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La historia de la Navidad:

José, María, y el Niño Jesús


© 2010, 2011 Randal S. Chase

Todos los derechos están reservados. Esta obra no es una publicación oficial de La Iglesia de
Jesucristo de los Santos de Los Últimos Días. Los puntos de vista expresados aquí son la
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La historia de la Navidad:
José, María, y el Niño Jesús

Tabla de contenidos
Capítulos Página

1. Introducción

2. Juan el Bautista

3. José el carpintero

4. María la madre de Dios

5. La anunciación en América

6. El nacimiento y la niñez de Jesús

Acerca del autor


CAPÍTULO 1

Introducción
(Lucas 2; 1 Nefi 11)

Una historia de familia

L a historia del nacimiento de Jesús es una historia de familia: la historia de un padre, de una

madre, y el nacimiento de su primer hijo. La ternura de esta historia todavía nos toca e inspira
después de muchos siglos. En este libro diremos la historia una vez más; pero esta vez, examinando
a los individuos dentro de ésta – Juan el Bautista, Nefi, José, María, y el Niño Jesús – como las
personas extraordinarias quienes jugaron papeles importantes en la Natividad de nuestro Señor
Jesucristo.
Averiguamos la mayoría de lo que sabemos acerca de esta historia en tres fuentes: Lucas 2 nos
dice la tierna historia de las mujeres, de primos, de bebés, de ángeles, y de pastores. Mateo nos dice
la historia de José y su genealogía. Y el Libro de Mormón habla de las profecías que predijeron el
nacimiento de Jesús años antes de que pasara. Nos guiamos en estas tres fuentes en nuestro intento
por entender la historia completa en su contexto.

El decreto de Augusto César


¶ LUCAS 2:1–3
Augusto César ordenó un empadronamiento general (el censo) para el Imperio Romano en 1 a. C.

P odemos fijar una fecha basada en el hecho de que comenzó “siendo Cirenio gobernador de

Siria” (v. 2). En la tierra de Israel, la gente viajaba a su ciudad de origen para hacer este censo (v.
3).
El élder James E. Talmage dijo:
El empadronamiento al cual se refiere aquí puede ser propiamente entendido como una inscripción, o un registro,
por medio del cual un censo de súbditos romanos tenía por objeto formar una base, de acuerdo con la cual se podrían
determinar las contribuciones de los distintos pueblos. … De haberse efectuado el censo en la manera romana
acostumbrada, cada persona se habría empadronado en el sitio donde residía; mas la costumbre judía, respetada por la
ley romana, exigía el empadronamiento en las ciudades o pueblos que las familias respectivas declaraban como el
lugar de su origen.1
La fecha del nacimiento de Cristo

E l élder Bruce R. McConkie dijo:

“De la primera oración de la revelación dada a José Smith en el día que la Iglesia fue organizada
en esta dispensación (D. y. C. 20:1), aparece que el reino de los últimos días formalmente nació en
el aniversario número 1.830 del nacimiento de nuestro Señor. En otras palabras, Cristo nació en
abril 6, 1 a. C.”2 El siguiente gráfico ayuda a visualizar la fecha de Su nacimiento:

La condescendencia de Dios
¶ 1 NEFI 11:14–18, 20–21
Nefi se entera de que el nacimiento del Salvador es una demostración de la “condescendencia”
de Dios.

N efi había preguntado qué significaba el árbol de la vida, y en respuesta, “ … y un ángel

descendió y se puso delante de mí, y me dijo: Nefi, ¿qué es lo que ves?” (v. 14). Él estaba viendo
una visión de la Virgen María. Él respondió: “Una virgen, más hermosa y pura que toda otra
virgen” (v. 15). Y el ángel luego preguntó: “¿Comprendes la condescendencia de Dios?” (v. 16).
La pregunta del ángel es una buena pregunta: ¿Entendemos la “condescendencia” del nacimiento
de Cristo? Condescender significa descender uno mismo al nivel de otra persona (en buen sentido).
El Dios Jehová estaba condescendiendo mismo cuando Él se volvió un ser mortal para salvarnos.
Nefi necesitaba entender esto para así entender el nacimiento de Cristo.
Nefi le dijo al ángel: “Sé que ama a sus hijos; sin embargo, no sé el significado de todas las
cosas” (v. 17).
Y el ángel continuó su explicación diciendo: “… la virgen que tú ves es la madre del Hijo de
Dios, según la carne” (v. 18). “Y miré, y vi de nuevo a la virgen llevando a un niño en sus brazos.
Y el ángel me dijo: ¡He aquí, el Cordero de Dios, sí, el Hijo del Padre Eterno!” (versos 20-21).
El árbol de la vida representa lo que Nefi estaba deduciendo: la llegada mortal del Hijo de Dios.
Este acto divino de amor de Su parte, hace posible nuestra salvación y exaltación. Por ende, el árbol
representa el amor de Dios – Su deseo de condescender de Su trono en lo alto para salvarnos. El
más grandioso de todos los hijos de Dios – Su hijo mayor – el Creador de todas las cosas en el
universo entero – nació en un establo sucio, envuelto en trapos, y virtualmente sin ser notado por el
mundo al cual vino a salvar.
NOTAS

1. Jesus the Christ, 3rd ed. [1916], 91-92. (Jesús el Cristo)


2. Doctrinal New Testament Commentary, 3 vols. [1965–73], 1:91. (Comentario doctrinal del
Nuevo Testamento, tomo 1)
CAPÍTULO 2
Juan el Bautista
(Lucas 1; Mateo 23)

El nacimiento de Juan el Bautista es anunciado


¶ LUCAS 1:5–17
Gabriel le anuncia el nacimiento de Juan el Bautista a su padre Zacarías.

E n los días de Herodes, el rey de Judea, los sacerdotes del templo tomaban turnos presidiendo

en los “cursos.” Zacarías era uno de esos sacerdotes. En el tiempo del visitiation del ángel, el curso
de Zacarías (Abías), estaba en efecto (v. 5) y era el deber de Zacarías quemar el incienso en el altar
en el Lugar Sagrado del Templo (versos 8-9).
Su esposa, Elisabet, también era descendiente de Aarón, y ambos eran dignos, “andaban
irreprensibles en todos los mandamientos y estatutos del Señor” (v. 6). Zacarías y Elisabet no
tenían hijos y ambos eran “ya de edad avanzada” (v. 7). Estos habían buscado al Señor en oración
por muchos años para que sean bendecidos con posteridad.
En este día particular, “toda la multitud del pueblo estaba … orando” en las afueras del templo
en el momento que Zacarías entró para quemar el incienso (v. 10). Mientras estaba allí, un ángel del
Señor se le apareció a Zacarías y “puesto de pie a la derecha del altar del incienso” (v. 11). En los
próximos versos nos enteramos que este ángel era Gabriel (v. 19) quien, como sabemos de las
revelaciones modernas, es Noé.1
Zacarías fue sorprendido por esta aparición, “… y cayó temor sobre él” (v. 12). “Pero el ángel le
dijo: Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída, y tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento”
(versos 13-14).
Esta fue razón suficiente para regocijarse, pero había más. El ángel dijo: “… será grande delante
del Señor. Y no beberá vino ni sidra [lo que significa que sería un nazareo], y será lleno del Espíritu
Santo aun desde el vientre de su madre” (v. 15).
Él sería un profeta cuya misión sería volver a los hijos de Israel hacia el Señor (v. 16). Él
poseería “el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y
a los rebeldes a la prudencia de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto”
(v. 17).
Por lo tanto, él sería el Elías prometido quien prepararía la vía para la llegada del Señor a la tierra
(Isaías 40:3).

¶ LUCAS 1:18–23
Zacarías quedó mudo.

Z acarías era incrédulo: “¿Cómo sabré esto?, preguntó éste, “porque yo ya soy viejo, y mi

esposa es de edad avanzada” (v. 18). Esta manifestación de duda era ciertamente entendible en
cuanto a las normas del ámbito terrestre, pero él estaba hablando con un ángel enviado de la
presencia de Dios (v. 19). Por lo tanto, la señal que se le dio también fue un castigo.
“… he aquí, quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día seen que esto se haga, por cuanto no
has creído mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo” (v. 20). Y entonces, la visión fue
cerrada.
Mientras tanto, en las afueras del templo, la gente se estaba preguntando por qué éste se tardó
tanto para hacer la simple tarea de refrescar el altar con incienso (v. 21).
Cuando éste finalmente salió “no les podía hablar; y entonces comprendieron que había visto una
visión en el templo” (v. 22). Éste les hacía señas, pero permanecía mudo. Tal mal continuó por el
resto de los días de su tarea en el templo y aún después cuando él volvió a su casa (v. 23).

¶ LUCAS 1:24–25
Elisabet concibe un hijo.

A l poco tiempo de este evento, “concibió su esposa Elisabet, y se recluyó en casa durante cinco

meses” (v. 24). Ella se regocijó con este gran milagro diciendo: “Así ha hecho el Señor conmigo en
los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres” (v. 25).
¶ LUCAS 1:26–27
La anunciación de Gabriel a María.

L ucas se aparta de su narrativa del nacimiento de Juan el Bautista para decirnos: “Y al sexto

mes [del embarazo de Elisabet], el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y
el nombre de la virgen era María” (versos 26-27). Así es como sabemos que Juan el Bautista era
seis meses mayor que el Salvador.

María visita a Elisabet


¶ LUCAS 1:39–40
María visita su prima Elisabet.

D espués de escuchar su tarea divina y de concebir al niño Cristo, “levantándose María, … fue

a la montaña con prisa, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet”
(versos 39-40).
Este fue un arreglo ideal. Elisabet podría proveer apoyo familiar a María en una localización en
donde su embarazo no levantaría preguntas continuas de aquellos a su alrededor. Al mismo tiempo,
María, quien iniciaba su embarazo, le podría proveer ayuda a Elisabet, quien estaba más avanzada
en su embarazo. Se podrían ayudar la una a la otra.

¶ LUCAS 1:41–45
Elisabet y el hijo en su vientre reconoce la madre de nuestro Señor.

T an pronto María saludó a Elisabet, “la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del

Espíritu Santo” (v. 41). Elisabet proclamó en voz alta su gran admiración por María y por el hijo
que ella esperaba. “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!” dijo ella (v. 42).
¿Cómo puede ser esto?, ella se preguntaba, que “¿la madre de mi Señor venga a mí?” (v. 43).
“Porque he aquí, cuando llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi
vientre” (v. 44). Ella le aseguró a María que, por motivo de su fe, “se cumplirán las cosas que le
fueron dichas de parte del Señor” (v. 45). La respuesta de María al saludo de Elisabet se comenta
en el capítulo 4.

¶ LUCAS 1:56
María se queda hasta que nace Juan.
L a escritura dice que “se quedó María con ella como tres meses; después volvió a su casa” (v.

