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Resumen
1. INTRODUCCION
La organización de una organización humana emerge como una red de relaciones que permiten
definirla como una unidad compleja. En la observación de esa red de relaciones, éstas aseguran
vínculos solidarios y firmeza relativa a esas uniones por lo cual la entendemos como una
unidad. La organización con su carácter emergente transforma, produce, congrega y conserva
la calidad de relaciones que se asemejan a sí misma. Frente a esto, no resulta fácil desmontar
las estructuras jerárquicas de toma de decisiones y sustituirlas por una dinámica decisional
compartida, ya sea a través de estructuras en redes de trabajo colaborativas, heterárquicas o
transversales. Por más que éstas teóricamente permitan o faciliten las mejores soluciones
posibles. Las posibilidades de evaluar las posibilidades de este cambio resultan en extremo
difíciles ya que no se cuantifica el cambio en la red de relaciones y, porque las expectativas
están puestas en observar y asimilar el cambio solo en la técnica y en la tecnología, en lugar de
internalizar e impulsar el cambio en el modo de pensar y de actuar de los agentes que, en
definitiva, son los que determinan la naturaleza de la cultura administrativa y organizativa. Así,
el proceso general se ve afectado de principio a fin generando alta variabilidad para llevarlo a
cabo. Esta variabilidad, producto de los procesos de comunicación en “silos”, ignora la
optimización global del proceso de identidad organizacional, lo cual se refleja en la
sobreutilización de las partes, sumado a la generación de mayor variedad que la requerida en
los procesos de toma de decisiones a lo largo de toda la estructura organizacional. Frente a esto,
el desafío que debe enfrentar un proceso de gestión es lograr el diseño de una estrategia que le
permita, a través del conocimiento de la estructura relacional, disminuir la variedad no
requerida, o desperdicio, producto de aquellas relaciones que generan disociación, pérdida de
complejidad y consecuentemente de organización, retrasando o dificultando el proceso
decisional.
La corrección, anticipación y/o eliminación de eventos disruptivos, permite que el valor que se
propugna se propague en la red organizacional dado que ésta puede ser vista como un “fluido”
que porta el sentido semiótico de la visión política constituida en la gestión, para así lograr el
objetivo estratégico. Si visualizamos este complejo de fluidos (semióticos), podemos localizar
aquellos puentes “cortados” que detienen o frenan su dinámica de significados. En otras
palabras, aquellas relaciones que priorizan otro tipo de flujos en desmedro de la configuración
relacional que comparte la visión política. Es en relación con éstos, que diseñamos el proceso
inteligencia estratégica de procesos (IEP)(Lavanderos and Massey, 2015)), como método de
corrección de las estructuras relacionales que retardan la propagación y reproducción de la
estrategia decisional de la organización.
La figura N°1 a continuación muestra la base conceptual para Sistemas Relacionales Viables
(Viable Relational Systems: VRS).
VIABILIDAD
RELACIONAL
SUSTENTABILIDAD SOSTENIBILIDAD
ESTRATEGIA
DE ENCAJE
Una organización es viable relacionalmente si sus relaciones precisamente la hacen viable. Esta
afirmación resulta fundamental a la hora de establecer la forma que se constituye la
relacionalidad de una organización. Bajo esta visión todo proceso es productivo, no es posible
separarlos en primarios y de apoyo. La identidad de la organización no es el resultado de lo que
produce, sea este producto o servicio, sino la estrategia para producirlo. Desde esta perspectiva,
una organización puede explicarse como un fluido semiótico, en el que analógicamente con los
canales de regadío, debe ser organizado de manera que se obtenga la mayor extensión efectiva
y la mejor calidad de significado. Por lo mismo, la organización del siglo XXI debe despedirse
del modelo Tayloriano si desea incorporar el dominio cognitivo como valor de la compañía.
4. EVALUACION DE LA SOSTENIBILIDAD
Como lo señaláramos en párrafos anteriores, la robustez de la viabilidad es el resultado de la
forma y grado en que lo sostenible y lo sustentable, encaja entre sí. Por este motivo, el modelo
de procesos e s el ámbito adecuado para evaluar esta correspondencia, ya que ésta nos develará
la estrategia de acoplamiento. Sobre esta base, es imprescindible evaluar el estado de la red de
relaciones (Sostenibilidad) y la estructura del patrimonio energético-material (sustentabilidad).
