LOS INTÉRPRETES,

UNA PIEZA CLAVE

El macrojuicio del 11-M ha sido la mayor puesta en ligadas a determinados contextos y reali-
dades. Son disciplinas que se basan en la
escena de la Justicia en España y Europa después observación, selección y discriminación de
del juicio de Nüremberg de 1945, si tenemos en cuenta palabras, expresiones y significados, lo que
tanto la magnitud del atentado terrorista como conlleva un desafío permanente y un ejer-
cicio de equilibrios, a veces bastante
el elevado número de procesados, testigos, agentes precarios, siendo la independencia en la
de seguridad, expertos y defensas que han intervenido toma de decisiones, según criterios razo-
a lo largo del proceso. nables únicamente impuestos por factores
contextuales, un elemento básico para ele-
varse por encima del bien y del mal, por
encima de la verdad y de la mentira, y por
ado el carácter extraordinario nuestra Carta Magna en su artículo 24 y encima de los beneficios y de perjuicios,

D de este juicio y el origen de

muchos procesados y sus
peculiaridades culturales y lin-
güísticas, el Ministerio de Justicia al no
disponer de suficientes intérpretes de
plantilla preparados, ha tenido que recu-
rrir al Ministerio de Exteriores para
solventar los escollos de la comunicación
contratando a 23 intérpretes de árabe, sus
variantes y otros dialectos. Todos los intér-
pretes que han intervenido en el juicio
han tenido que superar unos controles de
selección rigorosos teniendo en cuenta
tanto los aspectos de seguridad, historial
personal, prestigio y confidencialidad,
como experiencia y formación práctica en
las materias a tratar.
No obstante, y con anterioridad a la
fecha de celebración del juicio, los aboga-
dos venían denunciando la imposibilidad
de ejercer la defensa de sus clientes de
habla extranjera por falta de intérpretes
para preparar el juicio y comunicar con
los encausados siendo el derecho a la asis-
tencia lingüística gratuita, si el acusado
desconoce el idioma oficial del país, un
pilar más y una garantía consagrada en
la legislación penal.
Una vez solventados estos obstácu-
los, y a pesar de la presión mediática y otros
condicionantes laborales, materiales y psi-
cológicos, me resulta gratificante resaltar
y reconocer que los intérpretes, seleccio-
nados por el Ministerio de Exteriores, que
han intervenido durante el proceso, tanto
los de enlace como los que se han ocupa-
do de la interpretación simultánea, han
podido estar a la altura del reto demos-
trando una gran profesionalidad, actuando
con criterio, responsabilidad y sentido
común siendo equidistantes y neutrales,
estando al servicio de la comunicación y
demostrando el mismo grado de lealtad a
las partes sin menoscabar la confianza y la
credibilidad que en definitiva son claves
para gozar del reconocimiento.
NO ES UNA OPERACIÓN MECÁNICA
Este juicio ha demostrado una vez más que
la traducción e interpretación no son dis-
ciplinas que se realizan en el vacío, no se
trata de operaciones mecánicas de susti-
tución de palabras por sinónimos en otra
lengua. La traducción e interpretación están
lejos de los posicionamientos tanto a favor
como en contra de algo o de alguien.
Los intérpretes en este gran juicio han
ejercido de agentes fronterizos entre len-
guas, culturas, fuerzas, objetivos, intereses
y modos de entender, sentir, valorar y pal-
par la vida distintos y divergentes,
sometidos a grandes presiones debido en
primer lugar a la naturaleza del juicio y,
en segundo lugar, al desconocimiento por
parte de los interlocutores de la caracte-
rísticas y condicionantes relativas a los
sistemas de comunicación a través de los
intérpretes, como hablar de uno en uno,
respetando los turnos de intervención o
teniendo en cuenta los registros lingüís-
ticos adecuados en cada momento y demás
claves, en aras de una mejor comunica-
ción. Cualquier canal que sirva para
transmitir información cuenta con una
capacidad limitada de hacerlo y por enci-
ma de ese umbral es posible que se
produzcan, sin quererlo ni buscarlo, mani-
pulaciones y pérdidas de información.
Durante el juicio todos hemos podido
constatar que en los procedimientos judi-
ciales el trabajo de los jueces para impartir

