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DOI 10.18239/ocnos_2016.15.1.862
Ocnos
Revista de Estudios sobre lectura Open Access
http://ocnos.revista.uclm.es/ Full Text
Article
Alice Castaño-Lora
Silvia Valencia-Vivas
Universidad Icesi, Cali, Colombia
Universidad del Valle
Seminario de Literatura Infantil y Juvenil (Semilij)
Fecha de recepción:
02/11/2015
Fecha de aceptación:
13/05/2016 Resumen Abstract
La violencia es un tema controvertido Although violence is a controversial
cuando se dirige a la infancia, no obstante, topic for children, it starts to be present in
ISSN: 1885-446 X
ISSNe: 2254-9099 en la producción literaria contemporánea the contemporary literary production more
empieza a hacerse presente con mayor re- regularly. This research takes 12 books of
gularidad. Esta investigación toma 12 obras children’s literature from Colombia written
Palabras clave de la literatura infantil y juvenil colombia- in the last thirty years to track the types of
Violencia; literatura infantil na escritas en los últimos treinta años para violence that are represented in them. For
y juvenil colombiana; rastrear los tipos de violencia que se repre- this purpose, the following categories are
representaciones sociales, sentan en ellas. Para lo anterior se acude a used: direct, structural and cultural violence,
problemas sociales las categorías: violencia directa, estructural proposed by sociologist Johan Galtung. Both
y cultural propuestas por el sociólogo Johan the ways in which the categories are speci-
Keywords Galtung. Se analizan tanto las formas en que fied as the narrative strategies and symbols
Violence; Children and Youth
Literature; Social Problems;
se concretan las categorías dentro de los re- that the authors build to address this pheno-
Colombia latos, como las estrategias narrativas y los menon are analyzed. The conclusion from
símbolos que construyen los autores para this analysis is that the current of realism is
abordar este fenómeno. Se concluye que se being reutilized with more direct proposals
Correspondencia: retoma la corriente del realismo con pro- for the readers; the use of narratives by pro-
alice.castano@correo.icesi.edu.co puestas más directas para los lectores; el uso tagonist children is common and part of the
de narraciones por parte de los niños prota- construction of meaning is delegated to the
gonistas es frecuente y se delega parte de la image.
construcción de sentido a la imagen.
Una versión de este trabajo fue presentada por Alice Castaño como Trabajo Final en el Máster en Libros
y Literatura Infantil organizado por la Universidad Autónoma de Barcelona y el Banco del Libro de
Venezuela. Los resultados de la investigación se divulgaron por las autoras en el VII Seminario de lite-
ratura infantil y juvenil organizado por Semilij y el Centro Cultural Comfandi en Cali, Colombia (mayo
de 2014).
Castaño-Lora, A., & Valencia-Vivas, S. (2016). Formas de violencia y estrategias para narrarla en la
literatura infantil y juvenil colombiana. Ocnos, 15 (1), 114-131. doi: 10.18239/ocnos_2016.15.1.862
Ocnos: Revista de Estudios sobre lectura. Editada por CEPLI; Universidad de Castilla-La Mancha se distribuye bajo
114 una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0. Internacional
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dición, el lenguaje. Como indica Galtung defenderse, como ya he dicho. Pero también porque
(2003b) este tipo de violencia: los libros para niños han vivido, tradicionalmente,
en un mundo muy promiscuo, siempre afectados e
Hace que la violencia directa y la estructural importunados por cuestiones que no deberían mez-
aparezcan, e incluso se perciban, como cargadas de clarse con la literatura (Machado, 2000, p. 27).
razón –o por lo menos no malas […] El estudio de la
violencia cultural pone de relieve la forma en que se
legitiman el acto de violencia directa el hecho de la Es interesante observar cómo aún hoy es
violencia estructural, y, por lo tanto, resultan acep- más probable la censura de una obra litera-
tables a la sociedad (p.8). ria dirigida al público infantil o juvenil que
contenga contenido violento o considerado
Dicho de otra manera, por medio de la perturbador (sexo, violencia, política), que la
cultura, la explotación y la represión se censura de una película o programa de televi-
admiten como algo normal o natural. A través sión dirigido al mismo público con contenidos
de esta violencia asumimos una valoración de similares.
