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DUED
Junín – 2018
PREGUNTA 1
En base a la lectura: “Amar o depender” de Walter Riso, realice un
mapa mental del libro, extrayendo cinco conclusiones y la valoración
de la lectura para su vida personal.
PREGUNTA 2
MATRIZ DE CONSISTENCIA – PLAN DE TESIS
PREGUNTA 3
PREGUNTA 4
En base al libro: “Los cuatro acuerdos” de Miguel Ruiz, realice un
ensayo sobre la misma.
No hay La persona
relación apegada comienza
a sufrir una
sin riesgo. despersonalización
lenta e implacable.
AMAR O
DEPENDER
Si hay un síndrome de
abstinencia, hay
apego.
El desapego no es
desamor, sino una
manera sana de
relacionarse.
Entendemos el Lo que define el
desapego como apego no es
dureza de corazón, tanto el deseo
indiferencia o como la
insensibilidad, y La persona no apegada incapacidad de
eso no es así. es capaz de controlar renunciar a él.
sus emociones.
ESCALA DE
AUTOESTIMA DE
ROSEMBERG
AUTOR: Rosenberg,
1965; Atienza, Balaguer,
y Moreno, 2000.
OBJETIVO: explorar la
autoestima personal
entendida como los
sentimientos de valía
personal y de respeto a
sí mismo.
DESCRIPCION: La
escala consta de 10
ítems, frases de las que
cinco están enunciadas
de forma positiva y cinco
de forma negativa para
controlar el efecto de la
aquiescencia Auto-
administrada.
APLICACIÓN: Individual
: Sociópatas
DUED
Junín – 2018
INTRODUCCION……………………………...……………………………………………8
SOCIOPATAS
DEFINICION………………………………………………………………………………...9
TIPO…………………………………………………………………………….................15
TRASTORNO DISOCIAL………………………………………………………………...18
CARACTERISTICAS DE UN SOCIOPATA……………………………………………19
SINTOMAS……………………………………………………………………………......19
CAUSAS……………………………………………………………………………..........25
FACTORES DE RIESGO………………………………………………………………..27
PREVENCIÓN…………………………………………………………………………….28
DIAGNOSTICO……………………………………………………………………………28
TRATAMIENTO……………………………...……………………………………………29
CONCLUSIONES………………………………………………………………………...34
BIOGRAFIA…………………………………………………………………………….....35
Dentro del grave problema de la delincuencia y del estudio del comportamiento delictivo,
existe un tipo especial de delincuente que ha despertado siempre el interés de muchos
criminólogos, psicólogos, sociólogos y psiquiatras. Este, no es otro que, el psicópata
criminal. Son numerosos los autores que han estudiado y profundizado sobre el
comportamiento y la personalidad del psicópata y que han intentado dar una explicación
lógica, apoyada en numerosos casos por material experimental, de por qué se da en estos
sujetos una cierta predisposición a cometer actos violentos y a actuar en contra de las
normas y valores sociales que rigen la pacífica convivencia de nuestra sociedad. Existe
una cierta tendencia, muy criticable desde mi punto de vista, en la mayoría de los medios
de comunicación y en el mundo cinematográfico a asimilar el concepto de psicópata con el
de asesino en serie. Ésta, es una conceptualización mediática que solo sirve para atraer a
lectores y amantes del cine aficionados a los thrillers de asesinatos y que no debe
equipararse con el auténtico sentido del término psicópata a pesar de que en no pocas
ocasiones el psicópata criminal haya sido el causante de varias muertes violentas. Así
pues, el hecho de que un individuo padezca un trastorno psicopático no implica que tal
circunstancia lo convierta en un asesino en serie, ya que puede darse el supuesto de que
un psicópata cometa cualquier otro tipo de hecho delictivo, dada su versatilidad criminal
(agresiones sexuales, robos, hurtos, lesiones, tráfico de drogas, estafas, etc.) o,
simplemente, no cometa ninguno a pesar de estar constantemente flirteando con las
normas penales. En definitiva, puede que un psicópata sea un asesino en serie frío y
calculador, pero no todos los asesinos en serie muestran rasgos psicopáticos, incluso en
ocasiones, el asesino en serie, puede que se vea afectado por algún brote psicótico o
enfermedad mental. Por extensión, de estas conclusiones ya podemos extraer también, la
opinión dominante en la doctrina de que no todos los psicópatas son delincuentes ni todos
los delincuentes son psicópatas.
