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¿Por qué Dios no actúa?

Por Max Lucado

Nosotros necesitamos saber que Dios no nos dejará solos en nuestras luchas.

Jesús permanece en silencio el sábado. Las mujeres han ungido su cuerpo y lo pusieron en la tumba de José. El
cadáver de Cristo es tan mudo como la piedra que lo protege. Habló mucho el viernes. Él va a liberar a los esclavos de
la muerte el domingo. Pero el sábado, Jesús permanece en silencio.

Así es Dios. Se hizo oír el viernes. Arrancó las cortinas del templo, abrió las tumbas de los muertos, sacudió la tierra,
bloqueó el sol del cielo, y sacrificó al Hijo del Cielo. La tierra ha oído hablar mucho de Dios el viernes.

Nada en sábado. Jesús permanece en silencio. Dios está en silencio. El sábado es silencioso.

Las conversaciones de fin de semana de Semana Santa suelen saltarse el sábado. El viernes y domingo captan la
atención. La crucifixión y la resurrección son el centro de nuestros pensamientos. Pero no hay que pasar por alto el
sábado. Nosotros tenemos nuestros “sábados” también.

Nuestros “sábados silenciosos”. El día entre la lucha y la solución, el día entre la pregunta y la respuesta, entre la
oración hecha y la respuesta a nuestra petición.

El silencio del sábado nos atormenta. ¿Estará enojado Dios conmigo?


¿Acaso le he defraudado?

Dios sabe que Jesús está en la tumba, ¿por qué no hace algo? O, en su caso, Dios sabe que tu carrera está en picada,
o tus finanzas andan por los suelos, o tu matrimonio está hecho un desastre. ¿Por qué Dios no actúa? ¿Qué se supone
que debes hacer hasta que lo hace?

Uno hace lo que Jesús hizo. Quédarse quieto. Permanecer en silencio. Confíar en Dios. Jesús murió con esta
convicción:

“Porque no dejarás mi alma en el Hades,


Ni permitirás que tu Santo vea corrupción”. ( Hechos 2:27 )

Jesús sabía que Dios no lo dejaría solo en la tumba. Nosotros necesitamos saber que Dios no nos dejará solos en
nuestras luchas. Su silencio no es ausencia, la inactividad no es apatía. Los sábados en nuestra vida tienen su
propósito.

Nos dejarán sentir toda la intensidad de la fuerza de Dios. Si Dios hubiera resucitado a Jesús sólo quince minutos
después de la muerte de su hijo, ¿habríamos apreciado el acto? Si fuera a resolver nuestros problemas en el segundo
siguiente al que aparecen , apreciaríamos y valoraríamos de la misma forma Su fortaleza?
Por Sus motivos, Dios inserta “sábados” entre nuestros “viernes” y nuestros “domingos”. Si hoy es uno para ti, sé
paciente. Y así, como alguien que soportó el silencio del Sábado escribió:

“Ten paciencia, hermano, hasta la venida del Señor” (Santiago 5:7 RV).

Dios siempre hace las cosas bien


Por John Maxwell

Dios siempre hace bien las cosas, incluso cuando pasa un largo tiempo.

Aprendamos a confiar en el carácter de Dios sin vacilar. Abraham comenzó a enseñarnos acerca de Dios y su
fidelidad. Explicó que: Dios siempre hace bien las cosas, incluso cuando pasa un largo tiempo

Cuando pasa mucho tiempo entre lo que Dios promete y su cumplimiento, a menudo actuamos como los niños
pequeños que no pueden esperar por la Navidad. No nos gusta esperar y tememos que nos hayan olvidado.
Es simple ver por qué Abraham (cuyo nombre era Abram antes de que Dios se lo cambiara) se transformara en un
impaciente. Cuando Dios lo envió a Ur de los caldeos, le prometió que le daría en posesión la tierra de Canaán, que
tendría muchos descendientes y que de estos haría una gran nación. El cumplimiento de esa promesa le traería un
gozo enorme. Sin embargo, después de diez años, Dios seguía sin mandarle su promesa.

Echemos un vistazo a lo que soportó Abraham en esa década:

- Dejó su familia y país.


- Dios prometió que lo iba a bendecir a él y sus descendientes.
- Vivió durante una hambruna.
- Temió a faraón y le mintió.
- Experimentó conflictos familiares: Lot y él se separaron.
- Cuando secuestraron a Lot, persiguió a los secuestradores y luchó para rescatarlo.
- Todavía no tenía hijo.
- Después de diez años y muchas pruebas, Abraham deseaba saber si seguía en pie el trato. Las Escrituras declaran:

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy
grande será tu recompensa » [....] Luego el Señor lo llevó afuera y le dijo: Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a
ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia! Abram creyó al Señor, y el Señor lo reconoció a él como justo
(Génesis 15:1,5-6).

