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Infórmate acerca del problema

El siguiente paso es investigar el problema con el objetivo de desarrollar la compresión necesaria


para identificar el aspecto del problema que tratarás en tu TFG.

Dependiendo del tema, tu investigación puede incluir: consultar la literatura y otras fuentes de
información relevantes o hablar con expertos. Al realizar esta investigación, ten en cuenta las
siguientes preguntas:

 Contexto: ¿Quién tiene un problema y cuándo/dónde surge? ¿Cuál es la causa del problema
(por ejemplo, proviene de una investigación anterior o se relaciona con un cambio en algún
factor)?

 Antecedentes: ¿Qué se sabe sobre el problema? ¿Qué tienen que decir los investigadores y
otros individuos involucrados? ¿Qué se ha hecho para resolver el problema? ¿Alguna
solución ha tenido éxito? De ser así, ¿por qué? ¿Se ha enfocado en alguna causa en
particular?

 Especificidad: ¿Qué es exactamente lo que vas a ayudar a resolver? ¿Qué no abordarás?

 Relevancia: ¿Por qué es importante para la sociedad o la profesión resolver tal problema?
¿Qué pasará si no se resuelve? ¿Quién sentirá las consecuencias?

3. Escribe el planteamiento del problema


Una vez que hayas avanzado un poco en la investigación y hayas respondido a las preguntas
anteriores, deberías tener una idea más concreta de lo que, dentro del problema más vasto, te
gustaría abordar. El siguiente paso es transformar esto en el planteamiento del problema que
quieres ayudar a resolver y, así, demostrar la relevancia de tu investigación.

El planteamiento del problema no tiene que limitarse a una sola oración. También puede describirse
en un breve párrafo.

INTRODUCCIÓN
(Castells, 1971). El proceso de urbanización no debe ser visto únicamente como un tipo específico de apropiación
humana del espacio. Debe considerarse sobre todo como un proceso de articulación de relaciones sociales, económicas,
culturales y políticas entre grupos y clases sociales. Reconocido el hecho de que las relaciones entre industrialización y
urbanización no son lineales, en la periferia capitalista las mismas adquieren especificidades y diferencias, respecto a las
economías centrales altamente industrializadas (Roberts, 1982). En los centros el desarrollo del modo de producción
capitalista se sostuvo en el progresivo aumento del ritmo de la industrialización que afectó la configuración del espacio
y los procesos de cambio demográfico. Asimismo, en dichas sociedades estos procesos se vieron acompañados de un
rápido cambio tecnológico y una acelerada modernización agrícola (Castells, 1971). En cambio, en la periferia la
urbanización se articuló al proceso más amplio de inserción al mercado mundial y división internacional del trabajo
(Portes y Walton, 1981). Particularmente en América Latina, no podemos intentar reconocer un tipo de relación entre
industrialización y urbanización semejante al que se produjo en los países capitalistas centrales. En el momento en que
los países de la región se vincularon al mercado mundial, como economías primario-exportadoras, el impacto de la
industrialización sobre la urbanización se definió precisamente a través de la relación de dependencia al mercado
mundial, dada la modalidad de vinculación al sistema mundial y la débil estructura productiva interna de tipo
manufacturera-industrial. De este modo, mientras en los centros del sistema capitalista la industrialización se expandía,
en América Latina su efecto fue distinto, ya que el desarrollo de un sector industrial fue siempre precario y débil, nunca
se verificó una revolución agrícola modernizadora y la región ha permanecido en una posición de subordinación y
precariedad tecnológica respecto a los países capitalistas centrales. Sin embargo, en la región también se verificó un
acelerado proceso de urbanización, a consecuencia de la masiva migración rural-urbana y las altas tasas de crecimiento
vegetativo de la población, fruto del significativo descenso de la mortalidad, tras la difusión de los modernos
descubrimientos médicos del presente siglo

Planteamiento del problema


A nivel mundial Rasgo fundamental de la situación actual que hemos tratado de caracterizar anteriormente era, como
hemos visto, el de la urbanización, es decir, el del crecimiento de las ciudades y el progreso y extensión de las formas de
vida urbanas, con un paralelo abandono del campo y de las formas de vida rurales. En definición de Gottmann, la
urbanización es «el proceso económico y social, político y cultural, que conduce a la humanidad hacia formas nuevas de
civilización, formas cada vez más urbanas, es decir, no agrícolas, y que reposan sobre formaciones de elevada densidad
y sobre ocupaciones divorciadas del trabajo de la tierra». Es ésta una de las recientes definiciones de la urbanización,
quizá la más completa de las muchas que se han dado desde que en 1867 utilizara Ildefonso Cerda este término por
primera vez en su «Teoría general de la urbanización», como ya vimos al ocuparnos de este precursor del urbanismo.
Otras definiciones pueden ser las siguientes: «La urbanización contemporánea es un proceso complejo que se ha venido
desarrollando desde fecha reciente en conexión con las fuerzas productivas y que se refleja en un rápido y vigoroso
desarrollo de las ciudades y de las agrupaciones urbanas» (Vogelnik). «Dentro de las condiciones contemporáneas,
entendemos principalmente por proceso de urbanización el desarrollo de las ciudades, manifestado en un aumento de
la población urbana y en la transformación de su estructura socio-económica. En un sentido más amplio, la idea de la
urbanización abarca todos aquellos procesos registrados en las agrupaciones rurales que conducen a una futura
eliminación de la diferencia existente entre las ciudades y los pueblos o aldeas, bien sobre la base del desarrollo de las
actividades no agrícolas, bien sobre la base de una transformación de la agricultura con arreglo a una técnica moderna y
a unos fundamentos sociales» (Stefanovich). «La urbanización es un proceso que está cambiando las estructuras socio-
económicas y de relación de la población. Esto indica un aumento de la población ocupada en las actividades no
agrícolas y otro aumento en el número de agrupaciones urbanísticas en que no predomina la actividad agrícola. Todo
ello se traduce en transformación de la
forma de vida, de los hábitos, de las costumbres y de las relaciones entre personas» (Pjanik). Estas definiciones y otras
que podrían darse son suficientemente explícitas como para requerir comentario alguno. Con ellas queda más precisado
uno de los rasgos fundamentales que caracterizan a nuestra nueva situación. Ahora, reduciendo el campo visual desde
aquella caracterización general, hacia este rasgo concreto, pero decisivamente definitorio, nos vamos a ocupar de ese
fenómeno de la urbanización y de sus formas. Necesitamos empezar por este marco general para ir centrando nuestro
tema, aproximándonos a él. Algunos de los autores citados en el capítulo anterior nos hablaban del crecimiento
demográfico universal con cifras y previsiones de gran trascendencia. En este momento debemos empezar a considerar
las cifras y previsiones de ese crecimiento, esperadas por los expertos, para la evolución de la población precisamente
urbana. Desearíamos evitar la sequedad de las estadísticas, en un texto como éste, no especializado, y, por otra parte,
tampoco es atractivo repetir una vez más lo que puede encontrarse en otros muchos sitios. No obstante, por lógico
desarrollo metodológico en el nivel de nuestra exposición, vamos a

pasar por la consideración de algunos datos numéricos característicos, procurando tomar cifras traducidas a un lenguaje
más próximo y a unas situaciones concretas de significado más directo. Veamos a continuación algunas de las
afirmaciones que se hicieron sobre estos temas en las discusiones de la Reunión de Délos de 1963. aún vigentes. Si la
población mundial está aumentando durante el presente siglo a un ritmo mucho mayor que en cualquier época pasada,
la población de los centros urbanos ha aumentado a ritmo mayor que el de la población total. En el siglo XVII no excedía
el 0,5 % anual. Durante el siglo XIX aumentó el 2 % anual y hoy sobrepasa el 4 % en las poblaciones de más de 100.000
habitantes y está próximo al 5 % en las de más de 1.000.000. La población actual de las ciudades de más de 100.000
habitantes, que totaliza unos 700 millones de personas, habrá aumentado en el año 2000 a 4.000 millones, es decir, un
48 %, y en las ciudades de más de 1.000.000 de habitantes, cuya población actual suma 370 millones, habrá pasado a
ser de 2.600 millones, es decir, habrá aumentado en un 600 %. Estas cifras permiten deducir que, según las previsiones
que las avalan, de hoy al año 2000 van a acudir a las ciudades de más de 100.000 habitantes unos 3.300 millones de
personas, lo cual, si queremos presentar una cifra que tenga el valor de un símbolo, equivale a la creación de 33.000
ciudades nuevas de 100.000 habitantes, es decir, que de aquí al año 2000 sería necesario construir anualmente en el
mundo unas 1.000 ciudades nuevas de 100.000 habitantes cada una para absorber la población urbana que se viene
encima. En cuanto al ritmo histórico en que se ha ido produciendo el fenómeno, las cifras dadas por J. Gottmann son las
siguientes: «Hacia 1800 existían en el mundo 7 u 8 ciudades que agrupaban medio millón o más de habitantes: cuatro
en Europa (Londres, París, Ñapóles y Constantinopla) y tres o cuatro en Asia (Pekín, Cantón, Bombay y tal vez también
Shangai). Hacia 1900 existían cuarenta y dos; en 1950, su número sobrepasa las 175 (comprendiendo en la
aglomeración los arrabales). Pero, sobre todo, lo que impresiona es la multiplicación de las metrópolis, que aglomeran
más de dos millones de habitantes: en 1900 estas metrópolis eran siete (Londres, París, Berlín, Nueva York, Filadelfia,
Chicago y Tokio) y en 1960 alrededor de 50; en 1970 serán, aproximadamente, cerca de 100, de las que 30 serán
nebulosas extensas» (1). Finalmente, otra constatación histórica: en 1960, de una población mundial total de 2.962
millones, 1.002 millones (el 33,9%) era población urbana y 1960 millones (el 66,1 %) era población rural. Los

cálculos más recientes de las Naciones Unidas permiten extraer la conclusión de que hacia el año 2000, la población de
las ciudades de más de un millón de habitantes será, aproximadamente, el 42 % de la población mundial total y las
curvas elaboradas por Doxiadis anuncian que entre los años 2.060 y 2.100, fechas en que supone estabilizado el
crecimiento demográfico mundial, la relación entre población rural y población urbana será de 95,7 % urbana y 4,3 %
rural. Muchos son los intentos para explicar este fenómeno del crecimiento urbano y especialmente de las ciudades
mayores, que se han venido elaborando desde 1910, fecha en que se ocupó de ello Patrick Geddes. Ya él relacionó en
primera instancia este proceso con la primera revolución industrial (el acero, el telar y la máquina de vapor), la
revolución del carbón y del ferrocarril. En nuestros días, ya con todos los datos en la mano, Peter Hall ha documentado
el resto de la evolución a partir de la nueva tecnología, aplicada de modo extenso a la industria desde 1900 (teléfono,
central eléctrica, bombeo petrolífero, motor de petróleo, radio...), que, a pesar de aligerarla y dejarla en mayor libertad
de emplazamiento, no trajo consigo una esperable descentralización, prevista por Mumford, pues, a juicio de Hall,
intervinieron entonces, de modo decisivo, la nueva forma de organización empresa rial, la ciencia del mercado y la
publicidad. El centro de actividad pasa de la fábrica a la oficina, aparecen los empleos de «cuello blanco» y la mujer hace
su irrupción en el mundo del trabajo. Veamos directamente en certeras palabras de Peter Hall, la última fase, ya en
nuestro siglo, de este proceso (2): «Estos cambios tuvieron un efecto crítico en el desarrollo urbano. Porque aunque era
cierto que la industria neotécnica podía descentralizarse, el mundo oficinesco neotécnico no podía adoptar la misma
característica. Con el capitalismo financiero, la nueva forma de oficinas —oficinas centrales de los ferrocarriles, de los
servicios públicos, de las industrias—, los cuarteles generales de las sociedades de inversión extranjera fueron creciendo
al lado de las instituciones financieras en los centros bancarios tradicionales. Muy pronto, las oficinas auxiliares
florecieron en torno, con el fin de prestar servicios especializados a las nuevas oficinas centrales: consultorios jurídicos,
empresas de publicidad, de contabilidad o de administración empresarial. Al doblar el siglo, el papel creciente del
Gobierno en la vida económica y social se tradujo en un incremento considerable de los empleos burocráticos en la
capital política de cada país, la cual en muchos casos era también la metrópoli comercial. De modo ininterrumpido
fueron surgiendo organiza ciones de tipo oficial, con el fin de representar los intereses económicos o profesionales:
sindicatos, federaciones patronales e institutos profesionales. Todos estos organismos necesitaban estar a la escucha de
lo que decidía el Gobierno y en contacto directo con los funcionarios gubernamentales; por ello, naturalmente, su punto
de gravedad era la capital administrativa o el barrio administrativo de la ciudad metropolitana (un poco más tarde, en
los países comunistas, las sedes centrales de las organizaciones productivas y de transporte fueron agrupándose junto a
las oficinas gubernamentales, de las que habían de surgir ante todo los planes económicos). Las nuevas industrias
dedicadas a la comunicación e información, en las que se combinaban las funciones de fábrica y oficina —periódicos,
revistas, radio, televisión— se situaron lógicamente en los centros de negocios. Para todas estas actividades, la
transmisión de noticias era de importancia vital; y ello podía ser logrado con máxima facilidad y mínimo gasto en el
centro metropolitano. El siglo XX presenció una expansión enorme de la educación superior, especialmente en lo que se
refiere a la investigación científica y a la sociocientífica; también esto tendió a ocurrir en los centros metropolitanos, que
eran las sedes tradicionales de la educación nacional en la mayoría de los países y que se encontraban en relación
directa con las importantes fuentes fundacionales dedicadas a la investigación. El desarrollo de la tecnología del
transporte —el tranvía eléctrico, el tren eléctrico, el ferrocarril suburbano, el autobús— permitieron a un número
creciente de trabajadores concentrarse a escasa distancia de los centros de las grandes ciudades metropolitanas. El
aumento de empleos de "cuello blanco" de todo tipo es, sin duda alguna, la explicación individual más importante del
crecimiento de las grandes ciudades en el período que empieza en 1850. Pero hay otras muchas causas
complementarias. El comercio al por menor creció en la mayoría de las ciudades metropolitanas a mayor velocidad que
la demanda de la población inmediata; la razón era que estos centros constituían un escaparate propagandístico a
escala nacional e incluso internacional. Ciertos tipos de industria de manufactura —modas femeninas, sastrería
masculina de encargo, joyería y platería, mobiliario de lujo— habían sido siempre actividades comerciales distintivas de
la metrópoli. En el siglo XX este tipo de comercio se vio acompañado por una hueste de nuevas industrias, creaciones de
la tecnología neotécnica, y que por una razón u otra exigían una cercanía inmediata a los centros de negocios.
Máximamente significativa es la manufactura de los caros y complejos aparatos electrónicos, no fabricados en serie,
destinados a fines científicos, muchos de los cuales van a parar a centros comerciales metropolitanos, laboratorios u
hospitales, o son encargados por las oficinas metropolitanas de los departamentos gubernamentales. Tales productos,
como los trajes a medida y los vestidos de encargo de una era industrial ya pasada, han de ser realizados hoy en
contacto estrecho con el comprador final y con el cliente, que fija las características. A la luz de estos rasgos de la
moderna tecnología y organización económica, el surgimiento de la ciudad gigante aparece como un hecho natural,
hasta inevitable. Según el economista americano R. M. Haig, investigador de las causas del crecimiento de las ciudades
en 1926, "en lugar de explicar por qué una porción tan amplia de la población se encuentra en las áreas urbanas,
deberíamos tratar de encontrar razones por las que esa porción no es aún mayor. La cuestión ha cambiado: ya no es
¿por qué vivir en la ciudad?, sino ¿por qué no vivir en la ciudad?".» Hasta aquí, Peter Hall; veamos ahora lo que
complementariamente nos dice Jean Gottmann (3): «Estas actividades que se aglomeran en el corazón de las viejas
metrópolis no son ni fábricas ni factorías (las cuales pueden continuar multiplicándose a mayor o menor distancia en la
región urbanizada que depende de la ciudad). Son actividades diferentes, servicios superiores, tan diferentes por su
naturaleza e incluso por la clase de personal que requieren, de los servicios terciarios ordinarios (transportes, comercio
al por mayor y al por menor), que ha parecido necesario para designarlas, crear una nueva categoría, la de las
actividades cuaternarias. ¿Cómo se distingue este cuaternario económico del terciario (los servicios ordinarios) y del
secundario (la manufactura, las industrias de transformación)? Por su localización en el corazón de las ciudades o
regiones urbanizadas importantes; por la forma arquitectónica frecuente del rascacielos; por la clase de trabajo que
consiste sobre todo en transacciones abstractas, dirigiendo a distancia diversos procesos políticos, económicos,
culturales, industrias y transferencias a menudo concretas; pero la actividad cuaternaria no maneja, más que
accesoriamente, datos materiales. El sector cuaternario agrupa actividades interdependientes que tienen necesidad de
frecuentes y cómodos contactos entre quienes se dedican a ellas. Porque esta categoría de actividades compren de la
administración de asuntos públicos y privados, las finanzas, los seguros, las profesiones liberales, la enseñanza, la
investigación, los expertos y consejeros técnicos de todas clases, la información, la prensa y la edición, el teatro, la
radio, televisión y otros medios de información de masas, la publicidad, los servicios hospitalarios especializados,
etcétera. Se trata, en suma, del mundo de las artes y de las letras, de la ciencia y de la política, de los negocios y de la
información. Se podría hablar de una "élite", de una selección, en resumen: de un "Todo París" muy ensanchado: lo que
recientemente no ocupaba más que a una "élite" poco numerosa en relación con las masas populares que dirigía, está
en trance de llegar a ser algo numeroso, una multitud; tanto, que ya no es una "élite", sino mucho más,
cuantitativamente y tal vez también cualitativamente. Este es uno de los aspectos menos comprendidos, aunque el más
importante de la "civilización de masas" de que tanto se ha hablado... Conocemos las razones del éxodo rural: la
mecanización de los trabajos agrícolas y la utilización de métodos científicos de producción; la agricultura produce más
a mejor precio, con cada vez menos mano de obra en las granjas. Entiéndase bien que este progreso exige el desarrollo
de diversas fábricas que produzcan el equipo mecánico, los abonos, los insecticidas, los productos que aseguren la
conservación de las recolecciones, etc. Estas fábricas dependen cada vez en mayor grado de los trabajos de laboratorios
que ponen a punto los métodos de producción de los abonos, de selección de las semillas, de preservación, de
conservación, de almacenamiento, de tratamiento de las recolecciones. Mientras que el personal de las granjas decrece,
el de las fábricas se estabiliza y pronto decrecerá; pero el de los laboratorios y el de las oficinas administrativas no cesa
de crecer. La evolución que afecta a la agricultura desde hace más de un siglo ha afectado a otros trabajos: primero, la
extracción y el tratamiento de los productos minerales; después, esferas cada vez más numerosas de las industrias de
transformación... Si una dispersión semejante llega a ser posible liberando a la mano de obra y a los lugares de trabajo,
de cualquier antigua trama de enlaces próximos, ¿qué sucede para las ciudades? Estas pierden muchas de sus funciones
de antaño: la densa agrupación de las viviendas de los trabajadores industriales, de las fábricas, de las factorías. La
ciudad se dispersa, se deshace. Declina su viejo centro. Una especie de podredumbre económica y social ataca muchos
de los viejos núcleos. Esta tendencia se ha puesto en evidencia, sobre todo en los Estados Unidos, donde los fenómenos
de dispersión urbana han tomado en su momento una especial amplitud. Primero parece que sólo las residencias se
dispersaban; después, que los servicios, atraídos por la proximidad del consumidor (comercios al detall ordinarios, cines
de barrio, peluquerías, médicos, etc.) seguían a las residencias, agrupándose indudablemente, pero lejos de los viejos
centros. De esta forma nacieron en los Estados Unidos los "shopping centers" y en Canadá los "centros de compras",
fenómeno suburbano o incluso interurbano en su origen, pero que poco a poco atrajo a las sucursales de los bancos, de
los grandes almacenes, de los restaurantes e incluso a los comercios especializados capaces de rivalizar con el centro
comercial de una ciudad de talla mediana. Desde hace una veintena de años, las factorías y las fábricas han seguido el
movimiento de dispersión. Estos establecimientos abandonan cada vez más fácilmente el territorio propiamente urbano
de antaño, gris, congestionado, envejecido. La mecanización y la automatización favorece este movimiento. La
generalización de los transportes por carretera, una mejor coordinación entre ferrocarril y carretera, ayudan a este
proceso; el alza de los precios de los terrenos en la ciudad y de los diversos impuestos en el seno de las grandes
aglomeraciones, lo acelera incluso. De esta forma, una escuela de sociólogos americanos ha podido sugerir, hace una
docena de años, que la época de las ciudades aglomeradas había concluido; que las funciones que fueron urbanas se
desparramaban, se disolvían en el territorio rural, y que valía más hablar de regiones y de territorios que de ciudades. Lo
que fue la comunidad urbana no era más, en su propio sentido, que un vestigio del pasado; las nuevas células sociales
serían otras.» Vemos ahora que Jean Gottmann, en una nueva síntesis, nos ha conducido a otros aspectos,
complementarios como decíamos, de los que nos mostraba la de Peter Hall. En las de ambos hay coincidencia y hay
también una aparente contradicción al enjuiciar la dispersión de la industria y la extensión de la ciudad. Y es que cada
uno de ellos ha fijado su atención en dos tipos de fuerzas y de tensiones que coexisten y que se dan al mismo tiempo en
este complejo fenómeno de la urbanización. El primero, buscando la causa de la hinchazón de la gran ciudad, investiga
las fuerzas aglutinadoras. El segundo, para apoyar su tesis de la «nebulosa» urbana, se vierte más bien sobre las fuerzas
de dispersión. Son las «fuerzas centrípetas» y las «fuerzas centrífugas» de que han hablado Robert E. Dickinson, al
estudiar las relaciones entre la ciudad y la región para dar lugar a la moderna «ciudad regional», y Paul Brenikov, al
investigar la formación, desarrollo y problemática de las «conurbaciones». Estos autores pueden servirnos para
introducir una primera aproximación a algunos de los aspectos más amplios de un nuevo concepto de ciudad, que Hans
Blumenfeld anunciaba así: «Después de una larga y lenta gestación, la urbe ha desembocado en un estadio
revolucionario; ha experimentado un cambio cualitativo. En efecto, la metrópoli ya no es una mera versión amplificada
de la ciudad tradicional; es una forma diferente de asentamiento humano» (4).

Bibliografia

oa.upm.es/11050/3/capitulo_03.pdf

(1) Jean Gottmann: Grandeza y miseria de la urbanización moderna («Urbanisme», número 88), 1965.

(2) Peter Hall: Las grandes ciudades y sus problemas.

(3) Jean Gottmann: Obra citada.

(4) Hans Blumenfeld: La metrópoli moderna («Scientific American», 1965).

A nivel latinoamericano La toma de conciencia acerca de la importancia del proceso de urbanización en América Latina
se inicia a partir de la concentración de un sinnúmero de "síntomas" en las áreas metropolitanas, lo que más tarde
pasará a tener categoría de "problema". Son los "efectos" espaciales, sociales y económicos del proceso de
urbanización, tales como los déficit de vivienda, de servicios sociales básicos y de transporte que, unidos a la falta de
estructuración urbana, a la congestión, a la contaminación ambiental y especialmente a la situación del empleo,
configuran el cuadro de la llamada "crisis urbana". Muchos de estos elementos concurren en la aparición de expresiones
ecológicas tales como las barriadas de tugurios, favelas o poblaciones marginales, que inicialmente llevan a centrar la
atención de los gobiernos y de los cientistas sociales en el fenómeno de la urbanización en América Latina. A partir de
los efectos críticos del llamado "problema de la urbanización" en América Latina, comienzan a examinarse sus
componentes, a relacionarse las variables explicativas inteminientes en el proceso y a cimentarse las bases de una
teoría de la urbanización en países en desarrollo, que incorpora los aspectos políticos, económicos, sociales, culturales,
demográficos, históricos y geográficos del fenómeno. Una de lai dimensiones de este proceso es aquella que lo vincula
con la ocupación del territorio y, por lo tanto, con la redistribución espacial de la población y de las actividades en los
estados-naciones y en las regiones de América Latina. Si bien es cierto que cualquier intento de análisis del proceso de
urbanización, si pretende responder a la complejidad causal del mismo y a la multiplicidad de sus efectos, requiere de
una consideración interdisciplinaria e integral, es posible, con limitaciones, examinarlo desde distintos "focos críticos".
En este caso particular, el análisis se orienta a las consideraciones espacio-demográficas que este proceso implica en
cuanto mecanismo de redistribución espacial de la población. Los aspectos más relevantes a ser examinados en esta
perspectiva se refieren a la urbanización como tal, esto es, el incremento relativo de la población en ciudades de más de
20 000 habitantes, el crecimiento urbano, entendido como el aumento porcentual del número de personas que residen
en ciudades de más de 20 000 habitantes,Y y la concentración de la población. Cualquier análisis de los aspectos
espaciales y demográficos del proceso de urbanización en América Latina necesita situarse en el contexto en el cual éste
se desarrolla. Entre los múltiples aspectos que definen la fisonomía espacio-demográfica de la región, de acuerdo con
los propósitos de este breve diagnóstico del proceso de urbanización, hay dos de especial relevancia: las tasas de
crecimiento natural y la densidad de ocupación del territorio. Primeramente es preciso hacer un examen a la luz de las
altas tasas de crecimiento natural de la población que, según estimaciones de CEPAL y CELA DE,^ alcanzó

en el período 1960-1965 a un 2,85 por ciento, tasa que aumentaría a un 2,91 por ciento para el período 1965-1970,
según la hipótesis media de las proyecciones elaboradas. Estas tasas, comparadas con las de los ~aíses desarrollados
como los de Europa y Norteamérica en su período de urbanización más aguda, hacen pensar que el proceso de
urbanización de América Latina en los últimos 30 años cuenta con un < 6 mecanismo impulsor" adicional. Por otra parte,
si se comparan las densidades demográficas medias de los países desarrollados, o aun de las regiones en desarrollo
como Asia, con las de América Latina, ciertamente ésta aparece, en el año 1971, como una región subpoblada, con una
densidad media de 14 habitantes por km2.3/ Aun cuando la densidad media de la América Central continental (28
hab./km2) sea el doble de la densidad media total de América Latina y la densidad media de la América del Sur
templada esté por debajo del promedio, podemos considerar que es homogéneamente baja en la región. Sin embargo,
si se examina la situación en el interior de cada estado-nación, es preciso afirmar la existencia de grandes disparidades
en el poblamiento regional, presentando la mayoría de los 20 países incluidos una gran heterogeneidad en la ocupación
de su territorio. Un estudio de CEPAL para cinco países de América Latinag define las características de la distribución de
la población total a partir de cuatro clases de ocupación: total, parcial, subocupación parcial y subocupación total, o
zonas despobladas. Tomando como base los resultados de ese estudio y dentro de los límites impuestos por el grupo de
países escogidos, por la metodología utilizada y por los datos a que se hace referencia, es posible afirmar que el
territorio en América Latina está claramente subocupado, con grandes disparidades en la distribución de la población
urbana y con una notable concentración de la población en poca superficie. Para el conjunto de países estudiados, "las
zonas de ocupación total y las de ocupación parcial agrupan el 80 por ciento o más de la población total, mientras que
su importancia territorial oscila entre un 20 y un 40 por ciento".u Si se analiza la situación de las zonas despobladas con
densidades inferiores a un habitante por km2, se verá que comprenden un muy elevado porcentaje, el que basado en
los datos -referidos al año 1950 se aproximaba al 50 por ciento del territorio tota1:En los últimos 20 años estos
territorios han disminuido grandemente su importancia, alcanzando cerca de un 25 por ciento de la superficie

tota1.a Contrastando con lo anterior, algunos estudios acerca de las densidades del poblamiento de las áreas -
metropolitanas de algunos paises estiman densidades romedio, para esas áreas, cercanas a los 20 000 habitantes por
km2 .-! Z La aparente contradicción entre las afirmaciones precedentes y el acentuado proceso de concentración
urbana, como también entre la manifiesta inquietud por las altas tasas de crecimiento y la baja densidad media de los
países de la región, puede explicarse, en parte al ' menos, porque, aun cuando no se hayan emprendido estudios
específicos acerca de la extensión de las áreas de condiciones de "habitabilidad deficitaria", se estima que éstas no son
significativas en el contexto latinoamericano, y la abundancia de recursos naturales inexplotados o subexplotados abre
perspectivas inmensas hacia el futuro, en términos de repoblamiento. Sin embargo, el nivel del desarrollo tecnológico
en América Latina, y la cuantía de los recursos de inversión requeridos en la colonización de nuevas áreas y en la
explotación de nuevos recursos naturales, hacen prácticamente imposible pensar en una drástica alteración de las
tendencias redistributivas de la población y en un cambio del patrón estructural de ocupación del territorio, en el corto
plazo. Resta aún mucho por hacer: ya hay algunos ejemplos significativos en esta materia, que se orientan a la
reestructuración del agro, a la formulación de políticas de localización . industrial, a la implementación de políticas de
colonización y a la determinación de prioridades en la prospección y explotación de recursos naturales. A su vez, en los
diversos países latinoamericanos se concede importancia creciente a los estudios que se refieren a la descentralización
administrativa y a la regionalización.

Bibliografía

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/12563/NotaPobla9_es.pdf?...1

1.

1.- Se utiliza como umbral rural-urbano a las ciudades de 20 000 habitantes, como lo proponen los estudios de
Naciones Unidas, con el objeto de hacer comparables los datos que se refieren a los 20 países de América Latina. 21

2.-CELADE, Boletín Demográfico N' 10, julio de 1972, y proyecciones recientes de población, elaboradas por CEPAL
conjuntamente con CELADE.

3.- Naciones Unidas, Demographic Yearbook 1971. -/

4.- CEPAL, Aspectos Regionales del Desarrollo en los Países Latinoamericanos, E/CN.12/897, Santiago, marzo, 1971. u 5,.
5.- CEPAL, op. cit.

EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN EL PERÚ


Proceso de urbanización
A nivel nacional el Perú al igual que otros países de América Latina, desde
mediados del siglo pasado, ha mostrado un crecimiento acelerado
de la población, la mayor concentración es de carácter urbano,
impulsado por la migración de población del campo a la ciudad,
hacia Lima Metropolitana principalmente, y en menor proporción a
otras ciudades ubicadas en la costa norte e interior del país, y que
en algunos casos se vieron beneficiados y potenciados por las
funciones que desarrollan.
El plan nacional de desarrollo urbano, señala que en el año 1940
la población llegó a 6.207.960 habitantes, duplicándose en poco
más de tres décadas, al pasar a 13.538.208 habitantes en el año
1972 .Similar situación se presenta en aproximadamente el mismo
tiempo, llegando a 27.219.264 habitantes según los datos
preliminares del último censo del año 2005. La tasa de
crecimiento promedio anual ínter censal ha pasado de 1.90%
(1940 - 1961), a 2.80% (1961 - 1972), manteniéndose en 2.60%
desde 1972 - 1993, y estimándose para el periodo 1993 - 2005 en
1.77%.
Tabla N° 1: Población Censada Urbana Y Rural (1940 - 2002)
Pob. 1940 % 1961 % 1972 % 1981 % 1993 % 2002 %
Urb. 2.197.133 35.4 4.698.178 47.4 8.058.495 59.5 11.091.923 65.2 15.458.599 70.1 19.310.309 72.2
Rur. 4.010.834 64.6 5.208.568 52.6 5.479.713 40.5 5.913.287 34.8 6.589.757 29.9 7.438.663 27.8
Nac. 6.207.967 100 9.906.746 100 13.538.208 100 17.005.210 100 22.048.356 100 26.748.972 100.0
Fuente: plan Nacional de desarrollo urbano – 2015
Este incremento, constituye un proceso continuo, ascendente e
irreversible para todos los departamentos y ámbitos territoriales.
El Reglamento de Demarcación Territorial sostiene, que para los
departamentos naturales de la costa y la sierra, se considera
como urbana la población asentada en conglomerados de 2.000
habitantes y más; mientras que para la selva, de 500 habitantes y
más.
La urbanización ha generado un desarrollo desigual en el territorio
y ocasionado impactos y problemas para un crecimiento sostenido
y equitativo a mediano y largo plazo. Se han configurado
desigualdades dependiendo de las distintas posiciones de las
diversas áreas territoriales dentro del proceso de transformación y
modernización del aparato productivo nacional, y también dentro
de las posibilidades ambientales que les ofrecía el territorio
nacional.
Para la conformación de estos territorios económicos intervienen
en gran medida la urbanización, con la red de ciudades, las
dinámicas de las ciudades intermedias y la articulación de ejes
económicos. El factor principal en la formación de los territorios
económicos localizados en la faja costera del país se establece
por la expansión económica de carácter urbano. En contraste, en
las demás regiones naturales es menor el tamaño de sus
ciudades y el peso de las economías urbanas, siendo el
encadenamiento a uno o varios recursos principales el factor
principal en la conformación de los territorios económicos.
Este proceso de aglomeración poblacional, muestra por un lado,
11 conglomerados de más de 100 mil habitantes, que
concentraban en 1981 el 68% de la población urbana.
Fig. 7 Evolución Demográfica del Perú
Características de las ciudades en el Perú:
Perú cuenta con una superficie de 1 285 216,20 km2 con una
población total de 30 814 175 habitantes, de acuerdo a las
estimaciones y proyecciones del censo del instituto de estadística
e informática hasta el 30 de junio del 2014. Se encuentra divido
en tres regiones naturales que son: costa, sierra y la selva. El 52,6
% de la población peruana vive en la costa, el 38 % en la sierra, y
el 9,4 % en la selva.
En el territorio del Perú, las regiones y los departamentos son las
divisiones administrativas mayores del país de acuerdo con la
constitución vigente. Los gobiernos regionales se componen de
un presidente y un consejo, los cuales son electos por votación
directa y sirven por un período de cuatro años.
Para organizar al estado y al gobierno nacional, regional y local, el
territorio peruano se constituye en el siguiente orden jerárquico:
24 departamentos, una provincia constitucional y estos
departamentos divididos en 196 provincias las cuales se dividen a
su vez en 1851 distritos.
Lima, la capital peruana, concentra alrededor del 30% de la
población nacional, así como aproximadamente el 50% del PBI. El
resto de la población se concentra, principalmente en ciudades
que a su vez son capital de región, con una población entre 100
mil y 500 mil habitantes, salvo algunas excepciones como:
Arequipa, Trujillo y Chiclayo; con poblaciones de 1 millón, 750 mil
y 550 mil habitantes respectivamente. Por lo tanto la mayoría de
las ciudades peruanas cumplen con la definición de Ciudades
Intermedias; y se distribuyen de la siguiente manera:
Fig. 8 Mapa político del Perú
En la figura se observa la magnitud de poblacional de las
ciudades del Perú, y Cusco se ubica en el quinto lugar después
de Lima, Piura, La Libertad y Cajamarca, albergando al 4,6% de la
población censada.
Tabla 2 Distribución de ciudades intermedias según región
natural
COSTA SIERRA SELVA
Tumbes, Piura,
Chimbote, Ica,
Cañete, Moquegua,
Tacna, Huacho,
Chincha
Cajamarca,
Huanuco,Tarma,
Huancayo, Cusco,
Huamanga, Cusco,
Cusco
Iquitos, Pucallpa ,
Tarapoto
Las grandes ciudades, se dedican principalmente a actividades
económicas secundarias y terciarias, mientras que las ciudades
intermedias, en su gran mayoría, están inmersas en actividades
primarias y terciarias. Las actividades terciarias o de servicios
están presentes en todas las ciudades de manera casi uniforme,
esto se debe en gran medida al flujo de materias primas desde:
las pequeñas ciudades, campos de cultivo, minas, etc. hacia las
grandes ciudades; y en sentido inverso de productos
manufacturados, servicios, comunicaciones, etc.
La siguiente tabla muestra la clasificación de las ciudades más
importantes del Perú, según su población:
Tabla 3. Clasificación de las ciudades del Perú según su
población
Tamaño de
ciudad
Habitantes por
ciudad
Número de
ciudades
Porcentaje de
población
Grandes 500 000 a mas 40 36%
Intermedias 100 000 - 500
000
21 16%
pequeñas Menos de 100
000
No determinado 18%
rural No determinado No determinado 30%
Fuente: INEI, Perú: crecimiento y distribución de la población
2007
La Comunidad campesina en el Perú y el proceso de urbanización
A nivel nacional La Comunidad campesina en el Perú
La literatura sobre la Comunidad campesina en tanto institución es vasta y ha significado, para las
ciencias sociales en el Perú, amplios debates entre posturas divergentes que buscan dar una definición
cabal de este antiguo concepto y de esta compleja realidad. Los autores muchas veces han tratado de
crear una generalización o una definición total de lo que es y cómo funciona laComunidad campesina,
otorgándole diferente importancia a los distintos aspectos que están presentes en la realidad de esta
institución social.
Desde nuestra perspectiva, no consideramos que se deba profundizar la deliberación acerca de la
esencia de la Comunidad campesina como entidad abstracta, sino en el estudio sistemático y empírico
de las Comunidades campesinas en tanto universo heterogéneo, dinámico y en transformación (para
una mayor discusion de las aproximaciones sobre la comunidad campesina en las ciencias sociales
peruanas ver este articulo). Consideramos que, trabajar en una tipología, por ejemplo, resulta una tarea
bastante más fructífera para comprender la realidad compleja de estas importantes instituciones muy
poco consideradas para las políticas públicas y cada vez menos para los investigadores científicos[1].
La Comunidad campesina andina es una institución basada en una organización social en zonas rurales
que tiene la propiedad de un territorio, que administra unos bienes comunes y que tiene cierta
autoridad sobre los/las familias integrantes. Asimismo cumple la función de tratar los problemas que
puedan enfrentar a campesinos que la conforman y hacer “prevalecer intereses determinados y
determinables” frente a entidades externas (Mossbrucker 1990: 98).
Desde el punto de vista jurídico se trata de una asociación cuya existencia, administración y gobierno,
se rigen centralmente por la Ley General de Comunidades campesinas y su Reglamento, el Estatuto de
la Comunidad campesina y el Derecho consuetudinario. La dimensión normativa, si bien no es
primordial, es una parte importante en la vida de la Comunidad, como lo puede ser para cualquier
organización reconocida por el Estado que tiene que tomar decisiones y defender intereses colectivos,
resolver problemas internos, tratar con entes externos, establecer relaciones contractuales y
administrar propiedades.
En la dimensión jurídica, se trata de una asociación cuya existencia, administración y gobierno, así
como los deberes y derechos de sus integrantes, se rigen por la Constitución Política, Ley General de
Comunidades, el Reglamento de Ley de Comunidades Campesinas, el Estatuto de la Comunidad
campesina y el Derecho consuetudinario.
En este trabajo vamos a considerar la noción de Comunidad campesina como la expresión institucional
de una organización social que tiene la propiedad de un territorio, que administra unos bienes comunes
y que tiene cierta autoridad sobre los/las familias integrantes. Asimismo cumple la función de tratar
los problemas que puedan enfrentar los campesinos que la conforman y defender intereses frente a
entidades externas (Mossbrucker 1990:98).
Por territorio entendemos aquella superficie delimitada de tierra, propiedad de la Comunidad
campesina, donde las/los comuneros viven y desarrollas gran parte de sus actividades cotidianas.
Contiene tierras comunales, tierras de posesión particular y espacios ‘públicos’ (caminos, ríos,
quebradas, pistas, etc.). Tal como explica Diez, existe una vinculación especial entre la Comunidad
campesina y su territorio: “Por la via de la conciencia histórica, se establecen vínculos con la tierra y el
territorio que se ocupa de tal manera que muchas veces es indisociable del grupo comunero” (Diez
2003).
Las tierras comunales son aquellas áreas delimitadas de tierra, dentro del territorio comunal, de
administración y usufructo colectivo. Generalmente se trata de áreas de pastoreo, bosques y
agricultura. Las tierras de posesión particular son aquellas que que se rigen por administración y
usufructo individual, por parte de cada miembro de la Comunidad. En ellas se construyen las viviendas
familiares y se cultiva la tierra para beneficio de la familia comunera.
Los bienes comunes de una Comunidad campesina son el conjunto de bienes de propiedad y
administración colectiva, puede tratarse de recursos -agua potable, pasto, ganado-, servicios -mano de
obra comunal, asesoría- o infraestructura -ej. local comunal, escuela- (Ostrom 1990).
La urbanización como fenómeno en marcha
En el año 2006, la ONU reconocía que para el 2008, por primera vez en la historia, la mayor parte de
la población mundial viviría en zonas urbanas; y que en los años a venir, la mayor proporción de
crecimiento poblacional en el mundo se dará en las ciudades de los países ‘en vías de desarrollo’[2].
Según datos de la Oficina de Población y Demografía de las Naciones Unidas, más del 50% de la
población mundial vive en zonas urbanas, el porcentaje para los países 'en desarrollo' es de 43,8%,
mientras para los países desarrollados la población urbana asciende al 74,4%.
Dentro de este universo de países pobres o ’en vías de desarrollo’, las ciudades en América Latina tienen
significativamente más peso que el resto: en América Latina y el Caribe en promedio, el 78,3 % de la
población es urbana, siendo la región más urbanizada de los llamados países en desarrollo y la segunda
región más urbanizada del planeta, después de Norteamérica (UNFPA 2007, UN-Habitat 2008).
Para el caso del Perú, entre 1993 y 2007, la población urbana aumentó en 34.6% a una tasa promedio
anual de 2.1% (382 264 personas por año), mientras que la rural apenas lo hizo en un 0.01%. Hoy en
día, la población urbana es netamente superior a la población rural: de acuerdo el último censo, menos
de un tercio de la población vive en zonas rurales (Ver cuadro Gráfico 1)[3]. En el Perú, con la tendencia
histórica migratoria de las zonas rurales hacia zonas urbanas, que ha movilizado a millones de
personas, las ciudades han experimentado un vertiginoso crecimiento en los últimos 50 años.
La gran brecha, en términos de calidad de vida y acceso a servicios, entre las zonas rurales y urbanas es
uno de los principales motivos de esta tendencia migratoria del campo a la ciudad (Aramburú 1995,
Golte 2001). Según el INEI, para el período 2004-2007 la incidencia de extrema pobreza, en áreas
rurales es de 36% aproximadamente, mientras que en áreas urbanas ésta alcanza un 5%.
Contingentes poblacionales migran para instalarse a vivir en ciudades, polos de concentración de
servicios, lugares de acceso al mercado, a la salud, la educación, a seguridad, entre otros. Otros factores
también influyen en esta tendencia a la migración, como la sobrepoblación en el minifundio rural
(Manrique 1995) y la multiplicación de las zonas de conflicto armado en los años 80s (Coral 1994, CVR
2002).
La urbanización es la “transformación de un terreno agrícola o baldío en terreno urbano de modo que
se incluyan en el los diversos servicios (agua, drenaje, electricidad y pavimentación) y se fraccione para
su venta y edificación” (Ducci, 2003).
El proceso de urbanización es la transformación de una zona rural en una zona edificada y de mayor
densidad demográfica. Podemos agregar que está compuesto por etapas como el proceso de
dinamización del mercado de tierras, la construcción de inmuebles e implementación de equipamiento
urbano, impulsado principalmente por el incremento en la demanda de vivienda. Los tres puntos
señalados por lo general son tres momentos que se siguen para un terreno determinado (compra-venta,
construcción, equipamiento), sin embargo pueden no necesariamente seguir ese orden (sobre todo
para los dos últimos).
El proceso de “urbanización” o “crecimiento urbano” en o hacia espacios rurales se puede observar en
tres etapas, ordenadas por criterio cronologico:
La primera etapa consiste en la intensificación de las relaciones contractuales de compra, venta y
alquiler de predios urbanos y/o terrenos rurales. La segunda etapa consta de la construcción de
viviendas que va de la mano con una tercera etapa de equipamiento que por lo general tiene un efecto
retardado en relación al precedente. Es la construcción de infraestructuras de servicios que se dotan
para la viabilidad de una zona urbana. Se trata básicamente la instalación de redes compartidas como
electricidad, agua potable, desagüe, alcantarillado, etc., así como pistas, veredas, áreas de
esparcimiento, etc.
En cuanto a los actores que lo desarrollan, se trata generalmente de un campesino que vende un predio
rural, un no-campesino que lo compra, un individuo o una empresa que construye inmuebles
residenciales u otros, y cierta organización comunal o institución del gobierno que dota la zona de
equipamiento urbano.
Transformación territorial e institucional: las Comunidades campesinas en urbanización
Algunos autores peruanos han desarrollado el tema de las relaciones entre actores políticos en una
perspectiva urbano-rural, ese es el caso de Marcos quien estudia la evolución de la gestión y la relación
Comunidad campesina - municipio.
En Disolución de Comunidades campesinas y dinámica municipio-Comunidad el autor analiza la evolución
de la Comunidad campesina como institución política en función a la legislación vigente y a la relación
con las tierras de la Comunidad. Según el autor los conflictos entre capital de distrito y Comunidades
tienen su origen básicamente en un afán de manejo preferencial de los recursos económicos tanto
internos como externos a favor de la capital de distrito.
En el manejo de recursos externos e internos, se trata de lograr una mayor autonomía en las decisiones
respecto del uso exclusivo de tierras, aguas y pastos que se encuentran en el ámbito comunal, además
de incrementar los recursos provenientes del gobierno central y de otras entidades estatales o privadas
para satisfacer las crecientes demandas urbanas (luz, agua potable, desagüe, registros, postas de salud,
escuelas...).
“(...) los cambios operados en los años 50s, el incremento de la cultura política ciudadana y de
demandas urbanas de los últimos años, la idea de gobierno local y el interés por descentralizar el
Estado, constituyeron elementos concurrentes al logro de un mayor aumento en las funciones de los
municipios del país, especialmente en los distritos de área rurales. De simples dotadores de servicios
para la población urbana de comienzos de siglo, han pasado a constituirse en gobiernos locales con
capacidad para ordenar la ciudad y el campo, reglamentar y orientar el desarrollo local.”[4]
Los cambios de las últimas décadas en la sociedad peruana, sostiene, provocaron una paulatina
ampliación en las funciones del municipio y una reducción de las funciones comunales tradicionales.
Algunas funciones tradicionales en la Comunidad campesina persisten, sin embargo algunas otras han
desaparecido en ciertas zonas del país, y otras ha surgido en los años 90s como establecer mecanismos
de relación con el exterior.
El autor expresa su tesis de la siguiente forma:
“El rápido crecimiento poblacional, el proceso de urbanización del país y el centralismo estatal, desde
los años cincuenta, contribuyeron a generar demandas urbanas y rurales que ni el gobierno central ni
las Comunidades campesinas podían atender (vivienda, servicios básicos, transporte, planificación,
etcétera). (...) los municipios han logrado un aumento de funciones no sólo porque hay un conjunto de
servicios puestos bajo su dominio, no solo como respuesta a las exigencias poblacionales, sino también
porque existe un conjunto de elementos de orden socio-político que han contribuido a esa tendencia.”
En forma puntual, los principales elementos son 1) la corriente descentralizadora que pregona el
empoderamiento local, 2) la tendencia a la municipalización de las funciones, nivel más bajo de la
organización político-administrativa del Estado, y 3) la privatización de tierras en el seno de las
comunidades contribuye a la reducción de su poder político de gestión, control y representación.
Un elemento adicional que tal vez valga la pena mencionar es el hecho de que la tradicional función de
la dirigencia de las Comunidades, uso de mano de obra comunal, era usada como instrumento de
negociación y ejecución de infraestructura de beneficio público (puentes, caminos, carreteras,
acequias...) frente a las instituciones del Estado; mientras que hoy las obras son llevadas a cabo de más
en más por entidades estatales o de gobierno local.
El ejemplo que el autor pone para este fenómeno es el de FONCODES con la construcción de obras
públicas y dejando de lado la mano de obra comunal; nosotros pensamos en el caso de programas
gubernamentales tales como A trabajar Urbano o A trabajar Rural llevado a cabo por el Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo, que recaban las expectativas de la población en relación a las mejoras
de infraestructura, organizan y pagan la mano de obra comunal. La institución política comunal pierde
peso también por su alejamiento de la función de control de la mano de obra comunal en trabajos
públicos.
En su tesis para el título de maestría Raúl Marcos (1993) analiza que en la Comunidad campesina de
Tantara (Huancavelica) entre 1980 y 1992 experimenta una paulatina ampliación de funciones ediles
y una reducción de funciones comunales. Este autor reconoce ciertos problemas que se originan entre
Comunidad y municipio, los enmarca centralmente en tres tipos por su origen: 1) debido a
protagonismo de autoridades, 2) debido a usurpación de funciones (del municipio sobre la Comunidad)
y 3) obstrucción de funciones (por la rovalidad entre autoridades y como respuesta a la usurpación).

--
Notas
[1] La constatación de J. Urrutia (1992: 11-15) a principios de los noventas sobre la caída del número
de investigaciones sobre Comunidades ha vuelto a ser señalada para el período 1992-2007 por A. Diez
(2007: 1).
[2] Reunión conjunta del Congreso Mundial de Planificación y Foro Mundial del Habitat Urbano–ONU.
Vancouver, junio 2006.
[3] Censos Nacionales de Población y Vivienda 1993 y 2007. Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI). En los Censos de Población y Vivienda, se considera centros poblados urbanos,
aquellos que tienen como mínimo 100 viviendas agrupadas contiguamente y todas las capitales de
distrito, aunque no cumplan éste requisito. En este estudio adoptamos este criterio del INEI para
definir “zona urbana” y diferenciarla de zona rural.
[4] Marcos, Jaime. Disolución de Comunidades campesinas y dinámica municipio-Comunidad. p. 103. En:
Debate Agrario nº19. CEPES, Lima: 1994.
Referencias
Castillo, P. (2007). “Las comunidades campesinas en el siglo XXI: balance jurídico”. En ¿Qué sabemos
de las comunidades campesinas? pp. 15-102. Lima: Allpa.
Ducci, M. E. (2003) . Introducción al Urbanismo. Conceptos Básicos. Editorial Trillas. Mexico: Ciudad de
México.
Matos Mar, J. (1988). Desborde popular y crisis del Estado. Lima: CONCYTEC.
Mossbrucker, H. (1990). La economía campesina y el concepto "comunidad": un enfoque crítico. Lima:
IEP.
Ostrom, E. (1990). Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action. Cambridge
University Press.

ESTUDIO A NIVEL REGIONAL - PROCESO DE URBANIZACIÓN EN LA CIUDAD DE CUSCO

A) CARACTERIZACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE CUSCO

A nivel regional El departamento de Cusco está conformada por 13 provincias y 109


distritos, donde la capital de la región es la ciudad de Cusco, toda la
región cuenta con 1,415.608 habitantes
(INEI 2015).
La superficie territorial del departamento de Cusco, es de 71 999 Km2,
representa el 5,6% del territorio nacional.
En el ámbito regional, las ciudades de Cusco y Cusco (distantes 45 Km
entre sí), han conformado dos "ciudades complementarias”. La ciudad
de Cusco capital del departamento, es el principal centro de orden
político administrativo a nivel departamental, y un destino importante por
su ubicación a las orillas del Lago Titicaca, mientras la ciudad de Cusco,
concentra la actividad comercial e industrial y el centro de provisión de
servicios y logística, principalmente. Ambas ciudades concentran el
53,5% de la población urbana departamental, la ciudad más poblada de
la región Cusco es Cusco, aspecto favorecido principalmente por el
dinamismo económico y comercial, la oferta de servicios y las
oportunidades de empleo, aspectos que convierten a Cusco en el
principal polo de atracción para los inmigrantes. Convirtiéndolas en una
de las principales aglomeraciones urbanas de la Macroregión.
Son muchas las razones por las que estas ciudades están funcionando
de manera complementaria, desde las relaciones económicas, pasando
por los vínculos culturales, sociales y ambientales, hasta las
interdependencias urbanas, hecho que ha llevado a considerar a estas
dos ciudades como un Par Urbano en el futuro cercano.
Desde el punto de vista ambiental, estas ciudades comparten muchos
elementos comunes que han definido sus características urbanas y su
manera de ocupar el terreno, con casi igual exposición a los frecuentes
peligros naturales de la zona y con fenómenos de degradación ambiental
muy parecidos; estos dos últimos muy evidentes en el espacio intermedio entre estas dos ciudades.
Desde el punto de vista económico, las ciudades de Cusco y Cusco
actualmente desarrollan actividades económicas complementarias: por
un lado Cusco es el centro comercial y manufacturero de la región,
mientras que Cusco es el centro proveedores de servicios educativos, de
salud, culturales, turísticos, administrativos, de gestiones públicas y
privadas e institucionales, por ser capital de región. Estas
particularidades han definido la mutua y alta dependencia económica de
estas dos ciudades, que funcionan en la práctica como un solo núcleo
urbano, aunque estén separadas entre sí.
Las cifras confirman este comportamiento, al concentrarse en el Par
Urbano el 35% del total regional de la PEA y casi el 60% de la PEA
urbana referente al mismo ámbito.
Asimismo, los incesantes flujos del transporte entre estas dos ciudades y
el volumen de intercambio comercial y manufacturero, terminan por
reafirmar su condición de ciudades complementarias.
Las ciudades de Cusco y Cusco tienen un alto grado de movilidad
poblacional entre sí, representada principalmente por los flujos de origen
comercial, laboral, familiar y de estudios entre ambos centros urbanos.
INEI (2010) En el departamento de Cusco, los indicadores demográficos,
nos indican que la población tiene la inclinación de vivir en zonas
urbanas, y por consiguiente se viene despoblando el área rural, al 2007
casi el 50 % de la población en el departamento reside en ciudades, y
especialmente en la ciudad de Cusco, que alberga más del 30 % de la
población total ubicada en la zona urbana del departamento de Cusco.
Según indica el instituto nacional de estadística e informática INEI
(1993), Durante las últimas cinco décadas la sociedad peruana ha
estado marcada por una clara tendencia a la urbanización, expresada en
la redistribución poblacional en el territorio. Los flujos migratorios se
evidencian, primero, a través de un acelerado crecimiento de la población de las áreas urbanas, así
como de un lento crecimiento y una
pérdida relativa de población de las áreas rurales.
Figura 12 Departamento de Cusco: Población por Provincias
Fuente: INEI - censos nacionales de población y vivienda 2007
a) Crecimiento poblacional
Cusco, es uno de los departamentos más importantes en cuanto a su
magnitud poblacional, se ubica en el quinto lugar después de Lima,
Piura, La Libertad y Cajamarca, albergando al 4,6% de la población
censada, respecto al total nacional.
El incremento de la población de acuerdo a la tasa de crecimiento
promedio anual, indica que su tasa de crecimiento promedio fue
ascendente en los periodos intercensales hasta 1981, en la actualidad la
población del departamento de Cusco presenta un crecimiento promedio
anual de 1,3 %. Por otro lado, la provincia de San Román, presenta una tasa de
crecimiento promedio anual de 2,5%, es decir, con un incremento de 5
mil 160 habitantes por año, ocupa el tercer lugar en crecimiento, por la
magnitud de su población que se incrementa año a año, constituye la
provincia con mayor concentración poblacional a nivel departamental.
Tabla 4 Departamento de Cusco: Tasa de crecimiento promedio
anual según provincia
Provincia 1981-1993 1993-2007
Total 1.6 1.1
Cusco 1.1 0.9
Azángaro 1.5 -0.1
Carabaya 2.9 3.3
Chucuito 0.7 2.2
El Collao 1.7 0.5
Huancané 0.0 -1.0
Lampa 0.9 0.7
Melgar 1.3 0.3
Moho 1.6 -1.3
San Antonio de Putina 3.5 4.1
San Román 4.2 2.5
Sandia 1.1 1.5
Yunguyo 1.1 -0.1
Fuente: INEI censos nacionales de población y vivienda, 1981 - 2007
b) Población urbana y rural
La concentración de población en el área urbana, se presenta como
consecuencia de las interrelaciones socio-económicas que han venido dándose
en las últimas décadas, así como al rol y funciones que vienen desempeñando
las capitales de provincias.
A nivel provincial, en el año 2007 se observa que son dos las provincias que
presentan predominio de población urbana: San Román con el 91,6% que
presenta una alta concentración de población urbana y alberga a la ciudad de
Cusco, con una población de 225 mil 146 habitantes, que representa el 93,5%
de la población provincial y es considerada entre las 14 ciudades más grandes
en cuanto a su magnitud poblacional; y, la provincia de Cusco, que concentra al
59,7% de población urbana. Las ciudades de Cusco y Cusco, se caracterizan
por constituir los principales centros receptores de los flujos migratorios de las
provincias del interior del departamento
El proceso de concentración poblacional se viene orientando a los centros
poblados urbanos. En 1940 el 13,0% de la población total departamental,
residía en el área urbana, en 1972 representaba el 24,0% y en el 2007 el
49,7%, aumentando esta proporción en 7,9 veces, con respecto a los
resultados del Censo de 1940.
Se observa que la tendencia de la población, en las últimas décadas refleja un
aumento en la proporción de la población censada urbana respecto de la
perdida relativa de población censada rural.
Tabla 5 Departamento de Cusco: población total urbana y rural
PROVINCIA POBLACIÓN PORCENTAJE (%)
TOTAL URBANA RURAL URBANA RURAL
Cusco 229,236 136,754 92,482 59.66 40.34
Azángaro 136,829 37,508 99,321 27.41 72.59
Carabaya 73,946 30,329 43,617 41.02 58.98
Chucuito 126,259 35,767 90,492 28.33 71.67
El Collao 81,059 25,376 55,683 31.31 68.69
Huancané 69,522 13,851 55,671 19.92 80.08
Lampa 48,223 18,659 29,564 38.69 61.31
Melgar 74,735 35,536 39,199 47.55 52.45
Moho 27,819 7,950 19,869 28.58 71.42
San Antonio 50,490 33,665 16,825 66.68 33.32
San Román 240,776 220,610 20,166 91,62 8,38
Sandia 62,147 16,543 45,604 26,62 73,38
Yunguyo 47,400 17,343 30,057 36.59 63.41
Total 1,268.441 629,891 638,550 49,66 50,34
Fuente: INEI censos nacionales de población y vivienda, 1981 - 2007
2.2.5. ESTUDIO A NIVEL DE CIUDAD: DIAGNOSTICO DE CUSCO
A) Aspectos físicos geográficos
a) Ubicación:
La ciudad de Cusco se localiza al sur del Perú, en el
departamento de Cusco, provincia de Cusco.
o Latitud sur: 15° 29’ 40’’
o Latitud oeste: 70° 07’ 54’’
o Altitud de 3824 m.s.n.m.
Fue creada por la administración de
Simón Bolívar en 1826 como Villa de
Comercio o de Transito. En 1908 fue
elevada a la categoría de ciudad
b) Limites:
Se desarrolla entre cerros existentes en las zonas de este y oeste
y hacia el norte se encuentra el río Torococha, que desemboca en
el río Coata y continúa su curso hasta desembocar en el Lago
Titicaca.
Por tanto, las características Físicas del entorno han determinado
la dirección del crecimiento urbano de noroeste a sureste.
c) Topografía:
Geográficamente configura un espacio relativamente plano sin
grandes accidentes geográficos, lo que ha favorecido el
crecimiento horizontal de la ciudad.
Según los datos obtenidos, el 94.67% del área urbana de Cusco
está localizada en terreno plano llamado Meseta, el 3.04% se asienta en las zonas de "valles” que
forman los cerros aledaños y
sólo el 2.29% está localizado en los cerros circundantes. Presenta
una pendiente entre 0% y 5%.
d) Superficie:
Cuenta con una superficie de: 533.47km2 y una densidad
demográfica de 422 hab/km2.
e) Componentes del ecosistema de la ciudad de Cusco
Los ecosistemas en el soporte ambiental de Cusco han
determinado las características físicas y geográficas de la ciudad,
resaltan sus extremas condiciones climáticas, el constante peligro
natural a la que está expuesta y, sobretodo, la alta fragilidad
ambiental de su entorno inmediato. Estas condiciones
prexistentes e independientes de las acciones del hombre, están
interactuando sobre el espacio construido, originando fenómenos
que están contribuyendo a la creciente degradación ambiental se
viene experimentando.
Geología: Cusco ocupa 3330 Has, de las cuales alrededor del
74.61% (2429.16 Has son ocupadas por manzanas y 155.15 Has
por vías asfaltadas) ha sido cambiada, de suelo natural a suelo
construido, impermeabilizándolo. Esto significa que hasta para
una pequeña lluvia le es difícil el escurrimiento natural,
dificultando la evacuación natural de las aguas que incrementa
los frecuentes empozamientos que la ciudad sufre. Si a esto le
sumamos la predisposición natural del suelo de Cusco a la
acumulación de agua por la presencia de humedales, concluimos
que Cusco ha aumentado sus posibilidades de sufrir
inundaciones, que están afectando las infraestructuras existentes
y disminuyendo la calidad de vida de grandes sectores de
población. Geomorfología: Al localizarse en un espacio relativamente plano,
ha favorecido el crecimiento horizontal de la ciudad durante los
últimos años a través de una trama regular de manzanas que se
han ido anexando a las ya existentes, sin dejar los grandes
espacios necesarios para la formación de áreas verdes y otros
tipos de equipamiento necesarios para el desarrollo sostenible.
Según los datos obtenidos, el 94.67% del área urbana de Cusco
está localizada en terreno plano llamado de Meseta, el 3.04% se
asienta en las zonas de "valles” que forman los cerros aledaños y
sólo el 2.29% está localizado en los cerros circundantes.
Presenta una pendiente entre 0% y 5%, lo que explica la limitada
capacidad del territorio para la evacuación natural de las aguas,
ya sean las originadas por precipitación o las generadas por la
actividad urbana y, asimismo, la instalación de desagües
encuentra problemas en varios sectores de la ciudad, debido
principalmente a la baja pendiente del territorio.
B) Aspecto social - población
Cusco constituye el espacio urbano con mayor poder de atracción en
la zona altiplánica, interactuando con otros centros urbanos de la
región, la ciudad ha desarrollado una dinámica económica,
demográfica y urbana y permite caracterizarla como un proceso que
tiende hacia el predominio urbano y regional. Esta tendencia está
determinada por su tamaño poblacional y urbano y por las
importantes actividades económicas realizadas en su estructura
urbana en comparación con las otras ciudades de la región.
a) Evolución de la población
El aumento poblacional en los últimos años se ha incrementado
de manera acelerada ha pasado de tener 20.000 La evolución de la población ha mostrado un
crecimiento
demográfico sostenido desde principios del siglo pasado, pasando
de un patrón de asentamiento rural en los primeros años del siglo
XX hasta la urbanización acelerada de las décadas de los 80’s y
90’s, donde en 1993, Cusco superó la barrera de los 100 000
habitantes y consolidó su condición de subcentro del sistema
urbano regional. Desde entonces Cusco había sido centro de un
acelerado crecimiento poblacional, donde incrementa
porcentualmente su población urbana en el orden de 3.0%, 5.5%
y 8.5% en los diferentes periodos Intercensales
.
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE CUSCO
Fuente: INEI - Proyección de población 2000-2015
b) POBLACIÓN URBANA Y RURAL
La fuerte tendencia a la urbanización de la provincia de San Román y
el Distrito de Cusco, se hace evidente en la distribución de las
poblaciones urbana y rural. De acuerdo a estimaciones del INEI en el
año 2011, el 93% de la población estaba concentrado en el área
Urbana del Distrito de Cusco, es decir, una clara muestra del proceso
de crecimiento urbano iniciado desde la década de los 60’s, donde la
mayor parte de la población llega a la ciudad y desempeña
actividades de comercio formal e informal, construcción, transporte,
pequeña y mediana industria, artesanías y en menor proporción el
turismo. Se observa en Tabla 12 que la población rural, en los últimos años, se ha desplazado de la
zona rural a la zona urbana en
cantidades significativas.
Tabla 12 Cusco: Población total, por área urbana, rural y sexo
POBLACIÓN POBLACIÓN POBLACIÓN POBLACIÓN
TOTAL URBANA RURAL
2007 225,146 216,716 8,430
2012 254,947 237,101 17,846
2015 279,956 270,484 9,472
Fuente: Elaboración propia a partir de censo de población y vivienda – INEI
Tabla 13 Evolución de la población y área urbana de Cusco.
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN Y ÁREA URBANA DE CUSCO: 2012
A 2016
AÑO POBLACIÓN ÁREA
URBANA
DENSIDAD
1916 3,000 habitantes 52 Has 58 Hab/Has
2013 6,034 habitantes 123 Has 49 Hab/Has
2013 20,351 habitantes 252 Has 81 Hab/Has
2014 65,920 habitantes 748 Has 88 Hab/Has
2015 111,286 habitantes 1,613 Has 69 Hab/Has
2016 202,245 habitantes 3,424 Has 59 Hab/has
c) POBLACIÓN POR SEXO Y EDAD
La población se encuentra muy equilibrada entre hombres y mujeres,
en las pirámides mostradas poblacionales (1993 - 2007), la
distribución poblacional para Cusco muestra una pirámide de base
amplia determinada por la marcada concentración de la población
menor de 15 años (40%), y que el actual rango de edad
predominante en ambos censos se encuentra entre las edades de 25
a 40 años, y Esta pirámide indica una tendencia normal al
envejecimiento de la población similar a la regional y nacional. Este panorama actual y futuro
modifican los retos de la sociedad para
el futuro: la población infantil y juvenil en el futuro cercano
demandará empleo, vivienda, educación básica, recreación y
deportes, entre otros servicios, mientras que la tercera edad se
convertirá en un grupo social mayor y en consecuencia, con nuevas
demandas.
Fig. 16 Pirámide de Población de la ciudad de Cusco para el año
2012
Fuente: Elaboración
Propia
Fig. 17
Pirámide de
Población de la
ciudad de
Cusco para el
año
2016

