciencia de la mónada, etc., hacia el Yo del
Ser de la personalidad es establecido, está lo suficientemente afianzado y es
fluido, ya se pueden impregnar o impresionar ahí las energías con la
información que se desea transmitir a la mente racional.
Diferentes distorsiones en diferentes tramos
Pero la tubería sigue teniendo otros muchos tramos. Que la información llegue
al Yo del ser (o cualquier otro “Yo” que esté siendo usado en la conexión), en la
superficie de la esfera de consciencia, no es sinónimo de una transmisión
todavía exenta de filtros, distorsiones y “fallos”. Es como cuando muchas
personas se explican una historia la una a la otra, en cadena, donde el punto de
origen cuenta algo, y cada persona que lo va repitiendo a la persona de al lado
añade su pequeña cantidad de distorsión a la información inicial recibida, así
que cuantos más pasos haya entre el inicio y el final, mayor es la probabilidad
de que el mensaje comunicado inicialmente no se parezca en nada al recibido
al final.
Luego está el problema de la decodificación de esos mensajes que decimos
recibimos desde otros niveles. Nuestras esferas mentales están llenas de filtros,
miles de ellos, programas, patrones, creencias, etc. Estos componentes son los
encargados de darnos la visión de la realidad que tiene cada uno, además de
hacernos ver las cosas de forma tan completamente distinta, ya que el mundo
se construye en el interior de nuestra psique, a partir de los datos recibidos por
los sentidos de lo que es captado del exterior de la misma. De la misma
manera, en este caso, si lo que recibimos es un flujo de información desde
niveles superiores (en vez de algo que nos llegara por la vista o los oídos), los
filtros son los mismos y actúan igual, así que dependiendo del sistema de
creencias, programas y demás patrones que cada uno tenga instalado, la
versión final re-cocinada del mensaje original tendrá el color del tinte que
tengan los coladores por los que esta energía consciente con esa información
tiene que pasar para llegar a ser decodificada por la mente consciente. Hay
varias esferas involucradas en la conexión con niveles superiores,
principalmente la esfera subliminal, por lo que las capas que la información
tiene que atravesar para ser decodificada pueden alterar la energía
radicalmente.
Otros filtros y bloqueos
Eso es lo que suele pasar con la mayoría de los mensajes que, supuestamente,
decimos y creemos recibir desde otros niveles, planos y dimensiones
superiores, en vibración y energía, a la nuestra. Otros problemas que causan
distorsión radican en nuestros cuerpos sutiles, el mental especialmente, y
también en los canales energéticos que llamamos el cordón de plata y la línea
del Hara o cordón dorado, pues también son “tuberías” de paso de información
entre cuerpos sutiles, y por donde se puede “bajar” y traspasar lo que uno
percibe a nivel causal, por ejemplo, hacia el nivel físico, pasando por la
conexión del nivel mental al emocional y de este al etérico. En un caso, pude
percibir un “nudo” en el llamado cordón de plata en una terapia, quizás más
como imagen simbólica al verlo en la persona que otra cosa, pero literalmente
representaba un tapón enorme que causaba un flujo reducido de información
desde cuerpos superiores en toda regla. Y es que suelen percibirse todo tipo de
bloqueos en estos canales, desde implantes hasta taponamientos energéticos
varios, que quizás no obstaculizan el 100% del flujo entre niveles y cuerpos,
pero sí lo difuminan y distorsionan, el equivalente a una tubería con óxido que
contamina el agua que pasa por ella además de tener taponamientos que
reducen el flujo de la misma que puede atravesar por las diferentes secciones.
Aprendiendo a discernir
Conociendo este proceso, uno se pregunta, entonces, ¿Cómo me puedo fiar de
lo que creo estar recibiendo de mí mismo? La cuestión es el entrenamiento en
las facultades de discernimiento, intuición, y la autobservación del resultado
final de aquello que uno ha recibido. Es un proceso largo y que requiere de
constancia el preparar la tubería en todos sus tramos para que esté lo más
limpia posible. Hay quien nace con esa facultad ya desarrollada, y por eso
tenemos canalizadores, médiums y personas que de forma innata y natural, les
es “fácil”, pero nadie está exento de filtros porque nadie está libre de
programación de una forma u otra, a menos que hayas trabajado en tus esferas
mentales, en tu esfera de consciencia, en tus cuerpos sutiles, etc., lo suficiente
para hacer una limpieza profunda de todo aquello que, por programación y
educación recibida, convierten la conexión con otros niveles superiores en un
perfecto lugar para una posible distorsión de cualquier cosa comunicada.
Tengamos en cuenta, por otro lado, lo fácil que es hacer llegar a una persona
supuestos mensajes canalizados, usando la técnica de la inducción mental
remota, donde literalmente se emiten “mensajes” hacia la esfera subliminal de
alguien por parte de cualquier ente, antena o satélite, y no hay forma de
discernir si es una canalización real y correcta o viene de la NSA, por decir
algo. Huelga decir que miles de libros canalizados de tremendo éxito provienen
del uso de esta técnica en personas con tuberías “adecuadas” pero sin dotes de
discernimiento y/o ganas de comprobar por otros medios lo que están
recibiendo.
Una herramienta más de nuestra caja de utensilios
En todo caso, finalmente, la cuestión es que uno no tiene que tener miedo a
abrirse a conectar con uno mismo, con los otros componentes de aquello que
somos, y que nos hacen ser seres con tanto potencial, pero tampoco podemos
ser ciegos al hecho de que se nos ha manipulado para instalar la creencia,
primero, de que en general, esto no es posible, luego, para distorsionar todo lo
recibido en caso que lo creamos posible, y luego para introducir desinformación
aprovechando el potencial que tiene el programa ego para manipular la
superficie de la esfera de consciencia, creando todo tipo de Yos y sub-
personalidades que permiten hacernos creer que estamos recibiendo algo de
niveles de vete a saber de donde, cuando es todo una simple imitación de
nuestro propio programa de control de la psique haciéndose pasar por algo de
esos otros planos.
Los niveles superiores en los que también existimos nunca dejarán de intentar
transmitirnos información hacia los planos más densos en los que se mueve
nuestra vida terrenal, a través de la intuición como decíamos, u a través de
otros múltiples canales, y, siendo conscientes de los procesos existentes,
aprendiendo a auto observar lo que pensamos, sentimos y decimos,
conociendo los mecanismos de distorsión y manipulación, y desarrollando los
canales de conexión lo suficiente, incluso llegando a activar el octavo chakra, el
centro intelectual superior, que actúa como “discernidor” universal de todo
aquello que es percibido, uno podrá empezar a tener la certeza de que se
puede conectar con uno mismo desde la tríada inferior de la personalidad, hacia
los niveles superiores por derecho innato, y enchufarnos al repositorio de
información y sabiduría que tenemos ahí todos, esperando a ser usado, para el
bien del conjunto de aquello que somos, y para el bien mayor de todos aquellos
a los que podamos llegar a servir con ello.
Manual de creación de un perfecto robot asesino, 20 junio, 2016.

La reciente masacre en Orlando


de hace unos días vuelve a poner
en primera plana la facilidad que
tiene el sistema bajo el que
vivimos de generar caos y terror
cuando corresponde a sus
intereses. Hemos visto repetido el
mismo guion tantas y tantas veces, que, simplemente conociendo un poco el
modus operandi poca duda queda de que no se trata más de que otro auto-
atentado, otra macabra operación orquestada por los mismos poderes que
dicen tratar de combatir a un enemigo que no existe, creado por ellos mismos.
Parece que aun no hay forma de que muchos millones de personas en el
mundo no terminen de ver que estos eventos no son más que la aplicación y
puesta en práctica una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, de técnicas de
crear división, rencor, miedo y mover la opinión de la sociedad hacia unos
parámetros de pensamiento determinados.
El manual de creación de un perfecto asesino como es el de esta masacre está
ya en tantos libros, que a este paso hasta mis nietos estudiarán como se
convierte a cualquier persona en un robot de matar. El proyecto Monarca, las
siglas MK Ultra y el concepto de la creación de múltiples personalidades que
pueden ser activadas cuando se desee, a poco que sigamos sacando a la luz
su funcionamiento, tendrían que ser hasta materias en la carrera de psicología
para que realmente entendamos que este tipo de cosas llevan décadas
haciéndose con todos aquellos que luego se cogen un arma y se lían a tiros
aquí y allá, se ponen una bomba y se inmolan o se lanzan a cometer
atrocidades en serie. Por la parte que me toca, intentaré explicar como se hace
esto, ya que no tengo otra herramienta para expresar mi dolor y frustración
cada vez que ocurre un evento de estas características.
Vamos a usar para ello un poco de información teórica sobre las técnicas de
creación de “alters” y múltiples personalidades. Ejemplos prácticos de
supervivientes de estos programas que están intentando aun desprogramarse y
sobrevivir en el mundo tras lo vivido no tenemos tantos, aunque existen. Una de
las personas que he leído, y que con más detalle ha sacado a la luz lo vivido
como parte de estos programas es quizá White Wolf Von Atzinger, quien fue
convertido en uno de los mayores asesinos de élite de los programas y
operaciones encubiertas de CIA y compañía, experiencias recogidas y
publicadas en su libro Shadow Scorpion – Memoirs of an Assasin. Es un libro
muy duro, aviso.
El porqué de este tipo de programas
Edward Hunter, autor del libro “Lavado de cerebro en la China Roja“, escribió:
“Desde el comienzo de la historia, el hombre ha tratado de influenciar a otros
hombres y mujeres a su forma de pensar. Siempre han existido formas de
presión para cambiar las actitudes. Sin embargo, en los en últimos 30 años
[esto fue escrito en 1950], hemos descubierto técnicas para influenciar, por
medio de procedimientos clínicos en los hospitales, y moldear los procesos del
pensamiento de los seres humanos. El lavado de cerebro se compone de una
serie de distintos elementos…. el hambre, la fatiga, la tensión, las amenazas, la
violencia, y en casos más intensos… las drogas, la tortura, y la hipnosis.
Ninguno de estos elementos por si solo pueden considerarse como herramienta
de lavado de cerebro. Para que una manzana pueda ser convertida en pastel
de manzana, otros ingredientes deben ser añadidos, y un proceso de cocinado
debe ser agregado. Lo mismo ocurre con la manipulación mental”.
Aunque las técnicas básicas de control mental fueron desarrolladas
profundamente a lo largo del siglo pasado, familias y linajes ancestrales en
control las han estado aplicando durante siglos. algunas se remontan hasta el
antiguo Egipto y la antigua Babilonia, o provienen del conocimiento de la mente
que poseían las escuelas de ocultismo del pasado. Agencias de inteligencia tipo
M-I6, Mossad, CIA, etc., comenzaron a investigar estas técnicas de control
mental ya hace décadas, de forma que algunos supervivientes y aquellos que
han intentando meter la nariz a ver que se cuece en este mundo parecen
coincidir que, incluso ya en la primera guerra mundial, había agentes
programados por control mental para cumplir diferentes funciones en ambos
bandos.
El proyecto Monarca
En general, todo este tipo de programas se sitúa bajo el paraguas de lo que es
denominado el proyecto Monarca. Monarca es un proyecto específico llevado a
cabo por elementos secretos del gobierno de Estados Unidos y sus grupos de
inteligencia, donde, acorde con aquellos que en algún momento tuvieron algún
tipo de acceso a las bases de datos que contenían todos los nombres de
humanos sometidos al programa, su número era aproximadamente de unos
40,000, si no muchos más. [la cifra proviene del investigador Fritz Springmeier].
El programa Monarca está basado en la creación de sub-personalidades dentro
de la psique de una persona que puedan ser activadas a través de unos
códigos (ver película Vengadores Guerra Civil– donde uno de los personajes es
un soldado que se activa cuando oye ciertos códigos, y luego no recuerda nada
de lo que ha hecho). Cuando se activa una sub-personalidad concreta (en el
caso de Von Atzinger se convertía en un asesino de un nivel y habilidades
sobrehumanas), se tiene a disposición del programa y sus directores máquinas
perfectas para hacer cualquier función que se desee con ellos. Y es que el
factor principal primario para el control mental es la habilidad de disociarse, es
decir, la habilidad de crear compartimentos en la psique de la persona que
puedan separarse unos de otros y que, en estado normal de vigilia, nunca
salgan a la luz si no son activadas mediante las instrucciones precisas. El
proyecto Monarca descubrió que esta habilidad es transmitida de manera
genética, de generación en generación, haciendo que algunas personas sean
mucho más fáciles de programar que otras, y que tengan unas características
mucho más adecuadas para convertirlas en títeres MK-Ultra. A veces se crean
esclavos sexuales, utilizados y asesinados muy temprano en sus vidas, otras
veces se crean saboteadores, ídolos para las masas, personas que serán
influyentes en algún ámbito social, soldados perfectos, etc.
Como se crea un alter
Como hemos hablado muchas veces en el blog, la esfera de consciencia del
ser humano contiene, en su superficie, las múltiples personalidades o
Yos, que marcan las diferentes facetas del carácter que poseemos. Estos Yos,
se crean por fragmentación de la consciencia a través del programa Ego, de
forma que tenemos todos tantas caretas y fachadas como nos sean necesarias
para lidiar con nuestra existencia terrenal. Cuando nuestra consciencia está
unificada, y tenemos un solo Yo Único que nos enfrenta al mundo, estamos en
disposición de recobrar el control sobre nosotros mismos, y dejamos de ser
(tan) manipulables por el sistema, los medios, la educación, etc. Este proceso,
que es natural en el ser humano, puede ser llevado al extremo, y, por medio de
la aplicación traumática de todo tipo de técnicas basadas en la tortura,
manipulación, dolor, etc., de la psique humana, se puede crear un “Yo” llamado
“Alter”, que no responde ni al programa ego, ni a la consciencia interior de cada
uno, sino que, cuando se activa, mediante unos códigos determinados, toma el
control de la personalidad y puede cometer estragos, si así está preparado y
programado para ello.
Así, cuando en programas de control mental se habla de alters, están hablando
de una parte disociada de la psique con una identidad separada a la cual se le
dan códigos de referencia por parte de los programadores para activar la parte
disociada de la mente sustituyendo a la identidad principal o personalidad
“habitual” del individuo.
Por norma general, el programador le da una historia al alter, para que tenga un
cierto sentido de “si mismo”, y se asegura que los alters tengan un rango
completo de emociones accesibles pero sin conexión con ninguna otra parte de
la psique, para que no haya transferencia de recuerdos, memorias, etc. Se
crean por capas y por niveles de profundidad, de forma que sean imposibles de
desprogramar o borrar sin un tremendo trabajo en todos los niveles de la
psique, las esferas mentales, el cuerpo mental y la esfera de consciencia, algo
que pocos terapeutas, hoy en día, conocen lo suficientemente a fondo para
enfrentarse a un superviviente de este tipo de proyectos y ayudarle a salir de
los mismos (casos excepcionales existen, y gracias a ellos tenemos algunas
pinceladas de lo que se mueve ahí dentro). Si un alter es descubierto, hay sub-
alters que, por ejemplo, los incitan a cometer suicidio, asegurando así que nada
salga a la luz si el programado escapa o se sale del control de su programador.
Diferentes tipos de alters
Los diferentes alters que se crean en la psique de la persona vienen codificados
por diferentes nombres según su función. Por ejemplo, un alter Beta, es usado
para todo tipo de temas sexuales. La parte primitiva del cerebro, el complejo-R,
se involucra en este tipo de programación. Un evento de abuso sexual a
temprana edad es normalmente utilizado para anclar esta programación y
generar este tipo de alter en la persona, y este tipo de esclavos sexuales
desarrollan habilidades que van mucho más lejos de lo que el público, en
general, cree posible que se puede hacer en el ámbito del sexo.
Por otro lado están los alters Delta. Como sabéis por las películas, los grupos
especiales de las fuerzas americanas son llamados Delta, y constan de 4
personas que participan normalmente en asesinatos de cualquier individuo no
deseable por aquellos que los gobiernos “secretos” marcan. Todos los
soldados de estas fuerzas Delta forman parte de unidades de élite que están
conformadas por personas bajo control mental altamente entrenados. Los
modelos Delta son esclavos cuyo único propósito es el asesinato.
Pequeños “delta”
Aquellos que cogen una pistola y se plantan en un club para asesinar a
cuarenta personas, como la masacre de Orlando y de tantas otras que han
sucedido por todo el mundo, aunque principalmente en Estados Unidos, son
personas cuyo alter se ha activado para que cumplan la función que les toca, y
luego son desechadas y despachadas con la misma facilidad con la que han
sido creados. Son involucrados en este tipo de acontecimientos para generar
una reacción determinada en la opinión publica, para mandar un mensaje, crear
una percepción de algo de forma determinada.,etc. En el caso de la última
masacre, tiene todo el efecto de estar calculado al milímetro, ya solo la
númerología del evento es cuestión es interesante, pues, usando la forma
americana de poner las fechas: June 12, 2016. 6/12, 2016, nos da que tenemos
los mismos números si lo leemos de atrás adelante o de adelante atrás. En
númerología, el número 612 y el 216 son equivalentes en energía y resonancia
cuya suma equivale a 9, el número de la finalización y concreción de algo.
Son eventos preparados de antemano, como lo han sido la mayoría de
atentados que salen en los periódicos a bombo y platillo. Se escoge a una
persona, se le crea una historia, se la programa, y se la suelta en la vida
normal. Cuando toca, se la activa, se le dan las ordenes y al día siguiente
vemos la tragedia. ¿Cuantas veces más se repetirá el mismo modus operandi?
Lo desconozco. ¿Qué más podemos hacer? También lo desconozco, pues en
estos momentos parece que el efecto conseguido es el que buscaban, polarizar
aun más a las personas unos contra otros, ideologías contra ideologías,
culturas contra culturas, religiones contra religiones. Todo en medio de una
campaña electoral, la americana, que ya veremos que otras sorpresas nos trae.
La espiral evolutiva ya disponible
14 junio, 2016
Día feliz para todo escritor es cuando le
llegan las copias de cada nuevo libro que
sale a la luz. Y he recibido ya las primeras
de “La Espiral Evolutiva” en casa, mi
última publicación, y que estará a la venta
en librerías en España en una semana
como mucho (ya está en Amazon aquí).
La espiral evolutiva es una guía para el
camino de crecimiento y transformación del
ser humano, pues ya sabéis que desde que
el hombre es homo sapiens, ha habido un
conocimiento del funcionamiento de las
leyes que rigen la naturaleza, el Cosmos y
la Creación, y ese conocimiento se ha
denominado “ocultismo”, pues estaba,
como bien podéis deducir “oculto”.
El porqué de haber mantenido en secreto
este conocimiento, posiblemente tenga que
ver con que, desde el principio de los
tiempos, el hombre ha temido lo que no
comprende, y ha hecho muy mal uso del
poder que otorga conocer los mecanismos
que rigen el funcionamiento de las cosas,
por un lado debido a la forma en la que nuestra mente está creada y como
funcionamos, y el hecho de que el hombre ha buscado siempre el beneficio
personal y el servicio a uno mismo por encima del beneficio común y el servicio
a los demás. Así, conocer y manipular las energías de la naturaleza y del planeta
al antojo de uno, era peligroso, sino se hacía por aquellos que buscaban solo
servir al prójimo a través de este conocimiento, que tenía que apartarse de l masa
general para evitar que fuera usado para hacer lo contrario.
“La espiral evolutiva” se adentra en el conocimiento esotérico que nos ayuda a
entender la evolución del ser humano, su crecimiento, las leyes que lo rigen, y
que rigen todo lo Creado. Desde el núcleo primordial de energía “divina” que
somos, hasta los procesos de alquimia personal interior que nos hacen
transformarnos en lo que queremos ser. Es en definitiva, un libro para conocer a
fondo la metafísica de nuestro ser, y de nuestra evolución, como individuos, y
como especie.
En estos momentos, tengo 80 libros en casa para aquellos que deseen una copia
firmada, que os envío por correo como siempre dentro del territorio español (para
los que estáis fuera de España, más fácil por Amazon, también está ya
en formato kindle en este enlace disponible desde cualquier parte del mundo).
No tenéis más que entrar en el blog, página de libros, y ahí lo veréis.
La intuición, impresiones energéticas desde niveles superiores
9 junio, 2016

