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Antofagasta, a seis de julio de dos mil once.

VISTOS:
Con fecha 4 de mayo de 2011, ante la Tercera Sala de la
I. Corte de Apelaciones de Antofagasta, integrada por el
Ministro Sra. Cristina Araya Pastene, el Fiscal Judicial Sr.
Rodrigo Padilla Buzada y la Abogada Integrante Sra. Macarena
Silva Boggiano, se llevó a cabo la audiencia a objeto de
conocer el recurso de nulidad interpuesto por Juan Guillermo
Silva González e Iván Francisco Saavedra Oróstica, abogados,
en representación del reclamante, Alejandro Yamir Pizarro
Cisternas, trabajador de la Compañía Minera Zaldívar S.A.,
contra la sentencia definitiva pronunciada el 19 de noviembre
de 2010, notificada en igual fecha, por el Juez del Juzgado
de Letras del Trabajo de Antofagasta, en causa RIT I-26-2010,
RUC 10-4-0027883-6, que rechazó su reclamación contra la
Inspección Provincial del Trabajo de Antofagasta,
representada por María Cecilia González Godoy, y, por
consecuencia, que no dio lugar a:
1.- declarar ilegal la investigación realizada por Isa
Baeza Cabrera, Fiscalizadora de la Inspección del Trabajo, a
causa de la denuncia que por acoso sexual presentó Marlen
Chavarría Quintana, trabajadora de la Mutual de Seguridad, en
contra del reclamante y recurrente, Alejandro Yamir Pizarro
Cisternas, y, por consecuencia, deja sin efecto el informe
Anexo de Investigación N° 0201/2009/1247, ordinario N°
2104/2009 y ordinario N° 2105/2009, ambos de 9 de diciembre
de 2009, ordinario N° 13/2009, de 06 de enero de 2010, en
informe de fiscalización N° 1247 de 19 de octubre de 2009.
2.- declarar que no existió el acoso sexual denunciado.-
Los recurrentes fundamentan la declaración de nulidad
que pretenden en la causal del artículo 477 del Código de
Trabajo, y, subsidiariamente, en la causal del artículo
478, letra b), del mismo Código, solicitando que se invalide
la sentencia definitiva recurrida antes indicada declarándola
nula y se dicte la sentencia de reemplazo que corresponde
acogiendo, en todas sus partes, el reclamo rechazado.

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En la audiencia se anunciaron y alegaron, por el
recurso, el abogado Iván Saavedra Oróstica, en representación
del reclamante y recurrente, Alejandro Yamir Pizarro
Cisternas, quien pidió se dé lugar al recurso declarando
nula la sentencia definitiva recurrida dictando la sentencia
de reemplazo que corresponde y, contra el recurso, la abogado
Carolina Herrera Vargas, en representación de la reclamada,
Inspección Provincial del Trabajo de Antofagasta, quien pide
no se dé lugar al recurso, alegatos que han quedado
registrados en el sistema de audio, quedando este recurso en
estado de acuerdo.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que la sentencia definitiva en contra de la que
recurren de nulidad los abogados Juan Guillermo Silva
González e Iván Francisco Saavedra Oróstica, en
representación de reclamante, Alejandro Yamir Pizarro
Cisternas, y por el que alegó el abogado Iván Saavedra
Oróstiga, lo es la pronunciada el 19 de noviembre de 2010 por
el Juez del Juzgado de Letras del Trabajo de Antofagasta, en
el juicio del trabajo RIT I-26-2010, RUC 10-4-0027883-6, que
no dio lugar al reclamo presentado por el recurrente
Alejandro Yamir Pizarro Cisternas, en contra de la Inspección
Provincial del Trabajo de Antofagasta, representada por María
Cecilia González Godoy, pidiendo declarar ilegal la
investigación que sobre acoso sexual realizó la fiscalizadora
Isa Baeza Cabrera, de la Inspección del Trabajo de
Antofagasta, y, por consecuencia:
a.- que se dejaba sin efecto el Informe Anexo de
Investigación N° 0201/2009/1247, emitido por Isa Baeza
Cabrera, fiscalizadora, los Oficios Ordinarios N° 2104/2009,
N° 2105/2009, ambos del 9 de diciembre de 2009, y N° 13/2009,
del 6 de enero de 2010 y el Informe de Fiscalización N° 1247
del 19 de octubre de 2009;
b.- que se declaraba, conforme al mérito de la
investigación administrativa efectuada por Isa Baeza Cabrera,