DEFINICION
Aunque no hay consenso entre los profesionales sobre exactamente lo que diferencia a los
sociópatas de los psicópatas, entre los que creo que cada uno es un trastorno separado,
hay una lista de diferencias importantes. En primer lugar, los sociópatas tienden a ser
nervioso y se alteran con facilidad. En segundo lugar, es probable que sean educados,
viven al margen de la sociedad, suelen vivir solos, les es difícil adaptarse al trabajo en
equipo, son incapaces de mantener un trabajo estable o permanecer en un solo lugar.
Algunos sociópatas forman grupos, a pesar de que no tienen respeto por la sociedad en
general. Ante los ojos de los demás, los sociópatas dan una imagen clara de perturbado,
dan la sensación de una "persona rara". La mayoría de los crímenes cometidos por
sociópatas tienden a ser de perfil desorganizado y espontáneo. Miguel Rivera (Charlie
Chop-off) es un ejemplo clásico de un psicópata y asesino en serie desorganizado, al igual
que Jack el Destripador.
Cuando toman la decisión para cometer el delito, los psicópatas planifican cuidadosamente
cada detalle y con frecuencia tienen planes de contingencia. Ahí está la marcada diferencia
entre el método de los delitos cometidos por sociópatas y psicópatas, la distinción entre
estos trastornos es tal vez aún más importante para la criminología de lo que es para la
psicología. Eso es porque los criminales psicópatas, a diferencia de los criminales
sociópatas, cometen crímenes muy organizados a menudo después de una meticulosa
planificación. Ted Bundy es un ejemplo clásico del asesino en serie psicópata y
organizado.
CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO
Por medio del marco de evidencias de las conductas patentizadas en el individuo, se puede
catalogar la magnitud en la persona. Según Kazdin & Buela-Casal en su estudio, se
encuentran evidencias primordiales que sirven de guía para poder identificar algún
trastorno clínico en la personalidad del individuo, una de estas es la frecuencia e intensidad
de conductas. También, en las acciones antisociales hay conductas de “baja frecuencia y
alta intensidad” (Kazdin, Alan E. & Buela-Casal, Gualberto, 1994), determinadas por el alto
alcance del producto de tal conducta que la frecuencia de la conducta durante el desarrollo
normal en el individuo (ej.: niño).
Otra de las características que se observa es la repetición, la longanimidad y magnitud de
la conducta en el individuo, siendo (según los estudios realizados por los autores
mencionados) una guía para poder definir niveles de la conducta antisocial. Como ejemplo
tenemos la conducta de aislamiento, esta conducta puede que no llame la atención a
Hay cuatro subtipos diferentes de psicópatas. La distinción más antigua entre los tipos
primario y secundario fue realizada por Cleckley en 1941.
El patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que define de
forma esencial el trastorno antisocial de la personalidad también ha sido denominado
psicopatía, sociopatía o trastorno disocial de la personalidad (APA, 2002). En este
apartado la atención se centrará en la psicopatía, pues en la literatura científica se la
viene relacionando muy estrechamente con el TAP hasta el punto de confundirlos o
considerarlos sinónimos del mismo trastorno. A pesar de tener mucho en común,
suponen trastornos distintos. Robert Hare, el creador de la Psychopathy Checklist-
Revised (PCL-R) para el diagnóstico de psicopatía, establece la diferencia entre
psicopatía y trastorno antisocial de la personalidad (2003): por un lado, el TAP se refiere
esencialmente a un conjunto de conductas delictivas y antisociales, lo cual provocaría
que la mayor parte de los criminales cumplan los criterios para este diagnóstico; la
psicopatía, por otro lado, estaría englobando determinados rasgos de la personalidad y
Si se atiende a los subtipos establecidos por los autores, el psicópata primario es aquel
más similar al trastorno antisocial de la personalidad descrito en el DSM-IVTR (APA,
2002) y, como se ha comentado anteriormente, este subtipo no tiene por qué darse junto
al TAP en un mismo individuo, y viceversa; aun así, los psicópatas antisociales y los
individuos con TAP comparten la persistencia del comportamiento delictivo (Juan-
Espinosa, 2013). También hay que tener en cuenta que el trastorno antisocial de la
personalidad se ha mezclado en la literatura científica con la criminalidad (Ávila-Espada y
col., 1995, citado en López Miguel & Núñez Gaitán, 2009). Esto no tiene realmente
justificación, pues si bien el diagnóstico de TAP puede aplicarse a buena parte de la
población reclusa, no se le puede aplicar a toda ella según la mayoría de los estudios al
respecto, sobre todo teniendo en cuenta que la prevalencia del TAP en este tipo de
población varía sustancialmente (Juan-Espinosa, 2013): el DSM-IV afirma que el 75% de
la población penitenciaria podría diagnosticarse con TAP, pero por ejemplo Schönfeld y
cols. (2006) encontraron que la prevalencia aproximada de TAP en los reclusos alemanes
era de un tercio (tanto hombres como mujeres) Así, por ejemplo, el DSM-IV hace alusión
a que cerca del 75% de la población reclusa puede ser diagnosticada de TAP, mientras
que Schönfeld y cols. (2006) informan de una prevalencia aproximada de un tercio de los
reclusos alemanes (tanto hombres como mujeres), y Fazel y Danesh (2002) estiman esta
prevalencia en un 47% de la población reclusa masculina y un 21% de la femenina (Juan-
Espinosa, 2013). El subgrupo de psicópatas antisociales tienen una elevada probabilidad
de cometer delitos y, de ese modo, de acabar dentro del sistema penitenciario. Se podría
estimar que entre el 15 y el 30% de la población penitenciaria son psicópatas (Juan
Espinosa, 2013). El estudio de Fazel y Danesh (2002, citado en Juan Espinosa, 2013),
que revisa 64 investigaciones que englobaban una cifra de presidiarios que ascendía a
22.700 y 12 países distintos, expone que el 24,7% de los reclusos cumplían con los
criterios de psicopatía, aproximadamente un cuarto de la población reclusa.
TRASTORNO DISOCIAL
CARACTERÍSTICAS DE UN SOCIÓPATA
Se estima que este trastorno es causado por una variedad de factores. Muchos son de
índole genética, pero también tiene mucha importancia el entorno de la persona,
especialmente el de los familiares directos, en su posterior desarrollo. Los investigadores
también consideran que existen factores biológicos que pueden contribuir en su progreso.
La manifestación de procesos químicos anormales en el sistema nervioso y posibles daños
en las partes del cerebro que atañen a la toma de decisiones pueden llegar a despertar un
comportamiento impulsivo y agresivo. Otra de las causas de TPA puede ser el abuso
de estupefacientes.
Hay una diferencia básica entre un sociópata y alguien que no lo es. Esa diferencia es la
conciencia. El sociópata no tiene conciencia, no siente remordimiento ni culpa.
En el año 2005, la psicóloga Martha Stout escribió un libro innovador, “El sociópata de la
puerta de al lado”, en el que se afirma que 1 de cada 25 estadounidenses comunes, en
secreto, no tiene conciencia.
Sí, es un pensamiento aterrador, sobre todo porque la conciencia no es visible y puede ser
falsificada. Para hacerlo aún más difícil, los sociópatas son excelentes actores. La
investigación sugiere que los sociópatas no poseen las emociones básicas tales como el
amor, la calidez, cercanía genuina o la responsabilidad.
