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La Empresa

Concepto De Empresa.

La empresa es un sistema en el que se coordinan factores de producción, financiación y

marketing para obtener sus fines. De esta definición se deducen las principales características de

toda empresa:

1. La empresa es un conjunto de factores de producción, entendiendo como tales los

elementos necesarios para producir (bienes naturales o semielaborados, factor trabajo,

maquinaria y otros bienes de capital); factores mercadotécnicos, pues los productos no

se venden por sí mismos, y factores financieros, pues, para realizar las otras tareas, es

preciso efectuar inversiones y éstas han de ser financiadas de algún modo.

2. Toda empresa tiene fines u objetivos, que constituyen la propia razón de su existencia.

3. Los distintos factores que integran la empresa se encuentran coordinados para alcanzar

sus fines. Sin esa coordinación la empresa no existiría; se trataría de un grupo de

elementos sin conexión entre sí y, por tanto, incapaces de alcanzar objetivo alguno.

Esa coordinación hacia un fin la realiza otro factor empresarial que es la

administración o dirección de la empresa. El factor directivo planifica la consecución

de los objetivos, organiza los factores, se encarga de que las decisiones se ejecuten y

controla las posibles desviaciones entre los resultados obtenidos y los deseados.

4. La empresa es un sistema. Un sistema es un conjunto de elementos o subsistemas,

interrelacionados entre sí y con el sistema global, que trata de alcanzar ciertos

objetivos. Por consiguiente, de lo reseñado anteriormente se deduce la evidencia de

que la empresa es un sistema.


CLASES DE EMPRESAS

Existen una gran multitud de empresas y aunque comparten todas ellas los rasgos generales

que hemos utilizado para definir el concepto de empresa, sin embargo unas son muy diferentes

de otras. Así, no es lo mismo la farmacia de nuestro barrio que Telefónica o el Corte Inglés.

Puesto que las diferencias son tan grandes, es difícil establecer un sólo criterio de clasificación, y

por ello se utilizan varios. Entre ellos destacaremos:

1. Según la naturaleza de la actividad económica que desarrolla se dividen en:

 Empresas del sector primario: como las agrícolas, ganaderas y pesqueras. Estas

tratan de situar los recursos de la naturaleza en disposición de ser utilizados. De

este tipo de empresas se excluyen las mineras.

 Empresas del sector secundario o transformadores, desarrollar una actividad

productiva en sentido estricto, es decir existe una transformación de inputs en

outputs. Agrupa a las empresas en mineras, industriales y de construcción.

 Empresas del sector terciario, constituye el colectivo más heterogéneo,

comprende actividades tan diversas como: lavanderías, tintorerías, peluquerías,

reparaciones, empresas de transporte, empresas de comunicaciones, empresas

comerciales, empresas de hostelería, turismo y espectáculos, financieras,

información y medios de comunicación social, asesoramiento y de asistencia

especializada y profesional, empresas hospitalarias y de servicios sanitarios,

enseñanza etc.

2. Según su dimensión o tamaño, se distingue tradicionalmente entre empresas grandes,

medianas y pequeñas. Esta clasificación se puede hacer en función de los recursos

propios, el número de empleados, el volumen de ventas, etc.


3. Según su ámbito de actuación hablaremos de empresas locales, regionales, nacionales

y transnacionales o multinacionales.

4. Dependiendo de quién posea los medios de producción o el capital de la empresa se

dividen:

 Empresas Privadas. Cuyo capital es propiedad de particulares, bien personas

individuales o bien jurídicas según regula el derecho empresarial.

 Empresas Públicas. Cuyo capital es propiedad total del estado o siendo parcial su

influencia en el sistema directivo es importante.

5. Según su forma jurídica, se distingue entre:

6. Empresas individuales.

7. Empresas societarias.

Empresas individuales

En las empresas individuales existe un único propietario. El Código de Comercio lo denomina

Empresario o comerciante individual. Se caracteriza porque asume todas las decisiones y tiene

una responsabilidad ilimitada o lo que es lo mismo responde con todos sus bienes presentes y

futuros frente a terceros. La empresa individual tiene una serie de ventajas, derivadas de sus

características; el empresario tiene autonomía para regir como quiera su negocio, y recibe la

totalidad del beneficio. Además son empresas que gozan de una gran flexibilidad, es decir, se

adaptan con facilidad a todos los cambios impuestos por el empresario individual. Presenta

también una serie de dificultades:


El empresario sufre una gran concentración de riesgos, ya que todos sus bienes están afectos a

la empresa. Son entidades muy dependientes del talante de su fundador, por lo que muchas veces

no le sobreviven. Así, requiere que se den en una sola persona física: conocimientos, patrimonio

y aceptación del riesgo.