conductas deseables o aceptadas, por ejemplo,
el modelo de belleza, un ideal de pensamiento La violencia como período histórico y
único. Por lo tanto, con la interiorización de como género literario
ciertos modelos culturales, se impone una
determinada manera de pensar o de sentir, a Abordar la violencia en Colombia es un
favor siempre de una clase dominante. desafío, pues tiene muchas aristas y cala profun-
damente en la sensibilidad al ser un fenómeno
Lo anterior es posible a través de los pro-
que se vive a diario de manera protagónica.
ductos culturales (arte, religión, medios de
La Violencia, con mayúscula inicial, remite al
comunicación, etc.). Por esto encontramos
conflicto desarrollado en Colombia entre 1946
necesario analizar cómo este fenómeno social
y 1958 (Centro Nacional de Memoria Histórica,
se representa a través de un producto cultural
CNMH, 2013). Aunque los historiadores y ana-
concreto, en este caso, la literatura infantil.
listas no se ponen de acuerdo sobre la fecha de
En la literatura queda representada una inicio y de finalización, lo cierto es que este
sociedad y se representan modelos o antimo- periodo está marcado por la violencia que des-
delos que pueden mediar nuestras actuaciones. encadenó la pugna política entre los partidos
Watkins (1992) afirma que las narraciones nos políticos tradicionales: Liberal y Conservador.
proporcionan la forma de nuestra identidad
Diversas formas artísticas dieron cuenta de
como individuos y como miembros de una
lo que pasaba en esa época: pintura, cine, teatro,
realidad socialmente simbólica; nos ayudan a
poesía, fotografía y literatura. Sánchez (2007),
convertir el constante flujo de acontecimientos
en un breve análisis en torno a las manifesta-
en experiencia inteligible. De esta manera, las
ciones culturales y artísticas de la violencia,
narraciones contribuyen a la formación y refor-
afirma que el impacto de ésta sobre el arte
mación de la imaginación cultural de los niños,
colombiano es evidente. Las pinturas de reco-
esa red de patrones y modelos a través de la
nocidos artistas colombianos como: Alejandro
cual articulamos nuestra experiencia; en otras
Obregón, Pedro Nel Gómez, Luis Ángel Rengifo
palabras, constituyen mapas de significados
y Débora Arango (entre las décadas 40 a 60)
que permiten a los niños dar sentido al mundo.
representan acontecimientos violentos. Estos
Ese mundo que reciben de los adultos.
hechos de la Violencia en el arte, muestran
Al mismo tiempo que dan sentido a la expe- que en el imaginario colectivo colombiano hay
riencia, por medio de los relatos se transmite la un sombrío friso de sangre, lágrimas y fuego
ideología. de fusil como se puede ver en los descarnados
Los libros para niños se prestan especialmente cuadros de Arango (Castro, 2005).
para ser utilizados como vehículos de mensajes
ideológicos, porque los niños no son capaces de
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Por otra parte, en la literatura la presencia plaga o a un desastre natural. Así, parecería
preponderante de la Violencia dio origen a un que la maldad fuera intrínseca al pueblo colom-
género literario: novela de la Violencia. Osorio biano; por lo tanto, es un signo negativo, una
(2006) lo define de la siguiente manera: vergüenza nacional.
Cuando designamos un conjunto de textos como La Violencia, así en abstracto, deja sin iden-
novela de la Violencia, estamos haciendo una cla-
sificación de orden diegético, esto es, que dentro
tificar un agresor concreto, propicia que la
de esta categoría entran novelas que desarrollan imagen que se elabora en el imaginario colec-
anécdotas atinentes directamente al fenómeno his- tivo sea ambigua y de difícil comprensión.
tórico de la Violencia. Pero, no es suficiente que se Al predominar los muertos, las víctimas, sin
inscriba temporo-espacialmente en el marco de este
período histórico sino que su anécdota sea atinente que hayan responsabilidades concretas, “La
al conflicto armado que en él se desarrolla (p. 104). Violencia se proyecta casi exclusivamente
como tragedia y como fuerza impersonal y des-
Este mismo investigador propone cuatro tructora” (Sánchez, 2007, p. 31). Lo anterior se
grupos de novelas que abordan este fenómeno. reafirma, pues la denuncia de lo sucedido se
El primero de ellos corresponde a obras de le dejó a la ficción -a la novela- y no se asumió
carácter testimonial o de denuncia, en el que como verdad.
