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LICENCIATURA EN DERECHO

BUROCRÁTICO

MODALIDAD MIXTA
1er. CUATRIMESTRE

HISTORIA UNIVERSAL
DEL DERECHO

CODÍCES MAYAS

CATEDRÁTICO
LIC. CARLOS JARAMILLO DIEGO

ALUMNO
EDUARDO ANTONIO MARTÍNEZ MORA

Chilpancingo de los Bravo, Gro; a 19 de Octubre de 2018.


Los códices mayas son libros provenientes de la cultura maya de origen
prehispánico, esto es de antes de la conquista de América por los europeos, en
cuya escritura se emplearon glifos que aún no han sido totalmente interpretados.
Los códices han sido nombrados tomando como referencia la ciudad en la que se
localizan: el Códice de Dresde, tal vez el más importante y el más estudiado; el de
Madrid; el de París y el Códice Grolier, localizado este último en la sierra de Chiapas,
México, que solo recientemente ha sido reconocido por algunos expertos como
auténtico.

Aunque han llegado cuatro a nuestros dias, eran muchos más los libros mayas
escritos al tiempo de la conquista de Yucatán en el siglo XVI, pero casi todos fueron
destruidos más tarde por conquistadores y sacerdotes. En particular, los
encontrados en la Península de Yucatán fueron destruidos por órdenes de Fray
Diego de Landa en julio de 1562. Juntos, los códices, son una fuente de información
primaria de la cultura maya, junto con las inscripciones en piedras y monumentos,
y estelas que sobrevivieron hasta nuestros días y los frescos de algunos templos.
Muchas de las claves para entender al mundo maya fueron así destruidas.

Alonso de Zorita escribió que en 1540 él vio esos libros en el Altiplano de Guatemala
que “narraban su historia de más de Ochocientos años atrás y que le fueron
interpretados por Indígenas muy ancianos” (Zorita 1963, 271-2). Fray Bartolomé de
las Casas se lamentó cuando descubrió que esos libros fueron destruidos y escribió:
"Estos libros fueron vistos por nuestros clérigos, y yo aún pude ver restos quemados
por los monjes aparentemente porque ellos pensaron que podrían dañar a los
Indígenas en materia de religión, ya que se encontraban al inicio de su conversión".
Los últimos en ser destruidos fueron los deTayasal Guatemala, la última ciudad de
América en ser conquistada en 1697.

Solamente tres códices y una parte de un cuarto sobrevivieron hasta nuestros


tiempos. Tres de ellos llevan el nombre según el lugar de su custodia (los 3
primeros). El cuarto, lleva el lugar donde se expuso por primera vez en 1971. Éstos
son:

El Códice de Dresde;
El Códice de Madrid, también conocido como el Códice Tro-Cortesiano;
El Códice de París, también conocido como el Códice Peresiano;
El Códice de Grolier, también conocido como el Fragmento de Grolier.
Además de estos 4, han aparecido otros en excavaciones arqueológicas pero se
encuentran en un estado pésimo y apenas quedan restos de pintura.

l Códice de Dresde está guardado en la Sächsische Landesbibliothek (SLUB), la


biblioteca estatal en Dresde, Alemania. Desde el punto de vista artístico, se ha
considerado que el Códice Dresde, es el más bello de los tres manuscritos mayas
que se conocen, debido a la claridad de sus trazos y a la cuidadosa disposición de
los textos. Como hemos dicho es el más bello de los que se conservan y el de más
antigüedad. Tiene 39 hojas pintadas en ambos lados, largas y estrechas. Cada una
mide 20.5 por 9 cm y desplegado 3.5 m.

Las pinturas y glifos han sido realizadas con todo cuidado habiéndose usado un
pincel extremadamente delgado. Por las características estilísticas del documento
es posible que haya sido realizado por ocho escribas distintos. Se sabe que es copia
de uno más antiguo porque se utilizan dos tipos distintos de los signos de los días
que a su vez corresponden a épocas diferentes. Las páginas están enmarcadas por
una linea roja con la excepción de la 74. La mayoría se dividen horizontalmente en
tres partes por medio de delgadas líneas rojas.

l códice es un calendario mostrando qué dioses influyen en cada día ya que trata
asuntos adivinatorios que se desenvuelven en un marco de rituales vinculados a la
cosmología, la astronomía y el calendario. Así, el códice Dresde explica detalles del
calendario y del sistema numérico de los mayas.