Ayer fue un día de trasteo constante de principio a fin. La cantidad de polen que
hay en el aire estos días, al menos en mi ciudad, colapsó por completo el filtro
anti polución de mí coche, de tal forma que se paraba y dejaba de funcionar
cada pocos metros, saltando la alarma de fallo de motor. Los dos talleres a los
que llamé no podían, por saturación, mirarlo hasta dentro de una semana, algo
que era complicado, pues necesitaba el vehículo para las tareas diarias (ir y
llevar a los niños al cole, desplazamientos obligados pendientes, etc.). No tenía
muy claro que hacer, la verdad, pero tenía la sensación de que debía preguntar
en otro sitio que tengo cerca de casa, y aunque sabía que ahí no tratan este
tipo de problemas, no se me iba de la cabeza bajar a este otro taller. Así que fuí
igual y pregunté. El chico me explicó que ese tipo de filtros, si te metes en
autopista un rato a una velocidad constante, va quemando por si solo las
partículas sucias y se auto limpia tras un rato de hacerle kilómetros, cosa que
no sucedía si solo ibas por la ciudad. Dicho y hecho, me metí en autopista ayer
por la mañana, hice casi 100 km ida y vuelta, y el filtro se limpió lo suficiente
como para no volver a dar el problema, ni que saltara la alarma del coche más.
La intuición, como dice la frase de la imagen, señaló el camino, pues me dio la
pista sobre que hacer para solucionar el problema.
Niveles superiores que tratan de comunicarse con la personalidad
consciente
En este caso, la pista y las instrucciones venían de “arriba”, de mí Yo Superior,
quien impresionó el nombre del taller de al lado de casa en mi cuerpo mental
para que lo sintiera fuertemente como la opción a ejecutar. Mi mente lógica
sabía que ahí, a priori, no me podían solucionar el tema, pero tampoco perdía
nada por preguntar.
Vamos a explicar un poco hoy el modo de funcionamiento que tiene nuestro Yo
superior, nuestro ser, nuestros “niveles superiores”, para comunicarse con
nuestra personalidad, eso que llamamos intuición, sexto sentido y otras
diferentes denominaciones. En general, es bastante sencillo de explicar, pues
todo pasa por la transmisión energética de símbolos e imágenes, en su mayor
parte, pues son el lenguaje de los niveles superiores y otras partes de la psique,
que luego son convertidas en sensaciones, e impresiones, a través de
diferentes partes de nuestros cuerpos sutiles. Por ejemplo, si se desea expresar
un aviso de alarma porque algún acontecimiento está a punto de ocurrir, y se
desea que la mente consciente se haga eco del mismo, se impresiona la
imagen del acontecimiento en el cuerpo mental, también en el emocional, de
forma que, muchas veces, uno tiene una intuición repentina que pasa del
mental a las esferas, y de ahí el presentimiento en forma intuitiva de que algo
puede pasar. Cuando alguien es más emocional, y escucha mejor a sus
sentimientos, al impresionar la imagen del evento en su cuerpo emocional, se
tiene más bien la sensación de que algo puede ocurrir, y si se necesita que el
mensaje sea algo muy físico, se puede impresionar en el cuerpo etérico y
directamente uno puede hasta sentir un pinchazo en el estómago, o en
cualquier parte del cuerpo, como la sensación física de que se tiene que hacer
o no se tiene que hacer algo.
Un mecanismo muy poco trabajado
La intuición es un mecanismo muy usado, pero muy poco comprendido. En
general, no le hacemos caso porque no sabemos de donde viene, y como no
conocemos el origen y la forma en que funciona, simplemente se nos ha
condicionado a creer que esas impresiones y sensaciones son pura
imaginación, ya que la mente, a través del hemisferio izquierdo, está
sumamente programada para no aceptar nada que no pueda comprobar con
sus propios sentidos físicos y, por ende, se desecha, pero el hemisferio derecho
no funciona así, ya lo sabéis, lo explicamos brevemente en el vídeo sobre el
cerebro triuno, así que, desde esas otras partes de nosotros mismos, se
intenta que al menos una parte de nuestra composición multidimensional trate
de hacer llegar la información hacia la parte que generalmente controla al ser
humano en nuestra sociedad occidental.
Cuando se impresiona un tipo de información con tal de incitar a una respuesta
por parte de la personalidad no es para violar el libre albedrío, sino para
orientar, ya que de todas maneras, la personalidad al estar tan poco consciente
de los entornos en los que se mueve, no puede ver más allá de un pequeño
rango de cosas que tiene alrededor, y, por ende, el GPS y brújula que
representan aquellas otras partes de nosotros que se mueven en otros rangos
vibracionales y energéticos, han de actuar como complemento para que el
conjunto de lo que somos pueda guiarse por los avatares y vicisitudes del día a
día con la mayor soltura y fluidez posible. Las intuiciones que generan no están
destinadas a hacer la vida un camino de rosas, están destinadas a saber
circular y navegar por la misma evitando atascos innecesarios, evitando baches
o carreteras que no llevan a ningún sitio, porque el conjunto total de lo que
somos tiene un destino y unos objetivos en mente, que pasan siempre por el
crecimiento, experiencia y aprendizaje de todo, así que cuando la intuición va
gritando no hagas esto, o haz lo otro, es simplemente la misma función que
nuestro GPS en el móvil que nos dice que ruta tiene más trafico, que ruta es la
más corta a nuestro destino, o que ruta presenta en estos momentos lugares
imprácticables por los cuales es mejor no pasar. Solo así se puede llegar al
destino que, en general, nos hemos propuesto de la forma más eficiente.
Aprendiendo a escuchar.
La forma de empezar a escucharnos es prestar atención a todas esas
sensaciones e intuiciones, si hace falta, incluso anotarlas, “siento que respecto
a este tema algo me dice que haga esto”, “siento que por ahí no va bien la
cosa…”, “siento que tendría que hacer esto”, etc. Podéis probar a comunicaros
directamente con la fuente de la intuición mediante la meditación, la escritura
automática, la kinesiología, etc., no nos faltan medios, siempre que no dejéis
que los programas instalados en las esferas de “esto no me sirve”, o “esto me lo
estoy inventando”, interrumpan esta conexión o desechen su resultado, pues
estamos programados para no hacer caso a este tipo de cosas.
La práctica de hacer caso a esa intuición, y la desprogramación de aquello que
nos impide hacerle caso, son las dos únicas herramientas que harán que esas
impresiones que se intentan transmitir desde niveles superiores a nuestra
consciencia racional empiecen a tener hueco y a llegar a mejor puerto cada vez
con mayor claridad para que nuestra brújula nos guíe de la forma más
adecuada siempre.
El mundo es mucho más complejo de lo que nuestra mente lógica puede
abarcar, y nos es necesario hacer caso al resto de partes de uno mismo que
abarcan y ven más allá de lo que cada uno de nosotros cree poder ver. La
mente consciente solo está programada para actuar en un corto rango de
acontecimientos espacio-temporales, en el sentido de que estamos capados
para no ver más allá de nuestros cinco sentidos, y eso nos lleva a tener muchos
problemas a la hora de poder dirimir con muchas situaciones que se podrían
evitar si supiéramos escuchar a quien tiene una visión algo más amplia.
Nuestro subconsciente también es usado para ello, pero en muchos casos, son
esas otras partes más elevadas de nosotros mismos quienes impresionan por
facilidad de comunicación en esa esfera directamente un mensaje, para que
luego pueda ser transmitido a la mente consciente. Hay muchos caminos y
formas que se pueden usar, es todo cuestión de que les hagamos caso.
Evidentemente, al fin y al cabo la personalidad es la que decide que hacer,
nadie se enfada, por decirlo de alguna forma, porque no tomemos en cuenta
estos mensajes, simplemente, cuando no lo hacemos, nuestro GPS racional
limitado nos llevará por caminos más tortuosos y más lentos o con más baches
y tráfico de lo necesario.
Carta de un yo futuro
3 junio, 2016

A veces me da por imaginar y pensar cómo se dirigiría a mí un “Yo futuro”, que


ya hubiera pasado por las diferentes tribulaciones y situaciones en la vida a las
que yo aun considero distantes, gracias a las cuales pudiera, en retrospectiva,
darme una percepción global de los cambios que ha vivido en mi línea temporal
actual, lo que este “yo presente”, que ahora escribe tiene aun por delante.
Proyectémonos unos pocos años y vamos a ver soy capaz de recordar y
conectar con el David que ahora tiene 71 años… uno de ellos claro, y, sintiendo
que el tiempo es un eterno presente, prestemos atención para ver que nos dice,
quizá, algo tal que así:
El mundo como lo conoces no ha cambiado demasiado en el tiempo que nos
separa. Tengo 71 años, y estoy como a 30 años de tu presente líneal en estos
momentos. Como sabes, conseguisteis masa crítica en el año 2018, pero aun
así no hay suficiente fuerza como para revertir todo el entramado al 100%, que
está activo y presente aun, montado por las fuerzas que ya conoces, desde
hace siglos. Sin embargo la buena nueva es que la Tierra ha cambiado, el aire
es más limpio, la gente tiene otro nivel de energía en el que asentarse, y la
realidad en la que vivimos puede ser moldeada con mucha más facilidad de lo
que vosotros, en vuestro tiempo, podéis hacer e imaginar.
Esto te lo digo porqué el mundo lo estamos creando entre todos, y eso significa
que dentro de pocos años cada uno de vosotros se dará cuenta del poder que
realmente tiene en su interior. No hará falta que nadie os lo demuestre, ya que,
simplemente, todos y cada uno de los seres humanos romperán tarde o
temprano sus filtros y sistema de creencias, y empezarán a ver la vida de otra
forma, cambiando así sus realidades particulares y consiguiendo así cambios
sustanciales, aunque paulatinos, en el mundo. La economía ha cambiado, hay
otros patrones que ahora fijan el intercambio de bienes entre nosotros, y una
gran parte de aquello que ahora os domina ha sido desmontado. En algunas
líneas temporales y futuros potenciales, hubo más zozobra que en otros, pero,
en general, la transición, precisamente por ser larga, ha sido lo suficientemente
suave para dar tiempo a que todos nosotros nos acostumbremos a los cambios
que se iban presentando.
El trabajo interior fue clave para conseguir que la mayor parte de las personas
llegaran a ese estadio evolutivo que llamáis de hombre número 4, en esa
escala que conoces, y fue por el hecho de que mucha gente adquirió y
consiguió salir de los niveles inferiores de consciencia en los que estaban, que
se pudo conseguir esa masa crítica gracias al esfuerzo de todos aquellos que,
desde tu punto actual del presente y de tu pasado, estáis trabajando para que
así sea. El mundo sigue siendo un lugar muy bello, ¿sabes? nunca dejó de
serlo, y ahora como ya las noticias no muestran solo lo terrible del planeta, y no
están tan manipuladas, uno puede hasta contemplar puestas de sol y apreciar
las bellezas de la Tierra en lo que podría ser el equivalente a vuestro telediario
de mí tiempo.
Las personas empezaron unos cuantos años después del momento en el que
estás ahora a darse cuenta en masa de cómo estaban programadas, y
consiguieron revertir en sus propias mentes el efecto de esa programación.
Cuando todo el mundo empezó a ver la realidad sin tantos filtros, el mundo
empezó a cambiar y la gente empezaba a hablar en las calles de como veían
las cosas ahora, fue una gran alegría escuchar conversaciones que, en tu
tiempo actual, jamás te hubieras pensado que podrías escuchar en un ascensor
o en vuestros bares, pues el mundo empieza a estar basado en reglas que
tienen menos que ver con el poder, y mucho más que ver con el compartir y el
servicio mutuo, la cooperación entre humanos. Se que para ti, en tu tiempo,
esto es ahora una utopía, sin embargo, el tiempo dejó de ser un factor
esclavizante hace mucho tiempo y sois capaces de ver más allá del uso
coordinativo que pueda tener el mismo.
¿Sabes que en mi tiempo ahora ya en las escuelas se les explica a los niños
como funciona el mundo de verdad? Se les explica el complejo
multidimensional en el que viven, se les explica que son mucho más que
materia y que el mundo físico es solo uno de los planos de existencia de todo lo
que es. Fue un gran logro y un gran cambio de mentalidad ocurrido en estos
últimos años de mí tiempo, que poco a poco consiguió revertir la situación de
ignorancia y de manipulación que todos los humanos llevábamos a cuestas.
Yo creo que ya sabes que el futuro no es el futuro, el futuro puede ser tu
presente porqué todo lo que tienes que hacer es recordar que vivimos en un
eterno ahora, y puedes atraer hacia ti eso que deseas que se convierta en tu
realidad. Recuerda que ya estamos viviendo el resultado de aquello por lo que
estáis trabajando ahora, en otro momento, en otro “tiempo”, pero al fin y al
cabo, está aquí. Yo lo estoy viviendo, y te lo estoy contando en retrospectiva
para que sepas que vuestro esfuerzo y trabajo actual no está siendo en vano,
ya que, en algún instante, vivirás lo que este tiempo mío está viviendo y será
para ti tu presente. Y te alegrarás como nunca por todo el esfuerzo realizado.
No tiréis la toalla, no os desaniméis. Mil pequeños gestos cuentan como nunca
en cada momento.
Porqué nos cuesta mantener la atención
31 mayo, 2016

En anteriores artículos y vídeos del blog habíamos tocado el tema de la


importancia de la autoobservación como prácticamente el único medio de
empezar a descubrir lo que nos frena, y lo que nos condiciona, en nuestro
camino de crecimiento individual, ya que solo viendo y descubriendo nuestros
pensamientos, emociones, comportamientos y acciones, automáticas y
reactivas, uno empieza a darse cuenta de cómo funciona el vehículo que
usamos para esta vida terrenal, y puede entonces intentar descubrir como
apagar el piloto automático del coche para intentar coger los mandos y llevar el
volante en modo manual.
Lo que sucede es qué, aun sabiendo que autoobservarse a sí mismo es tan
necesario, ¿por qué es tan difícil llevarlo a cabo? La clave está en la perdida de
atención, en la poca capacidad de mantener la concentración en el proceso de
autoobservación más allá, en el mejor de los casos, de unos pocos minutos.
Todo depende de la atención focalizada
La posibilidad de alcanzar estados más elevados de conciencia depende de la
presencia de la energía necesaria para poner en marcha procesos de
activación de lo que todos ya llevamos latente, y de forma dormida, que no es
otra cosa que el potencial infinito del ser que somos. Esta energía la redirige el
cuerpo cuando sometemos la atención a los procesos de crecimiento y de
transformación internos. Algo así como qué se nos proporciona el combustible
extra para conducir el coche cuando conscientemente quisiéramos conducir el
coche, mientras que si simplemente nos subimos en él y vamos con el piloto
automático, el coche no ve la necesidad de inyectar o usar de forma distinta los
recursos energéticos disponibles más que para las funciones de auto gestión
que ya hace de forma programada.
Por lo tanto, y como mecanismo detonante de estos procesos de
transformación interior, la autobservación está sujeta al control psicológico, y
este control psicológico es la atención. La atención focalizada hacia cualquier
actividad consciente es la que consigue que esta energía necesaria devenga el
vehículo potencial de la expansión de la auto-conciencia.
Sabemos y hemos comentado ya muchas veces que en su estado ordinario el
ser humano actúa principalmente de forma autómata y reactiva, cuando
nuestros procesos internos operan independientemente de nuestra voluntad o
de nuestros deseos, de ahí que no controlamos lo que pensamos, no
controlamos lo que sentimos, no controlamos lo que decimos y muchas veces
no controlamos ni lo que hacemos (y luego tenemos la excusa de “no sé porqué
he hecho esto…no entiendo por que me comporté así, tendría que haberme
callado y no haber dicho aquello….”).
La energía que circula por nuestro cuerpo sigue las leyes que gobiernan a toda
materia libre en estado molecular. Se difunde en todas las direcciones
necesarias para regir los procesos automáticos de sostenimiento de la vida en
nuestro vehículo orgánico y en su contrapartida energética, pero especialmente
también fluye en las direcciones que le ‘cogen la atención’. Tan pronto como es
obtenida mediante los diferentes procesos de absorción energética que
tenemos, esta fuerza vital se pone automáticamente en circulación por todo el
organismo para cumplir sus tareas sin intervención de la mente consciente. Así,
para contenerla o para acumularla, o para usarla para otras cosas más allá de
la mera supervivencia, se requiere una voluntad que normalmente no se
posee, y hace falta una tensión interior que sólo puede mantenerse con el
sostenimiento de la atención, lo que permite el auto–conocimiento pero requiere
de autocontrol. Un ejemplo que imagino todos habréis hecho en algún u otro
momento es la visualización de una esfera de energía en alguna parte de
vuestro cuerpo, para realizar cualquier tipo de tarea de sanación, calmar un
dolor, limpiar un bloqueo, etc., y ahí podéis comprobar que si no sois capaces
de mantener la atención en el proceso de gestación y acumulación de energía
en la zona durante cierto tiempo y con cierta intensidad, no tiene ningún efecto
y se disipa rápidamente.
¿Qué influye negativamente en la atención?
Pues como quizás hayáis percibido en vosotros mismos, la atención
sencillamente se diluye cuando aparece el curioso estado psicológico de
‘fascinación’ (aquí un articulo de DDLAhablando sobre el concepto), en el cual
una persona pierde por completo su identidad en una conversación, una tarea,
un amigo (o un enemigo), un libro, un objeto, un pensamiento o en una
sensación. Esta ‘fascinación’ es, sencillamente, efecto del discurrir hacia fuera
de la energía consciente desde uno mismo, en una dirección determinada para
cada uno por nuestro carácter y personalidad, y que arrastra su atención con
ella (a una persona le fascina una cosa y a otra persona algo completamente
diferente). En casos extremos esta succión hacia fuera de la atención puede ser
tan completa que estamos como “idos” por completo, como vacíos y absortos
por un imán psíquico externo. Esta fascinación es una forma usual de gastar la
energía que tenemos, y constituye, en realidad, el estado habitual de muchos
de nosotros en muchos momentos del día y, por esta misma razón, es
irreconocible por completo e invisible de ordinario, no nos damos cuenta que
estamos “idos” y no nos damos cuenta que algo nos ha “fascinado” y captado
toda la atención.
Evidentemente el hecho de estar atentos a algo que nos es necesario no es el
tema del artículo, pues la atención dirigida hacia todo lo que suponga un
ejercicio que nos beneficia, nos ayuda y nos permite crecer, avanzar, aprender,
evolucionar y vivir es más que necesario. En muchos casos, aprendemos
automáticamente que el uso de la atención nos lleva a conservar la ‘fascinación’
en una dirección determinada. Por ejemplo, un zapatero permanece durante
una hora ‘fascinado’ por la confección de un par de zapatos, un conferenciante
queda ‘fascinado’ por el discurso que pronuncia, una persona queda ‘fascinada’
por la carta que está escribiendo a un amigo. Sin esta retención más elemental
de la atención en una dirección, ningún buen trabajo o actividad de ninguna
clase, ni aun el más simple, puede producirse. El tema es cuando necesitamos
dirigir la atención hacia dentro, hacia auto-observarnos, y esta no obedece más
que unos pocos segundos ya que entramos inmediatamente en estado de
“fascinación” por cualquier otra cosa a la mínima que algo externo nos capta la
focalización y nos saca de nuevo de auto-concentrarnos en nosotros mismos.
Aprendiendo a mantener la atención
Aprender a mantener y prolongar la atención sobre algo necesita de un
entrenamiento contínuo, no nos sale por defecto, pues como si de un músculo
se tratara, los imanes externos que nos llevan al estado de fascinación son
tremendamente potentes, con lo cual, el primer paso es desarrollar mecanismos
de alerta, para que salte “algo”, un resorte psicológico interno, que nos haga
caer en la cuenta de que hemos perdido la atención de aquello en lo que
intentábamos concentrarnos cada vez más rápidamente. Esto no sería un
problema si el ser humano fuera capaz de prestar atención a dos cosas
simultáneamente, llevando energía hacia diferentes procesos a la vez, pero no
funcionamos así. Por la configuración de cómo estamos hechos, solamente
podemos darnos cuenta de una cosa a la vez.
Puedes darte cuenta ya sea de la persona a quien le estás contando algo, o de
tus propias palabras; puedes darte cuenta del malestar de alguien o de un dolor
en tu propio cuerpo; puede darte cuenta de una situación que estás viviendo o
de tus propios pensamientos respecto a esa situación. Pero, excepto en muy
raras ocasiones, no puedes darte cuenta simultáneamente de tus propias
palabras y de la persona a quien las estás dirigiendo; o de tu propio malestar y
el de alguna otra persona; o de la situación en la que estás y de tus
pensamientos acerca de ella. Así, al darte cuenta de que todos estamos
generalmente en estados ordinarios de fascinación por elementos externos,
comprendemos porqué es tarea tan compleja mantener la atención hacia los
procesos internos propios.
Ahora solo queda la tarea de empezar a crear y ejercitar ese músculo que
termine por conseguir que podamos mantener la atención cada vez más tiempo
en la autoobservación, y de ahí podamos aprender cómo somos y cómo nos
comportamos, y de ahí el tomar el control, crecer, avanzar y evolucionar se
convierte solo en cuestión de constancia y perseverancia.
La invisible tercera fuerza
25 mayo, 2016

En la terraza de casa, dependiendo de las condiciones climáticas, aparecen


entre las plantas que tengo algunas zonas donde se pueden ver grupos de
insectos revolotear sin parar, como siendo arrastrados por corrientes dando
vueltas, subiendo, bajando, y volviendo a entrar en algo que, parece, por lo que
veo del movimiento que les arrastra, como pequeñas espirales y vórtices de
aire. Me quedo un rato sentado mirando a los insectos, y me pregunto
internamente que es lo que la consciencia de la que dependen (su campo
morfogenético, su mente grupal) siente o recoge de esto. En seguida llega la
respuesta intuitiva “están jugando con el viento, disfrutando de la vida”. La
certeza de la respuesta es tal, que por un momento me imagino a los insectos
riendo en su mundo mientras la corriente invisible de aire que no veo, pero se
que está ahí, les lleva de un lado a otro en connivencia con alguna sílfide que
seguro está pasándoselo también en grande.
Deduciendo las reglas, induciendo su efectos
El ser humano tiene generalmente dos formas de estudiar el universo. El
primero es por inducción: examinamos un fenómeno, lo clasificamos y, luego,
intentamos inferir leyes y principios que lo rijan. El segundo es por deducción:
habiendo percibido o descubierto determinadas leyes generales y principios,
intentamos deducir la aplicación de esas leyes a todos los casos posibles y a
las cosas de la vida. El primero comienza con “hechos” y procura elevarse para
descubrir las “leyes”. El segundo comienza con “leyes” y procura descender
para encontrar los “hechos” que las corroboren.
Estos dos métodos, de hecho, corresponden a dos funciones humanas
distintas. El primero es el método de la mente lógica ordinaria, que
permanentemente está activa y lista para que podamos usarla. El segundo se
deriva de una función potencial que tenemos los seres humanos, pero que no
siempre está tan activa por falta de desarrollo de facultades superiores, tanto a
nivel de nuestro cuerpo mental, como de nuestras esferas mentales o de
nuestra esfera de consciencia. Esta función, cuando actúa, es la que nos
permite revelar las leyes en acción de todo el mundo fenoménico que nos
rodea. Para intentar entender que es lo que movía el vuelo de los insectos,
tendría que haber intentado inducir (si no lo supiéramos) que había una
corriente invisible a nuestros ojos presente entre ellos, si, por el contrario,
hubiéramos comprendido de inicio que están jugando y disfrutando de la vida,
tendríamos que haber deducido que para ello se amontonan en torno a un
remolino de aire que les proporciona la posibilidad de hacerlo.
Lo malo es que hay entre ellas una diferencia de trabajo demasiado grande. A
la mente lógica las impresiones dejadas por la mente superior, la mente causal,
conceptual, parecerán arbitrarias, genéricas, ilógicas, no probadas. Para la
mente superior, el trabajo de la mente lógica parecerá pesado, innecesario y
alejado del concepto original fundamental. Una quiere concentrarse en el
disfrute con el viento, otra trata de entender como funciona el remolino. En
muchos casos, encontramos que hay que combinar ambas formas de pensar
para poder llegar a entender realmente las causas subyacentes de aquello que
observamos y nos rodea.
La invisible tercera fuerza
Imagino que muchos conocéis que el símbolo para representar “la Fuente”,
aquello de donde “todo” emana es un triangulo. Se lo asocia con tres fuerzas,
energías y cualidades, y aunque entendamos y percibamos la existencia como
un juego de opuestos, una realidad donde vivimos dentro y bajo el concepto de
la dualidad, en realidad, el juego tiene siempre tres partes. No importa que
sistema filosófico, religioso, cultural, esotérico o metafísico leáis, todos los
fenómenos que existen surgen de la interacción de tres fuerzas. Una se
describe como de naturaleza activa, creadora; la segunda como pasiva,
receptora; y la tercera como mediadora y neutra.
Huelga decir que en el cristianismo, estas tres fuerzas están expresadas en las
tres partes de la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– también se les asignan
las características de poder o voluntad, amor y sabiduría. En la alquimia, todo
se expresa como hecho por mezclas variantes de sal, azufre y mercurio. En el
Sankhya hindú, son los tres gunas –Rajas, Tamás y Satva los que forman todo
lo que existe, mientras que en el Hinduismo las fuerzas eran nuevamente
personificadas como Shiva, Parvati y Vishnu; y cerca de allí, en China se
mostraron en la interacción del Yin y el Yang bajo la supervisión del Tao.
En todos estos sistema la naturaleza de las tres fuerzas es universal, esto es,
se considera que penetran en todo, en todas partes y a todas las escalas de
tamaño – desde el mundo de los insectos al mundo de las estrellas, y desde el
efecto de la luz al del pensamiento de nuestras psiques. La ciencia no define ni
reconoce una idea general semejante de tres fuerzas, aunque se reconocen
ejemplos específicos en el protón, neutrón y electrón, o el ácido, el álcali y los
agentes catalíticos en la química.
Fuerzas que intercambian sus papeles
Sin embargo, esas fuerzas no están fijas y asociadas siempre al mismo vértice
del triangulo. Lo que se considera la parte activa en una circunstancia, se
convierte en la pasiva o la neutra en otra. Los roles se intercambian ya que
estos papeles no dependen de la naturaleza interna de los elementos que
tomemos en cada caso como parte de esta trinidad, sino de su relación con los
elementos superiores e inferiores con los que se relacionan en su papel creador
de las cosas.
Si consideramos las tres fuerzas desde el punto de vista de la física, la fuerza
activa es la de longitud de onda más corta, la que tiene vibración y frecuencia
más alta; la fuerza pasiva es que posee la longitud de onda más larga, y por
ende la vibración más lenta; y la fuerza neutra, la que tiene una longitud de
onda y vibración intermedias. Pero todos los componentes de energías que
existen en el mundo están cambiando constantemente de lugar desde el punto
de vista de esta ley de tres, actuando como instrumentos de otros procesos
creativos que la ponen en marcha, unas veces algo hace de fuerza activa, otras
veces de pasiva y otras veces de mediadora, y es exactamente este fluir y los
cambios constantes los que hacen que la ley de tres sea tan evasiva a nuestra
percepción, y sepamos comprender y hablar claramente del concepto dual de
los opuestos, pero no sepamos encontrar la tercer fuerza equilibrante en la
mayoría de las situaciones.
La tercera fuerza es siempre invisible.
Las filosofías antiguas siempre hicieron énfasis en que la entrada del tercer
principio se mantiene invisible al hombre en su nivel habitual de pensamiento y
percepción. Por tanto, el tercer factor que permite que las cosas “existan”
representa el factor desconocido, irreconocido, pero determinante en cada
situación. Y el tratar de encontrar cual es la tercera fuerza que está actuando en
la manifestación de algún suceso en nuestra realidad es lo que quizás nos
puede permitir intercambiar sus papeles, si supiéramos gestionar las dinámicas
invisibles detrás de esos eventos. Aquello que se estuviera convirtiendo en una
fuerza activa contra nosotros que no pudiéramos controlar, podríamos pasar a
tratar de convertirla en la fuerza neutra o pasiva, o aquello que se está
estancando y no avanza, podríamos tratar de moverlo hacia una cualidad activa
y en marcha.
Esto es lo que la mente conceptual es capaz de captar y ver, porque así deduce
que funciona el mundo, pero que luego con la mente racional y lógica no
terminamos de comprender ni saber como poner en marcha, porque
necesitamos ejemplos del plano de los efectos para poder expresarlo. Hemos
de aprender a unir ambos niveles de nuestra psique a partir de nuestro
desarrollo y crecimiento personal, para que entonces de toda situación o evento
que nos envuelva, veamos no solo su manifestación, sino también lo que lo
puso en marcha, y manejando las energías de ello entre bambalinas, demos la
vuelta al triangulo y cambiemos el rumbo, intensidad o efecto de aquello que
podamos.
Blue Beam, tecnología de proyección holográfica a gran escala
22 mayo, 2016