Miente constantemente…
Ya sea sobre su pasado, lo que hace o deja de hacer, etc. se siente a gusto
haciendo de su vida una mentira. De hecho, los verdaderos sociópatas se sienten
incómodos cuando dicen la verdad.
Carece de remordimientos
Como ya hemos dicho, el sociópata nunca acepta la culpa de sus actos, errores o
faltas. Su respuesta habitual es culpar a otro y ponerse en el papel de víctima. Si
casualmente acepta la responsabilidad, lo hará por interés propio, de cara a la
galería, pero no lo siente en realidad. Es tan manipulador que incluso su
comportamiento puede indicar que realmente se siente culpable, y de esa manera
engañar lo suficientemente bien a las otras persona como para restablecer la
confianza perdida. Pero si prestamos la suficiente atención veremos que en
Carece de emocionalidad
Es muy inteligente
La mayoría de sociópatas poseen una gran agilidad mental y pueden tener facilidad
en el estudio casi sin abrir un libro. Si se empeñan lo suficiente, pueden obtener
calificaciones muy altas. Sin embargo, esta gente utiliza su inteligencia para
manipular y herir a las personas en lugar de ayudarlas. Su inteligencia extrema es,
en parte, lo que los hace tan peligrosos, ya que a menudo van varios pasos por
delante de los que tratan de descubrirlos y de este modo son capaces de cubrir sus
huellas. Por desgracia, muchos de los más horribles asesinos en serie tenían
cocientes intelectuales muy altos; motivo por el cual pudieron evadir a la policía
durante tanto tiempo.
Por lo general los sociópatas son tremendamente narcisistas y creen que son las
personas más extraordinarias del mundo. No les afectan las críticas y presentan
Los sociópatas suelen mantener durante mucho rato el contacto visual con su
interlocutor, pues se sienten a gusto mirando fijamente a las personas para hacerlas
sentir incómodas y lograr manipularlos. En sus memorias, “Confessions of a
Sociopath” (Confesiones de una sociópata), M. E. Thomas habla de su táctica
habitual de mirar durante mucho tiempo y de forma ininterrumpida a la gente para
conseguir lo que quiere.
Le gusta controlar
Los sociópatas cuando conocen a alguien suelen actuar con rapidez para estrechar
lazos. Esto lo hacen para no dar la oportunidad a la otra persona de dar marcha
atrás o de cambiar de opinión. Cuando tienen una relación romántica, el sociópata
actúa con mucha intensidad, haciendo sentir al otro que verdaderamente es su alma
gemela. Esto lo logra gracias a sus grandes dotes para “leer “a las personas y
manipularlas, pudiendo decir exactamente lo que quieren oír. Querrá tener al otro
para él solo/a en lugar de “compartirlo” con el mundo. Es una persona que tratará
rápidamente de impedir que su pareja vea a sus amigos, ya que se sentirá
SÍNTOMAS
Si bien la sociopatía es más común entre los hombres que en las mujeres, no existen
barreras de ninguna clase para padecerlo. Pero para ser diagnosticado, la persona debe
tener al menos 18 años de edad, aunque por lo menos desde los 15 años ya puede
presentar algunos síntomas para que el trastorno sea dictaminado con precisión.
Entre las características más comunes del TPA se encuentran la ausencia de empatía y
remordimiento, también una visión de la autoestima distorsionada, una constante búsqueda
de nuevas sensaciones (que pueden llegar a extremos insólitos), la deshumanización de la
víctima o la falta de preocupación a las consecuencias. El egocentrismo, la megalomanía,
la falta de responsabilidad, la extroversión, el exceso de hedonismo, altos niveles de
impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder también son
muy comunes. Este tipo de trastorno puede ir acompañado con ataques de pánico o
con esquizofrenia.