los hechos ocurridos están tan cercanos, que la El término oficial Violencia:
urgencia del testimonio prima sobre la intención
Cumple una función ideológica particular:
literaria. Los siguientes grupos corresponden a ocultar el contenido social o los efectos de clase
una etapa más reflexiva en la que se presenta de la crisis política... El fatalismo de expresiones
un distanciamiento del hecho histórico -por lo tales como ‘la Violencia me mató la familia... La
Violencia me quitó la tierra’ parecen sugerir la
general las interpretaciones estructurales de
resignada aceptación de los efectos de un proceso
la Violencia- y hay una búsqueda literaria. Por social y político como si se tratara simplemente de
último, se encuentran las que contienen un un orden natural (¿o sobrenatural?) de las cosas
equilibrio entre lo literario y lo histórico. (Sánchez, 2007, pp. 19-20)1.
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taron como periféricos o minoritarios en el escuelas que tienen la labor de mediar entre el
desarrollo de la LIJ colombiana, poco a poco se contexto violento y los objetos culturales que lo
convirtieron en protagónicos, en un ciclo de reflejan.
cambios a los que nombró como bifurcaciones.
Nuestra investigación pretende contribuir a
Obras con finales abiertos y héroes abatidos,
la reciente y en desarrollo investigación en LIJ
donde se plantea un viaje sin el regreso a la
colombiana en su carácter interdisciplinario,
seguridad del hogar o la familia. Es una de las
que se nutre de acercamientos teóricos de áreas
bifurcaciones que Borrero señala.
del conocimiento, como la sociología, para
De igual manera, las entrevistas a autores construir un marco de referentes que permitan
e investigadores de la LIJ colombiana abordan analizar las obras seleccionadas.
reiterativamente el contexto violento en que
la producción de libros para niños ha crecido Metodología
en Colombia, determinando puntos de vista
para el autor, formas de acercarse a lo escrito y Para el desarrollo de nuestra investigación,
un abierto temor de las editoriales, familias y seleccionamos una perspectiva cualitativa de
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Si no es simbólica, la forma en
Situación de violencia
hasta el año 2013. Decidimos
cuenta la historia
Tipo de violencia
incluir obras desde los años
noventa porque, como menciona-
Símbolo
Víctima
urbano)
mos anteriormente, en la realidad
Agente
otras)
colombiana la violencia se había
consolidado, para ese entonces,
otros actores del conflicto distintos
a las guerrillas y al Estado.
rural, reconociendo que en Colombia la mayor
Los criterios de selección de las obras fueron:
parte del conflicto armado se ha desarrollado
el tema, la calidad literaria y el reconocimiento
en el campo; el estrato social de las víctimas,
de los autores: que la violencia -como situación
que permitió ver qué población está represen-
personal o como hecho histórico- fuera el tema
tada en la literatura como víctima del flagelo
central; que la obra permitiera una reelabora-
(clase media, baja, alta); qué tipo de agreso-
ción simbólica del conflicto que presenta; que
res aparecen, cómo se denominan y el tipo de
fueran escritas por autores colombianos con
víctimas concretas; la marca textual permitió
una trayectoria en la escritura de LIJ. Al final, el
rastrear las escenas en los libros con número
corpus seleccionado se compuso de doce obras.
de página y evidenciando el lenguaje usado.
Con el corpus seleccionado, construimos una Los símbolos y el tipo de narrador se incluyeron
rejilla de análisis para organizar la información para develar la presencia de estrategias lite-
de cada obra desde las categorías. Los tres tipos rarias para narrar la violencia -se analizaron
de violencia -directa, estructural y cultural- textos e imágenes-.
se configuran como categorías, y daremos el
Las formas que se describen a continuación
nombre de formas a las maneras en que éstas se
son hallazgos del análisis. Una vez identifica-
concretan. Vale la pena anotar que los tres tipos
dos y desagregados los datos consignados en la
de violencia constituyen, en muchos casos, una
rejilla, encontramos 9 formas o acciones en las
unidad indisoluble en tanto algunos hechos son
que se concreta la violencia. Estas formas y las
reacciones a situaciones coyunturales (directa
categorías de Galtung a las que pertenecen son:
y estructural) o permanentes (estructural o
asesinato, conflicto armado, desplazamiento,
cultural) que atentan contra el bienestar del ser
agresión física y explotación, daños materiales
humano.