Tanto para la coherencia como para la congruencia se miden las siguientes variables:
La diferencia que surge entre lo manifiesto, que es el esquema de acción y el soporte de este,
es la relación cognoscitiva, ésta es fundamental y permite establecer la diferencia entre el
concepto de autopoiesis y de ecopoiesis, Lavanderos, L. y Malpartida, A., (2005), Lavanderos,
L., & Massey, K. (2015)), Malpartida, A.R. y L. Lavanderos (2000), Maturana, H. & Varela,
F. (1984),Varela, F., et al., (1992),Varela, (1998).
La primera noción constituye una visión importante pero que es finalmente reductiva, puesto
que para ser coherente opera en el ámbito molecular, es decir en el campo de las interacciones,
de las causalidades, de lo manifiesto. La segunda noción, a diferencia de la primera, opera en
el ámbito de las relaciones, los vínculos, de lo subyacente. La autopoiesis cierra para clausurar,
divide entre lo interno y lo externo, en la ecopoiesis esto no es necesario porque la red de
relaciones opera conservando aquellas relaciones que reproducen su organización de manera
espontánea. En otras palabras, ocurre lo que hemos definido como viabilidad relacional para
diferenciarla de la definición de Beer, Beer, (1974/1985).
Por otro lado, aun considerando solo acciones y para terminar de plantear nuestra propuesta
con una imagen respecto del pensamiento cibernético decimos que: “nos interesan no solo los
peces que pescamos, sino también los que dejamos de pescar”. ¿Cómo cartografiamos todas
esas restricciones que nos pasamos por alto? – ¿cuántos peces dejamos de pescar? - Esto es la
variedad no requerida.
Frente a esto, podemos prescindir de aquello que llamamos “lo externo o ambiente”, para lograr
la coherencia entre la operación y la administración necesitamos fijar las relaciones entre la red
de conocimiento (administración) y los procesos (operación), lo que se consigue a través del
arte o cultura del quehacer de la red para dichos procesos.
Con estos conceptos, la red relacional se diseña sobre la base de 3 elementos que generalmente
no se piensan como un conjunto, estos son: los procesos, la red que los lleva a cabo y la cultura
o el “cómo lo hacen”. En un segundo momento es necesario considerar el cómo se relacionan
estos 3 elementos, lo que nos lleva a la definición del VRS, para esto hemos utilizado los
siguientes conceptos:
Según esto, el modelo VRS queda determinado de la siguiente manera (Fig N°2)
FIGURA N°2 Modelo viable relacional sistémico; agentes, decisiones y procesos conectados
por diversidad conectiva, variedad y variabilidad
Según lo señalado anteriormente, el modelo se genera a partir de calibraciones que; dentro del
proceso de investigación, van desde el diseño a su formalización. Formalmente obtendríamos
un modelo como el siguiente (Fig. N°3):
FIGURA N°3 Modelo viable relacional sistémico formalizado
La construcción del modelo VRS, plantea que, para la disminución de la variabilidad de los
procesos involucrados en su gestión, se debe explicitar el modelo de toma de decisiones de la
red de conocimiento, de manera de exponer el comportamiento de las variables que dan cuenta
de la salida de su proceso. Esto permite no solo el control de los mismos, sino que además pone
en evidencia la transparencia de resultados para todos los actores involucrados en la cadena de
valor.
El soporte sistémico donde se detecta este fenómeno es una Holored. Este constructo se basa
en tres redes formales integradas (la organización, los procesos y los flujos), donde cada una
ocupa un nivel y se interconectan en forma totalmente conexa. Tal disposición engendra una
“topología espontánea” que permite calcular todas las relaciones entre sus elementos,
privilegiando en todos y cada uno de los elementos involucrados el uso de la estructura
relacional VRS. Esto nos permite determinar el nivel de variedad no requerida y obtener los
conceptos sistémicos para interpretar los niveles de viabilidad y complejidad que surge del
acoplamiento de las tres redes. El VRS integra la red de conocimientos que preserva las reglas
del arte para el funcionamiento organizacional, preservando su existencia y brinda los
elementos de juicio necesarios al modelo de toma de decisiones, desde el cual se estructuran
los procesos por una parte y por otra, esta misma red de conocimientos otorga la información
para mantener el control sobre la unidad de diversidad conectiva y a la vez, permite observar
la variedad necesaria para que; tanto el modelo de toma de decisiones y los procesos, puedan
generar la variabilidad que de sustentabilidad y viabilidad a esta estructura relacional.
Esa estructura relacional, se conectará, por una parte, con todas las demás unidades relacionales
(VRS) y por otra, a nivel de la diversidad conectiva, en función de la topología conexa. La
representación formal de todo esto corresponde a la idea de un rizoma, Deleuze, Gilles &
Guattari, Félix (1980).