A nivel distrital
San Jerónimo es
uno de los 8
distritos de la
provincia de Cusco,
del departamento
de Cusco. Se
encuentra a 3245
msnm y cuenta con
una superficie de
103.34 Km2. Es parte de la capital de departamento, está ubicado al sureste de la misma. La experiencia desarrollada en
la actualización del Plan de Desarrollo Concertado muestra que es necesario consolidar los esfuerzos que vienen
desplegándose desde la Municipalidad Distrital de San Jerónimo y desde organizaciones de la sociedad civil para
gestionar de manera planificada el desarrollo distrital. Es importante mencionar que el desarrollo es fundamentalmente
un proceso de ampliación de oportunidades de la gente, lo cual se logra, a través del fortalecimiento de las capacidades.
El desarrollo, por lo tanto, no se reduce al ingreso y los aspectos vinculados a la dimensión económica, o la construcción
de vías y edificaciones. Las dimensiones del desarrollo incluyen: lo social, lo cultural, lo ambiental, lo político-
institucional, lo físico, lo económico. Por lo tanto el desarrollo debe abarcar más que la expansión de la riqueza y los
ingresos, más que el crecimiento y la construcción de infraestructura. El distrito cuenta con una tasa de crecimiento
poblacional de 5.40%, mayor a la del crecimiento provincial que es de 1.11%, y crece seis veces en relación que la tasa
de crecimiento departamental que es de 0.91%; porcentajes que muestran al distrito tiene un crecimiento poblacional
acelerado, no por una explosiva tasa de fecundidad sino por importante tasa de migración que anteriormente era
principalmente del campo y que hoy recibe de los distritos de la propia ciudad del Cusco, recibiendo población y una
creciente presión de servicios con demandas de habilitación y urbanización quizá el más alto del departamento, y que
nos son fácilmente atendibles, cuando esta población no siempre están registrados en este territorio. Hacia el sector
sur, dentro del área rural, hay una tendencia por la expansión urbana, y son sectores con vocación agrícola entre ellos
están Tankarpata, Kayrapampa, y otros. Estos procesos de expansión no cuentan con un ord En el piso de valle, a la
Margen Izquierda y Margen Derecha del río Huatanay, se ubican los Asentamientos Humanos y APVs, siendo esta zona
alterada por la práctica agrícola y el crecimiento desordenado de urbanizaciones convirtiéndose en una zona vulnerable
en la época de lluvias por el crecimiento del caudal del río y las inundaciones que se producen en esta temporada. Esta
zona alberga a la población migrante del interior del departamento. Así mismo algunos sectores por la misma
precariedad en la que se encuentran no cuentan con servicios básicos ni con infraestructura vial adecuada. Sin
planeamiento ni acondicionamiento territorial. Así mismo dentro de la zona urbana se ubican sectores de expansión
urbana como Larapa, Santa María, entre otros asentamientos que están en proceso de consolidación y reagrupamiento.
La distribución espacial de la población es eminentemente urbana, con características de un crecimiento muy acelerado,
debido a la intensa actividad comercial y el intenso proceso de urbanización que se tiene en el distrito. El crecimiento
urbano de la ciudad que ocupa mayormente el piso del valle con características marcadamente longitudinales, ha
generado un crecimiento urbano acelerado y desordenado. Los terrenos más aptos para la expansión urbana de San
Jerónimo, son las que se ubican hacia el norte de la población, desde Larapa hasta angostura, por la buena calidad de
sus suelos, constituidos por gravas de diverso tipo (GW-GP mayormente y nivel freático relativamente profundo),
considerando previamente una microzonificación geotécnica. De acuerdo al análisis de la Vulnerabilidad,( contra el
peligro de sismos), se llega a la conclusión de que la vulnerabilidad es alta, especialmente por la mala calidad de los
suelos de fundación en el sector sur de la población, entre Pillao y Kayra (Suelos lacustres y palustres con capacidad
admisible entre 0.55 y 0.80 kg/cm2 ); La mala calidad de las construcciones; La abundante cantidad de agua en los
suelos; La inadecuada ubicación de muchas construcciones; La poca educación de la población en relación con este
problema, Etc. Sin embargo la calidad delos suelos mejora hacia los sectores de Larapa- Patapata, conformada por
gravas de diverso tipo con capacidades admisibles superiores a 1.5 kg/cm2 . En el Distrito se observan, problemas
latentes de la urbanización con el correspondiente cambio de uso espontáneo de los terrenos de cultivo y bosques
naturales y cultivados. La población crece aceleradamente como fruto de la presión existente en la Ciudad del Cusco,
que por efectos naturales se dirigen hacia el sur este en las que se encuentra ubicadas los distritos de San Sebastián y
San jerónimo dicha presión además de encarecer los terrenos, vienen siendo ocupados por habitantes de la clase media
a menos; por lo que es necesario que las autoridades tomen inmediatas cartas en el asunto, para una adecuada
planificación y una correcta ocupación de los terrenos, para lo cual serán necesarias tomar las medidas preventivas en la
gestión de la planificación, para evitar problemas de desastres naturales; dentro de las medidas inmediatas por ejemplo
es necesario la microzonificación sismo geológica de los terrenos de expansión urbana, medida que discriminaría el uso,
clasificándolos de acuerdo a sus aptitudes, otra medida urgente es evitar el tráfico indiscriminado de los terrenos por
propietarios irresponsables que solo se limitan a lucrar. Recientemente (cuando se realizaba este estudio), se han
producido deslizamientos de suelos en el sector de Petroperú y Pillao, exactamente en el asentamiento Humano Altiva
Canas; en la que se han deslizado materiales arcillosos y areno arcillosos correspondientes a la Formación Geológica
cuaternaria “San Sebastián”, posiblemente estos deslizamientos se hayan visto acelerados a las excavaciones que
efectúan los pobladores en la base de las quebradas profundas, haciendo perder estabilidad al talud natural, o también
con el propósito de explotar los materiales como canteras de arcillas. Para evitar este hecho es necesario prohibir la
explotación de estas canteras o las excavaciones con fines de ampliación de territorios o finalmente respetar la
urbanización planificada.

Lugar de investigación El problema de la presente investigación es la posibilidad de la mala organización de la

comunidad campesina el cual convierte los efectos positivos del proceso de urbanización en efectos

negativos, la venta acelerada de terrenos de cultivos a personas desconocidas que nunca supieron cómo es

en realidad la comunidad campesina y además de ello la despreocupación de los mismos habitantes de la


comunidad campesina, eligiendo tomar demasiada importancia a otras actividades personales que a la

comunal.

De seguir con este problema se puede evidenciar el desarrollo y crecimiento desordenado de la comunidad

campesina de Pillao Matao, trayendo junto consigo desunión de los pobladores como comunidad organizada,

volviéndose más individualmente, de la misma manera la venta acelerada de terrenos de cultivos podría traer

consigo la pérdida total de las tierras de cultivo y causando que los pobladores netos de dicha comunidad

campesina pierdan los beneficios de sus cultivos, y más el hecho que si dichos compradores de terrenos

fueran desconocidos por los habitantes de la comunidad campesina, traería de la misma manera consigo el

aprovechamiento de tierra más de lo vendido, de igual manera la despreocupación y la dejadez de los

habitantes de la comunidad campesina de Pillao Matao en San Jerónimo, causaría la desaparición de las

costumbres y tradiciones de dicha comunidad, olvidando lo único que los mantiene unidos, la cultura.

Por lo mencionado se debe de resaltar que los mencionados problemas se podrían solucionar si los

representantes de la comunidad campesina tomen la iniciativa de juntar a los socios de dicha comunidad para

tomar las decisiones a futuro que se tomara, al igual que proponer la iniciativa de vender terrenos que no

sean zonas de agricultura y por ende no venderla a personas extrañas, ya que por ello existe la desunión, de

ser contrario, unirlas, hacerlas participadoras de las tradiciones y costumbres de la comunidad, y por último

y los más importante, hacer concientizar a los habitantes de dicha comunidad para tomar las decisiones

correctas a futuro.

Su objeto sería el análisis de los procesos de cambio


así como la interpretación de las funciones

PROCESOS Y CONTEXTO DE LA URBANIZACIÓN


2.2.1. LOS PROCESOS DE URBANIZACIÓN: CONCEPTOS Y TIPOLOGÍA
Ante las diversas conceptualizaciones, es necesario definir qué se entiende por la ciudad y lo urbano. La ‘ciudad’ es un
asentamiento que concentra un tamaño importante de población con una alta densidad y constituye centro político,
económico y cultural en la organización de la sociedad. Por lo que Jordán, define la ciudad cono “el espacio del hábitat
social donde se desarrolla la vida en comunidad, la satisfacción de necesidades, la generación de recursos, y la cultura,
en resumen, donde tiene expresión el desarrollo social y económico” (2003:44). En la ciudad, la población se dedica
predominantemente a actividades secundarias y terciarias. Además, constituyen un nodo en el sistema vial. La mayoría
de ciudades presenta una estructura concéntrica, desarrollada a partir de un centro histórico, rodeado por un área
central mayor cercada por bandas intermedias y zonas periféricas. Carlos De Mattos, considera a la ciudad como un
“fenómeno autourbanizativo”, puesto que señala que es “producto de las decisiones que van tomando las familias, las
empresas y los distintos actores sociales dentro de un marco regulatorio” (Grimaldo 2011: 16). Cabe resaltar que, por lo
general, en la toma de decisiones predominan los intereses de la promoción inmobiliaria. (Capel 2003: 212) El término
‘urbano’ se encuentra relacionado a la ciudad y es una contraposición a lo rural y el campo, donde los límites de lo
urbano son complejos de definir. La definición de urbano varía en cada país y con el tiempo, siendo establecido por la
clasificación de los organismos nacionales de estadística (UNFPA 2007: 6, UN-HABITAT 2002: 8). El criterio más común
para definir las áreas urbanas, es a partir del tamaño de la población en una unidad administrativa. El tamaño mínimo
de población para considerar un área como urbana se encuentra entre cientos de habitantes hasta algunas decenas de
miles. También hay países que incorporan otros criterios como la densidad de la población, el número de viviendas o la
distancia entre construcciones. Bazant señala que existe un “consenso generalizado de que varias viviendas
conformando una calle y compartiendo servicios comunes ya presentan características urbanas” (2010: 483). Así mismo,
el proceso de urbanización también es definido desde diferentes perspectivas. A continuación se señalan algunas de
ellas: - “Creciente proporción de población que reside en asentamientos definidos como urbanos” (UNFPA 2007: 6). -
“Construcción de la infraestructura urbana” (Pujadas 1998:295). - Crecimiento y desarrollo de las ciudades, economías
urbanas y sistemas políticosociales urbanos; involucrando el sistema interconectado de ciudades, zonas urbanas y zonas
rurales circundantes. (UN-HABITAT 2002: 8).

“Sustitución de los ecosistemas naturales por centros de gran densidad creados por el hombre, donde la especie
dominante es la humana y el medio está organizado para permitir su supervivencia” (Surtees 1971 citado por Sukopp
1991: 18). Para efectos de la presente investigación, se emplea el concepto de manera amplia, y se define como proceso
de urbanización al crecimiento de modo concentrado de las edificaciones, predominantemente de uso residencial en el
área de influencia de la expansión y consolidación de las ciudades. En cuanto a la clasificación del proceso de
urbanización Pujadas lo clasifica en función de la secuencia de las actividades urbanizadoras de parcelación,
construcción de la infraestructura urbana y construcción de las viviendas. De este modo se puede identificar las
siguientes formas de crecimiento urbano (Pujadas 1998:296): - Formas con planeamiento previo y distintas secuencias
de urbanización: ensanches, hileras suburbanas, ciudad jardín de uso residencial extensivo y polígonos residenciales de
uso intensivo. - Urbanización marginal sin planeamiento previo, la cual es espontánea por necesidad de la población y
consta de una parcelación y edificación de viviendas pero sin el establecimiento de la infraestructura urbana. -
Edificación informal sin planeamiento ni parcelación Además, la forma que adquiere la expansión de la ciudad se
circunscribe entre la dispersión y la concentración; expresada por la predominancia de viviendas unifamiliares o de
edificios, respectivamente. A partir del siglo XIX, inicia la expansión dispersa o ciudad difusa, debido a las innovaciones
en transporte y comunicación que facilitan la localización de actividades, sobretodo industriales, en la periferia donde se
accede a suelos de bajo costo. (Capel 2003: 200, 212). Bazant describe la expansión de las áreas urbanas como un
proceso constante que sucede en todo el perímetro de las ciudades de forma dispersa en sus inicios, seguida por la
densificación de estos terrenos hasta que las zonas urbanas periféricas terminan siendo incorporadas a la mancha
urbana central. Este proceso, por lo general, no respeta las normas que destinan parte de estos suelos para usos
agropecuarios o de conservación ecológica y terminan siendo parcelados y vendidos de manera informal.
Lamentablemente, los gobiernos

locales perciben este proceso como inevitable por su magnitud y complejidad. Por lo que este autor, agrega: “Hasta
ahora no ha habido barreras territoriales que obstaculicen o disminuyan la presión de expansión de las ciudades, ni las
pendientes pronunciadas, ni los deslaves de barrancas, ni las zonas inundables, ni terrenos con suelos colapsables,
salitrosos o volcánicos, ni áreas agrícolas, ni aquellas de conservación ecológica”. (Bazant 2008: 118)
Concordantemente, en una entrevista, Carlos de Mattos señala que a pesar de que los europeos tienden a implantar
una mayor regulación, ninguna norma ha tenido influencia frente al consumo de tierras per cápita creciente y desde
hace 50 años sus ciudades crecen de manera descontrolada (Grimaldo 2011: 16). Sin embargo, en el caso de grandes
zonas metropolitanas, Bazant señala que están alcanzando un límite de crecimiento, debido a que los beneficios
económicos en cuanto a empleo y servicios que ofrecen a los nuevos habitantes empiezan a decrecer, al mismo tiempo
que las diseconomías de escala como el tráfico y la inseguridad empiezan a aumentar (2010: 478). Entre las formas de
expansión urbana se identifican los siguientes tipos de urbanización periférica: la suburbanización, la periurbanización,
la rurubanización y la residencia secundaria; conceptos que se desarrollan a continuación. La suburbanización es el
crecimiento de zonas residenciales de baja densidad a las afueras de la ciudad, fomentado por la búsqueda de mejor
calidad de vida cerca al campo y el uso intensivo del automóvil (UNFPA 2007:47). Este tipo de dispersión y crecimiento
urbano de baja densidad se presenta, principalmente, en ciudades de países desarrollados; y es facultado por los
cambios tecnológicos y de los costos de transporte y comunicación (UN-HABITAT 2002: 9, Capel 2003: 200). Sin
embargo, la baja densidad urbana es calificada como un uso ineficiente del suelo y que genera mayor costo de
urbanización, puesto que requiere mayor longitud vial y de redes de infraestructura, además de originar problemas
ambientales y sociales que se detallan más adelante (Bazant 2010: 495, Rogers 2000:7, Capel 2003: 212). La
periurbanización se presenta en los países en desarrollo como un crecimiento urbano de alta densidad, desordenado y
diversificado (UNFPA 2007: 48). Este tipo de urbanización es consecuencia de la acelerada urbanización en estos países
y de la migración rural, generando zonas urbanas marginales e informales sin planificación de infraestructura y servicios
donde habitan gran parte de los pobres urbanos (Dourojeanni 1999:6, Rogers 2000:7). Mientras que la rurubanización,
es una modalidad muy similar a la suburbanización, la cual mantiene el vínculo directo con la ciudad por motivos de
empleo y servicios; pero con una densidad aún más baja, mayor semejanza a las viviendas rurales y de manera
yuxtapuesta con áreas rurales (Bazant 2010: 482). Este último tipo de dispersión urbana se encuentra relacionado al
concepto de residencia secundaria, puesto que las residencias secundarias pueden localizarse en zonas clasificadas
como rurubanas. La residencia secundaria consiste en la edificación de viviendas de uso estacional y que no constituyen
la vivienda principal de una familia; de manera que cumple una función de albergue temporal, este hecho también es
descrito como parte de un ‘turismo’ familiar (Delgado 2008, Guarnido 1989:163-165). La magnitud del fenómeno de
residencia secundaria depende de los niveles de ingresos de la población, por lo que Delgado (2008), señala que es un
fenómeno reciente y principalmente se ubica cerca de las ciudades, aunque a medida que la comunicación vial mejora
se alejan más y se caracteriza por localizarse de forma irregular y de modo muy selectivo. Además se caracteriza por
presentarse en gran medida, como urbanizaciones cerradas; lo cual es clasificado por Bahr como “condominios de fines
de semana o vacaciones” dentro de la tipología de barrios cerrados de las metrópolis de América Latina (Bahr
2005:218). Una de las zonas donde comúnmente se presentan residencias secundarias son las áreas litorales, según Del
Pino (2003) debido a que “el litoral es un clásico foco de atracción para la ubicación de residencias secundarias, basada
en las posibilidades recreativas”. Según González (2003) la urbanización litoral de segunda residencia es expresión
relativamente reciente de la evolución del sistema urbano, en parte motivada por la urbanización acelerada y
desordenada de alta densidad en las ciudades. El autor señala que la intensificación de la urbanización litoral puede
estar asociada a que las viviendas principales poseen una baja calidad y por ello la necesidad de espacios de ocio.
González también explica que hay una tendencia de crecimiento urbano sobre los espacios periurbanos de ocio más
accesibles y que paulatinamente se convierten en zonas de residencia permanente, al mejorar la conectividad y los
servicios, por lo que los territorios más alejados van transformándose en lo que denomina como nuevos espacios
perimetropolitanos de ocio (2003:19-21). Aunque esto difiere de la perspectiva de Delgado (2008), quien señala que la
residencia secundaria tiene muy baja capacidad para desarrollar procesos de articulación entre territorios diferentes, ya
que considera que más bien se está produciendo “una colonización del espacio rural, litoral e interior, por funciones
residenciales que responden a intereses extralocales y, hasta cierto punto, extraregionales”. Las alteraciones generadas
en la estructura urbana por la suburbanización y rururbanización producen una ciudad difusa, y a la vez, policéntrica;
puesto que las nuevas áreas urbanas demandan centros periféricos (Capel 2003: 204, 208). Además, en muchos casos se
presentan como urbanizaciones cerradas, dando origen a una ciudad fragmentada, por la privatización del espacio
urbano sin libre acceso (Bahr 2005:220). Entre los principales problemas que produce la dispersión urbana, se
encuentran: la congestión vehicular, la desintegración de usos del suelo, la segregación social, la elevación de costos de
transporte y servicios, la ocupación de áreas naturales, la contaminación ambiental, entre otros; en consecuencia,
presenta elevados costos sociales, ambientales y económicos (Capel 2003: 217-218, Rogers 2000:7). Por estas razones,
existe una conciencia creciente de los inconvenientes de la dispersión urbana y se han generado movimientos en
oposición a ella, incluso en Estados Unidos (Capel 2003: 217-218). En la misma perspectiva, es que Rogers califica la
urbanización dispersa como “insensata” (2000:7). 2.2.2. El contexto de la urbanización mundial y latinoamericana A
nivel mundial, el índice de urbanización de la población aumenta aceleradamente y las tendencias indican que el mayor
crecimiento de la población mundial en las próximas décadas se centrará en las zonas urbanas de los países
subdesarrollados (IIED 2006: 267-268). Según De Mattos, el crecimiento de las ciudades se ha dado en forma
descontrolada, llevando al aumento del consumo per cápita de tierras para uso urbano; es decir, en estos casos, la
urbanización tiende a ser cada vez menos densa, ocupando áreas más extensas. (Entrevista en Grimaldo, 2011). Como
resultado, principalmente en los países subdesarrollados, la expansión urbana ha generado “ciudades fragmentadas,
caóticas, dispersas, congestionadas y ambientalmente insostenibles” (Andrade 2010: 74). Latinoamérica y el Caribe es
una de las regiones más urbanizadas, con un nivel de urbanización cercano al de la mayoría de países desarrollados. Este
proceso es resultado de la migración desde zonas rurales y poblados menores, el que se intensifica con la
industrialización después de 1950. En las décadas siguientes la migración disminuye y el crecimiento vegetativo de la
población se convierte en el principal factor de crecimiento urbano motivo por el cual, la velocidad de la urbanización se
reduce en los últimos años. (CEPAL-PNUMA, 2001:73-76; Martin 1992: 273-274; Winchester 2008: 12). El grado de
urbanización de Latinoamérica en el año 1995 era de 73,2% y en el 2005 creció a 77,8%. La mayoría de la población
latinoamericana habita en ciudades grandes, fenómeno denominado como metropolización, siendo el 30% de la
población urbana la que vive en las 42 ciudades con más de un millón de habitantes. (Winchester 2008: 12-13; Schutz
96:41) Para este estudio, es importante señalar que la mayoría de la población mundial, y específicamente el 60% de la
población de América Latina, habita en las zonas costeras (CEPALPNUMA, 2001: 62). Bahr y Borsdorf describen el
desarrollo urbano de las ciudades latinoamericanas en cuatro momentos: ciudad compacta, ciudad sectorial, ciudad
polarizada y ciudad fragmentada. La ciudad compacta se presenta desde la fundación de ciudades en la época colonial,
donde la estructura social se manifestaba espacialmente en la localización de manera circular de los barrios; así, la
aristocracia se ubicaba en el centro; la clase media, alrededor; y en la periferia, los indios y mestizos. Después de la
independencia de las colonias en el siglo XIX se reestructuraron las ciudades con la diferenciación sectorial y la
expansión lineal de los barrios de clases altas y zonas comerciales e industriales. Desde la década de 1950 se acelera la
suburbanización e inicia la rururbanización, dando origen a la ciudad polarizada, manteniendo la diferenciación
socioespacial; mientras que en la periferia transcurre el continuo proceso de consolidación de las áreas urbanas de bajo
nivel socioeconómico. Finalmente, se identifica la ciudad fragmentada, con la separación de las funciones
socioespaciales en pequeña escala, de modo que hay una distribución más variada de usos y niveles socioeconómicos
pero con la presencia de barrios cerrados por muros y cercos, los cuales adquieren diversas formas y escalas. (Bahr
2005:208-212)

En este escenario, el proceso de crecimiento urbano latinoamericano se caracteriza por ser acelerado, desordenado y
anárquico; como consecuencia se presentan problemas comunes como: desequilibrios regionales, macrocefalia, redes
urbanas desequilibradas, urbanización periférica, marginalidad, subempleo, carencia de servicios, reducción de la
calidad ambiental y alteración de ecosistemas frágiles (Santos 1988: 115-116; Martin 1992: 276-278; García
1997:30;Schutz 96:41-45). Además de presentarse el fenómeno de la ‘ciudad dual’, es decir, la coexistencia de dos
mundos muy desiguales por un lado barrios residenciales de altos ingresos, y por otro, asentamientos de muy bajos
ingresos (Martin 1992: 276). 2.2.3. El contexto de la urbanización en el Perú En el Perú la población urbana también se
encuentra en constante aumento, según datos del INEI la población urbana en 1940 era un poco más de dos millones;
en 1972, más de ocho millones; y en 2007, superó los veinte millones de personas (Ver Fig.7). En cuanto al porcentaje
de la población urbana en relación a la población total, en 1940 era el 35,4% de la población total, en 1972 alcanzaba el
59,5% y en el 2007 creció al 75.9%. De modo que, si bien el proceso de urbanización se mantiene en aumento, este
crecimiento va perdiendo intensidad, coincidiendo con la tendencia mundial, el crecimiento es cada vez menor por las
migraciones desde zonas rurales y es más importante el crecimiento vegetativo de la población. (INEI 2011:33) Figura 7:
Evolución del tamaño de la población urbana y rural en Perú Elaboración propia. Fuente: INEI 2011:33 0 5 10 15 20 25
30 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 Las migraciones internas de los últimos 60 años se han dirigido
principalmente hacia la costa, por concentrar mayor dinamismo en las actividades económicas y poseer mayor
abastecimiento de servicios. A mediados del siglo pasado se intensificaron debido a las políticas de industrialización con
mayor presencia en las ciudades de la costa y a la crisis del campo en la sierra. Entre 1981 y 1993 nuevamente se
acrecientan las migraciones internas por el conflicto armado interno y la crisis económica. (INEI 2011:34-35) En cuanto a
la distribución de la población urbana en el Perú, la ciudad principal es la metrópoli de Lima-Callao que supera los 8
millones de habitantes y las ciudades que le siguen en tamaño tienen menos de un millón de habitantes. La mayor
concentración de estas ciudades se presenta en la franja costera centro y norte del país, mientras que las ciudades de la
sierra se encuentran más dispersas y son en su mayoría de menor tamaño; y en la selva existen pocas ciudades
localizadas de manera muy dispersas en la zona norte. Esta distribución se puede observar en la Fig.8 que presenta la
ubicación de las ciudades que superan los 20 000 habitantes. Figura 8: Mapa de las principales ciudades del Perú según
tamaño de la población
PROCESO DE URBANIZACIÓN (variable independiente)
Continuando con el análisis de resultado, procedemos a analizar la
variable independiente, para ello señalamos que el proceso de
urbanización son cambios progresivos de concentración poblacional y
conglomeración espacial determinados por límites de dimensión y
densidad, y por la difusión de actitudes y comportamientos propios de una
cultura urbana, producto de la migración, desequilibrios regionales y
sectoriales dentro de un proceso de desarrollo que es consecuencia de
modernidad.
DESARROLLO URBANO EN EL PERÚ
Se entiende por urbanización, como la consecuencia de dos
fenómenos sociales: el proceso de concentración progresivo de la
población de un territorio y los resultados a los que este proceso lleva
sobre la propia organización social. (SALVADOR, LAMO y TORRES:
1988)
El proceso de desarrollo urbano en el Perú comenzó su aceleración
en los fines de los años 40, producto del fuerte oleaje migratorio que se
vivía a consecuencia de dos factores; el desequilibrio económico
producido en la zona rural y el comienzo del desarrollo industrial.
Además esta propagación insólita que afecta toda su estructura social,
política, económica y cultural, es decir, el desborde de la masa frente al
estado y al Perú oficial (MATOS MAR: 1990).
Las características que tiene el proceso de urbanización, en los
países del tercer mundo, ... corresponde a otras dinámicas sociales, en
los que la urbanización precede a la industrialización; es decir el
crecimiento urbano no es correspondiente al crecimiento económico.
(ZUÑIGA ROJAS: 2006). Dado que está enmarcado dentro de la lógica
del proceso de industrialización, que se genera principalmente en las
ciudades costeras como es el caso peruano.
Si bien la migración es un factor primordial en este proceso, es
desplazamiento poblacional tiene sus consecuencias, como lo diría
Quijano en la relación de dependencia que existe en nuestro país. La
urbanización en el Perú se enmarca en las tendencias mundiales
esbozadas. Si esta reubicación forma parte del proceso global, hay que
entenderla ante todo como un proceso de transformación social
vinculada al contexto mundial. En este sentido la migración no puede ser
analizada únicamente como una suma de traslados individuales, sino
como una transformación social, que opera a todos los niveles de agregación social en la cual el traslado
físico resulta ser parte de un
proceso cualitativamente mayor.
Sería por lo tanto una reducción inadmisible comprender la
urbanización únicamente en términos del desarrollo clásico de una
división del trabajo entre campo y ciudad hacia el surgimiento de una
sociedad industrializada, aunque esta tendencia también esté presente.
Es frente a esta imagen de urbanización industrial, que el proceso de
urbanización limeño adquiere la connotación de caótico, anémico,
marginal e informal. El ordenamiento del proceso, sin embargo, no hay
que buscarlo en las economías industriales, con sus correlatos claros de
clases formadas, de relaciones de producción nítidamente capitalistas,
de modelos de reproducción simples y unívocos. Lo que le da perfil es
más bien la multiplicidad de formas de organización de la producción y
circulación en circuitos reducidos, en relaciones de clientelaje, de
parentesco, de paisanaje y de compadrazgo aunque se encuentren
relacionados con organizaciones fabriles, industriales, con un sistema
financiero y bancario propio de sociedades industriales, y aunque
coexistan sistemas de mercadeo en gran escala con otros de
intercambio familístico. Asimismo, la reproducción de la familia popular
no se da a partir del simple asalariamiento y la adquisición de bienes en
un supermercado, sino a través de una red en la cual cada persona
maneja una serie de estrategias de reproducción, cuya articulación
permite la sobrevivencia, e implica una organización social de las
estrategias y una red de relaciones sociales necesarias para la
reproducción, que contrasta con el aislamiento del consumidor en el
capitalismo desarrollado. (GOL TE y ADAMS: 1990), frente a las
transformaciones más o menos aceleradas del mercado de trabajo.
El proceso de urbanización significa para la gente que participa en
él no solamente crearse un espacio de vivienda e ingresos que permitan
su reproducción, sino también, y como precondición, la adquisición de conocimientos que posibiliten su
desenvolvimiento en la ciudad. Este
aprendizaje de nuevos conocimientos no es reductible a la educación
formal en centros de educación. En el caso de muchos migrantes no hay
tal preparación formal, sino una captación de información por medio de
amigos y conocidos, hay un aprendizaje en el trabajo, y hay en muchos
casos un aprendizaje por ensayo y error. Los procesos de aprendizaje,
sin embargo, no solamente tienen un aspecto de calificación individual,
sino ante todo un componente social.
CAPITULO 11
MARCO TEÓRICO
2.1. Antecedentes de la investigación
2.1.1 Investigaciones relacionas con el estudio
"DESBORDE POPULAR Y CRISIS DEL ESTADO: UN NUEVO
ROSTRO DEL PERÚ EN LA DÉCADA DE 1980" (Lima, 1984). Autor:
MATOS MAR. Institución que respalda el estudio: instituto de
estudios peruanos, Lima, 1984. Diseño de Investigación: DescriptivoAnalítico.
Teoría: Marxista-Estructuralista.
OBJETIVO:
Retratar el proceso migratorio, su expansión en la capital y la formación
de los Asentamientos humanos y ubicación, cada cual según su
extracción social y económica.
CONCLUSIONES:
Muestra la nuevas características que lima a desarrollado como es el
desborde en el espacio urbano, determinan profundas alteraciones en
el estilo de vida de la capital y dan un nuevo rostro a la ciudad. Las
barriadas y los barrios populosos convertidos en crisoles que fusionan
las distintas tradiciones regionales, se convierten en focos poderosos
de un nuevo mestizaje de predominante colorido andino, generando
estilos de cultura, opciones económicas, sistemas de organización y
creando las bases de una nueva institucionalidad que se expandeencontrando escasas resistencias, entre
los resquicios de las
estructuras oficiales, desbordando sin pudores, los límites de la
legalidad cada vez que éstos se oponen como obstáculos. Lima
convertida en escenario de un masivo desborde popular. Este
desborde lleva el sello de la composición dominante andina de su
nueva población que proyecta sus estilos. Lima muestra ya un nuevo
rostro y comienza a perfilar una nueva identidad. Lima está ahora más
teñido de andino que nunca y que borra la faz hispánica.
"LAS MIGRACIONES CAMPESINAS Y EL PROCESO DE
URBANIZACIÓN EN EL PERÚ11
, Autor: MATOS MAR José.

