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Historia
Comenzaba la década de los noventa del siglo pasado cuando las Universidades privadas
de Santa Cruz de la Sierra comenzaban a graduar los primeros profesionales en ciencias
de la comunicación e inspirados por las primeras promociones de la Universidad
Evangélica Boliviana se decide la creación de la organización profesional que agrupe a
los profesionales del ramo. La dedicación y carisma del fundador Lic. Raúl Justiniano
constituyó el elemento catalizadora para que el Colegio pudiera afirmarse en poco tiempo
y con el compromiso de e todos sus integrantes. Son varios los directorios que se han
sucedido hasta el presente con la especial característica de que el Colegio ha estado
dirigido en varias oportunidades por profesionales mujeres. En la actualidad el Colegio
está próximo a la renovación de su directorio y con seguridad ello representará un nuevo
impulso para ala marcha institucional. El Colegio de Comunicadores forma parte activa
de la Federación de Profesionales de Santa Cruz de cuyo directorio ha formado parte en
varias oportunidades; también es miembro del Colegio Nacional de reciente creación
ocupando la segunda vicepresidencia en el directorio.
Resumen
De acuerdo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y respaldada por la
Constitución Política del Estado, la libertad de información es un derecho fundamental
que contribuye al entendimiento entre los hombres y al desarrollo y mantenimiento de la
democracia en el país.
El comunicador es el profesional que surge de este derecho y su función es mantener esta
libertad en su lugar de trabajo informando oportuna y verazmente, defendiendo cualquier
intento o hecho violatorio y al mismo tiempo facilitando el pronunciamiento u opinión de
las personas que intervienen en el proceso de Comunicación Social.
Estos lineamientos hacen parte de la responsabilidad social del comunicador ante si
mismo y su sociedad y debe ser expresada mediante una conciencia moral identificada
con los intereses comunes de la población.
La delicada situación que supone responsabilidad, hace que esta profesión necesite
criterios bien definidos sobre el cumplimiento de la ética profesional.
EL COMUNICADOR Y LA COMUNIDAD
El Comunicador Social, tiene el deber de proporcionar a la comunidad información
honesta y veraz, evitando la deformación, tergiversación y superficialidad en el mensaje,
por ello tiene la obligación de respetar y denunciar la violación de los Derechos Humanos,
promover los valores universales de paz, solidaridad e igualdad y ser leal a los valores
fundamentales de su comunidad en particular.
El Comunicador Social, debe contribuir a la independencia económica, política y cultural
de la región y del país. La Comunidad espera del Comunicador Social identificación con
los intereses de las mayorías, denunciando los abusos y desigualdades y facilitando el
ejercicio de su libertad de expresión de todos los sectores, especialmente de los sectores
marginados.
EL COMUNICADOR Y EL ESTADO
El Comunicador exigirá del Estado el pleno respeto de la libertad de expresión, el libre
acceso a las fuentes de información y el derecho del pueblo a una información objetiva,
veraz y oportuna. Exigirá del Estado una política de comunicación que impida el
monopolio y facilite el flujo equilibrado de la información.
EL COMUNICADOR Y LA EMPRESA
El Comunicador está obligado a velar porque se cumplan con su profesión las
disposiciones de la Legislación Laboral.
El Comunicador está en la obligación de exigir a la empresa respetar su producción, cuyo
sentido no podrá ser cambiado sin su consentimiento.
El Comunicador debe asumir juntamente con la empresa la responsabilidad de toda
información elaborada por él y difundida sin ninguna alteración ajena a su voluntad.
Resumen
El derecho a la información, al igual que la libertad de expresión y la crítica son libertades
fundamentales de todo ser humano. Del derecho del público a conocer los hechos y las
opiniones proviene el conjunto de deberes y derechos del periodista. Los periodistas se
imponen espontáneamente las reglas para el cumplimiento de la sagrada misión de
informar. Este es el objeto de la declaración de deberes formulada en éste código y no
podrán, en todo caso, cumplirse plenamente dichas obligaciones si las condiciones
concretas de independencia y dignidad profesional no se realizan. Tal es el objeto de la
declaración de derechos del Código de Ética del Colegio de Periodistas del Perú
DECLARACIÓN DE DEBERES.
Los deberes esenciales del periodista en la búsqueda, redacción, producción, narración y
comentario de la noticia son:
Buscar la verdad en razón del derecho del pueblo a conocerla, sean cuales fueren
las consecuencias para sí mismo.
Ajustarse a la más rigurosa veracidad en el trabajo, ser honesto y fieles
cumplidores de la difusión de la verdad: brindar una información completa, que
permita al pueblo orientarse correctamente sobre el acontecer económico, social,
político, científico, cultural y deportivo.
Defender la libertad de información y los derechos que ésta implica; la libertad
del comentario y de la crítica, la independencia y la dignidad de la profesión.
Publicar informaciones y documentos cuyo origen haya sido plenamente
verificado, sin suprimir, desnaturalizar, ni añadir hechos que puedan tergiversarla
información.
Respetar la vida privada de las personas, el honor, la buena reputación y su
imagen, así como su intimidad familiar.
El periodista debe estar siempre comprometido con la verdad, la justicia social, el
respeto a los derechos humanos y la paz social.
DECLARACIÓN DE DERECHOS
El respeto pleno de los deberes mencionados requiere que los periodistas tengan, al
menos, los siguientes derechos básicos:
Libre acceso a todas las fuentes de información y derecho de investigar sin trabas
en todos los hechos de interés público.
El periodista no podrá ser obligado a cumplir un acto profesional o expresar una
opinión que fuese contraria a la verdad, su convicción o su conciencia.
El periodista tiene también derecho al respeto de la colectividad y de sus colegas
cuando esté actuando de acuerdo a las normas éticas del presente código.
Los periodistas están obligados a proceder en todos los actos con honor, velando
por la dignidad profesional. Para ser dignos de la libertad de expresión no hay que
incurrir en libertinaje. El único límite es el derecho ajeno.