54 Abogados / Septiembre 2007

 EL JUICIO DEL 11-M

ELHASSANE
BENHADDOU HANDI
Traductor e Intérprete
Ministerio del Interior

Justicia, la actuación de los fiscales y las

estrategias de defensa de los letrados depen-
den en gran medida de la labor de otros y
de la calidad de comunicación y capacidad
de precisión teniendo en cuenta los mati-
ces de la oralidad y la contextualización de
los mensajes. Por lo tanto es imprescindi-
ble la cooperación entre jueces, letrados, y
profesionales de la traducción e interpre-
tación que han de trabajar en equipo,
conocerse y respetarse mutuamente.

LA JUSTICIA HA FUNCIONADO BIEN

El buen desarrollo de este juicio ha demos-
trado que la democracia en España está
suficientemente consolidada y que a pesar
de lo espinoso del caso a juzgar, la Justi-
cia ha funcionado bien, observando las
garantías procesales, respetando los dere-
chos humanos y cumpliendo con las leyes
sin necesidad de recurrir a limbos o Guan-
tánamos.
Administrar Justicia o ejercer la defen-
sa son tareas complicadas y de gran
responsabilidad especialmente en el orden
penal debido al imperativo legal para dar
con los verdaderos culpables teniendo en
cuenta también que muchos encausados
se juegan derechos fundamentales como
la libertad y hay que evitar que se pro-
duzca la indefensión de las personas. Si
no somos capaces de establecer una comu-
nicación de calidad que permita a los
jueces y fiscales comprender lo que dice
el acusado y a su vez garantizar al encau-
sado entender las acusaciones y poder
defenderse probablemente todas las deci-
siones se verían afectadas y no estaríamos
en condiciones de garantizar la tutela
judicial efectiva.
Este juicio ha servido de punto de
inflexión y es una gran oportunidad para
abrir un debate para mejorar el actual sis-
tema de provisión de servicios de
traducción e interpretación en las admi-
nistraciones, especialmente en Justicia e
Interior, corrigiendo algunas situaciones
que desprestigian la profesión del tra-
ductor e intérprete y no benefician en nada
o más bien obstaculizan el acceso iguali-
tario a la justicia y demás servicios.
Debemos dotar a la Administración
de Justicia de suficientes traductores e
intérpretes profesionales apostando por su
estabilidad y formación continua para
garantizar una tutela judicial efectiva tenien-
do en cuenta la nueva realidad social.
El panorama actual de contratación de
intérpretes en Justicia no es el más ade-
cuado, la calidad de la interpretación ha
mermado debido a la externalización de
los servicios de interpretación, algunas
empresas privadas adjudicatarias de estos
servicios, imponen condiciones laborales
y tarifas precarias (16-24 euros por hora o
por intervención) que no contribuyen a
retener al personal cualificado.
En el juicio del 11-M los intérpretes han
tenido un papel trascendental, traducien-
do, interpretando y cotejando versiones lo
que en definitiva ha permitido acercarse a
las distintas realidades. Es fundamental
tener en cuenta las repercusiones que pue-
dan tener unas malas interpretaciones en
el desarrollo de un juicio. Un intérprete
además de hablar idiomas es un profesio-
nal con competencias comunicativas y
conocimientos profundos de las claves
socioculturales de los interlocutores. La
interpretación exige respuestas inmedia-
tas a situaciones inmediatas, es una
convergencia y negociación de significa-
dos socioculturales.
Acabo con la máxima de Lope de Vega
cuando dijo: “más quiero ser entendido
que defendido”. ●

Septiembre 2007 / Abogados 55