Luego: 𝟏 ≤ 𝒙 ≤ 𝒏 y 𝒙 ∈ ℕ
𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) = 𝒂𝟐 𝒙𝟐 + 𝒂𝟏 𝒙 + 𝒂𝟎
𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) = 𝟎, 𝟐𝟓
𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) = 𝟎, 𝟒
𝑽𝑵𝑹𝑻 = 𝒂𝟐 𝒏𝟐 + 𝒂𝟏 𝒏 + 𝒂𝟎
RANGOS CLASIFICACIÓN
Variación no requerida de disociación grave, indica que la variedad no requerida será “un
aporte significativo en el desarrollo de procesos disociativos en toda la organización”.
Las dos primeras clasificaciones del índice de variedad no Requerida (justificada por holgura
y justificada por desarrollo), constituyen alertas tempranas para poder explorar ajustes y
cambios estructurales y no estructurales, siempre sujetos a evaluación y/o observación. En
tanto que, las tres últimas de esta clasificación (de transición, de disociación y de disociación
grave), llaman a asumir la responsabilidad y el liderazgo, para poder proveer cambios de mayor
envergadura y profundidad, atendiendo el carácter grave del diagnóstico, lo cual demanda
revisar idoneidades y todo tipo de habilidades de los miembros de la organización.
Definición:- El error típico 𝑬𝑻(𝑽𝑵𝑹), dice de la relación con la diferencia cuadrática media
ajustada con dos grados de libertad entre la distribución teórica dtVNR y la distribución lograda
(observada) de VNR y se determina mediante:-
𝟐
∑𝒙(𝑭𝒅𝒕𝑽𝑵𝑹 (𝒙) − 𝑽𝑵𝑹(𝒙))
𝑬𝑻(𝑽𝑵𝑹) = √
𝒏−𝟐
Porcentualmente, este valor expresa la discrepancia entre el valor logrado (observado) para la
VNR y el esperado mediante la VNR.
9. CONCLUSIONES
Las limitaciones que impuso la ley de conservación de la energía al ser reconocidas como tales,
se transformaron en principios, criterios de diseño y cálculo, siendo de gran valor para los
ingenieros y físicos.
Es decir, que el hecho de atenerse a lo tangible o principio de realidad, hace necesario absorber
variedad, lo cual significa que las distinciones sobre aquello que llamamos lo externo (la cosa
en sí misma), tienden al infinito y, necesariamente tienen correlación con el paradigma vigente.
Sin embargo, más que un problema a resolver desde la tangible o de las interacciones
materiales, su solución es fundamentalmente epistemológica. La historia de la Ciencia, permite
entrever que es “la historia” de la disminución de la variedad no requerida, porque en el proceso
de generación de valor, ésta no solamente produce valor igual a 0 sino que, también genera
valores menores que 0. Por consiguiente, la variedad no requerida, destruye variedad. Las
creencias derivadas del uso de la energía y la producción de entropía, apuntan a distribuciones
que no dicen de relación con la naturaleza relacional humana en particular y con lo vivo en
general. Esto es que no pueden reducir los procesos de comunicación, información, ni el fluido
semiótico que genera los distintos niveles de significación en la comunicación. De hecho, lo
que podría explicar la disminución de la entropía, es la disminución de la variedad no requerida
en la medida que se da en el ámbito de la comunicación, significación y toma de decisión
humana.
10. BIBLIOGRAFIA
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Systems", Cybernetica 1, p. 83-99.
Beer, S. (1985). Diagnosing the System for Organizations. Chichester, UK: Wiley & Sons.
Callaos, N., & Callaos, B. (2002). Toward a Systemic Notion of Information: Practical
Consequences. Informing Science: An International Journal of an Emerging Transdiscipline,
5(1), 1-11.
Deleuze, Gilles & Guattari, Félix (1980). RIZOMA (MIL MESETAS 1980). Paris: Minuit.
Lahitte, H.B., J.A. Hurrell y A. R. Malpartida. 1987. Relaciones: de la ecología de las ideas a
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Lavanderos, L., & Massey, K. (2015). From Manufacture to Mindfacture: A Relational Viable
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Maturana, H. & Varela, F. 1984. El Árbol del Conocimiento. Las Bases Biológicas del
Entendimiento Humano. Editorial Universitaria, Santiago.
Varela, F., Thompson E. y Rosca E. (1992). De cuerpo presente. Las Ciencias cognitivas y la
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