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DO DE INFORMA- T R A D O D E I N-
CIÓN GENERAL F O R MA C I O N
50 CÉNTIMOS ** *g G E N ERA L i

dades escénicas, ni tampoco hubieran co- y atropelladas lecturas; tierno y-delicado,


COMEDIANTES DE rrespondido con las obras, que ya piden por otra parte, ese poeta que, también
ANTAÑO cierta ampulosidad en su interpretación. con sencillez infantil, canta a su madre e
Lo mismo que, después, reí teatro de incluso la trae a cuento en unos versos de
IEI
IEMPRE que leo comedias del tea- Echegaray, al que los modernos actores amor.—el famoso "Nocturno", dedicado
S trc antiguo, pienso en los come- rara vez saben darle su verdadera tona- "A Rosario"—para situarla, cual deidad_
tro
diantes
dia que habían de representar- lidad.
las y me figuro las dificultades de su tra- Según "Archer, arbitro de la crítica en
tutelar, entre él y la mujer amada: "...mi
madre como un dios." Ese "Nocturno"
bajo. No es de creer que en aquellos Inglaterra, durante los últimos años del es la composición poética de Acuña que
tiempos las comedian fueran muy ensa- siglo, en el antiguo teatro inglés, le hizo imás popular, incluso én España,
yadas, por la continua variación de títu- pasado
y lo mismo puede decirse del español, hay nunca ajena del todo a la literatura de
los, necesaria para sostener la atención una parte que pudiéramos llamar dramá- las Españas ultramarinas. En las cartas
del público. No puede tampoco suponer- tica, y otra parte lírica, que _ es como que se escribían los novios del tiempo de
se que los actores salieran confiados al adorno o acompañamiento musical de la la Restauración, alternaban—y ello es ca-
apuntador y las comedias fueran apun- acción dramática. La inteligencia del ac- racterístico . de aquella sociedad—versos
tadas a voz en grito. No era aquel públi- de Bécquer y de Campoarnor, citados en
co, según testimonios veraces, para no tor debe adaptarse a las dos maneras, sin apoyo de la propia pasión; también, el
manifestar su desagrado de modo harto grave desentono al pasar de una a otra.
Como en la zarzuela, española, en el tea- "Nocturno", de Acuña, muy favorecido
ostensible no sólo con denuestos y sil- en la literatura epistolar de la época, y es
bidos,'sino con proyectiles de huerta. En tro antiguo hay que saber hablar y sa- dé suponer qué asimismo en la plática al.
las mismas comedias, por boca del gra- ber cantar.
cioso, ya se advierte el terror que a poe- Si aquellos comediantes que. interpre- versos oído de los enamorados de entonces. Son
tas y comediantes infundían los mosque- taron a Lope de Vega, a Calderón, a de arranque un tanto prosaico, pe-
teros y las mujeres asistentes a la cazue- Tirso, consiguieron alguna vez igualarse ro de ritmo tan fácil, claro tono sentimen-
tal y tal naturalidad, que hacen su emo-
la, que no eran las últimas en mostrar su con ellos, no puede dudarse que fueron ción sobremanera comunicativa:
disgusto'del modo más ruidoso. grandes comediante;;.
Debemos creer que, salvo inevitables Hoy son contados los actores que nos
excepciones, qué nunca quedaban impu- satisfacen en la representación de estas Pues bien, yo necesito
nes, los comediantes habían de llevar j obras. No-hay idea de los disparates que •decirte que te adoro,
decirte que te quiero
bien aprendidas las comedias y no pode- i he oído decir a muchos dé ellos. Y no con todo el corazón;
mos por menos de admirar su capacidad [ ya en el puro sentido artístico, sino en que es mucho' lo que sufro,
de memoria y de inteligencia para apren- el sencillamente gramatical. que es mtteho lo que lloro...
der aquellas relaciones de ciento y pico
de versos, descripciones de fiestas reales, Jacinto BENAVENTE Esta composición y ptra de corte bien
solemnes entradas de Reyes y Reinas, o distinto, "Ante un cadáver", son los tes-
de ciudades y lugares notables y aque- timonios que don Marcelino aduce en pro
llos conceptuosos sonetos y escenas a las de la fe qué las promesas poéticas de
que había que dar la mayor viveza en las M A N U E L A C U N A Acuña le merecían. De "Ante un cada-,
réplicas para 'su conveniente eficacia. ver", dice que acusa "una de las más vi-
Que hubo excelentes comediantes no s—\ ELEBRASE' hoy en Méjico—según gorosas inspiraciones con que puede hon-
puede dudarse. Alberf Rennert, en su li- f leo en la Prensa de allá—, con ade- rarse \&s poesía castellana de nuestros
bro "The Spanish Stage", menciona los V__^ cuados actos literarios, el primer
