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La zona pastoral de la Sierra celebra su
encuentro de inicio de curso en Cortes
Al empezar el curso cada una de la cua-
tro zonas pastorales de Albacete celebra
un encuentro para presentar el objetivo
del año para toda la diócesis, las progra-
maciones que cada arciprestazgo piensa
desarrollar, y celebrar el “rito de envío”.
Nuestra zona de la Sierra celebra su en-
cuentro el 8 de noviembre en Cortes.
El objetivo de cada curso viene marca-
do desde el Plan Pastoral de la Diócesis
diseñado para los años 2000-2005. Este
año nos esforzaremos por “Mejorar la
presencia y el compromiso de los cre-
yentes en la sociedad para ser levadura
del Reino de Dios en el mundo”.
Esto quiere decir que somos cristianos
dentro y fuera de la “iglesia”. No hay
ningún lugar donde no tenga que estar un
cristiano. No podemos olvidar que somos
cristianos cuando estamos con la familia,
en el lugar de trabajo, en la escuela, en el
instituto, en el mercado, en el taller, en la
asociación o en el partido. Todos estamos
llamados a transformar nuestro mundo,
llenándolo de Evangelio, haciéndolo más
parecido a lo que Dios quiere de él. Sin
imposiciones, respetando la libertad de
todos, pero dando un testimonio de fe. La
fe se contagia, y si es fe auténtica llega
hasta los rincones más profundos de la
sociedad.
Parroquia de la Santísima Trinidad, de Alcaraz
9 NOVIEMBRE 2003 Nº 78
Santuario de Nuestra Señora de Cortes
c/ san Francisco, 26. 02300 Alcaraz (Albacete) DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA
Tfno: 967 380183. jagarijo@terra.es DE SAN JUAN DE LETRÁN
Sois templo
de Dios
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusa-
lén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ove-
jas y palomas, y a los cambistas sentados; y haciendo un
azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bue-
yes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las
SE NECESITA URGENTEMENTE
mesas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quitad esto de
UNA PRESENCIA CRISTIANA
EN LOS AMBIENTES DE ... aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”. Sus
discípulos se acordaron de lo que está escrito: “El celo de tu
... juventud, familia, ciudadanía, casa me devora”. Entonces intervinieron los judíos y le pre-
migración, sentido del domingo,
guntaron: “¿Qué signos nos muestras para obrar así?”. Jesús
pastoral vocacional. Estas son contestó: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”.
algunas prioridades que ha indi-
Los judíos replicaron: “Cuarenta y seis años ha costado cons-
cado el Sr. Obispo en la carta
truir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”. Pero él
dirigida a toda la Diócesis.
Habrá que dedicar tiempo, per- hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre
sonas, ilusión. Sin cansarse, con los puertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho,
paciencia, sin pausa, con fe, con y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Je-
esperanza. Vale la pena. sús. (Juan 2, 13-22)
 ¿Por qué la llamamos “Misa”?
La celebración de la Eucaristía ha
tenido muchos nombres. Parece ser
que los primeros cristianos la llamaban
“la fracción del pan”, tal como apa-
rece en Hechos de los Apóstoles 2,42
y en escritores cristianos del siglo II
(Ignacio de Antioquia, Didajé). Más
tarde se le llamó “Eucaristía”
(=”acción de gracias”), “Eulogía”
(=”bendición”), “liturgia”, “oficio”, y
otros.
¿De dónde viene la palabra “Misa”?
Parece ser que se deriva de la fórmula
de despedida de las celebraciones
solemnes. El celebrante despedía al
pueblo con la fórmula “Ite, Missa
est”, que quiere decir “Marchad, las
cosas ya están enviadas” (=”missa“,
del verbo “mittere”, que quiere decir
“enviar”), o bien “Marchad, vosotros
sois enviados”. Sea como sea, el caso
es que empezó a llamarse “Missa” a
toda solemnidad religiosa, pero a partir
del siglo VI se reservó sólo para la
celebración eucarística.
Por tanto, la palabra “Misa” nos re-
cuerda que el Padre nos ha enviado
este regalo que es Cristo, al que
hemos recibido en su Palabra y en su
Cuerpo y Sangre. Él es verdaderamen-
te el pan bajado del cielo. Esto es la
“missa”, los dones enviados: Cristo, el
pan enviado por el Padre.
Pero la palabra “Misa” también
nos recuerda que, al terminar la
celebración nosotros también
somos “enviados”. El Padre envía
al Hijo, y el Hijo nos envía a noso-
tros. “Os he destinado para que
vayáis y deis fruto” (Juan 15,16).
Por tanto, la Misa termina con un
encargo: no quedarnos parados,
sino ir a dar testimonio de lo que
hemos estado viviendo dentro.
Una llamada el compromiso cris-
tiano en la vida de cada día.
Los estudios y la familia
A veces se oye a algunos padres de-
cir: “Que les enseñen los maestros, que
para eso les pagan”. Si el hijo saca bue-
nas notas, dicen: “¡Qué listo es mi
hijo!”. Y si el hijo saca malas notas,
dicen: “¡Qué tonto es el maestro!”. Son
padres que tienen mentalidad de
“clientes” de un servicio llamado “cole-
gio”, y olvidan que ellos son los prime-
ros educadores de sus hijos.
Es verdad que ellos probablemente no
les puedan explicar la mitosis celular o
el teorema de Bolzano. Eso se lo tendrá que procurar que el hijo tenga una
que enseñar el profesor, que debe tener habitación adecuada para estudiar,
los conocimientos suficientes. Pero que que tenga tiempo suficiente, sin ago-
el hijo termine por saber esas cosas de- biarlo con otros temas, que descanse
pende mucho de ciertos hábitos de tra- lo suficiente, que se divierta adecua-
bajo que sólo se aprenden en casa. Tra- damente. Debemos exigirle un hora-
bajar con orden, ser constantes, superar rio de estudio, acomodado a su edad,
las dificultades, son cosas que se “ma- por supuesto. Quizá alguna vez ten-
man” en casa. gamos que sacrificar “puentes” fami-
liares o salidas con otros matrimonios
El hijo tiene que sentirse estimulado
amigos. Hay que enseñarle a utilizar
por nosotros, que sepa que confiamos en bien su tiempo libre. Y cuidado con
él, y que esperamos que estudie. Es la “tele”, en tiempo y en contenidos:
cuestión de confianza. El futuro de los “Crónicas marcianas” no es el mejor
hijos está muy condicionado por lo que
biberón para irse a la cama. Y por
nosotros esperemos de ellos. Aunque
supuesto: nunca jamás debe tener un
también deben saber que no buscamos la
televisor en el dormitorio.
“nota”, sino que sean responsables y
estudien. Lectura recomendada: Gerardo Cas-
tillo Cevallos, Los estudios y la fami-
Los padres no debemos hacerles los
lia (Palabra, Madrid 1992) 205 p.
“deberes” del “cole”, pero sí tenemos