Todo es energía, y vivimos en una realidad holográfica, donde todo aquello


que vemos y creemos que es sólido e inalterable no está más que formado por
líneas de energía como las que veía Neo en la famosa Matrix, cuando despertó
a la visión real del mundo en el que creía existir. Aprovechando que el
entramado de la realidad en el que existimos es una ilusión, maya, una burbuja
compuesta de infinitos patrones vibracionales y, disponiendo de tecnología de
proyección holográfica cientos de años avanzada a lo que creemos ser la última
tecnología disponible, aquellos que gestionan el planeta llevan tiempo probando
y ensayando las proyecciones holográficas a gran escala para generar
impactos psíquicos y psicológicos en la humanidad. Ejemplos del uso de esta
tecnología lo tenéis en los atentados del 11-S, donde se proyectó lo que no
sucedió pero que todos vimos, y se demolieron los edificios de forma precisa y
controlada mediante explosivos sincronizados, o también se ha usado en
muchas supuestas apariciones “marianas”, de la Virgen, donde simplemente
hologramas de gran convicción y personas con desconocimiento del tema
sirvieron para perpetuar el poder de las religiones, la católica en este caso, por
siglos.
Para entender esto, el último programa de DDLA TV, en la sección Rasgando
la Realidad, nos trajo la explicación de lo que se conoce como el Proyecto Blue
Beam, cuyo contenido os comparto a continuación. Habéis visto que siguen
promocionando la idea de una invasión extraterrestre a gran escala, con series
y películas por doquier (por ejemplo en breve se estrena la segunda parte de
Independence Day, que va de lo mismo), podéis intuir que es una idea que
nunca se ha ido de la mente y de la planificación de aquellos que mueven los
hilos. Por otro lado, cuando una posible idea de algo se divulga y se hace
pública, disminuyen enormemente las posibilidades de que tenga éxito y cause
el impacto que se quiere causar, así que no está de más en que le demos algo
de visibilidad a este tema, pues quien sabe si estaremos diluyendo su eficacia
sea que traten de implementarlo en un futuro cercano.
El proyecto Blue Beam
El Blue Beam, o Proyecto Rayo Azul, se trataría de una conspiración propuesta
por el periodista canadiense Serge Monast en los años 90, en la que
comprometía al Gobierno de los Estad,os Unidos, El Grupo Bilderberg y la
NASA, entre otros. En ella sostiene que será utilizada una avanzada tecnología
holográfica, con el fin de crear una falsa invasión extraterrestre, que tendría la
intención de quebrantar la conciencia humana, creando un “despertar” religioso
en todo el mundo, con el fin de controlar a las masas y la aceptación de un
único gobierno mundial y una única religión. Esto es simplemente el preludio
de, posiblemente, una de las mayores conspiraciones de la historia. Según
algunos entendidos, podríamos estar a las puertas de estos eventos
apocalípticos.
En la 2ª Carta a los Tesalonicenses, en su segundo capítulo, versículos del 9 al
12, leemos:
 9 El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de mílagros, señales
y prodigios falsos.
 10 Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a
amar la verdad y así ser salvos.
 11 Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira.
 12 Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se
deleitaron en el mal.
Como ven, el “PROYECTO BLUE BEAM” podría apoyarse en “hacer cumplir”
las antiguas Profecías; fabricando un evento tan importante como el que tuvo
lugar hace 2000 años.
Estaría diseñado, como indicamos al principio, para marcar el comienzo de un
Nuevo Orden Mundial, concebido como un solo gobierno planetario, un único
ejército, una sola religión, una sociedad sin dinero en efectivo y con la población
controlada mediante “microchips” conectados a un ordenador central. La
globalización llevada al extremo. La élite mundial no estaría sujeta a este
sistema de control, sino más bien serían los ejecutores.
Para lograr su objetivo, y al igual que con otros proyectos de control de masas a
través del miedo, se debe crear un evento para aterrorizar a la población, con el
apoyo, consciente o no, de los medios de comunicación. Usando para ello la
estrategia de manipulación mediática conocida como “problema-reacción-
solución”.
Según el trabajo de investigación llevado a cabo por Monast, con el Proyecto
Blue Beam se pretendería jugar con la mente humana haciéndole creer cosas
que no son reales. Este macabro juego constaría de 4 fases más o menos
definidas:
La primera sería la destrucción de todo conocimiento arqueológico. Según la
teoría, se trataría de orquestar terremotos y otros desastres naturales de un
modo artificial (con la ayuda de tecnología como el HAARP) en ciertas
ubicaciones precisas alrededor del planeta, que pondrán al descubierto
supuestas evidencias arqueológicas que serán “utilizadas para desacreditar
todas las doctrinas religiosas fundamentales.
En segundo lugar, el planeta será sometido a “un espectáculo gigantesco
espacial”. Formarían parte de esta etapa hologramas en tres dimensiones
mediante proyecciones láser en diferentes partes del mundo con una imagen
diferente, según la fe de cada etnia. Esta nueva “imagen de Dios” hablaría en
todos los idiomás, y además se proclamaría ante las naciones imponiendo una
sola religión, un solo tipo de moneda, una sola ideología, creando así lo que se
llamaría el Nuevo Orden Mundial.
El tercer paso consistiría en una comunicación telepática bi-direccional
electrónica: Ondas de Frecuencia muy baja y extremadamente baja,
localizarían a los seres humanos a través de sus encéfalos, haciendo a cada
persona creer que su propio Dios estaría hablándole desde dentro de sí mismo.
Este mensaje, sería creado de forma meticulosa, usando una base de datos
que guarda una enorme cantidad de información sobre la cultura, ideología,
política, costumbres, idiomás, de cada país. Esta tecnología permite además,
generar un “dia?ogo inteligente” entre el emisor del mensaje, (en este caso una
supuesta deidad) y el receptor del mensaje (el ser humano), pues dicha
comunicación telepática analiza al instante el pensamiento del receptor, lo cual,
le haría ver que está hablando con una deidad y no recibiendo una mensaje
programado y enlatado.
La cuarta etapa consistiría en manifestaciones sobrenaturales universales
usando medios electrónicos.Tendría como objetivo convencer a todo el género
humano de que se está ante las puertas de una invasión alienígena en cada
ciudad importante de la Tierra. El objetivo de esta maniobra, sería empujar a
que los gobiernos hagan uso de sus armás nucleares.
Además, se podría hacer creer a los cristianos, que están asistiendo al
fenómeno conocido en la Biblia como arrebatamiento, arrebato o rapto, que
consiste en la ascensión de las almas buenas buenas al Reino de Dios,
quedando en la Tierra, los demás. La meta de tal evento sería librarse de toda
oposición significante al Nuevo Orden Mundial.
Por último, se produciría una mezcla de fuerzas electrónicas y sobrenaturales.
Las ondas (frecuencias) usadas en ese momento permitirían a las fuerzas
sobrenaturales viajar a través de cables de fibra óptica, cables coaxiales y
líneas telefónicas para penetrar en todos los equipos electrónicos y aparatos
que, para ese entonces, tendrían todos un microchip especial instalado.
El objetivo de este paso sería la materialización de fantasmas, espectros, y
poltergeist, para empujar a toda la población al borde del suicidio. El objetivo de
este paso sería la materialización de fantasmas, espectros, y poltergeist, para
empujar a toda la población al borde del suicidio. El poder ostentado por la élite
mundial hasta ahora se está desmoronando. Día a día van perdiendo influencia
en el devenir de los acontecimientos.
Su dominación de míles de años se acaba. Más allá de los máss media, hay
mucha información para contrastar. El mundo camina con paso firme hacia una
verdadera libertad. Sin embargo, están por venir los últimos estertores de la
bestia sionista. ¿Será capaz de poner en marcha un evento de tal magnitud?
Existen evidencias de que tienen la tecnología y los recursos para hacerlo. Esta
tecnología holográfica ya ha sido utilizada. ¿En verdad llegaron, como expuso
en su momento Serge Monast, a maquinar semejante plan de dominación? No
podemos aseverarlo, pero imagine por un momento que existe una élite en la
sombra, que ha dominado nuestras vidas durante miles de años, que controlan
casi todos los centros de poder del planeta, y ahora están viendo como el
control de la situación se les está escapando de las manos. Aceptando estas
premisas como ciertas, es razonable pensar que, si bien sería un plan delirante,
entraría en el ámbito de lo posible. Pero si llegara a materializarse, mantenga la
calma. Al conocer de antemano los pormenores de esta puesta en escena,
usted sabría que no está perdiendo la razón.
Desde luego esperamos que, real o no, el Proyecto Blue Beam, con el paso del
tiempo, quede tan solo como un mito, y que la transición que estamos viviendo,
nos lleve sin mayores sobresaltos al establecimiento de una nueva Humanidad,
de seres humanos, verdaderos, justos y libres.
Programa completo
DDLA Tv 3×04 – Patrones básicos
Energías y flujos de vitalidad que nos hacen falta
6 mayo, 2016
Durante miles de años el ser humano ha desarrollado innumerables métodos
para alcanzar los estados de longevidad, salud y felicidad más altos y, algunos,
forman ya parte de lo que se podría llamar la “alquimia externa”, pues se trata
del uso de recursos naturales, minerales y vegetales para crear pociones,
remedios florales, esencias minerales, aceites curativos, talismanes mágicos,
etc., que ayudarán al ser humano a mantener la salud y la armonía en si. Como
esto, en muchos casos, se quedaba corto y daba resultados limitados para
aquello que se pretendía alcanzar, y creaba dependencia en el ser humano
respecto a elementos externos que no siempre eran fáciles de conseguir, desde
la más remota antigüedad empezaron a darse cuenta que las fuentes reales de
transformación que pudieran tener efectos más profundos tenían que venir de
otros lares.
Buscando dentro
Así, aquellos sabios y maestros de antaño volvieron la búsqueda hacia su
interior, para tratar de descubrir el secreto de los misterios que manejan nuestra
fuerza vital, la energía que posee el ser humano en su cuerpos sutiles y,
siguiendo la máxima hermética de “como es arriba es abajo”, descubrieron que,
en el interior de cada uno de nosotros, existe una fuerza igual al mismo
universo que existe en el exterior, simplemente había que aprender y encontrar
la forma de conectar ambas, pues no eran más que representaciones a
diferentes escalas de un mismo diseño y configuración.
Aquellos que empezaron a experimentar con ello, observaron que para dominar
las fuerzas externas uno tenía primero que dominar sus fuerzas internas, y
comenzaron a estudiar el flujo energético del prana, chi, fuerza vital, que
recorre el ser humano y que conforma la contrapartida etérica y sutil de nuestra
existencia. Los canales a través de los cuales fluye esta energía fueron
descubiertos y percibidos, mapeados y dibujados, dando lugar entonces a
técnicas de alquimia interior, a través de las cuales se podía empezar a
experimentar con la transformación humana, usando los flujos internos que
recorren el vehículo que usamos para cada encarnación.
Descubriendo las influencias planetarias.
Al seguir tratando de entender las fuerzas y dinámicas que influenciaban sus
vidas y las energías vitales que la sostenían, se dieron cuenta que las
influencias planetarias, solares y de los cuerpos celestes tenían un papel muy
importante en la composición final y constitución energética de cada uno de
ellos, comprendiendo que esta configuración quedaba reflejada como una
impronta en el momento de nacer, y que actuaba como un imán para cierto
tipos de campos y flujos hacia el individuo que marcaban parte de sus
estructuras psíquicas, mentales, emocionales y físicas. Estas fuerzas son
atraídas hacia nuestro planeta debido al efecto magnético que ejerce el sistema
Tierra- Luna respecto al resto de planetas del Sistema Solar, de forma que
sentimos y recibimos las radiaciones electromagnéticas de todos los cuerpos
planetarios en mayor o menor medida, según su posición relativa en cada
momento, por el desplazamiento y las orbitas de los mismos, por la conjunción
directa o indirecta y el lugar que ocupamos respecto a ellos constantemente,
etc.
Desarrollaron así prácticas meditativas para conectar y sintonizar sus cuerpos
con ciertas fuerzas planetarias que les pudieran servir como impulso en
momentos concretos de sus vidas, sabiendo que, al enchufarse
energéticamente al campo electromagnético de tal o cual planeta de forma
consciente, su carga energética concreta, tendría efectos determinados en
diferentes componentes de sus cuerpos sutiles, provocando cambios e
impulsos determinados en sus vidas físicas. Así se sentó la base de las
prácticas mágicas de invocar las fuerzas de tal o cual planeta, de hacer rituales
en momentos determinados del año hacia tal o cual astro, de preparar
talismanes, amuletos o símbolos y conectarlos a tal o cual cuerpo celeste. La
cuestión era ser capaz de captar, cual radio sintonizando una emisora de FM, la
energía concreta que llegaba desde el espacio exterior bien en sus propios
cuerpos sutiles bien en algún elemento físico, para luego poder usarla y dirigirla
según el propósito que cada uno tuviera en mente.
La energía de nuestro propio planeta.
Se dieron cuenta además de la importancia para el individuo de nutrirse
conscientemente de estas fuerzas planetarias externas a ellos, a través de la
esencia “cósmica” que llegaba desde fuera del planeta, para su óptima salud,
crecimiento y vitalidad. En paralelo, comprendieron además que el hombre no
puede vivir sin la conexión y alimento de la energía de la Tierra y del entorno
natural en el que vive, y que era la combinación de todas estas fuerzas lo que
les proporcionaba el combustible para el buen funcionamiento de su sistema
nervioso, órganos, glándulas, cuerpos sutiles, incluso para su propia alma. Al
estudiar y poner en práctica este tipo de sintonización con las fuerzas de la
naturaleza, vieron que podían recargarse internamente anclándose al núcleo
del planeta, que podían absorber en su sistema etérico la fuerza de los ríos,
mares y océanos, que podían sintonizar con los campos de flores o los bosques
de árboles, con las piedras de una montaña o la mente grupal de una clase
concreta de mínerales.
Vieron que estas energías se iban acumulando en diferentes partes del ser
humano según su densidad y vibración, y de ahí emergieron parte de las
técnicas orientales, taoístas principalmente, sobre la función de los
tantiens, donde se acumulaban energías más densas y primarias (Jing, en
el tantien inferior), energías y fuerza vital como el chi y el prana (tantien medio)
o energías espirituales y más refinadas (Shen, tantien superior).
Siempre estamos conectados.
A pesar de que el ser humano no es consciente de todo esto, no dejamos
nunca de recibir influencias y recarga energética de estas diferentes fuentes,
simplemente por el hecho de estar dentro del cuerpo físico que usamos.
Estamos continuamente recibiendo la influencia electromagnética de las fuerzas
planetarias, con efectos distintos para cada uno según nuestra configuración
sutil, estamos continuamente conectados al planeta, que nos nutre de su flujo
vital proveyendo energía para nuestro funcionamiento correcto, y nos
recargamos además, y esto ya de forma consciente, con las energías de
aquello que comemos y bebemos, además del prana que respiramos junto con
el oxígeno.
Pero es importante que esto lo hagamos de forma consciente, que nos demos
cuenta de los flujos que corren por nosotros, que nos llegan por todos lados y
que nos influencian. Es importante que aprendamos a trabajar con ellos en
armonía, en equilibrio, que sepamos como enraizarnos y absorber energía de
las plantas o como sintonizar la fuerza vital del sol, porque todo crecimiento
depende de energía y todo desarrollo evolutivo pasa por la existencia de
excedentes de la misma, como hemos explicado muchas veces en el blog.
Así que integremos en nuestro quehacer diario pequeñas rutinas de conexión
con todas las fuerzas que nos rodean, démosles las gracias por el papel que
juegan en el sostenimiento de nuestra vida, y seamos más conscientes de la
unidad que al final y al cabo, existe entre nosotros y todo eso.
Manifestando la realidad a partir del poder de las palabras
2 mayo, 2016
Os decía en un post anterior:
De los rishis, o sabios de la antigua India, se decía que tenían extraordinarias
habilidades, llamadas siddhis. Una de ellas era el vac-siddhi (vac=voz), por el
cual cualquier cosa que el rishi dijera se convertía en realidad. algunas veces,
sólo con pronunciar una palabra, un rishi podía materializar un ejército
completo, por lo qué, para estas tradiciones, la palabra pronunciada era
considerada sagrada, poderosa e inalterable.
¿Cómo puede ser esto posible? ¿Cuál es la mecánica detrás del vac-siddhi?
Vamos a verlo ahora tras la introducción del artículo anterior al concepto de la
resonancia armónica.
Cada cosa tiene su frecuencia
Imaginaros un piano extremadamente largo. Como sabemos, con cada nuevo
DO, en cada octava que tuviera el piano, la frecuencia se dobla, dando lugar a
notas cada vez de mayor y mayor vibración. En pocas octavas, cuando
estuviéramos tocando el piano poco más allá de la quinta octava, no podríamos
oír ya con nuestros sentidos el sonido emitido, pues quedaría fuera del rango
auditivo de la mayoría de personas, aunque quizás aún algunos animales
seguirían oyendo nuestro piano tocado en esas notas. Si seguimos tocando,
pero moviéndonos cada vez hacía octavas más altas, llegaría un momento en
el que, al pulsar la tecla, crearíamos un sonido que llegaría a perturbar las
emisiones de radio, de televisión y de radar, causando interferencias en ellas.
Si nos movemos a la octava 42 del piano, al tocar el DO estaríamos generando
literalmente frecuencias altísimás en el aspecto del rojo y llegaríamos a generar
calor. Si seguimos subiendo, llegará un momento en el que al tocar la nota DO
estaríamos generando la frecuencia del hidrógeno, y si tocamos la nota LA
estaríamos generando la frecuencia del oxígeno. Si llegamos a tocar
correctamente ambas notas, superponiendolas en el orden, tono y con la
energía adecuada ambas vibraciones, nuestro piano sería capaz de manifestar
agua “mágicamente”.
Y es que todo lo creado, lo que vemos y lo que no vemos, no es más que la
suma de ciertas notas en el teclado universal de la creación. Si queremos
reproducir la creación de agua, o de un ejercito, según cuentan los textos
orientales sobre los poderes llamados siddhis, tenemos que conocer la
frecuencia exacta en la que aquello a ser creado existe en los niveles
energéticos, y trasladar esa concordancia a las frecuencias audibles del sonido
capaces de ser emitidas por el ser humano. Por el principio de resonancia del
que hablamos en el post anterior, al pronunciar correctamente una palabra
determinada que corresponda al agua, con la frecuencia, energía, tono y demás
características adecuadas, por ejemplo, literalmente podríamos crear agua.
¿Puede todo el mundo hacer esto?
Evidentemente no. Ni aunque nos dieran un diccionario con todas las palabras
de poder a cada uno de nosotros. ¿Porqué? Por qué todo depende del poder
manifestador que tenga una persona según su propia frecuencia de vibración,
lo que es lo mismo que decir que depende de su nivel evolutivo, de consciencia
y de energía.
Una persona normal cuando habla es capaz de crear distorsiones en el aire, es
obvio, de lo contrario no nos podríamos escuchar los unos a los otros (otra cosa
es que nos entendamos), pero tiene poco o nulo efecto en los planos no físicos
que vibran a frecuencias más altas. Por el contrario, aquellos cuyo nivel
evolutivo ha alcanzado un cierto estado, sean iniciados, adeptos, o como
diferentes escuelas los llamen, si que consiguen establecer e influenciar los
niveles y planos no físicos superiores porque ellos mismos, a través de su
sistema energético, ya han accedido por su propio desarrollo personal a la
conexión con esos otros planos de forma consciente. De esta manera, cuando
una persona altamente desarrollada habla, si que provoca repercusiones en los
planos no físicos y, si sus palabras conectan, resuenan o están acordes a las
frecuencias de lo que desee “activar”, podrá ponerlo en marcha y hacerlo
“moverse” y descender a la realidad sólida. Acordaros de este otro artículo
donde hablamos de como el plano físico siempre es el plano de los
efectos, nunca de las causas, y como todo lo que se origina a nivel “terrenal” y
sólido, ha tenido siempre un origen energético.
Cuando alguien con el nivel adecuado hace vibrar, con una palabra, a través de
su voz y de la frecuencia correcta un arquetipo causal o mental, un bloque de
energía emocional, o una forma etérica, la pone en marcha y la atrae hacía su
manifestación física, y ese es el origen de las leyendas y mitos en los que
figuras históricas hacían aparecer de la nada todo aquello necesario para cubrir
sus necesidades y los de aquellos que les seguían. Si habéis leído el libro de
Baird T. Spalding “Vida y Enseñanzas de los Maestros del Lejano Oriente”
sabréis a lo que me refiero, pues dan númerosos ejemplos de antiguos monjes
tibetanos alimentando grupos de personas sin tener nada a mano, más que el
poder de materializar los alimentos desde el “éter”.
Quizás en algún momento de nuestro camino evolutivo, el ser humano llegue,
en su totalidad, a los niveles de consciencia necesarios para tener el poder de
manifestar con la voz formas causales, mentales, emocionales o etéricas, y
comprobar así de primera mano este mecanismo. Personas individuales a lo
largo de la historia lo han poseído y usado para el bien de muchos, y es posible
que, en futuros momentos, otros muchos vayan empezando a comprender su
uso y función. De momento, que sepamos que está ahí, latente, como parte de
los procesos que rigen la interconexión entre los planos y dimensiones en los
que todos tenemos entrelazada nuestras existencias.
Influenciando las dinámicas invisibles con palabras de poder
27 abril, 2016
Habíamos hecho, hace algunos artículos, una introducción al poder de la
palabra y los sonidos místicos, un conocimiento que ha sido siempre usado
por todos aquellos que sabían como despertar, activar, mover o concentrar las
fuerzas de la naturaleza y el Kosmos (con K, tal y como habíamos definido su
significado en el post anterior) para un determinado fin. Las palabras son,
pues, la herramienta para poner en marcha, a través del principio de
resonancia, las fuerzas de la naturaleza y las dinámicas invisibles de las
energías del ser humano. Vamos a ver ahora cómo y porqué.
Primero hemos de entender correctamente lo que significa “influenciar” estas
dinámicas energéticas por medio de la voz y, para ello, hemos de volver a partir
de la base de que todo es energía, en diferentes estadios de densificación y,
por lo tanto, todo posee una vibración determinada. La frase bíblica de “en el
principio fue el Verbo” es la manera más famosa y repetida de explicar este
concepto.
Los seres humanos, gracias a nuestras cuerdas vocales, podemos crear y
reproducir diferentes vibraciones en forma de fonemás. Si se conoce que
fonemás, esto es, que combinación de sonidos emitir y usar, que tengan
relación con las energías que se quieren poner en marcha, una persona puede,
entonces, provocar efectos en lo invisible, en los planos y fuerzas que no se
ven, pero que definitivamente están activas a nuestro alrededor (como lo está el
aire, que no vemos, pero sentimos físicamente).
Entendiendo el fenómeno de resonancia
La resonancia armónica es la clave para que esto suceda. Y es algo fácil de
experimentar y demostrar. Si tocamos un piano, en cualquiera de sus notas, el
sonido emitido causará el mismo efecto energético en nosotros no importa en
que octava lo toquemos. De igual manera, si tocamos por ejemplo un DO en
una octava inferior, todos los DOs de las octavas siguientes vibrarán también.
Este fenómeno no está asociado a la forma en la que el piano pudiera estar
construido, sino que es un fenómeno que ocurre en la naturaleza, y es
simplemente producto de una ley universal. Hace varios meses, en este artículo
sobre el porqué se corresponden diferentes cosas entre si, ya nos
adentramos en este principio de correspondencia y resonancia.
Otro ejemplo de la resonancia armónica lo podéis encontrar en la red si buscáis
cantantes rompiendo copas de cristal cuando son capaces de cantar la misma
nota que la frecuencia de resonancia del vidrio del que está hecho. Y, por
supuesto, todos conocemos el efecto que la música tiene en nuestro cuerpo,
donde podemos llegar a sentir literalmente en nosotros, por ejemplo, los
sonidos graves de un tambor, o los diferentes efectos que tienen en la psique y
en nuestro estado de ánimo la música clásica, el heavy metal o cualquier otro
estilo musical. Simplemente, sus diferentes frecuencias resuenan con diferentes
partes del ser humano y los activan, potencian, calman o modifican.
Las reglas de la resonancia
Las reglas de la resonancia que hay que tener en cuenta son simples, pero
importantes. La emisión de una frecuencia de 100Hz, por ejemplo, tendrá un
efecto resonante en todo aquello cuya frecuencia base sea de 200Hz, 300Hz,
400Hz, etc. La resonancia armónica siempre tiene efecto en todo aquello que
vibra a un múltiplo exacto de la frecuencia original. Si un órgano de mí cuerpo
tuviera una frecuencia de resonancia base de 400Hz, cualquier diapasón,
canto, sonido o mantra que vibrara en un múltiplo de esa frecuencia me serviría
para influenciarlo.
La segunda regla es que si emites dos frecuencias simultáneamente que se
acoplan, obtendremos dos resultados, primero, una onda que es el resultado de
la suma de las dos frecuencias, y segundo, una onda que es la diferencia entre
ambas frecuencias. Por ejemplo, si emites un tono de 100Hz y otro de 130Hz,
tendrás como resultado una onda de 230Hz y otra de 30Hz. Este efecto es muy
usado en cosas como el Hemi-sync, audios y meditaciones cuyo propósito es la
sincronización de ambos hemisferios del cerebro.
Finalmente, y esto es conocido por todos, las frecuencias se doblan con cada
octava, es decir, el DO de una octava superior es justo el doble del DO de la
octava precedente. Como comentario, algunas escuelas esotéricas sitúan el
paso “energético” de las frecuencias que forman la materia y el plano sólido a
las frecuencias de pura energía alrededor de la octava ochenta (80).
Usando la frecuencia adecuada para recibir y transmitir
Cuando uno oye una emisora de radio, tiene que saber que dial sintonizar para
poder escucharla. De la misma forma, cuando uno usa sonidos místicos,
mantras o palabras de poder, hay que saber que frecuencia es la correcta para
que tengan el efecto deseado y sean “escuchadas” por aquello sobre lo que se
quiere incidir (resonar con un plano u otro, activar un órgano del cuerpo
específico, estimular un punto energético, etc.). Este es el tema más
complicado de todos, pues los sonidos vocalizados y las palabras o mantras
usados están compuestos por diferentes fonemás que pueden cada uno tener
una frecuencia de emisión diferente, que depende de las diferentes
consonantes y vocales que contenga. Si su pronunciación se hace distinta al
tono exacto que es necesario para la activación de algún campo energético,
cambia el punto de resonancia, y puede no funcionar, de ahí que, diferentes
personas, entonando el mismo vocablo, tengan diferentes resultados y/o éxito
variable en la conjuración de todo tipo de fuerzas, energías, entes y elementos.
En general, la forma en que se vocalice las consonantes determina el efecto a
buscar. Por ejemplo, el sonido de la R refuerza al tono que tenga asociado
(RRRRRRaaaaaaaa); la M tiene un efecto calmante (OOOMMMMMMMM); la L
tiene un efecto de expansión de energía, especialmente afectando a los centros
psíquicos del cuerpo, la B tiene efecto en la potenciación de esa misma
energía, la C, K y Q tienen efectos resonantes con arquetipos y energías
asociadas al conocimiento, y se considera que están relacionadas con energías
ascendentes, evolutivas, mientras que la resonancia de la P, V y F tienen efecto
en lo contrario, energías involutivas, descendentes, desde planos superiores
hacía el plano físico. La combinación de estas consonantes en ciertos vocablos
místicos varía según el propósito y aplicación en el que se quiera usar.
Además, al añadir las vocales a un mantra, un fonema o una palabra mística, lo
que hacemos es modificar el nivel al cual estamos podemos influenciar, ya que
la escala clásica de nuestras vocales: A, E, I, O y U, está determinada por las
energías con las que resuenan en orden secuencial de los planos a los que
afectan. La A es la vocal más baja, y la U es la vocal que alcanza mayor
vibración y como tal, puede resonar o hacer resonar cosas en planos más altos.
Sonidos fijos y volátiles
Cuando creamos, mediante el lenguaje, vocablos y palabras, nos encontramos
con lo que los lingüistas llaman sonidos “fijos” y sonidos “volátiles”. Si uno
pronuncia la vocal A, puedes mantener el mismo sonido hasta que te quedes
sin aire en los pulmones y este no varia. Es un sonido fijo. Si pronuncias un
sonido donde se combina una vocal y una consonante, como AR, RA, OM, etc.,
el sonido completo no puede ser mantenido en el tiempo. Por ejemplo, en RA,
la R se desvanece rápidamente y solo permanece el sonido de la A. Por lo
tanto, se le llama un sonido volátil.
En las artes mágicas, los sonidos volátiles tienen un poder mayor que los
sonidos fijos, y por eso se usan esas palabras místicas que os puse como
ejemplo en el anterior artículo, como el OM, el AUM, el AMEN, el RAMA, etc.
Huelga decir que este tipo de “poder” está imbuido en las palabras que salen de
los órganos vocales del ser humano, por su capacidad de vibrar y retransmitir la
frecuencia adecuada, con el tono y la energía específica para producir un efecto
resonante y concreto sobre un campo energético. Un sonido grabado en un CD
no es capaz de activar fuerza alguna en plano dimensional alguno. Cuando la
vocalización está bien hecha y, por ejemplo, se usa para activar ciertos centros
psíquicos o partes del cuerpo físico, los efectos se notan de inmediato y, con la
práctica, uno aprende a entonar las frecuencias adecuadas para obtener una
sensación de calma, de bienestar, de armonía, para potenciar un chakra, para
elevar su frecuencia de vibración, para sintonizarse con un nivel de energía
concreto, etc.
En el siguiente artículo nos meteremos en los procesos de manifestación de la
realidad a través del sonido, como nos dicen que hacían los antiguos rishis, y
quizás comprendamos que, realmente, el vac-siddhi (el poder de crear a partir
de la voz), es mucho más que un cuento mágico, y forma parte de la caja de
herramientas latentes que todos poseemos, pero no conocemos, ni mucho
menos usamos.
Pronoia, cuando el universo conspira a tu favor
22 abril, 2016