Institución que respalda el estudio. UNESCO. Diseño de


Investigación: Descriptivo-Analítico. Teoría: Marxista-Estructuralísta.
OBJETIVO:
Explicar las migraciones campesinas y el proceso de urbanización en el
Perú.
CONCLUSIONES:
Señala que en el Perú actual, hay dos procesos fundamentales que
afectan su configuración y modernización. El primero es el del
acelerado proceso de urbanización que está transformando
radicalmente la sociedad nacional y el otro es la propagación de una
dinámica insólita que afecta toda la estructura social, política,
económica y cultural; es decir el desborde de la sociedad de masas
frente al estado y al Perú oficial. Todo este proceso va estar
concatenado a la transformación en el espacio rural que acrecentó la
migración y desbordo la ciudad creando el sector informal. El Perú
pasó de ser rural a ser urbano, sin que este cambio se correspondiera
con un paralelo y sustentado crecimiento industrial, ni con una
apropiada modernización de sus instituciones. Esta urbanización se
caracteriza principalmente por el crecimiento desmesurado de lasciudades que han agudizado los
diversos problemas de servicios.
Agregándose a ello que la economía informal ha impuesto sus propias
normas y las municipalidades hacen lo posible por formalizarlos. Este
fenómeno va a modificar el aspecto cultural y social, influyendo en su
estilo de vida.
"URBANIZACIÓN, MIGRACIONES INTERNAS Y DESARROLLO
REGIONAL: NOTAS PARA UNA DISCUSIÓN" (1 Simposio de
desenvolvimiento Económico y Social, 1972, Brasil). Autor: BALAN
JORGE. Diseño de Investigación: Descriptiva.
OBJETIVO:
Aclarar los estímulos principales para las migraciones internas,
urbanización y concentración urbana, provienen de la forma en que se
dan los desequilibrios regionales y sectoriales dentro del modelo de
desarrollo.
CONCLUSIONES:
Señala que el aumento de la densidad produce modificaciones en la
estructura económica y social, ecología y funciones urbanas, aunque
no en forma directa sino a través de mecanismos sutiles y muy
variables. Balan centra su hipótesis en que cuanto más poderosos
sean y más importante su "nacionalismo regional", más probable será
que el proceso de industrialización se integre regionalmente y adquiera
cierto carácter de desarrollo auto-sostenido.
"CAMBIOS SOCIALES Y CULTURALES POR INFLUENCIA DEL
CAPITALISMO EN LOS PUEBLOS RURALES DE LOS ALTOS DE
CHIAPAS" Institución que respalda el estudio. Universidad
Autónoma de Chiapas, 2008. Autores: Juan Carlos López López;
Carlos Mario Flores Moreno; Jaime Horacio Cinta Cruz. Diseño de
Investigación: Descriptiva
OBJETIVO:
Exponer la problemática económico-social y cultural que sufre el pueblo
chiapaneco por influencia del capitalismo.
CONCLUSIÓN:
Los problemas de miseria, pobreza, explotación, desigualdad social y
discriminación. Ha generado que el gobierno ha implementado
programas e instituciones para el mejoramiento de la vida rural,
llevando consigo la influencia de la modernización, producto del
capitalismo es por esto "que la población enfrenta múltiples problemas
entre ellas la falta de vías de comunicación, poca asistencia médica,
servicios insuficientes y la irracional explotación de sus bosques. Lo
cual está generando una ruptura cultural que no la podemos recuperar,
por ejemplo una lengua indígena o la desaparición de una etnia en
general, parece que todo puede ser absorbido por una cultura
predominante, la cultura americana en su estado imperialista.
"EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN LOS ALTOS DE JALISCO:
TEPATITLAN DE MORELOS Y LAGOS DE MORENO "Institución
que respalda el estudio. Universidad Complutense de Madrid. Autor:
Luis Felipe Cabrales Barajas. Diseño de Investigación: DescriptivaAnalítico.
OBJETIVO:
Analizar el proceso de urbanización en los Altos de Jalisco Tepatitlan
de Morelos y Lagos de moreno y sus implicancias en el paisaje urbano.
CONCLUSIÓN:
El autor señala que en la actualidad es común que las ciudades
muestren hacia su interior verdaderas "lagunas" o espacios
intersticiales conformados por suelo ocioso que espera ser algún día integrado a la urbanización. A la
vez, aparecen o persisten en la ciudad
espacios que reflejan atributos propios del medio rural -por la
pervivencia de actividades agrafias tradicionales y/o la irrupción de
nuevos migrantes rurales-. También ocurre el caso inverso: en las
periferias rurales de las ciudades aparecen ínsulas perfectamente
urbanizadas. Con esto, queda trastocado el tradicional concepto de
campo y ciudad, en lo que a su territorialidad se refiere. Las patologías
urbanas aparentemente exclusivas de la gran ciudad se han difundido
de manera sutil y silenciosa, no Únicamente hacia las ciudades
medias', sino también hacia los pequeños núcleos urbanos donde se
han generado nuevos conflictos.
La nueva realidad abre la posibilidad de abordar una gama inmensa de
tópicos alrededor de la ciudad: el cambio o evolución del modelo
económico junto al papel de los espacios urbanos dentro de ese
proceso, la necesidad de reformular los planteamientos teóricos sobre
el desarrollo urbano-regional ante la aparente orfandad teórica, y la
búsqueda de estrategias imaginativas a la hora de proponer soluciones
para la ciudad.
2.1.2 OTRAS PUBLICACIONES
"LA CUESTIÓN URBANA", Autor: CASTELLS MANUEL. Editorial
Siglo Veintiuno. Teoría: Marxista - estructuralista.
CONCLUSIONES:
El autor cuestiona la teoría evolucionista, según la cual cada formación
social se va produciendo, sin ruptura, por desdoblamiento de los
elementos de la formación social, anterior. El proceso de formación de
las ciudades está en la base de las redes urbanas y condiciona la
organización social del espacio. Se debe de entender la urbanización
como: la concentración espacial de población y a partir de unos determinados límites de dimensión y
densidad como la difusión de
sistema, valore, actitudes y comportamientos que es la cultura urbana,
también nos dice que el termino urbanización se refiere al mismo
tiempo tanto a la constitución de formas espaciales y específicas de las
sociedades humanas caracterizadas por la significativa concentración
de actividades y poblaciones en un espacio restringido. Por eso cuando
se habla de urbanización se refiere al tema de la producción social de
formas espaciales.
11LA CUESTIÓN URBANA: ALGUNAS PERSPECTIVAS CRÍTICAS".

Autor: GONZALES ORDOVÁS, JOSÉ. Institución que respalda el


estudio: Revista de Estudios Políticos NUEVA ÉPOCA. Teoría: Teoría
Crítica.
CONCLUSIONES:
El autor comenta aspectos de, HENRY LEFEBVRE, dado que se
enfoca en la "revolución urbana", como proceso de transformaciones
que se producen en la sociedad contemporánea, con problemas de
crecimiento e industrialización. También señala que el urbanismo no es
un sistema sino una ideología. Puesto que el urbanismo es un
fenómeno de clase, el espacio creado por la burguesía es un
instrumento que le permite cumplir sus objetivos: dispersa a la clase
obrera repartiéndolas en lugares asignadas a ella. Luego el autor se
refiere a HORACIO CAPEL, señala su percepción espacial en un
espacio doble sentido: laxo y estricto, se incluye como resultado de
pertenencia y valoración del espacio como resultado de la asignación
de valores al mismo, Capel atribuye a la lógica del modo de producción
capitalista y a la exigencia de la reproducción del capital la
organización territorial existente, en el proceso de concentración y
polarización de las grandes aéreas urbanas, así como de los elevados
costos sociales que han acarreado la forma en que se ha desarrollado.
También menciona a BOA VENTURA DE SOUSA SANTOS, que reflexiona sobre la decadencia y crisis
de los sistemas políticos y
modelos de vida dominante del capitalismo y el socialismo, pretende
debatir sobre la espacialidad en la sociedad posmoderna. Disecciona
las políticas urbanas habituales del estado capitalista, él lo interpreta
como una función que consiste en dispersar las luchas y
contradicciones sociales existentes en el tejido social.
"EFECTOS SOCIALES Y POLÍTICOS DEL PROCESO DE
URBANIZACIÓN" Autor: CHAPARRO PATRICIO; Institución que
respalda el estudio: Revista Eure. Chile. Teoría: Sistémica.
CONCLUSIONES:
El autor analiza el proceso de urbanización partiendo de los aportes
que han dado la mayoría de autores de identificar el crecimiento urbano
como efecto de las migraciones, distinguiendo dos factores
subyacentes: los "impelentes" ("push" factor), o derivados de las
dificultades de la vida rural, y aquellos denominados "de arrastre"
("puiiFactors") o aquellos referidos a los atractivos de la vida urbana;
ambos serían las causas determinantes del fenómeno moderno de
urbanización. Un cierto nivel de industrialización, de oportunidades de
trabajo, en las ciudades, oportunidades educacionales, junto a las
condiciones de explotación del trabajo en el agro, escases de tierra
cultivable, la violencia rural, serian factores combinados para producir
un cambio de población masivo desde el campo a la ciudad. El autor
nos indica que no es lo mismo la urbanización que la industrialización,
y aunque muchas veces la industrialización es primera y la
urbanización segunda en americe latina el caso se da a la inversa
generando que se produzcan diversos tipos de fenómenos, creando
nuevos patrones de conducta, nuevas necesidades y expectativas así
como establece nuevos niveles de conocimiento y conciencia del
fenómeno político. 11LAS MIGRACIONES INTERNAS EN AMÉRICA LA TINA" (197 4
Buenos Aires). Autor: MUÑOZ HUMBERTO, DE OLIVEIRA
ORLANDINA, SINGER PAUL Y STERN CLAUDIO. Institución que
respalda el estudio: CLACSO. Teoría: Teoría Historicista
CONCLUSIÓN:
Estudia la industrialización y la modificación de la estructura agraria
que condicionan el movimiento migratorio y sus ·características en
distintos periodos; así mismo divide su estudio de la migración en los
siguientes puntos: a) Factores Estructurales, toma como referencia a
Bagú y Palermo, según ellos la migración tiene 3 factores: asociados al
lugar de origen, al destino y otros condicionantes (transporte). b) Factor
Individual, involucra motorización a migrar, el lugar de origen,
condiciones de vida, tasa de crecimiento mano de obra, creencias,
valores, actitudes. El autor también desarrolla las consecuencias que
trae la migración, es la adaptación, asimilación, así mismo la
marginalidad psicosocial. "se entiende, así que el migrante es un
hombre de campo que participa de valores, actitudes y creencias
propias de una sociedad tradicional y que arriban a la gran urbe
experimentan un proceso de ruptura de su personalidad, dando lugar a
la aparición del hombre marginal" (MUÑOZ, & OL/VEIRA: 1974).
11DEPENDENCIA, URBANIZACIÓN Y CAMBIO SOCIAL EN

LATINOAMÉRICA" (1977, Perú) Autor: QUIJANO ANÍBAL. Teoría:


Marxista y teoría crítica.
CONCLUSIÓN:
Para Aníbal Quijano la urbanización se convierte en un problema post 11
guerra mundial, un hecho social no se constituye en un problema social
sino cuando es incorporado como una dimensión explicita en las luchas
de clases. Este proceso va alterar el rostro de las ciudades y también se debe entender a la organización
como un fenómeno que surge
como consecuencia de las estructuras económicas que se produjeron
en el continente europeo por el proceso de industrialización pero en los
países llamados del tercer mundo los procesos de urbanización
corresponden a otras circunstancias. Quijano señala que el proceso de ,
urbanización se puede dar de dos formas: a) la posición que cada
sociedad ocupa en el sistema, b) las características históricas sociales.
Aparte hace hincapié que la historia del fenómeno latinoamericano no
puede explicarse sin el fenómeno de la dependencia. Su dimensión
socio-cultural no es resultado de un desarrollo orgánico sino que es el
resultado de una creciente penetración de la cultura urbana industrial.
También señala que el primer proceso de urbanización fue por gran
influencia de la migración europea que aporto sus propios modelos de
vida, pero con el actual modelo de migración no solo se trasladan
personas sino estructuras de poder.
11EL OTRO SENDERO" (Lima, 1986). Autor: DE SOTO HERNANDO.

Teoría: Funcionalista.
CONCLUSIÓN:
Para el autor los cambios empezaron cuando la gente que vivía en
comunidades autosuficientes en el agro comenzó a trasladarse hacia
las ciudades, alterando las tendencias Históricas. Sostiene que el
proceso de migración la ciudad comenzó a tener un nuevo carácter con
la población que llego a la ciudad, trasforma su forma de vida de la
población, adoptando sus costumbres, sus hábitos, etc. Todo ello
constituye una nueva identidad cultural que reclama verse retratada
socialmente. El surgimiento de la· música "chicha", que tiende a
reemplazar al folklore andino y a la música criolla, y el triunfo de
determinadas formas de comunicación, programas radiales o
telenovelas, que se refieren o reflejan partes definidas de esta nuevaidentidad, ejemplifican claramente el
cambio producido. Las páginas
sociales y los espacios televisivos dedicados a mostrar la forma de vida
de las clases altas han ido gradualmente desapareciendo. Priman
ahora las crónicas policiales y los programas de diversión popular que
los nostálgicos califican de "huachafos".
11EL LABERINTO DE LA CHOLEDAD" (Lima, 1992). Autor: NUGENT,

JOSÉ GUILLERMO, Teoría: Funcíonalísta.


CONCLUSIONES:
Explica sobre la llegada de las personas migrantes a la ciudad de lima
en la década de los 50. Hace una relación entre pobreza como
categoría social relacionada con el crecimiento de las ciudades debido
a la migración interna que ha surgido en el Perú, y que posee una
materialización especifica en la formación de barriadas. El cholo es
señalado como sinónimo del elemento simbólico contaminante, tal es el
sentido de lo sucio. Es impuesto como condición natural de vida a una
cantidad cada vez mayor de personas. El autor explica que al migrar
las personas a la Ciudad provocan que las condiciones de Vida del
individuo sean de malas condiciones, y es en la ciudad que se le
denomina el término "Cholo", porque es un Indio llegado al Área
Urbana.
11ESPACIO Y CIUDADANÍA, TEORÍA Y PRÁCTICA EN LA CIUDAD

DE HUACHO" (2006 Perú). Autor: ZÚÑIGA ROJAS MARCELO.


Teoría: Funcíonalista
CONCLUSIONES:
Para el autor el proceso de urbanización tiene en cuenta dos
fenómenos sociales fundamentales: el proceso de concentración
progresivo de la población de un territorio en la ciudad y los resultados
a los procesos que este conlleva sobre la propia organización social. También nos indica que los
cambios en la ciudad de Huacho son
identificables con el patrón urbano nacional, pues la expansión física de
las ciudades genero surgimiento de asentamiento urbanos que van a
generar la falta de servicios básicos, la carencia de vivienda
subempleo, crecimiento de una población informal, la segregación, etc.
Señala dos matices culturales -el comunitarismo y el liberalismo- con
esto los nuevos actores sociales que se integran al centro de huacho
generan un proceso de acriollamiento y cholificación ya que hay formas
de inserción que van a influir sobre su conducta y el desenvolvimiento
en la ciudad.
2.2. BASES TEÓRICAS
Existen varias interpretaciones sobre el proceso de urbanización y sobre
los cambios socioculturales, por lo que he tomado aquellas que a mi
percepción son cruciales para el adecuado desarrollo de la investigación.
A) PROCESO DE URBANIZACIÓN
CONCEPTO: Cambios continuos y progresivos en el que se produce
concentración de la población, la urbanización es el proceso por el que se
incrementa la proporción de residentes urbanos, en relación a la rural;
como parte del desarrollo de la sociedad capitalista, caracterizado por la
conglomeración espacial a partir de determinados límites dimensión y
densidad y por la difusión actitudes y comportamientos propios que
pueden encuadrarse bajo el concepto de cultura urbana. Producido
principalmente como resultado de la migración y los desequilibrios
regionales y sectoriales dentro de un proceso de desarrollo que es
consecuencia de la modernidad. TEORÍA HISTÓRICO-ESTRUCTURAL
Esta teoría sostiene, que los cambios en la distribución de la población
tienen que ver con cambio históricos estructurales. Especialmente en la
estructura productiva.
Este enfoque da una explicación con base a la desigualdad
existente entre un esquema de agricultura tradicional de autoconsumo y
no excedentaria, con respecto a la agricultura comercial. Donde existe
un despojo sistemático de esta última sobre la primera.
Los campesinos, como fuerza de trabajo son proletarizados a la
vez que progresa _la mecanización. Los campesinos que son reclutados
por a economía comercial bajo la fórmula de un salario perciben un valor
mucho menor al que producen. Esto implica la precarización de su nivel
de vida conforme siga avanzando la agricultura comercial. A raíz de esta
continua de pauperización, los campesinos son expulsados a otros
mercados laborales con tasas salariales superiores a las que perciben
en sus áreas de origen.
El salario industrial urbano de hecho se sostiene gracias a la
baratura de los productos agrícolas y al depaupero del salario de los
campesinos. El desarrollo industrial se da a la par del empobrecimiento
del campo, lo que es una base estructural para explicar la migración del
campo a las ciudades. Desde luego que esto se da en un proceso
histórico.
Lo interesante en este trabajo es cómo la sustitución de cultivos
tradicionales por cultivos comerciales es el marco explicativo de la
migración. Lo cual es una innovación dentro del enfoque marxista del
que parte la acumulación originaria, descrita por Carlos Marx. Como
queda claro sigue la tradición marxista que Marx describe en la
Acumulación originaria dentro de los legajos de El capital, adecuándolo a
un acercamiento actual, latinoamericano y bajo las nuevas tesis delcapital monopolista de Harris
Braverman (1984), uno de los principales
autores del marxismo revisionista norteamericano que son una fuerte
inspiración para los trabajos de la sociología del trabajo
latinoamericanos.
Este enfoque tiene un carácter más normativo que los
planteamientos anteriores, quizá por ser un enfoque de fuerte influencia
marxista, propio del estructuralismo historicista.
'& TEORÍA DE LA URBANIZACIÓN DEPENDIENTE (TUD),
Surge con la comisión económica para América Latina y el Caribe
CEPAL, pero a finales de la década de los cincuentas y mediados de la
década de los sesentas se publicó este modelo teórico más elaborado.
Entre los principales autores de la teoría de la dependencia tenemos a:
André Gunder Frank, Raúl Prebisch, Theotonio Dos Santos, Enrique
Cardoso, Edilberto Torres-Rivas, y Samir Amín. En el Perú lo desarrollan
principalmente Aníbal Quijano y Héctor Béjar.
Aparece como una respuesta y una reacción a la escuela de la
marginalidad. Se hace el mayor énfasis a las sociedades concretas
Latinoamericanas y al fenómeno de la dependencia, tratándose de crear
una teoría de la Urbanización dependiente. Inicialmente es una
reintegración de la tradición marginalista desde una perspectiva
culturalista y progresiva de esta marginalidad, haciéndose un intento de
ubicar las peculiaridades de la urbanización Latinoamericana desde dos
perspectivas:
a) Se asume que el fenómeno de la urbanización dependiente es algo
diferente a lo planteado por la escuela de la marginalidad, por lo tanto,
se requiere una ruptura con esa aproximación. Se hacen análisis más
que suposiciones sobre la urbanización, y a su vez, se asume a la
urbanización no como un retraso en el proceso de desarrollo delcapitalismo en los países
Latinoamericanos, sino que, esta se presenta
en nuestras realidades, con características diferentes a aquella de los
países desarrollados, asumiendo que la modernización en América
Latina, no llevará a mejorar las condiciones sociales de nuestros países.
b) Las peculiaridades de la urbanización son el resultado de una red de
relaciones sociales, opresión económica y política y una manifestación
social. Éstas no se podrán corregir hasta tanto no se obtengan cambios
sociales, radicales revolucionarios en nuestras realidades.
HIPÓTESIS de la TUD:
Las diferencias más importantes en las manifestaciones en
América Latina se derivan, fundamentalmente, del papel distinto de
estos países y su diferente participación en la red internacional
capitalista; siendo resultante del carácter imperialista del capitalismo, La
historia de la urbanización es la historia de la dependencia: -La
urbanización es un instrumento del despojo imperialista y es una
manifestación asimétrica de las relaciones entre nuestros países y los
países imperialistas: -y las relaciones de asimetría tienden a repetirse a
nivel interno, en cada uno de los países Latinoamericanos. Esta
corriente de los dependentistas ha presentado, en un nivel general, tres
fases o etapas en el desarrollo histórico, de los países
Latinoamericanos:
Fase 1 Colonial: Periodo previo a la independencia de los países,
anterior al comienzo del Siglo XIX.
Fase 2 Ruptura colonial: Dependencia comercial, producción de
mercancías de sustento a la FT europea ya bajo precio, Materias primas,
Cada formación social Latinoamericana se articula al sistema capitalista
a nivel mundial en forma diferente. Fase 3 Dependencia Imperialista: Primer periodo de la
Industrialización
(antes de los años 30), etapa de substitución de importaciones.
Un punto importante de los nuevos estudios de dependencia es que
mientras que la posición ortodoxa de la dependencia no acepta la
autonomía relativa del gobierno de las élites poderosas, los nuevos
autores de esta escuela reconocen un margen de acción de los
gobiernos en el sentido de darles espacio para perseguir su propia
agenda. Estos argumentos se incluyen principalmente de los trabajos de
Nikos Poulantzas. Para éste cuentista político los gobiernos del Tercer
Mundo tienen un cierto nivel de independencia del eje real de poder
dentro del país.
~TEORÍA DEL PLANTEAMIENTO ALTERNATIVO:
Los autores que desarrollan esta propuesta son: Emilio Padilla,
Samuel Jaramillo, Víctor Montoya, entre otros. Se trata de buscar una
teoría general que dé instrumentos generales en el estudio de la
urbanización:
• De un lado, que permita la explicación de los procesos peculiares, las
especificidades.
• De otro, que permita la explicación de los rasgos comunes.
Su punto de partida son los planteamientos que esboza Singer con base
en dos determinaciones principales:
1- El papel de la periferia en la cadena mundial.
2- El análisis de la fase avanzada del capitalismo.
3- La monopólica avanzada y especialmente la fase recesiva del
capitalismo y sus efectos sobre los eslabones subordinados de su
encadenamiento. Para el análisis de la teoría se plantean como interrogantes los
siguientes: ¿Por qué hay una tendencia a la concentración espacial en
América Latina? ¿Por qué la existencia de la macrocefalia urbana en los
países Latinoamericanos? ¿Por qué las características diferentes de
proletarización?
Como primera instancia se comprueba que la primacía urbana de la
ciudad principal es mucho más alta que en los países avanzados. Se
retoma a Castells en el análisis de los cambios técnicos de la producción
y la homogenización del espacio en los países desarrollados. Estos
cambios técnicos de la producción hacen cada vez más dependiente a la
industria de la urbanización.
En América Latina también se producen muchos de los cambios técnicos
de la producción, y a su vez, hay una transformación de la lógica
espacial, pero no se da en una forma similar a la de los países
avanzados por la existencia de las siguientes condiciones:
• Las restricciones internacionales no desaparecen.
• El papel del Estado, de una menor capacidad económica, no tiene
tanta competencia de homogenizar, como en los países desarrollados,
hay mayor facilidad de la especialización que de la homogeneidad.
• Las restricciones tradicionales, y a su vez, las nuevas, que llevan a que
la ciudad sea mucho más importante para la acumulación capitalista que
en los países avanzados.
Al no poder gozar de las ventajas de la homogenización, el capital tiende
a reforzar la concentración. A su vez, el Estado, se ve avocado a
concentrar sus acciones en la urbanización, dejando de lado amplios
territorios. El capital privado, con su lógica de aumentar las ganancias,
también busca la concentración. En la medida en que el Estado sea más débil para entrar a controlar a
un nivel social las condiciones generales
de la producción, se tiene menos margen de control de los capitales
individuales y se pueden presentar situaciones negativas a nivel social
para el conjunto social (capitalistas y FT); tal es el caso de la
contaminación ambiental llegando a situaciones ya criticas para la salud
de todo el conglomerado social.
Por otro lado, se tienen así, características de concentración diferente en
forma cualitativa que da como resultado la no existencia de las áreas
metropolitanas como en los países desarrollados, sino la existencia de
ciudades menos coherentes y la generación de procesos más
complicados en el campo de la urbanización.

