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una acuciosa y amplia r electura y revisión de mo cristiano;6 términos que, lejos de haber si-
las fuentes aún tienen que decir sobre este vas- do agotados, esperan ser estudiados a la luz de
to y complejo fenómeno. Esto nos conduce a un mayor número de fuentes y de las más r e-
la necesidad de acer carnos a la pr esencia del cientes investigaciones para afinar su r elación
neoplatonismo cristiano2 en el pensamiento de respecto a sor J uana.7 Me refiero a estos tér-
la jerónima con la misma cautela que muestra
Soriano y, así, evitar cualquier tendencia a la
generalización o a la reducción.3
La historia de la crítica sorjuanina se ha sixth or sev enth century AD. There were several
esforzado por localizar el neoplatonismo en flavours of Neoplatonism, reflecting the concerns
las obras de nuestra décima musa, mas me and backgrounds of its practitioners, who ranged
pregunto si se ha aclarado y diferenciado sufi- from Plotinus and his cir cle of freelance thinkers
to the heads of the univ ersity schools of the R o-
cientemente qué se entiende por platonismo,4
man Empire, Proclus, Ammonius and Damascius.
neoplatonismo5 y especialmente neoplatonis- On the Latin side, Plotinus’ and Porphyry’s works
were translated b y the pagan M acrobius and the
2. Las cursivas son mías. Christian convert Marius Victorinus. The latter
3. Es aquí donde no comparto la opinión de So- transformed Neoplatonism to a form suited to
riano sobre la poca influencia que le concede al Roman Christianity and influenced A ugustine
neoplatonismo cristiano. Por un lado, dicha pos- and Boethius. Medieval Platonism combines ele-
tura se comprende y se justifica porque la revisión ments drawn from Middle Platonism and Neopla-
de éste no es la intención del autor , mas por el tonism. It generally assumes a dualistic opposition
otro, al no dedicarle la profundidad justa de análi- of the divine and temporal worlds, with the sensi-
sis que el neoplatonismo cristiano amerita, los ar- ble world patterned on unchanging immaterial
gumentos no r esultan suficientes para concederle forms, often expressed as numbers. I t also affirms
un papel de poca importancia. the soul’s immortality and direct knowledge of in-
4. Según la Routledge Encyclopedia of Philosophy, telligible truths, combined with a suspicion of the
versión cd-rom 1.0, Londres: “Platonism is the mortal body and a distr ust of the evidence of
body of doctrine developed in the school founded the senses. Neoplatonists sympathized with
by Plato, both before and (especially) after his death Porphyry’s aim (in his lost De harmonia Platonis et
in 347 BC. The first phase, usually known as ‘Early Aristotelis) of harmonizing Plato with Aristotle.”
Platonism’ or the ‘Early A cademy’, ran until the 6. Por ello se entiende la asimilación de las tesis
260s BC, and is represented above all by the work of neoplatónicas al cristianismo, desde O rígenes, san
Plato’s first three successors, Speusippus, Xenocrates Agustín, Boecio, hasta Dionisio el Areopagita, quien
and Polemo. After an interval of nearly two centu- logró establecer un v erdadero sistema neoplatóni-
ries during which the Academy became anti-doctri- co-cristiano; véase ibid.: “Dionysius the Areopagite
nal in tendency, doctrinal Platonism re-emerged in produced an entire Christian theology, ‘hierarchy,’
the early first centur y BC with Antiochus, whose by adapting the A thenian multi-layered system.
school the ‘Old Academy’ claimed to be a revival of Between the seventh and ninth centuries this was
authentic Platonism, although its self-presentation taken up by leading theologians of the G reek East
was largely in the terminology forged by the Stoics. and the Latin West.” Asimismo, cfr. Josef Koch,
The phase from Antiochus to Numenius is conven- “Augustinischer und D ionysischer Neuplatonis-
tionally known as Middle Platonism, and prepared mus und das M ittelalter“, en Platonismus in der
the ground for the emergence of N eoplatonism in Philosophie des Mittelalters, cfr. nota 8, pp. 317-342.