(violencia directa); represión política y pobreza
Esta herramienta de clasificación tuvo en (violencia estructural); violencia de género y
cuenta la siguiente información: la ficha técnica etnocentrismo (violencia cultural).
del libro y su contexto de producción (parte de
una colección o ganador de algún premio); el Resultados
tipo de violencia encontrada en la narración
según la tipología de Galtung; la situación de Violencia directa
violencia que da cuenta del contexto general
de la obra (familia desplazada, hermanos Esta es la categoría que mayor presencia
en pobreza extrema, etc.); si se relacionaba tiene en las obras analizadas. Las formas en que
con algún hecho de violencia en la historia se concreta son: asesinato, conflicto armado,
de Colombia; el entorno geográfico urbano o desplazamiento, agresión física, explotación y
daños materiales.
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la justicia. Yolanda Reyes (2011) nos invita a la el margen de la violencia se amplía de manera
mirada profunda de los actos de violencia que indirecta.
no solamente se constituyen con hechos tangi-
La manera de nombrar a los agentes como:
bles, sino que permean el universo simbólico
grupos armados, multinacionales, bandoleros,
del que se compone una sociedad:
personas muy peligrosas, hombres encapuchados,
Y estos hechos trágicos, si uno los mira bien, no grupos económicos nacionales e internacionales,
son solo hechos –cuerpos y objetos calcinados– sino
también hechos simbólicos: las nociones de justicia,
grandes empresarios muestra organizaciones
la libertad de prensa, los proyectos políticos: todo poderosas pero que no se pueden personalizar.
hecho pedazos (p. 2). Por ello, a quién acudir, cómo defenderse si no
hay un rostro concreto al que se le pueda exigir
que proteja la integridad, la vida. La situación
Violencia estructural
de desigualdad vuelve a estar en el centro.
Las modalidades de violencia directa
Arciniegas (s.f.), en una entrevista conce-
abordadas en el apartado anterior muestran
dida a la revista Cuatrogatos, reclama el uso del
situaciones específicas, perceptibles. No
lenguaje preciso:
obstante, una definición de violencia no es solo
algo que se hace, también es algo que impide Falseamos la realidad con palabras. La falsea
el gobierno, en primer lugar. A la guerra le dicen
hacer. Por lo tanto, lo estructural está rela- “conflicto”, a los secuestrados los confunden con
cionado con las dinámicas de los sistemas y “retenidos” y a los desplazados los denominan
permite una ampliación del fenómeno, siendo “migrantes”. Terminarán por confundirlos con
turistas. No se trata de un vicio exclusivo. En otras
equivalente a injusticia social, pues configuran
partes hablan de “fuego amigo”, “misiles inteligen-
formas en las que se reprimen las necesidades tes” y “guerra preventiva” (párr. 12).
reales y básicas de las personas (supervivencia,
bienestar, identidad o libertad). Haciendo un El lenguaje no es imparcial y la forma de
panorama de nuestro corpus, observamos que usarlo sirve desde un discurso oficial a ocultar o
hay dos grandes líneas recurrentes: la represión a hacer tolerable estas situaciones de represión.
política y la pobreza.
Pobreza
Represión política
La pobreza es entendida como la privación
Juan, en Los Agujeros negros, pregunta de necesidades materiales básicas, se da pro-
“¿quiénes son los malos?”. Este interrogante piamente en sociedades inequitativas. Según
nos ayuda a mostrar cómo los personajes no La Parra y Tortosa (2003) se usan “distintos
pueden identificar a un agresor concreto, están mecanismos para que se produzca un reparto,
inmersos en circunstancias que los desbordan acceso o posibilidad de uso de los recursos des-
y hacen que sus necesidades sean vulneradas. favorable al grupo en posición de debilidad” (p.
Intentos por organizarse y defender los derechos 65). Este fenómeno afecta a seis de las familias
son entorpecidos por agentes (asumido como en las obras analizadas. Como tendencia,
una categoría actancial) que no tienen rostro. encontramos más aguda la escasez de recursos
En Los agujeros negros y Mambrú los padres de los en escenarios urbanos. Este es el caso de No
protagonistas crean o trabajan en fundaciones comas renacuajos y La Muda. De igual manera,
que ayudan a los campesinos a proteger la zona la pobreza se hace presente para la familia de El
donde viven o a tratar de recuperarla cuando Mordisco de la medianoche en la situación econó-
han sido desplazados. En ambas historias mica que cambia con el desplazamiento.