PROCESO DE URBANIZACIÓN DE LA COMUNIDAD CAMPESINA DE PILLAO MATAO


Desarrollar
……………………………………………………………………………………………………………………….
CAMBIOS SOCIOCULTURALES (VARIABLE DEPENDIENTE)
Son las modificaciones de forma progresiva que irrumpen los procesos
sociales y modifican la estructura de organización social; como resultado de
la penetración de modelos de desarrollo, altera las relaciones sociales
modificando la inserción, patrones de conducta y genera nuevas
necesidades y expectativas.
También implica la variación, diferencia o alteración relativamente amplia
y no transitoria, aunque no necesariamente irreversible, en las propiedades,
es estado o la estructura de la organización social de una determinada
sociedad, o bien en las relaciones entre los mayores sistemas sociales que
la componen -ya que se ubican en la esfera de economía, de la política,
dele estado, de la religión, de la familia- o bien en uno de esos sistemas o en
una o más instituciones de las vinculas a ellos, vinculadas a ellos,
observable en un momento respecto de otro anterior, subsistiendo la
identidad referencia y de las variables que se consideran para identificar la
variación. Como muchos de los cambios sociales tiene relación con los
cambios de los sistemas culturales. La modernidad, o el sentido común
contemporáneo, es difícil de imaginar fuera del paisaje de la ciudad.
Actualmente, nuestras ciudades son cada vez más singulares y populares, y
se mimetizan con la vida de sus habitantes inmersos en la ola de la
globalización, siendo o aparentando ser: múltiples, diversas y en
constante(s) transformación(es). Son ciudades que deben comprenderse y
tratarse como procesos de construcción, y por tanto en cambio permanente.
El urbanismo convencional generalmente deja de lado el hecho de que
dichos cambios se pueden generar mediante la expansión o consolidación
territorial informal, por los impactantes procesos de inmigración y de
autoconstrucción, la especulación urbana, la disminución de pobladores en
cientos de centros poblados o la intensidad de usos del suelo, por lo
multifuncional que pueden ser sus espacios públicos o lo segmentadas que
pueden ser las economías locales, donde priman la comercialización o los servicios; creando así sus
habitantes sus propias leyes, donde las dinámicas
urbanas resultan lo permanente en un círculo continuo y confuso.
En las grandes ciudades de América Latina se vienen produciendo, en
los últimos cincuenta años, una serie de transformaciones sociales y
culturales que se expresan en la textura espacial del tejido construido.
Nuestras ciudades ya no son hoy ciudades en proceso de crecimiento
expansivo, sino en proceso de consolidación. Donde se observa mejor este
fenómeno es en sus apreciables barrios populares, surgidos a la vera de los
procesos de urbanización convencional en los años cincuenta, y que alojan
hoy a porcentajes muy importantes de la población. La primera generación,
la constituían familias de jóvenes conquistadores de ciudad y trabajo, que a
fuerza de lucha fundaron barrios, construyendo paso a paso un tejido social,
económico y espacial hasta transformarlo en ciudades, donde alojan hoy a
sus hijos y nietos. Si bien la nueva población pobre tiene como posibilidad
seguir fundando nuevos barrios en nuevas periferias urbanas, tiene una
mejor oportunidad cuando se aloja en las ciudades ya formadas, con
mejores posibilidades de vida y vivienda, "engordando la ciudad". El modelo
inicial de urbanización caracterizado por lotes unifamiliares, fue premisa
tanto de la ciudad oficial como de la formación de la ciudad espontánea,
repitiendo desde perspectivas distintas un incipiente proceso de
consolidación, transformándose y reciclándose en viviendas tipo edificio, o
intentándolo ser, albergando a más de un núcleo familiar y propiciando su
uso como fuente económica de ingresos. Los iníciales barrios populares de
las ciudades costeras peruanas, autourbanizados y autoconstruidos, de
cuarenta y cincuenta años, han mostrado un gran dinamismo. Los Pueblos
Jóvenes, ya no son tan jóvenes. Más importante aún, el signo de la barriada
connotando marginalidad, es hoy icono de diversidad, debiendo ser
reconocido como otra forma de textura espacial de nuestras ciudades.
La precariedad ha cedido paso a la instalación de servicios y
equipamientos, así como la sustitución de las viviendas de material precario por las de material
permanente, conocido en el habla popular como "material
noble" (signo ideológico que alude más que a un ascenso social, a su
resistencia frente a los embates sísmicos). En nuestros días esas viviendas
ofrecen espacio a nuevas familias, generalmente relacionadas con aquellas
que las edificaron. Ese espacio puede ser adecuado o sumamente
restringido, dependiendo del tipo y la ubicación de los barrios en la ciudad;
. así como de las iniciativas que hayan tomado aquellas familias de primera
generación respecto a su uso. En muchos casos, la vivienda que se inició
como unifamiliar, ya es al menos bifamiliar, y hasta cuenta con locales
productivos y comerciales en la planta baja. Allí donde sólo existían
propietarios autoconstructores ahora existen propietarios inmobiliarios,
pequeños y medianos, que tienen departamentos o cuartos que ofrecen a
sus hijos o en alquiler. Una segunda constatación es que la ciudad popular,
es otra forma de "hacer'' ciudad, es allí donde germinan nuevas relaciones
sociales, una manera de vida urbana, una identidad de barrio.
En un inicio, el silbido del vacío del arenal convocó las primeras tertulias
y los pobladores se identificaron como migrantes, estableciendo las primeras
cadenas de socialización: el paisanaje. El esfuerzo diario y las mismas
necesidades forjaron en ellos nuevos mecanismos de convivencia y
solidaridad, en la urbe son los vecinos y vecinas. El barrio se convirtió en un
lugar de afirmación cultural y esparcimiento, se forjaron y cimentaron nuevas
identidades en las jornadas comunales de trabajo colectivo (construyendo
las veredas y el primer local escolar), así como en las fiestas patronales de
procesión con banda, baile y comida. Con los años, el espacio barrial se
convirtió también, para muchos de ellos, en su lugar de trabajo, la tienda, el
taller o el puesto en el mercado.
Para las nuevas generaciones, nacidos en la geografía del arenal y los
cerros, el barrio significa un lugar de encuentro y reconocimiento. Los niños
crecen, juegan y se hacen de amigos en el espacio a medio construir. Para
los jóvenes, el barrio lo representan la esquina, la calle y el deporte en la cancha de líneas imaginarias.
En el improvisado parque se conocen las
primeras parejas y un cobertizo del local comunal es una pista de baile. Los
mayores, principalmente las mujeres, al estar más tiempo en el barrio, se
reconocen en la cola del agua o el comedor, entablando conversaciones
sobre las preocupaciones de las familias. Son los espacios de la comunidad
que muchas veces se transforman en los gérmenes de la organización
social.
La primera generación de conquistadores de ciudad, hoy son abuelos y
abuelas. Ellos recrean sus espacios de comunicación ocupando los frentes
de las casas, improvisando con sillas y bajo la sombra de árboles pequeñas
alamedas. Cuidan de los nietos, recuerdan las primeras conversaciones y se
felicitan porque luego de años de sacrificio han construido un espacio de (su)
ciudad. El uso colectivo de los espacios diluye la aparente distancia entre el
espacio de vida privada de la casa y la vida pública de la calle y parque,
inventando con ello una manera muy propia de ciudad. Dentro de un
contexto urbano como el peruano, donde lo diferente es lo común, donde las
continuidades temáticas se dan o se quiebran, cuando las características de
confusión y aparente caos cobijan a más de la mitad de la ciudad, los
principios de una "unidad" postulados por la urbanística tradicional resultan
relativos e incomprensibles para interpretar esa "otra" forma de construir
ciudad. Más bien, nuestras ciudades populares, son con seguridad
aprehendidas a partir de múltiples versiones, como un todo simplificado e
imaginario. Pensar la ciudad o el barrio significa, en principio, observar la
realidad a través de un filtro de abstracción orientado por nuestras vivencias,
intereses, deseos y carencias. Lo que encontramos dentro de nuestro
imaginario colectivo, según intereses individuales o de grupo, son diferentes
representaciones respecto a lo que es o debe ser la ciudad o el barrio.
El barrio, en ese sentido, es elaborado a partir de una generalización
imaginaria que posibilita la realización de múltiples propósitos, antes que
como realidad compleja. Entendido como entorno inmediato del hogar, lugar de la proximidad y
reconocimiento, referente espacio-temporal de sueños,
eventos y deseos; lo recreamos como unidad de vecindad coherente y
armónica. Podemos pensar en todo lo que nunca ha sido y desearíamos que
fuese.EI barrio, la vivienda de los sectores populares, migrantes y luego
mestizos culturales, se constituyó en aquello que significativamente estuvo al
margen de toda consideración, como otra fase de la luna. Adquirió carta de
ciudadanía y al construirse a pulso, adquirió la dimensión de quienes lo
habitaron, aunque no siempre fue la respuesta más sugerente y adecuada
técnicamente. La ausencia de políticas claras dirigidas hacia los sectores
pobres de la ciudad, creó la oportunidad de una ciudad alternativa, no
convencional.
Los barrios populares han madurado y su imagen es de ciudad, sin duda
otra manera de hacer ciudad. Donde mejor se expresa esa singularidad es
en Villa El Salvador, suerte de paradigma de ciudad popular en el imaginario
de su gente y en los ideales de los estudiosos urbanos. Citemos al sociólogo
Carlos Franco que refiere tres características especiales en VES: " ... en
primer lugar, un modo de organización y distribución del espacio que no
encuentra comparación con otras comunidades populares en el Perú; en
segundo lugar, la específica modalidad de organización de la población que
no se repite en otro lugar del Perú y Latinoamérica; finalmente, el contenido
de su proyecto de desarrollo económico y social que es uno de los signos
distintivos de la experiencia de la comunidad". En los barrios populares
donde la memoria colectiva se forjó en la reinvención de un territorio (Villa El
Salvador o Huaycán), la idea de barrio adquiere un nombre propio, el de
"comunidad urbana". Esta denominación es la expresión que con mayor
propiedad identifica a sus residentes, implicando vínculos con la tradición
andina y la comunidad campesina que se resuelven creativamente en la
ciudad al fusionarse con otras tradiciones culturales. Argüedas afirmaba que
"las tradiciones de la vida social que empezaron a soldarse en las barriadas
de Lima eran básicamente dos: la de los serranos y la de los costeños. Entre los serranos predominaba
la experiencia rural andina; ellos provenían de
comunidades y de haciendas, habían sido parceleros y estaban
acostumbrados tanto a los mecanismos asociativos como a la pequeña
propiedad. Los costeños pertenecían a una tradición algo distinta, con mayor
influencia cultural de la población criolla, así como la negra y la mulata. En
esta segunda tradición, la vida asociativa privilegia las redes de parientes, de
paisanos o simplemente amigos. Mientras que la tradición serrana, aparte de
esos mecanismos, comprende una adicional que está ausente en la costa.
Lo que hace singular a la experiencia serrana es la vida en comunidad,
donde la vida social se organiza a partir de la posesión colectiva de ciertos
bienes, que ofrece la oportunidad para el trabajo común por aumentar esos
bienes y administrarlos. Estas dos tradiciones fueron tremendamente útiles
en la difícil situación impuesta por la migración y consiguiente urbanización
masiva, en condiciones de ausencia de empleo en el sector moderno de
la economía". Es así que los hechos mencionados no son distintos a los del
Asentamiento Humano San José de Manzanares 1 etapa, pues todo ello es
consecuencia de la mezcolanza cultural y social que se vive. Ahora pasamos
a describir nuestra segunda variable. CUADRON°25
¿A QUÉ ACTIVIDAD ECONÓMICA SE DEDICA USTED?
~¿Aqu-é activida(feconómica se N° de - - - Porcentaje '
. d~ica l!Sted? ___ _ _ _ ~ncues_tados . _ _ (%} __ j

Comercio --------------·---+------ --~-~------_J_ __ ---~~"-º----- _J Estudia · 6 1


6,0 ·

r ~~:~~~~r -- _-:-_=-- 1:::: -~ -~:__ =-+=- f~

=- 'A:ü)afiil __________________ - ---Ts_____ : 18,o - -1


~c~je 11,0
Pesca 27 27,0
1

Otros 2 2,0
----------------------~------------~--~~ ¡-No trabaja L __ _j_ ____ ' 8,0

_______ Total _ __L __ _lOO _ . ____ 1ºº'º--- Fuente: Elaboración propia del investigador.

EL ÁMBITO DE LA SOCIOLOGÍA DE LA URBANIZACIÓN


Es obvio que, sobre estas bases, no puede tener sentido una Sociología Rural
y como hoy la entendemos, como resulta también carente de sentido una Sociología
Urbana, diferenciada de la anterior. Precisándose por ello bien sea una
Sociología de la Urbanización (entendida ésta como proceso civilizatorio en
marcha), bien como una Sociología de los Asentamientos Humanos, lo que
menos importa es el nombre, que permita una lectura global del territorio. En
cuanto a la cuestión agraria, ésta entiendo que debe ser tratada en los mismos
términos que cualquier otro sector socioeconómico, tal y como existe una sociología
industrial, una sociología del conocimiento, o una sociología del ocio.
Pero su ámbito de estudio no puede ser ya la sociedad rural, porque como tal
no existe, sino el colectivo de trabajadores y empleadores que conforman el
sector agrario, y que no es sino uno más en cualquiera de los territorios -
metropolitanos, urbanos o rurales- que tomemos como unidad de análisis(17).
Es decir, todo este replanteamiento no implica un cambio de objetivo, sino de
enfoque. La mejora en las condiciones de vida de la población apartada de las
centralidades de la urbe global, así como la conservación del medio rural, seguirán
siendo objetivos ineludibles. Pero del mismo modo que no podemos
concebir esa población como concebíamos al campesinado, tampoco podemos
identificar el medio rural con el medio natural, como el ecosistema propio del
campesinado, sino como un artificio más, una parte de la urbe global, con formas
y funciones muy distintas de las consideradas tradicionalmente por la Sociología
Rural. Funciones que no vienen determinadas, dictadas por la ciudad
triunfante como opuesta al campo, sino que responden a las nuevas necesidades
de la sociedad globalmente urbanizada.
En otros trabajos hemos definido un tipo de territorios(18), a caballo entre los
conceptos tradicionales de lo rural y lo urbano, en los que "la tierra, cultivable o
no cultivable, ha dejado de tener esa única función de producir alimentos, o en
general materias primas. Nuevos factores económicos han entrado en juego,
de forma que el agricultor no es sino un agente más en competencia por el uso
y control de ese suelo, aunque siga siendo el que más superficie domina y administra
(y esta sería quizás una de las principales diferencias entre estos territorios
con los puramente urbanos y metropolitanos) (...) El problema estriba en
cómo compaginar todas estas funciones con las vocacionales del territorio, esto
es la agricultura y la ganadería, e incluso el mantenimiento de espacios 'vírgenes'"
(BAIGORRI, 1983,151).
En este tipo de espacios sólo tangencialmente tienen interés y peso los tradicionales
problemas campesinos. Las cuestiones que procupan son ya culturalmente
urbanas: la geofagia (que hemos definido como "el apetito insaciable por
devorar tierra fértil"), la banalización del paisaje, la pérdida de peso político de
los agricultores, y los excedentes, son los temas característicos de las zonas
agrícolas de los países ricos (BAIGORRI, 1992b). Pero lo importante es que
esta clase de territorios son los que contienen en la actualidad a la mayor parte
de la población considerada estadísticamente como rural, así como la mayor
parte de la producción agropecuaria. Y si dejamos de considerarlos rurales, y
nos empeñamos en mantener los presupuestos epistemológicos tradicionales
de la Sociología Rural, entonces el objeto social que quedaría para esta rama
de la sociología debería circunscribirse a algunos desiertos demográficos alejados,
como decíamos, de las redes informacionales de la urbe global. Por ello
insisto, ya para terminar, en la necesidad de replantear sus mismos fundamentos
como rama específica de la Sociología.
MARCO TEÓRICO