Tiene dificultades para obtener financiación, y en consecuencia para crecer y aprovechar

oportunidades rentables de inversión. Y ello debido a que los recursos financieros son aportados

por el empresario o se obtienen en el mercado financiero. Pero este empresario en la mayoría de

los casos tiene unas posibilidades económicas limitadas y por tanto la garantía que puede ofrecer

este tipo de empresas es escasa. Por tanto sus posibilidades de emprender ambiciosos proyectos

de inversión son también limitadas. Este tipo de organización predomina en aquellos sectores

económicos en los que existe una tecnología que no exige grandes sumas de capital, ni

conocimientos muy complejos. Se da más en sectores como: la agricultura minifundista, algunas

empresas de servicios y algunas ramas industriales como la textil (confección de prendas de

vestir), donde proliferan las empresas con un número reducido de empleados. Sin embargo,

cuando ya nos centramos en otros sectores más representativos de la industria moderna, como

por ejemplo, la producción de automóviles, se observa que las empresas adoptan una forma

jurídica diferente casi siempre una sociedad anónima y ello porque cuando los negocios crecen y

aumentan la complejidad, se requiere un mayor volumen de recursos que es difícil que aporte

una persona individual en concreto.


Empresas privadas en forma de sociedad

La insuficiencia, a veces, de medios económicos para acometer una empresa, la

responsabilidad universal que para el empresario proclama el artículo 1.911 del Código Civil en

el sentido de que el deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes

presentes y futuros, ha hecho que el empresario social sea el más frecuente, máxime en las

sociedades capitalistas en las que la responsabilidad de los socios queda limitada a los términos

de su aportación pero no con sus bienes personales. Una sociedad mercantil surge cuando dos o

más personas se obligan a poner en común dinero, bienes o industria para obtener lucro mediante

actividades mercantiles. Por tanto en principio se requieren dos o más personas para el contrato

de sociedad. Para la constitución de las sociedades se deben seguir una serie de requisitos como

por ejemplo que un notario refrende la escritura de constitución e inscribir a la sociedad en el

Registro Mercantil. Una vez constituida la sociedad mercantil, la compañía tendrá personalidad

jurídica en todos sus actos y contratos. Vamos a analizar a continuación los rasgos más

destacados de algunas formas societarias.

Sociedades personalistas

La Sociedad Colectiva, tiene carácter personalista (en cuanto que tiene en cuenta la

personalidad del socio, es decir, selecciona a los socios, así la entrada de un nuevo socio o la

transmisión de tal condición, requiere el consentimiento de todos los socios) se funda en base a

vínculos de mutua confianza personal entre los asociados. El capital de la sociedad está formado

por las aportaciones de los socios. Estas aportaciones pueden consistir en dinero, bienes o trabajo

(industria). El número mínimo de socios para fundarla es de dos.


Sociedades mixtas

La Sociedad Comanditaria, es también de carácter personalista, aunque en grado inferior a la

colectiva. Se diferencia de esta en que al lado de unos socios colectivos (responsables con todo

su patrimonio) existen otros denominados comanditarios, en los que su responsabilidad se limita

a su aportación. Al ser mayor la responsabilidad de los socios colectivos sobre ellos recaen las

principales funciones gestoras de la sociedad. El número mínimo para fundarla es de dos por lo

que debe existir como mínimo un socio comanditario y otro colectivo. Existe también una

variedad de Sociedad Comanditaria en donde el capital comanditario está dividido y

representado por acciones. La responsabilidad de los socios colectivos es ilimitada y la de los

comanditarios se limita a su aportación. Debe existir al menos un socio colectivo. La gestión de

este tipo de sociedad puede corresponder a los socios colectivos o a los comanditarios, si algún

socio comanditario es el administrador de la sociedad mientras tanto responderá ilimitadamente

pasando en ese período a ser un socio colectivo.

Sociedades capitalistas

La Sociedad de Responsabilidad Limitada, se caracteriza por tener su capital dividido en

participaciones iguales acumulables (que no pueden llamarse acciones). Los socios no

responderán personalmente de las deudas sociales (se limita su responsabilidad a su aportación).

Capital mínimo para fundarla 3.000 euros, que debe estar suscrito y desembolsado en el

momento fundacional. Tiene carácter tanto personalista como capitalista, aunque

tradicionalmente se la ha considerado como capitalista. Así demuestra su carácter personalista en

cuanto a la transmisión de las participaciones.