asistimos a la amedrentación, que afecta direc-
tamente a las familias, y, al mismo tiempo, Quizá los casos más angustiantes de pobreza
deja a muchos campesinos sin ese apoyo. Así, se encuentran en las obras de Francisco
Montaña, donde el hambre es el primer y más
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severo signo de la miseria. Estas dos histo- trismo. Estos rasgos los encontramos en la
rias ocurren en el contexto urbano donde se narración o diálogos de los personajes. Enrique
presenta un abandono del Estado en términos y su hermano en La Luna en los almendros con-
de ausencia de programas de atención para los versan sobre cómo las niñas asisten menos a
niños abandonados en el caso de No comas rena- la escuela y como, las pocas que van, pronto se
cuajos; diferenciándose de contextos de pobreza emparejan con trabajadores. Las niñas dejan
en el área rural, que podríamos asumir como de vivir su infancia para pasar a ser esposas.
abandono del Estado en términos de falta de En Paso a paso, Patricia reflexiona sobre los
infraestructura y servicios públicos en la Luna cambios de su mamá: antes del secuestro ella
en los almendros. vivía en el gimnasio y en el salón de belleza,
además, hacía dietas porque su papá detes-
Dos de las obras seleccionadas se encargan
taba verla gorda y desarreglada, situación
de retratar esta situación a través de imágenes.
que cambia luego de su desaparición. Ambos
Da Coll y Yockteng presentan en sus libros-
casos nos ubican en la violencia de género; las
álbum un escenario similar de escasez: uno
mujeres se encuentran al servicio de los deseos
en el campo (Tengo Miedo) y otro en la ciudad
del hombre, en una especie de servilismo.
(Camino a casa).
Otro caso de violencia cultural lo encontra-
mos en El mordisco de la medianoche; cuando la
familia está huyendo, las personas los miran
como bichos raros y los señalan con el dedo por
ser wayuu. Mirar al otro de manera despec-
tiva por ser de una raza diferente, por llevar
ropaje propio de su cultura, es una muestra de
etnocentrismo.
Los casos de violencia cultural que acabamos
Ilustración 3. Pobreza en Camino a casa (Buitrago; de describir se presentan legítimos dentro del
Yockteng, 2011) plano de la ficción, pero la valoración que hacen
el narrador o alguno de los personajes eviden-
cian que sus autores no son ingenuos frente a
Violencia cultural esto. Gilberto, el papá de Enrique, no está de
La violencia cultural legitima los tipos de acuerdo con lo que las niñas viven. Por su parte,
violencia estructural y directa; hace normal la maestra de Mile obliga a disculparse a los que
o invisibles ciertas maneras de privar a seres la tratan mal y propicia un ejercicio en el que la
humanos de cuestiones que le son esenciales interculturalidad se hace evidente.
para su realización. En esta categoría reco-
nocemos dos niveles: uno en el plano de la Narrar la violencia: estrategias
ficción ¿qué rastros de violencia cultural se
En este apartado esbozaremos algunos ele-
pueden encontrar en los textos? Por otra parte,
mentos que utilizan los autores para narrar las
en lo real: ¿qué imagen de víctimas, agentes
formas de violencia analizadas anteriormente.
y tipos de violencia legitiman a partir de las
Tanto en la literatura dirigida a adultos, como
historias analizadas? Por nuestro interés, aten-
la literatura para niños y jóvenes, el símbolo,
deremos especialmente al primer interrogante;
la metáfora, es uno de los caminos más efecti-
del segundo trazaremos algunas líneas de inda-
vos. Díaz reconoce diferentes estrategias en la
gación en las conclusiones.
narración de temas reales en la literatura para
Tres de las historias analizadas contienen niños:
vestigios de violencia de género y etnocen-
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Aludir en vez de señalar directamente, elipsis Niños destrozados que acaban de perder su casa,
que abren lugar a espacios de interpretación, metá- sus pertenencias y sus seres amados, niños a los que
foras visuales y representación de la perspectiva nadie habla: a los que nadie sabe qué decir ni puede
son algunos de los recursos que he querido explorar decir nada. Atribulados, los adultos, los mandan
como parte de la ficcionalización de la realidad. a jugar al patio, mientras ellos siguen hablando,
Seguramente existen otros subterfugios que visten como si sus pequeños no tuvieran orejas para oír,
de un ropaje diferente una gran parte de esa sombra como si no fueran gente sino ositos de peluche.
