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En fisioterapia hay tres tipos de laser mayormente utilizados con longitud de onda distinta
y muy exacta, a diferencia de las lámparas infrarrojos, que comprenden una extensa banda de
longitudes.
1. Helio-Neón (He-Ne)
Fue el primero que se aplico en fisioterapia, en los años 70. Se genera en un tubo o cámara
con mezcla de gas helio y gas neón. Tiene una longitud de onda de 632.8 nm (633), en la banda
visible de luz roja. El haz tiene una divergencia mínima (menos de 3 mrad).
Emerge en la forma de haz paralelo, colimado y muy fino, sin pérdida de la potencia a la
distancia, es de emisión continua aunque puede hacerse pulsado. Su potencia en emisión constante
llega hasta 15 mW en los equipos de consola y hasta 30 mW en los cañon con espejos.
Dentro de sus principales ventajas se encuentra que se absorbe muy pronto y la penetración
directa con rayo coherente es de 0.8 mm en las partes blandas; la indirecta, con rayo difuso, puede
llegar hasta 10 – 15 mm. Sus efectos se apoyan en transformaciones bioquímicas y síntesis de
aminoácidos y cadenas proteínicas en las que se requiere el aporte de luz visible.
Se absorbe muy poco por la hemoglobina y el agua, lo que permite una penetración de 3 –
4 mm con el 50% de intensidad, y una penetración indirecta difusa de hasta 50 mm, ya sin las
propiedades láser.
Se aplican mediante cabezal, punto a punto (para poca potencia) o por cañón con barrido
divergente (en los que superan 1 W de potencia eficaz).
Por seguridad estos emisores tienen un haz paralelo de luz roja que señala su trayectoria y
punto de aplicación.
Sus efectos se apoyan en aporte energético que la electroquímica del organismo requiere
para acelerar su metabolismo energético y de síntesis.
Se emite en la banda de los infrarrojos con una longitud de onda entre los 905 y 1006 nm.
Para su control visible se le superpone otro haz de He-Ne. Aunque es de emisión continua, es
recomendado utilizarlo en sistema pulsado.
Las sesiones deben ser cortas en fisioterapia y con potencias que no excedan de 0.1 a 10
wats. Siempre deben aplicarse en barridos de toda una superficie (pues en un punto detenido
generaría quemaduras) debido a su gran potencia.
La potencia de emisión del laser se expresa directamente en mW. Sin embargo, la potencia
final aplicada al paciente depende del tamaño del punto luminoso en que se concentra la potencia
de emisión y se expresa en W/cm². En general, es de 50 mW/cm². Lo que realmente le debe interesar
al terapeuta es la cantidad de energía que aplica al paciente en un punto determinado y el total en
una sesión.
La unidad de medida de energía es el julio (J) y los J/cm² (es decir, la cantidad de energía por
punto) se obtienen multiplicando la potencia (W/cm²) por el tiempo de aplicación. El margen
terapéutico es de 0,1 a 4 J/cm2, aunque algunos utilizan dosis mayores.
Los aparatos actuales suelen calcular automáticamente la dosis en J/cm² de acuerdo con la
potencia del aparato y el total acumulado durante el tratamiento, mostrando en pantalla en todo
momento el número de puntos tratados, los que faltan por tratar y la energía total administrada.
TÉCNICAS DE IRRADIACIÓN
Para la aplicación de la radiación láser, se pueden utilizar dos técnicas: puntual y zonal.
La técnica puntual, consiste en depósitos de energía en un punto o superficie, en contacto directo
con la zona, cuyo tamaño dependerá del diámetro de la fibra óptica o spot del haz. Esta técnica se
aplica en la estimulación de puntos de acupuntura, denominada también como láserpuntura, con el
objetivo de lograr fundamentalmente analgesia, sedación y estimular mecanismos de defensa
general del organismo, resultando una técnica altamente ventajosa.
También la técnica puntual puede utilizarse en el tratamiento de lesiones, realizando varios
depósitos de energía, alrededor de la lesión de forma circunscrita, hasta ir disminuyendo
gradualmente el tamaño o superficie de la lesión.
La técnica zonal, puede realizarse de manera que el haz de radiación abarca toda la zona
dolorosa o lesionada y para esto sería necesario alejar la fibra óptica de la zona a irradiar, es decir
aumentar la distancia foco - piel. Es recomendable utilizar esta técnica en presencia de lesiones
grandes, después de haber aplicado previamente la técnica puntual.
Esta técnica puede realizarse en forma de pincelada o barrido, es decir en movimiento por
toda el área lesionada.
Técnicas de irradiación.
Tipos de irradiadores
Los más utilizados en fisioterapia son los de lápiz o puntual, aunque existen variados
dispositivos de aplicación. Dentro de los más utilizados se encuentran:
Cañón: El haz de laser se dirige a distancia directamente, o por un juego de espejos a lo largo
del brazo articulado, y se proyecta sobre el paciente. Por un movimiento automatizado de
los espejos en dos ejes se consigue un barrido en rectángulo o línea, o la localización
predeterminada de los puntos a tratar. Si el cañón emite luz infrarroja, tiene un haz
complementario de luz roja para localizar el campo.
Por su poca penetración actúa solo en un nivel muy superficial, pero se inician procesos
químicos que pueden mediar en reacciones más profundas.
La energía depositada en el tejido, cuando se irradia con láser terapéutico, es absorbida por
los fotorreceptores (pigmentos) que se encuentran en las diferentes estructuras celulares
ocurriendo en ellas los efectos primarios: bioenergético, bioeléctrico, bioquímico, bioestimulante.
La absorción de fotones de determinada longitud de onda por los fotorreceptores provoca la
transformación de la actividad funcional y metabólica de la célula.
CONTRAINDICACIONES
REACCIONES SECUNDARIAS
A pesar de que la radiación láser, se utiliza en medicina, desde hace más de 30 años, no se
ha reportado efectos secundarios adversos de gran magnitud, ni en los pacientes ni en los
profesionales que operan el equipo. Solamente se reportan algunos síntomas que cesan
inmediatamente de suspendida la radiación, pudiendo mencionarse: aumento del dolor, mareos,
aumento de la presión arterial, somnolencia y debilidad muscular.
Por lo cual es importante tenerlo en cuenta la hora de su aplicación, previniendo así efectos
que pudiesen retrasar o alterar la recuperación del paciente.
BIBLIOGRAFIA
Laserterapia y laserpuntura para estomatología; Carolina Valiente Zaldívar & María Isela
Garrigó Andreu; 2006.
Analgesia por medios físicos; Juan Plaja; Editorial McGraw-Hill Interamericana; 2004.