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fiscalizadora, que no existió el acoso sexual denunciado por
Marlen Chavarría Quintana, causa de dicha investigación; y
c.- que se condenaba en costas a la reclamada Inspección
Provincial del Trabajo de Antofagasta.
SEGUNDO: Que la sentencia definitiva recurrida, antes
referida, no dio lugar a declarar la ilegalidad pedida por el
reclamante y recurrente, Alejandro Yamir Pizarro Cisternas,
por cuanto concluyó que la investigación que por acoso sexual
realizó la fiscalizadora de la Inspección del Trabajo, Isa
Baeza Cabrera, a causa de la denuncia presentada por Marlen
Chavarría Quintana, se ajustó al procedimiento reglado por el
Título IV, de la investigación y sanción del acoso sexual,
del Libro II del Código del Trabajo, de la protección a los
trabajadores, y porque, en el mérito de dicha investigación y
de lo actuado en la causa RIT I-26-2010, RUC 10-4-0027883-6,
en la que esta sentencia definitiva se dictó, se acreditó la
existencia del acoso sexual denunciado.
TERCERO: Que los abogados del recurrente, Alejandro
Yamir Pizarro Cisternas, tanto en el recurso de nulidad
interpuesto como en sus alegaciones en la vista de la causa,
piden se declare nula la sentencia definitiva recurrida,
pronunciada el 19 de noviembre de 2010 por el Juez del
Juzgado de Letras del Trabajo de Antofagasta, fundados,
primero, en la causal del artículo 477 del Código del
Trabajo, esto es por haber sido dictada con infracción de ley
que influyó substancialmente en lo dispositivo del fallo, y,
subsidiariamente, en la causal de la letra b) del artículo
478 de dicho código por cuanto habría sido pronunciada con
infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de
la prueba conforme a las reglas de la sana crítica.
Fundan la primera causal, en el hecho de haberse tenido
por cierto que existió de parte del denunciado una conducta
de acoso sexual, de los llamados horizontal y ambiental,
concluyendo que los actos realizados constituyen
requerimiento sexual implícito, sin embargo no se señaló cuál
es el requerimiento sexual realizado, ni se indicó el orden

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cronológico en que acontecieron dichos actos, faltando así el
elemento esencial del acoso sexual, esto es el requerimiento
sexual. Refiere que la fiscalizadora actuante fundó tal
exigencia legal en tres mensajes de texto, cuyo tenor fue
“Profe, pro favor contésteme”, “Profe no la molesto más” y
“Profe no entiendo su malestar, jamás le falte el respeto y
he hablado palabras de amor”; además de 28 llamadas
realizadas en el último día que realizó la clase “pausa
activa”. El recurrente precisa que los mensajes enviados no
tienen connotación sexual y el gran número de llamadas no
fueron contestadas, por lo que no se efectuó en ella ningún
requerimiento sexual, pudiendo ser calificada tal conducta,
en el pero de las hipótesis como acoso laboral moral, no así
acoso sexual. Además, la investigación realizada no cumple
con los requisitos de los artículos 211 A, 211 B, y 211 C del
Código del Trabajo. Concluye señalando que la omisión acusada
ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo por
cuanto al dar por acreditada la existencia de un
requerimiento de connotación sexual infringiendo el concepto
legal, ha rechazado el reclamo impetrado.

