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Los estudios sobre la relación entre lógica y derecho, están orientados a la

eliminación de la falsa concepción relativa a la aplicación de la lógica en este


campo del conocimiento, —tanto en la elaboración de proposiciones jurídicas,
como, en la solución de problemas de dicha índole—; etapa denominada del
abuso de la lógica, debido a la utilización de operaciones para el
perfeccionamiento técnico del derecho.

Piedra de toque en la revalorización de estas relaciones, son las aportaciones de


los estudio de las corrientes sociológicas y neorrealistas, las cuales proponen la
separación entre estos dos conceptos, al aseverar que no hay lógica en el
razonamiento de los juristas, y sostener como propuesta, combatir la utilización del
método lógico en la jurisprudencia, al calificar este elemento como obstáculo para
su desarrollo. Estas cuestiones metodológicas sirvieron para replantear la
importancia y utilidad que tiene la lógica para el derecho, así como su ubicación en
la iusfilosofía.

La relación de la ciencia jurídica con la lógica —señala Bobbio— se determina a


partir de las siguientes concepciones jurídicas: el iusnaturalismo moderno, la
jurisprudencia de conceptos y, el formalismo y normativismo neokantiano.

En primer término, el movimiento racionalista en la filosofía propone construir una


teoría racional del derecho, esto es, una “ciencia derivada con nexos evidentes de
principios verdaderos”, se sustenta en la Ley natural, que comprende dictámenes
de la recta razón, es decir, un sistema racional de proposiciones reducibles a
postulados iniciales, de tal forma que las leyes son derivadas de una Ley
fundamental a través del método deductivo.

Esta concepción jurídica, erige como tesis el ideal del sistema jurídico deductivo
para extraer conclusiones o teoremas mediante la aplicación de reglas de la
lógica, pues la ciencia se sustenta en la razón para regular los hechos
anticipadamente.

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Conforme a este planteamiento una teoría del derecho que dé lugar a un
ordenamiento jurídico de reglas naturales, depende en gran medida de la
existencia de un legislador racional y universal.

Por su parte, la Escuela Histórica del derecho descartó la noción del legislador
universal, al acusar de reduccionista el vínculo entre derecho y lógica, por el cual
la actividad del legislador se circunscribe a la realización de operaciones lógicas
en la elaboración del ordenamiento jurídico.

A su vez, se refiere al iuspositivismo en cuanto a la utilización de la lógica en el


caso concreto, mediante la actividad técnica del juez de resolución por silogismos
perfectos, es decir, el método por el cual se deducen las consecuencias.

Ahora bien, la Escuela de Conceptos, vincula a la Ciencia jurídica con la


matemática (ciencia natural) aplicando el método analógico, por lo cual, la
construcción del sistema jurídico atiende directamente a conceptos, mediante su
aislamiento y reagrupación, lo cual se traduce en un sistema de inducción
descriptiva.

Posteriormente el pensamiento neokantiano señala un mal uso de la lógica fuera


de su propio propósito, por parte del positivismo formalista y normativo.

Es así que la tercera forma de relación entre lógica y derecho plantea el problema
lógico del derecho en la filosofía a partir de dos elementos; primero, referente a las
analogías de estructura y de función de la lógica y el derecho; y segundo, el lugar
reservado a la lógica en los diversos grados del conocimiento científico: a) lógica
del legislador (naturalismo), b) lógica del juez (positivismo) y, c) lógica en la
filosofía del derecho.

Esta última tiene la labor de determinar la forma lógica del derecho a partir de una
teoría pura o formal, por la cual se pretende construir un concepto general del

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derecho, aislado de condicionamientos históricos y sociales, en tanto categoría
pura o trascendental a priori a toda experiencia jurídica.

En este punto cabe cuestionarnos, en qué medida es posible una categoría pura
que no considere aquellos elementos morales, sociológicos, políticos, económicos
en nuestra materia de estudio, pues ello implica una visión univocista del derecho,
de carácter reduccionista nuevamente, por lo que se propone un método
hermenéutico de interpretación del derecho.

Continuando con el planteamiento neokantiano en el derecho, el núcleo en el


pensamiento de dicha corriente en la “lógica de las proposiciones normativas” de
grado superior, mediante “conexiones meramente formales, válidas para todo
posible ordenamiento jurídico”, en una pretensión de superar la labor deductiva del
legislador universal propuesta por el iusnaturalismo racional, así como de aquella
actividad mecanicista del operador jurídico en el iuspositivismo.

Es importante subrayar la relevancia del pensamiento de Kelsen y su Teoría pura


del derecho, por la cual señala el equívoco de las relaciones entre lógica y
derecho, partiendo de la distinción entre el ser como una lógica propia y el deber
ser, entendida como la lógica del derecho —mediante el uso de la expresión lógica
del deber ser—, para emplear la teoría de la norma jurídica como “juicio hipotético
descriptivo”, asimismo, señala la relevancia de la coherencia en el sistema jurídico
y la validez del principio de contradicción entre las normas.

Finalmente la conexión entre lógica y derecho exige el rigor en el razonamiento


jurídico, la forma dada a partir de conclusiones verdaderas apartadas de juicios
falsos y verdades fácticas, todo esto como parte de la concepción del derecho
como orden.

Norberto Bobbio en su libro "Derecho y lógica" sobre esa relación que existe entre
la lógica y el Derecho que son abstracciones porque es algo que hacemos en la

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construcción mental del lenguaje, por lo tanto, podríamos cuestionarnos ¿para qué
nos sirve la lógica en el Derecho?

Bueno, principalmente nos es útil para realizar argumentos verdaderos e


interpretar, luego entonces podemos decir que la lógica es una ciencia que se
encuentra dentro de la filosofía, ya que como sabemos la filosofía al ser una
ciencia jurídica como lo es la matemática.

Como sabemos, al utilizar la lógica en la argumentación, así como la


interpretación, el razonamiento de los argumentos que se pretenden resolver
serán de una manera más ordenada y congruente de lo que normalmente se
resolvería; tal cual menciona Bobbio, otro de los principales usos de la lógica es la
resolución de antinomias que puedan encontrarse, por ello la importancia de la
lógica en el Derecho.

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