56). Esos hubieran sido los últimos tres meses del embarazo de Elisabet ya que ella llegó cuando
Elisabet estaba en su sexto mes. Y como esto fue en el tercer mes del embarazo de María, el relato
sugiere que Juan el Bautista nació sólo seis meses antes que Jesús.

El nacimiento de Juan el Bautista


¶ LUCAS 1:57–58
Nace Juan el Bautista.

C uando Elisabet llegó al término de su embarazo, “dio a luz un hijo” como el ángel le había

prometido que lo haría (v. 57). Su familia y amigos se regocijaron con este nacimiento milagroso
(v. 58), uno que nunca se hubieran imaginado ser posible para una mujer con la edad de Elisabet. El
hijo de Elisabet fue Juan el Bautista, un primo segundo de Jesús, ya que María y Elisabet eran
primas hermanas.

¶ LUCAS 1:59–64
Siéndole obediente a Gabriel, Zacarías nombra a su hijo Juan.

S iendo obediente a la ley, “al octavo día vinieron para circuncidar al niño, y le llamaban con el

nombre de su padre, Zacarías” (v. 59). Pero Elisabet los corrigió: “No, sino Juan será llamado” (v.
60).
Esto fue inusual porque no había nadie entre su parentela quien tuviera ese nombre (v. 61).
Apelaron a Zacarías concerniente al asunto y le preguntaron cuál nombre le daría al niño (v. 62).
Siendo incapaz de hablar, “él … pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre” (v.
63), e inmediatamente “fue abierta su boca y suelta su lengua, y habló, alabando a Dios” (v. 64).
¶ LUCAS 1:80
Jesús y Juan el Bautista eran de edades similares.

L as escrituras dicen de Juan, “… el niño crecía y se fortalecía en espíritu” (v. 80). Siendo un

jovencito, él seguramente debe haber visitado y conocido a Jesús siendo sólo seis meses mayor que
Él. También, sus padres Zacarías y Elisabet vivían cerca de Jerusalén.

¶ MATEO 23:34–36
Jesús se refiere al asesinato de Zacarías.

C omo el Señor Jehová, Él había enviado profetas a Judá (incluyéndose a sí mismo) sólo para

que los maten y crucifiquen, “[azotados] en [sus] sinagogas y [perseguidos] de ciudad en ciudad”
(v. 34). Estos actos asesinos les traerían “toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra,
desde la sangre de Abel, el justo, hasta la sangre de Zacarías …, [a quien ellos mataron] entre el
templo y el altar” (v. 35).
El profeta José Smith dijo: “Cuando se publicó el edicto de Herodes de matar a todos los niños,
Juan era unos seis meses mayor que Jesús, y también estaba sujeto a aquel infernal decreto.
Zacarías hizo que la madre [Elisabet] lo llevara a las montañas donde se crió, alimentándose de
langostas y miel silvestre. Cuando el padre de Juan no quiso divulgar su escondite—como él era el
sumo sacerdote a quien correspondía oficiar en el templo durante el año—fue muerto, por mandato
de Herodes, entre el patio y el altar, como dijo Jesús.”2

¶ LUCAS 1:80
Juan el Bautista creció a salvo hasta alcanzar la madurez.

H abiendo sido protegido en su escondite remoto, Juan el Bautista “crecía y se fortalecía en

espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día en que se mostró a Israel.”


El élder Bruce R. McConkie dijo:
Como es el caso con su pariente Jesús, las escrituras son virtualmente silenciosas en cuanto a la vida y labores de
Juan antes de su ministerio formal; el cual comenzó, de acuerdo a la ley levítica, cuando él tenía treinta años de edad
(Números 4:3, 47). Sabemos que “se bautizó mientras estaba aún en su niñez” (D. y C. 84:28); lo que significa
cuando tenía ocho años de edad; que sus padres eran personas fieles y justas; que él “fue sacerdote según el orden de
su padre, y tuvo las llaves del Sacerdocio de Aarón, y fué llamado de Dios para predicar el evangelio del Reino de
Dios;”3 que “se fortalecía en espíritu,” esto es, se volvió una torre de fortaleza espiritual; que fue guiado durante su
vida entera por el Espíritu Santo. Naturalmente, fue entrenado en obediencia a la ley de Moisés, oficiado en las
ordenanzas y actuaciones levíticos, era casó (un requisito social casi obligatorio entre los judíos) y probablemente
tenía hijos.4
NOTAS

1. Teachings of the Prophet Joseph Smith, sel. Joseph Fielding Smith [1976], 157. (Enseñanzas
del profeta José Smith)
2. Teachings of the Prophet Joseph Smith, 261. (Enseñanzas del profeta José Smith)
3. Teachings of the Prophet Joseph Smith, 273. (Enseñanzas del profeta José Smith)
4. Doctrinal New Testament Commentary, 3 vols. [1965–73], 1:89–90. (Comentario doctrinal
del Nuevo Testamento, tomo 1)
CAPÍTULO 3
José el carpintero
(Lucas 1; Mateo 1)

La importancia del rol de José

A unque él a veces sea “la persona olvidada” de la Natividad de Jesús, José fue, sin ninguna

duda, una parte esencial del nacimiento y crianza de Jesús. Su amor por María es evidente en la
misericordia que tuvo cuando se enteró de su embarazo, y en su cuidado amoroso cuando éste
buscó en vano reconfortarla al llegar el día del nacimiento del bebé.
Como hombre, éste proveyó valientemente lo que Jesús necesitaba y protegió su vida
llevándoselo a Egipto por un tiempo para evitar las intrigas de asesinato de Herodes. Él fue el
guardián terrenal de Cristo, tratándolo como su propio hijo en todos los aspectos; enseñándole las
escrituras y el arte de la carpintería para poder mantenerlo en Su juventud. Por lo tanto, José fue el
modelo para Cristo en las cosas temporales y espirituales.
José también fue el padre de un apóstol posterior – Santiago, el hermano del Señor – quien
escribió el libro de Santiago en nuestra Biblia. También fue el padre de Judas – no un apóstol – sino
un líder inspirado y escritor, quien escribió el libro de Judas en nuestra Biblia.
La leyenda sugiere que José no sobrevivió al tiempo del ministerio de Jesús. No se habla de él en
las escrituras después de la juventud del Salvador. Posiblemente era mayor que María. Sin
embargo, es claro que se amaban y ahora son compañeros eternos.
José sigue siendo, para mí, y para otras personas, un héroe—un hombre quien no reaccionó con
ira de macho o con abuso, sino con perdón gentil cuando se enteró del apuro de María. Su fe, su
lealtad, su disposición a desempeñar el rol de padre terrenal al Hijo de Dios—todo ello da
testimonio de que era un hombre elegido en el plan de Dios para el nacimiento y niñez de Su Hijo.

La genealogía de José
¶ MATEO 1:1–17; LUCAS 3:23–28
Jesús descendió de reyes.

H ay dos genealogías en los evangelios. El relato de Mateo da una lista de los sucesores legales

del trono de David. Esto no fue una genealogía estricta de padre a hijo porque el heredero
sobreviviente de más edad en cualquier punto de la línea, pudo haber sido un nieto, un bisnieto, un
sobrino, o cualquier otro pariente del rey anterior.
El registro de Lucas, sin embargo, es una lista de padre a hijo de reyes la cual eventualmente
termina con Jesús por medio de María. Por supuesto, Jesús no era el hijo literal de José, pero la
genealogía de José es esencialmente la misma que la de María porque eran primos. Por lo tanto,
Jesús heredó de Su madre, María, la sangre de David, y de Su “padre” José, la línea real oficial. De
cualquier manera, Jesús tenía derecho al trono de David.
El élder James E. Talmage dijo:
“Si Judá hubiese sido una nación libre e independiente, regida por su soberano legal, José el carpintero habría sido
su rey; y el sucesor legal al trono, Jesús de Nazaret, Rey de los judíos.”1

María y José fueron comprometidos

A l comenzar la historia, José y María todavía no estaban casados, pero estaban comprometidos

bajo los más estrictos términos. Durante el compromiso, a María se le refería como la esposa virtual
de José. Una mujer y su prometido estaban estrictamente separados y nunca se les permitía
comunicarse directamente, por lo que cualquier tipo de contacto directo con José hubiera sido
inapropiado. Durante el período de compromiso, la novia elegida vivía con su familia o con amigos
y toda comunicación con su esposo prometido era llevada a cabo por medio de un amigo. Por
supuesto, cualquier tipo de comunicación con otro hombre también hubiera sido inapropiada, y
cualquier tipo de deslealtad durante el compromiso era castigable con la muerte. Fue durante el
período del compromiso matrimonial que José se enteró del embarazo de María.
José fue “un hombre justo”
¶ MATEO 1:18
Las noticias impactantes le llegan a José.

“Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Estando María, su madre, desposada con José, antes que

se unieran, se halló que había concebido del Espíritu Santo.”


Sólo podemos imaginarnos la agonía y el tormento de la incertidumbre y de la duda que deben
haber llenado el alma de José. Él sabía con seguridad que no era el padre. No podía hablar con
María directamente para escuchar su versión de la historia. Él no había recibido ninguna visión
celestial para decirle lo contrario, por lo que tenía que asumir que María le había sido desleal. Él
pudo haber reaccionado con egoísmo y con amargura, y si lo hubiera hecho, ¿Quién podría
culparlo? Ahora todas sus esperanzas y planes se veían desechos.
Cuando José se enteró del embarazo de María, tenía dos alternativas bajo la ley:
– Requerir que María se someta a un tribunal público y a juicio, resultando en su muerte, o
– En privado, deshacer el contrato matrimonial delante de testigos.

¶ MATEO 1:19
El amor y misericordia de José por María.

“Y José, su desposado, como era justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.” A

pesar de su agonía, José escogió la más misericordiosa de las dos alternativas, la cual revela mucho
sobre de su carácter.
El élder James E. Talmage dijo:
“José era un hombre justo, cumplidor estricto de la ley, pero no extremista severo; además, amaba a María y le
evitaría toda humillación innecesaria, pese a su propia tristeza y sufrimiento. La publicidad lo llenaba de horror al
pensar en María, de manera que se resolvió a anular los esponsales con toda la discreción que la ley permitiera.” 2

Gabriel se le aparece a José


¶ MATEO 1:20–21
El ángel Gabriel se le aparece y les explica todo a José.

“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo

de David, no temas recibir a María, tu desposada, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu
Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados” (versos 20-21).
Nótese que fue después de su prueba de fe que el ángel vino a explicarle todo. La misericordia de
José por María se demostró sin entender del todo lo que le estaba pasando a ella. Pero después que
él hizo su elección misericordiosa, el ángel vino y explicó lo que sucedía.

¶ MATEO 1:24–25
José obedece inmediatamente.

“Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y la

recibió como esposa” (v. 24). La consumación de su matrimonio tendría que esperar. José “no la
conoció” hasta después ella dio a luz al Niño Jesús (v. 25). Pero él se volvió su esposo y protector
inmediatamente.
José lleva a María y a Jesús a Egipto

A los dos años del nacimiento de Jesús, los magos vinieron de oriente para adorarlo. Cuando el

rey Herodes preguntó por qué vinieron, y ellos mencionaron el rey recién nacido, él no intentaba
permitir que un rey rival sobreviviera. Después de determinar cuidadosamente dónde el niño fue
profetizado nacer, éste conspiró a asesinar al niño Cristo (Mateo 2:4-7).

¶ MATEO 2:13–15
José y María huyen a Egipto con el bebé.

U n ángel del Señor “se le apareció en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su

madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te lo diga, porque acontecerá que Herodes
buscará al niño para matarlo” (v. 13). Y “él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se
fue a Egipto” (v. 14), donde la joven familia permaneció “hasta la muerte de Herodes” (v. 15).

¶ MATEO 2:15
“De Egipto llamé a mi Hijo.”

H ubieron muchas profecías concernientes al lugar del cual el Mesías vendría. Una predijo el

área alrededor de Nazaret (Isaías 9:1) y otra, la ciudad de Belén (Miqueas 5:2). Una tercera dijo que
Él vendría de Egipto (Oseas 11:1). Al final, todas estaban en lo correcto, y esta jornada a Egipto
proveyó las circunstancias bajo las cuales la profecía de Oseas fue cumplida.
¶ MATEO 2:16–18
Herodes mata a todos lo niños en Belén menores de dos años de edad.

C uando los magos no volvieron, Herodes “se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños

menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores” (v. 16).
Esto estaba basado en la información que se le fue dada a Herodes de los magos concerniente
cuando la estrella apareció por primera vez en el cielo. Podemos deducir, entonces, que Jesús tenía
alrededor de dos años de edad cuando los magos lo visitaron. Esta matanza sangrienta de niños
inocentes también cumplió una profecía que Jeremías había predicho:
“[Una] voz fue oída en Ramá” de “llanto y lloro amargo; Raquel, lamentándose por sus hijos, no
quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron” (versos 17-18; Jeremías 31:15).
El élder James E. Talmage dijo:
Herodes supuestamente era adherente de la religión de Judá, aunque por nacimiento era idumeo, descendiente de
los hijos de Edom o Esaú, todos los cuales eran aborrecidos por el pueblo judío; y de entre los idumeos, nadie era
odiado más enconadamente que Herodes el rey. Era tiránico y despiadado, y no perdonaba al amigo o enemigo al
cual sospechaba de ser un estorbo posible a sus designios ambiciosos. Había hecho asesinar cruelmente a su esposa y
varios hijos, así como a otros de sus parientes; y había hecho matar a casi todos los miembros del gran concilio
nacional o Sanedrín. Su reinado se distinguió por crueldades repugnantes y opresiones desenfrenadas; y sólo se
contenía en alguna empresa cuando amenazaba el peligro de encenderse una rebelión nacional o tenía miedo de
incurrir en el desagrado de su amo imperial, el emperador romano.3

¶ MATEO 2:19–23
José, María, y el bebé retornan a Nazaret.

C uando Herodes murió (estima ser dentro dos años más), “un ángel del Señor se le apareció en

sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de
Israel, que ya han muerto los que procuraban la muerte del niño” (versos 19-20).
Obedientemente, “él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y se fue a la tierra de Israel” (v.
21). José fue advertido en un sueño que se no era seguro retornar a Judea, donde el hijo de Herodes,
Arquelao, reinaba ahora, por lo que “se fue a la región de Galilea” y “vino y habitó en la ciudad que
se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por medio de los profetas, que había de
ser llamado nazareno” (versos 22-23).
NOTAS

1. Jesus the Christ, 3rd ed. [1916], 87. (Jesús el Cristo)


2. Jesus the Christ, 84. (Jesús el Cristo)
3. Jesus the Christ, 97–98. (Jesús el Cristo)
CAPÍTULO 4
María la madre de Dios
(Lucas 1; Mateo 1)

Una hija especial de Dios

E l rol de María fue verdaderamente profético. Isaías habló de ella 700 años antes, cuando él

profetizó: “He aquí que una virgen concebirá, y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel”
(Isaías 7:14). Nefi la llamó: “Una virgen, más hermosa y pura que toda otra virgen” (1 Nefi 11:15).
El rey Benjamín sabía que la madre de Dios sería llamada María (Mosíah 3:8), y Alma la llamó “un
vaso precioso y escogido” (Alma 7:10).
Provenía de un pueblo pequeño e intrascendente llamado Nazaret. Era tan poco considerado que
cuando Natanael oyó a Felipe decir que Jesús era el Cristo, comentó: “¿De Nazaret puede salir algo
bueno?” (Juan 1:46). Nosotros respondemos: “Sí, María lo hizo. Y ella fue la madre de nuestro
Dios.”
El élder Bruce R. McConkie dijo: “¿Podemos hablar muy elevadamente de ella quien el Señor ha
bendecido por encima de todas las mujeres? Hubo sólo un Cristo, y hay sólo una María. … No
podemos sino pensar que el Padre escogería el más grandioso espíritu femenino para ser la madre
de Su Hijo …”1
El élder McConkie también dijo: “Así como el Padre escogió el más noble y justo de todos Sus
hijos espirituales para venir a la mortalidad como Su hijo unigénito en la carne, así podemos con
confianza concluir que Él seleccionó la más digna y espiritualmente talentosa de todas Sus hijas
espirituales para ser la madre mortal de Su Hijo Eterno.”2

María se entera de su misión sagrada


¶ LUCAS 1:26–30
La anunciación a María de Gabriel.

D urante el “sexto mes [del embarazo de Elisabet], el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una

ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la
casa de David; y el nombre de la virgen era María” (versos 26-27). Así es como sabemos que Juan
el Bautista era seis meses mayor que el Salvador.
El profeta José Smith nos dice que Gabriel es Noé.3 Éste profeta antiguo – el padre de todos
nosotros – ya había anunciado el nacimiento de Juan el Bautista a su padre Zacarías. Ahora,
apareció a la joven virgen María, diciendo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita
tú entre las mujeres” (v. 28). Éste fue un saludo extraño y la jovencita estaba algo preocupada por
su alabanza (v. 29). Gabriel lo notó y la tranquilizó: “María, no temas, porque has hallado gracia
delante de Dios” (v. 30).

¶ LUCAS 1:31–35
María se entera de que ella será la madre del Hijo de Dios.

G abriel le dijo: “Y he aquí, concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre

JESÚS” (v. 31). “Éste será grande y será llamado Hijo del Altísimo” (v. 32). Esta fue una noticia
muy sorprendente para una virgen joven quien todavía no estaba casada, sólo comprometida.
“¿Cómo será esto?” ella preguntó, “porque no conozco [nunca he tenido relaciones íntimas con un]
varón” (v. 34). “Y respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que va a nacer será llamado
Hijo de Dios” (v. 35). Por lo tanto, el padre del bebé sería Dios el Padre mismo y María sería Su
madre terrenal. Además, “el Señor Dios le dará el trono de David, su padre. Y reinará en la casa de
Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin” (versos 32-33). Ella sería la madre del Rey de reyes.
Con esta noticia, María seguramente debe haber estado abrumada. De acuerdo a la leyenda, ella
sólo tenía alrededor de 16 años de edad, nunca se había casado, y nunca había tenido un hijo. Su
concepción sería milagrosa y única. Dios el Eterno Padre sería el padre de su niño. Sin embargo,
aún después de la concepción, ella seguiría siendo virgen. Nunca había pasado antes, y nunca
pasará de nuevo, mundos sin fin.

¶ ¿QUIÉN CREERÍA SU EXPLICACIÓN?


Ella debe haber tenido muchas preocupaciones al tratar de absorber este mensaje celestial.
– ¿Le creería José? Ella no podía explicarle nada a José cara a cara.
– ¿Le creería su familia? ¿O ellos simplemente la echarían de lado?
– ¿Le creería alguien más? algunos no lo hicieron. Ellos dijeron que Cristo fue “nacido de
fornicación” (Juan 8:41).
– Aún hoy en día, muchos cristianos, incluyendo pastores, no creen en el nacimiento virgen.
¿Cuyo hijo piensan que Jesús era? ¿Un niño de la fornicación?

¶ LUCAS 1:38
María aceptó humildemente su misión con fe.

A pesar de estas preocupaciones, María le dijo simplemente al ángel: “He aquí la sierva del

Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de ella.”

Las falsas doctrinas acerca de María abundan


Herejía #1: Una herejía persistente, particularmente en la Iglesia, es que Dios el Padre debe
haber tenido relaciones sexuales con María. No hay nada en las escrituras para apoyar esta noción.
Se nos dice que ella fue “cubierta” por el Espíritu Santo y que por el poder del Espíritu
Santo, ocurrió la concepción (Alma 7:10). Y se nos dice específicamente por medio de Isaías que
una virgen concebiría (Isaías 7:14). Ella era virgen antes de la concepción y también lo fue después.
Y yo pienso, a veces, que aquellos quienes insisten en que no fue así, lo hacen para escandalizar y
para retorcer las escrituras para satisfacer sus propias nociones provocativas.
Estoy perfectamente al tanto de la afirmación del élder Bruce R. McConkie en cuanto a este tema
la cual dice que Jesús fue concebido en la misma manera que todos los bebés son concebidos. Pero
consideremos cuidadosamente lo que realmente dijo:
El élder Bruce R. McConkie dijo:
[Gabriel estaba] diciéndole a ella en palabras simples el estatus, misión, y dominio de Él quien iba a ser su Hijo:
“Éste será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre. Y reinará en
la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.” “El Hijo del Altísimo” – ¡el Dios Supremo será Su Padre!
– “El trono de David, Su padre” – ¡el símbolo de toda esperanza judía y triunfo y gloria y libertad y salvación! – Un
reino eterno – el reino de nuestro Dios de Su Cristo, y ¡reinarán para siempre jamás!
María preguntó: “¿Cómo será esto? Porque no conozco varón.” Obviamente ella podía, en su momento apropiado,
conocer a José, y él podía ser el padre de todos sus hijos, no sólo aquellos quienes venían después del Primogénito.
Ella sabía eso. Pero el concepto ya estaba enmarcado en su mente que el Hijo prometido no iba a originar de ningún
poder en la tierra. Esta descendencia sería todopoderoso mismo – el Hijo del Dios todopoderoso. ¿Cómo y por cuál
medio y por medio de cuál instrumento tal concepción viene? Gabriel explica: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser [mejor, ese niño santo] que va a nacer
será llamado Hijo de Dios.”
De nuevo, la respuesta es perfecta. Hay un poder que va más allá del hombre. Cuando Dios está involucrado, Él usa
Su ministro, el Espíritu Santo, para cubrir a la futura madre y llevársela en el Espíritu. Ella concebirá por el poder del
Espíritu Santo, y Dios mismo será el Padre. Es Su Hijo de quien Gabriel habla. Un Hijo es procreado por un padre:
así sea en tierra o en el cielo, es el mismo.4