En relación a la causal subsidiaria de la letra b) del


artículo 478 del Código del Trabajo, por haberse infringido
manifiestamente las normas sobre apreciación de la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica, desde que la
reflexión sexta del fallo “no señala cuales han sido las
razones jurídicas o de lógica que llevaron a concluir la
existencia de un requerimiento sexual”, pues si bien los
mensajes de texto y las llamadas telefónicas son un elemento
idóneo para un requerimiento sexual, éstos deben contener tal
requerimiento, lo que no ocurrió, más aún si las llamadas no
fueron contestadas. Además, la denunciante de acoso sexual no
declaró en autos, sin perjuicio de lo cual la Juez hace
referencia a los dichos de ella que ni siquiera constan en la
denuncia, no existiendo prueba que dé cuenta de requerimiento
sexual alguno. Asimismo solicitó la declaración de ilegalidad
del proceso de investigación, la que fue desestimada en el

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considerando quinto, sin tomar en consideración que existen
vicios de procedimiento que fueron acreditados en autos, sin
que la Juez considerara su multiplicidad y concordancia, a
saber, que el plazo de investigación es de treinta días según
el Código del Trabajo, en circunstancias que la investigación
de autos duró seis meses, y que la fiscalizadora actuante
declaró en audiencia de juicio que no tomó declaración a
ningún testigo durante el proceso de investigación, no
obstante lo cual en cuatro ordinarios se señaló estar fundada
su decisión en las “diversas entrevistas sostenidas con
trabajadores de la empresa, cuya identidad se reserva sólo
para el conocimiento de los tribunales”, ha quedado en
entredichos la veracidad de sus conclusiones, dada la
gravedad de la contradicción manifestada. Por lo anterior,
solicita se anule sentencia y se dicte sentencia de reemplazo
subsanando los vicios denunciados, con costas.

CUARTO: Que, en lo que dice relación con la primera de


dichas causales, infracción de ley que influyó
substancialmente en lo dispositivo del fallo, se observa que
la sentencia definitiva recurrida, en sus considerandos
cuarto y quinto, constató que la investigación efectuada por
la fiscalizadora Isa Baeza Cabrera se inició por denuncia
presentada a la Inspección del Trabajo por Marlene Eliana
Chavarría Quintana; que a causa de esta denuncia se efectuó
una reunión técnica en la que se adoptaron las medidas
necesarias para hacer la investigación; que en dicha
investigación declararon la denunciante, el denunciante, los
representantes de sus respectivos empleadores y testigo y se
apreció la documentación agregada; que, una vez terminada la
investigación, se realizó nueva reunión técnica; y que, a
continuación, se adoptaron las conclusiones que ameritaba la
investigación efectuada las que fueron notificadas en la
forma debida de todo lo cual resulta que el procedimiento
aplicado se ajusta a la ley.
QUINTO: Que, efectivamente, el procedimiento relatado
de la investigación por acoso sexual referida se ajusta a las

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normas que lo regulan contenidas en el Título IV del Libro
II, del Código del Trabajo, que lo son: denuncia escrita a la
Inspección del Trabajo, investigación administrativa,
formulación de conclusiones, notificación de las mismas a la
denunciante, al denunciado y al empleador y sanciones. Y ello
es así aun considerando que la terminación de esta
investigación no lo fue dentro de plazo lo que constituye,
incumplimiento que no vicia el procedimiento aplicado y,
menos, influye en forma sustancial en los dispositivo del
fallo recurrido. Y todo sin perjuicio de las
responsabilidades administrativas a que haya lugar, materia
ésta que no es objeto de esta causa. Por ende, conforme los
hechos acreditados el procedimiento seguido en esta
investigación por acoso sexual no adolece de un vicio de
ilegalidad.
SEXTO: Que los recurrentes alegan, asimismo, que la
sentencia recurrida infringe la ley al concluir que hubo de
parte del denunciado y recurrente, Alejandro Yamir Pizarro
Cisternas, requerimientos sexuales a la denunciante. Al
respecto, la sentencia definitiva, en su considerando sexto,
por una parte, se remite al inciso 2 del artículo 2 del
Código del Trabajo que establece el deber de fundar “las
relaciones laborales … en un trato compatible con la dignidad
de la persona” señalando expresamente que el acoso sexual es
una conducta que contraría este deber, entendiéndose por
acoso sexual “el que una persona realice en forma indebida,
por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual, no
consentidos por quien los recibe y que amenacen o perjudiquen
su situación laboral o sus oportunidades en el empleo.” y,
por otra, a la doctrina que delimita el concepto de acoso
sexual para concluir que en este caso hubo un acoso sexual,
horizontal – de un trabajador a una trabajadora y no de un
empleador a una trabajadora o viceversa – y ambiental –
“peticiones insistentes de favores sexuales, sin tomar en
cuenta el rechazo a tal solicitud y la realización reiterada
de conductas, comentarios o alusiones de carácter sexual en