que forma parte de la vida. En todo caso, resulta (Reyes, 2011, párr. 13).
maravilloso reconocer que estos recursos aseguran
aproximaciones más simbólicas y poéticas,
espacios donde reconocemos una parte de nuestra
A los niños se les aparta, intentando mante-
humanidad y fortificamos nuestro encuentro con la nerlos al margen del conflicto. Pero el conflicto
densidad del significado (2013, p. 33) los cobija a todos poco a poco y éstos terminan
encontrando sus respuestas y sus formas de
De esta manera, las obras analizadas en esta sobrevivir o aportar a la resolución del conflicto
investigación acuden con frecuencia a símbolos de manera activa, con su propia voz.
e imágenes poéticas, ubican la violencia en un
No comas renacuajos complejiza esa estrategia
nivel más allá de la crónica, del amarillismo de
narrativa al articular dos tipos de narradores.
la anécdota, del testimonio, y subliman la con-
Esta obra intercala las narraciones del omnis-
dición humana con todos sus matices.
ciente con los monólogos de una niña pequeña
que se encuentra perdidamente enamorada de
Narradores
uno de los protagonistas. De igual manera, en
Una herramienta narrativa que permite ese esta obra se emplean dos tiempos de narración:
encuentro con la densidad del significado es pasado para el omnisciente y presente para la
darle voz al niño, ya no desde los diálogos, sino narradora en primera persona.
desde su yo-interior, con un carácter testimo-
La muda desafía las propuestas narrativas
nal. El niño que narra situaciones, emociones
convencionales, pues la voz narrativa se divide
y percepciones desde su lugar en el mundo, es
o articula entre el lenguaje gráfico y el alfa-
el protagonista de seis obras que contiene esta
bético. La historia presenta dos narraciones
investigación (Paso a paso, Los agujeros negros,
cercanas, pero no exactas. Las ilustraciones de
El árbol triste, Camino a casa, La luna en los
Daniel Rabanal (ilustrador de tres obras de este
almendros, Mambrú perdió la guerra).
análisis: La muda, Los agujeros negros y Mambrú
En las últimas décadas de este siglo los escri-
perdió la guerra), presentan una perspectiva
tores han preferido las voces infantiles: niños
que narran desde su propio punto de vista y en distinta a la del texto que sugiere el universo
sus propios términos los acontecimientos que les infantil, se detiene en la mirada de los niños, en
conciernen, en la mayoría de los casos en primera el cómo están viviendo la situación de violencia.
persona; aunque no son frecuentes en Colombia,
autores como Yolanda Reyes las vienen explorando
La ilustración y la no narración alfabética del
con éxito (Borrero, 2000, p. 582). sortilegio que usa la niña para escaparse, para
buscar un lugar de confianza que le permita
Niños de alrededor de ocho años hasta aislarse de la agresión, es una estrategia narra-
adolescentes de quince narran sus propias his- tiva que simboliza el universo infantil de la
torias, llenas de vacíos en muchos capítulos, fe, de la creencia en lo paranormal y lo posible
pues desde su perspectiva la comunicación más allá de los sentidos, en contraposición a la
cambia; no tienen todos los datos y sus ideas realidad agresiva que la rodea.
son fichas de un rompecabezas que intentan
resolver en el desarrollo de la historia. Los pro- Símbolos
tagonistas de estas obras sufren el síndrome de Los símbolos y las imágenes literarias suge-
los niños reales: rentes abundan en las obras analizadas, sin
embargo resaltamos cinco que ayudan a ejempli-
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hace el autor con la editorial Babel y la aguda la calma de la protagonista, que camina al lado
mirada de la editora María Osorio, presenta del león y que la acompaña a hacer sus labores de
en las ilustraciones una realidad distinta a la niña-adulta. En este libro, el león parece bajarse
del libro original, cuando los monstruos, cada de un pedestal que, a modo de estatua, adorna
uno a su manera, representa una de las formas un parque; es el símbolo del padre ausente. El
de violencia analizadas anteriormente. Por león se percibe en la narración como protección
ejemplo, el monstruo que tiene cuernos, en la para la niña, pero al tiempo como amenaza
ilustración está destrozando el techo de una para la comunidad que lo percibe agresivo y
casa; el monstruo transparente parece asustar poderoso.
o acechar a una línea de animales que se des-
Una fecha ubicada en el pedestal del león, da
plazan con sus pertenencias por un camino; el
pistas sobre una posible alusión a los hechos del
monstruo que se esconde en los lugares oscuros
Bogotazo en 1948, episodio violento en el centro
se ilustra en el rapto de un miembro de una
de Bogotá a partir del asesinato de Jorge Eliécer
familia.