Incluso después de esta declaración de Dios, Abraham seguía sin saber que Dios estaba actuando. En un momento de
duda, él y Sara trataron de hacer las cosas a su manera al tener un hijo a través de la esclava de Sara. Sin embargo,
los caminos de Dios, y su sentido del tiempo, no son como los nuestros. Aun cuando nos parezca mucho tiempo, Dios
siempre hace lo que es bueno y cumple lo que ofrece. Abraham desea recordarnos esto.

Dios siempre hace bien las cosas, incluso cuando lo que dice parece absurdo

Cuando Dios le dijo a Abraham y Sara: «Dentro de un año volveré a verte [...] y para entonces tu esposa Sara tendrá
un hijo». Sara se rió y dijo: «¿Acaso voy a tener este placer, ahora que ya estoy consumida y mi esposo es tan
viejo?» (Génesis 18:10,12). Aunque enseguida negó que se hubiera reído, había un buen motivo para hacerlo: ¡Tenía
ochenta y nueve años de edad! ¡Se pueden imaginar que le iba a gustar explicarles esto a los amigos! ¿Y por qué Dios
esperó tanto tiempo para cumplir la promesa?

La respuesta es que Dios deseaba la confianza absoluta de Abraham. Y esta viene solamente a través de las pruebas.
Dios cumplió su promesa. El siguiente año Sara dio a luz a Isaac, aunque parecía imposible. Nuestra mente no puede
concebir las cosas que Dios es capaz de hacer. Las palabras de Dios a Abraham resumen mejor su habilidad: «¿Acaso
hay algo imposible para el Señor?» (Génesis 18:14).

Dios siempre hace bien las cosas, incluso cuando lo cuestionamos.

«¿Han cuestionado alguna vez a Dios? —nos pregunta Abraham—. ¿Se han preguntado en algún momento acerca de
su carácter?» Antes de que pudiéramos contestar, continuó: «Yo sí lo he hecho. Cuando el Señor me dijo que iba a
destruir la ciudad de Sodoma, donde vivía mi sobrino, Lot, me preocupé. ¡Cómo iba a hacer una cosa semejante! —
me pregunté». Abraham pasó a describir cómo habló con Dios concerniente a Sodoma. Atrevidamente le preguntó a
Dios: «¿De veras vas a exterminar al justo junto con el malvado?» (Génesis 18:23). Entonces comenzó a negociar,
pidiéndole a Dios que tuviera piedad de la ciudad por causa de cincuenta justos, luego cuarenta y cinco, después
cuarenta, treinta, veinte, y así hasta llegar a diez. Solo que no lo dejaría ir.

Sin embargo, Dios es justo así como bueno. Honró la petición de Abraham; salvó a los pocos justos que vivían en
Sodoma y destruyó a la depravada ciudad. Al final, Abraham proveyó la respuesta a su propia pregunta cuando
observó: «Tú, que eres el Juez de toda la tierra, ¿no harás justicia?» (Génesis 18:25). Dios es un juez justo. Del
mismo modo que preservó al inocente en Sodoma, nos cuidará a ti y a mí. Dios siempre hace bien las cosas, incluso
cuando no comprendemos

La tremenda prueba de la confianza de Abraham vino cuando Dios le pidió que sacrificara a su amado hijo, Isaac. ¿Por
qué Dios quería que Abraham matara a su hijo de la promesa? Esto no tenía sentido; parecía que iba en contra de la
promesa de Dios que haría de los descendientes de Abraham una gran nación.

En ese entonces Abraham no cuestionaba ni dudaba. Simplemente se levantó temprano a la mañana siguiente para
hacer lo que se le había pedido. Después de muchos años de hacer preguntas, negociaciones y de rebelarse a la
dirección de Dios, Abraham finalmente procuró ser obediente. Había aprendido el secreto de caminar con Dios:
Confiar y obedecer. Dios había sido fiel a cada promesa que había hecho y Abraham confiaba en su carácter. Al fin
comprendió que nosotros no deberíamos tratar de entender a Dios hasta que le obedezcamos primero.

Presos en la libertad
Por Esteban Correa

Sabemos que nosotros hacemos nuestra parte de ser prudentes, y todo lo demás, lo que no podemos
controlar, esta en manos de Dios.