nombres de todos los comediantes que centenario d e l nacimiento de Manuel tiempos". Pero él lector de hoy si no se
•figuraron del año 1560 al 1680. De la ma- , Acuña, poeta a quien tocó el dramático deja dominar por criterios de autoridad,
yor parte sólo se sabe el nombre, pero y exigente papel de representar típica- quizá disienta del maestro, y guste tan
son muchos de los que se hace constar mente un momento determinado de la escasamente de esas declamatorias estr.o-
el mérito. Naturalmente, las actrices han lírica. El '"mal de siglo" prendió en su fas como de cualquiera otra de las varias
dejado mayor memoria, algunas, más que generación con más fuerza aún que en la poesías en qué Acuña se expresa con
%.ov su buen arte, por sus aventuras amo- inmediatamente anterior, • la romántica elocuencia tribunicia. Cuando, por ejem-
" rosas, que todo es* arte si bien se mira. por antonomasia, ya qué en el transcur- plo, apostrofa a César, a .Ciro y a Ale-
Entre los actores, los hubo muy nota- so de una a otra se' complicó el roman- jandro :
bles, celebrados por escritores famosos. ticismo con la ciencia experimental, en
Uno_ de ellos fue Arias, que estrenó "El- auge, y no sin equívocos y peligro- noVuestros nombres sublimes
castigo sin venganza", de Lope de Vega, pleno sos arrastres. Sobrevino a poco el natu- hacen arder la sangre de mis venas;
en la única representación de ceta obra, yo canto a Atenas enseñando a Roma-,
que no volvió a representarse hasta, ralismo, si bien fuera, la poesía el gé- no canto a Roma conquistando a Atenas.
nuestros días. Estrenó también "Las pa- nero más refractario a su influjo, porque
redes oyen", de Ruiz de Alarcón. Otro su propio fuero le preservaba mucho me- ¡Pobre Acuña! Nació bajo patético si-
célebre actor fue Morales, al que llama- jor, por ejemplo, que el suyo a la nove- no. Vivió poco y tumultuosamente. Estu-
ron "el Divino", como después en Fran- la. En el Parnaso hispanoamericano es. diante de Medicina, supo más del despojo
cia a la Bartet, también divina. Estrenó precisamente Acuña quien presenta ese humano qué del fin.sobrenatural. Le pe-
"El condenado por desconfiado" y "El momento—entre 1870 y 1880—, como si saba la vida, por mucho que quiso enga-
burlador de Sevilla", de "Tirso. buscamos en el Parnaso español el equi- ñarse con cantos al amor y a la liber-
valente, tal vez lo hallemos en Bartrina. tad, y un mal día, enloqueció. Dejó tras
Sebastián García de Prado mereció la Los dos malogrados, pero Acuña, para sí un drama escrito, "El pasado", no só-v.
•distinción de pasar con su compañía a mayor lección del caso, por su oscura vo- lo el drama de su truncada vida. Dejó,
Francia, al casarse la infanta María Te- luntad de suicida. Contaba entonces n o . sobre todo, muchas poesías, tornasola-
resa con Luis XIV. Aunque las come- más que veinticuatro años. das por ' contradictorias luces. Poesías
dias y los comediantes españoles no fue- propicias a la arenga y a la confesión,
ron muy del gusto de la Corte francesa, Menéndez y Pelayo, con aquella extra- ricas en notas de humor, sarcasmo, ter-
es de suponer que por adulación a la' ordinaria capacidad de comprensión, que nura, profundidad, sugestión... con ra-
nueva Reina, los cortesanos extremarían bien se podía calificar de paternal, por su malazos dé Musa que presiente extraños
su complacencia y beneplácito. amorosa inclinación a repartir premios y horizontes. E n l a literatura hispano-
No es difícil suponer cuál sería el mé- - castigos, a mimar y a corregir, matizan-, americana, Acuña representa la liquida-
iodo de estos comediantes. Por algunos dolo todo, dijo de Acuña: "En aquel ni- ción del ciclo romántico. Referido a la
actores que todavía hemos conocido y, ño tan infelizmente extraviado, había él renovación ulterior, es el precedente de
sin duda, continuaban una tradición, su I germen de un gran poeta." Se refería, ' sus compatriotas Gutiérrez Nájéra y Díaz
^escuela era, sin duda, declamatoria, como j al hablar de extravíos, a las muestras' de ¡ Mirón; a la vez, del Colombiano Silva y
canto llano, alargando Jas vocales y los descreimiento que tanto abundan en ¡a i del uruguayo Herrera Reissig.
finales de verso, todo lo cual permite oír obra de Acuña, niño todavía, por el aire
mejor al apuntador. No creo que la na- en cierto modo inocente y fatuo que so- M. FERNANDEZ ALMAGRO
turalidad y la sencillez fueran sus cuali- pla en sus versos, resabiados de primeras
de la Real Academia de la Historia

ABC (Madrid) - 27/08/1949, Página 3


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