El pensamiento es expresión de la capacidad intelectual y el vigor psíquico del individuo. El pensamiento
normal se distingue por ser organizado, coherente, elástico, versátil, tener plasticidad, potencialidad ideopráxica y ritmo. Es organizado porque tiene una determinada finalidad que se expresa por una temática (contenido) que mantiene una continuidad (curso). La temática incluye una idea directriz que es complementada por ideas secundarias. La voluntad y el interés mantienen la constelación de ideas asociadas hasta llegar a la finalidad propuesta. Las ideas secundarias son las responsables de la prosecución del pensamiento, de que el pensamiento tenga continente. Es coherente porque sigue las leyes de asociación y respeta, una vez expresado, la sintaxis gramatical sujeto-predicado (alterado en la incoherencia). Es elástico porque puede incurrir en detalles (ideas secundarias) alejándose algo de la idea principal para luego volver a la misma (alterado en la prolijidad). Es versátil, puede variar de tema (alterado en la rigidez).