Al ver un programa de “National Geographic Channel”, me di cuenta de cómo es la paz que el mundo ofrece a las
personas. Jesús pronunció unas palabras acerca de la paz, que confrontan la seguridad que brinda este mundo. Él
dijo: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga
miedo” (Jn 14:7 RVC). En el programa veía cómo hermosas familias, con una hermosa casa y muchas comodidades,
sufrían una serie de delirios y psicosis apocalípticas.

Padres atormentados por supuestos desastres que se avecinan en el mundo, por pestes que en “cualquier momento”
se estarían por desatar, preparándose para la guerra y la hambruna. Armaban habitaciones y sótanos llenas de
provisiones. Angustiados, haciendo simulacros de cómo deberían desenvolverse en el caso de que se desatara una
epidemia mundial. Poniendo gorros de protección, barbijos, trajes especiales, desinfectantes de todo tipo y cubriendo
su casa de los supuestos infectados que podrían acercarse a su puerta. En fin, el paisaje de esa ciudad, era realmente
hermoso, tal vez, la casa soñada por muchos. Sin embargo, ni ese paisaje, ni su estabilidad económica, les podían
brindar paz a estas familias, principalmente a los padres, que eran quienes cargaban con este delirio en sus almas.

Resonaron en mi mente estas palabras del Señor: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la
da”. La paz que el mundo nos ofrece es como una débil cuerda en la que pende nuestra vida, una débil cuerda que
siempre esta a punto de cortarse. Aquellos que confían en las cosas que brinda el mundo, difícilmente logren una paz
profunda y duradera. Porque siempre que resuelvan asegurarse en algo, aparecerá otra amenaza que desestabilizará
sus vidas.

Si temes que tu pareja te deje o se muera, debes entregar eso en las manos de Dios. Si temes a la enfermedad, a las
desgracias, a la pobreza, al fracaso, al desempleo, a la soledad, al rechazo, o lo que te puedan hacer las personas,
debes entregar esto en las manos de Dios y el te guardará más de lo que puedas imaginar.

Nosotros no podemos pretender controlar las catástrofes del mundo, ni las pestes destructoras, ni los accidentes, ni
aun ciertas cosas m{as pequeñas . Y aunque pongamos mucho empeño en controlarlo todo, tampoco el mundo nos
puede brindar una paz 100% efectiva. Por eso nuestra paz es estar en las manos de Dios, confiar en su presencia, en
su poder infinito, en su amor incondicional, Él nos brinda una seguridad eterna.

Sabemos que nosotros hacemos nuestra parte de ser prudentes, y todo lo demás, lo que no podemos controlar, esta
en manos de Dios. Él es nuestra confianza. En proverbios 14:26 nos dice: “El temor del Señor infunde plena
confianza, y da esperanza a nuestros hijos”. Deja de confiar en la seguridad que brinda este mundo, antes, entrega tu
vida completa en las manos de Dios y te ayudará en cada paso. Aunque tengamos que pasar por momentos difíciles,
Él estará ahí para ayudarnos.

Confiar no es imprudencia

Confianza en Dios no es ser imprudentes, es reconocer que somos humanos y que no podremos controlar el universo,
ni lo invisible, ni los virus, ni las maquinaciones de los malvados, ni las armas nucleares, ni las catástrofes del clima,
ni el movimiento de los astros que amenazan el planeta. Confianza es tener la plena certeza de que “Dios me guarda
donde quiera que vaya”. Cuando el Señor es lo primero en tu corazón y en tu vida, cuando sabes que tu familia es
feliz porque Dios es tu alto refugio, cuando aceptas el hecho de que no hay nada más sensato que confiar en Dios, y
decides renunciar a la incredulidad, es cuando eres verdaderamente libre. Cuando aceptamos la verdad de lo que dice
la palabra de Dios, es cuando la fe se transforma en nuestro escudo.

“(…) levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo”. Efesios 6:16

Fe es obediencia
La fe genuina despierta obediencia a Dios. Hay cristianos que se hacen llamar cristianos, pero actúan como si fueran
ateos, no ponen su confianza en Dios en ningún momento, aun teniendo todos los seguros médicos y poniendo
servicios de cobertura de seguridad en todas sus cosas, no pueden vivir en paz, porque esas cosas en si, no son las
que brindan la plena seguridad. La paz espiritual que nos brinda el Señor es la que llena el corazón y nos quita los
pensamientos de temor; tengamos pocos, ninguno o todos los seguros contratados.

Estas familias que nombre al principio, no tenían ninguna prueba de especialistas y científicos que les hayan
demostrado que ocurrirían ciertas catástrofes, incluso los especialistas les decían que no había probabilidades de que
eso suceda. Sin embargo lo creían igual, y esperaban lo peor, es como una fe negativa, ciega y ridícula. Muchas de
estas personas han creído cosas equivocadas y el temor pasó a controlar sus vidas, otras han vivido situaciones
traumáticas que jamás han podido superar.