Existe un concepto contrario a la paranoia; la pronoia: donde la persona siente


siempre que el universo conspira en todo momento (y secretamente) para su
beneficio. En teoría, la pronoia es un neologismo, definido como el estado
mental contrario a la paranoia, donde el individuo tiene el presentimiento de que
el mundo funciona para ayudarlo. Personalmente, siento la pronoia como un
estado de vibración, pues cuando te alíneas con futuros, realidades y energías
de alto calibre, literalmente sintonizas con eventos, personas y situaciones del
mismo nivel y, por lo tanto, se tiene la sensación, y es literal, de que todo
funciona siempre a favor de uno, en plena sincronía y armonía con las leyes,
dinámicas, y procesos energéticos de la vida.
En todo caso, desde 1982, con su primera aparición como concepto público, la
pronoia tomó su lugar dentro del lenguaje social, y donde algo que antes era
simplemente una forma optimista de ir por la vida, ahora resulta que le fue
concedido un nombre clínico, y hasta algunos han pensado que podría llegar a
ser un trastorno psicológico que habría que tratar. En general, muchos
pensamos que, si las circunstancias y todo se vuelve a nuestro favor, es porqué
estamos alíneados con fuerzas mayores de la Creación que facilitan la
manifestación de esos estados vibracionales altos. Aquí es cuando uno parece
tener síntomas (que son lo que seguro, en algún momento, las farmacéuticas
querrán que nos tratemos con medicamentos) de ataques repentinos de
optimismo e incrementos de buena voluntad. Todo un problema para el
sistema, la verdad, pues no vaya a ser que realmente creamos que las cosas
pueden ir tan bien como lo estamos percibiendo y viendo materializado, y nos
vayamos a acostumbrar a estar en ese estado.
Hasta los clásicos griegos la prácticaban
En todo caso, el tema viene de lejos, ya que hace siglos, nuestros antepasados,
sabían del poder que tiene alínearse con las fuerzas que rigen la vida y la
naturaleza. Los griegos, por ejemplo, tenían una palabra –Kosmos– para refe-
rirse a la totalidad ordenada de la existencia, una totalidad que incluía los
mundos físicos, etéricos, emocionales, mentales y espirituales. Desde su punto
de vista, la realidad última no era tanto el cosmos (la dimensión estrictamente
física, nuestro universo 3D, la realidad espacio-tiempo que conocemos) como
el Kosmos (con K, que incluye las dimensiones no-físicas, todo lo emocional,
mental y espiritual de los niveles y planos superiores de la existencia).
El Kosmos, pues, no se refería sólo a la materia inanimada e insensible, sino a
la totalidad viva compuesta por la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el
espíritu. Si debe existir una auténtica alíneación con la vida, no debe centrarse
exclusivamente en el conocimiento y comprensión del cosmos, sino
del Kosmos, en su conjunto, sino, no hay forma de explicar porqué existe
realmente la pronoia, y porqué es tan real como lo es cualquier otra cosa. Lo
que ocurre es que la sociedad moderna ha acabado reduciendo el Kosmos al
cosmos, la totalidad compuesta de materia-cuerpo-mente-alma-y-espíritu a la
materia sólida pura y dura, como único referente de lo que es válido y real,
hasta el punto de que, en el mundo insípido y anodino del materialismo
científico, nos cerramos a la idea de que pueda existir realmente una forma de
alínearse y conectarse con un universo más allá del plano físico, y vivir y
disfrutar de sus leyes y sus invisibles dinámicas, que hacen que, literalmente, si
te enchufas a ellas, conspiren en tu favor constantemente.
Viviendo en pronoia
Para ridiculizar este aspecto, el concepto de la pronoia pareciera estar en
completa oposición con el mundo en el que estamos. No es nueva, pero si
subversiva para el sistema establecido, que procura que no nos enteremos de
ninguna de las formas de la maravillosa existencia de todo aquello que no
vemos con nuestros ojos. Y, ¿cómo se vive en pronoia? Pues solo exige que
uno se conecte al flujo de la vida en su más alta expresión: a través de las
energías de la felicidad, de la risa, del amor, de la empatía, de la cooperación y
colaboración mutua, y eso sucede cuando dejamos de vivir desde el modo
“supervivencia”, saliéndonos de los miedos y la separación para conectarnos
con el modo “disfrute del momento”.
La pronoia, en uno mismo, es tremendamente fácil de demostrar, y, en general,
nos da igual que otros nos crean o no cuando les aseguramos que la vida
parece conspirar a nuestro favor en determinados momentos de nuestro paso
por este plano. Simplemente, cuando el ser humano se halla centrado en un
determinado estado de la existencia, es decir, cuando vivimos en torno a un
determinado nivel de consciencia, todo nuestro mundo físico, energético,
psicológico, nuestros sentimientos, motivaciones, ética, valores, nuestro
sistema de creencias, nuestra visión acerca de la realidad en la que existimos,
está en consonancia con los niveles de realidad más altos posibles dentro de
nuestro planeta (evidentemente, acotados por la realidad macro del sistema
bajo el que existimos, pero ya lejos de sus estratos más densos y complejos
que es donde nos intentan mantener constantemente).
Los dos lados del péndulo
Cuando esto sucede, el universo conspira y nos da total libertad. Podemos vivir
desde la paranoia o desde la pronoia, o en cualquier estado intermedio según
vaya de un lado a otro el péndulo de nuestra realidad. Ahora mismo, debido a
los medios de comunicación, asistimos a un escenario donde se plasman
muchas escenas de uno de los bandos, pero todos tenemos montones de
oportunidades de experimentar la otra elección. El universo conspira en darnos
aquello que elegimos o en lo que nos enfocamos: si somos pesimistas, nos
dará más experiencias y acontecimientos en ese sentido. Si elegimos el
optimismo, comenzaremos a ver nuestra luz y la que hay en todo nuestro
alrededor, sabremos siempre que formamos parte del conjunto de todo lo que
existe, y ello nos permitirá ser desde la parte más divina y primordial que nos
define.
¿Una pastilla para curar la pronoia? No, un esfuerzo por vivir siempre en ella.
Mi universo me dice que siempre me está y me estará ayudando, y no he
percibido en ningún momento que haya dejado de hacerlo.
Simbología y función del obelisco
17 abril, 2016

Un obelisco es una columna de base cuadrada, que se va estrechando


conforme sube, hasta llegar al extremo que se corona con una pequeña
pirámide llamada piramidión, la cual, en sus orígenes, estaba hecha siempre de
oro o bronce, con el propósito de que reflejara los rayos del Sol, ya que,
originalmente, los obeliscos se relacionaban con el culto al dios asociado a
nuestra estrella.
El orígen y significado de los obeliscos puede rastrearse hasta la cultura
egipcia, donde empezaron a ser usados. En aquel entonces, los lados del
monumento se tallaban con jeroglíficos que indicaban que faraón lo había
erigido, cuál era el nombre del dios al que se dedicaba, y cual era el
acontecimiento militar o político por el que se erigía. Así, se cree que los
obeliscos surgen en la quinta dinastía egipcia, aproximadamente del 2494 a.C.
al 345 a.C. y que se levantaban con el propósito de rendir culto principalmente
a Amón Ra, a Baal, a Nimrod, y a las diferentes deidades que, con el tiempo, se
han asociado al astro rey.
Por otro lado, los obeliscos son también claramente símbolos sexuales, ya que
el falo, órgano reproductivo másculino, fue también reconocido (igual que el
Sol) como un símbolo de vida y, por ende, un símbolo del mismo dios Sol. Hoy
en día, este es el significado más extendido y compartido a la hora de analizar
su simbolismo, y se entiende que, allá donde exista un obelisco, es sinónimo de
fuerza, energía sexual y poder másculino.
Torres de emisión de energía
Sin embargo, simbolismo aparte, el uso de obeliscos hoy en día, en la
arquitectura de nuestras ciudades, obedece a otras razones, superpuestas y
complementarias quizás al simbolismo pagano y al culto por nuestras élites a
las mismas deidades de hace miles de años, pero con motivos muchos más
prácticos, y es que, por su forma y funcionamiento, un obelisco es básicamente
una torre de captación y emisión, una antena, que puede concentrar desde su
base cantidades ingentes de energía y emitirla desde su punta hacia algún otro
lugar situado en los alrededores. Este es el uso que se le da en la actualidad, o
se le ha dado, por aquellos que han planificado las grandes urbes del planeta, a
través de los conocimientos de la geometría sagrada y/o simplemente haciendo
caso a aquellos que, desde otros niveles de poder, sugerían que poner y dónde
poner formas arquitectónicas concretas.
Por lo general, y si dais una vuelta por vuestra ciudad lo observaréis de primera
mano, los obeliscos en nuestras urbes se sitúan en puntos clave donde, en las
cercanías, existe algún tipo de estructura que necesita y se nutre de esa
energía emitida para potenciar su funcionamiento. Están cerca de iglesias y
lugares de culto importantes, están cerca de instituciones y lugares de poder
legislativo, jurídico, económico, etc., y están cerca de puntos donde existe la
posibilidad de “enchufarse” a alguna toma de energía natural del planeta. Y es
que, normalmente la energía que se recoge puede ir desde las fuerzas
subterráneas que discurren por las llamadas líneas Ley, Hartmann, Curry, etc.,
hasta la energía de las personas que se concentran en cantidades masivas en
lugares específicos, sea en manifestaciones, en congregaciones puntuales,
eventos multitudinarios, etc.
Normalmente el receptor de este tipo de emisión desde la antena que
representa el obelisco, será algún tipo de construcción que termine en cúpula o
en pirámide, estructuras que conducen también muy bien la energía, esta vez
como receptoras de la misma. Hay obeliscos famosos en Washington, París,
Lóndres, Nueva York, Estambul, Florencia, etc. y salen con frecuencia en
películas y series, muchas veces asociados a símbolos como los descritos
anteriormente o a los movimientos energéticos que producen.
El obelisco del Vaticano
Ejemplos de este último uso es el obelisco situado en la catedral de San Pedro
en el Vaticano, donde, siempre en medio de una plaza circular (como están la
mayoría de obeliscos del mundo), es usado para concentrar y redirigir la
energía de las masas hacia la propia catedral y los poderes que allí se mueven.
En este caso, no se trata solamente de una copia de un obelisco egipcio, sino
que es el mismo obelisco que era adorado en Egipto tiempos atrás, y que,
Calígula, en los años 37-41 d.C., hizo transportar desde Heliópolis hasta su
circo de las colinas del Vaticano, donde actualmente yace la catedral de San
Pedro.
Tesla pensó en ello
Muchos sabéis que Nicola Tesla pretendió crear una red eléctrica inalámbrica,
para ello quería construir torres por todo el mundo que difundieran la
electricidad como lo hace una emisora de televisión o de radio. Según sus
trabajos, transmitir por el aire o a través del terreno, sin cableado, era posible
aprovechando la conductividad de ambos medios para transportar la corriente
eléctrica, de forma limpia y gratuita. La razón es que, en el aire, si aplicas
suficiente voltaje, se obtiene un arco voltaico, al igual que se crea en las
bombillas fluorescentes. En la tierra, hay agua, minerales y sales, que también
hacen fluir los iones y, como consecuencia, transportan corriente eléctrica. Bajo
este principio, los obeliscos son la perfecta antena emisora, en este caso
estando construidos de granito, como una pieza de cristal macizo, y cortados a
tamaños específicos y sintonizados como un diapasón. Al menos sobre el
papel, estos funcionaban como torres emisoras de la electricidad, para
transportarla de punto a punto, creando una red eléctrica completamente
gratuita.
Este mecanismo es conocido por aquellos que dirigen los hilos desde hace
milenios, y ha sido puesto en práctica ornamentando nuestras ciudades con
obeliscos, en miles de puntos del planeta, creando así una red de transmisión
de energía, la humana y la natural de la Tierra, hacía aquellos lugares donde se
puede usar para cualquier fin que se desee. Todo funciona con energía, sea lo
que sea, así que cuanto más tengas, más fácilmente puedes alcanzar, crear, o
manifestar lo que quieras, sea con la que sacas de la Tierra, sea con la que
coges de las personas cuando estas se concentran en masa en algún punto.
Nada más que otra vuelta de tuerca al uso de pilas para la matrix en la que nos
encontramos.
Palabras y formas mentales, ¿cómo hago para que me entiendan?
11 abril, 2016

Todos hemos notado la diferencia entre leer y aprender un concepto o una idea
de un libro o manual, o escucharla y aprenderla directamente de la persona que
te la trata de explicar. Es obvio que, en muchos casos, se aprende
perfectamente de textos escritos y de aquello que leemos, y, sin embargo,
cuando vamos a una charla, conferencia, curso o seminario, es cuando muchas
de las cosas que hemos leído, por fin “calan” en nosotros, y hacen ese “click”
que nos lleva a entenderlo.
¿Porqué sucede esto? Es tan normal y estamos tan acostumbrados a que así
suceda que posiblemente jamás nos hemos planteado el que haya un
mecanismo detrás de estos procesos de enseñanza presencial versus
aprendizaje mediante la lectura, pues si que existe una razón por la cual,
muchas veces, necesitamos estar delante de una persona que nos explica algo
para que lleguemos a captarlo profundamente.
Transmisión de formas mentales
El mecanismo de funcionamiento es sencillo. Toda energía presenta algún tipo
de consciencia, y tiene un aspecto material marcado por la intensidad y
densidad del bloque energético generado. Los procesos sentimentales que
nacen de nuestro cuerpo emocional son agregaciones de materia de ese mismo
plano, todos los procesos mentales son agregaciones y están construidos de
materia del plano mental, y todos los procesos conceptuales están formados
por materia del plano causal.
Cada vez que pensamos, a partir de las partículas sub-atómicas denominadas
alfas y analfas, generadas por las neuronas y los procesos del cerebro, su
centro intelectual correspondiente y los cuerpos sutiles asociados (el mental y el
causal), se generan formas mentales que son expulsadas de nuestro sistema
energético. Estas formas mentales se pueden percibir como nubes de energía
de diferentes tonalidades, siendo expedidas desde el sistema energético de la
persona hacia el exterior y entorno de la misma. La forma que tienen depende
del contenido del pensamiento (el concepto que se esté transmitiendo), su
definición y detalle viene determinado por la claridad mental de la persona que
lo ha generado, y su color o tonalidad viene determinada por la calidad de ese
pensamiento. A mayor nivel evolutivo de la persona que está generando esas
formas energéticas, mayor definición, claridad, nitidez y viveza de color tienen
sus emisiones mentales.
Habilidad de comunicar a varios niveles
Y es que todos los pensamientos son expresiones de consciencia etérica,
emocional y/o mental. Son formas temporales, y su intensidad está
directamente relacionada con la cantidad de energía que se pone al formarlas.
Cuando una forma mental o emocional ha cumplido su propósito, se desintegra
lentamente, y se vuelve a descomponer en las partículas primordiales que
fueron usadas para su creación, disolviéndose de nuevo en el “éter” del
entorno. Como ya podéis suponer, la generación sin control de todo tipo de
formas mentales de múltiples clases de emociones y pensamientos, es lo que
da lugar a los llamados egregores y balsas de energía.
Así, la habilidad que tiene una persona para hacerse entender depende de
varias cosas. Primero, que sepa lo que tiene que explicar (obvio), segundo, que
sus funciones energéticas de expresión y comunicación, el estado de su quinto
chakra, estén en perfecto orden, y, tercero, que sepa generar o tenga la
habilidad de generar (lo hacemos inconscientemente) formas mentales
detalladas y potentes, que sirvan para ayudar a la comprensión de lo que se
está diciendo a nivel de palabra, complementando los procesos vocales y el uso
del lenguaje.
Percibiendo las formas mentales
La razón para este último punto estriba en que cuando estás oyendo una
charla, una conferencia o una clase, no solo estás escuchando sonidos, sino
que tu cuerpo mental está sintonizando los procesos y formas mentales
presentes en la sala donde te encuentras, siendo la mayoría de estas formas
mentales, por definición, las que provienen de la persona que está hablando.
Esto suplementa el entendimiento e integración del contenido energético de los
conceptos, ya que se imbuyen en nuestros cuerpos sutiles, las energías
mentales de aquello que está siendo explicado verbalmente.
Del cuerpo mental del profesor o del orador, nacen y son enviadas hacia los
oyentes los mismos conceptos que se están transmitiendo oralmente, pero en
forma de figuras y bloques de energía, que son integrados y captados por
nosotros de la misma forma. Es como si nos tratan de explicar el concepto de lo
que es una flor, un puente o la metafísica de Aristóteles, y a la vez que llega de
manera auditiva las palabras, llegan en forma de bloque energético la forma y el
contenido de la flor, del puente o las ideas del filosofo griego. Estas “ideas
energéticas” se unen a nuestro cuerpo mental, se imbuyen en él, pasando
luego por su conexión con las esferas mentales a los diferentes niveles de
procesamiento de las mismas: consciente, supraconsciente, subconsciente, y
demás.… de ahí, las esferas mentales hacen su trabajo filtrando, cortando,
analizando, rechazando o aceptando la información según el contenido de
patrones, programas, filtros, arquetipos y demás partes de lo que cada
uno lleve en su psique, y, finalmente, y mediante los procesos neuronales de
gestión de la información entre la mente y el cerebro, guardamos la
información, la archivamos y, si hemos tenido suerte, la integramos como parte
de nuestra consciencia, expandiendo la esfera, si se ha producido ese “click”
que nos ha hecho entender lo que se nos estaba explicando (de lo contrario se
queda, casi siempre, como “datos” acumulados en el cuerpo mental que no han
llegado a ser procesados y convertidos a conocimiento y de ahí en sabiduría).
A buen entendedor
Aunque todo el mecanismo explicado es automático e inconsciente, es
tremendamente importante, y es lo que hace que se le entienda a una misma
persona el mismo concepto mejor que a otra, ya que, aunque sus palabras
sean las mismas (estén por ejemplo leyendo un texto), su contenido mental
puede no serlo, si ambas comprenden y emiten formas mentales de diferente
calidad, contenido y detalle con las ideas a transmitir.
Dicen que a “buen entendedor, pocas palabras bastan”, lo que le falta quizás al
refrán es que para ser un buen entendedor, además de oír y entender lo que se
nos dice, hay que captar correctamente los bloques de energía conceptuales
que recibimos, teniendo delante a un buen emisor de los mismos.
Preguntas y respuestas de David Topí (I), 31 marzo, 2016.