Entre los principales temas se encuentran secciones dedicadas particularmente a


la deidad lunar, un calendario de Venus vinculado al sol y la luna, lo que muestra
que los mayas tenían un calendario más complejo asociado con ideas ceremoniales,
tablas lunares, profecías, rituales de año nuevo y agrícolas, una serie de fechas
calculadas a partir de los números registrados dentro de las ondulaciones de
cuerpos de serpientes, almanaques para adivinar las lluvias (de gran preocupación
para ellos por la suerte que correría el cultivo del maiz) o tablas de múltiplos de
varios números.

En el Códice Dresde aparecen representados cada una con treinta de los signos
utilizados en el calendario de 260 días llamado "tzolkin". Cada uno de los signos
representa el día en el tzolkin en donde ha comenzado una posición particular de
uno de los cinco períodos de Venus que complementan ocho años de 365 días. Las
cuatro columnas de cada página en particular representan a Venus en su posición
como la conjunción superior, la estrella de la mañana, la conjunción inferior, y la
estrella de la tarde. En la parte inferior de cada página se muestra en números
mayas el número de días de cada período.

Además, en el códice en las páginas que van de la 51 a 58 aparece reflejado la


importancia y el profundo análisis que los mayas dieron a los eclipses de sol, pues
en él se ha encontrado un calendario para prevenir eclipses. Hay que tener en
cuenta que el Sol era reflejo del orden cósmico estable y continuo. Los eclipses
rompían ese orden y regularidad, siendo considerados por los mayas como símbolo
de mal augurio sobre el mundo.

Mucho del contenido fue diseñado para ser reusado, aspecto que se explica debido
a las creencias mayas de que el tiempo es cíclico y la historia es en esencial
profética. Una sección que predice la aparición y desaparición del planeta Venus
incorpora números que pudieron haberse usado para corregir el error acumulado,
derivado de la carencia de fracciones en el sistema matemático. Los cómputos
establecidos en el códice bien pudieron haberse utilizado con una razonable
precisión hasta el final del siglo XV. Otros elementos remiten a una fecha de
elaboración durante el Posclásico Tardío.

Página del Códice Dresde


unque no lo sabemos con certeza, muy probablemente, en 1519 el famoso
conquistador Hernán Cortés lo envió personalmente a Madrid a la corte del entonces
Rey Carlos V, en conjunto con otras llamadas “curiosidades”, además de los tesoros
comunes.

Desde Madrid el códice llegó a Viena, donde el Rey tenía una de sus residencias.
El códice permaneció ahí sin ninguna consideración hasta que en el año 1739 fue
descubierto en una colección privada por Johann Christian Goetze, quien en aquel
tiempo dirigía la Biblioteca Real de Sajonia en Dresden. El códice aparentemente le
fue regalado por el desconocido dueño, ya que para él era algo inentendible y por
ende algo sin valor alguno. Goetze, sin embargo, donaría el códice en el año 1744
a la Biblioteca Real, relegándose al olvido.

Durante 70 años pasó inadvertido, hasta que en 1810 el destacado científico alemán
Alexander Von Humbolt lo dio a conocer en sus Vues des cordillérres et monuments
des peuples indígenes de l’Amérique, que incluía reproducciones de algunas de sus
páginas (la obra es un libro muy valorado por el que se ha pagado más de 90.000
dólares).