CAPITULO I
PROCESO DE URBANIZACIÓN
Hoy en día las transformaciones territoriales se encuentran marcadas por un
contraste espacial en el que el desarrollo urbano, desde el punto de vista físico,
delimita claramente lo urbano de lo rural. Los avances tecnológicos, urbanísticos y
sociales, van dando como resultado un entorno rural cada vez más reducido por
los procesos de expansión urbana. En esta primera parte de la investigación, se
espera profundizar los aspectos teóricos relevantes para comprender el tema
investigado.
1. Urbanización como concepto
La urbanización es un concepto complejo de definir debido las diversas
dimensiones que la componen, una de ellas es la ciudad y sus derivados, que
hacen alusión a un tipo de organización estructural espacial, ligada a “la
concentración espacial de la población a partir de unos determinados límites de
dimensión y densidad”. (Castells; 1976 (a):15)
Un elemento significativo que caracteriza a la urbanización, es el aumento de sus
habitantes, acentuando la concentración espacial al incorporarse nuevos
asentamientos al espacio geográfico. Aquella nueva manera de organización
social influye en las formas en que viven las personas en el territorio, el espacio
rural comienza a adoptar características de la ciudad, siendo uno de los
fenómenos sociales más evidentes en los cambios que genera urbanizar un
espacio. La forma de organización en la ciudad supone una reestructuración en la
ocupación del espacio en donde las viviendas, edificaciones, industrias son
visualmente representativas, sin embargo, no sólo son cambios visuales sino
también los comportamiento que adoptan su habitantes.
Urbanizar un territorio es “convertir en poblado, una porción de terreno o
prepararlo para ello, abriendo calles y dotándolas de luz, pavimento y demás
servicios urbanos”.(Vinuesa y Vidal; 1991: 23), son transformaciones en el espacio
rural con el fin de que adquiera una tipología urbana, dotando al territorio de
edificaciones, bienes y servicios, redes de abastecimiento, electricidad, etc.
La urbanización propicia atracción de actividades económicas y de empleo para
los sujetos, generando que tengan que migrar hacia los focos de producción que
se encuentran en la ciudad. La ciudad ofrece mayores oportunidades económicas
que el espacio rural, en consecuencia los sujetos comienzan asentarse en las
ciudades, aumentando la concentración espacial, junto con ello, nacen nuevas
demandas como: servicios, viviendas, equipamientos, transporte, entre otros.
Al crearse nuevas condiciones de vida y ofertas para los habitantes, la ciudad
comienza a tomar forma y expandirse por el espacio geográfico, invitando a
nuevas localidad a integrar la urbe, de ésta forma:
“la existencia de una red de núcleos de población adecuadamente
organizada en cuanto a la diversidad de tamaños (jerarquización) y la
distribución espacial, con un número suficientemente amplio de núcleos de
cierto tamaño no excesivamente distantes, facilitará enormemente el
proceso de urbanización en el territorio”.(Ibíd: 26)
En definitiva, la urbanización es un proceso social de reorganización espacial, que
ofrece nuevas condiciones de vida para los habitantes; paralelamente, la
dimensión económica condicionará la organización de las ciudades, propiciando
una nueva sociedad urbanizada que fortalecerá el sistema económico imperante.
2. Reseña histórica del proceso de urbanización
El proceso de urbanización no es sólo un hecho que trasforma visualmente un
territorio, si no que cambia lo modos de convivencia humana.
Para comprender con claridad el proceso de urbanización, es necesario explicar
los siguientes factores que desencadenan y/o se desarrollan conjuntamente con el
proceso.
2.1 Surgimiento de las ciudades
A lo largo de la historia, la ciudad ha estado presente en diferentes culturas. Así
es como la forma estructural de la organización espacial es posible visualizarla
desde tiempos remotos; sin embargo, la urbanización entendida como el traspaso
de la sociedad rural a urbana es un proceso social más reciente. A partir de los
años 70 aproximadamente podemos encontrarnos con ciudades urbanizadas, las
que se caracterizan por su expansionismo a través del espacio geográfico,
desarrollándose como un modo de organización imponente digno de integrar en
las diferentes localidades.
Al respecto surge la interrogante respecto de: ¿Por qué el proceso de
urbanización tardó tanto en desarrollarse siendo que las ciudades existen hace
siglos?, la respuesta podemos encontrarla, en parte en la lógica de las
capacidades y conveniencias de los grupos humanos y/o habitantes del territorio,
es decir, “la urbanización es el resultado de los diferentes contextos sociales,
culturales, tecnológicos, etc. en los que se producen”. (Ibíd: 36)
En este sentido, se hace necesario explicar el proceso histórico de urbanización
para, de esta manera, tener una mayor comprensión del proceso, es decir,
desde sus inicios desde el nacimiento de las ciudades.
Como señala el geógrafo Julio Vinuesa (1991), las ciudades comienzan a surgir a
partir de la era Neolítica, cuando el hombre comienza a descubrir y desarrollar
herramientas que le facilitan avanzar en el sistema de recolección de alimentos a
la producción de la agricultura, pudiendo obtener excedentes de los alimentos que
adquirían, paralelamente la riqueza productiva de la tierra y la densidad de la
población contribuyeron para la creación de nuevos asentamientos. Las primeras
ciudades podemos encontrarlas “hace unos 5.500 años, cuando se hubo
alcanzado una tecnología neolítica avanzada, que permitió el paso de un sistema
de simple recolección a otro en el que los alimentos eran ya cultivados y además
era posible obtener excedentes”. (Ibíd: 36)
De este modo queda un excedente que es destinado para la sociedad; este se
produce debido a que la comunidad es capaz de generar bienes no sólo para
satisfacer las necesidades individuales, sino de producir alimentos para una
mayor cantidad de población a la que tendrá que alimentar.
Una vez desarrollado, la producción agrícola y la obtención de excedentes para
poder abastecer a la comunidad y a más personas, se produce el proceso de la
división del trabajo, los sujetos realizan diversas actividades dentro de la ciudad,
como: comerciantes, artesanos, militares, etc. especializando su manera de
producir dentro del territorio; es en este contexto social en donde nacen las
primeras ciudades. (Vinuesa y Vidal, 1991)
A consecuencia de la producción agrícola y sus excedentes, la división del trabajo
contribuye a generar la comercialización de las materias primas y bienes a otras
localidades, creándose la necesidad de especializar elementos técnicos para
poder comercializarlos hacia el exterior, influyendo en la creación de condiciones
óptimas en trasporte para vender los productos y bienes que la sociedad
desarrolla.
El medio natural, favorecedor de materias primas y de la actividad agrícola, la
densidad de los habitantes, el desarrollo de las capacidades técnicas, la división
del trabajo y su especialización, las mejoras en el trasporte para la comercialización de las materias
primas y los bienes fabricados por los habitantes
en el territorio, dan origen a la aparición de las ciudades.
Las ciudades comenzarán a expandirse y evolucionar de manera lenta, hasta la
llegada de la Revolución Industrial; en este momento histórico es cuando lo
urbano comienza a tener relevancia en los procesos históricos y sociales. De la
misma manera “a mediados del siglo XIX la Industrialización va a caracterizarse
por el aumento de la productividad”. (Ibíd: 71)
El traspaso de la sociedad feudal a la sociedad capitalista son hechos que
trascenderán en el transcurso del tiempo, el nacimiento de la industria, la
producción en serie, la sustitución en la producción de la mano humana por la
máquina, las mejoras en el trasporte impulsan a que la ciudad evolucione a una
nueva etapa en la historia.
Los avances tecnológicos y la reproducción en serie que caracterizan al proceso
industrial en el transcurso del tiempo se irán desarrollando a la par con el sistema
económico capitalista, generando un nuevo tipo de relación con el campo y la
ciudad.
Los transformaciones se producen en el siglo “XVIII y sobre todo en la segunda
mitad del XX, la ciudad cambia sus dimensiones demográficas y espaciales, su
forma y su paisaje”. (Ibíd: 59), creándose una nueva forma de asentamiento en el
territorio.
Por otro lado, la ciudad con la Revolución Industrial comenzará a perder su
protagonismo, sus características de organización autónoma en concordancia a
objetivos propios, leyes, modos de organización espacial, etc. irá perdiendo
posicionamiento.
El proceso de urbanización en el contexto de la Revolución Industrial, se
desarrolla conjuntamente con la producción capitalista y su organización del
espacio, lo que puede ser explicado desde dos aristas importantes: “1.- La descomposición previa de
las estructuras sociales agrarias y la
emigración de la población hacia los centros urbanos ya existentes,
proporcionando la fuerza de trabajo esencial a la industrialización.
2.- El paso de una economía doméstica a una economía de manufactura y
después a una economía de fábrica, lo que significa al mismo tiempo la
concentración de mano de obra, la creación de un mercado y la constitución
de un medio industrial”. (Castells; Opcit (a): 21)
Las ofertas laborales que la ciudad entrega a los habitantes de los lugares rurales
de mismo modo, la falta de oportunidades laborales a nivel rural, provocan la
migración del campo a la ciudad, aumentando con ello la densidad poblacional y
de mano de obra, para generar producción en las industrias, potenciándose el
nacimiento del mercado e innovando en avances tecnológicos ligados a los
medios de transportes, lo cual facilita el traslado para llevar a cabo la venta de los
productos en diversas ciudades y localidades.
La producción capitalista genera la reestructuración del espacio geográfico,
brindando las condiciones para que el mercado se instale y se expanda de manera
progresiva en el territorio, sin la existencia de un organismo que ejerza control
social sobre su política expansiva.
El aumento de la industria conlleva la competitividad; surgiendo también la
especialización y diferenciación en la mano de obra mediante la escasa
capacitación a los obreros, con el fin de aumentar las ventas y la producción al
mínimo coste posible.
La competitividad industrial genera interrelación con otras ciudades e industrias,
siendo necesaria la complementariedad, el intercambio y la necesidad de abaratar
al máximo los costos de producción y transporte. Todo ello provoca que las
industrias se ubiquen próximas en el espacio geográfico, para la comercialización
de las materias primas y la reducción en los coste de mano de obra productiva,
propiciando con ello la urbanización de las ciudades. Por consiguiente, en la ciudad se encuentran
las condiciones óptimas para la
actividad industrial, la localización de ellas provoca su aumento y su poder de
atracción.
A consecuencia de los cambios económicos y sociales que se producen en la
época mencionada anteriormente, se crea una nueva manera de estructura y
organización del espacio; la finalidad es mejorar problemas de hacinamiento,
segregación, etc. sin embargo, aquello se realiza más en función de facilitar el
crecimiento y expansionismo económico, es decir, “La organización espacial
resultante trata de servir a los intereses militares, administrativos y comerciales
que justifican el nacimiento de la ciudad y marcan claramente la diferencia con los
espacios creados por las civilizaciones autóctonas”.(Vinuesa; et al, Opcit: 81)
Continuando con este análisis histórico del proceso de urbanización se analizará
en el siguiente punto las transformaciones socio-espaciales ocurridas en América
Latina identificando, como veremos a continuación, su impacto en el desarrollo
social, cultural, económico y político en el continente.
3. Transformaciones socio-espaciales en América Latina
La organización socio-espacial de una sociedad es un hecho histórico y social “la
historia no se escribe fuera del espacio y no hay sociedad a espacial. El espacio,
en sí mismo es social”. (Santos; 1996:18) En este sentido, el conjunto de
características asociadas a un lugar les confiere un significado particular, por lo
tanto, el espacio construido y su población no tienen una participación imparcial
frente a la evolución de las formaciones económicas y sociales.
Las olas de modernización sentidas por los países latinoamericanos a fines del
siglo XIX y principios del siglo XX son “impulsadas por la oligarquía progresista, la
alfabetización y los intelectuales europeizados; entre los años veinte y treinta de
este siglo por la expansión del capitalismo”. (García; 1989: 65) Ellas nos refieren el contexto
modernizador que esperaba inscribir a América Latina bajo un
crecimiento caracterizado por una modernización económica, política y
tecnológica, nacida como parte del proceso de independencia. La exigencia de
estas trasformaciones se encontraba determinada por la necesidad social, política
y económica del continente, sin embargo, los procesos modernizadores y su
influencia reorganizaron permanentemente la realidad social y al mismo tiempo
impactó sobre el espacio donde estos se implementaron.
El espacio usualmente es considerado como un concepto abstracto, sin embargo
“la organización del espacio es también una forma, un resultado objetivo de una
multiplicidad de variables actuando a través de la historia”. (Ibíd: 35)
El espacio por tanto, puede sin duda verse impactado por las fuerzas externas y
puede afectar en todos los procesos. En esa perspectiva la organización del
espacio es dependiente, y la dependencia no es un concepto sino más bien un
fenómeno histórico.
De este modo, se hace necesario comprender que en América Latina el proceso
de modernización articuló los modos de producción y de la mano creó formaciones
sociales interdependientes, caracterizadas por relaciones de poder dominantes
entre las distintas clases, acentuándose la problemática que apuntó a reconocer
las posibilidades reales de un modernismo europeo instalado en una realidad
social histórica diferente, como señala García “los movimientos innovadores
fueron “trasplantes”, “injertos”, desconectados de nuestra realidad”. (Ibíd: 68)
El problema de la instalación del proceso modernizador dada sus exigencias, ha
pasado a ser puesta en duda pues las externalidades tienen su propia lógica,
“desde el momento en que se acepta un modelo de crecimiento orientado hacia
afuera, el Estado y la Nación pierden el control sobre las sucesivas organizaciones
del espacio”. (Santos; Opcit: 36)
Es por lo que el proceso de urbanización visto desde una trayectoria histórica “no
es algo independiente sino que responde a un orden social y cultural concreto, del
que pasa a formar parte”. (Vinuesa; et al; Opcit: 24).
En América Latina el panorama se proyectaba sobre la base de una nueva
ideología de crecimiento, los Estados debieron someterse para preparar la
estructura donde pretendían operar los modernizadores para penetrar el tejido
social, “la estructura de los gastos públicos se transforma, orientándose
preferentemente a la construcción de infraestructuras, transportes o bienes
públicos, los cuales sirven más, mejor y baratos a las empresas modernas que a
la población”,(Ibid:36) de lo anterior podemos interpretar y decir entonces que los
procesos de urbanización son transformaciones afectadas por el crecimiento del
capitalismo y su propagación a lo largo del territorio,
“en las regiones más avanzadas esos elementos son considerados
imprescindibles para cualquier asentamiento humano, siendo
característicos de los espacios urbanos algunos otros, como el
abastecimiento de distintos tipos de energía y, sobre todo, redes de
comunicación adaptadas a los últimos avances tecnológicos”. (Ibíd: 23)
Es posible señalar entonces que los cambios en las estructuras sociales influyen
decisivamente en la manera en que se produce su urbanización.
Históricamente la fundación de las ciudades fueron consideradas como “el más
preciado punto de inserción en la realidad”, (Hardoy; 1985: 11) sin embargo, “la
América Indígena fue un mundo predominantemente rural, y vastas áreas apenas
conocieron la vida urbana” (Romero; 2010:11), como afirma el autor, “los mismos
conquistadores que las fundaron percibieron progresivamente que se estaban
apartando de la ciudad orgánica medieval en la que habían nacido y crecido para
entrar en una nueva distribución del espacio”. (Ibíd: 11)
A pesar de convertirse en una oportunidad para quienes desconocían las tierras
vírgenes del continente, se embarcaron en un proyecto que “encuadraba la vida
de la comunidad con destino a un futuro planificado y soñado impuesto por las
exigencias colonizadoras”. (Ibíd: 11)
La conformación de las ciudades por lo tanto, constituiría el espacio para transmitir
la influencia de las fuentes culturales europeas para concretar a partir de ellas, un
futuro civilizado; “aunque aisladas dentro de la inmensidad espacial y cultural,
ajena y hostil, a las ciudades competía dominar y civilizar su contorno, lo que se
llamó primero “evangelizar” y después “educar””. (Ibíd: 17) Durante este periodo la
concepción de orden es clave “el orden debe quedar estatuido antes de que la
ciudad exista para así impedir todo posible futuro desorden”. (Ibíd: 14)
Los españoles no reprodujeron un modelo de ciudad o metrópolis sino que su
construcción fue gradual en su instauración, en “América Latina fue el diseño en
damero, que reprodujeron con o sin plano a la vista las ciudades barrocas y que
se prolongó hasta prácticamente nuestros días”(Ibíd: 13), la estructura obedecía a
un orden espacial geométrico que distribuía principios reguladores que traducían
una jerarquía social, asegurando de esta manera que el poder concentrado desde
España a América se impusiera a través de su conformación física y espacial; de
este modo, la distribución urbana y conservaba “la traslación del orden a una
realidad física, en el caso de la fundación de las ciudades, implicaba el previo
sueño urbanístico mediante los lenguajes simbólicos de la cultura, sujetos a una
concepción racional que debía prever el futuro”. (Ibíd: 13)
Tomando este ejemplo, podemos ver que las formas en que fueron establecidas
las primeras ciudades implicó dar un orden pero por sobre todo dar un
funcionamiento coherente a los procesos sociales. Este proceso sólo fue posible
mediante el sometimiento de la cultura de América Latina, donde la ciudad
constituyó la organización que impuso sus privativas normas, “las instituciones
fueron los obligados instrumentos para fijar el orden y para conservarlo, sobre todo
desde que entran en circulación en el siglo XVIII (Corominas) dos palabras
derivadas de orden: subordinación e insubordinar”. (Ibíd: 17)
Bajo este punto de vista, es posible destacar que el espacio fue conformado por el
ser humano a fin de conservar necesidades superiores, muchas veces individuales
con intereses particulares, lo que antiguamente constituyó la lógica matemática,
que se tradujo físicamente en la concentración del poder y el orden, promovieron desde allí la
proliferación de la planificación y distribución de los centros, que
particularmente por razones económicas, sociales y políticas se re-articula
constantemente; “en la actualidad, las estructuras de poblamiento del espacio
cambian tanto que no es solo la configuración espacial (formas de densidades de
población) lo que se cuestiona, sino también los tipos de colectividades, las
modalidades de la vida social y la civilización misma”. (Ledrut; 1968:11)
En la actualidad existen transformaciones que sobrevienen en las formaciones
espaciales “la noción de estructura urbana, introducida hace poco en la
planificación, evoluciona, presionada por las tendencias que van apareciendo.
Puesto que el poblamiento del espacio se encuentra en pleno proceso de cambio,
la función urbana evoluciona”. (Ibíd: 12)
Como es posible afirmar, el constante crecimiento conlleva el surgimiento de una
serie de cambios al interior de un territorio gestándose de manera paulatina, en la
medida que quienes lo habitan también evolucionan proyectando físicamente la
transformación.
4. Desarrollo económico y su repercusión socio-espacial
“Las formas y funciones urbanas son producidas y dirigidas por la interacción del
espacio y la sociedad”, (Castells; 1986 (b): 19) es decir que ambas dimensiones
espacio y sociedad, funcionan como un sistema interrelacionado, frente a lo cual
Ledrut nos entrega el siguiente aporte:
“La estructura de toda dinámica urbana, puede en última instancia,
describirse en esos términos, el aporte decisivo de la acción social
deliberada en la conformación del espacio y de las condiciones materiales
de la vida diaria ha sido puesto de relieve por la experiencia histórica en dos
niveles distintos”. (Ibíd: 19)
Lo que quiere decir el autor, es que ambas dimensiones, espacio y sociedad están
determinadas según las acciones que el individuo provoca, entendiendo que “el
hombre da forma a su ambiente.” (De Mattos, Figueroa, Bannen y Campos; s/a:
21).
Además del aumento creciente del consumo de la sociedad y la demanda a través
de servicios urbanos considerados como un hecho necesario, existe la búsqueda
del sentido espacial y la identidad cultural “asociada con un territorio concreto y
organizada alrededor del mismo”, (Ibíd: 23) donde la territorialidad juega un papel
fundamental debido al significado simbólico que los sujetos le atribuyen a su
relación con el espacio y a la forma que ellos le dan a su ambiente “el proceso por
el cual el hombre da forma a su ambiente puede englobarse bajo el concepto
general de urbanización”. (Ibíd: 21)
En este sentido, las transformaciones que desencadena la urbanización
determinan nuevas interacciones; dada su magnitud, la urbanización establece
eventos cruciales como: “formas de comportamiento socio-cultural, una
organización territorial del poder, tramas de asentamiento de la población y la
localización de actividades económicas”. (Ibíd: 21)
La movilidad espacial, sin embargo no se establece en el proceso globalizador, en
Chile los procesos como el impulso de la industrialización sustitutiva, determinado
por el fenómeno del aumento de migraciones campo-ciudad consecuentemente
originó una fuerte intensificación del crecimiento urbano y en particular el
metropolitano; “mientras la población y los ingresos crecen y la movilidad espacial
aumenta, el problema de la ordenación física del espacio y la protección de sus
ventajas naturales asumirá una importancia substancialmente mayor”. (Ibíd: 45).
Lo que este proceso histórico determinó fue el puntapié para el crecimiento de la
región central, en este caso Santiago, fue paulatinamente transformando su
estructura física conllevando a asumir nuevos desafíos de crecimiento “se pueden
distinguir cuatro grandes procesos de urbanización que relacionan a un centro con
su periferia dependiente: difusión de innovaciones, flujos de control de decisiones,
migraciones y movimientos de inversión capital”. (Ibíd: 21)
La expansión de los ingresos económicos presupone un desarrollo pero lo que
sucede en el espacio corresponde más bien a una competencia por las ventajas
naturales que se resumen físicamente en el suelo; este resulta amenazado
durante la conformación estructural de una región por el deterioro y escasez de
los recursos que cubren las necesidades de la población.
A partir de lo anterior, no podemos obviar que los procesos de urbanización tienen
una importante influencia sobre las tendencias de desarrollo nacional tanto en lo
que respecta al crecimiento económico como respectivamente en los niveles de
vida de la población que procuran ser más elevados pero que muchas veces se
concentra en las áreas metropolitanas siendo desigual esta proporción las áreas
periféricas de la ciudad.
“Mirando con más detalle su estructura actual, se encuentra que el único
subsistema responsable de su calidad propulsora de crecimiento económico
es Santiago. El resto de la Región, tanto como el resto del país, es
periférico en el área nodal, y económicamente dependiente de ella”.
(Ibíd: 45)
Podemos afirmar que la estructura física espacial de una ciudad como Santiago
determina ciertas condiciones pues es de suponer que ella debería contener en su
distribución criterios para hacer eficiente su acceso; sin embargo al encontrarnos
con las tendencias de desarrollo de ciudades como la nuestra que no logra
contrarrestar los problemas que surgen producto de la distribución espacial que
adopta cada región o ciudad, encontramos que; “el problema clásico de la
organización regional es el de encontrar una jerarquía de regiones que sea capaz
de realizar todas estas funciones de modo conveniente”. (Harvey; 2007:92)
En la ciudad existen funciones desarrolladas exclusivamente a nivel metropolitano,
concepto entendido como “el centro del sistema nacional e internacional de
comunicaciones del país, ” (De Mattos; et al; Opcit:109), a ella le corresponde la
planificación de los sistemas de transporte y conexión vial, alumbrado, conexión a
agua potable, entre otros, por otro lado, otras funciones pueden ser mejor desarrolladas a nivel local
como son las correspondientes a los organismos
comunales; sin embargo, el primer problema es que la organización espacial logre
generar el cumplimiento efectivo de los servicios; “enfrentarse con el hecho
evidente de que los diferentes servicios han de ser suministrados a diferentes
escalas espaciales”, (Harvey; Opcit: 92), tomando en consideración que las
necesidades se acrecientan frente a los desafíos que enfrenta el crecimiento
paulatino de nuestras ciudades; hacer frente al crecimiento social y económico, a
los efectos espaciales del exceso de población, a los cambios en las relaciones
espaciales, etc.” (Ibíd: 92)
Podemos observar que en nuestro país la organización territorial está
estrechamente determinada al sistema económico que lo rige “la propensión del
sistema económico chileno de concentrar la riqueza del país en Santiago ha
llevado resultados que hacen que la implementación de políticas redistributivas
sea extraordinariamente difícil”. (De Mattos; et al; Opcit: 47).
Lo anterior acrecienta las diferencias de nivel de vida entre Santiago y otras partes
del país, contribuyendo a diferenciar profundamente el nivel de vida entre la
población de la misma capital, generando problemáticas de desigualdad social, “el
rápido crecimiento futuro de la capital no asegura que la situación económica de
los migrantes hacia el centro mejore substancialmente”. (Ibíd: 47).
El análisis es trascendental pues nos permite identificar la clara influencia que
desarrollan los procesos de transformación y urbanización sobre las condiciones
económicas y sociales de la sociedad, “la dirección y la magnitud de los procesos
de urbanización tienen influencia sobre las tendencias del desarrollo nacional al
establecer patrones espaciales diferenciales de crecimiento económico y de
niveles de vida”. (De Mattos, et al; Opcit: 21)
En general podemos advertir que los procesos de urbanización incitan la
transformación de relaciones sociales, políticas, económicas y culturales entre los
centros urbanos.
5. Consecuencias más significativas del proceso de urbanización
El proceso de urbanización conlleva diversos cambios y/o transformaciones en un
espacio geográfico, una de ellas la podemos visualizar en su espacio físico debido
a que los cambios visuales son evidentes. Los cambios referidos a las
transformaciones de espacios campestres, rurales a espacio con edificaciones,
adopta geográficamente una estructura urbana caracterizada por la ciudad.
Los efectos o consecuencias que genera el proceso de urbanización en un
territorio abarcan diversas dimensiones que reestructuran geográficamente al
espacio y a los modos de vida de sus habitantes, es por ello, que a continuación
explicaremos las consecuencias que se producen a partir de la urbanización de un
territorio que antes se caracterizaba por tener una cultura rural.
La influencia que ejerce la urbanización en territorios rurales o no urbanizados va
a reestructurar la manera en que se compone y organiza la población, cambiando
los modos de vida, los modos de producción económica, el espacio geográfico,
etc.
“Al hablar de población hacemos referencia a una determinada estructura
social, con sus correspondientes sistemas de organización política y
económica, pero sobre todo hablamos ahora de un conjunto de individuos
con unas características y unos comportamientos demográficos concretos”.
(Vinuesa; et al; Opcit: 89)
Uno de los cambios más representativos del proceso de urbanización es la
concentración espacial de la población y sus habitantes, la demografía cambia en
los factores de “fecundidad, nupcialidad y la mortalidad, cuyas tasas evolucionan
en consonancia con la de urbanización”. (Ibíd: 90)
El traspaso de la vida rural a la vida urbana, genera nuevos tipos de empleos
ligado al incremento de los mercados, los centros de retail, etc. impulsan la
actividad terciaria, derivando en diversos transformaciones sociales en los modos
de vida de los habitantes y de las relaciones sociales.
Bajo aquel contexto se producen también cambios en la estructura y roles de los
integrantes que componen las familias. En la sociedad rural las familias se
caracterizaban por ser extensas, estaban compuestas por más de tres
generaciones, en cambio en la sociedad urbana la familia pasa a ser del tipo
nuclear o monoparental, “el proceso de urbanización supone el predominio de una
familia más reducida y de un solo núcleo frente a la familia múltiple y extensa,
propia del medio rural que agrupa a varios núcleos y a personas ajenas a ellos”.
(Ibíd: 110)
Con la incorporación de la mujer al trabajo, se producen cambios en la dinámica
familiar; en la sociedad rural, la mujer se caracterizaba por desempeñar labores de
la casa, cuidar a los hijos(as), etc. En el proceso de urbanización la mujer se
inserta a labores preferentemente de sector terciario, transformándose los roles al
interior de la familia, ya que, ya no sólo es el hombre el que aporta
económicamente al hogar, sino que la mujer comienza a obtener ingresos
económicos.
Paralelamente la inserción de la mujer al trabajo traerá consecuencias en la
fecundidad, “la dedicación al trabajo fuera de casa produce una disminución del
número de hijos, que además comienzan a tenerse a mayor edad, con lo cual
aumentan los intervalos entre generaciones, produciéndose a la vez importantes
efectos sobre la natalidad”. (Ibíd: 101)
El proceso de urbanización genera cambios en la cultura de la sociedad rural la
cual se caracterizaba por la existencia de relaciones solidarias entre sus
habitantes, el sentido de pertenencia, identidad, vecindad, etc. se ven sustituidos
en la urbanización por la anulación de ellos. En la sociedad urbana se caracteriza por las
instalaciones de centros comerciales,
el mercado y sus derivados promueven una sociedad consumista e
individualizada,
“la formación de una economía de mercado y el desarrollo de las grandes
organizaciones burocráticas, instrumentos adecuados para la
racionalización y la despersonificación exigidas por la complejidad urbana.
A partir de esto, el círculo se cierra sobre sí mismo y es como el tipo
“metropolitano”, centrado en su individualidad.” (Castells; Opcit (a): 96)
Como señala anteriormente Castells, vivir en sociedad urbana conlleva a
individualizarse, encerrándose sobre sí mismos, trasformando los lazos de
vecindad por la inexistencia de ellos, esta transformación es significativa, puesto
que la identidad del territorio de pierde y se adopta la cultura hegemónica que
impera dependiendo del sistema económico.
Otro de los problemas observados es la segregación que puede producir el
proceso de urbanización, comprendido como “la tendencia a la organización del
espacio en zonas de fuerte homogeneidad social interna y de fuerte disparidad
social entre ellas, entendiéndose esta disparidad no sólo en términos de
diferencia, sino que de jerarquía”. (Ibíd: 204)
La segregación se debe en gran parte a la ideología urbana de organización
espacial, la diferenciación social en el paisaje geográfico como las viviendas,
edificaciones, centros comerciales distribuyen las funciones del sistema urbano;
paralelamente la diferenciación de clases sociales conlleva a que la ubicación del
espacio esté también dividida en clases, así aquellas con altos índices de
ingresos económicos desean vivir en lugares que los doten de prestigio social, es
decir, “prestigio social cuya expresión positiva o deseable social (preferencia por
los vecinos parecidos) y la expresión negativa, la distancia social (rechazo por los
vecinos diferentes)”. (Ibíd: 205), genera que los grupos sociales tiendan a
agruparse en sectores específicos de la urbe, con lo cual se originan distintos
estilos y calidad de vida.
1. Política Nacional de Desarrollo Urbano, Ciudades Sustentables y
Calidad de Vida
La calidad de vida es una temática multidimensional que abarca diversos factores
que influyen directamente en la vida de los sujetos como por ejemplo salud,
educación, vivienda, empleo, medio ambiente, etc. en un contexto social
determinado y se encuentra asociada a la satisfacción personal que experimentan
los sujetos con la vida que desarrollan a diario.
Al mismo tiempo, se encuentra asociada a factores objetivos y subjetivos que
influyen en el desarrollo de los sujetos; entenderemos por factores objetivos al
acceso a bienes y servicios como: farmacias, centros educacionales, instituciones
bancarias, trasporte, centros de salud, vivienda, centros de esparcimientos,
61
supermercados, etc. y por subjetivos a los sentimientos personales que les
atribuyen a la vida que desarrollan, es decir,
“la calidad de vida representa algo más que “el nivel de vida” privado o “bienestar”
de cada persona y más bien se refiere a todos los elementos de las
condiciones en las que viven las personas, es decir sus necesidades y
y más bien se refiere a todos los elementos de las condiciones en las
que viven las personas, es decir sus necesidades y satisfacciones”. (ICVU;
2012: 4)
En Chile el día seis de Mayo del año 2013 se decretó la Política Nacional de
Desarrollo Urbano: Ciudades Sustentables y Calidad de Vida, integrando el factor
“Calidad de Vida” como un índice que debe trabajarse y/o liderar al momento de
generar trasformaciones en las ciudades y controlar su crecimiento, es por ello
que la comisión creadora (parlamentarios de diversas posiciones políticas,
académicos de distintas universidades, once especialistas en temas de desarrollo
urbano y territorial), entregaron su visión y experiencia frente a la temática
mencionada para contribuir a una Política coherente “que sitúa la “cuestión
urbana” en un contexto integral, como un Tema-País cuya relevancia lo convierte
en uno de los pilares claves de nuestro desarrollo”.(PNDU; 2013: 3)
Podemos observar que la urbanización se ha transformado por derecho propio en
objeto de políticas públicas.
La Política Nacional de Desarrollo Urbano es un documento que establece
objetivos, principios y lineamiento de acción enfocados en contribuir a mejorar la
Calidad de vida, basándose en la idea de Desarrollo Sustentable,
“entendiendo desarrollo como el aumento de las posibilidades de las
personas y comunidades para llevar adelante sus proyectos de vida en
distintos ámbitos. Y sustentable, en términos “que la satisfacción de las
necesidades actuales de las personas se realice sin comprometer la
capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas”. (Ibíd: 6)
62
La Política considera al territorio como un “bien común”, único e irrepetible, por lo
cual, su utilización debe ser regulado bajo el principio del respeto hacia los
derechos individuales de sus habitantes y se rige bajo los siguientes doce
principios rectores: Descentralización, Equidad, Integración social, Participación,
Identidad, Compromiso, Calidad, Eficiencia, Adaptabilidad, Resiliencia, Seguridad
y Gradualidad, los que desarrollaremos al momento de explicar en detalle los
ámbitos temáticos y lineamientos de acción que componen la política.
El objetivo general como mencionábamos anteriormente se enmarca en generar
condiciones que favorezcan una mejora en la Calidad de Vida de las personas,
“entendida no solo respecto de la disponibilidad de bienes o condiciones objetivas
sino también en términos subjetivos, asociados a la dimensión humana, a valores,
creencias y relaciones entre las personas”.(Ibíd: 6); la idea central contenida es
crear un documento que guíe la urbanización siendo un aporte a la comunidad en
su contexto social, medio-ambiental en pro de mejorar la vida que actualmente
desarrollan sus habitantes.
Junto con los objetivos específicos planteados surgen los lineamientos de acción
que se desarrollan a través de los ámbitos temáticos: Integración social,
desarrollo económico, equilibrio ambiental, identidad y patrimonio e
institucionalidad y gobernanza los cuales serán desarrollados a continuación;
Integración Social:
Las ciudades en Chile presentan altos niveles de segregación y desigualdad
social, pudiéndose visualizar sectores con problemas sociales como: pobreza,
escasa conectividad de transporte, delincuencia, micro-tráfico, etc., afectando la
competitividad y sustentabilidad de las ciudades
“El Estado debe velar porque nuestras ciudades sean lugares inclusivos,
donde las personas estén y se sientan protegidas e incorporada a los
beneficios urbanos: acceso a los espacios públicos, educación, salud,
63
trabajo, seguridad, interacción social, movilidad y transporte, cultura,
deporte y esparcimiento, Este objetivo debe ser de prioridad nacional”. (Ibíd:
8)
Los objetivos específicos se enmarcan en generar componentes y estándares que
permitan a los habitantes mantenerse conectados con los servicios públicos,
privados y estándares mínimos de calidad de vida como acceso al trasporte, a
centros de salud y educación, áreas verdes, etc. y que la urbanización no fomente
la segregación social existente ya sea en los espacios rurales como urbanos.
Por el contrario, la integración social establece en uno de sus objetivos
específicos, “Fomentar el desarrollo y fortalecimiento de comunidades” (Ibíd: 12),
mediante programas de educación para incentivar la vida en comunidad, el
cuidado de los espacios públicos, la conciencia ciudadana, el sentido de
pertenencia y el valor de la asociatividad, apoyando la participación y a las
organizaciones de base considerándolas como una manera de generar
integración social y desarrollo de la localidad.
Desarrollo económico
En el ámbito del desarrollo económico, se plantea que bajo un sistema económico
neoliberal las fuentes económicas del capital de las ciudades, deben ser fuentes
de emprendimiento, innovación y creación de empleos para sus habitantes.
Cada localidad, territorio y/o ciudades poseen capitales económicos propios que
los diferencian; por ello se propone incentivar el desarrollo económico local desde
un enfoque integral “con responsabilidad social y bajo el concepto de
sustentabilidad, armonizando el crecimiento y la inversión con las externalidades
que los proyectos causan en las personas, localidad y territorios”,(Ibíd: 13)
fortaleciendo la interacción entre sus habitantes y las ciudades, el libre
emprendimiento y la eficiencia en los procesos de inversión tanto públicos como
privados.
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Los procesos de inversión públicos y privados deben hacerse cargo de los efectos
que generan en los territorios; por parte del Estado, este debe captar “los
aumentos de valor sobre los terrenos eriazos o subutilizados producen acciones
claramente atribuibles al mismo Estado, sea mediante obras de infraestructura o a
través de cambios normativos que incrementan la intensidad del uso del suelo”.
(Ibíd: 13); las ganancias obtenidas en la utilización del suelo que generalmente las
otorgan las comunidades deberían ser retribuidas a los territorios.
Uno de los objetivos específicos que se enmarca en “Generar condiciones
urbanas que fomenten el desarrollo económico, la innovación y la creación de
empleo” (Ibíd: 13), se llevará a cabo mediante la utilización de suelos mixtos,
entendidos como terrenos en donde se encuentren equipados con bienes y
servicios como: centros comerciales, centros de salud, centros educacionales,
farmacias, industrias, etc. al alcance de sus habitantes para que puedan
encontrar en su territorio empleos y acceso cercano y oportuno hacia servicios
básicos para el fomento de la calidad de vida.
Cabe destacar, que la utilización de suelos mixtos debe ir en concordancia con las
condiciones urbanísticas que propicien las demandas del tipo, equipamiento,
infraestructura de bienes y servicios, vivienda, etc. al interior de cada localidad.
Otro objetivo específico que se orienta en el Desarrollo económico es de
“fortalecer la competitividad de las ciudades y su conexión con el mundo” (Ibíd:
15), el desarrollo de la ciudad en ámbitos de servicios como transporte, servicios
al interior de cada ciudad y entre ellas enfocarse en la conectividad dentro y fuera
del país, “procurando que las ciudades sean capaces de generar condiciones que
les permitan competir, de forma individual o asociada para atraer nuevas
inversiones, capital humano, actividad turística y desarrollo comercial” (Ibíd:15), es
decir, la ciudad debe potenciar las características y potencialidades de cada
territorio, con el fin de desarrollar el comercio local en beneficio de la misma y de
sus habitantes.
65
Equilibrio Ambiental:
El ámbito de equilibrio ambiental, refiere a que las ciudades deben estar
enfocadas en desarrollarse de manera sustentable, en equilibrio con el medio
ambiente, valorizando y reconociendo el medio natural que las rodea de manera
tal, que su expansión y desarrollo contemple al momento de urbanizar la
importancia de convivir y cuidar el medio ambiente
“las ciudades son importantes consumidoras de energía y agua, así como
grandes generadoras de emisiones hacia la atmósfera, hacia los cuerpos de
agua y también de contaminación de suelos. Su forma de relacionarse con
el medio natural y su desarrollo tiene efectos que deben ser resueltos en
función del necesario progreso del país, del bien común y de los intereses
de los habitantes de cada ciudad y centro poblado”.(Ibíd:18)
El desarrollo sustentable de las ciudades, propiciará una calidad de vida óptima
para que sus habitantes puedan vivir en el ambiente natural adecuado para la
salud de las actuales y futuras generaciones.
Uno de los objetivos específicos del equilibrio ambiental es, “Considerar los
sistemas naturales como soporte fundamental en la planificación y diseño de las
intervenciones en el territorio” (Ibíd: 18), los instrumentos de planificación territorial
deben enfocarse en la sustentabilidad en los procesos de diseño, planificación,
construcción y operación de las ciudades en los territorios tanto en el patrimonio
natural como en la valoración del paisajismo del medio ambiente.
Otro objetivo relevante es, “Gestionar eficientemente recursos naturales, energía y
residuos” (Ibíd: 19), el desarrollo de la ciudad, como mencionábamos
anteriormente, debe tener como principio rector la sustentabilidad del territorio y el
cuidado medio ambiental para propiciar un desarrollo óptimo de sus habitantes
tanto en la actualidad como en el futuro; para ello se deben generar espacios
educativos a través de estrategias locales hacia la comunidad enfocadas en el
consumo de agua, luz, etc. lo que propiciaría una adaptación social e innovación
tecnológica hacia el proceso de urbanización.
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La generación de “Programas educativos y difusión sobre el medio ambiente y su
gestión, e incentivar el compromiso y participación activa de la ciudadanía e
iniciativas para valorarlo y protegerlo”. (Ibíd: 19). La ciudadanía son las personas
que directamente se ven influidas en su vida cotidiana en el proceso de
urbanización de su territorio, por lo tanto forman parte importante para un trabajo
en conjunto con las entidades urbanizadoras responsables del cuidado del medio
ambiente y de la participación en instancias para el desarrollo sustentable de la
ciudad que en definitiva integre una mirada en lo posible totalizadora de la
realidad, rescatando la opinión de los propios sujetos que forman parte de sus
territorios y de quienes proponen los cambios a este mismo.
Identidad y Patrimonio:
La actual política contempla en el ámbito de identidad y patrimonio que las
ciudades deben conservar las características urbanísticas propias del territorio, de
allí que
“Las ciudades y centros poblados deben dar cuenta de la identidad de los
lugares en que se emplazan, de las personas que lo habitan y de la
diversidad geográfica y la riqueza cultural propia de las diferentes culturas,
pueblos, y localidades. Identidad significa también “identificación”, en el
sentido de que las comunidades deben sentirse reflejadas en las
características de los lugares donde viven”. (Ibíd: 21)
Como mencionamos en la cita anterior, el desarrollo urbano debe contemplar el
respeto hacia las características y costumbres propias del territorio para que los
habitantes se sientan identificados con el nuevo paisajismo que generan las
transformaciones de una localidad rural a urbana.
En los objetivos específicos se contempla “Valorar la identidad de cada cultura y
zona geográfica” (Ibíd: 22), con el fin de que las construcciones tengan
concordancia con las características y particularidades del paisaje de cada
67
territorio; aquello se llevará a cabo mediante el conocimiento, valoración,
protección y gestión del patrimonio cultural con la participación de la comunidad,
en la cual ellas aportarán “distinguiendo las características esenciales que se
deben preservar de aspectos que pueden ser objetos de intervención o
modificación”.(Ibíd: 22)
Al urbanizar un espacio, la comunidad cumple un rol fundamental, debido a que
ellos son los que conocen y se identifican con su territorio, bajo esta lógica la
política se enfoca en el cuidado de espacios relevantes para la identificación de
los sujetos con el hábitat donde se desarrollan y comprende que la historia de la
localidad es un aspecto relevante de conservar.
Institucionalidad y Gobernanza:
Para llevarse a cabo la Política es importante un reordenamiento institucional que
reformule las características actuales centralizadoras, propiciando un avance
hacia una mirada integral descentralizadora de los poderes fácticos del Estado,
con el fin de “obtener un sistema integrado y descentralizado de la toma de
decisiones en materia de desarrollo urbano y territorial, capaz de concretar los
postulados de esta política”. (Ibíd: 24)
Es por ello, que el poder se divide en cuatros escalas de gobierno y planificación
territorial, la escala comunal, metropolitana, regional y nacional.
Escala comunal: El poder se trasfiere a la municipalidad, la que se encargará
de la gestión, toma de decisiones, planificación sobre temáticas vinculadas a
proyectos y obras comunales. La municipalidad “tendrá mayores atribuciones
que las actuales en materia de desarrollo urbano, conforme a las nuevas
materias de los Instrumentos de Planificación Territorial que quedarán bajo su
tuición”.(Ibíd: 25), es por ello, que la municipalidad se encargará de la creación
del Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO), Plan Regulador Comunal, Plan
Seccional y Límite Urbano.
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Escala metropolitana: La autoridad será elegida de manera democrática y se
encontrará a cargo de y la Planificación Metropolitana gobernando las
localidades que se encuentren dentro de área metropolitana.
Escala regional: Estará compuesta por los Consejeros Regionales, los que
serán escogidos de manera democrática y tendrán incidencia en las
planificaciones, gestiones, intervenciones y proyectos territoriales dentro de la
región.
Escala Nacional: La encabeza el Ministerios de Ciudades, Vivienda y
Desarrollo Territorial, el cual se encargará de la creación de reglas y políticas
de planificación y gestión urbana y territorial, “sobre instalaciones de
infraestructura, además de proyectos u obras de carácter estratégico o de
importancia nacional establecidos por la ley”. (Ibíd: 26)
Uno de los objetivos relevantes en el ámbito de institucionalidad y gobernanza es
la “Participación ciudadana efectiva”, la que recoge la importancia de generar un
trabajo de planificación en conjunto con la participación de la ciudadanía entendida
como “el derecho de las personas a involucrarse en la construcción del lugar que
habitan o aspiran habitar”. (Ibíd: 28), bajo esta lógica de participación, la
institucionalidad debe garantizar el involucramiento e incidencia de la comunidad
en los cambios territoriales que se efectúen dentro del espacio que habitan.
Se debe considerar a la comunidad en los diagnósticos de las propuestas
urbanizadoras, en la formulación de Instrumentos de Planificación Territorial y
paralelamente se deberá informar a la población de los espacios legales que
tienen para incidir en la toma de decisiones; en concordancia se deberá velar por
que la participación sea del tipo:
“Institucionalizada, en el sentido de estar reconocida formalmente por la
institucionalidad pública.
Financiada, asegurando acceso expedito a fondos públicos que permitan su
funcionamiento, independencia y capacidad técnica.
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Temprana, incorporando participación en las etapas de formulación de los
objetivos y de diseño de los planes y proyectos urbanos y territoriales.
Informada y técnica, facilitando la equidad en el acceso a información
técnica y mecanismos de resolución de discrepancias”. (Ibíd: 28)
La política contempla dentro de sus objetivos y acciones incorporar a la
comunidad para propiciar un desarrollo urbano acorde con las necesidades y
espacios que los pobladores consideren aptos para su entorno, es por ello, que su
participación logrará generar una cercanía y/o identificación con las
transformaciones del paisaje y en consecuencia con sus modos de vida.
Otro objetivo importante que se plantea es la creación de un “sistema de medición
de la calidad del desarrollo urbano” (Ibíd: 30), enfocado en generar indicadores
para medir la calidad de vida en centros urbanos “y localidades menores de
acuerdo a sus particularidades sociales, culturales y de identidad”. (Ibíd: 30)
Las autoridades tendrán la obligación de generar mecanismos de evaluación hacia
los puntos citados, con el fin de estar constantemente analizando los impactos
sociales en la calidad de vida de los habitantes.
La Política Nacional de Desarrollo Urbano es un documento elaborado que
establece lineamientos de acción, principios y objetivos orientados a contribuir en
la calidad de vida de sus habitantes.
La Ley de Planificación Urbana y Construcción orienta la manera en que deben
ser desarrollados los objetivos que se contemplan en la política. Explicaremos a
continuación los artículos de la Ley que se encuentran enfocados en la
participación ciudadana y calidad de vida.
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2. Ley General de Urbanismo y Construcción
La Ley General de Urbanismo y Construcciones fue aprobada inicialmente en el
año 1975, sin embargo, por la catástrofe natural ocurrida durante el año 2010 nace
la necesidad de modificar algunos puntos emplazados hacia la reconstrucción de
las localidades afectadas.
En término generales el documento fue creado para legislar a todo el país sobre
temáticas de urbanismo y construcción, teniendo tres niveles de acción, los cuales
serán explicados a continuación:
-La Ley General “contiene los principios, atribuciones, potestad, facultades,
responsabilidades, derechos, sanciones y demás normas que rigen a los
organismos, funcionarios, profesionales y particulares, en las acciones de
planificación urbana, urbanización y construcción”. (Ley Nº 20703; 2013: artículo
2) en el segundo artículo se explican las leyes que rigen tanto a los profesionales
encargados de la urbanización como a los organismos públicos y privados.
-La Ordenanza General, es la que contempla los reglamentos de la ley hacia la
regulación del proceso administrativo y “los estándares técnicos de diseño y
construcción exigibles”. (Ibíd: artículo 2)
-Las Normas Técnicas, son las que contienen “las características técnicas de los
proyectos, materiales y sistemas de construcción y urbanización, de acuerdo a los
requisitos de obligatoriedad que establece la Ordenanza General”. (Ibíd: artículo 2)
Los tres puntos mencionados anteriormente rigen al sistema de urbanización y
construcción en Chile en diversas dimensiones que influyen en las comunidades.
Por otro lado, explicaremos las leyes que abarcan las temáticas de participación
ciudadana en los procesos de urbanización y calidad de vida.
En el artículo 42º, señala que el procedimiento para la elaboración y planificación
de los planes comunales, serán realizados por la municipalidad; una vez
71
elaborado el proyecto, el concejo municipal deberá realizar las siguientes
acciones:
1. “Informar a los vecinos, especialmente a los afectados, acerca de las
principales características del instrumento de planificación propuesto y de
sus efectos, lo que se hará de acuerdo con lo que señale la Ordenanza
General de Urbanismo y Construcciones.
2. Realizar una o más audiencias públicas en los barrios o sectores más
afectados para exponer el proyecto a la comunidad, en la forma indicada en
la ley Orgánica Constitucional de Municipalidades.
3. Consultar la opinión del consejo económico y social comunal, en sesión
citada expresamente para este efecto.
4. Exponer el proyecto a la comunidad, con posterioridad a la o las
audiencias públicas, por un plazo de treinta días.
5. Vencido dicho plazo se consultará a la comunidad, por medio de una
nueva audiencia pública, y al consejo económico y social comunal, en
sesión convocada especialmente para este efecto. En dicha sesión deberá
presentarse un informe que sintetice las observaciones recibidas.
6. Los interesados podrán formular, por escrito, las observaciones fundadas
que estimen convenientes acerca del proyecto hasta quince días después
de la audiencia pública a que se refiere el número anterior”.(Ibíd: artículo
42)
El consejo deberá acoger las opiniones vertidas por la comunidad adoptando
acuerdos con las partes. Las acciones mencionadas, buscan integrar a la
comunidad en los procesos de cambios en el territorio donde se encuentran
insertos, siendo un factor elemental la incidencia que ellos puedan tener en las
trasformaciones que se generen en su localidad.
72
En el artículo 82º de la presente ley se establece el trabajo en conjunto de la
Municipalidad con la Junta de Vecinos, entendiendo a esta organización
comunitaria,
“como una expresión de solidaridad y organización del pueblo en el ámbito
territorial para la defensa permanente de los asociados y como
colaboradoras de la autoridad del Estado y de las Municipalidades”.
(Ley Nº16.880, 1989: artículo 1)
Paralelamente, contempla trabajar tanto con las Juntas de Vecinos como con las
organizaciones funcionales, entendidas como “Centros de Madres, Centros de
Padres y Apoderados, Centros Culturales y Artísticos, Organizaciones Juveniles,
Organizaciones Deportivas, Grupos Corales, Cooperativas y otras que tengan
caracteres similares, que representen y promuevan valores específicos de la
comunidad vecinal”. (Ibíd: artículo 1)
Con los dos tipos de organizaciones territoriales establece la ley que deben ser
consideradas al momento de urbanizar la localidad. El artículo 82º, señala que la
Municipalidad “deberá promover la participación de la comunidad y organizarla en
forma prescrita por la ley 16.880 o en otros textos legales”, (Ley Nº 20.703;Opcit:
artículo 82), siendo las funciones principales a desarrollar por la comunidad;
a) Conservación de los árboles y plantaciones en los espacios de uso público;
b) Conservación de las aceras, en la forma y con las características que señale la
Dirección de Obras Municipales;
c) Proposición anual de planes de obras de la Unidad Vecinal, ante el Alcalde de
la comuna, especificando los aportes que hará la Junta de Vecinos respectiva, y
d) Instalación de casetas para teléfono público y refugio en paraderos de
locomoción colectiva. (Ibíd: artículo 82)
Hemos escogido estos dos artículos de la Ley General de Urbanización y
Construcción, puesto que es relevante considerar a las diferentes organizaciones
73
territoriales en la toma de decisiones de los cambios que puedan afectar o
beneficiar el espacio donde habitan.
Es importante que las organizaciones y los sujetos que la componen como
vecinos, dirigentes, etc. conozcan el rol que cumplen en las planificaciones
territoriales, debido a que ellos son los que conocen y pueden aportar con ideas o
desechar las ya existentes.
Al analizar en conjunto la Política Nacional de Planificación urbana y la Ley
General de urbanización y Construcción, se infiere que se plantea urbanizar
espacios rurales enfocados en garantizar el mejoramiento de la calidad de vida de
sus habitantes con la participación ciudadana activa en la creación de proyectos
y/o planificaciones territoriales.