Tener nuestra mente llena de los pensamientos de Dios, escuchar el susurro del Espíritu Santo en nuestro corazón,
leer su palabra y creerla, tener en nuestra boca la fe, rechazando, renunciando y resistiendo los pensamientos
negativos, es darle la bienvenida a Jesús a nuestro diario vivir. Dios vive en nosotros y es el mayor poder del
universo, debemos vivir siendo conscientes de Cristo en nosotros.

En Deuteronomio 28, las bendiciones a la obediencia, se nos resume en el versículo 6 y 7 un promesa de Dios, si
somos obedientes:

“Vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito. El Señor vencerá a tus enemigos cuando te ataquen.
¡Saldrán a atacarte de una sola dirección, pero se dispersarán por siete!” Dt. 28:6-7

Lecciones aprendidas de la hormiga


Por Mario R. Serrano

Las hormigas no tienen que lidiar con los problemas emocionales. No conocen el significado de sentirse
rechazados, sin valor, no se deprimen ni sienten preocupación.

Me gusta observar las hormigas. Dice el proverbio " mira la hormiga perezoso....". Seguramente hay mucho que
aprender de este insecto diminuto que no se rinde ante nada. Puedes poner obstáculos en su camino tratando de
detener su avance, pero está siempre encontrara un camino nuevo para seguir haciendo su tarea. La única forma de
detener a la pequeña hormiga es eliminándola, de lo contrario hará su trabajo sobreponiéndose a todos los
obstáculos. "ESTAN PROGRAMADAS PARA PERSEVERAR". Pensando en esto quisiera que veamos
algunas características de este insecto que le permiten persistir a pesar de todo.

1. No tienen sentimientos

No tienen que lidiar con los problemas emocionales. No conocen el significado de sentirse rechazados, sin valor, no se
deprimen ni tampoco sienten preocupación. Dice el proverbio que “el ánimo del hombre soportara su enfermedad;
mas ¿quién soportara al ánimo angustiado? Al parecer este es uno de los mayores obstáculos para poder accionar.

Cuando comenzamos a pensar en las diferentes problemáticas que estamos atravesando y sacamos conclusiones que
luego producen desanimo no permitiéndonos avanzar y lograr nuestros sueños con libertad, es mejor no pensar y
simplemente hacer aquello que sabemos debemos hacer. Sintamos el deseo o no, siempre continuemos avanzando
haciendo lo que es correcto. En una oportunidad entrevistaron a un gran empresario cristiano, y le preguntaron cuál
fue el consejo recibido de parte de sus mentores, que más lo ayudo en su carrera empresarial, el respondió que
fueron unas palabras que le dijo su padre cuando él era un joven, este le dijo: “si tienes problemas hijo, trabaja..., si
hay crisis, trabaja... si las cosas marchan bien, sigue trabajando, cualquiera sea la circunstancia, siempre trabaja con
esfuerzo y dedicación”.

Esto significa que más allá de que las cosas no estén muy bien, o que las cosas no salgan o no sean como nosotros
pretendemos, debemos esforzarnos por seguir siendo productivos, y no retroceder ante nada. Si estas abrumado por
los problemas, si crees que la culpa de tu situación la tiene el gobierno, el vecino, tus familiares o empleados, tal vez
tengas razón o tal vez no, aunque por favor trata de no hacer juicios apresurados que luego tengas que lamentar.
Mejor deja que el tiempo indique con claridad al culpable y tu ocupa tu energía en hacer algo que te dará su beneficio
y que al realizarlo nunca te equivocaras, trabaja y se productivo

2. Realizan su actividad en forma ordenada.


Sin mucho apuro realizan sus labores y en forma conjunta. No tratan de llevar más carga que otras ni juegan
competencia.

3. Administran su tiempo.

Tiene un momento para trabajar y otro para disfrutar del fruto de su labor. Recogen en verano y disfrutan de su labor
en invierno.
ES IMPORTANTE QUE LOS JOVENES TOMEN EN CUENTA ESTE CONSEJO, cuantos desperdician los años de su
juventud en hacer nada, viviendo como si nunca tendrían que formar una familia, conformar un hogar con hijos,
darles una buena crianza y educación, y para eso es imprescindible utilizar con sabiduría los años dorados de la
juventud, estudiando, preparándose para el futuro. Los grandes empresarios que en su momento comenzaron a
construir lo que hoy es Sony, o la automotriz Honda tenían alrededor de 27 o 28 años a lo sumo, ejemplos como este
hay por supuesto en cada país y en cada región, por tanto si no te atreves a establecer un fundamento económico y
laboral cuando aún eres joven, posiblemente luego nunca lo harás.