Poco después en 1825 o 1826 el italiano Agostino Aglio reprodujo parte del códice
para la obra de Lord Kingsborough llamada “Antiquities of México” en 9 volúmenes.
Aglio había preparado también una versión a color, pero Kingsborough murió antes
de que se publicara. Se llamó posteriormente Códice Kingsborough, en recuerdo de
su compilador, al conjunto de documentos facsimilares y de copias de los
manuscritosprecolombinos mesoamericanos que incluyó Lord Kingsborough en su
publicación original: Antiquities of Mexico

Durante el siglo XIX y XX el códice continuó siendo reproducido con mayor o menor
fortuna por distintas personas que visitaron la ciudad y fotografiaron la obra. Por
desgracia, durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Dresde fue
bombardeada por los aliados y el códice que lleva el nombre de esa ciudad sufrió
severos daños en 12 de sus páginas, debido al agua usada para apagar los graves
incendios que se propagaron por la ciudad. Por suerte, había ya copias de la obra
antes de la Segunda Guerra Mundial con lo que podemos saber su contenido antes
del deterioro.

Retrato de Hernán Cortés


l igual que el códice Dresde pudo haber sido enviado a Carlos I de España por
Hernán Cortés, junto al Quinto Real. En la primera carta de relación, Cortés
describe:"Más dos libros de los que acá tienen los indios". López de Gómara en su
crónica describe que "pusieron también con estas cosas algunos libros de figuras
por letras, que usan los mexicanos, cogidos como paños, escritos por todas partes.
Unos eran de algodón y engrudo, y otros de hojas de metl, que sirven de papel;
cosa harto de ver. Pero como no los entendieron, no los estimaron." Cuando se
envió la primera carta, la expedición de Cortés ya había tenido intercambios con los
mayas en la isla de Cozumel, y con los mayas chontales después de la batalla de
Centla.

El códice estaba dividido en dos partes y pasó a manos distintas. Esta es la razón
por la que el códice Madrid también se conoce como Tro-Cortesano debido a que
en un tiempo estuvo separado en dos partes.

Así tenemos por un lado el Códice Troano que perteneció a Juan de Tro y Ortolano
quien al parecer, lo compró a los descendientes de Hernán Cortés, pasando en 1888
a la propiedad del Museo Arqueológico de madrid.

En cuanto al Códice Cortesano o Cortesiano perteneció a Juan Palacios de Madrid


y fue también comprado por el mismo museo en 1872 por lo que tras la compra del
Códice Troano ambos representan una sóla obra y se exhiben en el mismo museo
desde 1788 conociéndose como Códice de Madrid. Sin embargo, el museo los
adquirió sin saber que se trataba de una misma obra y fue León de Rosny el primero
que se percató al examinarlos en 1880

Hoja del Códice Madrid. Museo de América, Madrid


l códice tiene 112 páginas (56 hijas pintadas por ambos lados), largas y angostas y
creadas con papel indígena.

Su contenido es calendárico y ritual y contiene también almanaques con temas tales


como enfermedades, ritos para provocar la lluvia, cosechas, etcétera. Al parecer los
sacerdotes lo consultaban para predecir el futuro y establecer los días más
adecuados para realizar distintas labores. Sin embargo, no posee el contenido
astronómico y matemático que se refleja en el Códice Dresde. Además, la calidad
es inferior al Códice Dresde pues el trazo de las figuras y glifos reflejan cierto
descuido.

l Códice de París o Peresianus, es uno de los códices mayas que aún se conservan,
recibió ese nombre por encontrarse en la Biblioteca Nacional e París. Su estado de
conservación es deplorable y muchas páginas han perdido los textos e imágenes
superiores e inferiores.

Se trata de un códice pequeño en comparación con los demás aunque originalmente


contaba con 24 páginas de las que dos se perdieron y en otras tantas el deterioro
es casi total.El mal estado podría deberse al ambiente y humedad en el que se
conservó, además de la falta de atención en la biblioteca de París, que lo adquirió
en 1832, pero cuyos bibliotecarios no lo cuidaron, al punto que estuvo extraviado
por algún tiempo.
resuntamente descubierto en una esquina de una polvorienta chimenea de la
Biblioteca Imperial de París (ahoraBiblioteca Nacional de Francia) tras ser adquirido
en 1832, se dio a conocer a partir de 1859 por parte de Léon de Rosny.