CAPITULO II REFERENCIAS TEÓRICAS Y CONCEPTUALES

2.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Los antecedentes que ayudaron a abordar la investigación son los siguientes: a) Antecedente nacional Matos, M. J.
(2012) Perú: Estado desbordado y sociedad nacional emergente. Historia corta del proceso peruano: 1940-
2010/primera edición, Universidad Ricardo Palma. José Matos Mar nos entrega un conocimiento del proceso social
Peruano de modernización y transformación sin violencia, ni ideologías, ni partidos políticos. Su tiempo de estudio, lo
enmarca en 70 años delimitados entre 1940 y 2010 y que él los considera clave en el cambio de nuestro país. Aún más,
dentro de este margen de setenta años, el país ha vivido una gran revolución de la cultura 19 protagonizada por
millones de provincianos del Otro Perú quienes al trasladarse a Lima originaron el mayor cambio estructural
contemporáneo. José Matos Mar establece dos etapas:  La de 1940-1990 como la del “desborde popular”  La de 1990
en adelante, la de “la gesta actual del emergente Perú moderno” El autor utiliza dos categorías el de Perú Oficial
(representa la sociedad precaria, conservadora de la exclusión), y el Otro Perú (Constituido por esa masa empobrecida,
sin educación y sin oportunidades). El Otro Perú entendido por José Matos Mar, generó grandes movimientos
migratorios del campo y las aldeas, hacia lima y otras ciudades importantes del país. Esta migración da lugar a las
invasiones y a la formación de la barriada como medio de la integración urbana y de adecuarse a los beneficios de la
ciudad en cuanto a educación y trabajo. Mediante este fenómeno social el Otro Perú se integra al Perú Oficial, dando
lugar al surgimiento de una autentica sociedad nacional. Matos identifica a la barriada, “Comunidad” Campesina,
distrito dirigido por el gobierno local como las unidades de la base social. Este trabajo nos ayudó a identificar las
categorías de Urbanización, vivienda; en la “Comunidad” Campesina de Azapampa. 20 b) Antecedente local Liliana
Muñoz Villar “Poder y conflicto en la Comunidad de AzapampaHuancayo, 2005” Pontifica Universidad Católica del Perú.
La Lic. Liliana Muñoz menciona que las Comunidades Campesinas de las zonas bajas de la Provincia de Huancayo vienen
sufriendo cambios acelerados en su estructura organizacional, cultural y productiva debido a las características
económicas y sociales del entorno. El proceso de urbanización en las Comunidades Campesinas, con todo aquello que
trae consigo, educación, servicios y nuevos valores, es un fenómeno generalizado. En lo económico, la pérdida de peso
de las actividades productivas tradicionales como la agropecuaria se da por los altos costos de producción y su baja
rentabilidad; que permitió el cambio hacia actividades de comercio y servicios. En lo social la presencia de los
inmigrantes y los pobladores nativos ha transformado la estructura social de la comunidad. El conflicto y poder, son
parte de la vida cotidiana del ser humano y en todo espacio donde intervenga. La Comunidad Campesina como
organización social no está ajeno de éste fenómeno; la Comunidad de Azapampa está siendo escenario de diversos
conflictos, básicamente por el control y acceso a los bienes y recursos productivos que generan ingresos. Este hecho es
una forma de reproducción social al interior de la comunidad sobre lo que en la sociedad mayor se puede observar, es
decir que es lo “económico” la principal fuente de poder y por lo tanto de conflicto, 21 el manejo autónomo de éstos
recursos es un aliciente entre los integrantes de la Comunidad, quienes para poder acceder al “poder” se organizan en
grupos de interés económico. En consecuencia, menciona lo que se observa es la pérdida de importancia de las
Comunidades Campesinas frente a las nuevas instituciones de carácter urbano, como son los gobiernos locales, quienes
vienen remplazando en la práctica los intereses de los pobladores en la solución de sus problemas cotidianos y en el
reconocimiento de lo individual sobre lo colectivo. Este estudio nos sirvió para analizar la categoría Poder y Conflicto en
nuestra investigación. Soto, R (1993). La redefinición de las comunidades en el Valle del Mantaro: Caso, Comunidad de
Cajas Chico, Huancayo: Centro cultural José María Arguedas; para optar el título de Maestría en la PUCP. El autor
manifiesta que “las comunidades campesinas del Valle del Mantaro se formaron artificialmente para justificar intereses
particulares de los comuneros” (Soto,1993:22); como es el caso de la comunidad de estudio que asumió la forma de
Comunidad Campesina para justificar la invasión y posterior expropiación; en otras palabras las comunidades
campesinas del valle y principalmente los que se encuentran cercanos a la ciudad de Huancayo como es la Comunidad
de Cajas Chico son “comunidades ficticias o postizas” (Soto;1993:45), que están pasando por procesos de cambio muy
interesantes pero que son poco tratados o estudiados por 22 dos motivos; el primero, porque la violencia política no
permite la realización normal de investigaciones de campo, y el segundo, por que quienes tienen como objeto de
investigación a las comunidades conservan aún una imagen muy prejuiciada de ellas Por ello el autor menciona que en
la Comunidad Campesina de Cajas Chico no existe una memoria histórica, espíritu comunal que pueda agrupar a todos
los comuneros. Después del estudio que desarrolló señala que para conocer a las comunidades que se encuentran
cercanas a la ciudad y que han ingresado en un proceso de redefinición de su institucionalidad no solamente jurídica
sino económica, política y cultural; es importante tener en cuenta las siguientes características: La descampesinización,
la migración, el cambio de actividad económica, el desarrollo urbanístico y la distritalización. En el Valle del Mantaro el
desarrollo e incremento de las comunidades campesinas no se dan por la reciprocidad, sus costumbres tradiciones,
memorias históricas del mundo andino, todo eso se da por la individualización de la propiedad de la tierra para lo cual
recurren a las instituciones del estado en busca de su reconocimiento como comunidad o préstamos bancarios. La
comunidad campesina se convierte en instrumento eminentemente legal para que los comuneros pudieran conseguir
beneficios individuales más no colectivos. También dan a conocer que las comunidades del Valle del Mantaro se
formaron artificialmente para justificar intereses particulares de los comuneros. Como lo demuestra el autor la
evolución de la Comunidad de Cajas Chico y de las zonas aledañas al Valle del Mantaro es dinamizado porque en ella se
produce un lento proceso de urbanización, alimentado por una fuerte migración de zonas más alejadas que se instalan
como un lugar de habilitación urbana. El proceso de 23 habilitación urbana es muy intenso en la comunidad de Cajas
esto debido a la cercanía que tiene con la ciudad de Huancayo, también por la necesidad de contar con servicios
urbanos básicos. A su vez estas comunidades, cuyos habitantes incursionan en nuevas actividades en la ciudad,
impulsan procesos de decantación (separación) de aquello que va permitiendo el acceso a la ciudadanía. El cambio de
actividad económica de los comuneros es importante en el proceso de redefinición de las comunidades campesinas que
están al contorno de las ciudades, la actividad agropecuaria es la que identifica a una comunidad típica, el autor
demostró con su estudio que la agricultura dejo de ser su actividad principal por otras que tienen relación con la ciudad
y el mercado. Etesse, Manuel. (2012). La ciudad se acerca: Un estudio sobre las dinámicas y estrategias de la Comunidad
campesina de Uñas ante la expansión urbana de Huancayo. En Asensio, R., Eguren, F. y Ruiz, M. (Eds.), Perú: el problema
agrario en debate / SEPIA XIV (pp. 91- 114). Lima: Seminario Permanente de Investigación Agraria - SEPIA. El autor nos
da a conocer que “la Comunidad de Uñas viene experimentando rápidos cambios poblacionales y territoriales sobre la
base de su singular configuración como organización comunal, viene diseñando estrategias para hacer frente a la nueva
situación” (Etesse, 2012:25). 24 El escenario incluye el crecimiento demográfico y la expansión del control municipal,
que debilitan la forma en que la comunidad campesina funcionaba en su territorio, erosionando el rol directivo en la
esfera pública y poniendo en jaque su control sobre la población, territorio y recursos. La comunidad y sus dirigentes se
mantienen como referentes en cuanto a los asuntos públicos; sin embargo, se van alejando de su antigua función en
forma calculada hasta llegar a fomentar la creación de instancias de carácter urbano; como la organización de vecinos.
No obstante, también menciona que existen dentro de la comunidad grupos que reivindican la autonomía comunal ante
la expansión del control del gobierno local, aunque sin una visión clara sobre cómo lograr mantener un control político
sobre el territorio. Esta situación se complejiza frente a un marco normativo ambiguo y contradictorio con vacíos en
cuanto a la propiedad de la tierra, territorio y la autonomía comunal. Durante todo este proceso el intercambio con
otras comunidades ha sido permanente; estas otras experiencias locales muestran que basarse en la autonomía
comunal como única bandera para defender los recursos no es un camino efectivo. Teniendo esto en cuenta la prioridad
de los dirigentes ha sido plantear estrategias alternativas para proteger los bienes comunales, especialmente la tierra y
la infraestructura; ante una abrumadora mayoría de población no comunera que viene beneficiándose de la
infraestructura implementada con recursos comunales, en asamblea se priorizan cada vez más proyectos de beneficio
limitado a los grupos familiares miembros. 25 También da a conocer que en el contexto actual, la faena o trabajo
comunero gratuito en actividades agropecuarias que ha sido tradicionalmente el elemento creador de excedente;
ahuyenta a las nuevas generaciones. A su vez, la reducción de comuneros activos pone en crisis esas actividades rurales
de gran demanda de mano de obra por la falta de tecnificación. Las nuevas actividades económicas de la comunidad
apuntan a los servicios; además son poco intensas en mano de obra y rentables debido a la cercanía del mercado. Por
ultimo nos menciona que la Comunidad Campesina, a pesar de que ha sido concebida por años como una entidad
estática y netamente rural, tiene la capacidad de transformarse y adecuarse estratégicamente a un entorno cambiante.

BASES TEÓRICAS

Las comunidades campesinas de hoy

a) Concepto de comunidad campesina

El concepto de Comunidad es entendido por Matos Mar; como una forma de organización en la cual confluyen aspectos
históricos y estructurales, definidas por tres rasgos:  La propiedad privada de un espacio rural que es usufructuado por
sus miembros de manera individual y colectiva  Por una forma de organización social basada especialmente en la
reciprocidad y en un particular sistema de participación de las bases  Por el mantenimiento de un patrón singular que
recoge elementos del mundo andino (Matos Mar, 80 citado por Soto, 1993:27). 26 Las comunidades campesinas son
una de las formas de organización más antiguas en el espacio rural peruano, modificándose con el transcurrir del
tiempo. Según las leyes del Perú: las comunidades campesinas son Organizaciones sociales, integradas por familias que
habitan y controlan un territorio, afines generalmente por vínculos ancestrales, sociales, económicos y culturales,
expresados en la propiedad comunal de la tierra, el trabajo comunal, la ayuda mutua, y el desarrollo de actividades
agropecuarias y multisectoriales, asentadas predominantemente en la costa y sierra. (Ley 24656 y DL 22175). Otros
autores mencionan que las comunidades campesinas en la actualidad son instituciones modernas de carácter territorial,
reconocidas como tales por el estado peruano que les otorga existencia legal y personería jurídica (Pedro Castillo
Castañeda citado por la revista Allpa, 2009:34). El doctor Alejandro Diez nos brinda un panorama actual de estas
organizaciones de interés público, reconocidas por el estado como instituciones democráticas fundamentales y que
pasan por procesos de transformación y cambio constante. Las comunidades campesinas se ajustan a una serie muy
amplia de variaciones que determinan la existencia de situaciones específicas que por lo general son de carácter
regional o subregional; por ejemplo en el Cuzco encontramos comunidades herederas de los ayllus y las haciendas en su
mayoría quechua hablantes, en Ayacucho comunidades pobres que integran comités de autodefensa y en Huancayo
comunidades emprendedoras con alto porcentaje de población emigrante e inmigrante, con modernas estructuras de
gobierno, en las que se conservan faenas comunales y cierto control sobre las tierras. Su territorio coincide por lo
general con 27 el área de un distrito, con cuyos representantes ediles comparten el poder bajo reglas poco claras. Por
ende Diez Hurtado (2000) menciona que la comunidad indígenas y campesinas de nuestros días son: “Comunidades
imaginados e imaginarios, sus procesos de construcción de identidad están inacabados y son erráticos que necesitan
reinventarse. Siendo la comunidad en la actualidad un sujeto social omnipresente como forma de organización, de
control territorial y de propiedad encontrándose en buena parte de territorio nacional” (pg.10). Las principales
características de las comunidades campesinas de acuerdo con Diez (2000) son:  Tienen un manejo parcialmente
colectivo de un conjunto de recursos naturales dentro de su territorio (tierra, agua, bosque, etc.)  Se regulan por medio
de sus propios órganos  Se presentan y relacionan con el exterior por medio de autoridades elegidas internamente.
Entender a las comunidades como conjuntos de colectivos con intereses diversos sobre los que inciden de manera
particular un vínculo territorial, vínculos de parentesco y residencia que configuran espacios de vida puede ser un
recurso explicativo y analítico mucho más útil que considerarlas como espacios (abiertos o cerrados) definidas
fundamentalmente por un territorio (Diez 1999: 338). Una línea adicional de la reflexión sobre el problema de la
definición de la comunidad es su relación con la legislación existente. Los análisis constatan la inadecuación entre la ley
y la práctica; a la propiedad comunitaria, la homogeneidad social, la dirección comunal armónica y reconocida, la
realidad opone una serie de 28 formas de usufructo privado de la tierra, un proceso de deterioro de la representatividad
de las dirigencias y un proceso de separación de anexos comunales. b) La importancia de la comunidades campesinas en
el Perú y la región central Según Diez Hurtado las comunidades campesinas en los espacios rurales de la costa y la sierra
del Perú desempeñan un poderoso rol protagónico a pesar de su invisibilidad, son a la vez propietarias de buena parte
del territorio nacional. Según cifras tomadas del censo agropecuario de 1993, las comunidades campesinas ocuparían
aproximadamente el 40% del territorio del país y su población ascendería a cuatro millones de personas según un
alcance conservador (Valera, 1998 citado por revista Allpa, 2009: 15). Sin embargo, desde las ciudades más importantes
y en particular desde Lima, las comunidades aparecen relegadas y marginadas de los procesos globales de desarrollo
económico y social; se hallan en situación de pobreza, el crecimiento económico alarga la brecha entre el mundo urbano
desarrollado y el espacio rural comunal.

FACTORES INTERNOS DEL PROCESO DE DESINTEGRACIÓN DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS.

La Organización Comunal La comunidad sigue siendo la forma de organización más difundida y numerosa en el espacio
rural peruano. 29 Según Diez Hurtado menciona desde el punto de vista organizacional y político. Las comunidades son
actores colectivos, por tanto se hallan en la necesidad de solucionar dos tipos de problemas:  Organizarse  Regularse
internamente Al respecto desde hace un par de décadas, la organización comunal se muestra debilitada, con evidentes
dificultades para autogobernarse y cumplir eficientemente su rol de intermediación política. Por otro lado Hurtado
menciona que la debilidad de la organización comunal se puede explicar desde cuatro constataciones, entre ellos
tenemos:  La dificultad para determinar de manera precisa quienes son y quienes no son comuneros, lo que plantea
distintos problemas.  La insuficiente legitimidad de los dirigentes comunales que elegidos por sus mecanismos
regulares de renovación de cargos son impugnados por un sector de comuneros.  La diferencia que existe entre las
competencias que requiere el gobierno, la representación comunal, las capacidades de gestión de los dirigentes
comuneros, estos en mayor de los casos evidencian un bajo nivel educativo.  El cambio efectivo en las dinámicas
comunales que afectan la relación entre las familias y la comunidad, muchas veces en el perjuicio del colectivo. Por tal
razón diríamos que actualmente la comunidad sería una institución persistente pero en crisis permanente. 30 2.2.2.2. La
Migración rural urbana La movilidad territorial, es un asunto complejo de significación social y demográfica que se
relaciona estrechamente con la estructura económica, la historia y otros aspectos del lado en que se desarrolla. Lo
complejo del fenómeno ha derivado en la construcción de modelos diversos, los cuales tratan de explicar la migración,
destacando las causas y los efectos que conlleva para los lugares donde se desarrolla. En caso de la ciudad de Huancayo
que ha recibido el mayor volumen de población migrante, la migración se ha desarrollado en tres etapas: La primera fue
en los años 50, producto de la instalación de algunas industrias fundamentalmente de textiles y el desarrollo de la
artesanía. La segunda por los años 70, cuando Huancayo se convierte en una ciudad comercial y surge la posibilidad de
crear puestos de trabajo o de empleo temporal en pequeños talleres, con la perspectiva de independizarse. La tercera
ola de migración se desarrolla en los años 80, forzada por la violencia política (Soto 1993: 60). Según el sociólogo Gino
Germani (1969); quien expone su punto de vista para interpretar y explicar el fenómeno migratorio a través de la
dicotomía modernización tradicionalismo y del nivel de análisis normativo: creencias, ideales, valores y pautas de
comportamiento de la sociedad de origen. De acuerdo a este enfoque, el problema del desarrollo se analiza en términos
del paso de una sociedad tradicional, no industrializada, que opera bajo una economía de subsistencia,
predominantemente agrícola; y a nivel del individuo, su comportamiento se explica por poseer valores tradicionales que
no cambian a una 31 sociedad moderna, industrializada que ostenta un alto grado de desarrollo industrial y urbano,
cuyos valores se centran en la idea del progreso y del cambio, y mediante cierto proceso de transición, las sociedades
del primer tipo, tienden a transformarse en las segundas. Germani (1969), considera que el proceso migratorio es
concebido como el eje o mecanismo principal del cambio de la sociedad tradicional a la moderna, al realizarse el
traslado de los individuos de uno a otro medio, así como de la adopción y asimilación del modo de vida que poseen las
sociedades industrializadas. Este autor plantea que migra la población más progresista puesto que dejan sus lugares de
origen para acceder a nuevas y mejores oportunidades en los centros urbanos, mismas que intervienen como factores
de atracción o rechazo y que influyen o estimulan la decisión de emigrar; supone también que al elevar los niveles de
educación de la población y desaparecer el analfabetismo junto a la propagación de los medios de comunicación, el alza
en los niveles de vida de la población, la extensión de los servicios médicos, la adopción de las pautas de conducta y
consumo, las sociedades tradicionales, estarían viviendo un proceso de modernización. Por ello el antropólogo Diez
menciona que: En el marco del enfoque de la nueva ruralidad, la división entre ciudad y campo ya no existe, la
incapacidad del espacio rural para sostener una población cada vez más numerosa, sumada a los deseos de progreso y
de mejora en sus condiciones de vida de los campesinos, aceleran su desplazamiento hacia las ciudades. Como
resultado de ello se constituye una población sumamente móvil, que no solo se establece en la capital y en las ciudades
intermedias y hace retroceder el porcentaje de habitantes rurales en el total 32 nacional, sino que continúa
desplazándose constantemente de un lugar a otro (2000: 194). A consecuencia de este proceso, los espacios urbanos y
rurales del país vienen experimentando un proceso de modernización acelerado y desigual, segmentando a la mayoría
de las poblaciones. Los pobladores rurales se desplazan a las ciudades y las costumbres urbanas permean. Con las
personas se trasladan e interactúan culturas diferentes (para llamar de algún modo al cumulo de usos y costumbres,
artefactos, preferencias y gustos, comportamientos y actitudes, imaginarios y valores, etc., que los migrantes llevan de
ida y/o vuelta). Ambos espacios se compenetran mutuamente, y poco a poco muchos límites desaparecen
(particularmente en lo referente a la dotación de servicios).Consecuencia y muestra de ello son las demandas por
servicios. (Diez, 200:195). Este fenómeno ha afectado la estructura rural de las comunidades campesinas de la costa y
sierra, principalmente las que se encuentran ubicadas en los alrededores de las ciudades urbanas, las que vienen
desintegrándose en forma acelerada. 2.2.2.3. Proceso de modernización como factor de desintegración comunal El
tránsito de una sociedad tradicional a una moderna se estudia a través de un concepto clave: el de la modernización,
proceso que se va dando cuando las sociedades tradicionales transitan hacia la industrialización y se convierten en
sociedades modernas. Según el histórico sociólogo estadounidense Eisenstadt “…la modernización es el proceso de
cambio hacia tipos de sistemas sociales, económicos y políticos que establecieron en la Europa Occidental y en la
América del Norte, desde el siglo XVII hasta el siglo XIX, se extendieron después de otros países 33 de Europa, y en los
siglos XIX y XX a la América del Sur y los continentes asiáticos y africano”. (1963:11). Según el autor la modernización es
un proceso de cambio, lo que es nuevo se percibe como progreso, propone un tipo de racionalidad política sometida a
las relaciones sociales del capitalismo. De esta manera el proceso de modernización consolida al individuo portador de
derechos individuales y valores electivos tendente a disolver los comportamientos tradicionales, imponiéndose las
conductas propias de una sociedad industrial, racional, moderna y desarrollada. Además de identificar la modernización
con la cultura occidental, el modelo de transito de sociedades tradicionales a modernas. Según Germani tiene incluida
una concepción evolucionista de dicho desarrollo, es decir, se va dando por medio de etapas. Gino Germani vinculaba
los procesos sociales de urbanización, secularización, migración y movilidad con procesos socio psicológicos, lo que le
llevo aplicar el modelo al estudio del populismo y a establecer algunas comparaciones con el caso europeo. Gino
Germani menciona que en Europa cuando se viven estos cambios ya se habían creado las bases económicas, sociales y
culturales necesarias para la realización progresiva de valores tales como la democratización y el pluralismo, mientras
que en América Latina el grado de movilización rebasa las posibilidades de integración social. De acuerdo con su análisis,
si en el caso europeo existieron los mecanismos institucionales que ampliaron las bases políticas para canalizar las 34
demandas integrando a las clases populares y pasando a la participación limitada a una ampliada, en América latina los
procesos de transición fueron asincrónicos y desequilibrados debido a la discontinuidad cultural, geográfica e
institucional. Frente a la emergencia de una sociedad de masas no existían los mecanismos institucionales para integrar
a estos sectores a la vida social y política, o bien los que existían quedaban rezagados. De ahí que una característica del
desarrollo latinoamericano será la coexistencia de elementos tradicionales con otros modernos, es decir, la presencia de
sociedades duales (tradicional y moderno), Inmersas en un proceso de transición, de cambio generalizado de
estructuras, coexistiendo asincrónicamente formas sociales diferenciadas cuyos conflictos y crisis provocan rupturas,
generan obstáculos y resistencias al propio proceso de modernización. Nuestra época es esencialmente un tiempo de
transición, lo típico de este proceso es la coexistencia de formas sociales que pertenecen a diferentes épocas, imprime
un carácter particularmente conflictivo al proceso que es inevitablemente vivido como crisis, pues implica una continua
ruptura con el pasado, un desgarramiento que no solo tiende a dividir a personas y grupos, sino que penetra en la
conciencia individual, en la que también llegan a coexistir actitudes, ideas, valores pertenecientes a diferentes etapas de
la transición. Su impacto implica además y esto es de esencial importancia cambios sustanciales en las formas del
pensar, del sentir y de comportarse de la gente; es decir implica una profunda transformación en la estructura de la
personalidad (Germani, 1971:89-90) Germani sintetiza recalcando que toda modernización conlleva un proceso de
cambio en las estructuras sociales y de poder cuya dinámica desemboca en un proceso de secularización compuesto,
por tres tipos de cambios: cambio de la estructura normativa predominantes que rige la acción social y las actitudes
internalizadas correspondientes, especialización creciente de las instituciones y 35 surgimiento de sistemas valorativos
específicos y relativamente autónomos para cada esfera institucional, institucionalización creciente del cambio por
sobre la institucionalización de lo tradicional. De interiorizar los valores específicos de una sociedad industrial determina
la transición en las estructura del actuar y del pensar. Son cambios globales que afectan a la organización económica, la
estratificación social, la familia, la moral, la política organizativa y las costumbres. Por modernización se entiende la
adopción de una serie de instrumentos, comportamientos y formas de organización relativamente generalizada que son
causa y producto cada vez mayor en integración de la sociedad y en los procesos nacionales contemporáneos. Según
Diez Hurtado considera tres componentes del acelerado proceso de modernización que el espacio rural peruano ha
experimentado hace tres décadas y dichos componentes son:  La democratización de La sociedad rural y el reclamo por
espacio de ejercicio de ciudadanía  Las manifestaciones rurales de la expansión de la economía de mercado (La
influencia de una economía fundada sobre leyes del mercado modifica la base de reproducción de las familias y los
grupos y parece estar cambiando las relaciones tejidas entre los intereses individuales y los intereses colectivos)  Los
cambios de la mentalidad y los comportamientos cotidianos de los pobladores rurales.

Poder y conflicto dentro de la comunidad como factor de desintegración Los conflictos en las comunidades campesinas
de Junín se organizan en cuatro escenarios:  Al interior de las comunidades campesinas,  Entre comunidades vecinas,
 Con agentes externos a la comunidad y  El impacto de la violencia política. Los tres primeros tienen relación con el
manejo de recursos naturales como la tierra, agua, pastos y minerales; mientras que el último es un efecto de la
violencia política que azotó a la región entre los años 1980 y 2000. a) Poder: Según Max Weber, el poder es “la
probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social1 , aun contra toda resistencia y cualquiera
que sea el fundamento de esa probabilidad”. El poder tiene la tendencia a institucionalizarse como autoridad, siempre y
cuando no se movilicen las fuerzas contrarias, el poder con un contrapoder. Para T. Parsons, el poder constituye el
medio de interacción especifico del subsistema político de la sociedad; es necesario para el mantenimiento del orden
social y de la sociedad comparativa. (Ritzer, 1993). 1 Las relaciones de poder pueden darse tanto entre individuos y
grupos como entre organizaciones, instituciones, sociedades y Estados 37 El poder es una dimensión universal en toda
situación social, es una dimensión básica de la sociedad. El poder de los individuos viene determinado por su posición en
la estructura social y en las jerarquías que la permean. Sin obediencia, consenso y varias formas más de aceptación de la
autoridad el poder se deslegitima. Foucault, contempla el poder y el control como expresiones de procesos anónimos
que conducen a la vigilancia, castigo y sanción de conductas que se desvían de la norma. Bourdieu, ve al poder como el
resultado de hábitos culturales que se superponen a los económicos: juntos explican su reproducción social a través del
tiempo según los procesos de supra ordenación y subordinación comunes a toda sociedad y constitutivos de la división
de la fuerza, el privilegio, la influencia y el control dentro de ellas. b) Conflicto: Denominación general para las
divergencias, las tensiones, las rivalidades, las discrepancias, las disputas y las luchas de diferente intensidad entre
distintas unidades sociales: entre (y dentro de) los roles sociales, grupos sociales, organizaciones, sectores sociales,
sociedades, estados y entidades supraestatales. Según el teórico Ralf Dahrendorf, la sociedad encierra dentro de sí una
serie de contradicciones y objetivos colectivos, contrapuestos que provocan conflictos de intereses, por esta razón el
conflicto es inherente a cualquier dinámica social 38 También este autor, señala que la autoridad no reside en los
individuos, sino en las posiciones que ocupan. El origen estructural de estos conflictos debe buscarse en la asignación de
roles sociales dotados de expectativas de dominación o sujeción. La autoridad dentro de cada asociación es dicotómica;
de manera que pueden formarse dos grupos de conflicto dentro de cualquier asociación: los que desempeñan
posiciones de autoridad y los que ocupan posiciones subordinadas que defienden intereses que son contradictorios en
esencia y dirección. La teoría del conflicto de Dahrendorf, introduce el término clave que son los intereses, dentro de
cada asociación, los que ostenta posiciones dominantes se afanan por mantener el estatus quo, mientras los que se
encuentran en posiciones subordinadas persiguen el cambio. El conflicto de intereses dentro de cualquier asociación es
latente, significa que la legitimidad de la autoridad es siempre precaria. Dahrendorf distingue dos tipos de intereses:
Latentes; son aquellas expectativas inconscientes de rol; Manifiestos, son intereses latentes que se convierten en
consientes. Finalmente, Dahrendorf plantea la existencia de tres grupos de conflicto: cuasigrupo que tienen los mismos
intereses de rol; éstos constituyen campos de reclutamiento del segundo tipo de grupo: el grupo de interés. En último
lugar encontramos a los grupos de conflicto, aquellos que se ven involucrados en un conflicto grupal. 39 c) Lucha por
acceso a recurso de tierra y agua La lucha por los recursos naturales de la comunidad según el autor Diez se manifiesta
con: La combinación de dos sistemas de tenencia de la tierra es una característica propia de las comunidades
campesinas y se asienta sobre el derecho que tienen las familias comuneras frente a los derechos de las comunidades
para intervenir en los recursos productivos como la tierra o el agua, que son propiedades de la comunidad. Por otro
lado, la comunidad se define por su capacidad y su modo particular de resolver las tensiones entre lo familiar y lo
comunal (1999:162). En las comunidades campesinas de Junín coexisten dos sistemas de tenencia de la tierra: comunal
y parcelario. Las tierras agrícolas de riego están bajo el control de familias y es administrada de modo similar a una
propiedad privada; mientras que, las tierras de uso comunal son generalmente de pastos y están ubicadas en las zonas
intermedias y altas de la región. Las tierras sujetas al control de unidades familiares se transfieren a través de la
herencia o el sistema social de compra venta; estas formas de apropiación de la tierra comunal son respaldadas por
documentos que tienen un valor social como los testamentos, documentos de compra-venta, documentos de
disposición municipal o de los juzgados de paz.