Dentro de los síntomas comunes que pueden prevalecer en la conducta antisocial, se
encuentra el síndrome de aislamiento. Este síndrome es también nombrado como huida o
evitación, este síndrome es caracterizado por su peculiaridad de aislamiento, pero se
manifiesta como una tendencia a evadir o evitar relaciones y/o contacto con las exigencias
sociales; esta conducta consta de lo reservado y lo introvertido que puede ser un individuo
dentro de la misma sociedad y quienes les rodean.
Según los estudios realizados, estos individuos sufren la crítica, el rechazo, o desprecio de
la sociedad, por tanto por medio de esa incomodidad utilizan un método de defensa para
evitar esas dificultades, precisamente enfrentan problemas para las relaciones
interpersonales. Como es descrito en estos estudios de la conducta, estos individuos
enfrentan una lucha constante para salir de sí mismos y expandirse a las relaciones
sociales. Esta conducta no solamente se caracteriza de una negación total a las relaciones
interpersonales de los individuos, sino que por su constante lucha de salir de sí mismos,
ellos realmente tienen un deseo de poder lograr dichas relaciones, estas relaciones solo se
dan con personas con las que ellos sientan empatía. Esta lucha entre el deseo y el temor
ocasionan en estos individuos una frustración hasta sentirse fracasados. Por tanto, esta
frustración puede traer consigo el refugio en la fantasía como la introversión.
Según Quintana, Guillermo (1996) utiliza a Millon como recurso a la identificación de los
diferentes tipos de evitación en la conducta. Asimismo, Quintana (1996) parte con la
premisa que de acuerdo a Millon hay dos clases principales de evitación, ellas son: la
evitación social activa y la evitación social pasiva. La activa se define por el temor de ser
rechazado y será alto el índice de evitación, esto es por la desconfianza en sí mismo, o sea
un aislamiento forzado por inseguridad; la pasiva es descrita por incapacidades
Si bien el trastorno antisocial de la personalidad se considera una afección que dura de por
vida, en algunas personas hay ciertos síntomas, particularmente las conductas delictivas y
destructivas, que pueden disminuir con el transcurso del tiempo. Pero no está claro si esta
disminución es producto de la edad o de una concientización mayor sobre las
consecuencias de la conducta antisocial.
CAUSAS
Se desconoce la causa exacta del trastorno de personalidad antisocial; sin embargo, lo que
se detalla a continuación podría estar involucrado:
2. FACTORES NEUROLÓGICOS
Se han encontrado diversos correlatos neurológicos para el trastorno antisocial de la
personalidad, pero la literatura científica, como ya se ha visto en otros aspectos,
suele mezclarlo con criminalidad y con psicopatía. Igualmente no son datos
desdeñables, vista la relación del TAP con la psicopatía y con la criminalidad.
FACTORES DE RIESGO
Durante la etapa de desarrollo las tendencias que pueden reflejarse tienden ser de
evitación o aislamiento, y no extensas. Cuando estas etapas de conductas dejan de ser
parte del desarrollo, la situación se agrava cuando estas conductas afectan al manejo y
funcionamiento del niño, como resultados se muestran en otros (padres, maestros, etc.) en
esta situación amerita la participación de evaluaciones clínicas. Por consiguiente, se
encuentran ciertas y primarios factores de los trastornos de conducta que redundarán como
influyentes a la conducta social en niños y adolescentes.
Tales factores principales son: el contexto familiar, las condiciones ambientales y medios
tecnológicos como factores que pueden ser de influencia a un alto índice en la conducta
antisocial. Comenzando con el contexto familiar en los niños, según los estudios, la
conducta antisocial está relacionada con el comportamiento de los padres de este niño o
joven. Este comportamiento puede estar sujeto a alguna conducta delictiva y alcoholismo
del padre o la madre como también la infidelidad y/o conflictos personales entre la relación.
Como segundo argumento las condiciones ambientales o contexto en el hogar de ese niño
son papel de riesgo para una conducta antisocial mayor en el trastorno, esto se le incluirá
las relaciones que tienen ellos con sus padres. Como último factor se tiene a los medios
tecnológicos como factores de riesgos en el niño.