Este códice, también conocido como "Códice Peresianus", se encuentra en la


actualidad en el Fonds Mexicain de la Biblioteca Nacional de Francia y guardado
celosamente sin exhibición al público.No obstante de este códice existen
importantes copias que han permitido su estudio. Estas copias, en su mayoría, se
derivan de la versión cromolitografica de Léon de Rosny en 1887 (como la
publicación de Graz de 1968 y la de Chiapas de Thomas Lee Jr. de 1995) y la
versión fotográfica en blanco y negro de 1888.

Hoja del Códice París


l documento dispone tan sólo de un total de once páginas (es un códice bastante
pequeño), donde en dos se han perdido completamente todos los detalles, y en las
otras ocho se preservan razonablemente intactos los glifos ubicados en la parte
central, pero todos los motivos cercanos a los cuatro márgenes se han borrado.
Cada hoja mide de 20 a 25 cm por 12.5, realizado en papel indígena como los
anteriores (papel de amate).

Tampoco se conoce con exactitud la fecha de su realización pero sin duda


corresponde a un periodo prehispánico tardío (entre los siglos XIII y XV). Tampoco
en este código aparecen las figuras y glifos de la calidad del Código Dresde.

Segùn Severin (1981) el contenido conocido tradicionalmente del Códice Paris es


el siguiente:

La primera mitad contiene la secuencia de Katunes con sus respectives ceremonias


y ritos propiciatorios;
Las pp. 19 y 20 tratan de los cargadores del año;
El cuadro en las pp. 23 y 24 contiene un almanaque de siete juegos acompañados
por seres colgados de una via celestial, que tal vez es una representación del
zodiaco maya.
La única discusión completa acerca del códice es el trabajo de Bruce Love en "El
Códice de París: Manual para un sacerdote Maya" de 1994, que refiere su temática
a cuestiones rituales, correspondiente a los dioses y sus ceremonias, profecías,
calendario de ceremonias y un zodiaco dividido en 364 días.

De hecho, los datos que sugieren el uso de un posible zodíaco provienen de este
códice donde aparecen dos líneas de figuras -sobre todo animales- suspendidas de
bandas celestes y acompañadas de fechas, intervalos y textos glíficos.
pesar de que los otros tres códices ya habían sido encontrados desde el siglo XIX,
el Códice de Grolier se dio a conocer en 1971. Se dijo que este cuarto códice maya
fue encontrado en una cueva en la sierra de Chiapas en 1965 junto a otros objetos
perecederos como una máscara de madera y una caja tallada también en madera.
Perteneció al doctor José Sáenz quién se los mostró al mayista Michael Coe en el
club Grolier de Nueva York, por lo cual se le conoce con este nombre. Su aparición
fue como una bomba.

Dos años después, en 1973, el investigador norteamericano Michael D. Coe publicó


el facsímil del documento en un libro editado por el Grolier Club con el título de The
Maya Scribe and his World.

Hoja del Códice Grolier


s un fragmento de 11 páginas pobremente conservado en papel amate estucado, y
se ha determinado que debió pertenecer a un libro con 20 páginas. Cada página
mide 18 cm de alto por 12.5 cm de ancho. Por medio de datación por radiocarbono
se ha calculado que fue fabricado en 1230 d. C. +/- 130 años, lo que lo convierte en
el manuscrito más antiguo.

Actualmente está guardado en un museo de México, pero no expuesto al público.


Fotografías escaneadas del códice pueden encontrarse en Internet. Las páginas
son mucho menos detalladas que las de los otros códices. En cada página siempre
se encuentra la figura de un personaje mirando hacia el lado izquierdo de la página
e invariablemente sosteniendo un arma o algún instrumento. Arriba de cada página
hay un número. En la parte inferior parece haber una lista de fechas.

Sin embargo, la autenticidad del códice es muy controvertida. La mezcla de


sistemas de cálculo y de repertorios iconográficos sería según algunos, la mezcla
realizada por un hábil estafador. Otro motivo para pensar en su falsificación es la
ausencia de datos astrológicos y de predicciones.

Si bien la comunidad de mayistas se dividió en partidarios de la autenticidad, en


adversarios de ésta y en indecisos, se publicaron muy pocas reacciones o estudios
sobre el documento. Como jamás se estableció un verdadero debate, el tema sigue
abierto.

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