Cabe la posibilidad de fundar una sociedad limitada con un solo socio a tenor de la

Duodécima Directiva Comunitaria de 21 de Diciembre de 1989 (Directiva 89/667). En nuestro

derecho en el tema de las sociedades capitalistas unipersonales hay que recordar que la

Resolución de 21 de Junio de 1990 admite esas sociedades.

La Sociedad Anónima es el prototipo de la sociedad capitalista y es la constitución clásica de

las grandes empresas. Son sociedades capitalistas, no interesa la identidad del socio. El capital de

la sociedad suscrito totalmente en el momento de su fundación y desembolsado al menos en un

25%, está dividido en porciones, fácilmente transferibles de un socio a otro y que acreditan su

condición de socio. La sociedad por acciones no sólo limita el riesgo de los accionistas a la

pérdida del valor de su inversión sino que permite repartir el riesgo del negocio entre un elevado

número de socios. La sociedad anónima requiere de órganos capaces de expresar su voluntad. En

este caso los órganos sociales son los siguientes:

- La Junta General de Accionistas que personifica la voluntad social. Es la reunión de los

accionistas debidamente convocados, para decidir sobre los asuntos de su competencia.

- Administradores y Consejo de Administración. A los administradores les corresponde la

dirección, gestión y representación de la sociedad. El nombramiento de los

administradores y su número le corresponde a la Junta General. Cuando los

administradores son varios forman el Consejo de Administración (por lo menos tres

administradores). El nombramiento de los administradores no podrá exceder de cinco

años, pudiendo ser elegidos posteriormente.

El capital social en la S.A. como mínimo ha de ser de 60.101,21 euros, se divide en partes

alícuotas que reciben el nombre de acciones. Estas pueden ser nominativas o al portador. Las

nominativas son aquellas en las que aparece el nombre de su titular, hasta que no esté
desembolsado el capital totalmente las acciones revestirán dicho carácter. En las acciones al

portador no figura el nombre del titular. Las acciones otorgan a sus titulares, entre otros, los

siguientes derechos y obligaciones:

 Derecho a participar en las ganancias y en el patrimonio resultante de la

liquidación de la sociedad en proporción a su participación en la sociedad.

 Derecho de suscripción preferente en la emisión de nuevas acciones o de

obligaciones convertibles en acciones.

 Derecho de asistencia y voto a la Junta General de Accionistas cuando se posea el

número mínimo de acciones que exijan los estatutos.

 Derecho de información.

 Derecho de transmisión de las acciones.

 Obligación de desembolsar las acciones suscritas.

Presenta una serie de ventajas para sus propietarios frente a las individuales como son:

 Limitación de la responsabilidad.

 Diversificación de riesgos.

 Especialización de funciones. La sociedad anónima favorece la especialización de

funciones; dado que esta forma societaria permite que unos pongan el dinero y

otros la capacidad.

Las sociedades de participación

Son entidades alternativas que han surgido frente a las anteriores, especialmente frente a las

capitalistas, para superar algunos problemas y dar una respuesta más social de creación de

empleo, de mayor participación del socio y para fomentar el desarrollo económico y social de
áreas locales y regionales. Suele existir una oposición entre los intereses de los capitalistas y sus

trabajadores, para intentar reducir esta van apareciendo nuevas formas de empresa. Lo que se

intenta es limitar el poder de los propietarios de los medios de producción así como fomentar la

motivación mediante la participación de los trabajadores en las decisiones que les afectan, y

proporcionales unas mejores relaciones laborales al disminuir el conflicto.

Dentro de este tipo de sociedades podemos destacar: las sociedades laborales, las sociedades

cooperativas y las sociedades agrarias de transformación.

Las Sociedades Laborales, reguladas por la ley 4/1997, de 24 de marzo, de Sociedades

laborales, deroga a la anterior ley de Sociedades anónimas laborales, y entre otras novedades

abre la posibilidad de que las sociedades laborales adopten tanto la forma de Sociedad anónima

como la de Sociedad limitada. La apertura de esta posibilidad responde al importante aumento en

el número de sociedades de Responsabilidad Limitada creadas tras la reforma del 1989, lo que a

juicio del legislador sentaba la necesidad de crear la figura de la Sociedad Laboral de

responsabilidad limitada.

Se entenderán que son sociedades laborales, aquellas sociedades anónimas o de

responsabilidad limitada en las que la mayoría del capital social sea propiedad de los

trabajadores que presten en ellas servicios retribuidos en forma personal y directa, cuya relación

laboral lo sea por tiempo indefinido, podrán obtener la calificación de “laboral” cuando

concurran los siguientes requisitos:

- El número de horas-año trabajadas por los trabajadores contratados por tiempo indefinido

que no sean socios, no podrá ser superior al 15% del total de horas-año trabajadas por los

socios trabajadores. Si la Sociedad tuviera menos de 25 socios, el referido porcentaje no

podrá ser superior al 25% del total de horas trabajadas por los socios trabajadores.
El otorgamiento de la condición de “Sociedad Laboral” corresponde al Ministerio de

Trabajo y asuntos sociales o en su caso a las Comunidades Autónomas que hayan

recibido las correspondientes competencias.

