“Recorriendo la Escuela”

En el espacio áulico ocurre un encuentro educativo entre el docente y los alumnos, es necesario
que el docente capte la atención del alumno, a través de las actividades, para un mejor desarrollo
cognitivo. Esta interacción se ve amenazada por interrupciones innecesarias, de cuestiones ajenas
al aprendizaje, que durante el transcurso de la clase, dificultan la dinámica de la misma,
obstaculizan la espontaneidad, y modifican la esencia de la actividad

¿Es posible esperar hasta la finalización de la clase para resolver las cuestiones ajenas al trabajo
escolar?

La principal finalidad de la escuela primaria es enseñar a aprender, es decir, a comprender,

razonar, entender y reflexionar sobre la interpretación de textos, apuntando a reconocer los
momentos más significativos del relato y de sus relaciones. Para eso, es importante que los
docentes, demos cause a que los alumnos experimenten y exterioricen, la gama de afectos
motivados por la lectura, antes del análisis de la estructura. El objetivo central de la lectura
debería ser comprender y disfrutar, y en consecuencia, generar el gusto por escribir y la habilidad
para expresar coherentemente vivencias, pensamientos y opiniones que están ligados al grado de
desarrollo de la capacidad de lectura.

La escuela primaria se propone la formación de alumnos/as, capaces de desarrollar la capacidad

reflexiva, el juicio crítico, de expresarse creadoramente, de utilizar la experimentación como un
camino para la investigación, de aprender a aprender, de construir su individualidad en el marco
de su integración social. Es decir, la escuela debe garantizar y estimular, la autonomía del sujeto,
ya que, este sistema hace dependiente al alumno recurriendo a la aprobación del docente si está
haciendo lo correcto.

Las formas que utilizan los maestros atentan contra esta autonomía que se quieren generar
porque proponen actividades cuantitativas, es decir, fijan actividades de conocimiento por medio
de la memorización y repetición, no guiando al alumno a la reflexión y que formen su punto de
vista.

En el transcurso del tiempo, se fue renovando la formación y el estudio de la educación,

haciéndose cada vez más efectivo, produciendo métodos innovadores que mejoraron la
enseñanza. El reemplazo de los viejos maestros por nuevos educadores producirá
automáticamente el mejoramiento de la enseñanza. Se supone que los jóvenes demostraran más
entusiasmo y una mayor cuota de energía, además de una formación actualizada, con los últimos
aportes de la ciencia a la educación.

El maestro debe poder planificar, mantener la armonía y organización de la clase, captando la

atención de sus alumnos y haciéndolos participes de la actividad, encargándose además, de
cuestiones administrativas ajenas al aula, como encargarse de: asistencia, actos escolares y
reuniones. Estas responsabilidades son cumplidas en condiciones laborales insatisfactorias, con
falta de herramientas y recursos didácticos (libros o manuales) y escuelas con problemas de gas,
de luz o edilicios, entre otras cuestiones.