Gaitán, uno de los primeros actos urbanos
Para los lectores colombianos, los monstruos de la época de La violencia en Colombia. Otra
que atemorizan al personaje a la hora de dormir fecha representativa en la historia de la violen-
podrían tener nombres propios o generales, cia de este país aparece al final de la historia:
como “los grupos armados” que generan el des- 1985, la toma del Palacio de Justicia. Podemos
plazamiento, queman y destruyen viviendas, inferir que el padre-león pudo ser uno de los
secuestran o asesinan civiles y que, definitiva- desaparecidos de este acto violento. Con estas
mente, no dejan dormir tranquila a la población referencias es posible afirmar que los autores
del país. tienen un interés por manifestar el conflicto
prolongado que ha sufrido el país a lo largo de
En Los once, los dos bandos, el legal y el ilegal
siete décadas.
están representados de forma igualmente
agresiva acudiendo al recurso de la antropo-
morfización. Las dos fuerzas son igualmente
destructivas. En un solo rostro se fusionan
alas y dientes, ampliando la sensación de vul-
nerabilidad. Esto lo acentúa que la narración
se ubica desde la perspectiva de las víctimas.
De esta manera podemos acceder a una diver-
sidad de miradas que en el fondo ayudan a
ampliar nuestro universo de representaciones
Ilustración 8. Camino a casa (Buitrago y Yockteng,
simbólicas.
2008)
Conclusiones
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investigación, que cubre más de dos décadas, tadas a problemáticas sociales (ocho obras del
solo contiene 12 obras en donde el tema central corpus se encuentran en este lapso), podríamos
es la violencia, con respecto a la producción asistir al resurgimiento del realismo crítico
nacional. La concepción de literatura y de como el camino que siguen los autores colom-
infancia que mantiene alejados a los niños de bianos en su labor de retratistas de la sociedad,
estos temas complejos, ya por subestimación más allá del costumbrismo o elementos identi-
de sus habilidades niños o por protección, con- tarios regionales (Sánchez, 2013). Los autores
tribuye al ocultamiento y la normalización que se presentan como víctimas, testigos y denun-
ejercen la violencia cultural y estructural. ciantes de la inmensa inequidad y violencia de
todos los tipos que sufre nuestra sociedad y que
Sin embargo, en una lectura en conjunto
es posible hoy compartir con el público infantil
de las obras analizadas y vista desde una
y juvenil. La literatura dirigida a los niños y
perspectiva cronológica, la representación
jóvenes no es indiferente al conflicto armado,
de esa infancia que hay que proteger, va cam-
político y social que vive el país, ella toma una
biando: los autores que efectivamente escriben
participación activa en la visibilización, crítica
para niños están proponiendo el tema de la
y transformación de los procesos violentos a
violencia usando diversas estrategias y las
través de la ficción. Algunas formas de violen-
simbolizaciones se empiezan a complemen-
cia que siguen estando ausentes y esta corriente
tar con narraciones directas y explícitas. Los
podría retomar son: la violencia sexual y asesi-
niños colombianos enfrentan una realidad
nato de niños a manos de adultos.
compleja y la literatura está tomando un papel
participativo en la visibilización de este tipo
Las editoriales independientes: fundamen-
de fenómenos y, al mismo tiempo, abriendo
tales para la visibilización de la violencia y
espacios para la resiliencia.
tratamientos distintos del tema
Hace veinte años, Colombia no estaba pre-
La industria editorial también juega un papel
parada para enfrentarse a una ficción tan real y
importante, no es casualidad que las obras No
cruel. Actualmente, los autores, padres, biblio-
comas renacuajos, Tengo miedo (Babel) y Los once
tecarios, directivos institucionales y demás
(Laguna) presenten formas diferenciadas en
censores de los productos para la infancia,
el tratamiento de la violencia y pertenezcan a
encuentran niveles de interpretación en que
sellos independientes. En estas historias, no
los pequeños se acercan a los temas adultos y
todo es en blanco y negro; los malos no son
leen según sus experiencias el mundo. Tal vez
malos absolutos (aunque sus acciones siguen
la reflexión ya no sea si se les habla o no de la
marcadas negativamente), surgen matices.
violencia, sino pensar qué preparación requie-
Los matices alejan las ideas absolutas, los
ren los niños para comprender este fenómeno.
adoctrinamientos.