En la denominación de la sociedad deberá figurar la indicación “Sociedad Anónima

Laboral “o“ Sociedad de Responsabilidad Limitada Laboral, o sus abreviaturas SAL o

SLL.

El capital social estará dividido en acciones nominativas o participaciones sociales. En el

caso de la Sociedad anónima laboral, el desembolso de los dividendos pasivos deberá

efectuarse dentro del plazo que señalen los estatutos sociales. Ninguno de los socios

podrá poseer acciones o participaciones sociales que representen más de la tercera parte

del capital social, salvo que se trate de sociedades laborales participadas por las

Administraciones Públicas, en cuyo caso la participación podrá superar dicho límite, sin

alcanzar el 50% del capital social. Podrán existir dos tipos de acciones, las que pertenecen

a trabajadores cuya relación laboral lo sea por tiempo indefinido y las restantes. Las del

primer tipo se denominan “clase o tipo laboral” y la segunda “clase general”.

Estas sociedades están reguladas por la ley 4/1997, de 24 de marzo de Sociedades

Laborales y con carácter supletorio por las respectivas leyes reguladoras de las sociedades

anónimas y de responsabilidad limitada.


- Las Sociedades Cooperativas, La Ley 2/1999, de 31 de marzo de Sociedades

Cooperativas Andaluzas define las cooperativas como sociedades participativas que

asocian a personas físicas o jurídicas que tienen intereses o necesidades socioeconómicas

comunes, para cuya satisfacción y en interés de la comunidad realizan cualquier actividad

empresarial. Por tanto la finalidad de este tipo de empresa no es la obtención de un lucro

máximo, sino más bien la defensa y satisfacción de los intereses de sus miembros.

Los principios generales que informan la constitución y el funcionamiento de este tipo

de sociedades son:

1. Libre adhesión y baja voluntaria de los socios, con la consiguiente variabilidad del

capital social (Principio de puertas abiertas según la Alianza Cooperativa

Internacional ACI).

2. Igualdad de derechos y obligaciones entre los socios.

3. Estructura, gestión y control democráticos (Principio democrático según la ACI).

4. Interés voluntario y limitado a las aportaciones al capital social.

5. Participación en la actividad de la cooperativa.

6. Participación de los socios en los resultados, en proporción a la actividad

desarrollada en la cooperativa.

7. Educación y formación cooperativa de sus miembros, así como difusión en su

entorno de estos principios.

Las sociedades cooperativas andaluzas se constituirán mediante escritura pública y

adquirirán personalidad jurídica desde el momento en que se inscriban en el Registro de

Cooperativas, debiendo empezar su actividad en el plazo máximo de un año desde el

momento de su inscripción en el Registro. La denominación de la cooperativa incluirá


necesariamente las palabras “Sociedad Cooperativa Andaluza” o su abreviatura “S. Coop.

And” y su uso será exclusivo de estas sociedades.

Existen cooperativas de primer grado y de segundo o ulterior grado. Las cooperativas de

primer grado deberán estar integradas como mínimo por tres socios ordinarios, que podrán

ser tanto personas físicas como jurídicas, en ningún caso se podrán constituir cooperativas

de primer grado formadas exclusivamente por cooperativas. Las cooperativas de segundo o

ulterior grado y de integración tendrán al menos dos socios ordinarios que necesariamente

deberán ser cooperativas, salvo cuando sus miembros sean cooperativas agrarias en cuyo

caso podrán ser también socios las Sociedades Agrarias de Transformación. La ley recoge

la figura de las Cooperativas de Integración que a diferencia de las cooperativas de

segundo o ulterior grado pueden tener como socios a entidades o Administración de

Empresas y Organización de la Producción 9 personas jurídicas, públicas o privadas, para

el cumplimiento y desarrollo de fines económicos comunes.