Hace unos días, Pedro García, del


grupo de Facebook “La verdad te
hará libre”, me invitó a responder a
una serie de preguntas sobre temas
generales que suelen discutir y tratar
entre los miembros de su grupo. La
entrevista ya está publicada en la red, y me ha parecido interesante reproducirla
aquí, en el blog, para los que podáis estar interesados. algunas respuestas son
largas, así que dividiremos la entrevista en un par de artículos para que no se
haga tan pesado. Aquí la tenéis.
Pedro: Personalmente, la intuición me ha metido en algunos apuros, pero
con el tiempo he comprobado que era el mejor camino, aunque fuese difícil;
¿la conexión con la intuición requiere un aprendizaje que contiene muchas
caídas, como puede ser el aprender a andar o montar en bici?…en caso
afirmativo, ¿qué señales nos pueden mostrar que hemos madurado en
nuestra conexión intuitiva?…
David: La cuestión es quizás definir que consideramos por intuición, ya que
puede que en algunos casos estemos hablando de sensaciones recibidas de
nuestro Yo superior, o de mensajes de aquello que llamamos nuestros guías
espirituales, o de impresiones que vengan de nuestro propio subconsciente, o
recuerdos de nuestro niño interior, etc. Así que, a veces, uno tiene sensaciones
o “intuiciones” que provienen de fuentes “mentales” o internas y otras que
provienen de fuentes, digamos, “espirituales” y externas, y aprender a
diferenciarlas también nos ayuda a sentir que es más oportuno en cada
momento. En general, lo que te ayuda a discernir si esa intuición es correcta o
no es la sensación de certeza que se tiene al notarla. Uno “sabe” sin ningún
genero de dudas que eso que siente o nota es 100% correcto, aunque no le
puedas explicar ni demostrar a nadie porqué es correcto o de que forma lo sabes.
Esto está relacionado con ciertos procesos internos en el ser humano, los
llamados centros de control y los chakras, donde, por ejemplo, el octavo chakra,
correspondiente al centro intelectual superior de las personas, si está abierto y
desarrollado correctamente, te permite sin genero de duda poder discernir entre
lo que es verdad y correcto, y lo que no lo es, simplemente procesando la energía
de lo percibido. Así que, por un lado, y volviendo a la pregunta, si, la intuición
requiere de un aprendizaje, si, el aprendizaje de autoobservarse, y ver que es lo
que uno está sintiendo, y aprender a confiar y buscar esa “certeza” que es
sinónimo de comunicación interna recibida con éxito, al menos tal y como lo
vengo experimentando yo.
Pedro: ¿Podrías decirnos algún ejercicio sencillo con el que podamos
entrenar nuestra intuición, y al mismo tiempo poder ir comprobando
nuestros progresos, nuestros aciertos?….
David: Escúchate a ti mismo todo el rato ante toda situación que se te presente
en la vida, cuando pidas orientación y consejo para algo, escucha lo que sientes
y percibes en ti, y busca la sensación de certeza, de confiabilidad y de seguridad
interna que es lo que te dice que “eso” es correcto. No es un análisis lógico ni
racional, aquí quien actua es la parte intuitiva y “energética”.
Pedro: algunas enfermedades tienen origen físico, como una lesión, pero
muchas tendrían origen no físico, si aprendiéramos a hacernos una higiene
energética total, al igual que la hacemos física, podrías consultar en lo que
llaman Registros Akashicos si una total higiene energética podría aumentar
nuestra esperanza de vida, o incluso ralentizar mucho el envejecimiento?
David: Creo que el concepto de registro akashico tal y como creo que lo estás
usando difiere algo en lo que yo uso para hacer sanaciones, o la forma en la que
yo lo explico en mis cursos, aunque es un tema complejo. Digamos que puesto
que todos somos seres multidimensionales, todos tenemos a disposición propia
el cúmulo de información y conocimiento sobre nuestro estado físico, evolutivo,
espiritual, energético, etc., y a ese cúmulo de información yo le llamo mi “propio
registro akashico”. Pero esto se encuentra en algo que nosotros (en Sanación
Akashica) llamamos nuestro Yo Superior, así que nuestro propio registro
akashico, no es más que la suma total de información disponible sobre mi mismo
en el interior de otra parte de mí, mi Yo Superior, de mí ser, de otras partes de
aquello que soy. Así que, con esto en mente, todo lo que comentas es correcto,
es decir, podemos acceder a esos otros niveles de nosotros mismos para
averiguar el estado energético de nuestros cuerpos sutiles, chakras, sistema de
canales, matriz etérea, etc., etc., y bajar la información de ahí para hacer el
diagnostico de cual es la raíz de aquello que me ha generado el problema, la
enfermedad, o disfunción a resolver. Una vez se aprende o se obtiene la habilidad
de conectar, sentir, percibir esta información, se puede usar para cualquier cosa,
así que podemos preguntar por todo lo que comentas. Otra cosa es que la
respuesta que venga nos guste o no, sea de nuestro agrado o simplemente nos
diga (esa parte de ti mismo a ti mismo) que eso “no toca”, pero simplemente
porqué todo depende del camino evolutivo, misión y propósito, objetivos,
lecciones y experiencias a vivir. Si uno quiere vivir más o ralentizar su
envejecimiento, hay que empezar por cuidarse al máximo, tanto a nivel físico,
etérico, emocional, mental, causal,etc., es decir, hay que trabajar en el conjunto
multidimensional de lo que somos. Y, por supuesto, estoy seguro que la conexión
con tu Yo Superior te puede servir para entender que cambios en tu estilo de
vida, hábitos de salud, alimentación, hábitos energéticos, etc., te pueden venir
bien para ese objetivo.
Pedro: Creo entender que si enfocas tu atención en un suceso, persona,
etc., y consigues conectar con los Registros Akashicos, se puede obtener
información referente a ello, ¿sientes realmente algún tipo de sensación o
señal que en cierto modo te de seguridad de que la información que has
recibido es totalmente fiable?…
David: De nuevo, puesto que, desde mí forma de enfocar el tema, trabajamos
con una parte de nosotros mismos, que llamamos nuestro Yo Superior o nuestro
Ser o con múltiples otros nombres en diferentes escuelas, con las debidas
técnicas o protocolos de trabajo uno puede preguntar cualquier cosa, y luego
trabajar con la información recibida. Pero de nuevo, es que esta conexión es
“hacía dentro” de la persona, hacía uno mismo, y no hacía nada externo. ¿Cómo
saber que es fiable? Toda lectura tiene que ser coherente, clara, concisa, resonar
con la energía de la “verdad”, y sentir la “certeza” de la que hablábamos antes,
algo que se consigue trabajando y desarrollando el sistema energético, los
chakras, los canales que todos tenemos para conectar con otros niveles
dimensionales. Se que es fácil que se nos cuelen procesos mentales por medio,
que la imaginación se desboque y que nuestros propios procesos subconscientes
entren en juego. Personalmente, al usarlo para hacer sanación y terapia
energética, intento comprobar y sentir que el diagnóstico que me están dando
tiene sentido, cuadra con los acontecimientos en mi vida que han podido llevar a
ese problema energético, es coherente con otros bloqueos o problemas
energéticos que tengo y no contradecirse, o al menos, me tiene que cuadrar todo
y toda la información tiene que tener un sentido en su conjunto. A veces uno
aprende por prueba y error a discernir cuando hay filtros, interferencias y
procesos externos metiéndose en medio de la información y cuando la
información está relativamente “limpia” de ellos. La mente siempre nos juega
malas pasadas cuando uno no deja que la parte intuitiva tome las riendas en
estos casos, ya que la duda prevalece y cuesta deshacerse de los procesos
mentales que nos dicen que “si no lo veo, no lo creo”.
Pedro: Afirmás que el tiempo es simultáneo; tanto Pasado, como Presente
y Futuro, existen simultáneamente, y por tanto se pueden influir entre ellos.
Mi visión sobre esto es que hay sucesos tanto en el Pasado como en el
Futuro, que tienen distintos niveles de energía, y por tanto, para cambiarlos,
hay que dedicarles distintos niveles de energía, La vida sería por tanto una
mezcla de Destino, y de Libre Albedrío, donde el Destino lo formarían los
sucesos con más energía asociada (y por tanto más difíciles de cambiar), y
el Libre Albedrío los sucesos con poca energía, (fácilmente modificables),
¿Nos podrías dar tu visión sobre esto?
David: Esta es una de las cosas que más nos cuesta entender cuando hablamos
del concepto del tiempo, que, en un nivel que no podemos actualmente percibir,
todo está sucediendo de forma simultánea. Pasados, presentes y futuros
coexisten en un “eterno ahora” para aquellos puntos de vista que se encuentran
fuera del nivel en el que estamos nosotros, donde nuestra construcción mental y
vibracional, nos hace percibir el tiempo como una sucesión líneal de eventos y
sucesos, que, en realidad, si los viéramos desde otro punto de vista fuera de
estas limitaciones espacio-temporales, veríamos que están todos ocurriendo de
forma simultánea.
Para ayudar a cambiar esta percepción lineal imaginemos que todo el conjunto
de nuestra existencia, de todas las vidas que hemos tenido, estamos teniendo y
tendremos, son como las canciones de un CD o de un disco de vinilo. Cada una
de las canciones grabadas en este disco representa una de nuestras
encarnaciones, una de nuestras vidas. Para nosotros, algunas canciones están
“antes”, y les llamamos, vidas “pasadas”, y otras, están “después” en el disco, y
les llamamos vidas “futuras”. Sin embargo, para los seres o entidades fuera de
las limitaciones de un cuerpo físico, y por supuesto para nuestro Yo Superior,
todas las canciones están ya sucediendo a la vez, todas están dentro del mismo
disco, todas están ya grabadas y todas son simultáneas. Lo único que determina
qué punto del disco es el “presente”, es donde se encuentra la aguja o laser de
lectura, es decir, donde se encuentra focalizada tu “conciencia” en este momento.
Todo lo que tú percibes ahora es tu “presente”, todo lo que está “antes” es tu
pasado, y todo lo que está después, es tu futuro. Si lo miramos dentro de la
misma “canción”, se trata de eventos pasados y de eventos futuros que ya hemos
escuchado o que aún no han “sonado”, si se trata de pistas o canciones paralelas,
son vidas que hemos dejado atrás, y otras que aún están por venir.
Cuando hacemos predicciones de futuro o leemos lo que llamamos vidas
pasadas, estamos accediendo mediante nuestra conciencia, a otras pistas del
disco que están perfectamente activas en su propio marco de referencia. ¿Se
pueden modificar los pasados y los futuros? Perfectamente. No tienes más que
enfocar tu conciencia o punto de referencia en una de esas pistas o canciones
del CD, y hacer los cambios que desees en ella. Cuando sanamos bloqueos que
provienen de vidas simultáneas, estamos haciendo precisamente esto.
Según el punto de acceso en el cual hayas intervenido, habrás creado una ola
de eventos que se irán modificando los unos a los otros como fichas de dominó
cambiando toda la canción entera. Lo que pasa es que cuando accedes a otro
punto del espacio tiempo y lo modificas, lo que estás haciendo es crear en
muchos casos una canción paralela igual o prácticamente igual a la canción
actual que estabas modificando, en la cual unos ciertos eventos ya han sucedido
(están escritos en el surco del vinilo y forman parte de una parte de esa vida-
canción) y otros nuevos son generados como resultado de la modificación. Es
decir, no se puede modificar un evento real y manifestado del pasado en tu línea
temporal, ya que cuando lo modificas, creas una nueva línea temporal con las
nuevas repercusiones de esa modificación, pero no te afectan a ti (a tu pasado
líneal) porque se transmiten por otra línea temporal a la cual tú no estás
conectado.
Estás nuevas canciones duplicadas son lo que llamamos vidas paralelas en otras
dimensiones. Cada vez que se modifica un evento que nosotros percibimos como
el pasado, puede generarse una línea nueva paralela de ese evento, pero no
puede verse alterada la línea temporal que nosotros conocemos. Así, es
perfectamente factible poder conectar con tu Yo Futuro dentro de tu mismo surco,
que tiene a su vez múltiples sub-surcos que representan las múltiples
posibilidades que tienes por venir. Esos sub-surcos (todos dentro de la misma
canción actual), aparecen y desaparecen a medida que vas avanzando por la
vida y se manifiestan unos eventos u otros dependiendo de tu libre albedrio, pero
en algún nivel de un súper disco de vinilo, todas las posibilidades están ya
“grabadas”, pero, son infinitas, así que lo único que tienes que hacer es poner tu
aguja en el sub-surco que más te convenga, para dirigir tu vida por la parte de la
canción que desees. Esto es lo que hacemos cuando tratamos los temas de
creación consciente de nuestra realidad, elegimos el sub-surco más adecuado
en cada momento de forma que se vaya creando la canción que deseamos.
Y lo mismo para las otras canciones, nuestras otras encarnaciones. Puedes
conectar con una canción pasada, una vida pasada según nuestro punto de vista,
simultánea desde el punto de vista de nuestro Yo Superior con todas las otras, y
percibir cosas que están sucediendo en ese surco. No tenemos el potencial para
ello a gran escala, nosotros no, pero seres o entidades fuera de las limitaciones
de nuestro entorno 3D sí. Es de esperar que, en algún momento, nosotros
percibamos de igual forma todo el continuo espacio temporal como lo que es, un
eterno ahora sucediendo todo en el mismo momento.
Continuará…

Preguntas y respuestas de David Topí (II)


5 abril, 2016

Tal y como os decía en el artículo anterior, aquí va la segunda parte de una


entrevista que me hizo hace unos días Pedro García para el grupo de
Facebook “La verdad te hará libre”,charlando de varios temas de interés
mutuo y entre los miembros del grupo.
Pedro: Comentas que se nos pueden colar pegotes de energía densa en
nuestro aura, y también hablas de polaridad contraria o negativa, en
cuanto a esto último, la polaridad contraria o negativa, ¿nos podrías
hablar sobre ella?…¿está relacionada de alguna forma con la fuerza que
nos hace envejecer y morir?…
David: Te lo puedo explicar quizás desde un punto de vista más metafísico. En
los últimos años que hemos estado trabajando para investigar los procesos y
aquello que somos cuando no estamos metidos en un cuerpo físico, hemos
llegado a comprender, más o menos, de dónde procedemos la mayoría de
nosotros, algunas de las jerarquías, grupos, razas y/o procedencias, y la
estructura de las polaridades evolutivas, o, al menos, lo que diferentes seres y
aquellos que nos asisten nos han sabido explicar y nosotros hemos sabido
entender. Así que, básicamente, lo que hemos podido hacer es preguntar a
aquellos seres de mayor jerarquía con los que hemos podido contactar y
trabajar, por la explicación de la formación de ambas polaridades, y su
manifestación en diferentes tipos de razas, grupos o entidades que luego
llamamos “positivas” o llamamos “negativas”.
La respuesta es que hay diferentes “macro-seres” o macro-porciones que han
nacido de la “Fuente” primaria, con la capacidad de crear de ellas mismas,
“mónadas” o “partículas divinas”, de diferente carga energética. Así, podemos
imaginar cómo, enormes entes, Logos, con potencial creador inmenso a
nuestra percepción, tienen la potestad de crear y generar de ellos mismos “vida
consciente”, “partículas primordiales”, que luego, animan y son las que dan
“vida” a razas, grupos, especies y seres, como, en este caso, los seres
humanos.
De la “Fuente”, nace un ente, que, en ciertas enseñanzas gnósticas es llamado
el “Demiurgo”, que tiene la potestad de crear vida consciente, pero en
polaridad, o, con carga negativa. De otros entes creados por la Fuente,
llamados también “Logos”, o de la Fuente misma, nacen otros seres, otras
mónadas, con polaridad positiva.
Así, toda mónada que “nace” de la Fuente o de sus Logos, nace por defecto ya
en una de las dos polaridades existentes, o con una carga energética
determinada de una de esas dos polaridades. Luego, en el proceso de crear la
estructura evolutiva de las diferentes razas y especies conscientes que existen
en la galaxia, en el universo, nos encontramos con especies y razas que tienen
una mónada “negativa” porque han nacido del Demiurgo (una forma de llamar a
este Logos o ente) o aquellos que tienen una mónada o esencia positiva, o de
carga positiva porque han nacido bien directamente de la Fuente o de uno de
los Logos.
Este primer concepto ya nos permite entender de donde vienen algunas razas
que presentan un comportamiento, o una visión de la Creación, tan opuesta o
tan “negativa” a la nuestra, pues, literalmente, han nacido en una polaridad
energética contraria a la nuestra (la de los seres humanos, cuya mónada
consideramos es “positiva”).
Por otro lado, cuando una mónada crea una estructura multidimensional que le
permite interactuar con los planos inferiores para adquirir experiencias, nos
encontramos con la aparición del concepto de polaridad evolutiva, es decir, el
concepto de crecer y avanzar por la polaridad que nosotros llamamos STO
(servicio a otros, positivo) o, la polaridad que llamamos STS (servicio a uno
mismo, negativo). Es pura terminología para entendernos entre nosotros, pues
múltiples escuelas usan múltiples formas de referirse a estos dos caminos o
polaridades.
Así, esta polaridad evolutiva, no es otra cosa que la suma de la “carga
energética” predominante y existente en el ser humano en sus cuerpos
energéticos, o en la raza en cuestión de la que estemos hablando, y solo es
aplicable cuando hablamos del nivel de alma y de personalidad, de cuerpos
inferiores. Es decir, una persona puede presentar y mostrar comportamientos y
polaridad STS, pero su Yo Superior y su mónada han nacido de la Fuente
“positiva”, teniendo carga positiva como la energía constituyente básica de sí
misma. En el caso contrario, es más complicado, pues una mónada de carga
negativa nunca (creemos) tendrá una encarnación que cumpla los requisitos de
la polaridad STO. La polaridad de una persona en un momento determinado
expresa la suma de cargas energéticas del alma de la persona y de los cuerpos
inferiores, y se puede pasar de una a otra. Normalmente, alguien evolucionando
por el camino que llamamos de servicio a otros no cambia nunca al camino de
servicio a uno mismo (de positivo a negativo), pero al contrario sí que es posible
y normal, pasar de STS a STO.
Pedro: Hablas de unos seres de Orión en tu libro El Yugo de Orión; yo
creo en la existencia de esos seres; pero,…¿cuál es tu opinión sobre la
forma en que esos seres llegan hasta la Tierra?… ¿en el plano No-Físico,
las distancias son menores, y viajar de una galaxia a otra sería como para
nosotros viajar de un país a otro?… ¿qué tamaños y formas pueden tener
esos seres?
David: Orión es solo una localización, el nombre de una de las constelaciones
desde donde creemos provienen algunas de las razas que llevan aquí milenios
gestionando el planeta y a nuestra raza desde que fuimos creados. En general,
podemos hablar de diferentes formas de “viajar” por el espacio, dependiendo del
nivel evolutivo que se tenga, ya que si se trata de razas o especies de nuestro
nivel frecuencial, la única forma de viajar es con medios “físicos”, es decir, en
algún tipo de transporte de tecnología avanzada. Si se trata de entes “no físicos”
o de nivel jerárquico muy superior, se puede viajar “energéticamente”,
proyectándose de un lado a otro, ya que el tiempo y el espacio físico tal y como
lo conocemos es solo una percepción de nuestra acotada visión de la realidad, y
no representa ningún limite para niveles evolutivos superiores que algo esté a
millones de años luz, medido según la percepción humana de las distancias. Por
otro lado, y quizás os sonará este tema gracias al trabajo del físico Nassim
Haramein, se puede viajar por cosas tales como portales dimensionales, agujeros
de gusano, aperturas presentes en el núcleo de planetas y estrellas, etc., así que,
al final, no parece tan difícil recorrer la galaxia de punta a punta seas del tipo de
raza que seas o tengas el nivel que tengas, mientras tengas la tecnología para
ello.
El tipo de razas que son, bueno, hay muchas que actualmente se disputan un
poco el pastel que representa la Tierra, las hay de tipo o características
insectoide, mantid, reptoide, humanoide, felinas, están también los llamados
“grises”, etc. Ya te puedes imaginar que la ufología ha estudiado o tratado de
comprender y darle explicación a diferentes casos y encuentros acaecidos a lo
largo de la historia que no tienen fácil explicación. En todo caso, razas hay por
miles a lo largo de la galaxia, algunas han podido evolucionar desde una línea
homínida o humanoide, otras desde líneas felinas, insectoide, reptoide, aviar,
etc. Piensa en todas las especies animales que conoces, e imagina como
serían con autoconsciencia individual y con un desarrollo mayor o igual que el
del ser humano, y ahí tienes material para hacerte una idea de la diversidad de
vida que existe por nuestros lares.
Hasta aquí esta pequeña entrevista. Confío en que os haya sido de interés.
La energía de la risa
28 marzo, 2016

