Seminario Mayor “San Pio X”

Cristología I
Anghelo Churampi Camacuari I Teología

LOS MILAGROS DE JESÚS

El autor Christian Schütz esboza el tema de los milagros en tres puntos. Parte con las
interpretaciones acerca de ellos en los sinópticos, posteriormente abordara sobre la
historicidad de los milagros de Jesús y por ultimo vera los milagros de Jesús a la luz del
misterio de Cristo.
El autor en la introducción del apartado refiere sobre la reflexión de los misterios
de Jesús no se deba estudiar la narración de los milagros de Cristo, sino la forma como
abordarlos, para ello el pasado ya dio orientaciones apologéticas, que se desplazó hacia
una consideración de la relación del milagro con la naturaleza. Esta consideración siguió
abriéndose a una línea afín: la relación del milagro con la historia, por ello se remarca
hoy la transparencia simbólica del fenómeno milagroso frente a una relación vacía y
estrecha. A ello se plantea de un nuevo modo el problema de los milagros de Jesús. Todo
el que intente dar respuesta tiene como punto de partida recurrir a los relatos bíblicos y
posteriormente emitir juicio sobre la historicidad y el significado de los hechos milagroso.
El autor propone una manera de interpretar los milagros partiendo de las
reflexiones de teología bíblica, esta manera de proceder dic el autor parte de los relatos
acerca de los milagros y dichos relatos son interpretaciones, a este proceder nos obliga a
ver que dichos relatos fueron sacados de fuentes de tipo especial. Un estudio de la
interpretación de los milagros de Jesús debe, pues, guiarse por lo que figura en las fuentes:
históricas y bíblicas. Lo que de la fuente se desprende es un hecho histórico, son
realidades históricamente consignadas que precisan de interpretación y que salen a la luz
cuando el texto se usa como fuente. En lo que sigue intentaremos captar la forma que este
acontecimiento reviste en los evangelios que lo transmiten.

En el milagro de la curación de la suegra de Pedro, en Mc se narran subrayando

la relación con la enseñanza de Jesús. Su palabra es acción, y su acción es palabra. Con
su enseñanza comienza el reino de Dios, sobreviene la gracia y la salvación: Para destacar
esta dimensión de la enseñanza de Jesús narra Mc la curación de la suegra de Pedro; Mt
entiende este episodio como un fragmento de la obra de Cristo, en la cual uno se ve
confrontado directamente con la voluntad y el derecho de Dios que consta en la escritura;
Lc el acento se desplaza hacia la acción y la obra. Jesús actúa para cumplir la escritura,
la acción de Jesús acredita la escritura.

En el milagro de la tempestad calmada en Mc el verdadero trasfondo de esta

descripción lo constituye el tema veterotestamentario de la lucha. Este fragmento es
reflejo de un enfrentamiento total entre Dios y la naturaleza, con la cual parecen
identificarse en cierto modo los discípulos. Al vencer a estos elementos, vuelve a verse
rescatada la creación hostil y sumisa de Satanás, Dios recupera el control sobre ella y la
encamina a su meta escatológica; Mt inserta este episodio en su ciclo de milagros, seguido
de dos dichos sobre el seguimiento. Este proceder está indicando que el tema del
seguimiento se prolonga de forma de un relato de milagro, que volverá a dar doctrina
sobre la esencia y el estatuto del seguimiento; en Lc el relato de la tempestad va precedido
de la escena de Jesús y sus parientes que quieren verle a toda costa, verle quiere decir que
quieren ver milagros. La postura crítica de Jesús frente a sus parientes constituye el
sombrío reverso de que será la auténtica relación con él por fe y libre elección. Este es el
tema que Lc quiere desarrollar con la narración de la tempestad calmada, al hacer que
Jesús realice ante sus verdaderos parientes, los discípulos, un milagro que nade en
absoluto le ha pedido.

En el milagro de la curación de la hemorroisa y resurrección de la hija de Jairo,

Mc muestra como trasfondo que el verdadero punto de arranque es que Jesús actúa por
influjo de Espíritu Santo, es portador del Espíritu Santo. Aquí aparece el Espíritu Santo
como elemento activo, mientras que la persona se comporta pasivamente. Este espíritu se
exterioriza para resucitar a la hija del Jairo, a través de Jesús por sus palabras; Mt ve a la
fe como un papel activo para que Jesús pueda obrar. Esta fe brota normalmente en una
situación de apuro. Se enciende por así decirlo, en una herida patente, etc. Esta
experiencia desencadena una serie de acciones que abren paso a Jesús; Lc quiere narrar
en su versión de la hemorroisa una acción de Jesús, destinada al pueblo. Vigorosamente
subraya tanto el papel de la fe como poderosa intervención de Dios.

El autor después de las reflexiones hechas acerca de los milagros dice que han
mostrado que en los relatos bíblicos de los milagros nos encontramos con interpretaciones
de hechos, no con esos hechos mismos. El problema de su historicidad cedió el paso al
problema de su mensaje y su significado. Este intento de interpretaciones, vio que no más
de una ocasión eran muy variadas.
Las reflexiones de Jesús anteriores sobre el significado y la historicidad de los
milagros de Jesús tienen su prolongación lógica en el problema de cuál es la realidad que
está en la base de los relatos de milagro. Al afirmar que solo la fe en el resucitado nos da
la base para poder hablar de los milagros de Jesús y para creer en ellos estamos
expresando orden irreversible de valores. Al emprender una revisión del concepto de
milagro a partir de la resurrección, resulta, en primer lugar, que todos lo milagros se
relativizan.
El autor hace una crítica a la manera de como se ve el tema de los misterios de Cristo en
este caso sobre los milagros, propone una perspectiva diferente de interpretación y en ello
plantea una forma diferente de abordar las reflexiones respecto al tema.