Las cooperativas de primer grado se pueden clasificar en cooperativas de trabajo

asociado, cooperativas de consumidores y usuarios y cooperativas de servicios. A su vez

las cooperativas de consumidores y usuarios podrán ser de suministro de artículos de

consumo, de servicios diversos como restaurantes, transportes, hospitalización etc, de

suministros especiales como agua, gas, electricidad, etc, de ahorro para el consumo, de

suministros servicios y actividades para el desarrollo cultural, de viviendas, de crédito, de

seguros y educacionales. Finalmente dentro de las cooperativas de servicios cabe

mencionar a las cooperativas agrarias. La responsabilidad de los cooperativistas se limita a

su patrimonio, con lo que los socios sólo responden del importe nominal de sus

aportaciones.
En España tenemos un grupo cooperativo de gran éxito, que es puesto de ejemplo por

los estudiosos de todo el mundo: el grupo vasco Mondragón. Pese al éxito de esta

cooperativa, el hecho cierto es que este tipo de organización presenta problemas respecto

empresas capitalistas y de los que destacaremos los siguientes:

1. La cooperativa no asegura una buena coordinación en cuanto que no motiva al monitor

ni le otorga la suficiente autoridad como para llevar a cabo su labor.

2. A la hora de la toma de decisiones, es mejor que la información y las decisiones que

haya que tomar la realicen pocas personas, que no que se recurra a la implicación de

todo el personal (si bien es cierto que en las cooperativas se puede delegar la toma de

decisiones en un monitor, sin embargo si fuera así se desvirtuaría uno de los principios

de la cooperativa cual es el principio democrático) en las decisiones, ello ocasiona una

lentitud en la adopción de respuestas ante cambios en el entorno.

3. El riesgo que implica esta forma de empresa. Así el riesgo tiene dos facetas: primero,

la escasa protección que los trabajadores tienen frente a la variabilidad de los ingresos

y resultados (ya que se expone que los capitalistas pueden diversificar sus inversiones,

con lo que se protegen de vientos desfavorables haciendo un símil naviero). En

segundo lugar el promotor de la cooperativa no se puede guardar para sí una renta

residual debido al principio de igualdad entre los socios.

La Sociedad Agraria de Transformación. La sociedad agraria de transformación es una

sociedad civil de finalidad económico-social en orden a la producción, transformación y

comercialización de productos agrícolas, ganaderos o forestales, la realización de mejoras

en el medio rural, promoción y desarrollo agrario y la prestación de servicios comunes que


sirvan a dicha finalidad. En su denominación deberá figurar necesariamente la indicación

“sociedad agraria de transformación” o su abreviatura “S.A.T.”.

La sociedad agraria de transformación quedará constituida y gozará de personalidad

jurídica desde el momento que se inscriba su acta fundacional en el Registro General de las

Sociedades Agrarias de Transformación del Instituto de Relaciones Agrarias del Ministerio de

Agricultura.

La Comunidad de bienes

La comunidad de bienes carece de personalidad jurídica propia, lo que significa que cada uno

de los comuneros actúa en nombre propio frente a terceros. Para constituir una comunidad de

bienes se puede hacer de diversas formas:

Un contrato verbal, contrato privado por escrito, escritura pública ante notario que puede ser

voluntaria u obligatoria si se aportan bienes inmuebles o derechos. La responsabilidad es

ilimitada y mancomunada. Todos los socios son administradores salvo que las facultades se

hayan atribuido a uno de ellos. La Comunidad de Bienes se rige por el Código Civil, mientras

que las sociedades mercantiles lo harán por el Código de Comercio y disposiciones

complementarias. Según el artículo 392 del Código Civil, las comunidades de bienes son las

formadas por varias personas que ostentan la propiedad y titularidad de una cosa o derecho

indiviso.
CREACIÓN DE LA EMPRESA:

El proyecto de creación de una nueva empresa va ligado cada vez más al concepto de

emprendimiento, debido especialmente a que en el entorno global que nos situamos, con gran

competencia y con entorno tecnológico que evoluciona a gran velocidad, lo que exige cada vez

más una visión más "emprendedora" que "empresarial" el análisis y puesta en marcha de un

proyecto.

Para la supervivencia de la nueva empresa creada, es fundamental que aporte una nueva

ventaja competitiva, como la mejor en el producto, un proceso más limpio y eficiente, servicios

adicionales que mejoren las prestaciones, una mejor y más rápida distribución, introducir el

nuevo producto/servicio en un segmento de mercado no utilizado anteriormente. Es fundamental

que la nueva empresa, a través de los productos/servicios que ofrezca satisfaga necesidades no

cubiertas actualmente.

La creación de una empresa necesita estructurar una serie de recursos materiales, humanos y

económicos de cara a la consecución de una serie de objetivos establecidos por los

emprendedores en la puesta en funcionamiento de su actividad. Para ello, se recurre

generalmente al desarrollo de un plan de empresa.

Historia de la creación de empresa

Se considera que fueron los escritos de Richard Cantillon (pensador francés, 1755,

considerado el primer gran economista teórico) donde se introduce el concepto de “entrepreneur”

(que podríamos traducir como emprendimiento) y se comienza a definir quién es el empresario y

qué hace éste, es decir qué papel juega en el proceso económico llamado función empresarial,

que es crear y poner en marcha una empresa.