Los seres humanos nacemos con la posibilidad de reír y de tener sentido del
humor (algunos más que otros, claro), y, cuando somos niños, dicen que
reímos unas 300 veces al día, sin embargo, para no perder esta capacidad
innata, hay que ejercitarla a lo largo de la vida. Un viejo proverbio chino dice
que, para estar sano, hay que reír al menos treinta veces al día, aunque, como
media, los psicólogos y los estudios sociales en la población, nos dicen que los
adultos reímos, como mucho, sólo la mitad, algo que queda muy lejos de esas
300 ocasiones diarias en las que los niños ponen en marcha los 400 músculos
que hacen posible la carcajada.
Afortunadamente, la risa es contagiosa, y podemos comprobar que reímos con
mayor frecuencia cuando nos relacionamos con los demás. Esto sucede
porque, en cualquiera de nosotros, cuando observamos una cara sonriente, se
activa un grupo de células nerviosas llamadas neuronas espejo, que nos
impulsan a sonreír, ya que, en general, tenemos todos una tendencia innata a
sumarnos a las emociones positivas que percibimos a nuestro alrededor.
Nos reímos de lo que vemos, de lo que oímos, por imágenes mentales, por el
placer de un hecho que recordamos, por gesticulaciones cómicas, por
ocurrencias de nuestros amigos o compañeros, por algo necio o soez, por
preguntas y frases absurdas, por ironías inteligentes y divertidas,etc. No se
sabe todavía porqué hay personas que se ríen más que otras, posiblemente
sea también una manera de afrontar la vida, ya que la risa (y el humor en
general) no deja de ser nuestra defensa ante la sociedad, o, al menos, ante
según que situaciones que no tendemos a saber manejar cómodamente.
Ejercitando y masajeando músculos y órganos
Cuando reímos, el diafragma, el gran músculo de la respiración, asciende y
desciende rápidamente, produciendo una elevación momentánea de la presión
en la cavidad abdominal, seguida por un descenso igualmente rápido de la
presión. Esta actividad atrapa al hígado, que es como una esponja,
exprimiéndole la vieja sangre congestionada y trayendo un nuevo caudal a este
órgano. El corazón también tiene su ejercicio, y todas las vísceras del cuerpo
reciben un mensaje suave y tonificante, lo que repercute en la circulación, que,
estimulada, conduce entonces más oxígeno, nutrición más abundante, y todo el
organismo queda en estado de armonía y relajación. Los músculos del rostro se
tonifican, aparece ese tono rosado en las mejillas, una chispa en los ojos, y la
persona queda entonada con la vida.
A nivel químico, cuando una persona se ríe de verdad, su cerebro libera
endorfinas, unos neurotransmisores secretados por la glándula pituitaria, que
tienen un efecto de tipo opiáceo similar a la morfina (son opiáceos “naturales").
También se libera un neurotransmisor llamado dopamina, muy relacionado con
los estados de bienestar psicológico, y, al mismo tiempo, cuando una persona
se ríe, disminuyen sus niveles de cortisol, que es una hormona conocida como
la "hormona del estrés". Sabios taoístas dicen que, cuando sonríes, tus órganos
generan una secreción como la de la miel, la cual alimenta todo el cuerpo,
mientras que los pensamientos y formas mentales de míedo y derivados crean
toxinas que bloquean el paso de la energía, afectando la salud de los órganos y
el cuerpo en su totalidad.
Un lenguaje espontáneo
Decía Omraam Mikhaël Aïvanhov que la risa del sabio es la risa de la libertad.
Lo que el sabio ha comprendido le ha liberado de las cargas inútiles de la
existencia, para elevarse hasta las regiones en donde brilla el sol eterno, y su
risa es una risa de quien comprende “las cosas de la vida”, por eso,
posiblemente, hay algo misterioso en la risa, y en las infinitas formas de reírnos
que podemos experimentar. Es un lenguaje tan universal como la música, y sin
embargo no tiene palabras; debe ser espontáneo, pues, en realidad, es una
expresión de la unidad y la armonía del cuerpo y el alma. Es contagiosa, es una
expresión emocional capaz de producir verdaderos milagros en nuestro estado
de ánimo, y en nuestro sistema energético y psíquico.
En la vida diaria, la risa siempre tiene buena acogida; es bienvenida en nuestro
trabajo y en nuestras distracciones, en nuestros momentos altos y bajos, y
caracteriza todos nuestros estados de alegría, nuestros estados de libertad, de
equilibrio y salud, y no hay tónico capaz de igualar a la risa espontánea. Su
fisiología es favorable a la salud y a la longevidad, y de ahí el éxito, y la buena
salud, de todos aquellos que se toman todo con cierto humor, y saben usar el
poder de la risa para el buen vivir, siendo un mecanismo humano que no posee
ninguna otra especie en nuestro planeta.
La energía de la risa
El campo energético que produce una explosión de energía de la risa
combinada con la voluntad del desapego de las cosas de las que nos estamos
riendo, inclusive si se trata de uno mismo, tiene el poder de transformar
nuestros cuerpos sutiles, de iniciar el proceso de la "destilación alquímica" de
muchas cosas que podamos tener reprimidas o escondidas, y que empiezan, al
menos, a ser infundidas con un tipo de energía de una vibración mayor que
puede permitir su liberación y transmutación total. De ahí que los taoístas creen
que la sonrisa interior es la forma más efectiva para contrarrestar el estrés y la
enfermedad en nuestras vidas, ya que está íntimamente relacionada con la
glándula tiroides, incrementando la actividad energética de esta glándula uno
puede reducir y eliminar el estrés y todo aquello que le acompaña.
Reír nos sana, y en estos momentos más que nunca, necesitamos mecanismos
naturales para preservar la salud, ante toda la tristeza que se nos quiere
vender, ante los miedos que se nos quieren incrustar en la sociedad, a nivel
colectivo, con todo tipo de situaciones orquestadas por aquellos que mueven
los hilos y que no pueden controlar ya el destino de lo que está pasando en el
planeta, ya que, entre otras cosas, tenemos que saber que si perdemos la risa,
porque cedemos al miedo y a la preocupación, perdemos literalmente la vida.
Una sonrisa es la energía más poderosa en el poder personal, porque la risa es
una energía vibratoria muy elevada, incluso si nos estamos riendo de nosotros
mismos, de ahí que tengamos que prácticarla todos los días ante toda situación
posible. Como decía Martin Charmín, un escritor y director de grandes
comedias teatrales, “nunca estás totalmente vestido sino llevas una sonrisa.”
La mística del 8
22 marzo, 2016

Uno de los primeros filósofos en comprender las relaciones matemáticas y


numéricas de todo lo que existe fue Pitágoras, quien empezó a crear y elaborar
toda una cosmología y explicación de las leyes de la Creación, de los
universos, en base a sus conocimientos (de iniciado) sobre la ley de las
octavas, desarrollándola a partir del estudio de las relaciones matemáticas
presentes en la escala musical, como uno de los ejemplos más sencillos para
entender esta correlación de energías.
Quizás su trabajo fuera uno de los primeros en intentar unificar arte, ciencia y
misticismo bajo una base matemática y numérica, donde todo pudiera ser
descrito mediante relaciones entre estados energéticos que explicaran como
todo conecta con todo, y como todo está relacionado con todo. Basado en sus
conocimientos sobre el número 8 (la octava), influenció a personas como
Buckminster Fuller, o Timothy Leary, quienes trabajaron siguiendo los modelos
pitagóricos para desarrollar enormes teorías en el campo de la geometría
(sinergética) o el funcionamiento del ser humano (los llamados 8 circuitos de la
consciencia, donde explica que la consciencia humana puede ser modulada en
ocho niveles de funcionamiento, que corresponden a ‘circuitos’ de información
distintos de diferentes niveles de realidad). Posiblemente esto os recuerde algo
al artículo de Don Harkins “La esclavitud y los 8 velos – porque no vemos
esa otra realidad” que os traduje hace tiempo, y, quizás, también lo podáis
asociar con los niveles evolutivos de la consciencia de Gurdjieff.
La mística del 8
Y es que el número 8, númerológicamente, nos habla de la organización, la
perseverancia y el control de la energía para producir logros materiales y
espirituales. Representa el poder de la realización, la abundancia en el mundo
mental y espiritual representada en la curva superior, y la abundancia material,
a la que hace referencia en su curva o base inferior. Es la base del concepto de
que todo, para pasar de un estado a otro, debe completar una serie de pasos
(una “octava”), de forma que, energéticamente, para que algo A se transforme
en algo B, habrá 8 etapas de cambios antes de que esta transformación se
haya completado al 100%.
Ejemplos de la presencia de esta ley, y de este número en la “realidad humana”
no faltan. Más o menos al mismo tiempo que Pitágoras elaboraba y explicaba
sus modelos basados en el número 8, los taoístas en China creaban su
cosmología de relaciones entre los procesos positivos (Yang) y los negativos
(Yin), lo que produjo los 8 trigramas del I Ching, del cual se generan los 64
hexagramas conocidos de este profundo y místico sistema-oráculo oriental.
Unos pocos miles de kilómetros al lado, en la India, Buda completaba su
iluminación y promulgaba el Noble Camino Óctuple, considerado, según el
budismo, como la vía que lleva al cese del dukkha (el sufrimiento), algo que
también se conoce como nirvana. Usando esta vía, Patanshali, un pensador
hindú cachemiro, autor del Yoga-Sutra, redujo la ciencia del Yoga a 8 pasos
básicos. Por ahí en medio, además, nacía el juego del ajedrez, con su tablero
8×8 y sus 64 casillas, de igual forma que, en otro tiempo y de otra manera,
descubríamos que el ser humano está creado, y funciona, en base a varios
patrones, y donde, uno de ellos, el patrón conductual, no es otra cosa que un
enorme tablero de ajedrez energético en nuestra psique, formado por 8 filas y 8
columnas, donde se graban en forma de arquetipos, símbolos y conceptos
(todo eso llamado genéricamente “runas”) los programas y patrones que
definen nuestra personalidad.
No todo el mundo se lo creía
Y es que no había forma de no darse cuenta que las octavas, y el número 8
estaba presente en todos sitios, pero, como siempre, la ciencia no gusta del
místico. En 1860, el químico John Newland mostró al mundo que todos los
elementos conocidos se podían clasificar en 8 familias, pero, como el
conocimiento pitagórico sobre el que se basaba no era demasiado aceptado ni
estaba de moda, literalmente se le rieron en las narices y fue expulsado de la
Royal Chemical Society, hasta que 10 años después, en 1870, llegó otro
químico, ruso esta vez, llamado Mendeleyev, quien volvió a proponer y
demostrar lo mismo, y a este si que le hicieron caso, creando desde entonces la
famosa distribución de elementos de la tabla periódica que todos estudiamos en
el colegio.
Inspiraciones divinas
Puesto que sabemos que Pitágoras era un alto iniciado de las escuelas de
místerios antiguas, es fácil deducir que tenía acceso a este conocimiento por su
pertenencia a las mismas. Pero esta información no solo se transmitía gracias a
estas, sino que, por ejemplo, se dice de Tesla, inventor y genio donde los ha
habido, que sus creaciones y descubrimientos le venían de una serie de
visiones y revelaciones donde le fue mostrado cómo, en el universo, todo
estaba relacionado a través de la ley de las octavas, a tal nivel que, incluso,
llevó a algunos genetistas modernos, a darse cuenta que, buscando esta
relación matemática en otras disciplinas, incluso el dialogo molecular entre el
ADN y el ARN, el sistema de información por excelencia del cuerpo humano,
funciona con la transmisión de codones en paquetes de 8×8 datos.
Y es que al final, las leyes que regulan y marcan las relaciones entre todo lo
que existe pueden ser reveladas al hombre, por transmisión de conocimiento
ancestral, por revelación onírica en conexión con planos, niveles, y
conocimientos superiores, o por simple investigación y observación de la
naturaleza y sus procesos. Nos queda mucho por entender aun, a todos
nosotros, que nada está diseñado por azar sin seguir unos patrones básicos y
claros, conectados entre si. El “efecto mariposa” ya lo dice: todo está conectado
con todo y todo afecta a todo, por lo tanto, es simplemente cuestión de
encontrar los modelos que rigen estos procesos que manifiestan aquello que
nos sucede en la vida, para saber en que punto se encuentran, como van
evolucionando, cuanto les queda para que finalicen, etc., etc..
Tarde o temprano llegaremos al punto que todo esto también se enseñe en las
escuelas, y el tema de conversación sea algo así como: “pues estoy metido en
un proceso de crecimiento que voy por la nota La, chico, no veas los cambios
que he notado en los últimos saltos al pasar por Sol”, “¡no me digas! yo terminé
ayer un trabajo enorme para deshacerme de una situación en el trabajo que me
agobiaba mucho, parecía que no llegaba nunca al Do final! Y es que hay
octavas que parece que no se acaban nunca :—).
Cero parásitos
14 marzo, 2016
Cuando uno se pone a trabajar en cualquier cosa, en cualquier objetivo, por
cualquier causa, con cualquier meta enfrente, aparecen obstáculos. Se hace
inevitable. algunos son parte del proceso de crecimiento, de aprendizaje, están
puestos ahí por la vida, por los resultados de las diferentes elecciones que
hemos hecho, por la manifestación de procesos energéticos generados con
anterioridad. Otros vienen por las dinámicas del entorno en el que nos
movemos, por las leyes de causalidad, causa-efecto de todo lo que se mueve
en nuestro plano, y por las fuerzas invisibles qué, depende de lo que nos
hayamos propuesto hacer, tratarán de bloquearnos el camino.
Pero otras veces esos obstáculos son cosas más tangibles, cosas cotidianas,
mundanas, y de nuestro entorno, incluso creados por nosotros mismos,
quienes, consciente o inconscientemente, vamos poniendo algunas piedrecillas
en el camino. Estos “obstáculos” o elementos que nos restan energía y que no
nos permiten avanzar cómo queremos los podemos denominar “parásitos”
(pero nada que ver con el concepto de parásito o larva de las terapias de
sanación) y son todas las posibles barreras que pudieran interponerse entre
una persona y su objetivo final.
Cosas que nos consumen energía
Para entendernos, un parásito es una cosa que nos consume energía y que
aún toleramos. Algo que depende de nosotros y que podríamos suprimir. El
parásito puede ser algo sencillo que no nos molesta demasiado, cómo el hecho
de tener cambiar una bombilla e ir dejándolo cada vez para el día siguiente o
algo que nos agota cómo pueden ser relaciones complicadas con un colega
pesimista y negativo, un trabajo realmente nefasto, etc.
Por ejemplo. Imaginaros un tubo de riego. Queréis regar el seto que se
encuentra al fondo del jardín dónde tenéis unas rosas. Resulta que vuestro tubo
está perforado. Aún más, cada día, nosotros y los demás, vamos haciendo
nuevos agujeros en el tubo de riego a medida que se nos acumulan esas cosas
que nos quitan la energía (el agua de la manguera). El tubo acaba por tener
fugas, y, si no hacemos nada, cada día tiene más fugas. ¿Resultado? La
presión disminuye cada vez más hasta tal punto que apenas llega agua para
regar el seto dónde se encuentran las rosas.
El tubo somos nosotros, y las rosas nuestro objetivo, sea el que sea. En nuestra
vida cuándo aceptamos esas fugas de agua, sufrimos pérdidas de energía casi
constantemente. Por efecto acumulativo, este modo de funcionar acaba por
consumir toda nuestra energía vital y apenas somos conscientes de ello. En
estas situaciones, que las tenemos todos, uno tendría que intentar alcanzar un
estado libre de “parásitos” de forma que:
– No dejemos escapar nuestra energía vital
– Dejemos de sufrir con situaciones que podríamos cambiar
– No toleremos las cosas sin reaccionar y seamos más proactivos
– Pasemos a un estado de tolerancia cero, cero molestias, cero interferencias y
una visión clara de hacia dónde vamos y que hacemos para llegar allí.
– No permanezcamos pasivos frente a consumos de nuestra energía vital
– Encontremos la forma de salir de los compromisos, de las explicaciones y de
justificaciones para hacer cosas que no queremos hacer y que no nos permiten
hacer lo que queremos de verdad.
Encontrando los parásitos
Para llegar a estar libre de parásitos primero uno tiene que hacer una lista de
cosas que le consumen energía y de cosas que nos impiden en este momento
ponernos a realizar aquellos cambios que sean necesarios para moverse en la
dirección del objetivo a conseguir. ¿Necesitas tiempo para estudiar o aprender
algo nuevo? Pues busca los parásitos que te quitan ese tiempo precioso y
aprovéchalo para ejecutar acciones que nos muevan en la dirección a la que
queremos ir. ¿Necesitas recursos para empezar a montar algo nuevo en
nuestra vida? Averigua si hay algún obstáculo que te impida obtenerlos e
intenta superarlo.
Una buena media, para empezar, sería identificar unas decenas de
esos parásitos presentes actualmente en nuestra vida, por qué al final, cuándo
empezamos a buscarlos, nos daremos rápidamente cuenta que son muchos, y
que los encontramos en todos los ámbitos. Es importante hacer esta lista por
escrito, apuntarlos tal y cómo van apareciendo, siendo creativos.
¿Dónde están esos parásitos?
Como ya podéis imaginar, están en todas las áreas de vida:
Relaciones profesionales: el entorno, nuestros jefes y compañeros, el
transporte, el tiempo que invertimos en él, etc.
Relaciones personales: familia, amigos, vecinos, reuniones obligadas, etc.
Trabajo: nuestro despacho o espacio para trabajar, nuestras tareas, el entorno
físico…
Nuestro hogar: cosas que posponemos constantemente, una reorganización
para tener más espacio, comprar una mesa para montar el primer despacho
para trabajar desde casa, etc.
El coche: llevarlo al taller, limpiarlo, , etc.,
El ordenador: una revisión de nuestros hábitos con la informática, las
herramientas que necesitamos y nunca instalamos, el tiempo que perdemos sin
hacer nada, etc.
La economía: los problemas relacionados con el dinero, nuestra situación
financiera, nuestros gastos…
La salud: comida, ejercicio, ir al médico, etc.
Buscando la forma de eliminarlos
Para cada uno de esos parásitos que hemos identificado hemos de proponer
una forma de deshacernos de ellos, o transformarlos de forma que no se
conviertan en obstáculos o derrochadores de energía.
Esto se puede hacer bien arreglando, comprando, ejecutando, cambiando lo
que sea, o bien hablando con la gente, adaptando las circunstancias,
renunciando a cosas o diciendo que no a otras. Pero ojo. No se trata de
pelearse con todo el mundo y poner nuestra vida y la de nuestra familia patas
arriba. La eliminación de estos parásitos se puede hacer de forma natural,
encontrando la forma de transformar una situación que no es de nuestro agrado
en otra que nos evite una pérdida de energía, motivación y buen humor. Se
impone el sentido común y la lógica de cada uno de nosotros para encontrar la
forma que mejor nos va para proceder a la eliminación del parásito.
El objetivo es conseguir deshacernos con el tiempo de todo aquello que en
estos momentos pueda ser una carga y una cadena que nos ata a una situación
en la cual no queremos estar y nos impide ir recorriendo el camino hacia dónde
queremos ir. No se trata de poner nuestra vida patas arriba. Se trata de pensar
y evaluar con calma nuestra situación y planificar acciones que puedan
hacernos soltar lastre, poco a poco, actualizando nuestra vida e integrando
cada uno de los pasos que demos en nuestro ser. La idea, una vez más, es ir
creciendo, ir evolucionando e ir cambiando lo que tenemos ahora por aquello a
lo que queremos llegar.
El poder de la voz y el uso de palabras místicas
9 marzo, 2016
Que los seres humanos tenemos un potencial co-creador de la realidad enorme
lo hemos dicho ya en multitud de ocasiones, y es algo repetido por todas las
enseñanzas de cualquier época y tiempo. Este poder nace de la capacidad de
proyectar formas energéticas de diferentes vibraciones, sea a nivel psíquico o
mental, a nivel emocional, o a nivel verbal, que “moldean” el entorno energético
en el que existimos, para darnos la ilusión de la realidad que vemos. En este
caso, vamos a profundizar en el poder de la palabra, la voz, y los sonidos que
emitimos.
En culturas ancestrales abundan historias al respecto. De los rishis, o sabios de
la antigua India, se decía que tenían extraordinarias habilidades,
llamadas siddhis. Una de ellas era el vac-siddhi(vac=voz), por el cual cualquier
cosa que el rishi dijera se convertia en realidad. algunas veces, sólo con
pronunciar una palabra, un rishi podía materializar un ejército completo, por lo
qué, para estas tradiciones, la palabra pronunciada era considerada sagrada,
poderosa e inalterable. En sánscrito, por ejemplo, el termino vac (voz), es a
menudo considerado como sinónimo de la diosa Shakti, la energía creativa, el
poder de manifestación, y, en diversas corrientes de antigua filosofía griega,
puede hallarse un concepto similar en el concepto de Logos, que yo uso mucho
en mis artículos si os habéis dado cuenta, como un sinónimo de grandes entes
creadores. En realidad, el significado primario de logos es “palabra“, pero
también significa principio creativo.
Relación entre voz y energía sexual.
Si alguno ha leído las enseñanzas de Rudolf Steiner, quizás os suene que
hacía múltiples indicaciones relativas al poder de la voz. Un aspecto que
desarrolló particularmente es la relación entre la voz y los órganos
reproductores, y, como consecuencia de ello, describe múltiples consecuencias
concernientes a la evolución de la humanidad, por ejemplo, en la pubertad,
cuando se desarrollan los órganos sexuales, y la voz de los adolescentes
cambia de tono debido a la acción de la testosterona. En las mujeres, la
alteración de la voz también puede observarse en la menopausia.
En la medicina tradicional china pueden hallarse diversas conexiones entre la
energía sexual y la garganta. Por ejemplo, de entre todos los órganos, se dice
que el riñón está relacionado con la energía sexual. Y en la garganta se
encuentran las amígdalas, las cuales tienen forma de riñones. Cuando hay una
liberación de “energía” por el riñón, a resultas puede haber una inflamación de
la faringe (faringitis) o de las amígdalas (amigdalitis).
De hecho, Steiner consideraba que la importancia de ciertas partes del cuerpo
se está desvaneciendo lentamente, mientras que otros órganos jugarán un
papel cada vez más esencial en el futuro. Los órganos sexuales pertenecen a la
primera categoría, mientras que la laringe pertenece a la segunda. Además,
sabemos por enseñanzas como el taoísmo que la energía sexual y la energía
que nos permite conectar con las partes más elevadas del ser humano, el
espíritu, el Yo superior, etc., son fundamentalmente de la misma naturaleza, y
que esta última no es otra cosa que una forma refinada y redirigida de la
primera. Por ello, una gran parte de las enseñanzas relacionadas con la
alquimia interior, enseñan a refinar y transmutar la energía sexual, para así
generar los cambios necesarios para que la plenitud de nuestro Yo Superior y
de todo aquello que en realidad somos, pueda ser permanentemente
experimentada.
La función de la laringe
Mediante la voz expresamos nuestros pensamientos y nuestras emociones,
haciendo que, lo que pensamos (en un plano o nivel mental), y lo que sentimos
(en un plano o nivel emocional), pueda tomar manifestación en un plano físico.
Posiblemente, en el futuro de la humanidad, la capacidad de la laringe para dar
forma material a aquello que es aun solo una forma mental o emocional de un
concepto llegará a ser excepcional, y que el poder creativo de la palabra se
manifestará incluso en el plano físico: sólo con decir un sonido, se materializará
el objeto correspondiente. Aunque las implicaciones parezcan de ciencia-
ficción, el concepto no es, después de todo, diferente del vac-siddhi o poder
creativo de la palabra que, de acuerdo con los textos sánscritos, los
antiguos rishis hindúes dominaban a la perfección.
Palabras místicas
De todas las palabras místicas encontradas en las enseñanzas, rituales y
simbolismo de varias escuelas místicas y esotéricas, los vocablos Aum, Om y
Amén son los usados más frecuentemente y generalmente reconocidos.
Muy pocas personas que usan el “Amén” parecen comprender que están
usando una palabra mística, cuyo uso es más o menos incorrecto y también
poco comprendido. Aum, Om y Amén son palabras idénticas en cuanto a
potencial creador, aunque difieran en su naturaleza lingüística. En los tres
casos, el sonido de la “m” es de extrema importancia y al pronunciar las
palabras no solamente debe ser enfatizada, sino también prolongada. El resto,
la “o” y el “au” y la “a” son siempre idénticas en sonido. La
palabra Amén debería pronunciarse como si se deletreara “Amn”, o realmente
“Am”, y es una sílaba más bien que dos. Si fuera deletreada Ahmn podríamos
pronunciarla más correctamente porque la “a” nos daría un sonido claramente
abierto, siendo un sonido de poder.
Sonidos de “poder”
Hemos de ser conscientes que el ser humano descubrió estas palabras, no se
las inventó. Que fueran descubiertas mediante experimentos místicos o por
“revelación divina” quizás no lo sabremos nunca, pero el hecho es que nuestros
antepasados no seleccionaron arbitrariamente los sonidos de “ah” y “m”, sino
que encontraron que estos en particular producían ciertos efectos dentro de su
ser, de su aura y a su alrededor. El mero hecho de que en muchos países
diferentes, separados y sin contacto unos con los otros, los nativos y culturas
ancestrales adoptaran de forma independiente sonidos similares en sus
rituales y cantos, para los mismos propósitos, nos da indicios de que hay un
poder y una cualidad en estas vocales particulares, y en su pronunciación, que
no tienen otras palabras.
Estos sonidos de Aum- Om- Amén, incorporan vibraciones de altas
cualidades de poder y de conciencia “cósmica”. Los mantras están repletos de
ellos, no tenéis más que buscar unos cuantos en YouTube y los escuchareis.
Muchas otras palabras y nombres místicos los incorporan también,
imbuyendo sus cualidades ocultas en vocablos como Rama, Padme, Omar,
etc., (también presentes en mantras). Al intentar pronunciar estas palabras uno
nota que se requiere un pequeño esfuerzo físico, y que, mientras se repite, la
mente y el cuerpo adquieren una actitud relajada y de paz, lo cual es una
condición para entonarse con esos otros niveles de consciencia más elevada
casi inmediatamente.
Influencia psíquica y energética
La pronunciación correcta de los sonidos anteriores imbuidos en el Aum, el Om
o el Amén, por ejemplo, tiene un efecto inmediato a través de los canales del
sonido de la boca y la cabeza, sobre las glándulas pituitaria y pineal, y también
sobre la tiroides. Estos efectos son transferidos físicamente a través del sistema
nervioso simpático a todos los centros psíquicos del cuerpo humano. Por estas
razones muchas personas, en meditación, comienzan su período de relajación
y conexión con otros niveles de consciencia con la repetición de estos
“aum” u “om”, repitiéndolas lentamente varias veces, tratando siempre de
entonarlas en el tono correcto.
El Aum y la conexión con los diferentes reinos de la naturaleza
La palabra “aum”, es especialmente interesante, pues cada una de las tres
letras que la componen tiene un poder y una importancia mística en sí misma.
El sonido “a” está asociado con los poderes básicos de naturaleza física, del
cuerpo y del mundo físico, y en consecuencia también se asocia al reino
mineral. El sonido “u” está muy estrechamente relacionado con el reino vegetal,
y con las glándulas pineal y pituitaria y tiene un efecto definido sobre ellas, pero
solo cuando está asociada con la letra “a” (sola no lo tiene). En su
pronunciación conjunta, la “u” debería ser muy suave y en la forma de “oo”
dando un sonido que viene a ser algo así como “ahoo”, con el acento en la
“ah”, donde el “ah” se extiende ligeramente y termina con el sonido de “oo”.
Esto es más difícil de escribir que de hacer por uno mismo, pero espero que se
entienda.
Finalmente, cuando añadimos el sonido de “m” estamos extendiendo las
vibraciones desde la punta de la lengua y potenciando los otros dos anteriores.
Esta última parte está también asociada con el reino animal, siendo su sonido
“base”. Con la prolongación de la “m” dentro de un largo sonido zumbante al
final de la palabra, estamos añadiendo el significado de la “m” al conjunto, el
cual siempre ha sido asociado en la literatura antigua con el espíritu, con el
amor, con el desarrollo psíquico, con la omnisciencia, etc. Analizando todos
estos factores vemos que la palabra es, después de todo, una forma de
sintetizar vibraciones de la Creación en forma de sonido.
Siendo conscientes de su potencial
En todo caso, estas y otras palabras son literalmente creadoras, y
manifestadoras de la realidad, influencian, cuando son bien usadas, el entorno
energético y psíquico de quien las usa, y, por ello, en muchas tradiciones, solo
son enseñadas cuando uno accede a grados altos e internos de diferentes
escuelas iniciáticas. Quizás el ser humano en algún momento recupere el
potencial de la voz en todo su esplendor, y aprenda a usarlo correctamente
para crear un futuro común y mejor para todos, a partir del conocimiento de
que, siendo todo energía, solo hay que hacerla vibrar correctamente para llegar
a ver sus efectos a nivel físico en nuestra realidad.
Anulando o potenciando la voluntad de una persona, 6 marzo, 2016

