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BUROCRÁTICO
MODALIDAD MIXTA
1er. CUATRIMESTRE
HISTORIA UNIVERSAL
DEL DERECHO
CODÍCES MAYAS
CATEDRÁTICO
LIC. CARLOS JARAMILLO DIEGO
ALUMNO
EDUARDO ANTONIO MARTÍNEZ MORA
Aunque han llegado cuatro a nuestros dias, eran muchos más los libros mayas
escritos al tiempo de la conquista de Yucatán en el siglo XVI, pero casi todos fueron
destruidos más tarde por conquistadores y sacerdotes. En particular, los
encontrados en la Península de Yucatán fueron destruidos por órdenes de Fray
Diego de Landa en julio de 1562. Juntos, los códices, son una fuente de información
primaria de la cultura maya, junto con las inscripciones en piedras y monumentos,
y estelas que sobrevivieron hasta nuestros días y los frescos de algunos templos.
Muchas de las claves para entender al mundo maya fueron así destruidas.
Alonso de Zorita escribió que en 1540 él vio esos libros en el Altiplano de Guatemala
que “narraban su historia de más de Ochocientos años atrás y que le fueron
interpretados por Indígenas muy ancianos” (Zorita 1963, 271-2). Fray Bartolomé de
las Casas se lamentó cuando descubrió que esos libros fueron destruidos y escribió:
"Estos libros fueron vistos por nuestros clérigos, y yo aún pude ver restos quemados
por los monjes aparentemente porque ellos pensaron que podrían dañar a los
Indígenas en materia de religión, ya que se encontraban al inicio de su conversión".
Los últimos en ser destruidos fueron los deTayasal Guatemala, la última ciudad de
América en ser conquistada en 1697.
El Códice de Dresde;
El Códice de Madrid, también conocido como el Códice Tro-Cortesiano;
El Códice de París, también conocido como el Códice Peresiano;
El Códice de Grolier, también conocido como el Fragmento de Grolier.
Además de estos 4, han aparecido otros en excavaciones arqueológicas pero se
encuentran en un estado pésimo y apenas quedan restos de pintura.
Las pinturas y glifos han sido realizadas con todo cuidado habiéndose usado un
pincel extremadamente delgado. Por las características estilísticas del documento
es posible que haya sido realizado por ocho escribas distintos. Se sabe que es copia
de uno más antiguo porque se utilizan dos tipos distintos de los signos de los días
que a su vez corresponden a épocas diferentes. Las páginas están enmarcadas por
una linea roja con la excepción de la 74. La mayoría se dividen horizontalmente en
tres partes por medio de delgadas líneas rojas.
l códice es un calendario mostrando qué dioses influyen en cada día ya que trata
asuntos adivinatorios que se desenvuelven en un marco de rituales vinculados a la
cosmología, la astronomía y el calendario. Así, el códice Dresde explica detalles del
calendario y del sistema numérico de los mayas.
En el Códice Dresde aparecen representados cada una con treinta de los signos
utilizados en el calendario de 260 días llamado "tzolkin". Cada uno de los signos
representa el día en el tzolkin en donde ha comenzado una posición particular de
uno de los cinco períodos de Venus que complementan ocho años de 365 días. Las
cuatro columnas de cada página en particular representan a Venus en su posición
como la conjunción superior, la estrella de la mañana, la conjunción inferior, y la
estrella de la tarde. En la parte inferior de cada página se muestra en números
mayas el número de días de cada período.
Mucho del contenido fue diseñado para ser reusado, aspecto que se explica debido
a las creencias mayas de que el tiempo es cíclico y la historia es en esencial
profética. Una sección que predice la aparición y desaparición del planeta Venus
incorpora números que pudieron haberse usado para corregir el error acumulado,
derivado de la carencia de fracciones en el sistema matemático. Los cómputos
establecidos en el códice bien pudieron haberse utilizado con una razonable
precisión hasta el final del siglo XV. Otros elementos remiten a una fecha de
elaboración durante el Posclásico Tardío.
Desde Madrid el códice llegó a Viena, donde el Rey tenía una de sus residencias.
El códice permaneció ahí sin ninguna consideración hasta que en el año 1739 fue
descubierto en una colección privada por Johann Christian Goetze, quien en aquel
tiempo dirigía la Biblioteca Real de Sajonia en Dresden. El códice aparentemente le
fue regalado por el desconocido dueño, ya que para él era algo inentendible y por
ende algo sin valor alguno. Goetze, sin embargo, donaría el códice en el año 1744
a la Biblioteca Real, relegándose al olvido.
Durante 70 años pasó inadvertido, hasta que en 1810 el destacado científico alemán
Alexander Von Humbolt lo dio a conocer en sus Vues des cordillérres et monuments
des peuples indígenes de l’Amérique, que incluía reproducciones de algunas de sus
páginas (la obra es un libro muy valorado por el que se ha pagado más de 90.000
dólares).
Poco después en 1825 o 1826 el italiano Agostino Aglio reprodujo parte del códice
para la obra de Lord Kingsborough llamada “Antiquities of México” en 9 volúmenes.
Aglio había preparado también una versión a color, pero Kingsborough murió antes
de que se publicara. Se llamó posteriormente Códice Kingsborough, en recuerdo de
su compilador, al conjunto de documentos facsimilares y de copias de los
manuscritosprecolombinos mesoamericanos que incluyó Lord Kingsborough en su
publicación original: Antiquities of Mexico
Durante el siglo XIX y XX el códice continuó siendo reproducido con mayor o menor
fortuna por distintas personas que visitaron la ciudad y fotografiaron la obra. Por
desgracia, durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Dresde fue
bombardeada por los aliados y el códice que lleva el nombre de esa ciudad sufrió
severos daños en 12 de sus páginas, debido al agua usada para apagar los graves
incendios que se propagaron por la ciudad. Por suerte, había ya copias de la obra
antes de la Segunda Guerra Mundial con lo que podemos saber su contenido antes
del deterioro.
El códice estaba dividido en dos partes y pasó a manos distintas. Esta es la razón
por la que el códice Madrid también se conoce como Tro-Cortesano debido a que
en un tiempo estuvo separado en dos partes.
Así tenemos por un lado el Códice Troano que perteneció a Juan de Tro y Ortolano
quien al parecer, lo compró a los descendientes de Hernán Cortés, pasando en 1888
a la propiedad del Museo Arqueológico de madrid.
l Códice de París o Peresianus, es uno de los códices mayas que aún se conservan,
recibió ese nombre por encontrarse en la Biblioteca Nacional e París. Su estado de
conservación es deplorable y muchas páginas han perdido los textos e imágenes
superiores e inferiores.
De hecho, los datos que sugieren el uso de un posible zodíaco provienen de este
códice donde aparecen dos líneas de figuras -sobre todo animales- suspendidas de
bandas celestes y acompañadas de fechas, intervalos y textos glíficos.
pesar de que los otros tres códices ya habían sido encontrados desde el siglo XIX,
el Códice de Grolier se dio a conocer en 1971. Se dijo que este cuarto códice maya
fue encontrado en una cueva en la sierra de Chiapas en 1965 junto a otros objetos
perecederos como una máscara de madera y una caja tallada también en madera.
Perteneció al doctor José Sáenz quién se los mostró al mayista Michael Coe en el
club Grolier de Nueva York, por lo cual se le conoce con este nombre. Su aparición
fue como una bomba.