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el lugar de trabajo sin tomar en cuenta su ofensividad para
otro”, y concluye: “Que, así las cosas los antecedentes
tenidos a la vista por la Inspección del Trabajo al momento
de evacuar la investigación son los mismos traídos a esta
audiencia y considerando que el requerimiento sexual no
necesariamente debe ser directo, si bien la denunciante
señala que el reclamante le pidió el número de su habitación
y le pidió que lo invitara a su dormitorio, se entiende que
los llamados y mensajes son medios idóneos para transmitir un
requerimiento sexual o de connotación sexual, que de todas
maneras amenazaron la estabilidad laboral de la denunciante,
quien decidió no continuar trabajando en la empresa, por lo
que se debe rechazar la demanda intentada”. Por consecuencia,
se concluye, habiéndose acreditado la existencia del acoso
sexual imputado al recurrente toda vez que hubo el
requerimiento sexual negado por él, que la sentencia
definitiva recurrida no incurre en infracción de ley que
hubiere influido de modo sustancial en lo dispositivo y, por
ende, no procede su invalidación.
SÉPTIMO: Que, respecto de la causal del artículo 478,
letra b), del Código del Trabajo, esto es, infracción
manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba
conforme las reglas de la sana crítica, la sentencia
definitiva recurrida, en su considerando sexto, examina las
declaraciones prestadas por los testigos que nombra, los
registros y tenor de los numerosos mensajes telefónicos
enviados por el recurrente denunciado a la denunciante; las
respuestas del recurrente a las preguntas del tribunal; y las
propias declaraciones de la denunciadas las que fueron
apreciadas conforme a las reglas de la sana crítica, esto es,
expresa “las razones jurídicas (textos legales y opinión de
la doctrina) y considera “la multiplicidad, gravedad,
precisión, concordancia y conexión de las pruebas o
antecedentes del proceso que utilizó para llegar, en forma
lógica, a conclusión que existió el acoso sexual negado por
el recurrente y denunciado Alejandro Yamir Pizarro Cisternas.

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Por consecuencia, no procede invalidar la sentencia
definitiva recurrida por esta causal invocada por el
recurrente.
Por estas consideraciones y de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 474 y siguientes del Código del
Trabajo, SE RECHAZA, con costas, el recurso de nulidad
interpuesto por los abogados Juan Guillermo Silva González y
Iván Francisco Saavedra Oróstica, en representación de
Alejandro Yamir Pizarro Cisternas, contra la sentencia
definitiva pronunciada el 19 de noviembre de 2010 por el Juez
del Juzgado de Letras del Trabajo de Calama (Antofagasta), en
este causa RIT I-26-2010, RUC 10-4-0027883-6.
Regístrese, comuníquese y archívese.
Rol 243 - 2010
Se deja constancia que se hizo uso del artículo 82 del
Código Orgánico de Tribunales.
Redacción a cargo del Fiscal Judicial Rodrigo Padilla
Buzada, quien no firma por encontrarse con licencia médica.

Pronunciada por la Tercera Sala, integrada por la


Ministro Titular Sra. Cristina Araya Pastene, el Fiscal
Judicial Sr. Rodrigo Padilla Buzada y la Abogado Integrante
Sra. Macarena Silva Boggiano. Autoriza la Secretaria Titular
Sra. Claudia Campusano Reinike.

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