4. Poseen una fuerza descomunal.

Esto posiblemente sea una de las claves de la perseverancia. Para estar saludables y mantener el ritmo es necesario
tener una buena alimentación y un buen descanso, de lo contrario cualquier actividad por más sencilla que sea se
transforma en algo cansador. En nuestra vida espiritual también es necesario aplicar este principio. Necesitas nutrir
correctamente tu alma y tener el descanso necesario para perseverar hasta el fin. El alimento diario de la Palabra de
Dios es imprescindible para vivir fortalecidos. No me refiero a simplemente a leer las sagradas escrituras como una
mera rutina, o una actividad religiosa, sino más bien como una oportunidad para oír lo que Dios tiene que decirnos y
para luego poner en práctica durante el día lo aprendido, Esto produce verdadero cambio y desarrollo en tu vida.
El tema de descansar en Dios es algo más sencillo, pero a veces resulta complejo y difícil de practicar.

Muchos atraviesan grandes dificultades, y tienen una solidez espiritual maravillosa, nada parece moverlos o
comprometer su fidelidad a Dios, bien dice acerca de ellos el salmo 125:1 "los que confían en Dios son como el monte
de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre", otros en cambio, ante la menor dificultad bajan sus
brazos y se rinden dando la espalda a Dios. Necesitamos aprender a descansar en Dios. Para ello debemos
comprender que la magnitud del problema no tiene tanta importancia, lo que realmente importa es cuánto tiempo
vamos a cargar sobre nosotros mismos el peso de la dificultad. El gran secreto consiste en aprender a dejar
inmediatamente nuestras dificultades a los pies del SEÑOR. Cualquier inconveniente o situación por más llevadera
que parezca si no la soltamos, al cabo de un tiempo, producirá fatiga espiritual.

¿Qué significa soltar los problemas?

Es justamente eso "soltar". Imagina la siguiente situación. Tienes que pagar algunos impuestos y vas a realizar el
pago a un banco o a una entidad autorizada para dicho fin. Haces el trámite correspondiente en ventanilla, el cajero
emite un ticket o pone un sello garantizando el pago, y luego te retiras con la seguridad de haber realizado con éxito
el trámite.

Seria ilógico tener dudas con respecto a la validez del sello o el ticket emitido por el banco, o pensar que el cajero se
guardó el dinero y no hizo los depósitos correspondientes. Seria ilógico también esperar que la entidad cierre sus
puertas y espiar desde afuera a ver que hacen con tu dinero, o esperar a que se retire la persona que tomo tú pago y
preguntarle si hizo el trámite adecuadamente o se quedó con tu dinero. Esto seguramente parece algo descabellado,
pero en lo espiritual muchos hacemos lo mismo, vamos a Dios, le presentamos nuestra necesidad, el confirma que
recibió nuestro pedido a través de la promesa que enseña lo siguiente: ”… si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad él nos oye, y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos , sabemos que tenemos las
peticiones que le hayamos hecho” (1 Juan 5:14,15) Pero en vez de confiar comenzamos a pensar como hará Dios esto
o lo otro, si nos habrá escuchado o no, llenando nuestro corazón de dudas y cargando nuevamente el problema sobre
nuestros hombros.

Presenta a Dios tus cargas, alégrate por que él te ha escuchado y a su tiempo responderá, confía en él y el hará
(paráfrasis del salmo 37:4-5).

Listos para correr riesgos


Por Debbie Macomber
Desde nuestro lugar de comodidad no podremos llegar muy lejos. Tendremos que aprender a correr
riesgos. ¿Cuál es su posición frente a las circunstancias?

Cuando damos un paso adelante en nuestro propósito y perseguimos nuestros sueños, siempre hay un elemento de
riesgo que acompaña nuestro viaje. El Salmo 139:23 habla de pedirle a Dios que nos pruebe y conozca nuestros
pensamientos. Cuando nos proponemos seguir su plan para nuestra vida, estamos lanzando al viento nuestros propios
planes. Es arriesgado; quizá dé miedo. Pero realmente vale la pena, porque sabemos que las manos de nuestro
Salvador nos sostienen y que Dios, nuestro Creador, nos guía. Con el riesgo crece la confianza, y al igual que fuimos
creados para el propósito y los sueños, fuimos creados para el riesgo.