Pero nosotros no tenemos justificación en apoyarnos en la afirmación de que Dios el Padre fue el
padre cuya semilla se mezcló con María para producir el Hijo Sagrado – hasta la afirmación de que
las relaciones íntimas entre Dios el Padre y María fueron necesarias. Pregúntele a cualquier pareja
sin hijos en el mundo y le dirán que no hay una conexión necesaria entre las relaciones íntimas y la
concepción.
Cualquiera de las dos puede ocurrir sin la otra. La concepción ocurre cuando la semilla de un
hombre y la semilla de una mujer se unen para formar una nueva vida. No intentemos bajar a Dios
a “nuestro nivel” al insistir en que Él no pudo haber producido la concepción sin relaciones íntimas.
Ni la ciencia ni el sentido común apoyan tal afirmación.
La concepción del hijo de María fue milagrosa y única. Nunca había pasado antes, y nunca
pasará de nuevo. Fue un evento único en el universo:
– Dios el Padre, fue el Padre. Lucas 1:32 dice que Él fue el: Hijo del Altísimo:
– Ella siguió siendo virgen. Isaías 7:14 dice: “Una virgen concebirá.”
Nunca antes, y nunca de nuevo. D. y C. 76:23 dice: “Él es el Unigénito del Padre.”
Herejía #2: Una segunda herejía encontrada en la Iglesia y entre algunos cristianos
generalmente es que el Espíritu Santo fue el padre de Jesús.
El élder Bruce R. McConkie dijo:
Algunos religiosos apóstatas, incapaces de distinguir entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, suponen falsamente
que el Espíritu Santo fue el padre de nuestro Señor. La afirmación de Mateo “Había concebido del Espíritu Santo”
traducida correctamente debería decir: “Había concebido por el poder del Espíritu Santo” (Mateo 1:18). El relato de
Lucas (Lucas 1:35) relata con certeza lo que pasó. Alma describe perfectamente la concepción de nuestro Señor y el
nacimiento al profetizar: “Nacerá de María … siendo ella virgen, un vaso precioso y escogido, a quien se hará
sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo, dará a luz un hijo, sí, aun el Hijo de Dios” (Alma 7:10). Nefi
habló de manera similar cuando él dijo que en el momento de su concepción, María “fue llevada en el Espíritu”
resultando en el hijo nacido de ella quien era “el Cordero de Dios, sí, el Hijo del Padre Eterno” (1 Nefi 11:19-21).
Como [dijo] Gabriel, Él fue “Hijo del Altísimo” (Lucas 1:32) y “el Altísimo” es el primer miembro de la deidad, no
el tercero.5
Herejía #3: Una tercera herejía, es una propuesta por consejos de cristianos y sectarios no
inspirados de tiempos remotos. Ellos dijeron que María fue ciertamente una virgen después que
hubo concebido y que siguió siendo virgen por siempre. Daniel H. Ludlow dijo: “La promesa de
que la madre de Jesús sería ‘una virgen’ en el momento del nacimiento, no debe ser interpretada
para afirmar que ella seguiría siendo virgen por el resto de su vida. La falsa doctrina de la
‘virginidad perpetua’ de María no era apoyada por las escrituras. Ciertamente los ‘hermanos y
hermanas’ de Jesús son mencionados específicamente más tarde en el relato” (Mateo 12:46-50;
Marcos 3:31-35, Lucas 8:19-21).6
Jesús fue mortal e inmortal
Para cumplir con Su misión, Jesús tenía que tener ambos padres, mortales e inmortales.
El élder Bruce R. McConkie dijo:
De Dios y Su padre, el cual siendo un personaje inmortal … Él heredó el poder de la inmortalidad, el cual es el
poder para vivir para siempre; o al haber escogido morir, es el poder de levantarse de nuevo en inmortalidad, por
ende, para vivir para siempre sin ver corrupción de nuevo. … María fue Su madre, de la cual siendo una mujer
mortal. … Él heredó el poder de la mortalidad, el cual es el poder de morir … y fue por esto … una mezcla de lo
divino y lo mortal en una persona, que nuestro Señor fue capaz de llevar a cabo el infinito y eterno Sacrifico
Expiatorio. Porque Dios fue Su padre y María fue Su madre, el tenía el poder para vivir o para morir, como Él lo
escogió, y al haber entregado Su vida, Él tenía el poder de tomarla de nuevo, y entonces, en una manera
incompresible para nosotros, tenía el poder de ejercer los efectos de esa resurrección; para todos los hombres, para
que todos se levanten de la tumba.7
El élder James E. Talmage dijo:
Ese Hijo que nació de María fue engendrado por Elohim, el Padre Eterno, no contraviniendo las leyes naturales,
sino de acuerdo con una manifestación superior de las mismas; y el Hijo de esa asociación de santidad suprema –
paternidad celestial y maternidad pura aunque terrenal – habría de llamarse con toda propiedad el ‘Hijo del Altísimo’
En Su naturaleza habrían de combinarse las potencias de la Divinidad, y la capacidad y posibilidades del estado
mortal; y esto de acuerdo con la operación normal de la ley fundamental de herencia – declarada por Dios,
demostrada por la ciencia y admitida por la filosofía – de que los seres vivientes se han de propagar según su especie.
El Niño Jesús habría de heredar, los rasgos físicos, mentales y espirituales, las tendencias y poderes que distinguían a
Sus padres: uno inmortal y glorificado, a saber, Dios; el otro humano, una mujer.8

María es cobijada por Elisabet


Felizmente, sabemos que la familia de María le creyó y la apoyó. José se casó con ella
inmediatamente, como lo instruyó el ángel Gabriel; y su prima Elisabet la acogió.
¶ LUCAS 1:39–40
María visita a su prima Elisabet.

D espués de escuchar su misión divina y de concebir al Niño Jesús, “levantándose María … fue

a la montaña con prisa, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet”
(versos 39-40).
Este fue un arreglo ideal. Elisabet podría proveer apoyo familiar a María en una localización en
donde su embarazo no levantaría preguntas continuas de aquellos a su alrededor. Al mismo tiempo,
María, quien iniciaba su embarazo, le podría proveer ayuda a Elisabet, quien estaba más avanzada
en su embarazo. Se podrían ayudar la una a la otra.

¶ LUCAS 1:41–45
Elisabet y el hijo en su vientre reconoce la madre de nuestro Señor.

T an pronto María saludó a Elisabet “la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del

Espíritu Santo” (v. 41). Elisabet proclamó en voz alta su gran admiración por María y por el hijo
que esperaba. “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!” dijo ella (v. 42).
¿Cómo podría ser esto?, ella se preguntaba, que “la madre de mi Señor venga a mí?” (v. 43).
“Porque he aquí, cuando llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi
vientre” (v. 44). Ella le aseguró a María que, por motive de su fe, “se cumplirán las cosas que le
fueron dichas de parte del Señor” (v. 45).

¶ LUCAS 1:41, 44
¿Cuándo entra el espíritu en el cuerpo de un niño que aún no nace?

E l élder Bruce R. McConkie dijo: “En este evento milagroso el patrón que se ve; el cual es, es

el espíritu que sigue en pasar del estado de pre-existencia a la mortalidad. El espíritu entra el cuerpo
en el momento de apresurarse, meses antes del nacimiento en sí. El valor y el confort del
conocimiento de esta verdad eterna es visto en conexión con los niños que nacen muertos; ya que el
espíritu entra en el cuerpo antes del nacimiento, los niños que nacen muertos serán resucitados y los
padres disfrutarán de su asociación en la Gloria inmortal.”9

¶ LUCAS 1:46–55
La respuesta profética de María.

L a respuesta de María al saludo de Elisabet fue humilde y profética. “Engrandece mi alma al

Señor” dijo ella, “y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador porque ha mirado la humilde
condición de su sierva” (versos 46-48). Esa fue la parte humilde; y revela que ella no pensó que era
más justa o que se merecía más que las otras mujeres por motivo de esta tarea.
Sin embargo, ella reconoció la grandeza de su llamamiento. “desde ahora me dirán
bienaventurada todas las generaciones” ella dijo “porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; y
santo es su nombre” (versos 48-49). Ella sabía que Dios el Padre era el padre del hijo y fue una
bendición única y eterna, haber sido compañera con Él en proveer un tabernáculo terrenal para el
Salvador del mundo.
Al hablar de nuestro Padre Celestial, ella dijo: “Y su misericordia es de generación en generación
a los que le temen. Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus
corazones. Quitó a los poderosos de los tronos y levantó a los humildes. A los hambrientos llenó de
bienes y a los ricos los despidió vacíos. Socorrió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia,
de la cual habló a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre” (versos 50-55).

¶ LUCAS 1:56
María se queda hasta que nace Juan.

L a escritura relata que: “Y se quedó María con ella como tres meses; después volvió a su casa.”

Esos hubieran sido los últimos tres meses del embarazo de Elisabet ya que ella llegó cuando
Elisabet estaba en su sexto mes; y ya que esto fue en el tercer mes del embarazo de María,
deducimos que Juan el Bautista nació sólo seis meses antes que Jesús.

Las dificultades en Belén


¶ LUCAS 2:4–5
José lleva su esposa embarazada María a Belén.

E llos vivían en ese tiempo en Nazaret, una ciudad de Galilea, pero “era de la casa y familia de

David” de ellos se requería viajar “a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén” para ser
“contados” [contados en el censo] (versos 4-5). María estaba “encinta” (v. 5) – en su noveno mes
de embarazo – cuando ellos se fueron de su casa en Nazaret y viajaron (probablemente en burro)
una distancia de 80 a 90 millas hasta Belén.

¶ LUCAS 2:6
María ya está de parto cuando ellos llegan a Belén.

E ntonces José buscó con empeño una lugar cómodo para el nacimiento de su bebé. Él esperaba

encontrar un cuarto en uno de los alojamientos alrededor del centro de Belén.