Desde entonces los estudios sobre el emprendedor se han basado en la Teoría Económica,

centrándose en la función empresarial. Sobre este concepto, y el de la figura del empresario,

escriben otros economistas como Say, von Thünen, Mill, Hermann, Marshall, etc. Sin embargo,

para Adam Smith y David Ricardo no existe la figura del empresario sino la del capitalista. A

pesar de buscarse el esencialismo metodológico, que pretende encontrar definiciones

caracterizando el objeto de estudio, prácticamente cada uno de los citados autores destaca una

característica de lo que es la figura de la persona que emprende. Se dan muy diversas

definiciones (véase la página "Empresario" de este portal) por lo que la ausencia de consenso

hace que esta disciplina no avance. Alguna de las diferentes concepciones del empresario son:

 Empresario es el que asume el riesgo de la incertidumbre.

 Empresario es quien aporta capital.

 Empresario es un innovador.

 Es un decisor.

 Es el que consigue ser líder del sector.

 Es el manager o superintendente.

 Es un organizador y coordinador de recurso.

 Es un empleador de factores de producción.

 Es la persona que asigna recursos entre usos alternativos.

En la primera mitad del S.XX se empieza a perfilar la ciencia a través de la proliferación de

estudios históricos sobre empresas, empresarios y función empresarial, biografías, tipos de

empresarios, empresarios líderes,etc. Destaca en este sentido el Centro de Historia Empresarial

de la Universidad de Harvard.
Se podría decir que en la segunda mitad de dicho Siglo, entre 1949 y 1979, arranca la línea de

investigación científica en este terreno, celebrándose varios congresos en los Estados Unidos. La

disciplina toma dos vertientes, la dedicada a la PYME, y aquella que trata de la figura del

empresario, como emprendedor, y de la creación de empresas.

En los últimos tiempos, el empuje esencial lo da el Informe Birch, presentado en 1979 ante el

Congreso de los Estados Unidos, donde se exponía que, a diferencia de lo que se creía hasta los

años setenta sobre que la gran empresa integrada verticalmente sería el modelo por excelencia,

quedando la pequeña y mediana empresa reducida a simple vestigio de una etapa anterior de

desarrollo económico (post II Guerra Mundial), la mayoría de los puestos de trabajo en los

Estados Unidos lo creaban las PYMES. Como dato señalaba que en la etapa 1969-1976 el 50%

de los nuevos empleos fueron generados por las pequeñas empresas. En el mismo sentido se

pronuncia la Carta Europea de la Pequeña Empresa (2002), confirmando el papel de innovador y

generador de empleo del emprendedor que inicia su actividad a través de su pequeña empresa,

además de ser, por su estructura menor, el tamaño de entidad que puede más fácilmente

adaptarse al entorno cambiante.

El Proyecto GEM: El proyecto internacional GEM (General Entrepreneurship Monitor) nace

en 1999 impulsado por instituciones de reconocido prestigio, como la Babson College y London

Bussiness School. El proyecto busca conocer de forma rigurosa el fenómeno emprendedor de

cada país participante, y su influencia en las economías nacionales. Su aportación más relevante

es la creación de un indicador, TEA (tasa de actividad de creación de empresas), que permite

observar la influencia de las políticas públicas y otros fenómenos (sociológicos, culturales, por

ejemplo) en la creación de empresas en un territorio, y su comparación territorial (puesto que

utiliza criterios y metodología uniformes y comunes a todos los países integrantes del proyecto).
Utiliza encuestas a la población adulta en general, cuestionarios a expertos varios, y variables

diversas socioeconómicas.

Los10 primeros pasos para dar de alta tu empresa

Independientemente del tipo de forma jurídica en el que vayas a constituir tu empresa, vas a

necesitar realizar obligatoriamente una serie de gestiones y trámites. A continuación te guiamos

en los pasos indispensables para dar de alta una empresa:

Elegir la forma jurídica: Lo primero es determinar el tipo de empresa que vas a crear y

determinar la forma jurídica: sociedad anónima, sociedad limitada, cooperativa.

Certificación negativa: Deberás obtener en el Registro Mercantil Central la Certificación

negativa del nombre de la sociedad (CNN) que acredite la exclusividad y no existencia de otra

sociedad con el mismo nombre. Se puede tramitar presencialmente con un impreso en las

oficinas del Registro Mercantil, por correo o a través de la web.