the work of Plotinus.” 7. Por ejemplo, tener acceso a la obra completa
5. Ibid.: “Neoplatonism was the final flo wering de Athanasius Kircher y colocar en justo lugar su
of ancient G reek thought, fr om the thir d to the vínculo con el hermetismo y el neoplatonismo, así
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cación sobre el Uno (idéntico a la Bondad) 12 mundo “emana por necesidad ” de D ios,15
y de su r elación con el mundo . Por el otro, contradice a Proclo mismo en su concepción
pese a las diferencias que haya con el cristia- de la libertad sobre el Uno, que es en primer
nismo, se corre con esto el riesgo de cancelar grado absoluta: el U no/Bondad se despliega
el reconocimiento al esfuer zo de adaptación libremente con base en su esencia, contrario
de los términos de la metafísica griega al pen- a “por necesidad”.16
samiento cristiano. Aquí echo mano de los Ahora bien, de los teólogos mediev ales
más esclarecedores estudios filosóficos sobr e que se esfor zaron en perseguir una síntesis
el tema,13 en los que se ha desmantelado la entre neoplatonismo y cristianismo, 17 el que
tesis antes nombrada partiendo del argumen-
to neoplatónico: “E l uno lo es Todo, y aún 15. Éste ha par ecido un lugar común desde que
así ni siquiera uno [algo de todo]” (P lot., V fue calificado como un “ systema emanativum” en
I. Bruckers, Historia critica philosophiae, Leipzig,
2, I, I; además cfr. VI 7, 32, 12 ff.).14 En otras
1742, ii, p. 427. Para las ambigüedades que el tér-
palabras, Dios no es en esencia nada de aque- mino presenta, cfr. Routledge Encyclopedia of Philo-
llo que está fuera de él, no se puede colocar sophy: “Plotinus an the other N eoplatonists have
en relación de identidad con algo o con in addition ways of describing the r elation in
aquello que es a través de él. D e igual mane- terms of the causal agency of the higher level. This
ra, la interpr etación neoplatónica de que el is what is commonly called emanation, although
Plotinus’ language is quite v aried here. He often
simply uses expressions such as ‘ to make’ (poiein)
and ‘to proceed’ (proienai) for the activity of a hig-
(ed.), Hamburgo, 1618. Nueva edición crítica de her realm. He also frequently uses the analogies of
los libros I-V por H. D. Saffrey y L. G. Westerink, the sun and the light it radiates, fir e and heat and
París, 1968 ff. the like, to illustrate how a higher hypostasis gene-
12. Cfr. Proclo, In Parmenides Commentarii, rates a lower, and occasionally he uses the metap-
1096, 26-29 (Opera inedita); In Platonis Timaeum hors originating in language about water (for
Commentarii, iii, 207, 8. example, ‘to flow out’). He is w ell aware of the
13. W. Beierwaltes, Proklos. Grundzüge seiner fact that these are metaphors that must not be un-
Metaphysik, Francfort del M., Klostermann, 1965; derstood too literally. The term ‘emanation’ may
Platonismus im Christentum, Denken des Einen. mislead in so far as it suggests that the cause
Studien zur neuplatonischen Philosophie und ihrer spreads itself out. P lotinus, on the contrar y, con-
Wirkungsgeschichte, Francfort del M., 1985; W. Spe- sistently maintains that the cause always r emains
yer, Frühes Christentum im antiken Strahlungsfels, unaffected and loses nothing by giving away.”
Tubinga, 1989; A. H. Armstr ong, Plotinian and 16. Cfr. Proclo, Elementatio theologica, 13; 14, 25.
Christian Studies, Londres, Variorum Reprints, Al respecto Beierwaltes nos remite al estudio de C.
1979; Ch. Stead, Philosophie und Theologie I, Stutt- Steel, “The One and the Good: some reflexions on a
gart, 1990. neoplatonic identification”, en The Neoplatonic Tra-
14. La complejidad del pensamiento filosófico dition. Jewish, Christian and Islamic Themes, A. Van-
de Plotino se expresó mediante metáforas; en este derjagt y D. Pätzold (eds.), Colonia, 1981, pp. 9-25.
caso la más ilustrativa para entender lo mejor posi- 17. Entre los teólogos cristianos que se esfor za-
ble la esencia del Uno y que sería r etomada por el ron en perseguir tal síntesis tenemos a O rígenes,
pensamiento cristiano fue la metáfora del sol: Gregorio de N yssa, san Agustín, M arius Victori-
fuente de luz cuy o círculo se despliega par tiendo nus, Dionisio el Ar eopagita, san B uenaventura y
del centro constituyéndose como dimensión del Nicolás de C usa, por nombrar a algunos de los
Todo sin dejar de ser, al mismo tiempo, su unidad más sobresalientes durante el periodo que abar ca
integral. desde el siglo iv d.C. hasta el siglo xv d.C.