Ciertos factores parecen aumentar el riesgo de desarrollar trastorno de personalidad
antisocial, entre ellos:
Los hombres son más propensos a padecer trastorno de personalidad antisocial que las
mujeres.
COMPLICACIONES
Participación en pandillas
PREVENCIÓN
DIAGNÓSTICO
Es poco probable que las personas con trastorno de personalidad antisocial crean que
necesitan ayuda. Sin embargo, pueden procurar ayuda de parte del profesional de salud
Una evaluación psicológica que explora los pensamientos, los sentimientos, las
relaciones, los patrones de comportamiento y los antecedentes familiares
TRATAMIENTO
Al tratarse de un trastorno de personalidad, es decir, que afecta en cómo pensamos,
sentimos y actuamos, debemos de tener claro que el tratamiento de la psicopatía va a ser
complejo, ya que se ha de intervenir en todos los ámbitos de la persona para conseguir
corregir dicho comportamiento, aunque la mayor dificultad es que el psicópata quiera
cambiar, sobre todo cuando sus actos le reportan una satisfacción personal inmediata, y
carece de suficiente empatía para sentir culpabilidad por su comportamiento.
Uno de sus rasgos característicos es que suele conocer bien cómo manipular a los demás,
y conseguir de estos lo que quiera, por ello el psicópata requiere de entrenamiento en el
ámbito afectivo, en donde aprenda a ponerse en la situación del otro, para que entienda lo
que siente, desarrollando así habilidades emocionales y de empatía; igualmente se les
entrena para establecer y mantener relaciones sociales sanas y duraderas.
A este respecto se encuentra mayor acuerdo científico. Los clínicos incitan a que se
identifique a los niños con riesgo elevado de modo que puedan ser tratados antes de
alcanzar la edad adulta (Patterson, 1982, citado en Barlow y Durand, 2008). El National
Collaborating Centre for Mental Health de Reino Unido (2009) afirma que la evidencia del
trabajo con niños y jóvenes que están en riesgo y sus familias señala el valor potencial de
las medidas preventivas, incluso sugiriendo que se encuentre a los padres vulnerables
antes que a sus propios hijos. Varios trabajos versan sobre programas que trabajan
directamente en el entrenamiento de los padres, ya sea cuando ya existen dificultades
(Patterson, 1986; Sanders, 1992; citado en Barlow y Durand, 2008) que cuando se trata de
evitar que aparezcan las mismas (Zigler, Taussig y Black, 1992, citado en Barlow y Durand,
2008). Así, como bien señalan Barlow y Durand (2008), puede que la prevención sea el
mejor método para atajar este problema de raíz.
PSICOTERAPIA
Sin embargo, la psicoterapia no siempre es eficaz, sobre todo si los síntomas son
intensos y la persona no puede reconocer que contribuye a problemas graves.
MEDICAMENTOS
Un sociópata es una persona que padece sociopatía, una patología de tipo psicológico que
provoca un comportamiento caracterizado por la impulsividad, la hostilidad y el desarrollo
de conductas antisociales. La sociopatía es catalogada como un trastorno de la
personalidad, hoy en día conocido como desorden de la personalidad antisocial y puede
detectarse y diagnosticarse a partir de los 18 años de edad, aunque sus primeros síntomas
van desarrollándose desde la adolescencia. Los hombres son más propensos a padecer
sociopatía que las mujeres.
Como tal, es una enfermedad crónica, de modo que carece de cura. No obstante, la
psicoterapia y los medicamentos pueden ayudar a controlarla.
The Mask of Sanity. Nueva York: New American Library. Gatzke, L.M. & Raine, A.
(2000).