¶ LUCAS 2:7
Nadie ofreció espacio para María en los alojamientos.
P orque la condición de María probablemente requiso que viajara lentamente, cuando ellos

llegaron todos los alojamientos ya estaban llenos. Y por las condiciones de la sobrepoblación y la
insensibilidad que a menudo existe en las masas, “no había nadie para dar lugar a ellos en los
mesones” (TJS, Lucas 2:7). Nótese que no había un posadero. Esto es una noción pintoresca que
sale de la traducción en inglés de un “alojamiento”; como una especie de hotel con camas.
Los alojamientos eran edificios cuadrados, abiertos de un lado; los cuales se conectaban con el
centro de la ciudad, y en el cual los viajeros comúnmente pasaban la noche.
Estos alojamientos de caravanas, no eran más que techos rudimentalmente construidos sobre
cortes públicas abiertas.
Frederic Farrar dijo: “[Estos eran] perfectamente públicos; todo lo que pasaba en ellos era visible
para cada persona en el alojamiento [y] estaban totalmente desprovistos de aún los más básicos
muebles.”10
El élder Bruce R. McConkie dijo:
“A pesar de que su estado era aparente, los otros viajeros quienes no tenían cortesía, compasión ni refinamiento, no
daban espacio para que ella pudiera ser atendida. … Fueron los anfitriones de los viajeros de Judá … no sólo un
posadero o unas pocas personas aisladas … quienes le impidieran el albergue a José y a María. … Este rechazo
grosero era un preludio para el día venidero cuando estas mismas personas y sus hijos que luego rechazarían, para su
lamento terno, al Señor; quien esa noche empezó la mortalidad bajo las más pobres circunstancias.”11

El nacimiento humilde del Señor


¶ LUCAS 2:7
El niño Cristo nace en un establo sucio.

J osé y María tenían que conformarse con el albergue que podían encontrar en los establos. Los

puestos de ganado estaban atados a las afueras o en la parte de atrás de los alojamientos; y la parte
más interna de los puestos (o de las cuevas cercanas) eran usados como establos. Fue el único lugar
que ofrecía un techo y una privacidad razonable para el parto eminente de su bebé. Al imaginarnos
esas circunstancias, podemos oler los olores y escuchar las moscas que el ganado atrae. Nos
podemos imaginar a José recogiendo paja y regándola sobre el piso sucio para hacer que María
estuviera mas cómoda y que el nacimiento sea más sanitario.
Y entonces allí, solos y sin experiencia, exhaustos, en pena por el parto, heridos por el rechazo
de otros, y probablemente asustados, María se acostó en un sucio puesto de ganado y, con la ayuda
de José, dio a luz a su precioso pequeño niño.
NOTAS

1. The Mortal Messiah: From Bethlehem to Calvary, 4 vols. [1979–81], 1:326–27. (El Mesías
mortal: De Belén al Calvario, tomo 1)
2. Doctrinal New Testament Commentary, 3 vols. [1965–73], 1:85. (Comentario doctrinal del
Nuevo Testamento, tomo 1)
3. Teachings of the Prophet Joseph Smith sel. Joseph Fielding Smith [1976], 157. (Enseñanzas
del profeta José Smith)
4. The Mortal Messiah: From Bethlehem to Calvary, 1:318–19. (El Mesías mortal: De Belén al
Calvario, tomo 1)
5. Doctrinal New Testament Commentary, 1:82–83. (Comentario doctrinal del Nuevo
Testamento, tomo 1)
6. A Companion to Your Study of the New Testament: The Four Gospels [1982], 27. (Un
compañero a su estudio del Nuevo Testamento: Los cuatro Evangelios)
7. The Promised Messiah: The First Coming of Christ [1978], 470–71. (El Mesías prometido:
La primera venida de Cristo)
8. Jesus the Christ, 3rd ed. [1916], 81. (Jesús el Cristo)
9. Doctrinal New Testament Commentary, 1:84–85. (Comentario doctrinal del Nuevo
Testamento, tomo 1)
10. The Life of Christ [1874], 33. (La vida de Cristo)
11. Doctrinal New Testament Commentary, 1:92. (Comentario doctrinal del Nuevo Testamento,
tomo 1)
CAPÍTULO 5
La anunciación en América
(Helamán 14; 3 Nefi 1)

E l nacimiento transcendental del Salvador ocurrió en la tierra de Judá. Pero por lo menos uno u

otro grupo de gente estaba al tanto completamente de este suceso. En el medio del mundo,
humildes creyentes oraron fervientemente por Su venida y buscaron las señales de Su nacimiento.
Entonces, finalmente, la noche antes de que Su espíritu inmortal entrara en Su tabernáculo terrenal,
el espíritu del Señor se le apareció al profeta Nefi y declaró: “He aquí, ha llegado el momento; y
esta noche se dará la señal, y mañana vengo al mundo” (3 Nefi 1:13).
Los nefitas estaban pendientes de la señales profetizadas por Samuel el Lamanita cinco años
antes. Este gran profeta en el hemisferio occidental había predicho con exactitud muchas señales
del nacimiento del Salvador y también de Su muerte.

Samuel el Lamanita

E l mensaje de Samuel fue rechazado por los nefitas, quienes eran extremadamente inicuos en

ese tiempo. Ellos los echaron de la ciudad de Zarahemla, pero él volvió para llevar una fuerte
advertencia de destrucción si ellos no se arrepentían. Sus profecías abarcaban no sólo ese tiempo
presente, pero también su futura destrucción 400 años más tarde (véase Helamán capítulos 13-15).
Para llevar su mensaje, él se puso de pie sobre una pared mientras que le lanzaban lanzas y rocas.
El Señor lo protegió hasta que hubo terminado su mensaje. Luego despareció en la naturaleza y no
se supo más nada de él. Fue durante estos eventos que Samuel dio sus profecías concernientes a
Cristo.

Las señales de la venida de Cristo


¶ HELAMÁN 14:2–7
Señales del nacimiento de Cristo

L os nefitas estaban pendientes de las señales profetizadas por Samuel el Lamanita cinco años

antes de que sucediera. Este gran profeta predijo con admirable exactitud muchas señales del
nacimiento del Salvador y también de Su muerte.
El hecho de que Samuel proclamó estas profecías mientras estaba de pie sobre una pared con
rocas y flechas volando a su alrededor las hace más impresionantes.
Las profecías de Samuel el Lamanita: cumplimiento:
– Cristo nacerá en cinco años (v. 2) 3 Nefi 1:13
– No habrá oscuridad “habrá un día y una noche y un día”
(versos 3–4) 3 Nefi 1:15
– “Aparecerá una estrella nueva” (v. 5) 3 Nefi 1:21
– “Muchas señales y prodigios en el cielo.” (v. 6) no hay
– Sobre la gente se dice: “caeréis al suelo” (v. 7) mención

La importancia del nacimiento de Cristo


¶ HELAMÁN 14:12
Samuel menciona la palabras del rey Benjamín.

E sto es una repetición precisa de las palabras claves de Benjamín en Mosíah 3:8; y es

admirable ya que esta parte del Libro de Mormón fue traducida posterior al libro de Mosíah. José
Smith no tenía conocimiento de las palabras del rey Benjamín en el tiempo que él dictó estas
palabras. Es aún otra evidencia interna de la autenticidad del Libro de Mormón.
El rey Benjamín (Mosíah 3:8) Samuel el Lamanita (Helamán 14:12)
y también para que sepáis de la venida de
Y se llamará Jesucristo, el Hijo Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre del cielo y
de Dios, el Padre del cielo y de de la tierra, el Creador de todas las cosas desde
la tierra, el Creador de todas las el principio; y para que sepáis acerca de las
cosas desde el principio; y su señales de su venida, con objeto de que creáis
madre se llamará María. en su nombre.

¶ HELAMÁN 14:12
Nombres y títulos del Salvador.

“Q uién fue el bebé nacido en Belén? Esta escritura establece sin duda alguna Su deidad. Él

es llamado “Jesucristo el Hijo de Dios, el Padre del cielo y de la tierra, el Creador de todas las cosas
desde el principio.” Su papel como Creador Lo hace “el Padre” de todas las cosas creadas en esta
tierra, incluyendo nuestro propios cuerpos. Y como el “Creador de todas las cosas desde el
principio” nosotros entendemos que todas la cosas en el universo entero fueron también creadas por
Él.

¶ HELAMÁN 14:13
Nosotros podemos recibir una remisión de nuestros pecados por medio de los méritos de Cristo.
L os méritos son cualidades o acciones que le dan derechos a una persona a reclamar

recompensas. Esta analogía funciona bien para explicar la conexión entre el sufrimiento de Cristo y
la santificación que nosotros debemos obtener para morar con nuestro Padre en el Reino Celestial.
Nosotros no somos capaces de vivir sin pecado en este mundo caído. Pero si nosotros hacemos
“cuanto podamos” (2 Nefi 25:23), entonces por medio del arrepentimiento y la fe, y por la virtud de
los “méritos” del sacrificio expiatorio de Cristo, podemos ser “hecho limpios” a pesar de nuestras
fallas.

¶ 2 NEFI 2:7–9

S ólo por medio de los méritos del Salvador podemos ser perdonados de nuestros pecados. Lehi

le enseño a su hijo Jacob que Cristo “se ofrece a sí mismo en sacrificio por el pecado, para
satisfacer las demandas de la ley, por todos los de corazón quebrantado y de espíritu contrito; y por
nadie más se pueden satisfacer las demandas de la ley” (v. 7).

Las señales del nacimiento de Cristo aparecen


¶ 3 NEFI 1:4–9
El tiempo predicho por Samuel para el nacimiento del Salvador (5 años) llega sin la señal
predicha, y los inicuos amenazan matar a todos los creyentes.

A l avecinarse el día del nacimiento del Señor “empezaron a cumplirse plenamente las profecías

de los profetas; porque empezó a haber mayores señales y mayores milagros entre el pueblo” (v. 4).
Pero las señales mayores que iban a aparecer en Su nacimiento todavía no aparecían.
Los incrédulos dijeron que el tiempo había pasado en el cual las profecías de Samuel el Lamanita
se suponen debían haberse cumplido (v. 5). Esto, por su puesto, les causó regocijo porque ellos
asumían que la fe de los creyentes había sido en vano (v. 6). Éstos proclamaron en voz alta sus
puntos de vista; para el gran lamento de los creyentes quienes temían que quizás las profecías no
serían cumplidas (v. 7).
Sin embargo, los creyentes continuaron esperando y estaban buscando la señal – “ese día y esa
noche y otro día, que serían como un solo día, como si no hubiera noche” (v. 8). Mientras tanto, los
incrédulos pusieron un límite de tiempo para que la señal apareciera, dentro del cual, ellos pondrían
a muerte a cualquiera quien continuara creyendo en la profecía de Samuel el Lamanita (v. 9).

¶ 3 NEFI 1:10–14
Nefi ora por su gente y el Señor declara, “Mañana vengo al mundo.”

N efi, el hijo de Nefi, ordenado recientemente a su oficio profético, se “afligió en extremo” por

la iniquidad de la gente (v. 10). Él humildemente se arrodilló en la tierra y “clamó fervorosamente a


su Dios a favor de su pueblo” lo que significa aquellos quienes “estaban a punto de ser destruidos
por motivo de su fe” (v. 11).
Después de orar fervientemente todo el día, la voz del Señor le habló (v. 12) diciendo: “Alza la
cabeza y sé de buen ánimo, pues he aquí, ha llegado el momento; y esta noche se dará la señal, y
mañana vengo al mundo para mostrar al mundo que he de cumplir todas las cosas que he hecho
declarar por boca de mis santos profetas” (v. 13). Sólo nos podemos imaginarnos el gozo que Nefi
debe haber sentido, no sólo porque su gente sería salvada pero porque el Hijo de Dios ahora “vengo
a los míos para cumplir todas las cosas que he dado a conocer a los hijos de los hombres desde la
fundación del mundo” (v. 14).