Capital social Depositar en una entidad bancaria una cantidad de dinero, que variará en

función del capital social exigido en cada caso. Para una sociedad limitada el mínimo son 3.000

euros, y para una sociedad anónima el capital no podrá ser menor de 60.000 euros.

Solicitar el NIF: Obtener el Número de Identificación Fiscal en la Agencia Tributaria,

primero provisional presentando la documentación necesaria (modelo 036, copia de la escritura

de constitución y copia de los estatutos), y después el definitivo (no más tarde de 6 meses)

presentando la escritura.

Creación de la sociedad: Debes realizar una escritura pública ante notario en el que los socios

firman la constitución de la sociedad.


Inscripción en el Registro Mercantil: Inscripción de la empresa en el Registro Mercantil

Provincial para obtener la plena competencia jurídica. Tendrá lugar en la oficina del Registro

Mercantil de la misma provincia donde la empresa esté domiciliada.

Alta en IAE: Hay que darse de alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas con la

actividad empresarial que se va a realizar, en una oficina de la Agencia Tributaria.

Libros de sociedades: Legalizar los libros de sociedades (libro de inventarios, libro de cuentas

anuales y libro diario) en el Registro Mercantil correspondiente de la provincia. Consiste en

poner un certificado oficial en la primera página de los libros y marcar el resto de las hojas con el

sello del Registro.

Registro de patentes y marcas: Registro de signos distintivos como pueden ser palabras,

frases, imágenes o símbolos en la Oficina Española de Patentes y Marcas, ya que haber

registrado anteriormente una denominación en el Registro Mercantil no significa tenerla

protegida como marca.

Puesta en marcha: Después de realizar las gestiones anteriores estarás casi listo para empezar

con tu negocio aunque dependiendo de la tipología puede que tengas que hacer alguna más, por

ejemplo, si vas a tener trabajadores deberás comunicar la apertura del centro de trabajo a la

Dirección Provincial del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y obtener un libro de visitas

para las inspecciones. Además, es muy recomendable obtener un certificado electrónico para

poder firmar documentación electrónicamente y agilizar procesos.


Las 10 claves para crear una empresa en la actualidad

Aparte de los pasos y trámites obligatorios expuestos anteriormente, a continuación te damos

algunas claves para orientarte a la hora de desarrollar cada una de las etapas de emprendimiento

de tu negocio:

Investiga el mercado y analiza las posibilidades de tu negocio: No te lances a lo loco y antes

de embarcarte en la aventura conoce bien el mercado en el que se mueve tu proyecto. Cada

sector es un mundo y los negocios no funcionan igual en todos los países o ciudades. Puede que

si te dedicas a la venta online tu actividad traspase fronteras, pero si lo que ofreces es un servicio

o se trata de un negocio físico, tu trabajo se desarrollará en un ámbito local.

Establece cuáles son las debilidades y las fortalezas de tu negocio: en qué puedes mejorar y

qué puntos te hacen más fuerte o te diferencian del resto. También debes conocer las amenazas

que puedes encontrarte, si podrías superarlas y las oportunidades que te ofrece el entorno. El

análisis DAFO es un elemento básico para el lanzamiento de una empresa.

Analiza de qué forma trabaja tu competencia directa, no te fijes sólo en las grandes marcas.

Tener claro en qué franja de competidores te mueves puede ser revelador.

Crea una estrategia de marketing: Tu estrategia de Marketing debe estar alineada con tus

objetivos. Establece dónde está tu público objetivo (target), cuáles serán tus canales de difusión,

cómo y con qué asiduidad crearás contenidos en tu blog, la intención de los mismos (serán

enfocados a venta directa, aportarán valor -inbound marketing-), cómo lo hace tu competencia.

Si andas un poco perdido, podemos echarte un cable con este manual completo de marketing

online. Pero si tu negocio no es exclusivamente online, tendrías que pensar en cómo utilizar las

estrategias de marketing para atraer clientes (descuentos, regalos, packaging personalizado, etc).
Elige un dominio con el nombre de tu negocio: ¿Te acuerdas de lo que antes hablábamos de

la importancia de elegir un nombre que incluya una keyword? Ahora ya sabes por qué. Vas a

necesitar una web que te dé visibilidad online, si tu nombre y dominio incluyen esa palabra

mágica vas a tener unos puntos extras. Aunque todavía no tengas hecha la web, deberías comprar

el dominio. Que tú registres un nombre de empresa al constituirla no quiere decir que ese nombre

quede también reservado en el mundo online.

Ten en cuenta dónde vas a desarrollar tu proyecto, no es lo mismo poner .es, que .com o .mex.

La terminación del dominio indica el país de ubicación, por lo que lo recomendable es .com.

Un dominio cuesta entre 5 y 15 euros, depende dónde lo compres.