Algunas respuestas y soluciones pueden
encontrarse en la implementación de una edu- Lo políticamente correcto no es una directriz
cación política desde la infancia y retomar una en la narrativa de estas historias y tampoco la
conciencia histórica para analizar los hechos forma de concebirse como proyectos editoria-
violentos de una manera contextualizada. les. Un ejemplo claro es el medio de financiación
de la obra Los Once que partió como una inicia-
El realismo crítico como corriente en auge en tiva de Crowfounding donde personas de todo
Colombia el mundo contribuyeron a la creación de esta
historia primero en formato digital.
Teniendo en cuenta que desde el 2008 hasta
el 2013 se presenta un auge en la producción de
LIJ en Colombia con temáticas realistas, orien-
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Notas
1 Su ensayo fue publicado originalmente en The Hispanic
American Historical Review, 65:4 (1985), pp 789-807,
Ilustración 9. Tengo miedo (Da Coll, 2012)
titulado: “La Violencia in Colombia, New Research, New
Questions”.
Violencia directa ¿exclusiva de las clases
bajas? Referencias
La violencia directa afecta a todos los Arciniegas, T. (s.f.). Triunfo Arciniegas: El humor
estratos socioeconómicos de diversas maneras; permite decir ciertas cosas, abrir las ventanas
ningún sector de la población está a salvo. No que el pudor mantiene cerradas. Cuatrogatos.
obstante, la violencia física ejercida de adultos Recuperado de http://www.cuatrogatos.org/
a niños aparece retratada en contextos de show.php?item=87
pobreza extrema y baja escolaridad. En futuros
Arciniegas, T. (2013). El árbol triste.
análisis podría indagarse por esta represen- Ficciones. Recuperado de http://triun-
tación, pues si esta tendencia se ratifica en un f o a r c i n i e g a s . b l o g s p o t .c o m / 2 0 1 3/ 0 3/
corpus más amplio, se estaría legitimando triunfo-arciniegas-el-arbol-triste.html
la relación pobreza-ignorancia-maltrato.
Ideológicamente, se generaliza la creencia que Borrero, L. (2000). Puntos de bifurcación en la
reciente narrativa y juvenil en Colombia. En
esta forma de violencia se da de manera exclu-
M. Jaramillo, B. Osorio, & A. Robledo (Comp.)
siva en los estratos bajos donde las personas
Literatura y cultura: narrativa colombiana del
son de escasos recursos. De ser así, estaríamos
siglo XX. (pp. 571- 616). Bogotá, Colombia:
frente a un ejemplo más de violencia simbólica
Ministerio de Cultura. Recuperado de http://
que se ejerce en la realidad y que la literatura www.banrepcultural.org/sites/default/files/
como manifestación cultural estaría ayudando lablaa/literatura/narrativa/Volumen2CapV.pdf
a perpetuar.
Castro, C. (2005) Las armas y las letras en la iden-
La reflexión política; una gran ausente tidad nacional. En En torno a la violencia en
Colombia: una propuesta interdisciplinaria.
La visibilización de conflictos políticos Colombia: Universidad del Valle.
articulados con la violencia son un tópico por
Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH;
explorar en la LIJ colombiana. No es el foco de
2013). ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y
esta investigación pero valdría la pena anotar
dignidad. Grupo de Memoria Histórica CNMH
que aunque existen ejemplos de libros que
y Departamento Administrativo para la
retoman el tema de la participación política
Prosperidad Social. Recuperado de http://www.
de los niños en la LIJ latinoamericana (el caso centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/
de La calle es libre de Monika Doppert Kurusa, informeGeneral/
2002, es un buen ejemplo), su número sigue
siendo muy reducido. Los libros analizados en Díaz, F. (2013). El realismo y sus formas en
la literatura infantil y juvenil. Jornadas
el corpus de este trabajo son una representa-
internacionales organizadas por el Círculo
ción importante, sin embargo, la política sigue
cuenta cuentos. Recuperada de http://www.
siendo un asunto tangencial, del mundo adulto
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Editores. Universidad Nacional. cism and children literature. En Literature for
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Vargas, L. (2013). ¿Quién dijo que no se les
York: Routledge.
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