Yo soy un claro ejemplo de cómo ser un éxito "repentino" en veinte años o menos. Me tomó años de martillar
frenéticamente la puerta de la oportunidad antes de vender mi primera novela. Lo que descubrí durante ese periodo
fue que cualquier cosa que valga la pena perseguir tiene un elemento de riesgo. Es arriesgado perseguir sus sueños
porque, aunque existe la oportunidad de poder tener éxito, también existe la oportunidad de fracasar.

En Juan 10:10, Jesús dice: "...yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia". El Señor no solo nos
ha llamado a ser personas de fe seguras y fuertes, sino que este versículo deja totalmente claro que Él anhela que
gustemos, veamos, olamos, toquemos, nos agarremos a la vida con ambas manos y gocemos de ella.

Sin embargo, con demasiada frecuencia nos conformamos con una hamburguesa en lugar de comer un filete.
Tomamos lo bueno en lugar de perseguir lo estupendo. Aceptamos lo mínimo en lugar de pedir lo máximo. ¿Por qué
hacemos eso? Yo creo que la mayoría de nosotros puede aceptar enseguida que Dios quiere que vivamos la vida al
máximo: eso sena fabuloso. Pero cuando se trata de hablar de nuestros dones —nuestros sueños—, eso da miedo.
Tenemos temor a ser llamados a hacer algo con ellos, y una vez que nos dirigimos por ese camino, no hay vuelta
atrás.

Pero esa es la parte "abundante" de la que Dios habla. Cuando estamos en su voluntad, haciendo lo que Él quiere que
hagamos, en su plan, ¡vivimos la vida, y lo hacemos plenamente!

Siempre ir por más

Es normal sentir temor cuando entramos en territorio desconocido o cuando probamos algo nuevo. Está bien sentir
miedo, pero no podemos dejar que el temor nos paralice. No podemos permitir que la agitación evite que tengamos
éxito en nuestros sueños.

En su libro Si quiere caminar sobre el agua, tiene que salir de la barca, John Ortberg observa que el temor es el tema
del mandamiento más común en toda La Biblia: "Hay una frase de dos palabras en cada uno de los sesenta y seis
libros de La Biblia, y esa frase es: no temas. Dios no quiere que tengamos temor. Él quiere que demos el paso y
agarremos la vida, la vida abundante, con ambas manos y que nos gocemos. En el Salmo 34:8 Él dice: 'Prueben y
vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian'. Esta es su instrucción más repetida. Él quiere que
seamos fuertes y valientes. Puede confiar en Él. No tema. ¿Por qué nos manda Dios que no tengamos temor? El
miedo no parece ser el más grande de los vicios en el mundo; nunca entró en la lista de los siete pecados capitales.
Nadie recibe nunca disciplina en la iglesia por ser temeroso. Por tanto, ¿por qué les dice Dios a los seres humanos que
dejen de tener temor con más frecuencia de lo que les dice cualquier otra cosa? Mi corazonada es que la razón por la
cual el Señor dice tantas veces que no temamos es porque el temor es la razón número uno por la que somos
tentados a evitar lo que Dios nos pide que hagamos".

Hace mucho años, leí 2 Timoteo 1:7, que dice: "Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de
amor y de dominio propio". Este se convirtió en mi versículo para la vida: siempre que siento temor, dudas, o no
estoy segura de algo, repito este versículo para mí misma. Leo esas palabras una y otra vez, las interiorizo y las hago
mías. Cada vez que firmo un autógrafo, cito ese versículo debajo de mi nombre como un recordatorio para mí y para
otras personas de que con Dios nada es imposible.

corredores¡No temas! Dios quiere que yo sea una mujer de fe, una mujer de convicción, y quiere lo mismo para
usted. Él quiere que caminemos con nuestras cabezas en alto, y no cabizbajos por la preocupación y el temor y con
nuestros ojos enfocados hacia el suelo. Él quiere que estemos erguidos, llenos de confianza y de aplomo, con certeza
en la seguridad de que Él está ahí con nosotros, caminando a nuestro lado a medida que corremos esos riesgos en
nuestro viaje que el Padre diseñó para nosotros. Nos dice a cada uno de nosotros que nos levantemos y estemos
orgullosos de quiénes somos y de lo que somos, y que no tengamos temor de utilizar los talentos que Él nos ha dado.
¿Y qué hay conmigo?

Somos creados para el riesgo. Eso significa que somos hechos para tomar oportunidades, para salir del molde que la
sociedad ha construido y explorar las vastas áreas desconocidas de la vida que Dios ha hecho para nosotros.