Contrata un hosting para alojar tu web: El hosting es el servidor dónde estará alojada la web

de tu empresa. Los precios pueden ser muy dispares. Ten en cuenta que muchos de ellos no

trabajan en castellano, sino en su idioma nativo, por lo que si el más barato está en los EE.UU y

no hablas inglés, posiblemente no sea tu mejor opción.

Yo te recomiendo Webempresa como hosting. Atienden en castellano, servicio 24 horas, son

súper rápidos en solucionarte cualquier problema y tienen un blog lleno de información útil. De

igual forma, si quieres mirar otras opciones, te dejo este artículo de los mejores hosting web para

que puedas compararlos y escoger el que más te guste.


Crea una página web que sea irresistible para tu cliente: El aspecto visual y la usabilidad

web son dos puntos fundamentales para que el cliente se interese por tu propuesta. Hay todo un

mundo de plugins que puede ayudarte a ello si trabajas con WordPress. Algunos, como el Visual

Composer, han supuesto un antes y un después en el diseño web.

Una web tiene que ser visualmente atractiva y, a la vez, debe tener una navegación clara y

concisa. Cuando la tengas hecha, pídele a un conocido que navegue por ella y luego pregúntale si

le ha resultado fácil.

Construye una marca personal y un branding potente: El branding abarca sobre todo

cuestiones como logos, diseño, colores corporativos, etc. Esto no solo deberás incorporarlo a tu

web, también deberás hacerlo en tus tarjetas, documentos o local. Tener unos colores que nos

identifiquen ante el cliente de un solo vistazo o un logo que se grabe a fuego en la memoria, nos

ayuda a posicionarnos frente a la competencia.

Con la marca personal sucede lo mismo, tu presencia en redes sociales debe estar en línea con

el tipo de negocio que tengas. Una empresa que se dedique a la construcción no puede utilizar el

mismo tono en su comunicación que otra que se dedique a las fiestas infantiles. En ambos casos

es importante la marca personal, ya que lo que transmitimos al cliente puede ser el detonante

para que se genere una venta de servicio o producto.

Piensa en tus Recursos Humanos: Si vas a contratar trabajadores deberás estar al día en los

aspectos que competen a la selección de personal y entrevistas de trabajo, bajo el lado

empresarial.
La contratación de personal para una empresa ha cambiado mucho en estos últimos años.

Redes sociales y blogs se han convertido en un currículum in live de nuestras habilidades e

intereses. No solo Linkedin puede resultar efectiva en ese campo, si buscas un diseñador o un

decorador para tu negocio, posiblemente te encuentres con que tienen un portafolio en una web o

una página en Facebook.

Realizar búsquedas en Redes Sociales mediante hashtags, graph search o similares, puede

acercarnos rápidamente al perfil de trabajador que estamos buscando para completar nuestra

empresa.

Atención al cliente: Las redes sociales es un espejo que refleja nuestra experiencia como

cliente. No son pocos los halagos a determinados negocios, pero tampoco son pocas las quejas.

Monitoriza lo que se dice de tu negocio en las Redes Sociales y, si hay alguna queja, responde

de manera profesional e intenta resolver el problema. No importa que no tengas una web o

presencia online, el cliente utilizará este canal para emitir su opinión.

Gestiona la base de datos de tus clientes: Aunque tu empresa sea offline, no creas que debes

restar importancia al hecho de hacerte con una base de datos de tus clientes. Es muy importante

para tu estrategia de negocio contar con una buena gestión de tus contactos.

Muchos negocios o empresas solicitan las direcciones de correo electrónico a sus clientes para

luego mandar ofertas o descuentos. Que un cliente te ceda su correo quiere decir que está

interesado en establecer una comunicación con tu empresa. La comunicación debe conseguir que

tu cliente se sienta valorado.

No se trata de mandar una newsletter cada vez que actualices tu web, es más que eso. Puedes

avisarle de los próximos eventos que haya en tu local, ofrecerle ofertas sólo para quienes hayan
realizado una compra previa, o incluso recomendar un nuevo servicio que hayáis puesto en

funcionamiento en la empresa.

Ten en cuenta la formación: Deberás tener presentes los conocimientos y habilidades

requeridos por tus trabajadores en tu sector, para darles las facilidades necesarias de renovar y

actualizar sus conocimientos en los ámbitos que lo demanden, así como su formación en nuevas

áreas que sirvan para potenciar el desarrollo de ambas partes. Infórmate de las diferentes

opciones que hay de financiación en cursos de formación, la fundación Tripartita imparte varios

cursos gratis a empleados y empresas, quizá alguno de ellos cuadre con tu sector.

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