Una de las cosas que uno aprende por observación, y por el estudio de
experiencias, que, a priori, no suelen ser demasiado agradables, es cómo se
puede manipular la voluntad de una persona, para bien o para mal, de varias
formas, para anularla o para potenciarla. En el primer caso, las experiencias
sufridas con diferentes tipos de entes y “aquellos de las razas que nos
gestionan” a través de diferentes implantes y manipulación del sistema de
chacras, nos hacen ver los puntos débiles del ser humano, en tanto al poder de
voluntad se refiere. En el segundo caso, en cómo potenciarla, es el estudio y
conocimiento de puntos concretos en los meridianos del cuerpo lo que nos
ayuda a saber dónde activar para que esta cualidad sea reforzada.
formas de anular la voluntad
Empezaremos por la parte negativa del tema. Hay dos formas principales, que
yo haya vivido de primera mano, que haya observado en diferentes sanaciones
energéticas, o que haya aprendido a través de la experiencia directa de otros
terapeutas, sobre como anular el aspecto volitivo de una persona. La primera
forma es a través del bloqueo de la glándula pineal, una glándula con una
importancia de la que la ciencia “oficial” no es consciente ni de lejos, y que,
entre otras cosas, es una reguladora imprescindible de la voluntad humana.
El uso de implantes etéricos para bloquear la glándula pineal es conocido por
muchos terapeutas que son capaces de percibirlos y lidian con este tipo de
historias, aunque poca literatura posiblemente encontrareis en la red, ya que,
en palabras de compañeros , “da cosa hablar de esto en público”.
El tipo de implante usado para ello es una
especie de bola de golf en medio de la
cabeza (números 1 y 2 de la imagen).
Diferentes filamentos aparecen conectados
al sistema nervioso y a diferentes partes del
cuerpo etérico. Al bloquear la glándula pineal
(la contrapartida etérica) bloquean
parcialmente la voluntad de la persona, y por
ello son usados como medios de control y
manipulación cuando se quiere dominar a
alguien. Al estar situados a la altura de la
glándula pineal, posiblemente influencia
también la producción de ciertas hormonas,
pero de esta última parte tengo menos
conocimiento práctico.
Este implante se elimina bien mediante
cirugía etérica o bien mediante la aplicación
de la energía de la esencia o mónada,
desvaneciéndose en cuestión de segundos.
Bloqueando el tercer chacra trasero
La segunda forma en la que se puede anular la voluntad de una persona, y la
que usan en muchos casos diferentes especies sobre los seres humanos, es el
bloqueo total del tercer chacra posterior. En este caso, solo especies reptoides
usan esta técnica de manipulación, al menos hasta donde yo he visto, ya que,
por ejemplo, otras especies de tipo insectoide suelen manipular principalmente
el cuarto chacra por detrás mientras bloquean el séptimo, impidiendo toda
conexión con niveles superiores, y potenciando los aspectos negativos
emocionales de la persona a través de ese chacra corazón.
Como veis en la figura, la posición de las
manos de la entidad, reptoides en este
caso, está siempre, una de ellas, en el
tercer chacra trasero, el chacra volitivo
por excelencia, el chacra que
energéticamente regula nuestra voluntad.
Este chacra, está asociado además a un
punto importante del meridiano de la
vejiga que comentaré luego, por lo qué, al
taponar el flujo energético en ese lugar, el
ser humano pierde “potencial volitivo” que
le pudiera hacer reaccionar, si se da
cuenta, o siente al ente que lleva anclado,
para echarlo.
La mayoría de reptoides usan así la
posición de las manos para bloquear uno
o dos chacras simultáneamente,
haciendo que la persona vea reforzada
ciertos patrones y emociones
relacionadas con los chacras en su
aspecto negativo. Por ejemplo, si el anclaje se produce en el tercer y primer
chacra se refuerza el deseo por el dinero, codicia, avaricia, ambición, etc. Si el
anclaje se produce en el tercer y segundo chacra se refuerza el deseo sexual,
el poder sexual sobre otros (recordad que la energía sexual es una de las más
potentes que posee el ser humano, y de ahí su uso y absorción como elemento
“nutritivo”). Si el anclaje de la entidad tiene lugar en el tercer y cuarto chacra, se
potencia el deseo de violencia, dominación, etc., de la persona sobre otros, si el
anclaje es en el tercer y quinto chacra, se refuerza el poder de manipulación de
otras personas, etc., etc.
Potenciando la voluntad
Por otro lado, tal y como os decía hace un par de artículos sobre el uso de la
mónada para activar y estimular puntos de acupuntura, si algo se puede
anular, es que también se puede potenciar. En este caso, no solo se trata de
mantener la glándula pineal en perfecto estado, para que ejecute sus funciones
naturales y latentes de forma óptima, además de mantener el tercer chacra libre
de todo bloqueo, sino que podemos estimular dos puntos concretos que nos
sirven para reforzar nuestra capacidad volitiva. El primero de ellos, el punto V52
(meridiano de la vejiga 52).
El canal de vejiga es canal más largo de acupuntura y
trata toda la porción dorsal del cuerpo, influyendo con
ello en el sistema nervioso simpático, lo que nos
permite tratar emociones y acciones fisiológicas. Este
meridiano comienza en la parte anterior del cuerpo,
recorre la espalda y termina en el dedo pequeño del
pie. El V 52 es un punto localizado en la zona lumbar
paralelo al punto de riñón llamado V 23 y tiene un
nombre muy interesante que significa PALACIO DE LA
VOLUNTAD, ya que, literalmente, potenciándolo y
activándolo, se incrementa esta cualidad. Por su
posición podéis ver que está directamente relacionado
con el tercer chacra posterior, de ahí que entes como
los mencionados lo bloqueen para poder anclarse y/o
manipular a una persona.
Por otro lado, y aunque su efecto no es tan directo, otro
punto asociado a la voluntad es el punto del meridiano de riñón 4, cuya
estimulación y activación fortalece la misma.
En ambos aspectos estamos tocando las mismas partes del sistema energético,
bloqueándolo para poder ser manipulados, activándolos para poder incrementar
nuestra capacidad volitiva. Los que nos crearon genéticamente y los que ahora
tratan de gestionar la granja humana conocen bien como funcionamos y lo
aprovechan. Cuestión de que nosotros sigamos también conociéndonos y así
poder actuar en consecuencia.
Programas y patrones en la memoria y consciencia
celular
29 febrero, 2016

Es impresionante la cantidad de información que se guarda en multitud de sitios diferentes en


nuestro complejo sistema físico y energético. Nuestra esfera de consciencia aloja en su centro de
gravedad la conexión con nuestro Yo Superior, su superficie es nuestra consciencia artificial, y
los miles de puntos que la forman es nuestra personalidad virtual a través de centenares de
“Yos”, sub-personalidades o facetas de nuestra fachada ante el mundo. Nuestro programa ego
gestiona la psique y la mente, compuesta por centenares de programas, patrones y arquetipos
en seis esferas mentales diferentes, que abarcan desde el pre-consciente hasta la mente
subliminal. El cuerpo mental en sus diferentes sub-capas y estratos es el repositorio de míllones
de datos, experiencias, vivencias, formas mentales de todo tipo. El patrón conductual marca
nuestro comportamiento y carácter base, así como las modificaciones constantes que se realizan
en el mismo, tanto las que queremos como las que nos imponen externamente, grabándonos en
las runas formas de reaccionar ante el mundo según interese. Los átomos simiente actúan de
enorme “caja negra” y base de datos de lo que sucede en cada uno de los cuerpos sutiles
respectivos a los que pertenecen, enlazados por el llamado cordón de plata. El ADN a nivel
energético contiene información en varios sectores y a diferentes niveles sobre todas nuestras
áreas de vida, composición multidimensional y decenas de programas, y, por si el estudio y
compresión de todo esto, para posterior sanación de posibles bloqueos y problemas causados
por disfunciones en estas áreas, no fuera suficiente para explorar y tratar de escribir alguna
página más en el manual de cómo estamos hechos los seres humanos, también hemos de sumar
la enorme cantidad de información, programas y patrones que se almacenan en la memoria
celular, de órganos, tejidos, huesos, músculos, etc., y que pueden marcar enormemente el
estado vibracional, energético, y, por supuesto, mental y emocional de cada uno.
La inteligencia celular y la memoria del cuerpo
Todos los que trabajáis conscientemente con el vehículo que nos permite tener un soporte para
movernos por este plano físico, o al menos os habéis parado a escucharlo alguna vez, sabéis
que el cuerpo tienen memoria, tiene inteligencia, tiene conciencia. La tiene desde el primer
momento que las células empiezan a desdoblarse para crecer y dar forma a este traje
humanoide que habitamos. El primer acuerdo que hacemos con nuestro cuerpo sucede en el
momento de nuestra encarnación, donde la consciencia y el ser que somos se ha de poner a
colaborar con la conciencia del cuerpo. En la mayoría de los casos se llevan bien, se aceptan, y
ambas conciencias se convierten en una sola, con una especie de acuerdo simbiótico, sin el cual,
ni la una ni la otra podrían funcionar a su máximo nivel. El cuerpo sin la conciencia directora de la
mónada, el Yo Superior, el alma y el resto de aquello que somos, no sería más que una máquina
biológica con una limitada consciencia de si mismo. Por otro lado, nosotros, sin el vehículo de
crecimiento y experimentación que es el cuerpo, no podríamos jamás adquirir experiencias y
crecer en nuestro camino de compresión de la vida y evolución a través de la misma.
Pero ¿de dónde viene la memoria de las células?
No es demasiado complicado. El cuerpo tiene memoria, ya lo hemos dicho, de hecho, la memoria
y consciencia del cuerpo no es más que la suma de los trillones de pequeñas memorias y
conciencias de cada una de nuestras células, cadenas de ADN y elementos químicos de los que
estamos hechos. Ese conjunto responde como una sola entidad, con la cual podemos
“conversar”, hablar, comunicarnos. Muchos ya lo hacen, a través de la kinesiología, otros muchos
a través de la meditación o la terapia craneosacral, y otros muchos más no tienen ni la más
remota idea de que pueden hacerlo.
Pero lo que si que sabemos es que todos estamos hechos de míllones de células, que contienen
en su núcleo la información necesaria para la función que realizan, y para el conjunto al que
pertenecen, y con el cual deben interactuar. No solo la célula “nace” de base con una
codificación determinada para su trabajo, dada por el ADN, sino que además recoge y graba en
su memoria las impresiones recibidas, los patrones adquiridos y los programas que ejecutamos.
Esto es posible porque toda la parte física de nuestro cuerpo son mónadas con aspecto materia
que en su momento llamamos de “tipo 3”. Para recordar la explicación de los diferentes tipos de
“bloques básicos” que forman todo lo que existe podéis remontaros a este artículo primero y
luego a este otro.
Mónadas que “aprenden” por almacenamiento de patrones
Nuestras células, moléculas y átomos físicos tienen un tipo de conciencia que evoluciona por
derecho propio gracias a la grabación y repetición de la información que registran, pues es lo que
les permite hacer el nivel de conciencia de las mónadas de tipo 3 que lo forman. Por eso todo
componente del cuerpo orgánico que usamos sabe que tiene que hacer, pues está
genéticamente codificado en cada una de sus células, que está a su vez codificado en la
conciencia de las mismas, que no es otra cosa que el agregado de conciencia de las miles o
millones de mónadas que forman esa célula en particular, almacenando una serie de patrones y
funciones a ejecutar, y hacerlo sin intervención externa.
A la hora de hacer sanaciones profundas, la memoria celular tiene un papel muy importante. Una
impresión recibida de niño que guarda en la memoria y consciencia celular de algún órgano un
miedo, puede activar en la psique de la persona ese mismo miedo si el cuerpo reacciona ante
algún estímulo parecido al que la célula tiene guardado en su memoria. Un encuentro con
alguien que nuestro cuerpo recuerda como “negativo”, por un evento con tal o cual persona,
puede hacer saltar en el cuerpo mental, el emocional, en las esferas mentales o incluso en el
programa ego decenas de mecanismos de todo tipo, cualquier programa, recibido en cualquier
momento grabado en cualquier músculo, puede generar una disfunción a nivel etérico que
termina provocando molestias a nivel físico, etc. Parte de las dolencias producidas por lo que
anteriormente habíamos llamado memorias kármicas incluyen la activación latente de patrones
en la memoria celular.
Todos los componentes del cuerpo físico son proclives a almacenar todo tipo de patrones y
programas. Cuando hacemos sanación, salen y se liberan, evidentemente, los negativos, pero
nuestras células recogen todo tipo de información y la ejecutan automáticamente, sin hacer
juicios de valor asociados (pues no tienen la capacidad de autoevaluación que ya poseen
mónadas más avanzadas) sobre si se debe “activar” o no ese patrón almacenado. Puesto que
las células, a nivel individual, van muriendo y van siendo reemplazadas, ese programa o patrón
negativo queda registrado en la memoria global d
el órgano en cuestión, no siendo determinante una única célula para ello, sino el conjunto de las
que lo componen en un momento dado.
La piel, por ejemplo, como un enorme tejido vivo que es, es un área dónde decenas de
programas y patrones quedan registrados, que luego pueden estar latentes o activados,
provocando que, de repente, “emitamos” al mundo, si se activa cualquiera de ellos, una enorme
cantidad de formas energéticas que indica tal o cual cosa de nosotros (por ejemplo, si se registra
una impresión asociada a algún miedo en la memoria celular, y esta se activa, emitiremos
inconscientemente una cantidad de energía de “miedo” que, de un modo u otro, se verá reflejada
a nuestro alrededor, sea por como nos sentimos de repente a nivel emocional, mental o por el
reflejo de la realidad exterior de nuestra realidad interior).
Más energía y posibilidad de sostener estados vibracionales elevados
La liberación de todos estos patrones y programas negativos en nuestra memoria celular nos
permite llevar a nuestro cuerpo físico a niveles energéticos y vibracionales superiores, y es que el
cuerpo físico, como el más denso de los vehículos y cuerpos sutiles que poseemos, es el que
marca que nivel de “energía” podemos sostener en nuestra conexión con otros planos
superiores. Imbuir un estado de consciencia muy elevado requiere de un cuerpo físico con un
cierto grado de vibración energética, libre de patrones negativos en su memoria celular que lo
lastran. Para su limpieza, cualquier técnica sirve, mientras sea capaz de detectar que patrones
hay almacenados, y aplique la energía necesaria para su transmutación.

Uso de la mónada en la activación de puntos


energéticos del cuerpo humano
23 febrero, 2016
Sigo experimentando con el uso del potencial de nuestra mónada o esencia para hacer
diferentes tipos de sanaciones terapéuticas. Este fin de semana, en el último curso de Sanación
Akashica que hemos dado de la EMEDT, les comentaba a los alumnos como, hace unos días,
me dio por probar y ver si era posible activar diversos puntos en el sistema energético del ser
humano, guiándome por el conocimiento de las técnicas de acupuntura y acupresión. El objetivo
era desbloquear, activar y potenciar los mismos, intentando emular el efecto terapéutico que su
estimulación y activación produce, pero, en vez de usando agujas o digitopresión, concentrando
la energía de la esencia en ellos.
El resultado, al menos en mi mismo, fue más que interesante, pues me concentré en activar los
puntos que están asociados a los 7 chacras principales del cuerpo físico, y los puntos asociados
a los 21 chacras secundarios del mismo (me guío por diferentes libros de medicina tradicional
china y publicaciones de varios autores que han combinado el tratamiento de chacras con la
MTC), tratando de notar como, al concentrar la energía en cada punto, y “dar la orden” a la
mónada de activarlos, se producía un efecto liberador y activador, no solo del flujo energético de
los diferentes meridianos y nadis, sino del chacra en cuestión que estaba siendo potenciado.
Este tipo de prácticas y experimentos nos siguen llevando a la conclusión de que el trabajo
terapéutico con la mónada no tiene límites, pero si que tiene repercusiones inmediatas, buenas y
malas. El mareo que me dio al activar simultáneamente varios puntos asociados a los chacras
superiores o el dolor que sentí al fijar tanta energía en uno de los chacras secundarios del
hombro (donde tenía una condensación emocional incrustada de la que no era consciente que se
liberó de golpe), te hace aprender, mediante prueba y error, como se han de regular los flujos y
“órdenes” de activación para minimizar los efectos de aplicar todo el potencial de nuestra “chispa
divina” o “partícula primordial” en estas cosas.
¿Es consciente la mónada de lo que se está haciendo?
Totalmente. La esencia es la parte más primordial de cada uno de nosotros, ya que, en última
instancia, nosotros somos esa partícula “divina” revestida de un complejo sistema
multidimensional que forma el arquetipo y la estructura del ser humano. Como tal, el aspecto
“consciencia” de la mónada puede no ejecutar una orden dada por la mente si esta orden no es
clara, coherente, directa y concisa. Los diferentes experimentos realizados con los compañeros,
por ejemplo, tratando de dar la orden de dirigir la energía para “sanar todos los bloqueos que
tengo” simultáneamente, encuentran una respuesta “intuitiva” de nuestra mónada tipo “no sabes
ni comprendes lo que me estás pidiendo”. Esto viene a ser algo así como que, nuestra esencia,
para poder ser dirigida y usada en las técnicas terapéuticas de sanación, nos pide que
comprendamos bien que estamos sanando, ya que lo que busca es el aprendizaje y vivencia de
la situación, para, una vez aprendido, darlo por válido y luego “archivarlo” con la sanación
correspondiente.
Esto es complicado de explicar, pero fácil de experienciar en uno mismo cuando se accede a la
esencia, y la conexión y trabajo con ella se hace parte de las herramientas diarias para el
bienestar físico-etérico, emocional y mental. Como había comentado en algún otro artículo, la
conexión y disponibilidad para experimentar con los aspectos energía (omnipotencia, para la
sanación, por ejemplo), consciencia (omnisciencia, para la comprensión y conocimiento) y
materia (omnipresencia, para la creación de nuestra propia realidad) que posee la energía de la
Fuente que nos imbuye, está libre de todo juicio y dilema moral sobre lo que es bueno o es malo,
lo que es positivo o es negativo. Esto quiere decir que, por el hecho de que puedas tener acceso
a tu mónada no estás libre automáticamente de que se te enganche cualquier ente, no estás libre
de recibir implantes, no estás libre de recibir ataques psico-energéticos, no estás libre de que tus
cuerpos sutiles presenten disfunciones y se desarmonicen, etc. Lo que la mónada viene a decir,
en mis palabras, es algo así como: “acaba de comprender que existe el concepto de implante
energético en el cuerpo etérico que tienes”, “acaba de aprender que existe la posibilidad de
anclaje energético”, etc.
Una vez la psique de la persona comprende el problema, la mónada lo sana inmediatamente,
pues se trata de adquirir la experiencia, el conocimiento y expandir la consciencia con el “porqué
de las cosas” y, como decía, en la entrevista que os publiqué en el último artículo, con la
comprensión cada vez más clara de las causas no visibles de todo aquello que se termina
haciendo visible en el plano sólido y físico que todos consideramos nuestro “mundo real”.
El objetivo es avanzar
El objetivo final es llegar a la sanación, equilibrio y transmutación alquímica interior de todo
aquello que nos permita alcanzar ese estado de “hombre número 4”, como llamaba Gurdjieff a
las personas que habían conseguido equilibrar sus centros de control y sus componentes
instintivos, emocionales y mentales, lo cual no deja de ser más que el primer paso necesario para
poder salir de las dinámicas actuales de “descontrol” del sistema bajo el que vivimos. El trabajo
con la esencia va mucho más allá, pues ya habéis visto también en artículos anteriores como se
puede usar para alcanzar luego el estado de hombre número 5, como llamaba también Gurdjieff
a aquellos que habían unificado su esfera de consciencia eliminando todos sus “Yo’s” y
cristalizando una única personalidad a los mandos de nuestro Yo Superior y de la esencia, entre
otros factores a alcanzar.
Todo es posible con la energía consciente de la misma, siempre y cuando seamos nosotros
quienes estemos trabajando en ello sin pausa, aunque sin prisa, transitando por los diferentes
estadios evolutivos que tenemos por delante y que nos ayudan a entender mejor este juego en el
que estamos, y las reglas del mismo, para cambiarlo. Como siempre decimos, el mundo exterior
no es más que un reflejo de nuestro mundo interior, así que todo cambio “ahí fuera”, solo
depende de cambios “aquí dentro”.