El libro los cuatro acuerdos está escrito por Miguel Ruiz, quien es comparte la sabiduría de
los toltecas con estudiantes guiándolos hacia su propia libertad personal; ya que, todas las
personas pueden ser felices y alcanzar las metas que se tracen, pero lo importante es no
dejarse influenciar por todo lo que los rodea. Alcanzar el equilibrio personal, cuerpo y mente
es posible leyendo Los cuatro acuerdos, con el libro completo gratis se podrán comprender
y poner en práctica las técnicas de la tribu antigua de los toltecas que encontraron la paz en
la cosmovisión del ser humano.
En el mundo todos nacemos con la capacidad de aprender a soñar, y los seres humanos
que nos preceden nos enseñan a soñar de la forma en que lo hace la sociedad. El sueño
externo tiene tantas reglas que, cuando nace un niño, captamos su atención para introducir
estas reglas en su mente. El sueño externo utiliza a mamá y papá, la escuela y la religión
para enseñarnos a soñar. Sin embargo, para realizarnos como personas exitosas y felices,
debemos sufrir un proceso y lo resultados positivos serán más notorios si tomamos en
cuenta el valor de esta obra literaria, que a continuación se presenta.
El libro no explica acerca de los toltecas y nos comenta que fueron una cultura, una raza pero
más que eso, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar
el conocimiento espiritual y las prácticas de sus maestros antepasados los naguales, Aquí
mencionaremos los secretos de una vida en paz y armónica con los de más, dando a
conocer los cuatro acuerdos fundamentales que nos narra el Dr. Miguel Ruiz quien era parte
de esta gran cultura.
Esta obra también nos relata cómo debería un ser humano estar en equilibrio personal,
emocional y mental, Para lograr esta libertad personal se debe entender que todos los
humanos tienen un complejo sistema de creencias, adquirido por influencia social, familiar,
educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental y
emocionalmente, creando infelicidad. Aprender cómo se puede modificar el sistema de
creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para
lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos que son los siguientes:
Las palabras son la herramienta más poderosa que tiene el ser humano, una sola
palabra puede cambiar o destruir. Este acuerdo se basa en decir y decirnos
palabras para bien, no para mal. Muchas veces usamos las palabras para maldecir,
para reprochar, para culpar, para destruir. Se utilizan las palabras para propagar el
miedo, la envidia el odio. Debemos ser consecuentes en nuestras palabras y
nuestros actos y sobre todo realizarlo con inteligencia emocional, para no herir y
salir herido con ellas.
Este acuerdo es el que permite que los otros tres se conviertan en un hábito, si
haces lo máximo que puedas vivirás con intensidad, serás productivo y serás bueno
contigo mismo, este acuerdo es difícil, sin embargo si haces tú máximo esfuerzo,
harás que los otros tres acuerdos se lleven a cabo. Poner las cosas en tu mano y
aplicarlo con una motivación, nos da como resultado, que el éxito y la felicidad sea
más gratificante en la vida.
Romper nuestros acuerdos basados en las creencias y los dogmas que vamos adquiriendo
a lo largo de nuestras vidas, es posible a base de recapitulación, no sólo de los efectos de
nuestras emociones negativas igualmente las emociones positivas desbordadas deben ser
eliminadas de nuestro sistema de creencias; dejar el ego y comenzar a ser cada vez más
nosotros mismos. Ello nos puede conducir a un camino más sensato, libre y dictado por el
corazón.
No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si
observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo
mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides
ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento. Cuándo honres
estos cuatro acuerdos juntos, ya no vivirás más en el infierno. Definitivamente, no. Si eres
impecable con tus palabras, no te tomas nada personalmente, no haces suposiciones y
siempre haces lo máximo que puedas, tu vida será maravillosa y la controlarás al cien por
cien. Como la enseñanza de los toltecas, la recompensa consiste en trascender la
experiencia humana del sufrimiento, y convertirse en la encarnación de Dios. Esa es la
recompensa. Estos son los momentos más felices de tu vida: cuando surge tu yo
La última parte del libro se llama el nuevo sueño el cielo en la tierra el sueño que vives lo
has creado tú.