. FACTORES EXTERNOS QUE INFLUYEN EN EL PROCESO DE DESINTEGRACIÓN COMUNAL

La Conurbación de la ciudad metropolitana de Huancayo, expresada en el crecimiento anárquico y no planificado de la


ciudad, el cambio de uso de suelo y la invasión latente en la parte sur de Huancayo. En los últimos años se han
desarrollado cambios importantes en el desarrollo de las comunidades fundamentalmente los que se encuentran en los
alrededores de las ciudades urbanas. Las comunidades que limitan con la ciudad de Huancayo a partir de la década de
los 70 han ingresado a un proceso de redefinición, su cambio de actividad económica y la readecuación de su estructura
comunal, debido a la cercanía del mercado y al incremento de la migración a la ciudad. Características que configuran la
ciudad actual  Creciente ocupación del suelo  Erradicación de las industrias fuera del núcleo urbano  Tercerización de
la economía urbana y ocupación de los espacios centrales por las empresas de servicios  Nuevas formas de
organización territorial. Aparición de la conurbación, el área metropolitana y la megalópolis. 41 a) La Conurbación. Es un
área urbana continua formada por el crecimiento paralelo de dos o más ciudades hasta unirse. El factor de fusión suele
ser un eje de tráfico cada ciudad mantiene su independencia. El término conurbación fue acuñado en 1915 por el
geógrafo escocés Patrick Geddes cuando, en su texto Ciudades en evolución, hacía referencia a un área de desarrollo
urbano donde una serie de ciudades diferentes habían crecido al encuentro unas de otras, unidas por intereses
comunes: industriales o de negocios, o por un centro comercial o recreativo común (Jaramillo, 2008:2) b) El área
metropolitana. Es una gran extensión urbana que rodea a una ciudad importante y abarca administrativamente a varios
municipios. c) La Megalópolis. Surge cuando la urbanización alcanza escala suprarregional; está constituido por diversos
elementos urbanos (áreas metropolitanas, conurbaciones, regiones urbanas) con funciones distintas y forman una red
urbana discontinua pero sin fracturas. 2.2.3.2. El Crecimiento Urbano El concepto principal de la urbanización radica en
la valorización del lugar; valor que va ligado a las características naturales de la zona, así como su proximidad a otras
zonas residenciales, o servicios específicos: carreteras, avenidas, centros comerciales, bancos e incluso iglesias. Según
Raúl guerrero, Sánchez (1977) “El proceso de urbanización se puede observar a través de los masivos consumos urbanos
(terrenos, viviendas, equipamientos colectivos, etc.), hay una fuerte Ideologización de la vivienda (el sueño de la casa
propia)” 42 Las nuevas urbanizaciones presentan un tipo de crecimiento urbano a través de la expansión de la ciudad,
ubicándose en zonas alejadas del caso tradicional, algunas inclusive incumben a la región generando problemas
alarmantes, hay déficit en todos los órdenes: desde la vivienda el transporte público, el acceso al consumo de
equipamientos colectivos, disponibilidad de las áreas verdes, recreacionales y hasta los servicios educativos, salud, etc.
2.2.3.3. La adquisición informal de propiedad Según Hernando de Soto hay dos maneras de acceder informalmente a la
propiedad inmobiliaria para fines de vivienda. La primera es la invasión y la segunda es la compraventa ilegal de
terrenos agrícolas a través de asociaciones y cooperativas. a)La invasión de terrenos. La invasión es la ocupación ilegal
de terrenos estatales o privados según Hernando de Soto se da fundamentalmente de dos maneras, “invasión
paulatina” e “invasión violenta”, la primera se produce gradualmente sobre asentamientos ya existentes: Por lo general
se trata de rancherías anexas a fundos o haciendas, o a campamentos mineros. En cualquier caso, lo que sucede es que
el propietario del terreno tiene una relación particular con los ocupantes (generalmente son sus propios empleados o
arrendatarios), razón por la cual en un principio no tiene interés en desalojarlos. Por añadidura, suele reconocerle muy
escaso valor al terreno, disminuyendo así la importancia del mismo en su patrimonio y los esfuerzos que están
dispuesto a dedicar para conservarlo (Hernando de Soto p.19). Según el autor Hernando de Soto, los asentamientos
formados por invasiones paulatinas no alcanzan un perfil definitivo hasta después de un largo proceso. Sucede 43 que a
lo largo del tiempo nuevos grupos de personas que no tienen ya relación alguna con el propietario se van incorporando
al asentamiento, ya sea porque tienen parientes ahí, adquieren un terreno, lo alquilan o sencillamente porque lo
invaden. De esta manera, van ocupando gradualmente el terreno adyacente a partir del asentamiento original, hasta
convertirse en los poseedores efectivos de toda el área (et al 20) El segundo menciona que no existe vinculación previa
entre los pobladores y el propietario del terreno. Esto es precisamente lo que determina que deba ser violenta e
intempestivamente, según con las observaciones de Hernando de Soto. El proceso de la invasión violenta se inicia con la
reunión de un grupo de personas identificadas por pertenecer a una vecindad, familia o paisana, con el interés común
de procurarse vivienda que en una o varias asambleas de carácter reservado planean la invasión. “El área predilecta
para las invasiones de terrenos desde los años 70 ha sido la zona sur, debido a que trata de una zona plana de tierras
eriazas, de fácil acceso y cercanía al centro de la ciudad” (Martínez 2006 , citado por Etesse, 2012: 25). b) La compra y
venta Ilegal La segunda manera de acceder informalmente a la propiedad para vivienda es la compraventa ilegal de
terrenos agrícolas a través de asociaciones y cooperativas. Esta segunda modalidad de acceso informal a la propiedad
para vivienda no es, pues, menos compleja que la invasión. Requiere de los futuros pobladores la previa constitución de
una asociación que puede ser pro vivienda o de vivienda, o de una cooperativa, la identificación de un terreno agrícola
susceptible de albergar al nuevo asentamiento, la formalización de contactos con los propietarios de los terrenos, la 44
reunión de la masa crítica necesaria y del dinero suficiente, e inclusive la simulación de una invasión violenta. 2.3.

MARCO CONCEPTUAL

a) Comunidad: Es una institución que existe dentro de un pueblo con funciones específicas, que tienen en
común la posesión de tierras y los lazos de parentescos entre los miembros. b) Ciudad: Una entidad
urbana con una alta densidad de población en la que predomina fundamentalmente la industria y los
servicios. c) Población: En su uso más habitual, la palabra hace referencia al grupo formado por las
personas que viven en un determinado lugar o incluso en el planeta en general. d) Comunidad
campesina: Es la institución social que está constituida por una población indígena, ubicada en la sierra,
con tierras de explotación colectiva , solidaridad grupal, trabajo colectivo de reciprocidad, practica de la
minka o faena comunal, actividades fundamental y predominantemente agropecuarias con cierta
homogeneidad de status socioeconómico. e) Desintegración: Separación de las partes o de los
elementos que conforman un todo, de manera que deja de existir como tal. f) Modernización:
Entendida como expresión es el mercado y desarrollo científico tecnológico, llegan hacer los
mecanismos típicos de la integración transnacional. g) Migración: Llamamos migraciones a los
desplazamientos de la población que conllevan un cambio de lugar de residencia. 45 h) Inmigración:
Este término hace referencia a la persona que llega a otro país o región para residir en él. i) Emigración:
Consiste en dejar el lugar de residencia para establecerse en otro país o región. j) Conurbación: Es la
unión de áreas metropolitanas. Tanto para la geografía como para el urbanismo, los términos
"conurbación" y "conurbano" tienen que ver con el proceso y el resultado del crecimiento de varias
ciudades (una o varias de las cuales puede encabezar al grupo) que se integran para formar un solo
sistema que suele estar jerarquizado, si bien las distintas unidades que lo componen pueden mantener
su independencia funcional y dinámica. k) Invasión: Se trata de interrumpir, entrar por la fuerza u
ocupar irregularmente un lugar. También se refiere a aquello que entra y se propaga en un lugar o
medio, al ingreso injustificado en funciones ajenas o, dicho de un sentimiento, a apoderarse de alguien.
l) Organización comunal: es aquella organización con personalidad jurídica sin fines de lucro, que tiene
por objeto representar y promover valores e intereses específicos de la comunidad. m) Comunero:
Persona que es propietario junto con otro de un terreno. n) Poblador: Persona que habita en un lugar
especifico o) Crecimiento urbano: como su nombre lo indica, es el crecimiento de la mancha urbana o
mancha metropolitana de una ciudad, es cuando hay más nacimientos que defunciones y mucha gente
de otras ciudades se va a vivir a esa ciudad, haciendo que la población crezca p) Urbano: Urbano asigna
lo que es ciudad. 46 q) Rural: Es un adjetivo que hace referencia a lo perteneciente o relativo a la vida
en el campo. Lo rural, por lo tanto, es aquello opuesto a lo urbano (el ámbito de la ciudad).

Lote amiento de las comunidades campesinas

Podemos decir que la urbanización es un proceso forzado de descampesinización, no habiendo


otra opción para los campesinos que vender sus tierras a 'loteadores' y especuladores de
proyectos de urbanización. A menudo no son dinámicas de urbanización planificadas desde los
gobiernos municipales y en el marco de la ley. Por el contrario, el crecimiento urbano depende
estrictamente del mercado y del precio de la tierra que es fijado por el libre juego entre la oferta
y demanda. Los loteadores generalmente están vinculados a estructuras de poder local y
nacional.
En junio de 2015 en La Paz se produjo una masiva movilización de las comunidades de la
provincia Ingavi, a raíz de un problema de loteamiento de tierras comunales en las proximidades
de la ciudad de Viacha. Según los medios de comunicación, el dueño de este negocio era un
diputado del MAS, Rubén Chambi, quien a la vez fungía como presidente de las Juntas Vecinales
de Viacha. Chambi se declaró "propietario de unas 300 hectáreas entre los límites de los
municipios de Viacha y El Alto", que habrían sido compradas a varias familias.
Una reciente investigación[1] sobre la ampliación del perímetro urbano de la ciudad de
Quillacollo de Cochabamba develó que el Concejo Municipal pretendió establecer un "nuevo
Radio Urbano" ocupando "casi toda la superficie del valle de Quillacollo, quedando como área
no urbana solo la cordillera". Esto significa una expansión de casi cuatro veces de la superficie
urbana actual. El Concejo se amparó para esta acción en la Ley 247 de "Regularización del
derecho propietario sobre bienes inmuebles urbanos destinados a vivienda" de 2012. Aquí poco
importa la vocación agrícola de las tierras y se impone la urbanización dirigida por intereses
económicos.

Potencialidades y limitaciones de las comunidades campesinas


¿Cuál es el potencial de las comunidades? 1. Las comunidades son dueñas de la mayor cantidad de pastizales. Golte
afirma, incluso, que la disponibilidad de pastos y su manejo hacen posible la existencia de la comunidad. 2. Por el tipo
de tierras altoandinas y de laderas que manejan, las familias comuneras disponen de un conocimiento extendido sobre
cultivos andinos y variedades que son patrimonio genético: papa, quinua, olluco, mashua, maíz, etc. 3. A pesar de sus
deficiencias y su menor importancia frente a la agricultura de secano, la infraestructura y los sistemas de riego pueden
ampliarse notoriamente e incidir en los índices de producción y productividad. 4. Las comunidades han construido -y
construyen- una infraestructura básica de servicios a costos mínimos para el Estado. 5. La institución comunal sirve de
equilibrio entre los recursos privatizados en la práctica por las familias y las necesidades de intercambio entre ellas.
¿Cuáles son las limitaciones y tendencias actuales de la institución comunal? a. Las comunidades disponen de recursos
importantes en puna, laderas, eriazos, tablazos. b. Se subordinan al poder municipal distrital/provincial, manejado por
grupos de poder local ajenos a las reivindicaciones comuneras. c. Existe una marcada diferenciación interna que
convierte en funcional la institución para quienes han acumulado mayor cantidad de recursos. d. La presión demográfica
sobrepasó largamente los recursos explotados. Sin cambios tecnológicos de impacto, la solución creciente ha sido el
asalaramiento fuera de la comunidad y, por supuesto, la migración definitiva. d. Al parecer, los jóvenes hijos de
comuneros -con mayor escolaridad que sus padres y acceso a medios de comunicación que inciden en su escala de
valores- muestran desinterés por la institución comunal. e. Todas las encuestas realizadas en las comunidades muestran
con claridad la opción ampliamente mayoritaria de titulación individual de las tierras, sin descartar la afirmación de la
"frontera comunal". f. Si la pregunta central es ¿como lograr mejores ingresos y niveles de vida para las familias
comuneras?, o si se prefiere ¿cómo modernizar la comunidad campesina en beneficio de sus familias?, una
contrapregunta es inmediata: ¿es posible? ¿no será acaso que la comunidad sobrevive como institución precisamente
por estar en la marginalidad, por mantenerse como instancia negociadora de intercambio de campesinos pobres? Es
cierto que las familias comuneras conforme incorporan su producción al mercado van desligándose de la institución
comunal, aunque también es cierto que, en las condiciones actuales, son pocas las familias que pueden emprender esta
vía. Podemos estar de acuerdo en que comunidad no es sólo una institución económica, pero es en la relación
familiasrecursos y la defensa de un territorio grupal que encontramos su esencia. Las preguntas finales nos ubicarán
mejor en la reflexión para el debate: ¿Son incompatibles mercado y comunidad? ¿la expansión del primero liquida la
segunda necesariamente? ¿es posible conciliar el deseo de titulación individual con el sentimiento de "territorialidad
comunal"?
Comunidades campesinas: nuevos contextos, nuevos procesos

La tradición antropológica peruana y sudamericana tuvo a la comunidad indígena como uno de sus temas centrales.
Contando entre sus fundadores y precursores textos como Nuestra comunidad indígena (Castro Pozo, 1924) o El ayllu
(Saavedra, 1913), que desde perspectivas distintas reivindicaban o denigraban la organización indígena andina, la
comunidad como realidad sociológica y antropológica era considerada un elemento central y totalizante en la sociedad
andina, constituyéndola al mismo tiempo una realidad a comprender y analizar, así como a aprovechar o transformar
desde una óptica de transformación (deseada) de la sociedad y de los países -desde una perspectiva de desarrollo,
diríamos hoy en día. Tras su institución como disciplina académica en San Antonio Abad y San Marcos, ocuparía un lugar
central en los estudios antropológicos andinos durante algunas décadas, incluidos los años del experimento Vicos y su
generalización en los proyectos del Plan Nacional de Integración de la Población Aborigen (PNIPA), así como los estudios
sobre los cambios sociales desarrollados desde el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) (Urrutia, 1992).

Desde entonces muchas cosas han cambiado: la disciplina ha ido enriqueciéndose, transformándose, adoptando
nuevos paradigmas y preguntas, haciéndose escéptica de conceptos y realidades totalizadoras, abriéndose a nuevos
campos y preguntas. Aunque por un momento los antropólogos «siguen» a los comuneros en su migración a la ciudad,
analizando cómo proyectan la lógica de sus instituciones y prácticas en el mundo urbano (Golte y Adams 1987; Blondet,
Degregori y Lynch 1986), pronto dejarán de ser un sujeto de preocupación, generándose un período de apertura a
nuevos temas y sujetos y dando paso hacia otros temas como la etnohistoria, el agro reformado, los movimientos
sociales o los conflictos (Pajuelo, 2000). En algún momento, los comuneros y campesinos llegan a perder sentido como
locus de la investigación en aras de temas más específicos y la comunidad deja de proporcionar las pistas suficientes
para explicar los comportamientos y prácticas sociales de sus miembros (Golte, 1992).
Los trabajos sobre comunidades, si bien no desaparecen, disminuyen considerablemente, con la excepción notable del
volumen de Debate Agrario dedicado al tema (1992) y unos pocos artículos publicados en los números posteriores. En la
década de 1990, las comunidades campesinas parecían un sujeto caduco para el análisis social y antropológico.
Mientras tanto, el número de comunidades reconocidas se seguía incrementando sostenidamente: en la década de
1990 llegaron a 5000, y a la vuelta del milenio sobrepasaron las 6000. Los pocos trabajos publicados hacia fines de la
década de 1990 daban cuenta de una aparente crisis de la comunidad y de la proliferación de «asociaciones
voluntarias» especializadas, que suplen las antiguas funciones y median en la interacción entre pobladores rurales y las
instituciones del Estado y proyectos de desarrollo de organismos privados (Diez, 1999).
Durante la última década, en el marco de la expansión de políticas neoliberales y de la inversión privada en zonas
rurales, la comunidad vuelve a ser sujeto de preocupación desde la política y la academia. Desde las perspectivas del
gobierno y los inversionistas, la comunidad empieza a ser vista como un obstáculo a superar en el proceso de desarrollo
y crecimiento del país. El presidente de la república les dedica «El síndrome del perro del hortelano» en uno de los
diarios de mayor circulación del país1, acusándolas de subutilizar recursos y obstaculizar el progreso del país. Y es que,
desde la segunda mitad de la década de 1990, las comunidades vuelven a ser doblemente protagonistas. Por un lado,
participan visiblemente en numerosas protestas a lo largo del país, clasificadas las más de las veces como conflictos
«socioambientales» referidos a disputas por el uso de recursos como agua y tierra, pero también por contaminación
ambiental y oposición a proyectos de inversión minera en sus territorios. Por otro, en el marco de los procesos
contemporáneos (urbanización, expansión de la economía de mercado, movilidad de la población, descentralización y
crecimiento de presupuestos locales), las comunidades cambian incorporando nuevas funciones y reglas internas,
cambiando sus formas de ser interlocutor con el Estado y los agentes privados.
Una serie de estudios sobre comunidades buscan dar cuenta del nuevo contexto y los cambios que experimentan. El
volumen editado por Laos (2004) y el trabajo de Arpasi (2005) se ocupan de las comunidades en el marco del proceso de
cambios normativos en curso (aún inacabados y pendientes) respecto de la concordancia entre la legislación sobre
comunidades campesinas en el marco de la nueva Constitución. Las comunidades campesinas e indígenas actuales
tienen que desenvolverse en marcos jurídicos desfasados o que se encuentran «en proceso», que dependen de una
serie de transformaciones que involucran derechos y no solo de los procesos históricos y regímenes de los estados, sino
también de procesos globales y marcos normativos internacionales.
Así, en los últimos quince años asistimos a una nueva generación de estudios sobre comunidades que resaltan diversos
procesos en marcha, afirmando transformaciones, pero también retos y posibilidades, y multiplicando las entradas
analíticas sobre el sujeto «comunidad» desde diversas perspectivas. Trabajos como los de Landa (2004) o Castillo y
Urrutia (2007) analizan la participación de las comunidades campesinas en los nuevos marcos legales descentralistas de
la gestión municipal local; estudios como el de Etesse (2012), Flórez (2012) y Barrio de Mendoza (2012) nos remiten a
los cambios generados por la municipalización y urbanización de las comunidades; los procesos de fragmentación y
negociación con empresas mineras son estudiados por Burneo y Chaparro (2010) y Barriga (2012); las nuevas formas de
utilizar y controlar la propiedad, el territorio y sus recursos han sido estudiados por Burneo (2012), Diez (2011 y 2012b)
y Rodríguez (2012); Colque, Choque y Plata (2008) y Laos (2011) sistematizan discusiones sobre los retos
contemporáneos para el desarrollo de las comunidades.
En Ecuador, Guerrero y Ospina (2003) conectan la tradición de los estudios de comunidad con los nuevos procesos y
retos de los movimientos indígenas; en Bolivia, la problemática de las comunidades estará ligada a los procesos post
Reforma Agraria, y sobre todo al proceso de reconocimiento de los Territorios Comunitarios de Origen (Barragán,
Colque y Urioste 2007; Colque 2008): la nueva Constitución terminaría por elevar las formas comunitarias de gobierno al
rango de la legislación del Estado.
En 2007, el Grupo Allpa (2007) publica un trabajo de balance sobre el estado de la cuestión en los estudios sobre
comunidades sobre la base de cinco ejes: situación jurídica (Castillo, 2007), propiedad comunal (Burneo, 2007), política
y poder (Diez, 2007), género (Urrutia, 2007) e identidad (Del Valle, 2007), señalando no solo los trabajos existentes sino
estableciendo líneas de análisis y temas de debate. Más recientemente, una publicación del Cisepa (Diez, 2012a) reúne
once estudios de caso sobre diversos procesos que afectan el desenvolvimiento de las comunidades contemporáneas,
organizándolos a partir de tres ejes: los procesos comunales, los nuevos recursos comunales y los retos políticos
contemporáneos.
El conjunto de trabajos mencionados muestra la diversidad de entradas, enfoques y procesos por las cuales las
comunidades tanto se adaptan y reinventan a sí mismas, en el marco de relaciones cambiantes al interior de ellas, así
como en su relación con el Estado, empresas o procesos globales.
El conjunto de artículos reunidos en este número especial da precisa cuenta de dichos procesos, así como de una serie
de temas pendientes y nuevas problemáticas que afectan a las comunidades.
El trabajo de Ingrid Hall nos remite a los discursos y sentidos que las comunidades construyen en sí mismas y para sí
mismas, en función de afirmar su cohesión y la propiedad de la tierra. Partiendo de constatar el proceso de gestación de
la comunidad de Llanchu en el Cusco con la Reforma Agraria, muestra cómo las políticas de la palabra y la etiqueta
interna de la comunidad, signada por las dinámicas del «respeto» debido dentro de la comunidad, son tributarias de los
procesos de construcción de un nosotros comunal construido sobre tensiones y grupos diversos en el marco de lucha
por la tierra. Los grupos sobre los que se construye la historia comunal no desaparecen sino que se redefinen,
mostrando la importancia de la historia y la reinvención de la comuna como sustento de su legitimidad. Todo ello tiene
consecuencias en los procesos y proyectos desarrollados en la comunidad, en la que están siempre presentes sus
diferencias fundacionales al mismo tiempo que todos se esfuerzan por ser una verdadera comunidad.
La misma necesidad de afirmación de lo comunal aparece en el trabajo de Osorio sobre la comunidad de Cátac, en la
sierra de Ancash. En este caso, la acción colectiva se construye alrededor de la gestión y el manejo de una comunidad
que cuenta desde sus inicios con una «empresa comunal». A lo largo de las décadas que transcurren desde su
reconocimiento comunal y su constitución como tal a partir de terrenos de hacienda, pasando por procesos de
recuperación de tierras en el contexto de Reforma Agraria, la comunidad y la empresa comunal se redefinen
continuamente. Los grupos de interés al interior de la comunidad se redefinen, así como las tensiones y problemas que
enfrenta la empresa comunal, que poco a poco se diversifica para terminar cubriendo ámbitos tan amplios como la
producción ganadera, el comercio, los servicios, la minería y el turismo. Las diversas tensiones generadas por la
diversificación y diferenciación de los comuneros terminan por ser resueltas por la acción colectiva institucionalizada en
el marco de la construcción y conservación de la unidad comunal.
La necesidad de la cohesión comunal se pone en cuestión en el análisis que Burneo hace sobre los problemas de acceso
a la tierra, pero también sobre los significados que esta asume contemporáneamente en medio del asedio interno de las
nuevas generaciones de comuneros y del asedio externo de las empresas trasnacionales y el Estado, que utilizan la
lógica de titulación de la propiedad comunal en su beneficio. Las comunidades de Colán y Catacaos reivindican un
territorio ancestral, «adquirido» desde tiempos coloniales pero que no cuenta con títulos de propiedad reconocidos por
el Estado que les garantice el acceso exclusivo a dichos terrenos. En este contexto, diversas empresas presionan al
Estado y a las comunidades para el acceso a los territorios comunales, obligando a las comunidades a implementar
estrategias de defensa de la propiedad. Así, la respuesta comunal histórica, su función primigenia de defensa de la tierra
parecería conspirar contra la propia comunidad: las estrategias de cesión de tierras eriazas a los comuneros,
implementadas para facilitar la defensa de la propiedad colectiva se desdibujan cuando los propios comuneros
interpretan estos procesos -en el marco del desarrollo de políticas de titulación- como un medio para el acceso
individual a la tierra.
Un cuarto eje de discusión se centra en la condición indígena (o no) de las comunidades y en las consecuencias
analíticas (y políticas) que conlleva la inclusión de una variable étnica para el análisis de las comunidades campesinas.
Barrio de Mendoza y Damonte nos introducen a las dificultades que enfrenta la condición de indianidad de las
poblaciones. Los múltiples cambios del término indígena, que durante la Reforma Agraria termina por decantarse hacia
la condición campesina de la población comunal andina y costeña, dificultan la identificación de poblaciones claramente
indígenas y dejan un amplio margen de discrecionalidad en su caracterización. Las fuentes de definiciones se clasifican
en tres grandes grupos: los organismos multilaterales; los académicos y políticos, y los propios movimientos indígenas.
Así, se abre un amplio campo de negociación y tensión que se expresa, en el Perú, en las dificultades para definir los
sujetos de consulta en el marco del Convenio 169 de la OIT y la Ley de Consulta aprobada por el Perú.
A diferencia de estos trabajos sobre el Perú, el estudio sobre Otavalo y Cotacachi, en Ecuador, revela los profundos
cambios en las relaciones políticas entre las comunas, el sistema político y el Estado. La etnicidad aparece más
decantada en estos casos, y en el marco de un proceso de afirmación y reconocimiento étnico y político, los debates y
análisis versan sobre la capacidad real de la población comunera de ejercer poder y de articularse a procesos y
proyectos políticos partidarios más amplios sin perder identidad ni la perspectiva de las comunidades de base que le
dan sustento. Ortiz nos presenta a los indígenas defendiendo su representación étnica, mientras reivindican demandas
de acceso igualitario a los programas y servicios públicos que ofrece el gobierno con sus políticas redistributivas,
negociando cuotas de poder local con el partido mayoritario Alianza País de Rafael Correa. Esta combinación de
reivindicaciones étnicas y ciudadanas se debe a una experiencia de larga data de relación con el Estado, pero al mismo
tiempo a una visión indígena de «más Estado», de un Estado proteccionista, que se contrapone a la perspectiva
neoliberal de los gobiernos anteriores a la «revolución ciudadana».
Hay una serie de dinámicas que atraviesan la sociedad rural y que ponen en tensión la persistencia misma de las
comunas, su capacidad de adaptación o reinvención, mientras los territorios se modifican por la presencia de actores
empresariales imbricados con el propio Estado. Este número de Anthropologica se pregunta sobre esos cambios en el
ámbito local, tanto en lo territorial y económico como en la organización, las relaciones políticas y las identidades,
Analizando diferentes casos de comunas en Perú y Ecuador, los artículos aquí presentados examinan la relación del
poder y el territorio. Por una parte se revelan procesos de adaptación económica ante la presencia de actores
empresariales, pero también se incorporan nuevos significados que superan la «defensa» de la tierra para incorporarla
como mercancía, recurso de negociación con las trasnacionales o espacio para la demanda de vivienda. En el terreno
político se advierte la adaptación de los indígenas comuneros del norte del Ecuador que revindica sus autoridades
étnicas en medio del avance arrasante de la corriente igualitarista y homogeneizadora de la «revolución ciudadana»,
que no contempla cambios estructurales en el campo. Todo ello en el marco de nuevas dinámicas territoriales en el
contexto con el avance de la minería, las empresas agroindustriales y el Estado que imprimen nuevas lógicas de
ocupación territorial y formas de presencia política.
El conjunto de trabajos presentados en este número dan luz sobre algunos de los temas pendientes respecto de la
problemática de las comunidades campesinas: la importancia y preeminencia de la afirmación de la propiedad y el
control territorial, en la base de la institución comunal y muchas veces leit motiv de los problemas y conflictos que
padecen: los múltiples procesos de transformación institucional, que enfrentan nuevas funciones, retos y procesos
internos y externos de revalorización en diversos planos y ámbitos de significado de los recursos comunales que obligan
a la institución comunal a transformarse; los reos de la acción política y el autogobierno en contextos de movilidad y
de transformación de referentes, la multiplicación de las arenas o escenarios políticos en los que tienen que
desarrollarse desde las políticas internas de la directiva y la asamblea comunal hasta las lides municipales regionales y
nacionales, además de los foros y movimientos internacionales; la creciente importancia de las consideraciones étnicas
en las políticas de las comunidades, que se fundan al mismo tiempo en la ancestralidad recuperada y transformada y en
los movimientos y procesos globales de reivindicación de derechos y transformación de sentidos y alternativas de
desarrollo; la permanente necesidad de relacionarse con un Estado múltiple desde sus políticas de inversión, su aparato
legislativo y judicial, así como sus políticas de reconocimiento étnico y los derechos asociados a ello.
Todos estos temas nos reafirman en la actualidad y necesidad de regresar a las comunidades campesinas como sujeto
de análisis, entendiéndolas en el marco de procesos de transformación más amplios pero también a ellas mismas como
procesos. El análisis de las múltiples dimensiones de lo comunitario nos coloca en la encrucijada de múltiples temas de
debate y disyuntiva que competen a las comunidades mismas, al Estado y al conjunto de nuestra sociedad, en marcos
institucionales que combinan política, propiedad, etnicidad, descentralización, pero también inversión, desarrollo,
historia e identidad.
REFERENCIAS
Arpasi, Paulina (ed.) (2005). Desarrollo comunal en la era global. Derecho indígena en el siglo XXI. Lima: Fondo Editorial
del Congreso del Perú. [ Links ]
Barragán, Rossana, Gonzalo Colque y Miguel Urioste (2007). Los nietos de la Reforma Agraria. Tierra y comunidad en el
altiplano de Bolivia. La Paz: Fundación Tierra-CIPCA. [ Links ]
Barriga, Paola (2012). Fragmentación comunal, minería y titulación. El caso de la comunidad de Tinyaclla en
Huancavelica. En Alejandro Diez (ed.), Tensiones y transformaciones en comunidades campesinas (pp. 73-96). Lima:
CISEPA-PUCP. [ Links ]
Barrio de Mendoza, Rafael (2012). La construcción del gobierno municipal en el gobierno comunal: la transición
territorial e institucional en la comunidad de Chacán. En Alejandro Diez (ed.), Tensiones y transformaciones en
comunidades campesinas (pp. 119-145). Lima: CISEPA-PUCP. [ Links ]
Blondet, Cecilia, Carlos Iván Degregori y Nicolás Lynch (1986). Conquistadores de un nuevo mundo. De invasores a
ciudadanos en San Martín de Porras. Lima: IEP. [ Links ]
Burneo, María Luisa y Anahí Chaparro (2010). Poder, comunidades campesinas e industria minera: el gobierno comunal
y el acceso a los recursos en el caso de Michiquillay. Anthropologica, XXVIII (28), Suplemento 1, 85-110. [ Links ]
Burneo, Zulema (2007). Propiedad y tenencia de la tierra en comunidades campesinas. Revisión de la literatura reciente
en el Perú. En Grupo Allpa, ¿Qué sabemos de las comunidades campesinas? (pp. 153-258). Lima: Grupo Allpa. [ Links ]
Burneo, Zulema (2012). Derechos de propiedad sobre la tierra en la comunidad campesina de Marcopata, Perú: una
perspectiva dinámica. En Liliana Soler-Gómez (ed.), Memorias del desarrollo: once experiencias en Latinoamérica (pp.
15-62). Lima: DESCO. [ Links ]
¿Urbanización con pobreza?

Desarrollo Urbano y Vivienda del BID ha trabajado y continúa diseñando intervenciones innovadoras para las
ciudades con un objetivo claro y simple: que todos los ciudadanos tengan acceso a los beneficios de la
urbanización.

Y este es también el objetivo de este blog. Un lugar de encuentro para pensar y discutir los proyectos e
intervenciones más efectivos para las ciudades que queremos construir.
Si uno busca en Google “ciudades” o “cities” encontrará una multitud de organizaciones, iniciativas y fundaciones
especializadas en el tema, y también una diversidad de “apellidos”: ciudades sostenibles, emergentes, seguras,
inteligentes, globales, saludables, ciudades del milenio y muchas otras. Todo esto muestra que el tema es muy
actual y concita el interés general.

¿Es esto importante para América Latina y el Caribe? Muchísimo, y por varias razones. En primer lugar, esta es la
región más urbanizada del planeta. Un 82% de sus habitantes vive en ciudades, lo que equivale a 480 de 600
millones. En segundo lugar, por la velocidad de la urbanización. En los últimos 50 años Europa y América del Norte
pasaron de una tasa de urbanización de 62% a 80%, mientras que América Latina y el Caribe, en el mismo período
de tiempo, creció de 49% a 82%. Desde 1960 el número de residentes de las ciudades de América Latina y el
Caribe se ha multiplicado por seis. Este crecimiento acelerado se explica por la migración campo-ciudad en la
década del 60 y 70 y el boom demográfico que recientemente ha comenzado a declinar.

La urbanización tiene muchos efectos positivos, especialmente para la economía, la innovación y el intercambio de
conocimiento. Muchas ciudades son los centros más importantes en generación de bienes y servicios. Así, Lima,
Buenos Aires y Montevideo son responsables por más de la mitad del PIB de sus respectivos países.

Pero la rápida urbanización de América Latina y el Caribe también ha traído efectos no deseados. Un alto
porcentaje de los habitantes de ciudades viven bajo la línea de pobreza. De los 180 millones de pobres en la
región, 125 millones viven en ciudades. Esto se debe a que el crecimiento demográfico ocurrió mucho más rápido
que el crecimiento económico.

Recientemente, al gran número de familias de bajos ingresos que demandan acceso a servicios básicos se suma
una clase media emergente con demandas cualitativamente distintas: más seguridad, menos contaminación,
mayor transparencia y mejor movilidad. Crece la demanda, pero la capacidad de respuesta de las ciudades y sus
gobernantes es, en muchos casos, limitada. Instituciones débiles, mal manejo de ingresos, peores decisiones
sobre gastos e inversiones y prioridades definidas por ciclos políticos, son los males que impiden una respuesta
efectiva de las autoridades.

La urbanización con pobreza genera además problemas de violencia, degradación de barrios, informalidad,
crecimiento desordenado y baja densificación. A esto hay que añadir los temas ambientales y de cambio climático.
El 82% de la población de América Latina y el Caribe viven en áreas de baja elevación costera.

Estos son formidables desafíos de la región. Y este es nuestro espacio para compartir con nuestros lectores
nuestras experiencias en América Latina, las lecciones que aprendemos, el conocimiento que generamos y las
buenas prácticas que fomentamos. Los invitamos a sumarse.

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