¶ 3 NEFI 1:15–23
Todas las señales del nacimiento del Salvador aparecen.

H ubo un día y una noche y un día sin oscuridad, causando gran asombro entre la gente (v. 15).

Muchos de aquellos quienes no habían creído las profecías de Samuel “cayeron a tierra y se
quedaron como si estuviesen muertos” porque ellos sabían que su plan para destruir a los creyentes
había fallado (v. 16); y ellos sabían que “el Hijo de Dios pronto aparecería” (v. 17). De hecho, el
asombro se propagó tanto, que el Libro de Mormón declara: “todos los habitantes sobre la faz de
toda la tierra, desde el oeste hasta el este, tanto en la tierra del norte como en la tierra del sur, se
asombraron a tal extremo que cayeron al suelo” (v. 17), temiendo “por motivo de su iniquidad e
incredulidad” (v. 18).
La siguiente mañana, el sol salió como de costumbre; indicando que un nuevo día había llegado
“y entendieron que ése era el día en que había de nacer el Señor, por motivo de la señal que se
había dado” (v. 19). Entonces, una por una, las demás predicciones se cumplieron, incluyendo la
aparición de una nueva estrella (versos 20-21). Los duros de corazón siguieron siendo incrédulos,
propagando mentiras acerca de las señales que habían aparecido pero “la mayor parte del pueblo”
se “convirtió al Señor” (v. 22). Nefi, y otros poseedores del sacerdocio “salió entre el pueblo …
bautizando para arrepentimiento, [y] remisión de pecados” y estableciendo la paz en la tierra de
nuevo (v. 23).

¶ ZACARÍAS 14:7
Las mismas señales aparecerán en al segunda venida de Cristo.

L as señales que aparecieron en el nacimiento de Cristo serán mostradas de nuevo al mundo

antes de Su segunda venida, incluyendo una noche en la cual no habrá oscuridad (Zacarías 14:7).
CAPÍTULO 6
El nacimiento y la niñez de Jesús
(Lucas 2; Mateo 2)

“A preciamos a plenitud “la condescendencia de Dios” al rebajarse a tal humilde nacimiento?

Los puestos de ganado están sucios, huelen mal, son criaderos de insectos, y son lugares populosos.
Sin embargo, en tal puesto sucio, nació el Salvador de la humanidad y el Creador del universo
visible.
Él vino al mundo como lo hacemos todos – indefenso, dependiente, sujeto a enfermedades y a
pena. Como dijo Isaías: “Porque subirá … como raíz de tierra seca; no hay parecer en él ni
hermosura; y cuando le veamos, no habrá en él atractivo para que le deseemos” (Isaías 53:2). En
otras palabras, Él se veía como cualquier otro bebé y tenía las mismas necesidades.

¶ LUCAS 2:7
Jesús fue envuelto en pañales.

“L os pañales consistían de una tela amarrada con tiras; como una especie de vendajes. Después

que el bebé nacía, el cordón umbilical era cortado y amarrado y después, el bebé era lavado, rosado
con sal y aceite, y envuelto con tiras de tela. Estas tiras mantenían el recién nacido tibio y también
aseguraban que los brazos y las piernas del bebé crecieran derechos.”1
En la antigüedad, se creía que envolver a los bebés ajustadamente con mantas para que el
movimiento de los brazos y piernas fuera restringido, era esencial para ayudar a los bebés a
desarrollar una posición apropiada. Aún hoy en día, los estudios médicos dicen que ayuda a los
bebés a dormir y a permanecer dormidos. También disminuye la posibilidad de síndrome de muerte
infantil súbita.
¶ LUCAS 2:7
Acostado en un pesebre.

N o había cama o cuna en la cual acostarlo. El piso sería muy frío o duro. Así que María escogió

un pesebre lleno de paja; usualmente usado para alimentar el ganado, como el lugar de descanso
para su bebe recién nacido. No tenemos una idea cuánto tiempo la familia se quedó en el establo,
pero fue probablemente hasta que el censo terminó y las multitudes se disiparon. Fue allí en el
establo que los pastores Lo adoraron. Así que el pesebre fue Su cama por más de una noche y
posiblemente por un buen tiempo.
“Esta noche eres mío”
Podemos imaginarnos el miedo de estos nuevos padres – también su gozo – somos conmovidos
por la historia de un recién nacido que viene al mundo. Reflexionamos sobre nuestras propias
experiencias primerizas con nuestros hijos, sosteniéndolos y besándolos con puro gozo. Esa fue
también la situación de José y María, y la belleza de la historia nunca desvanece, no importa
cuántas veces sea contada.
Cuando me imagino esta tierna escena familiar, me acuerdo de un bello villancico llamado “La
canción de cuna de María (Esta noche eres mío)” escrita por Wanda West Palmer2, la cual relata
cuáles pudieran haber sido los sentimientos de María en esa ocasión. Ella sabía que este niño venía
al mundo para salvarlo. Toda clase de adversidades y abusos se avecinaban, culminando en el
brutal y sangriento sufrimiento y muerte de su hijo. En esa noche – esa sagrada noche – Él era su
indefenso y pequeño bebé.
Imaginémonos esos primeros tranquilos momentos. María y José deben haber acariciado esas
pequeñas manos y pies. ¿Sabían ellos lo que los soldados le harían eventualmente a esos manos y
pies? Ellos deben haber besado Sus pequeñas mejillas – las mismas mejillas las cuales los
sacerdotes abofetearían groseramente y de las cuales el cabello de Su barba sería halado por la
multitud. Ellos beben haber bañado gentilmente Su diminuta espalda, costado, y barriga – una
espalda que sería un día desgarrada por feroces azotes, una barriga que tendría dolor en la cruz, y el
costado que sería perforado con una profunda y afilada lanza.
¿Sabían ellos todas estas cosas esa noche? Quizá, quizás no. Pero en ese momento, Él era
simplemente su pequeño niño milagroso y ellos con certeza deben haberse regocijado con Su
nacimiento.

Las huestes celestiales de ángeles


¶ LUCAS 2:8–14
“Que os ha nacido hoy … un Salvador, que es CRISTO el Señor.”

E n la noche del nacimiento del Salvador, habían pastores en los campos cercanos de Belén (v.

8). De repente, un “ángel del Señor” se les apareció, causando que su luz glorificada brillara a su
alrededor (v. 9). Como es de entender, “tuvieron gran temor” pero el ángel trató de calmar sus
miedos: “No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo que
os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” (versos 10-11).
De repente, aparecieron con el ángel “una multitud de las huestes celestiales, que alababan a
Dios” al cantar “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los
hombres!” (versos 13-14). Podemos imaginar que cada niño de Dios todavía entonces en el cielo,
podría haber deseado cantar en esta ocasión. Después de todo, la salvación de toda la humanidad
sería ahora posible. Este precioso bebé nació para salvarnos a todos. Como el Cordero de Dios, Él
sería sacrificado por nuestros pecados. Él nació para morir; para que todos nosotros podamos tener
redención y resurrección. Estas fueron grandes noticias, gozosas noticias verdaderamente. ¡La
esperanza de Israel había venido!
Los pastores
¶ LUCAS 2:12,15–17
Los pastores “dieron a conocer … acerca del niño.”

E l ángel había dado una señal “hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”

(v. 12). Por lo tanto, tan pronto como los ángeles se fueron “los pastores se dijeron los unos a los
otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha
manifestado. Y vinieron de prisa y hallaron a María, y a José, y al niño acostado en el pesebre”
(versos 15-16). Y habiendo visto por ellos mismos “dieron a conocer lo que se les había dicho
acerca del niño” ( v. 17).
El élder Bruce R. McConkie dijo: “Estos no eran pastores ordinarios, o rebaños ordinarios. Las
ovejas allí eran … cuidadas con amor y devoción – estaban destinadas para el sacrificio en el gran
altar en la Casa del Señor, en similitud al eterno sacrificio de Él, quien esa maravillosa noche yacía
en un establo. … Y los pastores – para quienes el velo se rasgó – … eran [de] estatura espiritual. …
Habían muchos pastores en Palestina, pero sólo a aquellos quienes cuidaban el rebaño del templo,
el ángel mensajero vino, sólo ellos oyeron el coro celestial.”3
Simeón en el templo
¶ LUCAS 2:22–24
Jesús es dedicado al servicio del Señor a los 40 días de nacido.

A sí como Zacarías y Elisabet habían hecho con Juan el Bautista (Lucas 1:59), María y José sin

duda alguna circuncidaron a Jesús cuando Él cumplió ocho días de nacido. Pero esta dedicación
ceremonial, aproximadamente un mes más tarde, era requerida para todos los varones
primogénitos, quienes eran considerados “sagrados para el Señor” (v. 23). Era acompañada por un
sacrificio de tórtolas, o de dos palomas jóvenes (v. 24).
El élder James E. Talmage dijo:
Parte de la ley dada a los israelitas en el desierto por conducto de Moisés, que continuó en vigor con el correr de los
siglos, se refería a la manera en que habían de proceder las mujeres después de dar a luz (Levítico 12). De
conformidad con lo requerido, María permaneció apartada cuarenta días después del nacimiento de su Hijo; entonces
ella y su esposo llevaron al niño para presentarlo delante del Señor, como estaba prescrito para el primer varón
nacido en toda familia. Es manifiestamente imposible que todas estas presentaciones pudiesen haberse efectuado en
el templo, porque muchos judíos vivían a grandes distancias de Jerusalén; sin embargo, la regla era que los padres
presentasen a sus hijos en el templo cuando fuera posible. Jesús nació a unos ocho o nueve kilómetros de Jerusalén, y
por consiguiente, fue llevado al templo para la ceremonia de la exención del rescate que se aplicaba al primogénito de
todos los israelitas, con excepción de los hijos de Leví.4

¶ LUCAS 2:25–33
Simeón testifica que éste es el Cristo.
H abía un hombre en Jerusalén llamado Simeón que la Biblia describe como “justo y piadoso,

esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él” (v. 25). Se le había prometido
a él “que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor” (v. 26), y en este día particular,
“movido por el Espíritu, vino al templo” (v. 27).
Él discernió por el espíritu quién era el niño y “lo tomó en sus brazos, y bendijo a Dios y dijo:
Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra, porque han visto mis ojos tu
salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos” (versos 28-31). Éste siguió
testificando que el niño sería “luz para … los gentiles y gloria de tu pueblo Israel” (v. 32).

¶ LUCAS 2:34–35
La profecía de Simeón de la muerte del Salvador y del lamento de María.