Hace varios años, asistí a un banquete para escritoras y estuve sentada durante toda la ceremonia de entrega de
premios. Anunciaron el nombre de la escritora que había vendido más artículos para revistas y, en medio de educados
aplausos, la escritora se levantó y aceptó su placa. El siguiente premio era para la persona que había recibido más
rechazos aquel año. Para sorpresa de todos, se levantó la misma mujer para aceptar también ese premio. Como
Kennedy dijo en una ocasión: "Solamente quienes se atreven a fracasar mucho pueden lograr muchas cosas". Cuando
yo decidí por primera vez ser escritora, me sentaba cada mañana delante de aquella máquina de escribir rentada y
repetía algo que leí en el libro El poder de ser positivo: "Creo que soy divinamente guiada; creo que siempre daré el
giro correcto en el camino y creo que Dios abrirá camino donde no lo haya".

Como ve, no solamente debemos creer en la guía de Dios, sino también creer en nosotros mismos. Dios nos da la raíz
del sueño, pero sigue haciéndonos responsables a nosotros. Lograr nuestros sueños requiere varias cosas, y uno de
los primeros pasos que debemos aprender a dominar es creer en nosotros mismos.

Cuando cree en usted mismo, algo maravilloso sucede. La confianza de poder lograr sus sueños ayuda a generar la
energía física que usted necesita para alcanzar sus metas.

Cada viaje tiene que comenzar en algún lugar, y creer en usted mismo es el primer paso hacia el logro de su
propósito. Una vez que cree que puede hacerlo, su mente automáticamente comienza a pensar en cómo puede
hacerse. Cuando usted aplica a su corazón y a su vida pasajes como: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"
(Filipenses 4:13), y dice esos versículos en voz alta, su propio entusiasmo trae como consecuencia que su mente
piense de maneras de lograr sus sueños.

Se dice que Abraham Lincoln dijo: "Las personas son tan felices como se proponen en sus mentes serlo".Yo creo
firmemente que este concepto también encaja en otras áreas de nuestra vida. Somos tan exitosos como nos
proponemos serlo en nuestra mente.

Si usted batalla para creer en sí mismo, por favor, no olvide que Dios cree en usted. Y si Él cree en usted, usted tiene
todas las razones del mundo para creer también.

En el camino

No puede seguir sus sueños si no entiende su propósito, y no puede correr riesgos si no está apasionado por sus
sueños. Pero ninguna de estas cosas puede tener lugar si no cree en usted mismo.

Hace algunos años leí un estupendo libro de Pitino titulado El éxito es una elección. Me gustó tanto que escribí una
reseña. Este entrenador de básquet da justo en la diana al decir que antes de que algo pueda suceder, uno tiene que
merecer primero el éxito.

Su teoría es que no hay atajos para ganar o, en otras palabras, para encontrar el éxito dondequiera que sus sueños lo
lleven. Nada significativo o duradero puede lograrse sin mucho trabajo.

entretejidasAquel libro habla de actitud, acción y persistencia. Es ahí donde todo comienza: creer en nosotros mismos
y luego trabajar duro para asegurarnos que nuestros sueños se cumplan. También comienza con oración. Veo que
cuanto más oro por algo, más se alinean mis intereses con los de Dios.
Tenemos que aprender a tomar el control de nuestra propia vida: a aceptar las responsabilidades por nuestro éxito o
por la falta de él.

Vence el letargo espiritual


Por Sahir Akel

Te Profetizo: Viene una activación espiritual. Dios te va a levantar del sueño para que vuelvas a ganar.

Este es uno de los mayores ataques que la gente está teniendo. La mayoría lo está sufriendo y no saben cómo
manejarlo.
Este es un espíritu silencioso, que trabaja día a día. El letargo espiritual está asociado a la vergüenza, a la duda y
como consecuencia, al frío espiritual.

Letargo significa: Estado de somnolencia profunda y prolongada. Modorra.

Es con esto que luchamos hoy. Una modorra generalizada que esclaviza la mente.
Entonces uno lucha con una mente que no ha sido libre del pensamiento esclavo. De esta manera perlas (palabras)
son tiradas constantemente, porque una mente esclava pierde su capacidad de soñar y automáticamente pierde su
capacidad de producir.

Dice Efesios 5:14 "Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo."
Hay un claro llamado de salir del estado de sueño, hay un grito del Reino que pide que te actives.

Activación es sinónimo de Fe, Fe es sinónimo de agradar a Dios, Agradar a Dios es sinónimo de Producirle gozo,
Producirle gozo a Dios es sinónimo de que vendrá fortaleza, la fortaleza de Dios es sinónimo de que me voy a levantar
y voy a conquistar lo que el Reino estableció para que conquiste.