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principalmente nos inter esa es D ionisio el se despliega libremente con base en su esen-
Areopagita (siglos v-vi d.C.),18 quien fue pa- cia (contrario a por necesidad), trayendo con
ra los medievales discípulo de Pablo y, por lo este acto lo diferente (a modo de div ersidad)
tanto, autoridad en la teología cristiana: a ser una existencia independiente. La bon-
Theologorum maximus, culmen theologiae. La dad divina par ticipa al mundo de su abun-
crítica contemporánea ha r econocido en dancia y crea a través de esta acción lo otr o,
Dionisio tres conceptos básicos pr ocedentes la variedad, el mundo. Siendo así, su mani-
de la escuela de Atenas puestos al servicio del festación corresponde a la característica de su
pensamiento cristiano: la famosa tríada que esencia como bondad, esto es sin r estriccio-
designa tres momentos respecto al Uno, a sa- nes, sin límites, espontáneamente, libr emen-
ber mog¸ (permanecencia-en-sí-mismo), te (dn xi 6, 223,12). De tal manera esta pr o-
prøodoq (procedencia o bien despliegue del cedencia no puede v erse entonces como una
origen) y ™pstrof¸ (retorno al origen). Gra- necesidad interior de la bondad, esto sería
cias a estos tr es conceptos se concibe que la una contradicción con la esencia de la bon-
manifestación de la bondad de D ios es difu- dad misma. Al mismo tiempo, es importante
siva de sí misma ( bonum est difussivum sui ), no pasar por alto, que el Uno/Dios permane-
indicando con ello que la bondad divina, al ce en sí mismo conservando su absoluta tras-
difundirse creativamente a sí misma, se mul- cendencia, a pesar de su ser-en-el-todo: 20 en
tiplica ella misma en su unidad, mas se dife- el acto de la participación permanece el Uno/
rencia por permanecer una en sí misma, es Bondad en sí mismo sin per der nada, y aun
decir, sin dejar su unidad. 19 Tanto Dionisio así está en el Todo presente fundando al ser,
como la filosofía neoplatónica conciben al puesto que es el origen del Todo. Dionisio ve
Uno (idéntico a la Bondad) como aquel que la confirmación de la metafísica neoplatónica
así entendida, en la cita bíblica (I. Cor . 15,
28): “Dios lo es todo en el todo ”. Mas, a pe-
18. San Agustín es menos sistemático que D io-
sar de su constitutivo ser-en-el-todo es al mis-
nisio el Areopagita en este intento, por lo que to-
mo como ejemplo al segundo . Asimismo, Dioni- mo tiempo nada de ello por que es más que
sio el Areopagita es una presencia constante en las ello, llegando a aquello que será el principio
obras del A quinate y, por lo mismo, no hay que de la vía de la teología negativ a y base de la
descartar su presencia en sor J uana. Las ediciones mística (De mystica theologia): Dios es abso-
a consultar del Ar eopagita son: Pseudo-Dionysius lutamente nada de aquello que es Todo.
Areopagita, De divinis nominibus [DN], B. R.
Resumiendo, las dimensiones de los tr es
Suchla (ed.) (Patristische Texte und Studien, vol.
33), Berlín, 1991; De coelesti hierarchia. De ecclesias-
momentos en el pensamiento cristiano: el
tica Hierarchia. De mystica theologia. Epistulae, G. “permanecer en sí mismo ” —la “proceden-
Heil y A. M. Ritter (eds.) (P atristische Texte und cia” (despliegue del origen)— y el “ retorno”,
Studien, vol. 36), Berlín, 1991. garantizan la conser vación de la U nidad en
19. W. Beierwaltes, Platonismus in Christentum, la diversidad y difer enciación frente al Uno
pp. 64-65, lo explica como “ die sich kreativ vers- mismo, conservación que queda definitiv a-
trömende Gutheit des G ottes, unterscheidet sich
mente garantizada con el r etorno al Origen.
in sich einig [geeint bleibend], v ervielfältigt sich
als in sich Eins, ohne das Eine [in ihm] zu v erlas-
sen.” Para la base de la argumentación, cfr. DN ii, 20. La concepción se deriv a de Plotino, Ennea-
ii; 135, 14 ff. des V, 2, I, I.
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