É l le dijo a María, “He aquí, este niño ha sido puesto para caída y para levantamiento de

muchos en Israel, y para señal que será contradicha … para que sean revelados los pensamientos de
muchos corazones” y como parte de ese proceso, le dijo a María “una espada traspasará tu alma
misma” (v. 35). El élder James E. Talmage dijo que esta profecía era de “la angustia que la madre
tendría que soportar por causa de Él, la cual sería a semejanza de una espada que traspasaría su
alma.”5

Ana en el templo
¶ LUCAS 2:36–38, 41
Ana también testifica.

E sta mujer, después de siete años de matrimonio, había soportado una viudez hasta la edad de

84 años. Ella también vino en ese instante y “daba gracias al Señor y hablaba del niño a todos los
que esperaban la redención en Jerusalén” (v. 38).
El élder James E. Talmage la llamó:
“Una mujer pía de grande edad … que se había dedicado exclusivamente al servicio de la santa casa; y ella,
inspirada de Dios, reconoció a su Redentor y testificó de Él a todos los que la rodeaban. Tanto José como María se
maravillaron de las cosas que se decían del Niño, y parece que aún no llegaban a comprender la majestad de Aquél
que había venido a ellos por medio de tan milagrosa concepción y tan asombroso nacimiento.”6

Los magos del oriente


¶ MATEO 2:1–2
“Su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.”

A lgún tiempo después “unos magos vinieron del oriente a Jerusalén” quienes habían dicho:

“Su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.” No sabemos de dónde vinieron, pero
es posible que ellos vinieron de Persia, en donde una gran colonia de judíos había quedado desde la
cautividad.
Daniel H. Ludlow dijo: “La afirmación de los magos ‘su estrella hemos visto en el oriente’ es
extremadamente interesante. Ni la estrella, ni la señal del nacimiento de Jesús es mencionada en el
presente Antiguo Testamento. Sin embargo, se da referencia a la señal de una estrella la cual fue
menciona por Samuel el Lamanita en el Libro de Mormón algunos cinco años antes del nacimiento
de Jesús (Helamán 14:1-5; 3 Nefi 1:21). El … lenguaje usado por los Reyes Magos indicaría que
otros grupos, además de los lehitas, estaban al tanto de que una nueva estrella testificaría del
nacimiento del Hijo de Dios [pero] algunos intentos se han hecho para identificar a la estrella cuya
apariencia en el cielo de oriente le había asegurado a los magos que el Rey había nacido; pero la
astronomía no da una confirmación satisfactoria.”7
El élder Bruce R. McConkie dijo: “Referente a la estrella, no hay nada misterioso acerca de ésta.
Los magos … no estaban leyendo presagios en el cielo, o adivinando los destinos de los hombres
con el movimiento de cuerpos celestiales en el paraíso sideral. La nueva estrella, fue simplemente,
una nueva estrella; de la clase con la cual nosotros estamos familiarizados. Sin duda exhibió un
brillo inusual, y entonces, atrajo una atención especial y guió a aquellos quienes caminaron en su
luz; pero fue, sin embargo, una estrella.”8
El profeta José Smith dijo (hablando de la segunda venida de Cristo): “Habrá guerras y rumores
de guerras, señales arriba en los cielos y abajo en la tierra, el sol se tornará en tinieblas y la luna en
sangre, habrá terremotos en diversos lugares, los mares se saldrán de sus límites y entonces
aparecerá en el cielo la gran señal del Hijo del Hombre. ¿Pero qué hará el mundo? Dirán que es un
planeta o un cometa, etc. Mas el Hijo del Hombre vendrá como la señal de la venida del Hijo del
Hombre, que será como la luz de la mañana que aparece en el oriente.”9

¶ MATEO 2:1–10
“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?”

C uando los magos orientales llegaron a la ciudad, ellos preguntaron dónde el nuevo rey había

nacido. Cuando Herodes escuchó el niño descrito como el “Rey de los judíos” él “se turbó, y toda
Jerusalén con él” (v. 3). Éste juntó a todos los judíos principales sacerdotes y escribas y “les
preguntó dónde había de nacer el Cristo” (v. 4). Ellos respondieron “en Belén de Judea, porque así
está escrito por el profeta,” citando de Miqueas 5:2.
Y Herodes “llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo en que
había aparecido la estrella” (v. 7). Entonces, él envío a ellos a Belén con la petición de “cuando le
halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore” (v. 8). “Y ellos … se fueron; y he
aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando, se detuvo
sobre donde estaba el niño” y “cuando vieron la estrella, se regocijaron con gran gozo” (versos 9-
10).

¶ MATEO 2:11
Los magos visitaron a Jesús en una casa, no en un establo.
E n el momento que los magos habían llegado, José, María, y el bebé ya no estaban en el

establo. Las escrituras dicen específicamente que ellos: “entraron en la casa” (v. 11). También, el
niño ya no era un recién nacido, pero es descrito como “niño” (v. 11).
El élder Bruce R. McConkie dijo: “Los magos encontraron a Jesús en una casa, no en un establo,
alojamiento, o lugar temporal, y también Él fue llamado un niño, no un bebé un total de siete veces
en el curso de 14 versos consecutivos [y] que Mateo hace dos referencias a la diligente naturaleza
de Herodes; investigando el preciso momento del nacimiento, … asumiendo que Herodes ordenaría
la masacre de todos los niños pequeños en el rango de edad, … se presume que un número de
meses o aún uno, o dos años pudieran haber pasado antes de la llegada de los visitantes
orientarles.”10

¶ MATEO 2:11
Los magos le presentan regalos al niño.

E llos “postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, e incienso

y mirra.”
El élder James E. Talmage dijo:
La tendencia de atribuir un significado oculto aún a los detalles más insignificantes mencionados en las escrituras
… ha dado lugar a muchas suposiciones imaginativas concernientes al oro, incienso, y mirra de que se habla en este
acontecimiento. Algunos se han imaginado un simbolismo medio oculto en ello: el oro, un tributo a su posición real;
el incienso, una ofrenda para reconocer su sacerdocio, y la mirra para su sepultura. La historia sagrada no ofrece
ningún fundamento para tal conjetura. … Se supone que eran productos naturales de los países de donde procedían
los magos, probablemente aún allí eran muy costosos y estimados. Estos … eran dones propios para un rey.
Cualquier significado místico que uno quiera atribuir a estos dones debe considerarse como su propia suposición o
imaginación, pero sin ningún fundamento en las escrituras.11
Jesús y Juan el Bautista son protegidos

E l rey Herodes no intentaba permitir que un rey rival sobreviviera. Él tenía cuidadosamente

determinado dónde nacería el niño y cuándo la estrella anunciando Su nacimiento aparecerá (Mateo
2:4-7). Estaba intrigando asesinar el niño Cristo.

¶ MATEO 2:12
A Los magos se les advirtió evitar estar con Herodes.

E sta advertencia, dada en un sueño, dice: “Que no volviesen a Herodes.” Si lo hubieran hecho,

él hubiera demandado saber dónde el niño podría ser encontrado. En lugar de esto, “regresaron a su
tierra por otro camino.”

José se lleva a Jesús a Egipto


¶ MATEO 2:13–15
José y María escaparon a Egipto con el bebé.

U n ángel del Señor “se le apareció en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su

madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te lo diga, porque acontecerá que Herodes
buscará al niño para matarlo” (v. 13). Y “él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se
fue a Egipto” (v. 14), donde la joven familia permaneció “hasta la muerte de Herodes” (v. 15).
Ya discutimos la jornada de la sagrada familia a Egipto como parte de la historia de José en el
capítulo 2. Durante su ausencia, Herodes mató a todos los niños varones en Belén menores de dos
años. No fue hasta la muerte de Herodes que Jesús y Sus padres fueron capaces de regresar a salvo
a su tierra.

La niñez y juventud de Jesús


Las escrituras que hablan acerca de la niñez de Jesús son pocas. Pero de las que existen, emerge
una imagen de un extraordinario niño en un hogar típico judío.
– Isaías 53:2
Él creció “Subirá cual renuevo delante de él” y se veía como otros niños.
– D. y. C. 93:12–14
Él no tenía una plenitud divina de conocimiento al principio, pero continuó “de gracia en gracia” hasta que recibió a
una plenitud.
– Lucas 2:51–52
Él vivió con Sus padres en Nazaret y les fue obediente.
– Marcos 6:3
Él fue llamado un carpintero, demostrando que Él aprendió una habilidad, probablemente bajo la dirección de José.
– Lucas 2:40, 52
Él creció en todos de estos aspectos.

Él aprendió “línea por línea” así como nosotros lo hacemos


¶ Jesús tenía un velo de olvido en cuanto a la vida premortal – como todos nosotros.
E l élder James E. Talmage dijo: “[Cuando Jesús nació,] el velo del olvido que es común entre

todos los que nacen en la tierra, velo por medio del cual se apaga el recuerdo de la existencia
primordial [echaron sobre Él].”12 “[Pero aún de niño] Él ya tenía toda la inteligencia necesaria para
permitirle reinar y gobernar el reino de los judíos”13 porque Él superó el velo y se comunicó con
Su Padre Celestial.
El presidente Joseph F. Smith dijo: “Aun el propio Cristo no fue perfecto [en conocimiento o
entendimiento] al principio; no recibió la plenitud al principio, antes recibió gracia por gracia, y
siguió recibiendo más y más hasta que recibió la plenitud. . . . Jesús, el Hijo de Dios y el Padre de
los cielos y de la tierra sobre la cual moramos, no recibió la plenitud al principio, sino creció en fe,
en conocimiento, entendimiento y gracia, hasta que recibió la plenitud…”14
El presidente Joseph Fielding Smith dijo:
Nuestro Salvador era un Dios antes de nacer en este mundo y trajo consigo el mismo estado al venir aquí. Era tan
Dios después de haber nacido en el mundo, como lo era antes. Pero en lo que tiene que ver con su vida parece que
tuvo que comenzar igual que todos los demás cuando son niños, y tuvo que ir obteniendo su conocimiento línea por
línea. …
No hay duda alguna respecto a que Jesús vino al mundo sujeto a las mismas condiciones requeridas de cada uno de
nosotros; Él olvidó todo y tuvo que crecer de gracia en gracia. El hecho de olvidar, o que le haya sido quitado su
conocimiento anterior, tenía que ser tino de los requisitos así como lo es en el caso de cada uno de nosotros, a fin de
culminar la presente existencia temporal.15

Él fue enseñado por Su Padre Celestial


¶ LUCAS 2:41–47
A la edad de doce años, Jesús conversa con los doctores instruidos en el templo.