Entrevista a David Topí en el programa EcoSalud


18 febrero, 2016
La semana pasada estuve invitado en el programa de radio EcoSalud, de la Veu de Navás,
donde estuvimos charlando sobre múltiples temas relacionados con la estructura del mundo no
físico, con la importancia de la sanación energética, con algunas pinceladas sobre temas
relacionados con la percepción de la realidad, la ley de la causalidad, las masa crítica, el
inconsciente colectivo, etc., etc. Aquí tenéis ambas cosas, el audio en mp3 y también la
grabación del programa en vídeo para los que estéis interesados. Estas charlas se me hacen
cortas, una hora que pasa volando y donde parece que no nos da tiempo nunca a abarcar todo lo
que nos gustaría explicar. Cuestión de ir sumando pequeños aportes que confío os sean útiles.
http://www.ivoox.com/entrevista-a-david-topi-programa-ecosalud-audios-
mp3_rf_10410907_1.html
https://www.youtube.com/watch?v=4APJSyvCcqs

Rutinas egóicas de generación de sucesos futuros en


la mente
13 febrero, 2016

El trabajo de comprensión de la psique humana, via la constante autoobservación, pareciera no


tener fin. A cada programa, rutina egoica o patrón desmontado en las esferas mentales, otras
cosas cobran fuerza haciendose notar, dejándonos ver partes ya existentes, pero, de algún
modo, aun funcionando de forma automática e inconsciente hasta que las percibes mediante ese
“Yo del Ser” o ese “Yo Observador”. Así, otra de las funciones del programa ego de gestión de
nuestra psique, partiendo de la concepción de la realidad que tenga cada uno, y de cómo
interpretamos los sucesos propios de la vida y experiencias recibidas, es la simulación de futuros
probables, en nuestra mente, creando escenarios dónde nos montamos decenas de películas
sobre qué puede pasar, como pueden pasar las cosas, como lo solucionaríamos, etc., todo sin
que, realmente, externamente, nos preguntemos si tiene sentido o no, es necesario o no, el
desgaste energético y psíquico tan grande que realizamos para ello.
¿Por qué tenemos unas rutinas de generación mental de hipotéticos futuros? Tiene que ver con
los conceptos básicos del programa ego que hemos visto en otras ocasiones, y que pasan, en su
raíz inicial, por la supervivencia del vehículo que intenta gestionar, y la adaptación a cualquier
situación en la que nos podamos encontrar, de forma que siempre podamos tener a mano, o
crear, si fuera necesario, un nuevo “Yo”, por anticipado, ante una eventual situación en la que no
sabemos que nos puede suceder.
Analizando datos y creando soluciones
Para ello, usando los programas de las esferas mentales y la memoria y datos del cuerpo
mental, analizamos nuestros opciones con personas y eventos, y simulamos el futuro con ellos
enlazando múltiples relaciones hasta formar un “árbol causal” (—> si pasa esto implica lo otro, si
hago esto me lleva a lo de más allá, etc.) que nos dé una serie de situaciones y desenlaces, los
cuales, muchas veces, reproducimos como si proyectáramos una película en nuestra pantalla
mental.
Esto a veces sucede normalmente por la noche, o cuando estamos analizando los sucesos del
día sin darnos cuenta, y nos planteamos como repercutirán en los sucesos de la jornada
siguiente, pero también lo hacemos en “tiempo real”, quizás inconscientemente. Por ejemplo,
cuando llegas a una fiesta o a una reunión, y empiezas a ver caras de gente por el lugar, nuestro
programa ego empieza a examinar y discernir las relaciones potenciales con ellas, y se hace
preguntas de “¿quién de estas personas me interesa abordar/hablar/relacionarme ahora”?, o, por
ejemplo, “¿quién de estas personas es un enemigo potencial?” (en cualquier sentido y ámbito de
vida). Supongamos que acabamos de perder nuestro trabajo y estamos buscando otro. Mientras
hablamos con aquellos que han asistido a esa reunión, nuestro programa ego se plantea
opciones de futuro en plan a lo que sabe de cada una de esas personas, para el objetivo a
conseguir: un nuevo trabajo. De ahí, ejecuta diferentes alternativas que pasan por nuestra psique
como “opciones”: hablar con tal, impresionar a tal otro, insistir en mi conversación con este o
aquel… Que nos demos cuenta consciente o no es otra cosa, que la mente funciona a tope en
todo momento cuando el programa ego ejecuta sus funciones de simulación es incluso posible
de demostrar.
Escaneando el cerebro
Según el físico Michiu Kaku, imágenes cerebrales recientes han arrojado luz sobre la manera en
la que el cerebro y sus componentes se estimulan y activan cuando nuestro programa ego está
ejecutando rutinas de simulación de futuros alternativos. Estas simulaciones activan
principalmente neuronas en la corteza dorso lateral prefrontal del neocórtex, donde se activan
también las neuronas que enlazan a todo el banco de datos que tenemos sobre ese evento,
situación y personas involucradas (recordemos que la información no está almacenada en las
neuronas, sino en el cuerpo mental, siendo las neuronas solo el lugar donde se guarda,
químicamente, la posición energética del dato concreto en las capas del cuerpo mental que
forman el conjunto de la memoria). Cuando las simulaciones de futuro producen resultados
placenteros, deseables y agradables, se activan también los centros de placer del cerebro, en el
llamado núcleo accumbens y en el hipotálamo. Pero cuando estas simulaciones de futuro son
negativas o desagradables, entra en acción la activación de otros programas en la mente,
asociados con la corteza orbito frontal, para poner en marcha procedimientos de protección ante
posibles peligros (imaginados, pues estamos lidiando solo con cosas que reproducimos en
nuestra mente y buscamos formas de estar preparados ante todas las posibles eventualidades).
Diferentes soluciones y reacciones previstas de antemano
Es aquí, cuando, entonces, aparecen en nuestra película mental diferentes soluciones, nos
imaginamos como vamos a reaccionar, que haremos, que no haremos, etc., y, si es necesario, ya
inmediatamente se fragmenta un poco más la personalidad virtual creando un nuevo “Yo” que
tendrá las características necesarias para lidiar con esa situación, que ya se ha previsto por el
programa ego, aunque no haya ni siquiera sucedido en el mundo real (ni vaya a suceder).
Un arma de doble cara
Esta capacidad de simular futuros probables analizando el árbol causal de todas las posibles
ramificaciones de un evento, puede ser una gran herramienta, o un gran lastre. Gastamos
tantísima energía y, en muchos casos, generamos tanta preocupación y estrés por algo que solo
está en nuestra cabeza, que se nos va parte de la “carga energética” que nuestro centro
intelectual inferior usa, y posee, solo para lidiar con opciones que calmen el miedo que genera el
programa ego a no ser capaz de encarar adecuadamente una situación determinada.
Si recordáis cómo se cargan y descargan de energía los centros de control, al gastar tantos
recursos en darle tantas vueltas a las cosas (hay quien más y hay quien menos, obviamente),
luego no es de extrañar que uno termine agotado solo de pensar constantemente (y
automáticamente, en muchos casos) en lo que le puede o no pasar.
Por otro lado, evidentemente, sin esta capacidad no seríamos seres con capacidad de
autocrecimiento, auto-evaluación de opciones y cierto libre albedrío para decidir entre un
(limitado) abanico de opciones, cual es la más adecuada y cómo lidiar con ella. Es, parece, en el
fondo, cuestión de cómo se use. Si uno, a partir del hábito de la autobservación, se descubre a si
mismo constantemente enfrascado en simulaciones de futuros para estar siempre “preparado”,
hay que pararlo, con voluntad y con determinación. Al fin y al cabo, ¿quién manda en nuestra
psique? ¿nuestro programa ego o nuestra consciencia real?

Nociones de alquimia (I)


1 febrero, 2016
Os decía en el anterior post:
Una de mís compañeras de la EMEDT, sentada al lado mío, había percibido y visto como me
colocaban un implante etérico en la cabeza, en la pineal, justo cuando yo sentí el “tapón”. Sin
más demora, conectó desde su esencia con la mía, le dio la orden de dirigir la energía a la
cabeza, de eliminar el implante y de liberar mi pineal y mi chakra. En pocos minutos, yo, que no
había parado ni dejado de hablar, sentí de nuevo la conexión abierta con mi Yo Superior,
funcional y plena, sin ser consciente de lo que había pasado.
La esencia o mónada es el elixir de la vida alquímico, la piedra filosofal que todo lo transforma.
Esta afirmación no es poética, sino que, literalmente, desde un punto de vista terapéutico físico-
cuántico, ese es el efecto que produce, y por eso puede realizar este tipo de sanaciones con este
potencial. Ese ha sido siempre el objetivo de la alquimia espiritual del ser humano, usar el
potencial de la mónada para transformar todo lo que toca (en este caso eliminar un implante,
pero sirve igual para desprogramar una esfera mental, eliminar un Yo de la esfera de consciencia
o liberar una emoción atrapada en un órgano del cuerpo), oculto entre alegorías y metáforas para
los no iniciados, en todos los libros de alquimia, buscando la transformación de los metales
pesados en oro. Tenéis una introducción a la alquimia interior del ser humano
en estos artículos de hace algunos meses, que recomiendo su lectura para que tengáis fresco
el vocabulario que vamos a usar. Así que, asumiendo que lo habéis hecho, ahora vamos a
explicar más en detalle estos procesos internos que nos llevan desde nuestras facetas más
negativas y mundanas, a nuestra quintaesencia, tal y como se han alegorizado en todos los
textos alquímicos.
Los símbolos de la alquimia
La alquimia tiene un proceso que es descrito por el siguiente diagrama, y que sirve de guía al
alquimista para saber que tiene que mezclar con qué y que produce que:
Posiblemente, así visto, no tiene ningún sentido para la mayoría de nosotros, excepto quizás
para entender que llegar a alcanzar, y despertar el potencial de nuestra esencia o mónada, es el
objetivo final, como veis en la parte superior. El significado de los símbolos más importantes para
entender el diagrama los tenéis a continuación:
Puesto que la terminología hermética emplea palabras y
expresiones que no tienen relación directa con sus
equivalencias en el idioma “común”, se hace indispensable
definir lo que se entiende aquí por los nombres de los
elementos constitutivos de la Materia prima, y de su
evolución hacia el estado último: el oro, símbolo de la
perfección humana, a partir de la transformación realizada
por la piedra filosofal, la mónada, que puede transmutar
todo lo que toca “en oro” (= puede transmutar, sanar,
cambiar, purificar, todo aquello que se desea eliminar a
nivel etérico, emocional, mental, causal, etc.).
Las cuatro cualidades elementales
Para entender el diagrama y los pasos de la alquimia en el
ser humano, hemos de comprender primero por separado
sus componentes, empezando por las cualidades básicas
de todos aquellos elementos, metales y materias que
queremos transmutar, y que son:
– Frío: es la cualidad que da origen a la condensación del
elemento sobre el que se aplica, y se manifiesta por la
ausencia total o parcial de vibración en ese elemento, cuyo
efecto es de coagular o de cristalizar aquello que está
siendo trabajado. Su acción es astringente, fijadora,
retardante, cristalizadora, coaguladora, etc.
– Húmedo: es la cualidad que genera en el elemento a
transmutar una vibración de naturaleza atractiva, mutable,
inestable, que, entonces, se flexibiliza, ablanda, relaja,
humedece, etc., permitiendo que se pueda empezar a
manifestar los cambios en ella (por ejemplo, cuando una
energía negativa condensada en el cuerpo emocional
empieza a ablandarse). Cuando el efecto de la humedad
(como cualidad o estado) penetra los átomos de la materia
a transformar, permite su disgregación y separación. Su
acción es templadora, suavizante, emoliente, dispersante,
etc.
– Seco: es la cualidad que inicia la reacción y el cambio en
un elemento o materia a transformar, se manifiesta por una
vibración de naturaleza retenedora, exaltante, irritante, que
contraría (genera un cambio de naturaleza opuesta al
estado presente). Su acción es retractiva.
– Caliente: finalmente, es la cualidad y el estado que se traduce por una vibración de naturaleza
expansiva, dilatante, enrarecedora, que provoca la evolución de los átomos y las cargas
energéticas de aquello sobre lo que se está trabajando. Su acción sobre la materia primaes
vitalizante, de cocimiento, estimulante y dinámica.
En el ser humano, estas cuatro cualidades combinadas entre si dan como resultado una
amalgama de formas emocionales y mentales “negativas”, la mayoría, parte de la materia prima a
ir transformando en nosotros para limpiar nuestros cuerpos sutiles y energéticos, tales como:
Frío: genera impasibilidad, escepticismo, egoísmo, deseo pasivo de sumisión.
Húmedo: genera pasividad, variación, asimilación, deseo activo de sumisión.
Seco: genera reacción, oposición, retención, deseo pasivo de dominación.
Caliente: genera expansión, entusiasmo, acción, deseo activo de dominación.
Los Cuatro Elementos
Una vez visto estas cuatro cualidades fundamentales, veremos los cuatro elementos sobre los
que se basa la naturaleza de todo lo que existe, que todos ya conocéis, y que sientan las bases
sobre la cual el proceso alquímico de transformación humana tiene lugar. Aunque hablemos de
estos elementos como algo que todos asociamos a “cosas físicas”, se trata de energías
arquetípicas, estados vibracionales, que, luego, evidentemente, tienen su contrapartida en el
elemento “físico” que representan. El elemento “Fuego”, no es el fuego físico de una cerilla o una
hoguera, aunque este último nace de la energía del elemento “Fuego”. Las energías y principios
de estos elementos son producto de la combinación de las cuatro cualidades fundamentales que
hemos visto antes, que los producen de esta forma:
Elemento Tierra: La acción reactiva que posee la cualidad “seca” de cualquier energía o
materia, al ser aplicada sobre la cualidad “frío” divide a este último, evitando su total fijación y
transformación, de lo que nace el elemento Tierra, como principio condensador y receptor de
otras formas de materia.
Elemento Agua: La acción refrigerante, coaguladora, atónica y fijadora de la
cualidad Fríosobre Húmedo le da espesor a este último, lo aposenta y lo transforma en Agua,
principio de circulación y movimiento de la energía y la materia.
Elemento Aire: La acción expansiva, dilatante y rarificativa de la cualidad Caliente aplicada
sobre la cualidad Húmedo, lo transforma a este último en Aire, principio de la atracción molecular.
Elemento Fuego: La acción reactiva, retenedora, exaltante e irritante de la cualidad Seca sobre
la cualidad Caliente lo transforma a este último en Fuego, principio de dinamización violento y
activo de la energía y la materia.
En el ser humano, estos cuatro elementos combinados, son los que subyacen y producen el tipo
de formas mentales y emocionales que generan en nosotros cosas tales como:
Elemento Tierra: elemento principal de las formas de inquietud, taciturnidad, reserva,
prudencia, ternura contenida o egoísmo, espíritu concentrado o pretencioso, desconfiado,
reflexivo, ingenioso, estudioso, solitario, etc.
Elemento Agua: responsable de las formas de pasividad, indolencia, asco, lasitud, sumisión,
inconsistencia, versatilidad, pereza, inconsciencia, incertidumbre, timidez, miedo, etc.
Elemento Aire: responsable de las formas de amabilidad, cortesía, generosidad, destreza,
sutileza, iniciativa, prontitud, asimilación, ingeniosidad, armonía, etc.
Elemento Fuego: responsable de las formas de violencia, autoridad, ambición, entusiasmo,
presunción, orgullo, irascibilidad, ardor, fervor, valentía, generosidad, pasión, prodigalidad,
fogosidad, vanidad, etc.
Y aquí lo dejamos de momento. Con esta primera síntesis hemos visto de dónde nacen las
cualidades a transmutar a nivel energético en el ser humano, que son llamadas metales, en
lenguaje alquímico, y como todas estas formas, cualidades y energías negativas que hemos
descrito, son producto de la combinación de los cuatro elementos primarios de la Creación con
sus cuatro cualidades o estados básicos. Ahora nos falta ver en el siguiente artículo que sucede
al combinarlos, y como seguían trabajando los alquimistas para llegar a tener acceso a su piedra
filosofal, su mónada o esencia, que les permitiera hacer la transmutación de todo ello, en ese tan
buscado “oro”.

Nociones de alquimia (II)


6 febrero, 2016
Nos habíamos quedado en el artículo anterior hablando de los componentes de un diagrama que
nos servía para entender el proceso de transformación interior que el alquimista buscaba
completar, mediante la aplicación de la piedra filosofal, para transformar el metal (cualidades
negativas) en oro (pureza y perfección). Esto, en el lenguaje coloquial que todos entendemos, no
significa otra cosa que despertar el potencial de la esencia o mónada en cada uno, para que su
energía transmute y transforme todas las formas etéricas, mentales y emocionales negativas y se
produzca, paulatinamente, la transformación del ser humano en algo “puro”, como el oro
representa la pureza frente al resto del reino mineral.
Los tres principios fundamentales
Ahora que hemos visto los cuatro elementos arquetípicos que componen todo lo que somos por
combinación de sus energías y principios (tierra, aire, fuego y agua), y sus cualidades más
importantes (húmedo, seco, frío y caliente), en el diagrama del artículo anterior nos encontramos
con que, combinando estos elementos, obtenemos tres principios muy importantes para el
alquimista, que son:
El Azufre: La cualidad de un elemento “Caliente” contenido en el Fuego y en el Aire, engendra y
crea un principio de naturaleza caliente, fecundante, fermentativa, que en la alquimia recibe el
nombre de Azufre. Es el principio másculino y activo, y su color fundamental es el rojo. En el ser
humano, cuando se habla del azufre, nos estamos refiriendo al Espíritu, un cuerpo superior de
nuestra composición multidimensional. El Azufre corresponde al despertar en la persona de la fe
(no asociado a conceptos religiosos) por la naturaleza divina de todas las cosas.
El Mercurio: La cualidad “Húmedo”, contenida en el Aire y en el Agua, engendra y da lugar a un
principio de naturaleza vaporosa, sutil, mutante, generadora, que recibe el nombre alquímico
de Mercurio. Es el principio femenino y pasivo, y su color es el azul. En el ser humano, el
mercurio es la metáfora para hablar del Alma de una persona y del cuerpo causal. El mercurio
corresponde a la cualidad de la esperanza en una persona.
La Sal: La cualidad “Seco”, contenida en el Fuego y en la Tierra, engendra un principio de
naturaleza seca cohesiva, coaguladora, que recibe el nombre de Sal. Es el principio de
unificación de la energía activa con la pasiva, el principio másculino con el femenino, y el
resultado de su unión. Se asocia al color amarillo y, en el ser humano, se refiere al cuerpo físico y
su sistema energético asociado (cuerpos etéricos, emocionales, mentales). La Sal es también la
cualidad de la caridad en el ser humano para con sus semejantes.
Vemos así como, cuando se habla de transmutar la “Sal”, estamos hablando de purificar la triada
inferior física y energética de una persona, cuando se habla de trabajar el Mercurio, estamos
hablando de limpiar y purificar sus facetas del alma, cuando hablamos del Azufre, estamos
trabajando con los componentes y cuerpos superiores del ser humano.
Ahora, con esta base, el proceso alquímico puede diagramarse de esta forma mucho más
detalladamente:
Aquí arriba veis los cuatro elementos, sus cualidades combinadas, los tres principios que estos
forman, y las tres fases de las que hablamos en los artículos anteriores de ennegrecimiento,
blanqueamiento y enrojecimiento.

Los dos metales de los sabios filosóficos

Todo el trabajo alquímico de transformación personal se inicia con la purificación de la sal y los
metales rudos asociados, luego el mercurio y luego el azufre, mediante fórmulas y
procedimientos de purificación de cada uno de esos metales para que dejen atrás su parte
“impura” y puedan ir dando lugar a elementos de mayor calidad. Al ir limpiando, sanando,
liberando y transmutando todo aquello pendiente a nivel de cuerpo físico, etérico, emocional,
mental, causal, álmico, espiritual, etc., los alquimistas vieron que se generaban otros dos estados
“vibracionales”, energéticos, que fueron llamados los “metales de los sabios”. Y que eran:

Plata filosófica de los Sabios: Estado de un ser humano que resulta de la absorción de cierta
cantidad de Azufre por una determinada cantidad de Mercurio. Se trata del estado en el que el
espíritu humano es cristalizado y manifestado por la acción expansiva, transmutadora y
potenciadora del alma de esa persona, que hace catalizador y detonante para que el espíritu se
desarrolle. Corresponde al despertar de la sabiduría en una persona (centro de consciencia
universal, noveno chakra).
Oro filosófico de los Sabios: Estado en un ser humano que resulta de la absorción de cierta
cantidad de Sal por una cantidad determinada de Azufre. Se trata del estado en el que el espíritu
ha sido desarrollado y potenciado por la expansión, limpieza, transmutación y transformación del
cuerpo físico y sus componentes etéricos, emocionales y mentales. Corresponde también al
desarrollo de la inteligencia superior en una persona (centro intelectual superior, octavo chakra).

Obteniendo la piedra filosofal

Finalmente, ¿cómo se obtenía la manifestación total de la piedra filosofal? ¿cómo se accede en


alquimia al despertar de la esencia o de la mónada interior de cada uno? Como ya podéis ver en
el diagrama, era la combinación de la plata y el oro filosófico los que permitían al alquimista
obtener la crisopeya, la luz divina, el acceso a la partícula primordial de su interior, su piedra
filosofal. Para ello, había de pasar por un largo proceso en el que su cuerpo, su alma y su
espíritu habían sido refinados, purificados y sucesivamente pasados por los procesos de
ennegrecimiento, blanqueamiento y enrojecimiento que ya vimos anteriormente. Solo así,
entonces, la luz de la esencia aparecía de forma sublime por la combinación y mezcla del estado
vibracional de todos los componentes que hemos descrito, al tener vía libre para poder acceder
al vehículo orgánico al cual está enlazado en esta encarnación.

Un trabajo personal

Creo que ninguno de nosotros somos alquimistas de libros antiguos, pero si que todos tenemos
formas de auto sanar y limpiar nuestro sistema energético. El despertar de la esencia es la
culminación de la mezcla del estado energético que asole el alma, con el estado energético y de
desarrollo de los cuerpos físico, etérico, emocional y mental, con el estado asolido al cristalizar el
espíritu. De esta forma, la mónada tiene vía libre para salir al exterior y hacerse presente y
patente como herramienta de transmutación y transformación interior. La alquimia antigua lo
expresa de una forma que nos resulta extremadamente oscura y complicada, pero no lo es tanto,
al menos no cuando usas un lenguaje más adaptado a nuestros tiempos y tienes herramientas
de transformación personal como lo son las decenas de técnicas energéticas combinadas que
pululan por el mundo.

La cuestión es si uno está dispuesto a tomar las riendas de este proceso de transformación, pues
eso es lo complicado del tema. Habéis visto en el blog, si lo habéis leído desde el principio,
muchas de las fases por las que uno va pasando, especialmente con la transmutación de la sal
(el cuerpo y sistema energético asociado), las noches oscuras del alma, el descenso al
inframundo de cada uno, las luchas internas de las que nadie se da cuenta más que uno mismo
en su propio fuero al trabajarse interiormente, etc.

La Gran Obra es el proceso sublime en el que el ser humano busca lo mejor que tiene dentro, y,
de hecho, lo único que lo hace eterno, grande, cósmico, y lo lleva del estado de un simple metal
vulgar, al reluciente estado de ser puro, como el oro.

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