Apocalipsis 3:16 dice, "Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca"
La versión (BLS) dice "Pero como sólo me obedeces un poco, te rechazaré por completo"

El espíritu de letargo espiritual produce un estado en la persona de obedecer un poco. Pero debemos aprender que,
obedecer un poco para Dios es lo mismo que no hacerlo.

No servimos a un Dios que duda de lo que quiere hacer, servimos a un Dios que está determinado a soltar las cosas
más sorprendentes y sobrenaturales que jamás hayamos vivido. Por eso Dios busca gente decidida. Este espíritu de
letargo espiritual te empuja hacia adelante lo que deberías solucionar hoy. Te hace esconder de los problemas que no
podes resolver. Te quita la valentía para enfrentar y te aleja de la paternidad de Dios.

Dos claves fundamentales que debemos comprender, para saber cómo se mueve este espíritu

1. Se mueve en el silencio: 2 Timoteo 4:10 (NVI) "pues Demas, por amor a este mundo, me ha abandonado y se ha
ido a Tesalónica"

Debemos comprender que el espíritu de letargo espiritual, actúa en silencio. No importa con quien y cuanto trabajes.
Demás es una demostración, que lo que nosotros no quebramos hoy, si no quitamos ese letargo que estamos
sintiendo, terminara con nuestra vida.

2. Se mueve comiéndote las semillas: Mateo 13:20-22 dice "Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye
la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la
aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que
oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa…"

El letargo espiritual, una de las características que tiene es que te come la raíz, te convierte en un creyente sin
cimientos. Utiliza la aflicción, la persecución, el afán, el engaño de las riquezas, para apagarte y no dejarte levantar.

Te Profetizo: Viene una activación espiritual. Dios te va a levantar del sueño para que vuelvas a ganar.

Alcanzando mayores niveles en lo espiritual

Dios nos está metiendo en una dimensión mayor del espíritu. Es que solo de esta manera podremos lograr cosas que
no hemos logrados hasta el día de hoy y quebrar el espíritu de letargo espiritual.

"un nivel mayor de espiritualidad, me dará como resultado una mayor confianza en el desenvolvimiento en la tierra…"

La iglesia se ha acostumbrado a una vida espiritual superficial, decorada más por métodos, formalidades, doctrinas,
que por la presencia de Dios.

Como mejoro mi nivel espiritual en lo personal y ministerial:


1-Siempre detrás de la puerta: El nivel espiritual no crece, por la imposición de manos, el nivel espiritual, el éxito de
una iglesia viene, por lo que hace detrás de la puerta. ¿Por qué detrás de la puerta? Porque Dios siempre estará
esperándonos en la intimidad.

2 Reyes 4:4-5 dice: "Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena,
ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella
echaba del aceite…"

La presencia de Dios, nunca la vas a encontrar afuera, la vas a encontrar adentro.

"Puede venir por la imposición de manos, pero soy yo quien tiene que mantenerla"

"El nivel espiritual sube, cuando cierro la puerta y busco llenar la vasija…"
Observemos el ejemplo de Daniel 6:10: "Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y
abiertas las ventanas de su habitación que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba
gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes…"

2-Respetando la tierra que le corresponde a Dios: Éxodo 3:5 dice: "Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus
pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es…"

Nosotros somos tierra fértil para Dios, en la repartición de la tierra que soy yo, debe estar la tierra que le pertenece a
Él como un lugar santificado.

En el antiguo tiempo, cuando los hijos de Israel repartieron las tierras, Dios les hablo y les dijo: "Cuando hayan
terminado, aparten un tierra para mí, para que mi nombre sea invocado, esa tierra será santa…"

Que quiero decirles con esto, "El nivel de espiritualidad sube, cuando entiendo, cuando aprendo a respetar el lugar
que le pertenece a Dios, a nivel personal y ministerial…"

3-Siendo libre de lo religioso: No hay nada más estéril que tratar de ver a Dios por medio de las formas, de las
estructuras.

Dios nunca vino a establecer una religión, Dios viene a establecer su Reino.
Mateo 23:13 dice: "Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de
los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando…"

Jesús predico siempre sobre el Reino y no sobre una religión (El reino de los cielos es…)

4-Cambiar la visión para entrar en la acción: Cambiar la manera de ver las cosas, subirá mucho tu nivel de
espiritualidad. La visión de las cosas, es clave para tu desarrollo espiritual. Números 13:17
Hermanos, tenemos que entender que estamos tomando los frutos de algo muy grande, algo grande viene para
nosotros.

Subir el nivel de espiritualidad, nos permitirá ver a un Dios como nunca antes lo hemos visto.
Debemos declararle guerra a este espíritu de letargo espiritual, porque la victoria es nuestra…

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