S us padres viajaban a Jerusalén cada año para la fiesta de la Pascua (v. 41). En el cumpleaños

número doce de Jesús, ellos estaban allí como siempre, retornando a casa después del final de los
días requeridos de celebración y adoración (v. 41).
Ellos viajaron una jornada de un día a lo largo del camino y no se dieron cuenta de que Jesús no
estaba con ellos; hasta que se preparaban para acampar por la noche y Jesús no podía ser
encontrado en ninguna parte entre Sus amigos y familia (versos 42-44). Alarmados, ellos se
apuraron de vuelta a Jerusalén y lo buscaron por tres días. Entonces, finalmente, ellos “le hallaron
en el templo, sentado en medio de los doctores” (v. 46). Habiendo sido instruido por Su Padre
Celestial, Su entrenamiento e inteligencia se demostró cuando Él hablaba con estos hombres
instruidos en el templo “oyéndolos y preguntándoles” (v. 46). “Y todos los que le oían se
asombraban de su entendimiento y de sus respuestas.” (v. 47)
El elder Bruce R. McConkie dijo:
Bajo las leyes judías, Jesús, ahora teniendo doce años, se volvió un ‘hijo de la ley’, un sujeto a sus obligaciones.
Ahora Él tenía una posición en la congregación y era un miembro reconocido de Su comunidad. Sus estudios
religiosos y seculares iniciaron un estado avanzado; Su preparación vocacional fue intensificada, y Él ya no podía ser
ofrecido por Sus padres como un mero sirviente.
Él ahora debía ser llevado a la celebración de la Pascua anual y era una cosa natural y esperada, que Él entrara en las
cortes del templo a unirse a las discusiones de grupo. El escuchar a las exposiciones de los rabinos, y el preguntar y
responder preguntas iba perfectamente de acuerdo con las costumbres del día. El significado de Su apariencia juvenil
en el templo no yace en el hecho de esta ocurrencia, pero en la sabiduría divina manifestada por Él en sus
conversaciones y en el testimonio el cual Él compartió en aquel entonces de Su propia divinidad.16

¶ LUCAS 2:48–50
“Jesús quiere encargarse de los asuntos de Su padre.”

M aría gentilmente regañó a Jesús diciendo: “¿Por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y

yo te hemos buscado con angustia” (v. 48). Estando al tanto completamente de Su llamamiento y de
Su relación con el Padre en el cielo, Jesús preguntó: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en
los asuntos de mi Padre me es necesario estar?” (v. 49). En la presión del momento ellos “no
entendieron las palabras que les habló” (v. 50), pero de nuestro punto de vista podemos ver que Él
estaba recordándole quién era Su padre, y por qué Él lo había enviado a esta tierra.

¶ JUAN 8:28
Él fue instruido directamente por nuestro Padre Celestial, y tenía la guía de Dios continuamente.
A los judíos Él dijo: “Nada hago por mí mismo, sino que, como el Padre me enseñó, así hablo.”

El presidente Joseph Fielding Smith dijo: “[Cuando Él tenía] doce años de edad … sorprendió a
los doctores y sabios en el templo – había aprendido mucho en cuanto a los negocios de Su padre.
Este conocimiento pudo venir a Él por revelación, por la visitación de ángeles, o de alguna otra
manera. Pero Su conocimiento, en lo que tuvo que ver con esta vida, tuvo que venir línea por línea
y precepto por precepto. en lo que tuvo que ver con en comunicación, de tiempo en tiempo, con Su
padre Celestial. …”17

¶ JUAN 12:49
Él habló solamente aquellas cosas que el Padre le dijo que hablara.

“N o he hablado por mí mismo,” Él declaró, “sino que el Padre que me envió, él me ha dado

mandamiento de lo que he de decir y de lo que he de hablar.” Sin duda alguna, Él también asistió a
las escuelas y sinagogas judías y fue enseñado en el aprendizaje de los judíos por los rabinos.
¶ TJS MATEO 3:24–25
Él sirvió bajo la dirección de José, pero “Él no necesitaba que ningún hombre le enseñara”

L a traducción de José Smith dice: “Y aconteció que Jesús creció con sus hermanos, y se

fortaleció y esperó en el Señor a que llegara el tiempo de su ministerio” (v. 24). Él obedientemente
“servía bajo su padre [José]” pero “no hablaba como los demás hombres, ni se le podía enseñar,
pues no necesitaba que hombre alguno le enseñara” (v. 25). (Compárese con la información
limitada proveída en Mateo 2:23 y en Lucas 2:40, 52.)
El profeta José Smith dijo: “Aun desde niño, Él ya tenía toda la inteligencia necesaria para
permitirle reinar y gobernar el reino de los judíos, y podía razonar con los más sabios y profundos
doctores de la ley y de la teología; y comparadas con la sabiduría que Él poseía, las teorías y
prácticas de aquellos hombres instruidos parecían insensateces; pero todavía era niño y le faltaba la
fuerza física aun para defender Su propia persona; y estaba sujeto al frío, al hambre, y la
muerte.”18

¶ TJS MATEO. 3:26


Jesús crece hasta ser un hombre.

L a edad normal en la cual un joven rabino podía comenzar su misión era de 30 años. Jesús

esperó hasta esa edad para empezar Su ministerio. Hasta ese momento, Él pasó Sus días en Nazaret,
aprendiendo de José el arte de la carpintería y entre otros; preparándose para lo que venía. Y
“después de muchos años, la hora de Su ministerio llegó.”
Podemos imaginarnos a Jesús cerrando Su taller por última vez, poniendo a un lado las
herramientas, y diciendo gracias y adiós a José y a Su madre María. Él ahora estaba listo para
comenzar la misión para la cual había sido enviado a la tierra – enseñar, sanar, bendecir, y
levantarse de los muertos, seguido por Su infinito sacrificio expiatorio, muerte, resurrección, y
ascensión. Todo esto sería logrado en el corto lapso de tres años.
NOTAS

1. Bromiley, “Swaddling,” The International Standard Bible Encyclopedia [1995], reprint,


revised ed. (La enciclopedia de la Biblia Estándar Internacional)
2. Jackman Music Corporation, JK.00479. (Jackman corporación de música)
3. The Mortal Messiah: From Bethlehem to Calvary, 4 vols. [1979–81], 1:347. (El Mesías
mortal: De Belén al Calvario, tomo 1)
4. Jesus the Christ, 3rd ed. [1916], 95. (Jesús el Cristo)
5. Jesus the Christ, 97. (Jesús el Cristo)
6. Jesus the Christ, 97. (Jesús el Cristo)
7. Quoting Jesus The Christ, 99, in A Companion to Your Study of the New Testament: The
Four Gospels [1982], 29. (Jesús el Cristo, citado en Un compañero a su estudio del Nuevo
Testamento: Los cuatro Evangelios)
8. The Mortal Messiah: From Bethlehem to Calvary, 1:359. (El Mesías mortal: De Belén al
Calvario, tomo 1)
9. Teachings of the Prophet Joseph Smith, sel. Joseph Fielding Smith [1976], 286–87.
(Enseñanzas del profeta José Smith)
10. Doctrinal New Testament Commentary, 3 vols. [1965–73], 1:107. (Comentario doctrinal del
Nuevo Testamento, tomo 1)
11. Jesus the Christ, 108. (Jesús el Cristo)
12. Jesus the Christ, 111. (Jesús el Cristo)
13. Teachings of the Prophet Joseph Smith, 392. (Enseñanzas del profeta José Smith)
14. Gospel Doctrine, 5th ed. [1939], 68. (Doctrina del Evangelio)
15. Doctrines of Salvation, comp. Bruce R. McConkie, 3 vols. [1954–56], 1:32–33. (Doctrina de
salvación, tomo 1)
16. Doctrinal New Testament Commentary, 1:109–10. (Comentario doctrinal del Nuevo
Testamento, tomo 1)
17. Doctrines of Salvation, 1:32. (Doctrina de salvación, tomo 1)
18. Teachings of the Prophet Joseph Smith, 392. (Enseñanzas del profeta José Smith)
Acerca del autor

R andal S. Chase pasó su niñez en Nephi, Utah, donde su padre fue un granjero de trigo y

negociante. En 1959 su familia se mudó a Salt Lake City y se quedaron en el área de Holladay. Él
sirvió una misión de tiempo completo en el centro del Reino Unido (Centro de Inglaterra) desde
1968-70. Él volvió a casa y se casó con Deborah Johnsen en 1971. Ellos son los padres de seis hijos
– dos hijas y cuatro hijos – y un número de nietos que se sigue expandiendo.
Él fue llamado para servir como obispo a la edad de 27 años en la estaca Sandy Crescent South
el área del Salt Lake Valley. Sirvió seis años en esa capacidad, y desde entonces ha servido en el
sumo consejo, un secretario ejecutivo de estaca y un secretario de estaca, y en muchos otros
llamamientos de estaca y de barrio. Sean cual fueran sus otros llamamientos; los cuales ha recibido
a través de los años, uno fue casi constante: Él ha dictado las clases de doctrina del evangelio en
cada barrio en el cual ha vivido de adulto – un total de 35 años.
El Dr. Chase fue una personalidad reconocida en los medios de comunicación en las estaciones
de radio de Salt Lake City durante los años setenta. Dejó la transmisión al aire en 1978 para
desarrollar y sacar al mercado una administración basada en computadoras, ventas, y sistemas de
programación de música para las estaciones de radio y televisión en Los Estados Unidos de
América, Canadá, América del Sur, y Australia. Después que su negocio fue vendido en 1984,
mantuvo a su familia siendo un asesor de medios de comunicación y de negocios en el área de Salt
Lake City.
Teniendo un gran deseo de enseñarle a la gente joven de edad universitaria, él tomó la decisión;
en los últimos años de la década de los ochenta, de adquirir su doctorado y recibir su título de Ph.D.
(doctorado; siglas en inglés) en Comunicación de the University of Utah en 1997. Ha enseñado
cursos de comunicación en esa institución así como en los centros de instrucción Salt Lake
Community College y Dixie State University por 21 años. Es actualmente un profesor y miembro
de la facultad de tiempo completo, y fue el presidente del departamento de Comunicación en Dixie
State University en St. George, Utah.
Actualmente, con su carrera académica, el hermano Chase ha servido como voluntario en el
instituto de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y como instructor de las
clases de educación para adultos en el sistema CES (siglas en inglés) desde 1994; ambos en Salt
Lake City y en St. George, donde él actualmente enseña clases semanales de educación para
adultos para tres estacas en el área de Washington. Él también ha conducido múltiples tours de la
historia de la Iglesia así como seminarios.
Durante estos años de enseñanza del evangelio, él ha desarrollado una extensa biblioteca con
lecciones y guías de estudio; las cuales son los predecesores de su serie de 12 volúmenes de guías
de estudio tituladas Making Precious Things Plain: “Haciendo las cosas preciosas simples” y otros
libros de temas del evangelio. Estos están diseñados para asistir a los maestros y a los estudiantes
de las clases de doctrinas del evangelio; así como aquellos quienes simplemente quieren estudiar
por su cuenta, nuestro maravilloso legado de escrituras y de fe y de revelación durante cada
dispensación de la tierra.

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